CAPITULO VII
Legolas sonrió al notar que hace ya varias horas que el sol había dejado de posar sus rayos sobre ellos y que la luna se apresuraba ya en tocar aquel hermoso rostro de la elfa que lo acompañaba. Arial le había pedido que le cuente algunas historias de batalla y asi lo hizo, pasando el tiempo a su alrededor.
De pronto el elfo notó algo en el aire.
- Hmm me parecía extraño que no lo hayas notado antes – dijo Arial.
- Creo que sería mejor no parar esta noche, así llegaríamos a Rhun justo antes de que el sol caiga - dijo Legolas preocupado.
Arial sabia que le encantaría alargar mas ese viaje, pro Legolas tenia razón, debían llegar lo antes posible por que algo en el aire había cambiado…seria mejor apurar el paso.
- Tienes razón sería lo mejor, pero tú…-
- No estoy cansado no te preocupes, ya descansé lo suficiente…podría pelear 10 lunas enteras sin siquiera sentir cansancio…- le dijo con una gran sonrisa.
Ella se dejó caer totalmente en el pecho de Legolas, cerró los ojos y sintió su aroma, su calidez, su luz…quería recordarlo por toda la eternidad…
Legolas se aferró mas a la crin de sombragris como poniendo una barrera para ella, el tampoco quería olvidar nunca este momento…
Aragorn miraba a la ventana de su habitación. Arwen se había aparecido en sus sueños y le aseguro que su hermana estaría bien, que pronto la vería… y era también su corazón el que la sentía cerca ya…
El sonido de los cascos de Sombragris atrajo la atención de los guardias del portón.
- Abran las puertas del castillo! – gritaron los guardias
Aragorn creía estar soñando, la ver aquella melena castaña bajar de un salto del caballo seguida por aquel rubio elfo.
- Por Elbereth! -
Corrió a abrazarla y sus cabellos se mezclaron con el viento, como si fueran uno solo….
- Hantale – le dijo a Legolas poniendo su mano en su hombro
- Meldo, tula, yula yulma Ven amigo toma algo -
Los tres pasaron la tarde al interior del pequeño y acogedor castillo, ubicado en la parte más alta de Rhun. Este pueblo se había convertido en refugio para las personas que huyeron de las guerras pasadas, un lugar donde los corazones azotados por el dolor encontraron tranquilidad y pudieron rehacer sus vidas. El castillo fue construido por orden de un antiguo general de Gondor, mantenía la estructura de la ciudad blanca aunque el verdor que los rodeaba imprimía una sencillez única. Se encontraba separado del resto de la ciudad por un cerco vivo de árboles que formaban un gran bosque.
Al caer la noche los condujo dentro de un gran salón donde los esperaban los hombres de la compañía de Aragorn: Erias, Ardon, Malri y Traedas quienes estaban sentados conversando y se pararon de golpe al ver aquellas luces acercarse.
- Dama esta usted bien! – grito Erias, olvidándose de todos los demás en aquel cuarto, avanzando hacia Arialdnir.
Legolas dio un paso adelante pero se freno al darse cuenta que ya Aragorn se había colocado delante de Erias.
Se ENCUENTRAN bien – dijo Aragorn.
Erias asintió y se retiro dando una mirada fugaz a Arial.
- Y el ejercito Aragorn? No vi más que pocos hombres afuera! Ciertamente no el ejercito que había imaginado! – dijo Legolas.
- Creemos que un gran ejercito de orcos se acercan y no solo eso, creemos que la ciudad de Gondor también corre peligro, me he visto forzado a llevar al gran ejercito allá bajo el mando de los hermanos de Arwen, también mande una parte a Rivendel – dijo tranquilizando a Arial.
- ¡Aragorn ellos necesitan a su rey! ¿Por que no fuiste? – Arial buscaba a los ojos de su hermano y estos huían de ella, ella estaba confundida y busco la mirada de Legolas quien se encontraba con la cabeza gacha.
- Es una trampa, Arial – dijo casi sin poder mirarla – quieren alejarlo de Rhun -
De pronto Arial lo entendió todo. Ellos sabían que si atacaban Gondor, Aragorn se vería presionado e iría y dejaría sola a Arial y Rhun, ya que el no habría tenido forma de avisarle…pero Aragorn no pudo, no lo hizo y ahora el peso de esas vidas caían sobre el…
- Arial! ..- grito Aragorn, pero ya ella se encontraba cruzando la puerta hacia fuera. Legolas fue tras ella. Aragorn se dejo caer en una silla, con ambas manos en su cabeza, había pasado mucho tiempo desde la ultima vez que cuestionó si había tomado la decisión correcta…
Arial sintió la sombra de Legolas siguiéndola, pero no podía verlo, no ahora. Finalmente lo perdió de vista, llegando a un pequeño jardín escondido. El lugar era hermoso, el olor de las flores perfumaba el aire de aquella noche. Había un banco de mármol al medio al frente de una fuente de aguas cristalinas y Arial se sentó allí. Al momento que iba a cerrar los ojos escucho un rozar de los arbustos que la sobresalto. Era Erias.
- ¿pero como llegaste aquí? – dijo ella.
- la verdad es que este ha sido el lugar donde vengo a refugiar mis noches- dijo el riendo- creo q la pregunta es como ha ud dama ha logrado dar con el!
Arial sonrió. Erias era un alto y apuesto hombre. Poseía unos hermosos ojos verdes pálidos que hacían contraste con el cabello negro azabache y la piel tostada. Tenia el típico rostro rudo de los montaraces pero aun asi…tenia algo dulce cuando la miraba, aunque siempre se mantuvo lejos de el ya que Aragorn era muy receloso cada vez que el se acercaba a ella, después de todo su hermano era muy bueno para juzgar a las personas, ella creía que solo había aceptado a Erias en su compañía por ser hijo de un viejo rey amigo de su padre…pero ella sabia que no tenia nada que temer de el, no ahora….
- lo siento – dijo ella parándose.
- No! No quería que ud se vaya! – dijo el parándose detrás de ella y tomándole del brazo.
Arial volteo hacia él un poco sobresaltada.
- Lo siento – dijo el soltándola – pero no quiero que se vaya-
Era la primera vez que el la tenia tan cerca. Casi podía respirar su aliento, su hermoso rostro de terciopelo brillaba a la luz de la luna y emitía toda ella una gran luz calida, casi como si fuera de día…
- Erias- dijo Arial
- Dama no puedo mas! Esta pena carcome mi corazón y siento en el alma que si no lo digo ahora no podré nunca mas! – se acerco y le tomo de las manos – hace mucho que yo…
- No lo hagas – dijo Arial, dando un paso atrás y sintiendo llenarse de tristeza.
- Tengo que! – volvió a tomar sus manos y se acerco mas – la amo.
Arial volvió a soltarse y volteo para ver unos cabellos rubios desaparecer en la noche. No podía estar pasando esto!
-Debo irme – dijo Arial.
Erias la tomo del brazo.
- Es por aquel elfo! - grito
Arial sintió la rabia en los ojos de aquel hombre y la desconfianza broto, sintió un pequeño dolor en el pecho…
- Suéltame! – estaba sintiendo un gran escalofrió…aquel odio…
Erias la soltó, no había nada que hacer, esa alma no le pertenecería nunca y ya lo había entendido…
Arial corrió en la dirección de la sombra, esperaba que aun lo pudiera alcanzar…
Legolas había estado buscando a Arial. Estaba desesperado. Sabia que ella estaba muy mal, tantas cosas debían pasar por su cabeza ahora…el solo quería abrazarla, confortarla…decidió cerrar los ojos y dejar que el viento lo lleve hacia ella…el aire soplaba en una dirección y Legolas parecía una pequeña hoja verde siendo arrastrada por el…
sintió que el aire dejo de soplar, paró y abrió los ojos. No podía creer lo que veía! Eru no permitas que esto pase! Era Erias tomando sus manos y tan cerca de ella! No podía, sentía mil cosas, sentimientos ocultos, furia solo comparada a la de viejas batallas y tristeza… debía irse antes que hiciera algo…
Corrió y camino sin rumbo, no escuchaba la naturaleza, el viento no soplaba hacia el y sentía q la luna no lo alumbraba..,.debía calmarse.
Encontró un banco de mármol y se deposito en el. De pronto sintió un gran sobresalto ya que por un momento pensó que había llegado al mismo lugar! Era un jardín exacto al anterior, pero no podía ser…el sabia que había caminado mucho…de repente fue solo un sueño, una pesadilla…pero no lo era sabia que sus ojos no lo habían engañado, de pronto sintió otra vez el aire soplar en su rostro…era ella.
Legolas…- dijo en un susurro.
Arial también había dejado que el viento la guié. Se dio cuenta que todo el castillo estaba rodeado por estos lugares secretos, apartados e idénticos y allí lo vio sentado como ella lo estuvo antes…
El no hablaba solo la miraba. No la odiaba, no le guardaba ningún rencor, no podía…la amaba.
Ella solo podía llorar. No podía hacer nada mas. El se levanto, a pesar de todo lo que había pasado no podía verla asi, no podía sentir esa tristeza en ella. Limpio las lagrimas de sus ojos y levanto su rostro.
- Solo quiero que seas feliz- dijo el con una sonrisa, llena de tristeza –debí hablar antes, pero ahora ya es tarde, aunque no puedo evitarlo, prometo decir esto y desaparecer de tu vida, te amo – poso su mano sobre su mejilla, Arial no podía mas…- no te sientas mal, pase lo que pase estaré ahí para cuidarte, para cuidarlos…-
Legolas se alejo de ella y volteo a ver la luna. Era demasiado, el amor que le tenia era mas grande que su vida misma…
Arialdnir permaneció ahí de pie, sin poder decir nada.
- Yo andaba sin rumbo y tu escogiste el momento perfecto para encontrarnos, quizás debí haber consultado a las estrellas esa misma noche, pero aun asi, por alguna razón, nuestros caminos se cruzaron y no me arrepiento de nada por que ni el dolor que ahora siento al saber que tu corazón ya no te pertenece podría opacar la felicidad que trajiste en mi vida…-
-Tienes razón al decir que mi corazón ya no es mío para darlo – dijo por fin Arial y Legolas sintió como si una hoja de hierro caliente le atravesara el corazón- por que mi corazón ha sido tuyo desde el principio, antes de conocer tu existencia, siempre ha sido tuyo! – Arial rompió en llanto y se dejo caer en el pasto.
Legolas volteo el rostro despacio. ¿es que en verdad aquellas palabras habían salido de ella?
- Pero y lo que ví? – dijo acercándose a ella, levantándola.
- Erias … lo sentía tanto! Pero no podía corresponder su afecto, no puedo! –dijo ella.
Legolas lo entendió. La tomo de la cintura y la atrajo hacia el envolviéndola en sus brazos. sentía que la eternidad no seria suficiente a su lado.
Arial se recostó en el y sintió que el tiempo paraba. Lentamente sintió como sus manos la apartaban un poco, quedando cara a cara.
El sonrió y tomo su rostro con sus manos.
- No llores, melanim amada - dijo el besando sus lagrimas
Ambos se miraron y sintieron una luz inmensa entre ellos. Arial sonrió y Legolas sintió su aliento, dulce brisa…se acerco hacia ella y le dio un tierno beso en los labios, un suave y simple roce que sin embrago sirvieron para que ambos probaran aquella dulzura que habían esperado tanto. El la miro y rodeando sus manos en su cintura la atrajo fuertemente hacia el, ella rodeo su cuello y sus labios volvieron a rozar, esta vez el abrió los labios de ella y dejo entrar aquella tibia lengua para jugar con la de ella, convirtiéndose en un apasionado beso; el quería estar cerca de ella, tenerla, no quería dejarla nunca; ni el mas raro, fino y dulce de los manjares estaría a la altura del sabor de aquel beso.
De pronto Arial sintió un punzada en el pecho que la saco de aquel mágico momento. Se separaron.
- Arial? – dijo Legolas
Ella empalideció y cayo en sus brazos.
- vida mía que sucede! Es que acaso vienen Naz.. – dijo el
Ella sonrió y se incorporo a el. Dejó descansar su cabeza en su pecho.
- No es nada, estaré bien – dijo ella besándolo tiernamente – estoy cansada del viaje.
Legolas no creía mucho eso, pero no decidió preguntar más y arruinar el momento. Además sabia que mientras el estuviera allí no dejaría que nada le pase…
Lejos mirando la escena se encontraba Erias. La intensidad de esa mirada llena de fuego era como casi una flecha…directo al corazón de Arialdnir.
- Si crees que eso duele, mi querida dama blanca, no sabes de todo lo que soy capaz…-
Nota: Bueno era d suponerse q no iba a dejar q dos elfos vivan felices para siempre comiendo lembas en Rivendel no? bueno a ver si me dicen q opinan d la historia hasta aquí, gracias por leer!
