Y bueno... aquí estamos...

Para quienes me han leído este año, quizá este "regreso" no signifique mucho porque aquí han estado acompañándome y han estado viviendo semana a semana lo que le ocurre a Shikamaru y a Temari, sin embargo, en otra plataforma, han estado esperando este mismo año para poder tener una actualización. jajaja

A esas personas, muchísimas gracias por la paciencia, bienvenidos y bienvenidas de nuevo y por seguir aquí leyendo.

Y para aquellas personas que me han acompañado, muchas gracias por su apoyo este año. Me dan animos y esperanzas, me hacen pensar que de verdad esta historia merece ser escrita.

Ahora si... dejemos de lado mi Regreso y lean el regreso misterioso que se viene...


Capítulo 52 - El Regreso

Caminaba tranquilo por las calles de Konoha, los niños corrían por todas partes y el día era claro. Era la primera semana en que por fin podía andar sin mirar a todas partes pensando en esconderse de pelirrojas fastidiosas. Temari como siempre, había cumplido con su palabra y más pronto de lo esperado tuvo en sus manos la carta que le confirmaba que ya no tendría que pasar suplicios. Hubiera podido decírselo en persona la vez siguiente que se vieron, pero ambos sabían que era imperativo dar por zanjado el tema.

Definitivamente, a pesar del caos de la guerra que aún se libraba en diferentes partes del país del fuego y el país del viento, era tranquilizador poder caminar en paz de vez en cuando.

Aún tenía demasiadas cosas encima, pero se dio el lujo de tomarse un descanso para fumar un cigarrillo. Sentándose en la zona tranquila de un parque desocupado, se permitió admirar brevemente el entorno mientras lo encendía.

De repente, sus ojos fueron cubiertos por unas inesperadas manos que le rodearon por la espalda.

Con la velocidad de su entrenamiento, estiró su brazo hacia atrás agarrando la nuca del ignoto tirándole hacia el frente y con un giro rápido se puso encima y presionó la cuchilla de chackra sobre su cuello. Un sudor frío le recorrió al reconocerle.

- ¿Tu?

Aun no podía creer lo que veía frente a sí. Ahí estaba ella con los ojos abiertos en un inminente temor.

- Auch! – Se quejó cuando vio reconocimiento en sus ojos – Eso dolió bastante

- ¿Qué haces aquí? – Dijo manteniendo su posición

- Solo quería saludarte, ¿es eso malo? Por cierto, me lastimas Shikamaru.

Shikamaru cayendo en cuenta de la situación, pensó rápidamente qué debía hacer. Frente a sus ojos estaba Mizu y ella era una espía.

Sin embargo, su dulce mirada llena de dolor le hizo dudar de nuevo. Decidió que por algún motivo ella seguía ahí y debía actuar como si no supiera nada.

- Lo siento – Dijo retirándose y dándole la mano para levantarla – Me tomaste desprevenido

Ella al ser levantada, tropezó torpemente hacia él cayendo sobre su pecho.

- Oh… disculpa… eres muy fuerte. – Dijo como alago.

Shikamaru la miró nervioso. Por primera vez en varios días, la vio bajo el contexto de saber que ella era una espía y que era peligrosa. Tenía entendido de que la habían retirado de la misión y desconocía si habían retomado. Temari le habría dicho.

Esta podría ser la oportunidad perfecta de entregarla. Había prometido que no haría nada al respecto con ella la vez anterior por ser Temari quien la delató, pero lo que ocurría en ese preciso instante estaba fuera del trato.

- Oye, ¿estás bien? – Dijo mirándolo curiosa - ¿Qué tanto me ves?

- Oh, lo siento, es que hacía días no te veía y me has sorprendido.

La última vez que la vio, ella lo había emboscado en el río. Había intentado besarlo varias veces y agradeció infinitamente la presencia de su padre que le dio la excusa perfecta para retirarse. Fue incomoda la burla de Shikaku que le decía que era joven y que a pesar de lo que sucedía, no estaría mal tener una cita de vez en cuando. Al menos no se lo dijo a su madre, o se habría visto tentado a decirles que era una espía de la Arena y que claramente lo sabía porque Temari, su novia y amante ilegal, se lo había dicho, y le había pedido no entregarla al Hokage, haciendo que cometiera una nueva forma de traición, adicional a las que ya tenía encima.

- ¿Me habías extrañado? – Dijo con alegría

- Amm bueno, pues, solo se me hizo raro que desaparecieras de repente.

- Fui a visitar a mis abuelos y me ocuparon un poco, pero ya regresé.

- Ah… tus abuelos, bueno. Fue agradable verte, pero ahora debo continuar trabajando. – Dijo empezando a retirarse

- ¿Ya comiste algo? – Lo tomó de la mano para traerlo de regreso.

- ¿Yo?, claro que sí, justo estaba reposando el almuerzo – Si bien era mentira, cualquier sensación de hambre que tuviera, desapareció con el nudo en el estómago que le dio verla.

- Ah bueno… oye, ¿y no me darás mi besito?… - Ella, con unos ojos muy brillantes y una sonrisa agradable le tentó. Ofreció su mejilla, pero sabía que si se dejaba convencer, ella giraría la cara para besarlo completamente… Ver esa mejilla ahora le provocaba besarla y cachetearla en igual medida.

- Ahora no, yo… estoy ocupado… y sabes que realmente no me gustan las muestras de afecto…

- Pero solo soy yo… ya sé que me dijiste que ahora no querías nada, pero no me gusta ver que te cohíbas tanto.

- Mizu, en serio yo ahora no quisiera alargar la conversación. Si llego tarde me van a regañar.

- Oh, los ninjas y sus reglas tan estrictas.

- Es lo que nos mantiene a salvo de las amenazas, hay que hacer lo correcto. – dijo intentando no apretar sus puños.

- De acuerdo… - Ella dándose por vencida, se acercó y le dio un fuerte abrazo. Olerla de nuevo tan cerca activó en Shikamaru el instinto de abrazarla de vuelta; fue inevitable, pero al caer en cuenta de lo que hacía, la separó delicadamente por los hombros.

Con una despedida nerviosa y silenciosa, Shikamaru se retiró rápidamente. Hanna lo observó alejarse, divertida de ver lo nervioso que lo ponía. Ciertamente era un reto como nunca antes le había tocado, sin embargo, aun algo le molestaba profundamente.

Ella no dejaba de preguntarse qué podía estar mal con ella o con él. Normalmente cuando se tomaba un periodo de receso con una víctima, esta empezaba a tener síndrome de abstinencia y se desesperaba por verla; hacían todo cuanto les pedía con tal de que no se alejara de nuevo.

Él definitivamente era diferente.

- Kaede, por favor tráeme un refresco de sábila, siento que me dará gastritis.

Obediente, Kaede se retiró a cumplir el pedido dejando de lado el bordado que estaba haciendo.

Temari mientras la oía salir continuaba en su oficina aprobando las órdenes de ataque a Konoha. Notaba en su propia firma la rabia que le daba el tener que hacerlo, pero todo el consejo había estado de acuerdo con cada plan. Al menos, eso le daba un acceso a conocer si habían modificado las rutas de ataque o los movimientos de todos los espías de la Aldea; varias de esas estrategias, serían derivadas a Shikamaru y como siempre, entre ambos decidirían como contrarrestar las bajas y los avances perniciosos para las dos aldeas.

Esta vez, sin embargo, la frustración era mayor. Pocas de las estrategias planteadas por el General de Guerra, habían sido desestimadas por Gaara. Él había permitido el avance por una de las fronteras a pesar de que eso significaba que con el invierno creciente de Konoha, muchos ninjas enfermarían al no estar debidamente preparados, sin contar que estarían en una desventaja militar si cerca se encontraban con algún campamento de Konoha.

Definitivamente había demasiada presión en sus hombros; el único anhelo de Gaara ahora era terminar la guerra por todos los medios posibles.

Tras firmar la última y afinar detalles del documento que tenía preparado para Shikamaru, sintió un agradable chackra que la hizo sentir instantáneamente más feliz.

Tomó la carta de su propia sombra y la leyó rápidamente.

Temari…

Volvió, ella volvió. Sabes lo que debo hacer, aunque igualmente no quiero precipitarme. Reunámonos por favor. Hoy.

Pdta.: Te amo.

Para: Sabaku No Temari

Leer esa nota la dejó descolocada. En primer lugar, por el aspecto de la carta, se notaba que había borrado varias veces definiendo qué decir y qué no. En segundo lugar, por el contenido, no solo el tono imperativo sino el hecho de lo que decía.

¿Quién volvió? Su mente solo podía pensar en una persona, pero justamente había firmado hacía dos días, la autorización de una misión que la involucraba y estaba muy lejos de Konoha.

Definitivamente algo no encajaba.

Caminaba dando vueltas en círculos. No sabía qué decirle a Temari.

Al llegar esa misma tarde a su oficina, justo se encontró con El Hokage y había tenido la oportunidad perfecta para decirle que había una espía en la Aldea. En su lugar, se vio obligado a pensar en varios asuntos que atañían a las estrategias de concilio que estaban formulándose.

Ahora que de nuevo tenía tiempo para pensar en lo que había ocurrido, no dejaba de preguntarse cómo la seguridad de la aldea había sido profanada mínimo dos veces.

Se inquietó por el poder que tenía Mizu sobre él, y no pudo evitar preguntarse qué ocurriría si intentara manipular a otras personas como los miembros del consejo, los generales de división, o el mismo Hokage.

Pronto, la presencia de Temari invadió sus sentidos.

Inmediatamente notó que su cerebro se recalibró y que ahora todo era normal. Todo lo normal que esa situación se permitía ser.

- Tem… - Dijo recibiéndola con un abrazo. Ella sorprendida lo abrazó de vuelta.

- Aquí estoy, ¿qué fue todo eso? ¿Qué paso?

Antes de responder, Shikamaru besó sus labios con urgencia y definitivamente todo tenía sentido ahora.

- Lo siento, me alegra que estés aquí. – Murmuró separándose.

- Aquí estaré cada que me llames, pero dime de una vez qué pasó – Ambos se sentaron fuera de la cueva con vista al cielo nocturno.

- Lo que te dije en la carta, es sobre el regreso.

- ¿Pero regreso de quién?

- De Mizu, ¿de quién más? – Dijo molesto

- ¿Hanna?

- Si, si, como se llame…

- Pero ella no tiene órdenes de estar ahí.

- Pues está. – Dijo cruzándose de brazos.

- Es muy grave lo que me dices Shikamaru. En este momento ella podría estas siendo suplantada por otra persona. – Shikamaru frunció el ceño, no había pensado en eso, pero ciertamente no era una posibilidad.

- Te digo que es ella, Temari… Sabes que tiene habilidades especiales y si hubiera sido algún farsante, me habría dado cuenta.

- No te diste cuenta que era una espía hasta que te lo dije. – Dijo queriendo ser razonable.

- Lo sé, pero ahora que conozco el alcance que tiene, me fijé en cada señal. Tendría que ser un espía que la conozca bien y tenga sus mismas habilidades para… para generar esto… esto que genera en mí, sea lo que sea.

Temari supo reconocer que tenía razón. Las habilidades de Hanna eran especiales. Ni siquiera otras kunoichis de la misma división, generaban el efecto que ella causaba.

De nuevo se sintió mortificada al ver a Shikamaru estresado por lo mismo.

- Bien, tienes razón en eso… pero… Shikamaru, primero tendría que confirmarlo todo. Asegurarme que de verdad sea ella misma y saber el motivo por el que está tan lejos si debía estar en otra región. ¿Estás de acuerdo? – Preguntó mirándolo tomándolo de la cara para que la mirara a los ojos, él asintió sin decir nada. – ¿De acuerdo? – Repitió Temari

- Si… De acuerdo.

- Ahora ven – Dijo abrazándolo y acariciando su espalda

Shikamaru sin deshacer el abrazo, buscó su rostro para besarla. Sentía que la necesitaba, que sus besos eran lo único que lo ayudaba a contrarrestar el malestar que sentía.

Ya estaba cansado de estar separado de ella. De tener que elegir qué días era seguro verla, de tener que fingir que no tenía sangre en las venas y que no conocía el amor.

Temari lo sintió derretirse en sus brazos; al tocar su nuca sintió que tenía los vellos erizados. Notó sus brazos recorriendo todo su cuerpo, sus labios se deslizaron suavemente hasta besar su cuello mientras una de sus manos abría aquel escote tan admirable. Temari automáticamente se sintió reconfortada y su corazón empezó a sentir la dicha alegre de reconocer sus varoniles manos recorriéndole el cuerpo. Dejándose llevar, guio a Shikamaru a aquel modesto colchón verde que había acomodado.

Tenía una angustia creciente en su pecho.

¿En Misiones adicionales? – No estaba

¿En los documentos de Gaara? – No estaba

¿En misiones secretas? – No estaba

¿A conocimiento del consejo? – Nada.

¿A conocimiento de sus hermanos? - Nada

Siendo ya casi la noche siguiente tras saberlo todo, no había nada que informara del paradero real de Hanna.

Si ella no estaba en ese momento seduciendo a un ricachón de otro país junto a otra Kunoichi, no había pista de donde podía estar.

Sin embargo, en la tarde, tuvo en sus manos el documento que podría determinarlo todo. Cuando abrió la carta, reconoció una caligrafía que no esperaba…

Según el reporte de misión, Hanna junto a Chin, irían al país de los almendros para seducir figuras importantes para que invirtieran en favor de Sunna. Era una misión fácil y se esperaba que ambas pronto tuvieran resultados inmediatos.

Le había escrito a Chin para conocer el estado de la misión. Lo que recibió, no era lo esperado.

Temari sama

Me comunico para hacer el segundo reporte oficial de la misión. En este momento Chin está con uno de los objetivos; se ha comportado algo violento, pero Chin es fuerte y no creo que debamos temer por su vida o su seguridad. Yo me encuentro preparándome para visitar a mi objetivo. Es un hombre orgulloso, pero no suele mezclar negocios con placer, aun así, espero poder convencerlo para invertir a favor de nuestra aldea.

Entre Chin y yo decidimos que yo me encargaría de las comunicaciones con la aldea debido a que su objetivo es un hombre más peligroso, por lo que seré quien responda la correspondencia.

Enviaré pronto a la general del escuadrón Femene Fatale, el documento de las estrategias utilizadas durante la misión.

Agradezco su preocupación e interés por nuestra seguridad.

Hanna

F.F.

En cuanto terminó de leer, supo que definitivamente algo no andaba bien.

Para una Femene Fatale realmente nunca existía la preocupación del nivel de peligro que un hombre pudiera tener; todas siempre estaban preparadas para lo peor incluso si el objetivo era un anciano de 90 años o un niño de 10, hasta un ninja élite que les quintuplicara en fuerza o jutsus.

Ni Chin ni Hanna se tomarían en serio a un hombre que se viera demasiado rudo y no lo reportarían como algo de cuidado. Así mismo, su nivel de confianza no aumentó al ser ella quien respondiera y no la destinataria original de la carta.

Algo le decía que pronto tendría que ir a buscar a una compañera caída.

Otro indicio clave era el nivel de éxito de Hanna. Por muy orgulloso que fuera un hombre, nada le era demasiado difícil. Mucho menos un hombre como el seleccionado que gustaba de las mujeres, derrochar y que cedía fácilmente ante unos ojos bonitos. Hasta la fecha, Hanna solo había tenido una misión fallida en los últimos años.

Tomó la carta en conjunto con las anteriores que ella había escrito respecto a Shikamaru. Tendría que compararlas. Que todo fuera sospechoso, no significaba que efectivamente Hanna estuviera en Konoha con un propósito desconocido seduciendo a Shikamaru…

En ese momento una idea volátil pasó por su mente, tan ridícula como posible.

Shikamaru hasta la fecha había sido el único objetivo en algunos años que ella no había podido conseguir. Dudaba que Hanna arriesgara su puesto en la aldea y su vida solo por algo tan vacío como la satisfacción de poseer a un hombre, pero aun podía estar entre las posibilidades especialmente considerando lo hipnotizante que podía ser su vago. También sabía que la victoria era adictiva y el no tener éxito, podría haberla afectado negativamente.

De igual forma, tendría que comprobar que ella no estaba en el país de las almendras. Solo eso determinaría si estaba haciendo lo que todos creían que hacía o no.

Levantó la cabeza de los documentos para llamar a Shi…

¿Dónde está Kaede?

Sin darle importancia, se preparó para buscar ella misma a Shira. Era el ninja más rápido con el que contaba; enviarlo junto a Yome a buscar a las Fatale sería lo más adecuado. Si efectivamente las encontraban a ambas haciendo sus funciones, deberían regresar discretamente y si no, debían rastrearlas… o al menos a Chin, ya que el paradero de Hanna, no sería más un secreto.

Salió de la oficina considerando qué ocurriría si se determinaba que Hanna estaba trabajando por su propia cuenta ¿se le quitaría la banda? ¿Se exiliaría? Primero habría qué determinar los motivos, si era por Shikamaru o por algo más.

Sin embargo, algo distrajo su atención; al pasar por un pasillo oscuro un ruido empalagoso entró sutilmente por sus oídos. Identificándolo, carraspeó la garganta.

- Ejem, ejem…. ¿Debería preocuparme por esto?

Al fondo del pasillo, un chillido sorprendido y un par de golpes secos hicieron presencia.

- Se… señorita Temari…

- La misma… - Respondió viendo las sombras acomodándose.

Ambas figuras fueron saliendo a la luz. Kaede tenía un rubor en las mejillas y sin duda su compañero también lo tendría si no fuera por el tatuaje de dragón que tenía en el rostro.

- Señorita Temari. – Dijo avergonzado el ninja inclinándose muy ligeramente.

- Entiendo lo que ocurre, sin embargo, aún estamos en horario laboral. – Se apresuró a decir

- Lo… lo sien…

- Kaede, no me interrumpas. Ustedes dos no son de esta aldea y aun así por petición de mi prometido he permitido que se me pongan niñeras. Y a pesar de que les agradezco infinitamente que ya no estén sobre mí en cada paso, les voy a pedir que por favor respeten el Domo del Kazekage… al menos en horario laboral.

- Mis más sinceras disculpas señorita Temari - Dijo Kaede con una profunda reverencia. Su acompañante hizo lo mismo con una inclinación menor debido a que por norma, solo debía inclinarse de más ante su feudal.

- Me disculpo Señorita Temari, prometo no volver a importunarla ni a meter en problemas a Kaede separándola de su lado.

- Oh descuida, puedes separarla de mi cuanto quieras. Pero avisen. Aunque… Tú debías de estar patrullando hoy en los invernaderos, ¿no? – Dijo recordando los horarios de rotación de los guardas del país de la Tierra.

- Debido a la enfermedad de un compañero, fui reasignado aquí. – Temari vio en sus ojos grises la verdad.

- Tu nombre es Ryu ¿no?

- Si señora.

- Gracias por cumplir tus funciones y por hacer feliz a Kaede, pero por favor, que esto no se vuelva a repetir. Hoy fui yo… otro día puede ser alguien del consejo, y créeme, que no será tan indulgente.

Sin más palabras, Temari se retiró recordando por experiencia propia lo terrible que podrían tomárselo algunas personas.

- ¿En serio lo están tomando en consideración, Shikamaru?

- Si, Según los reportes de Ino y Sai, Sunna va a invadir las fronteras altas, Hokage Sama.

- He de suponer que Sunna conoce bien nuestro clima. Han debido estudiarlo, ¿por qué enviarían a sus ninjas a una muerte segura si no están acostumbrados al inverno?

- Quizá justamente por eso pretenden que no lo tomemos en consideración. Que bajemos la guardia en esa zona. – Dijo Koga

- ¿Y respecto a la fuerza ofensiva… cuantas personas estarán ahí? – Preguntó Homura

- El número aún no ha sido determinado. Cabe resaltar que tampoco van a descuidar los otros puntos. Al parecer el plan es hacer una línea ofensiva a Konoha. Ya cuentan con el apoyo de los ninjas del País de la Tierra. – Respondió el Nara

- Ni siquiera el País de la Tierra podrá estar preparado para un invierno como el de las montañas – Complementó Koharu

- Quizá ellos no, pero ciertamente no pondría en duda las habilidades de Sunna. Han vivido en condiciones climáticas extremas. Quizá no las de invierno, pero sus noches son tan frías y sus tardes tan ardientes, que no sería extraño que cuenten con un entrenamiento que les ayude a sortear inviernos. – Dijo Koga

- Muy acertada tu teoría, pero te recuerdo que, hasta hace unos años, las bajas de los ninjas de Sunna que cumplían misiones cerca a grandes cuerpos de agua, terminaban siendo fallidas. Si bien pueden tener gran resistencia, dudo que puedan contra cualquier adversidad climática. – dijo Shikamaru

- ¿Estás proponiendo que dejemos esos flancos vacíos? Que la tormenta haga su trabajo. – Rebatió Koga

- Eso sería estúpido. No podemos infravalorarlo. Pero si debemos cuestionar la cordura de esta decisión. No creo que tengan el personal suficiente para encerarnos en nuestro propio territorio con condiciones climáticas que si conocemos. Sería un suicidio. Es posible que la información esté errada o que sea una trampa.

- ¿Cómo una trampa?

- Pueden están enviando muy poco o nulo personal a esas zonas de ataque y nosotros con esta información dividiríamos a nuestros pelotones por lugares que no valen la pena. Así ellos se vendrían recargados contra un punto que esté débil al no tener tanta resistencia. Entrarían fácilmente a Konoha.

- Aún tenemos nuestras barreras. Son infalibles

- Si bien son infalibles debo recordarte que ya varias veces han invadido Konoha. – Dijo rememorando el ataque de Orochimaru y de Pain.

- En ese caso la mejor ofensa es un contraataque. Si ellos se están empezando a mover a las fronteras tampoco tendrán gente que proteja la aldea.

- No lo veo viable.

- ¿Y ahora por qué no?

- En primer lugar, porque no sabemos con cuantos ninjas cuentan. Recuerda que en la última invasión que llevamos a cabo, pudieron contrarrestarla fácilmente a pesar de que teníamos supuestamente a la mayoría de su personal en el sector D.75. Ya sabemos que tienen como aliados al país de la Tierra y hay rumores que dicen que se van a aliar con el País del Agua. Eso hace que muy posiblemente también vayan a contar con las aldeas ocultas de los respectivos países, si es que no están aliándose ya.

- Hemos tenido comunicaciones fluidas con ellos. Eso no está en consideración. No planean tomar bando.

- O quizá lo hacen a nuestras espaldas, es una guerra, no querrán informarlo desde el inicio.

- Bien ¿y en segundo lugar? - Preguntó Kakashi.

- En segundo lugar, a pesar de que en apariencia no tiene sentido que ellos quieran entrar a nuestro territorio en invierno, esa sigue siendo la estrategia hasta que tengamos más información, y sigue siendo benéfico para nosotros que entren. El invierno solo, no va a hacerlos caer, pero puede jugar a nuestro favor.

- Bien… si es así…

En ese momento un pitido leve sonó en el aire repetidas veces. Kakashi se levantó de la mesa.

- De acuerdo caballeros…esta reunión debe continuar en otro momento, ahora debo atender otra reunión – Dijo Kakashi agotado. Se notaba que no había estado durmiendo bien.

- Hai.

- Pueden retirarse.

Sin más ordenes, todos se dirigieron a la puerta para tomar sus propios caminos. Shikamaru respiró tranquilamente sabiendo que lo más probable sería que tomaran los puntos de ataque en serio, pero no quería que se fueran a diluir las fuerzas de Konoha por estrategias falsas.

La misma Temari aun dudaba de los planes que habían puesto, así que él también tendría que dudar.

Recapacitando al respecto, no notó una sombra que se acomodó a su lado. Tirando de él con fuerza, se vio arrastrado hacia un pasillo solitario. Preparado para lo peor, sus manos se enrollaron alrededor de un kunai cuando sus labios fueron tomados con delicadeza.

Sintiendo de nuevo que su corazón brincaba feliz, correspondió aquellos labios con fiereza. Retirándose a respirar, entreabrió ligeramente los ojos solamente para toparse con un mar azul diferente a las esmeraldas que conocía.

Tomando voluntad, se retiró.

- ¿Cómo entras aquí de la nada? – Dijo regañándola.

- Lo siento… quería verte… me dejaron entrar.

- Pero esta es una estación militar, tú no deberías estar aquí.

- Ya te dije que me dejaron pasar

- ¿Y puedo saber cómo?

- Solo pedí el favor, no tienes que enojarte.

- ¿Quién te dejó pasar?

- No te voy a decir, no quiero meter a nadie en problemas.

- Entonces deja de hacer esto. Es raro. ¿Ya te dije que no estoy interesado, puedes respetar eso? – Dijo auténticamente molesto

- ¿Es la chica del laboratorio? – Dijo con reproche en la mirada y con una carga justa de tristeza.

- ¿Que?

- La chica del laboratorio. Sé que es lista, pero no es tan bonita – Dijo con una cara triste, en ese instante a Shikamaru se le encogió el corazón y todo lo que quería era abrazarla y decirle que no llorara y que él no tenía nada con nadie

- ¿Ha… hablas de Shiho? – Dijo sintiendo una fuerte culpa en el pecho

- Shiho… ella, hasta sus nombres combinan, Shi-Shi, ¿es por ella que… que no me quieres?

- ¡No! No… no es eso, tu… eres hermosa y… - ¿y por qué rayos estoy dando explicaciones? – por favor Mizu, no me hagas esto más difícil… de verdad solo busca a una persona que pueda corresponderte.

- ¿No entiendo por qué tu no lo haces?

- Te dije que es porque estoy ocupado. Además, no quiero tener una novia ahora.

- La idea es que disfrutes tu vida mientras eres joven. Ya sabemos que esta maldita guerra no va a acabar pronto.

- Y más lejano será si me distraigo ahora… ve tu a disfrutar la vida. Yo… yo me encargaré de que tengas una aldea en paz en la cual puedas vivir con quien elijas…

Ella lo miró con sus ojos grandes y se ruborizó. A Shikamaru le latió el corazón fuertemente, pero tenía que recordarse que estaba haciendo algún truco. Esta mujer definitivamente sabía cómo quedarse grabada en un corazón.

- Yo… quiero que vivas ese sueño conmigo, Shikamaru – Él se sintió erizado con la forma en que sus dulces labios susurraron su nombre. El deseo de besarla estaba cada vez más cerca.

- Me tengo que ir… Adiós Mizu, por favor no vuelvas a entrar aquí a buscarme y menos sin autorización

Dijo yéndose tan rápido como sus pies le permitían sin arrancar a correr. Definitivamente se sentía patético.

No había terminado de desaparecer la carta en sus manos cuando la puerta fue tocada.

- Siga – respondió Temari asegurándose que no quedaban rastros del viento que transportaba su correspondencia.

- ¿Estás lista?

- ¿Para qué?

- ¿Cómo que para qué, tonta?, Me dijiste que ibas a hablar con Gaara. – Respondió Kankuro

- Sí, pero no te dije cuándo.

- Sabes que es importante. - Rebatió Kankuro. – él no puede estar considerando en serio meternos en pleno invierno a Konoha.

- Ya hablé de eso con él, Kankuro. No sirvió de nada.

- Pero debes seguir insistiendo. Es una muerte segura. A veces pienso que de verdad hay un plan al respecto que no nos está contando, que debo confiar en él, pero si no tengo todas las piezas necesarias no tendré la confianza de armar los grupos correctos para el ataque. Por favor Temari, a ti te escucha.

- No lo sé, Kankuro, últimamente siento que no escucha mucho a nadie.

- Bueno, pero por mucho que me cueste admitirlo, tu eres su favorita. Ya deja de postergarlo y hazlo.

- Ahh… - Bufó molesta – ¿Desde cuándo mis hermanitos pequeños me dan ordenes? Está bien... iré, pero no lo hago por ti, idiota, lo hago por él.

Temari pasó por su lado sin determinarlo. Al final del pasillo pudo ver la puerta que dirigía a la oficina de Gaara y entró después de tocar solo por formalidad.

- Hola hermana, ¿sucedió algo? – Dijo mientras firmaba documentos

- ¿Tiene que pasar algo para que quiera hablar con mi hermanito?

- La verdad sí. Si eres como Kankuro, solo vienes a reprocharme. Así que, por favor, solo ven si ocurre algo.

- Gaara, solamente estamos preocupados. La situación de la aldea no es la mejor.

- No sabes lo que yo sé, Temari. Además, hemos conseguido fuertes aliados; en breve cuando estén disponibles podrás ver las cifras y entenderás mi punto de vista.

- Desde cuando eres tan hermético.

- Desde que soy el Kazekage y noto que las estrategias para destruir Konoha no están funcionando. – Dijo con un tono serio que le hizo sentir un escalofrío.

- ¿Destruir?... creí que buscabas llegar a un acuerdo.

- Las pérdidas son enormes Temari. No he sido consecuente con lo que está ocurriendo. De verdad estamos en una guerra y ser suave es lo que nos ha llevado a ninguna parte.

- No estás siendo suave y no te pido que seas suave. Ambos sabemos que llegar a acuerdos es lo que nos permitirá sobrevivir.

- Ellos no quieren acuerdos. ¡Lo he intentado! Cada ave que envío, solo responde que no están de acuerdo y que el fuego no cesará. A menos que sugieras que nos rindamos para ser un pueblo más de Konoha, no veo el motivo por el cual sigues aquí.

Temari quedó impresionada con la cantidad de palabras que había usado Gaara. También con el nivel de compromiso que estaba mostrando con sobrepasar a sus antiguos aliados. Con tantas cosas que habían ocurrido, finalmente su hermano estaba perdiendo la bondad de nuevo.

- Gaara… No rebatiré tus órdenes pues soy tu subyugada, pero como hermana tuya y ninja activa de esta aldea, déjame decirte que estás perdiendo el juicio y el horizonte. El objetivo nunca ha sido destruir. Tú mismo me lo dijiste. Ahora, te recomiendo que vayas a dormir y que recapacites mejor tus planes. Siento que me escondes algo y no me gusta

- No soy un niño para que me mandes a dormir, Temari. Mis decisiones están tomadas; y ya te dije, como Kazekage debo tener algunas actividades reservadas. Pero créeme hermana, ni a ti ni a Kankuro les ocultaría información pertinente respecto a la aldea a menos de que sea estrictamente necesario.

- Bien, como guste, su majestad. – Dijo frustrada

- Si no tienes más que decir – Respondió señalando la puerta.

- Si, ya lo sé… me retiro.

Temari empezó a emprender su camino a la salida. La conversación no había salido como había esperado. Ciertamente el calor seguramente le estaba afectando.

De repente, recordando algo importante, se detuvo en la puerta.

- Por cierto, Gaara… ¿qué sabes de Hanna?

- ¿De Hanna? A qué te refieres – Dijo de nuevo interesado, pero sus rasgos poco o nada lo mostraron

- De su misión. Salió hace unos días de aquí.

- Fue asignada a la misión del país de las almendras junto a Chin. ¿Por qué el interés? Tengo entendido que tú apruebas esas misiones.

- No, por nada. ¿Seguro está ahí?

- Claro que sí. Yo mismo elegí a su compañera. – Gaara vio a Temari pensativa, aquello le decía demasiado – ¿No te agrada Hanna?

- ¿Qué? – Preguntó sorprendida.

- Lo digo por su última misión. Sé que no fue de tu agrado que haya estado cerca del ninja de Konoha, pero no fue su culpa Temari… no debes molestarte por algo fuera de su control. Él fue su misión.

- ¿Piensas que pregunto por Shi… Shikamaru? - Dijo bajando el tono de su voz. – No estoy celosa. Sé que hizo lo que tenía que hacer y que él… él es un hombre libre. También fui una Femene fatale, ¿recuerdas? No me meteré en un lío de faldas por un caso cerrado que no vale la pena. Tampoco por un hombre que no está al alcance.

Gaara notó que igualmente estaba afectada, intentando apelar de nuevo a su lado amable, suspiró.

- Descuida Temari… Hanna ahora está muy lejos. Yo mismo di la orden de que no volviera a acercarse a ningún ninja de Konoha y ahora solo está intentando obtener recursos. Es una buena chica. Déjalo ser.

Gaara sonaba tan convencido, que no pudo hacer más que creerle. Si había algo raro con esa Kunoichi, claramente Gaara no lo sabía.

- Estas dos son la misma – Dijo Shikamaru soltando la lupa y el medidor.

- ¿Estás seguro? – Preguntó Temari tomando los dos documentos que él le entregaba.

- Si Temari. Grafológicamente hablando, la misma persona escribió ambas cartas.

Temari revisó los dos papeles que decía Shikamaru. Uno de ellos era la carta que Hanna le había enviado a la aldea de la Arena reportando el plan de seducción a Shikamaru en octubre; cuando él lo empezó a leer, ella pudo ver su cara de fastidio. El segundo, era una carta que "Mizu" le había escrito a él disculpándose por haberlo importunado en el trabajo ese mismo día y enviándole chocolates como ofrenda de paz. Ella reconoció el chocolate adulterado y lo guardó como evidencia.

Volvió a mirar a Shikamaru que seguía concentrado en el tercer documento. Su cara estaba concentrada como tratando de descifrar lo que veía. Sin decir nada, estiró la mano y Temari le entregó una de las cartas que él determinó que escribió Hanna. Las comparó minuciosamente hasta que soltó un bufido.

- Bueno… Esta… esta es particular.

- ¿Qué tiene?

- Mira bien aquí. Hay dos fases de tiempo en la tinta. No podría asegurar que fueron escritas con la misma tinta o la misma herramienta, aunque sí puedo decir que son del mismo color, pero presentan diferente tiempo de exposición. Lo mismo ocurre con la letra.

- ¿Quieres decir que lo escribieron dos personas distintas?

- Y en dos momentos distintos. Con mínimo una semana de diferencia según la decoloración.

- ¿Una de esas personas es Hanna?

- Si. Ella no escribió tu nombre. Lo escribió alguien más.

- ¿qué escribió ella?

- Esta parte, desde "Me comunico para hacer el segundo reporte oficial de la misión" hasta "a favor de nuestra aldea". También escribió la parte de enviar el reporte detallado a la general del escuadrón, pero si notas, las líneas que están en medio de eso, está escrito un poco más estrecho. Eso fue escrito después y a pesar de que la letra es prácticamente idéntica, no es la misma. Fue escrito por una persona zurda. Probablemente con la intensión de personalizar el mensaje debido a que fuiste tu quien pidió la información y debía responder de acuerdo a tus necesidades. Lo de "Agradezco su preocupación e interés por nuestra seguridad.", tampoco fue escrito por ella. Pero su firma sí.

Temari tomó los tres documentos, a simple vista no podía ver todo lo que indicaba Shikamaru, debía analizarlo con mucho cuidado. Ciertamente todo parecía confuso.

- ¿Cabe la posibilidad de que quien haya escrito eso sea Chin?

- No conozco la letra de Chin ni si es zurda. Podría ser, pero no tiene sentido que haya escrito sobre sí misma en tercera persona, imitando una letra ajena. Además, muestra un nivel muy impersonal. Mizu… Hanna cuando escribe tiene un trazo ligeramente más orgánico. Normalmente no me fijo en el perfil psicológico de la letra en la grafología porque es fácilmente falseable y roza muy de cerca la pseudociencia, pero para este caso, quien complementó la carta, sentía todo, menos preocupación por la otra Kunoichi.

- Bien… entonces definamos esto… Hanna escribió un reporte de una misión días antes de tener información al respecto para crear un señuelo y tener cubierta su coartada al mismo tiempo que se dirigía a Konoha…

- Así parece.

- ¿Y quién es la persona que recibió mi carta, complementó su reporte y me respondió?

- Eso por ahora es un misterio. Hasta ahora solo sabemos que conoce la situación, que es una persona zurda, y que está siendo cómplice de todo. ¿estás segura de que tu aldea no está enterada?

- Segura. No está reportado en ninguna parte esto. Gaara, que es el que obligatoriamente debería saber esta situación, no sabe nada. La única pieza faltante que nos queda es…

- Saber qué pasó con la otra Kunoichi. Con Chin. Si estuviera involucrada se habría ahorrado problemas y habría escrito en su nombre desde el primer momento y a tiempo real.

- Ya envié a dos ninjas a investigar. Enloqueceré si Hanna y Chin están ahí haciendo su trabajo y al mismo tiempo Hanna está en Konoha.

- Llámame soberbio o todo lo que quieras, pero estoy seguro de que Hanna está en Konoha. No sé respecto a Chin. Pero Hanna seguro es la misma que conocí en octubre.

- Eso podría significar que ella es…

- Una traidora…

Temari agotada se dirigía nuevo a su oficina para iniciar un nuevo día laboral. El día anterior no había podido dormir con la preocupación de no saber qué ocurría con la Kunoichi que había jurado lealtad a la aldea de la Arena. Abstraída en sus pensamientos, al entrar a su oficina se llevó una impactante sorpresa.

- Pero… ¿qué haces aquí?

(Noviembre – mes 11o desde que inició la guerra)


Y bien... ahora si, inaugurado el regreso...

Que tal! hacía rato no tenía un cap tan largo, no se me vayan a enojar XD