Capítulo 2: En las galerías de la montaña Ki

- ¿Qué, qué quiere decir con el Cristal de Fuego?.

- A ver preciosa... deja de hablarme de usted... vamos a trabajar juntos.

- ¡Deja de decir tonterías y contéstame!...

- Bueno, veo que he logrado que me quite la fórmula de cortesía...

- Grrrr...

- Esta bien... Vamos a ver... en la dimensión en la que nos encontramos existen cuatro grandes altares distribuidos en puntos opuestos de este mundo. Bien... dice la leyenda, que los pusieron así para evitar que alguien uniera esas gemas y levantase el poder oculto que tras ellas se esconde...

- La Sagrada Power Stone...

- Quizás...

- Y me imagino que estarán bien custodiadas por trampas, laberintos mágicos y otras cosas, ¿no?.

- Ummm, se dice que fuego y agua son las custodiadas por trampas y tierra y viento las custodiadas por Magos Supremos... pero no te lo puedo garantizar. Y de todos modos, eso no es lo peor...

- ¿A no? - preguntó Kaoru frunciendo el entrecejo.

- No... una vez tengamos las 4 piedras elementales tendremos que llevárselas al que Okina llamó Amakusa. El gran Sacerdote. Pues sólo en su templo se levantará aquella sagrada piedra que estamos buscando, cielo y...

- ¡Deja de llamarme cielo!.

- Vale, vale... no te pongas arisca.

Kaoru se dio la vuelta y comenzó de nuevo a ascender por el sendero de camino a la primera gema y Kenshin le siguió de cerca siempre con una sombra a su lado que les protegía a ambos.

La montaña no era muy alta, pero costaba mucho ascender, el camino, a pesar de estar repleto de árboles, también estaba lleno de piedras y en algunos lugares era difícil pasar debido a la gran magnitud de las rocas que frenaban el paso.

A pesar de la vegetación exuberante del lugar, no se oía ningún riachuelo y Kaoru se sorprendió. Le parecía increíble que en todo el lugar no hubiese un poco de agua. Kenshin, que tenía desde pequeño la habilidad de leer mentes sonrió ante tales pensamientos...

- Si no hay agua es porque estamos en territorio de Fuego, tesoro...

- ¿¡Qué!? - preguntó la joven entre sorprendida y asustada -.

- Que no puede haber agua...

- ¿Pero de qué estás hablando?

- De lo que estabas pensando.

- ¿ACASO ESTÁS LEYENDO MIS PENSAMIENTOS?

- Pues sí...

- ¡¡DESGRACIADO!! - gritó Kaoru tirándole una piedra que por suerte logró esquivar el susodicho -.

- No me arrojes cosas

- ¡¡Y tú no me leas la mente!!

- SHHHHHHHHHHH, deja de gritar...

- ¡¡Haré lo que quiera!! ¿Qué pasa si grito? ¡¡¡EH!!! ¡¡¡¡EH!!!! ¡¡¡EHHHHHH!!!

(TSCHAKK RRRRR)

- ... eso... eso pasa...

Un desprendimiento... Eso era lo que el señor Kenshin Himura estaba intentando evitar, pero le encantaba picar a la mujer, no podía evitarlo, y claro, eso había desencadenado en el mayor de los desatres.

En el pico de la montaña, hasta ahora, se mantenía un gran aparejo de rocas y piedras de gran tamaño que debido al grito y al eco que produjo la voz de Kaoru, se desprendieron y comenzaron a descender con fuerza por la ladera, llegando a los ojos de nuestros protagonistas mientras destrozaban todo a su paso.

Kenshin con rapidez, dio un salto extremadamente largo hacia un lado para esquivar la maraña de piedras, esperando que Kaoru hiciera lo mismo, pero no fue así. La hechicera, como si se hubiese quedado en estado de shock, miraba sin inmutarse todas las rocas que se le venían encima... Kenshin gritó presa del pánico, para que la muchacha despertara, pero no lo hizo. Para su sorpresa, incluso cerró los ojos.

El pelirrojo no comprendía nada. Y comenzó a crear hechizos de protección por medio de palabras, pero la fuerza de las piedras era demasiado grande. Observó a la pequeña Kaoru entonces, como si fuese la última vez que la vería con vida y lo que vio, sin duda le dejó impresionado.

La joven empezó a elevarse unos centímetros del suelo, envuelta por un aura blanquecina. Alzó la mano sin abrir los ojos y esperó. Cuando las rocas, que iban a llegar a ella estaban a unos metros abrió los ojos y con fuerza, lanzó unos de los hechizos más poderosos que Kenshin había visto en su vida.

De las manos de la joven salieron huracanes que dividieron a las rocas en dos y pasaron a ambos lados de la muchacha mientras Kenshin y Tora, que se había mostrado para ayudar a su mago, miraban atónitos la descarga de poder de la mujer.

Una vez acabó todo, Kaoru cayó al suelo de rodillas y Kenshin y Tora salieron a su encuentro. El joven se arrodilló a su lado, la miró y observó que no estaba herida con una mezcla de alivio y sorpresa.

- Menos mal que estás bien - musitó -.

- Kenshin, vuelvo a las sombras... - advirtió el felino -.

- De acuerdo...

- ...

- ¡Kaoru dime algo!

- Kenshin... mira - dijo la joven señalando un punto a la espalda de Kenshin -.

Kenshin se giró y comprobó como había aparecido una puerta entre las rocas que habían quedado paradas delante de Kaoru.

- ¡La entrada! - exclamó sorprendido.

- Debemos ir...

- ¿Pero estás bien? - cuestionó preocupado.

- Creo que sí... sólo ha sido la impresión. Jamás había lanzado un poder semejante...

- ¿A no? - preguntó completamente alucinado -.

- No... - negó asustada - Entremos. - finalizó levantándose y avanzando hacia la puerta poco convencida -.

Kenshin la siguió con la mirada y se levantó también para seguir sus paso. La muchacha cruzó el umbral de la puerta, y cuando Kenshin hizo lo mismo, se paró en seco. La mujer lo notó y se giró expectante.

- ¿Qué ocurre?

- Aquí, hay escondido un gran poder. Hay que tener cuidado.

- Uy, qué serio te has puesto... hasta diría que tus ojos han cambiado de color - comentó divertida -.

- No digas tonterías.

Con esa respuesta a Kaoru le quedó claro que el hombre que había entrado no era el mismo que el que había estado fuera, pero no le dio importancia, ya estaba acostumbrada a criaturas semejantes. "¿Por qué diablos siempre me toca andar al lado de todos los lunáticos?... Ummm, voy a matar a Okina cuando esto haya acabado por mandarme cuidar a semejante personaje"

- Continuemos - finalizó ella, pero Kenshin de un salto se puso el primero -.

- Yo avanzaré primero, ya que éste es mi templo.

- ¿Tú templo? - Kaoru ya pensaba que la locura del hombre comenzaba a hacer demasiada aparición en él.

- Sí. El templo del Fuego. Este cristal... es el que adoran los de mi clan.

- Ahhhhhh - afirmó ella poco convencida.

Tora apareció por detrás de la joven silenciosamente. Cuidándose de que Kenshin no la descubriera y comenzó a hablar a Kaoru por telepatía para evitar cualquier tipo de enfrentamiento entre ellos.

- Mi señora, ese que usted ve ahí no es Kenshin Himura... es su lado oscuro.

- Ya me había dado cuenta.

- Le advierto, esta característica de su personalidad puede ser muy buena, o muy mala dependiendo de con qué persona se encuentre, así que tenga cuidado.

- Muchas gracias... supongo. - La joven se sentía extraña y miró al pelirrojo que avanzaba mirando a los lados con suma precaución -.

- Y otra cosa...

- Dime, te escucho; aunque no sabía que pudiese usar la telepatía.

- Veo que usted no sabe mucho del rango de su propio poder...

Kaoru no se esperaba esa respuesta, y calló.

- Lo que quiero decirle, es que ahora, Kenshin la protegerá con su vida, así que trate de no ponerse en peligro. Su fuerza es muy grande, pero la de él no ha despertado del todo aún y no sabemos cuándo podrá controlarla.

- ¿Protegerme a mi ahora? ¿por qué?

- Eso es mejor que se lo pregunte a él cuando vuelva a ser el de antes. Ahora vuelvo a las sombras, tenga cuidado. Y por favor no le mencione nada de esto.

- Gracias y no te preocupes, Tora.

La pantera entonces desapareció de su vista, y la muchacha se quedó pensativa durante unos segundos. "¿Mi poder? ¿Pero qué puede saber un Totem de mi poder?... Sí, ellos conocen el mundo mágico pero... ¿y qué tendrá que explicarme este loco?. Oh dioses, ¿¡pero en qué lío me ha metido Okina esta vez!? Ese mujeriego... el Señor Shinomori será mejor líder del consejo, estoy segura... aunque, bueno, menuda pieza es ese también..."

Cuando Kaoru dejó sus pensamientos ya habían llegado al final de la galería. Se encontraron con lo que ambos se esperaban, una bifurcación. La galería se abría en otras dos galerías iguales y de piedra maciza, ambas custodiadas por dos esculturas cada una hechas con jaspe rojo.

- Los dioses del Fuego y de la Tierra... - dijo Kaoru.

- Así es, ahora tenemos que decidir por cuál debemos ir - comentó Kenshin mirando fijamente la entrada custodiada por los dioses del Fuego -.

- Mis instintos me llevan a la puerta de Tierra.

- ¡Pero si buscamos la piedra de Fuego!

- ¿Quién te dice a ti que los dioses no estén cambiados, sabelotodo?... Hazme caso. Esta misión estaba predestinada a mi persona.

Kaoru comenzó a andar en dirección a la galería y Kenshin, con caras de pocos amigos la siguió. Pero al cruzar la puerta, una reja hechizada cayó cerrándoles el paso. Se giraron e intentaron levantarla de nuevo para tener una vía de escape por si las cosas les iban mal, pero no consiguieron nada.

- Menudos instintos tienes - comentó Kenshin acusador -.

- ¡No seas aguafiestas, señor que cambia de color de ojos!

Para sorpresa de Kaoru, Kenshin se abalanzó sobre ella y la llevó contra la pared, sujetándola para que no se soltara y mirándola con gesto amenazante.

- Puedo protegerte o matarte... y no consentiré que me sigas insultando...

Kaoru tragó saliva al comprobar que su acompañante sí se había puesto de lo más peligroso. Ahora Kenshin la sujetaba fuertemente haciéndole daño en los hombros y su cara se pegaba peligrosamente a la de ella. Podía notar su aliento en su cara y comenzó a ponerse nerviosa.

- ¿Por qué? ¿Por qué ese cambio de actitud Kenshin?

- No soy Kenshin...

- ¿Qué? "no, si encima va a ser un mago esquizofrénico..."

- Kenshin es un debilucho.

- Aunque lo sea, prefiero al otro tú - Finalizó Kaoru acercándose más si podía a su rostro.

El hombre que la miraba fijamente se sorprendió y la soltó de golpe. Un reflejo extraño apareció en sus ojos instantes después, como si su mente y su cuerpo se estuviesen dividiendo.

- ¿Kenshin? - dijo la joven tratando de que su acompañante inicial apareciese -.

El pelirrojo entonces la miró confuso hasta que dolor de cabeza le hizo caer de al suelo.

- ¡¡Kenshin!! ¿estás bien?. - preguntó Kaoru agachándose junto a él y poniéndole una mano en el hombro -.

- ...

- ¡¡Kenshin!!

- Shhhh, no grites...

- ¿¡Eres tú otra vez!? - preguntó satisfecha - ¡qué manía te ha dado con que grito! - observó con una sonrisa en sus labios - ¿estás bien?

- Es que hablas muy alto pequeña pero... ¿có... cómo lo has hecho?.

- ¿El qué?

- Hacerme volver...

- No lo sé... lo ignoro completamente, ¿pero quién o qué es ese?

- Ummm, cuando salgamos de aquí te lo contaré todo, si para entonces quieres escucharme, claro... Aquí, creo que no puedo distraerme ni un momento o esa parte de mi volverá.

- ¿Pero qué ocurre?

- ¿No lo notas?.

- ¿El qué?

- Esta atmósfera... - Comenzó mirando alrededor - Yo soy del Clan del Fuego. Y no me hice de ese clan por que sí. Desde pequeño tuve la habilidad de crear fuego con mis manos..

- ¡Entonces eres un hechicero! - La mujer ya no sabía si sorprenderse, asustarse o directamente volverse loca como el que tenía delante -.

- No exactamente, Kaoru, no exactamente... Ya te explicaré.

- Estoy hecha un lío.

- Es igual... El caso, pequeña, es que tengo que estar alerta. En esta atmósfera, mis sentidos se disparan al igual que mi mente. El fuego es un elemento pasional extremo, y a mi me afecta.

- Pero entonces debería afectarme a mi también que lo controlo al igual que tú.

- No, porque tú también controlas el agua y el viento y lo contrarrestas.

- ...

- De cualquier manera - continuó levantándose -. Tenemos que seguir adelante. Elegiste bien la puerta, pequeña - finalizó tendiéndole una mano para ayudarla -.

- ¿Cómo lo sabes?.

- Mira al fondo.

Kaoru observó con detenimiento el fondo de la galería mientras cogía la mano de Kenshin y se levantaba. Desde allí podía ver cómo el escenario cambiaba. Una gran sala de piedra se alzaba en un territorio volcánico. Se veía desde allí como unas burbujas de fuego mágico subían hacia arriba y formaban círculos para volver a caer...

- Es la antesala de la gruta que nos llevará al cristal...

- Ya veo...

- Pequeña, ¿tú controlas el agua a la perfección?

- Hombre, eso de a la perfección... - dijo poco convencida -.

- Es igual, ¿la controlas?

- Sí..., bueno...

- ¿Podrías crear un hechizo de protección para ti?

- ¿Qué quieres decir?

- A mi no me ocurrirá nada. El fuego es parte de mi... pero en ti hay una dicotomía que debes superar. Y para ello debes forjar un hechizo de protección con agua o viento.

- Con agua entonces.

- Bien... siendo así adelante.

La hechicera se dispuso a crear el que sería su primer hechizo de protección en un medio hostil y formó runas en el aire. Su vestido comenzó a moverse y de sus manos salió un bastón largo de madera en cuyo límite había una bola de cristal púrpura que ahora brillaba con destellos morados. Abrió los ojos y alzó el artefacto. Pronto una burbuja de agua la cubrió por completo para acabar pegada a ella como una especie de aura azul.

- Ya está. Mientras tenga eso en mi mano - dijo señalando su bastón -, el fuego no me hará daño "o eso creo".

- Estupendo, preciosa... siendo así, vamos.

- De acuerdo.

Comenzaron a caminar hasta que llegaron a la nueva sala y lo que vieron allí nada más llegar, les horrorizó.

:CONTINUARÁ:

Notas de la Autora.

Konnichiwa!. No me esperaba un recibimiento semejante para un fic tan místico como este. Os doy las gracias de todo corazón .

He acabado el capítulo aquí porque lo que va a pasar ahora va a ser muy engorroso, y tampoco quería avanzar demasiado . Espero que os guste el capítulo... Como veis, he puesto un poco de Battousai a la personalidad de este Kenshin ¿Qué le tendrá que contar Kenshin a Kaoru, por cierto?... Jijijiji, ya lo sabréis a su tiempo... ¡¡Tengo el poder!! Jajajaja.

Bueno, y paso a contestaros a los reviews que puedo ver (los de hoy no los he podido mirar, así que si me alguien no ve su contestación aquí, espero que me perdone, pero seguro que le contestaré en el próximo capítulo. Gracias de antemano a todos).

Karura Himura: Hola Karura. Me alegro muchísimo de que mi historia te haya enganchado, muchísimas gracias por leerme. Y no te preocupes, que tu escribes también muy bien y ya le eché un vistazo a tu fic... Sólo échale muchas ganas y adelante. Tienes todo mi apoyo .

Kaoru Himura14: Mi nena wapa me ha pasado canción bonita que llevaba siglos buscando... ¡¡Gracias desde aquí!! Jijiji. La verdad es que me animó mucho saber que este fic te gusta .. Tu Fan nº 1 se siente tremendamente orgullosa... En este capítulo al final Kaoru se ha enternecido un poco... pero te aseguro que volverá a ser peor que antes en el próximo... Y prometo un Kenshin muuucho más raro que este. Jajajajaja. Muchos besitos y mil gracias por todo .

null: ¿De verdad sabías que Kenshin y Kaoru se iban a llevar mal desde el principio?... Jopé, eso me quita exclusividad... . Jajajajaja. En cualquier caso, me alegro de que te guste la historia. Ojalá sigas leyéndola. Nos vemos y gracias por leerme.

ladylancelot8: Me alegro muchísimo de tener nuevos lectores en mis filas... Gracias por leerme. Y espero que te siga gustando mi historia . Besitos y nos leemos .