Cap3
LA MASCOTA NO MÁGICA
Paso el mes de septiembre sin novedades. Los días en Hogwars eran rutinarios para los cuatro amigos pues de lo único que se tenían que preocupar era de asistir a clases. Pero fuera de eso en sus horas libres se la pasaban metiéndose en problemas (en especial James y Sirius), Filch se la había agarrado contra ellos, y todo por que…
–No sé porque se pone así con nosotros–dijo James que en ese momento se encontraba sobre un sofá en la Sala Común
–Claro –agrego Sirius sentado en el suelo con los brazos detrás de la cabeza - si solo fue una bromita inocente
–¿Inocente? –repitió Remus que estaba apoyado contra la pared y cruzado de brazos
–¡Por poco y matan a su gata! –dijo Peter con angustia sobre un sofá
–Bueno –dijo James- nunca tuvimos intención de hacerle daño, solo nos la queríamos sacar de encima
–Esa gata nos seguía a todas partes –aclaro Sirius- ¡nos espiaba!
–Y ese era motivo para lanzarle un encantamiento de desarme –pregunto Remus amablemente
–Bueno…. –comenzó a decir James
–Pensamos que lo esquivaría –agrego Sirius con una sonrisa- ¡No se supone que los gatos son ágiles!
–¡Que íbamos a saber que la condenada gata se quedaría quieta para recibir el conjuro! –exclamo James- Para luego chocar contra la pared…
– …Y caer al tacho de basura…
–… Y rodar por las escaleras…
–… Desde un cuarto piso…
–… Para finalmente salir del castillo…
–… Y caer a la laguna…
–…En un día muy frió –dijo James aguantándose la risa
–Muy pero, muy frió –continuo Sirius sonriéndose
–Fue… cómico…. verla salir –dijo James entre risas- tiritando
–Y mareada…-añadio Sirius riendo- ¡se movía como barco en alta mar!
–Cada ves que me sienta triste –dijo James secándose las lagrimas de tanto reír- voy a recordar esa escena
–Y luego… dicen –dijo Sirius destornillándose de risa- ¡que la Señora Norris… no sirve para nada!
–No voy a negar que fue divertido lo de la gata –dijo Remus con una sonrisa mientras James y Sirius se partían reían- pero la cara que pusieron cuando Filch los agarro con las manos en la masa –agrego riéndose– eso ha sido lo más cómico que he visto en mi vida
–¡Y cuando los cogio por las túnicas¿No Remus? –dijo Peter riendo (aunque James y Sirius ya no se reían)
–¡Hubiera dado cualquier cosa por tomarles una foto! –dijo Remus entre risas
–JA, JA –dijo Sirius sarcásticamente
–Bueno –dijo James adoptando un tono serio- ningún plan es perfecto ¿no?
–Además –agrego Sirius- muchos alumnos le hacen bromas¿Por qué se la agarra contra nosotros?
–Muchos alumnos le hacen bromas a él –repitio Remus- ¡pero no a su gata!
–Bueno -dijo James- ya olvídenlo, cambiando el tema, que tenemos para esta tarde
–Trasformaciones –dijo Peter con desilusión- y de seguro no podré hacer ningún hechizo
–No te desanimes Peter –le dijo Sirius
–Ya veras que todo te saldrá bien hoy –dijo Remus
–Solo te tienes que concentrar bien –agrego James
–Es fácil para ustedes decirlo –dijo Peter- todo les sale bien
–Bueno, casi todo –aclaro Sirius- no olvidemos a la gata
–El punto es –dijo James– que lo único que te falta es un poco de confianza
–Pero James… –comenzó a decir Peter
–Nada de peros –dijo levantándose del sofá- y ya Vamonos o llegaremos tarde
Cuando llegaron a la clase, ya se encontraban los Slytherin en sus lugares. Durante todo el mes, se la habían pasado molestando a nuestros amigos, pero ellos no se dejaron, cuando Filch los encontraba en plena pelea con la pandilla de Snape, solo castigaba a James y compañía.
–Ellos tienen de su lado a Hartely y Filch –dijo Sirius sentándose junto a James- en cambio nosotros no tenemos a nadie
–Ni lo necesitamos –dijo Remus sentándose detrás de Sirius y junto a Peter- con ustedes dos nos basta
–Y sobra –aclaro Peter
–Lo voy a tomar como un cumplido –les dijo James
– ¡Guarden silencio! –pidió la profesora McGonagall- este mes trabajaremos la transformación de animales no mágicos –agrego mientras la clase intercambiaba miradas de intriga- para lo cual necesitaremos que formen grupos de no menos de cuatro y también será indispensable que consigan su propio animal no encantado.
–¿Y donde los conseguiremos? –pregunto una alumna de Gryffindor.
–En el Londres muggle por supuesto –respondió la profesora
–¡Saldremos a buscarlos! –exclamo Sirius
–Por supuesto que no señor Black –dijo la profesora, deforma cortante- se lo comunicaran a sus padres y ellos los conseguirán por ustedes.
–Ah –dijo Sirius con desilusión.
–¿Y que clase de animales serán profesora? –quiso saber Remus
–Los que prefieran –respondió- ¡pero no más grandes que ustedes! –se apresuro en decir al ver a Sirius apunto de abrir la boca.
–Que lastima –dijo Sirius cuando salieron del aula y se encaminaban al Gran Comedor- me hubiera gustado que lo consiguiéramos nosotros.
–Si –dijo James- ¡se imaginan ir al Londres muggle!
–Seria fantástico –afirmo Remus- ¿alguno de ustedes ha ido?
–Yo no –dijo Peter- pero ni loco iría
–Oh, vamos Peter –le dijo James pasándole el brazo alrededor del cuello- no puedes tenerle miedo a algo que nunca has visto –decía con una sonrisa
–Pero descuida Peter –dijo Remus– no podemos ir, a menos que alguno de nuestros padres lo autorice ¿no Sirius?
Pero Sirius no contesto, se había quedado callado y parecía meditar algo.
–¿Sirius? –dijo James
–Tengo una idea, nos vemos en la cena –dijo mientras se iba en dirección contraria al Gran Comedor–. ¡Y guárdenme comida!
–¿y ahora que se le habrá ocurrido? –pregunto Remus, cuando lo perdieron de vista.
–No lo se –respondió James- pero conociéndolo no debe ser nada bueno
–Hay no –dijo Peter
Cuando llegaron al Gran Comedor para cenar, encontraron a Lily junto a sus amigas.
–Hola Lily –dijo James que durante el mes pasado había podido entablar conversaciones con ella sin la necesidad de ponerse rojo– hola Tara, hola Cleo.
Tara era una chica de cabello corto y negro. Lo llevaba hacia atrás recogido en una coleta. Tenia la apariencia de no aguantar pulgas. En cambio Cleo era lo opuesto, frágil al hablar y cortes al expresarse. Cleo tenia el cabello ensortijado y rubio.
–Hola James –dijo Lily con una sonrisa- Remus, Peter
Después de saludarse, el tema de conversación era el animal que cada grupo debía conseguir
–La mamá de Lily será la que nos consiga el animal
–Olvidaba que eres muggle Lily –dijo James– ¿y clase de animal van a conseguir?
–Pensamos en conseguir un perro –dijo Lily
–¿Quiénes están en tu grupo? –pregunto Remus
–Tara, Cleo, Ash y Frank –dijo
–¿Y el de ustedes? –pregunto Lily.
–Nosotros tres –dijo Peter- y Sirius
–¿Y donde esta él? –pregunto Cleo, mirando por todos lados.
–No lo sabemos –respondió Remus- dijo que tenia que hacer algo y se fue
–Bueno, si Sirius Black dice que tiene que hacer algo –comenzó a decir Tara- será mejor que Hogwarts se prepare para lo peor.
Todos rieron.
–Tara no digas eso –dijo Cleo, cuando se calmo
–Tara tiene razón Cleo –repuso James- de Sirius se puede esperar cualquier cosa.
–No sean tan malos –dijo Lily con una sonrisa
–Sí –dijo Sirius que acababa de llegar- gracias Lily, es bueno saber que por lo menos alguien no piensa tan mal de mí
–Es que tu nos haces pensar –explico James
–Ahora nos puedes decir tu brillante idea –dijo Remus cuando Lily y compañía estaban hablando de otra cosa.
–Todo a su tiempo –dijo Sirius mientras cogía una pierna de pollo- me pasas la ensalada James.
–No nos puedes adelantar algo –dijo James mientras le alcanzaba la ensalada
–Ya se enteraran –dijo este.
Al día siguiente todos seguían hablando de sus futuras mascotas
–Yo quisiera un conejo –dijo una alumna
–Pues a mi me gustaría un rata –comento Peter en el pasillo.
–Eso me recuerda –dijo Remus- ¿Qué animal vamos a conseguir?
–Yo quisiera un ave –dijo James
–A mi me gustaría un perro –dijo Remus- ¿y a ti Sirius?
–Yo… no lo sé
–Y… ¿a quien le vamos a pedir que lo consiga? –dijo James
–Ya me estoy encargando de eso –dijo Sirius con una sonrisa
–¿Qué? –dijo Remus
–Sirius Black –dijo la profesora McGonagall detrás de ellos– ven conmigo por favor
–Nos vemos después –dijo Sirius
–Ahora que habrá hecho –decía James mientras lo veía salir
Cuando terminaron de desayunar se encaminaron al aula de historia de la magia, en el camino encontraron a Sirius pero este no les dijo que había hablado con la profesora McGonagall
–Se los diré en la noche –dijo mientras entraban al aula
–Tomen a siento –les dijo el profesor Binns- hoy estudiaremos la vida de los magos en la antigüedad. Como muchos sabrán, los muggle siempre han tenido miedo a la magia, tenían la costumbre de quemar vivos a los magos, o peor aun cortarles la cabeza
–Esta bromeando –dijo Peter temblando de la cabeza a los pies.
–No es broma señor Pettigrew –dijo el profesor- eso era lo mínimo que les hacían a los que creían brujos, aunque en muy pocas ocasiones atrapaban a uno verdadero. Pero claro que los magos antiguos hacían embrujos sencillos con los cuales lograban escapaban.
–Sirius –dijo James en voz baja mientras el profesor hablaba
–¿Qué? –dijo este de igual manera
–No me vas a decir nada –dijo James- ¡A mí¡A tu mejor amigo!
–Te lo diré en la noche –dijo este
–¡Señor Black, señor Potter! –dijo el profesor Binns que los acababa de ver- pueden compartir con la clase su conversación
–Eh… -dijo James
–Solo comentábamos –dijo Sirius rápidamente- los hechizos que los magos antiguos usaban para poder escapar¿usted nos podría decir cuales eran?
–Bueno –comenzó a decir el profesor mirando desconfiadamente a Sirius y James- los hechizos eran…
–Por poco y nos castigan hoy –dijo Sirius al final de la clase- ¡y todo por tu culpa James!
–Nada de eso hubiera pasado si solo me dijeras que hiciste –dijo James- ¡oh, vamos Sirius dime!
–Que no –respondió
–¡Por favor! –suplicaron los tres al unísono
–¡No! –les grito- ¡y ya déjenme en paz!
En la tarde Sirius decidió que lo mejor seria estar solo hasta la noche, ya que durante toda la mañana no lo habían dejado en paz.
–Me quedare aquí un rato –se dijo llegando al lago- nadie me molestara
Se sentó en el suelo a pensar, pero algo llamo su atención. Detrás de los arbustos estaba Grace Rocking sentada y sujetando un cuaderno.
Sirius, que siempre la veía con el grupo de Snape, se sorprendió de verla sola. Se acerco y vio con sorpresa que estaba dibujando el lago, "le esta quedando muy bien" se dijo
–No esta mal –le dijo
Grace casi se muere del susto. Se levanto y llena de furia dijo:
–¿Qué, que haces aquí Black?
–Al igual que tu quería estar solo, no dibujas nada mal
–Viniendo de ti seguro esta horrible –dijo nerviosa.
–¿Y por que dices eso¿acaso tus amigos no piensan lo mismo?
–Bueno ellos… -dijo mirando el lago
–¿Ellos?
–¡Y a ti que diablos te importa! – le grito
–¡Yo intentaba ser amable! –grito Sirius molesto- ¡Pero veo que tratar de serlo contigo es como tratar de serlo con un hipogrifo!
–¡Vete al diablo! –le dijo Grace, cuando de repente...
¡PLASH!
Grace había empujado a Sirius al lago en un arranque de cólera
–¡Pero, como te atreves! –gritaba Sirius desde el lago
–¡Eso te pasa por meterte conmigo! ... ¡ESTUPIDO!
–¡LOCA! –Le gritaba mientras la veía irse- ¡ESO ME PASA POR SER AMABLE!.
–No me pregunten nada –dijo Sirius. Cuando entraba al dormitorio de los chicos.
Al verlo, James, Remus y Peter comenzaron a reírse.
–¿Qué te paso? –le dijo Remus
–¿no hubiera sido mejor que te bañaras sin ropa? –le dijo James riendo
Sirius no dijo nada. Entro directo a la ducha, decidido a no dar explicaciones a nadie. Dejaron de reírse cuando escucharon el sonido del agua cayendo.
–¿Quién le habrá echo eso? –inquirió Remus en tono grave.
–¿habrán sido los Slytherin? –pregunto Peter nervioso
–Si fueron ellos, –dijo Remus- son unos cobardes por meterse con uno
–De seguro fue Snape y compañía –aseguro James
–Bueno dijeron que se vengarían por el tarro de pintura que les arrojamos¿se acuerdan? –dijo Remus
–Se lo merecían –aclaro James- pero que lastima que solo les callo a Snape y Rosier
–Me asuste mucho ese día –dijo Peter- pensé que nos matarían luego
–No hubo necesidad –dijo Remus- con el castigo que nos puso Filch les vasto a ellos
–Todavía me duelen los brazos –musito James frotándose el suyo
–Nunca en mi vida había limpiado todo un corredor –dijo Remus- ¡con mi cepillo de dientes y sin magia!
–Pero esto, que paso hoy –dijo James- nos lo pagaran
–No paso nada –aclaro Sirius al escuchar a sus amigos. llevaba puesta una bata– no fueron los Slytherin –agrego secándose la cabellera con una toalla.
–¿Y como te mojaste? –le pregunto Peter
–Eh… bueno… yo…yo me caí al lago –tartamudeo Sirius algo nervioso ( porque si se enteran de que fue una chica la que me dejo así pensó mi reputación se ira al suelo )– si eso paso
–¿Seguro Sirius? –le dijo James mirándolo con recelo
–Por supuesto que estoy seguro –respondió poniéndose la pijama –además lo que importa es que ya estoy aquí¿no quieren saber de lo que hable con la profesora McGonagall?
–¡Sí¡Dinos! –dijeron al unísono.
–No necesito decirles –abrió el cajón de la mesita de noche y saco una papel– lean –agrego dándoles el papel.
Profesora McGonagall:
Mediante la presente la saludo y le pido permiso, para que mi hijo Sirius Black me acompaña junto con sus amigos el día de mañana domingo a Londres. Mi hijo me ha escrito y me cuenta que para la clase que usted dicta necesitan comprar un animal no mágico y creo que no seria mala idea llevarlos de paseo para que se distraigan.
Agradezco de antemano su comprensión y le pido como ultimo favor que mande a los muchachos el día de mañana a la estación de King´s cross, donde los estaré esperando.
Atentamente
D. B.
–¿Tu padre nos llevara a Londres? –pregunto James
–¿Acaso no leíste la carta? – Dijo Sirius. Ya tenia su pijama puesta– mañana temprano iremos a King's Cross, así que ya duerman- agrego mientras se tapaba con la manta hasta la cabeza
–¿La profesora McGonagall nos dio permiso? –pregunto Remus
–¡Si! –Respondió Sirius debajo de la manta- ¡buenas noches!
–¡Que bueno no! – Observo Peter- ¡si el papá de Sirius nos lleva no habrá nada que temer!
–No lo se –dijo James- aquí ahí algo que aun no me convence...
