Capitulo 2: La Carta
El joven entro en la habitación y se dirigía a su alcoba cuando al pie de la escalera encontró un pergamino arrugado.
Recogió el pequeño pedazo del pergamino y noto que estaba mojado. La abrió y leyó su contenido…
-Querida Hija.
En esta noche no me es grato escribir esta carta pues lo que tengo que comunicar en ella no es nada agradable.
Hija es mi deber informarte que tu madre ha sido atacada por mortifagos y esta muy grave…
El director de tu colegio, en cuanto se entero del ataque la ha enviado a un hospital mágico para que la atiendan debidamente pero los doctores no nos dan muchas esperanzas.
Te pido que no te preocupes mucho; aunque se que será difícil por favor sigue con tus estudios, el profesor Dumbledore aconseja que permanezcas en la escuela asi que te mantendremos informada de lo que pase.
Cuídate mucho hija, estos tiempos son muy peligrosos, en especial para ti.
Con Amor, Papá
- La madre de la sangre sucia fue atacada por mortifagos…-dijo el rubio pensativo y coloco el pequeño pedazo de papel arrugado en la mesa que estaba junto al pie de la escalera donde había hojas, plumas, tintas y otros artículos para escribir.
Se disponía a subir las escaleras cuando súbitamente se dio la vuelta, tomó un pergamino, una pluma y un tintero y subió rápidamente a su alcoba.
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-Ron que te pasa – pregunto Harry mientras cambiaba su tuxido por su ropa de dormir.
-Nada- respondió el pelirrojo sin rencor.
Harry lo miró extrañado. Se acostó en su cama y se quedo mirando a su amigo confundido. El pelirrojo estaba sentado en una esquina de su cama, mirando el suelo con una expresión de aflicción.
-Ron…-dijo el moreno con algo de pesadumbre –no trates de ocultarlo… no tengo tantos años de conocerte como para no saber que algo te sucede – termino el chico sentándose junto a su amigo.
-No me pasa nada Harry, no te preocupes –dijo Ron impaciente y se levanto y salio de la habitación dejando al moreno más extrañado que nunca.
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La mañana comenzaba y los tenues rayos del sol matutino eran opacados por las pequeñas y grises nubes de invierno.
El chico se levanto más temprano que de costumbre, se vistió y salió de la sala común en dirección a la lechucería del colegio.
Los pasillos estaban desiertos. Todos los estudiantes se encontraban en sus habitaciones haciendo los últimos arreglos para su7 partida a casa durante las vacaciones navideñas.
El chico subió las escaleras y llegó a una de las torres más alejadas del colegio.
Buscó entre los cientos de diferentes lechuzas que descansaban en el lugar hasta que en un rincón escondido de la torre divisó un par de ojos azules que lo miraban alegremente.
El chico levantó el brazo y el hermoso animal voló hacia su brazo y se posó en él.
El rubio ató un pequeño pedazo de pergamino a la pata del ave y camino hacia una de las tantas ventanas de la amplia torre.
-Llévala a casa foncé, llévasela a mi padre –fueron las últimas palabras del joven Malfoy antes de que el ave soltara el brazo y se perdiera en el horizonte.
El chico observó al ave hasta que lo perdió de vista, bajo de la torre y se dirigió al comedor a reunirse con sus compañeros de casa.
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El chico se levantó con los primeros rayos de sol que lograron penetrar las densas nubes de diciembre.
Se baño y se vistió con un Jean negro y una sudadera negra, salió de la silenciosa habitación donde todos dormían.
Bajo a la sala común y salía de la misma en dirección a la torre de Premios Anuales.
Tenía que hablar con Hermione…necesitaba saber…necesitaba hablar sobre la noche anterior para poder regresar a la normalidad…tenia que volver a estar de que elle lo odiaba.
Llegó hasta el retrato dispuesto a esperar hasta que ella se levantara y se llevo una gran sorpresa al encontrar el retrato semi-abierto…miro alrededor y encontró a la señora rosada de la pintura conversando amenamente con el corcel blanco del retrato así que se aventuro a entrar en la torre.
Camino cautelosamente hacia la espléndida chimenea y se dirigió en silencio a la escalera.
Se disponía a subir por la misma cuando, al mirar hacia la mesa junto a la escalera, divisó el pedazo arrugado de pergamino dirigido a su amiga Hermione.
La curiosidad lo acosaba…no sabía si debía leer la carta pero quería saber si se trataba de Malfoy.
Esa sola idea, de que la carta hablara del slytherine, le impuso a leer la carta.
Agarro el pedazo de papel y la abrió para comenzar a leerlo.
Releyó y releyó un ay otra vez la carta sin poder creer lo que decía.
Al lograr procesar la información soltó el pergamino de vuelta en la mesa y subió las escaleras corriendo para ver a la castaña quien debía estar desecha.
Llego frente a la puerta con el escudo de Gryffindor y la abrió con cautela…la abrió un poco más hasta poder divisar la cama donde yacía su amiga bajo un par de sabanas.
El chico podía escuchar los sollozos de la castaña quien yacía boca abajo en la gran cama.
-Hermione –susurro el gryff y se sentó junto a la castaña y acaricio sus enredados rizos.
-Ron –dijo entre sollozos la joven bruja y abrazo a su amiga con todas sus fuerzas buscando apoyo.
-Hermi –dijo el pelirrojo abrazándola muy fuerte –amiga, de verdad lo siento mucho… no… no entiendo como pudo pasar esto, pero tu mama se va a poner bien… no te preocupes, ella se mejorara pronto y estará de vuelta en cuando puedas regresar –le dijo el pelirrojo tratándola de hacerla sentir mejor.
-No Ron… no podrán curarla…y no podré verla más… yo quiero ir pero no me dejan –sollozo la chica abrazando al pelirrojo.
-No Hermione, No digas eso, ella estará bien –dijo el chico separándose de su amiga y mirándola a los ojos.
La muchacha lo miro y sonrió tristemente, secando sus lágrimas y tratando de convencerse de lo que su amigo decía.
-Vamos… levántate, vístete y vamos a desayunar que para que te olvides de eso por un rato –pidió Ron levantándose de la cama y halando a su amiga.
- No Ron, no tengo ánimos de salir hoy…-respondió la castaña pero al ver la mirada del pelirrojo añadió rápidamente –No te preocupes por mi, ve, yo estaré bien. –Termino tratando de sonreír pero solo consiguió una mueca.
-No Herm no te dejare sola –respondió decidido el pelirrojo
-no te preocupes, ve a comer…por 30 minutos en que me dejes no me pasara nada –dejo la chica muy segura
Ron la miro angustiado pero luego de unos segundos sonrió complacido –ok ire a comer pero regresare lo mas pronto posible y te traeré algo de comer –dijo imponente
La chica lo miro alegre, al menos tanto como podría estarlo, asintió con una tenue sonrisa
-Y de paso busca a Harry –añadió mientras cerraba la puerta de la habitación de la castaña
La chica contemplo la puerta por la que había salido su amigo por unos minutos con una débil sonrisa.
"Que haría ella sin sus amigos" pensó y se levanto, se dirigió hacia el baño y se arreglo antes de que regresara Ron en compañía de Harry.
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-Don de estará metido Ron- se dijo el pelinegro mientras entraba por las grandes puertas hacia el gran comedor
-Harry…Harry –oyó una voz a sus espaldas.
El chico se dio la vuelta para encontrar a su amiga el pelirrojo corriendo algo desesperado hacia donde él se encontraba.
-que sucede Ron? Porque tan apurado- Pregunto Harry extrañado
-Vamos –dijo el pelirrojo agarrando el brazo de su compañero y halándolo con ímpetu hacia la mesa de gryffindor
Harry corrió tras su amiga preguntándose que era lo que le sucedía.
-Que pasa? –preguntó en cuanto el pelirrojo se sentó en la mesa y comenzó a comer mas rápido que de costumbre.
-Come! Vamos rápido –dijo el chico poniendo un plato frente al moreno
-No –dijo Harry cruzándose de brazos –hasta que no me expliques que es lo que te pasa – término decidido
-Vamos Harry –dijo Ron suplicante –Aquí no puedo explicarte… -dijo el chico pero al ver que el moreno no se movía agrego en un susurró –Es Hermione
-Hermione! Que le pasa-pregunto Harry sorprendido
-Ya te dije que no te puedo explicar aquí…Vamos –dijo Ron apresurado mientras guardaba algunas cosas en su bolsa.
Harry comenzó a comer lo más rápido posible y a los 5 minutos iban camino a la torre de Premios Anuales mientras Ron le costaba Harry lo que había sucedido.
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Después de un baño de 10 minutos, salió de la ducha y se vistió con una falda a la rodilla blanca y una camisa de tiras del mismo color con su túnica del colegio.
Bajo las escaleras y miro hacia la mesa donde Ron había dejado la carta.
Camino hacia una de las butacas en frente a la chimenea y, cuando estaba a punto de sentarse, escucho que alguien la llamaba detrás del retrato de la señora rosada.
-Sonuros Hipogrif –dijo la castaña y el retrato se abrió dando paso a sus dos amigos.
-Hermione cuanto lo siento –dijo Harry abrazando a su amiga en cuanto la tuvo al frente.
-Gracias…gracias a ambos por estar aquí cuando más los necesito –dijo la castaña cuando Harry la soltó secándose algunas lágrimas que se escaparon de sus ojos.
-Para eso somos los amigos cierto Harry? –respondió con una sonrisa y el moreno asintió sonriendo a su amigo.
Los chicos se sentaron en las sillas frente a la chimenea y Ron saco todo lo que había traído a la chica.
-Ron… yo no necesito tanto de comer…has traído comida como para un ejercito –dijo la chica sorprendida de toda la comida que había traído el pelirrojo.
-No no no no no vas a comer bien –respondió el chico a la alegación de su amiga.
La chica sonrió y empezó a comer lo que le apetecía mientras el pelirrojo la miraba ensimismado.
Los tres chicos se quedaron conversando amenamente el resto de la mañana y de esa manera la castaña estuvo distraída toda la mañana
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Ya había avisado al profesor Snape de su estadía en la escuela esa navidad.
Había pasado todo el día en los alrededores de la escuela analizando el porque de la decisión que había tomado pero no encontraba una explicación lógica y aceptable al porque quedarse en Hogwarts para navidad. Miro su reloj de pulsera… eran las 4:30 de la tarde, dentro de unos minutos tendría que ir a hablar con el director.
Caminaba por los pasillos repletos de estudiantes que se dirigían a sus hogares, camino hacia la sala común.
Llego al frente al retrato quien pidió la contraseña
-Sonorus Hipogriff –dijo el chico serio y el cuadro se abrió dejándolo pasar a la torre.
Antes de poner un pie dentro de la sala escucho que alguien, además de la inmunda, estaba adentro.
Entro en la torre con cautela y encontró al trío inesperado riendo a la chimenea
-Buenos Días –dijo el chico fríamente y subió las escaleras sin esperar respuestas.
Harry y Ron lo miraron extrañados y voltearon a mirar a la castaña quien no parecía extrañada
-Siempre lo hace…a pesar de do tiene buenos modales…creo –respondió la castaña al notar que sus dos amigos la miraban incrédulos.
Los tres chicos siguieron en su conversación sin olvidarse de la presencia del slytherine en la torre.
El chico entro altivo a su habitación y se sentó en la cómoda silla de su escritorio.
Pensativo, agarro un libro que reposaba en la mesa y trato de leer.
Después de unos segundos volvió a colocar el libro en la mesa y se sentó en la cama… volvió a mirar su reloj… ya eran las 5 de la tarde… la carta que había mandado ya debia de haber llegado; su padre ya debía de estar leyendo la noticia de su estadía en el colegio esa navidad.
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La pequeña figura recorría a gran velocidad la oscura estancia en dirección a las elegantes escaleras de mármol negro, cubierta con una larga alfombre verde fuerte.
Subió y recorrió los amplios pasillos llenos de cuadros y pequeñas estatuas de mármol camino a una habitación al fondo del largo pasillo.
Tocó la puerta con inseguridad y abrió la puerta suavemente.
-Que quieres- se escucho un a fría voz al fondo de la hermosa y elegante habitación.
La criatura camino inseguro hacia el amplio escritorio de caoba tallada con un magnífico escudo con una serpiente a la mitad y arriba de la misma una frase en latín.
La biblioteca de la mansión era espectacularmente hermosa, digna de un hombre como el que la ocupaba, llena de toda clase de libros y con finísimas sillas rodeando la grandiosa chimenea de mármol blanco que alumbraba la habitación
-carta de Hogwarts –dijo el pequeño elfo allegas frente al escritorio de su amo.
El hombre se dio la vuelta y agarro, el pequeño pergamino que el elfo había puesto en el escritorio.
-Retírate –dijo Lucius Malfoy mientras habría el proveniente de Hogwarts.
La criatura desapareció en cuanto escuchó la orden de su amo dejándolo a solas en la habitación.
Padre:
Te escribo para informarle que para esta navidad he decidido quedarme en la escuela con el motivo de adelantar mis estudios para los EXTASIS de este año.
Espero que no tenga ningún inconveniente y me permita permanecer en Hogwarts.
Draco Malfoy
Lucius quedo pensativo por unos segundos. Sabía que su hijo no necesitaba permanecer en Hogwarts para adelantar sus estudios. Lo podía hacer perfectamente en su habitación.
Se levantó de su silla y se dirigió hacia su habitación
-Zhaba –llamo el Malfoy enojado –arréglame las cosas…mañana temprano salgo para Hogwarts.
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-Harry apúrate que ya tenemos que irnos –se escucha la agitada voz de Ron Weasley bajando por las escaleras del castillo, dirigiéndose al gran comedor
-No vamos a despedirnos de Hermione –pregunto Harry llegando al pie de la escalera con su baúl en mano
-yo quede con ella de encontrarnos en el comedor –respondió Ron mientras caminaba apresurado hacia el siguiente grupo de escaleras.
-entonces apresurémonos que solo tenemos 30 minutos para que salga el tren –dijo el pelinegro mientras comenzaba a bajar el último grupo de escaleras y veía a Ron terminar las escaleras.
-Vamos! Si el que esta demorando eres tu –dijo el pelirrojo impaciente
-ya ya…-dijo el chico bajando el último escalón
Ambos gryffindors caminaron a la que daban sus fuerzas hasta llegar a la mesa de su casa, dentro del gran comedor.
-pensé que no llegaban –dijo una tenor y triste voz femenina a un lado de ambos chicos.
-pues vinimos lo mas rápido que pudimos pero Harry despidiéndose de se "amorcito" nos retraso –dijo Ron dejándose caer sobre una silla.
-Hey…no la voy a ver en dos semanas y además igual llegamos a tiempo –reclamo el pelinegro
-Como esta Sara? –pregunto Hermione para detener la pelea antes de que empeorara
-esta bien Hermi, gracias por la pregunta –respondió Harry con una sonrisa y un gran brillo en los ojos
Sara McGreyan era una hermosa chica de Ravenclaw con profundos ojos verdes olivas y un largo cabello lacio y castaño claro quien en ese último año había embrujado al gryffindor con su profunda mirada y sus sensuales movimientos
El chico acomodando su baúl a un lado de la silla y se dispuso a comer lo que pudiera antes de irse.
-segura que estarás bien Hermione –pregunto Ron al notar la melancólica mirada de la castaña sentada a su lado
-Si Ron! No te preocupes –respondió la chica tratando de sonar entusiasmada…aunque sin ningún éxito.
La chica bajo su triste mirada y se concentro en contar los puntos negros de su tostada.
-Buenos días jóvenes –los interrumpió una segura y amable voz a sus espaldas
Los tres chicos se voltearon a la par para encontrarse con la alegre mirada del director del colegio.
-Buenos Días profesor -respondieron los tres al mismo tiempo
-No creen que es hora de irse jóvenes –dijo el profesor dirigiéndose a los dos jóvenes –Señorita Granger, necesito que me acompañe –término mirando ahora la castaña
-vamonos Harry… ya debemos ir saliendo –dijo Ron mientras se levantaba y comenzaba a agarrar sus maletas
Harry y Hermione se levantaron al mismo tiempo para dirigirse a donde los llamaban
-Bueno… espero que…que pasen un a buena navidad… y que la disfruten por mi –termino Hermione con una triste y tenue voz que desarmo a ambos magos
-Seguro que no puedes venir con nosotros Herm? –pregunto Harry mientras abrazaba a la castaña para despedirse
-no te preocupes Harry, aquí estaré bien… además no quiero incomodar –respondió la chica después de soltar al pelinegro
-no digas eso Hermi, tu sabes que no estorbas a nadie en la madriguera –dijo Ron acercándose a ella para despedirse
-Todos los que vayan a tomara el tren hacia Londres, tienen 10 minutos para salir –se anuncio una voz desde la puerta
-Bueno… ya es hora de que se vayan… Vamos Vamos! Vayan! No se preocupen les prometo que estaré bien –termino la chica como despedida de sus amigos y siguió al director hacia una habitación detrás de el salón del comedor.
Cuando llegaron a la pequeña cámara, Hermione se sentó en una de las sillas situadas a los lados del salón junto al profesor Dumbledore
-Bueno… la he traído aquí pues tengo que darle una noticia –comenzó el director dejando a la joven muy preocupada
-Es por mi mamá? Algo le paso a mi madre –se apresuro a preguntar Hermione
-No no no Señorita Granger, su madre esta perfectamente, lo que tengo que decirle es acerca de su estadía en el colegio durante estas vacaciones –dijo Dumbledore tratando de tranquilizar a la joven
-Con permiso – se escuchó una voz fría proveniente de la puerta –que desea profesor –pregunto el chico entrando en la estancia
-Bueno siéntese joven Malfoy… los llame aquí para informarles que, ya que ustedes son los únicos dos estudiantes que se quedaron en Hogwarts se le asignarán tareas juntos
-QUE! –pregunto Hermione incredula –El… el va a…que…quedarse también
-no lo escuchaste ya Granger…acaso necesitas que te limpien los oídos también- dijo Draco sarcásticamente
Dumbledore solo los miraba mientras sonreía.
-Buenos Días –se escuchó una voz interrumpiendo la discusión de ambos jóvenes
-Buenos Días, Señor….-
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