Disclaimer: No, Ranma no me pertenece, aunque, para ser sinceros… no me importaría quedarme con Ryoga y su adorable colmillito, o con Mousse, previa compra de unas lentillas, o con Kuno, cuando no actúa como un pervertido absoluto, o con…

Warnings: Esta historia contiene shounen-ai, es decir, amor entre hombre, pero muy ligero, nada gráfico o morboso.

Agradecimientos: gracias a Davinci por sus ánimos para que continuara. Tienes razón, las cosas que se empiezan, se acaban, o no se empiezan, a lo mejor hay alguien que no deja rewiew pero le gusta la historia. Por cierto, he calcado tu modo de escribir, véase:

"…" Pensamientos.

– … Diálogo.

(…) ó (N/A:…) Notas de autor.

También agradezco a todos aquellos que dejan rewiews. Gracias. Gracias de verdad.


TERCER CAPÍTULO.


– No, es MI prometida. – Ryoga habló con decisión. "Ranma me matará por esto, pero merece la pena, sólo por el placer de oírme a mí mismo decir estas palabras en alto."

– ARGGGGG – unas cuantas alumnas se marearon. ¿Su bellísimo sensei Ryoga casado con esa mujer¿Esa pelirroja insolente?

Ranko se quedó inmóvil, total y absolutamente inmóvil. Ryoga sin embargo miró a su reloj y comentó, como si fuera la cosa más natural del mundo:

– La clase se ha acabado. ¡Hasta el martes! – las echó de allí y se giró lentamente, esperando un ataque asesino de Ranma, que no vino nunca. Parecía una estatua, pálida e inmóvil.

Ryoga se acercó con precaución, no fuera a ser una trampa.

– ¿Ranma-kun¡Ranma-kun! – la zarandeó suavemente, pero no reaccionó. - ¡Ranma! – la movía violentamente, Ranma no respiraba, y le empezaba a preocupar. Se acercó más a ella, mirándola directamente a los ojos, Ranma respiró entonces, y Ryoga, exhaló aliviado, inclinándose un poco hacia delante.

– ¡Suéltala¡No te atrevas a tocar a la chica de la trenza¡Es mi futura mujer! – Kuno irrumpió en la sala violentamente.

FLASHBACK

Kuno iba a regalarle un ramo de rosas a su adorada Akane, cuando vio salir un grupo de chicas llorando del dojo.

– ¿Qué ha pasado?

– ¡Ryoga-kun se va a casar con esa estúpida pelirroja engreída!

– ¿Qué pelirroja? – Kuno temía la respuesta, hasta que se confirmaron sus sospechas.

– No sé, lleva una trenza y es muy fuerte… - las chicas seguían enfadadas-furiosas-tristes por culpa de aquella-zorra-pelo-de-zanahoria-que-había-osado-robarles-al macizo-de-Ryoga-kun.

Kuno dejó caer el ramo y corrió muy enfadado hacia el dojo. ¡Tanto luchar con Ranma e iba a permitir que se la llevara ese estúpido chico-perdido!

FIN FLASHBACK

– ¡Te he dicho que la sueltes¡Ni Ranma ha osado abrazarla así! – desde el punto de vista de Kuno, Ranko estaba de pie, mientras que Ryoga la sostenía de los brazos con fuerza, pero sin lastimarla, sus cabezas peligrosamente próximas.

Ranma terminó de despertar. ¡Kuno¡Qué dejara en paz a Ryoga! Nunca habían visto a Kuno así, estaba muy furioso, con Ranma, al no verles nadie juntos, y Ranma no parecer siquiera acordarse de su existencia, todavía, pero Ryoga no, era un chico demasiado serio, lo tomaba todo a la tremenda, y si decía que era su prometida, significaba que no había marcha atrás, algo que él no estaba dispuesto a admitir.

Ryoga contempló a Kuno. Nunca creyó que Ranko pudiera llegar a importarle tanto, como siempre estaba por ambas (Akane y Ranma) a la vez, pero la verdad, siempre prestaba más atención a la pelirroja. Los ojos del capitán de kendo de la universidad de Nerima relampaguearon con furia, y fue directo a atacar a Ryoga, quien estaba paralizado, tratando e proteger a Ranko tras de él. Kuno iba a darle un fuerte golpe, a matar, con su espada, cuando notó cómo algo le obstruía terminar el ataque. Ranko, delante de Ryoga, había parado la espada con sus manos, (dando una palmada en el aire y atrapando entre sus palmas la parte plana de la espada, para no dañarse).

– Kuno Takewaki. Te aconsejo que no intentes hacerle daño a Ryoga nunca más o te aseguro que pagarás por ello. – estaba realmente frenética. ¿Quién era él para dudar de Ryoga?

Kuno se sintió golpeado en medio de su dolor, pero trató de reponerse.

– ¿Tanto te importa ese tonto? – preguntó con dolor en la voz, lo que sorprendió a ambos chicos.

– Sí, no permitiré que le hagas nada, ni tú ni nadie.

– Te deseo mucha felicidad – dijo tierna y suavemente – Y tú, Hibiki, como me entere de algo, morirás. Ni ella ni nadie me detendrán. Adiós, Ranko, hasta siempre.

Kuno caminó lenta y majestuosamente hacia la puerta, dirigiéndoles una última mirada. Esa noche rompió las fotos, pósteres y demás de la pelirroja, ella ya nunca sería suya, lo había comprendido al mirar en sus ojos.

Por su parte, Ryoga se encaró con Ranko y le gritó:

– ¿Cómo se te ocurre cruzarte en la trayectoria de una espada, y más con Kuno así de cabreado¡No vuelvas a hacerlo¿Me entiendes¡Nunca!

– ¡IDIOTA! – replicó Ranma gritando histérico también. - ¿no ves que te iba a matar, y tú sin defenderte, pedazo de idiota¡Deberías agradecerme¿Y además, qué pretendías diciendo por ahí que soy tu prometido, eh?

– ¡Librarte de ese pesado para siempre¿Lo he conseguido o no? Y además Kodachi te dejará en paz cuando seas mujer, no tocará a mi prometida¡eres tú quien debería agradecerme!

Ambos se dieron la espalda y cruzaron los brazos sobre el pecho, enfurruñados.

Se giraron al mismo tiempo y musitaron al unísono:

– Lo siento… Gracias…

– Perdona Ryoga, no debí gritarte. Estás arruinando tu vida y reputación por ayudarme, y yo te lo agradezco insultándote. Soy un tonto.

– Yo tampoco debí gritarte, y además, los amigos están para lo bueno y para lo malo¿no? Pues aquí estoy – añadió Ryoga, Ranma sintió unas ganas locas de abrazarle y acercarlo hacia sí.

Caminaron hacia la casa, Soun y Genma jugaban al ajedrez con sus perennes vasos de té al lado.

Vieron a los dos chicos cabizbajos.

– Papá… - comenzó Ranma dubitativo, tenían que contarles el plan al final, pues se iban a enterar igualmente.

– Deja, Ranma, mejor lo explico yo. – Ryoga procedió entonces a contar cómo Kodachi pensaba convertir en un infierno su vida. Cómo él había sugerido TODO, a pesar de las protestas y las pegas de Ranma, y cómo acababa de decidir que se haría pasar por su prometido durante dos semanas

– ¡Decidle que no lo haga¡Arruinará su vida social y ya nunca nadie le querrá por haberse atrevido a estar conmigo! – puntualizó Ranma con desesperación al final del discurso de su amigo. - Además, siempre puedo irme, pero esas chicas ya lo habrán contado por toda la ciudad.

Soun se puso a llorar.

Akane entró y se vio la escena, Genma mirando extrañado a Ryoga, su padre llorando, Ranko muy ruborizada y Ryoga con la mano en el hombro de ésta.

– ¿Qué pasa?

– Akane, hija mía, Ryoga y Ranma se van… se han… - Soun lloraba de emoción de nuevo.

– Ranma y Ryoga van a casarse. Están prometidos – Genma soltó a bocajarro. Todo se fundió en negro.

Media hora después, Akane se despertaba en su cama, se había desmayado de la impresión.

– ¿Estás mejor Akane?

– ¡Estáis juntos! – les señaló como si fueran los asesinos al ser descubiertos en una serie de detectives.

"Qué más quisiera yo", pensó Ryoga, y le contó todo a Akane, quien al final agarró a Ranma y lo lanzó por la ventana, cayendo, en su línea habitual, al lago del jardín.

– ¡No tiene bastante con las chicas que ahora empieza a pervertir a hombres!

– Akane, no le entiendes¡ha sido todo idea mía, él está en contra!

Akane miró a Ryoga con estupor. ¿Idea suya?

– Yo le dije de irnos, pero no quiso, yo le dije muchas ideas, pero las rechazó, y esta no ha podido rechazarla porque la ejecuté antes de preguntarle.

Akane, por primera vez, se sintió mal por haber lanzado a Ranma al lago, esa vez no había tenido la culpa, parecía.

En eso, una chica pelirroja totalmente empapada irrumpía en la habitación.

– Akane Tendo¡eres una….

– Lo siento, Ranma, Ryoga me explicó.

Ranma se paró en seco, asombrado. Ryoga se dio cuenta de que sus ropas estaban chorreando, y se pegaban, translúcidamente, a su cuerpo, marcando unas formas perfectas. Si él sólo extendiera la mano podría…

Ryoga se puso colorado y le dijo de cambiarse de traje, iba a enfriarse. Ambos salieron, dejando a Akane sola y confundida. Si Ryoga detestaba el engaño¿por qué había accedido a éste?

Un nuevo día, tras explicarle todo a Mousse, quien al final se lo tomó admirablemente bien, no sin antes lanzar una par de bombas de debajo de sus mangas, Mousse y Akane comentaron de salir a dar un paseo. Pensaron de ir al cine, pero no sabían cuál coger.

– Titanic está bonita – comentó Ryoga.

– ¿Titanic¿La de "soy el rey del mundo"? - Akane arqueó la ceja.

– Sí, esa, me gustó mucho.

– ¿Cuándo la has visto Ryoga? – esa película era para parejitas, recién estrenada además¿con quién había ido Ryoga?

– Ranma y yo fuimos a verla para animarle después de que le echaras de casa como siempre haces.

Akane iba a replicar pero en el fondo tenía razón, el problema es que no sabía como empezar a ser más amable con Ranma. Desde que él le confesó que estaba enamorado de otra persona y que había decidido romper su compromiso y dejarla libre, ella se había empezado a portar peor que mal con él. Era cruel e hiriente. Hasta cuando no había hecho absolutamente nada. No entendía por qué, pero ya no sentía mariposas en el estómago al verle y le veía como a un hermano, no obstante, la humillación de ser abandonada por otra mujer le había llevado a comportarse peor, y peor que ser abandonada, el que todo el mundo la compadeciera y creyera que estaba destrozada, y sus otras prometidas se rieran de ella y le gastaran crueles burlas. Ranma había intentado defenderla y alejarla de todo eso, pero no lo había logrado. Sin embargo, ella desconocía que Ranma hubiera hablado con todas sus prometidas, rechazándolas a todas, y que las otras actuaban sólo por despecho.

– Cada vez que le humillas se pone muy triste, Akane, y ese día te pasaste. Estaba muy dolido y descorazonado, aunque nunca lo admitirá.

Akane bajó la vista, sabía que Ryoga no le echaba nada en cara, sólo pretendía hacerle ver la verdad. Pero no podía admitir que de los dos, ella fuera la peor.

– Bueno, os recomiendo esa película¿Mousse, no llevas gafas¡Y no me has confundido con un árbol! – Ryoga cambió de tema ante el azoramiento de Akane.

– Akane me acompañó ayer a comprarme unas lentillas.

Akane se sonrojó violentamente.

FLASHBACK

– ¡Mousse¡Estoy aquí, detrás de ti¡Eso de ahí es una farola!

– Ya decía yo que estabas muy quieta – dijo Mousse poniéndose esas horribles gafas de culo de vaso.

– No deberías quitarte las gafas, o un día te verás en problemas.

– Es que son muy pesadas, y además la gente se ríe de mí cuando las llevo puestas. – Mousse bajó la cabeza como avergonzado.

– No hay de qué preocuparse, hay una manera de que muestres esos bonitos ojos y de paso veas perfectamente, ven – arrastró a un Mousse sonrojado por lo de "esos bonitos ojos" dentro de una óptica, donde pidió unas lentillas para él. Cuando oyó su graduación, entendió por qué nunca reconocía a nadie. ¡No veía más allá de 10 cm de su nariz!

– ¡Lo ves¡Ahora distingues a la gente y sin necesidad de esas gafas!

Mousse sonrió abiertamente. Además, las lentillas no tenían un campo de visión tan reducido como las gafas. Lo cual iba muy bien para luchar.

– Gracias, Akane.

– De nada.

FIN FLASHBACK

– Mejor, no es por nada, pero esas gafas te sentaban fatal. – Ranma entraba en ese momento en la sala, acompañada de Kasumi, quien estaba totalmente emocionada.

– Es verdad, mucho más guapo así – dijo la hermana mayor de las Tendo, provocando el rubor de Mousse volverse más intenso.

Mousse y Akane se fueron al fin y se quedaron Ranma, Ryoga y Kasumi.

– Si vas a ser la prometida de Ryoga unos días, debes ir guapa. – empezó.

– ¡Pero…!

– No hay peros que valgan, no querrías que digan que Ryoga sale con una chica a la que le da igual gustarle o no realmente. ¿Verdad? Hay que dar realismo al asunto.

Ranma asintió, mientras Ryoga pensaba que daba igual si Ranma era una chica o era un chico, siempre se veía total y absolutamente perfecto. Aunque intentara resultar feo, no podría.

– Yo creo que ya está bien como va. – confesó tímidamente. – No hace falta que se arregle.

Kasumi le dirigió una mirada asesina.

– Calla, Ryoga, tú lo que debes de hacer es pensar a dónde vas a sacar de paseo a Ranko-chan, para que el resto la admiren.

– ¡Pero yo no quiero que el resto me admiren¡Eso sólo me trae problemas!

– Pero ahora será diferente, porque irás con tu novio. Y punto. No más discusión. –Kasumi zanjó la disputa y continuó después, con tono muy dulce – Además, siempre he querido ayudar a arreglarse a alguien, a Nabiki no le hacía falta y Akane… mejor a ella no comentárselo. ¡Serás como mi hermana pequeña por unos días!

Ranma hizo un mohín, y continuó haciéndolo cuando Kasumi la agarró de un brazo y la sacó del salón arrastrándola por el suelo, dejando a Ryoga pensativo, mirando al parque.

Oyó gritos, pataleos, chapoteos, insultos, más gritos, golpes, a Kasumi gritar, perseguir a Ranma por el pasillo. Ryoga estaba con la gota en la nuca, tipo animé.

– Ya está. ¿verdad que está mona¿No crees que ya era hora de que se pusiera ropa de mujer!

–A veces lleva – comentó Ryoga

–Sí, pero vaqueros y camisetas, igual que si fuera un hombre, pero mírala ahora. Dejó pasar a Ranma, quien vestía una falda negra por encima de las rodillas, tacones y una camisa china muy ajustada. Iba maquillada y llevaba el pelo suelto y bien cepillado, por la cintura. Ryoga se quedó sin habla, le daba igual Ranma fuera un chico o una chica, siempre producía ese efecto en él "¿Acaso soy un pervertido?"

– ¿Y bien?

– Estás bien, Ranma.

– Gracias – dijo Kasumi con una sonrisa, y ahora me voy, que mi marido (N/A: véase, el doctor Tofu) vendrá hoy pronto a casa- ¡Hasta luego! – se marchó canturreando por la calle.

– ¿No lo ves un poco excesivo para ir de normal?

– No. ¡Todo el mundo me tendrá envidia! Juajuajuajuajua

Ranma se ruborizó cuando Ryoga la tomó de una mano y le comentó de ir a dar un paseo por el centro.

Caminaron por las calles, comentando y riendo, distendidos. Hasta que Ryoga notó el abrazo de un oso en su estómago y bajó la vista, una de esas chicas, Kiara, la de la graduación, le estaba abrazando descaradamente.

– ¡Ryoga-kun¡Estás muy guapo¿Me das un beso? – pidió aproximando su rostro peligrosamente al del nervioso chico

Ryoga se quedó paralizado. En eso Ranma se acercó y le soltó a la chica:

– Disculpa¿me recuerdas? – la más joven era la que había invitado a Ryoga a su graduación, quien a su vez había declinado su oferta y había acudido con Ranko.

– ¡Eres la mujer de la otra noche¡Esa!

A Ryoga no le gustó nada el tono de "esa", como si Ranma fuera una persona fácil o inferior. O una…

– "Esa" mujer se llama Ranma. Estamos prometidos. Ranma, esta chica es la que nos invitó al baile.

– Hola, encantada – saludó malvadamente, saboreando ese momento, ser presentada como la novia de Ryoga, su amante.

– ¡Prometido¿Con esa¡Nunca, tú eres MI prometido!

– No, perdona¿acaso tú estás enamorada de él¿Acaso tú renunciarías a él si viera que ama a otra persona¿Sacrificarías tu anterior vida y tu propia felicidad por él y por ver su sonrisa una vez más? Yo sí. – Ranma recordó los tres deseos de hace más de dos años, cuando todas sus posibilidades de convertirse de nuevo en chico se esfumaron para siempre.

La chica bajó la mirada avergonzada, se disculpó con Ryoga por haber ofendido a su prometida y le deseó felicidad.

Ryoga se enfrentó a Ranma.

– ¿Qué has querido decir con eso de renunciar a toda tu anterior vida y a la felicidad?

– Algún día te lo contaré, Ryoga, ahora no me hagas preguntas. – respondió Ranma amargamente.

Ryoga le tomó la mano y la besó, supo que seguramente se refería al hecho de que renunció a ser un chico completo para permitirle a él ser totalmente humano. Ranma se ruborizó, pero no apartó la mano, esa escena fue vista por Kodachi, la Rosa Negra, que al ver a Ryoga supuso que su inseparable Ranma estaría con él, pero en vez de eso, se encontró a la pelirroja esa a la que perseguía su hermano y que a su vez ella perseguía a Ranma.

– ¿Se puede saber qué haces con Ryoga? Él es mi sustituto para Ranma. También me gusta mucho.

– Yo hago lo que me da la gana. –respondió ella agresivamente, más enfadada todavía por haber roto ese precioso momento.

– ¡No le serás infiel a Ranma con su mejor amigo¡Eres deleznable, una sucia y vulgar…

– Es mi prometida, Kodachi, no oses ofenderla. – el tono de Ryoga, cortés aunque muy seco y cortante, cortó la última palabra humillante y ofensiva del discurso de la gimnasta.

Kodachi se quedó de piedra.

– ¿Así que me has dejado a Ranma libre?

– Digamos que nunca fue de las dos.

"No, porque pertenezco a Ryoga, enteramente a ese chico extremadamente fuerte y tímido que me eleva al cielo con su sola presencia"

– Ranma está en China, Kodachi – espetó Ryoga. – No volverá hasta pasada las fiestas, así que…

– ¿Qué¿Y lo que me prometió?

– Yo estaba delante y no te prometió absolutamente nada, es más, se negó rotundamente. – recordó de pronto la escena de Kodachi intentando seducirle acariciándole lascivamente delante de Ranma para darle celos.

– ¡Me las pagará¡Nadie rechaza a la Rosa Negra¡Tú lo pagarás!

– Él está enamorado de otra persona, Kodachi, de ninguna de nosotras dos o de sus anteriores prometidas, su corazón nunca ha sido ni será nuestro. – dijo Ranma, mientras con la mano que Ryoga todavía sostenía entre las suyas, le acariciaba delicadamente el dorso de las manos a Hibiki, provocándole cosquillas, como descargas eléctricas, muy placenteras.

Ryoga cerró los ojos, concentrándose en su mano y en esa sutil caricia. Y evitando así que en su cara y su mirada se reflejaba el dolor que le provocaba la confesión de Ranma. Deseando, por impensable que fuese, que él fuera dicha persona, aquella afortunada que tenía en su poder el corazón y el alma de SU Ranma.

– ¿Y quién es?

– Ya no debería importarnos, por favor, olvídale, te lo aconsejo como amiga.

– ¡Tú no eres mi amiga!

– Pero al final he comprendido que eres perseverante, pero esta es una causa perdida, y porque admiro tu perseverancia, te quiero ayudar.

– Ryoga, tengo que decirte que has elegido mal, pero en fin, no son mis asuntos.

Ranko sintió ganas de llorar, por supuesto que Ryoga había escogida mal al haberle pedido quedarse con él, en el dojo, y el aceptar, por supuesto que había escogido mal cuando se hizo su amigo, por supuesto que había escogido mal al intentar ayudarle.

– Estás equivocada, Kodachi, no podía haber escogido mejor. Adiós. – Kodachi se fue llorando, segura de la odiosa pelirroja le había dicho la verdad, puesto que en sus ojos había dolor, y amor a Ryoga, y de nada le serviría ya mentirle a ella.

Ranma siguió cogida de la mano de Ryoga, y continuaron su camino sin decir nada.


Hola de nuevo! Gracias por haber llegado hasta aquí, el próximo es el capítulo final, así que… sniff, fin de mi primer fic. Por favor, dejad rewiews… o me deprimiré… ¡nadie me ha dejado ni un rewiew por el último capítulo. Buaaaaaaaaaaaaaaaa. Pero como dice Davinci, quien a su vez se lo dijo una lectora: hay muchos lectores que leen y no dejan rewiew, no porque la historia no les guste, sino por… qué se yo, pero que les gusta y quieren acabarla. Así que, a pesar de eso, continúo aquí. A la espera de que alguien se digne a dejarme un pobre rewiew. Espero que la historia no decepcione.

GRACIAS A TODOS LOS QUE ME LEEN. TODO LECTOR ES IMPORTANTE PARA MÍ. GRACIAS.

VenusOfHeaven.