Seis.

Lily.

No sé que me estaba pasando, pero aunque había jurado que nunca perdonaría a Genzo, mi corazón se estaba ablandando. Una pequeña prueba de eso es que ahora puedo volver a llamarlo por su nombre y no por su apellido. Sutilmente, Genzo hacía apariciones por la enfermería, a veces para saludarme y otras tantas para pedirme que le revisara la mano. Y yo comenzaba cada día preguntándome cuánto tiempo tardaría en venir a verme. Y como que todo el equipo del Bayern comenzaba a notarlo...

Hoy no ha venido tu enamorado.- me comentó Sho, uno de tantos días.- Ya se tardó.

¿Mi enamorado?.- traté de fingir que no sabía de qué hablaba.- No sé a quién te refieres.

Si bien que sabes.- Sho me miró con picardía.- Hablo de Wakabayashi.

Él no es mi enamorado.- gruñí.- Solo somos...

Amigos. Sí, la excusa más vieja y tonta que existe.- replicó Sho, con sorna.- Si bien que se nota que le encantas y mira que a últimas fechas pareciera que él a ti no te resulta tan desagradable...

Me puse coloradísima e intenté ocultarlo tapándome la cara con unos papeles que había en el escritorio.

Claro que no.- gruñí.- No inventes cosas.

Si no estoy inventando nada. Basta con ver ese anillo que llevas en el dedo anular de la mano izquierda y que no te quitas para nada.- Sho me arrebató las hojas que traía en las manos.- Y sé bien que ese anillo te lo regaló él porque antes de tu cumpleaños no lo tenías y me di cuenta de que ninguno de nosotros te regaló alhajas.

¡Cómo eres metiche!.- protesté.- Y fisgón. Y este anillo me lo pudieron haber regalado mis padres...

Sí, como no. Sé bien que tus padres te depositaron una buena cantidad de dinero en tu cuenta bancaria como regalo de cumpleaños.

¡O sea!.- golpeé la mesa con una mano.- ¿Qué acaso nada más te la pasas vigilando mis movimientos o qué?

La verdad, sí.- Sho me sonrió a manera de disculpa.- Lo siento, pero es que deseo conocer todo sobre ti.

¡Pues pregúntame y no te la pases investigándome!.- grité.- Empiezas a darme miedo...

Vamos, Lily, no me digas que tampoco has notado cuánto me gustas a mí.- replicó Sho, dejándome muda.

Uh...

Sí, y no finjas demencia. Me gustas mucho, Lily, y si tú estuvieras dispuesta, Wakabayashi no tendría ninguna oportunidad.

Quise decir algo, pero Sho no me dejó.

No. Déjame terminar.- pidió.- Dije que si tú estuvieras dispuesta Wakabayashi no tendría oportunidad alguna pero yo bien sé que el que va a perder aquí soy yo. No soy tonto ni ingenuo. Bien que sé que a ti te comienza a gustar Wakabayashi.

¡Eso no es cierto!.- grité, poniéndome rojísima.- ¡Apenas y lo soporto, es un tipo detestable y mentiroso!

En esos momentos la puerta se abrió y a través de ella entró Genzo. Sentí que mi cara iba a estallar de lo roja que me puse.

¿Hablan de mí?.- saludó, muy sonriente.- Ya te habías tardado, Lily...

Sho soltó una buena carcajada.

¿Lo ves?.- me dijo.- Lo sabía. No hay que ser un genio para darse cuenta de eso... En fin... No me doy por vencido.

Sho se levantó de su asiento y se dirigió hacia la puerta.

Bueno, pues nos veremos después.- se despidió.- Hasta pronto, Wakabayashi, y no despiertes a la leona dormida.

¡Deja de burlarte!.- le grité.- ¡Ya te dije que lo que dices no es cierto!

Sho me lanzó una mirada de burla y se marchó, cerrando la puerta tras de sí (y con seguro, como es su mugrosa costumbre).

Genzo.

No sé que le habría estado diciendo Sho a Lily que esta última estaba tan colorada... Pero en vez de enojarme, puse al mal tiempo buena cara. Después de todo, yo cada vez avanzaba más con ella...

¿Qué tanto te decía Sho?.- pregunté, sin poder contener mi curiosidad.

Nada que te importe.- respondió Lily, con un gruñido.- ¿A qué vienes hoy? ¿A que te ponga una inyección, un vendaje o quieres una sonda Foley?

¡Ey! ¡No tienes por qué ser así de agresiva!.- solté una carcajada.

Según sé, una sonda Foley es la que se pone en la parte por donde uno orina... Más de una vez Lily nos había amenazado a casi todos con ponernos una sonda Foley si no la dejábamos trabajar.

Solo vine a saludarte esta vez.- dije.- Y a preguntarte qué tal te había quedado el anillo.

¡Ah!.- la expresión de Lily inmediatamente cambió.- Pensé que nunca me preguntarías... Me queda de maravilla, muchas gracias. Lo que no entiendo es cómo supiste mi número de sortija...

Tantas veces he tomado tus manos entre las mías que ya sé perfectamente tu talla.- respondí, en voz baja.

Lily soltó una carcajadita. Eso me fascinaba de ella, que siempre se riera de esa manera tan tierna cada vez que algo la ponía nerviosa.

No inventes.- murmuró.- Pero en fin... De verdad, gracias. Está preciosa.

Me alegra que te haya gustado. ¿Y qué te pareció el libro?

¡Ah! Ya casi lo termino. Está increíble, tenía unas ansias locas de leerlo... Debiste de haber hecho cola en la librerías por meses para conseguir una copia...

No. La verdad es que no me costó tanto trabajo.- me encogí de hombros.- Ventajas de tener amigos influyentes...

¡Jajaja, o sea, ahora me vas a decir que eres amigo de J.K. Rowling!.- Lily soltó la carcajada.- ¡Hello con tu hello!

¡Ja! No es para tanto.- yo también me reí.- ¿Y algún día me vas a decir qué significa "hello con tu hello"?

Uno de los tantos misterios de la vida.- Lily me guiñó el ojo.- ¿En dónde está la Atlántida? ¿Existen los OVNIs? ¿Qué significa "Hello con tu hello"?

Jajaja, es que te has hecho famosa con esa frase...

Naa, ni tanto. Pero bueno, te diré mi gran secreto.- Lily miró a todas partes pícaramente y bajó la voz.- Pero no se lo digas a nadie...

Es una promesa.- dije, solemnemente.- Vamos, dime.

Muy bien.- ella se acercó tanto a mí que pude oler su perfume.- Significa: ¿Qué onda con tu vida? O ¿Por qué te comportas de esa manera?

Jajaja. ¿En serio?.- me volví a reír.

Sí. He ahí el gran secreto.- Lily me enseñó la lengua y después volvió a reírse también.- Ni es gran cosa.

No me aguanté. No resistí. Lily estaba tan cerca de mí... Aproveché que ella cerró los ojos para tomarla de la cintura, acercarla a mí y... La besé, cortando su risa. Sentí como al principio ella se me negaba, pero después sus labios comenzaron a responderle a los míos...

Besar a Lily era tal y como me lo había imaginado...

Lily.

¡Válgame! ¿Qué estaba pasando? Genzo me estaba besando, eso era lo que estaba ocurriendo...

Al principio intenté negarme, pero después...

Me dejé llevar por la magia de sus labios...

Taro.

Los directivos de mi equipo tuvieron la maravillosa idea de convocar a los mejores equipos de Europa para un breve torneo en París. Se escogerían unos cuantos equipos selectos, además del PSG, por supuesto, y se llevaría a cabo una pequeña competencia como preparación para la Champions League. Los equipos elegidos fueron el Juventus y el Inter de Milán de Italia, el Barcelona y el Real Madrid de España, el Manchester de Inglaterra y el Bayern Munich de Alemania. Y como era de esperarse, todos los equipos aceptaron la oferta...

Eso significaba que dentro de poco, Tsubasa, Wakabayashi, Hyuga y Aoi estarían en Francia listos para batirse en un duelo conmigo, y entre ellos mismos. ¡Qué bien! Ansiaba el volver a ver a mis compañeros de selección y amigos y ver sus nuevas habilidades. Aunque... Eso también podría significar que Li-chan vendría a París también y que quizás se volvería a encontrar con Tsubasa...

Uhm, eso no me gustaba... Wakabayashi, Tsubasa y Lily volverían a encontrarse después de lo ocurrido... Y quién sabe, quizás Sanae también estaría presente...

Pero esta vez sería diferente. Le había fallado a mis amigos la primera vez pero no me volvería a pasar. En esta ocasión yo me encargaría de detener cualquier intento por parte de Tsubasa o de Lily de acercarse el uno a la otra. Y más vale que Wakabayashi también me ayude.

Genzo.

Así que el equipo de Misaki celebraría un torneo en Francia... Vaya, vaya, vaya, qué interesante...

Y no hablo nada más por el torneo, sino también por Tsubasa. Obviamente, él iría a Francia y no tengo que decir que Lily, por formar parte del cuerpo médico del Bayern, también iría. ¿Qué pasaría cuando los dos se volvieran a encontrar?

Sinceramente, los celos me invadieron al imaginarme las posibles escenas. O bien Tsubasa buscaría a Lily o bien ésta iría corriendo a sus brazos... Por supuesto que no, eso no lo permitiré. Por fin había conseguido besar a Lily y poco me faltaba para hacerla caer a mis brazos. No permitiría que Tsubasa volviera a arruinarme los planes...

Por cierto que Lily se enojó mucho conmigo después de ese beso que le robé. Cuando la solté aquella vez, ella se marchó de la enfermería sin decir palabra y después comenzó a ignorarme. Pero a mí no me importó, porque yo bien sabía que ese beso le había gustado a ella tanto como a mí. Lo que pasaba era que ella es extremadamente terca... En fin...

Una tarde, me fui a contemplar el atardecer a la colina más alta del campamento, sobre la cual se encuentra un árbol que es el favorito de Lily y también lo es el mío, ya que a su sombra uno puede sentarse a descansar muy a gusto. Lily apareció poco después y se acercó sigilosamente a mí, aunque yo ya había notado su presencia.

El entrenador dice que marcharemos a París pasado mañana.- me dijo.- Para que estés preparado.

Gracias.- le sonreí.- ¿Tú ya estás lista? Porque supongo que vas a ir...

Por supuesto. Forma parte de mi trabajo como integrante del cuerpo médico del Bayern Munich.- respondió ella, con mucha seriedad.

Será agradable pasear contigo por París... .- murmuré.

¡No me trates con tanta familiaridad! ¿Quién te dice que deseo pasear contigo por París? ¡Ni creas que te he perdonado por lo de la otra vez, aun estoy muy enojada contigo!

Lily se sentó a un lado mío y se apoyó contra el árbol.

¿Y por qué si estás tan enojada conmigo te quedas aquí?.- pregunté, en voz baja.

Porque, por si no lo sabes, éste es el mejor sitio para ver la puesta del sol.- gruñó ella.- Y no me voy a perder este maravilloso atardecer solo porque tú estas aquí.

No respondí. Me conformaba con estar cerca de ella... Por ahora...

La verdad... .- murmuró Lily, de pronto.- Es que no puedo estar mucho tiempo lejos de ti... Algo tienes que hace que me acerque como una mariposa a la llama... Solo espero que no termine por quemarme...

Sonreí. Le pasé un brazo por los hombros y la atraje hacia mí...

Lily.

Sí que soy una idiota, pero en fin...

En verdad, estaba enojadísima con Genzo. ¿Cómo se había atrevido a besarme? ¡Maldito aprovechado!

Pero también era verdad que no podía estar mucho tiempo lejos de él...

Eres un idiota.- murmuré, al tiempo que me apoyaba contra su pecho.

Cuando la noche cayó, Genzo me atrajo hacia él y comenzó a besarme...

Y yo no me resistí...