CAPITULO 5

LA VUELTA A HOGWARTS

A la mañana siguiente, Harry y Lily recogieron sus baúles y salieron a la calle de Londres. Ya allí, cogieron un taxi muggle y se encaminaron a la estación King Cross. Iban muy justos de tiempo y la mayoría del trayecto lo pasaron corriendo. Llegaron al andén 9 y ¾ y pasaron juntos la barrera. El expreso estaba a punto de salir y corriendo entraron en él. Todos estaban en sus compartimentos despidiéndose de sus familiares así que los dos chicos no tuvieron problema para andar por el pasillo. Muy al fondo encontraron un compartimento vacío en el cual entraron. Depositaron sus baúles en su lugar y sentaron con la respiración agitada, se miraron y se rieron. Hermione y Ron estaban en el compartimento de prefectos y no estarían mucho tiempo con ellos.
Cuando pasó la señora del carrito con la comida ambos Harry compró todo lo que quiso y más. Comieron hasta hartarse y después estuvieron en silencio un rato, cada uno pensando en sus cosas... que más o menos eran las mismas.
¿ Qué me pasa?- se preguntaba Lily- ¿ Por qué estos sentimientos por él? Sé que es algo imposible pero... nunca pensé que pudiera hablar con él, pensaba que era inalcanzable. Tampoco lo juzgué bien desde el principio, desde siempre pense que era un orgulloso y prepotente que por que hubiera vencido a Lord Voldemort era el centro del mundo y todos le teníamos que admirar, pensé que jugaba con la muerte de sus padres y que realmente no se sentía apenado por su pérdida... pero ahora he descubierto que no es cierto, Harry es diferente a los demás chicos que he conocido hasta ahora, él es especial... cuando le veo siento algo extraño que aún no se lo que es pero me gusta- pensó sonriendo- y espero aclararme pronto

¿ Por qué me pasa esto¿ Por qué no puedo dejar de mirarla? Cada vez lo entiendo menos, no tiene nada que ver con lo que sentía por Cho... no, es algo diferente, algo más fuerte. Me parece sorprendente que la conozca sólo desde hace unos días, a veces la siento más cercana que nadie, incluso más que Hermione... además es tan guapa, y simpática y tan incomprensible- Harry suspiro- Hay algo en ella, es como si... no lo sé pero es extraño
Harry vio que ella sonreía y se preguntaba en que estaría pensando. Rápidamente se sentó a su lado y la miró, Lily le miró sorprendida.
- ¿ En que piensas?
- Eso es cosa mía no?- dijo sonriéndole.
- Claro, claro pero dímelo y te diré en que pensaba yo.
- Tu primero- dijo ella mientras se reía.
- Vale... yo pensaba en ti.
Ella no respondió enseguida, le sorprendía su respuesta.
- Bu- bueno... yo pensaba en, bueno... pensaba como tu- dijo tímidamente.
- Pensabas en ti misma- preguntó divertido.
- No, no... en ti, yo pensaba en ti- dijo nerviosa.
- ¿ Interrumpimos algo¿ Quizás una declaración de una sangre sucia al niño favorito de Dumbledore?- dijo de repente una voz fría que arrastraban las palabras.
- Lárgate Malfoy- le ordenó Harry mientras se ponía en pie.
- No, Potter no me iré, vengo a hablar contigo.
- Yo no tengo nada que hablar con alguien como tu- dijo Harry enfadado.
- Sólo quiero comprobar si son ciertos los rumores de que Black, tu padrino, murió a manos de su prima por acudir en tu ayuda, ya que habías caído en una trampa- dijo mientras sonreía maliciosamente.
- ¡ Harry no! No lo hagas, no merece la pena- dijo agarrando al chico del brazo mientras miraba a Draco con odio.
- Harry... por que no me sorprende? Otra víbora muggle más para tu grupo?
- Sí, yo seré una víbora pero tu también, es más somos víboras del mismo pozo!- le gritó Lily llena de odio- Tu, tu hijo de mortífagos traidores y asesinos... eres carroña, y como tal algún día te pudrirás.
- Eso no te lo perdono- dijo mientras sacaba la varita- Petríficus totalus.
Un rayo azulado salió de la varita de Malfoy para alcanzar a la chica. Harry miraba estupefacto la situación mientras también sacaba la varita. Lily por su parte, resentida por los insultos de Malfoy deseó que el hechizo fuera para él. Y cuando iba a alcanzarla este rebotó en una especie de barrera invisible y le dio al propio creador del hechizo el cual cayó al suelo. Lily abrió los ojos sorprendida del efectos de sus pensamientos y miró a Harry que parecía igual de confuso que ella. Los dos gorilas que siempre acompañaban a Draco lo cogieron asustados y se fueron.
- Lily ¿ Estás bien?- preguntó mientras se acercaba a ella y la agarraba por los brazos.
Ella asintió, todavía estaba asustada, ella no estaba acostumbrada a aquellas cosas y aún no comprendía aquello que había hecho; intentaba por todos los medios no mirar a Harry.
- ¿ Cómo hiciste eso?
- N- no lo sé... fue todo tan extraño, me sentía impotente pero cuando aquello ocurrió fue diferente, me llene de fuerza, como si fuera otra persona- dijo mientras Harry se acercaba más a ella; si seguía así se iba a poner nerviosa.
- Tranquilízate...
Lily sabía que si continuaba la iba a besar y ella deseaba que lo hiciera así que la joven se acercó a él.
Harry, por su parte, ya no podía dar marcha atrás a la situación, pero los ruidos provenientes del pasillo hicieron que la pareja se separara. Lilian se sentó con la cara roja y Harry un poco alejado de ella y se dedicó a mirar por la ventana. Este panorama no duró mucho, los dos jóvenes se pusieron a jugar al snap explosivo y rieron durante el resto del trayecto. Hermione y Ron no aparecieron en todo el viaje y Harry se preguntaba dónde estarían. Cuando faltaba poco para llegar se pusieron la túnica escolar y esperaron a que el ten aminorara la marcha. Momentos después bajaron y esperaron a los dos prefectos, que no tardaron mucho en llegar. Se montaron en los carruajes tirados por aquellos magníficos animales que unos meses antes les había conducido a Luna, Neville, Ron, Hermione y a Harry hasta Londres donde les esperaba una trampa. Nadie habló en el corto recorrido y pronto llegaron al castillo. Junto a los demás alumnos entraron al hall y de allí al Gran Comedor. Fueron hasta la mesa Gryffindor y se sentaron a esperar a que comenzara la selección.
- Ron, dónde habéis estado Hermione y tu?
- Pues... en el compartimento de los prefectos, claro- dijo nervioso- ¿ Dónde sino?
- Ron, creo que me estás ocultando algo- dijo Harry.
- ¿ Yo?- preguntó con una voz un poco exageradamente aguda.
- Sí, tu... aunque no me puedo imaginar lo que es...- dijo extrañado- Hermione dímelo tú.
- N- no hay nada que decir, Harry- igual de nerviosa que Ron.
- ¿ Qué os pasa a los dos? Sé que me estáis ocultando algo- dijo comenzando a enfadarse.
Pero cuando Hermione y Ron iban a volver a excusarse entró la profesora Mc Gonagall con un taburete y el sombrero seleccionador, entonces todo el comedor quedó en silencio. Una fila de niños de primer año entraron al Gran Comedor.
El sombreo abrió la ranura que tenía de boca y comenzó a cantar una canción.
Después dio comienzo a la selección.
- Alson, Mariah- exclamó la profesora Mc Gonagall.
Una niña menuda de largos cabellos rubios se acercó nerviosa al sombrero, que se lo puso en la cabeza cubriéndole la mitad de esta.
- GRYFFINDOR.
Harry y los demás rompieron en aplausos mientras la chica, con una sonrisa de ilusión se sentó en la mesa.
- Amerson, Sue.
- HUFFLEPUFF.
- Breston, Mike.
- HUFFLEPUFF.
- Camus, William.
- SLYTHERIN
Y así siguió con unos vente chicos y chicas más y la selección finalizó con Alice Vieira que fue a Gryffindor.
- Bueno sabiendo que lo que deseáis es comenzar el banquete, no privo así que ¡ podéis comenzar!- exclamó contento Dumbledore.
Antes los hambrientos alumnos apareció un sinfín de comida. Harry y Ron no perdieron el tiempo y cogieron todo lo que pudieron y empezaron a comer como si llevaran años sin hacerlo, con lo cual Lily y Hermione les miraron con malos ojos.
- ¿ Gue?- dijo Ron con la boca llena mirando a las chicas.
- Ron, no hables con la boca llena, das asco- dijo Hermione enfadada.
Harry no pudo reprimir la risa y la mitad de la comida que tenía en la boca salió disparada al centro de la mesa y comenzó a reír.
- Limpius actus- dijo Lily mientras apuntaba con su varita a donde Harry había tirado toda aquella comida- sois los dos repulsivos.
- Lo siento- dijeron los dos chicos todavía riéndose.
- Lily, pasa de ellos, no les hagas caso- dijo Hermione mientras se servía sopa de carne.
La chica miró a Harry y le sonrió después se concentró en su comida sonriéndese a si misma ya que ella era la unica que sabía lo que Hermione y Ron se trían entre manos. No sabía como pero lo sabía. Cuando terminaron de comer las bandejas de comida desaparecieron y Dumbledore se levantó de su asiento.
- Doy la bienvenida a los alumnos nuevos y también a los alumnos veteranos. Bien os recuerdo que el bosque que está a las inmediaciones del castillo está prohibido para cualquier alumno, sin ninguna excepción- dijo mirando a Harry y a Ron- en especial en estos tiempos tan peligrosos para nosotros. Tambiém quiero recordar que la lista de objetos prohibidos se encuentra en el despacho del señor Filch. Creo que eso es todo... ah! Quiero presentaros al nuevo profesor de defensa contra las artes oscuras: Albert Smith. Un mago anciano se levantó de su silla y saludó a los presentes. Su barba igual de larga que la de Dumbledore era gris, sus ojos verdes brillaban de alegría y satisfacción y una sonrisa bonachona le cruzaba el rostro, era delgado y alto, igual que Dumbledore. La mayoría de los alumnos aplaudieron al nuevo profesor.
- Bien, todos sabemos el incidente del año pasado que tuvo lugar con la profesora Trelawney, pues bien ha sido readmitida y junto a Firenze darán la asignatura de adivinación. Sólo me queda recordarle que los equipos de quidditch necesitan jugadores y les invito a todos a apuntarse a las pruebas de mañana. Ahora todos a las habitaciones, no querréis estar cansados mañana y perderos el primer día de clase ¿ no?- dijo el director sonriendo.
Todos los alumnos se levantaron con gran estruendo de las mesas y se fueron hacia sus respectivas habitaciones, guiados por sus prefectos.