Fecha: 5 de Agosto del 2283
Hora: 9:55 A.M.
Lugar: Fronteras de Neo Aracena Planicies del Senegal.

5 Días Después del Asalto Fallido.

Las periferias salvajes de Recclaimer eran todo lo que se había esperado que fueran, planicies verdes llenas de fauna, árboles de madera oscura y hojas verde esmeralda, a lo lejos los enormes lagos que reflejaban el verdoso resplandor azulado de los cielos contrastaban enormemente con mucha de la fauna silvestre del planeta, esto.
Junto con las especies nativas del planeta se tenía un buen panorama de lo que era la vida cerca de las zonas rurales, como aquellos enormes gatos de 4 ojos cuyos colmillos recordaban al imponente y extinto tigre dientes de sable, con la enorme diferencia que sus colmillos inferiores también sobresalían de su boca, teniendo a su vez una cola menos peluda, teniendo en la punta de la misma un mechón distintivo parecido al de los leones, Siendo los machos los que poseían una melena que iba desde el cráneo hasta la espalda, la cual caía sobre su mandíbula de manera casi artística.

Las hembras por su parte tenían sus colmillos más cortos, pero a falta de molares más desarrollados que los machos y la evidente falta de melena poseían 5 pares de garras en cada pata, 4 en los dedos de las patas y uno extra en la parte superior del antebrazo.
Esto para tener mejor agarre ante sus presas.

Estas especies los colonizadores les habían llamado León dientes de Sable, por su gran parecido con sus primos lejanos de la sabana Africana.

A lo lejos también Había aves enormes que sobrevolaban los cielos, cuyos plumajes extravagantes parecían imitar las cualidades de los imponentes pavorreales, con alas tan grandes como sus cuerpos cuyos colores y formas en sus plumas hacían creer que eran seres de millones de ojos. Que observaban el suelo al volar.
Ante su evidente falta de ojos a los lados recaían únicamente en su único ojo delantero, El cual tenía una percepción de 360 grados, por lo que fácilmente podía ver a donde se dirigía en todo momento.

Eso, junto con sus enormes patas con garras afiladas, sus picos en forma de lanza y el apéndice en sus pechos que les ayudaba a detectar corrientes de aíre los hacía los reyes de los cielos, o por lo menos en esta región.
Omnioculus, como los llamó el primer investigador de la fauna de la región, eran criaturas de gran belleza pero enormemente peligrosas, extremadamente si intrusos se encontraban en su territorio.

Mientras que en tierra las más pequeñas criaturas se ocultaban de los depredadores, allí una manada de criaturas pequeñas como conejos se ocultaban entre las raíces de los árboles, haciendo huecos en la tierra, catalogándolos como madrigueras.
Con orejas largas, hocicos afinados y tres ojos uno en cada lado de su cabeza y uno último en la frente.
Sin contar que sus colas peludas siempre parecían estar enrolladas hacia arriba dando la apariencia de ser un caracol,
Se les llamaban Ermitaños, porque al igual que los cangrejos buscaban una cascara hueca para poder habitar, en Recclaimer existían al menos 300 tipos de plantas, frutas y vegetales con cascaras tan duras como para protegerlos de los depredadores más avispados.

Los machos siendo mucho más pequeños que las hembras encajaban en cualquier lugar estrecho donde sus pequeños cuerpos pudieran habitar, siendo las propias hembras las que ocupaban más las madrigueras y eran las que menos salían a buscar comida, Dejando esa responsabilidad a los machos de sus especies.

Ese día parecía más tranquilo de lo habitual o al menos parecía, hasta que uno de los ermitaños escuchó algo a la distancia, algo que llamó poderosamente su atención entre los árboles, no era un depredador que le gustará ocultarse entre los árboles.
Y por supuesto que no era uno que pudiera volar…
Era algo… más… algo extraño, incluso algo que no parecía provenir de este mundo, sino de otro… a billones de años luz de distancia.

La cuerda se tensó hasta su máximo alcance, con la flecha apuntando a la cabeza del pequeño e indefenso animal.
Disparó dándole justamente en el ojo, los demás ermitaños se escondieron en sus corazas protectoras, esperando confundir al depredador que había venido a comérselos aparentando ser rocas.

El tirador se relajó suspirando pesadamente, para ír a recoger a su presa, la cual había muerto justo al instante, le aliviaba que por lo menos no hubiese sentido dolor en sus últimos momentos de vida.
Levantó a la criatura examinándola bien, nunca había comido esto pero… con una buena receta y un buen sazón tendrían más que suficiente para calmar el hambre.

― Bien este se ve bueno… ―Comentó el muchacho que sostenía a la creatura de sus patas traseras, había escuchado que sabían a pollo, pero serian él quien confirmará eso, él y sus amigos por supuesto.
―Disculpen por haber matado a su amigo… pero si les sirve de algo espero que acepten esto a cambio. ―Comentó colocando un par de frutas y vegetales pertenecientes al mundo en el que habían caído agachándose para colocarlos en el suelo..
―Sé que no compenzará una vida, pero salvará otras más o eso espero…―Añadió levantándose y retirándose.

―En estos días… sé que la vida es algo aún más valioso, casi más que la comida. ―Murmuró suspirando pesadamente, colocando el pequeño ermitaño en su cinturón, donde más criaturas pequeñas y peces podían ser vistos, había sido un buen día de caza, no podía evitar imaginar las expresiones de sus amigos al ver dicho botín.

Perdido en sus pensamientos sintió un leve golpe de realidad subiendo por su nuca en forma de un choque eléctrico cuando escuchó que alguien lo llamaba por el intercomunicador de su oreja.
*¿Sein ya vienes para acá? Cambio* Interrogó la inconfundible voz de Danny al otro lado de la línea.

―Sip ya voy para allá… ¿cómo están todos en el campamento? ―Respondió el caballero de Pegaso colocando sus dedos índice y medio de la mano derecha sobre su oído, abriendo el canal de voz para comunicarse mientras colgaba el arco que tenía entre sus manos sobre su hombro.

*Sin novedad. Solo esperamos a que regreses, ¿lograste encontrar algo de comer? Cambio. * Respondió Danny dándole oportunidad a su compañero de hablar.

―Efectivamente, John estará feliz con lo que llevaré al campamento. Cambio. ― Decía avanzando por los pequeños montes frente a él, subiendo con dificultad tratando de evitar que algo se le cayera del cinturón de caza improvisado que había armado

*Ahhh, me alegra escucharlo, regresa sano aquí, te estaremos esperando con la hoya y las demás especias que solicitaste. Cambio.* Danny suspiró aliviada, al menos este día tendrían una alegría después de todo el mal Rato que habían pasado esos últimos cinco días

―Entendido, hoy tendremos un buen desayuno y si nos alcanza una buena cena, cambio y fuera. ―Finalizó la llamada suspirando pesadamente, respirando el aire limpio y puro del planeta, sin dudas estaba en su elemento, todas las enseñanzas de Genki habían servido, desde la cacería, hasta la supervivencia en campo abierto y el adaptarse a las situaciones de peligro.

Sin todo lo que aprendió en Shinrra lo más probable es que ninguno hubiera sobrevivido más de dos días, pero ya llevaban 5 y contando… o bueno… eso aún estaba por verse, las cosas no pintaban para nada bien.

A lo lejos al posar sus ojos en la enorme tormenta oscura podía darse una idea de porqué… la tormenta que cubría el enorme árbol que consumía Almas y Sangre humanas para alimentarse, habían sobrevivido a la caída desde casi 300 metros de altura, habían logrado mantenerse vivos hasta este momento y habían logrado establecer comunicaciones con el titán.
Pero aun así las probabilidades de salir vivos de aquí se había reducido a un 10%, el otro 70% era una muerte lenta y dolorosa y el otro 20% sería Rápida, pero si Danny no se equivocaba y maldita sea que ella jamás se equivocaba, estaban en el borde de la Zona Roja, entre las fauces de la bestia quien saboreaba la carne y la sangre de todos y cada uno de los 7 guardianes.

Él no se consideraba un pesimista, más bien un realista con un enorme idealismo que se encontraba en ese punto culmine de la sincera idiotez, pero si se desanimaba lo más probable era que el peor de los escenarios sucediera.
Más aún en estos tiempos donde la moral estaba más que debajo del tapete, enterrado en capas y capas de pesimismo, que llevaban directamente al nihilismo.
Era cruel considerando que no muchos tenían la esperanza de salir con vida de esta situación tan adversa, pero si de algo él sabía era que pensar que todo iba a ír mal haría que todo saliera jodidamente mal.

Por eso debía mantenerse animado para este cruel enemigo al que deberían enfrentarse o la muerte sería segura para él, como para todos sus amigos.

No tardó mucho para llegar al campamento, el cual consistía en lo que había quedado de la nave de descenso orbital, básicamente estaban viviendo en la carcaza de una nave desvencijada, cuyas puertas y cabina se encontraban totalmente destrozadas, lo único que medianamente se mantenía en una sola pieza era el compartimiento de carga el cual consiguió mantener a salvo a todos los jóvenes caballeros, era una pena que no se pudiera decir lo mismo de los pilotos el primero murió en el impacto, el segundo 10 minutos más tarde entre gritos de auxilio y gemidos de agonía.
Mientras su cuerpo era aplastado por claustrofóbicas paredes de acero y aluminio.
Trataron de sacarlo de allí pero cuando lo lograron su corazón ya no pudo más y su último suspiro tuvo el amargo sabor de una libertad a medias.

Siendo un par de tumultos de tierra con cruces que demarcaban sus últimos lugares de descanso.

Seinma se acercó al compartimiento trasero, el cual era una rampilla desgastada e igual de dañada que el resto de la nave enterrada en varios metros de tierra devastada que hacían un camino hacia la nave, el rastro que había dejado al caer tan abruptamente podía nortarse desde un par de kilómetros, pero ayudaban a ubicarse de encontrarse perdidos.
Además entre todo el páramo verde, observar este camino y esta pieza de maquinaría despedazaba ayudaba mucho para que los jóvenes caballeros lograrán orientarse, aunque era una marca constante que le decía al enemigo: "Oigan estamos aquí vengan a matarnos." Una invitación poco sutil, pero que obligaba a todos los del equipo a mantenerse en alerta constante.

―Chicos ya volví, traje el almuerzo. ―Habló el caballero Pegaso levantando su cinturón lleno de presas frescas que había conseguido cazar, entre ellas un extraño tipo de ave parecido a un pato… o un ganzo, no estaba seguro de que era exactamente pero si era carne se podía comer.

―Oh, hola Seinma-kun. ¿Como te fue? ―Interrogó el caballero de Dragón Shinryū saliendo de entre los cables que sobresalían del techo de la nave, se veía bien descansado, lo cual era decir mucho ya que a él le había tocado el trabajo de vigilar por la noche, tal vez el entrenamiento que le había dado su madre le permitió aprovechar el poco tiempo de descanso para recuperar sus fuerzas a un 98%.

―Conseguí algo de carne, pescado y vegetales para hacer la sopa, eso y encontré un río cerca, el agua sigue siendo potable ya que vi a algunos animales bebiendo de ella. ―Comentó depositando en una mesa improvisada hecha de cajas y equipo militar el almuerzo de hoy,

―Eso me alivia… ―Comentó Shinryū, siendo el único que poseía el elemento agua en el equipo debía suministrar a todos con agua potable, eso cláro, asegurándose primero que el agua fuese potable y que no causará un daño interno a sus amigos, además que convocar agua literalmente de la nada requería de mucho cosmos y eso podría hacerlo un blanco aún más facil de lo que ya eran.

El caballero Pegaso puso todo en su lugar, comenzando a depositar el agua que había creado el caballero Dragón, para que entonces con un pequeño tumulto de troncos que habían logrado conseguir después de la caída de la nave de descenso orbital,
Por supuesto la hoya en la que calentarían sus alimentos era parte de un fragmento calcinado de la nave que John unió otras para crear un recipiente improvisado, después de ser desinfectado apropiadamente este serviría de maravilla para calentar estofados.

Sin contar que ultimadamente, no estaban seguros de cual sería el siguiente paso de este caótico plan de aterrizar en Recclaimer… solo sabían que debían esperar a nuevas instrucciones y eso era todo, lo cual ya daba mucho que pensar desde que el único adulto responsable del equipo se había ido.

―¿Como van las cosas? ―Preguntó Seinma hacia Danny quien era la encargada oficial de vigilar la radio y esperar a buenas noticias… o malas… dependía mucho en realidad de quien y porqué vinieran.

La "Radio" Se componía de un enorme armatoste hecho de metal, acetato y cables que se conectaban directamente a una fuente de alimentación remota, ósea la batería de la nave que apenas funcionaba gracias a que Athena era grande y a que habían logrado hacerla funcionar con sus cosmos.
Además de desplegar celdas solares para alimentar el poder auxiliar y una antena que apenas podía llamarse así porque estaba hecha de materiales improvisados, una lámpara defectuosa y un cilindro de motor porqué… bueno Athena era y seguía siendo grande.
Era un milagro en sí mismo que esta cosa funcionará teniendo en cuenta sus enormes defectos.

―John no ha vuelto de patrullar, pero se contactó con nosotros hace unos momentos, ya viene hacia acá, todo está tranquilo… al menos. ―Danny comentó cansada, pese a ser la más inteligente del grupo apenas conocía de esta tecnología, ella era de las que aprendía rápido, pero con tantos botones, una perilla, un sintonizador de frecuencia y una antena improvisada no podía hacer mucho.

―¿Y tu Mary alguna Novedad? ―Preguntó alzando la mirada hacia el lomo de la nave destrozada, observando a su compañera quien descansaba en uno de los alerones que aún se mantenía conectado a la estructura de acero, no era el lugar más cómodo para vigilar pero ella se las apañaba para hacerlo medianamente cómodo.

―Nada destacable, al menos a 700 kilómetros a la redonda todo está tranquilo, no hay señales de enemigos o de aliados, lo cual es un alivio y una decepción por partes iguales. ―Dijo observando todo a su alrededor, si algo podía agradecerle a su cosmos era que podía manipular su visión perfeccionada sin tener que elevarlo, podía ver al menos más allá de 1000 metros solo enfocando sus ojos de águila en un punto especifico, si se concentraba podía incluso ver en el interior de ciertos objetos y cosas.

―Entiendo, bueno vamos a preparar a estos chicos malos de una vez antes de que comiencen a apestar. ―Dijo Seinma comenzando a cortar las cabezas de los Pescados con sus manos, antes de que le dijeran algo, sí, se había lavado antes de tocar los alimentos no podía si quiera pensar en tocar lo que iban a comer con las manos sucias con el riesgo de contraer una neumonía o peor.

No tenían medicina regenerativa, así que debían apañárselas como pudieran y no… no podían recaer en Mary o Kiva pues, aunque fueran sus médicos de campo, ellos también tenían que sobrevivir a esta situación tan poco gratificante.
Debían tener cuidado, pues… estaban en territorio enemigo.

―Que bien ya me moría de hambre. ―Comentó Shinryū saliendo junto con Benjamín quien se veía más cansado de lo usual, a ambos les había tocado vigilar, a Benjamín desde las 12 hasta las 6 de la madrugada y a Shinryū desde esa misma hora hasta el amanecer… y las noches en Recclaimer eran largas y oscuras, lo cual significaba que en un descuido y toda la horda de espectros les caería encima.

―¿Puedo ayudarte Sein? ―Interrogó el joven Kiva acercándose al caballero de Pegaso, quería sentirse útil, si no era vigilando la radio o el perímetro de día o de noche al menos quería ayudar a preparar los alimentos, además ser médico cuando todos se encontraban bien de salud no era un buen negocio.

―Por supuesto Ki, ahora ve a lavarte las manos y comienza partiendo as verduras, después puedes desollar a los animales. ―Decía el Pegaso apuntando donde se encontraban las presas que había recolectado.

Kiva los observó por un largo rato y sintió una sensación de asco y pena, reconocía que para que ellos pudieran vivir, otros seres vivos debían morir, pero alguien que estaba tan acostumbrado a salvar vidas se le hacía difícil quitarlas, más aún mancillarlas aún más después de muertas.

―Eh… creo que mejor me quedo con los vegetales…―Comentó sintiendo una fuerte sensación de pesadez en sus hombros, su maestro le había enseñado tantas cosas pero lo único que no le había enseñado era a sobrevivir a costa de arrebatar otras vidas.

―Yo lo haré. ―Respondió el caballero del Cisne, tomando uno de los ermitaños, colocando su mano enguantada sobre el trasero del animal, para de un tirón arrancarle toda la piel de una sentada, él no tenía los mismos dilemas existenciales que los demás, así que esto le era indiferente en todos sentidos.

―Gracias Ben…―Respondió, escuchando un leve "Mhm" como respuesta, sin duda Benjamín pensaba todo con la cabeza fría, era bueno tenerlo de su lado al menos.

―Fénix se aproxima… y no parece que le haya ido bien. ―Comentó Mary mirando hacia la dirección del Qliphoth, observando como el caballero del ave eterna caminaba hacia ellos, con una expresión cansada y agobiada, si así comenzaba el día no estaba entusiasmado de como continuaría.

― ¿Alguna Novedad John? ―Interrogó Seinma alzando la mirada hacia su Líder, quien caminaba desganado, el patrullaje había sido una perdida de tiempo, no consiguió nada y no logró nada, sencillamente regresó con las manos vacías.

―No, pura mierda de aquí hasta el Qliphoth, parece que estamos solos… lo cual si me lo preguntas es una completa pila de basura. ―Respondió Johnathan sentándose en uno de los banquillos improvisados del campamento, lo único rescatable que vió fueron 3 naves de descenso hechas puré y como se lo imaginaba ningún superviviente o equipo que los pudiera ayudar a sobrevivir, todo había quedado en igual o peor estado que su propia nave de descenso.
―Creo que tendremos que abrirnos paso solos si queremos tener una oportunidad de destruir esa cosa. ―Comentaba alzando sus ojos hacia el Qliphoth, aunque estuviera a la distancia esa… "Cosa" seguia siendo algo que les helaba la sangre a todos, ahora enfrentarlos totalmente por sus cuentas, sonaba a una misión suicida y ningúno estaba dispuesto a morir, al menos no en su primera misión de campo.
―¿Ha habido noticias del Sargento Martin, bebé? ―Interrogó John mirando hacia su prima, quien mantenía una mano en el sintonizador y otra en el auricular esperando a recibir respuesta.

―No desde hace dos días… y no me digas Bebé…―Murmuró molesta observando amenazadoramente a John quien. No le dio mucha importancia comenzando a reír tranquilamente, al menos todo seguía en total normalidad. O lo que se suponía que debía ser Normal.

―¿Creen que haya muerto? ―Interrogó de súbito Benjamín sin una pizca de tacto, pero siendo él esto sin duda era lo usual.

―No lo sé, pero hasta este punto no sería improbable… ¿en que estaba pensando al irse solo? Pudimos haber ido con él, sin una armadura era un blanco fácil para los espectros. ―Dijo Johnathan cruzándose de brazos, no sabía si su sargento era demasiado imprudente o temerario, lo que sí sabía era que en este sitio estar solo significaba una muerte segura.

―Bueno él decidió irse por su cuenta a ver si encontraba más naves de descenso, además tenía razón si íbamos en grupos lo más probable era que nos atacarán, además… debió haber quedado alguien, un escuadrón por lo menos, no pudimos ser los únicos sobrevivientes… ¿verdad? ―El caballero pegaso interrogó a todos sus compañeros, quienes lo miraron unos momentos en silencio, nadie quería decir nada pero todos tenían sus propias hipótesis de lo sucedido con el Sargento Martín.

―Me encantaría ser tan optimista como tú Sein, de verdad. ―Murmuró John dirigiendo su mirada al suelo, había sido un largo día y eso que apenas había comenzado.
―De cualquier modo ¿han logrado establecer contacto con la nave titán o algún puesto de avanzada de la Zona Azul? ― Interrogó John con la esperanza de que por lo menos hubiese noticias desde el cielo, no parecía ser el caso, pero cualquier cosa era buena, a este punto todo incluyendo lo más mínimo era una buena señal.

―Lo he intentado, pero creo que la radio se dañó durante el choque…―Contestó Danny tratando de ajustar las frecuencias a alguna que la enlazará directamente con la Nave Titán, pero ninguna servía, todas daban a una estática muerta o a un canal de música extraño que solo entonaba melodías de artistas de hace cientos de años atrás.
―Eso o las comunicaciones están comprometidas por el enorme elefante negro en la habitación. ―Analizó la joven Andrómeda, posando su mano derecha sobre su barbilla, pensando en las posibilidades del porqué la nave no respondía, aunque al pensarlo detenidamente y al mirar al cielo, podía darse una idea de porqué era así.

―Bueno, ya me daba la idea de que haríamos esto solos… pero no creí que tan solos. ―Comentaba John con el ánimo hasta el suelo, no le gustaba ser pesimista, pero de no recibir noticias pronto tendrían que apañárselas como pudierán, no estaban tan emocionados de hacerlo… sobre todo por qué este desafío los superaba por creces.

Querían un buen desafío… pero ahora se preguntaba si estaban listos para este desafío.
―Anímate, conseguí algo de comer, eso nos levantará el espíritu, por lo menos un par de horas más. ―Mencionó mostrando la carne que estaba siendo preparada por Benjamín, lo cual sin duda comenzó a sacarle una buena sonrisa al caballero Fénix.

―Ahhh bendita sea Athena que te dio buen ojo para la cacería Sein. ―Dijo aliviado, por fin iban a tener algo bueno de comer y no esas raciones raras que tenía el ejército, no eran malas, pero prefería comer algo más que esas barras de proteína con sabor a pasto.
―No puedo esperar a comer todo esto… me ruje el estómago desde ayer, de hecho no recuerdo cuando fue la última vez que comí algo de carne. ―Se decía riéndose de los recuerdos, si por él fuera se comería toda una vaca entera, en verdad que extrañaba la carne roja.

―Solo han pasado cinco días, no seas tan dramático. ―Comentó Benjamín finalizando su encargo.

―Lo dice el Pato que creyó que íbamos a morir en el choque, que además me dijo pendejo, estúpido, cagada de la sociedad, infructuoso e ignorante. ―Comentó Johnathan mirando hacia la dirección del caballero de Cisne, no se le notaba, pero esbozó una sonrisa rememorando ese momento, si iba a morir al menos quería disfrutar sus últimos momentos en el mundo de los vivos.

―No te olvides de troglodita traga falos. ―Mary añadió ríendo también por debajo de su máscara, haciendo que Benjamín no aguantará más y dejará salír una fuerte carcajada que se suavizó casi al instante.

―Ah sí, recuérdame patearle las bolas cuando esto termine, Lizbeth. ―Pidió el Líder del equipo furioso por la mención y la reacción del caballero del Cisne, si tuviera las fuerzas y las ganas lo haría en ese preciso instante, pero necesitaba el alimento más importante del día para hacerlo.

―No gracias, estoy mejor quedándome al margen. ― La amazona del Águila respondió en un tono casi arrogante, pero en realidad ella también se estaba divirtiendo insultando a Johnathan, ahora sí podía cobrarse todas las veces que la había llamado: "Piernas Bonitas"

―Bueno alguien me lo recordará. ―Comentó mirando a Seinma y a Danny quienes… agacharon la cabeza, esto era problema de ellos dos, tres si contaban a Mary pero ella solo estaba de paso, además no iban a ser parte de este triángulo de insultos entre ellos.

El tiempo comenzó a pasar, algunos lo sintieron rápido, otros muy lento… pero en sí estaban esperando a que Seinma terminará de meter todos los alimentos a la cacerola improvisada para poder comer.
Si algo era bueno el caballero de Pegaso era hacer una buena comida, así que le daban todo el tiempo que él tuviera que disponer para hacerlo bien, aunque el aroma hacía desear probar al menos un pedazo de esas criaturas, no estaban seguros si eran comestibles.

Pero cuando el hambre se juntaba con la necesidad, cualquier cosa era buena, una vez el caballero Pegaso puso todo a hervir se sentó a admirar el cielo, ojalá se hubiera traído un comic para leer pero lo más probable era que hubiera quedado hecho añicos como casi toda la nave de descenso…
Aún se preguntaba que hubiera sucedido si sus armaduras no se hubieran activado en los momentos de la caída de su nave, eso los ayudó a sobrevivir y a salvar al Sargento Martín del choque, ojalá les hubiera ayudado a salvar a los pilotos, pero… no siempre se pueden salvar a todos.
No fue hasta que una serie de luces comenzó a llamar su atención, podían ser estrellas fugaces, pero no… eran disparos que se dirigían hacia todas las direcciones, fuera de las fronteras de la atmosfera de Recclaimer, la batalla entre el Commonwealth contra el Titán de Acero continuaba, ya habían pasado 5 días desde que comenzó y dicha no parecía tener fin.

―¿Cuanto creen que haya durado esa batalla? ―Preguntó el Caballero Pegaso sin despegar sus ojos del cielo, observando directamente a las estelas de luz que se movían en todas direcciones.

―No lo sé… el tiempo en el espacio es relativo, lo que aquí pueden ser días allá pueden ser solo cuestión de horas… pero ya ha durado bastante, espero que Hayley se encuentre bien. ―Mencionó Danny igual de preocupada al lado de sus amigos, había escuchado que los cañones de plasma tenían cierto alcance antes de que sus disparos se desvanecieran en la oscuridad del espacio, eso además de que la fricción y la gravedad del planeta hacían cenizas los disparos de cañones cinéticos, así que no había peligro de que un disparo fuera a caer encima de ellos.

Aun así les preocupaba que la batalla durase tanto, esperaban una o al menos dos horas, pero 5 días y no se veía fin al conflicto, esto bien se podía contrastar de igual forma con la guerra que estaban luchando, preguntándose cuando acabaría, o si tan siquiera llegaría a su fin, muchos habían muerto durante arduas batallas en tierra aire y espacio…
Pero apenas estaba comenzando la guerra de verdad, era algo que no les permitía conciliar el sueño en ocasiones.

―Sí. yo también…―Murmuró Seinma pensando en Hayley, a él le hubiera gustado conocerla más antes de que todo esto sucedierá, quizá… si ambos sobrevivían tendrían más tiempo para ello, pero por ahora, solo quedaba esperar a ver como se desenvolvían las cosas.
―Vamos ya casi está listo, lo único que podemos hacer es dar lo mejor de nosotros y destruir el Qliphoth. ―Dijo el caballero de Pegaso percibiendo el olor, sin duda los vegetales, las especias y la carne estaban sazonándose bien, pronto podrían degustar de los manjares que Recclaimer tenía para ofrecer.

―Suena fácil decirlo…―Dijo John suspirando pesadamente, lo que no daría por qué esta misión fuese más sencilla, necesitaban un milagro y él no estaba seguro de que fueran a proveerlo.

―Sí, muy fácil. ―Continuó Benjamín, simplemente admirando el paisaje.

Finalmente cuando se levantaron para comer, fue que la radio comenzó a sonar no le hubieran dado mucha importancia de no ser que comenzaron a escuchar una voz al otro lado de la línea.
*Cab…lleros me-cuch… pueden oír…. Solici-resp… inmediata. Cambi…* Era una voz que se entrecortaba entre la estatica, pero podían casi reconocerla, no estaban seguros, pero casi podían sentir que quien les hablaba era el Sargento designado para su Equipo.

―Ese es…―Murmuró John incrédulo por lo que estaba escuchando.

―No puede ser…―Dijo Shinryū, levantándose sorprendido por lo que la radio estaba captando, sin más Danny se levantó corriendo, colocándose los audífonos para entonces comenzar a mover la perilla, tratando de amplificar la señal.

―Aquí Danny de Andrómeda, amplificando la señal a 341.09, ¿me copian? Necesito confirmación de comunicación aliada, repito. Amplificando señal a 341.0 necesito confirmación de comunicación aliada. Cambio. ―Pidió la joven estableciendo un canal seguro, con la esperanza de que eso pudiera estabilizar las comunicaciones entre puestos.

*Confirmando señal aliada al 341.09 y… ahhh benditos los oídos que te escuchan querida muchachita…* Habló una voz aliviada y llena de regocijo por hablar con la joven Andrómeda, no podía ser otra persona, tenía que ser él.

―Sargento Martín, ¿es usted? Cambio. ― Ella esperó unos momentos, antes de abrir el altoparlante para que todos pudieran escuchar lo mismo que ella.

*Afirmativo, he cruzado el paso del diablo y me he encontrado con varios equipos supervivientes al descenso orbital, hemos estado comunicándonos entre todos los últimos 3 días para confirmar si hay más equipos que hayan logrado descender con éxito pero la mayoría están muertos o perdidos en combate.* Habló la voz al otro lado de la Radio, sin duda era el Sargento Martín el cual se escuchaba bien, lo cual dio un enorme alivio a los caballeros de bronce y plata quienes dieron un largo y revitalizador suspiro.
*Varios restos de la compañía bravo, delta y zeta se encuentran aquí conmigo a 1700 kilómetros al norte, en total somos al menos 70 pero no creo que seamos suficientes. Cambio.* Eso eran noticias, no eran increíbles noticias, pero saber que tenían a al menos 70 soldados de su lado era algo que rejuvenecía el ánimo, pero necesitarían más para completar la misión.

―Es una pena que no hayan sobrevivido más, pero me alegra saber que esté bien y vivo Sargento. Cambio. ―Comentó Danny sonriendo tranquilamente, la diosa de la victoria los estaba protegiendo o esa era su impresión, al escuchar más atentamente pudieron escuchar a varios de los soldados republicando repartiéndose órdenes y diciendo lo que tenían que hacer.

*Eso es lo de menos "mon coeur", ahora escuchen, aunque seamos pocos llevaremos a cabo las operaciones para destruir el Qliphoth o como inteligencia naval le puso: Operación Leñador…- un nombre muy mierdero la verdad.* (Mi corazón) El Sargento Aclaró ocasionando que todos los caballeros se mirarán entre sí, la misión había pasado de ser un asalto suicida a un baño de sangre, no tenían suficientes de su lado y nada podía prepararlos una vez que entrarán directamente a la zona de riesgo, donde ninguna legión de soldados había logrado volver.
*Necesito a su equipo listo para el asalto para las 1400 horas, explicaré el plan de acción a las 1300 horas ni una hora más ni una hora menos, ¿quedó claro? Cambio.* Eso sería bueno de no ser por qué ya eran las 12:30 de la mañana que en horario militar se traducía a: 1200 horas, lo que les daba poco tiempo para comer.

― Pero Señor, apenas vamos a desayunar… Cambio. ―Argumentó Danny, esperando a que les dieran una oportunidad de comenzar el día bien para alistarse, pero para los militares, el tiempo era más que oro era la vida misma.

*Pues será mejor que dejen espacio para el postre, los quiero listos y dispuestos para llevar a cabo esta operación, de lo contrario el siguiente desayuno que tendremos será en el infierno.* Les decía siendo él el primero que se colocó su equipo de combate, mientras que todos los soldados a su mando preparaban sus armas de energía y cinéticas para la batalla, si iban a hacer esto que mejor fuera hoy y no mañana cuando lo más seguro era que fuesen a morir.
*"Donnons à ces putains de barbouzes une cuillerée de la même merde qu'ils nous servent depuis des mois.", nadie ataca al Titán y queda impune, así que estén alerta. Cambio.*
(Vamos a darles de tragar a esos putos espectros una cucharada de la misma mierda que nos han estado dando durante meses) Las palabras del Sargento Martín eran contundentes, no negaba que levantaban la moral, pero tampoco eran muy alentadoras considerando todos los factores, este iba a ser in largo día y eso que aún estaba comenzando.

― "Roger Sergent", estaremos listos pronto… Cambio y Fuera.― (Entendido Sargento) Murmuró Danny cerrando el canal y apagando la Radio, al menos tendrían ayuda… ¿pero por cuanto tiempo antes de ser superados en número y fuerza?

―Bueno supongo que tendremos que apresurarnos…―John dijo observando a todos sus compañeros guardianes, quienes estaban a la espera de que el líder de equipo diera sus instrucciones también.
―Muy bien ya escucharon al hombre, vamos a comer para prepararnos para el asalto, si hemos estado entrenando durante meses más vale demostrar lo que hemos aprendido. ―Dijo dándoles las mejores palabras de aliento que tenía en ese momento, él no era bueno para los discursos ese era Seinma, pero si iba a llevar a sus amigos y conocidos al campo de batalla por lo menos debía empezar a actuar como el líder que era.
―Esta es una batalla real con fuego real, así que será mejor alistarse. ―Comentó tomando el cucharón y comenzando a servir la comida, porque si los soldados de la Republica no esperarían más para atacar entonces los espectros tampoco, ya habría momento para arrepentirse, era hora de prepararse para la larga batalla

―Entendido John. ―Respondió el caballero de Pegaso asintiendo, mientras todos tomaban una bandeja y una cuchara para comer, él se quedó viendo al horizonte a este mundo tan bello azotado por el caos y el infortunio… ahora era el deber de todos ellos terminar lo que sus ancestros comenzaron.
―Está vez… lo lograremos. ―Añadió posando sus ojos sobre el Qliphoth, quien los esperaba a lo lejos, listo para darles la batalla de sus vidas, este era el momento, esta era la ocasión… aquí se decidiría el cielo o el infierno, iban a terminar con esta maldita guerra, para que así todos pudieran regresar a casa juntos.
―Tu no llevarás el infierno a nosotros Hades, nosotros llevaremos el infierno hacia ti. ―Sentenció el guerrero del corcel alado antes de ír a comer, determinado a destruir este ente de enorme poder y destrucción de una buena vez y para siempre.

Caballeros del Zodiaco: Guardianes del Universo.
Libro 2: El Reino de Hades.
Capítulo 22:
Asalto al Primer Qliphoth.

Hora: 1:17 P.m.

Una Hora Antes del Gran Asalto.

*¿Jóvenes están allí? No tenemos todo el día, Cambio. * Hablaba el sargento Martín a la espera de que los muchachos se presentarán para oír el plan de acción, en estos momentos debían tener mucha cautela pues el enemigo podría estar acechándolos en cualquier dirección posible.

―Aquí estamos sargento Martín. Cambio. ―Danny respondió sintonizando la frecuencia para obtener la mejor recepción posible, era difícil teniendo el cuenta que el Qliphoth estropeaba todas las comunicaciones, pero mientras pudiera seguir teniendo línea directa con el Sargento podían trabajar.

*Bien por qué estoy a punto de explicar el plan de acción así que espero que hayan conectado el panel holográfico para que vean todo lo que vamos a hacer.* Decía desde el otro lado del comunicador a la espera de que la señal fuese interceptada por el receptor de imágenes holográficas de los caballeros.

El cual estaba siendo conectado por Johnathan quien estaba haciendo todo lo posible para hacer que este cacharro funcionase.
―Eso intentamos Sargento pero no funciona, se ha deber dañado cuando caímos desde la estratosfera. ―Respondió Danny tratando de ajustar la máquina para que la misma comenzará a funcionar, pero no podían recibir ninguna imagen en el proyector.

El cual consistía de una enorme caja de metal oscuro o de plástico grueso el cual tenía un tablero encima que se suponía debía ser el proyector de hologramas… pero esta tecnología era desconocida para todos ellos, incluyendo a John quien hacía todo lo posible para conectarla a la radio.

*Intenten hacerlo funcionar, ese equipo vale millones de créditos y es muy difícil de romper. * Afirmaba el comandante, esperando pacientemente pero hasta él tenía un límite, si la operación no comenzaba hoy podían ir despidiéndose de sus vidas.

―Eso tratamos Sargento… No sé si se deba a la falla en las comunicaciones producidas por el Qliphoth, pero estamos teniendo dificultades técnicas. ―Danny respondió presionando los botones de encendido y apagado, incluso tratando de seguir las instrucciones del manual.
― ¿Estás seguro de que lo conectaste bien? ―Preguntó tratando de hacer funcionar este artilugio que nunca había visto o utilizado hasta este momento.

―Sí ya conecté el cable rojo al auxiliar y el amarillo en video. ―Declaraba John recostado en el suelo con media cabeza metida en el compartimiento de apoyo, donde se suponía que los cables de la máquina debían conectarse a la radio pero era igual de confuso de comprender el cómo funcionaba que la física nuclear avanzada.
―Además conecté el cable blanco en el proyector holográfico, debería estar funcionando. ―Si de por si, el tratar de hacer funcionar la radio era un calvario, ahora tener que conectarla otra pesada caja era el doble de molesto y más tratar de hacerla funcionar.

―¿Y porqué aún no vemos nada? ―Preguntó Seinma tratando de ayudar a Danny y a John moviendo la antena improvisada hacia la señal del sargento y de su Equipo, pero poco era decir que no estaba surtiendo efecto.

―¿Y yo que sé? Esa cosa nos ha estado jodiendo las comunicaciones desde que aterrizamos. ―John comentó apuntando hacia el Qliphoth, si ya era un milagro que su improvisada estación de radio funcionará era aún más milagroso que pudieran contactar a sus compañeros del otro lado de ese árbol.
―Además no creo que esta basura sirva. ―John agregó fastidiado, casi media hora desde que lo sacaron y no podían hacer que el cacharro funcionase como debía.

―¿Si la radio funciona como no va a funcionar el proyector? ―Interrogó Mary tratando de hacer algo de lógica, era cierto que no estaban en la mejor de las posiciones y que la nave había quedado hecha una plasta de metal sin forma, pero al menos esto debía seguir funcionando de alguna forma, de otra manera tendrían que apañárselas como pudieran.

―Tal vez simplemente eres estúpido y no sabes cómo funcionan los proyectores holográficos. ―Benjamín mencionó molestando más a Johnathan.

―¿Por qué no vienes aquí y lo intentas pato estúpido? A ver si tú puedes hacerlo mejor que yo. ― Comentaba Respondió el caballero Fénix alentándolo a seguir, si había algo que le alegraría el día sería darle una buena tunda a alguien y el Cisne se estaba ofreciendo para ser ese alguien.

―Yo podría hacerlo mil veces mejor que tú. ―Respondió Benjamín retándolo.

―Sí apuesto que sí, pero estás parado allí sin hacer nada útil. ¿Es más por qué no te vas para allá y te picas el culo para que no estorbes? ― John respondió cansado, pero había algo más que lo molestaba, si él podía hacer que la consola del proyector funcionará eso significaría que era mejor que él arreglando sistemas rotos, lo cual sería un enorme golpe a su ego y eso era algo que John no iba a tolerar. Primero muerto antes que darle la razón a Benjamín.

―Cállense los dos y concéntrense. ―Danny dijo, igual de fatigada que esllos dos… este día no podría ír a peor si quisiera, aunque siempre que alguien decía eso sin lugar a dudas siempre iría a peor, por eso mejor evitaba decirlo en alto.
―A ver Sin repasemos, ¿qué dicen las instrucciones? ―Danny interrogó frotándose el tronco de la nariz, hastiada de toda esta disputa entre ellos.

―A ver según las instrucciones dicen que los cables deben estar bien enchufados directamente en la consola, asegurarse de que ambos estén bien conectados y que no causen un corto circuito…―El caballero de Dragón decía leyendo nuevamente el manual, el cual, como muchos se lo esperaban estaba chamuscado casi en su totalidad, solo era legible la parte que estaba en chino y eso lo hacía inmediatamente el candidato predilecto para leerlo, eso además que Danny estaba ocupada tratando de hacer funcionar los artefactos.

―Pues ya están todos conectados y no veo que ninguno esté roto. ―John dijo examinándolos en su totalidad, todos estaban dando a tierra y ninguno estaba mal conectado, roto o fuera de su lugar o al menos eso parecía en primera instancia.

―Ok… En el panel de control deben redirigir las señales de comunicación al área auxiliar, activar la señal de transmisión y activar el botón de proyección. ―Dicho eso él Alzó su mirada hacia la joven Andrómeda, quien acató las instrucciones presionando los botones correspondientes para ver si repitiendo el proceso se le daba por funcionar.

―¿Listo ahora qué? ―Preguntó posando sus ojos esmeraldas sobre el caballero de anteojos quien prosiguió leyendo la información del panfleto.

―Ahora… encender el proyector y ajustar las frecuencias ultrasónicas para que las imágenes comiencen a proyectarse. ―Shinryū nuevamente alzó su mirada ajustando sus anteojos en su rostro para ver mejor los aparatos.

―Listo…―Danny murmuró, el proyector finalmente funcionaba pero… la señal estaba completamente diluida, era un montón de datos sin forma definida, solo estaban allí, tratando de crear cohesión, lo cual amplificaba la teoría de que la maquina estaba rota.
―No se ve nada…

―¿Ya verificaron los cables? ―Preguntó Shinryū tratando de dar una repasada, siempre habían pequeños detalles que hacían que las cosas no funcionarán como era debido, pero si la información era correcta entonces había algo que se habían saltado por error… eso o la caída hizo que el material referente a como encender esta cosa habían ardido junto con todo lo demás.

―Sí. ―Respondió John.

―¿Y ya ajustaron la frecuencia radial? ―Preguntó nuevamente el caballero Dragón.

―¿Que no estás viendo pues? ―Dijo hastiado el guerrero Fénix, esto no los estaba llevando a ninguna parte.

―Hummm… ¿y ya conectaron la fuente de poder? ―Preguntó Alzando sus ojos hacia Danny, quien solo apuntó a señalar hacia atrás, donde una de sus cadenas estaba conectada a la batería dándole poder para evitar que la radio se estropeará aún más.
―Buen punto…. ¿Qué tal… abrir la pantalla holográfica?

―Por dios esto nos está llevando más tiempo que escuchar el estúpido plan en sí… ¿que tan difícil puede ser proyectar una imagen holográfica a través de frecuencia de radio? ―Mary preguntó suspirando cansada, sin lugar a dudas hacer funcionar el proytector holográfico estaba tomando más tiempo que escuchar el plan en sí

―Al parecer mucho. ―Murmuró Seinma igual de fastidiado que todos sus compañeros, pero tenían que hacerlo, de lo contrario tendrían que imaginarse en donde estaban y a donde se dirigirían desde este punto hacia el Qliphoth, lo que en palabras sencillas significaría ír a ciegas por terreno enemigo.

―Y… ¿Qué tal cambiar el transmisor de ondas por el receptor? ―Interrogó por última vez a punto de rendirse al igual que todos los muchachos a su alrededor.

―Ya, ya hicimos es… ¡Ah caray! Espera, no. ―Comentó Danny percatándose de que en ningún momento había cambiado dicho interruptor, ella rápidamente comenzó a buscarlo en el tablero hasta que por fin logró encontrarse con él.
―Déjame ver… ¡ah, aquí está! ― Finalmente al presionarlo, la distorsión dio paso a la imagen de un mapa completo de la zona, el cual mostraba el campamento del Sargento martin, el de los santos guardianes y el Qliphoth.

―Ahhh por fin imagen sólida y sin estática. ―Mary comentó satisfecha de ver un holograma, era la primera vez que se alegraba de ver algo tan común proyectado en 4k y totalmente en verde, era decepcionante pero aun así no iba pedirle peras al olmo, finalmente tenían imagen clara y eso era todo lo que importaba

―¿Solo teníamos que apretar ese condenado botón? Me lleva el demonio. ―John comentó levantándose finalmente del suelo para comenzar a observar la proyección que era transmitida por el campamento del Sargento.

―Pero al menos lo conseguimos, ¡vamos equipo! ―Danny dijo levantando sus manos para chocarlas con todos, pero nadie estaba de humor para eso en estos momentos.
―¡yay…!―Murmuró ella chocando sus propias palmas, al menos a alguien le alegraba poder ver el mapa para saber el plan.

Kiva por su lado quiso chocar sus manos con las de Danny, pero al último momento sintió pena.
Pero no tanta como los soldados que habían estado escuchando toda esta conversación cuando la Saintia de Andrómeda dejó el canal abierto… A algunos les pareció gracioso, a otros, les dio pena ajena y un sector amplio del puesto de avanzada solo podían mirar con rechazo a la radio…
Así no era como los futuros salvadores de la humanidad debían actuar pero… ¿quiénes eran ellos para juzgar?

―¿Estos niños son los que nos van a salvar? Sí que estamos jodidos…―Comentó uno de los soldados Republicanos que escuchaba la transmisión al lado del Sargento, quien arqueó una expresión de rechazo hacia el teniente.

―¡A callar marine! Ahora sí escuchen con atención todos. ―Con el enlace finalmente establecido ya no podían seguir desperdiciando su valioso tiempo en tonterías, debían comenzar a explicar el plan mientras aún hubiera luz de día.
―Los espectros son cadáveres reanimados imparables e inmortales, no es cierto, ¡ eso es basura! El equipo de Inteligencia Naval y Estrategias ha confirmado que los espectros pueden ser asesinados, ¿cómo se lo preguntarán? ―Las imágenes de los espectros catalogados por el ejército de la U.R.E. como: "Poseídos"
―Gracias a los datos recolectado de viejos enfrentamientos y a varios restos dejados en batalla, hemos descubierto una forma de destruirlos por completo para que se queden en el suelo como deberían estar. ―Comenzó mostrando la información que se tenía sobre ellos, sobre todo aquellos que no pertenecían directamente al ejercito del dios Hades y que eran más que nada marionetas sujetas a una única voluntad, una mente colmena que los obligaba a actuar.
―Lo que deben hacer para abatirlos es, o cortarles la cabeza o hacerlos pedacitos, suena fácil ¿verdad? ¡Pues no es así! Esos malnacidos hijos del demonio se regeneran, así que para dejarlos más tiesos de lo que ya están deberán destruir sus armaduras… o sapuris como ustedes sea que les llamen.

Los Siete jóvenes escucharon con atención, ya los habían enfrentado una vez, pero, aunque los golpearán hasta el cansancio no caían, aunque lograrán "noquearlos" no se quedaban en el suelo, por ende la si la información de cómo abatirlos era exacta finalmente podrían hacer que se quedarán en el suelo…
Aunque los métodos, sin duda eran cuestionables, haciendo dudar a más de uno si esa debía ser la forma correcta de proceder.

Cortarles la cabeza o despedazarlos, sonaba como una alternativa viable, pero la verdad era que ninguno de ellos había hecho algo así en sus vidas, claro no evitaba que fuese información valiosa, pero… muchos no tenían el escrúpulo la frialdad para hacer algo así.

No estaban enteramente seguros, pero si era para sobrevivir, debían empezar a dejar de lado muchas cosas, muchos de sus principios y comenzar a actuar como los santos guardianes que ellos eran.

―Agradézcanle a todos los que murieron por obtener esta información… oh y a la persona que le arrancó el casco a uno de esos espectros en el ataque a Neo King's Row. ―Al mencionar el casco, a la ciudad y mostrarlo en el holograma Danny lo reconoció instantáneamente, ella había sido quien le arrebató dicho a uno de esos espectros poseídos durante el asedio de la ciudad.

―¡Esa fui Yo! ―Dijo la Saintia de Andrómeda con evidente regocijo en su voz, desde que los arrestaron aquél día nunca más supo que sucedió con ese casco, durante meses le preguntó a la directora que había sucedido con ese artefacto y ahora que tenía una respuesta se sentía satisfecha de haber colaborado aunque fuera un poco en descubrir como destruir a los espectros.

― "Et vous méritez une petite médaille de reconnaissance pour ça, ma chère", pero eso será para mucho después. ― (Y te mereces una medallita de reconocimiento por eso) Respondió el Sargento felicitando a la joven Andrómeda, pero este no era el lugar ni el momento para hacerlo, debían concentrarse primero en el asunto entre manos.
―Hemos descubierto que hay dos tipos de espectros, los que pueden morir si les cortas la cabeza o los despedazas y los que necesitan que sus armaduras se conviertan en menos que polvo, estos últimos son con los que más cuidado deben tener. ―En la proyección se mostraban los tipos de Espectros y sus rangos, los que más abajo se mostraban eran los que no poseían ningún rango en el ejercito del dios Hades, mientras que los de medio Rango eran los que portaban sapuris de rango bajo, los de mayor rango eran conocidos como Espectros Superiores y los que más arriba estaban de todos eran los Jueces del inframundo, con sus respectivas representaciones holográficas.
―Deben destruir al menos el 70% de sus armaduras para evitar que estos se regeneren así que atentos.

―Entendido Sargento. ―Respondió Johnathan asintiendo ante la información, ahora sí tenían una forma de frenar a esos bastardos no muerto… al menos por un tiempo antes de que volviesen a resurgir del asqueroso foso donde salieron.

―Ahora les explicaré el plan. ―Fue entonces que en el mapa comenzaron a marcar varias zonas, algunas en rojo, otras en amarillo y un par más en azul, representando los puntos clave a los que deberían dirigirse, atacar, evadir por precaución o los respectivos campamentos de cada equipo, en total eran 4 y estaban distribuidos a lo largo y ancho de la periferia del Qliphoth..
―Aquí estamos nosotros y aquí están ustedes, nos desplegaremos en varios equipos, el equipo Alfa, ósea ustedes que están a 1100 metros al sur de los objetivos, irán desde este punto hasta acá, donde Inteligencia Naval ha localizado dichas fallas estructurales, esperen que haya mucha resistencia, una vez dentro destruirán las raíces con sus poderes mágicos. ―Remarcaba sus posiciones marcando ambos campamentos en el mapa holográfico, mientras que los otros dos campamentos se encontraban al noroeste y al sureste siendo dicha información respaldada por la brújula holográfica.

―Eh… cosmos Señor. ―Shinryū trató de corregir para evitar confusiones respecto a sus habilidades.

―Sí, sí, Cosmos, Ki, Chakra, Magia, es lo mismo. ― Respondió el Sargento Martin deseando volver a seguir explicando su plan.

―No de hecho…

―¡Irrelevante! Atacarán estas raíces en sus puntos débiles, tengan en cuenta que al ser los puntos más vulnerables del Qliphoth o Árbol, como sea que lo llamen, serán los que más seguridad contarán, esperen una fuerte resistencia de estos lugares. ―Interrumpió rápidamente regresando al plan, marcando 6 puntos que habían sido localizados por inteligencia durante los primeros intentos de asalto a los árboles, los cuales estaban distribuidos en diferentes zonas cercanas al árbol pero lo suficientemente lejos como para evitar ser parte de la barrera que causaba muerte instantánea, era conveniente pero Danny no podía evitar pensar que estaban allí por una razón en especial.
―Mientras que el equipo Charlie y el Equipo Bravo rodearán desde el noreste y el oeste, cubriendo lo mejor posible las líneas enemigas para darles apoyo, ellos también intentarán inutilizar las raíces utilizando explosivos de alta potencia CR-44. ―Comentaba mostrando un modelo de dichos explosivos, los cuales John había visto antes en uno de sus videojuegos, si eran tan potentes como lo eran en dicho, estos podrían destruir un tanque Python uno de los tanques más poderosos del ejército en cuestión de segundos, reduciéndolo a una pila de escombros inútil.

―Los puntos estratégicos en los que deben preocuparse son aquí y aquí. ―Él marcó dos sitios de interés en el sureste y el suroeste, aquellos que conectaban con dos raíces del Qliphoth, los cuales estaban separados por 300 metros cada uno, en los que podían asumir eran puestos de avanzada enemigos.
―Esperen no solo que sean la primera línea de defensa, sino que sean los que más resistencia ofrecerán al acercarse. ―Dicha información daba a entender que les esperaría una batalla muy larga contra hordas y hordas de enemigos que les estarían reteniendo de alcanzar sus objetivos sin parar por horas.
―Espero que si Inteligencia no se ha equivocado entonces esto diluirá la barrera y permitirá que nos acerquemos al árbol, coloquemos las minas y hacer volar esta cosa por los aíres eso y que las comunicaciones con el Titán se reestablezcan para que así podamos pedir refuerzos, si es que queda alguno en el aire. ―Más vale que la tuvieran o nadie sería capaz de volver de esta batalla en una sola pieza.

―Hummm… hasta ahora voy entendiendo el plan. ―Comentó Seinma posando su mano sobre su barbilla, no sonaba mal en verdad, pero seguían existiendo grandes dudas de cómo iban a proceder todos los demás.

―Pero espera, ¿ven esta cordillera? ―Interrogó Danny señalando un estrecho de cerro como de rocas, en realidad parecía una formación natural, aunque también parecía haber sido modificada por el ser humano y por el mismo Qliphoth. Dejando una incognita de como se había creado en primera instancia.

―¿Que hay con ella? ―Interrogó el Sargento, notando el evidente interés de la más inteligente del grupo de caballeros.

―Ese punto no está allí solo porqué sí, el enemigo no dejaría un punto ciego así como así, deben de estar tramando algo. ―Comentó siendo uno de los puntos de interés en el mapa que no estaba marcado en rojo o amarillo, no estaba segura si el sargento había hecho eso por alguna razón en especial, pero un lugar así de largo y amplio no podía haber pasado desapercibido así como así por un líder militar.
―Basados en la información que tenemos si los espectros siguen teniendo mentalidad humana entonces deben estar utilizando este puesto como un punto de emboscada, es imposible que un sitio como ese haya sido dejado a la deriva sin que lo utilicen como una trampa para bobos. ―Comentaba Danny pensando lógicamente, debían tener cuidado con ese punto, sobre todo el equipo que se encontraba al Norte, fácilmente podrían ser atrapados en una situación de peligro del que ninguno saldría con todas sus partes conectadas al cuerpo.

―Eso es correcto, por eso yo y el equipo Delta iremos allí.

―No pueden hacerlo, ¡es un suicidio! ―Exclamó Johnathan reconociendo lo peligroso que sería ir allí, si ya era difícil que los caballeros lograrán abatir a los espectros de mediano y alto rango, ahora ser un humano normal sería una sentencia de muerte firmada.

―¡Así es! Si atraemos la atención lo suficiente y resistimos hasta la llegada de los refuerzos ustedes tendrán pase libre hacia las raíces, es por eso que entraremos primero. ―Aclaró el sargento observando a los miembros de su propio escuadrón, ellos estaban listos para entregar sus vidas si era para salvaguardar este sector y al planeta en sí.

―Suena descabellado, pero… podría funcionar…―Murmuró Danny comprobando la veracidad táctica de dicha acción, así como en el ajedrez, como en la vida real para ganar terreno se debían sacrificar piezas para permitir a otras de mayor valor y alcance apoderarse de territorios enemigos, pero así como era una opción viable bien podría no serlo, varios soldados morirían en vano si no estaban preparados para lo que rondara por dicha área.

―Además tengo a los más rudos y duros hijos de perra de mi lado, haremos que esos espectros coman plomo hasta que les salga por el trasero, ¿no es así soldados de Acero?

―Así es Sargento cuente con nosotros. ―Respondió el Soldado de Acero cuyo nombre y número de verificación era Lawrence-863, el cual se postraba en el pecho de su armadura de acero, junto a sus demás compañeros de acero que en total eran 15 quienes estaban listos y dispuestos de dar la pelea de sus vidas, siendo el propio Martin quien los guiaría a la boca del infierno, no podría llamarse él mismo un comandante digno de ser seguido por sus soldados si no era el primero en poner un pie en la zona de peligro para dar el ejemplo.

―¿Lo ven? Estos son marines de buena calidad y no tonterías. ―Habló con total convicción, reconociendo que tal vez él no sobreviviría, pero tenía fe en que el equipo de los caballeros de Bronce lo hicieran para salvar al universo de las garras de Hades.

―Hummm, oh… espere Sargento. ―Danny pidó analizando el mapa a detalle, descubriendo ciertas cosas que tal vez podrían ayudar a él y a los soldados de acero a completar su parte de la misión sin sufrir bajas catastróficas en sus filas.
―¿Este mapa está hecho con información real de campo? ―Interrogó localizando objetivos secundarios que serían de gran ayuda para el combate.

―Sí, ¿porqué la pregunta "mon coeur"? ―(Mi corazón) Preguntó el Sargento con un cierto interés en la pregunta de la estratega del equipo de caballeros.

―Por qué si la memoria no me falla aquí debería haber un vehículo de la compañía Jester… ya sabe la unidad de 300 Soldados que se perdió en la oscuridad. ―Comentó rememorando la información que vio en la nave Titán sobre las legiones perdidas en los asaltos previos, información que ayudaría a a completar este asalto con mayor facilidad.

―¿Que hay con eso? ―Interrogó pensando en las posibilidades, haciendo que el hombre recapacitase, lo que parecería una misión suicida tal vez pasaría a ser una misión de rescate o de extracción, tal vez incluso añadirían más hombres y mujeres a su pelotón y agrandar más su fuerza de choque.

―Si lo que Inteligencia Naval ha dicho es cierto entonces deben haber enviado un vehículo blindado en la zona, ¿tal vez un Tanque o equipo militar pesado? ―Eso complicaba las cosas, si dichas armas o equipo se encontraban en control del enemigo entonces el plan podría complicarse aún más.

―No había pensado en esa posibilidad. ―Murmuró poniendo su cerebro a trabajar, si no mal podía entender había varios blindados y armas de munición pesada en esos pelotones, pero en las simulaciones habían podido ver el alcance destructivo de dichas armas,
―Si está en manos del enemigo seremos aplastados sin dudarlo. ―Si era verdad, los soldados de acero serían destruirlos en un santiamén, con escudos de energía o no, sería más que un suicidio, sería una carnicería aunque…
―Pero de no estarlo… ―Al recapacitarlo mejor tenía una escuadra de 15 soldados de acero, expertos en este tipo de misiones de alto riesgo y gran recompensa, si jugaban cada uno bien sus cartas a su favor podrían retomar todo ese equipo y utilizarlo a su favor en batalla.
―¿Creen poder robar equipo militar de alto calibre soldados?

―¿Nos lo pregunta a nosotros señor? ¿Soldados de acero entrenados y modificados cibernéticamente para cumplir misiones que serían consideradas imposibles? ―Interrogó Lawrence esbozando una sonrisa, junto a los demás miembros de su escuadrón, sin duda sería pan comido, mientras en la primera mitad fuesen encubierto e infiltrándose nos ería ningún problema.

―Entiendo el sarcasmo teniente y no lo comparto, pero gracias. ―Respondió el Sargento con cierta molestia hacia el soldado de acero, pero alegre de que recuperar dicho armamento fuese una posibilidad palpable.
―Creo que nos podremos apañar bien, podremos resistir por lo menos un par de horas más con ese equipo de asalto pesado. ―Dijo hacia los caballeros quienes se sonrieron los unos a los otros tranquilos por la posibilidad de que ninguno los soldados de acero y el Sargento Martín tuviesen que morir.

―Entonces si cada quien hace su parte como corresponde, podremos destruir las raíces del Qliphoth, conseguir armamento pesado, abrir el camino para la caballería, reestablecer comunicaciones con Titán y tal vez eliminar el árbol de una buena vez. ―Repasaba el plan y no parecía una locura, de hecho parecía sólido, si tenían en cuenta las fortalezas de cada equipo además de la opción de obtener apoyo de fuego pesado la posibilidad de un éxito del 78.9% en esta batalla era muy real.
―Todo en un fructífero día de trabajo. ―Cuando veía todas las posibilidades en verdad parecía que la misión culminaría con relativo éxito, no tomaría ni un par de horas si jugaban bien sus cartas y cada escuadrón se acoplaba bien al plan, podrían incluso pedir refuerzos al santuario si su papá lo permitía.

― ¡"Mademoiselle, vous êtes un génie"! Si no estuviera en el Santuario, la recomendaría para la fuerza estratégica del Titán de Acero para que la asciendan inmediatamente a comandante. ―(¡Señorita usted es una genio!) Decía con total entusiasmo, apoyaba dicho plan con total confianza, puede que fuese joven, pero tenía una buena logística al momento de hacer planes, sin duda su maestra tenía razón en decir que era brillante a la hora de hacer estrategias.

―Eh… gracias, pero no es mi estilo quedarme quieta en un solo lugar, me gusta experimentar la batalla y obtener información de combate por mi cuenta. ―Comentaba apenada, pero entusiasmada de ser parte en la gran batalla, quería poder demostrar que su cerebro no solo servía para idear planes, era también un arma en contra de los espectros del rey del inframundo.
― "De plus, je ne laisserais jamais des amis mener une bataille sans mon aide." ― (Además, nunca dejaría que amigos pelearan una batalla sin mi ayuda.) Aclaró decidida a ir con todo su grupo hasta el infierno de ser necesario.

―En eso coincidimos, "mon cher". ― Aclaró el Sargento complacido, por lo menos el mal momento que habían pasado con el proyector, se había compensado con la posibilidad de una estrategia más viable para que ningún escuadrón o equipo tuviera que sufrir tantas bajas.
―Ahora prepárense todos, hoy es un buen día para patear culos de espectros y si no los veo pateando algunos traseros, yo mismo les patearé el trasero a todos, ¡¿entendieron marines?!

―¡Señor, sí señor! ―Todas las voces de la legión se unieron en una sola voz para seguir las órdenes impuestas por el sargento y las sugerencias de la Saintia, el espíritu de lucha ciertamente se elevaba cuando la victoria no era un sueño lejano y más una posibilidad.

―Entendido Sargento, estaremos allí pronto. ―Habló el caballero de Pegaso entusiasmado de comenzar con el asalto, nuevamente Danny era quien les estaba salvando el pellejo a todos y no podía sentirse más seguro de que fuese ella quien diese estas ideas.

―Me alegra escucharlo. ―Dijo con la moral a tope, listo para comenzar con la operación de inmediato, pero antes debía decir algunas palabras para todos.
―Ahora, sé que no será fácil, pero los tendremos cubiertos, asegúrense de regresar será una pena perder jóvenes tan prometedores en una batalla tan importante como esta. ― Les decía a los muchachos al otro lado de la radio, reconociendo el valor de sus vidas y lo mucho que se perdería con ellos si caían.
―Recuerden el voto que le hicieron a sus amigos y familias de volver, asegúrense de honrarlo y no dejarse morir de la manera más estúpida posible ¿entendieron? ― Decía no solo a los caballeros de Athena sino a sus soldados, a los hombres y mujeres a su cargo, sabía que aún con todo no sería una pelea fácil de ganar… pero apostaba cualquier cosa en este universo si no creyera que no era posible de lograrlo con esta legión de soldados tan valiente e intrépida, dispuestos a darlo todo por un solo segundo de ventaja para librar al universo del cruel yugo de Hades.

―Lo entendemos señor, gracias…―Agradeció Danny conmovida por las palabras de su sargento, que sin lugar a duda inspiraban mucha confianza en regresar junto a sus seres amados en Ninbus.

―¡Ahora, vamos a enseñarle a ese dios, rey, o criatura extraña de pacotilla que es lo que pasa cuando se mete con el brazo más fuerte de la humanidad! Nadie se mete con nuestros hogares sin recibir un puño en la cara, ¿tengo razón o tengo razón soldados? ―Preguntó a todos los soldados a su amndo incluyendo a los caballeros de la diosa de la Guerra.

―¡Señor, sí Señor! ―Respondieron todos al unísono, incluyendo a los caballeros de bronce y plata que partirían junto a él hacia el Qliphoth.

―Uhuh, maldita sea que sí lo estoy. ―Asintió dándose ánimos también a sí mismo, esta guerra les había quitado tantas cosas, pero hoy era el día en el que las recuperarían, este día sería recordado como el día que la humanidad se alzó contra la tiranía y dijo: "¡Basta!" En una única y sonora voz.
―Vamos equipo alfa, a prepararse que al mal paso darle prisa. ―Les dijo a los caballeros, para que se alistarán para la batalla.

―Eh señor con todo respeto, ¿no podría decirnos Guardianes? ―Preguntó Seinma, refiriéndose al título que él había elegido para su equipo, esperaba que eso pudiera representarlos, tanto aquí como en las siguientes batallas que estuvieran por venir.

―Aquí los Nombres se ganan Pegaso, si quieres que los llamemos como piden será mejor que se lo ganen a fuego. ―Respondió el Sargento, duro pero justo , muchos deseaban ser rememorados por hacer cosas grandes, por hacer algo de gran valor pero si eso era lo que buscaban debían primero luchar para ser rememorados de esa forma.
―¿Comprendió Soldado?

―Sí señor. ―Seinma asintió un tanto decepcionado, pero comprendía perfectamente lo que él les decía, tal vez no de la mejor forma, pero él había sido muy justo con ellos, era hora de devolver ese favor luchando a sus lados.

―Bien, los quiero preparados y listos para la batalla, que esto es para ayer. ― Ultimó dejando de transmitir el holograma para ír cerrando comunicaciones e irse preparando él también junto con su escuadrón de soldados de acero, iba a ser un largo día y sería mejor aprovecharlo.

―Entendido Sargento, estaremos listos en cuanto lo ordene. Cambio y fuera. ―Finalizó Danny cerrando comunicaciones, suspirando pesadamente ojalá y todo saliera según lo planeado.

―Bueno… no será el mejor dando discursos, pero demonios que sí sabe cómo motivar. ―Decía Johnathan igual de inspirado por las palabras del Sargento que todo su equipo, aunque fuese solo un soldado común podía sentir el espíritu de toda la humanidad sobre sus hombros, ese sí era un líder y esperaba que él y Seinma estuvieran a la altura de alguien como él algún día
―Muy bien, entonces preparémonos, para la batalla, ¡sus armaduras ahora! ―Dijo tomando la piedra de armadura de su muñequera, preparado para la acción.

Los demás Guardianes acataron la instrucción de su líder, asintiendo al unísono, tomando sus respectivas piedras de armaduras.
Estaban seguro de que sería un combate arduo, pero si algo les había enseñado el torneo galáctico había sido resistencia, fuerza, poder y perseverancia, sobre todo perseverancia, era el momento de brillar y demostrar de lo que eran capaces, rendirse después de haber llegado hasta aquí no solo sería un insulto a todos los que perecieron, para todos aquellos que no lograron llegar hasta este punto.
Debían comenzar a actuar como los valerosos caballeros que eran y dar inicio a la batalla más importante de sus vidas.

Los destellos multicolores que desprendían sus respectivas armaduras no se hicieron esperar, revelando sus verdaderas formas frente a ellos, para que de un instante al otro el cosmos de sus respectivos usuarios las llamarán, envolviendo sus cuerpos en la tela cósmica de sus respectivas protecciones de bronce y plata.
Para que justamente segundos más tardes estos se revelarán como las respectivas partes que cubrían, sus piernas, brazos, caderas, pecho, espaldas y cabeza.

Las nuevas armaduras resplandina con la luz del sol de este sistema, renovadas y mejoradas, con un diseño totalmente nuevo que los haría más versátiles y efectivos en sus respectivos estilos combativos.
Por supuesto que un par de los presentes no mostraban una mejoría plausible en sus armaduras, ya fuera Mary o Kiva pues ellos no habían sido parte del torneo galáctico, pero en el caso de Seinma, Danny, Benjamín y Shinryū sus armaduras habían logrado evolucionar, adoptando un poderoso brillo que se asemejaba a la plata.
Casi podían escuchar a sus propias armaduras respirar.

Aunque la de Fénix se veía prácticamente igual salvo unos detalles en la misma que hace hacían resaltar, sobre todo en el pecho… No era un mal cambio de hecho se sentía más ligero, todos se sentían más ligeros, a decir verdad.

―Así que esta es la nueva armadura de Andrómeda. ¡Me encanta! ―Decía la joven guardiana de en cadenas, la joven guerrera de Andrómeda estaba más que feliz de que su nueva armadura fuese más cómoda, ahora si podía sentirla como una segunda piel que la protegía y sus cadenas casi podían sentirse como si tuviera un par de miembros extra.

―Sin duda son muy diferentes, puedo escuchar como el dragón respira con nuevo poder y vida, el Shiki-sensei sí que hizo un excelente trabajo reparando nuestras armaduras de Bronce. ―Comentaba el caballero de dragón posando su mirada en la nueva textura de su cloth, sin duda podía sentir una energía distinta en la armadura, sus respiraciones, sus latidos e inclusive un susurro que le hablaba directamente a él, asegurándole que todo estaría bien.
―Esto nos ayudará mucho en batalla, sin duda tengo fé en que podremos llevar a cabo esta misión. ―Comentaba con una enorme sonrisa de satisfacción, este era un nuevo nivel en lo que respectaba a poder, una nueva forma de ver y percibir el mundo a través de la armadura de bronce.

―Te doy la razón, ahora me siento más poderoso que antes…―Decía Benjamín experimentando la misma sensación que sus compañeros, el renacer de la armadura de bronce sin lugar a duda era un nuevo sentimiento indiscutible e incomparable.

―También es que nos hemos vuelto muy poderosos muchachos…―Comentaba Seinma rememorando las palabras del maestro Shiki sobre las armaduras y el Barco de Teseo. No había entendido mucho respecto a… bueno aparentemente todo lo que le dijo sobre dicha leyenda pero lo que sí pudo comprender es que su voluntad había conseguido hacer evolucionar su armadura de Bronce.
―Nuestros cosmos crecieron con cada batalla, es la razón del porqué nuestras armaduras ahora son diferentes.

―Tal vez tengas razón, pero no se confíen, aunque nuestras armaduras sean diferentes debemos recordar que no son las armaduras las que nos llevarán a la victoria. ―John hablaba con una fuerte determinación, era probable que siguieran siendo igual de vulnerables que un humano normal, pero tenían la ventaja con mayor fuerza y movilidad pasar por hordas y hordas de poseídos sería pan comido, aún así debían recordar que no eran invencibles, al menos no aún.
―Somos nosotros los que lo haremos. ―Pero tal y como la Directora Arkhamira lo había dicho alguna vez, mientras ellos estuviesen juntos, serían invencibles.

―Ahora si ya terminamos, será mejor apresurarnos. ―John dijo comenzando a caminar hacia la dirección del Qliphoth, los demás comenzaron a seguirlo con la excepción de Danny quien tenía que encargarse de algo antes de irse.

―Esperen. ―Pidió ella, para acto seguido utilizar sus cadenas, envolviendo el dispositivo de radio y proyección holográfica, alzando sus manos hacia ellos para finalmente cerrarlos fuertemente comenzando a aplastar todo el equipo de comunicaciones en un solo instante

Cosa que ocasionó que todos se le quedarán mirando confundidos del porqué destruírlo en primer lugar.
―Digo, no íbamos a dejar que se apoderarán de nuestro sistema de comunicación ¿verdad? ― Cuando lo decía de esa forma tenía sentido aunque, ya bon los dispositivos dañados, las objeciones quedaban demás.

―Bien pensado… aunque debiste decírmelo antes. ―Comentó John rascándose la nuca, su prima a veces solía ser muy impulsiva, aunque de cierta forma tenía razón el sistema de comunicaciones habría servido perfectamente para mantener a todos enlazados a una red directa sin complicaciones.
―No te lo discutiré, pero avísame antes de hacer algo como eso. ¿Entendido? ― Pero… siempre estaría la cuestión de que si un enemigo llegaba hasta su campamento escucharía sus comunicaciones y conocerían el plan, sería el final del juego antes de que comenzará.

―Sí… de todas formas aún tenemos nuestros comunicadores, así que seguiremos en contacto. ―Comentaba Seinma refiriéndose a los pequeños dispositivos en sus oídos que mantenían comunicaciones entre todos por línea directa. Aunque con el Qliphoth aún más cerca estas podrían verse distorsionadas considerablemente.

―Espero… huh… y todo el problema que nos dio montar todo esto para que fuese destruido en segundos… vaya que la vida es toda una ironía. ―Comentaba Benjamín observando la pila de circuitos y piezas desperdigadas por el suelo, igual de estar en la posición de Danny los demás lo hubieran hecho con gusto, este equipo por más bueno que fuera si se había ganado el repudio de todos por lo difícil que era utilizarlo.

―Y que lo digas, vamos. ―Murmuró Johnathan, sin duda le hubiera hacerlo estallar por su cuenta pero Danny se le adelantó, tal vez una próxima ocasión que un equipo de comunicación causase el mismo problema que todo esto les hizo pasar.

Por ahora ya no había tiempo que Perder, era hora de actuar.

Ellos comenzaron a avanzar hacia el ser nacido del abismo y el sufrimiento, producto de la sangre y las almas humanas que habían sido cruelmente arrebatadas, ahora que se acercaban a él, podían darse una idea de porqué era tan atemorizante, era un ser casi indivisible por la oscura barrera que lo cubría, hecha de sombras oscuras y nubes, a la lejanía en verdad parecía un árbol pero era imposible determinar su verdadera forma entre tanta penumbra.

Al ír avanzando un poco más pudieron notar como la vegetación comenzaba a tornarse más lúgubre y marchita, hasta el punto en el que todo lo verde comenzaba a tomar un tono gris, apagado, muerto… como todo lo que entraba en contacto directo con el Qliphoth…
Al ír avanzando más y observar el paisaje pudieron encontrarse con más naves de descenso en peor estado que en la que habían descendido.

Nadie se atrevía a mirar dentro pues… no habría mucho que ver en realidad, a menos que quisieran ver cadáveres en proceso de descomposición.
Eran tumbas de metal sin ningún propósito más que ser un recuerdo recurrente de la crueldad de esta guerra entre dioses, humanos y mounstruos.

Cada vez más que se acercaban sabían que el peligro los acechaba, antes tratar de evitar sentirse oprimidos por el poder del árbol era sencillo si se concentraban e ignoraban su presencia, pero ahora que se encontraban tan cerca… podían sentirlo.
El abrumador cosmos que emanaba de él, era como si el aire se sintierá pesado, como si todo oliera a muerte, podía sentirse, percibirse y… olerse el profundo aroma a sangre.

Eso además de que ahora se encontraban solo a centímetros de lo que podían denominar un enorme bosque, oscuro y tenebroso, el cual los invitaba a adentrarse para conocer sus horrores.
Johnathan se detuvo, no era necesario decírle que este era el punto sin retorno, si alguien tenía que hacer o decir algo este era el momento apropiado para hacerlo.

Dicho sea de paso, si alguien tenía que regresar era el momento para acobardarse o quedarse junto al equipo.

―Escucha, no es por… no querer restarle méritos al sargento Martín o a los demás soldados y a su plan, pero creo que deberíamos separarnos. ―Dijo captando la total y completa atención de Danny quien lo observó incrédula, ¿quería separarse? Ese sería un plan que resultaría en catástrofe, juntos tenían posibilidades, pero separados era una apuesta muy arriezgada.

―¿Que?

―Ya sabes, para cubrir mayor terreno y tener más posibilidades de concretar el plan. ―Trataba de decir Johnathan pero Danny no parecía convencida, de hecho se le veía indecisa pensando en si su plan de acción sería conveniente o todo lo contrarío un rotundo y colosal desastre de proporciones bíblicas.
―Escucha, ambos sabemos que todo esto de la planeación, nos e me da nada bien… así que quiero comentarte esto que se me vino a la mente antes de que algo más pase. ―Danny comenzó a pensar poniendo ese magnifico cerebro suyo a trabajar en verdad parecía un plan viable, pero… el riesgo era demasiado alto.

―Si nos separamos, es cierto que cubriremos mayor terreno… pero el peligro de ser emboscados es inminente.― Había otra alternativa menos arriezgada pero más compleja que era ír en parejas de dos o tres pero teniendo en cuenta sus números ír en tercias sería una movida más segura pero siendo siete quedarían uno fuera, tal vez ír en duplas sería lo indicado, el riesgo seguiría allí pero con dos individuos cuidándose las espaldas mutuamente garantizarían una supervivencia del 50%
―Deberíamos ír en parejas, así podríamos cubrirnos las espaldas y evitaríamos que algo nos sorprenda. ―Decía Danny después de analizarlo un momento, era una movida que podría ayudarlos a ganar terreno, aunque el peligro de morir seguía siendo alto… muy alto.

―Eso es lo que pensaba. ―Respondió John sonriendo levemente, gracias a las palabras de su prima tenía finalmente la confianza de cambiar un poco el plan a como él lo había imaginado de primera mano en su mente.
―Muy bien nuevo plan. ―Habló frente a todos sus compañeros quienes habían escuchado previamente lo que ambos habían estado planteando desde que llegaron a las periferias del enorme bosque oscuro.
―Nos separaremos en equipos, Danny y yo nos dirigiremos a la raíz principal. ―Dijo con completa seguridad, sin duda sería peligroso pero tenía la esperanza de que fuese más que eso, John tenía un profundo aprecio por todos, incluso por Ben incluso si se la pasaban insultándose el uno al otro casi todo el tiempo, confiaba en ellos, en su equipo para seguir adelante y ganar esta guerra.
―Benjamín y Shinryū irán con el equipo Bravo hacia el este y asegurarán la destrucción de las raíces de ese lado. ―Dicho eso tanto el caballero dragón como el cisne asintieron, la confianza era mutua, así que mientras ellos estuvieran juntos no había nada que temer.
―Mientras que Seinma y Mary irán hacia el oeste, cubriremos más espacio si nos separamos en equipos de 3 para garantizar el éxito del asalto. ― Pegaso y Águila también asintieron, siendo compañeros de toda la vida sabrían como atacar y como cuidarse las espaldas

―Suena bien pero, ¿no creen que será peligroso distanciarnos tanto? ―Preguntó la amazona de Plata mirando a la Saintia de Andrómeda, pese a que estaba al cargo del fénix, mientras Danny le asegurará de que todo estaría bien entonces ella seguiría todas lo que el líder electo por todos dijera.

―Sí, por eso nos mantendremos comunicados en todo momento en caso de que algo suceda. ―Respondió el santo del Fénix señalando a los pequeños dispositivos en sus oídos, seguramente tendrían mucha interferencia que soportar, pero esperaban que con una línea de comunicación directa esto no sucediese… o por lo menos esa era su esperanza.

―No lo sé John, ese plan no me agrada del todo. ―Murmuró el caballero de Pegaso inseguro, no se sentía en posición de decir que era malo, pero tampoco que era totalmente bueno incluso si Danny podía avalarlo, además estaba el asunto de la comunicación por radio que… era y seguía siendo un problema.
―Además no sabemos si la barrera seguirá interfiriendo nuestras líneas directas de comunicación. ―Era un buen punto, lamentablemente ya se había decidido como actuarían en base a el mayor porcentaje de ´éxito.

―Lo sé, pero… debemos hacer esto, de lo contrario… no estoy seguro de que podremos reducir las bajas del poco apoyo que tenemos…― Johnathan aclaraba tratando de convencer a Seinma, a los demás y tal vez a sí mismo de que esto era una buena idea, no podría equivocarse, al menos no tan cerca de la zona oscura.
―Además si la comunicación comienza a fallar, ya saben que hacer, lo hemos practicado durante un tiempo, debe ser nuestro último recurso si todo llega a fracasar, así que cuento con ustedes y con que no se mueran, ¿entendido? ―Preguntó mirando a todos sus compañeros, era hora de demostrar que esos duros meses de entrenamiento habían valido la pena.

―No lo sé hermano… esto no me agrada, tengo un mal presentimiento sobre esto. ―Seinma respondió suspirando pesadamente, pero John solamente puso su mano sobre su hombro sonriéndole con confianza al caballero de Pegaso.

―Tendré en consideración tu consejo Sein, pero confía en mí ¿entendido? ―Pidió Johnathan observándolo detenidamente, sería una jugada muy arriesgada, pero, la verdad era que si no tenían expectativas de ganar entonces este sacrificio necesario sería poco fructífero.

―Sí John lo entendido. ―Respondió Seinma sonriéndole a su compañero de Bronce, pese a todo, sus mejores cartas estaban apostadas a él y a Danny presupuesto.

Todos estaban listos para la batalla, física y mentalmente… pero algo no terminaba de cuadrar, un elemento extra recién integrado al equipo que no encontraba su lúgar.
―¿Esperen y que voy a hacer yo? ―Preguntó el caballero de caballo menor, observando a todos sus compañeros, era verdad todos se habían olvidado completamente de Kiva, cosa que ciertamente los hacía sentir culpables, siendo un elemento que ahora era parte de su equipo no podían simplemente dejarlo fuera.

―Oh carajo es cierto…―John murmuró reconociendo la existencia del caballero del Caballo menor, usualmente no habría problema si los equipos ya estuvieran establecidos además… no estaba completamente seguro de que hacer con Kiva.
―Eh Ki, tu puedes ehhh… no sé, puedes ir con el equipo de Seinma o Shinryū, ahí como tu veas. ―Dijo apuradamente, en realidad no tenía idea de que papel podría adoptar Kiva en batalla más que ser el médico de campo y siendo honestos no encontraba una razón para que estuviera con él y con Danny a parte de curar sus heridas después de la batalla, siendo el "Después" la palabra clave aquí.
―¿Solo no te mueras vale?

―Pero no sé si yo pueda… no creo que yo…

―Entonces quédate y esperanos, ya sabrás que hacer si llegamos heridos, ¿entendido? ― Estaba seguro de que escucharía un agran excusa del porqué no iba a matar o despedazar a ningún Espectro, pero llegados a este punto era totalmente irrelevante, estaban aquí para pelear no para acobardarse.
―Vamos Danny, no hay tiempo que perder. ―Habló guiando el camino para ella hacia el oscuro bosque.

―Sí pero…―Danny por su parte no se sentía cómoda dejando a Kiva fuera del plkan de acción pero… ella no tenía ningún conocimiento sobre las habilidades en batalla más que las obvias habilidades de apoyo médico, pero aparte de eso… no tenía más información respecto al caballero del caballo menor, lo cual complicaría aún más el plan de lo que ya era de por sí.
―Rayos, lo lamento Ki… nos veremos de regreso. ―Añadió la Saintia de Andrómeda comenzando a seguir a su primo hacia el bosque.

―Vamos Shin no hay tiempo. ―Benjamín por su lado también tenía prisa, por razones muy similares a las de John y Danny no podía decir sus razones para no incluir a Kiva, pero reconocía que ir con él sin conocer sus habilidades sería una sentencia de muerte para el joven caballero del corcel menor.

―Oh, ¡en seguida Ben! ―Shinryū quería objetar, pero sus razones para no hacerlo se reducían a las mismas que sus demás compañeros de bronce.

―Oh… entiendo…―Murmuró el jovencito suspirando larga y pesadamente, decepcionado, no los culpaba en verdad… no podía, él se había incluido en su grupo solo por qué, por qué todo eso era mejor que permanecer oculto y aislado del santuario, así como de la gente que él tanto estimaba.

―Kiva. ―Susurró el caballero Pegaso acercándose al joven guerrero del caballo menor quien a su vez se veía triste y distraído.

―Siento que salgo sobrando en este equipo Sein, desde que me uní… siento que no he hecho nada de provecho. ―Comentaba Kiva suspirando pesadamente, él en verdad quería demostrar su verdadero poder pero si era completamente honesto no sabía si este era el momento apropoiado para hacerlo.
―Rayos, solo estoy aquí por qué to tenía a donde más ír, ni siquiera sé si debería estar aquí. ―Al guerrero del caballo menor añadió encojiendose de hombros, para que acto seguido sintiese la mano de alguien sobre su hombro.

―No digas eso, ninguno de nosotros es más o menos valioso todos tenemos algo que nos define. ―Seinma comenzó diciendo mirando fijamente a los ojos de Kiva con una enorme determinación, nadie había llegado aquí por suerte o por pura casualidad, el destino había intervenido para que se reunierán aquí, pero su fuerza había fortalecido sus vínculos como guerreros, guardianes pero por sobre todas las cosas, como amigos.
―A John lo define su fuerza, a Danny su inteligencia, a Shinryū su control de Cosmos y a Benjamín su forma de Analizar la Situación y actuar Acorde lo que se requiera. ―Había demasiada confianza en todos ellos, cualquiera diría que conocían todas las virtudes y debilidades del otro, eso era lo que los hacía funcionar como equipo pero teniendo a nuevos integrantes era difícil distribuír esa confianza de la misma forma.
―Mary es muy versátil y se adapta rápido al combate mientras que yo… nunca me he rendido. ― El lazo que Seinma y Mary tenían se extendía más allá en realidad, ellos dos ya eran un equipo desde antes que el Pegaso conociera a los demás guardianes, por eso su confianza hacia Mary era indiscutible, ella era una parte de sí mismo, una parte tan importante que estaría dispuesto protegerla con uñas, dientes incluso con su vida de ser necesario.
―A lo que voy es que llevamos mucho tiempo peleando juntos, conocemos las habilidades, fortalezas y debilidades de todos, hemos estado juntos desde hace tiempo por eso tenemos confianza en que lograremos vencer. ―Seinma decía tratando de hacer entender a Kiva que no era por qué no lo quisieran o por que estuviera sobrando en el equipo, sino por qué necesitaba demostrarle a todos que podían confiar en él, en sus habilidades en batalla así como en su juicio al momento de luchar, de otra forma sí eatría sobrando y se le consideraría más una carga que una ayuda en sí.
―Sé que tu también lo harás, eres una nueva adición sí, pero si quieres que te tomen en cuenta debes demostrarles lo que puedes hacer, solo así confiarán en ti estoy más que seguro de eso. ―Seinma reafirmó sonriéndole al caballero del caballo menor, pero él no parecía tan convencido, aunque había escuchado todas las virtudes de cada uno de los herederos hasta este momento se sentía indeciso, pues sus mayores virtudes se encontrabanb en conflicto con sus ideales y principios.
―Puedes acompañarnos si quieres o no y quedarte aquí, pero debes elegir lo que quieres hacer ahora… o no podrás ser uno de nosotros. ―Finalizó el caballero Pegaso ofreciéndole su mano a Kiva para que los acompañará a él y a Mary.

―Entiendo Sein… pero yo… no sé…― Kiva nuevamente dudó, en verdad quería tomar la mano de Seinma y dirigirse hacia el bosque oscuro, pero el miedo, la incertidumbre y el peligro que acechaba en esa oscura selva, solo hacía que su temor se acrecentará… como un niño asustado ante lo desconocido, Kiva solo podía temblar ante lo que sabía que era el destino inevitable mirándolo a los ojos.

―Está bien, no te preocupes. ―Respondió finalmente Seinma absteniéndose de seguir insistiéndole, reconocía esa mirada en Kiva, odiaría decir que la había visto más veces de lo que le gustaría admitir pero la respuesta a este dilema lo encontraría Kiva y nadie más.
―Quédate aquí hasta que volvamos, serás nuestro apoyo, sí te necesitamos te llamaremos, cuando veas la señal o la escuches acude a nosotros de inmediato, ¿entiendes? ―Preguntó dando un par de pasos hacia atrás hasta quedar al lado de su fiel compañera de equipo, kiva solo pudo asentir con la cabeza.
―Bien, vamos Mary. ―Pidió el caballero de Pegaso adentrándose al bosque junto a su compañera.

―Sí…―Ella fue la única en dirigir su mirada hacia sus espaldas, no le gustaba dejar a nadie atrás, en especial a alguien que representaba parte de su equipo.
―Buena suerte, Kiva. ―Dijo para finalmente salír corriendo junto al caballero de Pegaso adentrándose junto a sus demás compañeros hacia la profundidad de las tinieblas.

Allá donde la sombra del árbol de la muerte se cernía sobre todo el universo, la larga sombra del dios Hades, quien con este último plan estaba más que decidido a terminar con la toda la humanidad.

―Buena suerte muchachos…―Dijo Kiva sonriendo levemente, para entonces fruncir su ceño en una mueca de disgusto y molestia, odiaba sentirse así, odiaba no poder ayudar a nadie, odiaba tanto sentir que no tenía poder sobre nada, pero… lo que más odiaba era…
―Me siento… tan inútil…―Susurró apretando fuertemente sus puños, quería hacer algo, lo que fuera, pero lo único que podía hacer ahora era temblar de miedo y esperar a que sus amigos lo llamarán.

Por su parte Seinma y Mary comenzaron a correr entre la espesa penumbra de los árboles, casi parecía que la luz de la estrella madre de este sector, por suerte las sombras no eran más poderosas que en la periferia del Qliphoth, pero aún así la muerte estaba al hacecho, entrar no solo era una invitación para los enemigos de atacarlos sin misericordia.
Era una sentencia de muerte, pero el momento de arrepentirse había quedado atrás, junto con Kiva… no mucho más atrás, desde que salieron del planeta Ninbus hasta aterrizar en la Nave Titán, desde que terminó el torneo galáctico hasta cuando comenzó, desde que Seinma ingresó a Palestra hasta el momento donde recibió su armadura… pero el verdadero punto del no retorno… fue cuando entregó su destino a las manos de Genki.
Casi 9 años desde esa desición que marcó su vida por siempre y no se arrepentía de ahora estar aquí frente a las puertas del destino para encarar los horrores que se encontrarían al cruzarla.

Esta era una tierra donde los errores eran imperdonables y donde los enemigos eran crueles, implacables, poderosos pero los caballeros de Athena eran invencibles cuando luchaban por un noble deseo, el deseo de su diosa.
El Anhelo de la Paz.

―Me siento mal por haber dejado a Kiva atrás. ―Murmuraba Mary desviando sus ojos del camino, captando la completa atención de Seinma.

―¿Uh…? Oh, sí, yo también…―Murmuró el Santo de bronce quien miró atrás hacia su compañera solo para también desviar su mirada al suelo, a él también le había partido el alma dejar a Kiva, pero no podían hacer nada por él a menos que lo quisierá.
―Pero no podemos obligarlo a pelear si no quiere, él tiene que decidir eso él solo. ―Aclaró colocandose en la posición de Kiva, la misma posición en la que sabía que su compañero de bronce se sentía

―¿Eh? ―Murmuró Mary mirando hacia Seinma, aunque solo podía su espalda, podía percibir una gran pena en él, a la par de una enorme angustia, ella conocía a Seinma, mejor de lo que él se conocía a sí mismo en verdad, además… ella misma se había sentido así en miles de ocasiones distintas.

―Sé lo que él siente, pero no podemos obligarlo a luchar, él tiene que decidir eso por su cuenta. ― Decía rememorando a un pequeño aunque quisiera negarlo… aunque lo desease con todas sus fuerzas, Mary también podía comprender a Kiva, la sensación de no ser demasiado fuerte como para afrontar sus problemas.
―Si de verdad quiere demostrar su valor, entonces lo hará cuando el momento sea oportuno. ―Seinma rememoró todas esas ocasiones en la que no se sintió más capáz que sus amigos, que se sintió menos que los demás, que no pudo cumplir con las expectativas sobre él, comprendía lo impotente que Kiva se sentía, pero si el caballo menor quería demostrar lo que valía debía pelear, debía ser fuerte y enfrentar sus problemas a la cara como un verdadero hombre.
―No sirve de nada lamentarse, si eso no te ayuda a superar a tus demonios, ¿comprendes? ―Interrogó mirando a sus espaldas esperando a la respuesta de Mary, quien también sentía lo mismo que Kiva y de cierta forma lo de Seinma, cuando la vida era injusta solo aquellos que se aferraban con uña y dientes a ella podían comprender el titánico trabajo que era tratar de sobresalir cuando todos eran más especiales que ellos.

―Sí…―Murmuró la amazona de águila, pero ahora tenían el poder para enfrentarse a la oscuridad, era el momento de demostrar de que estaban hechos.

―¡Vamos sigamos a los demás! ―Exclamó acelerando el paso, hacia la dirección que presuntamente habían tomado sus compañeros.

―¡Sí! ―Exclamó la amazona de plata siguiendo muy de cerca al caballero de bronce.

Mientras más se adentraban mayor era la sensación de peligro, no por que lo estuvieran en realidad, aunque de eso ya no estaban tan seguros, sino que mientras más cerca se encontrarán del Qlihoth su presencia amenazante se volvía aún más evidente, ignorarlo o no había dejado de ser relevante… la sensación que daba estar tan cerca era de un escalofrío recurrente uque recorría toda la espina dorsal hasta las manos y pies.
Al acercarse podían notar como su sombra crecía y co ella el peligro de morir inmediatamente bajo los efectos del mundo de los Muertos, donde cualquier humano que se adentraba jamás salía a menos que tuvieran a su alcance el octavo sentido.

Lo cual ninguno de ellos poseía hasta el momento, algunos incluso apenas y con suerte habían logrado despertar el séptimo, la precaución debía ser absoluta, después de todo se encontraban en la zona de peligro.

*Muchachos, reporten.* La voz de Johnathan se escuchó por el intercomunicador, captando la atención de todos los que lo llevaban puesto, Seinma y Mary se detuvieron al escucharlo, por lo menos eso aún servía.

*Ninguna señal del enemigo hasta ahora, deben estar ocultos en alguna parte.* Respondió Shinryū del otro lado de la línea.

*¿Sein? ¿cuál es su situación?* Interrogó la Saintia de Andrómeda, las comunicaciones directas no parecían dañadas, al menos no aún.

―Mary y yo acabamos de entrar, estamos haciendo reconocimiento del á ía reanundando su abvance por el bosque tratando de captar mejor la señal de Johnathan, Danny, Shinryū y Benjamín.

*Entendido ¿y Kiva?* Preguntó el santo del Fénix esperando buenas noticias por el lado del santo de Pegaso.

―Se quedó atrás a cuidarnos las espaldas, aparecerá si las cosas se ponen… complicadas.― Seinma respondió, abriendo la herida que fue dejar al caballero del caballo menor atrás, pero él sabía que debían dejarlo por el momento, pronto verían de lo que estaba hecho en realidad.

*Al final no se dignó a entrar verdad?* Preguntó John con decepción en su voz, esperaba algo más de él aunque en realidad no sabía que en verdad… tal vez algunos estaban hechos apra ser guerreros y otros no.

―No… pero eso no significa que no venga después, hay que darle un momento eso es todo. ―Abogaba el Pegaso por su hermano menor, Kiva tal vez no fuera tan fuerte e intrépido como John pero sabía que tenía algo, una chispa en su interior que conseguiría sorprenderlos a todos, solo debían tener fe en él, así como ellos tuvieron fé en Seinma cuando recién se integró al equipo de herederos.

*Si no te has dado cuenta este no es el lúgar ni el momento para darnos un tiempo y poner nuestros pensamientos en orden, este es el momento de actuar y pelear* Johnathan respondió dejando los hechos sobre la mesa,

―Lo sé… pero créeme, él aparecerá, solo denle una oportunidad de probar su valor. ―Seinma volvió a poner las manos en el fuego por Kiva, puede que él no tuviera las mismas fortalezas que todos los demás, pero Seinma podía percibir en él una llama parecida a la suya, el alma de un guerrero que se ocultaba dentro de sí era indiscutible.
― Sé que vendrá, solo hay que tener paciencia, yo sé que lo único que necesita es un empujón correcto hacia la dirección correcta. ―Decía con total convicción, alguien que estuviera dispuesto a acompañarlos a travez de la galaxia hasta este punto sin duda debía tener la llama de un caballero decidido a luchar por la paz y la justicia en el universo.

*Entendido…*Murmuró Johnathan a través del intercomunicador, puede que no fuera el más listo del grupo pero cuando tenía una corazonada de este estilo, lo único que podrían hacer era creérsela, después de todo él fue el único que logró llegar a las finales del torneo galáctico gracias a su intuición y a su instinto de supervivencia.

―¿Cual es la situación de su lado? ―Preguntó Mary tomando la palabra, colocando su dedo índice sobre su oído derecho.

Seinma siguió hasta donde creía que estaba el punto de reunión pero lo único que pudo ver fue un árbol lleno de agujeros de bala y sangre, una escena… siniestra sin duda pero nada fuera de lo ordinario,

La fortuna de estos dispositivos era que al ser un línea de comunicación directa al estar relativamente cerca permitían una comunicación más clara y menos estática, la desventaja era que se necesitaba un rango de al menos 100 metros para que pudiera funcionar, ahora sin la consola de radio sería más complicada de seguir si se distanciaban tanto.

―Igual… sino que más aburrida. ―Murmuró Johnathan, observando sus alrededores, este sitio debió ser alguna vez un sitio rural, lleno de árboles de frutas, pero ahora era un cementerio enorme y aterrador, donde los ecos de aquellos fallecidos persistían en las oscuras sombras.

―¿Y ustedes Shin? ―Preguntó Danny analizando su entorno, no era un sitio muy grande pero tampoco muy pequeño para una emboscada, además sus cadenas no detectaban señales del enemigo, lo cual era una buena señal de que se estaban dirigiéndose a su objetivo… o a una trampa, cualquiera que fuera el caso, debían estar totalmente alerta y afilar sus sentidos al máximo.

―Eh… no sé en qué lugar estamos, todo se ve exactamente igual. ―Respondió el caballero del Dragón mirando a su alrededor con total precaución, podría jurar que incluso pudo ver sombras moverse pero eso podía atribuirlo a su nerviosismo o al subconsciente que le hacía ver cosas que no estaban allí en realidad, pero hasta este punto… no estaba totalmente seguro.

―¿Creen que caímos en una trampa? ―Preguntó benjamín a su lado prestando total atención al entorno y a los sonidos, ante la falta de animales en la zona podía deducir que cualquier ruido que no proviniera de él, de su compañero con lentes o de los comunicadores sería una rápida llamada de advertencia.

*No lo creo sino ya nos habrían atacado, además mis cadenas no reaccionan a ningún peligro inminente, estamos dirigiéndonos a un lúgar eso lo sé, pero… lo único que nos guía es el Qliphoth.* Respondió Danny alzando su cadena circular, desde que entraron la misma no había dejado de moverse, más que ser un movimiento involuntario de fricción era uno de advertencia estando tan cerca del Qliphoth y la cadena triangular no dejaba de apuntar hacia su dirección, por lo que podía asegurar que las amenazas se encontraban lejos del alcance aparentemente.

*Y quien sabe que clase de monstruosidades se oculten allí…* Comentaba el caballero de Pegaso siguiendo el rastro de pisadas dejadas por sus compañeros, para cerciorarse de que estuvieran yendo por el lado correcto del bosque, por qué su sentido de la orientación estaba completamente estropeado para este punto.

―Amén a eso…― Respondió el Santo de Fénix suspirando pesadamente, todos estaban tensos, todos sentían la presencia del enemigo en todos lados y todos sin excepción comenzaban a pensar que lo peor aguardaba en cada esquina, un solo paso en falso y estarían total y completamente condenados.

*Contacto visual a 100 metros y… oh athena…* Shinryū habló, cambiando su tono de voz a cauto a uno lleno de temor y repulsión por lo que veían sus ojos, esto era… algo que ellos tenían que ver pues las palabras sobraban para el horror indescriptible que él y Benjamín eran testigos.

―¿Que sucede Shin? ―Preguntó el caballero de Fénix, poniendo todos sus esntidos en alerta ante las palabras que escuchaba en el comunicador por parte del santo del Dragón.

*Chicos creo que tienen que ver esto.* Dijo el caballero del Cisne sin muchas emociones que reflejarán su verdadero shock, esa visión tan dantesca le revolvería el estomago a cualquiera.

Siguiendo la señal de sus compañeros Seinma, Mary, Danny y Johnathan se apresuraron para ver que ocurría, pisando fuerte para evitar tropezarse en el camino, sin duda aquello de lo que estuvieran siendo testigos merecía que recibieran apoyo por parte de todos, aunque no se esperaban que al llegar, el denso olor de la muerte fuese el que los recibierá.
Allí pudieron ver a Benjamín y a Shinryū quien no podían despegar sus miradas de la escena tan viceral frente a sus ojos.

―Oh dios…―Seinma murmuró cubriéndose la boca, no fue el único en observar dicha escena con total shock, tanto Johnathan, Mary e incluso Danny no pudieron evitar apartar la mirada, siendo esta última la que sintió una repentina sensación de repulsión que casi la hizo vomitar.

―Sí… creo que él no ha estado por aquí en mucho tiempo. ―Susurró Johnathan sin quitar los ojos de la escena frente a él.

Los árboles, no solo los árboles, las ramas, los troncos, e incluso las raíces estaban repletos de cientos y cientos de cadáveres, gente que había sido crucificada o clavada sobre el robusto madero de los oscuros robles, decir que la sangre teñía el suelo era poco, era un pantano de sangre, un pantano donde los insectos del planeta podrían alimentarse sin ningún problema.
Los cuerpos presentaban evidentes signos de putrefacción.

Signos que se complementaban con la expresión de terror y agonía grabadas eternamente en sus expresiones faciales contrastaban con la evidente forma en la que habían muerto, algunos colgados de las siendo sujetados del cuello por sus órganos internos, algunos más con partes restantes, tales eran sus brazos, piernas, ojos, mandíbulas o dedos.
Cabezas amputadas decorando las ramas más pequeñas en las copas de los árboles.
Otros estaban cortados a la mitad, algunos desde la cadera hacia abajo, otros habían perdido la mitad entera de sus cuerpos había sido extraviada, pero ninguno se postraba en el suelo, todos permanecían inertes en sus últimos lugares de reposo, despojados de un entierro digno o una sepultura apropiada, siendo utilizados como una línea, una barrera impenetrable que dejaba en claro que ir más allá de este punto era una muerte anunciada con bombos y platillos.
Siendo aquellos que permanecían medianamente en una pieza el centro de los mismos, empalados en piernas y brazos, como muestra de la supremacía de los espectros sobre este terreno, siendo este bosque su hogar.

Siendo este páramo de cadáveres la línea divisora entre el mundo de los vivos y de los muertos.

―Esos son… ¿la Legión 304 y 309? ―Preguntó Danny rememorando las palabras del capitán Rehuel, los cientos de soldados que fueron enviados a destruir el Qliphoth, cuyas comunicaciones cesaron inmediatamente después de entrar al bosque al igual que sus vidas
―¿Los cientos de soldados que se perdieron en la oscuridad y nunca regresaron? ―Interrogaba notando que todos sin excepción llevaban sus univformes puestos, los valientes hombres y mujeres que trataron de enfrentarse a la noche y cuyos gritos de agonía y horror habían sido sofocados bajo el peso de la larga y oscura noche.

―Sí…―Murmuró Johnathan sintiendo un enorme vuelco en la garganta, incluso él sentía una profunda sensación de repulsión al ver esto, creía que se había desensibilizado después de todos esos años pero, tanta muerte, tanta masacre encarnizada y tanta falta de respeto hacia la vida humana era algo que hasta el más fuerte de ellos no podría soportar.
―Creo que ya sabemos que fue lo que les sucedió…―Murmuró sin más emoción en su interior que una ira creciente hacia los espectros.

Si antes esto había sido una guerra obligatoria, ahora era aún más personal, sin duda… iban a sentir su ira.

―Pero… no entiendo, ¿Por qué los dejarían aquí y así? ―Preguntó Seinma, aparte de ser una advertencia, aparte de ser un monumento a la desmoralización, aparte de ser una amenaza, ¿porqué harían algo tan ruin? ¿Cual era el significado de esta cruel obra de horror que haría a más de uno retroceder mientras pudieran?

―Creo que el mensaje es bastante claro. ―Dijo Johnathan desviando sus ojos hacia Seinma, para nuevamente devolverlos a la pila de cadáveres frente a sus ojos.
―Aquellos que entren aquí, abandonen toda esperanza. ―Dijo aceptando ese desafío, las llamas de su ira no se apagarían jamás, al menos no, hasta la subyugación de los perversos, habían llegado hasta aquí para destruir los Qliphoth y por ende a Hades y no se iban a detener hasta que este monumento a su brutalidad cayera ante sus pies junto con todo su reino.
―Estamos en sus bosques… y ellos son los lobos.

El momento de acobardarse o de arrepentirse se había ido hace 5 días, este era el momento de pelear o morir por un mundo mejor, seres tan ruines como estos no podían seguir existiendo, no iban a permitir que esta guerra se siguiera extendiendo.
Habían hecho un pacto, todos y cada uno ante aquella noche de consuelo, ante las ardientes flamas del advenimiento, un juramento pactado con sangre ante las billones de vidas que se habían perdido a través de todo el universo, un compromiso de evitar que más sangre inocente corriera por los mundos que estaban destinados a defender.
Un contrato firmado con la sangre de cada uno de ellos, un voto de confianza de que esto nunca volvería a suceder…

Un deseo nacido del corazón de los caballeros atenienses… para darle fin a la condena de muerte que el dios del inframundo había impuesto sobre toda la humanidad.
La humanidad de la que tanto deseaba deshacerse, de la que tanto tiempo había buscado su completa aniquilación, esa humanidad que tanto anhelaba despedazar hasta que no quedará ni un rastro de su huella sobre el universo, el universo que tanto deseaba poseer.

Un pacto, para que nunca más se tuviera que experimentar la misma desolación que ahora se sentía.
Nunca más…
Nunca jamás…
Nunca… Por los siglos que a la humanidad le quedará de vida.

Ese era el Anhelo que Todos los Guardianes al igual que la diosa que los comandaban compartían, un universo repleto de Paz.

Mientras tanto… en otro sitio…

Los espectros poseídos resguardaban el perímetro, sus ojos emblanquecidos observaban a todas direcciones, desorbitados, cubiertos de una capa pálida que les permitía ver cualquier señal de calor cercana o lejana, al ser poseídos y no espectros reales, su única directiva era ser un escudo de carne que se encargaría de la primera ofensiva frontal.
Mientras que los que se encontrarán en puestos más altos o en la zona interior tuvierán la oportunidad de emboscar a los intrusos.

Aunque ninguno de los presentes se esperaba que un hombre solitario llegará corriendo, portando entre sus manos un rifle de asalto, comenzando a disparar ronda tras ronda de disparos, los poseídos que se encontraban cerca miraron con atención a este hombre, cuyo uniforme militar resaltaba corría hacia ellos sin ningún plan aparente, eliminando a varios de sus compañeros en el proceso.
Lo cual no duraría por mucho ya que las balas que atravesaron sus cráneos o pechos saldrían del otro lado permitiéndoles regenerarse rápidamente.
Lo que no esperaban era que este hombre lanzará una granada hacia ellos haciéndolos estallar.

Los poseídos comenzaron a aglomerarse como una horda hambrienta de carne y sedienta de sangre.
Este hombre tan valeroso comenzó a disparar nuevamente logrando tirar avarios de ellos casi al instante, tomando otra granada de su cinturón quitando la argolla de seguridad para acto seguido lanzarla hacia ellos, separándolos y despedazándolos.

Él corrió hacia una roca deslizándose por el suelo, tirando el cargador de su rifle de asalto, siendo sorprendido por un poseído el cual llegó a su lado pero antes de que sus mandíbulas pudieran cerrarse en su cuello él metió una granada en su boca, para acto seguido patearlo, sacar su pistola de plasma y dispararle directamente en la cabeza haciéndolo estallar en mil pedazos junto con otros dos poseíodos que estaban junto a él, finalmente se cubrió nuevamente tomando otro cargador listo para enfrentarse a los espectros, escuchando unos fuertes pasos a su lado, la caballería había llegado para socorrerlo.

En la cordillera de Neo Galilea sombras pasaban rápidamente de puesto en puesto, avanzando rápida y sigilosamente pasando desapercibidos, podían ver enemigos patrullando la zona desde puestos altos y bajos.
No parecían ser complicados pero de nuevo, estaban hablando de espectros, ser impredecibles, agresivos y despiadados era parte de su naturaleza, parte de aquella naturaleza ruin que les había sido implantada en el cerebro cuando despertaron por primera vez entre las llamas del infierno, para su fortuna la mayoría de ellos compartía una única neurona, por lo que escabuirse detrás de ellos y cortarles la cabeza fue un trabajo sencillo.

Siguieron el camino estrecho hasta encontrarse con más resistencia, no había problema, pues siendo tan rápidos como una bala los caballeros de acero se posicionaron detrás de ellos eliminándolos de un limpio corte, aunque podría haber sido más limpio si para asesinarlos no hubiese sido necesario cortarles la cabeza.
Podían asegurar que muchos de ellos seguían medianamente vivos, medianamente siendo la palabra con la que trabajar, los poseídos eran una mente colmena pero aún compartían rasgos humanos, los habían visto retorcerse y actuar de forma errática, esa era su individualidad tratando de tomar control del cuerpo del que habían sido despojados.

Mientras más se iban acercando más poseídos iban derrotando, dejando un camino de cadáveres detrás de ellos, o al menos eso dirían si segundos después de cortarles la cabeza o los cortarán en pedacitos estos no comenzarán a desvanecerse en el viento, como cenizas en una hoguera.
Finalmente los divisaron a la distancia, los 3 Tanques Python de última generación, a su vez un vehículo terrestre tipo Panther, 3 ruedas una torreta donde un artillero se podía montar y causar un enorme alboroto y más a lo lejos pudieron divisar el equipo de combate de toda la unidad, la armería completa si podía decirse de esa forma.

Ni cortos ni perezosos comenzaron a limpiar la zona, cortando y troceando a los enemigos uno a uno, los espectros poseídos comenzaron a ser despachados, aquellos que se encontraban en los vehículos pesados no comprendían lo que ocurría hasta que las escotillas comenzaron a ser forzadas por las manos biomecánicas de los soldados de acero.

Una vez el líder del equipo se deshizo de los espectros dentro del Tanque dio la orden a toda la unidad de comenzar a saquear el lugar, ocasión que aprovechó para enviar el mensaje al sargento Martín, quien observaba desde la distancia con sus binoculares.

― "Ces magnifiques fils de pute me rendent fier. " ―(Esos magníficos hijos de perra me hacen sentir orgulloso) Murmuró tomando su fusil de pulsos, comenzando a correr en dirección del comandante de los soldados de acero que habían limpiado a todo un escuadrón de poseídos.
―Parece que se divirtieron Lawrence…

―Lo hicimos señor, tenemos los Python. ―Dijo dando la orden a sus compañeros de comenzar a mover los blindados en posición de ataque, directo hacia la entrada de la antigua ciudad de Nueva Aracena.

―De eso me di cuenta, además me estoy percatando que tienen juguetes nuevos. ―Decía observando las armas pesadas que habían logrado recuperar, podía contar al menos 4 lanzacohetes, varios rifles de asalto, varias carabinas de pulsos, fusiles de plasma, cañones electromagnéticos y lo que más le llamó la atención un cañón de energía concentrada.

―Recién salidos de la caja Sargento. ―Dijo uno de los soldados abriendo una de las cajas más grandes, al verla no pudo evitar sonreír por debajo de su casco, esta cosa era maravillosa, era pesada, difícil de operar, tenía el retroceso de un toro y era perfecta para despedazar espectros, pues esta misma podía cortar a través del acero y el metal como mantequilla.
―Tome, un regalo. ―Dijo sacándola del estuche, entregándosela al comandante de esta operación, sin dudas él le daría mejor uso que cualquiera de los presentes.

―Ohhhh, ¿para mí? No te hubieras molestado, que gran detalle. ―Dijo tomando el arma y pulsando el botón que aseguraba el mecanismo interno, tomando la empuñadura lateral con firmeza y el accionado superior con fuerza, jalando ambos hacia atrás y quitando el seguro con el botón superior, haciendo que el arma se encendiera, haciendo girar lentamente los tres cañones frontales los cuales se encontraban expandidos hacia arriba, solo para que cuando comenzarán a girar estos se juntarán en el centro, generando enormes cantidades de energía inestable, esto sin duda haría un enorme daño. ―Ahhh, nada me levanta el ánimo como el olor del plasma por la mañana. ―Dijo provocando una carcajada en común entre todos los soldados de acero, el humor del Sargento y la adquisición de estas armas era una buena motivación para la dura batalla que les esperaba.

―A todos nos gusta ese olor señor. ―Dijo el soldado de acero, quien había tomado uno de los lanzacohetes y munición, sin duda las cosas se les facilitarían mucho de ahora en adelante.

―Sin duda fue una buena idea venír a ocupar todo esto. ―Dijo una de las soldados de Acero con nombre y Número de identificación: Petra-068 quien seguía extrayendo municiones de una de las cajas más cercanas, encontrando a su vez un scorpion, uno de los lanzagranadas más poderosos de la armería, ansiosos estaban de reventar cabezas de espectros con estas armas.

―Dale las gracias a la señorita cuando regresemos, fue su idea de todas formas. ―Comentó cargando el enorme cañón de plasma líneal sobre su hombro, siendo asistido por uno de los soldados de acero que ni corto ni perezoso lo ayudó a subir a uno de los Python.

―Sí señor. ―Comentó el Soldado de acero, cuyo nombre y números eran Carlo-988 quien llevaba en su espalda una escopeta y en la derecha un rifle de asalto, sin duda una excelente combinación para el combate cercano.
―¿Ahora que hacemos? ―Preguntó observando como se adentraba al tanque dejando expuesto solo la mitad de su cuerpo, adoptando la posición del artillero de la torreta secundaria.

―Ahora va la fase dos del plan. ―Dijo dando la indicación al piloto del Tanque para que movierá el cañón del enorme vehiculo blindado hacia la sombra del Qliphoth, sin duda quería ver que tan capaces eran estos bebés de hacer daño a la estructura de esa enorme cosa fea.
―Vamos a hacer un poco de ruido, ¿les parece?

―Me leyó la mente Sargento. ―Dijo la soldado de acero, colocándose nuevamente su casco, preparándose al igual que todo su escuadrón para la batalla sería un largo día, ¿que mejor que comenzando a lo grande?

―¿Que les puedo decir? "Je sais ce que les dames aiment." ― (Yo sé lo que les gusta a las damas.) Dijo sonriendo, tal vez ningúno de ellos saldría vivo de esta, pero si podían darle aunque fuera un minuto de ventaja a los caballeros de Athena lo valía.

Con eso pues, era momento de comenzar con el asalto.
La operación Leñador, que pese a su nombre tan poco original y falto de creatividad sería la gran victoria de la humanidad o una Trágica derrota más.
Fuera lo que fuera el resultado, lo aceptarían con la frente en alto.

Mientras tanto… del lado de los Guardianes.

Los Seis caballeros se mantenían a la espera, vigilando constantemente sus alrededores, tratando de no cruzar la línea de cuerpos que delimitaba el territorio de los espectros, el Sargento Martín les había dicho que él y su equipo les darían la señal para comenzar la batalla, pero no estaban completamente seguros de cómo lo harían teniendo en cuenta que no tenían un enlace directo a sus comunicaciones y que la radio se encontraba destrozada actualmente…
Tal vez habría sido una buena idea haber esperado a que les dijese algo más, o que les dijerá cual era la señal para actuar, pero justo en este momento estaban tratando de descifrar si este era el momento para actuar o no, lo cual hacía quedar en tela de duda las acciones que debían realizar en estos instantes teniendo en cuenta que no habían hecho nada desde que llegaron al "Muro" de carne.

La separación entre el Qliphoth y el reino de los vivos, mientras que inspeccionaban la zona en búsqueda de enemigos debatían cual era el siguiente paso a seguir, implicando por supuesto que tuvieran un plan de acción por lo menos.
Sabían como matarlos, ahora solo quedaba la parte complicada, que era enfrentarse a ellos en combate para asegurarse de que lo que inteligencia Naval decía era una verdad esperanzadora.
O una cruel mentira.

―¿Deberíamos esperar una señal o atacar inmediatamente? No sé la verdad.― Interrogaba Seinma inseguro de que procedía en esta situación, estaba seguro de que habían dicho algo en clase sobre los protocolos militares y esas cosas, pero no podía recordarlo en este momento y mucho menos ahora… maldición este era el peor momento para olvidarse de las cosas, si tan solo hubiese puesto más atención en clases.
―El sargento fue demasiado ambiguo con esa parte. ―Añadía tratando de rememorar algo que hubiese dicho con anterioridad, nada destacable en verdad más que el hecho de que debían prepararse para el asalto.

―Sería más fácil si pudiéramos ubicarnos, no sé ni donde estamos o a donde vamos, pensaba que ya sabíamos cuál era la ubicación de las raíces, pero aquí todo es igual. ―Comentaba Johnathan mirando a su alrededor, si ubicarse en tierra cuando aún podían ver sus alrededores ya era complicado ahora más que su visión era constantemente obstruida por árboles lo hacía un poco peor.

―Desde aquí no veo nada. ―Mary decía desde la punta de un árbol, tratando de localizar las zonas de interés, pero desde aquí todo se veía igual, con cláras excepciones a lo lejos pero nada que pudiera ayudarla a localizar las raíces.
―Si tan solo pudiera adquirir una posición más elevada podría ayudarnos a ubicarnos. ― Comentaba dando un salto del árbol, bajando a ver como estaban todos los demás, no mucho había cambiado pero aun así mientras más puños estuvieran apostados en la batalla mayor era la probabilidad de éxito.

―Hasta donde recuerdo seguimos en la parte sur del Bosque así que no hay mucho problema. ―Danny decía rememorando todos los pasos que había hecho hasta este momento, tener buena memoria era una bendición, lástima que lo mismo no ayudará mucho cuando se encontraban buscando raíces que lo más probable era que estuvieran bajo tierra, lo cual la hacía preguntarse… ¿cómo demonios las habían localizado en primer lúgar?
―Pero lo que no puedo es determinar nuestra ubicación actual, ahhh… si tan solo tuviéramos un mini mapa. ―Comentaba pensando en los juegos de video que solía jugar John, tener un radar activo o un mapa pequeño constantemente en verdad sería de gran utilidad.

―O un radar, eso ayudaría mucho en esta situación. ―Decía John apoyando esa idea, sentír cosmos era genial, pero ver el movimiento del objetivo en tiempo real era aún más útil cuando no sabías donde se ocultaban, así podías anticiparte antes de tiempo.

―Nuestro único punto de referencia es esa cosa... ―Comentaba Benjamín apuntando hacia el cielo, directamente hacia el árbol del inframundo, era un punto de referencia constante que no se iba a retirar hasta que fueran y lo destruyeran.

―Punto de referencia… ¡eso es! ―Danny dijo golpeando la palma de su mano izquierda con su puño derecho, obteniendo una increíble idea por lo que el santo de Cisne había dicho, sin mencionar la clara presencia del Qliphoth, podrían ubicarlas rápidamente si amplificaban aún más sus horizontes.

―¿Obtuviste una idea? Dime que tienes una idea por favor. ―Pedía Seinma un tanto desesperado de estar sin hacer nada en este bosque.

―Sí, mira nos estamos dejando guiar demasiado por nuestros ojos pero no por nuestros sentidos. ―Comentaba a todos los del equipo mirándolos con atención, lo que decía en un inicio no parecía tener sentido, más por el ente gigante que constantemente los estaba alertando del peligro frente a ellos.

―Sí, es por que toda la zona apesta a muerte y el Qliphoth no nos deja sentir otra cosa. ―Comentaba Johnathan remarcando más aún la verdadera razón del porqué nadie había pensado antes en utilizar el cosmos.

―Exacto, debemos aislar las frecuencias cósmicas más poderosas y centrarnos en las más débiles. ―Danny decía como si fuera lo más natural del mundo, el problema era que el Qliphoth generaba demasiada energía hostil, lo que provocaba que aunque pudieran diferenciar muchos cosmos ese fuese el más prominente de todos, lo cual obligaba a que todos sus sentidos se enfocarán en él.

―¿Y como hacemos eso? ―Preguntó Benjamín apenas comprendiendo su punto y es que aunque podían identificar cosmos agresivos y del enemigo el Qliphoth generaba tanta energía oscura a su alrededor que bien podría estar camuflando a todos los enemigos de la zona, demonios podrían estar completamente rodeados y apenas podrían notarlo.

―Me alegra que preguntes. ―Respondió la más joven de los herederos alzando su dedo indice y guiñando el ojo, aunque nadie estuviera completamente seguro de que era a lo que ella se refería harían el intento por hacerlo, Danny nunca les había fallado anteriormente y ciertamente no iba a empezar a hacerlo ahora.
―En la casa de géminis, alguien recuerda como logramos pasar el laberinto. ―Era imposible olvidarlo, habría sido una maldita tortura si ella no habría dejado ese mensaje impreso en el suelo por suerte ella había conseguido comprender el desafío antes de que otros quedarán atrapados eternamente…. O bueno hasta el final del desafío del santuario.

―Sí, cerramos los ojos y dejamos que nuestro cosmos nos mostrará el camino correcto. ―Respondió Johnathan, pero aunque esa técnica pudiera funcionar ahora la realidad era que al cerrar los ojos solo podrían ver la enorme sombra oscura del árbol divino.
―Pero no creo que eso nos ayude en esta situación en especial teniendo al elefante de 90 metros de altura obstruyendo nuestros sentidos. ―Y tenía razón sería imposible detectar algo medianamente bien con el Qliphoth siendo lo que obstruía todo, incluyendo va visión cósmica con los ojos cerrados.

―Por eso, dejemos de fiarnos del sexto sentido… debemos concentrarnos en el Séptimo. ―Danny dejó a todo el mundo mudo ante la revelación, no hace mucho la mayoría sino que todos habían conseguido despertar el Séptimo sentido y con ello una nueva forma de ver, comprender y entender el cosmos como lo hacían.

―Ok te escucho. ― Finalmente Johnathan junto con todos los caballeros de bronce y plata presentes comenzaron a prestar su total atención, el recién descubierto séptimo sentido les era un total misterio siendo una habilidad totalmente nueva, ninguno estaba totalmente familiarizado con el, por esa razón tenían que escuchar con atención lo que ella tuviera que decir.

―Todos sintieron un cambio en sus cosmos, ¿no es así? ―La pregunta no dejó indiferente a nadie, por supuesto que todos pudieron sentir algo nuevo, algo que agudizaba cada uno de sus sentidos y los transformaba, ofreciéndoles la posibilidad de ver más allá de lo invisible para el ojo humano normal, experimentar sensaciones y mementos que serían imposibles para un ser humano normal, en cualquier situación posible.
―Sintieron un cambio repentino en el como percibíamos nuestro entorno, la percepción del espacio a nuestro alrededor, como si escucháramos y viéramos todo lo que se movía a nuestro alrededor. ―El despertar para algunos fue abrupto dando poco tiempo para la apreciación, mientras que para otros fue un momento de catarsis y contemplación, pero dentro de todo fue el instante en el que pudieron sentir a todo el universo respirando en sus oídos.
―Yo podía sentir como si todo a mi alrededor respirará, ¿tiene sentido lo que digo?

―Sí. ―Respondió John creando cohesión con lo que Danny le decía, él también había podido sentir algo, más allá de una fuerte energía recorriendo todo su ser, pudo sentir otra cosa, más allá del dolor o la sorpresa inicial pudo sentir no solo una sino algo, las llamas del mundo ardiendo en armonía.

Caótica, frenética, pero a la vez en una sinfonía de armonía que estaba constantemente en comunión con cada objeto, cosa, animal, planta o ser viviente, consiente, sempiterno.
El poder de sentir el universo moviéndose a su alrededor, respirando, cantando, brillando como un aglomerado de llamas que tenían un propósito y una razón de existir en este universo, todo lo que creaba dicha armonía podían sentirlo a través del despertar del séptimo sentido.
Aquél que se posaba sobre todos los 6 primeros inclutendo el Cosmos.

―Bueno, pero algunas respiraciones eran más traquilas, otras más agresivas y unas más prominentes. ―Comentaba Danny rememorando su primera experiencia, para ella fue el sonido, la vibración de todo ser viviente o estático, el cual provocaba un flujo diferente a todos los demás.

―Yo veía diferentes tipos de colores dentro de mi mente. ―Respondió el caballero de Dragón, recabando la información de aquél día que él despertó su séptimo sentido.

―Y yo vibraciones de diferentes tonos. ―Benjamín respondió rememorando las formas de cada ser vivo que se presentaban como notas musicales, tal vez era por su afinidad con las melodías pero así era como lo pudo percibir ese día.

―¡Exacto! Debemos concentrarnos, concentrarnos en el séptimo sentido. ―Danny respondió emocionada, ahora que podían ver el mundo con aún más afinidad, debían aprovecharlo para poder encontrar las raíces del Qliphoth y con eso mismo poder destruirlas.
―Ver el mundo, no a través de nuestros ojos, pero a través de nuestra mente, ver el mundo por medio de nuestros demás sentidos amplificados por medio de nuestro séptimo cosmos. ―Declaraba tratando de convencer a sus compañeros de equipo, quienes aún no estaban completamente seguros de si eso funcionaría.

―¿Y como sabremos cuales son las raíces? ―Preguntó Seinma inseguro de que esto fuese a funcionar, pero… demás no quedaba si podían utilizar esta habilidad para poder localizar sus objetivos y destruírlos.

―Lo sabremos cuando las veamos. ― Dijo la Saintia de Andrómeda pidiendo la cooperación de todos en esto, si querían encontrar a sus objetivos debían concentrarse todos, esto no era una operación de una sola persona sino de todo el escuadrón de guardianes.
―Concéntrense…―Pedía cerrando sus ojos pidiendo las manos de sus compañeros, no estaban completamente seguros de esto, pero sus confianzas estaban completamente apostadas en ella, ocasionando que John tomara su mano derecha, Seinma la Izquierda y entre todos hicieran un circulo, con benjamín solo bastó tomar sus brazos, no había necesidad de tocar sus manos por obvias razones.

Los seis comenzaron a concentrarse, haciendo elevar sus cosmos mientras que a su alrededor las cadenas de Andrómeda se expandían creando un circulo a su alrededor, creando un campo de protección en caso de ser necesario.
Enfocándose en despertar de nueva cuenta el Séptimo sentido, ya lo habían hecho antes, si se enfocaban podrían lograrlo de nuevo, solo debían centrarse, poner cada uno de sus sentidos en marcha y esperar a que apareciera ese milagro que cada humano podía despertar a través de renunciar a uno de sus sentidos afinando los demás hasta el máximo.

Comenzando a sentirlo, a escucharlo, olerlo, percibirlo y verlo a travez de sus mentes, la energía viva en cada ser, el contacto con aquello que podía ser descrito únicamente como: El despertar del Séptimo Cosmos, la esencia viva en cada ser de este universo, respirando, ardiendo fluyendo, vibrando o resplandeciendo con luz propia.

―Percibo algo… varias luces miles de hecho, se mueven rápido hacia una dirección en concreto. ―Decía Johnathan apreciando las llamas de la vida, de seres que se movían a lo lejos, pero ante el nuevo cosmos se sentían tan cerca de él.

―Esos deben ser los soldados republicanos. ―Comentaba Danny reconociéndolos, podía percibir la vida de todos, pero más el espíritu valiente del Sargento Martín que lideraba dicha escuadra.

―Puedo ver algo una enorme mancha oscura… y… varias de color gris que se asemejan a árboles. ―Decía Mary levantando su rostro, en sí ella podría ver más allá con sus propios ojos, el cosmos de águila se lo permitía, pero por ahora quería seguir las instrucciones de la joven Saintia, para ver si eso la ayudaba a mejorar su propia visión cósmica.

―Ese debe ser el Qliphoth y el bosque, sigan buscando. ―Pedía Danny tratando de hacer su parte ella también, todos estaban en esto juntos y todos harían lo suyo para ubicar las raíces, nadie se quedaría atrás en esta búsqueda.

―Escucho varias entonaciones, algunas más agresivas que otras…―Decía Benjamín, reconociendo los sonidos que provocaban las vidas de sus compañeros, las pulsaciones de sus corazones en sincronía con el cosmos.
―Sobre todo una enorme que proviene de un solo lugar. ―Comentaba escuchando un sonido repugnante, parecido al que provocaba un piano en una nota muy baja y poco sofisticada.

―Esos son nuestros enemigos…―Comentó Danny sintiendo lo mismo.

―¿Y tú que ves Seinma-san…? yo… yo veo…―Fue entonces que Shinryū pudo ver algo más, algo más allá de las sombras del bosque y de los demás seres que se encontraban en este sombrío bosque, enormes siluetas carmesíes que parecían moverse, pero que en realidad no lo hacían.
―Puedo ver siluetas… las siluetas de todos, y veo… algo que palpita, son varias cosas… se encuentran en el suelo, parece que respiran pero… no lo hacen en realidad, más bien parecen el palpitar de un corazón. ―Trataba de explicar, pero mientras más los observaba menos agradable parecían, eran grotescos, ¿que era lo que estaba sintiendo con su cosmos?

―Yo también los veo… son pequeños y de color rojo carmesí, son… asquerosos. ―Comentaba el caballero Pegaso observándolas detenidamente, parecían gusanos… no… más que eso, parecían sacos enormes de carne que se movían de forma lenta pero sincronizada.

―Su pulso también es entrecortado pero rítmico, ¿que es esa cosa…? Es sumamente asquerosa. ―Decía Benjamín escuchando lo mismo que ellos dos, eran series vivientes pero a la vez producían el sonido de un violín en una nota aguda, que no dejaba de repetirse una y otra vez, volviéndose un sonido siniestro que le helaba el alma.

―Esos… esos deben ser. ―Danny finalmente pudo enfocarlos y al apreciarlos con detenimiento sin duda eran diferentes a todos los demás, un sonido que solo podría ser descibido como ignominioso, cortante y poco agradable, el sínodo… de un catalizador de energía oscura.
―¡Las raíces del Qliphoth! ―Dijo abriendo sus ojos de súbito, ya los tenían ubicados.

―¡Ya las tenemos! ―Dijo Seinma felíz de que hubieran podido encontrarlas, ahora el camino sería más sencillo debido a eso, aunque aún quedaba una única duda respecto a todo esto.
―¿Entonces esperamos a una señal o…?―Tan pronto comenzó a formular la pregunta une estruendo ensordecedor se escuchó por todo el bosque, alertando las parvadas de cuervos que aún permanecían dentro del lugar.

Al mirar hacia arriba los Seis pudieron ver una fuerte explosión que chocó contra la barrera del Qliphoth, la cual fue seguida por otra explosión impactando debajo de donde aquél proyectil había chocado, contando con un tercero que finalmente dio fin a la serie de estallidos.
No faltó mucho para que a lo lejos varios disparos comenzarán a tronar, la batalla ya había empezado y podían apostar que esos eran el equipo del Sargento Martín y su equipo ofreciendo cobertura de fuego a todos los encargados de destruir las raíces.

Los muchachos no necesitaban palabras para reconocer que esa era la señal para comenzar con la operación, pues si ellos habían escuchado eso, cualquier enemigo a 80 kilómetros a la redonda también lo había escuchado, por lo que debían apresurarse a acabar con sus objetivos de inmediato.

―Huh… Creo que esa es la señal. ―Murmuró John observando a la distancia, bajando su mirada hacia sus compañeros quienes ya estaban más que preparados para el asalto al Qliphoth.
―Ya saben que hacer, ¿no? ―Preguntó a todos alrededor suyo quienes al igual que él poseían una mirada repleta de seguridad y determinación.

―¡Sí! ―Respondieron todos al unisono, asintiendo con la cabeza, ocasionando que las respectivas tiaras de sus armaduras se colocarán sobre sus cabezas.

―¡Sepárense, Diríjanse a las raíces de inmediato! ―Exclamó dirigiéndose hacia su raíz correspondiente junto con su prima.

―¡Entendido! ―Exclamó el resto del equipo haciendo lo mismo que su líder, el último momento de calma antes de la batalla había durado poco, era hora de la acción.

Los Seis caballeros comenzaron a correr siguiendo sus instintos, guiados de la mano por el Sexto Cosmos, mientras que del otro lado del conflicto, los soldados de acero y republicanos se enfrenataban a muerte contra los espectros, disparando ronda tras ronda de munición cinetica y de plasma.
La munición cinética o como muchos lo conocían la munición principal seguían siendo las balas de toda la vida, polvora y plomo infalibles al momento de un tiroteo.

Mientras sus equivalentes energéticos o mejor conocidos como "plasma" eran una versión más refinada del concepto balista, armas que funcionaban con energía eléctrica o incandescente, proyectada a travez de un cañón de fusión, el cual se proyectaba fugazmente hacia adelante como un rayo de energía sumamente volátil y peligroso, el cual con un solo disparo podría destrozarle la cabeza a un individuo.

Eso junto con la fuerza incandescente de sus disparos era más que seguro decir que podían causar un daño interno y externo, no solo te podrían causar una quemadura de tercer grado, sino que también podían causar un daño irreparable a los órganos internos.
Los disparos de armas Lazer causaban aún más daños al ser un solo disparo de energía concentrada, podía partir a la mitad a cualquier persona en un solo instante.

En eso se había vuelto esta batalla, millones de balas y disparos de plasma cruzando el campo de batalla, causando estragos por todos lados, incinerando perforando y destrozando todo lo que tocaban.
Los poseídos se acercaban con intenciones de devorar a todos en el acto, mientras que disparaban sus armas hacia los enemigos en un intento por debilitarlos y así hacerse con sus suaves y deliciosas carnes, pero antes de eso debían primero pasar ante el muro de balas frente a ellos.

Puede que ellos fueran una fuerza imparable, pero ellos serían el objeto inamovible que detendría el avance de dichos seres nacidos de la oscuridad.

Tomando la delantera mientras que los soldados retrocedían, era un infierno y se iba a poner peor si los equipos de destrucción de raíces no se apuraban.
Las explosiones de granadas de fragmentación contrataban con el sonido de las armas detonándose, creando un continuo sonido de estallidos, impactos y alaridos en todas las direcciones posibles, hasta ahora ningún soldado de acero o republicano había caído, pero no tardarían, a medida que seguían sonando los disparos y las explosiones más poseídos seguían saliendo de todas partes del bosque, si la idea era atraer toda la atención de los alrededores a ellos lo habían conseguido, ahora era el momento para que los equipos que harían estallar las raíces se apresurarán a destruirlos, de lo contrario lo único que iban a recuperar después de la batalla serían más restos y restos de sus compañeros caídos.

Cualquiera diría que si una legión de más de 500 soldados no pudo contra todo un bosque oscuro, menos lo harían un puñado de soldados sobrevivientes al descenso, quienes eran mucho menos que aquellos que fueron enviados a esta misión cuando las cosas apenas comenzaban, menos aun siendo al menos 90 guerreros que habían sobrevivido a un infierno para ingresar a otro peor.
Pero la fe que tenían sobre los caballeros y sobre el plan del Sargento Martín era mucho más fuerte que el miedo a ser devorados vivos para después a ser clavados en los árboles como una señal de advertencia.
Bien se decía que en tiempos de crisis la gente buscaba algo en qué poner su fé.

Y en estos tiempos, no era necesario decir que la fé era lo que movía a todo el mundo, en épocas tan oscuras, donde el miedo controlaba el espíritu de los más fuertes.
Aquellos que se levantarán ante la opresión y ondearán la bandera de la libertad y la justicia, eran los elegidos para ser seguidos, más allá de las llamas del infierno, más allá de la profunda oscuridad.
Por supuesto, más allá de este camino de cadáveres que había dejado esta cruel guerra entre dioses y humanos.

Mientras que por el lado del Sargento Martín los vehículos blindados estaban sirviendo de maravilla, los disparos de los Python lograban despedazar legiones de poseídos uno tras otro, la desventaja de los tanques eran vehículos pesados, cuya movilidad era poca o nula, para centrar a los enemigos el cañon se tardaba casi un minuto entero en tomar posición de tiro, lo cual llegaba a ser un tanto problemático si llegaban a amontonarse, aunque el sistema de recarga fuera automático debían cuidar las municiones y aprovechar las torretas automáticas al máximo, por otro lado el Panther lograba recorrer una distancia considerable a gran velocidad.

No por nada les llamaban Panthers, rápidas, poderosas, implacables, todo terreno, fácilmente manioblables y que se adaptaban rápidamente ante cualquier terreno, con una torreta de munición cinética que podría partir un árbol a la mitad por la velocidad en la que sus 6 cañones disparaban al girar rampantemente.
Eran el mejor apoyto terrestre que podrían tener, con un hombre en el artillero, uno más en el asiento del copiloto otro en el asiento del conductor y uno más apostado en el compartimiento trasero, disparando un poderoso láser de energía hacia los enemigos despedazándolos casi al instante de ser tocados por el rayo, todos estaban haciendo su parte para contener a la horda, quienes se acercaban más y más, escuchando sus desgarradores chillidos a lo largo y ancho del bosque, mientras corrían en dirección del ruido ensordecedor de las armas en búsqueda de los invasores para obliterarlos.

Los soldados de acero que alguna vez parecieron inútiles ante esta situación, ahora daban todo de sí mismos para ser la distracción perfecta y darles tiempo a los caballeros como a sus demás compañeros republicanos de dirigirse hacia las raíces y demolerlas, así su sacrificio, necesario o no pudiera darles por lo menos un segundo de ventaja ante la cruel batalla que se cernía ante ellos.
Siento el Sargento Martín quien comandaba a todos, dando ordenes precisas y efectivas sobre posicionamiento y estrategia en tiempo real, manteniendo a sus soldados ocupados.
Mientras que él también se dedicaba a disparar ronda tras ronda de munición de Gatling, un arma sumamente poderosa que demostraba lo temible que eran en verdad los Python.

El arma que su soldado le había dado aún no entraría en juego, a menos que la situación comenzará a írse directamente al demonio, allí sí sería el momento para utilizar su juguete nuevo, mientras tanto debía asegurarse de que los espectros no se acercarán más allá de la zona que habían logrado asegurar tanto él como sus soldados de acero.
Estaba totalmente seguro de que el ruido que estaba ocasionando él junto con su equipo sería suficiente para atraer a todo espectro que se encontrará en el bosque en ese momento.

¿Pero a él le preocupaba? Por supuesto que no, por qué el Sargento Martín podía ser todo excepto un cobarde, lideraría a este equipo al infierno y de regreso, por qué cuando un líder era fuerte en el campo de batalla, hasta el demonio mismo temería de aquél hombre que mirará a los ojos de la muerte y en lugar de temer o rogar por su vida.
Sonriera y aceptara el desafío como si se tratará de una apuesta.
Como un estafador que no le tenía miedo a vivir al límite cada día de su vida, reconociendo que la muerte siempre estaba al acecho.

No iba a detenerse, ni siquiera muerto lo iba a hacer, hasta que todo el infierno cubriera la tierra, el cielo, el sol y las estrellas, él era el mensajero y el mensaje era más claro que el agua.
Si guerra era lo que querían estos malditos espectros, Guerra les iba a dar.

A lo lejos la batalla era escuchada por los caballeros de bronce, quienes no podían sino admirar la tenacidad de los soldados de acero, como del Sargento Martín, en verdad estaban dando la batalla de sus vidas… Pero lo mejor era no hablar antes de tiempo.
Las cosas siempre podían llegar a salír mal en cualquier momento de la batalla, los espectros solían ser impredecibles, las tácticas de batalla que se les había enseñado a seguir debían ser suficientes, pero había un pequeño gran problema y ese era que…

No Podían descuidarse, así como bien podían haber espectros de rango bajo custodiando el Qliphoth, un espectro de rango medio, alto o peor aún, un maldito Juez, en su nivel actual podrían derrotar a un espectro de rango medio, tal vez si jugaban sus cartas con destreza, precaución y mucha estrategia lograrían abatir a un espectro de rango alto…
Pero un Juez, no eran ajenos a la situación, de hecho serlo habría sido una enorme negligencia por parte de todos, entre los más fuertes de la legión dorada los que más se habían acercado a matar a uno habían sido Sora, Genki, Sovek y Alexander.

Pero a cambio, la mayoría sino que todos estuvieron a punto de morir, ningúno de ellos salió ileso, todos quedaron al borde de la muerte, con cicatrices físicas o mentales con las que aún trataban de lidiar
Abatir a un juez independientemente de si luchaban juntos o no, sería una cuestión de suerte más que de habilidad en sí mismo.

Los Seis caballeros de Bronce debían mantener la compostura, las probabilidades de encontrarse a un juez del inframundo en este Qliphoth eran de 38%, lo cual significaba que las probabilidades seguían estando de su lado, pero seguía sin ser un 0 totalmente.
La precaución nunca había sido una prioridad tan asequible como en estos momentos, por lo que, mientras los disparos siguieran sonando a lo lejos debían actuar rápido y con cautela.

―Si que están dando una buena pelea allí.― Comentaba Johnathan, dirigiendo su mirada hacia el noroeste, donde la batalla refulgía con un horrido estruendo de poder que lograría desgarrar el cielo mismo del imponente eco que todos esos disparos y cañonazos ocasionaban a la lejanía.
―Huh… si tuviera que apostar, ese es el Sargento Martín junto a toda su escuadra, ese hombre sí que tiene bolas de acero. ―Comentaba el caballero del Fénix observando en dirección a donde los atronadores disparos y estallidos resonaban, en verdad estaban dando todo en batalla.

―¿Crees que estén bien? ―Interrogó Danny preocupada por el cómo se escuchaba la batalla a la lejanía, sin duda era aterradora, aunque no podían verla, podían imaginarse que estaban dando cuerpo y alma para detener a los poseídos. ―¿Crees que deberíamos ír a ayudarlos? ―Interrogó insegura, no era que no confiará en los soldados de acero o en el Sargento Martín, era que la fuerza de los espectros era abrumadoramente mayor y apenas eran los suficientes para contrarrestarlos.

―No, no. Apegate al plan, ellos están haciendo su trabajo para que nosotros podamos hacer el nuestro. ―Pedía John a Danny tratando de calmarla, incluso ella debía entender que esta táctica les estaba ofreciendo una abismal ventaja ante el enemigo.
―Además, si nos desviáramos más lo que ya lo hicimos es probable de que todo esto termine muy mal, ¿entiendes? ― Preguntaba observándola a los ojos los soldados de acero eran catalogados como temerarios, incluso como suicidas, pero esto reafirmaba que al momento de luchar utilizaban todas sus fuerzas para asegurar una victoria contra todas las probabilidades.

Danny bajó su mirada, por supuesto que lo entendía, en el ajedrez había utilizado esta misma táctica para ganar en un par de ocasiones, enviar a la mayoría de las piezas hacia la ofensiva, para permitir que las más fuertes avanzarán por el tablero y asegurar el Jaque.
De otra forma, incluso la mejor ofensiva se vería opacada por una defensa tan sólida, aún así estaban hablando de personas y no piezas de un juego, la vida tenía valor pero en este caso la victoria eran más importante que las miles de vidas que se perdían o que se estaban perdiendo ene estos instantes, ganar o perder se decidían por cuanto estaban dispuestos a arriesgar y sacrificar sin importar el costo.
La victoria había dejado de ser una opción a convertirse en prioriedad, la razón por la que se encontraban aquí no era una cuestión arbitraría de lo que estaba bien o mal.

La razón por la que estaban aquí era para hacer lo que iban a hacer, el método y la ejecución no importaban en lo absoluto.

― Sí, lo entiendo… Solo espero que logren hasta que podamos destruír las raíces y entonces…―En ese momento las cadenas de Andrómeda dejaron de apuntar hacia el Qliphoth, para comenzar a actuar erráticamente apuntando hacia todas direcciones.
―¿Eh? ―Danny miró con sobresalto, sintiendo como sus cadenas detectaban hostiles cercanos a ellos, la sensación de estar en peligro se disparó violentamente apenas sus miradas se volvieron a cruzar.

―Eso no suena bien…―Murmuró el Fénix, para que acto seguido un cadáver viviente atacara por la derecha de Johnathan obligándolo a esquivar, Danny también tuvo poco tiempo para reaccionar por eso cuando las mandíbulas de su atacante estaban a punto de cerrarse sobre su cuello, la cadena de Andrómeda intervino, destrozando la dentadura putrefacta del espectro.

― ¿¡Nos Encontraron!? ― Preguntó Danny saltando hacia atrás, preparándose para la batalla, pero había algo que no concordaba, la mayoría de poseídos se encontraban dirigiéndose hacia el norte, pero miles sino que millones de espectros ahora estaban apareciendo en todo el bosque corriendo directamente hacia ellos para rodearlos.

―¡Maldición! ―Exclamó Johnathan, aunque podían hacerse cargo de todos ellos no esperaba ver tantos en los bosques, alguien les había tendido una trampa, eso o habían caído directo en ella al entrar al bosque.

― Chicos, ¿aún me esuchan? tenemos contacto enemigo en nuestra posición, ¡repito tenemos contacto enemigo sobre nuestra posición! ―Danny trataba de comunicarse, pero era imposible entrar en contacto con los demás, las comunicaciones no estaban parando a ningún sitio, la misión se encontraba completamente comprometida, debían correr o pelear antes de que la situación se fuese más para el sur.

Pero correr había pasado a dejar de ser una opción, era hora de pelear y las llamas del odio junto con las tormentas nebulares destruirían toda la resistencia desde este punto hasta las raíces del Qliphoth.

Hacia el este Shinryū y Benjamín se encontraban luchando contra los espectros, tratando de minimizar la amenaza, pero mientras más creían que estaban eliminando más atacaban desde las profundidades del oscuro bosque

― ¿¡Que dijo Danny-chan!? ―Interrogó el caballero del Dragón utilizando su escudo para defenderse del ataque de un espectro, empujándolo hacia atrás dándole una poderosa patada a la cabeza que lo hizo caer al suelo, pero uno más se avalanzó hacia él atacando con sus brazos tratando de agarrarlo solo para que fuese recibido por una poderosa patada giratoria directo hacia la mandibula.

―¡No lo sé, no escuche ni un carajo! ―Respondió Benjamín congelando a un poseído que trataba de acorralarlo, congelándole el cráneo para acto seguido arrancarle la cabeza y lanzársela a otro de los enemigos cercanos, rompiéndola en mil pedazos.
―¡Maldita sea ellos deben tener problemas al igual que nosotros…!―Decía mirando a su alrededor, no quería admitirlo pero parecía que habían caído en una trampa, estaban en apuros y la comunicación estaba totalmente dañada, no podían retroceder solo podían avanzar y tal vez eso era lo que más complicaciones presentaba, avanzar solo los guiaría a una muerte segura.

―Sí encontramos poseídos aquí eso quiere decir que esperaban a que viniéramos. ―Shinryū razonó después de empujar a una enorme horda con un potente chorro de agua, pero eso no los detendría por siempre, aunque había logrado hacer daños significativos a los cuerpos de sus adversarios,
― Eso o son las líneas de defensa de las raíces, debieron haberse preparado para detenernos, no hay otra forma en la hubiera tantos en un solo lúgar y que además nos hubieran encontrado. ―Explicaba tratando de retroceder, ambos aún se encontraban ilesos, pero esta situación los superaba a ambos, en este punto lo único que podían hacer era correr o pelear.

―Demonios… entonces tendremos que utilizar nuestros ataques en conjunto, ¡para derrotarlos! ―Dijo negándose rotundamente a correr, él no iba a escapar, no cuando sus amigos se encontraban en esta misma situación, debían luchar por sobrevivir.
―¿¡Shin estás conmigo!?Preguntó activando su cosmos de hielo creando una gran ventisca a su alrededor.

―¡Siempre Benjamín-kun! ―Respondió convocando a él el poder de las mareas y los ríos hacia él, separados sería más que seguro que caerían, pero unidos lograrían vencer a todos los enemigos que tuvieran en frente.

Sin esperar a que más espectros aparecierán ambos combinaron sus ataques en uno solo, puede que fueran cientos contra un par de guerreros, pero no se enfrentaban a cualquiera, se enfrentaban a los herederos del Cisne y del dragón.
En cuyas venas fluía el poder de los vientos helados y de los poderosos flujos del agua que recorrían todo el universo, esto era una guerra y no la iban a perder, iban a luchar en serio como verdaderos caballeros de Athena.

No muy lejos de allí Seinma levantó su mirada al cielo, había sentido algo… el estallido de cuatro cosmos conocidos, los cosmos de sus compañeros… sabía que estaban luchando pero, temía que sus sospechas fueran ciertas y que los espectros les hubieran tendido una trampa.
Las cosas se iban a complicar enormemente, tal vez debieron haber premeditado mejor las cosas y no haberse separado, pero ahora… ahora ya no podían arrepentirse de ello, tenían que seguir con el plan, así tuvieran que utilizar sus mejores técnicas de combate como de supervivencia, debían hacer lo posible por salir de esta en una sola pieza, aún si tenían que salir con la mitad de sus partes atadas a sus cuerpos.

― Eso se sintió cerca, muy cerca… es el cosmos de Ben y Shin… ¿que está pasando? ―Se preguntaba Seinma arrugando su expresión a una más preocupada, sus compañeros eran poderosos, indudablemente podrían con esto pero, rememoraba el bosque de cadáveres y se preguntaba si realmente estarían preparados para confrontar este desafío.

―No lo sé, pero tampoco puedo comunicarme con Danny o con Johnathan, las señales de radio directo se han cortado completamente. ―Mary mencionó mirando a la misma dirección que él, para entonces desviar su mirada hacia Seinma, se le veía preocupado, más no inseguro… conocía a sus amigos, ellos saldrían vivos.

―¡Maldición! ―Seinma exclamó golpeando el árbol más cercano, estaba furioso… pero más que furioso sentía una sensación de importancia por no poder asistir a sus amigos, aunque ellos eran poderosos, este bosque no perdonaba a nadie.
―Era lo que temía, si nos separábamos… nos atacarían sin piedad. ― Decía apretando los dientes, observando al suelo por su inhabilidad de regresar.

―Ya es tarde para regresar, Sein…―Mary dijo posando su mano sobre el hombro, de su compañero, ella comprendía lo que sentía, pero no podían hacer nada… fue decisión de John y aceptada por Danny debían seguir con el plan o todo se iría al demonio.

―Lo sé… pero…― Fue entonces que Seinma desvió su mirada hacia Mary, tenía tantos sentimientos encontrados, quería proteger a sus amigos, quería proteger a Mary, quería ser el héroe que protegiera al mundo, pero ahora no estaba seguro si podría protegerse a sí mismo.
―No, confío en ellos, son fuertes, mucho más fuertes que yo, ellos sobrevivirán lo sé… ― Revelaba siendo honesto consigo mismo y con la visión que tenía sobre sí mismo en el equipo, claro había conseguido grandes cosas, pero a diferencia de sus demás compañeros fue el último en despertar su séptimo sentido.
― Tengo fé en mis compañeros y en ti. ― Decía sonriéndole a Mary con confianza total en las habilidades de sus amigos, ellos sobrevivirían, todos sobrevivirían por qué su confianza estaba apostada en todos ellos más que en sí mismo.
―Destruiremos este árbol y todos volveremos a casa, juntos. ―Decía con una enorme determinación, quería salvar al mundo junto a sus amigos, no soportaría perder a ninguna de las personas que había aprendido a amar.

―Así se habla…―Dijo sonriéndole con la misma confianza que él le tenía sobre todos los demás, la misma confianza que él tenía sobre sus compañeros, era la misma que Mary tenía hacia él, pues siempre que las cosas se veían mal él estaba allí para otorgarle esperanza a los demás.
Los sentidos de ambos se alteraron justo en el momento que un sonido hizo eco en todo el bosque, obligándolos a ponerse en alerta.
―¿Escuchaste eso? ―Preguntó observando a su alrededor, alerta ante cualquier movimiento extraño, podían sentir una amenaza, sus cosmos advertían que los mismos enemigos que estaban atacando a sus compañeros ahora los atacarían a ellos.

―Sí…―Murmuró observando a sus inmediaciones, las sombras tenían vida, se movían alrededor de ellos dos acechándolos, tentándolos, buscando sus debilidades para explotarlas y así devora sus almas para convertirlas en parte del ejercito del dios del inframundo.

Hasta que cuando ambos se dieron cuenta estaban siendo observados por miles de ojos que brillaban entre la oscuridad, con sus ojos puestos sobre ellos babeando por hundir sus dientes amarillentos en sus tibias y blandas carnes, en que sus paladares pudieran degustar su espesa y tibia sangre.
Estaban aquí para asesinarlos y ambos lo sabían.

―¡Sein! ―Exclamó Mary convocando su casco de combate, el cual comenzó a cubrir su cabeza completamente, ella estaba lista para pelear, si estas cosas en verdad podían morir hará todo a su disposición para proteger a su compañero.

―¡Los veo! ―Exclamó el caballero de Pegaso chocando su espalda con al de su compañera de águila, convocando él mismo también su tiara, la cual rápidamente se convirtió en una máscara de combate.

Mientras los Ghouls salían de la oscuridad podían apreciarlos, eran miles… cientos de ellos, avanzando lentamente como lobos cazando a un par de presas, ellos eran los depredadores ápex de este oscuro palacio de árboles.
Pero lejos de lo que ellos debían imaginar, no eran simples presas que pudieran matar y comer, eran soldados del estandarte más poderoso del universo y les demostrarían que los cazadores también podían convertirse en presas ante el yugo de la diosa de la Guerra.

―Son demasiados, esto no está bien, se suponía que distraerían a la mayor cantidad posible. ―Comentaba Mary observando la situación y analizando sus opciones, no tenían muchas, podrían escapar corriendo por los árboles y ocultarse o pelear para avanzar, podía imaginar que habían elegido sus demás compañeros, pero no pensaba en ellos sino en cómo Seinma reaccionaría.
― Estamos totalmente rodeados, no podemos regresar, debemos mantenernos firmes…―Decía observando al caballero a sus espaldas que permanecía estático mientras ella ideaba una forma de salir de esta situación, ella temía que nuevamente, él se hubiese paralizado por el miedo
―Sein, sé que esto será difícil pero tienes que escucharme, ellos ya no son humanos, debes pelear toda tu fuerza, debemos utilizar todo nuestro poder, solo así podremos…

―¡Rahhhh! ¡Meteoros De Pegaso! ―Él fue el primero en responder, lanzando una poderosa ráfaga de estrellas incandescentes a través de la oscuridad, golpeando, derribando y despedazando a aquellos espectros que entraron en contacto directo con su ataque predilecto, limpiando un área considerable de ellos.

―I-Increíble…―Murmuró la Amazona de Plata, apreciando el poder que había logrado manifestar el caballero del corcel alado a través de su puño, el cual aún seguía resplandeciendo en las llamas irrefrenables de su propio cosmos,

―No te preocupes Mary, estoy bien. ―Dijo mirando con determinación a su compañera, muy atrás habían quedado las dudas, los arrepentimientos, muy atrás había quedado aquél niño que no pudo defender a su hermana y a su mejor amiga de las garras de un cruel espectro, ahora tenía este poder y esta fuerza, para que nunca más tuviera que sufrir la misma debilidad que sintió aquél día.
―¡Te demostraré que puedo hacer esto! ―Exclamó preparándose para pelear, encendiendo sus cosmos al máximo, trazando las 14 estrellas que conformaban su constelación guardiana.
―Te prometí que te protegería y eso haré, nunca más dudaré de nuevo ¡Viviremos para ver el final de esto! ―No se tenía la misma fé que tenía hacia sus compañeros, pero si tenía un poder para cambiar la situación para bien y sin duda la iba a aprovechar, por que este poder, también le pertenecía a la compañera que vivía en su interior y cuya luz guiaba sus puños hacia la victoria.

―Tonto. ―Dijo ella convocando a su alrededor los incansables vientos del cambio, la fuerza de los tornados furiosos y los huracanes imparables, lista para dar lo mejor de sí misma, al lado de aquél que consideraba su mejor amigo,
―Se supone que yo debo protegerte. ―Dijo preparada para dar todo de sí misma, al igual que todos aquellos que lo hicieron antes de ella por la persona a la que más amaban.

―Jeh… entonces nos protegeremos mutuamente…―Mencionó dando una última mirada a sus espaldas, para finalmente ver hacia los lobos hambrientos, necesitarían más que miradas amenazantes, rostros hambrientos y sedientos de violencia para quebrantar sus espíritus indomables.
―¡Vamos! ―Exclamó llamando a sus enemigos a ellos, preparado para volver a entregarles entregarles la segunda muerte.

―¡Sí! ―Respondió ella en un poderoso eco valeroso, cielo e infierno, vida o muerte, destino o finales.

Todo se decidiría en esta batalla, una brutal pelea que se estaba desatando aquí en la tierra como en el espacio, un duelo entre dos voluntades poderosas, la humanidad contra los dioses .
El futuro de una raza contra su extinción, todo se decidiría en esta, la primer gran batalla por un planeta, la primer gran batalla por la supremacía en un mundo.
La reconquista de lo que ahora era suyo por derecho propio, el momento de la reclamación había llegado y solo un ejército vencería sobre el otro.
En este tiempo de ira y odio, solo un bando prevalecería y el otro cesaría de existir, en el eterno castigo del olvido, por toda la eternidad.

La Gran Batalla de Recclaimer20.

Todos los caminos te llevaron hasta este momento, hasta este punto, hacia esta única verdad, la guerra santa de la que tanto habías tratado de escapar finalmente te encontró, aquí lejos de tu amado hogar.
En un planeta extraño, luchando una batalla aún desconocida, con el único propósito de salvar a aquellos que amas.
La vida te ha puesto una prueba más para determinar si realmente estarás a la altura de tu legado, demostrar si eres un guerrero digno del manto o solo un peón más de este destino cruel e inmisericorde.

Debes luchar, pues tu vida depende de ello, abre tus alas al vuelo y enséñales, enséñales a todos tu valor, tu convicción, tu verdadero poder como caballero.
Heredero o no, esta es tu historia, tu propia leyenda viva… demuéstrales a todos que con esas alas que aún no has logrado despertar podrás volar a los cielos y resplandecer como una estrella eterna.

¿Y Tú Has Sentido el Poder del Cosmos?

Este capítulo aunque es más corto que muchos de los que he escrito con anterioridad me ha sido muy difícil, esta ha sido una semana muy complicada en lo que respecta a temas personales, me encantaría decir que no ha sido duro, pero la verdad es que aunque apenas va comenzando la semana he pasado por cosas demasiado difíciles y turbias.
El estrés al que me he sometido por todo esto ha sido increíblemente pesado, un familiar mío muy cercano por poco fallece y ahora tengo un problema con un equipo electrónico que me es muy crucial para poder relajarme, se ha estropeado y el dinero no me sobra para nada.

Pero si algo me ha enseñado este anime que tanto amo al igual que la vida misma es que no importa cuántas piedras te pongan en el camino, tú no te detienes, tú te levantas continúas y persistes hasta lograr tus objetivos.
Ha sido una semana loca y lo que le sobra, estoy completamente seguro de que estoy al borde de un ataque de ansiedad pero mi corazón me pide que siga adelante.
NO, no me lo pide, me ruega que siga adelante, tanto con este proyecto tan personal e íntimo que es Caballeros del Zodiaco Guardianes como con mi vida Personal.

Tengo muchos sueños por cumplir miles de historias por contar y debo seguir adelante, no porque le deba algo a alguien sino por mí mismo, quiero terminar esta historia, anhelo poder terminar con esta novela que lo quiera o no se ha convertido en mi vida.
No sé si pueda conseguirlo pero quiero hacer el intento, quiero imaginar que sí por qué si no no sé qué voy a hacer, tengo que hacer muchas cosas…
Quiero dedicarme a esto pero no recibo nada a cambio además de los gentiles buenos deseos de mis lectores, como sus palabras de ánimo, aliento y la posibilidad de tal vez congeniar y escuchar lo que tengan que decir.
Si a eso pudiera sumarle que gano dinero a diario me dedicaría a hacer esto, pero lamentablemente este mundo se mueve por el dinero, el sustento que tanto requiero para hacer que todos esos sueños se vuelvan realidad…

Estoy cansado, agotado tanto física como mentalmente, pero no me puedo detener, no me quiero detener.
Estoy demasiado cerca, tan cerca que puedo sentir que mi primer gran sueño está a punto de hacerse realidad.
Lo único que me detiene es el tiempo y todas las cosas que no he podido conseguir desafortunadamente, pero no me puedo rendir, debo seguir, debo ser más… trataré de seguir haciendo esto mensualmente pero me costará mucho más de lo que ya me ha costado hasta este momento.

Solo yo puedo hacer mis sueños realidad.

Un grand merci à Shaina Cobra pour être toujours là pour moi malgré tout, croyez-moi, si vous n'aviez pas été là, je ne sais pas ce que j'aurais fait.

Eh bien, grâce à vos mots, vos conseils et vos bons encouragements, j'ai pu continuer, nous ne nous connaissons peut-être pas, mais votre soutien constant m'a offert un soulagement de cette torture appelée réalité, à partir de laquelle j'ai réussi à rester sain d'esprit ou du moins plus vivant que jamais, je suis heureux que quelqu'un comme vous ait remarqué le travail médiocre d'un auteur comme moi, qui, malgré ses lacunes, persiste à essayer de tout donner pour que la vie puisse me sourire, parce que croyez-moi, ces jours-ci, c'est ce dont j'ai besoin, un sourire pour me remonter le moral et être en mesure d'aller de l'avant.
Cela a été compliqué, torturant et même étouffant à bien des égards.

Mais avec votre soutien, j'entrevois une certitude claire que oui la vie est cruelle, et elle peut aussi être bienveillante, tout cela grâce à vous mon cher lecteur récurrent, je vous envoie un gros câlin et comme toujours mes meilleurs vœux à vous et votre belle famille.

Nous sommes en contact.

Un fuerte abrazo también a mi segunda lectora recurrente, Princesa del Tikal, quien con sus comentarios me he topado con una grata ayuda para continuar con esta aventura que de cierto modo se ha vuelto un calvario, pero gracias a tus comentaros, buenos deseos pero sobre todo tu apoyo estoy seguro de que si este fic no termina antes de que cumpla los 30 años, terminará por lo menos hasta que cumpla los 40
Porque la verdad estoy feliz de que está avanzando a su dirección que tanto deseo, será difícil, pero si algo nos enseñó Seiya es a nunca rendirnos y a persistir.

Yo persistiré hasta el día en el que me muera, por que detenerse nunca ha sido una opción.

Y para ti lector que has llegado hasta acá, gracias… ha sido difícil pero sin tu lectura no habría sido posible, ojalá pueda retribuirlo de algún modo, pero lo único que puedo hacer es seguir escribiendo para ustedes con la misma pasión de siempre y seguir echándole ganas.
Por qué lo sueños se hacen realidad si se luchan por ellos solo es cuestión de nunca rendirse.
Porque ustedes siendo los verdaderos artistas que apoyan a escribir esta obra, pueden lograr que uno más se haga realidad.
Un abrazo a todos y un saludo de mi parte

Yo soy Eddy B y nos vemos hasta la próxima…
La Estrella Negra fuera.