Catorce.
Saki.¿Qué estaba pasando? No lo sabía, solo vi venir a mí a Wakabayashi-kun, sumamente preocupado.
Doctora Aiza.- me abordó.- ¿No ha visto a Lily?
No.- negué.- Pensé que estaría con usted...
Estaba conmigo pero... .- Wakabayashi-kun se interrumpió.- Como sea. Por favor, si la llega a ver, por ningún motivo la vaya a dejar sola, por favor. Entreténgala, invítela a tomar un café, qué se yo, pero por favor, no deje a Lily sola. ¡En ningún momento!
¿Pasa algo malo?.- me asusté con el tono de voz que empleó Wakabayashi.
Sí. Está pasando algo y puede llegar a ser muy grave. Por eso le pido que no deje a Lily sola.- Wakabayashi hizo un gesto de despedida con su gorra y se marchó.
¿Qué pasó?.- Shinji llegó en esos momentos y quiso saber lo que ocurría.
No tengo ni idea, pero algo aquí me está asustando.- confesé.
Solo esperaba que el temor que vi en los ojos de Wakabayashi fuera por algo pasajero...
Genzo.
¿En dónde rayos se había metido Lily? No la podía encontrar por ninguna parte del hotel... Incluso fui a su habitación pero nadie me respondió, yo esperaba que ella se encontrara ahí y que se hubiera dado cuenta de que se trataba de mí y que hubiera preferido no abrir la puerta...
¿De verdad Alana sería capaz de matar a Lily? Sinceramente, sí la creía capaz...
Wakabayashi.- Schneider me habló en esos momentos.- ¿Qué ocurre?
¿No has visto a Lily?.- le pregunté.
No. ¿Qué le hiciste esta vez?
¡Yo no le he hecho nada!.- grité, francamente desesperado.- ¡Lo único que quiero es evitar que la maten!
¿Qué dices?.- la expresión de Schneider se ensombreció.
Le conté a grandes rasgos la conversación que tuve con Alana. Schneider cada vez se ponía más serio.
Esa tipa está loca.- comentó, cuando terminé.- Sí la creo capaz de matar a Lily...
Tenemos que impedirlo... .- musité.- Quizás deba ir a la policía...
Quizás, aunque tal vez primero debemos encontrar a Lily...
Karl.- Marie llegó hasta nosotros en ese momento.- ¿Qué están haciendo?
Impidiendo un asesinato.- contestó él.
Pues mucho que lo estamos impidiendo si estamos aquí parados.- le lancé al alemán una mirada de desaprobación.
¿Qué pasa?.- preguntó Marie, asustada.
¡No hay tiempo para explicarlo todo otra vez!.- grité.- ¡Debemos darnos prisa! ¿Has visto a Alana?
Marie conocía muy bien quién era Alana. Por culpa de ésta, Marie había terminado la relación que ella y yo habíamos llevado por dos años...
Claro que la vi.- respondió Marie, haciendo un gesto.- En estos momentos está esperando a que el Valet Parking le traiga su automóvil
¿Irá a buscar a Lily?.- inquirió Schneider.
Eso tenlo por seguro.- bufé.- Vamos tras ella.
Quiero ir con ustedes.- exigió Marie.- No sé qué es lo que está pasando pero si se trata de Lily quiero ayudar.
Como quieras.- acepté.
Rápidamente nos dirigimos al vestíbulo del hotel, en donde Alana estaba por subir a su auto. Inmediatamente yo pedí que me trajeran el coche que había rentado al llegar a París y los Schneider y yo lo abordamos, para después ir tras Alana.
¿A dónde se dirigiría ella? Quien sabe, de lo único de lo que yo estaba seguro era de que no podía permitir que lastimara a Lily...
Lily.
Genzo es un verdadero idiota. ¡Y como fastidia! ¡Miren que venir a tocara la puerta de mi habitación como si nada hubiese sucedido! Quién se cree, por supuesto que no le abrí la puerta. Que me busque como loco, no me interesa...
Renunciaré. Mañana mismo presento mi dimisión al equipo del Bayern Munich. No quiero volver a estar cerca de Genzo Wakabayashi...
Sanae.
Mi celular volvió a sonar. Nuevamente, se trataba de Atsushi.
Sanae-chan.- dijo.- Ya voy en camino de París. Es más, ya estoy en las calles de esta bella ciudad...
¿Qué no dijiste que estabas en Lyon?.- me sorprendí.- ¿Y que llegarías hasta mañana?
Pues ya ves, hubo cambio de planes y llegué más rápido de lo que pensé.- él se rió.- En realidad, te mentí, ya me encontraba cerca de París la primera vez que te llamé pero quería caerte de sorpresa...
¿Y qué te hizo cambiar de opinión?
No sé. Quizás sea el hecho de que no me gustaría encontrarte asesinando a la doctora Del Valle...
Uhm...
Ah, mi querido hermano, que tan bien me conoce...
Saki.
Sabía que Wakabayashi-kun estaba desesperado por encontrar a Lily y, según lo que sabía, yo también debería de estarla buscando por todas partes... Sin embargo, opté por lo más simple y le llamé a su celular.
¿Hola?.- contestó Lily, con su típico acento mexicano.- ¿Quién es?
Soy Saki.- dije.- ¿En dónde estás?
En mi habitación. ¿Por qué?
Porque Wakabayashi-kun está buscándote como loco.- expliqué.- ¿En dónde te metiste?
¡Ah! A ese idiota no lo quiero ver por nada del mundo.- refunfuñó Lily.
Espera, hay algo que debes saber...
¿Qué cosa? No hay nada que quiera saber sobre Genzo...
¡Deja de ser tan terca!.- grité.- ¡Por una vez en tu vida hazme caso!
Uh... .- Lily se sorprendió mucho, ya que yo no soy así.
Iré a tu habitación en unos cuantos minutos. Solo dame el número, voy para allá y no quiero excusas.
De acuerdo... .- aceptó Lily.- Habitación 414.
Allá nos vemos.- y colgué.
No sabía mucho lo que estaba pasando, solo recordaba las palabras angustiadas de Wakabayashi: "Por favor, no deje a Lily sola. ¡En ningún momento!".
Genzo.
¿Habrá sido el destino? Yo creo que sí. La verdad es que la vida tiene unas maneras muy extrañas de arreglar (o mejor dicho, desarreglar) las cosas...
No me costó trabajo perseguir a Alana, y dado que el auto que manejaba era rentado, ella no se dio cuenta de que éramos nosotros quien la seguíamos. Y por precaución extra, me quité mi gorra.
Alana agarró una autopista de alta velocidad, cambiando de carril y esquivando carros a los demente. Yo hábilmente la seguía, arrancando gritos de susto por parte de Marie.
Ve más despacio, Genzo.- pidió Schneider.- Nos vas a matar.
Yo solo negué con la cabeza.
A pesar de lo rápido que íbamos, un automóvil color vino nos rebasó. Me pareció familiar la cara del conductor, pero no le presté mucha atención... En el tráfico, y a pesar de todos mis esfuerzos, Alana había conseguido despegarse de nosotros por dos o tres vehículos, pero ya estaba por alcanzarla... La más mínima ventaja podría hacer que la perdiéramos de vista...
Sanae.
Ojalá hubiera podido evitar lo que ocurrió...
Bien, hermanita, ya estoy por llegar.- seguía diciendo Atsushi.
Por favor, maneja más despacio.- pedía yo, ya que escuchaba a través del teléfono el sonar de bocinas que se quejaban cada vez que Atsushi los rebasaba.
¿Cómo sabes que voy muy rápido?
Porque te conozco y sé que manejas como endemoniado. Anda, ve más despacio...
Tranquila, ya estoy por llegar. Me encuentro bastante cerca de tu hotel, estoy en el boulevard (pongan aquí el nombre de una avenida transitada de París), ya casi llego.
No corre ninguna prisa.- dije.- No voy a matar a Lily Del Valle.
¿Segura? No quisiera tener que contratarte a un abogado defensor... .- Atsushi rió.
Naaa, no es para tanto. Nomás quisiera retorcerle el pescuezo...
Es básicamente lo... ¡Demonios!.- masculló Atsushi.
Se oyó el ruido de un bocinazo y algunas maldiciones por parte de mi hermano, seguido de un estruendo espantoso y el tono del celular que me avisaba que la llamada se había cortado...
Genzo.
Estoy seguro de que ninguno lo vio venir... Justo cuando el automóvil color vino cuyo conductor se me hizo conocido rebasó a Alana, un camión que venía de frente perdió el control, chocó contra la barrera de contención y se estrelló de frente contra el auto color vino, a pesar de los esfuerzos de su conductor por evitarlo. El auto de Alana se estrelló violentamente contra la parte trasera del coche vino y los dos autos que nos separan de ella hicieron lo propio, unos con otros. Yo traté de evitar la confrontación pero no pude: me fui a estrellar contra la masa de autos que tenía enfrente de mí...
Afortunadamente, traíamos puestos los cinturones de seguridad y las bolsas de aire se abrieron justo a tiempo...
Lily.
Saki cumplió y en pocos minutos estuvo en mi habitación. Inmediatamente soltó una retahíla de quejas y regaños.
¡Ey! Párale a tu rollo.- pedí, alzando las manos.- ¿Por qué tanto lío?
¡Porque algo grave está pasando!.- gritó Saki.
¿Qué cosa?
Mira, no lo sé exactamente, pero hace rato vino a mí Genzo Wakabayashi y me pidió que por ningún motivo te dejara sola...
Por qué será... .- gruñí.- Está desesperado por hacer que yo le crea...
Mira, yo no sé qué le pasa, pero estaba tan angustiado que me asustó a mí también.- Saki habló en voz baja.- Y me pidió que me quedara contigo, así que eso haré. Sirve que de paso descubro por qué estás tan enojada con él...
Iba yo a replicar cuando alguien tocó a la puerta. Se trataba de Taro.
¡Esmeralda es una mentirosa!.- gritó, en cuanto lo dejé entrar.- ¡Y tú eres una hipócrita!
¡Ahdio! Cálmate.- pedí.- ¿Qué rayos te pasa?
Pues que me encontré a Esmeralda... .- Taro se interrumpió al ver a Saki.- ¡Ah! Perdón, Saki-chan. ¿Qué estás haciendo aquí?
Cuidando a Lily.- respondió enigmáticamente Saki.
¿Por qué? ¿De quién o de qué?
De Genzo Wakabayashi.- gruñí.
Uh, pues no sé por qué te tiene que cuidar de Wakabayashi si él ya no se encuentra en el hotel.- anunció Taro.
¿Cómo dices? ¿A dónde fue?.- Saki y yo nos sorprendimos mucho.
No sé, solo lo vi subir a un auto en compañía de Karl y Marie Schneider.
Qué raro... .- musité.
Y en ese momento, la noticia llegó. Alguien comenzó a tocar la puerta con desesperación. Extrañada y sorprendida por tanta visita, abrí, topándome con el entrenador Schneider y el Dr. Stein.
Doctora Del Valle.- saludó el Dr. Stein.- Buenas noches, lamentamos la interrupción pero pasó algo terrible... ¡Ah! Doctores Aiza y Misaki, no sabían que ustedes estaban aquí...
¿Ocurrió algo malo?.- inquirió Taro.
Sí.- respondió el entrenador Schneider, muy angustiado.- Acabamos de recibir la noticia de que ha habido un terrible accidente muy cerca de aquí. Y parece ser que el automóvil en donde viajaban mis dos hijos y el joven Wakabayashi fue uno de los involucrados.
Al escuchar estas terribles palabras, el alma se me fue a los pies y el corazón se me paralizó.
"¡Oh, Dios mío! ¡Genzo!"
Fue lo único que alcancé a pensar...
Notas:
El valer parking es ese servicio que tienen los hoteles y restaurantes de lujo en donde un tipo a la entrada del edificio en cuestión te recibe y estaciona el automóvil por ti y una vez que uno se retira, trae el coche hasta la entrada.
