#10# Que tiemble
El ambiente seguía más tenso que nunca y, aún y así, continuaba con la decisión de seguir aquella maldita luz roja que había iluminado la zona una hora atrás. Nadie se había atrevido a soltar ni una sola palabra, ni siquiera querían hablar sobre el tema. Sobre-confundido, Doantello permanecía al volante completamente en cuerpo presente, pues su mente se desplazaba más allá de la carretera intentando encontrar un hueco dónde encaber de una manera racional lo que había ocurrido.
Michelanggelo continuaba cuidando del niño que, después de conseguir que se callase durante un rato, estaba más que despierto y no dejaba de soltar en el aire balbuceos incomprensibles y alguna que otra risotada.
.- No sé que te ha pasado por la cabeza para seguir este camino…diablos, en cualquier momento nos topamos con algún pueblo fantasma o algo así… - Mickie susurró dirigiéndose a Leo que, hundido de nuevo en el asiento, no quitaba atención de la poca visibilidad de la carretera. No le contestó.
.- Casi prefiero eso que no encontrarnos de nuevo a ese hombre….- Fue Donatello el que habló por él intentando aligerar la cosa por unos instantes - …no entiendo que pasó…..¿Cómo pudo moverse tan rápido?….- miró a su hermano girando la cabeza con brusquedad - ¿Y a ti que te pasó?
.- Aluciné…eso es todo – Leonardo arrugó la frente en una mueca de reproche sin dejar de mirar en frente – el muy cabrón me izo creer que me había matado…..pero fue tan real…..- Donatello volvió a dirigir su vista a la carretera antes de mirar a Michelanggelo por el retrovisor interior:
.- ¿Y tu qué¿La mitad de lo mismo no? Porqué también te vi parado sin hacer nada.
.- Bueno…em….- Mickie se rascó la nuca esbozando una amplia sonrisa – yo sólo entré en shock al ver aparecer con tanta rapidez a esa cosa dentro de la van….en realidad me asusté…jeje
.- ….menudo ninja…..- Leo miró a su hermano que seguía conduciendo mientras bostezaba - ¿no sabes a que puede ser debido Donny¿Otro tipo de gas alucinógeno? – Donatello negó con la cabeza.
.- Cualquier gas de ese tipo podría disiparse fácilmente con la humedad y la lluvia…sería poco probable….más bien…..- le devolvió la mirada a Leonardo arqueando ambas cejas - ¿viste esos ojos?
Leo asintió lentamente intentando establecer algún tipo de relación entre los ojos del individuo que empezaron a brillar con un fulgor azul metálico en medio de la oscuridad. Pero no encontró relación alguna y le devolvió a Don su mirada interrogatória:
.- Bueno…no se si estoy en lo cierto, pues sólo lo he visto una vez…pero a juzgar por tus alucinaciones y por lo rápido que se movía…me da que todo no es nada más que un truco.
.- ¿Un truco?- Michelanggelo se apoyó en el respaldo del asiento de Don:
.- ajá…Bloquea las sensaciones y toma el control de ellas…..- juzgando el silencio que se derritió en la van después de eso, Donatello comprendió que sus hermanos seguían esperando alguna explicación más – es decir…esos ojos, juraría que cuándo se los vi fue cuándo se movió con rapidez hacia el interior de la van. Así pues, creo que es posible que mediante el cruce de miradas consiga taparte los sentidos y controlarlos a su voluntad…..
.- Entiendo..- susurró Leo
.- Pues yo no
Leonardo se giró para mirar a su hermano a la cara el cual lo observaba con una mueca de no comprender en su rostro:
.- Sus ojos Mickie. Si le miras a los ojos te bloquea los sentidos y juega con ellos. – volvió a girarse de nuevo cruzándose de brazos – a mi me manipuló mal la mente….desgraciado….
.- Y su velocidad sobre humana viene dado a lo mismo – Don seguía explicando intentando que Michelanggelo dejase de poner esa cara de incomprensión – bloqueó nuestra visión así cómo la percepción del tiempo.
Mickie abrió la boca captando de una vez por todas de qué iba la cosa…aún y así se le hacía imposible de creer que hubiera alguien capaz de hacer eso:
.- O sea…que el muy gilipollas en realidad no se mueve más rápido que un caracol pero, al bloquearnos, nos da la impresión de que se ha desplazado en unos segundos…cuándo en realidad los que nos hemos quedado quietos hemos sido nosotros….
.- Bueeeeno, parece que no es tan tonto- Don dirigió una sonrisa a Leo que se la devolvió con desdén dando por finalizado el tema de conversación. Únicamente tenía una cosa en mente y no iba a permitir que nada ni nadie, por muy especial que fuera, se entrometiera en ello:
.- ¡Eh! – el grito de Michelanggelo los alertó a ambos - ¿eso es una mujer?
Efectivamente, a un lado del sinuoso camino de piedra se encontraba una mujer bajo la lluvia, completamente empapada y con un niño agarrado de la mano. Hacía señas con frenesí pidiéndoles que se detuvieran:
.- ¿Qué hago Leo? Si me paro va a salir corriendo en tan solo vernos….- Don alentó el paso esperado alguna respuesta. Leonardo se asomó de nuevo por la ventana agudizando la vista al máximo para intentar ver el rostro de la mujer entre la espesa bruma. Justo en su pecho, una enorme mancha de sangre se transparentaba a través del fino vestido blanco que recubría su cuerpo:
.- Diablos…está herida…o eso parece- susurró el mayor frunciendo el ceño.
.- Me detengo
.- ¡Qué! Espera, espera Donny…tío, no tengo ganas de soportar más gritos….
.- ¿Quieres dejarla ahí en ese estado Mickie? – Donatello clavó la mirada ceñuda en su hermano menor que, girando la cara se cruzó de brazos algo nervioso por todo lo que había pasado y por miedo a que aquello no fuera nada más que otro tipo de truco.
Esta vez fue Don el que se bajó y, a paso lento, se acercó a la mujer que en un principio había echado a correr hacia ellos pero, al verlo salir, se detuvo en seco deteniendo con ella al niño que agarraba de la mano. Donatello colocó las manos delante de sí en un gesto tranquilizante hacia la mujer:
.- No, no. No se asuste. Sólo quiero ayudarla – entre la bruma, casi alcanzó a ver cómo, repentinamente, la mujer esbozaba una alargada sonrisa antes de encaminarse hacia él.
Vacié mi tercera jarra bajo la atenta mirada de Sou que, aún haber estado una hora insultándose con Mink, todavía no había aclarado nada sobre su presencia. Harto de tantas divagaciones y conversaciones estúpidas sobre quién iba a matar a quién, eché a Mink a un lado de un golpe y me metí yo:
.- Vale, muy bien, me quedan muy claros tus sentimientos, ahora, si no te importa ¿qué haces aquí?- me sonrió cínicamente aún cerrando más los ojos antes de darle otro trago a su baso.
.- Recuperar mi puesto.
.- Ah, genial – bufé algo cansado de que todo el mundo intentase matarme o sacarme de en medio.
.- Te dije que lo sabía, que lo sabía todo – le habló a Mink para luego, en un movimiento fugaz, señalarme con el dedo – este estúpido ha sobrepasado mis expectativas. De verás, no creí que fueras a llegar tan lejos, ya te veía muerto tirado en una cuneta…
.- Qué agradable – miré a Mink – tal para cual.
.- Al haber sido caballero sabía exactamente dónde debía de ir, la esencia en sí misma todavía me quedaba en mente y podía incluso percibir la presencia de los demás sin llegar a tener las estrellas – saltó de su taburete y me agarró por la solapa acercando su cara a la mía – yo iba a ser la única vencedora en este juego, y tu tuviste que interponerte con tu maldita curiosidad. Me alegro, me alegro que vayas a morir por haberte metido dónde no te llaman, pero si pierdes esta batalla, no seré yo la que esperé mil años para poder vencer la próxima.- le aparté su mano de mi con un leve manotazo y retiré el odioso pelo hacia atrás mientras me levantaba yo del taburete:
.- Vale, vale, mensaje captado – saqué la vasija de mi mochila - ¿quieres tu estúpido puesto de séptimo caballero? Bien, adelante. Toma la mierda de la vasija.
Con un golpe seco la deposité en sus manos, pero antes de que Sou pudiera ni siquiera apretarla, Mink se la arrebató de las manos de una volada y, acto seguido, me endiñó un señor sopapo que me dolió más de lo previsto:
.- ¿Estás loco? – la muy imbécil me habló susurrando – no saques esto aquí en medio, y menos para dárselo a ella – para mi sorpresa, Sou la sonrió y volvió a tomar asiento:
.- Muy lista…no estáis solos. Tal vez lo hayas notado – me lanzó una mirada culpabilizante que me heló la sangre…maldita sea, me estaba poniendo de los nervios con su sistema de auto-culpabilización indirecto y no estaba dispuesto a soportar a esa remilgada oriental por mucho tiempo más:
.- Sólo te lo diré una vez más…¿qué- coño- haces- aquí?
.- Vengo a saborear tu muerte que será mi victoria.
.- ¿Qué?
.- Mira que bien Raph, ahora somos dos las que vamos a correr a matarte antes de que lo haga otro – seguí mirando a Mink incrédulo, no podía ser que ahora se me pegase otra tía al culo….mierda, si fuera por respeto lo soportaba¡pero no por mi muerte joder!
.- Antes de que mueras, la vasija será mía al igual que tu sangre. – Sou se levantó del taburete y se dispuso a marcharse.
.- No si yo logro matarlo antes – Mink le guiño un ojo odiosamente haciendo que la chica morena le enseñase los dientes en señal de desprecio antes de marcharse hacia el pasillo que conducía a las habitaciones.
Por unos instantes me quedé ahí, pensativo, con los labios pegados al canto de la jarra intentando encontrar una razón para seguir viviendo…demonios….si todos me querían muerto tal vez sí debería retirarme de esto…nunca me sentí tan basura:
.- ¿Estás loco¿de verdad ibas a entregarle la vasija? – ni siquiera escuché el reproche de Mink, continuaba en mi propio mundo hasta que, en unos segundos, me llegó la información correctamente al cerebro y la agarré con furia de un mechón de su pelo atrayéndola hacia mi:
.- ¿quieres que te diga algo maldita diablesa? Pienso mataros a las dos. Sobreviviré entre todo este barullo y cuándo sea rey del inframundo haré que os cuelguen eternamente para escuchar una y otra vez cómo se os parte la columna – Mink me miró abriendo los ojos con incredulidad antes de soltar una enorme carcajada.
.- ¿qué sobrevivirás?…jum….eso espero – la muy puta me agarró suavemente una de mis mejillas y me la lamió – si no mueres en mis manos no morirás en las de nadie – la aparté de mi con rabia tragando una a una las miles de amenazas que había estado recibiendo durante aquellos días.
Sin percatarme, Mink se había retirado también y me encontraba completamente solo en la barra. Hundí mi rostro entre mis manos…no lo sabía, ni siquiera yo mismo tenía claro que iba a sobrevivir. Durante aquellos últimos días había visto cosas que ni siquiera en los cómics de Mickie asomaban…todo me empezaba a dar miedo, mi percepción de la vida había cambiado por completo y me sentía solo. Completamente abandonado a mi suerte rodeado de gente que se pegaba por degollarme…..fatídico, realmente fatídico. No podía ni con mi alma y la posibilidad de acabar con eso de una vez por todas pasaba principalmente por mi muerte…..diablos….no pude evitar sacudir la cabeza con fuerza al verme a mi mismo bajoneado de aquella manera ponderando la posibilidad de matarme antes de que nadie más lo hiciera.
Ni hablar.
Nadie mata a Raphael. Si tenía que morir sería yo mismo el que lo hiciera y, cómo no iba a ser así, sería yo el que saldría por la puerta grande para lograr restregar a todos por sus caras que la maldita tortuga a la que todos querían matar a ganado el juego.
Sólo por eso. Por orgullo, estaba dispuesto a acabar de hundirme hasta el cuello en el asunto….tampoco no podía estar tan mal……
Acabé la cuarta jarra y fui a levantarme para marchar. Pero alguien me presionó del hombro obligándome a sentarme de nuevo en el taburete. Me giré asqueado descubriendo al hombre gordo y barbudo que una hora antes había visto jugando a cartas:
.- Te veo muy solo joven – genial, sigue tirándomelo en cara…a esas alturas mi maldita autoestima caía hecha añicos…..- ¿te importa si te hago compañía?
Negué con la cabeza perdiendo la vista en la jarra vacía.
Al instante, volvió a estar llena de nuevo. Aquel hombre no había tardado en pedir una nueva ronda a su cuenta y no pude evitar mirarlo algo curioso.
Me mostré arrogante, serio y poco sociable…bueh, tal y como tiene que ser. Deseaba que me dejase en paz mientras me ahogaba en mi propia mierda, pero aquél Santa Claus de pacotilla no iba a dejarme escapar así cómo así.
Al notar que no decía nada, alargó su enorme manaza delante de mis morros.
Tenía las 7 estrellas.
Algo me recorrió todo el cuerpo meciéndome de nervios y, de sopetón, tensé mis músculos buscando mis sais en el cinturón…mierda….estaban en la mochila…..
Lo miré amenazante alejándome de él paulatinamente, pero antes de que pudiera si quiera apartarme, uno de sus enormes brazos se abalanzó hacia mi y me agarró con fuerza por los hombros apretándome hasta hacerme estallar…..mierda, juraría que perdí un par de costillas:
.- Bwahahahahahaha ¡no pongas esa cara¡No voy a atacarte! – me relajé un poco al escuchar su ensordecedora sonrisa que resonó por toda la sala llamando la atención de los presentes - …al menos…todavía no – eso lo dijo con una voz grave y amenazante que volvió a ponerme los pelos de punta.
.-¡ Bwahahahaha¡Caíste de nuevo¿de verdad doy tanto miedo? – volvía relajarme con los nervios completamente atrofiados. Pero en pocos segundos volvió a hablarme de la misma manera tenebrosa que lo había hecho con anterioridad – pues espera a verme cuándo estoy cabreado…….
.- ¡Oye abuelo a mi no me vengas con esas que te rajo la tripa y acabamos rápido¿nah? – el hombre me observó perplejo ante mi ataque de rabia llevado a cabo, básicamente, por un ataque agudo de nervios a causa de esas estúpidas bromitas. Después de observarme durante unos segundos, empezó a reírse de nuevo.
Me frustré al no haberle inculcado miedo alguno y me senté de nuevo aguantando mi cabeza entre mis manos mientras me apoyaba en la barra.
.- ¡Pero que brío que tiene este chico! – entorné los ojos – déjame ver – me agarró la mano retorciéndomela de una manera in-humana para alcanzar a verme as estrellas. Diablos….mi maldita muñeca estaba recibiendo bastante últimamente - ¡lo sabía!
.- ¡Suelta! – se la saqué de sus garras de un tirón y el hombre no tardó en agarrarme de nuevo por los hombros:
.- ¿Un joven caballero eh? Jejejeje, no sabía de ti. ¿cuál eres?
.- el séptimo – el hombretón frunció el ceño con sorpresa.
.- ¿el séptimo?….¿pero no era la heredera de los Yoshizuma?….¡ah no!…¡claro…….había oído que la habían desbancado por error…bwahahahahahah esa chica nunca aprende…pero los rumores hablaban de un demonio verde – volvió a mirarme – no eres un demonio ¿verdad?
Le sonreí con arrogancia mientras le ofrecía mi mano:
.- Raphael – el hombretón no tardó en corresponderme y me apretujó la mano con nervio.
.- Tito Tom
.- Dejémoslo en Tom.
.- ¡Jum¿Un jovenzuelo rebelde eh? – Tom se rió a carcajadas antes de darle un hiper-trago a la jarra dejándola por la mitad. Era un tío bastante impresentable y cualquier mujer que lo viera se alejaría corriendo. Pero había algo en él que me gustaba y no sólo el hecho de que fuese un fan de la birra….tal vez, la manera de tratarme aún y ser uno de mis enemigos…tal vez el momento en el que había llegado, ya que me había venido que ni pintado que alguien me subiese la moral de aquella manera.
Vestía unos jeans tallas miles más grandes que los míos y una roñosa camisa a cuadros. Una espesa barba negra le cubría su cara hasta el pecho y, detrás de algo parecido a una gorra, se dejaba entrever una brillante calvicie víctima de la edad. Un camionero vamos, tenía toda la pinta. Hablaba con una voz grave y estridente….vaya, más que hablar gritaba…era de aquellos de los que sientes vergüenza ajena pero que a la vez te alegra su optimismo para encontrarse en la misma situación que la mía.
Tras un par de jarras más, todo me parecía distinto e incluso empezaba a sentirme cómodo bajo mi apariencia humana. Tom me contó toda su vida y no sentía ningún recelo por el hecho de que yo no le contase ni pizca de la mía…demasiado increíble le parecería….
.- Mírala bien….si no sonríe apenas se le nota que es un adesfesio…..bwahahahahahaha- la chica rubia de la barra empezaba a incomodarse con tantas miraditas por nuestra parte y Tom no se cortaba un pelo en susurrarme cada uno de los pensamientos que le cruzaban la cabeza – mira mira, hace rato que te observa con unos ojillos sospechosos …por mi que tiene cierto interés en ti chico.
.- Bueh, pues que se olvide, a mi esa no me toca ni un pelo – le di otro trago a la jarra notando cómo ya caía por mi garganta cómo si se tratase de agua. La borrachera que llevaba encima empezaba a hacer sus estragos y no podía evitar reírme cada vez que recordaba dónde me encontraba, para qué, con quién y bajo qué aspecto. Todo me resultaba tan irreal que por unos instantes no le di importancia alguna…además, me estaba emborrachando con uno de mis enemigos y allí residente se encontraba "la ciega", vaya, que si querían matarme lo tendrían realmente fácil.
Pero Raphael no es un buen blanco ni siquiera cuándo va borracho.
.- Esa chica….ju ju…la que te acompañaba. Esa es la buena – miré a Tom con los ojos abiertos antes de sonreírle picaronamente:
.- No sabes lo que dices. No es quién aparenta ser.
.- Lo sé. Todos los caballeros conocemos a Mink de los Yoshizuma. Es una de las más temidas – me zarandeó de nuevo amistosamente – ¡tienes suerte de estar bajo su regazo chico! – me reí a carcajadas sin querer explicarle lo dificultoso que era estar con ella y el peligro que corría constantemente:
.- Te la regalo, no me gusta que me estén diciendo lo que tengo que hacer constantemente…y mucho menos estar en peligro permanente de salir volando hecho pedazos y destripado.
.- Bueh, lo pintas muy feo, pero apuesto a que no habrías llegado hasta aquí sin ella – sí, bueno. Era posible. Está bien, ni siquiera me veo capacitado para negarlo, le agradecería a Mink durante toda mi vida (o lo que quedase de ella) la ayuda que me había estado ofreciendo durante estos últimos días…
.- ¿y que, hazme el favor y dime que ya te has cargado a uno – lo miré incrédulo apartándome nuevamente un mechón de pelo moreno de la cara:
.- ¡Ja¿Por quién me tomas? Por supuesto – hablaba con una seguridad que ni siquiera yo mismo sabía que tenía en aquellos momentos – hundí en el río a una de ellos……
.- ¿Quién? – luché por recordar el nombre que Mink me había dicho pero mi mente se encontraba muy nublada por el alcohol y, al cerrar los ojos, me mareaba con contundencia, así que opté por no pensar, que siempre resultaba más fácil:
.- Era una mujer morena…..con un maldito crío la mar de feo…
.- Darla
.- ¡Eso! – el rostro de Tom se ensombreció de una manera que no me esperaba y hasta me asusté un poco de pasar de verlo tan alegre a estar tan serio en tan solo unos segundos - …..¿qué?
.- ¿Estás seguro de haberla matado?
.- ¿Está segura que se encuentra bien? – Donatello no podía evitar preocuparse por el enorme manchurrón de sangre que la mujer tenía en el pecho, incluso Mickie, sentado a su lado, se apartaba de ella arrugando la nariz.
Apestaba…y mucho…algo en ella o en su maldito crío no andaba bien y provocaba que el ambiente de la van fuera más tenso aún:
.- Si, si. Estoy bien gracias. No es nada – Leo se giró escrutando los ojos de la mujer que, al verlo, apartó la mirada con incomodidad. Leonardo frunció el ceño algo disgustado para luego clavar su mirada en el crío que, completamente tapado con una especie de chubasquero viejo y mugriento que le llegaba hasta los pies, le aguantó la mirada incluso llegando a transformarla en amenazadora.
Leo desistió, tan solo era un niño:
.- ¿Qué les pasó? – preguntó Michelanggelo intentando no acercarse demasiado a la mujer que, en cuestión de segundos, cada vez apestaba más y más.
.- Nuestro auto se estropeó en la carretera…y no hay nada cerca.
.- ¿En la carretera¿Ahí atrás?….verdaderamente deben de llevar por lo menos horas caminando bajo la lluvia – Don lanzaba miradas por el retrovisor hacia la extraña que, por no contestar ni hablar demasiado, tan solo sonreía de aquella manera tan alargada y elástica. - ¿el crío está bien? – la mujer asintió.
De pronto, en medio del silencio de la van, algo parecido a una arcada su escuchó salir de la boca de la extraña. La mujer se tapó la comisura en un movimiento fugaz intentando evitar todas las miradas que las tortugas le enviaban:
.- ¿de verdad que se encuentra bien? – Leonardo seguío intentando encontrar los ojos de la chica entre su mata de pelo desaliñada, pero ésta tampoco no se dejaba ver.
Ella asintió.
Michelanggelo se interpuso en medio de Don y Leo susurrando con una mueca de terror en la cara:
.- No me gusta…no me gusta nada…
.- ¡Mickie! – Don le pidió que se callase por respeto.
.- ¿Ahí delante no os llega?…diablos…aquí detrás huele a muerto Leo….- Leonardo lo echó hacia atrás en un ademán de que pasase desapercibido y, volviendo a buscar la mirada de la mujer, la cual la escondió de nuevo, le indicó a Mickie que se sentase en su sitio para intercambiarse los lugares.
Algo en esa mujer no andaba bien. No sólo por su aspecto desaliñado, mojado y sangrante, si no porque a causa de los sonidos guturales y estomacales que emitía parecía que tuviera algo vivo en su interior que luchase por salir por alguna parte y ella se lo impidiese.
Leonardo se recostó en el asiento trasero vigilando de reojo todos y cada uno de los movimientos de la mujer y su niño:
.- Y….¿dónde van? – después de eructar una vez más, la chica respondió casi en un susurro. Cómo si le costase hablar:
.- Hay un….hay un Motel más adelante…..
.- ¿Un Motel¡Genial! Ya sabemos dónde pasar la noche – Michelanggelo pareció alegrarse aún sin pensar en que dado su aspecto posiblemente tuvieran que dormir una noche más en la van.
Leo continuó estudiándola y, alcanzó a ver cómo miraba al bebé en una mueca de espanto. La mujer permaneció largo rato observándolo en su cestita y de escondidas, creyéndose que nadie podía verla, alargó una débil mano temblorosa para tocarlo.
.- Mickie¿a Simon no le toca comer? – Leonardo se percató de la intención de la mujer y se las ingenió para apartarlo de en medio. Con un soplido, su hermano pequeño se levantó y, agarrando al niño, se dirigió a la parte de atrás de la van arrugando la nariz al pasar cerca de la extraña que, en cuestión de segundo tras segundo, apestaba más y más.
A Donatello empezaron a darle arcadas y, disimuladamente, bajó una de las ventanillas. El olor a putrefacto se hacía insoportable y cada vez más a menudo la mujer emitía sonidos estomacales indicando que había algo que no andaba nada bien en su barriga. Leonardo llegó a mirársela con asco. No le agradaba, no solo por el hecho de no dejarse ayudar por fuera lo que fuera que le estaba pasando si no porque insistía en rehuirle la mirada tantas veces cómo él intentaba encontrarla.
La mujer empezó a toser con insistencia. Una tos muy seca y fatídica.
Inconscientemente, Leonardo le posó una mano en la espalda pero la mujer, agobiada, se la apartó y se dobló sobre su estómago sin dejar de toser para caer segundos después al suelo a cuatro patas:
.- ¡Leo haz algo!
.- ¿Qué quieres que haga?…joder. Donny para – inconscientemente Mickie apartó al bebé al verse a la mujer doblada a sus pies tosiendo cómo una loca. Alcanzó a ver cómo empezaba a sacar una especie de líquido amarillento que le chorreaba apor las manos y la comisura de la boca.
Su hijo simplemente se apartó haciéndose a un lado sin mucha preocupación en el rostro:
.- Algo no anda nada bien aquí….- Michelanggelo no pudo evitar una mueca de asco cuándo la extraña empezó a vomitar con contundencia el mismo líquido amarillento manchando el suelo de la van en un charco:
.- Mierda, mierda – Don se apresuró a bajar después de haber echado a un lado la furgoneta y, corriendo bajo la lluvia, se apresuro a abrir la puerta de atrás observando el espectáculo con una mueca de horror en la cara.
Parecía estar vomitando todo su interior. Todas sus vísceras salieron reuniéndose al suelo con el resto de órganos que ya había expulsado. Leo se llevó la mano a la boca antes de saltar por encima de ella reuniéndose con sus hermanos que observaban horrorizados des del exterior de la van.
Entre sonidos guturales y gritos que quedaban ahogados con el vómito, la chica empezó a enrojecerse con violencia y su estómago empezó a ensancharse escondiendo una especie de bola en su interior que, con las arcadas, iba subiendo por su pecho hasta llegar al cuello estirando su piel al máximo pero sin resquebrajarla.
Toda su piel era completamente elástica y se expandía al paso de la enorme bola que le recorría todo el cuerpo. Luego, con un crujido sonoro, la mandíbula inferior le cayó desencajada dejando entrever débilmente aquella cosa que la traspasó hasta vomitarla.
La bola era enorme y estaba recubierta de una débil membrana ensangrentada que ocultaba algo en su interior. Después de dejarla caer pesadamente al suelo, la mujer se desplomó con el cuerpo completamente vacío, reventado y con los ojos en blanco cayó completamente muerta.
Donatello agarró con fuerza el brazo de Michelanggelo mientras retrocedía horrorizado tapándose las bocas para evitar las arcadas que le entraban en tan solo verlo:
.- ¿Qué coño es esa cosa? – soltó Leonardo en casi un grito de desesperación mientras observaba cómo la bola se movía y se resquebrajaba cómo papel.
Una criatura ensangrentada salió de ella a duras fuerzas y , tras temblar durante unos segundos, no tardó en ponerse en pie y erguirse mirando a su alrededor.
Era un niño.
El mismo niño que permanecía a un lado observando el espectáculo. El mismo hijo de la mujer que ni siquiera se había inmutado al verla pasar por aquello.
.- ¿Pero que…..? – Michelanggelo retrocedió junto a Don al ver clavar sus ojos en él. Era exactamente igual, sólo que éste último era completamente calvo y se erguía ensangrentado y desnudo.
Los miró largo rato hasta que, enseñando los dientes, les gruñó con un débil rugido y en un movimiento rápido saltó hacia ellos.
Don echó a un lado a Leonardo haciendo que la criatura diabólica cayese entre medio de ellos dos. Simultáneamente echaron a correr hacia las puertas delanteras de las van al mismo tiempo que Mickie saltaba encima de ésta completamente anonado por lo ocurrido.
La criatura giró sobre sí misma una vez aterrizó y saltó al momento encima de la van atrapando a Mickie contra el techo de ésta.
Leonardo y Donatello se alertaron al oír el conocido grito agudo de su hermano menor mientras unos golpes en el techo lo delataban:
.- ¡Mickie! – Donatello fue a salir de nuevo cuándo, el hijo de la extraña que hasta entonces había permanecido anonado, sacó su brazo de debajo de su impermeable y, de un rápido y fuerte movimiento, agarró a Don por el cuello estampándolo contra el parabrisas delantero haciendo que el cristal se resquebrajase detrás de su cabeza.
Leonardo no vaciló y arreó un golpe con ambos puños agarrados a la nuca del crío.
Suficientemente fuerte como para matarlo. Pero apenas se movió y continuó sosteniendo a Donatello con fuerza. Desenfundó una de sus katanas y estocó en la muñeca de la criatura, pero antes de que consiguiera colocar el golpe Michelanggelo entró corriendo por la otra puerta cerrándola seguidamente con el pestillo.
Volvió a gritar cuándo se encontró con el mismo panorama en su interior y, antes de que pudiera hacer algo por Don, la otra criatura se pegó al cristal empezando a golpearlo con violencia.
Leonardo rehusó a su katana y envió una patada al estómago del niño haciendo que retrocediera débilmente. Fue cuándo Don, habiendo asiado su bo aún y en el estado en que se encontraba, consiguió golpear con uno de los extremos directamente dentro del ojo de su opresor haciendo que este lo soltase mientras gritaba desconsolado tapándose el rostro con su enorme mano que antes había estado apunto de matar a Donatello.
Le faltaba el dedo índice.
Michelanggelo aprovechó y de una patada al pecho lo mando fuera de la van. Desplazándose con rapidez, Leonardo cerró las puertas traseras de un golpe seco mientras ordenaba a Don que arrancase con un grito.
Segundos después la van abandonaba el lugar chirriando las ruedas.
"Te huelo""
Mink levantó la cabeza asustada dirigiéndola principalmente hacia el balcón que permanecía cerrado.
Esperó aguantándose la respiración para oír todos y cada uno de los ruidos de su alrededor y empezó a arrugar con fuerza las sabanas de la cama sobre la cual permanecía sentada:
.- ¿Otra vez por aquí¿no te das por vencido eh? – una voz grave empezó a reírse dentro de la cabeza de la chica. La misma risa que tanto le maltrataba y le atornillaba el cerebro una y otra vez – basta Zardath.
"Sigues estando muy cerca…pero no aún. Cuánto más tarde más me regodearé en el momento…."
.- Vienes a buscar tu propia muerte de la mano de Jesuis.
"Amo y señor"
Mink agachó la cabeza mientras gruñía de rabia y se levantó lentamente de la cama dirigiéndose hacia el balcón:
.- Me rastreas otra vez – corrió las cortinas de un tirón para luego abrir la puerta con un gruñido y salir al exterior en dónde la densa lluvia empezó a mojarla por completo pegándole al cuerpo toda la ropa.
"Nunca he dejado de hacerlo" La diablesa clavó su mirada ceñuda en un horizonte apenas visible por la bruma blanca que rodeaba el lugar y no pudo evitar arañar la barandilla de rabia provocando un estruendoso ruido metálico:
.- Tal vez deberías huir…sería lo mejor.
" Voy a matarte después de tanto tiempo….no sabes lo que voy a disfrutar con ello….tanto tiempo esperándolo."
En una mueca de dolor agachó su mirada cerrando los ojos con fuerza intentando no dejar salir una débil lágrima revoltosa mientras volvía a escuchar de nuevo aquellas carcajadas en su cabeza.
No contestó. Tampoco tenía necesidad alguna.
Jesuis seguía pisándoles los talones y se había reservado el mejor momento para el final deseando poder verla muerta a pies de su siervo mientras se hacía con el inframundo desollando a Raphael poco a poco.
Un escalofrío le recorrió el cuerpo y por unos instantes sintió verdadero asco de sí misma al verse preocupada por las amenazas que Zardath nunca había dejado de lanzarle. Después de tanto tiempo, justo ahora empezaba a derrumbarse sin querer imaginarse el momento en la Zona Cero en que tuviera que despellejarse cara a cara contra él
Sintió asco por no desear degollarlo….en realidad lo deseaba….salvar su alma era lo único que podía hacer por entonces…..
Subir las escaleras verdaderamente se estaba convirtiendo en un reto para mi persona. Una a una se hundían bajo mis pies y parecían reírse de mi cada vez que me tambaleaba perdiendo el equilibrio por unos instantes……mierda…la maldita voz de Tom todavía me resonaba en mis adentros y no podía evitar reírme al recordar algún que otro comentario gracioso por su parte.
No era yo aquél….mierda…no era yo porque no sabía qué hacía, ni porqué ni hacia dónde me dirigía. Sabía mi habitación eso era todo, y llegar a ella era mi única intención.
Abrí la puerta sin poder evitar lanzar un portazo al cerrarla…vaya, la cosa no estaba nada mal. Una enorme cama se postraba ante mi junto a un pequeño mueble que sustentaba una vieja televisión.
Fue entonces cuándo, al fondo de la habitación, alcancé a ver a Mink de espaldas de pie en el balcón. Estaba completamente empapada y no se movía…..diablos…la llúvia le había pegado la ropa al cuerpo y su insinuante trasero me quedó completamente expuesto.
Mierda
El estado en el que me encontraba fue suficiente malo cómo para avanzar y agarrarla fuerte de su cintura comiéndola con desespero el cuello….mierda otra vez….el alcohol no me dejaba vivir tranquilo y aquella noche se había propuesto hacerse recordar.
Todo era muy irreal, todo me resultaba extraño y mi cuerpo actuaba completamente solo buscando únicamente para si mismo deseando conseguir aquello que sereno ni se me pasaría por la cabeza…
Ese era mi problema…la cabeza….Tom me había estado comiendo demasiado la oreja con lo buena que estaba la diablesa de los Yoshizuma y de las mil y una cosas que haría con ella…mierda. Mira que soy duro de midas pero cuándo ando ebrio me dejo influir de lo lindo.
La chica quedó algo perpleja por aquél saludo y no tardó en clavarme las uñas en la espalda para alejarse de mi de un bote frunciendo el ceño:
.- ¡Eh! Sólo venía a hacerte un favor – me repasó de arriba abajo fusilándome con la mirada mientras sacaba morros.
¿Y ahora que? Pero si hasta hacía unos días era ella la que se me insinuaba.
Levantó su palma en alto y el conocido resplandor rojo iluminó de nuevo la sala. Sabía que no iba a atacarme, aunque en aquellos momentos bien podía deshacerse de mi sin que apenas yo me diera cuenta y ella quedaría libre.
Pero no lo haría.
No tengo ninguna razón consistente, pero incluso en mi estado supe que no me atacaría.
La luz me cegó una vez más dejándome aún más tonto de lo que ya de por si me encontraba. Al fregarme los ojos descubrí mi mano.
Había vuelto a ser el Raphael de siempre y no pude evitar soltar una carcajada de alegría al reencontrarme con mis verdes escamas. Mecí mis brazos estirando todos mis músculos alegrándome de verlos de nuevo.
Mink me lanzó al pecho mi bandana roja que seguramente la muy perra haría sacado de mi mochila.
La miré algo sorprendido por ese repentino cambio preguntándome porqué ahora me daba la bandana…mi mente lo veía todo demasiado extraño y no estaba yo cómo para ir relacionando conceptos de aquella manera.
Lo comprendí al instante cuándo, en el rostro de Mink, en vez de su expresión ceñuda, esbozó una picarona sonrisa antes de empujarme con violencia sobre la cama para colocarse luego ella a cuclillas sobre de mi.
No la rehuí y ni si quiera me pregunté porqué. Simplemente la agarré por su cintura colocándola en el lugar adecuado mientras le devolvía la sonrisa maliciosa:
.- ¿Con qué curiosidad nah? – pregunté con picardía. Ella me sonrió antes de lamerme uno de los costados de mi cuello mientras yo me fundía entre su melena pelirroja:
.- Siempre consigo lo que quiero. – volvió a incorporarse aún a cuclillas sobre de mi y, de un revolada, me agarró la bandana de la mano y me tapó los ojos con ella.
Me reí a carcajadas mientras me volvía ciego. La situación no me puso nervioso lo más mínimo a causa de mi nivel de embriaguez, es más, me sentía cómodo y no iba a permitir (en aquellos momentos) que Mink huyera para dejarme con la miel en la boca.
Por lo perra que es capaz sería:
.- ¡eh eh! – le dije intentando deshacerme de mi bandana mal puesta, pero ella me lo impidió agarrándome los brazos mientras me besaba el cuello – no me fío de ti, podrías degollarme y ni me enteraría – se echó a reír.
.-Tiempo al tiempo. Tu primero cumple con tu faena y luego yo haré la mía – que romántica. Se apoderó de mis labios sin hacerse esperar más y me besó apasionadamente durante largos segundos. Vaya, aquél beso me resultó más de lo que había creído que sería.
. - ¿sabes? Eres más cariñoso cuándo estás borracho.
Sexo!sexo!sexo! Yuhuuu! juasjuasjuas
Samara se apresuró en limpiar los dos reviews que tenía pendientes jusjusjus. Pus ya viste que no, no le cortaron el cuello a Leo (xro él así lo creyó) ke mal rollo tener imaginaciones de ese tipo...jum...ahí ya viste que ya hice de las mías, cómo dijiste, jejejej (para no variar)
¿Cómo Spyke?...nose nose, nunca llegué a imaginarme a Raph en humano de piel negra...más bien, míarlo cómo un tío medianamente alto y con el pelo castaño oscuro ni corto ni largo, vaya, una espécie de Scott por así decirlo pero con algo más de salsa (x dios, mira ke me aburre ese chico) y sin las gafas XD, jejejeje(aunke puestos a pedir lo ponemos cómo Kurt y yo contentisima, jejejeje, no hombre no XD)
Siento no alargarme mucho más, pero eske ando algo liadilla con exámenes (sí...ya he empezado ese fatídico mes de maltrato psicologico...buah buah, lo que me espera...)
Pues nada chikillas, nos estamos leyendo y ánimos Samarita a seguir con el Yaoi! ueeh! tenemos a otra pervertida por la zona, jusjusjus poco a poco vamos cayendo todas en el lado oscuro...jusjus) Nos estamos leyendo!
YaS;-P
