3.- Schwarzwald:

Los ojos de Harry se abrieron tímidamente, su cuerpo empezaba a despertar y a sentir la curiosa comodidad de una cama bastante suave y una almohada probablemente hecha de plumas.

Sonrió, mientras tanteaba a su lado, buscando sus lentes.

.-.No vas a creer esto Ron, pero soñé que ya me había ido..-

Se detuvo de inmediato, había dejado caer un vaso con agua y el sonido lo había alarmado. Quitó de inmediato la mano y trató de enfocar lo mejor que pudo la vista.

.-.Demonios!-

Se apoyó en el colchón, dispuesto a ponerse de pié y allí su mano tuvo un doloroso encuentro con sus anteojos.

¿Qué hacían en el colchón?.

Presto, se colocó sus anteojos y sintió como si cubetas de agua helada se volcaran sobre él. Estaba en un lugar completamente diferente a su habitación, con camas sin dosel, de aburrida forma cuadrangular... con escritorios en fila y una gran ventana que daba a algún lugar.

Suspiró pesadamente, ya no estaba en Hogwarts.

.-.Demonios- repitió, ahora enterrando su cabeza entre sus brazos.

.-.Supuse que querrías darte cuenta tú mismo-

.-.Profesor?-

.-.Lupin a su lado y tan callado que de no ser por la intervención, Harry jamás lo habría notado.

.-.Que hago aquí?- y escuchando vaga su pregunta, agregó- en el dormitorio-

.-.Llegamos hace 30 minutos, estaba esperando que despiertes-

.-.Pero yo.. es...- era imposible que se hubiera quedado dormido, y ahora que recordaba... ¡No podía recordar! No tenía la más mínima idea de lo que había pasado en todo el trayecto, es más, desde Hogwarts su último recuerdo era haber recibido el pergamino de Hermione.

Pronto, un silencio incómodo inundó la habitación. Sabía que Lupin estaba molesto con él, pero esperaba que comprendiera como se sentía... y aunque quisiera negárselo, una palabra de aliento no estaría nada mal.

.-.Así que..-

.-.Tus clases empiezan hoy a las 10 de la mañana. Has dormido bastante bien en el viaje así que supongo que no tendrás sueño, por tus cosas no te preocupes, cada estudiante aquí tiene derecho a un elfo doméstico y el tuyo acaba de acomodar tus cosas- Lupin se puso de pié- tengo que irme.

.-.No! Profesor..-

Se iba así? Sin ninguna explicación más?

.-.Nos has dejado clarísimo que valoras tu independencia más que otra cosa. Desde ahora te encargarás de tus cosas tú mismo, sin la ayuda de nadie y no confíes en que tendrás la misma suerte que cuando entraste a Hogwarts. Vendremos a verte cuando Dumbledore disponga...- el hombre abrió la puerta y se contuvo unos instantes- esto es más que un castigo, Harry. Así que no desperdicies tu tiempo pensando en que llegará algún día en el que vengamos a recogerte. Nos vemos-

La cabeza de Harry estaba aun más saturada que en un principio, todo lo que había pasado, las imágenes del día anterior al despacho de Dumbledore, las palabras de Hermione, las de Ron, las de Lupin, el hecho de estar solo, tener clases completamente nuevas en una hora y el enorme hueco que tenía en la mente que de alguna manera le borraba los recuerdos de lo que había pasado desde Hogwarts hasta ese momento.. todo eso lo había dejado completamente petrificado.

Pero Lupin tenía razón, dentro de toda la sarta de frialdades que había soltado.

No desperdicies tu tiempo pensando en que llegará algún día en el que vengamos a recogerte.

Había sabido que Dumbledore pensaba eso desde que le dijo lo de la escuela... pero no podía continuar como si no hubiera pasado nada porque prácticamente había sido arrancado de su hábitat, el lugar al que deseaba con todas sus fuerzas ir cada vacación, su castillo lleno de gente que conocía y que lo conocían. De sus amigos...

.-.Hermione..- musitó atropelladamente, mientras se palpaba el tronco.

Se abrió la túnica con algo de temor, esperando encontrarlo y ahí estaba, medio colgando de uno de los bolsillos internos de la prenda. Harry tomó el pergamino y lo expandió, planchándolo nuevamente contra su cuerpo.

Te voy a esperar para siempre

Sin poder evitarlo, sonrió.

De pronto, la mente de Harry chocó contra su realidad, revisó nuevamente la habitación, tratando de averiguar donde podían estar sus pertenencias... habían enormes roperos frente a las camas, se acercó al que virtualmente era suyo y notó que grabado en la manija estaba su nombre... se apuró a abrir el armario y adentro, en colgadores estaban las 4 túnicas más sorprendentes que había visto nunca: 2 azules, 2 negras, ambos pares con el imponente escudo de la escuela en el lado superior derecho. El diseño era sencillo, pero había un no se qué en ellas que las diferenciaba por mucho de las que había visto en su vida... un negro más negro y un azul profundísimo...

.-.Schwarzwald- leyó con algo de dificultad en las insignias.

Con que así se llamaba el lugar.