Diez.
Genzo.
No sé por qué, pero justo cuando pienso que las cosas no se pueden poner peor, siempre pasa algo más...
¿Recuerdan a Alana? Pues yo sí, y estoy seguro de que Lily también. Alana fue la persona que delató a Lily con Sanae y que por cierto siempre ha estado enamorada de mí y me ha acosado y perseguido toda mi vida... Pues bien, curiosamente después de que Alana hizo su maldad, la tipa se desapareció tan rápido como llegó. No la había vuelto a ver en estos tres años transcurridos desde entonces y pensé que tal vez ella habría experimentado algo de culpa por haber hecho una cosa tan ruin y que por eso se había marchado... De verdad que a veces me paso de ingenuo...
Y así, de repente, Alana se vino a aparecer en el sitio que menos tenía pensado...
¿Ya acabaste de insinuártele a Sho?.- le pregunté a Lily, una vez que Misaki terminó de hablar conmigo.
Lily me miró con odio puro.
¿Por qué siempre eres tan idiota?.- preguntó.- ¿Cómo es que te aguantas tú solo?
¿Y por qué tú eres tan resbalosa con todos?.- repliqué, sin poder aguantar mi enojo.
Como era de esperarse, Lily me abofeteó con fuerza. Ya había olvidado que tiene la mano dura...
Estúpido, idiota, infeliz.- murmuró.- No sé cómo pude creer que podía llegar a apreciarte.
Y no sé cómo es que yo pude creer que algún día tú me aceptarías pero ya me di cuenta de que por más que lo intente no voy a poder entrar en tu vida.- musité.- Y ya me estoy cansando. ¡Tú no te dejas querer y de verdad que es desesperante el intentarlo todo y no conseguir nada!
¿Qué no me dejo querer?.- gritó Lily, sorprendida.- ¡Eso no es verdad!
¡Ja! ¡Por supuesto que lo es! ¡Estoy más que loco por ti y en vez de aceptarme me traes de aquí para allá como trapo viejo!
¡Eso no es cierto! ¡Acaso ya olvidaste que me besaste un montón de veces sin mi consentimiento!
¡Ah, pero yo no vi que te molestara en lo más mínimo!
¿Bromeas? ¡Hubiera preferido besar a un sapo!
Muy en contra de mis deseos, me reí. Sinceramente, no puedo estar enojado con Lily por mucho tiempo.
Ésa ni tú te la crees.- bajé la voz y tomé a Lily por la cintura.- Yo sé que te encantó.
No es verdad... .- Lily no hizo intento alguno por soltarse, solo apoyó sus manos contra mi pecho y se hizo levemente para atrás.
Sí, sí lo es... Y te lo voy a demostrar.
Abracé a Lily con fuerza y acerqué mi rostro al suyo. Inmediatamente, ella cerró sus ojos y entreabrió los labios. ¡Ja! Lo sabía... Justo cuando mi boca estuvo a tan solo unos centímetros de la de ella, la solté y me separé bruscamente.
¿Lo ves?.- me burlé.- No te puedes resistir a mis besos.
Lily me miró con sorpresa y desilusión, y antes de que pudiera replicar, comencé a caminar.
¡Espera!.- gritó ella, muy enojada- ¿Ésa es tu cochina idea de un beso? ¡Qué aguado eres! ¡Regresa a acá!
Sin decir palabra, me di la vuelta y regresé a Lily, la tomé entre mis brazos y la besé con tanta pasión e intensidad que la dejé temblando (y la verdad es que yo también me sentí perturbado).
¿Qué opinas ahora?.- murmuré, sin aliento.- ¿Ésta sí es tu idea de un beso?
Más o menos... .- susurró Lily, aun con los ojos cerrados.- ¡Guau!
Sabía que tarde o temprano tú también caerías en mis redes... .- musité.
Craso error. Ya debería de saber que no hay que despertar a la Leona Dormida... Lily se separó inmediatamente de mí, me dio otra buena bofetada y se marchó, furiosa. Yo me froté la mejilla adolorida al tiempo que sonreía por lo bajo. Aunque Lily se negara a reconocerlo, tanto ella como yo sabíamos que estaba muy cerca de enamorarse de mí. Pero el momento de triunfo no me duró mucho tiempo...
Genzo, querido.- Alana habló en voz alta, a pocos metros de mí. Era obvio que había presenciado al escena.- Cuánto tiempo de no verte, aunque me doy cuenta de que evidentemente tú no me has extrañado...
Maldita sea...
Esmeralda.
Uhm. ¿Qué voy a hacer ahora? Si le pides un favor a alguien importante, es bastante obvio que tarde o temprano ese alguien te pedirá que le regreses el favor...
No me arrepiento. Mi Tarito querido necesitaba ese dinero y con todo gusto se lo proporcioné, aunque ahora tendría que afrontar las consecuencias... Mi segundo celular comenzó a sonar, haciendo que me sobresaltara. Afortunadamente, en esos momentos me encontraba sola...
Esmeralda, preciosa.- habló el Hombre.- ¿Te llegó el dinero?
Sí, muchas gracias.- respondí, en voz muy baja.
Perfecto. Y ya sabes que quiero algo a cambio...
Sí, lo sé perfectamente bien... ¿Qué será esta vez?
Lo de siempre. Una fiesta, nada más...
No me digas... Sabes que odio esas cosas...
Eso debiste pensar antes de pedirme esa cantidad de dinero, querida.
Lo necesitaba con urgencia, tú no debiste aprovecharte de eso...
Bien sabes que no dejo escapar ninguna oportunidad... .- el Hombre soltó una carcajada.- Lo que me sorprende es que te haga falta tanto dinero, pensé que con tu trabajo como reportera independiente tendrías para...
Fue algo que no tenía planeado.- lo corté.- Y ya te dije que estoy dispuesta a pagártelo...
No. No es necesario.- el Hombre endureció su voz.- Después de todo, ese dinero te pertenece.
Bien sabes que no es mío.- repliqué, enojada.
¡Qué niña tan terca eres!.- el Hombre suspiró.- En fin, como quieras... Pero ya sabes qué es lo que me tienes que dar a cambio si no quieres que...
Sí, sí, ya lo sé.- lo volví a interrumpir.- Me tengo que ir.
Cuídate, mi niña.- se despidió el Hombre, con cierta ternura.
Lo haré. Cuídate tú también. Hasta pronto.- y colgué el teléfono.
El Hombre. A pesar de que ya habían pasado algunos años desde que me separé de él para buscar mi propio camino, aun quería seguir metiéndose en mi vida a cada rato. Y eso podría llegar a representar un problema...
¿Con quién hablabas, Esme?.- me preguntó Taro, de pronto, haciendo que soltara mi celular de la sorpresa que me dio.- ¡Oh! Lo siento.
Taro se agachó a recoger el celular y vio en la pantalla el número y el nombre de la persona que me había hablado.
¿El Hombre?.- preguntó, algo extrañado.- ¿Quién es?
La curiosidad mató al gato.- respondí, muy seria.- No preguntes.
Tienes demasiados secretos, Esmeralda.- Taro me miró con mucha seriedad también.- Secretos que evidentemente no deseas contarme...
¿Para qué? Todos los seres humanos tenemos dos o tres secretos que no le cuenta a nadie... .- repliqué.
Sí, pero tú pareces tener secretos más oscuros que el resto de las personas...
No respondí. La verdad era que mi secreto no era tan oscuro pero no se lo quería revelar a nadie... Mucho menos a Taro...
Quisiera que confiaras en mí lo suficiente como para contarme tu vida.- Taro tomó entre sus dedos uno de mis rizos negros y jugueteó con él.- En verdad, quisiera llegar a conocerte mejor...
Ah... .- me puse rojísima.- ¿Y eso por qué?
Porque quizás tú... .- Taro se detuvo bruscamente y soltó mi cabello.- Nada... Lo siento...
Taro se dio la media vuelta y se marchó sin decirme nada más...
Taro.
No. Dije que no me volvería a pasar...
Pero es algo que ya no puedo controlar...
¿Qué fue lo que me hiciste, Esmeralda, que no puedo dejar de pensar en ti?
Lily.
¡Maldito, maldito, maldito Genzo Wakabayashi! Es un... Un... Un...
¡Grrr! ¿Cómo se atreve? ¡El infeliz cree que me trae a sus pies! ¡Mugroso engreído!
Y lo peor del caso era que no lo podía sacar de mis pensamientos...
Esa noche, acostada en mi cama en la habitación del hotel en donde se hospedaban los equipos invitados, mordía las sábanas del coraje y pataleaba sobre el colchón. Realmente me enfurecía el hecho de que Genzo se hubiese atrevido a hacerme el teatrito de la tarde... Jugó conmigo vil y descaradamente y me besó contra mi voluntad, otra vez... ¡Pero lo que más me daba coraje es que ese beso que me dio fue toda una delicia! ¡Válgame, es que nunca me habían besado de esa manera! ¡Qué pasión, qué entrega! ¡AHHHH, MALDITA SEA! ¿Por qué seré tan terca?
De pronto, comencé a escuchar unos ruidos muy extraños, ruidos como de gente que arrastraba cadenas. ¿Fantasmas? Por supuesto que no, qué locura. Los ruidos se hacían cada vez más fuertes y se acercaban a mi habitación. Me levanté de la cama, me puse mi bata y salí a ver qué ocurría. Los pasillos estaban en semipenumbras y vi que había dos o tres personas que también se habían asomado a ver qué era lo que estaba pasando. De pronto, en el piso de abajo se escucharon varios gritos y hubo un gran alboroto. Curiosa que soy, no me aguanté y bajé a ver qué ocurría. La luz se había ido de repente y las pequeñas lámparas que habían dado un poco de luz hasta unos momentos antes se habían apagado. Solo sentía que mucha gente corría cerca de mí y que cuchicheaban en varios idiomas. De pronto, al dar vuelta en un pasillo, alguien se paró enfrente de mí y gritó mi nombre.
¡Lily!
Yo grité y fingí desvanecerme...
Genzo.Como era de esperarse, Alana me reclamó por besar a Lily. Me recordó que ella seguía siendo mi "novia" y que yo debería de serle fiel. ¡Qué tontería! ¿Qué le pasaba a esa mujer? Necesitaba urgentemente un psiquiatra... En fin, al final le dije que me valía un comino lo que ella pensara y que ni loco sería su novio, aunque fuera Alana la última mujer sobre la Tierra... Por supuesto, volvió a gritarme que me arrepentiría, que ya una vez había cobrado "venganza" contra Lily y que lo volvería a hacer. Y ésa fue la gota que derramó el vaso...
Deja en paz a Lily. ¿Me oíste?.- la tomé por los brazos y la miré con furia.- Debería de hacerte algo por haberla delatado con Sanae, por tu culpa Lily sufrió mucho y se alejó de mí por más de tres años... Estuve a punto de perderla... Más te vale que te alejes esta vez porque te pesará...
La solté y me marché sin hacer caso de sus lloriqueos. Y estaba preocupado. La misma escena había ocurrido en Barcelona y había terminado en desgracia... Esperaba que no volviera a pasar lo mismo...
Como sea, esa noche no podía dormir, pensando en Alana y en su estúpida obsesión por mí. Me preocupaba que le pudiera ocasionar algún daño físico a Lily, eso tendría que evitarlo a como diera lugar...
Y de pronto, comencé a escuchar unos ruidos extraños, como de alguien que arrastra cadenas. Me levanté a ver qué ocurría, tomé una pequeña lámpara que siempre llevaba conmigo y salí al pasillo, pensando en que quizás se trataría de alguna broma estúpida, cuando de pronto se fue la luz y nada más escuchaba cómo la gente gritaba y pasaba corriendo a un lado mío. Cuando me encontraba cerca de la esquina de un pasillo, alcancé a percibir bajo la tenue luz de mi lamparita que Lily se acercaba. Me acerqué a ella y le hablé, cosa que quizás no debí de haber hecho...
¡Lily!.- grité.
Ella gritó de la sorpresa y se desvaneció. Me apresuré a tomarla entre mis brazos antes de que cayera al suelo. Pobre, supongo que era de lo más normal que ella se asustara si yo aparecía de la nada y la llamaba por su nombre...
La gente poco a poco comenzó a calmarse y las cosas comenzaron a volver a la normalidad. Y Lily seguía desvanecida entre mis brazos... La miré. Se veía tan bella dormida... Su largo cabello castaño oscuro brillaba con los rayos de luna que en ese momento se colaban por la ventana. Me incliné sobre Lily y la besé. Después, la cargué y la llevé hasta su habitación, la cual afortunadamente no estaba cerrada con llave. La recosté sobre la cama, la cubrí con las sábanas y volví a besarla antes de marcharme.
Seré un aprovechado, pero no un idiota. Sé perfectamente bien cuando beso a una mujer dormida. Y sé de sobra que Lily estaba despierta.
Notas:
Bueno, como en "Llevados por el Destino" Lily y Genzo no se besan ninguna vez, ahora tengo que compensarlo en la continuación xD.
¿Y para qué carga Genzo siempre una lámpara? Para poder entrar a escondidas al cuarto de Lily, jajaja xD.
