uehhh¿ke paxa chikillas? Vuelvo a la carga después de un breve descansito (bueh, tengo la misma excusa de siempre, me parece que no hace falta ni que diga cual es...jejeje) Bueno, os dejo con esto nenitas, nos leemos más abajo!
YaS ;-P
#14# Ciega por odio
El silencio se había esparcido en la sala y la incomodidad lo acompañaba.
Donatello permanecía con los ojos cerrados sentado contra la pared, intentando encontrar algún momento en el que dormirse, pero a causa de los numeroso gruñidos, gritos y arañazos en la puerta le era imposible. Tom lo había imitado y por la profundidad de su respiración Michelanggelo llegó a pensar que él si dormía.
Permanecía acostado en la ventana sin dejar de echarle ojo a Simon "ya se ha dormido", pensó para sus adentros.
Por unos instantes la posibilidad de cogerlo y largarse de allí con él y su hermano le pasó por la cabeza, pero no estaba dispuesto a abandonar a Rapahel y a Leonardo a su suerte dentro de ese asqueroso Motel…además…esa extraña cúpula que funcionaba cómo barrera todavía seguía cubriéndoles y relampagueaba víctima de protuberancias oscuras y extrañas.
No había forma de salir de allí a menos que fuera muriendo o esperando a que todo acabase.
Suspiró agachando la mirada antes de incomodarse tras escuchar un sonido a sus espaldas. Al voltearse, descubrió al enorme humano que se había levantado del suelo a gran velocidad y estaba de pie mirando fijamente el bebé dormido.
Un escalofrío recorrió la espalda de Michelanggelo al pensar que el fatídico momento había llegado así que, tras cruzarse unas miradas con Tom, se giró de nuevo dándole la espalda a la escena por no querer estar presente en ella.
Donatello abrió los ojos y no movió ni un músculo. A diferencia de su hermano, clavaba la mirada en la zona esperando que Tom fuera capaz de hacer algo así. Por unos instantes deseó que aquel brutal hombre fuera capaz de acertar un corte rápido y limpio en el cuello de Simon….si escuchaba al niño llorar después de haber recibido la primera estocada, su propia alma iba a partirse en pedazos al saber que estaba sufriendo en sus propias carnes un desangramiento lento y paulatino a parte de un enorme dolor:
.- Tranquilo – Tom pareció leerle la mente – pienso hacerlo de un golpe…al menos hacerle ese favor…
Mickie apretó con fuerza los ojos cuándo escuchó el ruido metálico de la enorme hacha al ser levantada del suelo y, con el corazón en un puño, esperó el aire silbando al ser cortado por el arma antes de que ésta cayera pesadamente sobre el colchón tras traspasar el cuello de Simon.
El momento no llegaba y Mickie estaba seguro de que el hombre no era capaz de asestar el golpe. Tímidamente, se giró observando de reojo en dónde Tom aún permanecía con el hacha elevada. Éste suspiró y tensó sus músculos visiblemente mientras empezaba a dejar caer con pesadez el arma.
Antes de que alcanzase el pequeño cuerpo del bebé, un estrepitoso sonido se dejó caer en la sala. Aturdido, Michelanggelo volvió a voltearse pudiendo esquivar por cuestión de segundos la puerta de la habitación que salía disparada hacia él por haber saltado los visillos.
Zardath penetró en el lugar con una brutalidad indescifrable y, de un mordisco, aprisionó el brazo levantado de Tom apretándolo con fuerza entre sus fauces babeantes.
El humano envió un grito al cielo y dejó caer al arma pesadamente al suelo por no poder sostenerla a causa del dolor. Víctima de la rabia, Tom envió un fuerte golpe con su brazo libre hacia la cabeza de Zardath, pero éste fue más rápido y de un violento tirón, desgarró los tejidos del brazo de Tom hasta partirle el hueso para arrancarle el enorme brazo de cuajo.
Donatello reaccionó aún algo aterrorizado por lo ocurrido y, lo más rápido que pudo, se lanzó hacia Simon para agarrarlo, pero de nuevo, el endiablado animal fue más rápido y aprisionó al bebé entre sus fauces saliendo con velocidad de la habitación llevándoselo con él:
.- ¡Mierda!
.- ¡Vayamos tras él!
.- ¡Espera Mickie! – Donatello se detuvo a la altura de Tom que, completamente manco, luchaba por evitar que la sangre le saliera a borbotones y no quedarse desmayado antes de tiempo. El hombre se aguantaba los sollozos por el dolor en una mueca de rabia y frustración.
Michelanggelo también se acercó y se paralizó al observar la escena cuándo la sangre encharcada empezaba a mancharle las plantas de los pies:
.- ¡Haz algo Donnie! – Donatello negó con la cabeza lentamente.
.- Se lo han arrancado muy cerca del hombro…me es imposible siquiera hacerle un torniquete.
.- ¡Olvidaros de mi! – la voz de Tom seguía sonando rugiente y estridente a pesar del estado en el que se encontraba - ¡ese bastardo tiene al niño!
Michelanggelo le ayudó a levantarse mientras el hombretón se sujetaba con fuerza a su sangrante muñón que le daba faena para caminar.
Los primeros zombies empezaron a penetrar en la habitación con rapidez, pero tal y como entraban salían víctima del bo de Donatello que quebraba huesos a más no poder buscando un camino libre por el que seguir a Zardath. La tortuga se giró tras deshacerse de la primera oleada de enemigos:
.- ¿Cuánto estás dispuesto a aguantar?
.- Hasta que le corte el cuello a Jesuis……
.- Bien – saliendo corriendo por los pasillos, Don se dispuso a abrir camino para permitir que Mickie y el sangrante Tom pudieran pasar por ellos. Recostándose en la tortuga el Sexto caballero aguantaba su equilibrio mientras lograba blandir su hacha para deshacerse de inoportunos que pasaban la barrera de Donatello.
Tras unos largos minutos, Don consiguió alcanzar las escaleras hacia el piso superior, se adentró en ellasa toda prisa pero se detuvo en seco cuándo el grito de Mickie lo alertó.
Se volvió curioso observando que la tortuga defendía su cuerpo y el de Tom de una nueva horda de monstruos. El humano empezaba a sucumbir y se había postrado al suelo contra la pared cerrando los ojos con fuerza chorreando a más no poder entre los dedos que aprisionaban su enorme herida:
.- seguid vosotros.
.- Aquí no sobrevivirás si te quedas solo – le contestó Mickie asestando una atada hacia atrás para lanzar a uno de los enemigos contra otro grupo que se abalanzaba.
.- ¡No lo haré de todas formas! – el rugido de Tom resonó indignado por todo el pasillo colándose entre los gruñidos de los monstruos. Mickie se paralizó al saber que se verían dispuestos a abandonarlo allí de aquella manera.
Donatello suspiró con contundencia y bajo la protección de Michelanngelo, se arrodilló frente al humano quejumbroso y casi desvanecido. Buscó por su bolsa y sacó un pequeño estuche lleno de pequeñas inyecciones que entregó a Tom:
.- Toma esto. Se trata de una potente anestesia parcial. Conseguirá salvarte del dolor por unos minutos…- Tom le sonrió tras agarrar con su sangrante mano el pequeño estuche. Lo guardó en su pantalón antes de agarrar su arma de nuevo.
Donatello se levantó y permaneció observándole unos instantes. No lo conocía de nada, pero tener que dejar a alguien en aquellas condiciones abandonado a su suerte le sabía tremendamente mal:
.- No permitáis que sea Jesuis el que mate a Simon…al menos darle el honor de una muerte rápida….- Don sujetó con fuerza su bo entre ambas manos.
.- Cuenta con ello – se volteó agarrando a Mickie del brazo para arrastrarlo escaleras abajo.
.- ¡Tortugas! – ambas se giraron observando como los zombies empezaban a rodear a Tom y este agarraba su hacha aún sentado en el suelo - ¡Decidle a Raphael que venga a por mi sangre! No permitiré que nadie más se la lleve.
Las dos tortugas se marcharon y los primeros monstruos empezaron a abalanzarse sobre el humano mientras otros se atrevían a seguir a los hermanos escaleras abajo.
Betsy volvió a apartarlo de un manotazo tirando a Leonardo por los suelos esquivando por los pelos la bala de la pistola del Quinto caballero.
Indignado, Leonado se levantó del suelo y agarró de nuevo sus katanas tiradas por el suelo para desgarrar a un par de zombies que se habían entrometido en la batalla. La ciega no dejaba de entrometerse cada vez que la tortuga decidía atacar, sabiendo de lo que Leonardo era capaz, no estaba dispuesta a dejar que éste acabase con su contrincante.
Una bala rápida estalló en el brazo de Betsy que luchó por evitar el empujón de ésta quedándose con un brazo muerto a su lado. Leonardo se apresuró colocándose delante de la chica para parar con el filo de su espada la siguiente bala:
.- que curioso. No creí que el proteger a Simon os iba a traer tan lejos…se ha puesto de moda convocar a demonios para protegerse por lo visto….
.- ¿Demonios? No te equivoques, si estamos aquí es por voluntad propia. No por obligación – el hombre levantó de nuevo el arma apuntando a Leo que se situaba delante de Betsy.
.- Que manera más estúpida de morir – la pistola volvió a dispararse, pero la tortuga fue rápida y consiguió esquivar la trayectoria de la bala para colocarse con un veloz movimiento delante del humano y, con un corte limpio, partió el cañón en dos dejando el arma completamente inservible.
El hombre gruñó y lanzó un puñetazo hacia delante con rapidez, pero Leonardo lo derribó al suelo antes de que consiguiera colocar el golpe para luego de un salto alejarse de él.
.- Bueno, entonces tendré que aceptar que te subestimé en un principio.
.- También lo has hecho ahora al dispararme.
.- ¿Te hace eso pensar que no lograré acabar contigo?- Leo frunció la mirada frente a ese comentario encontrándose con los ojos del hombre que empezaron a brillar con un fulgor azulado.
Antes de que la tortuga pudiera reaccionar y darse cuenta de lo que estaba a punto de ocurrir, la paralización de los sentidos del caballero ya había surtido efecto y la tortuga volvía a encontrarse completamente paralizada.
A su alrededor todo se volvió blanco de nuevo. Un blanco brillante en el que no se distinguían ni esquinas ni suelo ni techo. Un infinito nada que lo rodeaba y apenas podía moverse.
Empezó a sudar con consistencia al ver que había vuelto a caer de nuevo en la misma trampa.
Unas figuras conocidas empezaron a formarse delante de él y emergieron de la nada cogiendo forma por segundos.
.- …chicos….- Mickie y Don se materializaron en sus narices y lo observaban desafiantes sin apenas inmutarse por la situación en la que se encontraba su hermano.
Donatello se acercó y le agarró las espadas de sus manos para luego pasarle una de ellas a Michelanggelo.
No eran ellos. No era su mirada ni su forma de actuar, pero todo parecía tremendamente real y la mente de Leonardo se colapsaba por segundos sin saber cómo reaccionar. En vez de pensar que nada de aquello era real, de nuevo sus sentidos se vieron influenciados por la ilusión y su cuerpo empezó a temblar al pensar lo que podría estar a punto de vivir.
Fue Michelanggelo el que se abalanzó y, de un rápido movimiento, hundió la hoja de la espada en el vientre de su hermano mayor haciendo que éste temblase ligeramente sin poder moverse aún.
Leonardo emitió un ligero gruñido…no, no era real pero seguía doliendo igual….
Michelanggelo retorció la hoja clavada en su cuerpo para luego, de un tirón, sacarla de nuevo. Las manos de Leo empezaron a temblar y, con los ojos desmesuradamente abiertos, luchó por llevarse las manos al boquete abierto en su estómago que no dejaba de sangrar….no era real….pero dolía y la sangre se notaba resbalando por su cuerpo.
Esta vez fue Donatello el que, tranquilamente, se abalanzó levantando la espada hacia uno de sus costados para luego, en un abanico, cortarle el brazo derecho con un corte limpio y horizontal.
La mitad del brazo de la tortuga cayó a sus pies mientras ésta luchaba contra el dolor que se le presentaba tan real…..su mente continuaba embalsamada de aquella realidad virtual que le envolvía engañando a todos sus sentidos hasta hacerle creer que empezaba a desvanecerse poco a poco.
Su cuerpo empezó a convulsionarse con fuerza y su vista se nubló momentáneamente alcanzando a ver cómo Don se disponía a seguir cortando.
Esperó el corte, pero un golpe fuerte en la nuca lo sobresaltó y, al abrir los ojos, se encontró respirando con dificultad de bruces en el suelo:
.- ¡Saucer¡Tu cobardía solo se ve superada por tu arrogancia y tus ansias de poder! – el caballero se rió a carcajada limpia frente al comentario de la chica que se colocó en frente de él desafiante sin temor a poder resultar herida.
Leonardo levantó la vista tembloroso descubriendo sus espadas tiradas a su lado y siendo protegido por el cuerpo erguido de Betsy.
Otra vez había caído víctima de la negación de los sentidos del hombre…apenas había recordado lo que les dijo Don….no mirarle a los ojos si no quería perder el control sobre su cuerpo y su mente…..
Aún temblando se levantó tambaleante recogiendo sus espadas y se colocó detrás de la chica sosteniéndose contra la pared. Betsy giró la cara levemente observando con sus ojos vacíos de reojo a Leonardo que aún permanecía aturdido:
.- Sólo te lo diré una última vez más. Márchate. – Leo buscó las palabras para responderle. Realmente aquél no era su lugar, pero tenía cuentas que cobrarle a Saucer y no se iva a salir tan sano de ello – mientras tengas ojos, no podrás con él.
.- Hazle caso. – Saucer se rió – sólo mírala a ella cómo a acabado.
Leo no pudo evitar volver a mirar los ojos blancos de Betsy que miraba con resignación hacia su enemigo sin acabar de acertar del todo la dirección:
.- Elegí mi camino cuándo me quité la vista, Saucer. No me negarás esta gloria por mi parte.
.- Estúpida de ti de haber elegido mal…sabrás que perdiste de vista el mundo durante muchos años por algo completamente en vano. – Leonardo volvió a mirar a Betsy. No podía creerse que la mujer hubiera sido capaz de arrebatarse su vista con tal de poder pelear contra Saucer de una manera equitativa:
.- Tu…te….
.- Él me perdió uno…..yo decidí perder el otro…
.- Una batalla inacabada sin más, déjame un par de minutos y te demostraré lo imbécil que has sido – la tortuga se estremeció en tan solo pesar que aquella guerra había estado llevándose a cabo durante tanto tiempo…
El destino había acabado haciendo pelear a ambas personas hasta conseguir que una de ellas, con tal de cumplir su propósito, estuviera dispuesta a perder todo el mundo de vista únicamente por honor, rabia y odio.
Leonardo agachó la mirada y empuñó con más fuerza sus espadas. Volvió a maldecir al destino y a aquellas personas que se dejaban arrastrar por él perdiendo toda su vida con tal de seguirle los pasos.
.- Entiendo tus razones mujer – Leonardo se torció la bandana quedando el nudo a un costado tapándose los ojos por completo – pero estuvo a punto de matar a mis hermanos, y eso no lo perdono a nadie – Betsy lo miró de nuevo dirigiendo sus ojos hacia él – así que, si no te importa, te dejaré que lo remates a lo último.
.- Es cierto – Leo miró a la chica sin comprender que volvía a darle la espalda - …tu aura es distinta…pero por fuerza eres hermano del Séptimo. Vuestra valentía os honra a ambos.
La mujer tensó sus músculos al escuchar el aire cortarse por el movimiento de su enemigo y, prestando suma atención a su alrededor para distinguir el aura de Saucer entre la oscuridad que la envolvía, alargó una mano a Leonardo:
.- Sólo un trato a cambio de dejarte pelear- Leonardo permaneció inquieto notando cómo Saucer se movía alrededor de ambos – préstame una de tus katanas…¿llevas dos verdad?
La tortuga se extrañó de cómo la mujer había conseguido adivinar cuales eran sus armas. Pero fuera de cualquier sorpresa, le alargó una espada ofreciéndole a tientas el mango sobre la mano de la chica. Betsy la empuñó con fuerza y pasaron unos segundos antes de que estocase el primer golpe hacia delante casi logrando cortar a Saucer en dos.
Cómo si tuviera una perfecta visión, la chica atacaba una y otra vez haciendo retroceder a su enemigo con insistencia hasta alcanzar de nuevo el pasillo después de haberse metido en una de las habitaciones.
Saucer dio de espaldas contra la pared del pasillo contiguo y momentáneamente se vio acorralado por la voracidad de Betsy al atacar que, aún y permanecer con un brazo completamente inservible a causa de la bala, blandía la espada con maestría intentando asestar a su enemigo en el lugar adecuado en el menos tiempo posible.
Cuándo Saucer se vio acorralado, esquivó una de las últimas estocadas de la mujer para luego, de un fuerte rodillazo en el estómago, mandarla al suelo de cuatro patas. Betsy podía ser más rápida, pero Saucer seguía teniendo la fuerza de su parte.
Se dispuso a machacarle la nuca con ambos puños cogidos pero Leonardo saltó sobre él con toda precisión provocándole un pequeño corte en el hombro haciendo que el hombre se tambalease antes de alejarse por seguridad.
No pudo evitar sentirse inmensamente sorprendido por la capacidad de la tortuga de pelear a ciegas. Únicamente guiándose por el resto de sentidos, Leo se desenvolvía en la lucha casi igual de bien que teniendo vista y, usando todos y cada uno de los indicios de su alrededor que le indicaban por dónde podía encontrarse su enemigo, se desplazaba con velocidad sabiendo hacia dónde dirigirse:
.- ¿Cómo¿Cómo es posible? – Saucer paró el sable de Leo con una vieja tubería que había quedado tirada en el suelo por los desperfectos del lugar.
.- Sin duda no conoces el arte del ninjutsu. – Leo apretó con fuerza la espada deseando poder traspasar parte del cuerpo de su enemigo – el arte de desplazarse entre las sombras. No necesitas tus ojos para nada cuándo atacas a alguien en la oscuridad.
.- Si no dejo de moverme, no puedes seguir mi ritmo – Leo esbozó una cínica sonrisa.
.- Ese es tu problema, respiras demasiado alto – estocando con fuerza partió la tubería lanzando a Saucer contra la pared, la cual cedió bajo el golpe cayéndose en mil pedazos a causa de las numerosas grietas que ya la adornaban - ¿dónde está tu poder ahora, Quinto?
Sobándose la cabeza sangrante a causa de una brecha, Saucer se levantó de entre los escombros apartándose las piedras de encima y lanzó una mirada resignada a Leonardo que aún permanecía con los ojos vendados. Al escuchar los desperdicios rodar por el suelo, tensó sus músculos esperando que el humano lo atacase de nuevo.
Pero no lo hizo, así pues fue él el que se abalanzó con fuerza sobre Saucer sin darle tiempo a éste si quiera de levantarse.
El hombre cerró los ojos esperando el golpe. Pero no llegó.
Al abrirlos, el filo de la katana de Leo se había detenido punzando la piel de su cuello. La tortuga no había acabado de asestar el golpe y, erguida en frente de él, se quitó la bandana lanzando una mirada hacia atrás sin dejar de quitarle el ojo prudente de encima al humano:
.- Me parece que llegó tu turno….- Betsy se acercó por detrás y se arrodilló frente al atemorizado Saucer que perdió la vista en aquellos enormes ojos blancos.
Tranquilamente y apoyada por el filo de la espada de Leo que aseguraba una muerte rápida al hombre al mínimo movimiento, posó una de sus manos sobre el rostro de Saucer tapándole la boca con la palma:
.- No…no podrás…no serás capaz….- murmulló éste con la boca tapada. Betsy sonrió cínicamente con apeno en el rostro.
.- Mira lo que me hiciste tú…y vuelve a pensarlo….vuelve a pensarlo si seré capaz de ello o no….- la mano de La ciega aprisionó con fuerza la boca del hombre llegando a clavarle las uñas en su mentón. Saucer intentó deshacerse pero Leo, ausente a lo que pretendía Betsy, apretó la punta de su espada contra su cuello como advertencia.
Un inconfundible olor a gas se esparció por la sala a medida que la mano de Betsy soltaba un débil sonido fricativo.
Los ojos de Saucer se abrieron desmesuradamente y sin importarle la espada de Leonardo agarró la muñeca de la muchacha intentando deshacerse de ella. Pero las fuerzas le menguaban y, rasgando con las uñas la carne de la chica, acabó por desistir y sus brazos cayeron muertos a sus costados.
Los gritos mudos del hombre cesaron y, cómo si la palma de Betsy absorbiera todas las entrañas del caballero, el cuerpo empezó a deshincharse dejando remarcar los huesos y todos los órganos pegados a la piel.
Leonardo retrocedió algo anonado y, tras husmear el ambiente, comprendió que se trataba del gas que desprendía la chica que había acabado de matar a Saucer.
Lentamente, la muchacha retiró su mano y el cuerpo muerto del hombre cayó a plomo sobre los desperdicios de la habitación. A paso lento, salió de ella dirigiéndose al pasillo. Leo la siguió envainando su espada.
Resbalando por la pared, Betsy se dejó caer al suelo sentándose en él para luego, en un suspiro, esconder su cara entre sus manos. Sorprendido y si comprender, la tortuga se arrodilló en frente de ella y posó una mano sobre su hombro. Inmediatamente la chica levantó la cabeza y perdió su mirada vacía en un punto en el pecho de Leonardo que la observaba sin saber qué:
.- Tu….fuiste la que mataste a toda esa gente en el tren…¿verdad? – la chica no respondió. Leo comprendió que no se trataba de un buen momento para empezar a reprocharle cosas y cedió ante la tristeza del momento - ….¿qué ocurre?….
.- El destino….es muy puto….¿verdad? – la tortuga asintió sin percatarse de que aquello no podía verlo la muchacha – tal vez…si no hubiera nacido lo que soy…mi vida hubiera resultado completamente distinta….más…normal…. – Leonardo agachó la cabeza sin poder evitar apretar ligeramente el hombro de la chica:
.- Cuántas veces me habré dicho eso a mi mismo…
.- ¿Tienes algo por lo que luchar? – Leo la miró encontrándose de nuevo con aquellos enormes y vacíos ojos que, en aquellos momentos, empezaron a llorar. Por toda respuesta, la chica contestó - ….yo acabo de perderlo ahora mismo….
La tortuga lanzó una mirada furtiva al cuerpo muerto de Saucer que yacía en el suelo sobre los escombros completamente hueco de energía alguna, arrugado como un papel de periódico:
.- ¿Quieres decir qué….?
.- Que él fue todo lo que tuve hasta que descubrí que teníamos mucho más en común de lo que yo pensaba….sin darme cuenta me había metido de lleno en aquella guerra que llevo maldiciendo des de que nací…en esa guerra que nunca perdonaré a mis padres y a mi familia por haberme metido en ella….en esa guerra que acabó volviéndome ciega únicamente por odio…por haberlo dado todo por perdido y querer salir adelante aunque ni siquiera yo misma viera la manera de cómo hacerlo….- Leonardo agachó la mirada nuevamente y se incorporó al escuchar de nuevo los gruñidos de los monstruos que se aproximaban por el fondo del pasillo.
A pesar de la incomodidad del momento no pudo evitar pensar que de nuevo el destino ponía a parir a todo aquél que se le acercarse y conseguía jugar con la gente cómo si simples peones se tratasen…llegando a colocar a dos personas que se quieren en contra la una de la otra por la única intención de cumplir con ese "destino"…..tal vez a Saucer lo moviera la venganza y las ansias de poder al ser rey del Inframundo….pero lo que había conducido a Betsy hasta allí habrá sido nada más que un sentimiento de incapacidad frente a la vida por haber sido traicionada por la única persona en la que confiaba…llegando a perder lo más preciado en una persona con tal de hacérselas pagar una a una….
Leonardo agarró con fuerza la empuñadura de sus espadas al escuchar los murmullos que se acercaban cada vez más por los destrozados pasillos:
.- Vámonos – indicó. Betsy no se inmutó. Siguió sentada en el suelo con las manos en frente de su rostro cómo intentando volver a verlas.
.- Ves.
.- No. Vamos.
.- Yo ya he cumplido. Ves tranquilo – Leo gruñó frente a esa negativa y soltó su katana para poder agarrar de la mano a la mujer asiándola hacia arriba para levantarla. Pero ella se resistió apartando la mano.
.- ¡No cometas una estupidez¡Vamos¿Vas a obligarme a volver a…?
.- Aquí no ha muerto una persona …- le cortó la ciega -….han muerto dos….
A Leonardo no le dio tiempo de contestar. Automáticamente viró sobre sí mismo con la espada en sus manos cortando por la cintura a los dos primeros atacantes del grupo que ya habían alcanzado el lugar.
Apartó todos los que pudo de la inconsciente Caballero que parecía no preocuparse por lo que se le venía encima. Por suerte, un pequeño grupo de zombies les llamó la atención el cadáver de Saucer y no tardaron en abalanzarse sobre él descuartizándolo por conseguir un pedazo de carne.
Un pequeño dedo voló a los pies de la tortuga que, atónita, observaba el horroroso espectáculo deseando que tubieran comida para rato. Se quedó paralizado observando el pedacito de carne a sus pies:
.- ¿Tienes la vasija?
.- No voy a usarla.
.- Dámela – Betsy se a lanzó aún permaneciendo sentada en el suelo ausente al fatídico espectáculo. Con una mueca de asco, la tortuga agrró el dedo índice del hombre y aprovechó las pocas gotas de sangre que podían caer metiéndolas en la vasija.
La tapó y se la ató al cinturón:
.- Ahora, vámonos. – la ciega no contestó, pero la tortuga no se hizo de rogar y, deshaciéndose de unos nuevos atacantes, agarró de un rápido movimiento a la mujer por la cintura y se la cargó a los hombros antes de barrer de un sablazo el camino hacia el otro lado del pasillo:
.- ¡Qué estás haciendo¿Es que no has escuchado lo que te he dicho?
.- Poco me importa lo que me hayas dicho – Leo destajó a su camino luchando por mantener el equilibrio al sostener a la mujer que se mecía nerviosa sin poder soltarse – pero estoy harto de todo esto y si quieres rendirte, no va a ser en este lugar.
.- ¡Bájame! – no obedeció. La chica pareció destensar sus músculos y dejarse arrastrar por la tortuga - ¿porqué haces esto?
.- Estoy harto de dejar que la gente muera a manos del "destino"
Bueeeno, este cap. me quedó algo corto, pero esque después de tanto tiempo (bueno, unos días) ya era hora de que subiera algo, así que por acortar las cosas un pokillo no iba a pasar nada. Jejejeje.
¿ya pudiste con todo Karliña? En el tiempo que te ausentaste esto se pudo al rojo vivo, fics y más fics fueron apareciendo por la sección y caps y más caps fueron alargando los fics. si esque todo es un círculo viscioso, jejejeje. Buuuuh, toqué la vena sensible? XD bueno, en realidad es lo que buscaba¿para que mentirnos? si he metido a Simon en todo esto no ha sido por nada más que por darle un toque "macabro" al asunto (no sé a vosotras, pero a mí siempre que en alguna peli se muere un viejo o un bebé se me ponen los pelos de punta. En cambio ya pueden morir gente y más gente que me dará igual XD, jejejej)
Buh! Ni que lo digas Sam! La verdad eque no se si la configuración de la página fue a mejor o a peor, pero la verdad es que poco me importa, mientras yo pueda seguir subiendolo todo con normalidad, me da igual lo que me pongan. jejejeje.
Bueno ¿quién sabe? tal vez al final Mink no consiga lo que quiere...tal vez solo es un berinche, un capricho de niña pequeña...o tal vez acaba siendo el mismo Leo el que se le lanza (jusjusjusjus)...o tal vez acaban haciendo una mega-super orgía con zombies incluidos (¡ecs! eso dejémoslo apartado...--') dejo el camino abierto a tu mente Sam! (uiiiii...que peligro...no sé yo no sé yo...a saber lo que se te pasa por esa cabezota loca XD) (¡socioloca! jejejeeje mu wueno)
Medeah sigue con sus preguntas retóricas, jejejejej ella se lo cuece ella se lo come, jusjusjus. Bueno, por una vez Leo se podía dejar llevar por algo así cómo "deseo de venganza" ¿nah? No se, al saber que Mink es completamente capaz, que Raphael también lo és, y ver a alguien con quién tiene que arreglar cuentas, pues ¿porqué no quedarse ahí y patear traseros de vez en cuándo por su cuenta que és lo que mejor sabe hacer? jejejeje. Quería que fuera él el que se diera de morros con la história de Betsy. En cierta manera es al que más le podría tocar (pues a Raphael poco le importaría, Mink alomejor se sentiría reflejada en ella, y Michelanggelo y Donatello están demasiado acupados con el niño cómo para pararse a escuchar las penas de amor de una ciega. jejejej)
además, también es leonardo el que desarrolla un tremendo asco por el destino y por todos aquellos que matan por cumplirlo des de que nacieron. así que, como en cierta manera, se trataba del caso de Betsy, pos lo coloqué ahí en medio (bueh, hacerle sufrir un rato nomás...si esque al final se me ha pegado algo de vosotras dos...el hacer repercutir en las carnes de Leonardo el peor de los sufrimientos (si si! os hablo a vosotras! a esas que ahora mismo giran la cara ysilban! A Medeah y a sam! Las expertas en martirios a la tortuga líder! jejejejejeje)
Bueno, pues aquí queda la cosa, espero no demorarme mucho más...a partir de esta semana andaré algo más tranquilita y supongo que podré actualizar más a menudo
Bueno nenas, nos estamos leyendo!
besiyussssssssssssssssssssssssssss a todasssh
YaS ;-P
