Silver Card: Hola a todos! Wow (si... otra vez wow) No pensé que habría tanta gente esperando que actualizara (algo que me pone muy contenta) y que me dejaran unos reviews taaan alentadores y comprensivos. Sé que pasaron muchas cosas en el anterior cap, que gustaron mucho y espero que el siguiente sea de igual agrado. De paso le cuento que va a haber un ligero giro en la relación entre Legolas y Kate, que puede no ser lo esperado; pero no han de preocuparse ya que todo volverá a su cause (espero) tarde o temprano. Habrá un muy especial regreso y el ingreso de nuevos personajes, lo cual, me da un poco más de trabajo, pero igual hace que disfrute más el escribir para ustedes.

Si aún siguen leyendo esta nota de su autora, quiero decirles que, por primera vez en todo este tiempo que llevo escribiendo, voy a responder personalmente los reviews (algo que sé, debí hacer hace muuucho tiempo, pero que nunca pude por mi escasez de tiempo), así que tómense la molestia de buscar su nick en esta corta lista y sepan que aprecio mucho todos sus comentarios!.

Bichito: Eres genial! En mi vida he ido a México pero estoy completamente convencida de que la gente ahí es maravillosa! Gracias por tu espectacular apoyo y espero que te agrade lo que sigue de esta historia. Besos

Erusel: Qué puedo decirte?? Otra mexicana que siempre está dispuesta a hacerme sonreír con sus comentarios sarcásticos sobre la vida y lo que escribo cada vez que me conecto. Aún espero que actualices y que cantes el himno de Colombia! (O al menos el de tu país no? Jeje)

Isabelle Back: Belle! GRACIAS por tus grandes reviews! siempre me río con tus comentarios y te puedo asegurar que trataré de no demorarme tanto en actualizar (lo digo en serio, no sarcásticamente) y que si... ya veremos a Éomer!

Galadriel Malfoy: Lush! My peeb! Ningún párrafo de mil líneas puede resumir lo grande de tu amistad y tu apoyo incondicional a través del tiempo. Quién iba a pensar que tú resultases tan buena amiga y mi Fan #1... jeje y también de Orlando no?

Melwen de Earëndil: Qué vivan los vínculos con las grandes amistades! Mija... siempre contarás con esta escritora lista para regalarte capítulos de cumpleaños.

Candy Bloom: Procuraré no tardarme tanto en actualizar. Todo con tal de que no se te vuelva a olvidar lo que escribo! Mil gracias por tus reviews tan especiales! Esta vez hice el cap un poco más largo para que no te pongas triste al terminar!

Alexia: gracias, gracias, gracias! me gusta mucho que analices lo que escribo y te metas así en la historia; es genial saber que alguien más, aparte de uno mismo, se emociona al leer lo que escribo!

A aredhel calafalas, Thalinariel, First-ayanami y cualquier otro reviewer que se me haya olvidado, MIL gracias por sus geniales comentarios y permanecer conmigo a lo largo de esta historia!

Uff... ya veo porqué no hago esto tan a menudo. Me canso más que escribiendo la historia! Anywayz.... Aquí está (cara feliz) espero que lo disfruten!

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Capitulo 14:
Un poco de luz en medio de la oscuridad.



"Kate... despierta" –decía Legolas mientras acariciaba el rostro de la joven, sus ojos azules mostrando gran preocupación- "Despierta"

Aragorn observaba a la maga con incertidumbre en su mirada; Legolas, Gimli y él habían comenzado nuevamente su recorrido, pensando que Kate iba tras ellos, cuando un pequeño destello de luz los había hecho mirar hacia atrás. Allí, en una pequeña loma estaba la joven arrodillada... solo se habían adelantado un poco de ella; pero al parecer fue en ese justo instante en el que su fuerza falló.

"Lo he sabido desde que bajamos de Emyn Muil" –dijo Legolas rompiendo el silencio, cierto tono de tristeza trataba de esconderse en su voz- "Ante nosotros hay una barrera invisible, una voluntad que aqueja nuestros corazones... y no quiere que avancemos" –agregó quitando una fina hebra de cabello del rostro de Kate.

Gimli permaneció en silencio; se sentía mal por el elfo. Claramente veía la preocupación en su rostro por la joven; la misma cuyo secreto mantenía oculto para él. El enano volteó su mirada a Aragorn, quien entendía perfectamente lo que él pensaba; pero sabía que debían respetar a voluntad de la maga, y guardar su secreto.

'Utilizó su magia; por eso debió haberse desmayado' –pensó el montaraz recordando el destello de luz que vieron antes de que Kate cayera- 'Pero... por qué la utilizó?'

"Hola?" –murmuró Kate entreabriendo los ojos para encontrarse con un par de órbitas azules frente a ella- "Legolas..."

"Cómo te sientes?" –indagó el elfo interrumpiéndola- "Me ten-- nos tenías preocupados"- continuó cubriendo su error.

"Yo... eh..." –balbuceaba la joven recreando las imágenes ocurridas minutos antes, casi al instante dirigiendo la mirada a su muñeca, la insignia élfica seguía allí, aun con un pequeño brillo color plata en ella; la joven en seguida la escondió- "Dónde estamos?"

"Jinetes!" –Exclamó Aragorn que había estado mirando al horizonte- "Muchos jinetes montados en corceles rápidos vienen hacia aquí!" –continuó señalando un lejano grupo que se movilizaba rápidamente a través de la llanura.

Kate se levantó al instante, habiendo recobrado las fuerzas y encontrándose en perfecto estado; sus ojos se abrieron de par en par al ver los jinetes acercarse.

"Si" - aseguró Legolas aguzando la mirada- "Son Ciento Cinco. Los cabellos son rubios y las espadas brillantes. El jefe es muy alto"

"Cómo puedes ver todo eso?" –indagó Kate con sorpresa. Aragorn sonri

"Penetrantes son los ojos de los elfos" –dijo dirigiéndose a Legolas

"No, los jinetes están a poco más de cinco leguas" –respondió el elfo tratando de parecer lo más normal posible, aunque por dentro le encantase impresionar a la joven a lado de él.

"Cinco leguas o una, no podremos escapar en esta tierra desnuda" –dijo Gimli calculando las posibilidades de huir de los jinetes- " los esperaremos o seguiremos adelante?"

"Por qué vamos a huir de ellos? Nos servirían unos buenos caballos"- razonó Kate tratando de recordar la última vez en la que había montado un corcel. Gracias a la llegada de los jinetes, todo el asunto de su desmayo había quedado en el pasado.

"Buenos o malos esperaremos" –resolvió Aragorn dándole la espalda a la llanura- "Estoy cansado y la cacería ya no tiene sentido. Al menos otros se nos adelantaron, pues esos jinetes vienen cabalgando por la pista de Orcos" –continuó quitándose un poco de cabello de la cara- "Quizás nos den alguna noticia"

"O lanzas" –interrumpió Gimli.

"Por qué tan pesimista, señor enano?" –indagó Kate.

El hijo de Glóin volteó su mirada a la joven- "Nos encontramos en tierras lejanas, joven Kate" –respondió el enano con cierta preocupación- "Y la amenaza de Saruman se ha esparcido por muchos lugares de Tierra Media; no sabemos con quien podemos encontrarnos, ni mucho menos los planes que tengan"

La maga alzó su ceja derecha al escuchar las palabras de su compañero- "Estás insinuando que tienes miedo, mi querido Gimli?" –indagó con risa burlona.

El enano endureció sus facciones ocultando su verdadera preocupación- "En ningún momento he hablado de miedo... los enanos nunca tenemos miedo!" –exclamó con orgullo.

"Siiii" –afirmó sarcásticamente Kate- "Y yo soy tan buena arquero como Legolas" –dijo bajando la pequeña colina en donde se encontraban; lo mejor sería ocultarse hasta que llegaran los jinetes y pudieran apreciarlos mejor.

"Qué insinúas con eso?" –indagó Gimli mientras seguía a la joven, dejando atrás a Legolas y Aragorn riendo.

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"Me dices que son los mejores jinetes de Tierra Media y han pasado a nuestro lado y ni si quiera nos vieron?" –indagó Kate en voz baja dirigiéndose a Aragorn. El grupo de jinetes había pasado justamente al lado de los cazadores y no se habían percatado de su presencia- "O es que los Rohirrim sufren de la vista?" –continuó.

"Shhhh" –susurró Legolas callando a la joven, lo cual le hizo merecedor de una fulminante mirada por parte de ella.

"No me mandes a callar" –murmuró Kate amenazante.

"No deberías estar hablando" –respondió el elfo con igual tono- "O nos descubrirán"

"Pues no se supone que tarde o temprano tendríamos que hablar con ellos?" –respondió la maga- "Creo que en algún momento de dicha conversación se darían cuenta de nuestra presencia"

El elfo no tenía nada con qué responder y se mordió la lengua antes de continuar...

"Ves? Ahora déjame habla-

"Kate, por favor" –dijo Aragorn levantándose; ahora su capa élfica no lo protegía y estaba a la vista de los jinetes

"Ahora si nos podemos dejar ver!" –dijo Legolas, ganándose un codazo de Kate- "Ouch!"

"No que no se podía hablar?" –respondió la maga levantándose.

"Qué noticias hay del Norte, jinetes de Rohan?" –preguntó Aragorn en voz alta, llamando la atención de los Rohirrim, Gimli colocó su mano sobre el mango de su hacha.

Los ojos de Kate se abrieron en sorpresa al ver a los jinetes frente a ella; por andar discutiendo con Legolas no había llegado a observar el esplendor y la magnitud de la tropa. Grandes hombres en cotas de plata y con brillantes armaduras montaban hermosos corceles de gran alzada, fuertes y de miembros ágiles. Sus pelajes eran hermosos y relucientes con la luz del Sol, reflejada en los bellos escudos que llevaban consigo.

"Qué hacen?" –preguntó casi para ella misma, al ver que los jinetes comenzaban a movilizarse creando un círculo alrededor de ellos. Legolas, Gimli, Aragorn y ella pronto se vieron encerrados en una perfecta circunferencia de lanzas que apuntaban directo a ellos; de pronto la admiración a los Rohirrim se había convertido en temor a sus amenazantes armas; quizás Gimli no estaba tan equivocado- "Genial"

Casi inmediatamente, el hombre más alto de la compañía se acercó al grupo de recién llegados. Lo que parecía ser una cola de caballo adornaba el gran yelmo que llevaba consigo. Su lanza apuntaba directo al pecho de Aragorn; ahora era el turno de Kate de posar la mano sobre su espada.

"Quién eres y qué haces en esta tierra?" –preguntó el hombre en Lengua Común, su voz fuerte y penetrante, en extremo parecida a la de Boromir; Kate apretó más la empuñadura de su espada.

"Me llaman Trancos" –respondió Aragorn sin moverse un milímetro- "Vengo del norte y estoy cazando Orcos"

En seguida el hombre de cabellos claros entregó su lanza a un compañero y desmontó del caballo; tomó rápidamente su espada y colocándola justo debajo del mentón del montaraz. Un silencio profundo se esparció en el lugar, dejando a Kate petrificada sin poder si quiera quitar la mano de su espada. Los ojos de Legolas se oscurecieron, listos para detectar cualquier movimiento repentino que pudiese herir a Aragorn.

"En un principio mismo pensé que vosotros eran Orcos" –dijo el Rohirrim clavando sus ojos azules en el rostro de Trancos- "Pero veo que ahora no es así" –agregó ahora mirando la figura de Kate, que se encontraba detrás de Aragorn. Su rostro se escondía bajo la capa élfica, dejando solo su boca al descubierto- "En verdad conocéis poco de Orcos si esperaban cazarlos de esta manera; eran muy rápidos y muy numerosos, sin mencionar el armamento que poseían. Si los hubieran alcanzado, los cazadores se habrían convertido en presas"- agregó regresando su mirada a Aragorn; la joven maga respiró nuevamente... estar bajo una mirada tan penetrante como aquella no solo la incomodaba, sino que le preocupaba.

'Demasiados hombres alrededor' –pensó mientras el jinete de Rohan hablaba. Al mismo tiempo, Legolas miraba con cautela al Rohirrim: La forma en como había mirado a Kate le inquietaba en sobremanera.

"Salisteis de la hierba?" –indagó el hombre de cabello castaño- "Cómo escapasteis a nuestra vista? Sois Elfos?"

"Sobre todo por Gimli" –susurró Kate en un tono de voz que solo fue percibido por Legolas, quien no pudo evitar sonreír ante el comentario.

"No" –respondió Aragorn sin una pizca de preocupación- "Solo uno de nosotros es un elfo, Legolas del reino de los Bosques en el distante Bosque negro"

"Claro que... vale mencionar que es un elfo que se cae de los árboles" –volvió a susurrar la maga haciendo que Legolas dejara de sonreír al instante.

Los ojos del hombre de Rohan se suavizaron un poco- "Extraños son estos días!" –exclamó bajando la espada- "Pues pocos son los que transitan por estas tierras con capas élficas. En especial dos hombres, un enano y un elfo" –continuó regresando su mirada a la misteriosa figura de Kate escondida bajo la capa regalada por la Dama de Lórien; ahora su boca mostraba una pícara sonrisa, producto de las palabras del Rohirrim, que confundían a la maga con un hombre más.

Hubo silencio después de aquel comentario; ahora la sonrisa de Kate se desvanecía al ver cómo la mirada del jinete recaía sobre Gimli. Los ojos del Rohirrim no se veían con curiosidad, como cuando la miró a ella; ahora se veían fríos y amenazantes- "Por qué tan callados?" –indagó el hombre enfocado en Gimli.

El enano se incorporó mirando con la misma frialdad al hombre de Rohan; sus manos aún sobre el mango de su hacha- "Dame tu nombre, señor de los caballos, y te daré el mío y también algo más" –dijo secamente.

"Gimli..." –murmuró Kate tratando de calamar al enano; la joven conocía muy bien cuando el hijo de Glóin comenzaba a exasperarse.

Fue la altivez del enano, y lo punzante y amenazante de su comentario lo que rebozó la copa. Al instante el Rohirrim apuntaba su espada a Gimli

'Otra vez...' –pensó Kate levantando la mirada

"Te rebanaría la cabeza, señor enano; si se alzara un poco más del suelo" –amenazó el hombre acercando un poco más la punta de su espada.

'Suficiente!' –pensó la maga desenvainando la espada de Lórien. Pequeños destellos violetas se vieron entre la compañía.

"El enano no está solo" –dijo Legolas con voz fría como el Caradhras mismo; ahora el arco extendido frente al jinete y apuntando una larga y punzante flecha justo a la frente del hombre de Rohan- "Morirías antes de que alcanzaras a golpear"

Entonces el ligero equilibrio se perdió en la discusión y la espada del Rohirrim se alzó en el aire, mientras las lanzas apuntaban a los miembros restantes de la compañía. Kate levantó su espada larga y delgada... liviana como el mismo viento. Sus brazos se movieron con tal agilidad que ahora estaba apuntando a la garganta del líder de los jinetes, y su capucha se había caído, revelando su rostro a los demás.

"Perdón!" –Exclamó Aragorn levantando las manos en el aire; lo último que necesitaban era morir rebanados por las espadas de Rohan- "Cuando sepas más, entenderás por qué has molestado a mis compañeros" –continuó bajando la espada de Kate con una mano; ahora el jinete no solo se había tranquilizado un poco, sino que sus ojos reflejaban una gran sorpresa al ver el rostro de la maga... los cabellos castaños y dorados de la joven brillaban con la luz del Sol, y sus ojos miel se oscurecían ante la evidente amenaza.

"No queremos ningún mal para Rohan, ni para los que ahora allí habitan, sean hombres o caballos" –continuó Aragorn tratando de volver a captar la atención del hombre; era evidente la sorpresa del jinete ante la presencia de una mujer en medio de tantos hombres. Legolas, con su arco ahora abajo, se acercó un poco a Kate- "No oirás nuestra historia antes de atacarnos?"

"Lo haré" –dijo el jinete bajando la espada y quitando por un momento la mirada de la joven frente a él. Kate guardó su espada, ahora nuevamente tranquila; en el fondo sabía que la actitud de aquel hombre era la única que alguien podría tener para poder cuidar de su gente. Ahora Legolas estaba junto a ella; el elfo sintió sus manos arder y su corazón latir con fuerza, al ver como el jinete de Rohan miraba a la joven maga.

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"Sin duda alguna debo mencionar mi sorpresa al ver a tan interesante joven andando por las tierras de Rohan" –dijo Éomer sin poder ocultar una leve sonrisa en su rostro; desde que había visto a Kate no había podido quitar su mirada de ella. Le había impresionado la manera en como la joven había manejado la espada y no podía evitar su interés en ella.

"Al parecer estos tiempos de oscuridad lo único que traen a la Marca son sorpresas" –atinó a decir Kate, encontrándose muy cómoda al hablar con alguien diferente a Aragorn, Legolas o Gimli. Además, Éomer, el Tercer Mariscal de la Marca, era muy distinto a los hombres que Kate había conocido antes. Aparentemente tenía un concepto muy distinto sobre el valor de las mujeres en guerra y parecía verlas como iguales en el campo de batalla.

"Aunque he de agregar que no todas son sorpresas malas" –dijo el hombre de cabellos castaños ayudando a Kate a empacar nuevas provisiones- "Algunas llegan a ser bastante interesantes"

Las noticias no habían sido alentadoras, ni para los jinetes de Rohan, que se habían enterado de la muerte de Gandalf Capa Gris; ni para los miembros restantes de la compañía, que escucharon los reportes de los Rohirrim, que hablaban del ataque a una tropa muy peculiar de Orcos cerca de los lindes del Fangorn. No habían visto a hobbit alguno y se temía que durante la confusión de la emboscada pudiesen haber acabado con los medianos.

Además se habían enterado del estado del rey de Rohan, quien, por la manera en que lo describían, Kate concluía estaba poseído por las fuerzas oscuras y probablemente era un títere del llamado Saruman. Las cosas no se veían claras para el futuro de Tierra Media, pero de una cosa si estaba segura: Los Rohirrim eran hombres buenos y habría que librar a Rohan de las manos de Sauron y sus aliados para, al menos, comenzar a rescatar a los reinos de Tierra Media.

"Veo preocupación en sus ojos, dama Kate" –dijo Éomer mirando con detalle el rostro de la joven. No había respondido a su comentario y ahora miraba su mochila meditabundamente.

"Ah?... eh... se nota demasiado no?" –indagó Kate con una sonrisa amigable. Finalmente había comprendido que no solo era un libro abierto para la compañía, sino para cualquiera que la mirase.

"Sin duda alguna. Pero ahora que lo pienso un poco, casi todo el mundo en estos tiempos tiene la preocupación impresa en la mirada" –agregó el jinete levantando la mochila de Kate.

"No se equivoca, señor de Rohan" –dijo Kate revisando que todo estuviera en orden. Traía consigo la espada élfica perfectamente ubicada al lado derecho de sus caderas. Una daga ahora escondida en su bota izquierda y su más reciente adquisición: Una espada corta, cortesía del Tercer Mariscal de la Marca, que se escondía cómodamente detrás de su espalda.

"Me gustaría que dejara de llamarme 'señor'; no soy amante de las formalidades y preferiría que me llamara Éomer" –agregó el Mariscal caminado hacia el resto del grupo.

"En ese caso, Éomer; deberás quitar el 'Dama' de mi nombre y solo decirme Kate" –dijo la joven maga guiñando el ojo mientras sonreía alegremente; no podía negar que le gustaba ese tácito flirteo entre el jinete y ella.

"Entonces serás Kate" –señaló el Rohirrim colocando la mochila en el suelo al llegar a donde se encontraban los demás- "Y yo seré Éomer hijo de- -

"De Éomund y Tercer Mariscal de la Marca de las Tierras de Rohan, donde viven los Rohirrim, amos de los mejores caballos de toda Tierra Media!"- exclamó Kate, burlándose de la forma en que Éomer se había presentado en un principio a la compañía, y exagerándola. Los hombres de Tierra Media siempre mencionaban de quien eran hijos y de dónde venían, algo que le causaba mucha gracia a la joven maga.

Éomer no pudo evitar sonreír ante la mofa de Kate y pronto ambos terminaron riendo, captando la atención de algunos de los jinetes y de

"Ejem" –tosió Legolas 'aclarando' su garganta al acercarse a la notable pareja que había llegado minutos atrás; no había despegado sus ojos de Kate desde que había comenzado a hablar con Éomer y no podía evitar sentir aquellos inconfundibles celos que sólo Kate había podido sacar a relucir en él. La dulce risa de la joven lo único que hacia era incrementar su desesperación al saber que era producida por aquel jinete.

"Gripa?" –indagó Kate sin percatarse de los ojos de Legolas, oscuros como la noche misma.

"No precisamente" –respondió el elfo fingiendo una sonrisa que mostraba todos sus dientes- "Lamento interrumpir su tan 'animada' conversación pero debemos partir antes de que el Sol se ponga"

Hubo un momentáneo silencio acompañado de la tan inconfundible tensión que podía cortarse con una tijera si fuese posible. Percibiendo esto, Éomer rápidamente buscó la manera de solucionar las cosas "En ese caso será mejor que me despida"

"Excelente idea" –dijo Legolas sin poder contener su descontento por la reciente amistad entre el jinete y la joven.

Éomer frunció el ceño ante la obvia hostilidad del elfo; mientras Kate le lanzaba una fulminante mirada al Príncipe; no podía creer lo infantil que estaba actuando "jeje..." –rió nerviosamente tratando de apaciguar los ánimos- "Legolas siempre taan bromista" –agregó tomando el brazo del elfo y agarrándolo con fuerza- "Pienso que debemos apresurarnos. Éomer, espero que nos volvamos a ver pronto" –terminó con una dulce sonrisa mientras no soltaba el brazo de Legolas que, ante el leve dolor producido por la dama, mostró otra vez su falsa sonrisa.

"Mi señora" –pronunció Éomer inclinándose y tomando la mano libre de Kate en las suyas- "No hay duda de que nos volveremos a ver" –dijo besando levemente su mano- "De eso esté segura" –agregó con una sonrisa, sabiendo que el elfo frente a él no podía contener las ganas de pegarle- "Legolas"

"Éomer:.." –murmuró el elfo entre dientes; Kate le apretó más fuerte el brazo- "Buen viaje"

Aragorn y Gimli veían con asombro y entretención la escena frente a ellos. El enano no podía contener la risa que le provocaba el ver al elfo sufriendo un inesperado ataque de celos; y el montaraz, por su parte, mostraba un rostro lleno de satisfacción al ver como alguien podía afectar a Legolas de esa manera.

"Creo que con esto, la joven Kate no volverá a dirigirle la palabra a nuestro señor elfo" –meditó Gimli con una sonrisa burlona.

"Oh no, mi querido Gimli" –dijo Aragorn mirando al enano por un momento- "Te aseguro que le hablará; solo que dudo que lo que le diga sea de su agrado"

Legolas volteó en el instante al oír el comentario de sus llamados amigos. Sus ojos mostrando una mirada fría y profunda. Gimli guardó silencio al instante y Aragorn simplemente dejó de sonreír tratando de no enojar más al elfo.

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"Estás segura de que sabes montar a caballo?" –indagó Legolas con cierta preocupación al ver que Kate aún no se montaba en el animal. Los jinetes de Rohan acababan de partir y solo quedaban Aragorn, Gimli, ella y él. El hijo de Arathorn montaba un hermoso caballo grande de pelaje gris oscuro, llamado Hasufel; mientras que él montaba a uno llamado Arod, un corcel blanco un poco más pequeño, pero sin duda alguna más arisco.

"Claro que se montar, elfo" –aseguró la maga sin si quiera mirarlo a los ojos. Gimli, que se encontraba montado detrás de Legolas rió levemente ante la actitud de la joven, tan arisca como la del caballo en el se encontraba.

"Entonces creo que deberías apresurarte" –dijo Aragorn con una leve sonrisa también; ya la mañana había acabado y comenzaba la tarde en la llanura.

"Voy..." –fue la única respuesta de Kate mientras con gran esfuerzo se subía al animal. No entendía cómo era que Legolas podía montar a caballo sin Estribo y ella tenía que aferrarse al las riendas para no caerse- "Bueno, Therod..." –Dijo vacilando mientras tomaba las riendas. La única vez que había montado a caballo había sido cuando sus padres la levaron a un hermoso club campestre. La experiencia no había sido muy placentera ya que se había caído del animal, obteniendo su primera y única fractura en el brazo derecho, a tan solo seis años de edad; más nunca montaría un caballo por orden de su padre.- "Eh... arre?" –murmuró insegura. Legolas levantó una rubia ceja al ver que la joven no tenía ni idea de montar a caballo.

"Necesitas ayuda?" –se ofreció olvidando las imágenes de Kate riendo al lado de Éomer.

"No." –respondió Kate con una fría mirada- "No la necesito"

Legolas sonrió burlonamente "Parece que no puedes—

Los fríos ojos cafés de la joven callaron al elfo instantáneamente. Si hubiese podido matar con la mirada, Legolas ya habría pasado a mejor vida. "No todos montan a caballo tan... naturalmente" –dijo remarcando el hecho de que Legolas no utilizaba estribo para montar a Arod- "Otros necesitan concentrarse... Therod... ARRE!!" –finalmente exclamó jalando las riendas del caballo con fuerza, algo que asustó al animal e hizo que se alzara en dos patas. La joven maga, recordando de nuevo la escena de su primer accidente, gritó con terror. Therod aún más asustado, se movió bruscamente, tirando a Kate al piso y comenzando a galopar desenfrenado.

Con increíbles reflejos, Legolas saltó de Arod y corrió hacia donde estaba Kate; mientras que Aragorn iba tras el caballo azabache de la joven.

"Kate... te encuentras bien?" –indagó Legolas tomándola en sus brazos. Preocupación marcada en su mirada.

"Legolas!" –exclamó Kate con rabia en su voz- "Qué no sabes que cuando alguien se golpea no puedes moverlo para no hacerle más daño??!!" –dijo pegándole en el hombro- "Suéltame!"

Legolas, asombrado y confundido no sabía cómo actuar, así que simplemente la dejó caer en el suelo.

"Ouch!" –gimió la joven al golpearse contra el piso- "Demonios Legolas, qué diablos te pasa?!"

El elfo abrió los ojos de par en par y, dándose cuenta de su error intentó abrazarla nuevamente.

"No me toques!!" –exclamó Kate colocando una mano sobre la cara de Legolas- "Solo... aléjate. Dios! Estúpido caballo!" –volvió a exclamar levantándose del piso; su pierna y costado derecho le dolían y le hacían difícil caminar- "Ni si quiera puedo caminar por tu culpa! Por qué diablos no hay carros aquí!!!! Quiero un carro!!!"

Gimli miraba extrañado a la joven; al igual que Aragorn que retornaba con Therod a su lado.

"No te me acerques..." –dijo la maga señalando al caballo- "Ni tú tampoco!" –agregó volteándose a Legolas- "Se supone que eres un elfo! Eres delicado y amable!!! No se supone que tiras a la gente al piso!!" –continuó acercándose a Legolas peligrosamente; el elfo retrocedía con cada paso que daba la maga.

"Kate... creo que sería mejor que te calmaras..." –sugirió Aragorn viendo que las cosas comenzaban a complicarse. –"Todos estamos tensionados y ansiosos por confirmar si Pippin y Merry lograron salvarse; pero con gritar no solucionaremos nada".

Kate suspiró dándose cuenta de que era inútil gritar y que Legolas probablemente se había puesto nervioso con sus gritos y por eso la había dejado caer. La joven se dio la vuelta y caminó hacia Aragorn "Tienes razón..." –dijo sobándose su pierna adolorida "Pero seguiré caminado; ni pienses que me montaré nuevamente sobre ese animal"

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"Iré por leña para el fuego" –dijo Gimli levantándose y dejando a un lado la manta que lo cubría; hacía demasiado frío como para dormir y al parecer todos sentían lo mismo. Después de una corta discusión sobre si era o no correcto prender un fuego en medio de la noche, con el riesgo de que alguien no deseado viera a los miembros de la compañía; Aragorn finalmente dio su aprobación para la pequeña fogata y el enano se había levantado inmediatamente para buscar ramas secas.

"No toques las ramas que aun estén vivas"- advirtió el montaraz que se encontraba apoyando su espalda sobre el tronco de un viejo árbol- "Es mejor no meterse con el bosque"

Legolas se encontraba de pié mirando la oscuridad de la noche. El elfo no había cruzado palabra alguna con la maga desde el accidente sucedido y recordaba aún cómo Aragorn tuvo que persuadirla a que se montara con él y llevaran a Therod a su lado. Se notaba a leguas que Kate no quería hacerlo y pasó un buen rato caminado hasta que finalmente decidió montarse con Aragorn. El elfo de cierta manera admiraba la terquedad de la joven, pero a la vez le parecía arrogante e insolente la mayoría de las veces. Frunciendo el ceño volteó su mirada para ver qué hacía ella.

Kate se encontraba de espaldas a él, hablando con Aragorn sobre el paso a seguir y el pequeño problema que ahora surgía a raíz de la reciente huída de los tres caballos prestados por Éomer. Los animales se habían asustado al percibir una extraña presencia cerca; la misma que la maga también pudo sentir; y ahora sin caballos tendrían que entrar a Fangorn. La noche traía consigo una brisa fría que obligaba a la compañía a permanecer cubierta y a Kate no le agradaba el frío en lo más mínimo; algo que se notaba en su continuo tiritar. Legolas suspiró y regresó a mirar a la noche.

'Cuánto quisiera tenerte en mis brazos en estos momentos, Kate' –pensó enfocando sus ojos azules en el horizonte.

La maga, aunque miraba a Aragorn mientras hablaba; tenía su mente en otro lugar. Había algo que le inquietaba y no la dejaba concentrarse en lo que el montaraz decía: La extraña huída de los caballos a penas llegaron a Fangorn. Ella misma había percibido una gran fuente de energía que provenía del bosque; pero aparte de aquel detalle, también había percibido algo más; otro ser que emanaba gran fuerza de su interior; fuerza que pareciera ser blanca. Kate no pudo evitar sonreír.

"Un mago blanco tal vez?" –se preguntó en voz baja.

"Qué dijiste?" –indagó Aragorn que había dejado de hablar al ver que la maga no le estaba prestando atención.

"Eh?... no..." –respondió mientras se levantaba- "Nada"

"Bueno, aquí hay suficientes ramas secas como para mantener el fuego durante toda la noche"- interrumpió Gimli que traía consigo un gran bulto de leña.

Aragorn decidió dejar su pequeña charla con Kate de lado, para concentrarse en crear un buen fuego- "Creo que ahora estaremos un poco más cómodos que antes, no?" –sugirió acomodando las ramas secas en medio de un círculo de piedras.

Casi al instante los cuatro se encontraban sentados alrededor del fuego; hasta Legolas, que se encontraba alejado de los demás, se había acercado a disfrutar de la cálida llama que hacía de la noche un poco más amistosa. Después de una corta conversación debido al evidente cansancio de la compañía, todos comenzaron a dormirse a excepción de Kate, que era la encargada de hacer la primera guardia.

La joven se había ofrecido voluntariamente, ya que eran demasiadas las hipótesis (producidas por el bosque Fangorn) rondando en su cabeza. No se encontraba muy cansada y por el contrario, tenía suficiente energía como para caminar un poco. La maga echó una mirada a los miembros de la compañía antes de levantarse; todos se encontraban dormidos; hasta el elfo burlón tenía los ojos aparentemente cerrados, algo bastante inusual en él; debía estar realmente cansado.

Apartándose de sus compañeros, llegó hasta un pequeño grupo de árboles que protegían un pequeño montículo de tierra. El cielo se veía oscuro, únicamente iluminado por las lejanas estrellas. No se veía Luna alguna, probablemente cubierta por espesas nubes nocturnas. El paisaje era agradable y Kate se sentía a gusto observándolo sola. La brisa, que había logrado mermarse un poco, movía con suavidad el alto pasto cerca al bosque y un silencio interrumpido por el canto de los grillos completaba la escena frente a ella perfectamente.

A pesar de que no había brisa, aún se podía sentir un fuerte frío que comenzaba a incomodar a la maga que ahora estaba muy lejos de la cálida fogata. Sonriendo como quien va a hacer una travesura, la joven recordó que no era necesario para ella estar cerca al fuego para sentir calor. Lentamente levantó sus brazos hasta que quedaron extendidos frente a ella.

'Será una buena manera de practicar esta nueva forma de conjurar' –pensó mientras recordaba que ya no tenía báculo con qué canalizar sus poderes y le tocaría realizar sus conjuros con sus propias manos- "Con el permiso de los grandes maestros, convoco al elemental... fuego" –dijo en voz baja mientras de sus manos salía una tenue luz de colores rojizos. Sentía un delicado calor que inundaba su ser y buscaba salida a través de las palmas de sus manos. Esta vez no sentía ardor alguno, puesto que estaba manejando la energía con completa calma.

Una pequeña bola de fuego comenzaba a formarse, y pronto la joven sonreía mientras aumentaba su tamaño y jugaba un poco con ella. Sentir la magia nuevamente consigo, y verla manifestarse la hacía sumamente feliz. Pronto comenzó a recordar aquellos buenos momentos en los que a penas comenzaba a conocer aquel mundo que sería el centro de su vida para siempre.

-- Flash Back --

"Veo que manejas muy bien al elemental Aire" –comentó Dave tomando un sorbo de café. Se encontraban en la sala del penthouse de la maga y, después de una larga sesión de práctica, disfrutaban de una taza de café sentados en un pequeño sofá.

"Ahora sigue fuego no?" –preguntó Kate con ansiedad.

"Te dije que ese era el último elemental que aprenderías a manejar, Kate" –respondió el guardián que conocía la obsesión que la maga tenía por manejar el fuego- "Es un elemental muy poderoso y primero tendrás que aprender a manejar a Agua y Tierra, en su respectivo orden, para llegar a él"

"Bueno..." –respondió Kate con tono aburrido. Dave sonrió levemente- "A tu paso, Kate. No tardaremos mucho en llegar a él. Y además" –Dijo levantándose del sofá- "Algo me dice que pertenecerás a esa casa"

La Casa Fuego... Kate ya había escuchado la historia de aquella casa, junto con las otras tres: Casa Aire, Casa Agua y Casa Tierra. Esas cuatro divisiones representaban los elementales de la dimensión en la que se encontraban. Cada mago, del lado oscuro o blanco, pertenecía a una de ellas. Como la joven era tan solo un aprendiz, aún no pertenecía a casa alguna, y primero tendría que conocer a todos los elementales antes de saber a qué casa iría. Según lo que su guardián le había explicado; todo mago tenía que saber manejar el elemental aire, ya que era el más dócil y moldeable; después de ahí, conocería a los otros tres. Lo difícil era saber controlarlos a todos cuatro; era un proceso extenuante y rara vez aparecían magos que pudieran hacerlo. Pero casi siempre había otro elemental, aparte de aire, que un mago podía manejar; era dicho elemental el que determinaba la casa a la que entraría. Aquellos que solo manejaban el aire, entrarían a esa casa que, usualmente, era conformada por los magos que se dedicaban a enseñar y preparar a los aprendices como Kate. Dave era uno de ellos.

"Me estás escuchando?" –preguntó Dave que veía la mirada perdida de Kate.

"Si, claro" –mintió la maga buscando concentrarse nuevamente en lo que su guardián decía.

"Bueno..." –continuó Dave- "Probablemente entrarás a la Casa Fuego, algo que se amoldaría perfectamente a tu forma de ser, ya que es de saber común que los magos de esa casa se diferencian de los demás por ser un tanto rebeldes y distintos a los de su Era. La casa fuego siempre ha albergado a los magos más poderosos de cada época en la historia del mundo; y los que pertenecen a ella tienen una gran inclinación hacia la magia blanca" –fue ahí donde el guardián hizo una pausa y su mirada se tornó seria- "Pero aquellos que logran desviarse causan un gran daño a la estructura del lado blanco del Universo. Son en extremo poderosos y su rebeldía busca ir en contra de las leyes, no para hacer el bien sino el mal. Aún así, los magos de la casa del Elemental Fuego rara vez deciden manejar magia negra; y son muy fieles a la blanca. Me gustaría mucho que llegaras a pertenecer a esa división, Kate" –finalizó con una sonrisa.

-- End of Flash Back --

"Tenías razón" –susurró Kate apagando la llama entre sus manos- "Soy de la Casa Fuego, y aunque manejo todos los elementales, definitivamente fue la que mejor se acomodó a mi genio" –agregó dando un paso adelante; esta vez para convocar al Aire. Al instante una suave brisa comenzó a soplar y la maga cerró sus ojos para disfrutar de ella.

Una nueva sonrisa apareció su rostro mientras aumentaba un poco la rapidez del elemental que manejaba. El alto pasto se mecía con gusto al ser tocado por la brisa y la maga liberó todos sus sentidos percibiendo así la energía que emanaba de cada planta del lugar. La joven pronto comenzó a dar vueltas con los brazos extendidos, como niña pequeña que jugaba su juego favorito. Pequeñas carcajadas comenzaron a salir de su boca mientras una inmensa alegría llenaba sus ser: Su magia había regresado completamente a ella y se daba el gusto de manejarle sin báculo. Con sus ojos cerrados veía un espectáculo de luces mezclándose unas con otras... fusionándose. Casi sentía su cuerpo levantarse del piso, cuando percibió un aura en particular.

Un aura de colores verdosos brillaba frente a ella; sus tonos, reflejando los colores del bosque mismo, vibraban fuertemente. La maga se detuvo de un solo... conocía ese aura... sabía de quien era. Con una suscitada ansiedad abrió los ojos para encontrarse con él.

"Legolas..." –susurró entre asombro y angustia, anticipando lo que venía.

El elfo no se movía; sus ojos azules, abiertos de par en par, mostraban su sorpresa. Se había levantado sin poder dormir y la suave risa que traía consigo el viento lo llevó hasta donde se encontraba ella. Su corazón latía con fuerza mientras intentaba asimilar lo que era obvio -"Que...?"

Kate suspiró "Sabía que esto sucedería..."

Legolas parpadeó por primera vez mientras recobraba la compostura. Comprendiendo lo que había visto frente a él, y escuchando las palabras de Kate, alzó la mirada para encontrarse con sus ojos cafés- "Qué sucedería?..." –indagó conociendo la respuesta

"Actuarías así..." –respondió la joven colocándose una mano en la cintura- "Que me verías como algo extraño... que—

"Qué esperabas??" –preguntó el elfo ahora con cierto sarcasmo en su voz- "Que me acercara y te dijera: Excelente Kate, Felicitaciones?!"

La maga bajó la mirada y dio unos pasos adelante queriendo acercarse a el elfo -"Legolas... yo"

Legolas retrocedió un poco levantando una mano en señal de alto- "No... no te acerques..." –dijo seriamente; su mirada seguía mostrando un rastro de sorpresa en ella.

"Por qué actúas así?" –preguntó Kate sintiéndose herida por el comportamiento de su compañero- "No es la primera vez que ves a un mago, Legolas"

"Por su puesto que no" –respondió el elfo con rabia en su voz- "Pero crees que eso es lo que de verdad me importa ahora, Kate?" –indagó acercándose un poco- "Por qué no me lo dijiste antes? Por qué me lo ocultaste de esa manera?"

Kate intentaba formar una oración coherente en su mente -"No... no encontraba la forma de decirlo... yo"

"Tu qué?" –dijo Legolas tratando de mantener el tono de voz bajo; no le interesaba que nadie viniera a interrumpir su conversación con la joven maga- "Se supone que era tu amigo no? Se supone que podías confiar en mi!" –exclamó apretando los puños- "Entendí tu rechazo aquella vez en Lórien. Entendí que no querías más que mi amistad! Y eso te ofrecí!"

Las manos de la joven temblaban levemente- "Legolas... no quise—

"No quisiste herirme? Molestarme? Sorprenderme?" –decía el elfo acercándose a la maga lentamente. Su cabeza inclinada un poco- "Pues adivina que? Lograrse hacerme sentir las tres cosas a la vez!"

Kate apretó sus puños esta vez; ni si quiera la dejaba explicarse! –"Legolas no conoces mis verdaderas razones. Nadie debía enterarse de esto! Solo Gandalf y Aragorn!" –exclamó la joven levantando sus manos- "Se supone que nadie debe enterarse de que tengo poderes... Gimli no se debió ente—" –la maga calló sus palabras al darse cuenta de su error.

Legolas respiró agitadamente. La rabia y frustración invadía todo su cuerpo- "Gimli lo sabía??!! El enano lo sabía??!!"

"Legolas, fue un accidente. Traté de salvarlo cuando nos atacó el grupo de Orcos" –decía la maga intentando explicarle al elfo las cosas antes de que todo empeorara- "Estaba muy lejos y no podía llegar... tú no estabas cerca Legolas! Entonces lo hice! Y se dio cuenta!"

Legolas se sentía como un estúpido. Todo este tiempo con ella y todos lo sabían menos él- "Por los Valar, Kate! Todas las veces que hablábamos!... Todas las noches que me senté a tu lado y nunca se te ocurrió decírmelo?!"

"No crees que lo intenté?!" –respondió la maga con rabia en su voz- "No crees que mil veces intenté decírtelo?!"

"Pues de seguro no lo intentaste muchas veces!" –los ojos de Legolas se habían tornado azul turquí, mostrando en ellos frustración e impotencia- "O es que esperabas a que todo esto acabara para contarme todo?!"

"Para cuando eso suceda, ya YO no estaré aquí!" –exclamó Kate histérica

"Claro... cómo podría olvidarme de tu hermoso pueblo que espera con ansias la llegada de su maga!!"

"No es ningún pueblo... es otra Era, idiota!" –exclamó la joven

Legolas retrocedió un poco. Ahora la confusión reemplazaba la rabia en sus ojos "Qué estás diciendo?"

"No soy de esta Era, Legolas... no pertenezco a tu tiempo!" –respondió la joven tratando de calmarse- "Vine del futuro, Legolas! A ayudarlos a destruir a Sauron! "

Ahora se sentía aún más dolido. No alcanzaba a comprender la magnitud de lo que había escuchado -"Eso no cambia las cosas, Kate... confié en ti y lo único que pedía a cambio era que tu confiaras en mi" –susurró el elfo sintiendo el dolor en él al saber que la persona que más quería no era capas de contarle sus secretos.

"Legolas lo sé, pero—

"Qué no sentías remordimiento al hablar conmigo?"

"Yo..."

"Por Eru! Te besé, Kate! Te mostré mis sentimientos!" –decía el príncipe del Bosque Negro, mirándola con rencor. Cada vez más cerca de ella- "Te tuve junto a mi! No pasé un día lejos de tu lado o sin desear verte!!"

"No digas tonterías, Legolas" –interrumpió la maga con voz seria

Aquello lo enfadó más. Ahora ella pensaba que lo que él sentía era solo una tontería -"Hechizas al que quieres con tu mirada..." –le dijo el elfo frente a ella- "Para eso usas tu magia... para seducir al que quieres tener contigo y cuando al fin obtienes lo que quieres le dices que no diga tonterías!"

Kate sintió su sangre arder por sus venas; un impulso incontrolable de gritarle al ser que consideraba su amigo- "Cómo te atreves a hacer tales acusaciones, elfo insolente!" –exclamó acercándose más a él- "Cómo te atreves a ensuciar mi nombre y el de todos aquellos que conformaron mi linaje!" –la maga se sentía insultada. Jamás alguien había si quiera intentado suponer algo así de ella; tratarla como una cualquiera... a ella y a sus ancestros.

Legolas sonrió maliciosamente; podía sentir la agitada respiración de la maga sobre su rostro; podía percibir la tensión que emanaba de su cuerpo y cuánto deseaba enfurecerla más... encender hasta el último rincón de su cuerpo- "O es que sólo le ocultas tu identidad a los que quieres en tu cama?" –preguntó en un mortal susurro.

Y su mejilla lo sintió. La mano de la maga como fuego quemó su cara. Una sola cachetada silenció al elfo que ahora acariciaba su mejilla con aquella maliciosa sonrisa aún en su rostro.

"Qué sucede?" –se atrevió a preguntar Aragorn llegando justo en el momento en el que Kate se retiraba del lugar.

"Nada!" –exclamó la joven pasando de lado- "Por qué no amarras a tu amiguito a un árbol para ver si cuando pasa una tropa de Uruk-Hais se lo llevan al darse cuenta que es uno de ellos!"- agregó volviendo su cabeza a él.

"Les diré que me encontré con la bruja de su dueña!" –gritó Legolas dándose la vuelta.

Aragorn, aún confundido y asombrado ante lo que veía, intentó acercarse a Kate.

"Ja, ja" –rió la joven con amargo sarcasmo- "Cuidado Aragorn! No te me acerques!" –exclamó en una falsa advertencia- "Tal vez haga un hechizo para meterte en mi cama!!"

El montaraz no había terminado de asimilar las palabra de la maga, cuando Legolas comenzó a caminar hacia ella "Todavía tienes ganas de abrir las piernas?!" –exclamó el elfo acercándose a ella- "O es que te frustra no haber podido acostarte con Éomer?!"

"Eres un sucio! Indigno de tu raza! Puedes ser muy elfo en tu cuerpo, pero eres un completo Orco por dentro!!" –gritó Kate con todas sus fuerzas- "Mira lo que hago con mi magia! Mira para lo que de verdad sirve la magia"

Al instante levantó las manos y convocando al Fuego lanzó una llama con sus manos, que comenzó a incendiar un pequeño arbusto. "Mira lo que de verdad hace una maga!!" – Pronto había comenzado a lanzar pequeñas bolas de fuego formando un círculo alrededor de ella- "Porque prefiero quemar a un hombre antes de acostarme con él, me oíste?!" –amenazó mientras convocaba al elemental Aire y apagaba todo el fuego a su alrededor. Legolas se encontraba estupefacto ante lo que veía.

"Cálmate, Kate!" –exclamó Aragorn buscando apaciguar a la maga

"Porque nadie me ha tocado en mi vida, imbécil!! Y nadie tocará mi cama, escuchaste??!! Nadie provoca a una maga!" –exclamó mientras comenzaba a sentirse mareada. Aún podía distinguir la mirada confundida y sorprendida de Legolas. Sus ojos azules se mostraban ansiosos y expectantes. Todo alrededor de la maga comenzaba a dar vueltas- "Nadie toca mi cama..." –murmuró casi incoherentemente antes de caer al piso y entrar en la oscuridad total.

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"Gimli, cuántas veces te voy a decir que ese no era un fantasma?" –murmuró Kate abriendo los ojos; en medio de su despertar había logrado escuchar al enano repitiendo una y otra vez que los caballos habían sido ahuyentados por el fantasma de Saruman.

"Kate, despertaste!" –exclamó el enano caminando hacia ella- "Vaya susto el que nos diste!"

"Creo que ya me puedo graduar como asustadora profesional" -dijo la maga con una sonrisa, levantándose lentamente.

"Te encuentras bien?" –preguntó Aragorn con preocupación; las imágenes de lo que había sucedido la noche anterior le perturbaban tanto como los secuestros de Merry y Pippin. Siempre había visto a Legolas y a Kate discutir y hasta a levantarse la voz, pero jamás había presenciado algo así. Las palabras que habían salido de la boca de Legolas eran agudas e igual de hirientes que una flecha- "Cómo te sientes?"

"Bien, Aragorn" –respondió la maga leyendo los pensamientos del montaraz. A penas comenzaba a recordar lo que había sucedido y su corazón empezaba a sentirse pesado con el dolor al pensar en aquellas palabras dichas por el elfo- "Escucha... yo"

"No tienes nada que decir, Kate. Lo que sucedió ayer es algo entre Legolas y tú" –dijo levantándose- "No tengo por qué cuestionar lo sucedido y creo que sabes de qué lado me encuentro en esta situación" –agregó sonriendo- "Aunque, como guía de esta compañía, espero no se vuelva a repetir"

Kate vio la seriedad de su mirada al decirlo. Ante nada eran una compañía y debían comportarse como tal. No tenían porqué estar discutiendo de esa manera; debían protegerse los unos a los otros, aunque Dios sabía que Kate no volvería a acercarse a aquel elfo por decisión propia.- "Así será, jefe"- respondió sonriendo. Por dentro su corazón dividido entre el dolor y la rabia por aquel ojos azules.

"Estoy helado hasta los huesos" –dijo Gimli haciendo un poco de conversación. Ya habían desayunado todos y estaban preparándose para examinar nuevamente el suelo en busca de pistas que los guiasen hacia Merry y Pippin- "Y no olviden a ese viejo!" –exclamó recordando el motivo de sus preocupaciones- "Saruman..."

"Por Dios Santo, Gimli!" –exclamó Kate acomodándose sus botas- "Ese NO fue Saruman! Te lo aseguro completamente" –reafirmo sobando la cabeza del enano. Hasta ahora no se había dado cuenta de que Legolas no estaba presente- "He visto fantasmas y te aseguro que lo que viste ayer no fue uno de ellos. Inclusive creo que esa visión, fuese lo que fuese, era de un origen bueno, y lo más importante... de intenciones buenas"

"Eso es muy posible" –dijo Aragorn viendo que Legolas regresaba de observar el horizonte en busca de enemigos- "Dijiste anoche, Gimli, que el miedo había espantado a los caballos. Pero yo no lo creo Los oíste, Legolas? Te parecieron unas bestias aterrorizadas?" –le preguntó el montaras al ver que la mirada del elfo se centraba solo en Kate

Sus ojos no mostraban rencor alguno. Después del desmayo de la joven, Aragorn había decidido tener una 'pequeña' conversación con Legolas, en donde le explicó cada uno de los aspectos de le llegada de Kate y de su verdadero origen. En un principio Legolas casi no podía controlar el impulso de ir hasta donde ella y pedirle perdón por lo hecho; pero algo dentro de él le decía que pasaría mucho tiempo antes de que pudiera obtenerlo "No" –respondió enterrando la mirada en el piso; los ojos de Kate se mostraban más fríos que la nieve del Caradhras- "Oí claramente a los caballos. Parecían dominados por alguna alegría repentina. Hablaban como animales que encontraran a un amigo después de mucho tiempo

"Así me pareció" –respondió Aragorn notando la desilusión en los ojos de Legolas- "Pero no podemos quedarnos a hacer más conjeturas; lo mejor es que continuemos nuestra búsqueda. Comenzaremos cerca al campamento y luego iremos adentrándonos en el bosque"

Gimli tiritó con la sola idea de entrar a Fangorn, pero sonrió al sentir la mano de Kate en su hombro. Pronto, todos estaban concentrados en encontrar nuevas pistas.

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"Nos han advertido mucho sobre este bosque" –aseguró Gimli en cuanto el grupo ingresó a Fangorn- "hubiera preferido que esta búsqueda hubiese terminado en otro lado"

"Gimli..." –suspiró la maga adelantándose un poco al enano. Legolas se encontraba cuidando la retaguardia y ella sencillamente no toleraba tenerlo cerca en esos momentos.

Las pistas encontradas habían sido realmente alentadoras. Entre pisadas de Orcos y pequeñas piezas de las vestiduras de los hobbits; los restantes de la compañía habían terminado entrando a Fangorn, muy para el disgusto de Gimli, y siguiendo un rastro de huellas hechas al parecer por los medianos.

"No creo que el bosque sea maligno" –dijo Legolas hablando casi para si; el haber llegado a Fangorn se había convertido en un respiro para su mente, y por un momento pudo liberarse de los pensamientos sobre Kate. Estar entre los árboles lo hacía feliz, así fuera por un instante. Agudizando sus sentidos trataba de escuchar a lo lejos- "No, no es maligno; y si hay algún mal se encuentra muy lejos. Pero puedo percibir la vigilancia y cólera cerca de nosotros"

"Bueno, no hay razón para que este bosque esté enojado conmigo" –remarcó Gimli mirando a su alrededor- "No le he hecho daño alguno"

"Tu no, querido Gimli... pero muchos otros si" –respondió Kate colocando una mano en el tronco cercano a ella. Cerró sus ojos concentrándose en la energía emanada por el bosque. Al igual que Legolas, la maga se hallaba perdida en la densa atmósfera del lugar- 'Veamos qué hay en este lugar'- pensó mientras una tenue luz violácea iluminaba la palma de su mano- 'Tranquilo... no venimos a hacer daño alguno... buscamos a unos amigos'- recitó mentalmente, como comunicándose con el árbol frente a ella. No muy lejos, Legolas maldecía su suerte mientras observaba a la maga, podía ver la felicidad que sentía al utilizar sus poderes... la paz que se reflejaba en su rostro.

"Nada que temer, señor enano" –continuó la maga caminando hacia Aragorn- "Tal como lo dijo el elfo, Fangorn busca respeto y no nos hará daño mientras se lo demos. Realmente pienso que podríamos encontrar grande maravillas aquí." –agregó con una tranquilizadora sonrisa.

"Bueno, a donde vayan iré; pero os pido mantenerse alerta" –advirtió el enano- "Me sentiría más seguro con el arco de Legolas, y las espadas de Aragorn y Kate. Por mi parte mantendré mi hacha lista" –dijo agilizando el paso- "No para cortar rama alguna" –aclaró en voz alta, temiendo que el bosque mismo fuese en su contra- "Solo para protec—

"Shh" –susurró Aragorn interrumpiendo al enano. Sentía que alguien se acercaba. Sin saberlo, Kate contuvo la respiración percibiendo aquella gran energía que había sentido la noche anterior antes de que huyeran los caballos. Con impresionante rapidez, Legolas sacó una flecha de su carcaj y la mantenía lista en el arco. No pasó mucho tiempo para que frente a ellos apareciera un inesperado invitado.

No alcanzaron a verle el rostro; estaba encapuchado, y encima de la capucha llevaba un sombrero de alas anchas, que le ensombrecía las facciones excepto la punta de la nariz y la barba grisácea.

Kate sintió su corazón latir a mil por hora; su respiración comenzaba a agitarse trayendo conclusiones extremadamente apresuradas a su cabeza. Jamás había pensado que algo así pudiese suceder, pero aquí estaba ella, viendo lo imposible. Sus ojos comenzaron a humedecerse como no lo habían hecho en mucho tiempo.

"Feliz encuentro en verdad, amigos míos" –se le oyó decir al viejo con dulce voz. Kate sintió sus piernas temblar y perder el equilibrio- "Deseo hablaros, bajaréis vosotros o subiré yo?"- indagó con una escondida sonrisa.

"Por Eru..." –susurró Kate llevándose una mano temblorosa a la boca. Al escuchar con experta perfección, Legolas volteó su mirada a Kate con preocupación, aún sin bajar el arco ni soltar la flecha- "Eres tú!" –exclamó la maga atreviéndose a hablar. Sin pensarlo dos veces movió sus piernas y corrió hacia el viejo frente a ella.

"Noo!" –gritó Gimli- "Detenla, Legolas!" –dijo corriendo también. El elfo no se movía; quería correr y retenerla consigo pero no podía despegar sus pies de la tierra... como si una fuerza externa lo obligara a quedarse ahí. Aragorn extendió una mano y detuvo al enano; sintiéndose igual de confundido que Legolas.

La joven lo abrazó como quien encontrase el tesoro más preciado de su vida. Lágrimas inundando sus ojos cuando finalmente la capa gris del visitante caía, revelando la imponente presencia que tenía. Sus cabellos y larga barba blanca cubrían su rostro, y su capa blanca brillaba con el Sol.

"Kate!" –exclamó el viejo con gran alegría-."Al menos uno logra reconocerme después de tanto tiempo! Comenzaba a pensar que ni si quiera hacía parte de sus recuerdos!" –continuó dándole un fraternal abrazo.

Legolas, Gimli y Aragorn abrieron los ojos en sorpresa e impresión. La flecha del elfo salió disparada hacia arriba, mientras Gimli dejaba caer su hacha y el montaraz soltaba la espada.

"Mithrandir!" –gritó finalmente el príncipe del Bosque Negro- "Mithrandir!".

Como saliendo de un hechizo, todos comenzaron a asimilar lo que sucedía.

"Feliz encuentro te digo nuevamente a ti, Legolas!" –exclamó Gandalf mientras que Kate se apartaba y se limpiaba las lágrimas del rostro. Levantó su mirada para encontrarse con los estupefactos ojos de Gimli.

"Te dije que en este bosque encontraríamos grandes maravillas, no?" –dijo con una gran sonrisa. Finalmente algo bueno había tocado a la puerta de la compañía. Un poco de luz brillaba en medio de la oscuridad.

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- Silver Card: Bueno... eso es todo! Tengo algunas dudas sobre este capítulo =S. Pero no quise demorarme más en subirlo a la página ya que prometí no tardar demasiado en actualizar. Entonces amables y queridísimos lectores (jeje) espero que me envíen sus comentarios y terminar de convencerme de que esto quedó bien, o que por el contrario, requiere más trabajo. Un gran abrazo! Chau!