Uoh! Tardé enos en actualizar de lo que pensaba, jejeje, espero que os guste, nos leemo más abajo!
YaS :-P
#06# Cicatrices de Mink
Desgarró el aire con las zarpas esperando alcanzar a su oponente. Pero fue más rápido y saltó hacia la pared utilizándola cómo soporte para rebotar de nuevo y lanzarse encima de la chica con las mandíbulas abiertas.
Los colmillos de Zardath se clavaron en el antebrazo de Mink que ella misma usó para protegerse. Durante leves segundos la muchacha permaneció mirando pesadamente a su enemigo a los ojos. Unos ojos llenos de rabia que apretaban más y más fuerte las mandíbulas deseando poder partir el brazo de la demonio.
Mink estiró su otra mano y consiguió arañar a Zardath en el costado de su rostro. Unos profundos arañazos sangrantes aparecieron en él a causa de zarpazo de la chica, pero el animal no se dio por vencido y continuó resquebrajando los huesos de Mink con sus dientes.
La chica no pudo evitar aullar antes de golpearle una y otra vez de modo desesperado a su contrincante en el rostro deseando que la soltase. Finalmente, la cabeza huesuda de Zardath se resintió por ello y retrocedió tambaleante cerrando los ojos pero sin soltar el brazo de la chica mientras lanzaba unos rugidos guturales.
La mano libre de Mink empezó a brillar con insistencia hasta que una pequeña bola roja incandescente apareció en ella. La diablesa sonrió con orgullo mientras Zardath, aferrado a su víctima, abría los ojos cómo platos y se echaba a un lado con velocidad justo a tiempo para esquivar la mortal estocada rojiza de su enemiga.
Un resplandor rojo inundó la zona de nuevo cegando a los barrios de los alrededores. Después de un contundente estallido, la nube negra se disipó mostrando el cuerpo postrado de Mink en el suelo apoyándose en una rodilla. Jadeante, su mano humeaba y a su alrededor, todo había quedado completamente negro y destrozado a causa de ese ataque. Pero por aquella vez, no hubieron víctimas y la lluvia de sangre que solía caer después de esa estocada, pareció quedarse congelada por una vez al no encontrar cuerpo alguno que desgarrar.
Zardath la sonreía con los ojos, pegado con sus garras a una de las paredes de los edificios más próximos, observando cuándo y cómo volver a atacar a la chica:
.- ¿La desesperación te come por dentro, Mink? – la muchacha se incorporó mirando desafiante a su adversario:
.- Vas a pagar por esto, Zardath – Mink se apretó con fuerza su antebrazo deseando que dejase de sangrar a la vez que levantaba esa misma mano en dirección a su oponente. Una luz roja volvió a indicar un nuevo sortilegio por parte de la chica, pero antes de que pudiera llevarlo a cabo, algo contundente la golpeó con fuerza por detrás mandándola por los suelos varios metros hasta que topó con uno de los coches aparcados en la cera.
.- Eres muy cansina. Acepta tu situación y sométete a ella – Jesuis se incorporó triunfante justo en el sitio en que Mink había estado anteriormente. El golpe en la nuca había dejado a la chica algo aturdida y luchaba por poder levantarse huyendo del dolor que la mataba lentamente.
Aun y así, la diablesa se incorporó de un rápido salto posándose encima del coche con el que había chocado:
.- ¿Someterme? ….¡ja!…vamos Jesuis¿de verdad crees que dejaré que me mates así cómo así? – intentaba seguir sonando arrogante, segura de sí misma y, para nada, mostrar exteriormente el terror que sentía cada vez que las mandíbulas de Zardath se cerraban cerca de ella.
Jesuis apenas había participado en la batalla, dejaba que su esbirro hiciera la faena sucia por él, pero eso no significaba que cuándo decidiera intervenir, no lo hiciera. Pues solía divertirse alcanzando a la muchacha por sorpresa siempre que ésta prestaba atención en el animal.
.- Parece que solo queréis acabar esto antes de tiempo – se mofó la diablesa limpiándose con la mano una pequeña gota de sangre que caía por su comisura.
Jesuis empezó a reírse:
.- Qué razón tienes. Si te matamos, acabaremos con el séptimo caballero de un plumazo…..bueno, al fin y al cabo Sou logró salvar su trasero.
.- ¿así que solo es eso de nuevo? – Mink saltó hacia arriba esquivando el cuerpo de Jesuis que se había abalanzado violentamente sobre ella. Volvió a aterrizar en el coche de atrás – por dios, empezáis a resultar algo monótonos. Siempre estáis intentando sacarme de en medio….significa eso que realmente soy poderosa ¿nah?- la chica se rió a carcajada limpia algo orgullosa de sí misma – es lógico. Yo también haría lo mismo si fuera vosotros. Deshacerse de mi supone casi una victoria segura.
.- Te las das de importante, demonio. Me ocuparé de darte una buena tortura cuándo sea el amo del inframundo, no te preocupes. Zardath disfrutará comiéndote el hígado una y otra vez. – la chica gruñó y se abalanzó sobre el cuarto caballero con las garras listas. Pero cuándo su cuerpo entró en contacto con el del hombre, la materia de Jesuis estalló en trocitos y en miles de sombras que se esparcieron por todo el lugar. Mink miró a su alrededor confundida y observo cómo de aquellas sombras, centenares de formas humanas empezaban a formarse retorciéndose y saliendo de las motas negras del suelo.
La chica gruñó cuándo decenas de ellos se le tiraron encima agarrándole las extremidades para inmovilizarla. Forcejeando, Mink no divisó la silueta de Zardath que saltaba veloz de la pared del edificio dónde se sostenía y volvía a aparecer a escasos centímetros de ella con las mandíbulas abiertas por completo dirigiéndose a su yugular.
La chica cerró los ojos antes de notar cómo un cuerpo la embestía con violencia lanzándola unos metros por el aire encima de sus opresores que continuaron agarrándola con fuerza.
Se incorporó confundida y aún forcejeando observando cómo el cuerpo de Zardath había quedado sostenido en el aire.
¡Diablos! Esa cosa tenía fuerza. Detuve sus mandíbulas con uno de mis sais a la vez que lo zafé violentamente de su gruesa cuello sosteniéndolo en el aire mientras luchaba para que sus colmillos no llegasen más allá de mi arma.
Esa estúpida demonio había vuelto a liarla por la ciudad. No se en qué coño estaba pensando cuándo decidí acercarme al barullo. Cualquier mente más despierta que la mía hubiera racionalizado y se hubiera alejado del lugar….pero yo no….¿para qué? Si tarde o temprano iba a meterme en el barullo de todas formas.
Lancé con violencia a ese monstruoso animal hacia atrás. Consiguió acomodarse y calló en sus cuatro piernas. Permaneció observándome de arriba a bajo, buscando un hueco por dónde poder clavarme los dientes a al que me descuidase:
.- ¡A ti quién te ha dado permiso para vagabundear a tus anchas por la ciudad! – Mink me observó frunciendo el ceño mientras se deshacía, de un par de zarpazos, de la decena de zombies que la bloqueaban contra el suelo.
La muy puta empezó a gritarme y no se percató de que el maldito animal se le echaba encima de nuevo:
.- ¿Y des de cuándo te pido yo permiso para hacer las cosas? – levanté mi brazo mientras ella seguía gritándome y chasqueé los dedos justo a tiempo para ver que, víctima de un calambrazo y de una extraña fuerza que la lanzó hacia mi con violencia, lograba esquivar involuntariamente las garras de Zardath que se hundieron en los cuerpos de uno de los opresores de la chica.
El brazalete de Mink volvió a pegarse al mío y la chica permaneció colgada de nuevo:
.- ¡Qué coño haces¿¡Le estás cogiendo demasiado el gustillo a pegarme esos calambrazos! – ni siquiera se había percatado de porqué lo había hecho.
Alcancé a ver cómo el animal volvía a saltar hacia nosotros. Dando un medio giro lancé a Mink con fuerza hacia él aprovechando que mi brazalete la asiaba. La muchacha quedó algo confundida pero, al verse catapultada de esa manera, se acomodó en el aire pudiendo atacar debidamente al animal:
.- ¡No vuelvas a hacer eso! – me gritó lanzando con violencia a Zardath contra un contenedor - ¿qué te crees que soy¿una bomba?
.- Pues algo así…… – susurré mientras me deshacía de unos cuántos de aquellos humanoides asquerosos que se abalanzaron sobre mí al haber perdido de vista a Mink.
Los mutilé sin perder el tiempo en consideraciones. El código del honor ninja para mí había quedado atrás y ahora sólo quería salvar mi vida y no mi honor. Así que poco me importaba despedazar a mis víctimas.
Por otro lado, esos ya estaban muertos, así que tampoco podía decirse que los estuviera matando yo, sólo les hacía el favor de devolverlos a la tumba.
Sumergido en mi batalla alocada la mochila pasó a ser un completo estorbo, así que la lancé a un lado fijándome de vez en cuándo de que nadie la agarrase….¡demonios!…¿en qué estaría pensando?….¿quién diablos iba a robarme la mochila en un momento cómo aquél?
El maldito de Jesuis se me echó encima blandiendo una fina espada que se movía con rapidez. Logré esquivar su filo por milímetros tirándome hacia atrás de sopetón. Unas manos me agarraron con fuerza de los tobillos. Aturdido, miré hacia abajo para descubrir que de aquellas sombras negras que inundaban el lugar, nacían nuevos individuos bajo mis pies.
No pude evitar soltar una mueca de asco cuándo la cara de uno de ellos apareció rugiente y mal formada del asfalto. Aún y así, Jesuis continuó estocándome y tuve que bloquearlo con mis sais, pues no podía moverme para esquivarlo.
El cuarto caballero juntó su cara con la mía mientras forcejeaba sin mucho éxito intentando alcanzarme la cabeza:
.- Me parece que te desprecié en un principio, pero aún y así mi calurosa bienvenida te dio problemas.
.- No jodas – me reí – te diré algo remilgado. Pude con ellos hasta borracho. – lo empujé con fuerza alejándolo de mi a la vez que intentaba saltar para soltarme de las garras del suelo.
Jesuis blandió su espada y me rozó el caparazón. Aprovechando el impulso para esquivarlo, conseguí soltarme de una vez de los malditos zombies que me agarraban cada vez que alguna de mis extremidades tocaba el suelo.
Por dios. Que agobio, empezaba a desesperarme. Mink saltó por encima de mi y, detrás de ella, ese maldito perro que la seguía, de una patada, lo mandé de nuevo contra el contenedor que, a causa del golpe, lo aboyó hacia adentro con fuerza.
Al menos, el maldito perro quedó inmóvil por unos minutos:
.- No puedes espavilarte sola ¿eh?
.- No me marees Raph, todo esto es culpa tuya, si no fueras tan imbécil cómo para convertirte en caballero involuntariamente, yo no estaría pasando por esto.
.- ¡No digas chorradas, estúpida! Es a ti a quién están buscando para matarte.
.- ¿Crees que no te matarían a ti de todas formas? – no pude contestarle, de reojo alcancé a ver cómo una sombra veloz agarraba mi mochila del suelo y corría perdiéndose por la calle contigua:
.- ¡Oye! – empecé a correr hacia allí, pero una horda de zombies se me cruzó tirándose encima de mi intentando morderme cualquier parte posible de mi cuerpo.
Un débil zumbido sonó a mis espaldas y, de repente, alcancé a ver cómo mi sombra se reflejaba roja en el suelo.
¡Joder!
Tuve el tiempo exacto para tirarme al suelo antes que el desbastador ataque de Mink volviera a surgir de sus manos para llevarse consigo, de nuevo, a todos los enemigos que me rodeaban.
Una luz roja intensa dio lugar a una fuerte explosión y, luego, el humo negro y la conocidísima lluvia de sangre y tropezones que adornó la calle.
Me levanté asqueado, sacudiéndome de encima toda aquella podridumbre de entrañas de zombies:
.- ¡Mierda! Jesuis ha huido – agarré a Mink por el cuello atrayéndola hacia a mi después de ese comentario:
.- ¡Te prohibo que utilices ese puto ataque cuándo yo esté cerca!
.- ¿de qué hablas? – la chica se liberó de mi - ¿te he salvado el culo o no? – me froté con paciencia la frente antes de caer que mi mochila había volado.
Empecé a correr con rapidez hacia la calle dónde había desaparecido el ladrón. Supuse que Mink me seguía, pero de reojo observé cómo seguía plantada en el mismo lugar observándome con las manos en la cintura.
Maldita diablesa….me va a ser muy difícil someterla.
Chasqueé mis dedos de nuevo mientras corría.
Alcancé a oír el grito de Mink al ser víctima del conocido calambrazo del brazalete y, a los pocos segundos, la chica se me pegó al brazo de nuevo.
Me detuve para husmear a mi alrededor intentando descubrir por dónde diablos se había marchado ese ladrón:
.- ¡Raphael! – me gritó enfurecida, pero no le presté atención….mierda….no había cosa que me diera más rabia que me robasen en mis propias narices….¿quién coño robaría en medio de una matanza cómo aquella?
Me miré la mano derecha intentando buscar una respuesta.
Las estrellas se movían de nuevo….había unas 4 que continuaban alejadas…pero habían dos que se encontraban cerca…..una se trataba de Jesuis que estaría huyendo por el callejón intentando salvar su cuelo…¿y la otra:
.- ¡Mierda mierda mierda!
.- ¿Qué pasa? – me gritó algo harta de que la ignorase. La agarré de su pañuelo de la cintura atrayéndola hacia mi.
.- Acaban de robarme la mochila.
.- ¡Aah¡Que desgraciados! – la muy puta empezó a reírse .- ¡jodete!
.- Ríete si quieres, pero llevaba ahí tu vasija – la cara de la demonio cambió por completo en una ensombrecida expresión que luego se convirtió en un grito de terror.
Me agarró con fuerza del cuello acercando su cara a la mía:
.- ¿Cómo puedes ser tan inútil? – la chica se desesperó. Sabía que la vasija era importante, tanto para ella cómo para mí….pero no tanto - ¡diablos diablos! Hay que recuperarla Raph!
.- Chica lista – la imité para fastidiarla.
.- ¡No lo entiendes! Si destruyen la joya de la vasija me van a matar a mi también! – abrí los ojos cómo platos.
.- ¿Y eso porqué? Sabía que estabas atrapada ahí dentro¿pero la joya?
.- ¡Imbécil! – la chica se echó a correr mientras me agarraba de la mano – yo no estoy atrapada en la vasija, si no en su joya. Y esa es la única razón por la que yo estoy aquí….si la joya desaparece, yo también lo haré …- vaya vaya….así que para quitarse de encima a esa maldita diablesa sólo había que cargarse esa joya…..hum. Parece que las cosas se ponían mejor.
Mink pareció leerme la mente y se detuvo en seco observándome con desconfianza en los ojos:
.- ….algo me dice que no tendría que haberte dicho nada…
.- ¡Tranquila mujer!…..ahora ya puedo matarte yo antes de que lo hagas tu – la muchacha me gruñó con rabia pero algo desvió su atención.
Apresuradamente miró hacia la calle des de la azotea en la que nos encontrábamos:
.- Allí….allí está. Lo noto – por una de las esquinas un camión pasó veloz derrapando casi desplazándose al carril opuesto.
Joder¿cómo se le ocurre a la gente conducir así con un trasto cómo ese?
Mink no me dio tiempo a pensar y, aún agarrándome del brazo, saltó al vacío para caer justo encima del camión.
Tambaleé a causa del derrape y me caí a uno de los costados asiándome con fuerza del canto de la zona de carga del trayler.
Fue entonces cuándo allí, oscilante, me fijé en el retrovisor alcanzando a ver la cara del conductor.
Una mujer. Se trataba de una mujer que sonreía estirando la boca de una manera completamente inhumana. Los ojos de la tía se clavaron en mi a través del espejo y pareció sonreír aún más mientras pegaba un fuerte volantazo.Un escalofrío me recorrió el cuerpo antes de percatarme que la muy puta se pegaba demasiado a los pilares que sostenían el puente. Así que saltando hacia arriba, me salvé a tiempo justo cuándo los pilares de cemento rasparon todo el costado izquierdo del camión.
Mierda, fuera quién fuera, no estaba bien y, además, acababa de delatarse a sí misma cómo enemiga al tratar de deshacerse de mi de aquella manera.
Volví a centrar mi vista en Mink que, a unos metros por delante de mi, permanecía completamente quieta a cuatro patas rasgando con fuerza la chapa del camión.
Al acercarme, observé cómo una inmensa mano había traspasado el techo del camión des de la cabina y agarraba a Mink con fuerza por el cuello postrándola a no moverse. El color de su piel empezó a oscurecerse mientras, con sus garras, rasgaba sin parar la piel de su atacante que caía a jirones que volaban a causa de la velocidad.
Me agarré a su cintura para no caerme y corté la mano con uno de mis sais provocándole un corte algo más profundo que los arañazos de la chica.
No la soltó.
Mink empezaba a desvanecerse y yo veía venir otro maldito puente demasiado bajo para que nosotros estubieramos allí arriba.
Sabiendo lo que venía, la mano alzó más a Mink por el cuello con la intención de estrellarla contra el duro cemento del techo del puente.
Mierda.
Colocándome encima de ella, corté con rapidez uno de los dedos de la mano. Escuché un fuerte rugido proviniente de dentro dela cabina, así que, con toda la rabia, acabé de esforzar el corte hasta notar que mi sai rompía el hueso del dedo cortándolo definitivamente.
Finalmente, la mano volvió a la cabina de un movimiento rapido dejando a Mink caer pesadamente contra el techo del camión a tiempo de que yo, a su lado, la tumbase por completo aplastándola de su cabeza.
Fueron unos segundos muy largos lo que duró ese interminable túnel que traspasábamos a toda velocidad. No podía evitar temblar de miedo cada vez que pensaba que, si esa monstruosa mano volvía a empujarnos hacia arriba, íbamos a morir aplastados y desfigurados contra el duro cemento.
Los ojos de Mink, encarados a los míos, parecían recuperar poco a poco el aliento y también mostraban esa inquietud:
.- ¡La vasija está ahí dentro! – me gritó intentando levantar la voz por encima del ruido del motor. Asentí. Me lo había supuesto únicamente por la manera de atacarnos de los dos ocupantes del vehículo que, sin importar a quién se llevaban por delante, continuaban a toda velocidad por las calles de la ciudad:
.- ¿éstas bien? – en vez de contestarme, la muy puta me miró frunciendo el ceño por sorpresa.
Diablos, no se fiaba de mi. Cómo yo tampoco solía preocuparme de si ella se había herido o no a la chica le pareció raro que se lo preguntase.
Únicamente me sonrió de una manera maliciosa. No quise ni replantearme que significaba eso, pues el final del túnel se veía cerca y estaba dispuesto a atacar la cabina.
Cuándo la luz de las farolas de la calle se reflejó en la brillante capota del camión, me deslicé hacia la ventanilla del conductor sin esperar a salir por completo del túnel. Una vez fuera, entré mandando una fuerte patada a la vez que me agarraba del borde de la ventanilla.
La cara de la mujer crujió bajo mis tobillos y se desplazó débilmente hacia el lado derecho a causa del golpe. Conseguí hacerme sitio en el asiento y agarré con fuerza el volante del camión que se había descontrolado.
Intenté frenarlo a un lado de la calle, pero los coches pasaban zumbando y pitando por ambos lados sin dejarme maniobrar. Antes de percatarme, la mujer se incorporó de nuevo agarrándome el cuello con una fuerza algo supra natural.
Por unos instantes vi las estrellas y mi visión se emborronaba impidiéndome de ver con claridad la calle….¿en que estaba pensando?…¿no veía que así iba a matarnos a todos?
Aparté a la mujer de mi con una mano mientras con la otra intentaba enderezar del todo el vehículo que se desplazaba a toda velocidad tambaleante.
Me la quité de encima de un buen puñetazo haciendo que la mujer se doblase sobre sus rodillas. Fue entonces cuándo alcancé a ver de reojo ese niño pequeño que me observaba de una manera bastante macabra.
Cuándo levantó la mano, ví que era sobredimensionada. Una mano enorme, la misma que había agarrado a Mink por el cuello anteriormente, pues lucía un sangrante muñón a causa del dedo que le había cortado.
Dirigió su mano hacia mi cara y me la agarró por completo. Aplastándomela sin dejarme respirar ni dejarme ver por dónde conducía.
Mink debió atacar también, pues a los pocos segundos ese asqueroso chaval retiro su mano de mi cara con un gruñido y alcancé a ver a Mink que, al haber abierto la puerta, permanecía colgada de esta por la ventanilla sin preocuparse de que el camión iba a toda velocidad:
.- ¡Busca la mochila! – me gritó intentando deshacerse del puto niño que luchaba por arrojarla fuera intentando que se soltase de la puerta:
.- ¡Que te crees que tengo tres manos! – me sentía nuevamente desesperado, la mujer de mi lado se había recuperado y continuaba sonriéndome de aquella manera tan tenebrosa mientras me agarraba con fuerza las manos encima del volante.
Estaba dirigiendo el camión directo al muelle y, por mucho que apretase el pedal del freno, la pedazo de bestia continuaba a toda velocidad por encima de la rampa de madera en dónde se atracaban los barcos.
Diablos…me tensé…y mucho, sentí el puro terror al encontrarme en una situación cómo aquella. A la velocidad a la que íbamos el golpe contra el agua iba a ser igual de bestia que si fuera contra el suelo:
.- ¡Mink! – la grité deseando que pudiera hacer algo. Pero seguía forcejeando con la puerta abierta también percatada de hacia dónde nos dirigíamos.
Giré mi cara y me encontré con le rostro de la mujer en frente de mi. Me sonreía de aquella manera tan elástica e inhumana mientras una lágrima le resbalaba por su mejilla:
.- Vas a morir séptimo…..- me desesperé aún más cuándo la muchacha pareció desvanecerse encima de mi falda.
Muerta, o eso parecía.
Aún y tener las manos libres de presión, era demasiado tarde cómo para maniobrar y salvar el camión del agua.
Abrí la puerta de una patada mandándola a volar hacia atrás a causa de la velocidad:
.- ¡Vámonos! – le grité a Mink. La muy perra había conseguido meterse dentro y permanecía agarrada por la enorme mano de aquél chaval que la aplastaba contra el parabrisas de delante.
De la presión, éste se resquebrajó y Mink salió disparada contra la capota del camión. Permaneció allí tumbada a causa de la velocidad del vehículo que le impedía levantarse.
Salí de un salto colocándome encima de la cabina. El camión iba a caer pesadamente al agua y no había tiempo para nada más.
Salté hacia la madera del muelle dejándome rodar por él intentando detener la velocidad de mi cuerpo. Al incorporarme, alcancé a ver cómo el camión caía estrepitosamente al agua aplastándose todo el morro de éste a causa de la presión.
Levanté el brazo y chasqueé los dedos.
Una fina esperanza me indicaba que tal vez pudiera recuperar a Mink del agua.
Pero empecé a desesperarme cuándo la chica no aparecía.
Casi involuntariamente, mis pies empezaron a temblar y mis rodillas cedieron desplomándome sobre el muelle.
Seguía esperando.
Nada.
Fue entonces cuándo algo salió del agua con rapidez y, completamente empapada, la chica vino a mi de nuevo. La recibida fue algo más brusca y me empujó violentamente con su cuerpo mientras su brazalete buscaba el mío.
No pude evitar sonreírla cuándo la tuve encima mío completamente mojada y tosiendo cómo una loca:
.- Podrías ser más caballeroso y tirarte al agua a buscarme ¿no? – no la contesté, la permití soltarse y se incorporó de rodillas en frente de mi mientras yo continuaba sentado.
Seguía tosiendo y respiraba con dificultad:
.- ¿Qué? – me gritó al percatarse de que la estaba mirando.
.- Nada – sonreí – creí que ya te había perdido de vista.
.- Ni te imaginas lo que vamos a tener que pasar juntos antes de que te deshagas de mi – me fijé en su espalda. La muy espavilada había logrado hacerse con mi mochila que, al igual que ella, desbordaba agua por todas partes. Me incorporé y se la quité de un agarrón:
.- Desagradecido.
.- No pretenderás que me crea que has ido a buscarla por mi ¿verdad? – sabía que Mink había conseguido la vasija por la cuenta que le corría en el caso que la joya se hubiera destruido.
Durante unos segundos permanecí en el extremo del muelle, repasando con los ojos milímetro a milímetro esperando ver a alguno de los dos ocupantes salir del agua:
.- No saldrán – me dijo a mis espaldas – Darla cayó muerta antes, y a ese bichejo le pesa demasiado la mano cómo para lograr salir a flote – más que una afirmación pareció una burla:
.- ¿Quiénes eran? – pregunté mirándola a los ojos - ¿caballeros?
.- Ella sí, era la segunda caballero de las tinieblas.
.- ¿Y él?
.- No tengo ni idea…nunca antes lo había visto…..
.- Esa Darla…¿era algún tipo de demonio? – Mink me miró frunciendo el ceño sin entender – bueno. Humana no era, eso seguro.
.- Pues….no lo sé…no aprecié ningún aura demoníaca en ella….- Mink abrió los ojos cómo platos - …más bien….no detecté aura alguna…ni humana, ni bestia ni demonio…estaba completamente vacía….- que cosa más rara. No sé muy bien cómo iba ese embrollo de las auras, pero ahora poco importaba.
Ambos habían muerto y yo ya sumaba un caballero menos en mi lista.
Lo consideré cómo algo bueno. Me atreví a sonreír después de largos minutos de angustia…por dios….menuda nochecita…..
.-
La única idea medio buena que pasó en aquellos momentos por mi cabeza fue l de coger un tren…..lo sé….he dicho idea buena. Pero creerme, las opciones de Mink eran más alocadas….
La estación no se encontraba muy lejos del río y había logrado saltar encima de uno de los vagones de un tren de carga. Mink me pisaba los talones sin protestar y, por una vez, no tuve que estar mandándola venir con el brazalete cada vez que yo me movía y ella se quedaba atrás.
Me sentía muy cansado. Echo polvo. Echo trizas….demasiado trote para una sola noche. Así que, des de arriba del vagón, conseguí echar a un lado la vieja puerta corredera de éste y entré.
Un maldito tren de harina. Eso era lo único que había ahí dentro. Centenares y centenares de sacos de harina.
No maltraté más a mis doloridos músculos y me desplomé en uno de los rincones intentando conciliar el sueño rápido. Pero aún y con la puerta cerrada, la estrepitosa vía y el ruido que hacían los raíles por ella era bastante ensordecedor y molestaba.
Mink se sentó en frente de mi encima de uno de los montones de sacos. Empezó a sacudirse la ropa para quitarle todo el agua que chorreaba de ella.
Casi sin que me percatase, empezó a desnudarse para dejarla secar:
.- ¡Eh eh! – la chica me miró sin expresión alguna – evítame poder ver eso si puede ser.
.- No digas chorradas. Lo estás deseando – me sonrió burlona mientras se situaba detrás de uno de los montones de sacos para seguir desnudándose. Iba colocando todas y cada una de sus prendas encima de los sacos que la tapaban. Cuándo paró de moverse por unos segundos, supuse que ya se encontraría desnuda.
Diablos, no pude evitar pensar el asomar la cabeza por ahí….¡qué demonios!…por muy cuerpo de mujer que tuviera Mink no era nada más que una maldita diablesa…..bueno, aún y así me sentí extrañamente incómodo:
.- Oye….- Mink se asomó levemente mientras se recogía el pelo mojado en algún extraño recogido.
.- ¿qué pasa? – sonrió maliciosa - ¿ahora quieres verme? – le lancé uno de los sacos de harina por encima de su cabeza, la muy puta logró esquivarlo y estalló metros atrás en una nube de polvo blanco.
.- Olvídalo – que caray….ésta mujer realmente tenía el lívido por las nubes….mierda - ¿porqué demonios Jesuis tiene tanto interés en sacarte de en medio?
.- Porqué soy poderosa, eso es todo. Si me mata se va a poder librar de ti en un abrir y cerrar de ojos – gruñí ante ese comentario.
Nadie se deshace de Raphael en un abrir y cerrar de ojos. Me prometí a mi mismo hacérselo pagar en cuánto volviera a encontrarme con él.
Aún y así, no me dejé llevar por las sutilezas de la chica que parecía no captar por dónde quería yo llevar el tema:
.- Ya….y…¿qué hay con ese…. Zardath? – Mink me miró fríamente y luego volvió a perderse detrás del montón de sacos de harina. No pude evitar alargar el cuello a un lado por no comprender que hacía.
Había notado que cada vez que se hablaba de ese baboso animal las reacciones de Mink solían ser, desviar el tema, ponerse seria o no hablar.
Un extraño comportamiento por su parte teniendo en cuenta que siempre era la primera en poner a cagar a cualquiera.
Suspiré profundo haciéndome oír:
.- ¿qué pasa con él? – volví a probar suerte.
.- ¿Porque lo dices? – me habló sin asomarse, seguramente desnuda recostada en el montón de sacos.
.- No soy tonto.
.- Eso es discutible – joder, se puso de nuevo a la defensiva
.- ¡Vale! Ves a tu maldita bola, sólo intentaba saber más de ti – me crucé de brazos frunciendo el ceño y girando la cara hacia una de las pequeñas ventanas en dónde el paisaje urbano empezaba a desaparecer por estar saliendo de la ciudad.
Mink no habló. Ni siquiera emitió ruido alguno durante largos minutos.
Fue cuándo la escuché suspirar que volví a intentarlo. Pero antes de que pudiera abrir boca, fue ella quién rompió el silencio:
.- ¿Te acuerdas cuándo te hablé de una feliz demonio que vagaba por los parajes del profundo oriente?
.- Si. Luego un chico malo llamado Ragnarock la encerró en una vasija. ¡Perdón, en una joya de la vasija. – escuché cómo se reía débilmente.
.- Veo que me escuchas….- una de sus piernas apareció por la esquina de los montones de sacos. Seguramente se habría tumbado…. No pude evitar sentirme más turbado aún – pues, cuándo ese chico malo la encerró fue para tener un arma con la qué pelear….un arma que se pasaba de generación en generación mientras éstas se entrenaban esperando el día del encuentro. – Mink pareció coger aire con profundidad – la tercera generación, exactamente el bisnieto de Ragnarock también me tubo en sus manos. Era Suzu, un gran espadachín de Oriente que llegó a obtener el conocido nombre de Samurai. Suzu tampoco olvidó su entreno cómo séptimo caballero y yo siempre me encontraba revoloteando intentando averiguar una manera de matarle para poder quedar libre.
.- ¿has hecho lo mismo con todos tus portadores? – le dije cortándola - ¿intentar matarlos?
.- Ajá, pero nunca lo he logrado.
.- ¡Ja!
.-…..con todos mis antiguos portadores hasta entonces siempre habían deseado verlos morir y ellos siempre me habían castigado por mi arrogancia y desobediencia. Pero con Suzu era distinto, era alguien tan noble que no se dejaba mosquear por estúpidas triquiñuelas de una diablesa joven. Me controlaba con honor y mantenía intacto mi nombre y el suyo. A medida que fueron pasando los años, me enamoré de él……..- quise echarme a reír, pero por la seriedad con que Mink trataba el tema supe que, si lo hacía, iba a estar bajo los raíles del tren en cuestión de segundos. Así que opté por callarme - ….un amor prohibido….los demonios nunca deben colgarse de un humano….¡nunca, únicamente está permitido que sea el humano el que se enamoré……durante un largo tiempo estuvimos viviendo bien. Nadie molestaba, nadie lo sabía y yo, después de dos generaciones, disfrutaba de mi cautiverio con solo estar junto a él…..pero su abuelo, Ragnarock, acabó por enterarse y nos engañó a ambos hechizándonos.
Mink dio una larga pausa en la qué la pierna extendida volvió a su lugar. No sé porqué, pero se me formó un nudo en la garganta….de alguna manera me imaginaba cómo continuaba la historia, y no me gustaba ni siquiera para ella.
.- A mi me castigo durante 50 años……sus malditos conocimientos de brujería oriental me mantuvieron encerrada en la puta vasija durante 50 eternos años.
.- ¿Y a Suzu?
.- Entregó su alma a los demonios…..se la devoraron por completo hasta formar otro ser. Un demonio formado por millones de ellos, un maldito demonio que no tiene ni idea de cuál fue su pasado ni cuáles son sus recuerdos de entre todos los que poseé. Ragnarock lo entregó a una de las familias rivales. A La familia del cuarto caballero, es decir, por ahora…….Jesuis.- No me sorprendí porque de alguna manera lo había imaginado……diablos…ese maldito Zardath tiene más pasado que yo mismo…..en tan sólo pensar que Mink estuvo enamorada de algo así hace miles y miles de años se me ponían las escamas de punta. Y aún más cuándo recordaba la voracidad y la violencia con la que Zardath atacaba a Mink deseando arrancarle el cuello de un mordisco:
.- Me recuerda. Sabe que me conoce y no se imagina de qué es….sólo sabe que tiene que matarme o si no, lo haré yo antes….
.- ¿serías capaz de matarlo? – pregunté intentando que mi voz no sonase temblorosa. Se tomó su tiempo para contestarme y lo hizo sin si quiera asomarse:
.- Sí.
Tragué saliva imaginando que la vida de alguien cómo ella no podía ser tan fácil cómo pelear, amar la sangre, desobedecer a su dueño y armar jaleo. Tal vez, por primera vez des de que la vi, pude pensar en Mink cómo en una especie de….humana……sabía que había algo de humano en ella, que no solo se trataba de un amasijo de carne llevado por el odio y el rencor. Tenía demasiados sentimientos para tratarse de un demonio y había pecado por ello.
El pasar tanto tiempo cerca de los humanos la había vuelto cómo ellos. Me dolía pensar que, tal vez durante aquellos años en su vida que permaneció cerca de Suzu, había resultado ser cómo una humana normal y corriente. Alguien que entregaba sus sentimientos, que amaba, cuidaba y respetaba a los que le rodeaban solo por el hecho de sentirse feliz por estar enamorada….. me dolía pensar que todo aquello pasó una vez la separaron de Suzu. Encerrada en la maldita vasija durante medio siglo reunió su odio, rencor y rabia que había logrado apartar hasta entonces convirtiéndose en lo que era ahora, una increíble máquina de matar que adoraba la sangre de sus enemigos…….una máquina con pequeños brotes de sentimiento en su interior, sentimiento afectivo fuera del puro interés sexual que la muchacha poseía por cualquier cosa que se movía……..diablos….estaba empezando a ver la vida de una manera completamente distinta a la que la había visto hasta entonces….Mink estaba logrando que yo abriese los ojos poco a poco dándome a entender que no sólo existe lo que te entra por los ojos.
.-¿qué pasa, una historia demasiado fuerte para ti ¿chico duro? – la chica se mofó de mi al verme sumergido en mis pensamientos y asomó su cabeza por primera vez sonriéndome.
.- Bonito cuento, recuérdame que se lo cuente a mis hijos, cuándo los tenga.
.- No te mientas Raph, no los vas a tener – la maldita risa chillona de la diablesa volvió a clavárseme en el oído agudizando mi ya presente dolor de cabeza.
Con un gruñido chasqueé los dedos mientras la sonreía vacilonamente sin moverme de mi lugar. La chica abrió la boca de espanto antes de notar cómo el calambrazo recorría todo su cuerpo y se veía empujada hacia mi con fuerza.
Me aparté justo a tiempo permitiendo que se chocase de bruces contra la pared de madera que yacía a mi espalda.
Se sobó la cara con insistencia mientras murmuraba insultos casi inaudibles. Presa de la rabia, se giró hacia mi con las garras en alto:
.- ¡Maldito seas tortuga¡Voy a rasgarte el puto culo!
.- ¡Olvídame! – no lo hizo y se me tiró encima intentando alcanzar mi cara con sus garras - ¡Oye oye oye¡quietecita!
Se me hacía muy raro pensar que detrás de esos colmillos y esos rasgados ojos amarillos una vez existió una mujer enamorada de alguien, aunque bien, mujer si que podía recordar que lo era, pues al llamarla olvidé por completo que se encontraba desnuda.
Quién no parecía recordarlo era ella misma…..maldita demonio…..
Bueno, no tengo gran cosa que comentar esta vez. solo que el cap. me ha quedado algo más largo de lo que suelen ser de por sí, pero vaya, esque me animé escribiendo y la cosa se ha alargado, jejejeje, nunca puedo saber cuánto va a ocupar un cap. más o menos, pues tengo el guión escrito, pero suelo regodearme bastante más en él de lo que lo hag en un principio (jejejeje, cosas del directo, es lo que hay)
Pues si Medeah, las cosas empiezan a ponerse xungas a partir de ahora, así que sí, tal vez Raph se deje llevar por su alocado temperamento y le coja el gustillo a eso de descuartizar monstruos y enemigos (si eske no lo había cogido ya antes, jejej o tal vez, por otra parte, le coja algún tipo de ataque de ansiedad a causa de todas las emociones que se le presentan de golpe en un solo día. Bueno, al menos, si yo estubiera en su lugar, empezaría a medicarme, pues de seguro mi corazón no agantaría mucho tiempo, jejejeje.
Es cierto que en la serie Next Mutation a Venus le ponían pecho! Xd ya lo pensé en cuánto la ví en foto, pero vaya, siendo algo tan pésimo no quise darle muchas explicaciones, intentaron darle una figura femenina a la chica y les quedó bastante feilla, la verdad. Nunca la he visto emitida, pero si he visto fotogramas y escritos sobre los fans y, la verdad, deja mucho que desear (bueh, la verdad esque todas las series de TMNT hasta ésta del 2003 dejan mucho que desear, pues la primera serie animada que se izo (del 90 ¿no?) era también de lo peor, bueno, a mi me encantaba porque era una chikilla pequeña que disfrutaba viendo a Michelanggelo comiendo Piza y solo pizza, pero la verdad esque también era algo p´ésima (ahora que lo recuerdo y la comparo con la actual, pues si...) jejeje.
Bueno nenitas, nos estamos leyendo y espero no tardar en actaulizar! Besus neas! Nos vemos!
YaS ;-P
