Epílogo.
Genzo.
Bueno, pues ahora pedí ser yo el que le diera el punto final a esta historia, aunque reconozco que no soy bueno para esto.
¿Con quién comienzo? Bueno, pues les diré que Saki Aiza y Shinji Hashimoto están por casarse, cosa que era de esperarse. Tardaron mucho tiempo en comprometerse, supongo que se debió al carácter reservado de ambos. Curiosamente, el libro que Hashimoto pensaba escribir terminó por convertirse en una narración de los hechos que nosotros vivimos juntos. Tal y como lo leen, Llevados por el Destino y Cuidado con el Amor, son los dos best séller publicados por Hashimoto que inmortalizarán nuestras vidas y cómo el destino terminó por unirlas...
Sobre Azumi Hayakawa y Jean Lacoste... Bueno, solo diré que al final el esfuerzo de Lacoste rindió frutos... Lily me va a matar por esto, pero lo digo porque Hayakawa se convirtió en madre de un niño a quien le puso el nombre de Jean y al cual Lacoste no dudó en darle su apellido... Claro, también se lo dio a Hayakawa (hablo del apellido, por supuesto).
Tsubasa y Sanae... Por supuesto, ellos por fin encontraron la paz que tanto hacía falta en su matrimonio. Hayate y Daibu ya están debutando en las ligas menores del Barcelona, a la espera de poder llegar a ser como su padre. La pequeña Sayuri crece feliz y sana, y adora con toda su alma a su pequeña "prima" Jazmín... Y también a su "tía" Lily... Por cierto que Lily y Sanae se convirtieron en grandes amigas. Todos los años, ambas mujeres van a dejar flores a la tumba de Atsushi... Ninguna de las dos olvida que gracias a él, ellas pudieron superar sus rencores...
Sobre Taro Misaki y Esmeralda La Salle... Bueno, a Misaki le importó un comino lo que el padre de La Salle pensara y se casó con ella en una ceremonia sencilla a la cual asistimos solo los amigos más cercanos. Debo reconocer que nunca había visto a Misaki tan feliz, me da gusto ver que por fin encontró a la mujer que en verdad lo hará feliz. Y ahora se ha convertido en el padre orgulloso de un niño al que pusieron por nombre Michel.
Y bien... Solo quedamos Lily y yo. Por supuesto, yo me casé con mi Princesa Azteca. Pero debo contarles bien cómo estuvo la historia...
De vuelta en Alemania, Lily yo contemplábamos el atardecer, recargados contra el árbol en donde la besé hacía tanto tiempo...
Hermoso atardecer.- comentó Lily, apoyada sobre mi pecho.- Los atardeceres son muy bellos en este país, pero creo que lo son más porque los disfruto a tu lado.
Cursi que eres.- besé su cabello.- Por eso te quiero tanto.
Tú también eres cursi.- reprochó ella, suavemente.- Pero qué más da...
Aproveché su momento de silencio para llevar a cabo mi plan...
¿Qué haces?.- preguntó Lily, cuando le quité del dedo la sortija de plata con cristales austriacos negros que le di en su cumpleaños.
Quiero quitarte esa sortija, ya no quiero que la uses.- respondí.
¿Pero por qué, si tú me la regalaste?
Porque ahora quiero que uses ésta.
Y le coloqué en el dedo un anillo de compromiso de oro blanco, con un diamante azulado engarzado.
Cásate conmigo.- le pedí a Lily.- Quiero que seas mi esposa, mi Princesa Azteca.
Lily me miró con sus hermosos ojos negros llenos de lágrimas de dicha.
Sí, mi Guardián de Oriente.- murmuró Lily.- Quiero ser tu esposa, Genzo Wakabayashi.
Cuatro años han pasado desde esa tarde. Tsubasa y Sanae fueron nuestros padrinos. Al año de casados nació Jazmín, nuestra primogénita, y ahora esperamos a nuestro segundo hijo...
Así que, como ven, al final de todo, ninguno de nosotros formó parte del Club de los Corazones Rotos. Porque el Destino siempre llama una segunda vez.
Notas:
La canción que Lily cantó en el funeral de Atsushi es... Bueno, en realidad no se cual es, porque en ese momento no se me ocurrió ninguna buena. Ahora que lo pienso, me gustaría que fuera Por ti volaré, de Andrea Bocelli, aunque no queda del todo.
Ahora sí. Muchas gracias a todos los que leyeron mi fic.
