CAP3 LA PRIMERA AVENTURA
A la mitad del banquete la profesora McGonagall se les acerco y les indico que la siguieran. Salieron del Gran Comedor entre los susurros de sus compañeros. Al salir cruzaron el vestíbulo y salieron por un pasadizo que los condujo a una habitación vacía.
–Me he enterado de su mal comportamiento esta tarde en el expreso de Hogwarts –dijo cerrando la puerta- ni siquiera han comenzado las clases y ya estoy recibiendo quejas de ustedes dos
–Disculpe profesora –dijo Sirius– no entendemos, nosotros no hicimos nada...
–¡Y agredir a un alumno es nada señor Black! –interrumpió la profesora alzando la voz
–¿Agredir a quien?-pregunto James.
–Al alumno Severus Snape
–Un momento nosotros no... –se apresuro en decir Sirius
–Ustedes si, el alumno Snape me dijo que él fue a saludarlos a su compartimiento y ustedes que no solo lo trataron mal, sino también lo intentaron golpear
James no daba crédito a lo que escuchaba
–Profesora eso no es verdad, nosotros... –dijo Sirius
–Va a negarme señor Black –dijo la profesora– que si no fuese por el alumno Snape usted se habría peleado con el señor Potter.
Sirius se quedo con la boca abierta sin poder decir nada
- Pero profesora Mc....
- No digo nada Potter –dijo la profesora– ambos deberían ser expulsados.... Pero el profesor Dumbledore ha ordenado que solamente sean castigados y así ser
-Pero y el banquete –dijo Sirius
-Ya comieron bastante-dijo la profesora- ahora síganme James y Sirius siguieron a la profesora hasta llegar a la parte trasera del castillo donde se encontraba un cobertizo - Aquí es donde están los animales que el colegio usa para las clases de criaturas mágicas, pero descuiden –dijo la profesora al ver la cara de espanto que ambos ponían- momentáneamente solo hay centauros heridos, (aunque no nos quieren decir que los hirió) lo único que harán será darles de comer y limpiar sus cubículos. Cuando hayan acabado irán a su sala común la contraseña es "CHOCOCHIP" – y diciendo esto se marcho al colegio.
-Genial castigados el 1er día –dijo James
-Ese me las pagara, –dijo Sirius– te lo juro que me las pagara
-Claro que nos la pagara –agrego James– será mejor que empecemos –dijo con resignación- mientras más rápido mejor.
Al entrar encontraron 10 cubículos en total, así que se los repartieron 5 a 5. Mientras los muchachos limpiaban los centauros los ignoraban, algo que no les molestaba pues ni ellos tenían ganas de entablar conversación. Cuando James llego al ultimo encontró a un centauro que tenia un ojo ciego y con ella la huella de una larga cicatriz.
–¿Que te paso? –le pregunto James que no se pudo contener. Pero el centauro lo ignoro y no le respondió, así que James no volvió a decir nada.
–Termine – dijo Sirius
–Yo también –dijo James, pero sus ojos seguían fijos en el centauro herido, el cual se voltio para que este no le vea el ojo herido.
–Vamonos
–De acuerdo Pero en el preciso momento que se iban uno de los centauros empezó a gritar. Cuando ellos se acercaron vieron que el centauro estaba tendido en el suelo y convulsionando.
– ¡VAYAN POR AYUDA! –grito el centauro del ojo ciego, él y los demás centauros se habían salido de sus cubículos y rodeaban al enfermo– ¡RAPIDO!
Pero cuando Sirius y James se disponían a correr, los gritos del centauro ya no se escucharon y al voltear vieron al centauro con los ojos abiertos y blancos. Los demás estaban callados contemplando al muerto
- ¡TIENES QUE HACER ALGO! –Grito un centauro al centauro del ojo ciego– ¡NO PUEDES PERMITIR QUE MÁS DE NUESTROS HERMANOS MUERAN AS! ¡TÚ ERES NUESTRO LIDER BUCK! ¡NO LO SOPORTO MÁS!.
- ¡YA BASTA SHOLER! –dijo otro centauro– ¡TANTO TU COMO LOS DEMAS SABEMOS QUE BUCK NO ES EL CULPABLE DE ESTO!
- ¡BASTA! –grito Buck, sin apartar la vista del centauro muerto– váyanse al colegio y avísenle a uno de sus profesores– les dijo a Sirius y James. Ninguno de los dos dijo nada mientras se encaminaban al colegio, pero de pronto vieron al profesor Dumbledore que salían del colegio, se encontraba acompañado de la profesora McGonagall y de Hagrid.
–¡Profesor! –dijo James– en el cobertizo...
Pero Dumbledore solo levanto la mano y dijo: –Minerva llama al profesor Kettleburn, Hagrid por favor lleva a James y Sirius a mi despacho mientras, voy al cobertizo. Caminaron en silencio, Hagrid los llevo nuevamente al colegio y no se detuvo hasta encontrarse delante de una gran gárgola de piedra.
–¿Como era? – murmuro Hagrid entre dientes– ¡así! : "Tutti Fruti" La gárgola de piedra se movió y dejo a la vista una escalera por la cual Hagrid los hizo pasar. El despacho de Dumbledore era magnifico lleno de libro y en un perchero una ave fénix.
–¡Gua! –dijo Sirius
–Esperen aquí –les dijo Hagrid– ¡y no toquen nada! Hagrid salió, escucharon alejarse sus pisadas. Estaban admirando al fénix (el cual les dirigió una tierna mirada) cuando escucharon una voz conocida. –Vaya, vaya a quienes tenemos por aquí Era el Sombrero Seleccionador.
–¡Ah, hola...! –dijo torpemente James
–¿Qué tal? –pregunto Sirius dudosamente
–¿Por qué están aquí? –les pregunto arrugando sus pliegues hasta formar una expresión acusadora.
–¡Nosotros no hemos hecho nada! – se defendió Sirius
–Pero lo hara –agrego en tono misterioso
–¿A que te refieres? –le pregunto James
–A que están destinados a hacer cosas que la mayoría de magos no podrían hacer –les dijo–. Los dos tienen un increíble potencial –arrugo un poco más lo que parecía un entrecejo– claro, si saben usarlo.
–¿Cómo que "si sabemos usarlo"?
En ese momento Dumbledore entro al despacho y el sombrero volvió a tomar su forma inexpresiva. Parecía angustiado, pero al ver a los chicos su semblante cambio. –
Siento que hayan tenido que pasar por esto en su primer día aquí en Hogwarts –les dijo.
–Disculpe profesor –dijo Sirius– que le paso al centauro, porque cuando yo limpie su cubículo él parecía sano.
–No lo sé –respondió Dumbledore mientras se colocaba detrás de su escritorio– nadie lo sabe, al parecer es una especie de epidemia. Cuando llegaron eran 20 –rascándose el mentón– y ahora solo quedan 9, Buck es el líder pero no quiere decirme que pasa, solo se limita a callar.
–¿Por qué están aquí y no en el bosque? –pregunto James
–Porque Buck así me lo pidió – respondió Dumbledore– tampoco me dijo por que, pero es un viejo amigo lo conozco hace años y no se lo podía negar. Pero descuiden averiguaremos que sucede –agrego al ver la expresión de sus rostros. Se escucho un golpe en la puerta y la profesora McGonagall entro
–Profesor Dumbledore el cent... –se quedo callada cuando vio a James y Sirius
–Profesora McGonagall, me haría el favor de llevar a los alumnos a su Sala Común.
–Desde luego –dijo– síganme. Salieron del despacho y siguieron a la profesora a través de los pasadizos, hasta llegar frente al retarto de una mujer gorda.
– ¿contraseña? –pregunto la mujer del retrato
– "Chocochip" –respondió la profesora A continuación el retrato se movió y dejo a la vista un agujero por el cual entraron.
–La escalera de la derecha, en el siguiente piso es su cuarto – les dijo– sus cosas ya están allí. Y por favor –agrego antes de salir por el agujero– no cuenten a nadie lo de esta noche –los miro amenazadoramente– porque si el resto de sus compañeros sabe de este asunto, sabré que fueron ustedes quienes se los contaron. Cuando la profesora salió, ambos se quedaron donde estaban. Lo que habían visto esta noche los impacto.
Por fin Sirius rompió el hielo y dijo:
–Que noche, ¿no?, será mejor que subamos –agrego bostezando– tengo sueño
–Si, tienes razón. Mientras subían las escaleras, James, pensaba solo una cosa... –Quisiera poder hacer algo –dijo en voz baja.
–A que te refieres
–A lo de esta noche –agrego con pesadumbre– quisiera poder ayudar.
–Pero podemos ayudar –dijo Sirius mientras entraban al dormitorio.
–Acaso estas insinuando que averigüemos que les sucede, que ... en pocas palabras nos metamos en lo que no nos llaman
–¿Por que no? –pregunto Sirius con una sonrisa
– ¿Qué dices?.
–Digo que estas loco –le espeto James mientras se ponía la pijama y se metía a la cama- y por lo tanto yo también debo estarlo porque estoy de acuerdo, vamos a ayudarlos.
Hola
