HOLA HOLA!!!¡¡¡ Bueno, primero que nada, déjenme agradecerles los reviewsitos, me hacen muy feliz y me levantan mucho el ánimo

MITCH: Gracias por tus palabras, en verdad me alientan mucho, y sip, trato de captar la esencia de Sammy...

KAMUI-HIROU: Bueno, primero, si soy mexicana, tal y como lo dedujiste y bueno, sobre tus dudas, primero que nada, no, la batalla final no ha ocurrido, si no, obviamente los Dragones del Cielo y de la Tierra no estarían vivos, de hecho en este capi explico algo, segundo, arriba del capítulo puse la advertencia, todo es AU, esto quiere decir Universo Alterado, es decir, que ninguna de las cosas que yo escribo ocurrieron realmente, esto es algo muy importante para escribir fics y me sorprende que tú, que también los escribes, no lo tengas en cuenta, sobre el nombre de Kakyo, bueno, en muchos lados se escribe así...y por último, sobre el anillo de que Anna le dio a Sam, bueno, vuelvo a repetirte, por el amor de Dios, esto es AU, no existe, y no hay en las tiendas... aunque si te gusta LOTR puedes comprarte el Anillo Único de Sauron o hasta a Nenya, por Internet gracias por el reviewsito y espero haber aclarado tus dudas.

SHOSO: Me alegra que estuvieras al borde de la silla jaja ¡¡!!Cuidado!!¡¡ No vayas a caerte de la emoción

CÉSAR: Grax por tus palabras y te estaré informando sobre los otros capis para que dejes reviewsito.

SAMANTHA!!!: Me alegra que te haya gustado amiguis!!¡¡ Hago todo lo posible porque te sientas orgullosa, porque este fic es todo tuyo!!¡¡

Bueno, ahora si, aquí va el segundo capi, todos los personajes pertenecen a las CLAMP (excepto claro, Samantha, Anna y esos...) y todo es AU, todo lo que pasa aquí, nunca pasó ni en el manga ni en el anime.

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LLEGADA A AMÉRICA

Kamui arribó al aeropuerto de Tokio y echó una última mirada nostálgica antes de subir al avión. Se acomodó en su asiento, junto a la ventanilla y se puso a mirar por ella.

El avión despego y Kamui observó como se elevaba, un rato después cuando pasó la azafata con el carrito de las bebidas Kamui la rechazó con tanta frialdad que la azafata decidió no volver. A la hora de la comida, fue otra la que le ofreció los dos platillos del menú, la anterior se había ofendido demasiado.

Ahora no alcanzaba a distinguir nada más que las nubes y trató de cerrar los ojos, para ver si lograba conciliar el sueño, encarándose al temor de soñar con Kotori y despertar envuelto en sudor frío y gritando, como casi siempre lo hacía, ante las miradas expectantes de los pasajeros, que probablemente lo verían asustados, pero nada de eso ocurrió, durmió tranquilo, como hacía mucho que no dormía.

¿Cuántas horas duró el vuelo? Kamui no lo supo, sólo iba pensando en lo que hallaría en América, cómo se instalaría, dónde terminaría el Colegio... había conseguido algunos folletos sobre un Colegio famoso y de prestigio en el lugar dónde residiría, pero no estaba seguro, primero conseguiría un departamento, aunque fuera pequeño y después se encargaría de eso. La insistencia de Kakyo había sido con alguna intención, y Kamui no sabía porqué, pero confiaba en él, talvez porque había visto en su mirada que en realidad sabía respecto a Kotori.

¿Y la guerra? Había veces en que ya no le importaba... Ya ni siquiera recordaba con exactitud las últimas palabras de la Princesa Hinoto la última vez que la vio. Y al parecer ninguno de los Dragones lo recordaban a él tampoco. No había habido actividad por parte de Fuma y de los suyos tampoco, lo cuál era un poco reconfortante, pero ¿qué si en cuanto aterrizara en América comenzaban a atacar Tokio? ¿Qué si se desataba la batalla final y él estaba perdiendo el tiempo estúpidamente al otro lado del mundo?

No importaba.

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-¿Princesa Hinoto?

Dijo Sorata estrujando la nota de Kamui que había encontrado en su departamento al ir a visitarlo y encontrar la puerta abierta, todo vacía a excepción de unas cuantas cajas que había dejado y ver, sobre pegada al espejo del baño una nota simple que decía: Me fui a América.

La Princesa mantuvo la mirada baja.

-Lo sé, Sorata, se ha ido.

-Pero, ¿qué haremos?, ¿qué pasará si se desata la guerra y Kamui está lejos?- preguntó Sorata un poco desesperado, pensando que si querer, todo se les había ido de las manos.

-Yo misma me lo preguntaba hasta hace poco, pero es que Fuma también se ha ido. Fue mi error el creer que dejando a Kamui sólo un tiempo podría asimilar mejor lo que pasaba, más bien creyó que lo habíamos abandonado, pero Fuma y Kanoe tienen sus propios métodos. La guerra no se desatará aquí, Sorata, tienes que reunir a todos y tienen que irse...

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-Veo que no traes puesto el anillo.

Le dijo Anna a Samantha con un dejo de resentimiento en la voz, durante 5 días lo había traído en el dedo, orgullosa y Anna estaba contenta de que Samantha luciera su "regalo"

-No tontita, supuse que si era de alguien y lo veía de inmediato querría quitármelo y adopté una nueva forma de traerlo.

Contestó Samantha con una sonrisa, sacándose del pecho una cadena de plata con el anillo colgando de ella.

-Así está escondido, pero lo traigo conmigo.

Anna le devolvió la sonrisa.

-Oye...¿Qué pasa con Alejandro?

-Nada demasiado satisfactorio, la verdad es que a veces empiezo a resignarme.

Anna volteó los ojos con un gesto de impaciencia.

-No te dejes... no creo que quieras rendirte sin siquiera haber luchado, ¿qué te he enseñado?

Samantha frunció el ceño, mirándola con dureza.

-No me das muy buen ejemplo, solamente hay que fijarnos en Ja...

-Ya, ya...-la interrumpió Anna bruscamente- es justamente a lo que me refiero, no sigas mis pasos. Oye, mira...

Dijo Anna señalando algo que estaba afuera, su salón tenia una ventana que daba hacía la cafetería del colegio.

Samantha volteó de inmediato y se encontró con una visión que le paró el corazón durante unos segundos.

De pie, frente al recibidor de la cafetería, estaba un chico de cabello corto, negro y ojos hermosos, era un poco bajo de estatura y delgado, pero no por eso dejaba de ser increíblemente hermoso.

-Está rarito ¿no?

Dijo Anna con brusquedad y a Samantha no se le ocurrió otra cosa más que pegarle a su amiga por semejante blasfemia.

-No digo raro de feo!- se apresuró a aclarar a Anna- me refiero a raro, no sé...de actitud, fíjate en su mirada, y en su forma de pararse, y velo, ahí sin hacer nada, sólo observando.

Las dos estaban absortas en observarlo, tanto que cuando el chico volteó de pronto dieron un respingo en su asiento. Ambas dirigieron de inmediato su mirada a otro lado y en pocos segundos soltaron una risita tonta e incontrolable.

-Siempre, siempre ¿Porqué Dios? ¿Porqué?

Decía Anna dramáticamente mientras Samantha seguía riéndose, sin evitar el típico tono sonrojado que aparecía en sus mejillas.

Volteó de nuevo, de soslayo, para ver si el chico seguía observando, pero ya no estaba.

El timbre para el receso volvió a sobresaltarla.

-Vamos Samantha, el chico debe seguir por ahí vamos, vamos!!

La apresuró Anna jalándola del brazo.

Samantha la siguió atontada, sin tener mucho tiempo para pensar.

Anna la jaló hasta la dirección, orgullosa de que sus suposiciones habían sido ciertas, el chico estaba ahí. Hablaba en voz tan baja y tan atrayente que pronto se vio a su lado sin querer, jalando a Samantha con tanta violencia que esta se sentía a punto de tropezar.

El chico las miro con aquella frialdad que muchas veces caracterizaba a su mirada. Clavó su mirada en Samantha, que sonrojada, trataba de zafarse a como diera lugar de la mano de Anna, de repente, el chico sonrió...

Anna comenzó a hacerse tonta viendo un calendario del colegio mientras Samantha alzaba su mirada al techo, nerviosa, consciente de que el chico la observaba.

-Aquí están las hojas que debes llenar, hijo, tráemelas mañana si puedes, y entonces hablaremos con el director, pondremos a consideración tu especial caso.

Le dijo una de las secretarias con una sonrisa entregándole un fólder con unas cuantas hojas. El chico hizo un gesto con la cabeza y luego dio la vuelta sin dirigir una última mirada a Samantha

-¡Hijo!- le gritó la secretaría asomándose por sobre su escritorio.- ¿Cómo es que me dijiste que te llamabas?

-Kamui- le respondió en un tono apenas audible, pero claro.

Anna dibujó una sonrisa triunfal.

Vio salir al chico y luego volvió a jalar a Samantha.

-Bueno, al menos ya sabemos su nombre.

Samantha sólo asintió, absorta. La mirada de ese chico le presionaba el pecho con tanta fuerza, que por unos segundos creyó que se quebraría.

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Bueno, bueno, aquí acaba el segundo capitulillo MÁS REVIEWS PORFAVOR!!!¡¡¡