Summary: Los personajes de Css no me pertenecen estos perteneces a Clamp.

¡Hola ¡ Yuen ha vuelto ...

Y desgraciadamente con un nuevo fic que se le ocurrió tras una muy "interesante" clase de Lengua .( Podéis imaginar lo atenta que estaba ese día yo en clase ...)

A lo que iba este es mi fic más reciente y espero que de verdad os guste . Es un AU , Universo Alterno centrado en un mundo dominado por la magia y criaturas extrañas. ¡Espero os guste!

CAPITULO UNO : La sacerdotisa.

La sacerdotisa suspiro al salir de la sala apoyándose pesadamente en una pared, todavía no era muy capaz de asimilar lo que estaba ocurriendo, realmente no podía ...

- ¿Se encuentra bien , señora? - preguntó un hombre acercándose a ella, por sus ropas rojas y doradas junto a la espada en su cinturón era claro que se trataba de un soldado .

- Si, estoy bien - suspiro la mujer recuperando un poco su compostura - ¿Podría guiarme hasta la salida ? No conozco el castillo lo suficientemente bien ...

- Por su puesto señora - contesto el soldado haciendo una reverencia hacía la sacerdotisa - Pero acaso el consejo ya ha sido anulado ...

- No, no ha terminado - gruñó la mujer algo impaciente - Acaba de empezar ...

- ¿Entonces ...? - siguió el soldado todavía en su pose de reverencia mirando al suelo .

- Si tu pregunta es por que deseo salir, te contestare que necesito tomar el aire - su tono fue muy brusco, tanto que hizo temblar ligeramente al soldado .

- Co ... comprendo , mi dama - se excuso el soldado temeroso, ella era una sacerdotisa y como tal le debía respeto - Espero me perdone , no quise ofenderla .

- No ocurre nada - volvió a suspirar la mujer llevándose la mano a su cabeza - Pero por favor, no pregunte, tan solo guíeme hasta los jardines .

El soldado asintió mientras dando media vuelta comenzaba a caminar unos pasos detrás de la mujer, estaría mal visto que los viesen caminar juntos o que el caminase delante de ella dando le la espalda .

Desde su posición el joven soldado miro interrogativamente a la mujer delante de él, vestía de blanco de pies a cabeza , su traje era una especie de túnica que se anudaba en su cintura con un bello cinturón dorado. Solía ser el cinturón lo que marcaba el rango de las sacerdotisas, el dorado indicaba el más alto cargo. Su pelo era largo de un negro apagado, casi gris , lo recogía en una fina y larga trenza sujeta por un listón también dorado, su piel era tan blanca que precia nunca haber conocido los rayos del Sol, lo que seria comprensible ya que era una sacerdotisa de la Luna como bien demostraba su broche plateado en su pecho en forma de Luna . Había dos hermandades por decirlo de alguna manera , la del Sol y la de la Luna .

La hermandad del Sol estaba regida por sacerdotes, no se admitía a mujer entre ellos de igual forma que no se aceptaba a hombres en la de la Luna . Estos sacerdotes vestían túnicas también blancas , como las de druidas, ya que eso era lo que eran, druidas sagrados que utilizaban el poder del Sol. De igual manera que las sacerdotisas su rango era claramente visible por el cinturón que llevaban: si era azul claro decía que esa persona era un novicio que aún estaba en sus estudios de sacerdote o sacerdotisa, cuando sus estudios acababan y se iniciaban la etapa de los votos el cinturón cambiaba a un azul oscuro , transcurrida esta fase se iniciaba un periodo de prueba en el que el cinturón pasaba a ser rojo, después del periodo de prueba la persona era considerada un sacerdote y su cinturón pasaba a ser plateado . Solo los sacerdotes que demostraban un gran poder mágico en ellos durante su etapa de prueba conseguían el cinturón dorado, los que los convertía en sacerdotes de gran rango en su templo, pero para ser un sumo sacerdote y obtener en cinturón dorado se debía pasar muchas pruebas que muchos tardaban años en realizar y si conseguían obtener ese rango la edad ya había hecho presa de ellos , por eso el soldado se sorprendió al distinguir el cinturón dorado en la cintura de esa joven sacerdotisa, estaba claro que debía ser muy poderosa lo que también vendría a suponer peligrosa .

La joven sacerdotisa se volvió hacia el soldado y sonriendo extendió su mano para mostrarle los dos pasillos que tenían ante ellos .

- Creo que aquí me pierdo - sonrió ella - ¿Por dónde hemos de ir, caballero ?

- Hacia su derecha, mi señora - indico el hombre agachando la cabeza para no mirar a la joven los ojos .

- De acuerdo, pero por favor caminad a mi lado , es bastante incomodo tener vuestra mirada clavada en mi espalda - sonrió la mujer, el soldado acabo sonrojándose ante el comentario y todavía con la cabeza gacha, olvidando que posiblemente acabaría en los calabozos una noche por andar a la altura de la sacerdotisa comenzó a caminar a su lado , la joven de violeta mirada era realmente hermosa .

Ambos comenzaron a caminar sin decir ya una palabra más, hasta que en una de las paredes de piedra de aquel gran castillo la sacerdotisa diviso un hermoso cuadro que mostraba un inmenso paisaje nocturno. Era un gran lago en cuyo centro flotaba una mujer totalmente desnuda sobre las aguas, sus manos encogidas en el pecho mostraban que entre ellas guardaba algo que brillaba con fuerza iluminando el paisaje y el cuerpo de la mujer, ocultando el rostro de esta entre las sombras .

- ¡Que hermoso ! - murmuró la sacerdotisa olvidándose por completo del soldado y comenzando a caminar hacia el hermoso cuadro que ocupaba toda la pared. El soldado no se movió de su sitio lejos de la sacerdotisa- Había visto muchos cuadros sobre la diosa de los Astros, pero este es el mejor que he visto nunca .

- Si ... - murmuró levemente el soldado mientras contemplaba sonriente a la sacerdotisa .

- ¿Quién lo pintaría? ¿ Lo sabéis vos caballero ? - preguntó volviéndose hacia el soldado .

- Me temo que no señora, creo que fue pintado en el gremio de los pintores y que el maestro del gremio se lo regalo a la reina por su cumpleaños .

- Hermoso regalo en mi opinión, me encantaría conocer al autor ... es realmente increíble - sonrió la sacerdotisa aun contemplando el cuadro. Justo mientras decía esto aparto unos mechones de su hermoso cabello detrás de sus orejas dejando estas claramente a la vista del soldado, eran puntiagudas .

El soldado sonrió divertido al darse cuenta de esto, ahora entendía perfectamente porque la joven poseía un rango tan alto de sacerdotisa, era un elfo ...

*********/////



- ¡¡¡Kinomoto!!! - gritó furiosa la voz de un hombre entre los muros de ese taller lleno de trabajadores, cada uno con una paleta, un pincel y un lienzo delante de ellos, eran lo que la gente llamaba el gremio de los pintores .

- ¿Si señor ? - contesto una dulce voz desde el otro lado del taller oculta por un gran cuadro en una esquina muy bien iluminada y llena de pinturas .

- ¿Se puede saber que ha pasado con ese cuadro que debería de estar listo, YA? - gritaba el hombre mientras medio corría hacia la voz de esa joven muchacha - Bastante hice dan dote te trabajo a ti ... ¡una mujer ! ¡Para que encima tardes años en pintar un simple retrato !

- Pero señor - volvió a replicar la voz de la joven detrás del lienzo - ¿Cómo quiere que haya terminado el retrato si solo pude ver a esa mujer una sola vez ?

- Estuviste toda una tarde con ella – rugió el hombre ya delante del lienzo - ¡ Deberías de haber fijando sus rasgos en la tela !

- Y lo hice- replico la joven - Ya solo me queda dar unos toques al vestido y una capa de barniz .

- Pues espero que lo tengas listo antes de esta tarde - volvió a rugir el hombre .

- ¿¡ QUÉ !? - grito la joven asomando la cabeza por detrás del lienzo, era realmente hermosa, su pelo castaño claro quedaba recogido en un moño alto a la moda de la época, su pálida piel hacía destacar sus hermosos ojos verdes que combinaban a la perfección con el sencillo vestido verde que lucia bajo un corpiño negro que dejaba sus hombros descubiertos y que sin embargo poseía unas mangas apretadas del mismo verde que la falda, que llegaban hasta sus codos . Sobre el vestido llevaba un delantal blanco manchado por diferente colores.

- Pues eso - volvió a gruñir el hombre- Que te des prisa en tu trabajo .

- Pero no puedo acabar el cuadro para esta tarde - suspiro la hermosa joven - No estará listo. La pintura tiene que secarse.

- Pues arréglatelas - volvió a gritar el hombre - Si el cuadro no esta listo para esta tarde no nos lo pagaran, y como consecuencia tu te iras a mendigar a la calle ... ¡¿ENTENDISTE?!

- Si , pero sigue siendo imposible que este cuadro este listo , no podríais intentar aplazar el plazo ... - rogó la chica .

- NO, y lo sabes - siguió gritando el hombre - Así que por tu bien acaba lo pronto o te iras a la calle y no creo que nadie quiera dar trabajo a un ser que ni siquiera es una mujer - gritó furioso el hombre .

La joven muchacha volvió a ocultar la cabeza detrás del lienzo sintiendo lagrimas en los ojos, odiaba que la tratasen de esa manera, como si no fuese humana ...

- Si - murmuró levemente - Lo intentare tener listo ...

- Eso espero, porque toda tu vida depende de ello, ¡ maldita mestiza ! - y gritando eso el cruel hombre dio media vuelta dispuesto a atravesar el taller con las miradas recelosas y llenas de odio del resto de los pintores. Todos odiaban a aquel hombre , pero le tenían el suficiente respeto como para saber que era él el único que les pagaba un suelo, aquel que les había enseñado a coger un pincel y a convertir el lienzo en un bello dibujo . Por eso mismo soportaban esa clase de gritos .

La joven de ojos verdes se encogió incomoda en su taburete detrás del cuadro intentando dar unas ultimas pinceladas al retrato, pero su pulso temblaba violentamente, así que desesperada tuvo que dejarlo por unos instantes .

Ella también odiaba a ese hombre, pero él le había dado un trabajo y se sentía agradecida por ello. Ya que sabia que debido a su condición nadie se molestaría siquiera en mirarla a la cara, ella no era nada . Solo el resultado del cruce de dos razas tan diferentes como lo son los elfos y los humanos. Fácilmente hubiese pasado por una humana a simple vista pero la estrella de cinco puntas que marcaba su frente, indicaba claramente su procedencia .

Los mestizos, como se denominaban a los hijos de un elfo y un humano, eran considerados una raza inferior a las otras dos, la criatura que al nacer era marcada con una estrella destinaba su vida a la más absoluta miseria, a esta nueva raza se les llamaba, los hijos de las Estrellas. Pero aquellos eran tan pocos que fácilmente podrían contarse con una mano.

Los elfos pocas veces acostumbraban a tener contacto con los humanos y estos solían tener tanto miedo a los elfos que rara vez se acercaban a ellos. Los Hijos de las Estrellas, tan solo eran una leyenda, que los hombres se habían transmitido desde los comienzos de la civilización. Esta leyenda llego a un punto donde se consideraba a los mestizos seres indignos de la vida, los consideraban simples y despreciables animales por el simple hecho de creer en absurdas leyendas y el echo de que estos fuesen tan escasos no arreglo las cosas, sino al contrario las empeoro. Por todo esto la vida de la joven pintora era un martirio constante. Todo el mundo la despreciaba y muy pocos se atrevían a dirigirle la palabra, eran más los que la temían que los que la despreciaban .

- Sakura, ¿estas bien? - preguntó una voz de tras de ella , al volverse se encontró a un joven elfo pelirrojo de ojos azules, que le sonreía preocupado .

- Si, no te preocupes por mi Ados , ya estoy acostumbrada - suspiro la chica agarrando fuertemente su pincel para disimular el temblor de sus manos .

Los elfos ... los elfos no eran como los humanos, temerosos de todo lo que desconocen. Si no al contrario acogían lo nuevo con una sonrisa, para ellos los Hijos de las Estrellas no eran más que otro ser vivo y como tal merecían respeto y tranquilidad. Por eso solo fue Ados, el único elfo del taller, quien se acerco a ella preocupado.

- Tendrás que secar la pintura rápidamente para poder dar una capa de barniz - sonrió el chico intentando le dar una esperanza, que la chica recogió con los brazos abiertos .

- Lo sé - sonrió Sakura devolviendo le una sonrisa tranquilizadora .

Y sonriendo cómplicemente el pintor elfo regreso a su puesto . Ados era unos de los pocos elfos que habían terminado viviendo como un humano, los demás solían habitar en los bosques y se mantenían alejados de presencias como las de los hombres .

Sakura volvió a sonreír y olvidando rápidamente las palabras de su maestro comenzó a dar las ultimas pinceladas. Cuando ya considero que el cuadro estaba listo guardo sus pinceles en un jarro lleno de viscosa agua llena de pintura y giro la cabeza esperando que nadie la estuviese viendo y a así era, cada uno de los hombres allí presentes estaban demasiado metidos en su cuadro para volver a ver a la mestiza .

La joven sonrió mientras colocaba su mano delante del cuadro, como mitad elfo que era la magia también estaba prense en su ser. La mano de la muchacha brillo fuertemente como con luz propia como una estrella en un cielo nocturno, y tal fue la calor que su mano brindo, que esta se adquirió al cuadro secando las suaves pinceladas que la joven acabada de proporcionarle. Cuando sintió que el cuadro ya estaba seco aparto su mano que volvió a la normalidad y giro la cabeza para cercionarse que nadie le hubiese visto, pero al hacerlo encontró a una hermosa elfo de cabellos oscuros y mirada lila que la veía sonriendo divertida , Sakura no pudo otra cosa que estremecerse de horror al verse descubierta .

La elfo comenzó a caminar hacía ella y la joven mestiza sintió marearse del pánico .

- ¿Vos sois Kinomoto ? - preguntó la elfo cuando llego a su altura .

- Si ... soy yo- susurró la joven temerosa .

- Vi un cuadro de la Diosa de los Astros en el castillo- explico la sacerdotisa con su melodiosa voz- Y el soldado que me acompañaba dijo que había sido un regalo del gremio de pintores a la reina y quise conocer al autor. Así que el soldado Yamazaki, creo recordar, se ofreció a guiarme hasta aquí. Hable con el Maestro pintor y el me dijo que vos sois el autor de ese cuadro, así que heme aquí ...

- Cierto, mi señora. Yo pinte el cuadro al que os referís, pero ... ¿en que os puedo ayudar ? - preguntó la joven de pie con la cabeza inclinada ante la elfo, había podido ver su atuendo de sacerdotisa debajo de su capa negra y de repente se sintió más inferior de lo que nunca se había sentido siendo criada por humanos que siempre la hicieron quedar como un ser monstruoso.

- Al ver el cuadro deseé conoceros - sonrió la elfo - No pregunteís por qué, ya que ni yo misma lo se. Solamente se que estoy aquí, pero no me agachéis la cabeza, nunca he soportado las formalidades- ante esto Sakura levanto la cabeza hacia esa joven que aparentaba su misma edad - Decidme, ¿cuál es vuestro nombre, joven pintora?

- Los hombres me llaman Sakura, pero para los elfos soy Lliane- explico la joven levantando la cabeza lentamente .

- Flor de cerezo o Estrella - sonrió la elfo divertida - Hermoso dilema el mío, ¿como llamar a tan bella pintora?, como elfo debería llamaros Lliane pero deciros Estrella en elfico seria recordarte constantemente la estrella de vuestra frente, así que dejadme llama os Sakura ...

- Llamadme como gustéis - contesto Sakura servicialmente .

- Entonces que sea Sakura - río la elfo - A mi podéis llamarme Tomoyo, es el nombre que los hombres me dieron y ya casi ni recuerdo mi nombre elfico . Pero por favor puedes tutearme, me gustaría que fuésemos amigas ...

- Que así sea entonces, Tomoyo - sonrió Sakura, el sentimiento de inferioridad había desaparecido por completo y ahora sentía a la sacerdotisa como otra persona más, que ni huía de ella, ni la trataba como un animal .

- ¿Qué te parece salir a caminar un rato por la ciudad ? Me gustaría proponerte algo - propuso la elfo .

- Pero he de acabar el cuadro ... - objeto Sakura señalando lo detrás de ella . Tomoyo entonces pareció fijarse en el por primera vez en este ya que sonrió ampliamente admirando lo y cogió a la joven mestiza por una mano .

- ¡Oh, Sakura es precioso ! - la alabo la elfo - ¡ Me encanta ! Eres única con el pincel .

- Gra ... gracias - tartamudeo la joven debido a la impresión recibida al sentir como Tomoyo la abrazaba mientras veía el cuadro .

Cuando por fin dejo de admirarlo se volvió hacia Sakura que también miraba el cuadro con una mirada critica.

- Te vi secarlo - sonrió la elfo, ante esto Sakura se sonrojo levemente - Por lo tanto tan solo te queda darle una capa de barniz, ¿verdad?

- Si , estaba apunto de hacerlo - sonrió señalando un frasco y una brocha .

- Pues entonces yo me encargo - sonrió la mujer elfo acercándose al cuadro mientras guiñaba un ojo a la pintora .

- ¿Qué ...? - se extraño Sakura .

- Ahora veras - sonrió la sacerdotisa mientras cogía la brocha y la mantenía en alto, pronto la soltó y murmurando unas palabras evito que cayese contra el suelo y la brocha sola comenzó a barnizar el cuadro, como si una mano invisible estuviese blandiendo la brocha .

- ¿ Co .. cómo has hecho eso ? - balbuceo sorprendida la joven pintora .

- ¿Tu que usas la magia no sabes hacer un truco tan simple? - se extraño la elfo .

- Me temo que no - suspiro Sakura - Puedo mover objetos con la mente pero no puedo hacer que sigan moviéndose si yo no les estoy controlando ...

Pero Tomoyo en vez de decir algo se la quedo mirando con gesto sorprendido mientras un montón de ideas confusas comenzaban a pasar por su cabeza, primero sorpresa, intriga, incredubilidad, sospecha y por ultimo alegría. Sakura contemplo todo esto extrañada , ¿qué le pasaría a esa extraña sacerdotisa por la cabeza ?

- Creo que tenemos muchas cosas de las que hablar - confeso Tomoyo mientras daba media vuelta, bajo la mirada extrañada de Sakura - Ven conmigo Sakura, el cuadro se acabara solo y a tiempo para esta tarde ...

Y sin saber muy bien por qué, de la misma manera que el soldado tan solo horas antes, Sakura se quito su delantal manchado y se coloco una capa negra sobre los hombros situada al lado de su cuadro, para luego ir corriendo detrás de Tomoyo la cual ya casi había salido del taller. Misteriosamente el maestro pintor ni siquiera se molesto en retenerla, ya que veía estupefacto una brocha barnizando sola. Y al ver su cara Sakura no pudo evitar contener una carcajada .

Ya en la calle Tomoyo se encontraba al lado de un soldado moreno de ojos aparentemente cerrados, Sakura dedujo que debía de tratarse de Yamazaki .

- Os presentare - sonrió la elfo - Sakura este es Takasi Yamazaki, solado de la guardia del rey. Y Yamazaki te presento a la autora del cuadro de la reina, Sakura Kinomoto .

- Encantada- murmuro Sakura haciendo una pequeña inclinación, algo molesta ya que sentía la mirada del soldado sobre su marca en su frente .

- ¡So ... sois una Hija de las Estrellas ! - exclamo el soldado por fin, pero su tono no se mostraba asustado ni siquiera repulsivo, sino todo lo contrario parecía divertido y encantado. Ante su tono Sakura lo miro extrañada .

- Si, lo soy - suspiro resignada - ¿Encuentra algún problema con ello, caballero?

- No, mi dama - sonrió este haciendo una marcada reverencia- Sino todo lo contrario, es un honor para mi conocer a una hija de ambas razas . Creía que tan solo erais una leyenda .

- Sois es el primer hombre que considera un honor conocer a la hija de la Nada – sonrió Sakura divertida .

- También soy el primer hombre que tutea a una sacerdotisa - sonrió señalando a Tomoyo a su lado - Es más, estoy comprometido a una hechicera ...

Ambas mujeres lo vieron extrañadas .

- No me miréis así mis señoras , es la pura verdad. La mujer de la que os hablo tiene fama de malvada, pero realmente es un trozo de pan. Solo que cuando se enfada puede llegar a dar mucho miedo un día incluso me convirtió a mi en un sapo lleno de berrugas , ya que me negué a irle a comprar colas de rata al mercado ... - Sakura lo escuchaba atentamente sorprendida ante su historia, mientras Tomoyo al lado de ambos sonreía divertida ante la mentira del joven soldado, lo acababa de conocer y parecía que ya conocía sus hábitos por mentir .

- ¿De verdad os hizo eso ? - preguntó Sakura tan metida en la historia que parecía incapaz de darse cuenta de que era mentira .

Cuando de repente ... ¡¡¡¡¡ PLAZ



Algo duro dio contra la cabeza del soldado lanzando lo contra el suelo.

- ¡Takasi Yamazaki ! - gritó la voz de una muchacha llegando a la altura del trío - ¡Deja de una vez en tu vida de decir mentiras ! - era una joven castaña de unos dieciséis años con el pelo recogido en dos largas trenzas , que recogía la manzana con la que momentos antes había hecho puntería en la cabeza del soldado de su misma edad .

- ¿Era mentira ? - preguntó Sakura inocentemente volviéndose a ver a Tomoyo que reía suavemente ante la escena .

- ¡ Ves lo que has hecho ! - seguía gritando la joven de trenzas mientras ahora comenzaba a estrangular al soldado sin preocuparse siquiera de que este tomase un tono azul - ¡ Has hecho que la pobre chica te creyese ! ¡¿Y cómo has sido capaz de hacerme pasar por una hechicera ? !

- Intuyo que sois su prometida entonces - sonrió Tomoyo, la joven se volvió a verla todavía con el ceño fruncido pero al distinguir sus túnicas de sacerdotisa debajo de la capa , soltó rápidamente a su novio del cuello e hizo una marcada reverencia. Estar delante de una sacerdotisa era igual que estar delante de un dios ya que estos expresaban sus deseos a través de sus sacerdotes o eso es lo que creía el pueblo .

- Espero perdonéis mi comportamiento - suplico la joven con voz apagada .

- No te preocupes por mi - sonrió la sacerdotisa servicialmente - Olvidad lo que soy y recordad que mi nombre es Tomoyo .

- Eso mi señora me obliga a trataros como a una igual ... - se extraño la joven de trenzas levantando, confundida la cabeza.

- De eso se trata - río la elfo .



Mientras en el palacio la asamblea de la que Tomoyo había huido momentos antes seguía, tomando un rumbo que cambiaría por completo el curso de la vida de lo protagonistas de esta historia aún cuando el momento en que Tomoyo y Sakura se conocieron también marco un principio y un final y la verdad se hubiese terminado conociendo con el tiempo. Las decisiones que se dieron ese día en la asamblea lo precipitaron todo de tal manera que ni los dioses pudieron remediarlo .

- ¡Me niego a tal atrocidad ! - gritó una anciana sacerdotisa levantándose bruscamente de su asiento junto a la gran mesa - No podemos ponernos a su nivel ...

- Orwin, sacerdotisa de Rendester - rugió una potente voz - Cállese y espere por una vez su turno .

- Pero, majestad ... - se indigno la anciana mientras se volvía a ver al hombre que encabezaba aquella reunión, este vestía una cota de mallas azul oscura con una capa roja, y su pelo ya grisáceo quedaba trenzado entre hilos dorados, la corona dorada que mostraba en su cabeza dejaba bien claro que él era el rey, la máxima autoridad del reino.

- ¡ He dicho que se calle !- volvió a rugir el rey, la sacerdotisa avergonzada y furiosa obedeció girando la cabeza a otro lado - Prosiga Gendel - pidió el rey suavizando su tono , bien era conocido por aquellos lugares que el rey de los hombres tenia muy mal genio y no creía en los dioses si no que los consideraba estúpidas artimañas, pero artimañas que le permitían controlar a su pueblo a través de los sacerdotes . Por eso y solo por eso, aún no había saqueado los templos y abolido esas estúpidas creencias a su parecer. Si aguantaba una asamblea como esa era simplemente por que le convenía conservar las apariencias.

- Como decía antes de que Orwin interrumpiese – prosiguió un sacerdote ya de edad avanzada - esos bárbaros arrasan con todo lo que encuentran a su paso ...

- No son bárbaros, son monstruos - rugió de nuevo Orwin .

- Señora, sino os calláis de una buena vez seréis expulsada de la sala- volvió a rugir el rey .

- ¿Vais a sacarme solo por decir que esos seres no son humanos ? - preguntó la mujer en tono irónico .

- Al parecer sois tan impertinente como la muchacha que a abandonado hace poco la sala - gruño entonces Gendel.

- Si Tomoyo se ha ido, a sido porque el rey la sacado de aquí "amablemente" - volvió a gruñir la mujer en tono enfadado e irónico.

- La sacerdotisa de Varnon, no estaba siendo muy amable - rió otro sacerdote sentado al lado de Gendel .

- Más amable que vos creo yo - gruñó otra sacerdotisa enfrente del ultimo que hablo .

- ¡SILENCIO ! - gritó de nuevo el rey fuera de si, estaba ya arto de esa reunión y no veía la hora para levantarse de ese sillón y abandonar esa oscura sala, para poder reunirse por fin con una de sus jóvenes amantes . El placer de la carne era una de las pocas cosas que el rey consideraba reales .

Después de su grito todos los sacerdotes sentados a su alrededor se callaron y se volvieron a sentar algo furiosos, ninguno de ellos aguantaba a ese rey que los creía a todos unos charlatanes .

- ¿Puedo proseguir, señor ?- pregunto Gendel de nuevo, el rey asintió con cara aburrida, lo único interesante de la reunión es que al parecer alguien intentaba conquistar su reino. Ya se habían creado varias escaramuzas en las fronteras que habían hecho desaparecer a pueblos enteros, los supervivientes aseguraban que sus atacantes no eran humanos. Por eso mismo después de una reunión con el rey y sus consejeros, se llego a la conclusión de que lo mejor era pedir consejo a los dioses , cosa de la que el rey estuvo riéndose toda una noche, pero al final accedió a regañadientes, no tenía nada que perder así que reunió en asamblea a las figuras más importantes de los templos de su reino y por eso a su alrededor se congregaban unos veinte sacerdotes ya de edad avanzada, aunque destacaban algunos demasiado jóvenes para estar allí, como era el caso de Tomoyo a la que habían sacado momentos antes .

- Prosigue - gruño el rey .

- Veréis mi señor- siguió el anciano - Lo único que podemos hacer para frenar el avance de esos seres monstruosos es acabar con todos ellos de una vez .

- ¿Y como pretendes hacer eso Gendel ? - preguntó de repente un sacerdote sentado al otro extremo de la mesa, la oscuridad de la sala lo ocultaba de la mirada de los demás, pero todos reconocieron fácilmente su voz .

- Sabemos que ahora se encuentran en la región de Falen, un conjuro exterminador acabaría con todos los seres inhumanos que se encuentren allí - propuso secamente el hombre .

A sus palabras provocaron reacciones de todo tipo en la sala muchos gritaron indignados otros parecieron de acuerdo, fueron tales las diversas opiniones y los gritos que esta vez ni el rey pudo imponer el silencio en la sala .

- ¡ Runa de silencio ! - gritó una voz por encima de todas, y ante sus palabras las voces de todos los sacerdotes incluida la del rey se extinguieron perdiéndose en una mudez temporal .

Aquel que había realizado tal conjuro era el sacerdote de las sombras, su pueblo y su templo habían sido arrasados por esas criaturas y el más que ninguno de esa sala sabia lo que estaba pasando allí y que clase de seres eran esos que destruían todo a su paso, que incluso fueron capaces de escapar de su furia al ver todo destruido después de llegar de recolectar hierbas. Si no todo lo contrario , esos monstruos casi no le dejan salir con vida de allí aún cuando deberían de estar cansados por el enfrentamiento contra sus sacerdotes.

- Yo, más que ninguno de ustedes sé que clase de criaturas son esas, por que me he enfrentado a ellas - sonó la voz del sacerdote furioso, todos se volvieron a verlo enfurecidos por en conjuro que había realizado pero al oír sus palabras el enojo de casi todo desapareció para dejarle hablar tranquilamente - Y no, señor Gendel, su conjuro no servirá de nada ya que acabara con todas los seres que no sean hombres ... ¿lo entiende ? ¿ Entiende lo que a propuesto ante la asamblea y sus repercusiones ?- diciendo eso o más bien gritando lo alzo su pálida mano y con un gesto borro su conjuro devolviendo la voz a todos los sacerdotes, pero estos permanecieron callados esperando oír la contestación del sacerdote .

- Claro que lo sé - rugió este - Acabaría con todos los que no merecen vivir ... - parecía que el revuelo iba a volver a alzarse en la reunión por el significado que esas palabras, pero antes de que nadie alzase la voz, un resplandor cegó a todas las personas de esa habitación y cuando ceso todos pudieron ver y oír como Gendel se estrellaba fuertemente contra la pared del fondo alguien le había atacado y no era muy difícil el adivinar quien había sido, ya que la ancina Owin alzaba su mano hacía el en un gesto furioso, nadie se atrevió a decir nada .

- Elfos, hadas, enanos, gnomos, duendes incluso plantas y animales morían con ese conjuro junto a los monstruos - dijo la voz de la sacerdotisa en aparente calma - Sólo los hombres vivirían .

- Sólo los hombres merecen vivir ... - murmuró la voz de Gendel tirado en el suelo, mientras se levantaba miserablemente, nadie corrió ayudarlo, ya por que lo consideraron despreciable o porque temieron que Orwin sacerdotisa en el templo de Rendester les atacase como a él, una suma sacerdotisa furiosa era de temer ....

- ¡ ORDÉN ! - gritó entonces el rey furioso deteniendo toda acción en la sala , parecía realmente enfadado- No se realizara tan conjuro señor Gendel, así que os ruego a vos y a la dama Orwin que abandonéis inmediatamente la sala de la asamblea y que si queréis mataros lo hagáis lejos de mi presencia . Por hoy la reunión queda anulada, ya que no llegaremos a ningún lado y en cuanto a ti Eriol sacerdote de Vernon - se volvió furioso hacia el sacerdote de las sombras - No te vuelvas a usar a ninguno de tus trucos de ilusionista en mi - rugió .

- Perdonad majestad - se excuso el joven sacerdote levantándose de su asiento y mostrando a un joven elfo con su traje de druida ceñido por un cinturón dorado, era moreno con reflejos azules, un color de pelo que solo podría mostrar un elfo sus ojos eran también azules y no parecía tener más de veinte años aún cuando posiblemente la cifra era mucho mayor.

- Ahora quiero que todos salgáis fuera - volvió a gritar el rey.

La primera en irse fue Orwin que todavía furiosa abandono la sala con un portazo después de eso todos los demás le siguieron e incluso Gendel que tuvo que ser ayudado por dos soldados. En la sala al fin solo quedo el rey abrazado por la oscuridad, estaba muy furioso, demasiado furioso, pero a la vez pensativo aunque había desecho el plan de Gendel desde un principio no podía dejar de estar de acuerdo con él en algunos puntos y aspectos de su personalidad. Él y el sacerdote debían de tener la misma edad pero aún así eran muy diferentes el uno no tenía reparo en dar su opinión acerca de los elfos y esas extrañas criaturas que envolvían al mundo mientras el otro debía callar para mantenerse en su puesto como rey, para no perder el apoyo de su pueblo dividido por todas las razas de esa tierra aún cuando cada raza tenía su propio rey y todas vivían en armonía . Sin embargo la mente del rey de los hombre comenzaba a maquinar algunas ideas y a recordar las palabras de aquel imprudente sacerdote - ... Solo los hombres merecen vivir ... - medito en un leve murmullo .

- Tal vez - le contesto una voz por detrás que hizo sobresaltar al rey que alarmado se volvió hacía la persona detrás suyo . Al hacerlo pudo distinguir entre las sombras la frágil figura de una mujer rubia de ojos dorados vestida con un provocativo vestido rojo tal vez demasiado escotado para la época .

- Me asustaste, querida - murmuró el anciano rey hacia la mujer que con toda calma ando hasta sentarse en una de las sillas cercanas al rey .

- No era esa mi intención- sonrió la joven no debía tener más de veinticinco años - Simplemente me choco lo que dijisteis.

- Habéis oído toda la discusión imagino - sonrió el rey hacia la cortesana .

- Imagináis bien - sonrió ella mientras descaradamente se levantaba de su silla y se sentaba en la mesa delante del rey.

- ¿Y qué pensáis de todo ello, querida ? - preguntó el anciano, mirando a la mujer de una manera extraña.

- Que, ¿Gendel se llamaba ? - el rey asintió y la mujer sonrió - Pues que ese tipo tiene ciertamente razón .

- Opino lo mismo- sonrió el rey mientras comenzaba a meter la mano por debajo de la falda de la joven delante suyo y acariciaba sus tersos muslos - Es una pena que no podamos hacer nada así .

- ¿Quién dice que no? - rió la mujer sin ni siquiera inmutarse por lo que el rey hacía .

A sus palabras el rey sonrió mientras se levantaba para seguir con su exploración por las piernas de la muchacha mientras acercaba su rostro al de la mujer enfrente suyo . Ante las caricias y la proximidad la chica no pudo evitar dejar escapar un ligero gemido, que hizo sonreír abiertamente al anciano rey .

- Por algo querida Margaret eres mi concubina preferida - murmuró el rey besando salvajemente los labios de la mujer - Me encanta tu manera de pensar .

Diciendo eso la tumbo sobre la mesa.



En otra de las habitaciones del palacio una joven mujer castaña miraba pensativamente por el balcón de su dormitorio mientras acariciaba suavemente su vientre de embarazada . Dentro de poco por fin el rey tendría un heredero .

- Mi reina - la llamo una suave voz por detrás y al volverse la joven y hermosa mujer se encontró de cara con un joven elfo de cabello azulado .

- Eriol - sonrió la mujer mientras se levantaba pesadamente del sillón donde se encontraba - ¿Qué te trae por aquí querido amigo ?

- Me alegra volver a verte Kaho - sonrió el sacerdote haciendo una marcada reverencia delante de la joven reina a la que quería como una hermana a pesar de las diferencias entre ambos .

De una manera u otra la actual reina se había criado en el templo que Eriol dirigía hacía años hasta que el rey pidió su mano en matrimonio y nadie pudo hacer nada por evitar el enlace. Por eso a sus ventidos años era la reina y por fin después de cinco años de matrimonio esperaba su primer hijo con el tirano que tenia por esposo.

- Yo también me alegro de volver a verte, la soledad de esta habitación ya estaba acabando con migo - rió la mujer divertida .

- ¿Sabes por qué estoy en palacio ?- preguntó el sacerdote yendo directamente al grano.

La expresión feliz de la reina desapareció para dejar paso a una mueca de frustración y tristeza.

- Desearía que fuese para decirme que tu y Tomoyo por fin os declarasteis - ante esto el elfo sonrió divertido - Pero me temo que cuando eso suceda mi hijo ya tendrá nietos. Pero si, se por que se ha convocado la reunión. Lo único que consigue alegrarme de esta situación es que tu estés bien y que mis padres hayan muerto hace tiempo - las palabras de la reina antes divertidas ahora mostraban una profunda tristeza .

- Si estoy aquí querida amiga es para saber si vos sabéis algo sobre lo que piensa hacer el rey sobre esta situación - confeso el elfo .

- El rey no cuenta nada a la reina- sonrió esta irónicamente - Yo no pinto nada en medio de todo esto, pero si algo se es que si tiene que pedir consejo a alguien se lo pedirá a Margaret , su amante predilecta - su tono no mostró ningún sentimiento aún cuando se trataba de la infidelidad de su marido, al fin y al cavo ella tampoco le era muy fiel que se diga.

Si el rey poseía amantes la reina no se quedaba atrás, aunque el de ella posiblemente no lo supiese nadie más que Eriol.

La soledad e indiferencia en la que la reina vivía la llevo a buscar el amor en brazos de otro hombre que no era precisamente su marido. Este era uno de sus soldados personales el que se rumoreaba más leal a la reina pero nadie sabia hasta que punto un enamorado puede ser leal a la mujer que ama. Por curioso que sonase el amor surgió entre ambos de tal manera que nadie pudo evitar que acabasen juntos, cuando el ya solo el respirar lejos del otro se les hizo imposible.

La reina solía pasar largas temporadas aislada en su habitación en completa soledad o acompañada por uno de sus soldados al que le tocaba vigilarla , por eso mismo nadie sospecho de su amante que fingiendo cumplir por su deber pasaba el rato con la mujer a la que amaba temiendo por su vida y por la de ella si alguien alguna vez los descubría . Pero para suerte de ambos amantes eso todavía no había sucedido .

Era tal el amor que ambos se acabaron profetizando que ninguno de los dos dudaba que el hijo que esperaba la reina no era del rey, sino del soldado, hecho que por su puesto el rey desconocía.

- Veo pues que no tenéis ni idea del asunto- suspiro el joven elfo resignado.

- No - sonrió la reina - Pero aún así me interesa participar en todo esto .

- No te comprendo - confeso el sacerdote .

- Esta debe ser la primera vez entonces - rió la reina divertida - Te lo explicare. Sea lo que sea, no creo que mi marido este dispuesto hacer nada hasta que la situación no se salga totalmente de control y realmente se vea amenazado a perder el reino por lo que me permitiré explicarte lo que vamos a hacer ....



Por otra parte, una sacerdotisa y una pintora caminaban tranquilamente por las calles de la capital del reino de Loyer , mientras hablaban de cosas sin importancia . Al parecer la elfo quería comentar algo con la pintora pero no parecía animarse a ello. En eso estaban cuando una voz hizo a ambas salir de su conversación.

- Pero vaya si es el Monstruo fuera de su lugar de trabajo - se burlo una voz a espaldas de ambas - ¿Ya has conseguido que te despidan ?

Sakura se volvio furiosa hacía la voz y sin muchas contemplaciones le dio una patada en la espinilla al sujeto que la había llamado monstruo, el cual evito un grito de dolor .

- ¡DEJA DE DECIRME MONSTRUO !! - gritó la chica con una gran vena en la frente y levantando el puño el señal de amenaza.

- No quiero - repuso el chico delante de ella, era mucho más alto que ambas, moreno de tez oscura y parecía encantado de poder hacer rabiar a la joven pintora - ¿Y qué haces aquí ?

- Eso a ti no te importa, primo - gruñó la chica furiosa .

- Si me importa - repuso el sujeto - Lo que ocurre es que si tu pierdes tu trabajo, no podremos pasar con mi soldada y tendrás que comenzar a mendigar.

- Con tu paga querido primo, podríamos vivir sin ningún problema cinco personas . Y te recuerdo que solo somos tres .

- Si pero es que un monstruo como tu come por diez personas ...- exagero el muchacho de unos veinticinco años.

- ¡Cállate ! - volvió a estallar la pintora furiosa .

- Vale, vale ya me calló, pero ¿qué haces fuera de tu trabajo a estas horas? - preguntó su primo curioso .

- Creo que eso es culpa mía - sonrió Tomoyo entrando de improvisto en la conversación de los primos.

El joven se volvió sorprendido hacia la elfo y palideció considerablemente al ver lo que era, pero siendo de naturaleza desconfiada, no pudo evitar sentir cierta antipatía por esa extraña sacerdotisa .

- ¿ Y tu quien eres?- preguntó a la defensiva .

- Primo ... - murmuró Sakura por el comportamiento del hombre .

- No te preocupes Sakura, no tiene importancia. Soy yo quien siente no haberse presentado antes - sonrió la elfo tranquilamente volviéndose hacia el desconfiado muchacho- Deje que me presente, mi nombre el Tomoyo y soy o era sacerdotisa de la región de Vernon - su tono se mostró frío y algo estremecedor .

- Pues déjeme presentarme a mi - contesto el muchacho con voz algo indiferente y suspicaz - Me llamo Toya Kinomoto y soy parte de la guardia personal de reina .

- He oído hablar de vos caballero- sonrió la elfo de mirada lila divertida- Sois el mejor con la espada de todo vuestro escuadró, posiblemente ya deberíais ser parte de la guardia del rey por vuestros años de experiencia , pero os negáis a abandonar a la reina .

- Si he de ser fiel a alguien lo seré a mi reina - contestó Toya de malas maneras .

- Típica reacción de un enamorado - murmuró la sacerdotisa tan bajo que solo el soldado pudo oírlo y decir que palideció seria poco.

- Disculpa querido primo, pero yo y Tomoyo estábamos hablando - murmuró entonces Sakura molesta por el comportamiento de su primo delante de la sacerdotisa sin notar la extraña palidez que este había tomado - Además creo que ha esta hora ya deberías estar en palacio .

- Si es cierto- contesto el joven reaccionando de pronto, casi mecánicamente, pero sin apartar la vista de la sonriente sacerdotisa , la cual comenzaba a creer que se le estaban pegando lo malos hábitos de Eriol, ese pensamiento la hizo estremecerse por completo - Bueno te veo esta noche , Monstruo - exclamo a modo de despedida deseando alejarse lo más posible de la mujer elfo .

Su prima por su parte decidió dedicarle una mirada asesina, que para cualquier extraño que la hubiese visto, hubiese visto en ella la reencarnación de las antiguas leyendas sobre los Hijos de las Estrellas .

- Veo, que os queréis mucho - rió Tomoyo en cuanto vio como el soldado vestido de azul y blanco, los colores de la reina, desaparecía por una esquina .

- Es lo único que tengo - murmuró la muchacha de ojos verdes melancólicamente - Es mi primo, el hijo del hermano de mi madre y mi único familiar vivo.

Tomoyo se volvió a ver a la pintora preocupada por su tono de voz .

- Pero bueno, no ocurre nada- añadió con una sonrisa- Casi siempre me esta haciendo rabiar llamándome "Monstruo", pero lejos de eso lo quiero mucho, aunque aveces desearía matarlo .

- Me he dado cuenta - dijo la sacerdotisa tranquilamente mientras en un gesto casi infantil se agarraba del brazo de su nueva amiga y sonreía de una manera encantadora .

- Hablemos de otras cosas - propuso Tomoyo queriendo apartar el dolor del corazón de su amiga - ¿Sabes por qué he ido a buscarte al taller?

- ¿Por qué querías conocer a la autora del cuadro de la reina ?

- No, solo por eso- sonrió la mujer misteriosamente - Si fui a buscarte de propio fue por que me dio la sensación de que tu habías visto esa imagen en tu cabeza .

- ¿Te refieres a la Diosa de los Astros ? - se extrañó Sakura - No fue nada, simplemente me encargaron pintar un cuadro de ella y eso fue lo que hice ...

- ¿Pero, por qué el lago ? Todo el mundo la imagina en un desierto, como describen las escrituras - comento Tomoyo .

- No lo sé realmente, solo sé que creí que lo mejor seria representarla en un paisaje nocturno, pero un desierto me pareció realmente pobre para que la diosa estuviese en el por eso la dibuje en un paisaje que mostrase algo de lo que ella creo ...

- Pues créeme, nunca he visto una pintura más acertada. Por eso mismo me gustaría que vinieses conmigo a palacio desearía que pintases un retrato de un viejo amigo - confeso Tomoyo, ocultando en sus palabras más verdad de las que debería, pero en un principio era una buena manera de llevarla ante Eriol sin que nadie sospechase nada. Que el decidiese si ella era la elegida o si una vez más se habían vuelto a equivocar .



La reina caminaba por los pasillos del palacio acompañada de un joven elfo de ojos azules , ambos caminaban hacía los jardines para intentar acabar el plan que entre ambos habían tejido, pero para el cual necesitarían la ayuda de muchos más seres y no solo humanos .

Ambos caminaban a la par y nadie parecía extrañarse por esto, al fin y al cavo el era un sacerdote y ella la reina, tenían todo el derecho del mundo a tutearse.

El camino siguió normal hasta que el elfo vio algo que horas antes también llamo la atención de una amiga , el cuadro de la "Diosa de los Astros "

- Pero, ¿qué ? - se extraño el elfo mientras paraba en seco su caminar y veía el cuadro atónito .

- ¿Te gusta ? – sonrió Kaho a su lado - En mío, me lo regalo el gremio de pintores mi por pasado cumpleaños .

- Es increíble ... - murmuró el elfo- Es el mismo paisaje, los mismos trazos, no puede tratarse de una imitación por que nadie lo a podido ver jamás. Parece el mismo cuadro pero a la vez se ve diferente, es más nuevo y a utilizado otras pinturas- parecía incrédulo mientras pasaba su mano por el cuadro, al hacerlo pareció recaer en algo ya que palideció y aparto la mano inmediatamente, como si el cuadro quemase - No puede ser ...

- ¿Qué es lo que ocurre Eriol?- se preocupo la reina su lado .

Y por primera vez en su vida Eriol no tuvo una contestación para eso, simplemente las palabras se le amontonaron en la garganta si poder salir .

Esta situación creo un incomodo silencio entre ambos, el cual fue roto por la inesperada llegada de un soldado .

- Majestad, ¿os encontraís bien? – sonó la voz del soldado rompiendo el silencio .

Cuando la reina reconoció la voz del hombre se volvió con una sonrisa encantadora, típica tal vez de una mujer enamorada, pero esa sonrisa debería estar dirigida al rey y no a un simple soldado . Pero curiosamente, el gesto de la reina no pareció tan raro debido a las circunstancias .

- Toya - saludo la soberana - llegas algo tarde ...

- Lo lamento majestad, pero es que me encontré con mi prima en la calle y me distrajo - se excuso el soldado haciendo un reverencia ante la reina .

- No ocurre nada - sonrió esta y volviéndose hacia Eriol el cual ya parecía haberse olvidado del cuadro y miraba la escena divertido - Eriol , ¿recuerdas a Toya? Es el capitán de mi guardia .

- Como olvidarlo - murmuró el elfo con una gran gota en la cabeza al contemplar el gesto huraño del rostro del soldado , el cual parecía querer matarlo con una mirada , lo cual para el sacerdote resultaba ciertamente divertido, no todos los días se conocía a alguien que odiase a muerta a los sacerdotes . Pero aún después de todo eso estaba el hecho de que, la situación en la que se conocieron, fue bastante comprometedora ...

- Disculpadme majestad, pero he de volver a mis obligaciones - se disculpo el soldado dispuesto a despedirse sin ni siquiera haber saludado al sacerdote .

Creí que sus obligaciones era protegerme - dijo la reina en una extraña sonrisa .

Y vos sois mi mayor obligación mi dama pero he de supervisar a los demás soldados – y sin más el frío soldado desapareció por uno de los pasillos del castillo dejando de nuevo solos a Eriol y a la embarazadísima Kaho .

He estado pensando, querido Eriol – murmuró la reina de repente llevándose una mano al vientre sin dejar de mirar el lugar por donde el soldado acababa de desaparecer – Si mi bebe nace niño la llamare Fujikawa .

¿Fujikawa? – pareció sorprenderse el elfo – ¿El nombre de tu padre?

Exacto – sonrió la reina – Quiero que mi hijo tenga más de mi familia que la de mi esposo, me da igual si es o no el padre de mi hijo – su comentario tuvo la virtud de resonar por todo el pasillo y Eriol temió de repente que alguna criada lo hubiese oído al pasar cerca de ambos .

Querida Kaho. Deberías de dejar de hacer esos comentarios en voz alta – le aconsejo el elfo sin ni siquiera inmutarse volviendo a ver de nuevo el cuadro a su lado - ¿Realmente no sabes quien lo pinto? – insistió de nuevo el elfo mirando fijamente a la reina .

Ya os he dicho que no querido amigo. Pero ¿por que la insistencia? – se extraño la reina .

Porque tal vez si encontramos al pintor podamos encontrar la solución a nuestro problema – murmuró el elfo para si mismo .

/*-+-*/*-+-*/*-+-*/*-+-*/*-+-*/*-+-*/*-+-*/*-+-*/*-+-*/*-+/ Notas De La Autora :

¡Hola! Aquí estoy de nuevo, con un nuevo fic de Sakura. ¡Pero es que no pude evitarlo!

La idea llevaba dándome vueltas en la cabeza un montón de tiempo y pareció que no se me pasaría hasta que lo pusiera por escrito , ¿resultado?: este capitulo.

¿Qué os ha parecido por el momento? Espero que os guste , e cambiado la condición de muchos de los personajes, ahora algunos son elfos, otros mestizos, otros dioses ... En fin creo que cogéis la idea .

Para ser el primer capitulo la verdad es que me ha quedado algo largo, ¿no? Veinte paginas tengo que reconocer que es mi record .

Bueno espero que os guste este pequeño universo alterno lleno de fantasía razas extrañas y magia , espero vuestros comentarios en los review .

Yuen Li .