Cinco.
Azumi.
La vida transcurría tranquila y sin problemas... Sí, como no, puro bla bla blá. La verdad era que Esmeralda La Salle podía representar un problema... La chica me caía bien, pero era demasiado entrometida. Cada vez que yo me ponía a platicar con Tarito ella siempre llegaba y se metía en nuestras pláticas. Yo sabía que ella estaba loquita por él, pero la verdad era que lo celaba demasiado y eso que aun no era su novio.
Bueno, pues yo también había vivido mi trágica historia de amor allá en Barcelona pero no consideré que fuese lo suficientemente importante como para narrarla. Además, yo siempre he formado parte del Club de los Corazones Rotos, eso no era nada nuevo. Primero Taro rompió mi corazón y después... Un segundo, ¿dije que Taro había roto mi corazón? Sí, lo dije. Y en honor a la verdad, era cierto. Pero bueno, eso fue hace mucho tiempo y ya lo había superado sin problemas...
Entonces... ¿Por qué rayos no he podido olvidar lo que me pasó en Barcelona? Maldita sea, quizás si lo hubiese platicado con alguien esto no me estaría carcomiendo la entrañas...
Era un día como cualquier otro. Las tragedias siempre ocurren en días como éste, en los cuales aparentemente no va a pasar nada malo pero luego te topas con la realidad... Esmeralda, como siempre, estaba pegada de Taro, tomándole fotos y haciéndole miles de preguntas, tantas veces realizadas que ya todos nos las sabíamos de memoria. El resto del equipo esperaba a que lo atendiera, no sé por qué de repente a todos les dio por lastimarse...
Vamos, Azumi, apúrate.- me instaba Jean, uno de los defensas.- Que me duele mucho el hombro.
Eso es tu culpa, por golpearte contra el poste.- gruñí.- Además, ya te he dicho miles de veces que no seas tan irrespetuoso y que me llames doctora Hayakawa.
Ya, no seas payasa y cúrame.
No molestes. ¿Qué no ves que tengo muchos pacientes? Todos se están quejando como tú. Agarra tu turno, que eres el último en llegar.
¡Bah! Bonita doctora que nos vinieron a traer, nomás te portas así porque eres amiga del gran Misaki.
¡Cierra la bocota!
Maldito Jean, le encantaba fastidiarme. Yo no sé que le pasaba.
Doctora.- me abordó Esmeralda. Ella siempre me había llamado así, incluso cuando estábamos a solas.- El entrenador desea verte.
Siempre me había dado mucha risa el hecho de que todo el equipo del PSG ya trataba a Esmeralda como si ella fuera un miembro más del equipo, aunque no dejaba de ser una reportera que siempre se metía en donde no la llamaban. Yo estaba casi segura de que en un futuro no muy lejano ella publicaría un libro titulado: "Los secretos más íntimos de los jugadores del Paris Saint Germain", con todo y fotos exclusivas.
Muchas gracias, La Salle.- respondí.- ¿No sabes para qué me quiere el entrenador?
No realmente.- contestó ésta, encogiéndose de hombros.
Me dirigí hacia donde estaba el entrenador, dejando tras de mí a un grupo de llorones y quejumbrosos jugadores. El manager estaba platicando con un hombre que me daba la espalda y que se me hizo vagamente familiar...
¡Ah! Doctora Hayakawa, buenos días.- saludó el entrenador.- Quería pedirle un favor, si no es mucha molestia y no está muy ocupada.
"No qué va. Si no tengo nada qué hacer", pensé para mis adentros, con sarcasmo.
Dígame qué se le ofrece.- respondí.
Quisiera por favor que le mostrara al señor Evans, aquí presente, las instalaciones del campamento.
"¿Y por qué mejor no manda a Esmeralda La Salle? Sirve que de paso dejamos que Taro descanse un rato", pensé.
Por supuesto, entrenador, nada más que termine... .- me interrumpí a media frase.
El joven que acompañaba al entrenador se dio la media vuelta y me miró. Y yo hubiera reconocido esos ojos color miel en cualquier parte del mundo... Mi corazón casi se paralizó...
Maurice...
Esmeralda.
Todos me dicen que soy demasiado encajosa con Misaki y quizás tengan razón, pero no me importa, ya que él nunca me ha pedido que lo deje en paz. Lo que sí es que mi obsesión por él amenaza con rebasar el límite, un día de éstos ya no podré soportarlo y entonces me le dejaré ir encima...
Como sea, la cosa estaba peor de lo que me imaginaba. Azumi Hakayawa era muy cariñosa con Misaki, demasiado cariñosa. ¿Debo decir que los celos me carcomen por dentro cada vez que los veo juntos y que por eso interrumpo sus conversaciones? Ojalá algún día tuviera el valor de decirle a Misaki lo que siento por él y acabar de una vez por todas con este sufrimiento...
Es que en verdad que no me cae mal Azumi. Es una chica un tanto agresiva pero es muy agradable e inteligente, por no decir que simpática. Ella también había hecho la especialidad en Barcelona junto con mi Misaki lindo y junto con otra chica, quien por cierto también era mexicana, la cual se había ido a trabajar para Alemania. Es curioso, yo también tengo una amiga que hizo su especialidad en Barcelona y que se fue para Alemania... En fin...
Yo notaba que algo raro le pasaba a Azumi. Tal parecía que era presa de un amor no correspondido y que eso la estaba carcomiendo por dentro. Y yo me temía que ese amor fuera por Taro Misaki... Bueno, mientras él no dijera nada, yo aun tenía una oportunidad, pero si Misaki se decidía por Azumi... Ni hablar. Yo sé perder y sé cuándo debo alejarme...
Ese día había llegado al campamento un nuevo asistente del entrenador. Éste último me pidió de favor que buscara a Hayakawa para pedirle un favor. Curiosa que soy, los observé desde lejos e inmediatamente noté que ella cambió su manera de comportarse desde el momento en que le presentaron al nuevo asistente. Como que se puso muy nerviosa o algo así. Fue algo tan evidente que hasta Misaki lo notó.
¿No te dijo el entrenador para qué quería hablar con Azumi?.- me preguntó, en voz baja.- Ella tiene cara de haber visto a un fantasma.
NPI.- respondí.- Nada más me pidió que la buscara.
¿NPI? ¿Qué significa eso?.- Misaki me miró con sorpresa.
No Poseo Información.- solté la carcajada.- Aunque también puede significar "Ni Pinch... Idea".
¡Jajaja, no inventes!.- Misaki se rió con ganas.- Insisto en que hablas igual que Li-chan.
Algún día me dirás quién es esa dichosa Li-chan de la que tanto me hablan.- pedí. ¿Sería acaso una rival?
Claro. Una buena amiga.- Misaki sonrió.- En fin. ¿Qué estará sucediendo?
En esos momentos, Hayakawa y el nuevo asistente se marcharon, dejando a un quejumbroso grupo de jugadores lastimados detrás de sí. Ella tenía la actitud de un preso que ha sido condenado al patíbulo.
No se quejen.- pidió el entrenador.- La doctora Hayakawa no tardará. Mientras tanto Jaques, nuestro enfermero, los irá revisando, uno por uno.
Hubo un gruñido de protesta. Los jugadores evidentemente preferían ser revisados por Hayakawa.
Libidinosos que son.- murmuró Misaki.
Y que lo digas.- asentí. Volteé a ver a Hayakawa, quien se seguía comportando de una manera extraña al tiempo que con grandes aspavientos le mostraba las instalaciones al recién llegado.
Mi mente formuló una pregunta: ¿Acaso será ese hombre el amor no correspondido de la doctora Hayakawa?
Sanae.
¡Hola de nuevo! ¡Cómo ha pasado el tiempo! En estos tres años mis gemelitos han crecido mucho y ahora tienen una nueva hermanita. Es una ternura, la quiero muchísimo. Nuestros amigos nos dicen que es bellísima y Tsubasa dice que es porque se parece a mí...
Pues bien, nuestro matrimonio sobrevivió. En el fondo, los dos sabíamos que así sería. Ese viaje a Brasil obró maravillas en nosotros, el estar lejos del sitio en donde había transcurrido la desgracia nos ayudó mucho. Tsubasa me confesó hace poco que él temía que yo le hubiese agarrado tanto rencor a Barcelona que yo ya no quisiera regresar, pero afortunadamente para los dos no fue así. Tsubasa pudo continuar con sus sueños en el equipo que él había elegido y yo pude volver a la normalidad. Al poco tiempo de volver de Brasil, yo quedé embarazada. Era la muestra final de que nuestro matrimonio resistiría cualquier embate del destino.
Sin embargo, hay algo que me inquieta... ¿Tsubasa seguirá pensando en Lily? Hace poco él compró una revista y al empezar a leerla se puso muy serio.
¿Qué pasa?.- le pregunté, al tiempo que acunaba a la pequeña Sayuri.
Nada importante.- Tsubasa cerró la revista.- Nada nuevo.
Él se levantó de la mesa y puso la revista sobre la mesa. Subrepticiamente, tomé la revista y la hojeé hasta encontrar lo que pudo haber llamado la atención de mi esposo. Y no tardé en encontrarlo: un reportaje sobre el Bayern Munich. Esto no habría tenido nada de relevante de no ser porque en ese equipo jugaba Genzo y porque el reportaje estaba adornado con una fotografía a todo color en donde aparecían el entrenador del Bayern, Sho Shu Kong, Stefan Levin, Karl Heinz Schneider, Genzo Wakabayashi y... Lily Del Valle...
¿Qué estaba haciendo ella en Alemania? ¿Y por qué parecía que la noticia le había afectado a Tsubasa?
Ya, dejaré de ser tan paranoica. Quizás no se esperaba el encontrársela de nuevo tan pronto...
Miré a Sayuri y me tranquilicé. Ella era le prueba de que Tsubasa me amaba... Pero me quedaba una pequeñísima duda: ¿Por qué él escogió el nombre de Sayuri?
Saki.
¡Mi gran amigo de toda la vida, Shinji Hasimoto, había ido a Barcelona a visitarme!
¡Shinji!.- grité, emocionada, al tiempo que corría a abrazarlo.- ¿Qué haces aquí?
Pasaba por aquí y aproveché para venir a visitarte.- me respondió él, al tiempo que correspondía a mi abrazo.- ¿Cómo has estado?
De maravilla. Bueno, no exactamente.- respondí, en voz baja.
¿Y eso? ¿Qué te ha pasado, pequeña?.- me preguntó, acariciándome el cabello.
Tantas cosas... Pero mejor dime qué es lo que estás haciendo aquí.
Pues vine a Barcelona porque tengo pensado escribir un nuevo libro.- me contestó. Olvidé decirles que Shinji es escritor.- Y las aventuras de mis personajes ocurrirán en esta ciudad y pues necesitaba recabar datos.
Ya veo. ¿Te quedarás mucho tiempo?
Yo espero que sí.- él sonrió.
Definitivamente ustedes no saben cómo es que conocí a Shinji. Hace mucho tiempo, él y yo participamos en un concurso de ortografía y, después de una reñidísima lucha, yo lo vencí. Desde entonces él y yo hemos sido amigos inseparables, aun después de que él se marchó a USA a vivir y yo me fui a México a estudiar Medicina.
Y les tengo que confesar que Shinji fue mi primer amor... Aunque eso fue hace mucho tiempo... Fue a él a quien le di mi primer beso aunque debo decir que eso fue un grave error... Bueno, ya, no sé que hago recordando el pasado...
Tsubasa.
Sí, ya sabía que Lily estaba en Alemania, Misaki ya me lo había dicho...
No me sorprendió que ella apareciera en la fotografía de los integrantes del Bayern Munich. Lo que me causo impresión fue ver que Lily apareciera muy sonriente al lado de Genzo...
Taro.
Yo no sé que hacer con esos dos. Tsubasa aun sigue queriendo interesarse en Lily y a Wakabayashi se le cuecen las habas por salir con ella.
La verdad, yo no quiero que ella esté ni con uno ni con otro. Ya suficiente han sufrido los tres.
Notas:
¡Feliz cumpleaños, mi querida amiga Yelitza! Es el primero de agosto pero sabe Dios cuándo podré entrar de nuevo a la red. Me da gusto haber conocido por medio de un fic a dos personas tan increíbles y agradables como tú y Samael.
