Gracias Lothluin por la review! Fuiste la luz al final del tunel! Jaja ya
corregi el error en el capitulo 2 (sorry recien me compre el libro 3) m
gustaria q m dieras los titulos de tus fics para poder leerlos...
NOTA: PARA QUIENES NO LEYERON LOS LIBROS Aragorn es llamado Elessar y tambien Estel ( cuando era joven, significa "esperanza") quizas use estos nombres en prox capis.. trate de xplicar al maximo cada detalle pero si no entienden mandenme reviews ;)
NOTA: PARA LOS QUE LEYERON LOS LIBROS Se que cambié algunas cosillas y q definitivamente la narracion es distinta al impecable estilo del gran Tolkien, pero sólo estoy tomando la increíble historia de Tolkien y haciendo una adaptación propia (de eso trata esto de los fics no? ) jamás intentaría hacer una secuela del libro y tampoco copiar la forma narrativa, creo q todavía no conozco a nadie a la altura de hacer tal cosa.
No los aburro mas y a continuacion el capi 3!! Disfruten y no olviden mandar sus reviews!!! ( vamos solo quiero algunas lineas , les prometo q no les tomara mucho tiempo, solo para saber si les gusta la historia o no, todas criticas constructivas son muy bien recibidas, uds son los mejores jueces!!!) q ERU LOS GUARDE!!
CAPITULO III
Legolas se despertó muy temprano, se levantó se puso sus ropas rutinarias y se dirigió al cuarto de baño que estaba dentro de su cuarto. Tomó una bandeja de plata y vertió agua en ella. Se aseó el rostro y después se inspeccionó el brazo. Desató con dulzura el pañuelo que Arialdnir le había puesto en el brazo y observó que en ves de la herida que se había hecho ayer, había una imperceptible cicatriz. Lavó cuidadosamente el pañuelo y se acercó al balcón donde tendió el pañuelo en la baranda. "Es realmente una hermosa mañana " pensó mientras tomaba un gran sorbo de aire. Los rayos del sol empezaban a salir pero aún así el viento soplaba muy fuerte. Legolas se recostó un rato sobre la cómoda cama y empezó a recordar lo que había pasado el día anterior. Le parecía como si todo hubiera sido producto de su imaginación pero sabía que no lo era, en verdad había pasado. Había pasado la tarde con La Dama Blanca, Arialdnir, como ella le había pedido que la llamara. Conversaron sobre todo, sobre la preparación de ella junto con Galadriel e incluso le dijo que era verdad que había recibido instrucciones de Mithrandir, de hecho, él había sido encargado de su cuidado cuando ella era sólo una pequeña, mucho antes de la guerra del anillo.
Es un mago asombroso, en realidad - dijo Arialdnir - su presencia y su poder son tan fuertes, que inspiran gran respeto; es una gran persona con un aire de nobleza, muchas personas se sienten increíblemente intimidadas ante semejante ser.... pero yo pasé mucho tiempo de mi infancia y de mi juventud a su lado que a veces sólo lo veo como un anciano renegón y muy terco!! - dijo entre risas.
Legolas comprendió lo que ella quería decir, en cierta forma. Recordaba como Gandalf había regañado muchas veces a Pippin o a Merry (merecidamente, por supuesto), a los ojos de un extraño, el gran mago sólo hubiera parecido un amargado guardián al cuidado de insensatos niños en esos instantes. Aunque Legolas comprendió también la increíble confianza que Arialdnir debía tener con el mago para referirse de esa manera....
Legolas salió bruscamente de sus recuerdos y se levantó de la cama. Se dirigió al balcón y comprobó que el pañuelo se encontraba totalmente seco, lo dobló y lo metió en uno de sus bolsillos y salió del cuarto.
Saludó a unos cuantos amigos y se dirigió a los jardines. Los toldos ya habían sido retirados y pudo ver que esta noche habría una gran recepción en el gran salón, en la parte central del palacio. Pudo observar como otra vez, innumerables elfos corrían de un lado a otro llevando infinidad de adornos. Pudo observar a Elrond en uno de los pasillos, dando indicaciones a un grupo de elfos que llevaban unos pequeños maceteros con hermosas flores violetas.
Elrond vió a Legolas y lo llamó.
Ah! Pero si es el joven Legolas!!! - dijo con una sonrisa algo extraña - espero que haya disfrutado el almuerzo de ayer - agregó dirigiendo una mirada inquisitiva al elfo.
Elrond no era un tonto y, aunque es esos días se encontraba extremadamente atareado, aún se daba cuenta de lo que sucedía. Notó las miradas furtivas que Arialdnir y Legolas se dirigían y también se las había arreglado para ver al elfo que acompañó a su hija a su dormitorio la noche anterior, y no podía estar más complacido. Sabía que Legolas era un gran elfo y no esperaba a nadie mejor para acompañar a su hija, además sabía que contaría con la aprobación de todos sus hermanos....
Legolas se sintió extrañamente incómodo. Se dio cuenta que Elrond ya no le decía "rey" (lo que le causó gran alivio, ya se estaba acostumbrando a que los demás lo llamaran así; después de todo era rey, pero tener que soportar que sus amigos y, peor aún, alguien del status de Elrond le dijera "rey" era terrible y, además, sentía que si decía tan sólo una vez más a alguien que lo llame sólo por su nombre se vería obligado a renunciar al trono y llevar un cartel que diga "ya no soy rey, por favor llámenme Legolas") pero lo que incomodó al elfo fue la manera en que lo miraba.... era como si supiera algo...
Bu..bu...buenos días, gran señor - titubeó Legolas. ¿Acaso Elrond sabría que él había pasado la tarde con Arialdnir? Pensó.
Espero que mi hija no le haya causado muchos problemas ayer -
Este comentario respondió inmediatamente la pregunta de Legolas.
Yo, yo.... - murmuró un pasmado y pálido Legolas
Bueno, si me disculpa debo ir a ver los asuntos del baile de esta noche - le respondió Elrond con un rostro muy serio.
Legolas sintió que se desmayaría, si hubiera podido (se encontraba totalmente petrificado) hubiera salido corriendo en ese preciso instante.
ah! Por cierto....mi hija se encuentra en los jardines de atrás, ¿podría ver si es que necesita algo? - giró el rostro hacia Legolas, tenía una sonrisa y una expresión sumamente divertida.
Legolas sintió que la sangre volvía a fluir y que sus mejillas lentamente iban recuperando el color.
A sus órdenes , señor - respondió sonriendo Legolas, definitivamente mas relajado y también muy divertido.
Elrond volvió hacia los elfos que lo esperaban y les indicó que lo siguieran al interior del salón.
Legolas se dirigió a los jardines de atrás. Eran como los jardines principales, pero el bosque que los rodeaba era algo más pequeño. Allí en el centro, al costado de una hermosa estatua de Elbereth, se encontraba Arialdnir. Estaba sentada en una de las bancas principales y llevaba al pequeño Eldarion en su regazo. El niño jugaba con el dije de la gargantilla de Arialdnir, al ver a Legolas, el pequeño miró a la joven dama y, riendo muy divertido, saltó al encuentro de Legolas. El elfo tomó al pequeño en sus brazos y lo alzó encima de su cabeza. Arwen tenía razón, el pequeño sería un gran guerrero.
Arialdnir observaba la escena con un rostro muy dulce, le encantaba ver ese lado tan paternal de Legolas. Legolas puso al pequeño de nuevo en el suelo, y el niño corrió hacia el palacio (siempre riendo) y seguido de tres elfas (las niñeras que Legolas había visto en el almuerzo, habían estado esperando junto al portal, atentas a cualquier movimiento del pequeño príncipe), una vez desaparecidos ya, Legolas se acercó a la Dama, quien lo esperaba parada al costado de la banca. Ella llevaba un vestido celeste pálido y los hermosos cabellos sueltos cayendo en sus hombros. Se veía muy hermosa.
Aiya, Arialdnir-
Aiya, Legolas -
Su padre me encomendó preguntarle si se encontraba bien...necesita algo? -
No gracias, estoy muy bien - respondió Arialdnir, un poco extrañada por el comentario de Legolas.... acaso él había hablado con Elrond?
Legolas se quedó ahí parado, contemplándola. Arialdnir también hizo lo suyo, por supuesto. Legolas llevaba un traje verde (el verde le caía realmente muy bien) (de hecho, cualquier color le caía muy bien) sus cabellos color oro , aún un poco húmedos, eran iluminados por el sol saliente y le daban un brillo especial, aunque, Arialdnir presentía que no sólo era el cabello lo que lo hacía brillar de esa manera..... ella había conocido a elfos muy brillantes, pero ninguno con ese color.... era tan especial.... la sola presencia del elfo emanaba bondad y dulzura pero al mismo tiempo una increíble fortaleza... muy pocas veces ella se sentía tan segura como se sentía con él, sentía que llevaba una eternidad con él y sin embargo, tan sólo había pasado un día.
Es cierto! - exclamó Legolas rompiendo el silencio.
Ah? - exclamó Arialdnir, como saliendo de un trance.
Legolas, sacando algo de su bolsillo, se acercó a Arialdnir.
Muchas gracias - le dijo tendiéndole el pañuelo blanco doblado.
Arialdnir recibió el pañuelo, se había olvidado por completo lo que había pasado el día anterior.
Es verdad! Que tonta soy, lo olvidé, ¿manen natye? - **¿como estas?** dijo Arialdnir, acercandose al hombro de Legolas.
Me encuentro muy bien... sus cuidados me restablecieron completamente... pero .... quisiera pedirle un favor..... - estas últimas palabras lo dijo poniendose serio.
Arialdnir volteó el rostro hacia Legolas y él la miró directamente a los ojos.
Si? - dijo, algo confundida.
Le pediría, por favor, que no se refiera a usted como tonta, y menos por mi culpa.... - se acercó un poco más - no me gustaría que piense eso de usted cuando perfectamente sabe que no lo es....
Arialdnir sentía como la sangre subía a sus mejillas, percatándose lo cerca que sus rostros se encontraban.
Sólo fue una expresión, es que aveces soy descuidada todos me lo dicen, verás yo..... -
Legolas se volvió un poco más serio.
Todos? Yo mismo traspasaría con una flecha a cualquiera que le falte el respeto de esa manera!! - el rostro de Legolas mostró una sonrisa muy juguetona - si no le parece muy atrevido de mi parte, yo no permitiría nunca que nadie la tratara de esa forma, no a una Dama tan hermosa como usted...
Arialdnir sentía que le daría un ataque. Tenía al más hermoso de los elfos a escasos centímetros de ella diciéndole lo hermosa que era y como defendería su honor sin importar que!! .... sabía que la más roja de las rosas se vería totalmente blanca al costado de su cara... estaba tan avergonzada y.... feliz?
Vamos! No exageres! Además otra vez me estás tratando de usted...- dijo volteando la cara y regresando rápidamente al lugar donde estaba.
Es verdad, lo siento Arialdnir - Legolas se había dado cuenta del enrojecimiento de la princesa, y se encontraba realmente divertido con la situación.
Pero... es verdad que te defendería sin importar nada... - dijo pícaramente, provocando un nuevo enrojecimiento en Arialdnir quien apenas había logrado volver a la normalidad.
Ggrracias...- dijo torpemente Arialdnir - Te importaría acompañarme a dar un paseo por el bosque?- dijo, tratando de romper un poco la tensión.
Me encantaría - dijo Legolas, tendiéndole el brazo a Arialdnir.
Para alivio de Arialdnir, todo continuó normal después de eso. Habían paseado por el bosque y conversaban amenamente como ayer.
Así que viviste un tiempo con Mithrandir? - preguntó Legolas.
Pues sí, verás, cuando era chica durante un tiempo Gandalf fue encargado de mi cuidado...me enseñó muchas cosas pero tengo que admitir que yo fui la culpable de que muchos de sus cabellos se volvieran blancos!! - dijo con una gran sonrisa - siempre fui muy traviesa de niña y me encantaba escabullirme a caminar por los bosques, el pobre Olórin me buscaba y siempre que me encontraba me regañaba "Nunca llegaras a ser una reina, pequeña ", corría y gritaba por todos lados, aunque yo sabía que siempre se alegraba de verme bien, y eso hacía que la rabia se le pasara muy pronto....-
Olórin? - preguntó Legolas
Si! Verás Olórin fue el nombre de Gandalf en su juventud. El me lo dijo una vez y me gustó el nombre así que prefiero llamarlo así... creo que soy la única en Tierra media que aun se refiere a él de esa manera!!
Arialdnir se quedó un momento pensando, recordando..
Después de haberme regañado - dijo - se acercaba a mí al ver que me encontraba triste y lloraba; pasaba sus manos por mis cabellos y sonriendo decía que debía que tener cuidado, que todo estaba bien, pero debía ser cuidadosa... "el mundo está lleno de tantos peligros, pequeña Clemmírë" - la tristeza inundaba los ojos de Arialdnir - pequeña Clemmírë... siempre me llamó así....aún después de todo.... -
Legolas sabía que "Clemmírë" significaba "joya de la estrella" un nombre muy apropiado para ella, pensó.
Veo que lo querías mucho... - dijo Legolas.
Fue como un abuelo para mí , como un segundo padre... bueno, tercero supongo... - dijo Arialdnir con una sonrisa algo melancólica.
Es cierto... disculpa que te pregunte esto - dijo Legolas poniendo su blanca mano sobre el hombro de Arialdnir quedando frente a frente con ella - pero ¿sabes quién fue tu verdadero padre? Sé que fue un gran rey humano de antaño, de la dinastía de Dunédain pero...disculpa - dijo Legolas al notar que Arialdnir se encontraba entre seria y un poco transtornada - pregunté demasiado, siéntete totalmente libre de no responder... es sólo que....
No te preocupes - respondió ella - es sólo que supuse que tú lo sabías pero olvidé que has pasado cierto tiempo alejado, quizás Ada no te contó lo que debía contarte.... o quizás no creyó que fuera el indicado... - dijo ella algo pensativa...
Verás Legolas....-
Arialdnir se vió interrumpida por el sonido de unos caballos a lo lejos. Legolas la miró y ambos corrieron en dirección de la puerta principal. Vieron a cinco caballos, cuatro de ellos, marrones y sin duda del reino de Gondor, tenían a unos elegantes caballeros en ellos (humanos,definitivamente) y el último (de color blanco, mucho mas imponente y mas decorado que los otros) se encontraba al costado de un caballero, un rey sin duda. Legolas sabía de quien se trataba.
Ada! Ada! - **padre, padre**
Eldarion se acercó corriendo en dirección a Aragorn. Arwen se separó de los brazos de su esposo (ella había corrido a abrazarlo apenas lo vio) para dar paso al pequeño príncipe. Aragorn tomó a Eldarion y lo levantó sobre su cabeza. El pequeño, visiblemente feliz, rodeó el cuello de su padre.
Pequeñuelo, espero que no hayas causado problemas a tu madre en mi ausencia, ¿no? -
El niño mostró una sonrisa de culpabilidad, Aragorn sonrió también. Delicadamente bajó a su hijo de nuevo al suelo, y al instante, el pequeño corrió a los brazos de su madre. Aragorn volteó su cabeza por todos lados, como buscando a alguien.
Legolas se había quedado ahí parado, observando a su viejo amigo. Los años no habían pasado en vano, claro; pero, salvo a unas cuantas arrugas, el rey Elessar estaba casi igual que la última vez que lo vio. Seguía conservando la misma mirada de aquel montaraz errante y, al mismo tiempo, también encerraba al rey Aragorn hijo del rey Arathorn, descendiente de Isildur. Legolas notó que Aragorn se fijaba directamente en la dirección en que él y Arialdnir se encontraban, en ese momento Legolas miró a Arialdnir. La hermosa elfa miraba al rey con una gran alegría, de pronto, como no pudiendo reprimir un impulso, corrió en dirección a Aragorn quien a su vez también corrió hacia ella con los brazos extendidos. Ambos se abrazaron dejando muy confundido a Legolas. Suponía que Aragorn debía conocer a Arialdnir, después de todo, era la hermana de Arwen, pero aún así hasta hace poco la dama estaba en Lórien, además, la existencia y el paradero de la dama fue un secreto que se reveló mucho después de la destrucción del anillo así que no debía de haber pasado mucho tiempo con ella ya que, aunque Arwen visitara a Arialdnir, Aragorn debía permanecer en Gondor.... ¿o acaso había alguna razón para que Aragorn supiera de Arialdnir mucho antes de esto? ¿habría algún motivo para que viajara a Lorién dejando su reino sólo para visitar a la dama? La escena de ambos abrazados provocaba en Legolas algo más que curiosidad. Le provocaba un sentimiento raro en el estómago. Arwen estaba realmente feliz al contemplar el encuentro de Aragorn y Arialdnir, pero Legolas.....acaso sentía ¿celos?....
Al fin, Aragorn se separó de Arialdnir.
Ela! - ** contemplad!** dijo Aragorn.
En ese momento, los caballeros (quienes apenas vieron a su reina Arwen bajaron de los caballos rindiéndole sus reverencias), caminaron hacia la Dama e inclinándose en una de sus rodillas, desenvainaron espadas en respeto a la Dama, como sólo hacían en ocasiones muy especiales.
Elen! - **estrella!** exclamó uno de ellos mirando completamente maravillado a Arialdnir.
La dama se acercó a los caballeros saludándoles con un ligero de cabeza.
Pero donde está Legolas? - exclamó Aragorn mirando alrededor.
Legolas se acercó a Aragorn (después de todo los elfos pueden pasar desapercibidos si así lo desean).
Rey Elessar! - exclamó Legolas.
Oh mi buen elfo! Amigo Legolas bien sabes que siempre seré Aragorn para cualquier miembro de la compañía, a menos que sea un hobbit, claro, entonces solo responderé al nombre de Trancos!! ¿O es q acaso deseas que te llame Rey del Bosque Negro? -
Por Elbereth! Eru no lo permita! - exclamó divertido Legolas.
Los dos amigos se abrazaron y Legolas olvidó inmediatamente todo sentimiento de recelo que alguna vez había tenido a su amigo.
Arialdnir sonreía y entonces se percató que los caballeros aún seguían en cuclillas con las espadas en alto.
Levántense, queridos caballeros, agradezco sus respetos, mas aún les pido que los guarden para su reina dado que yo aún no los merezco -
Su belleza la hace totalmente merecedora de todos nuestros honores y muchos más- respondió el mismo caballero que había hablado antes.
Aragorn y Legolas dirigieron una severa mirada al joven. Arialdnir en cambio respondió con una sonrisa cortés tratando de disimular lo tremendamente incómoda que se sentía por el comentario. Por un momento el ambiente se volvió algo tenso.
Bueno, creo que ambos reyes tienen mucho de que conversar - dijo Arwen, rompiendo el silencio con una sonrisa en los labios.
Es cierto - dijo Elrond, quien se acercaba a la escena - pero me temo que tendrá que esperar hasta después del almuerzo. Muchos invitados los esperan.
Aragorn se acercó a Elrond quien puso una mano en su hombro, en señal de saludo. En seguida, todos se dirigieron a los jardines a almorzar. Legolas acompañaba a Arialdnir quien se veía realmente feliz, detrás de Aragorn, Arwen y Eldarion y seguidos por los caballeros.
La distribución de las mesas en los jardines era parecida al día anterior aunque el decorado era diferente. Todas las mesas llevaban colores verdes y la mesa principal tenía en el medio una estatuilla de un hombre sosteniendo una espada, tallada en piedra élfica. Los invitados eran la mayor parte de los del día anterior (por supuesto Glorfindel tambien estaba allí acompañando por los hijos de Elrond). Cuando llegaron (sólo ellos faltaban) recibieron al Rey Elessar con los respectivos saludos y respetos y, después de unas palabras de Aragorn, todos procedieron a comer.
Legolas se sentó al costado de Arialdnir y conversó con ella durante todo el almuerzo, Legolas no podía estar más feliz. Después del almuerzo se retiraron a los salones.
Aiya, hermosa Dama Blanca -
Legolas! Amigo! -
Glorfindel se acercó a Legolas y Arialdnir, quien le devolvio el saludo.
- Será mejor que los deje para que conversen tranquilos, espero verlos en la recepción - dijo Arialdnir.
Arialdnir se despidió de Legolas, dejando a los dos amigos. Legolas no podía sentirse más miserable en ese momento.
Glorfindel contó a Legolas que había conocido a una hermosa dama elfa. Glorfindel le contó que era la joven Enria proveniente de las tierras de Lórien, uno de las acompañantes de la Dama Blanca durante su viaje. Legolas trató de escuchar y disimular su malhumor con su amigo, aunque este no tardó en darse cuenta.
Veo que caí en descuido al separarte de la Dama..... parece que toda tu alegría se fue con ella - le dijo Glorfindel, divertido.
Vamos, Glorfindel! - dijo Legolas riendo.
En ese momento un joven elfo se acercó a ellos.
- Disculpe, Rey Legolas, el Rey Elessar y el Señor Elrond requieren su presencia en el salón oeste -
Rey Legolas, ya escuchó, su presencia es necesaria! - dijo Glorfindel quien estaba empecinado en molestar a su amigo.
Veo que tu alegría, en cambio, no se va .... habrá algún motivo? - dijo Legolas mientras veía que la joven Enria se acercaba.
Legolas se retiró riéndose viendo como la cara de su amigo enrojecía.
Legolas fue conducido por el joven elfo al salón oeste. El joven lo dejó en la puerta y se retiró. Legolas estaba a punto de entrar cuando las puertas se abrieron.
¡¿Por qué no comprenden?! - dijo Arialdnir visiblemente enfadada y dirigiéndose a la puerta - Sólo lograran atraer más peligros a Imladris!
Dicho esto Arialdnir salió del salón.
Legolas? - dijo Arialdnir - hmm lo siento, debo irme - le dijo mientras se retiraba rápidamente hacia los salones principales. Arwen salió también del salón siguiendo a su hermana
Legolas entró sumamente confundido al salón. Era el mismo salón en que Legolas había hablado con Elrond cuando llegó a Rivendel. Aragorn estaba sentado en una banca en el lado opuesto y Elrond estaba de pie mirando a la chimenea.
Legolas estaba más confundido que nunca. ¿Por qué Arialdnir estaba tan enojada? Además sabía que ella no loe habría hablado nunca así a Aragorn a menos que le tuviera una gran confianza.
Ah! Bueno.... - dijo Aragorn poniéndose en pie - Creo que no hace falta rodeos, será mejor que hablemos de una vez, temo, amigo mío, que debemos confirmar ciertos nefastos rumores... - dijo dririgiéndose a Legolas.
Legolas se sentó en la banca frente a Aragorn. ¿rumores? Es cierto!! Con tantas cosas Legolas había olvidado el verdadero motivo de su visita a Rivendel!
El ataque de los orcos! Los rumores del...- exclamó como si de pronto hubiera despertado de un sueño.
Elrond permanecía impávido, mirando fijamente la llama de la chimenea.
Si, compañero - dijo Aragorn interrumpiendo - Saruman otra vez recuperó su poder.
Esto le cayó como un balde de agua al joven rey elfo. Había muchos rumores en Tierra Media que los repentinos ataques de orcos se debían a que Saruman se había restablecido, había recuperado sus poderes por algún medio oscuro aún latente, y que se encontraba dispuesto a seguir las tareas del Señor Oscuro pero esta vez teniendo como único amo y señor a él mismo.
Tratamos de pensar que no era así - dijo Legolas mientras se ponía de pie - mi pueblo trataba de dar una explicación a estos nuevos ataques, después de todo, los ataques no fueron muy importantes. Quería regresar a mi pueblo con la noticia de que eran sólo algunos uruk-hais que habían sobrevivido a la guerra y que erraban por la tierra buscando a su señor desaparecido, aunque en mi corazón sentía que no sería así... - al decir esto, Legolas tomó un repentino aire nobleza, tomó la actitud de un rey.
Aragorn se dio cuenta de esto. Su amigo también tenía un pueblo que cuidar, el también era un rey. Dirigió una sonrisa a su amigo.
Buen Legolas sabía que llegarías a ser un buen gobernante - dijo Aragorn - creo que en cierta forma nos comprendimos mucho ya que ambos rechazamos en cierto punto un destino que nos estaba preparado, temíamos equivocarnos. Dichosos estos tiempos en que nos reunimos no sólo como amigos, sino como dos reyes que discuten el destino de sus pueblos - continuo - ¿Qué decisión crees que debemos tomar, Rey Legolas hijo de Thraundil?
Creo mi buen amigo - dijo Legolas mirando a Aragorn - que la decisión en esta futura guerra decae más fuerte en tus hombros que en los míos, o, en todo caso, en los hombros de los más poderosos, los más entendidos. Mi voz sólo alcanza al pueblo del Bosque Negro mientras que tu querido Rey Aragorn hijo de Arathorn, hablas en nombre de toda tu raza -
Aragorn se puso en un tono más serio.
Hmm ya veo... - dijo - te responderé de esta manera - dijo fijando sus hermosos ojos oscuros en los ojos celestes del elfo - sigues subestimando tu poder amigo mío, creo yo que mejor entendido en esto no podré encontrar; que mejor que un miembro de La Comunidad del Anillo, un participante directo de la guerra contra Sauron, un héroe de la legendaria guerra que seguirá siendo contada mucho tiempo después que nuestros más lejanos herederos hayan abandonado este mundo.... además te equivocas en mi responsabilidad en esto. La vida de diez vale tanto como la vida de mil tu papel en esto es tan fuerte como el mío, en todo caso, lo que si podría decir es que quizás deberíamos haber llamado a los representantes de los enanos y lo hobbits, por supuesto, pero como los ataques sólo se concentran en los pueblos humanos y de los elfos, creí conveniente dejar a estas razas disfrutar su tiempo de paz y no arrastrarlas a una guerra que bien puede ser detenida antes de que siquiera empiece.
Tienes razón en esto... aunque los pueblos de los hobbits y de los enanos siguen siendo muy fuertes no podrían soportar aún una guerra. Los hobbits se dieron a conocer gracias a Frodo y al anillo y creo que a pesar de su increíble fortaleza, la que demostraron muchas veces, en realidad esta gente pequeña no fue preparada para pelear. Los enanos sufrieron grandes bajas en la guerra del anillo y se recuperaron lentamente, aunque ahora el pueblo volvió a renacer, hace mucho ya que sus jóvenes utilizan sus hachas sólo para crear y no para destruir. Más, amigo, debo decir que mi intervención no quiso decir que menospreciara la vida de mi pueblo. Por Elbereth que yo daría mi vida para salvar a un solo de ellos que como para salvar a cientos, lo que quería decir era que hace mucho ya que no dejo mi pueblo, excepto para venir a Imladris, y no tengo muchas noticias sobre el estado de los otros pueblos élficos... -
Aragorn suspiró.
- Bueno, mi pequeña Dama se encargó de avisarme de esto - dijo
Legolas se asombró enormemente al escuchar a Aragorn referirse a Arialdnir de esa manera. Aragorn se dio cuenta del asombro de Legolas.
¿Qué sucede , Legolas ? -
Lo siento - dijo algo avergonzado- es sólo que no sabía que eras tan cercano a la Dama.
Cercano? pero.... - Aragorn miró a Elrond.
Elrond volteó saliendo de sus divagaciones.
- Creí conveniente que tú le contaras sobre Arialdnir - dijo.
- ¿Contar? - dijo Legolas.
- Hmm verás querido amigo - Aragorn se puso de pie y permaneció un tiempo callado como eligiendo las palabras correctas.
- Seguramente sabrás que la madre de Arialdnir fue una de las legendarias elfas, Fësafel - dijo mirando al elfo - pero lo que supongo que no sabrás es que el padre de Arialdnir fue el rey Arathorn.
Legolas se sentó inmediatamente. No podía creerlo.
- Pero tu padre.... - dijo Legolas.
- Por favor, Elrond, relata la historia a Legolas ya que nadie mejor que usted podría contarla tal como sucedió... - dijo Aragorn.
Elrond contó la historia a Legolas.
Las leyendas contaban que el padre de Aragorn, Arathorn, murió en una batalla cuando apenas Aragorn tenía dos años de edad. Los hijos de Elrond habían acompañando a su padre en esta batalla y trajeron la trágica noticia de la muerte del joven rey, ya que sólo tenía sesenta años. Lo que no sabían, fue el rey no había fallecido. Los hijos de Elrond vieron al padre de Aragorn caer con una flecha de orco atravesando su ojo, y, a pesar que hicieron lo imposible por rescatarlo, el cuerpo del rey se perdió en batalla. Después de una intensa búsqueda tuvieron que partir pensando que los orcos se habían llevado el cuerpo y llevando consigo sólo la corona del rey.
Lo que no sabían era que en efecto los orcos lo habían llevado, más no como cadáver sino como prisionero. Los orcos cayeron unas leguas más allá a manos de un grupo de elfos de Lórien, quiénes inmediatamente se llevaron al rey a un refugio secreto. El rey fue curado pero no recordaba de su pasado. Desconociendo su verdadera vida y la existencia de su esposa Gilraen, la madre de Aragorn, Arathorn conoció a Fësafel y ambos se enamoraron. Producto de este amor nació Arialdnir. Pero Fësafel sabía que algo andaba mal. Ella era la hermana de Galadriel, heredera al trono. Ella sentía en su corazón que algo no estaba bien pero trataba de ocultar esa voz en su cabeza. Hasta que ya no pudo más. La elfa tuvo un sueño en el cual vio a Gilraen llorando por su esposo muerto y a su Hijo, Aragorn, viajando a Rivendel. Fesafël nunca se perdonó esto, ella no era culpable pues no sabía nada pero aún así temía que había sido egoísta y que su amor por Arathorn la había cegado. Cierto día, Fësafel dijo a Arathorn que llevara a Arialdnir al bosque. Se despidió con un gran abrazo de su hija y le besó la frente. Ella se dirigió unas cascadas, y allí comenzó a escribir en unos pergaminos. Hecho esto, colocó las hojas encima de una gran roca.
- Oh, Elbereth!! Oh Gilthoniel!!! dejénme entregar mi vida y mis poderes para poder enmendar este daño!! déjenme renunciar a esta vida inmortal y a este legado que no merezco pues he sido egoísta!! Dejen que muera por amor!! - antes de lanzarse dio un último suspiro - querida Arialdnir, discúlpame -
Dicho esto se lanzó a las cascadas y pereció y con ella pereció el poder para derrotar al poder oscuro.
Arathorn caminó a la cascada arrastrado por su hija que lloraba sintiendo que algo pasaba. Tomó el pergamino y leyó:
" Melamin **amado mío** no puedo con esta carga. Tu identidad no es mas secreta para mí. Eres el rey Arathorn descendiente de Elendil, y tu vida se encuentra en el mundo de los hombres. Caíste en batalla y te dieron por muerto, de esto no hace ya mucho. Tu hijo Aragorn fue enviado a Rivendel con Elrond donde vive su madre, Gilraen. Por favor, regresa con ellos y lleva a Arialdnir contigo. Que mi pequeña no pague los errores de su madre. Me voy porque no puedo soportar el dolor de haberte ocasionado daño aún sin quererlo y no podría verte partir lejos. Regresa a tu hijo rey de Gondor, y olvídate de mí..."
Arathorn de pronto recordó todo. En seguida organizó una búsqueda y localizaron el cuerpo de Fësafel. Galadriel llegó en seguida, había sentido la muerte de su hermana. Dieron sepultura a Fësafel y se arregló todo para la partida de Arathorn, pero, en ese instante, un ataque de los orcos los tomó por sorpresa. Arialdnir había corrido hacia el bosque cuando un orco se acercó a ella y disparó una flecha, la pequeña cerró los ojos esperando el impacto de la zaeta, el cual nunca llegó. Su padre se había puesto delante de ella, y con su espada mató al orco, más no pudo evitar la mortal herida.
- Oh, Galadriel!! encargate de mi pequeña y vela por ella, llévala donde Gilroen y explica lo sucedido....pero cuidala!! el enemigo no debe saber su existencia ya que ella es la heredera de los poderes de Fësafel, la única con el poder suficiente... pero es aún una niña y no podrá con la terrible carga...-
Dicho esto le dio un beso en la frente a su pequeña y falleció. El rey fue enterrado en las tierras Eriador, hogar de su esposa Gilraen, donde muchos años después ella también fue enterrada.
Galadriel llevó a Arialdnir a Rivendel con su hijo Elrond y la reina Gilraen. Juntos decidieron que sería mejor que permanezca un tiempo con ellos y después, terminada la guerra, fuera a Lórien donde se preparía a cargo de Galadriel. También decidieron que era lo mejor que el pequeño Aragorn no supiera nada de su hermana, sería peligroso para ambos.
- La pequeña no tiene culpa de nada.... jugarretas que nos depara el destino! - Así fue como Arialdnir, desconocida por el mundo, compartió un tiempo con su hermano sin ninguno de los pequeños saber nada, a cargo de Elrond quien se comportó como un padre para los dos pequeños, hasta que ella fue llevada a Lórien.
Legolas estaba en verdad sorprendido. Después de escuchar el relato Aragorn, con profunda melancolía en los ojos, dijo lo siguiente.
- Sé que mi madre nunca tuvo ningún resentimiento a Arialdnir, es más, la llegó a querer inmensamente, aunque siempre sintió en su alma el dolor por lo ocurrido con mi padre, lo cual me dejó ver cuando antes de morir me dijo:
" Onen i-Estel Edain, ú-chebin estel anim"
**"Di Esperanza a los Dúnedain, y no he conservado ninguna para mí" **
- Cuando me enteré de la verdad no fue gran sorpresa para mí...-continuo- conocí a Arialdnir tiempo después de acabada la guerra de Sauron, y siempre sentí que algo increíblemente fuerte me unía a ella. "La sangre llama a la sangre" dicen -
Legolas estaba visiblemente sorprendido. Esto explicaba absolutamente todo. Ahora comprendía lo estúpido que había sido al tener celos de su amigo, aunque no se equivocó en pensar que aquellos dos tenían una conexión, eran hermanos.
- Pues esto aclara muchas de mis dudas, debo confesar - dijo Legolas - más, si es cierto esto, quiere decir que el ataque de Saruman se concentra en.... -
- Si, busca a Arialdnir - dijo Aragorn - Mi decisión es combatir a Saruman, quiero partir con un ejército a buscarlo y combatirlo, verás, hay un pueblo a pocas leguas de aquí donde un ejército mío espera. Mandé reunirse allí a los grandes guerreros humanos y élficos y estaran allí en una semana, el pueblo está en el valle cerca del mar de Rhun, después de la guerra muchos pueblos sin jefes se establecieron allí formando un hermoso reino...debo llegar ahí y después partiremos en busca de Saruman...esperaba contar con tu presencia Legolas... -
- Claro! no podría hacer menos que acompañaros.... pero, entonces es cierto, la Dama está en gran peligro! - exclamó alarmado Legolas.
- Sí, ella deseaba acompañarme al reino de Rhun pero yo me rehusé... aunque debo admitir que ella tiene razón. Si las fuerzas de Saruman la buscaran no dudaran en venir aquí y el ejército no podrá aguantar un ataque tan fuerte. - contestó Aragorn.
- Pero debe haber otra solución... además sería peligroso para ella estar rodeada de batallas con orcos... -
- Oh , los orcos no me preocupan! - dijo Aragorn- Arialdnir es muy fuerte y maneja el arco y la espada espléndidamente, no estaría menos segura en una batalla que tú o yo... lo que me preocupa -
- Cuando algo es puro no imaginas el daño que puede causar la oscuridad... - dijo Elrond rompiendo su silencio.
Legolas se extrañó un poco por estas palabras.
- En fin, ella deberá venir con nosotros - dijo Aragorn dirigiendose a Elrond- no estará más segura aquí que en cualquier otra parte, además tarde o temprano ellos vendrán... no podremos arriesgar las vidas de los que aquí se encuentran -
- Lo sé... - la tristeza inundaba los ojos de Elrond - entonces ella irá!! mi pequeña Arial irá!! estará segura contigo y si la decisión está ya tomada, en vano permanecemos aquí..-
- Tienes razón, será mejor que regresemos la fiesta en el salón está pronta a comenzar y debemos alegrarnos por última vez antes de partir de nuevo a donde nos conduce esta vez el destino... - esta vez se dirigió a Legolas - será mejor que vayas y te refresques un poco pobre Legolas!! las impresiones han sido muchas puedo ver!! - dijo con una gran sonrisa mirando a su amigo.
- Creo que tienes razón -dijo Legolas - partiré a mi cuarto, con su permiso señor Elrond, me refrescaré y cambiaré de ropas y los encontraré en el salón.
- Puede partir, joven Legolas - dijo Elrond - más no demore, lo esperaremos.
Nos encontraremos allí entonces amigo - dijo Aragorn.
Arialdnir estaba enfandada. Su hermana Arwen le había dicho que se tranquilice, qiue la decisión de Aragorn no era definitiva aún pero no había logrado clamar a su hermana. Finalmente la dejó, le dijo que debía arreglarse para baile.
Arialdnir no tenía en realidad muchas ganas de ir. Se recostó en su cama y se puso a pensar. Se paró para buscar un vestido y sintió que algo se le cayó. era su pañuelo, el que Legolas le había devuelto en la mañana. Lo recogió, el pañuelo estaba impecable y tenía un olor exquisito, olía a él, a Legolas. Recordó que Legolas iría al baile así que rápidamente se cambio y se dirigió al salón.
Legolas se sentía extraño. Se dirigió a su cuarto y se dirigió directamente al cuarto de baño. Tomó un baño de agua fría y asimiló todo lo que había escuchado.
Secó su cuerpo y sus cabellos y se puso una túnica muy elegante color verde claro. Se veía realmente muy bien. Se perfumó y se dirigió a la puerta. El baño realmente lo había relajado mucho y le había despejado la mente.
Salió del cuarto y se dirigió al salón.
La idea de que Arialdnir iba a ir con ellos al reino de Rhun lo emocionaba y lo asustaba. Por un lado viajaría con ella, lo cual no lo podía hacer más feliz, pero temía por ella. Temía que algo le sucediera. Sabía que ella era efectivamente muy buena con el arco (se lo había comprobado en el jardín ayer, cualquier otro no hubiera podido realizar tan certero tiro) y aunque no la había manejando una espada no dudaba que era muy buena en ello, miles de veces mientras caminaban ella realizaba ágiles movimientos lo que le hacía pensar que era tan sólo una reina, si no también, una guerrera.
Legolas se dió cuenta que ya iba llegar al salón. El sol se había ocultado hace mucho ya, y los invitados aún llegaban al salón. Legolas se encontró con las elfas que se le acercaron el día anterior, y las saludó gentilmente, arracando suspiros entre las damas.
Legolas entró al salón. Estaba adornado bellamente y múltiples parejas bailaban en el centro. Buscó por todos lados hasta que la encontró. Arialdnir llevaba un vestido de tul color azul. Estaba radiante. Cada vez que el creía que ella no podría verse más hermosa, ella siempre lo sorprendía. Sus cabellos iban recogidos en un ligero moño que dejaba caer mechones en sus hombros. Elrond y sus hijos conversaban y disfrutaban. Arwen y Aragorn también se encontraban allí. Se dió cuenta que un remolino de elfos se formaba alrededor de Arialdnir y se dio cuenta qué sucedía, querían bailar con ella. Un elfo muy elegante se acercó, adelantandose a todos, y se presentó ante Elrond piddiendo permiso para bailar con su hija. Elrond le concedió el gesto, y Arialdnir (algo incómoda, por cierto) aceptó bailar con el elfo. Sus movimientos eran delicados y hermosos. Todos la contemplaban. Muchos siguieron después de aquel baile. Los celos (ahora estaba seguro) carcomían a Legolas y vió que no era el único. Aragorn miraba fijamente a cada elfo que se acercaba a su hermana y parecía que en cualquier momento saltaría sobre alguno que miraba a Arialdnir en forma "no apropiada".
Legolas no soportaba más. Sabía que esa vez tampoco podría acercarse a Arialdnir y ya no podía seguir mirándola bailar con otros. Volteó y se dirigió al jardín, se sentó en una banca y alejada contemplando la hermosa luna.
Aragorn estaba comenzando a impacientarse. Elrond se había retirado hace poco a descansar dejándole con el trabajo de velar por Arialdnir. Aragorn sabía que mañana partiría y deseaba pasar algún tiempo con Arwen pero no podría dejar a su hermana con esos elfos. De pronto un elfo se acercó a Arialdnir y la tomó por la cintura, Aragorn dió un paso adelante e inmediatamente frenó. Arwen puso una mano en su hombro y lo miró sonriente. Aragorn tuvo que retroceder y resignarse a mirar de un extremo. Finalmente le dijo a Arwen que vilgilara a Arial que él saldría un momento a tomar un poco de aire.
Aragorn salió y suspiró mirando la luna. Deseaba tener a su bella Undómiel (Arwen también era llamada así, lo que significa "estrella de la tarde") en sus brazos pero no dejaría a su hermana sin protección. Con Ellendan y Elrohir (hermanos de Arwen) no podría contar pues ellos estaban bailando con unas hermosas elfas y no quería interrumpir. Pero quien podría.... de pronto Aragorn vio la solución de sus problemas ahí, en frente de él, sentado en una banca.
- ¿Cómo lo pensé antes? - se dijo y corrió hacia su salvación.
Legolas pensaba en la luna y en Arialdnir. Sentía que guardaba un gran sentimiento por la dama pero ¿sería algo más que eso? ¿sería..... el amor?
- Legolas! legolas! Al fin te encuentro! - dijo Aragorn, corriendo en dirección al elfo.
- ¿Es que acaso sucedió algo? - contestó Legolas, alertado.
- Oh no, nada grave... pero necesito tu ayuda! ven conmigo! -
Aragorn practicamente arrastró a Legolas al salón. Lo llevó hacia donde estaba antes provocando una gran risa a Arwen.
- Verás ... estoy un poco cansado y Arwen y yo querríamos retirarnos pero no puedo dejar a Arial aquí sola!!! - dijo Aragorn mientras señalaba a su hermana quien conversaba con un elfo - Ah! hay veces en que simplemente siento que si tuviera mi espada... bueno, en fin, cuida de ella por mí -
- Ah bueno yo... - Legolas comprendía q Aragorn se sintiera y nada lo haría más feliz que estar con Arialdnir pero..
- Verás Aragorn, yo estaría honrado pero creo que la dama está ocupada y no quisiera...-
No pudo ni terminar de decir esto ya que Aragorn lo había empujado donde Arialdnir, en medio de ella y el otro elfo.
- ¿Legolas? ¿Donde estabas? - contestó Arialdnir con una gran alegría.
-Ah, bueno.. - dijo volteando a ver Aragorn quien lo observaba sonriente con Arwen al lado - estuve paseando por las afueras...
El elfo se retiró dejando a Arialdnir sola con Legolas.
- Hmm - dijo Arialdnir- supongo que Aragorn te trajo aquí para que me cuides no?
Legolas sonrió.
- El sólo se preocupa por tí - dijo
- Lo sé - djo Arialdnir - pero n tienes que estar conmigo sólo a causa de él.
- Claro que no! creo que es un verdadero honor acompañarte! -
Arialdnir sonrió.
- Me podría conceder esta pieza, querida dama? - dijo Legolas invitándola a bailar.
Ella aceptó y pronto los dos estuvieron en el centro de la pista bailando.
- bueno, creo que debo decir que comprendo a Aragorn - dijo mientras observaba, ligeramente fastidiado, a los innumerables elfos que se quedaban observando a Arialdnir.
- Bueno pues creo que tú también deberías tener a alguien que te cuide - dijo mientras veía las miradas envidiosas que recibía de parte de algunas elfas.
Ambos se miraron y rieron.
- Debo aceptar que nunca pensé que vería a Aragorn así, me parece tan gracioso verlo comportarse de esta manera - dijo mientras veía que Aragorn se retiraba con Arwen, no sin antes darle una mirada aprobatoria y una sonrisa - felizmente que no trajo su espada!! -
Legolas miró fijamente a Arialdnir. De cerca se veía incluso más bella. Rápidamente apartó la mirada, tenía miedo de verla en forma "errónea" y que en cualquier momento Aragorn apareciera con Andúril (su espada) y olvidara que Legolas era su amigo.
- Bueno, supongo que es lo cualquier hermano haría - dijo Legolas tratando de fijar su vista en algún punto de la habitación.
- hermano? - dijo Arialdnir - veo que has hablado con él ...
Es cierto, Legolas no había tenido tiempo de hablar con ella sobre eso.
- Crees que podríamos salir ? - dijo Arialdnir - creo que necesito tomar un poco de aire.
Caminaron hacia los jardines y se sentaron en la banca que Legolas se había sentado antes.
Aragorn entró a la habitación con Arwen. Arwen se acercó a la mesa donde Andúril se encontraba.
- No pasó mucho para que la usaras denuevo - dijo.
- Undómiel.... regresaré a salvo - dijo acercandose a ella.
- Lo sé - dijo ella acercándose a la ventana.
- Mi pequeña hermana me preocupa - dijo Aragorn
El sabía que la diferencia de edades entre ellos no era significativa (además en los elfos las edades no interesan mucho de todas formas) pero aún el insitía en que ella era su pequeña hermana. Quizás en edad no habría mucha diferencia pero sabía que su hermana era muy joven para los elfos y aún le faltaban muchas experiencias en las guerras.
- Temo que le suceda algo, tú sabes que ella aún no está lista y....
Arwen puso un dedo delicadamente en los labios de su amado Elessar.
- Arial estará bien, lo prometo - le dijo.
Arwen se acercó a cerrar las cortinas de la ventana y se quedó un momento contemplando afuera con una sonrisa.
- ¿Qué sucede? -
Aragorn se acercó y vio a Arialdnir sentada conversando con Legolas. Sonrió y cerró las cortinas acercándose a Arwen para darle un tierno beso.....
- Bueno, así que ya sabes la verdad - dijo Arialdnir.
- Pues sí... es que no querías que lo supiera? - contestó Legolas.
- Oh claro que no! de hecho me alivia en cierta forma.... aunque no sabía exactamente como reaccionarías... -
- Reaccionar? a qué habría de reaccionar? nada a cambiado - dijo Legolas - sigues siendo la misma Arialdnir que conocí....
Se miraron un momento y Arialdnir sentía que la situación se ponía un poco tensa.
- Bueno tengo admitir que me aclaró algunas dudas - dijo Legolas como para aliviar un poco el momento.
- Dudas? - dijo Arialdnir.
- Bueno si. Verás, me puse a pensar y me pareció algo extraño que Mithrandir nunca nos hubiera hablado de tu existencia y, si estabas en Lórien, por qué cuando la compañía del anillo visitó aquellas tierras nadie nunca te vió.... pero lo que me contó Aragorn aclaró todo.-
- Bueno, es cierto. Durante el tiempo que ustedes permanecieron allí Galadriel me había dejado instrucciones de no dejar el palacio. Después me enteré que era porque uds habian llegado... -
Arialdnir le contó a Legolas que ella siempre había sentido un gran cariño por Aragorn, incluso antes de saber la verdad.
- Sabes que a él le pasó lo mismo contigo? - le dijo Legolas.
Ella sonrió y por un momento la luz de luna iluminó sus dientes perlados.
- Mi hermano me dijo que irás al reino de Rhun con nosotros - dijo Arialdnir.
- Si, veo que tu hermano ya te dió la noticia -
- Pues partiremos mañana temprano y será mejor que descansemos - dijo Legolas entristecido pues no queria separarse de ella.
- Tienes razón supongo -
Legolas acompañó a Arialdnir a sus habitaciones.
- Bueno, Arialdnir, decansa -
- Gracias... hmm ... Legolas? -
- Si? -
- Te importaría llamarme Arial? - dijo ella.
Legolas sabía que sólo los mas cercanos a ella la llamaban de esa manera.
- Claro! - respondió visiblemente feliz - descansa Arial...
Ella le sonrió y entró en su cuarto. Después de todo tenian que descansar, les esperaba un gran día mañana...
NOTA: PARA QUIENES NO LEYERON LOS LIBROS Aragorn es llamado Elessar y tambien Estel ( cuando era joven, significa "esperanza") quizas use estos nombres en prox capis.. trate de xplicar al maximo cada detalle pero si no entienden mandenme reviews ;)
NOTA: PARA LOS QUE LEYERON LOS LIBROS Se que cambié algunas cosillas y q definitivamente la narracion es distinta al impecable estilo del gran Tolkien, pero sólo estoy tomando la increíble historia de Tolkien y haciendo una adaptación propia (de eso trata esto de los fics no? ) jamás intentaría hacer una secuela del libro y tampoco copiar la forma narrativa, creo q todavía no conozco a nadie a la altura de hacer tal cosa.
No los aburro mas y a continuacion el capi 3!! Disfruten y no olviden mandar sus reviews!!! ( vamos solo quiero algunas lineas , les prometo q no les tomara mucho tiempo, solo para saber si les gusta la historia o no, todas criticas constructivas son muy bien recibidas, uds son los mejores jueces!!!) q ERU LOS GUARDE!!
CAPITULO III
Legolas se despertó muy temprano, se levantó se puso sus ropas rutinarias y se dirigió al cuarto de baño que estaba dentro de su cuarto. Tomó una bandeja de plata y vertió agua en ella. Se aseó el rostro y después se inspeccionó el brazo. Desató con dulzura el pañuelo que Arialdnir le había puesto en el brazo y observó que en ves de la herida que se había hecho ayer, había una imperceptible cicatriz. Lavó cuidadosamente el pañuelo y se acercó al balcón donde tendió el pañuelo en la baranda. "Es realmente una hermosa mañana " pensó mientras tomaba un gran sorbo de aire. Los rayos del sol empezaban a salir pero aún así el viento soplaba muy fuerte. Legolas se recostó un rato sobre la cómoda cama y empezó a recordar lo que había pasado el día anterior. Le parecía como si todo hubiera sido producto de su imaginación pero sabía que no lo era, en verdad había pasado. Había pasado la tarde con La Dama Blanca, Arialdnir, como ella le había pedido que la llamara. Conversaron sobre todo, sobre la preparación de ella junto con Galadriel e incluso le dijo que era verdad que había recibido instrucciones de Mithrandir, de hecho, él había sido encargado de su cuidado cuando ella era sólo una pequeña, mucho antes de la guerra del anillo.
Es un mago asombroso, en realidad - dijo Arialdnir - su presencia y su poder son tan fuertes, que inspiran gran respeto; es una gran persona con un aire de nobleza, muchas personas se sienten increíblemente intimidadas ante semejante ser.... pero yo pasé mucho tiempo de mi infancia y de mi juventud a su lado que a veces sólo lo veo como un anciano renegón y muy terco!! - dijo entre risas.
Legolas comprendió lo que ella quería decir, en cierta forma. Recordaba como Gandalf había regañado muchas veces a Pippin o a Merry (merecidamente, por supuesto), a los ojos de un extraño, el gran mago sólo hubiera parecido un amargado guardián al cuidado de insensatos niños en esos instantes. Aunque Legolas comprendió también la increíble confianza que Arialdnir debía tener con el mago para referirse de esa manera....
Legolas salió bruscamente de sus recuerdos y se levantó de la cama. Se dirigió al balcón y comprobó que el pañuelo se encontraba totalmente seco, lo dobló y lo metió en uno de sus bolsillos y salió del cuarto.
Saludó a unos cuantos amigos y se dirigió a los jardines. Los toldos ya habían sido retirados y pudo ver que esta noche habría una gran recepción en el gran salón, en la parte central del palacio. Pudo observar como otra vez, innumerables elfos corrían de un lado a otro llevando infinidad de adornos. Pudo observar a Elrond en uno de los pasillos, dando indicaciones a un grupo de elfos que llevaban unos pequeños maceteros con hermosas flores violetas.
Elrond vió a Legolas y lo llamó.
Ah! Pero si es el joven Legolas!!! - dijo con una sonrisa algo extraña - espero que haya disfrutado el almuerzo de ayer - agregó dirigiendo una mirada inquisitiva al elfo.
Elrond no era un tonto y, aunque es esos días se encontraba extremadamente atareado, aún se daba cuenta de lo que sucedía. Notó las miradas furtivas que Arialdnir y Legolas se dirigían y también se las había arreglado para ver al elfo que acompañó a su hija a su dormitorio la noche anterior, y no podía estar más complacido. Sabía que Legolas era un gran elfo y no esperaba a nadie mejor para acompañar a su hija, además sabía que contaría con la aprobación de todos sus hermanos....
Legolas se sintió extrañamente incómodo. Se dio cuenta que Elrond ya no le decía "rey" (lo que le causó gran alivio, ya se estaba acostumbrando a que los demás lo llamaran así; después de todo era rey, pero tener que soportar que sus amigos y, peor aún, alguien del status de Elrond le dijera "rey" era terrible y, además, sentía que si decía tan sólo una vez más a alguien que lo llame sólo por su nombre se vería obligado a renunciar al trono y llevar un cartel que diga "ya no soy rey, por favor llámenme Legolas") pero lo que incomodó al elfo fue la manera en que lo miraba.... era como si supiera algo...
Bu..bu...buenos días, gran señor - titubeó Legolas. ¿Acaso Elrond sabría que él había pasado la tarde con Arialdnir? Pensó.
Espero que mi hija no le haya causado muchos problemas ayer -
Este comentario respondió inmediatamente la pregunta de Legolas.
Yo, yo.... - murmuró un pasmado y pálido Legolas
Bueno, si me disculpa debo ir a ver los asuntos del baile de esta noche - le respondió Elrond con un rostro muy serio.
Legolas sintió que se desmayaría, si hubiera podido (se encontraba totalmente petrificado) hubiera salido corriendo en ese preciso instante.
ah! Por cierto....mi hija se encuentra en los jardines de atrás, ¿podría ver si es que necesita algo? - giró el rostro hacia Legolas, tenía una sonrisa y una expresión sumamente divertida.
Legolas sintió que la sangre volvía a fluir y que sus mejillas lentamente iban recuperando el color.
A sus órdenes , señor - respondió sonriendo Legolas, definitivamente mas relajado y también muy divertido.
Elrond volvió hacia los elfos que lo esperaban y les indicó que lo siguieran al interior del salón.
Legolas se dirigió a los jardines de atrás. Eran como los jardines principales, pero el bosque que los rodeaba era algo más pequeño. Allí en el centro, al costado de una hermosa estatua de Elbereth, se encontraba Arialdnir. Estaba sentada en una de las bancas principales y llevaba al pequeño Eldarion en su regazo. El niño jugaba con el dije de la gargantilla de Arialdnir, al ver a Legolas, el pequeño miró a la joven dama y, riendo muy divertido, saltó al encuentro de Legolas. El elfo tomó al pequeño en sus brazos y lo alzó encima de su cabeza. Arwen tenía razón, el pequeño sería un gran guerrero.
Arialdnir observaba la escena con un rostro muy dulce, le encantaba ver ese lado tan paternal de Legolas. Legolas puso al pequeño de nuevo en el suelo, y el niño corrió hacia el palacio (siempre riendo) y seguido de tres elfas (las niñeras que Legolas había visto en el almuerzo, habían estado esperando junto al portal, atentas a cualquier movimiento del pequeño príncipe), una vez desaparecidos ya, Legolas se acercó a la Dama, quien lo esperaba parada al costado de la banca. Ella llevaba un vestido celeste pálido y los hermosos cabellos sueltos cayendo en sus hombros. Se veía muy hermosa.
Aiya, Arialdnir-
Aiya, Legolas -
Su padre me encomendó preguntarle si se encontraba bien...necesita algo? -
No gracias, estoy muy bien - respondió Arialdnir, un poco extrañada por el comentario de Legolas.... acaso él había hablado con Elrond?
Legolas se quedó ahí parado, contemplándola. Arialdnir también hizo lo suyo, por supuesto. Legolas llevaba un traje verde (el verde le caía realmente muy bien) (de hecho, cualquier color le caía muy bien) sus cabellos color oro , aún un poco húmedos, eran iluminados por el sol saliente y le daban un brillo especial, aunque, Arialdnir presentía que no sólo era el cabello lo que lo hacía brillar de esa manera..... ella había conocido a elfos muy brillantes, pero ninguno con ese color.... era tan especial.... la sola presencia del elfo emanaba bondad y dulzura pero al mismo tiempo una increíble fortaleza... muy pocas veces ella se sentía tan segura como se sentía con él, sentía que llevaba una eternidad con él y sin embargo, tan sólo había pasado un día.
Es cierto! - exclamó Legolas rompiendo el silencio.
Ah? - exclamó Arialdnir, como saliendo de un trance.
Legolas, sacando algo de su bolsillo, se acercó a Arialdnir.
Muchas gracias - le dijo tendiéndole el pañuelo blanco doblado.
Arialdnir recibió el pañuelo, se había olvidado por completo lo que había pasado el día anterior.
Es verdad! Que tonta soy, lo olvidé, ¿manen natye? - **¿como estas?** dijo Arialdnir, acercandose al hombro de Legolas.
Me encuentro muy bien... sus cuidados me restablecieron completamente... pero .... quisiera pedirle un favor..... - estas últimas palabras lo dijo poniendose serio.
Arialdnir volteó el rostro hacia Legolas y él la miró directamente a los ojos.
Si? - dijo, algo confundida.
Le pediría, por favor, que no se refiera a usted como tonta, y menos por mi culpa.... - se acercó un poco más - no me gustaría que piense eso de usted cuando perfectamente sabe que no lo es....
Arialdnir sentía como la sangre subía a sus mejillas, percatándose lo cerca que sus rostros se encontraban.
Sólo fue una expresión, es que aveces soy descuidada todos me lo dicen, verás yo..... -
Legolas se volvió un poco más serio.
Todos? Yo mismo traspasaría con una flecha a cualquiera que le falte el respeto de esa manera!! - el rostro de Legolas mostró una sonrisa muy juguetona - si no le parece muy atrevido de mi parte, yo no permitiría nunca que nadie la tratara de esa forma, no a una Dama tan hermosa como usted...
Arialdnir sentía que le daría un ataque. Tenía al más hermoso de los elfos a escasos centímetros de ella diciéndole lo hermosa que era y como defendería su honor sin importar que!! .... sabía que la más roja de las rosas se vería totalmente blanca al costado de su cara... estaba tan avergonzada y.... feliz?
Vamos! No exageres! Además otra vez me estás tratando de usted...- dijo volteando la cara y regresando rápidamente al lugar donde estaba.
Es verdad, lo siento Arialdnir - Legolas se había dado cuenta del enrojecimiento de la princesa, y se encontraba realmente divertido con la situación.
Pero... es verdad que te defendería sin importar nada... - dijo pícaramente, provocando un nuevo enrojecimiento en Arialdnir quien apenas había logrado volver a la normalidad.
Ggrracias...- dijo torpemente Arialdnir - Te importaría acompañarme a dar un paseo por el bosque?- dijo, tratando de romper un poco la tensión.
Me encantaría - dijo Legolas, tendiéndole el brazo a Arialdnir.
Para alivio de Arialdnir, todo continuó normal después de eso. Habían paseado por el bosque y conversaban amenamente como ayer.
Así que viviste un tiempo con Mithrandir? - preguntó Legolas.
Pues sí, verás, cuando era chica durante un tiempo Gandalf fue encargado de mi cuidado...me enseñó muchas cosas pero tengo que admitir que yo fui la culpable de que muchos de sus cabellos se volvieran blancos!! - dijo con una gran sonrisa - siempre fui muy traviesa de niña y me encantaba escabullirme a caminar por los bosques, el pobre Olórin me buscaba y siempre que me encontraba me regañaba "Nunca llegaras a ser una reina, pequeña ", corría y gritaba por todos lados, aunque yo sabía que siempre se alegraba de verme bien, y eso hacía que la rabia se le pasara muy pronto....-
Olórin? - preguntó Legolas
Si! Verás Olórin fue el nombre de Gandalf en su juventud. El me lo dijo una vez y me gustó el nombre así que prefiero llamarlo así... creo que soy la única en Tierra media que aun se refiere a él de esa manera!!
Arialdnir se quedó un momento pensando, recordando..
Después de haberme regañado - dijo - se acercaba a mí al ver que me encontraba triste y lloraba; pasaba sus manos por mis cabellos y sonriendo decía que debía que tener cuidado, que todo estaba bien, pero debía ser cuidadosa... "el mundo está lleno de tantos peligros, pequeña Clemmírë" - la tristeza inundaba los ojos de Arialdnir - pequeña Clemmírë... siempre me llamó así....aún después de todo.... -
Legolas sabía que "Clemmírë" significaba "joya de la estrella" un nombre muy apropiado para ella, pensó.
Veo que lo querías mucho... - dijo Legolas.
Fue como un abuelo para mí , como un segundo padre... bueno, tercero supongo... - dijo Arialdnir con una sonrisa algo melancólica.
Es cierto... disculpa que te pregunte esto - dijo Legolas poniendo su blanca mano sobre el hombro de Arialdnir quedando frente a frente con ella - pero ¿sabes quién fue tu verdadero padre? Sé que fue un gran rey humano de antaño, de la dinastía de Dunédain pero...disculpa - dijo Legolas al notar que Arialdnir se encontraba entre seria y un poco transtornada - pregunté demasiado, siéntete totalmente libre de no responder... es sólo que....
No te preocupes - respondió ella - es sólo que supuse que tú lo sabías pero olvidé que has pasado cierto tiempo alejado, quizás Ada no te contó lo que debía contarte.... o quizás no creyó que fuera el indicado... - dijo ella algo pensativa...
Verás Legolas....-
Arialdnir se vió interrumpida por el sonido de unos caballos a lo lejos. Legolas la miró y ambos corrieron en dirección de la puerta principal. Vieron a cinco caballos, cuatro de ellos, marrones y sin duda del reino de Gondor, tenían a unos elegantes caballeros en ellos (humanos,definitivamente) y el último (de color blanco, mucho mas imponente y mas decorado que los otros) se encontraba al costado de un caballero, un rey sin duda. Legolas sabía de quien se trataba.
Ada! Ada! - **padre, padre**
Eldarion se acercó corriendo en dirección a Aragorn. Arwen se separó de los brazos de su esposo (ella había corrido a abrazarlo apenas lo vio) para dar paso al pequeño príncipe. Aragorn tomó a Eldarion y lo levantó sobre su cabeza. El pequeño, visiblemente feliz, rodeó el cuello de su padre.
Pequeñuelo, espero que no hayas causado problemas a tu madre en mi ausencia, ¿no? -
El niño mostró una sonrisa de culpabilidad, Aragorn sonrió también. Delicadamente bajó a su hijo de nuevo al suelo, y al instante, el pequeño corrió a los brazos de su madre. Aragorn volteó su cabeza por todos lados, como buscando a alguien.
Legolas se había quedado ahí parado, observando a su viejo amigo. Los años no habían pasado en vano, claro; pero, salvo a unas cuantas arrugas, el rey Elessar estaba casi igual que la última vez que lo vio. Seguía conservando la misma mirada de aquel montaraz errante y, al mismo tiempo, también encerraba al rey Aragorn hijo del rey Arathorn, descendiente de Isildur. Legolas notó que Aragorn se fijaba directamente en la dirección en que él y Arialdnir se encontraban, en ese momento Legolas miró a Arialdnir. La hermosa elfa miraba al rey con una gran alegría, de pronto, como no pudiendo reprimir un impulso, corrió en dirección a Aragorn quien a su vez también corrió hacia ella con los brazos extendidos. Ambos se abrazaron dejando muy confundido a Legolas. Suponía que Aragorn debía conocer a Arialdnir, después de todo, era la hermana de Arwen, pero aún así hasta hace poco la dama estaba en Lórien, además, la existencia y el paradero de la dama fue un secreto que se reveló mucho después de la destrucción del anillo así que no debía de haber pasado mucho tiempo con ella ya que, aunque Arwen visitara a Arialdnir, Aragorn debía permanecer en Gondor.... ¿o acaso había alguna razón para que Aragorn supiera de Arialdnir mucho antes de esto? ¿habría algún motivo para que viajara a Lorién dejando su reino sólo para visitar a la dama? La escena de ambos abrazados provocaba en Legolas algo más que curiosidad. Le provocaba un sentimiento raro en el estómago. Arwen estaba realmente feliz al contemplar el encuentro de Aragorn y Arialdnir, pero Legolas.....acaso sentía ¿celos?....
Al fin, Aragorn se separó de Arialdnir.
Ela! - ** contemplad!** dijo Aragorn.
En ese momento, los caballeros (quienes apenas vieron a su reina Arwen bajaron de los caballos rindiéndole sus reverencias), caminaron hacia la Dama e inclinándose en una de sus rodillas, desenvainaron espadas en respeto a la Dama, como sólo hacían en ocasiones muy especiales.
Elen! - **estrella!** exclamó uno de ellos mirando completamente maravillado a Arialdnir.
La dama se acercó a los caballeros saludándoles con un ligero de cabeza.
Pero donde está Legolas? - exclamó Aragorn mirando alrededor.
Legolas se acercó a Aragorn (después de todo los elfos pueden pasar desapercibidos si así lo desean).
Rey Elessar! - exclamó Legolas.
Oh mi buen elfo! Amigo Legolas bien sabes que siempre seré Aragorn para cualquier miembro de la compañía, a menos que sea un hobbit, claro, entonces solo responderé al nombre de Trancos!! ¿O es q acaso deseas que te llame Rey del Bosque Negro? -
Por Elbereth! Eru no lo permita! - exclamó divertido Legolas.
Los dos amigos se abrazaron y Legolas olvidó inmediatamente todo sentimiento de recelo que alguna vez había tenido a su amigo.
Arialdnir sonreía y entonces se percató que los caballeros aún seguían en cuclillas con las espadas en alto.
Levántense, queridos caballeros, agradezco sus respetos, mas aún les pido que los guarden para su reina dado que yo aún no los merezco -
Su belleza la hace totalmente merecedora de todos nuestros honores y muchos más- respondió el mismo caballero que había hablado antes.
Aragorn y Legolas dirigieron una severa mirada al joven. Arialdnir en cambio respondió con una sonrisa cortés tratando de disimular lo tremendamente incómoda que se sentía por el comentario. Por un momento el ambiente se volvió algo tenso.
Bueno, creo que ambos reyes tienen mucho de que conversar - dijo Arwen, rompiendo el silencio con una sonrisa en los labios.
Es cierto - dijo Elrond, quien se acercaba a la escena - pero me temo que tendrá que esperar hasta después del almuerzo. Muchos invitados los esperan.
Aragorn se acercó a Elrond quien puso una mano en su hombro, en señal de saludo. En seguida, todos se dirigieron a los jardines a almorzar. Legolas acompañaba a Arialdnir quien se veía realmente feliz, detrás de Aragorn, Arwen y Eldarion y seguidos por los caballeros.
La distribución de las mesas en los jardines era parecida al día anterior aunque el decorado era diferente. Todas las mesas llevaban colores verdes y la mesa principal tenía en el medio una estatuilla de un hombre sosteniendo una espada, tallada en piedra élfica. Los invitados eran la mayor parte de los del día anterior (por supuesto Glorfindel tambien estaba allí acompañando por los hijos de Elrond). Cuando llegaron (sólo ellos faltaban) recibieron al Rey Elessar con los respectivos saludos y respetos y, después de unas palabras de Aragorn, todos procedieron a comer.
Legolas se sentó al costado de Arialdnir y conversó con ella durante todo el almuerzo, Legolas no podía estar más feliz. Después del almuerzo se retiraron a los salones.
Aiya, hermosa Dama Blanca -
Legolas! Amigo! -
Glorfindel se acercó a Legolas y Arialdnir, quien le devolvio el saludo.
- Será mejor que los deje para que conversen tranquilos, espero verlos en la recepción - dijo Arialdnir.
Arialdnir se despidió de Legolas, dejando a los dos amigos. Legolas no podía sentirse más miserable en ese momento.
Glorfindel contó a Legolas que había conocido a una hermosa dama elfa. Glorfindel le contó que era la joven Enria proveniente de las tierras de Lórien, uno de las acompañantes de la Dama Blanca durante su viaje. Legolas trató de escuchar y disimular su malhumor con su amigo, aunque este no tardó en darse cuenta.
Veo que caí en descuido al separarte de la Dama..... parece que toda tu alegría se fue con ella - le dijo Glorfindel, divertido.
Vamos, Glorfindel! - dijo Legolas riendo.
En ese momento un joven elfo se acercó a ellos.
- Disculpe, Rey Legolas, el Rey Elessar y el Señor Elrond requieren su presencia en el salón oeste -
Rey Legolas, ya escuchó, su presencia es necesaria! - dijo Glorfindel quien estaba empecinado en molestar a su amigo.
Veo que tu alegría, en cambio, no se va .... habrá algún motivo? - dijo Legolas mientras veía que la joven Enria se acercaba.
Legolas se retiró riéndose viendo como la cara de su amigo enrojecía.
Legolas fue conducido por el joven elfo al salón oeste. El joven lo dejó en la puerta y se retiró. Legolas estaba a punto de entrar cuando las puertas se abrieron.
¡¿Por qué no comprenden?! - dijo Arialdnir visiblemente enfadada y dirigiéndose a la puerta - Sólo lograran atraer más peligros a Imladris!
Dicho esto Arialdnir salió del salón.
Legolas? - dijo Arialdnir - hmm lo siento, debo irme - le dijo mientras se retiraba rápidamente hacia los salones principales. Arwen salió también del salón siguiendo a su hermana
Legolas entró sumamente confundido al salón. Era el mismo salón en que Legolas había hablado con Elrond cuando llegó a Rivendel. Aragorn estaba sentado en una banca en el lado opuesto y Elrond estaba de pie mirando a la chimenea.
Legolas estaba más confundido que nunca. ¿Por qué Arialdnir estaba tan enojada? Además sabía que ella no loe habría hablado nunca así a Aragorn a menos que le tuviera una gran confianza.
Ah! Bueno.... - dijo Aragorn poniéndose en pie - Creo que no hace falta rodeos, será mejor que hablemos de una vez, temo, amigo mío, que debemos confirmar ciertos nefastos rumores... - dijo dririgiéndose a Legolas.
Legolas se sentó en la banca frente a Aragorn. ¿rumores? Es cierto!! Con tantas cosas Legolas había olvidado el verdadero motivo de su visita a Rivendel!
El ataque de los orcos! Los rumores del...- exclamó como si de pronto hubiera despertado de un sueño.
Elrond permanecía impávido, mirando fijamente la llama de la chimenea.
Si, compañero - dijo Aragorn interrumpiendo - Saruman otra vez recuperó su poder.
Esto le cayó como un balde de agua al joven rey elfo. Había muchos rumores en Tierra Media que los repentinos ataques de orcos se debían a que Saruman se había restablecido, había recuperado sus poderes por algún medio oscuro aún latente, y que se encontraba dispuesto a seguir las tareas del Señor Oscuro pero esta vez teniendo como único amo y señor a él mismo.
Tratamos de pensar que no era así - dijo Legolas mientras se ponía de pie - mi pueblo trataba de dar una explicación a estos nuevos ataques, después de todo, los ataques no fueron muy importantes. Quería regresar a mi pueblo con la noticia de que eran sólo algunos uruk-hais que habían sobrevivido a la guerra y que erraban por la tierra buscando a su señor desaparecido, aunque en mi corazón sentía que no sería así... - al decir esto, Legolas tomó un repentino aire nobleza, tomó la actitud de un rey.
Aragorn se dio cuenta de esto. Su amigo también tenía un pueblo que cuidar, el también era un rey. Dirigió una sonrisa a su amigo.
Buen Legolas sabía que llegarías a ser un buen gobernante - dijo Aragorn - creo que en cierta forma nos comprendimos mucho ya que ambos rechazamos en cierto punto un destino que nos estaba preparado, temíamos equivocarnos. Dichosos estos tiempos en que nos reunimos no sólo como amigos, sino como dos reyes que discuten el destino de sus pueblos - continuo - ¿Qué decisión crees que debemos tomar, Rey Legolas hijo de Thraundil?
Creo mi buen amigo - dijo Legolas mirando a Aragorn - que la decisión en esta futura guerra decae más fuerte en tus hombros que en los míos, o, en todo caso, en los hombros de los más poderosos, los más entendidos. Mi voz sólo alcanza al pueblo del Bosque Negro mientras que tu querido Rey Aragorn hijo de Arathorn, hablas en nombre de toda tu raza -
Aragorn se puso en un tono más serio.
Hmm ya veo... - dijo - te responderé de esta manera - dijo fijando sus hermosos ojos oscuros en los ojos celestes del elfo - sigues subestimando tu poder amigo mío, creo yo que mejor entendido en esto no podré encontrar; que mejor que un miembro de La Comunidad del Anillo, un participante directo de la guerra contra Sauron, un héroe de la legendaria guerra que seguirá siendo contada mucho tiempo después que nuestros más lejanos herederos hayan abandonado este mundo.... además te equivocas en mi responsabilidad en esto. La vida de diez vale tanto como la vida de mil tu papel en esto es tan fuerte como el mío, en todo caso, lo que si podría decir es que quizás deberíamos haber llamado a los representantes de los enanos y lo hobbits, por supuesto, pero como los ataques sólo se concentran en los pueblos humanos y de los elfos, creí conveniente dejar a estas razas disfrutar su tiempo de paz y no arrastrarlas a una guerra que bien puede ser detenida antes de que siquiera empiece.
Tienes razón en esto... aunque los pueblos de los hobbits y de los enanos siguen siendo muy fuertes no podrían soportar aún una guerra. Los hobbits se dieron a conocer gracias a Frodo y al anillo y creo que a pesar de su increíble fortaleza, la que demostraron muchas veces, en realidad esta gente pequeña no fue preparada para pelear. Los enanos sufrieron grandes bajas en la guerra del anillo y se recuperaron lentamente, aunque ahora el pueblo volvió a renacer, hace mucho ya que sus jóvenes utilizan sus hachas sólo para crear y no para destruir. Más, amigo, debo decir que mi intervención no quiso decir que menospreciara la vida de mi pueblo. Por Elbereth que yo daría mi vida para salvar a un solo de ellos que como para salvar a cientos, lo que quería decir era que hace mucho ya que no dejo mi pueblo, excepto para venir a Imladris, y no tengo muchas noticias sobre el estado de los otros pueblos élficos... -
Aragorn suspiró.
- Bueno, mi pequeña Dama se encargó de avisarme de esto - dijo
Legolas se asombró enormemente al escuchar a Aragorn referirse a Arialdnir de esa manera. Aragorn se dio cuenta del asombro de Legolas.
¿Qué sucede , Legolas ? -
Lo siento - dijo algo avergonzado- es sólo que no sabía que eras tan cercano a la Dama.
Cercano? pero.... - Aragorn miró a Elrond.
Elrond volteó saliendo de sus divagaciones.
- Creí conveniente que tú le contaras sobre Arialdnir - dijo.
- ¿Contar? - dijo Legolas.
- Hmm verás querido amigo - Aragorn se puso de pie y permaneció un tiempo callado como eligiendo las palabras correctas.
- Seguramente sabrás que la madre de Arialdnir fue una de las legendarias elfas, Fësafel - dijo mirando al elfo - pero lo que supongo que no sabrás es que el padre de Arialdnir fue el rey Arathorn.
Legolas se sentó inmediatamente. No podía creerlo.
- Pero tu padre.... - dijo Legolas.
- Por favor, Elrond, relata la historia a Legolas ya que nadie mejor que usted podría contarla tal como sucedió... - dijo Aragorn.
Elrond contó la historia a Legolas.
Las leyendas contaban que el padre de Aragorn, Arathorn, murió en una batalla cuando apenas Aragorn tenía dos años de edad. Los hijos de Elrond habían acompañando a su padre en esta batalla y trajeron la trágica noticia de la muerte del joven rey, ya que sólo tenía sesenta años. Lo que no sabían, fue el rey no había fallecido. Los hijos de Elrond vieron al padre de Aragorn caer con una flecha de orco atravesando su ojo, y, a pesar que hicieron lo imposible por rescatarlo, el cuerpo del rey se perdió en batalla. Después de una intensa búsqueda tuvieron que partir pensando que los orcos se habían llevado el cuerpo y llevando consigo sólo la corona del rey.
Lo que no sabían era que en efecto los orcos lo habían llevado, más no como cadáver sino como prisionero. Los orcos cayeron unas leguas más allá a manos de un grupo de elfos de Lórien, quiénes inmediatamente se llevaron al rey a un refugio secreto. El rey fue curado pero no recordaba de su pasado. Desconociendo su verdadera vida y la existencia de su esposa Gilraen, la madre de Aragorn, Arathorn conoció a Fësafel y ambos se enamoraron. Producto de este amor nació Arialdnir. Pero Fësafel sabía que algo andaba mal. Ella era la hermana de Galadriel, heredera al trono. Ella sentía en su corazón que algo no estaba bien pero trataba de ocultar esa voz en su cabeza. Hasta que ya no pudo más. La elfa tuvo un sueño en el cual vio a Gilraen llorando por su esposo muerto y a su Hijo, Aragorn, viajando a Rivendel. Fesafël nunca se perdonó esto, ella no era culpable pues no sabía nada pero aún así temía que había sido egoísta y que su amor por Arathorn la había cegado. Cierto día, Fësafel dijo a Arathorn que llevara a Arialdnir al bosque. Se despidió con un gran abrazo de su hija y le besó la frente. Ella se dirigió unas cascadas, y allí comenzó a escribir en unos pergaminos. Hecho esto, colocó las hojas encima de una gran roca.
- Oh, Elbereth!! Oh Gilthoniel!!! dejénme entregar mi vida y mis poderes para poder enmendar este daño!! déjenme renunciar a esta vida inmortal y a este legado que no merezco pues he sido egoísta!! Dejen que muera por amor!! - antes de lanzarse dio un último suspiro - querida Arialdnir, discúlpame -
Dicho esto se lanzó a las cascadas y pereció y con ella pereció el poder para derrotar al poder oscuro.
Arathorn caminó a la cascada arrastrado por su hija que lloraba sintiendo que algo pasaba. Tomó el pergamino y leyó:
" Melamin **amado mío** no puedo con esta carga. Tu identidad no es mas secreta para mí. Eres el rey Arathorn descendiente de Elendil, y tu vida se encuentra en el mundo de los hombres. Caíste en batalla y te dieron por muerto, de esto no hace ya mucho. Tu hijo Aragorn fue enviado a Rivendel con Elrond donde vive su madre, Gilraen. Por favor, regresa con ellos y lleva a Arialdnir contigo. Que mi pequeña no pague los errores de su madre. Me voy porque no puedo soportar el dolor de haberte ocasionado daño aún sin quererlo y no podría verte partir lejos. Regresa a tu hijo rey de Gondor, y olvídate de mí..."
Arathorn de pronto recordó todo. En seguida organizó una búsqueda y localizaron el cuerpo de Fësafel. Galadriel llegó en seguida, había sentido la muerte de su hermana. Dieron sepultura a Fësafel y se arregló todo para la partida de Arathorn, pero, en ese instante, un ataque de los orcos los tomó por sorpresa. Arialdnir había corrido hacia el bosque cuando un orco se acercó a ella y disparó una flecha, la pequeña cerró los ojos esperando el impacto de la zaeta, el cual nunca llegó. Su padre se había puesto delante de ella, y con su espada mató al orco, más no pudo evitar la mortal herida.
- Oh, Galadriel!! encargate de mi pequeña y vela por ella, llévala donde Gilroen y explica lo sucedido....pero cuidala!! el enemigo no debe saber su existencia ya que ella es la heredera de los poderes de Fësafel, la única con el poder suficiente... pero es aún una niña y no podrá con la terrible carga...-
Dicho esto le dio un beso en la frente a su pequeña y falleció. El rey fue enterrado en las tierras Eriador, hogar de su esposa Gilraen, donde muchos años después ella también fue enterrada.
Galadriel llevó a Arialdnir a Rivendel con su hijo Elrond y la reina Gilraen. Juntos decidieron que sería mejor que permanezca un tiempo con ellos y después, terminada la guerra, fuera a Lórien donde se preparía a cargo de Galadriel. También decidieron que era lo mejor que el pequeño Aragorn no supiera nada de su hermana, sería peligroso para ambos.
- La pequeña no tiene culpa de nada.... jugarretas que nos depara el destino! - Así fue como Arialdnir, desconocida por el mundo, compartió un tiempo con su hermano sin ninguno de los pequeños saber nada, a cargo de Elrond quien se comportó como un padre para los dos pequeños, hasta que ella fue llevada a Lórien.
Legolas estaba en verdad sorprendido. Después de escuchar el relato Aragorn, con profunda melancolía en los ojos, dijo lo siguiente.
- Sé que mi madre nunca tuvo ningún resentimiento a Arialdnir, es más, la llegó a querer inmensamente, aunque siempre sintió en su alma el dolor por lo ocurrido con mi padre, lo cual me dejó ver cuando antes de morir me dijo:
" Onen i-Estel Edain, ú-chebin estel anim"
**"Di Esperanza a los Dúnedain, y no he conservado ninguna para mí" **
- Cuando me enteré de la verdad no fue gran sorpresa para mí...-continuo- conocí a Arialdnir tiempo después de acabada la guerra de Sauron, y siempre sentí que algo increíblemente fuerte me unía a ella. "La sangre llama a la sangre" dicen -
Legolas estaba visiblemente sorprendido. Esto explicaba absolutamente todo. Ahora comprendía lo estúpido que había sido al tener celos de su amigo, aunque no se equivocó en pensar que aquellos dos tenían una conexión, eran hermanos.
- Pues esto aclara muchas de mis dudas, debo confesar - dijo Legolas - más, si es cierto esto, quiere decir que el ataque de Saruman se concentra en.... -
- Si, busca a Arialdnir - dijo Aragorn - Mi decisión es combatir a Saruman, quiero partir con un ejército a buscarlo y combatirlo, verás, hay un pueblo a pocas leguas de aquí donde un ejército mío espera. Mandé reunirse allí a los grandes guerreros humanos y élficos y estaran allí en una semana, el pueblo está en el valle cerca del mar de Rhun, después de la guerra muchos pueblos sin jefes se establecieron allí formando un hermoso reino...debo llegar ahí y después partiremos en busca de Saruman...esperaba contar con tu presencia Legolas... -
- Claro! no podría hacer menos que acompañaros.... pero, entonces es cierto, la Dama está en gran peligro! - exclamó alarmado Legolas.
- Sí, ella deseaba acompañarme al reino de Rhun pero yo me rehusé... aunque debo admitir que ella tiene razón. Si las fuerzas de Saruman la buscaran no dudaran en venir aquí y el ejército no podrá aguantar un ataque tan fuerte. - contestó Aragorn.
- Pero debe haber otra solución... además sería peligroso para ella estar rodeada de batallas con orcos... -
- Oh , los orcos no me preocupan! - dijo Aragorn- Arialdnir es muy fuerte y maneja el arco y la espada espléndidamente, no estaría menos segura en una batalla que tú o yo... lo que me preocupa -
- Cuando algo es puro no imaginas el daño que puede causar la oscuridad... - dijo Elrond rompiendo su silencio.
Legolas se extrañó un poco por estas palabras.
- En fin, ella deberá venir con nosotros - dijo Aragorn dirigiendose a Elrond- no estará más segura aquí que en cualquier otra parte, además tarde o temprano ellos vendrán... no podremos arriesgar las vidas de los que aquí se encuentran -
- Lo sé... - la tristeza inundaba los ojos de Elrond - entonces ella irá!! mi pequeña Arial irá!! estará segura contigo y si la decisión está ya tomada, en vano permanecemos aquí..-
- Tienes razón, será mejor que regresemos la fiesta en el salón está pronta a comenzar y debemos alegrarnos por última vez antes de partir de nuevo a donde nos conduce esta vez el destino... - esta vez se dirigió a Legolas - será mejor que vayas y te refresques un poco pobre Legolas!! las impresiones han sido muchas puedo ver!! - dijo con una gran sonrisa mirando a su amigo.
- Creo que tienes razón -dijo Legolas - partiré a mi cuarto, con su permiso señor Elrond, me refrescaré y cambiaré de ropas y los encontraré en el salón.
- Puede partir, joven Legolas - dijo Elrond - más no demore, lo esperaremos.
Nos encontraremos allí entonces amigo - dijo Aragorn.
Arialdnir estaba enfandada. Su hermana Arwen le había dicho que se tranquilice, qiue la decisión de Aragorn no era definitiva aún pero no había logrado clamar a su hermana. Finalmente la dejó, le dijo que debía arreglarse para baile.
Arialdnir no tenía en realidad muchas ganas de ir. Se recostó en su cama y se puso a pensar. Se paró para buscar un vestido y sintió que algo se le cayó. era su pañuelo, el que Legolas le había devuelto en la mañana. Lo recogió, el pañuelo estaba impecable y tenía un olor exquisito, olía a él, a Legolas. Recordó que Legolas iría al baile así que rápidamente se cambio y se dirigió al salón.
Legolas se sentía extraño. Se dirigió a su cuarto y se dirigió directamente al cuarto de baño. Tomó un baño de agua fría y asimiló todo lo que había escuchado.
Secó su cuerpo y sus cabellos y se puso una túnica muy elegante color verde claro. Se veía realmente muy bien. Se perfumó y se dirigió a la puerta. El baño realmente lo había relajado mucho y le había despejado la mente.
Salió del cuarto y se dirigió al salón.
La idea de que Arialdnir iba a ir con ellos al reino de Rhun lo emocionaba y lo asustaba. Por un lado viajaría con ella, lo cual no lo podía hacer más feliz, pero temía por ella. Temía que algo le sucediera. Sabía que ella era efectivamente muy buena con el arco (se lo había comprobado en el jardín ayer, cualquier otro no hubiera podido realizar tan certero tiro) y aunque no la había manejando una espada no dudaba que era muy buena en ello, miles de veces mientras caminaban ella realizaba ágiles movimientos lo que le hacía pensar que era tan sólo una reina, si no también, una guerrera.
Legolas se dió cuenta que ya iba llegar al salón. El sol se había ocultado hace mucho ya, y los invitados aún llegaban al salón. Legolas se encontró con las elfas que se le acercaron el día anterior, y las saludó gentilmente, arracando suspiros entre las damas.
Legolas entró al salón. Estaba adornado bellamente y múltiples parejas bailaban en el centro. Buscó por todos lados hasta que la encontró. Arialdnir llevaba un vestido de tul color azul. Estaba radiante. Cada vez que el creía que ella no podría verse más hermosa, ella siempre lo sorprendía. Sus cabellos iban recogidos en un ligero moño que dejaba caer mechones en sus hombros. Elrond y sus hijos conversaban y disfrutaban. Arwen y Aragorn también se encontraban allí. Se dió cuenta que un remolino de elfos se formaba alrededor de Arialdnir y se dio cuenta qué sucedía, querían bailar con ella. Un elfo muy elegante se acercó, adelantandose a todos, y se presentó ante Elrond piddiendo permiso para bailar con su hija. Elrond le concedió el gesto, y Arialdnir (algo incómoda, por cierto) aceptó bailar con el elfo. Sus movimientos eran delicados y hermosos. Todos la contemplaban. Muchos siguieron después de aquel baile. Los celos (ahora estaba seguro) carcomían a Legolas y vió que no era el único. Aragorn miraba fijamente a cada elfo que se acercaba a su hermana y parecía que en cualquier momento saltaría sobre alguno que miraba a Arialdnir en forma "no apropiada".
Legolas no soportaba más. Sabía que esa vez tampoco podría acercarse a Arialdnir y ya no podía seguir mirándola bailar con otros. Volteó y se dirigió al jardín, se sentó en una banca y alejada contemplando la hermosa luna.
Aragorn estaba comenzando a impacientarse. Elrond se había retirado hace poco a descansar dejándole con el trabajo de velar por Arialdnir. Aragorn sabía que mañana partiría y deseaba pasar algún tiempo con Arwen pero no podría dejar a su hermana con esos elfos. De pronto un elfo se acercó a Arialdnir y la tomó por la cintura, Aragorn dió un paso adelante e inmediatamente frenó. Arwen puso una mano en su hombro y lo miró sonriente. Aragorn tuvo que retroceder y resignarse a mirar de un extremo. Finalmente le dijo a Arwen que vilgilara a Arial que él saldría un momento a tomar un poco de aire.
Aragorn salió y suspiró mirando la luna. Deseaba tener a su bella Undómiel (Arwen también era llamada así, lo que significa "estrella de la tarde") en sus brazos pero no dejaría a su hermana sin protección. Con Ellendan y Elrohir (hermanos de Arwen) no podría contar pues ellos estaban bailando con unas hermosas elfas y no quería interrumpir. Pero quien podría.... de pronto Aragorn vio la solución de sus problemas ahí, en frente de él, sentado en una banca.
- ¿Cómo lo pensé antes? - se dijo y corrió hacia su salvación.
Legolas pensaba en la luna y en Arialdnir. Sentía que guardaba un gran sentimiento por la dama pero ¿sería algo más que eso? ¿sería..... el amor?
- Legolas! legolas! Al fin te encuentro! - dijo Aragorn, corriendo en dirección al elfo.
- ¿Es que acaso sucedió algo? - contestó Legolas, alertado.
- Oh no, nada grave... pero necesito tu ayuda! ven conmigo! -
Aragorn practicamente arrastró a Legolas al salón. Lo llevó hacia donde estaba antes provocando una gran risa a Arwen.
- Verás ... estoy un poco cansado y Arwen y yo querríamos retirarnos pero no puedo dejar a Arial aquí sola!!! - dijo Aragorn mientras señalaba a su hermana quien conversaba con un elfo - Ah! hay veces en que simplemente siento que si tuviera mi espada... bueno, en fin, cuida de ella por mí -
- Ah bueno yo... - Legolas comprendía q Aragorn se sintiera y nada lo haría más feliz que estar con Arialdnir pero..
- Verás Aragorn, yo estaría honrado pero creo que la dama está ocupada y no quisiera...-
No pudo ni terminar de decir esto ya que Aragorn lo había empujado donde Arialdnir, en medio de ella y el otro elfo.
- ¿Legolas? ¿Donde estabas? - contestó Arialdnir con una gran alegría.
-Ah, bueno.. - dijo volteando a ver Aragorn quien lo observaba sonriente con Arwen al lado - estuve paseando por las afueras...
El elfo se retiró dejando a Arialdnir sola con Legolas.
- Hmm - dijo Arialdnir- supongo que Aragorn te trajo aquí para que me cuides no?
Legolas sonrió.
- El sólo se preocupa por tí - dijo
- Lo sé - djo Arialdnir - pero n tienes que estar conmigo sólo a causa de él.
- Claro que no! creo que es un verdadero honor acompañarte! -
Arialdnir sonrió.
- Me podría conceder esta pieza, querida dama? - dijo Legolas invitándola a bailar.
Ella aceptó y pronto los dos estuvieron en el centro de la pista bailando.
- bueno, creo que debo decir que comprendo a Aragorn - dijo mientras observaba, ligeramente fastidiado, a los innumerables elfos que se quedaban observando a Arialdnir.
- Bueno pues creo que tú también deberías tener a alguien que te cuide - dijo mientras veía las miradas envidiosas que recibía de parte de algunas elfas.
Ambos se miraron y rieron.
- Debo aceptar que nunca pensé que vería a Aragorn así, me parece tan gracioso verlo comportarse de esta manera - dijo mientras veía que Aragorn se retiraba con Arwen, no sin antes darle una mirada aprobatoria y una sonrisa - felizmente que no trajo su espada!! -
Legolas miró fijamente a Arialdnir. De cerca se veía incluso más bella. Rápidamente apartó la mirada, tenía miedo de verla en forma "errónea" y que en cualquier momento Aragorn apareciera con Andúril (su espada) y olvidara que Legolas era su amigo.
- Bueno, supongo que es lo cualquier hermano haría - dijo Legolas tratando de fijar su vista en algún punto de la habitación.
- hermano? - dijo Arialdnir - veo que has hablado con él ...
Es cierto, Legolas no había tenido tiempo de hablar con ella sobre eso.
- Crees que podríamos salir ? - dijo Arialdnir - creo que necesito tomar un poco de aire.
Caminaron hacia los jardines y se sentaron en la banca que Legolas se había sentado antes.
Aragorn entró a la habitación con Arwen. Arwen se acercó a la mesa donde Andúril se encontraba.
- No pasó mucho para que la usaras denuevo - dijo.
- Undómiel.... regresaré a salvo - dijo acercandose a ella.
- Lo sé - dijo ella acercándose a la ventana.
- Mi pequeña hermana me preocupa - dijo Aragorn
El sabía que la diferencia de edades entre ellos no era significativa (además en los elfos las edades no interesan mucho de todas formas) pero aún el insitía en que ella era su pequeña hermana. Quizás en edad no habría mucha diferencia pero sabía que su hermana era muy joven para los elfos y aún le faltaban muchas experiencias en las guerras.
- Temo que le suceda algo, tú sabes que ella aún no está lista y....
Arwen puso un dedo delicadamente en los labios de su amado Elessar.
- Arial estará bien, lo prometo - le dijo.
Arwen se acercó a cerrar las cortinas de la ventana y se quedó un momento contemplando afuera con una sonrisa.
- ¿Qué sucede? -
Aragorn se acercó y vio a Arialdnir sentada conversando con Legolas. Sonrió y cerró las cortinas acercándose a Arwen para darle un tierno beso.....
- Bueno, así que ya sabes la verdad - dijo Arialdnir.
- Pues sí... es que no querías que lo supiera? - contestó Legolas.
- Oh claro que no! de hecho me alivia en cierta forma.... aunque no sabía exactamente como reaccionarías... -
- Reaccionar? a qué habría de reaccionar? nada a cambiado - dijo Legolas - sigues siendo la misma Arialdnir que conocí....
Se miraron un momento y Arialdnir sentía que la situación se ponía un poco tensa.
- Bueno tengo admitir que me aclaró algunas dudas - dijo Legolas como para aliviar un poco el momento.
- Dudas? - dijo Arialdnir.
- Bueno si. Verás, me puse a pensar y me pareció algo extraño que Mithrandir nunca nos hubiera hablado de tu existencia y, si estabas en Lórien, por qué cuando la compañía del anillo visitó aquellas tierras nadie nunca te vió.... pero lo que me contó Aragorn aclaró todo.-
- Bueno, es cierto. Durante el tiempo que ustedes permanecieron allí Galadriel me había dejado instrucciones de no dejar el palacio. Después me enteré que era porque uds habian llegado... -
Arialdnir le contó a Legolas que ella siempre había sentido un gran cariño por Aragorn, incluso antes de saber la verdad.
- Sabes que a él le pasó lo mismo contigo? - le dijo Legolas.
Ella sonrió y por un momento la luz de luna iluminó sus dientes perlados.
- Mi hermano me dijo que irás al reino de Rhun con nosotros - dijo Arialdnir.
- Si, veo que tu hermano ya te dió la noticia -
- Pues partiremos mañana temprano y será mejor que descansemos - dijo Legolas entristecido pues no queria separarse de ella.
- Tienes razón supongo -
Legolas acompañó a Arialdnir a sus habitaciones.
- Bueno, Arialdnir, decansa -
- Gracias... hmm ... Legolas? -
- Si? -
- Te importaría llamarme Arial? - dijo ella.
Legolas sabía que sólo los mas cercanos a ella la llamaban de esa manera.
- Claro! - respondió visiblemente feliz - descansa Arial...
Ella le sonrió y entró en su cuarto. Después de todo tenian que descansar, les esperaba un gran día mañana...
