Uoh! Anda que fuí rápida XD Por una vez en mi vida tube dos capítulos enteritos escritos!juasjuasjuas, yo ke siempre voy a la última escribiendo de sopetón! Bueh, menos chorradas, nos leemos más abajo!

YaS;-P

#09# Charcos de sangre

El cielo se había encapotado ya de buena mañana y, en pocas horas, empezó a llover con desespero. Una increíble tormenta me dificultaba el paso con la vanette, pues los malditos limpia-parabrisas no funcionaban y no podía ver nada de la carretera.

Cada vez me ponía más nervioso, no se si por el maldito silencio que quedó en el vehículo después de que encerrase a Mink de vuelta a la vasija o por la poca visibilidad que tenía del camino pedregoso que seguía. Hacía horas que había abandonado la carretera principal y, víctima de una mala impresión, decidí desviarme por un pequeño camino que cruzaba las tierras áridas por en medio. Supuse que se trataba de una ruta demasiado rebuscada cómo para encontrarme con el resto…pero empecé a preocuparme. Miles y miles de preguntas rozaban mi mente.

¿Porqué había decidido tomar aquél camino? Bien podría haber seguido tranquilamente por la carretera hasta alcanzar la siguiente ciudad….me ahogué en impaciencia en tan solo pensar que el destino empezaba a hacer sus estragos en mi mente y me controlaba para dirigirme justo dónde debía de ir….diablos. Me sentí inmensamente controlado únicamente por haber tomado una decisión repentina.

La lluvia levantaba una bruma impresionante que obstaculizaba aún más la visión. Casi parecía que se estuviera creando niebla. Una niebla bastante espesa.

Divisé unas luces borrosas algunos metros más adelante. No pude evitar suspirar de tranquilidad pues sabía que podía pararme en un lugar medio seco…aunque con este aspecto….

Se trataba de un viejo Motel de carretera el letrero del cual parpadeaba a causa de la lluvia y de las malas condiciones en las que se encontraba. No era un edificio muy grande, pero si bastante más ancho que el resto de Moteles de carretera.

Aparqué en el parquing situado a un lado de la casa de madera. Habían pocos coches, consideré que aún y así, había demasiados para tratarse de un Motel tan escondido. Pero estaba lloviendo, así que supuse que todos los conductores habrían parado allí.

Salí de la furgoneta con cuidado y me situé a un lado de la casa mirando levemente por una de las ventanas. Ésta estaba cubierta con una delgada cortina des del otro lado, pero se podía apreciar perfectamente escasas personas que permanecían sentados en una cafetería bastante roñosa.

Realmente me apetecía entrar aunque solo fuera a descansar un rato. Pero estaba claro que no pasaría desapercibido.

Me golpeé la frente con la palma de mi mano cuándo recordé que no me había llevado la gabardina y el sombrero de casa…mierda….

Inconscientemente llamé a Mink y ésta no tardó en presentarse corriendo por colocarse debajo del balcón dónde me había situado para no mojarme.

La diablesa me miró frunciendo el ceño cabreada por haber discutido antes con ella y por haberla encerrado en la vasija:

.- No me mires así – volví a echar una ojeada discreta por la ventana – tienes trabajo. – creí que Mink iba a contestarme alguna de sus sutilezas. Pero no lo hizo.

Permaneció callada, en silencio, con la mirada perdida en la estructura del Motel y en la zona. Su rostro realmente había palidecido y, en verla , no pude evitar sacudirla por los hombros para hacerla reaccionar:

.- ¡Eh!

.- ¿Cómo has llegado aquí?

.- En la vanette ¿qué te parece? – seguía con la mirada perdida – oye. ¿Va todo bien?

.- No, realmente. Este lugar no me gusta.

.- Vaya, si que es cursi la niña. ¿a caso prefieres un hotel en vez de una casa de putas de carretera? – Mink retrocedió aún embobada en la zona, mirando a su alrededor nerviosa.

.- No lo sé…hay algo en el ambiente…

.- ¿Un aura maléfica? – dije mofándome de sus premoniciones sonriendo con arrogancia. Ella me golpeó levemente el hombro empujándome contra la pared.

Una hombre había salido de dentro y corría en nuestra dirección para coger el coche.

Me esmuñí entre las sombras todo lo que pude, intentando pasar desapercibido.

.- ¿vamos a entrar ahí Raph? – me susurró

.- a eso te quería. No puedo entrar con este aspecto – la chica se giró a mirarme. Diablos, cómo si no me hubiera visto nunca.

Sonrió de una manera que no me gustó nada en absoluto mientras levantaba la palma de su mano en dónde una luz roja empezó a brillar con intensidad:

.- ¡Eh! Eh! – me alerté poniéndome muy nervioso incluso saliendo de la oscuridad que me ocultaba. - ¡no hagas eso aquí!

Antes de percatarme una haz rojo se apoderó de mi dejándome completamente ciego. Diablos, esa maldita resplandor se vería seguramente a kilómetros del lugar, y más en un día tan oscuro…

Noté como mi cuerpo ardía mucho reuniendo calor por todas partes y, por unos instantes, empecé a tener realmente frío.

Cuándo la luz se disipó. Luche parpadeando por recuperar mi visión:

.- ¡Estás loca joder! – apreté los puños con fuerza - ¿ya intentabas volver a matarme?

.- No digas chorradas – por su tono de voz supe que no era esa su intención. Así que cuándo recuperé la visión, mi primer reflejo fue abrazarme por el frío que recorría mi cuerpo durante unos instantes.

Al rozarme noté mi piel fina…demasiado fina. Fue entonces cuándo me miré a mi mismo:

.- pero….¡Joder! – me tapé de un veloz movimiento con ambas manos las partes antes de retroceder de un salto - ¡imbécil¡No te he pedido que me transformes en humano!

.- Es la solución más rápida. Ya verás cómo pasas desapercibido.

.- Sí, claro. Nadie va a fijarse en mi ni siquiera percatándose de que estoy completamente desnudo – empecé a tiritar con violencia notando cómo mi cuerpo se mojaba más y más debajo de aquella guerra de barro y agua….el pelo. Mierda, algo que nunca había tenido. Caía a chorretones mojados sobre mi frente y me molestaba muchisimo tener que apartármelo cada dos por tres.

La muy estúpida continuaba mirándome con esa sonrisa burlona en la cara con las manos en la cintura:

.- ¡Oye que coño te pasa¿Vas a taparme o no?

.- Me lo estoy pensando. Estás muy mono desnudito y completamente inofensivo bajo la lluvia – me acerqué y la agarré de uno de sus mechones de pelo rojo que le caían por los hombros tirándole de él con violéncia:

.- Vísteme de inmediato si no quieres comer barro – Mink me gruñó y, tras soltarse de un guantazo, buscó a su alrededor.

Descubrió dentro de uno de los coches el hombre que antes había salido del Motel. Se encontraba sentado en el asiento toqueteando algo de la radio.

La diablesa se dirigió allí corriendo evitando mojarse y, una vez al lado del vehículo, picó a la ventanilla con insistencia.


.- ¿Cuándo empezó a llover? – Donatello conducía con cuidado frenando a cada insospechada sombra que se cruzaba. La visibilidad era completamente nula y una espesa bruma se levantaba del suelo.

.- Vas muy nervioso – comentó Leonardo recostado aún en el mismo asiento con el niño en brazos durmiendo – relájate Don. Sólo es lluvia.

.- Ya…pero no me percaté de cuando empezó a llover – susurró más para sí mismo que para los demás. Pero para su sorpresa Leo le contestó:

.- Cuándo nos pusimos en marcha esta mañana ya llovía – Leonardo levantó levemente la vista del niño y miró de reojo a su hermano mientras reclinaba su respaldo hacia atrás para quedarse casi completamente tumbado:

.- ¿En serio?…no me di cuenta…realmente estaba cansado…- en una de las miradas relámpago que Don lanzó al bebé le pareció ver algo en la palma del niño. Tubo que volver a mirar de inmediato tras devolver su vista a la carretera – Leo…..las estrellas….

.-¿Hum? – agarró la manita del bebé con cuidado y fijó su vista en ella – se están moviendo…..muy lentas….¿qué ocurre? – Don acercó su morro a la mano con curiosidad descuidando la carretera.

.- ¡Donny! – el grito de Mickie des de el asiento trasero le llamó la atención. Una sombra permanecía de pie en medio de la carretera y la van se dirigía hacia ella con velociadad:

.- ¡Mierda! – Don reaccionó pegando un volantazo enviando el vehículo a la cuneta en dónde derrapó con gravedad quedando cruzado en la calle.

Cuándo todo se calmó, Donatello respiró con tranquilidad ocultando su cara entre las manos por el susto.

.- ¿Lo atropellaste¿Lo atropellaste Don? – preguntaba Michelanggelo con insistencia recibiendo en sus manos al bebé que Leo le cedía en los brazos. Fue éste el que bajó la ventanilla mirando curioso en la carretera.

Aun estaba ahí.

Una sombra enorme. Un hombre muy alto. Se alzaba como una mancha negra en medio de la carretera y ni siquiera había retrocedido al ver venir la van:

.- ¿se encuentra bien? – Leonardo bajó del vehículo sin tener miedo a ser visto. Pues la oscuridad de la lluvia era casi absoluta y apenas podía él distinguir al sujeto. Además, las cosas no podían estar nadar bien si éste se había quedado detenido ahí en medio son moverse ni un pelo…así que ver a una tortuga gigante no habría sido lo peor que le habría pasado en aquél día.

El hombre no contestó. Continuó de pie, inmóvil.

Leonardo frunció el ceño y se acercó unos pasos guardando distancias de seguridad al no verle si quiera el rostro:

.- ¿todo bien? – volvió a preguntar alzando una mano.

Ésta vez, el individuo alzó levemente una mano, casi sin moverla. Al instante la mirada de Leonardo se clavó en ella y tensó sus músculos con nervio. Observó cómo, lentamente, el hombre sacaba algo de su bolsillo. Fue entonces cuándo Leo dirigió una mano a su espalda a punto para empuñar una de sus katanas controlando milímetro a milímetro los movimientos de a mano del hombre.

Éste acabó sacando un pequeño objeto. Leo destensó sus músculos pero aún manteniendo su mano en la empuñadura.

Era una vasija. La misma vasija que sensei les había contado y la que Raphael también tenía en su posesión:

.- Entregadme a Simon.- su voz sonó grave, gutural, casi un gruñido inaudible que se perdía por el ruido de la lluvia.

.- Me parece que te has equivocado.

.- ¡Leo! – el grito de Mickie lo alertó - ¡Sal de ahí! – instintivamente devolvió la mirada a su oponente. Fue entonces cuándo, de repente, los ojos de éste se marcaron en su rostro con un brillo azulado intenso.

Leo retrocedió algo asustado y desenfundó finalmente su espada.

Por unos instantes no pudo moverse. Nada reaccionaba y el tiempo parecía haberse detenido. Intentó blandir su arma pero sus músculos no obedecían sus órdenes.

Todo empezó a clarecerse. Tanto hasta alcanzar un color blanco supremo que le envolvía entero sin dejarle ver en dónde se encontraba.

No entendía nada, su mente estaba también en blanco y, aturdido, apenas podía retroceder.

Un ruido seco delató a unas manos también blancas que salieron del suelo de sopetón agarrándole los tobillos con fuerza:

.- ¿pero qué….? – forcejeó pero sus músculos seguían sin responder a sus órdenes. Vio cómo algo se acercaba a lo lejos. Un punto negro entre toda esa blancura.

Veloz, muy veloz. Casi podía escuchar cómo silbaba a su paso. Algo que cada vez se acercaba más a su dirección y no disminuía la marcha.

Siguió luchando intentando soltarse para moverse, pero le era imposible. Miedo, terror, aturdimiento, muchos sentimientos se entremezclaron en su cabeza al encontrarse en un lugar desconocido, completamente incapaz de moverse y con algo contundente que se dirigía hacia él.

.- ¡Leo! – Michelanggelo volvió a gritar tras observar que su hermano permanecía completamente clavado al suelo. Sin moverse. Parecía una estatua que naciera en medio del asfalto – ¡Don, Don Don!

.- ¡Qué!

.- Algo va mal…no me gusta, no me gusta – instintivamente apretó al niño contra su pecho al observar que el hombre pasaba lentamente por el lado de su hermano y éste ni se inmutaba. Parecía no verlo.

A paso lento, se dirigió hacia la van aún con la vasija en sus manos:

.- Quiere al bebé…- susurró Donatello antes de abrir la puerta y, saltando por encima de la furgoneta, saltó encima del hombre desenfundando su bo.

Blandió su primera estocada lanzando un abanico a uno de los costados, pero el hombre se desplazó tremendamente rápido. Es más, desapareció en sus narices esquivando la estocada de Don. Cuando éste quiso darse cuenta, el individuo se encontraba dentro de la camioneta.

.- ¡Mickie! – fue lo único que logró vocalizar cuándo el grito de su hermano le resonó en la lejanía.

"Entregadme a Simon"

La frase resonaba una y otra vez dentro de la cabeza de Leo que, en un intento por liberarse, cerraba los ojos con fuerza mientras gritaba intentando salir de aquella pesadilla.

Cuándo volvió a abrirlos. Aquella cosa seguía silbando hacia él a más velocidad. Fue a los pocos instantes que se percató de que una de sus espadas no estaba en su funda y que, lo que le atacaba, era la katana que le faltaba.

Gritó cuándo se la vio venir encima con su filo expuesto e incluso la escuchó silbar cuándo ésta pasó por su lado a toda velocidad rozándole la mejilla.

Creyó estar salvado cuándo la katana dio media vuelta sin detenerse y, de un limpio sablazo, le cortó el cuello a sus espaldas.

.- ¿Qué…? – Donatello se giró nervioso al escuchar gritar a Leonardo que, después de haber permanecido inmóvil, caía al suelo doblándose sobre sus rodillas agarrándose con fuerza el cuello sin dejar de gritar.

Donatello se aterrorizó al verlo chillar de aquella manera y no ver razón alguna aparente.

.- ¡Leo! – vaciló en si ir a socorrerle, pero le pareció que Mickie se encontraba en mayor urgencia y no tardó en meterse dentro de la van.

El niño lloraba desconsolado mientras oscilaba peligrosamente agarrado por el trajecito que sujetaba el hombre en su mano aguantándolo en el aire.

Don no se izo esperar y ésta vez consiguió estocar un buen golpe en el estómago del hombre haciendo que éste soltase al bebé que, apresurado, cayó en manos de Donatello que saltó de nuevo fuera de la van en busca de más espacio dónde pelear.

Michelanggelo se encontraba también inmóvil. Completamente de pie a un costado de la van, pero pareció volver a reaccionar más rápido que Leo y, en verse al hombre de espaldas a él, lo atacó con voracidad agarrándolo del cuello con la cadena de uno de sus nun-chakus.

El individuo gruñó con fuerza mientras intentaba deshacerse de la tortuga pegada a su espalda. Por unos instantes los gritos del hombre sonaron igual de guturales que al principio pero, en un abrir y cerrar de ojos, Michelanggelo sostenía su nun-chaku vacío en el aire. Sin nadie apresado en él.

Confundido, parpadeó y se agarró la cabeza con una mano. Balanceó su mirada hacia Donatello que, inmóvil bajo la lluvia con el bebé en su regazo, miraba a Mickie igual de confundido y sorprendido:

.- ¿Viste cómo huía? – Don únicamente contestó negando lento con la cabeza absorto por la impresión de ver a una misma persona desaparecer dos veces.

Al poco rato devolvió su atención en Leonardo que, aún en medio de la carretera, permanecía de cuatro patas respirando con dificultad y completamente aturdido. Su espada había caído a su lado al soltarla y la otra se encontraba en su funda:

.- Leo….¿estás bien? – Leonardo pareció reconocer la voz de Don y inspirando con insistencia, lo miró sobresaltado antes de sentarse en el asfalto dejando que la lluvia mojase su cara - ¿qué ha pasado?

.- Yo….no lo sé…..me creí muerto Donny….- Donatello le palpó el caparazón intentando calmarlo. Mickie también salió de la van tras dejar al bebé en su cesta:

.- No se qué ha pasado…ese tío…- continuaba igual de confuso que antes y ni siquiera se había percatado por lo que había pasado su hermano.

Fue entonces cuándo Michelnggelo observó que su sombra adquiría un color rojizo entre las oscuridad del día. Absorto, levantó la vista a sus espaldas descubriendo que, en algún lugar no muy lejos de allí, un enorme haz de luz roja inundaba la zona por unos segundos.

Luego todo volvió a la oscuridad:

.- Habéis….¿habéis visto eso? – tartamudeó en un susurro. Donatello se incorporó a su lado ayudando a Leonardo:

.- Demonios…..eso pareció una bomba o algo así…..

.- Sí, iguales que las que estallaron en la calle de April ¿nah? – Leonardo se tambaleó intentando dirigirse hacia la van. Don lo siguió – vayamos.

.- Espera espera….¿no podríamos tomarnos un descanso?…no sé…un par de horitas….yo sigo bastante trastornado. Ni siquiera sé lo que ha ocurrido aquí ni quién era ese…

.- Ese era uno de los caballeros – Leo montó en la van – y venía a por el bebé……


Vaya, me sentía realmente raro vestido…unos jeans y una estúpida camisa de manga corta no me retenían todo el frío que al ser humano me había provocado la lluvia.

Seguí a Mink hasta el interior del Motel. Al entrar en este, la calefacción que había puesta me envolvió ofreciéndome un cálido estado de bienestar. Menos mal.

Todo el mundo allí presente se giró al vernos entrar. No me extraña nada, yo completamente empapado y ella con su aspecto reotorcidamente raro. Aún y así podía pasar por una humana loca que vestía a sus anchas por completo.

El lugar no era muy grande, tras bajar un par de escalones se extendía un pequeño comedor compuesto por no más de cinco mesas. En uno de los rincones, un escritorio parecía pasar por recepción y, al otro lado, una barra de bar bastante pequeña dejaba entreveer a una muchacha relativamente joven que nos miraba de reojo mientras se secaba las manos en un paño. En el lugar habían dos mesas ocupadas, seguramente por residentes del Motel. En una de ellas un hombre bastante gordo y barbudo jugaba a cartas con otros dos y, en la otra mesa, una mujer morena de cabello corto permanecía de espaldas a nosotros.

No pude evitar lanzarle alguna que otra mirada…me era extrañamente familiar….

Mink me arrastró de la mano hasta la recepción, en dónde la muchacha que permanecía en la barra se apresuró a atendernos. Se trataba de una chica rubia con una inmensa y lisa coleta. Podría considerarla hermosa si no fuera por aquellos enormes dientes que le sobresalían de la boca. Vaya, que cuándo sonreía realmente la cagaba…..

.- Una habitación para dos – Mink no tardó en pedir. La agarré fuerte por el pañuelo de su cintura:

.- ¿Invitas tú maja? Yo no tengo nada de dinero – bajo mi sorprendida mirada me lanzó un vistazo de reojo antes de sacar una cartera. De ella pagó a la chica la cual nos entregó una de las llaves.

Me quedé algo aturdido después de ver a Mink sacar una cartera…..diablos¿des de cuándo los demonios tienen dinero? Antes de que me percatase me condujo a la barra en dónde la muchacha rubia de antes tubo que venir de nuevo a servirnos:

.- ¿De dónde has sacado eso? – le susurré.

.- del mismo tío que me prestó la ropa – me contestó mientras me echaba el pelo mojado hacia atrás. No sirvió de mucho, pues al instante volvió a caer sobre mi frente:

.- ¿Prestado? Y un cuerno!….¿no le habrás matado también? – la muy perra izo cómo que no me escuchaba y pidió una botella de sake. - ¿me has oído?

.- No lo maté, solo lo atemoricé un poco.

.- Y le robaste.

.- Sí, igual que tu también robaste esa camioneta…a estas alturas ¿qué hay de malo? – bufé algo harto de toda esa historia. En apenas un par de días había hecho todo aquello que me estaba completamente vedado. Solía patear el trasero a pequeños gamberros que robaban coches y bolsos, y ahora…mira tú, metido de lleno en una serie de asesinatos y robos que ni siquiera los había visto venir….maldita Mink.

Nada más tener la botella en sus manos se sirvió con una ancha sonrisa en la cara:

.- ¡Sí¡Cuánto tiempo hacía que no probaba el sake! – me alargó un pequeño baso – prueba – obedecí sin rechistar y, no se si fue por mi cuerpo de humano que podía resultar mucho más débil, pero aquello me quemó el estómago entero y toda la tráquea…por dios…¿cómo era capaz de beber algo así con tanta soltura?

Empecé a toser cómo un desgraciado pidiéndome una cerveza para pasar el mal trago. Habría que aprovechar ahora que Mink tenía la pasta…..:

.- Oye, pediste una habitación para dos…¿no te he dicho que tu duermes en tu vasija? – me miró con ojos de cordero degollado.

.-¡Oh vamos! Hace tiempo que no duermo fuera de ella, además, casi invita la casa. ¿Qué más da? – que más da, qué más da. Era la mejor excusa de aquella demonio. Todo le daba igual, diablos, cómo me gustaría poder ser tan despreocupado a veces.

Des de hacía rato notaba una mirada que se me clavaba en la espalda, así que me giré frunciendo el ceño con curiosidad. La mujer de cabello extremadamente corto y moreno permanecía clavándome los ojos…esos ojos…completamente vacíos de visión alguna y a la vez tan blancos.

Me acerqué. Aún no poder verme ella sabía que yo estaba ahí y me sonreía de una manera tenebrosa:

.- Cuánto tiempo, Séptimo. No eres el mismo…¿cierto? – me espanté, aquella mujer tenía algún tipo de percepción extra sensorial y, aún no verme, sabía que era yo y que era humano. – no mataste al niño…..

.- ¿A caso fuiste tú capaz de hacerlo? – me sonrió - ¿qué haces aquí?

.- Lo mismo que tú. – fui a contestarle intrigado por aquella respuesta, pero al instante, la puerta se abrió y todos nos volteamos a ver quién era. Un hombre alto, empapado y con una enorme gabardina entró sin problema alguno…diablos, por unos instantes creí que era Jesuis, pero ese era bastante más corpulento.

Absorto en mis pensamientos Mink me agarró del bolsillo del jean y me arrastró hacia la barra de nuevo:

.- ¿Haciendo amigas?

.- Un buen caballero saluda a sus enemigos antes de enfrentarse a ellos – solté con aires de arrogancia refiriéndome a Besty la ciega. Mink entornó los ojos antes de clavarlos de nuevo en la botella de sake:

.- No me gusta…no me gusta nada que ella esté aquí. – por unos instantes me preocupé.

.- Quieres decir que….¿qué estamos cerca de la Zona Cero? – Mink asintió preocupada:

.- Espera que éste mismo Motel no lo sea de por sí…..- vaya. No lo había pensado. Realmente imaginé que la Zona de combate sería más…tenebrosa. Pero ese maldito Motel apenas aguantaría en pie si se iniciaba una batalla….no era ahí….seguro.

Mink bebió otro vaso de sake antes de cederme uno de nuevo:

.- Olvídalo, esa cosa es asquerosa – le dije pasándoselo.

.- El buen sake sólo lo soportan los buenos orientales.- tanto Mink cómo yo nos giramos al escuchar esa voz. Nos era tremendamente familiar y, al menos yo, no sabía exactamente de quién era. Pero por la cara de Mink al escuchar decir eso, supe del cierto que ella la conocía y que no iba a agradarle.

Aún y el espanto que se llevó, la diablesa se giró con una sonrisa arrogante y provocadora en el rostro:

.- Vaya…cuánto tiempo Sou.


Bueh. Me estoy muriendo de calor por dios! Me mantengo en la sombra ke los bombones al sol se derriten ( puaj puaj puaj, ke chiste más viejo!...habrá que renovar el repertorio...--') Aquí la primavera-verano hace sus estragos y nos encontramos en sequía, nah, que dentro de poco nos restringen el agua (noooo¿ke hago yo sin mis baños matutinos? ...eske si no luego no soy persona y no hay kien me haga conducir un coche de buena mañana...). Mira tú que me ha dado por hablaros del tiempo..¿no es ese el tema del ke todo el mundo habla cuándo no hay nada mejor ke decir?...ke pobre soy...meirda XD

Pues ya viste Medeah que no. Todavía no los encontraron (pero poco keda , jusjusjus) y si, bueno, si tubieramos en cuenta el carácter de Raph y el de Mink pues si, yo también la violaba ahí mismo, pero vaya, que se mantenga quietecito Raphael que Mink tampoco se haría de rogar mucho...jejeje

¿ahí se dicen chelas? jejeje, ahora utilizaré yo el mote: "¡Oye! Pásame la chela!", jejeje, pos si po si, aki son las birras o el zumo de cevada (ke suena más natral y más cursi ), así cuándo estás en clase en la universidad y el profesor te pregunta dónde vas saliendo de clase pues es más fácil responder "nah, al bar a por un zumo de cevada, ke voy baja de vitaminas" XD jejejeje.

Si bueno, en realidad Raph podría traspasarle el trabajillo a otra persona: ya sea por voluntad propia o por descuido (cómo pasó con él). Si fuera por descuido, debería dar la casualidad de que alguién agarrase la vasija con tan mala suerte que fuera por el lado que tiene el relieve de las 7 estrellas. No se si expliqué muy bien la cosa al principio, pero la vasija posee dos caras, una plana con la joya (de Mink) y la otra con el relieve y el circulo de las 7 estellas. En teoría si lo agarras por ahí con la mano derecha debe de tatuarte las estrellitas.

Por eso digo que sólo un tonto muy tonto que se encuentra en el lugar equivocado y en el momento equivocado podría agarrar la vasija de la manera equivocada cómo para que se le traspasase la obligación (vaya, cuándo hablo de ese tonto muy tonto efectivamente me refiero a Raphael). Y en cuánto a pasarlo voluntariamente pues no tiene mucha dificultad, la verdad (más adelante se verá algo)

Pues nada, aki os dejo con esto y nos estamos leyendo! Espero poder actualizar prontito! Ciao ciao!

YaS;-P