Destino Marcado Capitulo III Secretos y declaraciones.
Sakura se rebelaba ante las urgencias de su padre. Ella no entendía porque este se empeñaba en que se casara con el atractivo y multimillonario Syaoran Li, sino estaba enamorada de él. Hasta que un día escucho una conversación que cambio su destino...
¿Cómo están? Aquí el tercer capitulo de Destino Marcado, les aviso que no creo que sean mas de seis capítulos así que todo depende de su entusiasmo para ver si lo alargo mas. No los digo mas así que ya saben. La novela es de Corin Tellado y CCS es de CLAMP/Kodansha.
Here we go!!!!
Fue esa noche, había salido y al regresar le habían dejado fuera sus amigos. El auto silenciosamente se alejo y ella camino sin hacer ruido, no porque no pretendiera hacerlo, sino porque sus zapatos plano no lo hacían.
Hacia una espléndida noche y se quedo sentada en el banco de madera que había bajo el ventanal, y fue cuando oyó aquella breve conversación a la cual no daban créditos sus oídos.
-"Talvez" –decía la voz del espíritu de la madre de Sakura. Era común verla por ahí divagando en la casa, después de su muerte ella decidió quedarse con su familia así que no era raro oír su voz por ahí (no me digan nada, su mama esta muerta ni modo de resucitarla así que dejen al espiritu en paz =P) –"Si le dijeras la verdad lo comprendiese Fujitaka..." –su tono de voz ahogado era evidente.
-"Nunca podré hacer eso, y se que tampoco tenemos derecho a sacrificarla a ella, Syaoran la ama, la ama entrañablemente y nunca lo ignore. La hará feliz. Sakura es una mujer sensible, vulnerable, y Syaoran es merecedor de su amor" –intentaba justificar su insistente petición con resignaciones vagas, parecía que esto era una necesidad; al parecer solo dos personas sabían el secreto y una era la difunta esposa del señor Kinomoto.
-"No siempre se ama lo que se merece, Fujitaka, entiéndelo" –suplicaba al favor de su hija.
-"No digas eso Nadeshiko. No puedo evitar que esto ocurra de este modo" –su tono de voz era nervioso, intentaba desquitarse hablando con su difunta esposa, cualquiera creería que estaba loco pero era el secreto de la familia, todos la ponían ver pero ella jamás se mostraba ante personas que no sabían de su 'existencia'.
-"Tampoco puedes dejar que Syaoran te obligue, aunque sea tu jefe...."
-"¿Es que no acabas de entender que no me obliga?. Pero sino se casa con Sakura, como el desea, lógicamente tendrá que denunciarme" –dolor era lo que expresaba su voz.
-"¡Dios Mío! Fujitaka no digas eso, todo mundo te conoce por tu honestidad" –se acerco a su esposo con una mirada llorosa y suplicante.
-"Yo no soy deshonesto, Nadeshiko que querida, soy vicioso" –se sincero ante el espiritu de su esposa.
-"¡Tampoco digas eso!" –estaba al borde de las lagrimas.
-"He tenido una debilidad, y solo puede salvarme el matrimonio de Sakura. Y si piensas que Syaoran me obliga, te equivocas...."-mantenía la negación a que Li no obligaba al matrimonio.
-"No me digas que el no se aprovecha de tu situación".
-"No se, pero su amor hacia Sakura no es un capricho, es una realidad, y en cierto modo, quien se esta aprovechando de su debilidad soy yo. Tu conoces mi defecto, lo que nunca imaginaste es que un día yo perdiera la cabeza" –dijo.
-"Yo te disculpo, mi querido Fujitaka, siempre supe que tenias ese defecto, lo que nunca imagine es que cometieras esa atrocidad" –abrazo a su esposo por unos momentos mientras derramaba unas lagrimas en le traje del mismo.
-Te digo, Nadeshiko, que nunca pensé que pudiera pagar tanto por ello, pero también pienso que cualquier otra mujer que no fuera mi hija, estaría como loca de alegría pensando en que se convertiría en una gran señora" –añadía sirviendo una copa en la cantina.
-"Sakura no es de esas, Fujitaka".
-"Pues sino se casa con Syaoran Li, yo me pego un tiro, Nadeshiko, y tendría que hacerlo, porque me moriría de vergüenza en el lió que estoy metido, en parte por fin estaría contigo mi amada esposa" –sonrió con ironía.
-"¡Calla, calla! Y por favor Fujitaka deja de decir tonterías, un momento de debilidad lo tiene cualquiera.
Asustada Sakura oía los sollozos de su madre, y los gritos de su padre ¿pero que había ocurrido ahí? ¿Qué vicio había tenido su padre que la había sometido a Syaoran?.
Oyó como se levantaban sus padres y vacilantes se alejaban hacia el interior de la casa. Encendió un cigarrillo y fumo, aprisa, muy aprisa, a borbotones.¿Qué había hecho su padre que la obligaba a ella a contraer matrimonio con un hombre que no amaba? ¿Qué cosas sabían sus padres que ella ignoraba?
Pensó en si misma por un instante y se vio yendo al colegio y después a la universidad, y mas tarde con ese afán de fotografiar todo lo que tuviera que ver con la comarca. Recordaba habré vivido en ese palacete toda su vida, recordaba haber sido una niña feliz, no muy mimada, recordaba tener muchos amigos y compañeros de estudio, y recordaba también, ¡como no!, la muerte de Ieran Li y la llegada de su hijo de América, y aquellos cuatro años cuando conoció a Syaoran siendo ya todo un hombre... Y todo eso se compendiaba en algo que tenia a su padre angustiado y amenazado... ¿de que y por que?
Estaba segura de que nadie impediría su matrimonio, ni ella misma ya que lo único que deseaba era terminar con 'eso' que angustiaba a su padre.
Durmió mal aquella noche, y a la mañana siguiente cuando salió a la terraza, ya vestida con traje de montar para dar una vuelta por la comarca, vio a su padre que se alejaba en el todoterreno. También vio el espíritu de su madre que paseaba inconstantemente por el salón.
Pensó por un instante preguntarle, pero sabia que nunca le diría la verdad. Ella tenia que conformarse con lo que sabia, con lo que había oído, y casarse o no casarse, pero nunca conocería el motivo por el cual su padre le exigía casarse con su jefe.
Se dirigió a las caballerizas y ella misma intento ensillar al caballo, pero un criado apareció tras ella y la ayudo.
Siempre había sido amable con el servicio, pero aquel día estaba tan desconcertada, que se olvido incluso de dar las gracias o decirle adiós.
A media mañana seguía cabalgando, unas veces a toda prisa y otras al paso.
Miraba todo como si lo viera pro primera vez. Pensaba también en Yukito Tsukishiro, aquel amigo que le causaba una gran simpatía. No es que lo amase fervientemente, pero sabia que lo podría llegar a amar. En el camino mientras pensaba en Syaoran, aun reconociendo su riqueza, su gallardía y su atractivo, no podía imaginarse con el en una intimidad...
Cuando lo vio cabalgar hacia ella saliendo de las cabinas donde se hallaba la cafetería de los almacenes, se quedo envarada, porque sin darse cuenta había traspasado su propiedad.
Al verlo, alisó la fusta sobre el potro y este salió a todo golpe en sentido inverso. Cuando miro hacia atrás, Syaoran seguía erguido en el caballo, mirando al fondo por el sendero donde había desparecido.
Era una visita inesperada la de Syaoran Li y la doncella llego a su cuarto a comunicarle que él estaba en la sala. Se había levantado un poco tarde, había bajado a la piscina y había dado unas cuantas brazadas de lado a lado, como si pretendiera disipar la adrenalina y toda aquella ansiedad que había dentro de ella. No comprendía como siendo su padre un hombre digno y moral –como siempre había creído que era- de repente, el ídolo se había caído al suelo y se rompía en miles pedazos, pero ¿por qué? ¿Qué había hecho su padre que de ese modo lo obligaba ante Syaoran? ¿Y como podía Syaoran abusar así del hombre que les había sido fiel toda su vida?... Aunque solo fuera el hecho de que Syaoran obligara a su padre a casarla con él, era suficiente para odiarlo el resto de su vida, sin embargo, en sus sentimientos no había ningún odio, solo una autentica y atroz indiferencia.
No soportaba que "la casasen", no soportaba que la obligaran a amar a un hombre que era totalmente ajeno.
Había logrado tranquilizarse y había regresado a su cuarto vestida con pantalón blanco y camisola negra.
Bajo al porche y se sentó en el balancín fumando un cigarrillo. Miraba al frente, veía los viñedos como si fueran un mar volante, los macizos del jardín, la piscina allá abajo y todo aquel valle donde había vivido toda su vida, salvo aquellos pocos años que estuvo en Suiza. Ni siquiera su cámara la consolaba, la fotografía estaba abandonada temporalmente. Nada le inspiraba para una buena toma, ni siquiera el atardecer que ya varias veces había sido su motivo de tomara la cámara.
Simple y sencillamente no tenia ganas, ni siquiera el entusiasmo habitual.
Pero había perdido el gusto a todo, y se mantenía allí expectante, esperando la visita que le había anunciado la doncella.
Syaoran salió del salón, recorrió el corredor encristalado, se acerco a ella y la miro desde su altura. Sakura, entornando los párpados, pensaba sin dejar de mirarlo de arriba hacia abajo, que era un hombre atractivo del que cualquier mujer se pudiera enamorar.
-"Quería hablarte Sakura"-dijo él con aquella voz que resultaba acariciadora.
-"Pues toma asiento si quieres"
-"Podríamos dar un paseo por la campiña y hablar mientras tanto..."- sugirió el.
Aun vestía traje de montar, altas polainas y el pantalón abombado color canela. En mangas de camisa y con un chaleco de tela fina, parecía mas ser de aquella comarca, sin diferenciarse en absoluto de otros hombres del campo.
Automáticamente Sakura se levanto y camino junto a él. Descendieron ambos las escalinatas y se adentraron en los jardines. Caminaban con lentitud.
-"Tenia que hablarte a solas, Sakura. Me dolería que alguien te presionara para esto, pero si lo prefieres, en vez de casarnos, permíteme que te corteje una temporada, pero a base de ser tu novio afectivo y efectivo" –sonrió mucho ante la gracia de sus palabras. Sakura se detuvo en seco y alzo la cara para verlo mejor.
-"¿Por qué ese empeño? ¿Por qué mi padre esta de acuerdo contigo? Porque lo lógico seria que no lo estuviera y me permitiera elegir libremente al marido que quisiera para mi futuro" –lo miro indignada y algo dolida.
-"Tal vez yo tengo el destino marcado, Sakura, porque desde que te vi hace cuatro años, solo pienso en hacerte mi mujer ¿Te enamoraste alguna vez?-pregunto inquisitivamente.
-"No" –seco y sincero.
-"Pues entonces no sabes lo que yo siento. Siento amor, un amor profundo, he conocido muchas mujeres, de distintas edades y grandes bellezas, pero mi vida y mi destino volvían siempre aquí, y entonces me decía: diviértete si gustas, pero ya sabes donde esta tu esposa... Es absurdo lo se, lo se"-añadía alzando un poco la voz-"Es enormemente absurdo, pero no puedo evitarlo, Sakura, no puedo arrancarte de mi vida porque si pudiera, lo haría. Pero por mas que me esfuerzo, vuelvo siempre al mismo lugar. Y este lugar son mis sentimientos, ni siquiera te hablo de deseo aunque exista. Ya se, no me digas nada, aun no me digas nada... no me amas no correspondes mis sentimientos. Estoy de acuerdo, eso ya lo se, tengo la vanidad o tal vez la convicción, como gustes llamarlo, de que llegaras a amarme, de que llegaras a desearme" –dijo esto ultimo con una sonrisa coqueta.
-"Lo que mas me asombra"-le contesto Sakura- "es que Papa este de acuerdo contigo".
Ahora quien se detuvo fue el y la miro desde su altura serenamente sin quitar la sonrisa.
-"Lo que tu padre pretende, no lo se. Nunca me lo ha dicho, yo si se lo que le he dicho a el, pero me parece natural que prefiera como marido tuyo a un hombre conocido y reconocido que a un desconocido que puede hacerte infeliz. El sabe que soy un hombre de peso, y aunque este mal decirlo, soy un hombre moral y digno, y no te estoy exigiendo nada Sakura, nada." –finalizo con una sonrisa triste.
-"Mi padre me obliga" –lo miro a los ojos y sostuvo su mirada de jade.
-"No digas estupideces, tu padre no puede obligarte a nada" –alzo el tono de voz y fijo de la misma manera su mirada.
-"El caso es que me obliga" –odiaba su mirada dulce, a pesar de todo lo que decía, todo lo que negaba, él no dejaba de mirarla con amor, ese amor la frustraba.
-"Le diré que te deje en paz, que te permita decidir a tu gusto y a tu manera. Y por favor, no vuelvas a incluir a tu padre en todo esto. Además, yo vengo a hablarte hoy para que sepas que te doy alternativas. Permíteme que nos casemos y, si lo prefieres, no te tocare, el día que tu gustes, que me necesites en tu intimidad, me llamas, y yo acudiré sin reproches, solo con el inmenso amor que te tengo"-se estaba hundiendo en la inmensidad de sus esmeraldas, contemplándolas como si fuera la ultima vez.
Sakura se giro en redondo y, sin responder y sentirse rara por la mirada tan tierna de Syaoran, camino rápido en sentido inverso, es decir rumbo a su casa.
Vivía obsesionada. A todas horas se encontraba con Syaoran, a todas horas se obligaba a mirar su sencillez y apreciar su ternura. Ni siquiera había salido otra ves con Yuquito, aquel muchacho compañero suyo, que podía enamorarla, pero ya ni eso esperaba. En el fondo renegaba del amor, del matrimonio, de todas palabras dulces que oía en cada instante de boca de Syaoran Li.
Un día hablo con su difunta madre (¿?si lo se). Tal vez le lograría sacar algo, averiguar que había significado aquella conversación que oyó una noche, no hacia demasiado tiempo, por lo cual creía entender que sino se casaba con Syaoran, podría ocurrir una atrocidad, pero ¿de que estilo? ¿Desde cuando su padre estaba supeditado a Syaoran?
No entendía nada. Por eso, en aquellos días ni siquiera miro las opciones de su nuevo catalogo, estaba muy aturdida y nerviosa...
Cuando aquella tarde, al descender con el fin de dar un paseo y despejarse vio al espíritu de su madre sentado en el balancín de colores, se acerco a ella y le hablo sin vacilaciones.
-"Veamos, mama" -se quedo de pie mirándola- "veamos por que tienen ese empeño tu, Papa y mi hermana en que me case con Syaoran Li".
La madre la miro parpadeante, alzando la cabeza para verla mejor. El sol le daba en le cara. Sakura vio, a pesar de que es un espíritu lo joven y hermosa que se veía su madre.
-"Te equivocas, me parece que solo te damos un consejo, no te obligamos a nada".
-"Yo estoy pensando, y me lo imagino así, que Papa me lo ha dicho que debo casarme con Syaoran Li".
-"Otra muchacha de tu edad, sin una fortuna sólida como tu, estaría loca de contenta, ahí es nada, un hombre de 25 años, atractivo, cariñoso, moral...Pero ya veo que tu eres diferente"
-"Es que yo no pretendo casarme para que me mantengan, mama, yo soy una mujer joven, para mi el matrimonio es una etapa mas, no vivo esperando casarme. Yo pretendo mantenerme por mi misma, nunca supeditada a los deseos ajenos, que en este caso son los de mi familia y los de Syaoran Li, que para mi rareza se han unido".
Lo siento querida pero nosotros solo podemos darte un buen consejo" –repuso saliendo del lugar y sonriendo tristemente.
Esa misma noche Sakura se prepuso oírles hablar, y después de cenar, como conocía sus costumbres, fue a situarse en el banco de madera pintado de verde, desde el cual podía escuchar perfectamente lo que se hablaba en le salón si los ventanales se hallaban abiertos, y en aquella zona como el calor abundaba en todas las estaciones, era obligatorio abrir las ventanas para respirar mejor.
Y allí se quedo Sakura. Ni siquiera fumaba estaba inmóvil, como petrificada en el banco.
Ahora no estaba su madre lo cual se le hizo muy raro, sino que lo que se oía era a su padre hablar por teléfono con su hermano. ¿El también lo sabia? Se preguntaba Sakura, ¿por qué todos sabían menos ella? Eso era lo que la paralizaba, la intriga y el temor a ceder a casarse con el magnate Li.
Lo que al principio solo era la voz de su padre, por lo cual Sakura no entendía muy bien el motivo de la conversación, pero bien sabia eso si que su matrimonio seria mencionado. Su padre colgó el auricular y al fin Sakura pudo escuchar la voz del primogénito de los Kinomoto.
-"Sakura ha de estar muy enojada, Papa, no creo que quiera casarse con 'ese' "-no había duda que a el tampoco le agradaba la idea de que su monstruo se casara.
-"Es que sino se casa con el, estoy obligado a hacer declaraciones, y ya por el camino por el cual iremos, desnudos moralmente y destrozados" –su voz era u susurro envuelto en desesperación.
-"Te estas juzgando muy duro Papa" –su voz era a pesar de que se oía a través del teléfono, reconfortante pero dura.
-"Tu sabes que no. Una cosa es un pequeño vicio, y otro es una terrible ambición. De momento no tengo que dar explicaciones pero lo haré, tendré que hacerlo, y si Sakura esta casado con Syaoran, solo tendré unas palabras de reproche, y quizás ni eso siquiera. Si Sakura no es la mujer de mi jefe, seré hombre muerto. He cometido un grave error, pero ya había cometido anteriormente tantos... aunque nunca me cegó la ambición como ahora"-sus puños se estrellaron contra el escritorio en el salón.
-"Y además no te atreves a decirle a Sakura la verdad..."-dijo Touya sin preguntar.
-"¡Nunca! Jamás lo haría. Una cosa es que se case, y otra es que confiese lo que he hecho"-su desesperación se convertía en gritos llenos de furia, si no fuera una conversación por teléfono no cabe duda que habría que controlar esos golpes.
-"No te preocupes Papa, se que Sakura lo hará, ella siempre piensa en los demás antes que en ella"-dijo.
-"..." –no tenia palabras.
-"No se que mas puedo hacer por ti, te llamo después, Hasta luego Padre" –se oyó un pitido y luego nada.
Sakura se mordió los labios, porque había quedado igual que estaba o peor. Sabia que Syaoran tenia la certidumbre de que ella se casaría con el. Lo mejor era aceptar el matrimonio, a fin de cuentas, el divorcio era tan común como si se pusiera un calcetín ¿Por qué no?
Lo decidió en aquel instante, no haría sufrir mas a su padre. Su cariño hacia él superaba todo lo insuperable.
Se lo dijo al día siguiente. No es que fuera ella directamente al asunto, es que Syaoran la visitaba de nuevo y en aquel instante, la invitaba a tomar café con su propia casa. Ella vivía en un pequeño palacete ubicado a la entrada de la finca. El palacio de los Li se alzaba al otro extremo rodeado de árboles, de bosques enteros donde abundaba la caza mayor.
En esos días veía a su padre alejarse, morral en la cintura y escopeta al hombro, y mas tarde subir ambos a caballo y alejarse hacia el bosque. Se preguntaba si hablarían del futuro, de su boda, del motivo que obligaba a su padre a casar a su hija con el, y que el conocía, por eso estaba seguro de que ella aceptaría.
Syaoran había desmontado y frenado allí mismo, ante ella, un caballo color Marrón, trayendo las riendas de otro negro.
-"¿Vamos?" –le grito Syaoran ofreciendo las riendas del otro caballo.
Y ella lo hizo silenciosamente, tomo las riendas y como un robot monto despreciando la ayuda de Syaoran. Así trotando en silencio por la vereda rumbo al palacio de los Li
-"No se si conoces mi casa".
-"La conozco"-repico secamente Sakura- "Antes de que llegaras la visite muchas veces con mi padre".
-"Conociste a mi madre, ¿verdad?".
-"Claro que si ¿quién no conoció a tu madre?"-pregunto irónica.
-"Eso es cierto, ¿la apreciabas?".
-"Claro, era una persona muy firme".
-"Yo no quería estudiar en el extranjero, yo quería vivir cerca de los míos , de mi hogar, sintiendo el afecto que necesitaba, porque yo no era muy afectuoso, a mi no me contagio la libertad de los chicos americanos ni sus costumbres independientes. Perdí a mi padre a los diez años y lo recuerdo aun ¿qué te parece? Lo recuerdo con el brazo de mi madre a su lado caminando por los jardines. Deseo tener hijos y darles lo que a mi se me negó desde pequeño y que mi esposa se los de también, por eso ese mundo lleno de presunción y trivialidad no me interesa. De haberlo querido hubiera viajado, me hubiera quedado por esos mundos, me hubiera subido a mi yate e invitado a mis amigos para divertirme, pero no es lo que deseo..."
-"Me caso contigo".
Notas de la autora: me mataran por haberlo dejado así, pero hay que darle un poco de suspenso al momento, si, si, si, si, si, si, si, si, si, si SAKURA SE CASARA CON SYAORAN. Yo también estoy muy contenta, pero no crean que será muy fácil eso de la boda. ¿cómo reaccionara Syaoran? ¿ que pasara con la familia Kinomoto? ¿le dirán a Sakura y todo los lectores cual es el secreto? ¿no lo se? bueno si lo se pero no les digo. Ya falta poco para el fin así que no me peguen si no les gusta, a mi si me gusto pero hubo cositas que me decepcionaron. Sobre el espíritu de su mama no se enojen pero necesitaba a su madre y no puedo resucitar muertos pero si puedo poner espíritus.
A los lectores de mis otros fics, les pido paciencia ya que mi linda compu borro dos capítulos de amor real y uno de la luz de tu estrella así que denme tiempo. Este fic no se quiere escribir, me tarde como dos meses en todo el capitulo, que horror.
Bueno ya fue mucho, me despido de ustedes y solo les digo algo mas.
VIVA EL AMOR, ESTOY ENAMORADA Y NADA, ME QUITARA LA ALEGRÍA DEL ALMA.
Te amo.
Lían =P
