#12# Emboscada

Los llantos y los gritos de desesperación no cesaban y me ponían los pelos de punta cada vez que algún golpe brusco en la puerta alertaba a los presentes haciendo que se asustasen aún más. Mujeres y críos lloraban agarrándose a cualquier cosa buscando algo de consuelo y una explicación lógica.

Lástima por su parte que nunca fueran a tenerla, pues el asunto no tenía nada de lógico…la verdad.

Seguí buscando con la mirada a mi alrededor deseoso de encontrar la melena pelirroja de Mink sobresaliendo entre la multitud…pero nada. La muy asquerosa había desaparecido de buena mañana y justamente cuándo todo el meollo empezaba a montarse.

Alcancé a ver cómo Sou se subía a una de las mesas quedando por encima de todos e intentando acallar a la multitud que, desconsolada, disminuyó el volumen de sus sollozos esperando que la chica oriental les dedicase una buena explicación sobre las hechos.

De verdad que se lo agradecí, pues mis oídos empezaban a resentirse también entre tanto grito y tanto llanto.

.- Vaya, no sabía que la heredera Yoshizuma se encontrase también entre nosotros…

.- Pues ya ves…- respondía Tom con una mueca de asco en el rostro.

.- ¿quiere matarte eh? Jejejeje – diablos, que gracioso. El hecho de que me clavase el codo en las costillas aún me resultó más desagradable después de haber luchado por tragar ese bastardo comentario por su parte:

.- Por favor, sólo pido algo de tranquilidad y racionalidad. Gritar y llorar no os va a servir de nada en estos momentos, así que si todos podemos calmarnos y pensar con claridad nos será de muchísima más ayuda. –Sou consiguió colocarse a la multitud en el bolsillo que, haciéndole caso, la escucharon esperando oír una buena solución por su parte – sólo os pido que sigáis tres normas: La primera, no intentéis salir de aquí, pues allá fuera moriríais seguro y además nos pondríais en peligro al resto. Así que manteneos dentro de la casa.

Muy lógico. Des de luego. Al menos así evitaríamos que algún gilipollas le diera por abrir alguna de las puertas o las ventanas….

.- En segundo lugar: no os entrometáis en lo que podréis llegar a ver aquí dentro. Buscad un escondite y manteneos alejados sin meter las narices. Es lo más seguro para vosotros.

Tom se agachó para susurrarme al oído. En un instantecreí que ya iba a soltarme alguna de sus sutilezas pornográficas referentes a Sou, pero me equivoqué:

.- Vaya, es la primera vez que veo que alguien le pone normas a este juego…..

.- Bueno, supongo que es la primera vez que hay público de por en medio ¿no? – Tom se arrugó de hombros y clavó su mirada a una esquina. Curioso, lo imité y descubrí a Besty la Ciega que, con la vista perdida, prestaba atención a las aclaraciones de la chica sin poder evitar esbozar un tenue sonrisa por encontrarle el lado gracioso al asunto.

Justo al otro lado, apoyado en el marco de una puerta y separado de la multitud, el hombre que anoche vi entrar al Motel prestaba atención mientras clavaba su mirada sin cesar en el cuerpo de Betsy. De nuevo volvió a parecerme a Jesuis, pero era muchísimo más corpulento que éste y se guardaba una infinita seriedad bajo un rostro bastante joven y de pelo corto y moreno:

.- Y, en tercer lugar: bajo cualquier circunstancia manteneros juntos o en pequeños grupos. No os separéis de los demás….. quedaros solos sería lo peor que os podría pasar. – cuándo Sou se bajó de la mesa la desesperación volvió a fluir en el ambiente y el lugar se llenó de nuevo de quejas, lamentos, llantos y gritos de terror:

.- Vaya, vaya. Felicidades chinita, has sabido cómo calmar la situación – saqué mi sonrisa más arrogante e irónica que pude cuándo Sou pasó por mi lado. Me dirigió una mirada fría que me traspasó por completo antes de proseguir su paso hasta sentarse en el taburete no muy alejada de mí.

Fue entonces cuándo volví a prestar mi atención al hombre de la gabardina. Pero cuándo miré hacia el marco de la puerta ya no estaba y en su lugar un crío lloraba desconsolado llamando a su madre entre la gente.

.- Oye – me acerqué a Sou que no tardó en girarme la cara - ¿quién era el tío ese de negro? – la chica me observó de reojo mientras arqueaba una ceja.

.- ¿Es posible que todavía no conozcas a tus enemigos, Raphael? Tsk, de verdad que vas a acabar muy frito en todo esto.

.- ¡Eso no es asunto tuyo cara aplastada! Tu sólo dedícate a contestar lo que te pregunto y punto – me fulminó con la mirada y, al descruzarse de piernas, por poco me endiña una buena puntada en los bajos…puntada que, diría yo, iba muy intencionada:

.- Es Saucer, el Quinto caballero.

.- ¡Hum! Lo sabía….otro maldito Caballero…ya pierdo la cuenta….

.- Ni se te ocurra tocarlo, Séptimo – me giré en redondo alertado por la voz femenina que me amenazaba. Se trataba de Betsy que, aún con su posado de infinita seriedad, sus ojos acertaron de pleno los míos sin poder evitar sentirme vagamente observado – ese caballero es mío y seré yo la que lo mate. Luego rendiré cuentas contigo, si me eres tan amable – intenté sonreírle a regañadientes mientras ella se marchaba:

.- Cómo no……

.- ¿La gente te quiere eh?

.- Guarda tu picardía niña si no quieres perderla a guantazos – una vez más, dirigí mi mirada a mi alrededor aún apoyado en la barra junto a Sou….demonios…aquello era completamente desolador….por todas partes la gente se amontonaba y empezaba a sentarse en los rincones completamente desorientada y asustada. Temblaban….temblaban de terror y ni siquiera habían visto el principio de todo. Sólo sabían que ahí fuera había algo muy numeroso que luchaba por cortarles el cuello uno a uno.

Mierda. De verdad que todo aquél asunto me estaba cambiando de lo lindo…en un principio me hubiera dado completamente igual lo que pudiera pasarles a esos desgraciados, pero me sentí realmente mal por ellos y me sorprendí a mi mismo buscando soluciones.

.- Hay que sacarlos de aquí….

.- ¿estás loco? Van a morir en tan sólo pisar la calle – no ice caso de la oriental y agarré por el delantal a la chica rubia que hacía de camarera y de recepcionista. Cuándo ésta se giró noté que me clavó la mirada en lo más profundo a causa de todos los comentarios por lo bajini que yo y Tom le enviamos anoche….que mal momento:

.- ¿Eres de aquí verdad? - ¡puaj! Ni que no lo supiera ya. La chica asintió con la preocupación en el rostro – dime¿hay alguna otra salida¿una puerta trasera o algo así? – se repeinó la trenza rubia con desespero evitando mi mirada en todo momento….¿qué pasa¿acaso doy miedo?…por unos instantes pareció pensar en algo profundo antes de asentir con gravedad:

.- Hay una….en el sótano. Existe un pasillo estrecho que conduce bajo tierra hacia el pozo del patio trasero….era una antigua salida de emergencia que se ideó en caso de incendio….

.- Genial – la agarré del brazo y la arastré de nuevo hacia Sou que me observaba sin comprender:

.- ¡Tú! La Mesías, conduce la gente hacia el sótano. Vamos a sacarlos de aquí – Sou no se movió. Me miró perpleja moviendo la cabeza en forma de negación antes de dar un bote y saltar del taburete:

.- No se que pretendes demonio, pero cualquier cosa será mejor antes que dejarles aquí…. – vaya, de nuevo con lo de demonio. Juraría haber notado cómo la chica rubia me traspasaba el cogote con la mirada por ese comentario, de seguro que se lo creía, ya que todo lo que había visto hasta entonces le resultaba tan irreal cómo aquello.

Al poco tiempo Sou había conseguido movilizar a la multitud y a paso de hormiga la conducía por la puerta hacia el sótano junto con la chica rubia guiándole los pasos. Me quedé detrás, apresurando a la gente y vigilando la retaguardia.

Cuándo todavía quedaban unas veinte personas por bajar las escaleras, la puerta principal reventó saliendo volando por los aires. No de los enormes pedazos de madera se dirigió con contundencia hacia la cola de la multitud y lo bloqueé de una patada en el aire evitando que golpease a alguien.

Al otro lado de la puerta, Jesuis se erguía en toda su altura sonriendo con arrogancia. El muy bastardo había aprovechado su inmunidad frente a la barrera de sangre para abrir camino a sus tropas de putrefacción personalizada. El olor que se coló en el lugar fue inmensamente insoportable y no pude evitar soltar una arcada a causa del desagradable hedor a muerto.

Con solo un gesto de su mano, centenares de zombies se colaron por la puerta a montones buscando cómo desesperados la carne fresca que les llamaba la atención por el olor.

La poca multitud que quedaba aún en el lugar se sobresaltó con desesperación y empezó a correr en todas direcciones….¡mierda!…luché todo lo que pude por mantenerlos juntos pero me era imposible, parecían estúpidas ovejas que luchaban por salvar su vida arriesgándola aún más. Conseguí salvar a la mitad mientras los demás, por aventurarse a separarse, eran despedazados a manos de los guerreros de Jesuis que se abalanzaban con las fauces de par en par sobre sus víctimas desgarrándolas al instante.

Los gritos se me hicieron insoportables y no pude hacer nada más que apartar la mirada de ahí dónde los zombies se amontonaron cómo bestias alrededor de los cuerpos que empezaban a caer muertos.

Nunca en mi vida me había sabido tan mal ver sangre derramándose por el parqué de la zona…juraría que mi estómago empezó de nuevo a producir estragos ya no por la resaca, si no por el sangriento espectáculo y los retorcidos gritos de las víctimas que chillaban cómo cerdos al morir…..desagradable…..completamente desagradable…..:

.- Llévatelos – la orden de Tom sonó seca y grave mientras extendía un brazo delante de mi pecho evitándome que atacase – sácalos de aquí, yo me encargo de la retaguardia – lo miré a la cara buscando sus ojos que sólo conseguí cazar de reojo. Él se giró y me sonrió a marchas forzadas – nos vemos luego Rapha, mantente en vida para mi ¿queda claro?

.- Lo mismo te digo, Tito Tom.

.- ¡je! …en realidad suena mal….

.- Te lo dije – cerré la puerta a mis espaldas conduciendo con rapidez a la gente hacia delante. Supongo que Sou y la rubia se las apañarían por delante para abrir camino, pero, joder, iban demasiado lenats……

Cuándo cerré la puerta, alcancé a ver cómo Tom se abalanzaba sobre Jesuis blandiendo una enorme hacha de metal. Luego sólo escuché el estridente ruido del metal al chocar contra algo medio oculto por los gritos y los llantos del grupo de gente que seguía avanzando con desesperación y a empujones.

Antes de abandonar la puerta, recordé las barreras de sangre y, utilizando la herida anterior, presioné para volver a abrirla consiguiendo que la sangre cayera a gotas. Así pues, unté los marcos de la puerta justo cuándo ésta se abrió y uno de los guerreros putrefactos de Jesuis se mantenía inmóvil al otro lado. Observándome mientras me enseñaba aquellos amarillentos colmillos.

Incluso pude notar su aliento en mi cara….


Sólo alcanzar el cercado del Motel, la avalancha de monstruos que lo rodeaba barrió su paso colándose a empujones por la puerta de entrada que había sido rebentada. Des de una de las zonas más altas, observaron cómo esa increíble concentración de muertos se esmuñía dentro de un lugar relativamente pequeño:

.- Mierda…no se si reír o llorar. – Don miró a su hermano mayor que seguía con la vista clavada en el espectáculo – ahora lo tendremos más fácil para entrar.

.- Pero los de dentro lo tendrán más difícil para salir…

.- Ajá…..- Donatello suspiró con consistencia antes de mirar a Simon a su regazo que jugueteaba con la banda cruzada sobre el pecho de Don - ¿vamos?

Antes de dar ni un paso, unos agudos gritos los alertaron haciendo que todos se giraran a sus espaldas buscando con desespero la víctima.

Únicamente alcanzaron a ver cómo un par de criaturas pequeñas salían a gatas de debajo de la van para empezar a correr con una gran rapidez hacia uno de los costados del Motel:

.- ¿Qué coño es eso? – Michelanggelo agudizó la vista intentando seguir con la mirada la velocidad de aquellas bestias:

.- No són…..¡son esos monstruos!

.- Vaya….los hijos de Darla estaban en el lugar también….- Mink observó perpleja cómo ambas criaturas monstruosas se colaban por un viejo pozo que descansaba en la parte trasera del Motel - …que extraño….

.- ¿Los hijos de quién? – Mickie se sorprendió

.- ¿Los conocéis?

.- Tuvimos un encuentro con ellos…- fue Leo el que respondió aún con la vista clavada en el pozo - …un encuentro no muy agradable….

.- Imagino….que extraño…juraría que Raphael logró matar a Darla y a su asqueroso crío….- Mink permaneció pensativa mientras las demás miradas se clavaban en ella pidiendo nuevas explicaciones sobre cómo Raphael consiguió deshacerse de esas cosas – aquella noche en la ciudad…cayeron al agua junto con el trayler. Que suerte tuvieron al sobrevivir…

.- Genial, ahí tenemos el cuento de April refiriéndose al camión que corría desbocado por la ciudad con Raph al galope – Michelanggelo entornó los ojos comprendiendo de una vez que los cabos empezaban a atarse después de mucho tiempo de incógnitas…así pues, Raphael intentó deshacerse de la mujer y de una de las criaturas, pero no lo logró y fueron ellos los que las encontraron en medio del camino.

Segundos después, Leonardo corría directo a la entrada del Motel seguido por Mink mientras Mickie permanecía cercano a Don por tener éste al crío en sus brazos.

Apenas alcanzaron la entrada que una multitud incontable de humanoides se les lanzó encima. Instintivamente, Leonardo desenfundó sus espadas y saltó en medio de un grupo para inmediatamente deshacerse de ellos en un par de estocadas intentando abrirse camino entre el montón de cuerpos que cayeron muertos o inmóviles al suelo. Al poco tiempo Michelanggelo se unió al juego quebrando huesos a más no poder consiguiendo despedazar a su enemigos con la intención de dejarlos indefensos y aullantes tumbados en el suelo. Pero aún y así, todas sus ofensivas eran inútiles, porqué por cada dos que tumbaban otros cuarto asomaban por la puerta y les atacaban con voracidad:

.- ¡Esto es imposible! – Mickie saltó al lado de Leonardo buscando un apoyo sobre el que poder respirar algún tiempo para recobrar el aliento:

.- Hay demasiados…no podremos entrar por aquí – Leo sujetó con fuerza las katanas y se dispuso a abrir de nuevo el camino de vuelta al llano para buscar otra entrada, pero justo antes de que enviase su primer ataque, un resplandor rojizo iluminó la zona cegando a las tortugas por completo:

.- ¡Al suelo todos! – el grito estridente de Mink fue obedecido al instante y tanto Leo y Mickie, cómo Don que permanecía alejado, se tumbaron contra la arena protegiéndose las cabezas.

A los pocos segundos, una enorme explosión dio lugar a una repentina lluvia de sangre y vísceras que cubrió casi por completo los cuerpos de Leo y Michelanggelo que permanecían aún en el suelo.

Cuándo la luz y la nube de humo y polvo desapareció, el paisaje quedó bañado en rojo. Las cornisas del Motel estaban completamente salpicadas en sangre y por entrañas que resbalaban pared abajo para ir a caer en charcos y charcos de vísceras destrozadas y despedazadas.

Fue entonces cuándo el olor a muerto aumentó.

Leonardo se levantó aturdido sacudiéndose sin cesar todos los interiores de encima con una mueca de asco y espanto en el rostro. Se giró en redondo descubriendo a Mink en el principio de los charcos de sangre que sonreía orgullosa mientras su mano seguía humeante.

Des de luego había limpiado el camino de enemigos, pero el método resultaba bastante desagradables e, incluso Don que no había sido tocado, no pudo evitar reprimir las arcadas que lo invadían:

.- Vamos, vamos. ¿No me digáis que tampoco os gusta la sangre? – Mink se acercó chapoteando sin repulsión alguna por todos los charcos - ¿estáis bien?

.- Bueno, es una manera cómo cualquier otra de pelear. No está nada mal….- Leo envió una mirada a Michelanggelo que continuaba de cuatro patas en el suelo completamente pálido. De un rápido movimiento se tapó la boca antes de empezar a vomitar completamente asqueado por encontrarse rodeado de tripas y más tripas que le cubrían hasta el caparazón.

Mink lo miró arqueando una ceja algo preocupada:

.- Nah, no te preocupes. Está bien – Donatello se había acercado al grupo caminando de puntillas intentando buscar aquellas zonas menos afectadas. Leo se rió:

.- Si. Si no vomitase ya habría que empezar a preocuparse.- unos nuevos rugidos delataron la presencia de más enemigos en el interior del Motel. A gran velocidad y seguido de cerca por Don, Leonardo entró deteniéndose en el umbral en seco.

El lugar se encontraba repleto de cadáveres despedazados sobre los cuales algunos de los monstruos seguían comiendo mientras otros peleaban entre sí por algún pedazo de carne….

Por alguna razón , la impresión que Leonardo se llevó por ello fue la mínima, pues en realidad se encontró con algo que esperaba y, aún intentar calmar el malestar de su estómago, no tardó en entrometerse en la situación destajando por doquier a todo aquél monstruo que se le cruzase con una calma envidiable.

Más atrás, alcanzó a ver cómo un hombretón barbudo mecía una enorme hacha contra otro hombre algo más canijo y embutido en una gabardina negra:

.- …vaya… creí que iba a perderme la primera batalla, pero estoy en primera fila – Mink apareció a sus espaldas apoyándose en los hombros de Leo que observaba atónito la velocidad y la brutalidad de los movimientos de ambos luchadores que jugaban a encontrar su puntos más débiles deseando descuartizarse el uno al otro en cuánto antes….:

.- Són…¿caballeros?

.- Jesuis y Tom, el Cuarto y el Sexto respectivamente. Aconsejo salir de aquí en cuánto antes, ésta no es nuestra lucha – Mink tubo que defenderse de una horda más de zombies que les atacaron aún con sus mandíbulas sangrantes por haber estado comiendo.

Jesuis envió una mirada furtiva a los brazos de Don descubriendo a Simon que seguía llorando cómo un condenado. Tras bloquear con el cañón de su pistola la enorme hacha de Tom, se movió a gran velocidad hacia Donatello. Su cuerpo apenas tocaba el suelo, más bien parecía deslizarse, y Don se lo vio venir sin poder actuar.

Antes de que Jesuis consiguiera meterle mano a Simon, algo se interpuso entre la tortuga y el caballero. Cuándo Donny abrió los ojos se encontró con las anchas espaldas de Tom que sujetaban el cuello de Jesuis con una de sus enormes manos mientras blandía su hacha con la otra.

El hombretón observó de reojo a la aterrorizada y confundida tortuga:

.- ¡Diablos¡Más demonios por los alrededores! – rápidamente y esquivando un golpe de Jesuis sin dejar de agarrarlo por el cuello, Tom se dirigió a Mink con un grito - ¡Diablesa de los Yoshizuma! – Mink levantó la mirada alertada mientras Leo luchaba por impedir que los zombies la alcanzasen dada su distracción - ¡tu chico está en el sótano!

Las miradas de las tortugas se entrecruzaron mientras peleaban por salvar su carne de los pútridos colmillos de los guerreros de Jesuis. Mink se acercó cómo pudo al hombretón de Tom que, dad una estratégica retirada de Jesuis había quedado rodeado de muertos y los arrasaba a montones con la enorme hacha:

.- ¿En el sótano¿qué se le ha perdido ahí?

.- Él y la heredera de los Yoshizuma están intentando sacar a la gente por la salida del pozo. Tal vez necesiten una ayudita – al instante, la mirada taladrante de Leonardo se posó en Mink. Se quedó algo pálido al saber que había muchísima más gente metida en el embrollo y buscó el regazo de la diablesa para poder acercarse a sus hermanos:

.- ¿El pozo?…un momento un momento – Michelanggelo se deshizo de los brazos de uno de los atacantes que lo aprisionaron por la espalda antes de lanzar el cuerpo inerte por encima de su cabeza contra una de las pocas mesas que quedaban en pie – por ese pozo…¿no es dónde se han metido esos asquerosos criajos?

.- ¡Mink! – Leonardo agarró por la cintura a la diablesa apartándola de una nueva horda de zombies que acudían des de el resto de habitaciones de la casa alertados por el ruido – condúcenos de inmediato hasta allí ¡ya! – la chica tragó saliva antes de saltar por encima del grupo de enemigos para caer a cuclillas sobre el mostrador del motel. Con la mirada, rebuscó y estudió una a una todas las posibles puertas que conducían al sótano. Únicamente una, situada en una esquina de la sala, se encontraba abierta de par en par y ningún zombie osaba entrar por ella:

.- Barrera de sangre – musitó antes de saltar de nuevo en el centro del corralillo que las tortugas habían formado para proteger a Don y al bebé – esa puerta. Tiene que ser esa la que conduce al sótano.

.- ¿Pues a qué estamos esperando? – Leonardo abanicó unos metros por delante de sí destajando en numeroso crujidos las tripas de sus atacantes abriéndose camino entre sus cuerpos inmundos que caían muertos al piso.

Antes de que lograse traspasar el umbral de la puerta algo lo golpeó con consistencia lanzándolo contra el cristal de la barra del bar haciendo que éste se partiese en mil pedazos por el golpe y cayese al suelo junto al cuerpo inmóvil de Leonardo en una lluvia afilada:

.- ¡Leo! – Michelanggelo saltó en su dirección pero algo también lo atizó con menos violencia devolviéndolo a rastras hasta el lugar des de dónde había saltado.

Zardath permanecía sobre la barra del bar y volvía a escrutarlos con la mirada con odio y rencor. Las cicatrices de la anterior batalla todavía permanecían sangrantes y los jirones de piel que se habían quedado pegados en la van mostraban la carne abierta - …otra vez no….

Mink se colocó delante de Michelanggelo y quebró sus nudillos deseosa de retomar la batalla con el fiero animal:

.- No van a dejarnos marchar a menos que no les entreguemos a Simon – Donatello presionó aún más al bebé contra su pecho en un instinto de protección.

.- Pues van a quedarse con las ganas….

.- Coged a Leonardo y largaos de aquí. Buscad un sitio seguro.

.- ¿Qué pasa contigo? – Mickie arqueó ambas cejas dejando de presionar sus puños para mirar con confusión a la diablesa que seguía traspasando a Zardath con la mirada.

.- Os alcanzaré en seguida – Mickie asintió a la vez que Mink saltaba acechante y con las garras en alto contra su enemigo.

Michelanggelo se escabulló detrás de la barra y cargó a cuestas el cuerpo inconsciente de su hermano mayor que, al haber sufrido la lluvia de cristales, permanecía magullado por un costado y una débil línea de sangre caía de la comisura de sus labios. Acto seguido, buscó a Don con la mirada que, acompañado por Tom que guardaba la retaguardia, le hacía señas para que le siguiera metiéndose en los pasillos que ascendían a las habitaciones.


Aquél estúpido y estrecho pasillo era de lo más oscuro que había visto en mi vida. La fría y húmeda piedra hacía eco devolviendo todos y cada uno de los lamentos que la multitud susurraba con terror.

Un maldito pasillo de la muerte, diría yo.

Avanzaba con precaución por delante de Sou siguiendo a la chica rubia que nos abría camino con una débil lámpara de luz que apenas la iluminaba a ella misma.

Nunca me considere claustrofóbico, pero aquél lugar me ponía enfermo. La peste a humedad era insoportable, el aire necesitaba una urgente renovación y la estrechez del lugar provocaba que apenas dos cómo yo pudieran ir en paralelo.

Una maldita pesadilla que me ponía cada vez más y más nervioso.

Si nos atacaban en aquél lugar no sería capaz ni de defenderme a mi mismo…diablos¿cómo defender a toda esa gente?

Sou seguía detrás de mi a paso apurado y seguro. Envidiaba la serenidad que la mujer derrochaba en cualquier situación. Únicamente una vez le había visto el terror y la desesperación en los ojos…la primera vez que la vi, justo cuándo perdió el control sobre Mink y dejó de ser la Séptima caballero.

Inconscientemente agarré mi mochila y rebusqué uno de mis sais para colocármelo en el cinturón. Que incomodidad, que ganas tenía de recuperar mi forma original, aquello de ser humano empezaba a aborrecerme y no sólo porque todas las abuelas se apoyaban en mi por ser un buen mozo, si no porqué mis músculos no eran los mismos y mi agilidad pasaba por la de un maldito caracol.

De nuevo, si nos atacaban allí, pocas posibilidades tendría de salvar el pellejo.

Al rebuscar en la mochila, rocé la vieja vasija y no pude evitar sacarla y observarla en la penumbra en la que me encontraba. La risa aguda de Sou resonó a mis espaldas:

.- A juzgar por tu apariencia, juraría que sigue estando igual de vacía que el primer día.

.- Pues sí. No lo he sabido hasta hoy que la sangre de mis enemigos me podría resultar tan útil….- miré a la chica de reojo que me observaba con su típica serenidad en el rostro – bueno, tu tampoco la llenaste mucho que digamos.

.- No me diste tiempo – me reí a carcajadas mostrándole mi sonrisa vacilona:

.- Vamos, apostaría a que no habrías llegado hasta dónde lo he hecho yo con vida.

.- Por favor, he estado soportando este peso durante 20 malditos años. ¿Crees que me sería tan complicado haber aguantado durante unas semanas más? – no la contesté. No era quién para juzgar su capacidad de lucha. Realmente si había soportado el estar huyendo durante toda su vida tenía que ser una gran mujer.

.- No se porqué te empeñas en recuperar el puesto de caballero – mi voz sonó grave y juraría que dado el eco los del final se percatarían de ello. Por unos instantes creí que no me contestaría, pero tras una débil sonrisa de desprecio habló monótona y suavemente:

.- ¿Suplicas por tu vida, Raphael?

.- Hay demasiada gente que quiere matarme cómo para preocuparme únicamente por ti.

.- Jum. Veo que comprendes la gravedad de la situación.

.- Si no lo hubiera hecho ya estaría muerto niña.

.- Honor – se tomó una pausa para continuar a la vez que le dediqué una furtiva mirada de reojo – solo eso. Simple y duro honor. Toda mi familia ha cargado con el peso de ser caballero, y yo también debo hacerlo…además. Soy la primera portadora de los Yoshizuma que es una mujer – arqueé una ceja:

.- ¿Y qué?

.- Innovación y orgullo. Demostrar a todos aquellos que me decían que iba a morir en las garras de mis enemigos que soy muy capaz. Ser mujer no me hace más débil. – el mismo motivo que hacía que Sou se moviera hacia delante era el que también me movía a mi por entonces. Demostrar a todos aquellos que me quieren muerto que soy capaz de traerles problemas.

Demostrárselo a todos: a Jesuis, a Zardath, a la mismísima Sou y…a Mink. A ellos y a todos los caballeros que más tarde pelearían por obtener mi sangre en su vasija.

Honor.

Supongo que de alguna manera me sentí estrechamente ligado a la chica oriental y, por una vez en bastante tiempo, no me sentí tan solo cómo solía sentirme des de que todo aquello había comenzado.

Sumergido en mis cavilaciones, no me percaté de dos sombras que se movían fugaces a lado y a lado de las paredes del túnel. Cómo buscando esconderse en las sombras.

La chica rubia se percató antes que yo y se detuvo después de dar un respingo. Las manos comenzarían a temblarle porqué la luz parpadeó con insistencia. La agarré por su mano calmándole el pulso sin dejar de escrutar con la mirada la oscuridad que se abría frente a nosotros intentando utilizar la poca luz de la que disponíamos.

Pude notar cómo tras colocar mi mano sobre la suya, la chica se calmó y dejó de temblar.

Las dos pequeñas siluetas se centraron en el medio del paso y avanzaron con lentitud. A medida que les bañaba escasamente la luz de la lámpara de gasolina comprobé que se trataban de dos críos. Uno de ellos se encontraba completamente desnudo y estaba calvo mientras que el otro permanecía oculto bajo un sucio impermeable…..esa cara….

No pude evitar ser yo el que diera un respingo al percatarme de que se trataba del chico de la mano sobre dimensionada que viajaba con aquella mujer tan elástica y sobre humana.

El hijo de Darla pero, en ese caso: los hijos de Darla.

Sou reaccionó igual de rápido que yo y empezó a hacer retroceder a la multitud para apartarla de ellos mientras la chica rubia seguía estática a mi lado sin comprender qué era lo que ocurría. Fue cuándo uno de aquellos criajos me saltó encima con un agudo gruñido, que la rubia gritó y dejó caer pesadamente la lámpara al suelo reventándola en mil pedazos. Completamente a oscuras, recibí mi primer golpe en la cara que me tumbó por completo sobre la fría piedra. Completamente ciego, desenfundé el sai del cinturón y me incorporé escrutando la oscuridad.

Nada, no veía nada de nada.

Los pasos correteaban aquí y allá sin dejarme saber si se encontraban detrás o delante de mí. Al ser dos me confundían y no podía sentar la cabeza con tranquilidad. El tener a Sou comiéndome la oreja a mi espalda y a la chica rubia gritando junto a la multitud metros más atrás, me distraía de mala manera y no era capaz de concentrarme.

Diablos…de nuevo deseé no haber faltado al entrenamiento a ciegas del maestro….¿dónde estaría yo aquella noche?….¡a sí!

Bebiendo con Casey.


Wuolaaaa de nuevo. Ya véis, todo ese tiempo que fanfiction no me dej´actualizar me lo dediqué a escribir (aprovechando el momento al máximo, pues etsoy ya en época de exámenes de la uni y la verdad eske van a follarme por todas partes...jorrrrr verás tu que si me lo saco va a ser un milagro!)

Supongo que encontraste tus dudas sobre los hijos de Darla respondidas en el cap. Medeah. Jejeje, si, la cosa me quedó algo liante y al final no se entendía si había dos niños y un bebé (que va a ser eso), u niño y un bebé o todos monstruos y punto. Jejeje, digamos que del cuerpo de la mujer salió otro niño igual de feo que el de la mano esa tan enorme (a nuestro Simon lo dejamos en paz que en brazos de Donny está a mar de bien). Bueno, pues aquí tubiste "la mañana después", bastante ajetreada por cierto, cómo puedes ver Mink y Raph todavía no se han visto las caras (MInk ha encontrado a Leo y eso le basta, jusjusjus)

POr cierto! me gustó tu canción! XD (la apuntaré en mi libreta para esas borracheras que pienso pillar cuándo acabe los exámenes. Jusjusjus, ya la cantaré por las calles, jejeje)

Uooh! Xan-chan volvió al ruedo! Ke tal nenita! La verdad esque ya te creí perdida en combate, pero veo que vas siguiendo fiel! XD, jusjusjus, bienvenida de nuevo!

te entiendo chica -- yo también estoy harta de estudiar de todas esas mamonadas que dicen que luego te va a servir de algo ...(¿pero para qué demonios me va a servir a mi la sociología por dios¿Eske no se dan cuenta ke vamos a estar todos en la cola del Centro de Ocupación Laboral en pocos años?...ke desgraciados somos los sociologos...)

jejeje, beno, basta de auto compadecerse, jsujus, nos vemos dentro de poco chikilas! Besos a todas!

YaS;-P