Please dejen reviews en el libro de visitas por favor!! Quiero saber q les parece la historia..... Gracias y q Eru los guie!

CAPITULO IV

Al día siguiente Legolas se despertó muy temprano, se vistió con sus típicas ropas de viaje (las que hace mucho ya no usaba) y guardó sus pertenencias en su ligera mochila (élfica, sin duda, ya que es imposible que tantas cosas pudieran entrar en tan reducido espacio). Antes de dejar el cuarto miró alrededor pensando... ¿podría regresar alguna vez a una paz así?...

Bajó al jardín y encontró a los caballeros que habían acompañado a Aragorn el día anterior, al parecer los acompañarían en el viaje. Un elfo se encargaba de arreglar dos caballos aún sin jinete. Ambos caballos eran marrones y con la crin de color gris (extraños caballos, en verdad) eran muy robustos y elegantes y estaban siendo cargados con diversas provisiones.

Alasse Aurê **buenos dias** - el joven elfo lo saludó.

Alasse aurê – respondió Legolas

¿Por favor, joven rey, podría darme su equipaje para ajustarlo al caballo? –

Hmm bueno, creo que ese no es mi caballo – contesto Legolas, con una sonrisa en el rostro, contemplando el hermoso caballo delante de él.

Oh si joven rey! – dijo el sirviente, algo entusiasmado.

No, verá. Mi caballo es Arod, creo que se encuentra ... -

Oh, vamos! No creerás Legolas, que dejaría que lleves un viaje tan largo con aquel caballo! –

Aragorn apareció en ese instante interrumpiendo al joven rey. Aragorn vestía con sus antiguas ropas de montaraz, aunque ni así podía disimular el aire de nobleza y grandeza que lo rodeaban.

Gracias! – Legolas corrió y acarició al hermoso caballo – aunque me costará tener que dejar al pobre Arod. Es aún muy fuerte y me acompañó mucho tiempo....

Podrás llevártelo al regresar si lo deseas, pero el caballo es ahora muy viejo y es mejor que lleves este – Aragorn se aproximó al caballo que se encontraba al costado – estos caballos fueron regalos de los elfos, asumo que los encontraras muy familiares, son extraordinarios y sumamente raros incluso para Rohan – Aragorn acarició al caballo y se quedó algo pensativo.

Legolas contempló a su amigo y se dio cuenta que se encontraban como cuando iban con la comunidad del anillo. Sonrió y miró y Aragorn, el cual en ese momento tambien lo miraba, como si estuviera pensando lo mismo.

¿la reina Arwen y el joven príncipe? – preguntó Legolas.

Deben salir en un momento – dijo Aragorn – Arwen estaba conversando con Arial.... –

En aquel momento Arialdnir y Arwen llegaron al jardin.

Aiya! Nos preguntábamos por ustedes! – dijo Aragorn.

Arialdnir llevaba un traje élfico de color verde, parecido al de Legotas, llevaba el cabello recogido en un moño. Siempre que Legolas pensaba que ella no podía verse mas hermosa, ella encontraba la forma de sorprenderlo.

Todos los caballeros hicieron reverencias para recibir a ambas damas.

Creo que si viajaremos y pelearemos juntos, deben dejar de tratarme como si fuera una reina – dijo Arialdnir, ligeramente seria.

Aragorn sonrió y los caballeros se quedaron algo confusos mirándose entre sí, hasta que uno de ellos se puso de pie, seguido por los demás. Legolas pudo reconocer que era el mismo que, el día anterior, había alabado la belleza de Arial. Legolas sintió un ligero ardor en el estómago al verlo.

Será mejor que presente a nuestros acompañantes, entonces – dijo Aragorn.

Aragorn los nombró: Erias, Ardon, Malri y Traedas. Eran caballeros de la escolta personal del rey Elessar. Eran los mejores peleadores del reino, aunque Aragorn aún no los conocia mucho; él estuvo siempre en compañía de los demás montaraces; la escolta había sido nombrada recientemente. Aún así Aragorn confiaba en que serían hombres de lealtad, él único que hasta ahora le brindaba algo de desconfianza, era Erias; él que se había acercado a Arial el primer día...

Arial les sonrió y dirigió su mirada a Legolas. Legolas la miró y ambos se quedaron así un momento, ambos iban a realizar un peligroso viaje y ambos temían por la seguridad del otro. Legolas se puso algo serio .

Estaré bien – dijo Arialdnir, rompiendo el silencio y poniendose algo disgustada – no creas que soy solo una delicada dama que pertenece solo a los hermosos paisajes lejos de toda guerra – ella había entendido perfectamente la mirada de Legolas.

Legolas la miró algo sorprendido, era como si hubiera averiguado exactamente lo que él estaba pensando. Era verdad, ella ahora no se veía tan frágil; en efecto, algo en ella era diferente, se veía mas fuerte, en sus ojos se veía el fuego de los guerreros cuando saben que la guerra se acerca. Legolas sonrió y decidió mejor dejar la discusión allí, después de todo, pase lo que pase, él estaría allí para protegerla y lo que menos quería hacer ahora era pelear con la bella mujer enfrente de él.

Nunca dudé de sus habilidades, dama – dijo con una cara muy inocente – Bueno creo que debemos partir, pero aún falta un caballo para la joven guerrera – dijo en un tono de broma, provocando una ligera sonrisa en Aragorn.

Arial tampoco quería pelear, así que decidió sonreir.

¿Mandarás traer un caballo para Arial? – preguntó Legolas a Aragorn.

Erias, que junto con los demás, escucharon toda la conversación, se sintió algo molesto al saber que Legolas llamaba a Arial a Arialdnir. El sabía que sólo Aragorn la llamaba así.

Verás, no creo que sea necesario....- contestó Aragorn.

En aquel momento Arial se alejó un poco del resto y emitió un dulce silbido. Legolas se encontraba muy confundido. De pronto, entre los árboles, un hermoso y reluciente caballo blanco emergió. Legolas lo reconoció enseguida.

Sombragris!! – exclamó saltando y mirando al caballo acercarse.

Sombragris se acercó al costado de Arial, entre la multitud que lo miraban extasiados. Se acercó más ella, frotando su cabeza con el hombro de la joven elfa.

Cuando Olórin partió, Sombragris decidió quedarse conmigo – dijo ella acariciando al caballo.

Legolas se acercó a Sombragris quien reconoció al elfo y dejó gustoso que él lo acariciara.

Muy buena elección – dijo Legolas en un susurro, que sólo Arialdnir escuchó.

Arialdnir puso su mochila en el caballo. En aquel momento Eldarion se acercó a ella y la abrazó.

Pequeño nos veremos pronto – le dijo dulcemente tomándolo en brazos y recitándole suaves palabras en elfico. Puso al niño en el suelo, el cual corrió inmediatamente a brazos de su padre.

Cuando regresen a Gondor, recuerda hijo mío que debes cuidar de tu madre – le dijo muy seriamente, como si estuviera hablando con alguien mucho mayor – eres el encargado ahora ¿está bien? –

El niño miró a su padre y asintió. Aragorn abrazó fuertemente a su hijo y lo bajó. Arwen se acercó a él y le dio un dulce beso y le susurró algunas palabras en élfico. Aragorn la abrazó fuertemente y después de unos segundos se separó de ella.

Elrond llegó y se despidió de los caballeros,de Aragorn y de Legolas con múltiples frases de aliento y buenos deseos. Cuando legó a Arialdnir la abrazó largamente y Arwen se acercó luego a Arialdnir y la abrazó dándole un beso en la mejilla. Se dirigió a Legolas y éste le besó la mano. Aragorn montó en su caballo seguido por Legolas y los demás caballeros. Sombragris se arrodilló en las patas delanteras, dándoles facilidades a Arial para montar en él. Todos miraron por última vez a Rivendel y sus hermosas flores y caídas de agua. Dieron media vuelta cuando Elrond se acercó a Arial.

Nai Eru varyuva len ** Que Eru te guarde**

Arial lo miró y le dirigió una hermosa sonrisa. Se quedó mirándolo un largo rato y parecía que se hablaran. Luego, volteó el caballo y partieron todos, sin mirar atrás.

Dos caballeros iban a la cabeza, seguidos de Aragorn y el a su vez seguido de Legolas y Arialdnir y los dos caballeros restantes al final. Aragorn les había indicado que seguirían el camino hasta llegar a los límites del Bosque Negro. Legolas se alegró al escuchar esto.

Podrás conocer mi hogar! – dijo con una gran sonrisa a Arialdnir.

Ella se entristeció y bajó la cabeza.

Lo siento, amigo, pero temo que sólo viajaremos por el límite del Bosque – Aragorn miró a Arial de reojo – Debemos encontrarnos con algunos hombres en el límite del Bosque, además viajaremos en secreto y no deseo viajar cerca de ningún pueblo donde nos puedan reconocer...-

Legolas vió a Arialdnir y se dio cuenta que ella estaba aún mas triste que él. Disimuló su decepción para tratar de hacerla sentir mejor.

- Tienes razón, Aragorn, no debemos arriesgarnos e involucrar a gente inocente en esto –

Pasaron un rato más cabalgando y Legolas trató de animar a Arial con conversaciones ligeras y después de muchos intentos pudo por fin sacar una sonrisa de ella. Le parecía muy extraño que ella se haya sentido tan mal por no poder ir al Bosque Negro, después de todo tenían toda eternidad.... Aunque si le pareció raro que Aragorn se rehusara a ir. Otra cosa con la que constantemente luchaba Legolas era con la perturbadora y molesta inquisidora mirada de Erias...

Finalmente llegaron a una parte despejada en la falda de las montañas. Aragorn decidió desmontar para que descansen porque estaba oscureciendo.

Mañana entraremos en los límites del Bosque Negro... - miró a Arial y rápidamente volteó la mirada- al final del camino encontraremos a 10 montaraces a quienes logré llamar, después seguiremos hacia el reino de Rhun. Calculo de que si no tenemos ninguna demora debemos llegar dentro de tres días – guardó los mapas que había sacado – descansemos, preparemos las guardias.

Los caballeros se ofrecieron a hacer guardia toda la noche en turnos, diciendo que era mejor que los reyes y la joven dama guardaran energía para las batallas. Después de discutir un rato Aragorn, Legolas y Arialdnir finalmente asintieron sabiendo que los caballeros no darían su brazo a torcer, aunque en este viaje no lo parecía, Aragorn era su rey y no dejarían a su rey haciendo de vigía.

Aragorn tendió una manta a su lado y Arial se sent en ella. Legolas se dio cuenta que a medida que avanzaban al Bosque Negro ella se volvía ligeramente más agitada. Legolas se sentó al frente de ella, tapando a Erias. El primer turno lo tendría Ardon, seguiría Traedas, Malri y al final Erias. Legolas y Aragorn conversaron de sus aventuras y se divirtieron contando sus pelea a Arial. Ella estaba muy alegre escuchándolos hasta que después un tiempo decidió recostarse a descansar.

Alassëa lómë. ** buenas noches **

Legolas le dirigió una hermosa sonrisa y le deseó dulces sueños. Aragorn la cubrió con una fina manta élfica y pasó su mano por sus cabellos, en un gesto muy paternal. Ella sonrió (Legolas sintió que el corazón se le iluminaba ) y después perdió la mirada en los lejanos árboles.

Aragorn y Legolas conversaron un rato más y decidieron descansar también. Legolas siempre con los ojos abiertos vigilantes, justo en dirección de cierto caballero...

Legolas despertó y Aragorn lo siguió. Arial estaba al costado de Sombragris quien acababa de regresar (cuando amarraron a los demás caballos, Sombragris fue a los bosques). Erias le había ayudado a guardar sus cosas. (Legolas se reprochó no haberse levantado antes, se preguntaba como no sintió cuando ella se levantó).

Desayunaron carne seca y lembas. Recogieron las cosas y emprendieron la marcha.

Legolas y Arial cabalgaban juntos conversando. Legolas estaba totalmente maravillado con la historia que Arial le contaba, acerca de las enseñanzas de Galadriel y el hermoso Lórien. Luego de unas pocas horas llegaron a los bordes del Bosque. Legolas notó que Arial se ponía cada vez más cansada a medida que avanzaban, incluso Sombragris lo había notado, el hermoso caballo evitaba ágilmente cualquier relieve del camino.

¿Manen Natye, Arial? – dijo Legolas

Si! – dijo ella, como si de pronto recobrara el ánimo y llenando su rostro con una sonrisa, Aragorn volteó y al verla así le sonrió también, luciendo aliviado.

Legolas también sonrió.

Te vi un poco cansada antes e incluso podría jurar que una extraña sombra había...- Legolas no pudo continuar.

Erias y Ardon avisaron que una compañía de orcos estaba adelante, pero era ya muy tarde para escapar. Todos bajaron de sus caballos y Arial mandó a Sombragris a los árboles a lo cual el caballo accedió visiblemente enojado, relinchando y golpeando el suelo, como si quisiera pelear y no lo dejaran. Los caballeros trataron de rodear a los orcos pero era imposible, eran 30 y los orcos los rodearon a ellos, entonces la pelea comenzó. Los orcos tenían la mirada fija en Arial, Legolas instintivamente se puso delante de ella y en ese momento ella sacó debajo de su capa una hermosa espada plateada, fina y curva e inmediatamente la reconoció: la Hoja de Multitudes, la espada de Arwen. (Legolas se sorprendió por no haberla notado antes). Arial se alejó en un salto de Legolas y mató a un orco que se acercó a Traedas por la espalda. Sucedió tan rápido que Legolas no tuvo tiempote reaccionar y Arial siguió peleando con gran agilidad (incluso mejor que algunos de los guardias). Poco a poco Legolas comenzó a tener más confianza en las capacidades de Arial (además era increíblemente difícil pelear con los ojos fijos en otra dirección) Aragorn miraba de cuando a Arial de reojo y, al igual que Legolas, poco a poco dejó de preocuparse y concentrarse en la pelea. Habían matado ya casi la mitad de orcos, Legolas iba a disparar una flecha cuando por el rabillo del ojo le pareció ver a Arial perder ligeramente el equilibrio. Legolas disparó la flecha y volteó inmediatamente.

Arial?! – gritó.

Aragorn acababa de atravesar su espada en orco y volteó a ver a Arial. Ella sonrió a ambos, disparó una flecha (que dio justo entre los ojos de un orco que se acercaba al desprevenido Legolas) y sonrió.

Estoy....- Arial cambió bruscamente el rostro y se tambaleó.

Aragorn corrió hacia ella (a Legolas le cerraron el paso dos orcos, y peleaba eufóricamente con ellos) los caballeros corrieron y formaron un círculo rodeando a Aragorn y Arial. Aragorn sujetaba a Arial por el brazo y peleaba contra los orcos que de repente parecían mucho más enfurecidos, trataban a toda costa de llegar a Arialdnir.

Agghh!! – gritó Arial y Legolas llegó a tiempo para sostenerla en sus brazos. Aragorn palideció de repente y Sombragris relinchó fuertemente.

- Abran paso ahora!! Se acercan..... – gritó mirando hacia el cielo.