Holas! Aca tienen el cap 3. Perdon si pareci medio antipatica en los caps anteriores, es q es el primer fict q publico y todavía no c bien como funciona (jeje), bueno los dejo con mi cap……. DEJEN RR!
Capitulo 3

Dos amores imposibles.

Mientras James se preparaba para partir al reino de Hogsmeade, Sirius, su buen amigo se encontraba en el monte Grimmlaud Place.

-Hoy te ves genial, Sirius-le dijo una voz femenina.

-Eh... gracias, Narciso-agradeció el dios del sol, mirando a la divinidad que se encontraba a su lado, con algo de desconfianza y asco. De pronto, vio algo que hizo que sus ojos se iluminaran.

-Oh, Sirius, no me mires así-exclamó Narciso, pensando que lo miraba a él-. Tendrás problemas con mi novio si lo haces.

-Eh...-murmuró Sirius, sin saber qué decir-. No te preocupes: no lo haré más... Hasta luego.

Y se fue detrás de la persona que acababa de ver.

-¡Hola!-exclamó, sin aliento.

-¿Te conozco?-preguntó descortésmente Casandra, diosa del destino.

Sirius la miró, extrañado: nunca ninguna diosa o mortal lo había mirado así, sin embargo, no se dejó abatir.

-Soy Sirius Black, dios del sol, de las artes, de la música y del oráculo de Delfos; hermano de Luna Loovegod, diosa de la caza y de los bosques; hijo de Zeus, mi padre, dios del trueno y del rayo, rey de los Olímpicos; hijo, también de Leto, diosa de...

-No hace falta que me digas todo tu árbol genealógico para que sepa quién eres-interrumpió Casandra, con una expresión extraña.

-¿Entonces has oído hablar de mí?-quiso saber Sirius, pensando que, quizá eso impresionara a la diosa.

-No, pero ya a simple vista me puedo dar cuenta de que eres un machista, engreído, presumido, molesto, insensible, cansador, imbecil, irritante...

-Bueno, ya entendí.

-...bobo, estúpido, provocador...

-Te dije que ya había entendido...

-...ereje, ñoño, tonto, envidioso...

-¡YA ES SUFICIENTE!-gritó Sirius, molesto: no había nada peor para él que le dijeran sus defectos en la cara.

-...en resumen, ya te conozco.

Surgió un silencio durante el cual, Casandra sacó una lima de su túnica y comenzó a arreglarse las uñas y Sirius la miró. No cabía duda de que era bellísima, pero con ese carácter no le extrañaba que no estuviese casada... ¿estaba casada?

-Em... ¿puedo preguntarte algo?

-¿No lo acabas de hacer?

-¿Estás casada...-continuó Sirius, fingiendo no haberla escuchado-...o estás saliendo con alguien?

-No voy a salir contigo y eso es lo único que debe importarte-respondió la diosa, cortante.

-Así que no sales con nadie... y eres demasiado joven para estar casada. Dime, ¿cómo te llamas?

De pronto, la diosa, que estaba mirándose las uñas, lo miró con los ojos en blanco y, con una voz incorpórea y áspera, dijo:

-Tu cólera será descargada sobre los mortífagos, guerreros del reino de Hogsmeade. Sin embargo, no tendrán frutos, puesto que destruirán la ciudad que tanto añoras...

Luego, volvió a la normalidad.

-¿Qué fue lo que dijiste?-preguntó Sirius, quién se había quedado contemplando a la diosa, ahora no solo con... em... ¿me explico, sino también con fascinación.

La chica, que parecía recién haber despertado de un sueño, lo miró y, con crueldad, dijo:

-La alucinaciones no son buenas para nadie...

Sonrió, como si supiera de qué le hablaba Sirius, y desapareció detrás de una nube.

-Hola, padre-saludó Sirius, unas horas más tarde.

-¿Cómo has estado, hijo mío?-preguntó el poderoso Neville.

-¿Conoces a aquella diosa que siempre viste de negro, con cabellos dorados y ojos verdes e intensos?-interrogó el dios del sol, sin poder contenerse.

-¿Hablas de Casandra?-dijo su padre.

-No se su nombre-confesó Sirius.

-Es la diosa del destino, una de mis hijas favoritas...

-¿Quién es su madre?-preguntó el chico, sin sorprenderse por lo que el rey de los olímpicos acababa de revelarle: Neville era el padre de la mitad de los griegos.

-No lo recuerdo.

-¿CÓMO QUE NO LO RECUERDAS?-dijo Sirius, desesperado. Lo que más deseaba en ese momento era saber sobre esa chica.

-Bueno, hijo, tu eres un adulto... debes entender estas cosas. Fue después de la boda de Peleo. Tu sabes... estaba cansado, había bebido un poco (no estaba borracho, estaba contentillo)... tu entiendes que hay cosas que pasan. (NA: no me imagino a Neville haciendo esas cosas...)

-¿Pero no tienes la más remota idea de quién...?

-Bueno... esa noche fue larga. Creo recordar que estuve con Minerva, Hermione y Hestía, pero me parece que estuve con más. Pregúntales, seguro que lo recuerdan.

-Lo haré-dijo Sirius-. Dijo algo extraño cuando hablé con ella...

-Seguramente una predicción. Como es la diosa del destino, suele hacer cosas así, no puede evitarlo.

-¿Una predicción?-repitió Sirius-...no puede ser...

-¿Qué fue lo que dijo, hijo?-quiso saber su padre.

-Predijo la caída de Hogwarts...

-No te preocupes, hijo-pronunció Neville, notando el tono de voz preocupado de su hijo-. Últimamente sus predicciones son erradas. Estoy seguro de que no le pasará nada a Hogwarts.

Un poco más tranquilo, Sirius se retiró a su recámara.

-Bienvenido, príncipe James. ¿Cómo estuvo su viaje?-preguntó uno de los esclavos de Snape, rey de Hogsmeade.

-Muy agradable-respondió el chico-. ¿Se encuentra su amo?

-Lo está esperando…

Las puertas del gigantesco comedor de Snape se abrieron, revelado una sala enorme, llena de mesas repletas de comida. En la cabecera de la mesa principal se hallaba el rey del castillo, tomando una copa de vino, mientras escuchaba la entonación cantada por su juglar:

Ninphadora... con su bolso de piel de cocodrilo

y sus zapatitos de tacón

y su túnica de domingo.

Ninphadora se sienta en un banco en el andén (9 3/4)

y espera a que llegue el primer tren

meneando la varita.

-Oh, príncipe James, ¡qué placer recibirlo en mi humilde hogar!-exclamó el rey Snape.

-El placer es mío, al haber sido invitado-saludó James, extendiéndole la mano.

-Le presento a mi esposa-dijo el rey, cuando una muchacha, mucho más joven que él, se acercó-, Lily.

En el momento que James y la reina de Hogsmeade se vieron, se amaron.

Dicen en Hogwarts que un profesor paró su reloj

una noche de haloween.

"Adios, amor mío, no me llores, volveré

antes que de los sauces caigan las hojas.

Y piensa en mí, volveré yo por ti".

Los ojos del príncipe de Hogwarts brillaron y Lily, al advertir esto, le sonrió.

-Un honor conocerlo-murmuró, la reina de Hogsmeade, sin dejar de mirar al príncipe.

-El gusto es mío-respondió éste, besándole la mano.

¡Pobre infeliz!

Se paró su reloj infantil,

una tarde plomiza de abril,

cuando se fue tu amante...

Se marchitó en tu huerto hasta la última calabaza.

No hay un sauce boxeador en la calle mayor

para Ninphadora.

-Me gustaría discutir un par de cosas con usted, James,-interrumpió Snape-antes de firmar la paz con su ciudad.

-En realidad,-frenó el príncipe, intentando parecer cortés, dejando de mirar a Lily por primera vez-estoy algo cansado, ¿podríamos esperar hasta mañana?

Dicen en Hogwarts que el profesor volvió.

La encontró en su banco de pino verde

y la llamó "Ninphadora, mi bruja fiel, mi …

-¿PUEDES CALLARTE, INUTIL? ¡INTENTO HABLAR SOBRE ALGO IMPORTANTE!-gritó Snape, volviéndose al juglar-. Haces que pierda mi concentración… ejem, ejem, ¿Qué estaba diciendo? Ah, sí-. Entonces, se dirigió a James:-No se preocupe. Doby lo llevará hasta su habitación.

-Muchas gracias. Con su permiso.

James siguió a un sirviente algo petizo y peludo a través del castillo. Hasta el último milímetro de la pared estaba cubierto por cuadros, varios del propio rey en diferentes etapas de su vida, otros de personas desconocidas y algunos pocos de Lily, la hermosa Lily.

James estaba desconcertado: nunca había visto a nadie tan bello como la reina de Hogsmeade, sin embargo, estaba casada con uno de los mejores amigos de su padre y nunca podría olvidar su belleza… ¿Qué podría hacer?

-Aquí está su habitación-indicó el sirviente, abriendo una puerta-. Si necesita algo solo llámeme.

Se retiró.

El cuarto temporal de James era muy elegante: tenía una cama adoselada, un escritorio y un par de sillones. El príncipe sabía que, si el rey Snape supiera acerca de sus sentimientos por Lily, no sería tan amable.