Silver Card: Hola??... Hay alguien ahí?? ¬¬ eso espero... mil disculpas y una por la tardanza!!! (Creo que esta frase se está haciendo muy usual) Algún día espero volver a escribir mis fanfics sin tantas interrupciones (créanme). A todos los que aún siguen leyendo... aquí está el cap. número 11.

P.D: Quisiera dedicarle este capítulo a todos aquellos revierws del capítulo anterior; y darles la bienvenida a los que por primera vez leen mi historia... No saben cuánto me alegra leer sus opiniones!!!

Capítulo 11:
Un regalo... una despedida

Según las cuentas de Kate, ya habían pasado más de una semana desde la llegada de la compañía al Bosque de Oro. Durante ese lapso de tiempo, muchas cosas habían sucedido y muchos habían sido los cambios generados en la mente de Kate y su forma de ver las cosas. La joven maga pasaba la mayoría del tiempo recorriendo los parajes del bosques en largas caminatas y en algunas ocasiones se encontraba con Oreissë y conversaban por un rato; la elfa había logrado hacerse muy buena amiga de la joven maga. Durante las noches y en la mayoría de la tarde; la compañía compartía bajo el suave fuego de una sencilla fogata y contaban historias sobre sus pueblos y gentes. En más de una vez, Kate tuvo que inventar un pasado ficticio sobre ella para poder encubrir su verdadera identidad. Aún así, entre tanta felicidad, Kate sentía un extraño vacío al ver que alguien no se encontraba con ellos.

"Dónde crees que se encuentre Legolas, Aragorn?" –preguntó Gimli mientras fumaba su pipa con gran alegría; hacía poco había tenido un encuentro con la dama y desde aquel instante, una sonrisa no podía quitarse de su rostro.

"Con sus hermanos, señor enano" –respondió el montaraz; era temprano en la mañana y hacía un rato Kate había sido llamada por las doncellas de la Dama; esperaba pacientemente bajo la sombra de un gran Mallron la llegada de la joven; su curiosidad le había puesto a pensar qué querían las doncellas de Galadriel con Kate.

"Ese elfo necesita los árboles tanto a más que el agua" –dijo Gimli mientras reía levemente. Ahora los hobbits pasaban caminando cerca de ellos. Las voces de Pippin y Merry discutiendo sobresalían en el grupo.

"Es un elfo de los bosques" –respondió Aragorn- "Es lo mínimo que pudiera sentir. Sería como decir que un enano no siente emoción al ver una cota de malla de Mithril"

"Tienes razón..." –murmuró el enano cerrando sus ojos y descansando con la suave y delicada brisa de Lórien.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- .-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

"No!" –exclamó una vez más Kate que no lograba hacerse entender. Se encontraba en una gran habitación sobre un Talan junto con tres doncellas elfas cerca de ellas. Además del cercano infarto que tuvo al escalar para llegar a la construcción, las jóvenes servidoras de Galadriel no entendían nada de la Lengua común- "No quiero vestidos! No puedo utilizar vestidos! Por los dioses ¿cómo voy a usar uno cuando tengo que escalar y correr por toda Tierra Media!"

La jóvenes elfas seguían mostrando hermosos vestidos de seda y otras valiosas telas que variaban en colores y estilo; todos eran sumamente armoniosos y delicados, adornados con piedras preciosas y cintas de delicadas tonalidades. En alguna otra ocasión hubiese sido agradable usar uno de esos vestidos, aunque rara vez Kate usaba uno cuando se encontraba en su era, pero ahora no era el momento apropiado, y la joven más que nadie sabía la burla a la que se vería expuesta por parte de la compañía, si salía vestida como una doncella élfica.

"Por favor..." –murmuró Kate que ya había pasado de rabia a frustración. No iba a utilizar un vestido pero la verdad era que necesitaba un cambio de ropa urgentemente. Le desesperaba verse tan sucia y desaliñada; ni siquiera en las arduas jornadas de trabajo en África había estado tan desarreglada- "Eso no..." – En ese instante, sus ojos captaron la inesperada imagen de un elfo cruzando los pasillos. La maga rápidamente dejó los vestidos a un lado y corrió entre las doncellas dejando al grupo de elfas totalmente confundidas (si eso era aún posible después de haber tenido una 'conversación con Kate').

"Haldir!" –exclamó la maga alcanzando al elfo lo más rápido posible. El guardián se dio la vuelta al escuchar la voz de la joven visitante- "Gracias a los dioses!"

Haldir sonrió levemente; hasta él había logrado comprender que tanto el lenguaje como la forma de actuar de Kate, además de ser muy extraña en Tierra Media, siempre tenía un toque de humor "Qué os ha sucedido?" –preguntó de manera muy cortés

"Yo..." –dijo Kate tomando aliento por la reciente carrera- "Necesito un... traductor!" –exclamó señalando la habitación donde se encontraba con las doncellas de Galadriel.

Haldir siguió la dirección del dedo de Kate y se encontró con las tres elfas sosteniendo algunos vestidos en sus brazos. Las doncellas se sonrojaron levemente ante la repentina atención que sobre caía en ellas. El elfo regresó sus confundidos ojos azules a la joven maga- "Eso significa..."

"Están hablando en Dios sabe qué idioma!" –exclamó Kate ya totalmente recuperada- "Y lo único que me ofrecen son vestidos!"

Haldir no pudo contener la risa. Siendo siempre serio y respetuoso con los demás; esta vez simplemente dejó las reglas de lado al ver la cara frustrada de Kate, que seguía esperando una respuesta. "Lo que hablan es Silvano y lo usual sería que una joven dama usara vestidos como esos"

"No soy una joven dama común y corriente y exijo una vestimenta más apropiada para el viaje" –respondió Kate no muy complacida por la risa de Haldir.

"Vamos" –le indicó el elfo caminando hacia las doncellas.

"Mae govannen" –saludó Haldir mientras Kate, a su lado, trataba de controlar su mirada, la verdad era que no quería que nadie saliera herido. El elfo continuó hablando seriamente con las doncellas; explicándoles la real necesidad de Kate. Pronto, las tres elfa comprendieron el mensaje y disculpándose con la joven por no haberla entendido, se retiraron rápidamente a buscar la ropa apropiada.

"Y bien... qué dijeron?" –obviamente Kate no comprendió ni media palabra de lo dicho.

Haldir sonrió "Dicen que tienes el baño preparado para que puedas asearte"

"Insinúan que no me he bañado?!" –exclamó con rabia la maga- "Qué atrevimiento es ese?! He estado en casi el 30% de Tierra Media pero me baño todos los días!"

"Calma, Kate" –señaló el elfo tratando de tranquilizar a la joven- "Simplemente están intentando atenderte lo mejor que puedan; son órdenes de la Dama. Además buscarán la vestimenta adecuada; existe una elfa en la compañía que defiende a el Bosque de Oro; ella les indicará como confeccionarlas"

"Te refieres a Oreissë?" –Indagó Kate dirigiéndose al cuarto.

Haldir guardó silencio por un momento; analizaba cada palabra dicha por Kate- "Cómo la conoces?"

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- .-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-. "Por qué te sonrojaste, Sam?" –preguntó Frodo recordando el momento en que Galadriel, Dama de Lórien, los recibió.

"Para ser sincero, señor Frodo" –comenzó el hobbit jardinero bajando la mirada- "Sentí como si mirara dentro de mí, no sentí peso alguno sobre mi cuerpo y eso no me gusta... me preguntó que pasaría si existiese la posibilidad de regresar a la Comarca..." –continuó levantando el rostro y mirando a los otros tres hobbits.

"Qué extraño..." –murmuró Merry en un principio- "A mi me pasó algo muy parecido" –reflexionó en voz alta. Casi enseguida todos comenzaron a decir que habían sentido lo mismo.

Y en verdad lo era. Cada miembro de la compañía, no solo los hobbits, recibió unas palabras dedicadas solo a cada uno. Los hobbits hallaron la situación muy interesante; pero a pesar de todo, uno de los cuatro medianos no parecía querer revelar mucho de lo que se le había dicho.

Frodo permanecía silencioso oyendo lo que decían sus compañeros; solo él sabía lo que en verdad sucedía, no solo con el destino del anillo sino con una situación muy especial... una persona muy especial. Kate Connors, su gran amiga y compañera tenía un papel muy importante en la historia de Tierra Media. La Dama se lo había dicho claramente: Kate no era una humana común y su misión dentro de la compañía era muy valiosa... el efecto del anillo sobre ella sería nulo y por lo tanto la confianza depositada en aquella joven nunca sería quebrantada. El Mediano sonrió ampliamente; siempre había pensado que Kate era alguien muy especial y entre ella y él existía un vínculo muy grande; aunque no podía dejar de sentir cierta curiosidad por la gran importancia que la Dama le había dado dentro de la compañía.

Pero todo esto se borró de la mente de Kate al ver quien se aproximaba. Boromir, el hijo del Senescal de Gondor se acercaba hacia el grupo de hobbits con Gimli. Desde la llegada a Lórien y la conversación con la Dama; el caballero había estado actuando demasiado raro y eso le daba mala espina al hobbit.

"Buenos días pequeños hobbits!" –exclamó Gimli con gran alegría al ver a los cuatro reunidos; desde que había visto Lothlórien, su semblante había cambiado de sobre manera.

"Hablando sobre la Dama?" –indagó Boromir que de lejos había escuchado algo de la conversación de los medianos.

"Si..." –contestó Pippin mientras engullía un pedazo de pan- "Todos hemos tenido una extraña conversación con ella" –y casi en el instante, los hobbits comenzaron a relatar lo sucedido; todos excepto uno...

"Y qué te sucedió?" –Preguntó Boromir a Frodo- "Te miró mucho tiempo, portador del anillo"

"Si" –respondió el hobbit cortantemente- "Pero lo que me vino entonces a la mente ahí se quedará" –continuó mirando con desconfianza al hombre frente a él.

"Pues bien! Ten cuidado" –respondió Boromir tratando de hacérselas el desinteresado- "No confío demasiado en esta Dama Élfica y en lo que se propone"

"No hables mal de la Dama Galadriel!" –exclamó Aragorn detrás de Boromir. El montaraz había llegado en aquel instante y no estaba dispuesto a tolerar las palabras del Caballero de Gondor; cada vez comprendía lo turbada que estaba la mente de Boromir- "No sabes lo que dices.; En ella y en esta tierra no hay ningún mal, a no ser que un hombre lo traiga el mismo ¡y entonces que se cuide!" –exclamó haciendo sentir a Frodo más tranquilo con su llegada.

Los presentes escuchaban atentamente a las palabras del montaraz. Hablaba con fuerza y seguridad en su voz; en aquel instante era idéntico a los reyes de antaño y sus ojos brillaban con gran vivacidad. Boromir guardó silencio en seguida, evitando así una discusión que llevaría mucho tiempo. Desde el día en que Galadriel habló con él, su corazón había sentido un gran miedo e inseguridad... la incertidumbre sobre el futuro ocupaba cada vez más espacio en su mente.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- .-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Kate miraba su reflejo en el espejo... las cosas sin duda alguna habían cambiado para ella. Su rostro mostraba una madurez impresionante para tan corto tiempo en Tierra Media. Se veía cansada pero con fuerzas para seguir. Su piel ahora había adquirido ese color bronceado que tenía en África y hasta parecía que había crecido en estatura. Sus piernas y brazos se habían vuelto fuertes y definidos por la ardua caminata y la infinidad de prácticas diarias. Sus manos era ásperas y llenas de pequeños callos provocados por el manejo de la espada; y claramente podía verse las cicatrices en las piernas y en el ante brazo, provocadas por los combates contra las fuerzas de Sauron. Lo único invariable era su fuerte y penetrante mirada y la insignia Élfica grabada en su muñeca...

"Cuanto has vivido y cuánto te hace falta por vivir" –murmuró mientras volteaba la mirada- "Podrás soportarlo, Kate... o desfallecerás en el intento?"

La joven maga tomó las nuevas ropas que le fueron entregadas y se visitó rápidamente. Pieza tras pieza, fue vistiéndose a la usanza Élfica. Sus ropas eran casi iguales a las de un elfo guerrero, pero con ciertos toques femeninos y detalles que hacían de la vestimenta delicada pero fuerte y resistente. Desde luego no tenía el glamour de un vestido Élfico, pero eso era lo que menos le importaba a ella en aquellos momentos. No había alcanzado a terminar de ponerse las botas cuando escuchó un par de voces discutiendo.

"Ni se te ocurra dejar a mi compañía en receso!" –exclamaba una elfa con voz desafiante

"Cuándo vas a aprender a obedecer las órdenes de tus superiores?!" –refutó un elfo con el mismo tono de voz

"Cuando mis superiores se vuelvan cuerdos y entiendan que no es momento de descansar!" –Continuaba la joven elfa con rabia y frustración- "Qué no ves el peligro en el que no encontramos?"

"No puedo arriesgar a más soldados y tu más que nadie sabes eso! Nuestros atacantes no son simples Orcos y no deseo saber de dónde provienen!" –respondió el elfo alzando aún más la voz.

"Con más razón aún! No podemos quedarnos cruzados de brazos... no puedo quedarme cruzada de brazos!"

Kate se levantó de la cama al reconocer las voces que discutían –"Oreissë?? Haldir??" –se preguntó para si- "Qué diablos..." –susurró saliendo de la habitación. Pronto dio a un pequeño balcón cercano de donde se podía observar a una elfa y un elfo discutiendo un piso más abajo. La elfa, Oreissë se encontraba apoyada sobre unas barandas de madera mientras que el elfo, Haldir, se encontraba frente a ella.

"Por qué no te conformas con las órdenes dadas?" –indagó Haldir con más calma. Oreissë siempre llegaba a sacarlo de sus casillas cuando se lo proponía.

"Porque no soy cualquier soldado y mucho menos cualquier elfa" –respondió secamente la elfa

"Y por eso tienes que ir en contra de cada decisión que tomo?!" –exclamó Haldir, perdiendo la compostura una vez mas.

"Si! Deja de actuar como un niño chiquito y piensa como un adulto! cerca de 3 milenios y sigues siendo un cobarde!" –respondió Oreissë dejando de apoyarse en las barras.

"Cobarde?!" –repitió Haldir con rabia- "Trata de dirigir un ejercito de Elfos y luego hablamos!"

"Pues te aseguro que si yo dirigiera uno ya hubiéramos acabado con esto desde hace tiempo!"

Los ojos azules de Haldir se oscurecían de la frustración "Por qué no te ca-

"Qué está sucediendo?" –preguntó Kate, que había bajado lo más rápido que pudo para detener la pelea. Su nuevo atuendo le ajustaba mejor que la ropa que había traído de su era y ahora podía correr con mayor agilidad.

Haldir cerró los ojos y bajó las manos completamente frustrado por una parte, y agradecido por la oportuna intervención de Kate; sino esa discusión hubiera durado por horas. "Nada fuera de lo normal" –respondió volviendo la mirada a la joven

"Haldo tiene razón" –agregó Oreissë partiendo del lugar- "Tal vez algún día la use cuando piense en estrategias para el ejercito!" –exclamó antes de abandonar el sitio.

Kate levantó una ceja aún sin lograr entender todo completamente "Haldo?... por qué te dice Haldo?"

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- .-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Ya habían sucedido demasiadas cosas para una sola mañana. Sin duda alguna Lórien tenía todo tipo de elfos, y hasta los de mayor compostura perdían la cabeza de vez en cuando... adiós al prototipo del elfo imperturbable.

"Y yo que pensaba que Legolas era el único elfo histérico de Tierra Media" –pensó la joven maga mientras caminaba. Después de haber presenciado la discusión entre Haldir y Oreissë pensó que lo mejor era alejarse de la civilización por un tiempo y dejó que sus pies comenzaran a caminar por la fresca hierba del bosque- "Pero es fascinante sacarlo de quicio" –agregó con una sonrisa maliciosa.

La brisa del bosque de Oro sopló y con ella trajo los recuerdos de aquellos amigos que la joven dejó atrás al partir a Tierra Media. A la mente de la maga llegaron imágenes de Elizabeth y Dave sus amigos, compañeros y prácticamente hermanos. Los quería como su familia y había aprendido a convivir con ellos desde que la magia formó parte de su existencia. Kate se detuvo frente a un hermosos Mallron y contemplando el encantador paisaje recordó momentos de su vida en el lejano siglo XXI.

-*- Flash Back -*-

"Escucha?!" –exclamó Kate- "Quieres que escuche?! Estamos en el siglo XXI y el último tema que puede ser cierto es la magia!"

"Qué no te das cuenta?!" –preguntó Dave un poco exasperado por la forma de actuar de Kate- "Deja de tener tanto miedo y acepta lo que te sucede. He estado buscándote por demasiado tiempo para que ahora salgas con una respuesta tan insignificante. Tu misma sabes que cosas extrañas suceden cerca de ti... y más de una vez has creído ser la causante! Despierta a la realidad!"

"La realidad es una sola: Me voy de aquí!" –dijo Kate partiendo del pequeño claro

"De dónde crees que proviene la insignia!" –exclamó el guardín una vez más tratando de retener a la joven. Kate se detuvo en seco. Nadie conocía su marca a excepción de sus padres –"Esa marca que tanto ocultas de los ojos de los demás..."

-*- End of Flash Back -*-

-*- Flash Back -*-

"El sofá!" – gritaba Elizabeth corriendo desesperadamente por el apartamento de Kate – "Se quema!!! Auxilio!!!"

"Ups?" –musitó Kate mirando a un Dave serio que se limitaba a observar a Elizabeth correr histérica por la sala

"Apágalo" –comandó si ni siquiera mirarla. Ya se lo había advertido Por qué quería adelantarse a las lecciones? Nadie le dijo que utilizara el elemental Fuego- "Utiliza al elemental Agua"

"Si señor" –respondió Kate sonriendo maliciosamente. Cuánto disfrutaba enojar a Dave.

-*- End of Flash Back -*-

-*- Flash Back -*-

"No lo hagas!" –gritaba una joven de 18 años mientras se cubría el rostro para protegerse de las llamas- "Regresa!"

"Te encuentras en el lado equivocado" –respondió un joven de ojos grises no mayor que ella. Su mirada estaba perdida y no mostraba sentimiento alguno por la despedida- "Serías una buena aliada"

"Por favor, William" –hablaba Kate con la voz entrecortada- "No te hagas esto, no permitas que te maneje... no vayas" –el joven volteaba su mirada para no enfrentar el rostro de la maga; por dentro deseaba quedarse junto a ella... la necesitaba... la amaba... pero ya era muy tarde para eso- "Adiós"

"William!!!"

-*- End of Flash Back -*-

"William..." –susurró Kate con pesar. Sus ojos no volverían a llorar más por él... por nadie más.

"Qué sucede?" –Interrumpió Legolas saliendo de la nada. Con sus silenciosas pisadas había llegado hasta donde Kate se encontraba sin que ella se diese cuenta. La joven se sorprendió al escuchar la voz del elfo y volteó su mirada hacia él.

"Hola, Legolas" –dijo con voz seria pero suave.

El elfo no escuchó palabra alguna de Kate; se encontraba visiblemente preocupado al ver el estado en que se encontraba la maga. Sin proponérselo; había llegado a memorizar cada uno de sus gestos y miradas... y sabía que algo no estaba bien. "Tu mirada..." –murmuró acercándose un poco- "Que sucede?"

Kate sonrió levemente; el elfo se estaba preocupando por ella... un avance más para civilizarse. "Cosas que sólo yo puedo resolver"

Poco conforme, pero más tranquilo, Legolas se apoyó en el árbol donde estaba Kate "Te gustan mucho los árboles no?" –preguntó cambiando el tema

"Si..." –respondió Kate respirando profundamente el suave aroma de las flores- "La conexión más perfecta que puede existir con la tierra"

Legolas alzó las cejas en sorpresa. Ningún humano hablaba así de aquellos seres que tanto amaba. Había vivido entre los árboles y encontraba una fascinación inmensa, mayor que la de los mismos elfos de su reino... era un caso bastante especial. De repente se le ocurrió una idea que seguro alegraría.

"Ven conmigo..." –le dijo a la joven estirando su brazo.

"Ah? A dónde vamos?" –preguntó Kate al verse jalada por Legolas hacia el medio de la nada.

"Ya lo verás"

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- .-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

"No puedo creerlo" –murmuró Kate atónita al ver el hermoso paisaje que la rodeaba. Se encontraba ahora sobre un Talan de vigilancia muy lejos del campamento de la compañía. Legolas la había llevado a aquel lugar para que pudiera observar la vista completa del bosque de Lórien- "Es simplemente maravilloso..."

"Pocos Talans en esta región tiene una vista tan bella de Lothlórien" –dijo Legolas observando la vista. Las copas de los Mallron se alzaban y se podían divisar todos los Flets que habían en Lórien- "El bosque de Oro es único en su clase"

"Si" –sonrió Kate sin apartar la vista del horizonte- "Valió la pena subir hasta aquí"

Legolas rió un poco. Todavía recordaba el enorme trabajo que le había costado convencer a Kate de subirse en la alta estructura; la joven simplemente se negaba a escalar hasta la copa del árbol y prefería quedarse en tierra- "Aun no comprendo cómo es que tu miedo a las alturas no se ha erradicado del todo con tantas subidas que has tenido"

"Yo tampoco" –respondió la joven con gran alegría y sarcasmo. Deseaba quedarse en aquel paisaje por el resto de sus días- "Condiciones extrañas me rodean"

Legolas no pudo evitar sonreír una vez más. Sonaba estúpido pero cada vez que estaba al lado de ella no podía dejar de hacerlo "Pocos han visto horizontes como estos y desean vivir para siempre en ellos. Sin duda eres alguien muy especial"

Kate volteó su mirada "Algo más para agregar a lista!" –exclamó y luego calló mientras observaba al elfo frente a ella. No se había dado cuenta de cómo era él en realidad... jamás lo hubiese imaginado así. En todo su viaje desde Imladris hasta Lórien, no se había detenido a observarlo. Claro que había visto su físico y desde luego lo consideraba excelente... pero había algo más que solo su magia le permitía ver... un aura que no había percibido en ningún otro elfo; de verdes matizados y cambiantes como el bosque mismo... profundos como el mar en unión con el horizonte- "lista..." –murmuró casi incoherentemente al detallar al elfo. Cerró sus ojos momentáneamente para percibir mejor su energía y sus labios no podían evitar esconder una sonrisa ante la imagen frente a ella.

"Kate?" –indagó el elfo al ver que la joven no hablaba y simplemente miraba en su dirección- "Estás bien?"

La maga se desconectó de sus divagaciones y regresó a tierra en el instante. Qué habría estado pensando Legolas al verla mirarlo de esa forma? "Igual no importa mucho" –pensó para si- "Casi toda Tierra Media me considera como una loca de tierras lejanas"

"Kate?" –volvió a insistir; comenzaba a pensar que algo extraño estaba sucediendo con la joven.

"Dime?" –fue la respuesta de Kate al encontrarse con los inquisitivos ojos azules de Legolas.

Una vez más el elfo sonrió; el rostro de la maga mostraba una absoluta y genuina confusión... su cabeza inclinada hacia a un lado lo confirmaba "Nada"

Y otra vez el silencio apareció entre los dos dejando las palabras de lado y dando cabida a las ocasionales miradas del uno al otro. Kate no tuvo problema con aquella situación; había logrado acostumbrarse a aquellas ausencias de palabras entre Legolas y ella, lo hallaba sumamente normal, pero el elfo se encontraba un poco ansioso... necesitaba decir algo muy importante.

"Vas a ir a la guerra?" –preguntó de la nada llamando la atención de Kate.

La joven levantó una ceja señalando lo obvio "Estamos en guerra Legolas"

"Me refiero a los combates" –reformuló el príncipe del Bosque Negro acercándose un poco

"Claro que iré" –aseguró Kate extrañándose con la pregunta- "Eso es algo que supuse sabrías"

Legolas frunció el ceño "Es algo muy peligroso... estar en batalla no es lo mismo que enfrentar a un pequeño grupo de orcos" –dijo con voz seria

"Últimamente estás hablando de cosas demasiado obvias" –respondió con un cierto ademán de confusión.

Legolas se atrevió a acercarse un poco más. Necesitaba explicarle a Kate los riesgo de la batalla... el peligro al que se exponía "No lo entiendes; la guerra no es para ti"

Ante eso Kate retrocedió y su mirada pasó de confusión a prevención. Sus ojos cafés ahora se mostraban ariscos "Qué es lo que estás tratando de decir, Legolas"

El elfo percibió el cambio de actitud en la joven pero no tenía más remedio, debía evitar que saliera lastimada, no podría soportar una situación como esa "Estás son batallas en las que fácilmente perderías la vida ¿No comprendes la situación a la que te expones?

"Legolas Hojaverde! No puedo creerlo!" –exclamó Kate al escuchar aquellas palabras, todavía seguía siendo el mismo elfo arrogante- "Quien crees que soy para juzgarme así! NO me conoces y créeme... mejor no lo intentes! No sabes con lo que te puedes encontrar" –respondió con voz amenazante.

"Nunca has estado en batalla! Se perfectamente con lo que me voy a encontrar!" –continuó el elfo ahora frustrado ante el intento de convencerla a no ir.

"Y ¡¿qué si no he peleado en estas batallas?! He peleado en muchas otras que jamás llegarías a imaginar y no soy una niñita cualquiera que se morirá de desesperación en pleno campo!"

"Eso es lo que no sabes!" –refutó el elfo con rabia ante la testarudez de Kate

La joven maga empuñó sus manos conteniendo las ganas de pegarle a Legolas "No pienso aguantar más humillación por parte tuya... me insultas y eso es lo peor que has podido hacer!" exclamó partiendo del lugar

"A dónde vas?!" –replicó el elfo viéndola acercarse a las escaleras

"Eso no es tu problema! Si me quiero ir a otro planeta lo haré!" –exclamó una vez más la joven

"No te iras" –dijo Legolas con voz seria y amenazante yendo hacia donde se encontraba- "Ni pienses irte de esta forma" –agregó tomándola del brazo

"Suéltame" –respondió Kate en voz baja- "No me toques"

"No te dejaré ir" –dijo Legolas mirándola directamente a los ojos.

"Quítate o no respondo" –respondió la joven acercándose

"Qué vas a hacer? Morderme?" –indagó el elfo acortando la distancia entre los dos

"Legolas apártate" –dijo Kate amenazante sin moverse de su lugar.

El elfo miraba los ojos cafés de la joven maga mientras un inevitable magnetismo lo atraía cada vez más a ella "No quiero que te vayas..." –dijo juntando los suaves labios de la maga con los suyos en un beso que absorbió la energía de ambos.

Kate dejó de respirar en aquel instante y los latidos de su corazón comenzaron a agilizarse a medida que los segundos pasaban. Si en un principio había mostrado resistencia, todas sus barreras preventivas habían caído ahora y no existía poder alguno que controlara lo que en esos momentos sentía. El elfo había logrado retenerla tal como dijo... pero ella jamás pensó cómo lo haría. Aquel beso contenía todas las emociones que tanto ella como él habían intentado resguardar... contener... evitar. Ahora nada de eso parecía posible.

"Qué estás haciendo Kate?!" –pensó la joven tratando de manejarse- "Eres una maga! Qué es lo que estás pensando!"

Fue Legolas quien sintió el cambio. Kate ya no movía sus labios y en cuestión de segundos se separó abruptamente de él, dejando un vació inevitable.

"Legolas!"

Reemplazado rápidamente por una inesperada sensación de ardor en la mejilla derecha del elfo. La cachetada de Kate había llegado tan inesperadamente como el mismo beso. Fuese lo que fuese que había sucedió entre los dos, ahora se había convertido en cenizas; dejando una visible marca en su rostro. "Kate..."

"Jamás..." –murmuró Kate casi sin poder controlar su voz- "Jamás vuelvas a hacerlo" –dijo mirando desenfocadamente- "Nunca... entiendes?"

"Kate...yo.." –trato de hablar el elfo

"No digas nada más por favor" –continuó la maga- "No... jamás" –agregó mientras se volteaba y se dirigía a las escaleras

"Kate!" –exclamó el elfo sin moverse de su sitio.- "Lo... siento..."

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- .-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

La joven maga caminaba sin rumbo alguno por los parajes de Lórien. No había pasado una hora desde su encuentro con Legolas y aún no podía controlarse; no comprendía cómo era posible que tal cosa hubiera sucedido entre ellos dos; no estaba preparada para algo semejante y conocía muy bien las consecuencias de una situación como esa. Los magos no podían... no debían...

"Enamorarse..." –susurró mientras se arrodillaba en la hierba. Sus ojos no miraban nada en particular... solo al aire. Su cara no reflejaba emoción alguna salvo confusión- "Una ley inquebrantable... no pedí quebrarla"

-*- Flash Back -*-

"Debes comprender que todo mago de tu rango tiene prohibido enamorarse. A lo largo de la historia del mundo se han visto casos desastrosos de magos que deciden tomar ese camino, Kate" –dijo Dave seriamente mientras sostenía en sus manos un largo objeto envuelto en suave terciopelo- "Todo mago que decida enamorarse deberá entregar sus poderes"

"Entonces entregaré los míos cuando llegue el momento" –interrumpió Kate mientras observaba la insignia en su muñeca- "No pedí este tipo de poderes y no es de mi interés usarlos... lo haré solo porque tu no dejarás de molestarme hasta que los use"

"Kate..." –dijo el guardián en tono exasperado- "Tu caso es muy especial y por ende tiene una aplicación distinta de la ley"

"Con eso quieres decir..."

"Naciste con una misión demasiado importante. Y es por eso que dicha ley varía al momento de ser aplicada a los de tu clase. Ni siquiera los de tu rango nacen con poderes tan específicos como los tuyos y solo dos magos son aptos para ocupar unos puestos tan importantes en la Orden del mundo mágico, Kate. Para ti, no es posible negar la magia... ni tampoco aceptar algún otro sentimiento distinto a ella"

*-* End of Flash Back -*-

"No puedo dejar que esto continúe... no puedo sentir" –dijo mientras se levantaba- "Magia es lo único que rige mi existencia; por ella acepté vivir... o morir"

"Gran juramento es el que has hecho, joven Kate" –interrumpió una suave y profunda voz; prácticamente sonaba como el viento mismo- "Pero terrible son sus consecuencias"

Kate volteó la mirada para encontrarse con nadie más que la mismísima señora de Lothlórien- "Dama Galadriel!" –exclamó arrodillándose una vez más; parecía no poder evitar inclinar su cabeza ante la presencia de dicha elfa.

La señora de dulces palabras se acercó un poco a la joven- "Jamás inclines tu cabeza ante nadie. Ni en este tiempo ni en el tuyo; pues los de tu linaje son de inmensurable importancia en cualquier era"

Kate se levantó con cierta sorpresa en su mirada. Nadie jamás se había expresado así de ella, lo cual la hacía sentir un poco incómoda al respecto.

"No te apenes de tu verdadera identidad" –resaltó la elfa mientras se apartaba un poco. Sin haberse dado cuenta, los pasos de Kate la habían llevado hacia un lugar escondido dentro de Lórien, donde al parecer, sólo la Dama entraba. Era un hermoso claro con unas escalinatas de piedra que marcaban el camino a una piedra bellamente tallada con una bandeja de plata sobre ella.

"He escondido durante tanto tiempo quien de verdad soy... que se me hace extraño cuando alguien habla de mi verdadera identidad" –respondió la joven bajando las escaleras lentamente.

"Percibo que no solo en Tierra Media has tenido que ocultar tu verdadera identidad" –dijo Galadriel tomando una hermosa jarra de plata.

Kate sonrió levemente; aunque su rostro no mostraba alegría alguna- "Los magos no son muy entendidos en mi era, por decirlo de alguna manera, nuestra popularidad ha decaído con el paso de los años"

La Dama de Lórien sonrió, podía ver que esta joven intentaba mantener una actitud positiva a pesar de todo- "Cuál ha sido el motivo de tu visita a este paraje del Bosque de Oro?"

Kate reflexionó por un momento, realmente no se había dado cuenta en qué momento había llegado hasta allí- "No sé cómo llegué aquí... no ha sido mi intención"

"Todo tiene un motivo ya que nada es al azar... si has llegado aquí es porque algo has querido preguntar" –respondió Galadriel llenando con agua la bandeja de plata- "Y qué mejor respuesta que el espejo de Galadriel... Aquel que muestra cosas que fueron, y cosas que no son, y cosas que quizás serán" –ante estas palabras, Kate se quedó quieta en el lugar donde estaba- "Deseas, Estrella del Oeste, mirar?"

Los ojos de Kate mostraron prevención; los temas del futuro nunca le habían llamado la atención, cosa extraña siendo maga "El futuro no es mi preocupación. Ese se lo dejo al dios del tiempo. Mi único interés es mi presente y mi pasado..."

"Decís cosas contrarias a las que un mago puede pensar... más aún siendo del rango que eres" –dijo Galadriel sin poder contener la sorpresa- "El futuro es un tema que le interesa demasiado a los humanos... por qué no a ti?"

"Nunca me llamó la atención conocer lo que está por venir... no creo en destino alguno" –respondió Kate seriamente pero con suavidad en su voz. Aún miraba el lugar detallando cada cosa allí

"Una maga que no cree en destino alguno... Los de tu era guardan muchas sorpresas" –dijo Galadriel colocando la jarra de plata en su lugar- "Pero hay algo que tal vez te pueda ayudar"

Kate levantó el rostro y miró fijamente a la dama- "Cualquier consejo es bien recibido en estos tiempos de desasosiego"

Galadriel sonrió- "Creo que ya conoces que tu insignia es de origen Élfico... pero debes saber que su dialecto pertenece a aquellos que llegaron por primera vez a este mundo... Sólo los Altos Elfos lo recuerdan y lo añoran cada día. Esto es algo muy especial en la raza humana ya que ninguno de tu pueblo ha cargado con tal linaje" –afirmó con una sonrisa-

"Magia de origen Élfico es lo que trata de decir?" –indagó Kate incrédula- "Por qué una humana?... por qué yo?"- ahora miles de preguntas rondaban su cabeza.

"Calma, joven Kate..." –respondió La dama mientras se acercaba a la joven- "Todo se sabrá a su debido tiempo" –dijo colocando una mano sobre su rostro- "Lo único que os puedo decir es que ya es hora de que os preparéis para la verdadera batalla... tus enemigos no son solo Orcos y demás criaturas oscuras" –sentenció mirando directo a los ojos cafés de Kate- "Tu guerra es por ambos mundos... el tuyo y el nuestro"

Kate guardó silencio; las palabras de Galadriel parecían responder toda pregunta y a la vez ninguna- "Vaya tarea..." –dijo con una sonrisa.

"Nada que no podamos soportar nos es entregado" –agregó Galadriel dando media vuelta y partiendo del lugar- "Pero has de tener cuidado, puesto que tu alma conocerá sentimientos que rogarás nunca haber conocido, pero no desearás abandonar" –afirmó volteando su cabeza para mirar por última vez a la joven en las escalinatas.

Kate bajó la mirada esperando que tales palabras nunca se hicieran realidad. Jamás le perdonarían sentir aquellos que tanto temía, pero que inconcientemente deseaba. "No permitiré que tales palabras se cumplan... no puedo permitirlo" –susurró para si comenzando a subir lentamente.

"...Aquella del Oeste vendrá a reclamar lo que le pertenece... la espada en sus manos quedará y su lucha comenzará... la oscuridad finalmente encontrará rival..." –susurró una voz traída por el viento. La piel de Kate se heló en el instante al percibir una gran fuerza mágica a su alrededor. Dios Cuánto deseba que todo acabara pronto!.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- .-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Ya había terminado de almorzar la compañía y todos recogían lo último de sus pertenencias mientras recordaban los días que habían vivido en Lórien... la inevitable partida había llegado y el pesar en la compañía había regresado. Todos empacaban en silencio y se preparaban para una última comida con al señora y el señor de Lórien. Kate recordaba la despedida de hacía unas horas, que tuvo con Oreissë y Haldir; la joven prometió que no pasaría muco tiempo antes de que los volviera a ver... y tenía razón... no pasaría demasiado.

-*- Flash Back -*-

"No saben cuánto me place verlos así" –dijo la joven con aire conciliador- "Esto es lo que se llama una relación civilizada" –agregó con una sonrisa de satisfacción en su rostro.

"Es cierto, verdad Haldo?" –indagó Oreissë con un sonrisa un tanto fingida en su rostro. Ambos elfos habían acordado aparentar estar en buenos términos solo para que la joven maga se fuera con un recuerdo armonioso de Lórien.

"Si..." –respondió Haldir con una sonrisa que lentamente se borraba de su rostro.

"Ejem.." –interrumpió Kate tosiendo falsamente- "Entonces nos veremos..." –agregó con alegría

La mirada de Oreissë dejó de centrarse en Haldir y se posó sobre la joven que ahora sonreía esperanzadamente; parecía más un hobbit que una humana en aquel instante... por un momento la elfa pensó que era demasiado inocente para estar en una guerra así.

"Claro que nos veremos" –respondió con igual alegría.

"Lothórien siempre estará en mis más profundos recuerdos" –dijo Kate abrazando fraternalmente a Oreissë- "Al igual que un par de elfos guerreros"

"La joven de la insignia no será olvidada por estos lares" –interrumpió Haldir con una sonrisa- "Ni tampoco su peculiar sentido del humor, he de agregar" –continuó mientras abrazaba a Kate que, delante de él, se veía mucho más pequeña.

"Ahora si amigos, Hasta la vista" –respondió Kate dando media vuelta; su corazón le decía que no sería la despedida final... no aún.

"Námairë Estrella del Oeste" –dijo la elfa con cierta tristeza en su voz- "Cuidado en la guerra"

Kate sonrió una vez más antes de partir; sus ojos cafés ahora claros y casi color miel mostraban una mirada llena de confianza- "Que la guerra se cuide de mi" –dijo justo antes de perderse entre los árboles del Bosque de Oro.

*-* End of Flash Back *-*

Oreissë sonrió ampliamente; ese era el espíritu guerrero que quería ver en Kate; algo que pocas mujeres de esta era lo tenían. Su mirada pasó rápidamente a Haldir, que se encontraba callado y un tanto meditabundo mientras observaba el paisaje.

"Qué sucede?..." –indagó con curiosidad la elfa mientras detallaba la seria mirada del elfo junto a ella.

Haldir regresó los ojos a su sub-alterna, un toque de serenidad y reflexión en ellos- "La profecía ha iniciado..."

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- .-.-.-.-.-.-..-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

"Delicioso este Lembas!" –exclamó Pippin extasiado al morder un poco del extraño pan. Ahora toda la compañía se encontraba junto con la Dama y el Señor de Lórien en una última comida.

"No comáis demasiado! Una sola galleta da fuerzas para completar una jornada ..." –señaló Legolas mientras sonreía al ver como Pippin comía feliz el pan de los elfos de Lothlórien junto con Gimli. Dicha sonrisa desapareció casi al instante cuando su mirada llegó a parar a la figura de Kate, que silenciosa, escuchaba atentamente cada palabra que era hablada sin interrumpir la conversación.

Los pensamientos del elfo pronto se vieron interrumpidos por un último brindis de despedida ofrecido por la Dama Galadriel. La compañía se levantó y todos brindaron por lo que sería el viaje más difícil que enfrentaría cada uno de los miembros de la Comunidad del Anillo. Se podía ver a los cuatro hobbits llenos de una gran tristeza por partir pero también con expectativa y esperanza en sus ojos. El señor enano hijo de Glóin mostraba una gran sonrisa cada vez que miraba el hermoso rostro de la Dama de los Galadrim y no podía ocultar lo maravillado que se encontraba por haber podido estar en el Bosque de Oro.

Por otra parte, el nuevo guía de la compañía, Aragorn, se veía renovado e inclusive más joven; había dejado de lado la faceta de montaraz para mostrar su verdadero rostro: El de un rey tan justo, imponente y bondadoso, como los gobernantes de antaño, aquellos ancestros de los que tenía tan gratos recuerdos. No lo mismo podía decirse de Boromir, que mostraba un desconcierto y preocupación difícil de esconder en aquellos ojos cafés ahora turbados por la angustia generada por las palabras que tiempo atrás escuchó sólo para él. El caballero de Gondor sufría más sabía que jamás podría revelar la causa de sus vicisitudes.

"Y ahora que hemos bebido la copa de la despedida" –dijo Galadriel con voz dulce y serena- "El señor y la dama de los Galadrim os ofrecen unos regalos en recuerdo de Lórien"

"Qué más regalos pueden haber después de semejante acogida?" –pensó Kate sentándose una vez más- "Sin duda alguna, los Elfos son una raza muy especial"

Y uno por uno, los miembros de la Compañía recibieron los regalos que, acertadamente, ofrecieron los señores de Lothlórien. Entregando así una vaina creada especialmente para guardar la espada de Andúril a Aragorn hijo de Arathorn; junto con esta vaina, también fue entregada una piedra de especial valor... su color verde centellaba al sentir la luz de sol iluminarla y representaba el verdadero linaje de aquel montaraz...

"Elessar! la piedra del elfo de la casa de Elendil" – exclamó Galadriel mientras le entregaba dicha pieza a Aragorn. Muy cerca se encontraba la joven Kate, que en silencio, se maravillaba al percibir la gran energía que emanaba de aquella sencilla piedra; sabía que tal objeto contenía un gran poder dentro de sí que, aunque no segura de que fuera mágico, sin duda alguna comprobaba el verdadero linaje del montaraz.

Y pasaron después el resto de miembros de la compañía, entregándoles un cinturón de Oro a Boromir, el caballero de Gondor; dos pequeños cinturones de plata a Ferry y Pippin. A Sam, una pequeña cajita de madera que contenía en ella tierra del jardín de Galadriel. A Gimli, lo que sería su mayor tesoro: Tres hebras del hermoso cabello dorado de la Dama. A Legolas, un maravilloso arco como los usados por los Galadrim, mucho más largo y fuerte que los arcos del Bosque Negro.

Al final, solo quedaban Frodo y Kate. La Dama, haciendo una pequeña pausa llamó al hobbit restante "Para ti, portador del anillo, he preparado algo muy especial" –y diciendo esto alzó un pequeño frasquito de Cristal que centellaba con luz propia.

Detrás, Kate escuchaba el origen de aquel objeto. La luz de Eärendil, preciado líquido que se encontraba dentro, brillaría aún más en medio de la noche, y sería para aquel pequeño ser, luz en los sitios más oscuros, cuando todas las otras luces se hubieran ya extinguido. La joven maga vio brillar el frasquito de cristal una vez más antes de que Frodo lo guardase para él y, sin tener nada que decir, inclinase su cabeza ante la presencia de la elfa. La Dama sonrió suavemente y levantó la vista para encontrarse con los ojos del último miembro de la compañía.

"Y tú, joven Kate, que estarás en mis pensamientos por siempre, guardo algo muy especial" –Y diciendo esto tomó en sus manos una brillante espada de matices violetas- "La espada que había estado esperando por su dueña" –agregó en un susurro que sólo fue escuchado por Kate.

La joven se acercó y arrodillada la tomó en sus manos. Sus ojos cafés tornándose brillantes al ver que grabadas en la espada, se encontraban las mismas runas Élficas que su insignia tenía. La espada era liviana y larga, de hoja delgada pero increíblemente resistente y al ser tocada por la luz, un leve brillo violeta emanaba de ella, embelleciéndola aún más.

"... Creada al escuchar la profecía... forjada por magos para una maga... la espada de la insignia ha encontrado a su dueña..."

Silver Card: Bueno... espero les haya gustado! y... también espero cualquier comentario! Chau!