Diecisiete.
Genzo.
Tsubasa y yo llegamos como locos a la habitación de Lily y ambos comenzamos literalmente a aporrear la puerta.
¡Lily! ¡Lily!.- grité.- ¡Abre la puerta!
¡Sanae! ¡Sé que estás ahí!.- gritó Tsubasa.
Lily abrió la puerta, sorprendida. Tenía los ojos llorosos y la nariz roja, cual reno en Navidad. Nos miró a ambos como quien mira a un par de locos que se han escapado del manicomio...
¿Por qué tanto escándalo?.- preguntó.- ¿Qué pasa?
Sanae está aquí.- dijo Tsubasa. No era una pregunta, era una declaración.
Sí, ella está aquí.- contestó Lily.- ¿Por qué tanta urgencia por encontrarla?
Sanae, sé que estás dolida por lo que pasó pero tienes que pensar bien las cosas.- dije, irrumpiendo en la habitación. Tan preocupado estaba que ni me acordé de llamarla "Anego".- Lily no tiene la culpa, ella hizo todo lo que pudo.
No descargues tu dolor con ella.- pidió Tsubasa, entrando detrás de mí.-Si quieres reclamarle a alguien, reclámame a mí por...
Y súbitamente, los dos nos quedamos callados al ver la escena. Sanae estaba sentada en el diván de la habitación... Tomando café y comiendo galletas...
¿Qué rayos les pasa a los dos?.- Lily enarcó una ceja y nos miró con reproche.- Actúan como un par de locos.
Nosotras nada más estamos tomando un café. ¿Es eso tan grave?.- dijo Sanae.
Tsubasa y yo nos fuimos de espaldas. ¿Quién rayos entiende a las mujeres? ¡Habíamos pensado que Sanae destrozaría a Lily y nos las encontramos a las dos tomando café juntas, como si nada!
¿Qué, pensaron que vendría a reclamarle a Lily lo que pasó?.- preguntó Sanae.
Más o menos.- mascullé.
Pues par de tontos que son.- bufó Lily.
"Haz la paz, no la guerra".- sentenció Sanae.- La última voluntad de mi hermano. Y la pienso cumplir.
Sonreí. Quizás de la desgracia que acababa de ocurrir podríamos sacar algo bueno...
El perdón.
Taro.
Tanto para nada...
Fue una verdadera lástima que lo que prometía ser algo tan bueno terminara así, y no solo hablaba del torneo, sino de Esmeralda...
Si al menos ella hubiera sido sincera conmigo...
O sea, no es que importe. Esmeralda es libre de hacer lo que quiera y de salir con quien quiera y si desea ser una prosti... de alta categoría pues allá ella... ¡Bah! Me doy cuenta de que hablo igual que un hombre resentido...
Y sé que estoy siendo algo insensible. Sanae perdió a su hermano y yo me quejo porque, una vez más, me topé con una mujer que prometía serlo todo y al final resultó ser nada. Quizás yo no sirvo para estas cosas del amor, debería hacer lo que hizo Tsubasa: nunca se preocupó por las mujeres y terminó por casarse con una mujer maravillosa y tener con ella 3 preciosos hijos... Aunque lo malo fue que por no interesarse en mujeres cuando estaba soltero, después comenzó a hacerlo estando casado... Válgame, sarta de idioteces que estoy diciendo, insisto en que he de ser un monstruo insensible y despreciable...
Sin embargo, algo bueno salió de la desgracia en donde Atsushi Nakazawa perdió la vida: Sanae y Lily hicieron las paces. Según me contaron Tsubasa y Wakabayashi, las dos mujeres entablaron una larga plática y al final de ella las dos estaban más que listas para olvidar el pasado e intentar ser amigas. Sin embargo, lo que ambas se dijeron durante tal charla aun sigue siendo un misterio... Y lo seguirá siendo...
Los equipos invitados al torneo regresaron a sus respectivos países en cuanto se canceló el torneo, pero varios de mis amigos decidieron quedarse en Francia por algunas semanas, para vacacionar. Wakabayashi y Lily por fin, ¡por fin, habían formalizado su relación y ahora formaban una muy linda pareja de enamorados. Y al verlos juntos comprendí que ése era su destino, estar el uno con la otra. Como dije en algún momento, yo me resistía a que ellos se juntaran debido a que ya habían sufrido mucho, pero pronto acepté el hecho de que solo Genzo podría hacer feliz a Lily y viceversa. Sinceramente, me caían mejor cuando ella lo maltrataba, eran mucho menos cursis que ahora... En fin... Ellos dos y Tsubasa y Sanae eran los únicos felices, aunque por ahí me di cuenta de que Saki traía detrás de sí a un posible galán, aunque la chica es tan incrédula en estas cosas del amor como yo que no se ha dado cuenta aun... Azumi tenía roto el corazón, aunque no ha querido decirme el por qué, y pues yo... Bueno, ya lo saben.
Sin embargo...
Oye, Tarito.- Lily me abordó una clara mañana.- ¿Por qué me dijiste aquella noche del accidente que Esmeralda era una mentirosa y yo una hipócrita?
¡Ah!.- exclamé.- No te preocupes, no tiene importancia.
Claro que la tiene.- me contradijo mi amiga.- Esmeralda me dice que la acusaste de ser una cualquiera.
Cosa que es cierta.- repliqué enojado.
Ten cuidado con lo que dices.- Lily se enojó, como era de esperarse. Y mucho.- Esmeralda es una gran chica y además es mi amiga y no te voy a permitir que hables mal de ella, más cuando no sabes cómo están las cosas.
Yo creí que yo también era tu amigo.- protesté.
Y lo eres, pero no te pienso apoyar cuando sé que no tienes la razón.- replicó Lily.- ¿Por qué crees tú que Esmeralda es una mujerzuela?
Porque me consiguió una enorme suma de dinero en poco tiempo.- contesté, tratando de controlar mi enojo.- Porque recibe constantes llamadas de alguien a quien ella llama "el Hombre" y porque el día del accidente la vi salir muy arreglada de su departamento para ir al encuentro de un gran empresario. ¿Con eso tienes o te digo más?
Pedazo de animal.- Lily me golpeó en la nuca, como es su costumbre.- Si serás bruto...
¡Sé más tierna conmigo, por favor!.- protesté.- ¡El hecho de que ya no tengas a quien maltratar porque ya reconoces que amas con locura a Wakabayashi no significa que puedas maltratarme a mí ahora!
¡Es que eres un zopeco!.- gritó Lily, elevando sus ojos al cielo.- ¿Cómo se te ocurrió pensar que Esme es la amante de ese señor? ¡Para que lo sepas, ese Hombre es su padre!
¿Qué dijiste?.- grité, muy, pero muy sorprendido.
Me hubiera esperado todo, menos eso. ¿El Hombre es el padre de Esmeralda?
Hola, Misaki.- Wakabayashi llegó en esos instantes.- ¿Qué sucede?
Acá tu noviecita me está dando una buena... .- contesté, aun sobándome la nuca.
Se la merece, por baboso.- bufó Lily.- Si serás...
¿Por qué? ¿Qué hiciste, Misaki?.- preguntó Wakabayashi, divertido.
Pues puras burradas, eso es lo que hace.- refunfuñó Lily.
Bueno ya, deja de insultarme y aclárame eso.- pedí.- ¿Cómo es que el Hombre es el padre de Esmeralda?
¿Cuál Hombre? ¿El sujeto con el que me dijiste que La Salle salió la noche del accidente?.- quiso saber Wakabayashi.
Ese mismo.- asentí.
Sí, pequeño e ingenuo Tarito.- Lily se cruzó de brazos y nos miró a su novio y a mí.- Ese señor es el padre de Esmeralda. Por si no lo sabes, ella es millonaria. Su padre es el dueño de una gran empresa mexicana que tiene mucha fama internacional y a Esmeralda, como es de imaginarse, nunca le ha faltado nada, pero a ella no le gusta vivir del dinero de su padre, por lo que en cuanto pudo se metió a la Universidad para tener una carrera y trazar su propio camino. Y no le gusta que la gente sepa que su familia es de dinero, por eso siempre crea tanto misterio cuando de su padre se trata.
Y la comprendo perfectamente.- suspiró Wakabayashi, con la experiencia de alguien que ha pasado por la misma situación.
¿Por eso los dos celulares y el apodo de "el Hombre"?.- pregunté, algo incrédulo.
Sí. Y también por eso ella pudo darte el dinero que necesitabas con tanta facilidad, porque lo sacó del fideicomiso que ella tiene y que no le gusta usar.- Lily suspiró.- Sin embargo, cuando pasa eso, su padre le exige que al menos cumpla una vez al año su obligación de hija de "gente de bien" y asistir a una de las tantas reuniones de millonarios a las que sus padres van. Y para que lo sepas, si Esmeralda estudió periodismo fue por ti.
¿Por mí?.- me asombré aun más.
Sí, porque ella se enamoró de ti en el mundial Sub-16 y desde entonces su sueño ha sido el llegar a conocerte y pensó que la mejor manera de hacerlo sería convirtiéndose en reportera.- explicó Lily, aun enfurruñada.
Ah... No tenía ni idea... .- reconocí, muy avergonzado.- Yo creí que...
Sí, creíste que Esmeralda era una especie de cabaretera del Moulin Rouge y que te consiguió el dinero gracias a sus noches de teibolera.- bufó Lily.- No sé quien te metió tan estúpida idea en la cabeza.
En ese momento, Wakabayashi comenzó a silbar muy discretamente. Lily captó el mensaje.
Ya me lo imaginaba.- gruñó Lily, mirando a su novio con severidad.- Debería de darte un buen jalón de orejas. Si tú también eres un bruto...
Ey, ya me maltrataste mucho en el pasado, ¿no crees?.- protestó Wakabayashi, poniendo cara de perro regañado.- Creo que ahora me merezco un poquito de cariño.
No cuando creas semejantes líos.- Lily le jaló suavemente la oreja izquierda al arquero, aunque después le dio un beso dulce en los labios.
Yo sonreí. Al contemplar a mis amigos mientras se declaraban de una manera tan tierna su amor, me di cuenta de que no es la vida la que le pone trabas al amor verdadero, sino uno mismo.
Debía buscar a Esmeralda...
Azumi.
Me siento con el corazón y el alma hecha pedazos... No puedo creer que Maurice sea tan idiota...
En realidad, la idiota soy yo. Ya Maurice me había demostrado lo estúpido que es en Barcelona, pero soy tan mensa que no aprendí la lección a la primera y ahora también me había roto el corazón en Francia... Y para acabarla de amolar, nuevamente mi desgracia había ocurrido justo antes de otra desgracia mayor, así que nuevamente tendría que guardármelo todo. Hubiera sido muy poco amable y considerado de mi parte el quejarme por una decepción amorosa cuando acababan de fallecer tres personas en un accidente...
Y lo peor de todo, es que estoy más ciega que nada...
Un buen día, mientras el equipo entrenada, Maurice se comportaba de la manera más petulante y grosera conmigo, y yo, la verdad, no atinaba a ponerlo en su lugar...
Por favor, doctora, no sea idiota.- dijo Maurice, en una ocasión en la que él leyó los resultados de los exámenes médicos.- Se nota que no tiene ni idea de lo que es la Medicina del Deporte.
Me mordí los labios para no llorar. No soy una persona tímida y reservada que se deje pisotear por los demás, pero estaba tan dolida que no podía ni responder. Sin embargo, alguien llegó hasta nosotros, veloz como el rayo y golpeó a Maurice en la mandíbula.
Ofrécele disculpas a la doctora.- Jean miraba con verdadera rabia a Maurice, quien seguía tirado en el suelo.- ¡Ahora!
¿Y por qué tengo que hacerlo?.- retó Maurice.-Yo no tengo la culpa de que ella sea tan...
Pero Jean no lo dejó terminar. Tomó a Maurice por las solapas y lo empujó contra una pared.
Cuida esa lengua viperina que tienes, porque si vuelves a decir un insulto más en contra de la doctora Azumi Hayakawa te la voy a cortar desde la raíz.- Jean estaba colorado del enojo que sentía.- Esta doctora es la mejor que hemos tenido hasta ahora, la más inteligente y la más increíble mujer que yo he conocido jamás y no te voy a permitir que la insultes. Así que: ¡Ofrécele disculpas!
Lo... Lo siento... .- Maurice se dirigió a mí, al tiempo que Jean lo seguís sujetando de las solapas de su chaqueta.- No fue mi intención ofenderla... .- Jean le dio un tiró al joven y Maurice continuó.- Doctora Hayakawa...
Así está mejor.- Jean soltó a Maurice.- Y después te cobraré lo que dijiste el otro día acerca de que te la piensas llevar a la cama y botarla, ésa no se me ha olvidado y ni creas que te la pienso dejar pasar.
Acto seguido, Jean se marchó, dejándonos a todos, incluido a Taro, estupefactos.
¡Lacoste!.- gritó el entrenador.- ¿Qué fue todo eso?
Perdóneme, entrenador.- respondió Jean, sin detenerse.- Pero era algo que Evans se tenía bien merecido. Y si quiere castigarme o hacer que cancelen mi contrato, hágalo, no me importa.
Yo corrí detrás de Jean. Quería saber por qué me había defendido... Y darle las gracias por eso...
¡Jean, espera!.- grité.
¿Qué pasa, doctora?.- él se detuvo.
Gracias por defenderme.- murmuré.- Pero... ¿Por qué lo hiciste?
Porque soy un idiota.- gruñó Jean.- Un completo idiota que se ha enamorado como un loco de usted y que no puede soportar verla sufriendo por un tipejo que no lo merece cuando habemos otros que haríamos lo que fuera por tener al menos 5 segundos de su atención.
Y sin más preámbulos, Jean me besó. Y yo... Pues... Le correspondí...
Cuando dejes de quejarte por haber perdido a un supuesto sol, te darás cuenta de que junto a ti brillan las verdaderas estrellas.- murmuró Jean, cuando concluyó el beso.
Así no va el dicho... .- murmuré, solo por decir algo.
Para lo que me importa.
Jean me soltó y continuó su marcha. ¿Y yo? Pues de babosa que no fui detrás de él...
Notas:
No puedo, no puedo... No puedo juntar a Azumi y a Tarito. Al principio no la aguantaba a ella, pero ahora que he escrito estos dos fics y conforme he ido leyendo los mangas de CT (cortesía de mi querida Vini), he ido encariñándome con Azumi, pero aun así me resisto a ponerla como pareja de Taro. Amo a Genzo Wakabayashi con toda mi alma, él es el único y el primero en mi corazón pero Taro Misaki es mi segundo personaje favorito y el más apreciado por mí después de Genzo, y soy súper celosa con estos dos personajes y pues yo quisiera que sus parejas fueran las ideales para ellos (Lily para Genzo) y... Ya, ni sé que digo, nomás sé que aun no creo que Azumi sea buena pareja para Taro, así que discúlpenme, pero no los haré pareja, al menos no en este fic. Si creé a Esmeralda La Salle fue precisamente para que fuera la pareja de Tarito.
Bueno, ahora sí. El siguiente capítulo será el final (espero no emocionarme otra vez, jaja).
