Bueeeeno, pues aki estamos de nuevo, ya me he soltado más el pelo y los exámenes no me ahogan bajo la angustiosa preocupación de estudiar noche tras noche...arghhhhh! ke asco!

Bueno nenas, pues aquí os dejo esto y nos leemos más abajo!

YaS ;-P

#16# Tomando aire

Me senté desparramándome en una de las múltiples cajas de cartón que cubrían la habitación. Una buhardilla. Una maldita buhardilla llena de polvo, oscura, con una simple luz de gasolina y con un enorme ventanal que mostraba un paisaje desoladamente desértico recubierto por una extraña cúpula oscura….¿des de cuándo estaba esa cosa ahí?…mierda…me estoy perdiendo en todo esto.

La gente se amontonó por dónde pudo, tumbándose cogiendo aire con insistencia y acurrucándose en los rincones sin dejar de tiritar a causa de todo lo ocurrido mientras Don, Michelanggelo y la chica rubia del Motel luchaban por cerrar la trampilla en condiciones de seguridad. Sou me miró de pie, en medio de la oscuridad que bañaba el lugar:

.- Tal vez deberías cerrar la puerta con una barrera de sangre…sería lo más práctico – me levanté a regañadientes resintiéndome por todo mi cuerpo y sosteniéndome en la caja. Donatello me observó confundido cuándo me vio untar con mi propia sangre el marco de la pequeña trampilla del suelo:

.- ¿eso funciona?

.- Eso parece….- volví a desparramarme en un rincón apoyando mi cabeza contra la pared, deseando que dejase de dolerme tanto y que esa maldita brecha se cerrase de una vez. La chica de la trenza no tardó en arrodillarse frente a mi y mirarme la herida de la cabeza. No me apetecía nada que me toqueteasen en esos momentos…pero se lo agradecí…des de que me había vendado la cabeza que sangraba menos…pero me seguía doliendo igual.

La miré de reojo, viendo cómo sacaba la venda ensangrentada con cuidado de no hacerme daño:

.- ¿Cómo te llamas? – resultaba una pregunta algo tardía, pero necesitaba un nombre por la cual llamarla a parte de rubia. La chica me miró fugazmente antes de volver a prestarle atención a mi herida:

.- Christa – levanté una ceja. Al lado de esos nombres tan extraños Raphael parecía una completa horterada…bueh…en realidad lo era….tal vez por eso prefería Raph….

.- ¿Trabajas aquí verdad?

.- Cómo si no lo supieras – no pude evitar sonreír recordando la noche en la que Tom y yo nos dedicamos a tirarle unos trastos ficticios riéndonos de ella en su cara.

.- ¿Dónde están los dueños?

.- No están – acabó de vendarme la herida y se alejó quedándose aún arrodillada frente a mi – tenían que venir…pero tal y como están las cosas…- noté como miraba por el ventanal fijándose en la enorme barrera que rodeaba un par de kilómetros a la redonda del Motel - …..¿crees que…?

.- sí – no le dejé acabar. Sabía a la perfección lo que iba a preguntarme y yo también sabía a la perfección lo que iba a suceder. Así que simplemente sí. Claro y conciso.

Sí. Íbamos a salir de allí con vida.

La chica me sonrió tímidamente y se levantó para desplazarse hacia el grupo de humanos que permanecía acurrucado en un rincón sin dejar de observar continuamente a mis hermanos.

Michelanggelo se me acercó y se desparramó en la misma posición que yo a mi lado. Me observó por el rabillo del ojo con una extraña tranquilidad reflejada en su rostro…vaya…debería de estar realmente cansado si no andaba por ahí pegando grititos de pánico:

.- No te ves bien.

.- Tu no te has visto nunca bien – le susurré con picardía deseado destensar un poco la situación. Me sonrió, pero su mueca desapareció en unos segundos

.- ¿qué vamos a hacer?….estoy harto de todo esto….quiero encontrar a Leo y salir de aquí…..

.- Joder…Leo….estará bien…seguro.

.- ¡aléjate!- el grito de uno de los humanos nos llamó la atención a ambos.

.- ¡Tranquilo! Sólo quiero verte esa herida.

.- ¡No me toques! – sin duda alguna Donatello había sido rechazado al intentar ofrecer ayuda a uno de los atontados supervivientes. Se apartó de él con un fugaz movimiento alejándose de mi hermano con el temor en el rostro. El otro hombre lo imitó.

Únicamente la jovencita permaneció en el mismo lugar cerca de mi hermano. Parecía no importarle en absoluto su aspecto. Donatello levantó las manos indicando indefensión para tratar de curar a los dos hombres, pero ninguno de ellos se dispuso a ser tocado por él:

.- No os haré nada…

.- ¡eres un demonio cómo el resto!

.- ¿Si¡Pues cuidado no vaya a comerte desgraciado! – exploté por el estúpido comportamiento de ambos tíos respondiendo por mi hermano y consiguiendo que los dos se callasen y permanecieran quietos observando la escena con el terror en la cara.

Mejor así.

No estaba dispuesto a soportar muchos más gritos y menos después de que les hubiéramos salvado el trasero a todos…o a los pocos que quedaban….

De pronto, unos golpes secos en la trampilla nos llamaron a todos la atención. Donatello permaneció de pie, delante desenvainando su bo con lentitud. Michelanggelo también se levantó y Sou no tardó en unirse a ellos deseando que alguno de los zombies asomase la cabeza para rebanársela de un golpe.

Todo el mundo permaneció en un silencio sepulcral:

.- …no deberían poder entrar a causa de la barrera de sangre…- susurró la chica asiática.

.- Pues ya ves tú lo bien qué funciona….- Michelanggelo tensó sus músculos y se preparó para saltar cuándo la trampilla se abrió del todo con un sonoro golpe:

.- ¡Eh eh eh¡Son de paz!

.- ¡Leo! – vaya, en aquellos momentos no supe si reír o llorar, pero me sentí inmensamente tranquilo y un gran alivio me recorrió.

Pero las cosas volvieron a su cauce cuándo, con él, entró Betsy la Ciega: la Primer Caballero.

Di un respingo y me levanté luchando contra el dolor de mi cuerpo y la miré fijamente a los ojos, intentando adivinar que es lo que iba a pretender. Leonardo me observó sin reconocerme y lamentándose por mi estado. Fue entonces cuándo ella giró su rostro hacia mi, guiada por sus múltiples instintos que había desarrollado al quedarse sin visión.

Sabía quién era, y que estaba allí. Al igual que yo sabía quién era ella y que también se encontraba allí:

.- vaya, Séptimo…no me asombro de que estés por aquí. Tenía la esperanza de que fueras uno de los caballeros más competentes…y veo que sigues demostrándolo.

.- ¡Otro caballero! – Leo dirigió sus manos a sus espaldas y empezó a desenfundar sus katannas. Fue la mano de Mickie el que lo detuvo.

.- ¡espera! – no pude evitar sonreír cínicamente al comprobar que mi propio hermano se disponía a atacarme. Me crucé de brazos deseando agrandar aún más la inmensa incógnita que nos rodeaba a ambos para poder seguir divirtiéndome con aquel momento eternamente. Mi propio hermano seguía sin reconocerme.

Lo miré largo a los ojos…creo que fue entonces cuándo la expresión de su cara cambió a un infinito asombro antes de fruncir el ceño sin comprender. Mi mirada le era similar pero no mi aspecto.

Pasando de cualquier reacción, el conocido "PUF" se dejó caer por el lugar y un espeso humo blanco materializó a Mink delante de mi. Su aspecto no había mejorado en absoluto y seguía estando igual de maltratada que entonces:

.- ¡Lo sabía! – la muy perra se lanzó risueña a los brazos de Leonardo haciendo que éste dejase sus katanas finalmente y se entregase sonrojado al abrazo repentino de la demonio - ¡sabía que estabas cerca¡te había olido des de la vasija!

.- ¿Y tu que eres desgraciada¿Un perro?

.- Vaya Raph, tu aspecto no ha mejorado en absoluto.

.- Disculpa que yo no tenga una vasija en la que meterme para curarme – me volví a cruzar de brazos intentando calmar mis nervios que Mink siempre lograba sacar a florecer. Leonardo seguía observando preso de los brazos de la diablesa empezando a comprender de qué iba la cosa - ¡te importaría devolverme a mi forma normal? …¡por favor!

Lo solté fuerte y marcado, para que esta vez me obedeciera. Con un gruñido, Mink volvió a hacer brillar su mano con desdén y, en pocos segundos y para asombro de todos, volví a ser el Raphael de siempre.

Los humanos ya no sabían dónde meterse con tanta tortuga y mis hermanos no parecían creer lo que veían aunque, a esas alturas, todo aquello les resultaba poco. Me apresuré a deshacerme de las ropas de humano que me quedaban prietas y saqué de mi mochila los sais y mi bandana….joder, de verdad que la había echado de menos…lo que hace el estar acostumbrado a tener tu rostro tapado. Mis heridas parecían escocer muchísimo menos y el mareo que me perseguía había desaparecido. En definitiva, mi cuerpo de tortuga era mucho más fuerte, pude comprobarlo entonces:

.- Lo sabía…

.- sí claro, si llegas a dudar un poco más me cortas la cabeza – Leo se acercó con cara de pocos amigos y yo lo reté mirándolo con desafío. Supe que me dedicaría alguna de sus "bonitas" frases.

Pero me equivoqué.

La faceta más vengativa de mi hermano floreció en el ambiente y me marcó un buen puñetazo en la cara.……mierda, justo lo que faltaba para acabar de adornarme el cuerpo:

.- ¡Soberbio inútil!

.- ¡ Y a ti que te pasa! – le berreé sobándome la mejilla dolorida.

.- ¡De qué sirve que te hayan enseñado el estar siempre juntos si luego haces lo que te da en gana!

.- ¿de qué estás hablando? – me agarró con fuerza mi mano derecha retorciéndome la muñeca y me plantó en la cara el tatuaje de las 7 estrellas.

.- ¡De esto! – tragué saliva. Supe al momento a lo que se refería - ¡ No nos dijiste nada! Nos mentiste, te marchaste¡Prácticamente te evaporaste de la ciudad metiendo las narices en un asunto mucho más importante de lo que te creías!

.- ¡No me grites¡ sabía perfectamente de qué iba todo esto pero el problema es que no podía huir de ello¿¡Tan difícil te parece de comprender! – destensé mis hombros enfrentándome una vez más a la eterna seriedad de Leonardo que me traspasaba una a una todas las escamas - ¿qué querías que hiciera¿meteros a todos por en medio? No podía contaros nada porqué ni siquiera yo sabía lo que ocurría…además…eres tu el primero en decirnos que aceptemos las consecuencias de nuestros actos…¿no?…me metí dónde no debía y sí, la cagué. Pues por imbécil ahora estoy aquí metido……..el problema es que no sé que coño hacéis vosotros aquí……

.- ¿a ti que te parece Raphael? – esta vez fue Don el que se me puso en contra. De verdad que a veces, si no fuera por mi aspecto, juraría que soy adoptado. Me crucé de brazos perdiendo la mirada en un punto en concreto de la pared recordando que había puesto mi confianza en él para que no dijera nada. Donatello se me colocó delante – mírame a los ojos y dime que tú no hubieras sido el primero en venir si alguno de nosotros estuviera en tu lugar – chasqueé los dientes en respuesta y me desparramé de nuevo contra la pared. Tras unos segundos de incomodo silencio, los miré de nuevo a los tres a la cara:

.- ……Maestre Splinter no os tenía que dejar venir……

.- la misma confianza que le entregaste a él nos la ha dado a nosotros – Leonardo continuó observándome algo más tranquilo sin quitarme el ojo de encima. Fue (cómo no) Mickie el que intentó calmar la situación.

.- Bueeeeeno, todo hubiera sido más bonito si hubiéramos seguido creyendo que Mink era nuestra prima – pasó su brazo por los hombros de la diablesa la cual sonrió gratamente – tal vez ahora estaríamos en casa viendo alguna película en familia o ella podría estar viciándose conmigo a la consola.

.- Ya, o metida en la cama de Leonardo – me mofé con picardía. Por extraño que me pareciera, Mink no me respondió y me giró la cara con desagrado…la muy imbécil seguía cabreada por mi cabezonería anterior y hasta que yo no me arrastrase no estaba dispuesta a darse a torcer….mierda…¿qué le habré hecho yo a la vida para qué todo le mundo se cabree conmigo de esta manera?……..pufff, a saber.

¡que diablos¿qué la jodan hombre! Hasta hace unas horas me estaba diciendo que me cuidase las espaldas en cuánto estuviera herido….


Por unos largos minutos me atreví a dejarme llevar por todas aquellas horas de sueño que me faltaban y me quedé completamente dormido con la esperanza de que cuándo despertase todo hubiera acabado….

Que nunca nada de eso hubiera ocurrido…despertarme tumbado en la hamaca del garaje mientras Don retocaba la van, Mickie furulaba por el lugar entrometiéndose en todo y Leo hablaba con April en un rincón….diablos…nunca pensé que echaría de menos todo aquello a lo que me había llegado a aborrecer…la monotonía….solo quería poder volver a vivir cómo antes. Salir con Casey a beber en cuánto anocheciera, llegar a casa y preocuparme en darle excusas a Leonardo y en escabullirme de los entrenamientos de sensei para poder darle al saco a mis anchas….

Solo quería eso…

¿No es mucho pedir verdad?

Pero supongo que en aquellos momentos mi voluntad no valía una mierda y el abrir los ojos y encontrarme de nuevo en la mugrienta buhardilla escuchando los rasguidos en la puerta de los monstruos deseosos de entrar era todo lo que me esperaba.

Me desperecé poco a poco dándome tiempo a que mis músculos respondieran por si solos…justo cómo había pensado…todo seguía igual…Micehalnggelo dormía también encima de unas cajas, Leo y Don discutían con Sou y los humanos permanecían amontonados entre ellos también somnolientos…

Alguien se arrodilló delante de mi colocándose entre mis piernas flexionadas. Al levantar vagamente la vista me encontré con Chirsta que volvía a mirarme la herida de la cabeza:

.- bueno…no deja de tener mal aspecto…pero parece que está mucho mejor – la miré curioso por todos los cuidados que me había estado dando…esa chica…no era cómo el resto…algo me decía que abarcaba mucho más de lo que parecía ser:

.- Cuánto he…?

.- ¿Dormido? Una hora, más o menos – me observó con aquellos enormes ojos verdes, no pude evitar sentirme inmensamente incómodo y desvié a mirada bruscamente:

.- ¿qué? – preguntó

.- Nada, creí que ya no volverías a acercarte – me mofé yo mismo sobre mi aspecto. Bueno¿era lógico no? Creí que todo el cuidado que había estado recibiendo por su parte se desvanecería cuándo supiera que yo no era quién aparentaba ser. Ahora me mostraba en mi verdadero ser y la chica seguía tratándome como anteriormente.

Ella me sonrió:

.- Menuda tontería. Has estado durante horas arriesgándote por nosotros…no solo por ser un demonio voy a darte la espalda - …de nuevo con lo de demonio…empezaría a creérmelo y todo – además….en cierta manera me resultas mucho más humano que algunos de los que están aquí….- lanzó una mirada desdeñosa a los dos hombres que permanecían apartados en un rincón.

Tras sonreírle de vuelta, se levantó para sentarse cerca de Donatello. Por unos instantes permanecí observándola, curioso por el extraño comportamiento que tenía….en un principio no había resultado ser nada más que una niñita quejumbrosa que temblaba sin parar. Pero ahora parecía haberse adaptado en cierta manera y, aún y tener la desesperación en el rostro, encajaba los golpes duros incluso mejor que los dos hombres más mayores que ella:

.- Vaya vaya, tienes una nueva amiguita ¿nah? – esa voz….creí que no volvería a escucharla en mucho rato…levanté mi mirada hacia arriba. Allí, en una de las vigas de madera que quedaba a pocos centímetros del techo, Mink permanecía tumbada boca abajo mirándome con una infinita seriedad.

.- ¿qué haces ahí?

.- Tsk. Creí que te habías desmayado, pero solo estabas dormido.

.- Sigues esperando la oportunidad ¿no?……puta……- me recosté aún más en la pared de manera que con solo voltear los ojos podía ver a la perfección los movimientos de la demonio…no estaba dispuesto a perderla de vista.

No me fue necesario controlarla mucho más. Al poco rato cayó en frente de mi y se sentó a mi lado, yo la seguía con la mirada vacilona esperando poder pillarla a cualquier fallo.

La observé de cerca…algo no andaba bien con su aspecto…:

.- ¿qué le ocurren a tus ojos? – el brillo amarillento característico de los ojos rasgados de la diablesa había desaparecido y, en su lugar, tomaban un aspecto marrón bastante normal. Giró la cara incómoda mirando hacia otro lado.

Arrugué la nariz en una mueca de fastidio cuándo no me contestó, de un movimiento fugaz agarré su cabeza con ambas manos por arriba y por abajo y forcejeé con ella para que me mirase a la cara.

Finalmente su cuello cedió con un sonoro "creck". Temí no haberle partido las vértebras:

.- ¡Eres un pesado¿qué pasa?

.- Tus ojos. No son del mismo color – me apartó mis manos de un empujón y se cruzó de brazos mirándome de reojo:

.- Eso me pasa cuándo he abusado mucho de mi capacidad mágica.

.- ¿eh?…..que poco aguante…..

.- ¿qué quieres? Llevo horas peleando sin detenerme a toda mecha y mi chakra está agotado.

.- ¿Tu tienes chakra?….creí que solo el ninjutsu enseñaba cómo usarlo…….

.- De cualquier forma….no podría lanzar ni un hechizo más…. – pues si Mink estaba agotada por completo lo tendríamos crudo sin su devastador ataque en cuánto nos viéramos rodeados - …gasté las últimas gotas en transformarte de nuevo en tortuga…

La miré durante lago rato mientas ella se repasaba las garras una a una sumida en algún tipo de meditación profunda. Su aspecto, sin aquellos ojos parecía más…humano…y si no fuera por los colmillos que resplandecían en cuánto abría la boca y por las numerosas heridas que le recorrían el cuerpo, podría llegar a considerarla cómo una chica normal…una chica que llevaba miles de años vagando dentro de una vasija a la espera de que alguien la liberase….algo así cómo el genio de la lámpara…solo que Mink no cumplía los deseos, traía consigo la desgracia suprema de tener que ser caballero.

La chica cazó mi mirada clavada en ella y se incomodó:

.- ¿en que estas pensando pervertido?

.- Diablos Mink…no sé quién es más pervertido, si yo, o tú que todo lo interpretas igual.

.- ¡Ja! Eso es porqué siempre me miras con obscenidad. – la chica se rió ella sola a carcajada limpia bajo mi curiosa mirada – si sólo Leonardo me mirase así algún día…..- ella sola se estremeció de pensarlo e incluso yo noté el escalofrío que le recorrió….¡joder! ….la golpeé en el hombro sacándola de su encanto:

.- ¿quién es ahora la cerda eh¿en qué pensabas? – se sobó el hombro golpeado mientras me sonreía picaronamente:

.- Que celoso.

.- Olvídame – di la conversación por terminada. Me recosté de nuevo y cerré los ojos levemente deseando poder volver a dormirme. Pero justo y cuándo me sentía cayendo en un enorme agujero que me conducía de nuevo a un plácido sueño, una extraña presencia me tiraba el aliento a la cara:

.- ¿Estás muerto ya?

.- ¡me cago en tu puta madre joder! – la empujé con fuerza hacia delante respondiendo con violencia por el susto que me había dado y la tiré de culo al suelo derritiéndose en carcajadas maliciosas.

Me di media vuelta sobre mi mismo dándole la espalda y me recosté cara a la pared de nuevo deseando perderla de vista por un tiempo…no había quién la entendiera…hasta hacía una hora me reprochaba por la cara el haberla tratado mal. Y ahora no hacía nada más que tocarme los huevos una y otra vez con la simple excusa de que quería matarme para irse de ahí…..

Sólo que…a veces me estremecía en tan solo pensar que no podría ser excusa del todo……diablos…..me parece que por primera vez en todo ese tiempo consideré que , si era Mink la que me mataba, iba a sentarme realmente mal…de alguna manera, me sentiría traicionado..

Pero ya se dice que, quién avisa no es traidor……


Donatello se mostraba nervioso pero poco a poco perdía el espacio en el que moverse. No lograría dormir, no en aquél estado. Envidió a sus hermanos por unos instantes al verlos completamente adormilados en los rincones.

Tras repasar por quinta vez el comunicador toqueteando uno a uno todos sus botones y todas sus opciones, desistió con un soplido y lo guardó de nuevo en su bolsa a la vez que la tiraba encima de una de las cajas. Se sentó al lado de Leonardo que limpiaba sus espadas con serenidad haciendo uso de un trapo viejo. Por unos instantes permaneció embobado viendo cómo frotaba con sumo cuidado el filo de la katana intentando despegar toda esa sangre seca:

.- ¿ahora que? – Leo levantó débilmente la mirada para luego volver a devolverla a su faena - ¿qué vamos a hacer? Esto es un maldito pasillo sin salida…nuestra única opción por ahora es seguir adelante……- Don lanzó una insegura observación a Raphael que permanecía de espaldas contra la pared profundamente dormido con Mink sentada a su lado jugueteando con los extremos de su bandana -….tengo miedo….por él.

.- Las cosas pueden ponerse feas…..

.- Más aún….- la voz de Betsy sonó des de un rincón no muy alejado. Sentada, con los ojos cerrados, mecía inquieta su vasija entre sus manos. Leonado se acercó a ella.

.- ¿y tu qué¿vas a lanzarte a la muerte cuándo menos me lo espere?

.-No me lanzaré, solo me dejaré caer….ya no quiero nada de todo esto…

.- ¡Hum¡Menuda Caballero! – Sou ocupó el antiguo lugar de Leonado con los brazos cruzados bajo la atenta mirada de Donatello que seguía inmensamente preocupado – me extraña que sigas con vida después de haberte rendido de ésta manera…

.- Tu no entiendes nada Yoshizuma. Me hubiera gustado verte peleando a manos desnudas sin tener a la diablesa en tu regazo. Haber quién era la que caía antes….

.- ¡Jus! Qué razón tienes!

.- ¡No te metas Mink! – Sou lanzó una mirada furtiva a la ciega que expresaba una serenidad absoluta – de todos modos…me da exactamente igual lo que quieras hacer. Si decides abandonar, tendré el camino más limpio en cuánto mate a Raphael y ocupe su lugar como Caballero…y, si por otro lado decides seguir adelante, seré yo la que te mate después de todo.

.- ¿No te has parado a pensar que tal vez sea Raph el que te mate a ti? – Sou no contestó, únicamente le giró la cara a la desdeñosa mirada de Donatello que la traspasaba. Al cabo de unos segundos se levantó del lugar y se desplazó hacia la otra punta.

.- No tengo nada en contra vuestra, pero vuestro hermano metió las narices dónde no debía y me robó toda mi vida……año tras año entrenándome sin descanso y soportando y aprendiendo a controlar a esta perra, para que luego llegue un arrogante descerebrado y me lo arrebate todo – Sou clavó fríamente la mirada en ambas tortugas – lo siento. Pero ningún Yoshizuma lo permitiría….y yo no voy a ser menos por ser la primera mujer de la dinastía.

De nuevo, Donatello suspiró y envió una mirada suplicante a Leonardo, que permaneció de pie impasible tragando una a una todas las palabras de la mujer asiática. Leonardo se percató de la súplica de Don:

.- Pues tendrás que matarnos también a nosotros. Comprende tú que no dejaremos que maten a Raphael así cómo así….y tu no vas a ser menos por ser mujer. – Donatello esbozó una sonrisa. De alguna manera la seguridad que aparentaba su hermano en el hecho de conseguir que Raphael saliera victorioso de todo aquello se le apegaba y, aunque solo fuera un poco, se aliviaba de pensar que albergaban una pequeña posibilidad en todo aquél embrollo:

.- Te contradices, Leonardo – la tortuga balanceó su mirada hacia La ciega – te empeñas en salvarme y en decirme que siga adelante…¿acaso quieres ver morir a tu hermano?…¿o vas a matarme tú por ser yo también un punto negro en el camino hacia la victoria de Raphael?

.- Abandonar, es distinto de morir. No te he pedido que renuncies a caballero…te he pedido que no renuncies a tu vida.

.- Puedes seguir adelante perfectamente…únicamente decidiendo no morir – Betsy agachó la mirada tras enviarle una ojeada a Don que apoyó a Leo en su explicación.

De un movimiento repentino, la Ciega se levantó su mano y, usando una de sus largas uñas, se perforó un costado de la mano en el que luego presionó haciendo que la sangre brotase levemente. Aprovechó las escasas gotas para meterlas dentro de a vasija, luego, se levantó del suelo y, cómo si supiera exactamente dónde debía dirigirse, se acercó al rincón en el que Raph permanecía tumbado intentando cerrar ojo mientras Mink no dejaba de fastidiarle al canturrear una canción.

Permaneció allí. De pie e inmóvil, con la vasija entre las manos.

Mink levantó la mirada sin comprender con curiosidad:

.- Séptimo… - tras unos largos segundos, la tortuga volteó levemente su rostro observando a Betsy de reojo con desgana.

La ciega se arrodilló y, agachando la cabeza, le entregó su vasija. Ante tal situación, Raphael acabó de incorporarse quedándose sentado y atónito en el suelo. La vasija de Betsy quedaba a escasos centímetros de sus narices soportada por ambas manos de la chica:

.- Toma mi sangre – arqueando una ceja, Raph apartó las manos de la chica:

.- ¿no sigues? – Betsy sacudió la cabeza antes de dejarle la vasija en la falda y levantarse.

.- Estoy cansada….ya he perdido demasiado en todo esto…y no sólo mi visión – incrédulo, la tortuga continuó observándola cómo se desvanecía entre las sombras de uno de los rincones de la buhardilla. Fue Mink la que se abalanzó encima de la vasija y la sacudió cerca de su oído para comprobar que en cierta manera estuviera llena. Abrió su tapón y olfateó levemente su contenido:

.- ¡Uoooh¡Aquí tenemos la sangre de dos caballeros Rapha! – Raphael arrebató la vasija de las manos de la diablesa:

.- ¡tenemos!

.- Estúpido…..- la tortuga volcó el contenido de una vasija en la suya antes de permanecer unos largos segundos pensando acerca de con quién podía haberse enfrentado Betsy y qué era lo que le había hecho rendirse.

Donatello se acercó a ambos y se arrodilló observando con curiosidad la vasija vacía de la chica:

.- Cuidado…no la cojas por el relieve….- advirtió Mink ante la curiosa mirada de la tortuga. Don obedeció pero no desistió de agarrar el recipiente:

.- ¿Quién queda?

.- ¿Quién queda de qué?

.- de caballeros, Raphael…¿a quienes habéis matado?- Leonardo se acercó terminando de limpiar sus katanas para devolverlas a su sitio en las fundas. Raphael se incorporó poniéndose de pie mientas estiraba sus músculos con una mueca de dolor en la cara:

.- No sé…perdí la cuenta…

.- vaya, un asesino en serie ¿no? – Leo fusiló cínicamente con la mirada a su hermano.

.- No te pases…tu hubieras hecho lo mismo si estuvieras metido en este embrollo….hace tiempo que las cuestiones morales dejaron de importarme…- Leonardo entornó los ojos frente a esa respuesta y se dejó deslizar por la pared para quedar sentado en dónde Raphael lo había estado antes. Mink se arrastró hasta su lado risueña – haber….si no ando equivocado…debería de tener la sangre de …..de todos – dijo finalmente abriéndose de brazos – de todos los caballeros menos la mía y la de Jesuis.

.- Y no porque los hayas vencido a todos…- Sou seguía observándole des de la penumbra sentada en una de las cajas - …la mitad te la han dado…¿qué digo? Más de la mitad – Raphael le gruñó antes de acercarse amenazadoramente:

.- Tú ya me estás cansando ¿es que no piensas irte a casa en ningún momento! …¡oder¡muérete ya! – la tortuga clavó ambos puños en la madera de la caja a lado y a lado de dónde se encontraba sentada Sou mientras acercaba su cara amenazante a la de la chica.

Ésta le dedicó una tenue sonrisa más maquiavélica que simpática:

.- Lo dices cómo si no supieras a qué estoy esperando…es más…."muérete ya" es mi frase…- Raph levantó un puño tembloroso a punto de reventarlo en el rostro de la chica asiática, pero no lo hizo…no por no tener ganas…tal vez porque se le antojaba tan delicada cómo pícara. La chica se rió con una carcajada seca – la boca del infierno se está abriendo. Y a la muerte de cada caballero se irá abriendo más…reza por permanecer muerto en cuánto esté lo suficientemente abierta cómo para qué algo del otro lado pueda pasar a este….

.- Que venga. Si tengo que morir no va a ser en vuestras manos….desgraciadas…

.- ¡Eh¿y a mi porqué me metes ahora?

.- ¿a ti que te parece maldita demonio? Des de que te vi por primera vez no has dejado de traerme problemas…¡mierda!…¡cómo desearía veros muertos a todos! – bajo la atónita mirada de Don y Leonardo que comprendían que de una vez por todas Raph había perdido los nervios, Mink le lanzó un gruñido antes de darle la espalda y desaparecer en una de las vigas del techo mientras Sou continuaba sonriéndole maliciosamente.

Raphael se retiró a un rincón algo más alejado en el que se dejó caer al lado del adormilado Michelanggelo hundiendo su rostro entre sus manos para luego, de un movimiento de rabia, lanzar la vasija llena a un lado deseando poder perderla de vista….por unos instantes permaneció maldiciendo a todo lo que se movía, queriendo que todo desapareciera y que volviera a la normalidad. Queriendo salir de allí, desaparecer en todo ese meollo…olvidarlo todo…

Sumergido en su terror, dio un respingo cuándo alguien posó su mano en su hombro. Al levantar la mirada se encontró con los ojos de Donatello que únicamente le sonreía. Sin decir ni una palabra se acomodó a su lado para luego ser imitado por Leonardo que se sentó en el otro con un suspiro.

Nadie dijo nada y Raphael lo agradeció.

Por unos instantes todo pareció calmarse y la conocida soledad que le había estado persiguiendo des de que supo que la gran mayoría de la gente de su alrededor deseaba su muerte, se esfumó poco a poco dando paso a una relativa tranquilidad….de alguna manera, verse de nuevo rodeado por sus hermanos le otorgaba confianza sobre sí mismo….y sobre el hecho de seguir actuando cómo un caballero.


.- Sigues ahí…- Mink se incorporó des de lo alto de la viga y perdió su mirada en el techo:

.- eres tú el que tal vez no deberías seguir estando aquí.

.- No pienso marcharme sin tener tu cabeza en mis fauces….Mink, después de tanto puede que haya llegado la hora – la diablesa agachó la cabeza y se acurrucó de forma fetal encima de la viga de madera para esconder su rostro entre sus manos mientras la taladrante risa de Zardath se le clavaba en el cerebro y en el fondo del corazón.

La pequeña espina que se había amoldado a la piel con el paso del tiempo parecía que volvía a hundirse más adentro de la carne en aquellos instantes.


oye pues si, vi a Leonardo acurrucado en una esquina hecho una bola con el edredón. Ná, me dijo que no abriera la luz que si no le verías. Diría que se estaba escondiendo de algo...no sé, me pareció escucharlo musitar tu nombre...Sam...Sam...sam...XD a lo niña del exorcista!

Jusjusjusjus anda que pobre tortuga, a este paso le vas a dar de comer las gambitas esas pequeñas que te vienen cómo si fueran polvos...(puej! por dios! ke mal huele eso!) o sea, comida de tortuga vaya. jejejeje. Bueeeeno, po zi po zi, Simon ya cayó, en realidad era inevitable...¿no irías a creer que un crío de apenas unos meses iba a cargarse a todo dios y acabar siendo él el rey del inframundo nah? jejeje, aunque kien sabe, tal vez hubieran podido matarse todos entre ellos al estilo Hammlet y que fuese Simon el único que furulase por ahí aún con vida...pero ya se ve que no...( aummmmmmmmm...un minuto de silencio porSimon...¡ya ombre ya! Ke me cuesta estar callada!jejejeje y anda! dile a kien se lo tengas que decir que no te roben el ordenador! ke luego te lo lees todo de revolón jejejeje si eske...haré una recolecta en fanfiction para comprarte un ordena nuevo...(bueh, si por ahí valen los euros yo te pongo un par...jejejejejeje)

Bueeeno, pos de momento no, de momento la disparatada idea de que Leo pueda ser un caballero no se ha cruzado por mi mente...eejeje (seguro que es lo que más os gustaría, retorcidas! Verlo sufriendo peleando contra Raphael dejándose matar para no tener que herir a su hemano! malas! que sois unas malas! --tranqui Leo que yo te doy cobijo que cómo vuelvan a cogerte éstas nosé yo dónde puedes acabar...huye huye!-- jusjusjuspues Betsy ahí ya se rindió y parece que leo no está dispuesto a dejar que se mate (le importa un pimiento que siga siendo caballero o no, pero no ke vaya a perder la vida...aix...ke kosas...)

bueno pos nada chikillas, ahí intentaré actualizar más rapido ahora, que cómo ya me desquitado de mis preocupaciones ya vulevo a las andadas d nuevo por las calles con la calimochada, jujujuuju(calimocho vino tinto + coca cola, jeje, el refresco de la juventud, ya se sabe...) Pues nada, nos estamos leyendo y besos des de akí! Muakis muakis!

YaS ;-P