Bueno, para los que siguen leyendo; aquí les dejo este capítulo que espero
disfruten tanto como yo al escribirlo.
Capítulo 5:
Cuando el viaje comienza
"Vaya en la que te has metido, Kate" –pensaba la joven maga arreglando su mochila antes de partir- "Cómo vas a sobrevivir en este mundo?"
"Todo listo?" –preguntó Aragorn recostándose a la puerta de la habitación de Kate- "Saldremos al medio día"
Kate se volteó y miró al montaraz con una sonrisa llena de inseguridad "Supongo" –dijo volviendo su cabeza a la mochila- "Ya no hay forma de dar vuelta atrás no?"
Aragorn frunció el ceño ante las palabras de Kate; observaba en ella miedo e inseguridad. La maga del futuro estaba más pálida de lo normal y trataba de evitar contacto visual con él. No hablaba casi y se concentraba solo en empacar cosas en su mochila, la cual se veía un tanto llena.
"Sospecho que la inseguridad se ha apoderado de nuestra compañera de viaje" –dijo Aragorn acercándose a Kate
La maga levantó la mirada para encontrarse con los ojos comprensivos del montaraz. En ese instante, todas las dudas y el desasosiego parecían minimizarse a una sencilla y simple emoción, fácil de desecharse. Pero aún así, Kate no estaba del todo segura sobre lo que había decidido hacer.
"Ninguno de nosotros lo está" –dijo Aragorn adivinando los pensamientos de Kate- "Ninguno está seguro de esto; todos sentimos miedo de lo que pueda pasar" –continuó colocando la mano sobre el hombro de la maga- "Pero es necesario dejar la duda de lado; ya que esta puede llevarnos a fracasar más adelante"
Kate sonrió, esta vez una sonrisa de entendimiento y alegría. Se consideraba muy afortunada de conocer a alguien como Aragorn y pequeños como los hobbits. Fue en ese momento cuando comprendió que su viaje no solo tenía por motivo ayudar a destruir el anillo de Sauron, sino conocer a esta maravillosa Era y aprender todo lo que pudiese de sus habitantes... eso, sin duda alguna sería lo que iba a hacer.
"Gracias, Aragorn" –dijo manteniendo la sonrisa en su cara- "Sin duda alguna, tus palabras de aliento me han hecho dejar de lado mis preocupaciones" –diciendo esto tomó su mochila y miró por la ventana una vez más antes de partir- "Haremos todo lo posible por destruir ese anillo"
"Así será" –dijo el hombre de ropas negras mirando a la joven maga con gran alegría.
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Aragorn acompañó a Kate a la salida y juntos marcharon hacia la sala principal para ahí esperar a los otros y partir después de medio día. Aragorn pronto se retiró hacia los pisos más elevados dejando a Kate cerca del nivel más bajo. Entonces, la maga se encontró con los cuatro hobbits de la comunidad debatiendo sobre la importancia de ellos en esta labor y de lo afortunados que eran a tenerlos como acompañantes; aunque a medida que Kate se acercaba escuchaba que la mayoría de estas palabras venían de boca de Merry y Pippin, quienes tenían la emoción y expectativa marcadas en la cara.
"De qué hablan mis pequeños amigos?" –dijo Kate asomándose entres el círculo formados por los hobbits.
"AHH!!!" –gritaron los cuatro sorprendidos, al parecer, por la repentina aparición de Kate entre ellos. La joven maga retrocedió unos pasos, solo para encontrarse con una piedra y, después de varios intentos por mantener el equilibrio, caer en el piso estrepitosamente. Hubo un momentáneo silencio, seguido la voz de la maga maldiciendo la caída y la fuerte risa de los hobbits que miraban asombrados a la joven en el piso.
"Hayan esto de alguna manera gracioso?" –dijo Kate apoyándose en sus manos para levantarse- "Esperen a que uno de ustedes esté en mi lugar y se darán cuenta de lo divertido que puede llegar a ser" –finalizó en tono sarcástico.
"Si hubieras visto la expresión en tu rostro justo antes de caer!" –dijo Pippin entre risas- "De seguro estuvieras riéndote como nosotros!"
"Tu..." –dijo Kate tratando de lucir amenazadora- "Ya verás peque-
"Permítame ayudarla, joven dama" –interrumpió una voz masculina ofreciendo su mano a la joven maga- "Un mujer tan bella no debería estar en el piso" –agregó...
Kate levantó el rostro para ver quién era. Ahí esta aquel enigmático personaje, que al fin dirigía una palabra hacia ella... una palabra muy cortés que ganó una leve sonrisa de Kate y una respuesta inmediata de ella extendiendo su mano para levantarse.
"Gracias, Boromir" –dijo sacudiendo sus ropas.
"No hay por qué agradecer, joven Kate; después de todo, es lo que cualquier hombre haría en sus cabales no?" –respondió Boromir besando la mano de la joven
Kate miró atónita al caballero en frente de ella. En su vida le habían besado su mano al saludarla; y quisiera o no, la sensación la hacía sentir muy bien. "Gusto en conocerlo, Boromir"
"Ya era hora de que nos presentáramos" –dijo el hombre de Gondor soltando la mano de Kate lentamente- "Después de todo; vamos a viajar juntos por toda Tierra Media"
"Si..." –dijo Kate que no sabía cómo continuar la conversación. La amabilidad de Boromir era demasiada; y ella no sentía que la amistad fuera el único motivo por el cual Boromir la haya tratado de esa manera; pero de todas formas seguía siendo una actitud muy cortés y amigable- "Supongo que pronto partiremos no?"
"Así es" –respondió una voz detrás de Boromir, interrumpiendo la corta conversación entre este y Kate- "Mucho gusto, soy Gimli hijo de Glóin" –continuó la voz de un enano que aparecía detrás del caballero- "Y es un honor conocer a la única mujer de la compañía" –terminó, acercándose a Kate
"El gusto es mío, señor enano" –dijo Kate con una sonrisa- "Soy Kate Connors y me place mucho saber que usted hará parte de la Comunidad del anillo"
El enano sonrió ampliamente ante el cumplido "Conozco a muchos humanos y mujeres de su raza; pero usted ha sido la más amable" –dijo inclinándose un poco
"Gracias" –dijo Kate volviendo la mirada a los hobbits que aún reían por su caída- "Podrían dejar de burlarse?" –preguntó tratando de parecer enojada
Los cuatro hobbits guardaron silencio y se colocaron derechos como si estuvieran en el ejercito, y exageraban las poses haciendo que todo el mundo se riera. Fue entonces cuando aparecieron Gandalf y Legolas que dejaron de reír.
"Veo que todos se encuentran muy animados para la partida" –dijo el mago acercándose a saludar.
Kate volteó la mirada hacia los recién llegados y no pudo evitar sentir una extraña emoción en su estomago al ver al acompañante de Gandalf que todavía no había dicho una palabra y sonreía levemente al ver a los cuatro hobbits comentando lo recién ocurrido. Kate observaba al mago gris, que tenía una extraña sonrisa en la cara y además al Elfo, que siempre aparentaba estar serio, con una leve en su rostro. Esto la hizo pensar que ellos sabían algo de lo que ella no se había dado por enterada.
"Por qué esa sonrisa, Gandalf?" –preguntó observando al mago mientras inclinaba un poco su cabeza a la derecha, haciendo más obvia su curiosidad- "Hay algo de lo que no me haya enterado?"
Gandalf guardó la compostura y volvió a tener un aire serio en su mirada; no sin antes decir: "Dolió mucho tu caída, joven Kate? Pude observar el acontecimiento desde arriba" –y con esto señaló un balcón que se alzaba sobre las escaleras y desde el cual se podía observar todo alrededor
Kate guardó silencio tratando de comprender el significado de aquellas palabras "La sonrisa" –pensó para sí- "Vio todo! Y... en compañía de Legolas!!" –continuó en su cabeza mientras alzaba las cejas con terror- "AHH!!!! Cuándo dejarás de ser tan traste, Kate! Qué clase de imagen tendrán de ti ahora? La de niña inmadura y descuidada?... genial... por qué siento cómo si regresara al colegio?"
Legolas miraba con atención la cara de Kate. Se podía ver claramente que ella se encontraba en plena discusión consigo misma y ni si quiera se daba cuenta de que el resto estaba observando su reacción. El Elfo no pudo evitar sonreír ligeramente una vez más ante la joven.
Kate levantó la mirada dándose cuenta de que tenía la atención de todos. Además de la extremada vergüenza que sentía en aquellos instantes, ahora era el centro de las miradas y no podía evitar sentirse más pequeña de lo normal. Pero aún así no permitiría que lo que quedaba de su dignidad fuese maltratada. "Eh..." –murmuró mientras pensaba en algo coherente para decir- "A qué horas partimos?" -dijo tratando de dejar a un lado el tema.
"Justo después del medio día. Partiremos con el Sol detrás de nosotros" –respondió Boromir acercándose a Kate.
"En ese caso ya falta poco para partir" –dijo Kate volteando su mirada a Boromir, en parte para evitar la de Legolas.
"Antes vamos a comer no?" –preguntó Pippin con cara de hambriento.
"Eso espero" –dijo Merry compartiendo la opinión de su amigo- "Debemos comer antes de partir. Hay que estar llenos y satisfechos para poder enfrentar a nuestros enemigos"
Kate se rió al igual que el resto "Calma Merry, no es que nos vayamos a encontrar con algún monstruo antes de llegar a la Montaña del Destino no?" –ante esta afirmación todos guardaron silencio. Kate comenzaba a sentirse incomoda una vez más, algo le decía que estaba realmente equivocada- "Verdad?" –preguntó con preocupación en su voz.
"Pero parece que vinieras de otro mundo, joven Kate" –dijo Gimli ante lo dicho por la maga- "Supongo que sabes que podemos esperar cualquier cosa en el camino de aquí a la montaña"
"Orcos, Arañas, Goblins" –dijo Boromir dando algunos ejemplos- "Eso sin mencionar a los animales salvajes que sirven de espías a Sauron" –agregó.
Kate abrió los ojos en sorpresa. Nunca había visto a alguno de aquellos seres mencionados; pero casi en seguida recordó las palabras de Elizabeth, que decía, eran los seres más horrendos en la faz de la tierra. Ahora, las arañas... de qué tipo de arañas hablaba?
"Pero todos sabemos defendernos aquí. Inclusive los pequeños hobbits tienen idea de esto no?" –continuó Boromir confiando en lo que decía. Pero la cara de Kate era otra. Una cara que decía no saber nada sobre el combate.
"Si tiene alguna idea sobre defenderse, no joven Kate?" –dijo Gimli observando la cara de la maga.
"Yo... eh..." –una vez más Kate buscaba algo coherente que decir- "Bueno... la verdad es que..." –todos esperaban la respuesta de la maga secreta- "No" –respondió con una falsa sonrisa.
Boromir y Gimli guardaron silencio. Al parecer Kate no tenía ni idea de cómo defenderse, y desde luego esto era un pequeño inconveniente.
"Bueno .." –dijo Boromir- "Está segura?, tal vez sepa manejar una espada" –propuso.
"No, lamento decir que no..." –respondió Kate en una negativa
"Un arco?" –continuó indagándola.
"Realmente no" –respondió Kate comenzando a sentir vergüenza de su patética defensa.
"Combate cuerpo a cuerpo?" –volvió a preguntar el hombre de cabellos claros.
Kate movió la cabeza en negación... tampoco sabía cómo. Después de todo, un mago no necesitaba esas cosas; aunque Kate recordaba vagamente que al comienzo de su entrenamiento como maga, Dave le propuso aprender a manejar la espada y la defensa personal; pero en ninguna de las dos cosas le fue bien y después de unas pocas lecciones se negó a continuar... quién iba a pensar que las necesitaría ahora?; Kate nunca pensó en llegar a tierra media.
"Un hacha, tal vez?" –indagó Gimli con la remota esperanza de escuchar un si.
"Nope" –respondió Kate mordiéndose el labio inferior.
"Que hay de un palo?" –interrumpió Pippin- "Un bate?"
Kate frunció el ceño en confusión "Un bate?" –pensó- "Qué clase de persona usa un bate para defenderse de Orcos?" –continuó para si- "No, Pippin. La verdad es que ni siquiera pensé que eso sirviera para combatir" –dijo riendo levemente.
"Creo que lo mejor será enseñarte a combatir en el camino a la Montaña" –dijo Boromir pensando en qué debería aprender Kate primero
"Estoy de acuerdo con Boromir" –dijo Gandalf entrando a la conversación- "Es importante que aprendas a defenderte, ya que muchos peligros nos asecharan tanto de día como de noche"
Kate guardó silencio. La sola idea de volver a tomar una espada no le hacía gracia, la última vez que lo hizo sufrió una torcedura en la muñeca al tratar de maniobrar con ella. Nunca le gustaron las armas de ningún tipo y mucho menos herir a alguien; siempre le había costado trabajo el pelear contra otro mago, sin importar que manejase magia negra... Nunca le había gustado la batalla pero desde que comenzó a usar magia debió aprender a combatir; solo que siempre se defendió con magia; nunca tocó a un oponente ni dejó que alguno se acercase... Y aunque salía con pequeños rasguños y golpes menores, prefería eso a tener que combatir cuerpo a cuerpo.
Pero no había otra opción; tendría que aprender, le gustase o no. No sería una carga para nadie. Nunca lo fue en su Era y menos en Tierra Media; no pondría en juego la seguridad de la compañía y mucho menos la de Frodo. Y si todo salía bien, no tardaría mucho en volver a usar sus poderes y entonces no tendría que combatir físicamente.
Levantó la mirada llena de expectativa "Está bien; cuando quieran aprenderé lo que sea necesario y haré mi mejor esfuerzo por hacerlo rápido" –dijo mirando a su alrededor. Todos parecían aceptar la idea y eso la alegraba; a pesar de que Legolas ya no se encontraba con ellos. –"Tal vez no fue culpa mía aquella torcedura en la muñeca; tal vez Dave no era buen profesor" –pensó para sí.
Después de haber acordado quién le enseñaría a Kate las distintas artes de defensa (dejando claro que Gimli le enseñaría a manejar el hacha y Pippin el bate), Kate y los demás conversaron un rato sobre los paisajes de las ciudades de donde provenían. Gandalf hacía compañía silenciosa y sólo escuchaba los relatos de cada uno. Se impresionaba al ver como Kate describía el lugar de donde venía; era maravillosa la forma en que nunca decía exactamente dónde quedaba el sitio ni mucho menos algo sobre su verdadera procedencia. Se limitaba solo a hablar de un bello paisaje lo bastante extraño para Tierra Media, como para corroborar la historia de que ella venía de las afueras de la misma, en grandes montañas apartadas de los grandes reinos.
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Gandalf se retiró para discutir unos asuntos finales con Elrond y dejó al resto hablando y riendo un poco. Hasta Boromir, que al principio estaba muy serio, ahora se mostraba más abierto y amable con los hobbits. Después de algún tiempo, Kate se excusó y fue a buscar a Aragorn; quería contarle sobre la posibilidad e que él le enseñase a manejar la espada o algún otra arma de guerra; pensaba que inclusive Legolas podría enseñarle a manejar el arco, aunque todavía era la hora en la que no habían sido presentados. La joven maga subió rápidamente unas largas escaleras de piedra blanca que llevaban a un segundo nivel llenos de habitaciones para huéspedes; en una de ellas se había quedado y probablemente Aragorn se encontraba cerca. A medida que iba alcanzando los últimos peldaños empezó a escuchar unas voces hablando. Al principio no podía detectar de quiénes eran o que decían, pero a medida que se iba acercando comenzaba a escuchar más claro su conversación.
"Estás seguro de tomar esa decisión Aragorn?" –preguntó una voz con tono de preocupación
Kate se acercaba a pasos cortos y lentos hacia la puerta de donde provenía la conversación; ella nunca acostumbraba a escuchar lo que otros hablaban, pero estando en Tierra Media, muchas cosas en ella habían cambiado y al parecer ésta era una de esas cosas.
"No sólo fue decisión mía, Legolas; también lo decidieron Gandalf y Elrond. Esto no fue tomado a la ligera!" –dijo Aragorn con voz seria haciendo lo más claro posible que la decisión ya estaba tomada.
"Pero si ella es sólo una niña!" –exclamó Legolas levantando la voz- "Y ni siquiera sabe cómo manejar una espada. No conoce nada sobre la defensa o el combate!"
Kate dejó de respirar en ese instante "Niña?" –pensó para sí- "Una niña que no sabe defenderse?!" -continuó en su cabeza mientras acumulaba más rabia- "Eso es lo que él piensa?! Que soy una niñita?!"
"Legolas, entiendo tu preocupación pero ella es muy valiosa para esta compañía y viajará con nosotros; estoy seguro de que querrá aprender a defenderse y lo hará muy bien" –dijo Aragorn tratando de calmar al Elfo
"Eso no lo sabes" –respondió Legolas- "Puede que sea de las que no toma una espada por miedo a quebrarse una uña, ni son capaces de pelear para no ensuciarse!" –continuó alzando un poco la voz; toda la compostura que le habían enseñado desde pequeño y que era una de las más importantes características de los Elfos la había perdido en esos momentos.
"Estúpido Elfo!!" –gritaba Kate en su mente, apretando los puños para liberar la tensión- "Qué se cree ah? Que porque tiene 2000 años encima puede venir a hablar así de mí?!" –lentamente se acercaba más a la puerta- "Estúpido ignorante!!! Elfo engreído!!!! Eso es lo que eres!!!" –decía para si con los ojos color fuego de la rabia- "Y pensar que me fijé en ese idiota... ahh!!!"
"Legolas, tendrás que confiar en mi palabra, ella no es todo lo que parece" –dijo Aragorn aún tranquilo.
"Aragorn, ella tiene- Legolas se detuvo al ver que una persona entraba a la habitación.
Kate había decidido aparecer en la escena, no soportando escuchar una palabra más sobre ella. El hombre y el Elfo voltearon a mirarla con sorpresa; no esperaban que alguien apareciera mientras conversaban, y mucho menos Kate. La joven maga traía un aire altivo en su mirada y caminaba con elegancia y por qué no? Arrogancia en su andar; no iba a permitir que un simple Elfo de los bosques pisoteara su orgullo; ya había tenido bastante de eso en su Era y había decidido no permitirlo nunca más.
"Aragorn, buenos días" –dijo con voz seria pero muy respetuosa- "Vine a pedirte un favor" –continuó ignorando al Elfo que enseguida se dio cuenta de la actitud de la joven- "Quería pedirte que me enseñaras a manejar la espada, ya que considero de suma importancia aprender a defenderme para no ser carga de nadie" –dijo no pudiendo ocultar el fuego en su mirada.
Aragorn no sabía qué decir. Era obvio que Kate había escuchado algo de la conversación y ahora estaba decidida a probar que todo lo que decía Legolas era falso. Pero a él no le preocupaba su seguridad, ya que después de todo, Kate era una maga, que como todas puede llegar a utilizar su fuerza para descargar alguna clase de frustración sobre cualquier aparecido; le preocupaba la seguridad de Legolas, que al parecer se había metido con la persona equivocada.
"Pero tal vez sea una niñita" –dijo Kate mientras colocaba una falsa sonrisa en su cara- "Y si toco una espada se me rompa una uña!" –exclamó mirándose las manos- "Después de todo..." –dijo mirando al Elfo con fuego en los ojos- "Tal vez me pueda ensuciar" – Y diciendo esto partió de la habitación aun empuñando las manos para no salir corriendo a ahorcar al engreído ojos azules.
Aragorn no pudo evitar sonreír ligeramente; nunca antes alguien había tratado de esa manera a Legolas, ya que era un príncipe y usualmente las jóvenes Elfas y mujeres tendían a enamorarse enseguida de él. Ahora se encontraban con una joven que, no solo dejó claro que no podían burlarse de ella, sino que dejó al Elfo en ridículo. Legolas regresó su mirada a Aragorn y vio la pequeña sonrisa en su cara. Los ojos del arquero se tornaron azul oscuro de la rabia, y más rabia le daba el ver al montaraz riéndose de eso; aquella joven mujer no sabía con quién se había metido.
"Debes tener cuidado, amigo mío" –dijo Aragorn colocando una mano sobre el hombro de Legolas- "No todas las mujeres son iguales, y me temo que Kate es una muy diferente" –agregó partiendo de la habitación. Quería decirle la verdadera identidad de ella, pero sabía que no podía; eran órdenes de Gandalf y Elrond; estaba seguro de que si le decía la verdad al Elfo, este hubiese deseado nunca haber abierto la boca.
"Es sólo una niña" –dijo Legolas para sí cuando Aragorn abandonó el lugar.
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Kate se sentó en un banco que encontró en los balcones; su rabia no había calmado y sus ojos cafés se mostraban aún ariscos y amenazadores. A la joven maga siempre la habían reconocido sus amigos por sus ojos; siempre mostraban alguna emoción y eso la hacía sumamente predecible, lo cual no era bueno algunas veces. La hechicera miraba a su alrededor tratando de calmarse; no tenía magia en esos momentos para descargar la rabia que tenía; aunque eso rara vez lo hacía ya que pocas veces se molestaba de esa manera y casi nunca utilizaba la magia como medio de canalización, cosa que la mayoría de magos practicaba. La paz de aquel lugar le ayudaba a despejar su mente y sentirse mejor. Cerró sus ojos y respiró profundamente el dulce y suave aroma de las flores, dejando que la brisa la tocara y se llevara toda esa confusión. Pronto la tranquilidad estaba de nuevo en su ser; tenía que agradecer a Tierra Media por esos bellos paisajes que lograban calmarla cada vez que el desasosiego la invadía.
Pero fue esa paz la que la llevó a descubrir lo que de verdad sentía. Aquella rabia no había sido causada por lo que Legolas había dicho; era por el hecho de que lo dicho era verdad y eso era lo que más la molestaba. La molestaba saber que no podía hacer nada; que no sabía pelear, que no podía defenderse, que tan sólo era una niña en comparación a el resto de la compañía. La frustraba saber que sin su magia no podía hacer nada, que era una carga; tal como lo dijo Legolas.
"No debes dejar que sus palabras te afecten" –dijo una voz detrás de Kate.
La maga volteó su cara limpiándose la pequeña lágrima que había corrido por su mejilla.
"Arwen!" –exclamó levantándose de un salto- "Cómo supiste que estaba aquí?"
"Aragorn habló conmigo hace unos momentos" –dijo la Elfa acercándose con una sonrisa en su rostro.
"Hablo contigo?" –indagó Kate un tanto confundida.
Al ver esto Arwen trató de explicarse mejor "Me ha dicho de las palabras de Legolas y el efecto que tuvieron en ti" –dijo mientras se sentaba.
Kate guardó silencio. Algo dentro de ella le decía que Arwen y Aragorn tenían un lazo muy especial que los unía; algo que ella no podía descifrar, pero que por alguna extraña razón deseaba tener algún día, fuese o no en contra de las leyes de el Concilio Blanco. Se sentó al lado de Arwen y miró al cielo del medio día; estaba segura de que Aragorn había hablado con la hija de Elrond para que ella viniera a calmar un poco su rabia; pero ya era un tanto tarde; no quedaba nada de rabia, sólo una profunda decepción e impotencia.
"No sé cómo seguir adelante con esto; Legolas tiene razón" –dijo con un tono de tristeza en su voz.
Arwen suavizó la mirada hacia Kate "Legolas puede llegar a hablar sin tener la razón, todos los Elfos podemos cometer errores al juzgar, unos más que otros"
Kate rió levemente "Este Elfo no se equivocó" –dijo con tono amargo- "No sé tomar la espada y lanzar la flecha; no tengo ni la más remota idea de cómo defenderme" –continuó evadiendo la mirada de Arwen- "Sin mi magia no sé cómo pueda ayudar"
"Hay más en ti que solo magia, Kate" –dijo Arwen colocando una delicada mano blanca sobre el hombro de Kate- "Eres firme en lo que crees y nunca dejas que nadie te arrebate eso. Eres justa pero fuerte cuando es necesario. Tu corazón es muy grande y bondadoso, y hay en ti una fuerza interna que nunca se apaga" Al oír esto, Kate no pudo evitar dejar caer una lágrima sobre su rostro. Nadie nunca había dicho algo así sobre ella. Ni si quiera aquellos más cercanos a ella. Volteó el rostro para enfrentar la mirada de Arwen y se encontró con una llena de compasión y cariño. No pudo evitar abrazar a la Elfa.
"Si dices que soy tan fuerte..." –dijo casi con un susurro de voz- "Entonces por qué me siento tan débil e impotente?"
Arwen abrazó a la joven maga y dijo reconfortándola "Porque cuando sientes como un Elfo, a veces el corazón no resiste algo tan grande y sientes dolor y pesar dentro de ti. Pero recuerda que a veces el dolor nos recuerda que estamos vivos y nos impulsa a seguir adelante; si así lo decidimos"
Kate dejó de abrazar a Arwen para secarse las lágrimas del rostro "Es un honor ser comparada con un Elfo, y agradezco infinitamente tu apoyo... no sabes cuánto" –dijo la maga con una sonrisa en su rostro
"A veces es imposible evitar el dolor, pero nunca debes rendirte ante él, Kate. Has venido a esta Era para hacer algo muy importante y aunque puedas sentirte impotente, deberás dejar de lado ese sentimiento y usar toda tu fuerza para probar lo contrario" –dijo levantándose de la silla
Kate se levantó y le dio un último abrazo a Arwen "No caeré en manos de la incertidumbre; no antes de pelear con toda mi fuerza para evitarla. Seré joven y quizás niña ante los ojos de muchos, pero esta maga no dejará que la oscuridad nuble sus propósitos. Ayudaré a destruir ese anillo dando mi vida si es necesario"
Hacía tiempo que Arwen Undómiel no veía tanta determinación en los ojos de una mujer humana. Era cierto que Kate era aún muy joven, pero su fuerza se asemejaba a la de los grandes magos del principio de Tierra Media y a la de los Elfos de Alto Linaje que se encontraban ya en los puertos grises del oeste. Esto sin duda alguna asombraba a la hija de Elrond. Nunca antes había visto tal combinación en ningún humano... ni siquiera Elfo. Y todo esto resultaba aún más increíble viniendo de alguien que pertenecía a un futuro, que por su descripción, había olvidado la magia y con ella a toda Tierra Media.
"Sé que lo harás y tarde o temprano todos se darán cuenta de tu gran fuerza" –dijo sonriendo ante su previa observación- "Pero mientras tanto, te encontrarás en el camino con seres de todo tipo que te considerarán sólo una mujer y no una guerrera de corazón; será entonces cuando tendrás que probar con o sin magia tu verdadero poder"
"Así lo haré" –dijo Kate sintiéndose completamente renovada por la conversación.
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Kate regresó con los demás para tener una última comida antes de partir a lo incierto. Mientras regresaba sola por los pasillos; decidió que sin importar cuán dura fuese la tarea de aprender a defenderse y a proteger a los demás, daría todo de sí por aprender lo más rápido y no dejaría que nadie la hiciera sentir menos que los demás... ni si quiera un Elfo... ese Elfo. Probaría ser tan guerrera como el mismo Aragorn y entonces, aquel que se atrevió a llamarla niñita tendría que tragarse todas sus palabras y jamás volver a dirigirse a ella como se dirige a las damitas Elfas de su reino.
La comida fue abundante y la conversación animada. Todos trataban de disfrutar sus últimos momentos en Rivendel y postergar todo lo posible los pensamientos sobre el viaje. Kate habló un poco con Aragorn, quien estuvo totalmente dispuesto a enseñarla a manejar la espada. Compartió también con Gimli y los hobbits por un rato, mientras reían con los cuentos de Gimli. Terminándose la cena, Kate intercambió algunas palabras con Gandalf mientras el resto preparaban los últimos detalles del viaje.
"Te ves con una energía renovada, joven Kate" –dijo Gandalf con una sonrisa
"Así es Gandalf" –respondió kate mientras veía a los otro recoger sus cosas. Ella ya estaba lista; tenía su mochila cargada con todo lo que había traído y algunas provisiones extra para el viaje. Su ropa, visiblemente distinta a la de los demás, era lo único que la diferenciaba del resto de la Compañía- "Estoy preparada para cualquier cosa"
Gandalf no pudo evitar reírse un poco ante el comentario, más parecía que Kate iba conquistar tierras desconocidas, que irse a una misión como la de destruir el anillo.
"Me anima mucho tu entusiasmo, sin duda alguna lo vas a necesitar durante el trayecto" –dijo volviendo la mirada hacia la maga- "Todos lo necesitarán"
La maga sonrió cuando entró Elrond a lugar y saldó a todos con gran entusiasmo. Mientras ella hablaba algunas cosas con el señor de Rivendel, Gandalf no pudo evitar recordar el incidente el día del Concilio:
..."Para!" –gritó apenas Gandalf acabó de pronunciar la última palabra- "Por favor gandalf, no digas más!... no... no las pronuncies!... ni siquiera las pienses!" –exclamó levantándose de su silla; el aire le faltaba y respiraba muy agitadamente- "Os ruego..." –dijo con la mirada triste, cansada y baja...
"Definitivamente esta maga es alguien muy especial, tanto para esta Era como para la suya" –pensó Gandalf observando a todos en el lugar- "Pocos tiene una sensibilidad como la de los Elfos y solo algunos magos sienten tanta repulsión ante el lenguaje de Mordor"
Pero era ya muy tarde para ponerse a pensar en esas cosas. Todos estaban listos, y la tan postergada hora de partida al fin llegó. Como si se pusieran de acuerdo, la compañía guardó silencio repentinamente y Elrond habló una vez más, despidiéndose de todos y dando los últimos concejos antes de la partida. Le recordó a Frodo la importancia de no entregar el anillo a nadie y lo imprudente que sería usarlo. Después de esto, la compañía se dispuso a salir mientras todos los habitantes de Rivendel los despedían asomados por los balcones y las puertas principales. Era ahora cuando la verdadera aventura comenzaría y donde todo se vería afectado por el destino de uno solo: Frodo.
Kate miró una vez más a Rivendel antes deque se alejaran aún más. Llevaba consigo el recuerdo de Arwen y Elrond que siempre calentaría su corazón en las horas más frías y serviría de luz en los momentos más oscuros. No podía negar que todavía tenía muchas dudas sobre su viaje y el verdadero motivo de su llegada a Tierra Media... sospechaba que su misión no sólo consistía en ayudar a destruir el anillo; había algo más que aún tendría que deducir. Miró al cielo que comenzaba a oscurecerse y dijo para sí "Sólo es el comienzo... y estaré lista para enfrentar el final"
Silver Card: Bueno... esto es todo por este capítulo y espero les haya gustado.. por favor dejen sus reviews con sus comentarios... chao
Capítulo 5:
Cuando el viaje comienza
"Vaya en la que te has metido, Kate" –pensaba la joven maga arreglando su mochila antes de partir- "Cómo vas a sobrevivir en este mundo?"
"Todo listo?" –preguntó Aragorn recostándose a la puerta de la habitación de Kate- "Saldremos al medio día"
Kate se volteó y miró al montaraz con una sonrisa llena de inseguridad "Supongo" –dijo volviendo su cabeza a la mochila- "Ya no hay forma de dar vuelta atrás no?"
Aragorn frunció el ceño ante las palabras de Kate; observaba en ella miedo e inseguridad. La maga del futuro estaba más pálida de lo normal y trataba de evitar contacto visual con él. No hablaba casi y se concentraba solo en empacar cosas en su mochila, la cual se veía un tanto llena.
"Sospecho que la inseguridad se ha apoderado de nuestra compañera de viaje" –dijo Aragorn acercándose a Kate
La maga levantó la mirada para encontrarse con los ojos comprensivos del montaraz. En ese instante, todas las dudas y el desasosiego parecían minimizarse a una sencilla y simple emoción, fácil de desecharse. Pero aún así, Kate no estaba del todo segura sobre lo que había decidido hacer.
"Ninguno de nosotros lo está" –dijo Aragorn adivinando los pensamientos de Kate- "Ninguno está seguro de esto; todos sentimos miedo de lo que pueda pasar" –continuó colocando la mano sobre el hombro de la maga- "Pero es necesario dejar la duda de lado; ya que esta puede llevarnos a fracasar más adelante"
Kate sonrió, esta vez una sonrisa de entendimiento y alegría. Se consideraba muy afortunada de conocer a alguien como Aragorn y pequeños como los hobbits. Fue en ese momento cuando comprendió que su viaje no solo tenía por motivo ayudar a destruir el anillo de Sauron, sino conocer a esta maravillosa Era y aprender todo lo que pudiese de sus habitantes... eso, sin duda alguna sería lo que iba a hacer.
"Gracias, Aragorn" –dijo manteniendo la sonrisa en su cara- "Sin duda alguna, tus palabras de aliento me han hecho dejar de lado mis preocupaciones" –diciendo esto tomó su mochila y miró por la ventana una vez más antes de partir- "Haremos todo lo posible por destruir ese anillo"
"Así será" –dijo el hombre de ropas negras mirando a la joven maga con gran alegría.
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Aragorn acompañó a Kate a la salida y juntos marcharon hacia la sala principal para ahí esperar a los otros y partir después de medio día. Aragorn pronto se retiró hacia los pisos más elevados dejando a Kate cerca del nivel más bajo. Entonces, la maga se encontró con los cuatro hobbits de la comunidad debatiendo sobre la importancia de ellos en esta labor y de lo afortunados que eran a tenerlos como acompañantes; aunque a medida que Kate se acercaba escuchaba que la mayoría de estas palabras venían de boca de Merry y Pippin, quienes tenían la emoción y expectativa marcadas en la cara.
"De qué hablan mis pequeños amigos?" –dijo Kate asomándose entres el círculo formados por los hobbits.
"AHH!!!" –gritaron los cuatro sorprendidos, al parecer, por la repentina aparición de Kate entre ellos. La joven maga retrocedió unos pasos, solo para encontrarse con una piedra y, después de varios intentos por mantener el equilibrio, caer en el piso estrepitosamente. Hubo un momentáneo silencio, seguido la voz de la maga maldiciendo la caída y la fuerte risa de los hobbits que miraban asombrados a la joven en el piso.
"Hayan esto de alguna manera gracioso?" –dijo Kate apoyándose en sus manos para levantarse- "Esperen a que uno de ustedes esté en mi lugar y se darán cuenta de lo divertido que puede llegar a ser" –finalizó en tono sarcástico.
"Si hubieras visto la expresión en tu rostro justo antes de caer!" –dijo Pippin entre risas- "De seguro estuvieras riéndote como nosotros!"
"Tu..." –dijo Kate tratando de lucir amenazadora- "Ya verás peque-
"Permítame ayudarla, joven dama" –interrumpió una voz masculina ofreciendo su mano a la joven maga- "Un mujer tan bella no debería estar en el piso" –agregó...
Kate levantó el rostro para ver quién era. Ahí esta aquel enigmático personaje, que al fin dirigía una palabra hacia ella... una palabra muy cortés que ganó una leve sonrisa de Kate y una respuesta inmediata de ella extendiendo su mano para levantarse.
"Gracias, Boromir" –dijo sacudiendo sus ropas.
"No hay por qué agradecer, joven Kate; después de todo, es lo que cualquier hombre haría en sus cabales no?" –respondió Boromir besando la mano de la joven
Kate miró atónita al caballero en frente de ella. En su vida le habían besado su mano al saludarla; y quisiera o no, la sensación la hacía sentir muy bien. "Gusto en conocerlo, Boromir"
"Ya era hora de que nos presentáramos" –dijo el hombre de Gondor soltando la mano de Kate lentamente- "Después de todo; vamos a viajar juntos por toda Tierra Media"
"Si..." –dijo Kate que no sabía cómo continuar la conversación. La amabilidad de Boromir era demasiada; y ella no sentía que la amistad fuera el único motivo por el cual Boromir la haya tratado de esa manera; pero de todas formas seguía siendo una actitud muy cortés y amigable- "Supongo que pronto partiremos no?"
"Así es" –respondió una voz detrás de Boromir, interrumpiendo la corta conversación entre este y Kate- "Mucho gusto, soy Gimli hijo de Glóin" –continuó la voz de un enano que aparecía detrás del caballero- "Y es un honor conocer a la única mujer de la compañía" –terminó, acercándose a Kate
"El gusto es mío, señor enano" –dijo Kate con una sonrisa- "Soy Kate Connors y me place mucho saber que usted hará parte de la Comunidad del anillo"
El enano sonrió ampliamente ante el cumplido "Conozco a muchos humanos y mujeres de su raza; pero usted ha sido la más amable" –dijo inclinándose un poco
"Gracias" –dijo Kate volviendo la mirada a los hobbits que aún reían por su caída- "Podrían dejar de burlarse?" –preguntó tratando de parecer enojada
Los cuatro hobbits guardaron silencio y se colocaron derechos como si estuvieran en el ejercito, y exageraban las poses haciendo que todo el mundo se riera. Fue entonces cuando aparecieron Gandalf y Legolas que dejaron de reír.
"Veo que todos se encuentran muy animados para la partida" –dijo el mago acercándose a saludar.
Kate volteó la mirada hacia los recién llegados y no pudo evitar sentir una extraña emoción en su estomago al ver al acompañante de Gandalf que todavía no había dicho una palabra y sonreía levemente al ver a los cuatro hobbits comentando lo recién ocurrido. Kate observaba al mago gris, que tenía una extraña sonrisa en la cara y además al Elfo, que siempre aparentaba estar serio, con una leve en su rostro. Esto la hizo pensar que ellos sabían algo de lo que ella no se había dado por enterada.
"Por qué esa sonrisa, Gandalf?" –preguntó observando al mago mientras inclinaba un poco su cabeza a la derecha, haciendo más obvia su curiosidad- "Hay algo de lo que no me haya enterado?"
Gandalf guardó la compostura y volvió a tener un aire serio en su mirada; no sin antes decir: "Dolió mucho tu caída, joven Kate? Pude observar el acontecimiento desde arriba" –y con esto señaló un balcón que se alzaba sobre las escaleras y desde el cual se podía observar todo alrededor
Kate guardó silencio tratando de comprender el significado de aquellas palabras "La sonrisa" –pensó para sí- "Vio todo! Y... en compañía de Legolas!!" –continuó en su cabeza mientras alzaba las cejas con terror- "AHH!!!! Cuándo dejarás de ser tan traste, Kate! Qué clase de imagen tendrán de ti ahora? La de niña inmadura y descuidada?... genial... por qué siento cómo si regresara al colegio?"
Legolas miraba con atención la cara de Kate. Se podía ver claramente que ella se encontraba en plena discusión consigo misma y ni si quiera se daba cuenta de que el resto estaba observando su reacción. El Elfo no pudo evitar sonreír ligeramente una vez más ante la joven.
Kate levantó la mirada dándose cuenta de que tenía la atención de todos. Además de la extremada vergüenza que sentía en aquellos instantes, ahora era el centro de las miradas y no podía evitar sentirse más pequeña de lo normal. Pero aún así no permitiría que lo que quedaba de su dignidad fuese maltratada. "Eh..." –murmuró mientras pensaba en algo coherente para decir- "A qué horas partimos?" -dijo tratando de dejar a un lado el tema.
"Justo después del medio día. Partiremos con el Sol detrás de nosotros" –respondió Boromir acercándose a Kate.
"En ese caso ya falta poco para partir" –dijo Kate volteando su mirada a Boromir, en parte para evitar la de Legolas.
"Antes vamos a comer no?" –preguntó Pippin con cara de hambriento.
"Eso espero" –dijo Merry compartiendo la opinión de su amigo- "Debemos comer antes de partir. Hay que estar llenos y satisfechos para poder enfrentar a nuestros enemigos"
Kate se rió al igual que el resto "Calma Merry, no es que nos vayamos a encontrar con algún monstruo antes de llegar a la Montaña del Destino no?" –ante esta afirmación todos guardaron silencio. Kate comenzaba a sentirse incomoda una vez más, algo le decía que estaba realmente equivocada- "Verdad?" –preguntó con preocupación en su voz.
"Pero parece que vinieras de otro mundo, joven Kate" –dijo Gimli ante lo dicho por la maga- "Supongo que sabes que podemos esperar cualquier cosa en el camino de aquí a la montaña"
"Orcos, Arañas, Goblins" –dijo Boromir dando algunos ejemplos- "Eso sin mencionar a los animales salvajes que sirven de espías a Sauron" –agregó.
Kate abrió los ojos en sorpresa. Nunca había visto a alguno de aquellos seres mencionados; pero casi en seguida recordó las palabras de Elizabeth, que decía, eran los seres más horrendos en la faz de la tierra. Ahora, las arañas... de qué tipo de arañas hablaba?
"Pero todos sabemos defendernos aquí. Inclusive los pequeños hobbits tienen idea de esto no?" –continuó Boromir confiando en lo que decía. Pero la cara de Kate era otra. Una cara que decía no saber nada sobre el combate.
"Si tiene alguna idea sobre defenderse, no joven Kate?" –dijo Gimli observando la cara de la maga.
"Yo... eh..." –una vez más Kate buscaba algo coherente que decir- "Bueno... la verdad es que..." –todos esperaban la respuesta de la maga secreta- "No" –respondió con una falsa sonrisa.
Boromir y Gimli guardaron silencio. Al parecer Kate no tenía ni idea de cómo defenderse, y desde luego esto era un pequeño inconveniente.
"Bueno .." –dijo Boromir- "Está segura?, tal vez sepa manejar una espada" –propuso.
"No, lamento decir que no..." –respondió Kate en una negativa
"Un arco?" –continuó indagándola.
"Realmente no" –respondió Kate comenzando a sentir vergüenza de su patética defensa.
"Combate cuerpo a cuerpo?" –volvió a preguntar el hombre de cabellos claros.
Kate movió la cabeza en negación... tampoco sabía cómo. Después de todo, un mago no necesitaba esas cosas; aunque Kate recordaba vagamente que al comienzo de su entrenamiento como maga, Dave le propuso aprender a manejar la espada y la defensa personal; pero en ninguna de las dos cosas le fue bien y después de unas pocas lecciones se negó a continuar... quién iba a pensar que las necesitaría ahora?; Kate nunca pensó en llegar a tierra media.
"Un hacha, tal vez?" –indagó Gimli con la remota esperanza de escuchar un si.
"Nope" –respondió Kate mordiéndose el labio inferior.
"Que hay de un palo?" –interrumpió Pippin- "Un bate?"
Kate frunció el ceño en confusión "Un bate?" –pensó- "Qué clase de persona usa un bate para defenderse de Orcos?" –continuó para si- "No, Pippin. La verdad es que ni siquiera pensé que eso sirviera para combatir" –dijo riendo levemente.
"Creo que lo mejor será enseñarte a combatir en el camino a la Montaña" –dijo Boromir pensando en qué debería aprender Kate primero
"Estoy de acuerdo con Boromir" –dijo Gandalf entrando a la conversación- "Es importante que aprendas a defenderte, ya que muchos peligros nos asecharan tanto de día como de noche"
Kate guardó silencio. La sola idea de volver a tomar una espada no le hacía gracia, la última vez que lo hizo sufrió una torcedura en la muñeca al tratar de maniobrar con ella. Nunca le gustaron las armas de ningún tipo y mucho menos herir a alguien; siempre le había costado trabajo el pelear contra otro mago, sin importar que manejase magia negra... Nunca le había gustado la batalla pero desde que comenzó a usar magia debió aprender a combatir; solo que siempre se defendió con magia; nunca tocó a un oponente ni dejó que alguno se acercase... Y aunque salía con pequeños rasguños y golpes menores, prefería eso a tener que combatir cuerpo a cuerpo.
Pero no había otra opción; tendría que aprender, le gustase o no. No sería una carga para nadie. Nunca lo fue en su Era y menos en Tierra Media; no pondría en juego la seguridad de la compañía y mucho menos la de Frodo. Y si todo salía bien, no tardaría mucho en volver a usar sus poderes y entonces no tendría que combatir físicamente.
Levantó la mirada llena de expectativa "Está bien; cuando quieran aprenderé lo que sea necesario y haré mi mejor esfuerzo por hacerlo rápido" –dijo mirando a su alrededor. Todos parecían aceptar la idea y eso la alegraba; a pesar de que Legolas ya no se encontraba con ellos. –"Tal vez no fue culpa mía aquella torcedura en la muñeca; tal vez Dave no era buen profesor" –pensó para sí.
Después de haber acordado quién le enseñaría a Kate las distintas artes de defensa (dejando claro que Gimli le enseñaría a manejar el hacha y Pippin el bate), Kate y los demás conversaron un rato sobre los paisajes de las ciudades de donde provenían. Gandalf hacía compañía silenciosa y sólo escuchaba los relatos de cada uno. Se impresionaba al ver como Kate describía el lugar de donde venía; era maravillosa la forma en que nunca decía exactamente dónde quedaba el sitio ni mucho menos algo sobre su verdadera procedencia. Se limitaba solo a hablar de un bello paisaje lo bastante extraño para Tierra Media, como para corroborar la historia de que ella venía de las afueras de la misma, en grandes montañas apartadas de los grandes reinos.
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Gandalf se retiró para discutir unos asuntos finales con Elrond y dejó al resto hablando y riendo un poco. Hasta Boromir, que al principio estaba muy serio, ahora se mostraba más abierto y amable con los hobbits. Después de algún tiempo, Kate se excusó y fue a buscar a Aragorn; quería contarle sobre la posibilidad e que él le enseñase a manejar la espada o algún otra arma de guerra; pensaba que inclusive Legolas podría enseñarle a manejar el arco, aunque todavía era la hora en la que no habían sido presentados. La joven maga subió rápidamente unas largas escaleras de piedra blanca que llevaban a un segundo nivel llenos de habitaciones para huéspedes; en una de ellas se había quedado y probablemente Aragorn se encontraba cerca. A medida que iba alcanzando los últimos peldaños empezó a escuchar unas voces hablando. Al principio no podía detectar de quiénes eran o que decían, pero a medida que se iba acercando comenzaba a escuchar más claro su conversación.
"Estás seguro de tomar esa decisión Aragorn?" –preguntó una voz con tono de preocupación
Kate se acercaba a pasos cortos y lentos hacia la puerta de donde provenía la conversación; ella nunca acostumbraba a escuchar lo que otros hablaban, pero estando en Tierra Media, muchas cosas en ella habían cambiado y al parecer ésta era una de esas cosas.
"No sólo fue decisión mía, Legolas; también lo decidieron Gandalf y Elrond. Esto no fue tomado a la ligera!" –dijo Aragorn con voz seria haciendo lo más claro posible que la decisión ya estaba tomada.
"Pero si ella es sólo una niña!" –exclamó Legolas levantando la voz- "Y ni siquiera sabe cómo manejar una espada. No conoce nada sobre la defensa o el combate!"
Kate dejó de respirar en ese instante "Niña?" –pensó para sí- "Una niña que no sabe defenderse?!" -continuó en su cabeza mientras acumulaba más rabia- "Eso es lo que él piensa?! Que soy una niñita?!"
"Legolas, entiendo tu preocupación pero ella es muy valiosa para esta compañía y viajará con nosotros; estoy seguro de que querrá aprender a defenderse y lo hará muy bien" –dijo Aragorn tratando de calmar al Elfo
"Eso no lo sabes" –respondió Legolas- "Puede que sea de las que no toma una espada por miedo a quebrarse una uña, ni son capaces de pelear para no ensuciarse!" –continuó alzando un poco la voz; toda la compostura que le habían enseñado desde pequeño y que era una de las más importantes características de los Elfos la había perdido en esos momentos.
"Estúpido Elfo!!" –gritaba Kate en su mente, apretando los puños para liberar la tensión- "Qué se cree ah? Que porque tiene 2000 años encima puede venir a hablar así de mí?!" –lentamente se acercaba más a la puerta- "Estúpido ignorante!!! Elfo engreído!!!! Eso es lo que eres!!!" –decía para si con los ojos color fuego de la rabia- "Y pensar que me fijé en ese idiota... ahh!!!"
"Legolas, tendrás que confiar en mi palabra, ella no es todo lo que parece" –dijo Aragorn aún tranquilo.
"Aragorn, ella tiene- Legolas se detuvo al ver que una persona entraba a la habitación.
Kate había decidido aparecer en la escena, no soportando escuchar una palabra más sobre ella. El hombre y el Elfo voltearon a mirarla con sorpresa; no esperaban que alguien apareciera mientras conversaban, y mucho menos Kate. La joven maga traía un aire altivo en su mirada y caminaba con elegancia y por qué no? Arrogancia en su andar; no iba a permitir que un simple Elfo de los bosques pisoteara su orgullo; ya había tenido bastante de eso en su Era y había decidido no permitirlo nunca más.
"Aragorn, buenos días" –dijo con voz seria pero muy respetuosa- "Vine a pedirte un favor" –continuó ignorando al Elfo que enseguida se dio cuenta de la actitud de la joven- "Quería pedirte que me enseñaras a manejar la espada, ya que considero de suma importancia aprender a defenderme para no ser carga de nadie" –dijo no pudiendo ocultar el fuego en su mirada.
Aragorn no sabía qué decir. Era obvio que Kate había escuchado algo de la conversación y ahora estaba decidida a probar que todo lo que decía Legolas era falso. Pero a él no le preocupaba su seguridad, ya que después de todo, Kate era una maga, que como todas puede llegar a utilizar su fuerza para descargar alguna clase de frustración sobre cualquier aparecido; le preocupaba la seguridad de Legolas, que al parecer se había metido con la persona equivocada.
"Pero tal vez sea una niñita" –dijo Kate mientras colocaba una falsa sonrisa en su cara- "Y si toco una espada se me rompa una uña!" –exclamó mirándose las manos- "Después de todo..." –dijo mirando al Elfo con fuego en los ojos- "Tal vez me pueda ensuciar" – Y diciendo esto partió de la habitación aun empuñando las manos para no salir corriendo a ahorcar al engreído ojos azules.
Aragorn no pudo evitar sonreír ligeramente; nunca antes alguien había tratado de esa manera a Legolas, ya que era un príncipe y usualmente las jóvenes Elfas y mujeres tendían a enamorarse enseguida de él. Ahora se encontraban con una joven que, no solo dejó claro que no podían burlarse de ella, sino que dejó al Elfo en ridículo. Legolas regresó su mirada a Aragorn y vio la pequeña sonrisa en su cara. Los ojos del arquero se tornaron azul oscuro de la rabia, y más rabia le daba el ver al montaraz riéndose de eso; aquella joven mujer no sabía con quién se había metido.
"Debes tener cuidado, amigo mío" –dijo Aragorn colocando una mano sobre el hombro de Legolas- "No todas las mujeres son iguales, y me temo que Kate es una muy diferente" –agregó partiendo de la habitación. Quería decirle la verdadera identidad de ella, pero sabía que no podía; eran órdenes de Gandalf y Elrond; estaba seguro de que si le decía la verdad al Elfo, este hubiese deseado nunca haber abierto la boca.
"Es sólo una niña" –dijo Legolas para sí cuando Aragorn abandonó el lugar.
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Kate se sentó en un banco que encontró en los balcones; su rabia no había calmado y sus ojos cafés se mostraban aún ariscos y amenazadores. A la joven maga siempre la habían reconocido sus amigos por sus ojos; siempre mostraban alguna emoción y eso la hacía sumamente predecible, lo cual no era bueno algunas veces. La hechicera miraba a su alrededor tratando de calmarse; no tenía magia en esos momentos para descargar la rabia que tenía; aunque eso rara vez lo hacía ya que pocas veces se molestaba de esa manera y casi nunca utilizaba la magia como medio de canalización, cosa que la mayoría de magos practicaba. La paz de aquel lugar le ayudaba a despejar su mente y sentirse mejor. Cerró sus ojos y respiró profundamente el dulce y suave aroma de las flores, dejando que la brisa la tocara y se llevara toda esa confusión. Pronto la tranquilidad estaba de nuevo en su ser; tenía que agradecer a Tierra Media por esos bellos paisajes que lograban calmarla cada vez que el desasosiego la invadía.
Pero fue esa paz la que la llevó a descubrir lo que de verdad sentía. Aquella rabia no había sido causada por lo que Legolas había dicho; era por el hecho de que lo dicho era verdad y eso era lo que más la molestaba. La molestaba saber que no podía hacer nada; que no sabía pelear, que no podía defenderse, que tan sólo era una niña en comparación a el resto de la compañía. La frustraba saber que sin su magia no podía hacer nada, que era una carga; tal como lo dijo Legolas.
"No debes dejar que sus palabras te afecten" –dijo una voz detrás de Kate.
La maga volteó su cara limpiándose la pequeña lágrima que había corrido por su mejilla.
"Arwen!" –exclamó levantándose de un salto- "Cómo supiste que estaba aquí?"
"Aragorn habló conmigo hace unos momentos" –dijo la Elfa acercándose con una sonrisa en su rostro.
"Hablo contigo?" –indagó Kate un tanto confundida.
Al ver esto Arwen trató de explicarse mejor "Me ha dicho de las palabras de Legolas y el efecto que tuvieron en ti" –dijo mientras se sentaba.
Kate guardó silencio. Algo dentro de ella le decía que Arwen y Aragorn tenían un lazo muy especial que los unía; algo que ella no podía descifrar, pero que por alguna extraña razón deseaba tener algún día, fuese o no en contra de las leyes de el Concilio Blanco. Se sentó al lado de Arwen y miró al cielo del medio día; estaba segura de que Aragorn había hablado con la hija de Elrond para que ella viniera a calmar un poco su rabia; pero ya era un tanto tarde; no quedaba nada de rabia, sólo una profunda decepción e impotencia.
"No sé cómo seguir adelante con esto; Legolas tiene razón" –dijo con un tono de tristeza en su voz.
Arwen suavizó la mirada hacia Kate "Legolas puede llegar a hablar sin tener la razón, todos los Elfos podemos cometer errores al juzgar, unos más que otros"
Kate rió levemente "Este Elfo no se equivocó" –dijo con tono amargo- "No sé tomar la espada y lanzar la flecha; no tengo ni la más remota idea de cómo defenderme" –continuó evadiendo la mirada de Arwen- "Sin mi magia no sé cómo pueda ayudar"
"Hay más en ti que solo magia, Kate" –dijo Arwen colocando una delicada mano blanca sobre el hombro de Kate- "Eres firme en lo que crees y nunca dejas que nadie te arrebate eso. Eres justa pero fuerte cuando es necesario. Tu corazón es muy grande y bondadoso, y hay en ti una fuerza interna que nunca se apaga" Al oír esto, Kate no pudo evitar dejar caer una lágrima sobre su rostro. Nadie nunca había dicho algo así sobre ella. Ni si quiera aquellos más cercanos a ella. Volteó el rostro para enfrentar la mirada de Arwen y se encontró con una llena de compasión y cariño. No pudo evitar abrazar a la Elfa.
"Si dices que soy tan fuerte..." –dijo casi con un susurro de voz- "Entonces por qué me siento tan débil e impotente?"
Arwen abrazó a la joven maga y dijo reconfortándola "Porque cuando sientes como un Elfo, a veces el corazón no resiste algo tan grande y sientes dolor y pesar dentro de ti. Pero recuerda que a veces el dolor nos recuerda que estamos vivos y nos impulsa a seguir adelante; si así lo decidimos"
Kate dejó de abrazar a Arwen para secarse las lágrimas del rostro "Es un honor ser comparada con un Elfo, y agradezco infinitamente tu apoyo... no sabes cuánto" –dijo la maga con una sonrisa en su rostro
"A veces es imposible evitar el dolor, pero nunca debes rendirte ante él, Kate. Has venido a esta Era para hacer algo muy importante y aunque puedas sentirte impotente, deberás dejar de lado ese sentimiento y usar toda tu fuerza para probar lo contrario" –dijo levantándose de la silla
Kate se levantó y le dio un último abrazo a Arwen "No caeré en manos de la incertidumbre; no antes de pelear con toda mi fuerza para evitarla. Seré joven y quizás niña ante los ojos de muchos, pero esta maga no dejará que la oscuridad nuble sus propósitos. Ayudaré a destruir ese anillo dando mi vida si es necesario"
Hacía tiempo que Arwen Undómiel no veía tanta determinación en los ojos de una mujer humana. Era cierto que Kate era aún muy joven, pero su fuerza se asemejaba a la de los grandes magos del principio de Tierra Media y a la de los Elfos de Alto Linaje que se encontraban ya en los puertos grises del oeste. Esto sin duda alguna asombraba a la hija de Elrond. Nunca antes había visto tal combinación en ningún humano... ni siquiera Elfo. Y todo esto resultaba aún más increíble viniendo de alguien que pertenecía a un futuro, que por su descripción, había olvidado la magia y con ella a toda Tierra Media.
"Sé que lo harás y tarde o temprano todos se darán cuenta de tu gran fuerza" –dijo sonriendo ante su previa observación- "Pero mientras tanto, te encontrarás en el camino con seres de todo tipo que te considerarán sólo una mujer y no una guerrera de corazón; será entonces cuando tendrás que probar con o sin magia tu verdadero poder"
"Así lo haré" –dijo Kate sintiéndose completamente renovada por la conversación.
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Kate regresó con los demás para tener una última comida antes de partir a lo incierto. Mientras regresaba sola por los pasillos; decidió que sin importar cuán dura fuese la tarea de aprender a defenderse y a proteger a los demás, daría todo de sí por aprender lo más rápido y no dejaría que nadie la hiciera sentir menos que los demás... ni si quiera un Elfo... ese Elfo. Probaría ser tan guerrera como el mismo Aragorn y entonces, aquel que se atrevió a llamarla niñita tendría que tragarse todas sus palabras y jamás volver a dirigirse a ella como se dirige a las damitas Elfas de su reino.
La comida fue abundante y la conversación animada. Todos trataban de disfrutar sus últimos momentos en Rivendel y postergar todo lo posible los pensamientos sobre el viaje. Kate habló un poco con Aragorn, quien estuvo totalmente dispuesto a enseñarla a manejar la espada. Compartió también con Gimli y los hobbits por un rato, mientras reían con los cuentos de Gimli. Terminándose la cena, Kate intercambió algunas palabras con Gandalf mientras el resto preparaban los últimos detalles del viaje.
"Te ves con una energía renovada, joven Kate" –dijo Gandalf con una sonrisa
"Así es Gandalf" –respondió kate mientras veía a los otro recoger sus cosas. Ella ya estaba lista; tenía su mochila cargada con todo lo que había traído y algunas provisiones extra para el viaje. Su ropa, visiblemente distinta a la de los demás, era lo único que la diferenciaba del resto de la Compañía- "Estoy preparada para cualquier cosa"
Gandalf no pudo evitar reírse un poco ante el comentario, más parecía que Kate iba conquistar tierras desconocidas, que irse a una misión como la de destruir el anillo.
"Me anima mucho tu entusiasmo, sin duda alguna lo vas a necesitar durante el trayecto" –dijo volviendo la mirada hacia la maga- "Todos lo necesitarán"
La maga sonrió cuando entró Elrond a lugar y saldó a todos con gran entusiasmo. Mientras ella hablaba algunas cosas con el señor de Rivendel, Gandalf no pudo evitar recordar el incidente el día del Concilio:
..."Para!" –gritó apenas Gandalf acabó de pronunciar la última palabra- "Por favor gandalf, no digas más!... no... no las pronuncies!... ni siquiera las pienses!" –exclamó levantándose de su silla; el aire le faltaba y respiraba muy agitadamente- "Os ruego..." –dijo con la mirada triste, cansada y baja...
"Definitivamente esta maga es alguien muy especial, tanto para esta Era como para la suya" –pensó Gandalf observando a todos en el lugar- "Pocos tiene una sensibilidad como la de los Elfos y solo algunos magos sienten tanta repulsión ante el lenguaje de Mordor"
Pero era ya muy tarde para ponerse a pensar en esas cosas. Todos estaban listos, y la tan postergada hora de partida al fin llegó. Como si se pusieran de acuerdo, la compañía guardó silencio repentinamente y Elrond habló una vez más, despidiéndose de todos y dando los últimos concejos antes de la partida. Le recordó a Frodo la importancia de no entregar el anillo a nadie y lo imprudente que sería usarlo. Después de esto, la compañía se dispuso a salir mientras todos los habitantes de Rivendel los despedían asomados por los balcones y las puertas principales. Era ahora cuando la verdadera aventura comenzaría y donde todo se vería afectado por el destino de uno solo: Frodo.
Kate miró una vez más a Rivendel antes deque se alejaran aún más. Llevaba consigo el recuerdo de Arwen y Elrond que siempre calentaría su corazón en las horas más frías y serviría de luz en los momentos más oscuros. No podía negar que todavía tenía muchas dudas sobre su viaje y el verdadero motivo de su llegada a Tierra Media... sospechaba que su misión no sólo consistía en ayudar a destruir el anillo; había algo más que aún tendría que deducir. Miró al cielo que comenzaba a oscurecerse y dijo para sí "Sólo es el comienzo... y estaré lista para enfrentar el final"
Silver Card: Bueno... esto es todo por este capítulo y espero les haya gustado.. por favor dejen sus reviews con sus comentarios... chao
