Sakura suspiro pesadamente cuando ya al caer la noche abrió la triste puerta de madera de su casa, no había ninguna luz en ella y aunque el invierno se acercaba y las noches eran tremendamente frías tampoco nadie había encendido el fuego, lo cual le hizo recordar que esa noche su primo tenia turno de noche por lo que no aparecería hasta el amanecer, por lo tanto si no fuera por un pequeño detalle se disponía a pasar sola toda la noche .
- ¡Sakurita! – hablando del pequeño detalle ....
La voz chillona que la había recibido nada más entrar a la casa pertenecía un pequeño animal amarillo parecido a un peluche con alas que flotaba delante de ella alegre por volver a verla.
- ¡Hola Kero! – sonrío la muchacha colgando su capa en una percha de madera situada a la entrada .
- ¿Por qué has llegado tan tarde hoy Sakurita?- se intereso el peluche volando hasta el hombro de su ama .
- No te lo vas a creer pero vengo de palacio – sonrió la muchacha divertida entrando a la estancia principal de la casa, un pequeño salón con una gran chimenea una gran mesa con varias sillas y una banca con mantas situada frente al gran fogón al lado de la ventana había un especie de sillón de madera negra y al mismo lado un estantería llena de libros.
- ¡¿Qué?! – se sorprendió el curioso animal alzando la voz más de lo necesario- ¡¿Pero como has podido ir allí?! ¿Es que no escuchas a tu primo? ¡Ese lugar es peligroso para jovencitas como tu!
Sakura no pudo evitar sonreír divertida ante la reacción del peluche.
- ¡Kero! – lo freno la divertida pintora- No es tan malo, todo lo contrario me han contratado para pintar un cuadro a uno de los sacerdotes. Mañana tengo que ir allí a primera hora. Acabo de conocer al sacerdote que debo pintar y a resultado ser un hombre, bueno un elfo bastante simpático – y durante los diez minutos siguientes le conoto como Tomoyo había aparecido en el taller buscándola y como luego la había llevado al palacio y la había presentado a Eriol, incluso le explico la mueca de sorpresa que el elfo puso cuando se entero que ella era la pintora del cuadro de la reina.
- En resumen , ya no vas a tener que trabajar mas en ese taller – se ilusiono el peluche olvidando al parecer sus temores sobre el castillo.
- Solo hasta que acabe el cuadro del sacerdote – murmuró Sakura pensativa.
Eriol se paso la mano por enésima vez por el pelo esa noche, la histeria no era algo nada típico de él, pero en esos momentos era comprensible, bastante compresible. Pero no estaba histérico porque hubiese conocido a su salvación, ni porque aquella niña de ojos verdes supusiera algo así como un milagro. Sino que estaba así porque por primera vez en su vida Tomoyo le había ganado en algo y había dejado de ser él quien movía los hilos del destino a su favor, si no que su mejor amiga , la mujer a la que llevaba toda su vida torturando y tomando el pelo le había ganado en algo.
- Amo – se quejo una mujer castaña de ojos oscuros vestida con un provocativo vestido rojo medio larga en la cama del elfo mientras se comía una manzana a simple vista parecía humana –No debería impacientarse tanto solo porque Tomoyo le haya ganado esta vez en algo ...
- Yo no estoy molesto por eso – murmuró el elfo con tono indiferente .
- Yo no he dicho que este molesto solo impaciente – rió la mujer al ver que se había salido con la suya, pero al parecer Eriol pareció ignorarla .
- ¿Dónde esta Spinel? – preguntó Erio al notar la ausencia de este .
- Creo que ha ido a la biblioteca, aunque parece un gato con alas en mi opinión le pegaría más la forma de ratón de biblioteca – gruño la despampanante mujer.
- Nakuru , ¿podrías ir a buscarlo? – solicito el hombre – Tengo algo que hablar con lo dos .
La mujer pareció bufar molesta sin duda estaba muy cómoda sobre la cama , pero con un leve asentimiento de cabeza decidió salir .
- De acuerdo tal vez en el camino me encuentre a Toya, ¿crees que la reina me lo dejaría por esta noche?
Eriol no dijo nada , ni Nakuru había esperado una respuesta cuando lo pregunto , por eso simplemente se encogió de hombros y salió de la habitación al tiempo que se arreglaba el escote del vestido para resultar aún más provocativa.
Eriol todavía seguía sin saber muy bien en que estaba pensando cuando creo a una de sus guardianas con ese carácter, simplemente buscaba crear un guardián diferente a toda mujer u hombre que conociese y al final Nakuru fue el resultado. La mujer que no aparentaba más de veinte años era picara, descarada y odiaba todo lo que tuviese que ver con las labores femeninas que solían consistir solo en bordar, hilar y tejer, tan solo era buena en algo, la guerra . Y es que entre sus virtudes y encantos de mujer destacaba una fiera guardiana que lo daría todo por proteger a su amo.
Para todo el mundo en el palacio Nakuru no más que era la prima de la reina, la primera de sus damas. Pero en realidad Eriol solo la había creado para protegiera a Kaho cuando esta fue destinada a convertirse en la esposa del rey. Por eso mismo la mujer había pasado toda su vida en palacio, coqueteando con los hombres y poniendo de los nervios a las mujeres.
La existencia de Nakuru solo tenía una función proteger a la reina, aunque esta podía valerse por si misma, pero para Eriol, Kaho era como una hermana pequeña y casi todo lo que había hecho era para protegerla.
Por otra parte Spinel, era harina de otro costado, a este si lo había creado para él y era su guardián, era increíble la cantidad de enemigos que podía tener un sacerdote como él y la criatura era como su guarda espaldas. Solo había un problema en el cuando lo creo se paso con la inteligencia y ahora como bien decía su otra guardiana parecía más un ratón de biblioteca que un guarda espaldas.
Pero los dos , ambos guardianes le eran fieles y le trataban como su amo aun cuando uno de ellos desde luego no era suyo, pero Nakuru hacía mucho tiempo que no era de nadie .
Spinel aparto la vista de un grueso volumen de cuero negro cuando sintió el aura de Nakuru entrar a la biblioteca por eso mucho antes de que la mujer lo encontrase se presento delante de ella con una mirada extraña. No era normal encontrar esa mujer en una biblioteca sino iba acompañada de algún atractivo soldado .
Nakuru por su parte sonrió aliviada cuando vio que el guardián de pelaje oscuro alas azules le salía al paso , realmente agradecía que el otro hubiera ido a buscarla directamente porque seguramente se hubiera perdido entre los libros y las estanterías .
El lugar era inmenso , la biblioteca del palacio del reino de Loyer estaba reconocida por ser la más grande y extensa de todos los reinos, las estanterías eran lo suficientemente altas como para llegar al alto techo y llenaban la gran sala redonda formando pasillos por los que era tremendamente fácil perderse. El único inconveniente de la biblioteca era que como nadie si quiera se asomaba por ella a excepción de Spinel, la reina y algún que otro sacerdote en busca de información de alguna clase el sitio permanecía casi siempre lleno de polvo y suciedad y el olor a cerrado era demasiado fuerte en el lugar. Pero el peor inconveniente que Nakuru le veía a aquel lugar no era la suciedad sino el horrible frío que llenaba la estancia, al ser una biblioteca llena de libros el que la construyo opino que la chimenea en la estancia era innecesaria por el riesgo que suponía que alguna chispa saltara y se prendiera fuego al lugar por lo que el frío la llenaba por completo, haciéndola aún más horrible de lo que a Nakuru le parecía ya por si. No es que la mujer odiara los libros sino que la estancia le daba escalofríos, sin ventanas, sin chimenea y solo ocupada por mesas y libros. El lugar le daba claustrofobia. Por suerte había convencido a Kaho para que la remodelase pero esta no tenia la influencia suficiente como para hacer algo así, por mucho que fuera la reina .
- ¿Qué es lo que has venido a buscar Nakuru? – gruño el pequeño guardián en su forma de gato negro con alas.
- A ti, Spii – sonrió la mujer – El amo Eriol quiere decirnos algo a los dos .
- ¿Y para que quiere decirte algo a ti?- gruñó el extraño ser, estaba claro que no le hacía la menor gracia aquella mujer que siempre vestía escotes exagerados y vestidos demasiado apretados – No eres su guardiana .
- Pero si soy su creación, el sigue siendo mi creador y por lo tanto mi amo – se defendió la mujer sin molestarse en lo más mínimo- Y ahora date prisa esta de un humor de perros, al parecer Tomoyo se le adelanto en algo y ahora se siente frustrado.
- ¿Tomoyo? – pareció extrañarse el guardián- ¿qué es lo que ha hecho?
- ¿No lo sabes? – ahora el turno de la guardiana de extrañarse – Veras al parecer nuestra querida sacerdotisa de la Luna a encontrada a la autora del cuadro de la Diosa de los Astros .
Nakuru contemplo divertida como el guardián estrechaba los ojos molesto por la explicación .
- Nakuru – murmuró con voz susurrante y furiosa – ¡Esa mujer lleva siglos muerta!
Esta se dio el placer de reír entre las pilas de libros que la rodeaban .
- ¡Oh! Querido Spinel , creo que no has visto el cuadro de la reina, ¿verdad?
Cuando Nakuru llego por fin delante de la puerta del dormitorio de Eriol con el guardián en los brazos con los ojos demasiado abiertos por la impresión abrió la puerta sin llamar y sin molestarle en lo más mínimo el hecho de que una de las doncellas pasara justo a su lado en esos momentos y la mirase escandalizada por la confianzas que se tomaba para entrar en la habitación de un sacerdote a las tantas de la noche. Seguramente a la mañana siguiente todo el castillo estaría hablando de ello, pero era algo que a Nakuru le tenia sin cuidado .
- Habéis tardado mucho – murmuró Eriol sentado junto al fuego , en el sillón de enfrente suyo descansaba Kaho ataviada con una larga bata blanca y de pie al lado del fuego Tomoyo miraba embelesada las llamas al tiempo que su largo y espeso cabello caí sobre su figura .
Al ver la escena Nakuru no pudo evitar pensar que seguramente no podría quitársela nunca de la cabeza, como un hermoso cuadro pintado por el más talentoso de los autores , confundida sacudió la cabeza y dejo al guardián sobre la cama .
- Lo siento- se disculpo la mujer – He tenido que llevar a Spii a ver el cuadro, no lo había visto aún y se ha creído que desvariaba ...
Tomoyo se concedió una leve sonrisa al tiempo que apartaba la mirada del fuego y la clavaba en el aún sorprendido guardián.
- Todos nos quedemos así cuando lo vimos – le sonrió, lo que hizo que el guardián parpadease confundido y volviera un poco en si .
- Ya veo – murmuró simplemente .
- ¿Y para que nos ha s reunido a todos aquí, Eriol? – se intereso Kaho algo todavía dormida, parecía que la acabasen de despertar .
- Porque Tomoyo encontró a la mujer a la que llevamos siglos buscando – el elfo parecía haber recuperado su buen humor, aún pese a la destrucción de su templo y aun pese al sentirse superado por Tomoyo.
- Me he perdido – confesó Nakuru acercándose al fuego al lado de Tomoyo aún sentía el frío que la biblioteca le provocaba en los huesos.
- Bueno es bastante simple ahora que la hemos encontrado por fin, tenemos un arma que utilizar contra los monstruos- sonrió Eriol – Y sintiéndolo mucho Kaho no pienso decirle ni una palabra a tu querido esposo .
- Yo tampoco – murmuró la mujer con una leve sonrisa .
Todos parecían llenos de felicidad y esperanza pero parecía que la única que veía las cosas tal y como estaban era Tomoyo .
- La solución no es tan simple – gruño la mujer – No sabemos si realmente es ella y si lo es aún necesitaremos encontrar a cierto dragón al que no le hará ninguna gracia volver a verte Eriol.
Las gotas de sudor se repartieron por todas las cabezas de la habitación.
- Bueno – murmuró el elfo ensanchando su sonrisa – es cierto no le caigo muy bien pero eso no quiere decir que me odie ...
La mirada que Tomoyo le dedico hablaba por si sola por lo que las palabras se hicieron torpemente innecesarias .
- No es que no le caigas bien. Es que te odia – murmuró Kaho divertida por la mirada de Tomoyo .
- Eso ahora no es importante – intervino Spinel- Lo esencial es saber seguro si esa mujer es "ella".
- Yo creo que si lo es – murmuró Eriol – Pinto el cuadro, exactamente igual que hace mil años y para más señas es una de las hijas de las estrellas .
Todos asintieron dándole la razón, pero Tomoyo seguía sin parecer muy convencida del asunto.
- No es una guerrera- murmuró- Tan solo es una niña que se gana la vida pintando . No podemos arrastrarla a una guerra sin estar seguros de que sea realmente "ella" .
Eriol giro a mirarla preocupado, para dedicarle una de sus extrañas sonrisas .
- Ya se que seria injusto – murmuró – Pero no te preocupes no vamos ha hacer nada sin estar plenamente seguros.
Sakura tembló ligeramente cuando dio la primera pincelada al lienzo delante suyo. Acababa de llegar a palacio y acababa de ver detenidamente a su modelo y de dar la primera pincelada al cuadro, ¡pero se sentía tremendamente nerviosa y asustada!
No era por que Eriol hubiera clavado los ojos fijamente en ella no parase de hacerle preguntas , en los cinco minutos que llevaba allí Eriol, ya se había enterado de que Sakura era la prima de Toya Kinomoto , que antes de vivir en la ciudad vivía en el campo en la propiedad de su tío Fujita, el cual había sido un noble venido a menos que vio obligado a vender sus tierras y su titulo y arrastrar a toda su familia a la ciudad, que ese entonces eran su hijo y su hermana Nadesiko que estaba embaraza de Sakura .
Tampoco estaba nerviosa por estar rodeada de semejante lujo , la habitación en la que estaban distanciaba mucho de sus humilde casa y tampoco estaba nerviosa porque cuando abrió su bolso en busca de sus pinceles encontró en el a Kero y casi le da un ataque de nervios, no, no estaba nerviosa por eso, ya mataría a Kero cuando volvieran a casa. El único motivo por el que se sentía como si le fuera explotar la cabeza y que estuviera temblando de miedo era la sensación de que un momento a otro su primo iba abrir la puerta de aquella habitación y al verla allí iba a montar el espectáculo del siglo, y de la que armaría ambos serían expulsados del castillo y los dos se quedarían sin trabajo y todo porque ella no le había podido explicar que su nuevo encargo la llevaba directamente a pintar el cuadro de un sacerdote en el mismo castillo. ¿Qué porque no le había podido explicar nada? Bastante simple en el momento que acepto su trabajo su primo estaba trabajando y echo de que tuviera turno de noche le había echo imposible hablar con él . En el mismo momento que salió el sol Sakura se había presentado en el castillo y su primo había abandonado su puesto de guardia en este, tal vez por meros segundos no se habían encontrado en la puerta.
Y ahora la joven pintora de dieciséis años temblaba pensando en como su primo intentaría matarla si la encontraba allí .
-Pareces nerviosa – comento Eriol mirando a la pintora divertido – Lo siento no debería hacerte tantas preguntas. ¿Por qué no me preguntas tu ahora?
Sakura lo miro sorprendida por encima del lienzo, pero se encogió de hombros pensando que eso tal vez le hiciera olvidarse del miedo que le producía que su primo la encontrara allí y se dispuso a preguntar .
-¿De dónde sois?- pregunto simplemente – No parecéis un sacerdote de ciudad ...
-Y es que no lo soy – sonrió Eriol abiertamente – Soy del mismo lugar que Tomoyo. Vernon, esta en la frontera limita con el mar y es el lugar más hermoso que e visto nunca ...
Sakura sonrió melancólica al oír al elfo ella también provenía de un lugar junto al mar, nunca lo había conocido pero su primo e incluso Kero le hablaban de ese lugar como si fuera el mismo paraíso , su mayor deseo era poder llegar a conocerlo .
-... es una lastima ... -suspiró el elfo, los recuerdos de aquel día seguían frescos en su memoria podía oler el humo de los incendios y oír el lamento constante de los supervivientes, pero sobretodo recordaba la visión de su templo destrozado y los cuerpos sin vida de sus sacerdotes, había llegado demasiado tarde a dar su ayuda. Había fallado en su misión, no solo había perdido su templo sino también había perdido la estatuilla sagrada que debía proteger como sacerdote de Vernon.
-Tomoyo me contó que todo había sido arrasado por los monstruos – la voz de Sakura resonó en la cabeza del elfo que giro a verla sorprendido, no por las palabras sino por el tono triste que había empleado como si aquella perdida también se manifestara en su corazón – Lo siento mucho, debió ser terrible .
-Lo fue – murmuró Eriol decaído- Pero ahora eso no tiene ninguna importancia , cuando todo esto acabe yo y Tomoyo volveremos a unificar nuestros templos ...
Tomoyo, ese pensamiento le trajo al elfo un amargo recuerdo. Cuando había llegado por fin a la ciudad y lo había visto todo destruido no había pensado ni en su templo ni en la estatua de la diosa había pensado en ella, en Tomoyo. La vio herida entre los escombros y hasta que no la encontró en el templo sana y salva no pudo llegar a tranquilizarse.
Sakura sonrió preocupada, tal vez no debería haberle preguntado al elfo de donde era.
-¿Y dónde vivís ahora?- se intereso Sakura intentando hacer olvidar al elfo su recuerdos amargos .
-De momento en palacio, después de que las reuniones terminen en el rey decidirá mi destino y el de los demás supervivientes, sino fuera amigo de la reina seguramente nuestro buen rey Alen mandaría cortar mi cuello, pero confió en que Kaho no le deje .
Ahora Sakura no pudo evitar sonreír divertida.
-Veo que no os lleváis muy bien con el rey .
-Me odia – confesó Erio encogiéndose de hombros- Creo que tiene algo que ver con el hecho de que fuera uno de los que más se opuso a su matrimonio con Kaho.
-¿Qué clase de relación tenéis con la reina?- pregunto Sakura inocentemente había oído hablar mucho a su prima de la reina y tenia cierta curiosidad sobre la figura de aquella mujer.
- Es como mi hermana pequeña – sonrió Eriol encogiéndose de hombros – Ya que hablamos de ella, creo recordar que tu primo es uno de sus soldados ...
- Es el capitán de su guardia- explicó Sakura con una leve sonrisa- Tiene muy mal genio pero en realidad es una gran persona .
Sin decir nada más el silencio se impuso en la habitación al tiempo que Sakura seguía con el cuadro se moría por hacerle mil preguntas al elfo pero se termino contuviendo si seguía no pararía y no le apetecía en lo más mínimo que la creyera una alcahueta y una chismosa.
Pero los trazos silenciosos trajeron a Sakura el recuerdo de otras cosas, Kero en su bolsa la mirada escrutadora de Eril sobre ella y el recuerdo de su primo, esto ultimo la puso tan nerviosa que intentando volver a ver a Eriol para fijarse mejor en un rasgo termino tropezando hacía atrás en su alto taburete y tirando sus pinturas y su bolsa al suelo junto con ella.
- ¡Sakura! – se asusto Eriol al verla caer, corriendo hacía ella -¿es tas bien? – le pregunto cuando al llegar a su lado la ayudo a levantar .
- Si, lo siento, soy bastante torpe- se lamento la muchacha avergonzada ocultando la cara por la vergüenza.
- Dicen que ella también lo era ...
- ¿Ella? – se sorprendió Sakura incorporándose penosamente del suelo .
- Si, ya sabes, la Diosa. Cuentan algunas leyendas que era muy despistada- explico Eriol- Pero mira esto todas tus cosas han acabado en el suelo incluyendo a este pelu...
Sin proponerse lo Eriol había recogido lo que parecía un peluche que había caído del bolso de Sakura al suelo pero ahora que lo tenia en sus manos pudo comprobar con absoluta sorpresa que eso no era precisamente un peluche.
Por su parte Sakura sintió el pánico recorrerla entera al ver que lo que Eriol, había recogido no era nada más ni menos que Kero .
/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/
Kaho acababa de despedir a su doncella particular y ahora en compañía de las cotillas de sus damas de compañía, entre ellas Nakuru que miraba aburrida por la ventana se había dedicado a mirar con horror una lista llena de nombre de soldados.
Tenia cinco damas de compañía, todas elegidas por su esposo a excepción de Nakuru, y tres de ellas aún seguían solteras. Su labor para con ellas era buscarles un buen esposo, una absoluta tontería en su opinión pero una tradición ineludible. Durante generaciones cinco damas se ponían bajo el mandato de la reina solo con la condición de que esta les encontrara un marido.
Kaho no tenia ningún problema en hacer esto, si querían que les buscara un marido, les serviría de alcahueta y lo encontrarían el problema era que sus tres damas solteras eran todo un problema, la primera Nakuru no deseba a ningún hombre así que simplemente ni siquiera había echo intento de buscarle un marido, la segunda Erika tenia tan solo trece años y le horrorizaba tener que casarla tan joven así que había estado retrasándolo todo lo posible pero ella se moría por casarse y tener hijos así que había comenzado a buscar al más joven y adinerado de los caballeros de su esposo, algo bastante difícil de conseguir por que el más joven de estos tenia veinticinco años. Pero sin duda lo más difícil era encontrar un marido para su tercera dama soltera, la mujer ya rozaba los treinta y los hombres se apartaban de ella temiendo que fuera demasiado vieja para dar a luz un bebe, las mujeres solían casarse a los dieciséis, no a los treinta y que además corriera el rumor de que aquella mujer practicaba la magia negra, hacía que todos los hombre con los que intentaba casarla la rechazasen así pues Kaho empezaba a hartarse de servir de alcahueta para todas sus damas y mirando con cansancio la lista de pretendientes de Nakuru en sus manos gruño algo furiosa porque de todas sus damas esta fuera la única que no quisiera oír nada sobre el matrimonio. La lista que llevaba en las manos eran exactamente todos los caballeros y soldados solteros de su marido.
Kaho se sentía realmente cansada, se moría de ganas de olvidarse de todo ese estúpido asunto y acostarse de nuevo en su cama para meditar respecto al asunto que en esos momentos le atosigaba de tal manera. Tenían a los elegidos en sus manos en el momento en que más se les necesitaba solo tenía que mover suavemente los hilos como hacía siempre Eriol, y todo el asunto se resolvería, pero esta vez ella no podría hacer nada.
En eso estaba cuando aparto la lista de su lado y se levanto tambaleante de su silla frente a la ventana .
-No me encuentro bien Nakuru- informo a la guardiana –Creo que ir a dar un paseo.
Pero no dio ni dos pasos cuando sintió que un liquido caliente empezaba a resbalarse por sus piernas, su paso se freno en seco al mismo tiempo que todas su damas como si hubieran sentido lo mismo se acercaban a ella corriendo emocionadas.
La reina acababa de romper aguas, el heredero del rey estaba apunto de nacer .
/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/
-Así que tienes un guardián – murmuró Eriol mirando con disimulada sorpresa a Kero volando frente a una avergonzada Sakura.
-Si- asintió Kero- Me llamo Keroberos y fui creado para proteger a Sakura, así que intenta poner un dedo sobre ella y te acoraras de mi .
-¡Kero!- chilló Sakura horrorizada agarrando al guardián en sus manos – No deberías ser tan descortes con Eriol, es un sacerdote.
-Por mi como si fuera la misma diosa, nadie te va a tocar delante de mis narices – amenazó Kero cruzando sus cortas patas en su pecho- ¿Entendiste sacerdote?
Tanto a Sakura como a Eriol se les resbalaron grandes gotas por la cabeza , pero Eriol asintió sonriente y emocionado.
-Por supuesto, no pensaba hacerle nada a tu protegida – asintió el elfo- Dime Keroberos quien creo a una guardián tan perfecto ...
El pecho de Kero se inflo lleno de orgullo mientras la gota de Sakura crecía.
-El rey de los elfos del bosque prohibido – explico Kero lleno de emoción, pero en contra de los que esperaba Eriol palideció considerablemente.
-¿Alestar?- pregunto Eriol horrorizado- ¿Te creo Alestar? Pero, ¿por que?
Tanto Sakura como Kero miraron extrañados el cambio del elfo, ¿por qué se ponía así?
-Para protegerme a mi y a mi madre – explico Sakura extrañada- También creo a Yue para ello, pero el decidió quedarse para protegerlo a él ...
-Los conozco – susurró Eriol – Yue fue mi modelo para crear a Rubi Moon, pero no comprendo nada. Alestar odia a los humanos, ¿por qué creo a un guardián para proteger a dos humanas?
Sakura sonrió al tiempo que apartaba el flequillo de su frente para deja bien visible la marca de su frente –No soy humana- le recordó.
Y de repente Eriol pareció comprenderlo todo pues el poco color que le quedaba en el rostro desapareció.
-Mi padre se enamoro de mi madre nada más verla – comenzó Sakura- No conozco muy bien la historia pero al parecer mi madre se había perdido en el bosque prohibido mi padre la encontró y la rescato, después de eso mis padres se enamoraron y mi madre acabo quedándose embaraza. Para ese entonces mi tío Fujita el hermano mayor de mi madre acababa de arruinarse y para poder mantener a su familia tenia que traerla a vivir en la ciudad. Mi madre no quería irse quería quedarse a vivir con mi padre pero por el echo de ser humana no podía quedarse a vivir junto a los elfos y mi padre tampoco quería dejarla ir, pero no tenían otra opción. Pero como mi padre quería que estuviéramos siempre a salvo creo a Yue y a Kero, encargo a Kero que nos protegiera y se quedo con él a Yue para poder enterarse de que era nuestra vida .
-Puedo hablar con Yue por telepatía – explico Kero como si esto fuera crucial en la historia.
-Bueno, mi madre murió dando a luz así que Kero solo tiene la labor de protegerme a mi- termino Sakera con una sonrisa triste .
-Tu padre es ... – la voz de Eriol parecía ahogada en la sorpresa.
-Si- asintió Sakura sonriente- El rey Alestar del bosque prohibido.
Eriol iba decir algo pero no pudo, el simple echo de que aquel elfo fuera el padre de Sakura, no solo le aseguraba que ella era la mujer a que llevaban siglos buscando sino que le ponía en una muy mala situación .
Pero sus pensamientos tuvieron que ser interrumpidos bruscamente porque la puerta del salón se abrió sin ninguna contemplación y Nakuru avanzo alterada hasta él .
-Ha empezado, ha empezado- gritaba más nerviosa imposible.
-¿Qué es lo que ha empezado? – se intereso el elfo al tiempo que intentaba calmar a la guardiana.
-Kaho se a puesto de parto- medio gritó.
La noticia cayo en Eriol como un balde de agua fría. Genial, gruño furioso con todo, lo que le faltaba , primero se entera de que Sakura es hija de Alestar y para terminar de arreglar el asunto Kaho se ponía de parto, estaba claro que ese no iba a ser su día .
Intentado mantener la calma el elfo se volvió hacía una sorprendida Sakura con Kero en brazos.
-Lo siento pero e de ir a atender a la reina – le sonrió a la pintora- Por lo que me temo que no vamos a poder terminar ni el cuadro ni nuestra conversación hoy. Espero que podaís volver mañana ...
Y sin siquiera esperar una respuesta de la pintora Eriol salió acelerado hacía la habitación de la reina .
/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/
Tomoyo terminaba su lectura cuando Erika una de las doncellas de Kaho, entro totalmente alterada a su habitación.
-La reina se ha puesto departo- informo sin ningún preámbulo.
-¿Ha roto aguas?- se intereso Tomoyo con aire profesional, ante su pregunta la alterada muchacha asintió con la cabeza- ¿Cuántas contracciones?
-De momento solo a tenido a una . Pero desde prisa- se desespero la muchacha algo histérica.
-Tranquilízate muchacha- intento calmarla Tomoyo sin ningún resultado- No puede tener al bebe en un minuto seguramente durara todo el día .
-¿Todo el día?- chilló la adolescente horrorizada, estaba claro que Tomoyo no conseguiría tranquilizarla sino era saliendo corriendo de allí a atender el parto de Kaho, así que dejo su libro sobre su cama y salió de la habitación seguida de una histérica Erika que no paraba de hacer preguntas sobre partos y contracciones.
En el castillo había una vieja comadrona, la misma que había ayudado a nacer al que ahora era el rey de Loyer, Hitsun. Pero Kaho le había cogido horror a aquella mujer cuando esta pretendió comprobar su virginidad nada más llegar al palacio para convertirse en la reina, por lo que cuado se quedo embarazada lo primero que hizo fue llamar a Tomoyo para que llegado el momento fuera ella quien la atendiera en el parto. Era curioso pero aunque Tomoyo pareciera mucho más joven que la reina, era una comadrona y curandera excelente, todos los altos nobles deseaban que fuera ella quien ayudara a nacer a sus hijos. Por eso Tomoyo fue recibida entre frases nerviosas e histéricas cuando llego a la habitación de Kaho. Todas sus damas a pesar que dos de ellas ya habían tenido uno o dos hijos estaban horrorizadas por lo que estaba apunto de suceder. Y no era para menos , la reina iba a dar a luz al que se convertiría en el nuevo rey.
-Tomoyo- gritó Eriol tan histérico como las damas cuando la vio entrar en la habitación.
Tomoyo miro divertida al elfo frente a ella era muy raro ver al elfo perder los estribos de esa manera.
-¿Tu también estas aquí?- río divertida al verlo al lado de la cama de Kaho.
-¿Qué es tan divertido?- se molesto el sacerdote- La mujer a la que quiero como mi hermana pequeña, ¡esta apunto de dar a luz!
Tanto Kaho sentada sobre su cama con una mueca de dolor como Tomoyo miraron divertidas al elfo, realmente se notaba que estaba fuera de si .
-¿Sabes, lo alto que es el riesgo de mortalidad en un parto? – medio gritó el elfo.
-¡Por supuesto que lo se Eriol! – le gritó la sacerdotisa molesta- ¿Quién te crees que soy?
Suficiente para que el elfo se tranquilizara, Tomoyo nunca había perdido a una mujer en un parto y esta no iba a ser la primera vez.
-¿Qué tal te encuentras? – le pregunto Tomoyo a la reina.
-He estado mejor – sonrió esta adolorida .
-No te preocupes, diga lo que diga el sacerdote que se enorgullece de mantener la sangre siempre fría – ambas mandaron una mirada de refilón a Eriol que algo más consciente de si mismo intentaba tranquilizar a Erika – Todo saldrá bien , te lo prometo.
000000000000000000000000000000000000000000000
Margaret hacía rato que había abandonado su habitación y el rey de Loyer, Hitsun miraba aburrido por la ventana de su habitación, pronto seria la hora de comer y no tenia ni una pizca de hambre.
Al parecer su esposa estaba de parto pero ni siquiera había tenido ganas de ir a ver que es lo que ocurría, su esposa iba a tener un hijo suyo, pero el parto era cosa de mujeres, el ya se ocuparía del bebe cuando naciera. Era su heredero al fin y al cavo y pensaba criarlo a su imagen y semejanza. Seria un rey cruel y firme , un rey capaz de hacer frente a todos esos estúpidos sacerdotes y a sus dioses y doblegarlos a su antojo. Un hombre capaz de conseguir el mundo con solo alargar la mano. Así era como iba a ser su hijo.
Pero para conseguir todo aquello primero tendría que alejarlo de su madre, aquella mujer amante de la Diosa podría ser una muy mala influencia para su heredero . No quería a un creyente blandengue quería aun guerrero. Pero sus deseos se verían trágicamente trucados, el bebe que estaba apunto de nacer no solo seria un fuerte guerrero sino que seria uno de los mayores protectores que de la Diosa.
000000000000000000000000000000000000000000000000000
Sakura acababa de llegar a su casa cuando lo primero que encontró al legar a ella fue a su primo Toya dormido sobre la banca de la cocina. Estaba claro que había tenido una noche dura seguramente no habría dormido nada durante toda la noche.
-Se ha dormido – murmuró Kero mirando al primo de su ama despectivamente, nunca se habían llevado muy bien.
-Si- asintió Sakura dejando la bola con sus pinturas sobre la mesa de la cocina – No habrá dormido nada durante toda la noche, será mejor que no los despertemos o luego estará de un humor de perros.
-Demasiado tarde monstruo, tus berridos ya me despertaron – gruño el soldado incorporándose en la banca - ¿Qué hora es? ¿No deberías estar en el taller?
Al oír la pregunta Sakura se apresuro a explicarle todo lo sucedido con Tomoyo la tarde anterior y como aquella mañana había tenido que ir a pintar a Eriol, pero desde luego olvido mencionar que Kero se había caído de su bolsa y tenido una interesante conversación con el elfo. Tras relatar su historia Sakura esperaba que su primo se le pusiera a gritar cosas como , ¿no podías habérmelo dicho antes? o ¿cuántas veces te he dicho que el castillo con es lugar para ti? Pero al contrario de lo que se podía esperar Toya no comento nada al respecto, es más pareció gustarle más la idea de que estuviera en el castillo que en aquel taller con un jefe la maltrataba.
-Bien- murmuró – Así que pintas al sacerdote loco- murmuró indiferente – Pero ¿por qué has salido tan pronto? No creo que hayas terminado ya el cuadro.
Sakura lo miro curiosa, era cierto se había olvidado de lo que llevaba todo el camino deseando contarle .
-La reina se ha puesto de parto – le informó, pero no espero la reacción que su primo tomo ante estas palabras.
Había perdido todo el color de la cara y sus ojos se habían abierto de la sorpresa .
-¡¿Cómo?!- gritó alterado- ¿Kaho se ha puesto de parto?
Sakura algo sorprendida por la reacción de su primo tan solo asintió sorprendida con la cabeza. ¿Desde cuando se refería su primo a la reina con tanta familiaridad? Pero no considero que fuera el momento de preguntar aquello, sobre todo porque acababa de notar como su primo había perdido todo el color y de repente parecía faltarle el aire.
- Tengo que irme- murmuró el alterado soldado comenzando a correr por la habitación como si estuviera buscando algo.
- Toya – intento pararlo Sakura sin ningún resultado - ¡Toya tranquilízate!
- ¡No puedo!- medio grito el hombre apunto de un ataque – Tengo que encontrar me capa y partir para palacio inmediatamente. ¡Tengo que asegurarme que tanto ella como el bebe estarán bien!
Sakura miro preocupada a su primo, no, no era tonta, solo despistada, tal vez por eso no noto que la mirada de preocupación de su primo era idéntica a la que un enamorado tendría al pensar en la mujer que amaba. Una mirada que Kero si fue capaz de diferenciar y que lo estremeció por completo, aquello solo podía traer problemas.
Toya ababa de encontrar su capa y estaba apunto de salir por la puerta de la casa cuando dos golpes sordos indicaron que alguien esperaba a que le abrieran la puerta, Sakura se apresuro a abrir ya que su primo estaba demasiado ocupado forcejeando con el broche de su capa que apenas podía abrochar debido al nerviosismo.
- ¡Yukito! – gritó Sakura emocionada cuando reconoció al soldado vestido con los colores de la reina frente a ella en la puerta.
Yukito Tsukisiro era el mejor amigo de Toya Kinomoto, además Sakura le tenia un gran aprecio. Siempre agradecía ver al hombre porque su presencia le era francamente agradable, pero en aquella ocasión dio gracias a la diosa de que hubiera aparecido tal vez él pudiera tranquilizar a su alterado primo .
- Hola Sakura, ¿esta tu primo?- saludo el soldado de cabello plateado.
- Si – murmuró la joven pintora preocupada – Pero esta algo alterado...
- ¿Alterado?- se intereso el amigo del joven Kinomoto .
- Si, le he contado que la reina estaba de parto y se ha puesto histérico. Esta tan nervioso que no puede ni abrocharse la capa – explico señalando a su primo tras ella.
- ¿Les has contado que la reina estaba de parto?- se sorprendió Yukito- ¿Y tu como lo sabias?
- Estaba en palacio- explico la joven orgullosa- Tengo que pintar un cuadro a uno de los sacerdotes .
- Ya veo, pero ¿puedo pasar?
- Claro haber si tu puedes intentar tranquilizar a Toya ...
El joven soldado entro a la casa solo para encontrar a su joven amigo gritándole a su capa estaba claro que estaba fuera de si .
- Toya – murmuró Yukito preocupado - ¿Te encuentras bien?
- ¡Yukito! – sonrió el soldado- Kaho se ha puesto de parto tengo que ir - por fin había podido abrocharse la capa y ahora avanzaba hacía la puerta con rapidez , pero Yukito no solo se la cerro en las narices sino que se interpuso en medio.
- Tu no vas a ningún lado- aseguro el soldado de pelo plateado – El rey ni siquiera se ha acercado a preguntar, tu no puedes aparecer ahí y montar un escándalo solo porque quieres saber que tal esta ella y el niño ... Sería como firmar tu sentencia de muerte .
- ¡Pero no puedo quedarme aquí tan tranquilo!- le gritó Toya furioso – Apártate de la puerta Yuki.
Su amigo solo negó con la cabeza algo al tiempo que sacaba una carta de entre sus ropas.
- Me ha pedido que te traiga esto – murmuró Yukito tendiéndole la carta .
Toya algo molesto se la arranco de las manos y la leyó con ansia cuando finalizo su lectura parecía estar menos nervioso y algo más tranquilo .
- Me pide que me quede en casa sin llamar la atención o los tres moriremos – murmuró Toya decaído.
Sakura desde su posición detrás de ambos con Kero en sus manos no entendía nada de nada, ¿qué significaba todo aquello? ¿Qué estaba ocurriendo? Pero en contra Kero pareció si entenderlo, él no era tan despistado como su ama llevaba meses sospechando algo y todo lo que acaba de ver se lo acababa de confirmar.
- ¿Es tuyo?- pregunto el guardián por fin sobresaltando a los dos soldados de la reina que se giraron hacía el peluche sorprendidos- Ya es un crimen amar a una reina no creo que el castigo por dejarla embarazada sea solo severo.
Toya fulmino al peluche con la mirada antes de encogerse de hombros indiferente.
- Si él lo descubre nos matara – fue su simple contestación .
Kero tan solo asintió comprendiéndola situación al tiempo que Sakura los miraba horrorizada sin entender nada.
- ¿De que estáis hablando? ¿Qué es lo que ocurre?- se desespero la muchacha.
Los dos hombre y el guardián se giraron hacía ella sorprendidos , habían olvidado por completo a la joven pintora y ahora esta se revelaba en busca de una explicación.
- Creo que tengo algo que confesarte Sakura – murmuró Toya demasiados serio para el gusto de su prima al tiempo que se llevaba una mano a la cabeza y se revolvía el pelo- Estas a punto de ser tía ...
Los ojos de la joven se abrieron contra su voluntad comprendiéndolo todo de repente y llenándola de horror.
- La reina – murmuró horrorizada, su primo tan solo asintió en silencio.
0000000000000000000000
NOTAS DE AUTORA:
Bueno, por fin termine el segundo capitulo, espero que os haya gustado porque me ha costado lo mío escribirlo (es lo que pasa cuando tienes unos cuatro fic sin terminar xp)
La verdad es que no tengo mucho que decir así que esta nota será corta. Solo quería hacer notar el titulo del capitulo , en realidad no tiene mucho sentido, pero pretendía hacer referencia a Eriol, por si no lo habéis notado cada capitulo llevara el nombre de una carta del tarot, el próximo se titulara "La Rueda".
Otra cosa es, ¿dónde se ha metido Shaoran? Bueno, pues si tenéis paciencia espero darle una respuesta en el próximo capitulo.
Solo me queda agradecer a todos aquellos que me han dejado un review. ¡MUCHAS GRACIAS! Sino hubiera sido por vosotros no seguiría escribiendo esto .
Yuen Li.
