:POWER STONE:
By Kaoru Hino
Notas para la lectura:
- lalalala - diálogos
lalalalala pensamiento
:Capítulo 1: El comienzo
Castillo del Consejo
- Comprendo la situación señor... Créame que estoy al corriente de todo lo que viene ocurriendo en estos últimos tiempos y no sabe cuánto me avergüenzo de no poder ser de ayuda.
- Ya, ya, eso dicen todos, señorita... Pero créame que esta vez usted será la encargada de ayudarnos
- ¿Cómo dice?
- Como la gran hechicera que eres, es necesario que cumplas con la misión para la que has sido destinada...
- Pero yo no tengo el poder suficiente como para salvar al mundo de la catástrofe que se avecina... Sólo sé usar el fuego, el relámpago y el hielo... Ni siquiera he aprendido a usar correctamente estos tres elementos
- Pero los tienes en tu interior, ¿no es así? Como hechicera que eres, tú dentro tienes el poder.
- Sí, pero no sé como usarlo, ¡y ni siquiera sé qué tengo que hacer!
- Pues muy sencillo, tienes que recuperar el poder de la sagrada "Power Stone".
- ¡Pero esa piedra desapareció hace cientos de años!
- ¡¡Mentira!! ¡No blasfemes delante de mi! Soy el presidente de este consejo...
- Okina-sama... Ruego... me disculpe... no sabía que la piedra aún existiese hoy en día...
En medio de la gran discusión que llevaban a cabo un hombre de alta edad y una jovencita de 20 años, se abrió la puerta de la gran sala y rápidamente un informador se acercó a Okina, le dio un papel y se fue, cerrando de nuevo la puerta tras de sí.
Muchas cosas habían acontecido en el mundo durante los últimos años a pesar de que ya se había librado una cruel batalla por el mismo motivo y no precisamente mucho tiempo atrás. Como siempre, el desencadenante de que la balanza se desequilibrara era el odio. La maldad se había vuelto a extender por el mundo debido a una gran fuerza que venía del Noreste de la región de Kioruto, y el consejo, cansado de librar batallas contra tal reino, decidió que era hora de alzar de nuevo la sagrada piedra... y esta vez, el Mesías aparecería... o al menos eso esperaban.
- No tienes que disculparte, pequeña Kaoru... tan sólo te pido que cumplas con la misión que te han marcado las estrellas...
- Qué misión tan dura para mi sola - concluyó la joven bajando la cabeza mientras el hombre se disponía a leer el folleto que le habían entregado.
Kaoru Kamiya era una de las jóvenes promesas del mundo de la hechicería. Desde muy pequeña, había sabido controlar a la perfección todas sus dotes y por ello fue entrenada por los mejores hechiceros durante toda su vida. Ahora, contaba de 20 años y de una belleza que no pasaba desapercibida. Eran muchos los que habían tratado de conquistarla, casi se contaban por centenas... pero ningún hombre, mago, hechicero, humano o elfo había conseguido robar su corazón... Algunos decían que era insensible debido a su poder.
Por su parte, Okina, el viejo presidente del Sagrado Consejo, era la antítesis de el que sería su sucesor. Se le llamaba "el mujeriego" y desde luego, aquellas afirmaciones eran totalmente ciertas; le encantaban las mujeres. Pero por encima de eso, estaba su cargo y por ello, se veía obligado a estar todo el día de un lado para otro y pensando en cualquier cosa menos en lo que el quería... es decir, encontrar una mujer con la que casarse.
Después de leer el papel, Okina dio un suspiro y miró a Kaoru mientras con su mano hacía runas en el aire e invocaba a su bastón.
- Me parece que no vas a estar sola en esta misión, pequeña...
- ¿Cómo dice? - preguntó la joven esperanzada
- Sí... como oye, tengo que dar una pequeña lección a alguien... así que no se precipite en su euforia...
Kaoru se tapó la boca al instante y comprobó que el viejo no bromeaba pues tras sus palabras se podía ver una mirada de cansancio.
Como salido de la nada, Okina hizo aparecer al que sería el compañero de viaje de Kaoru. De una nube de polvo apareció la figura de un hombre de unos 28 años de edad, con el pelo largo y rojo. Vestido con el uniforme de mago del clan del Fuego. Cuando la nube se extinguió, el hombre abrió los ojos y miró para los lados.
"Los ojos más bonitos que he visto nunca" pensaba Kaoru mientras le observaba.
El hombre se percató al instante de la presencia de la joven sintiendo una profunda fuente de poder que emanaba de la jovencita que ahora no paraba de observarle altiva. Sin hacerle caso, se dirigió a Okina que esperaba sin duda una explicación...
- Nos volvemos a ver Okina...
- Sí, aunque no porque yo haya querido, Himura...
- Jajaja, tú nunca quieres verme...
- Menos risitas... ésta vez no voy a poder perdonarte...
- ¿Perdonadme?... Ah, sí, se me olvidaba, otra vez he vuelto a ser el niño malo de la Corte ¿no?
- Así es... Himura, así es...
- ¿De qué se le acusa, Okina-sama? - la voz de Kaoru sonó rotunda y extremadamente dulce para los oídos del recién llegado -.
- De todo. Se ha saltado las reglas una y mil veces para conseguir lo que quiere... Enamorar con hechizos a mujercitas, castigar sin piedad a quiénes se burlan de su poder... e incluso ha matado... Es decir, es una buena pieza y además...
Kenshin Himura sonreía ante la narración de sus hazañas... Él no se consideraba ni mucho menos un hombre malo. Se veía a sí mismo como el único que era capaz de hacer justicia y pensaba que un mundo no se podía manejar con reglas absurdas que protegían a todos los seres vivientes, incluidos los malvados. Era ridículo pensar que así se iba a llegar a alguna parte.
- ... es decir, Kaoru, he decidido que, para darle una lección, o al menos para que su mente se distraiga de las cosas que generalmente hace, te acompañe en tu viaje....
- ¡¡QUÉ!! - dijeron ambos al unísono.
- ¿Quieres decir que tengo que ir a recoger las piedras que forman la Power Stone con un lunático delincuente? - Comentó Kaoru casi fuera de sí.
- Yo también la quiero mucho a usted, señorita - observó Kenshin sin moverse.
- ¡NO ME HABLE ASÍ, ASESINO!
Kenshin enmudeció ante la acusación y agachó la cabeza... "por qué agacho la cabeza... me debería dar igual, siempre me han llamado así... pero sus ojos".
- He de advertirle, señor Himura, que Kaoru tiene un poder que supera el entendimiento del consejo. Por eso he decidido que la acompañe en su viaje... Creo que ambos pueden aprender el uno del otro, y quién sabe... a lo mejor así deja de venir a incomodarme...
- Muy gracioso Okina... ¿pero no tiene miedo de que intente matarla? - cuestionó arrogante el pelirrojo
- No... no podría ni siquiera intentarlo... ya le he dicho que Kaoru tiene un poder muy superior a usted y que sobrepasa mi entendimiento... Así que... Con todos mis respetos a los dos, les embarco en su viaje...
El sabio anciano hizo de nuevo runas en el aire con el bastón y una luz cubrió a los jóvenes...
- PERO OKINA - Kaoru trataba de obtener la explicación de qué era lo que tenían que hacer...
- Busca las cuatro piedras sagradas, Kaoru, las cuatro. Una vez las halles, podrás ver la Power Stone... No se te olvide entonces visitar a Amakusha... Buen viaje...
- OKINAAAAAA
Ladera del monte sagrado Ki
- JAJAJAJAJAJAJA
- ...
- JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
- ...
- JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
- ¡¡¡QUIERE DEJAR DE REIR!!! - gritó Kaoru al borde de la desesperación -.
- NO... JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA, es que... todavía... JAJAJAJa, recuerdo su: OKINAAAAA. JAJAAJAJAJA, ¡¡GRITA COMO UNA NIÑA MALCRIADA!! AJAJAJAJA.
- ¡¡¡CÁLLATE!!!
Kaoru no se controló lo más mínimo y lanzó una ráfaga de aire a su compañero que le cubrió por completo. Kenshin enmudeció, pero pudo lanzar un hechizo contra aquella monumental descarga de poder y consiguió detenerlo antes de sufrir heridas...
- ...
- Por fin me hace caso.
- No vuelvas a hacer eso... niñita...
- Lo haré si vuelve a molestarme... delincuente.
- ... soy Kenshin Himura...
- Y yo Kaoru Kamiya.
- ¿¡Kaoru Kamiya!? ¿aquella hechicera de la que habla todo el mundo? - comentó Himura ahora sorprendido -. Ahora entiendo esa descarga de poder tan bien controlada...
- Sí, soy yo... Kaoru Kamiya, la persona a la que va a tener que aguantar...
- Se equivoca. Pienso irme de aquí.
- Haga lo que quiera... pero tenga cuidado... con su nivel de mago no podrá ir muy lejos..
- ¿De qué habla?... usted no sabe con quién está hablando...
- Probablemente, pero usted tampoco sabía con quién hablaba...
El mago enmudeció y la hechicera comenzó a caminar serena por el monte en dirigida por su instinto. Sabía que en lo más alto se encontraba una de las piedras que componían la sagrada Power Stone y no se rendiría aunque hubiese peligros a los que enfrentarse.
"¿Qué tiene esta hechicera que hace que sienta la necesidad de seguirla y ayudarla?" pensaba el joven mientras caminaba...
- ¡Tora! yo te invoco por el poder de los druidas, aparece... - rezó el joven con el bastón alzado y una pantera negra apareció a su lado -.
- ¿Sí?, Kenshin...
- Simplemente quiero que me protejas... que estés a mi lado...
- Lo haré... pero esa muchacha... no puedo contra ella.
- No, no, no le hagas daño, es mi compañera... - dijo el hombre poniendo una mano encima del mamífero y acariciándolo suavemente -.
- ¡AHHHHHHHHH! - gritó Kaoru al ver a la pantera... - ¿Qué se supone que eres? ¿UN DRUIDA?
- SHHHH, tranquila, tranquila. Ésta es Tora, mi Totem... No te preocupes, nos protegerá en espíritu... Tora, ¡en las sombras! - la pantera desapareció -.
- No tenía ni idea de que tuvieses un Totem.
- La gente de mi clan solemos tener Totems...
- Ya veo...
- ¿Te he asustado? - dijo Kenshin a sabiendas de que Kaoru le respondería con una negación -.
- ¡En absoluto! - comentó orgullosa - ¿Vas a acompañarme?.
- Sí... tengo el deber de protegerte...
- ¿Desde cuándo?
- Desde que tus ojos se cruzaron con los míos preciosa...
- Que seas guapo no significa que puedas tener nada conmigo...
- ¡Ah! ¿Te parezco guapo? - cuestionó victorioso -.
- En absoluto..
- Pues lo has dicho.
- ¡¡BASTA!! - gritó y su eco se oyó en las profundidades del bosque...
- SHHHHHHHH, esta es tierra de rocas... Mira, no me hace ninguna gracia hacer esto contigo, y qué digo, hacer esto en general. Pero si queremos que cumplas la misión y acabar ambos con vida tenemos que cooperar. Yo he estudiado mucho y sé bastante sobre los lugares de éste mundo... así que te ayudaré.
- ¿Y a qué viene ese repentino cambio de actitud?.
- Creo que se debe al poder que emana de ti...
- ¿Qué?
- Es el poder que he estado buscando toda mi vida desde que...... murió...
- ¿Quién? - preguntó la joven ahora preocupada y enternecida por el aspecto de Kenshin -. ¿Quién murió?.
- Nada, olvídalo pequeña fiera... Arriba hay una cueva... creo que es allí donde se levanta el velo del Cristal de Fuego... probablemente sea eso lo que tenemos que buscar...
- ¿El cristal de Fuego?...
:CONTINUARÁ:
Notas de la autora
Sí, sé que ya con esta tengo 4 historias abiertas, 3 de Rurouni Kenshin... Pero es que me dejó tan matada el lemon del otro fic que tuve necesidad de escribir algo nuevo y de ahí surgió la idea de esta historia. Para el final del Guerrero del Sol aún faltan unos detalles y para el siguiente capítulo del Deseo de los Dioses no queda casi nada y espero poder tenerlo para hoy o mañana. Así que os pido paciencia, mis lectores.
Creo que no hace falta que diga que esta historia va a tratar de magia y cosas por el estilo, pero también os advierto de que habrá mucho romance... Espero que os guste. Y si tenéis alguna duda, pregunta o algo que decirme, ya sabéis, DEJAD REVIEWS.
Muchos besitos y gracias por leerme.
