Disclaimer: Pues nada… No hay suerte… Naruto y todos sus personajes siguen siendo propiedad de Masashi Kishimoto v_v

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Advertencias: Shonen ai


Sasuke

Disimuladamente, dio un profundo suspiro cuando escuchó sonar la campana que indicaba que la clase ya había concluido. Había intentado recordarle a sus alumnos que en dos semanas sería el examen… Pero era imposible hacerlos mantener la atención una vez escuchaban el timbre. Y eso que tenía suerte de que los suyos eran de la FP, y eran ya mayorcitos… No quería imaginar tener que dar clases a los de secundaria, o a los de bachiller.

De cualquier modo, borró lo que había escrito en la pizarra, metió sus libros dentro de su mochila, se la colgó al hombro y saludó con la mano a los pocos que le despidieron al verlo marchar.

Aún quedaba día por delante, pero en lo único que podía pensar era en llegar a casa y hablar con Naruto, a ver si quería quedar un rato hoy.

Se despidieron el día anterior alrededor del mediodía, cuando se dio cuenta de lo cansado que parecía Naruto. Después de un par de horas caminando por aquí y por allá, no paraba de bostezar y frotarse los ojos. Y si luego tenía que ir a recoger al niño para llevárselo a casa… No iba a tener ningún rato libre para echar una cabezada.

Aún podía sentir todo el hormigueo que le recorrió el cuerpo entero cuando le besó en los labios al despedirse. Después de la bronca que le echó el sábado por la noche, no le creía capaz de hacer tal cosa… Pero en aquel momento le dio absolutamente igual. Si le molestaba a alguien verlos, que se jodieran.

El caso es que no habían quedado en nada concreto, tan sólo que ya se mandarían algún mensaje por 'Whatsapp', y le burbujeaba el estómago por tal de volver a verlo.

Dando un suspiro de resignación, se acercó a su casillero junto a la sala de profesores por si alguien le había dejado alguna nota. Pero no había nada. Mejor. Hoy sentía que no tenía la cabeza para centrarse en nada.

Así pues, tras pasar su hora de guardia intentando corregir unos pocos trabajos que había recogido en clase, a prisa guardó todo en su mochila, recogió del perchero su chaqueta de protecciones y salió echando chispas de allí en cuanto vio a la compañera que tenía el siguiente turno de guardia.

Aún no había metido las cosas en el maletín, ni se había puesto el casco, y ya notaba la impaciencia por llegar a casa y hablar con él. Dando otro largo suspiro, encendió el contacto para que se fuera calentando el motor, mientras guardaba su mochila en la caja, y se ponía las protecciones. Y una vez estuvo todo en su sitio, quitó la pata de cabra y metió la primera, mirando a ambos lados para ver que no viniera nadie, ni se cruzara ningún crío. Su casa estaba justo en la punta contraria de la ciudad, por lo que siempre salía a la circunvalación, evitando así el tráfico urbano.

Se sentía volar, cortando el viento según iba acelerando, subiendo de marchas. Y le encantaba la sensación de adrenalina cada vez que tomaba una curva, sacando medio culo del asiento como contrapeso para ir más rápido. Si no fuera porque aún estaba pagando la hipoteca, modificaría su moto para poder entrar a correr en un circuito.

Si bien esa sensación de libertad y adrenalina desaparecía cuando un imbécil se le cruzaba por donde no debía, haciéndole frenar de forma brusca para no chocar.

—¡Gilipollas! —hizo sonar el claxon.

Tomando aire por la nariz, se obligó a mantener la atención en la carretera, y conscientemente mantuvo un ritmo de respiración que le bajase las pulsaciones.

Esto era lo único que odiaba de ir en moto. Idiotas que siempre "iban bien por su sitio".

Pero bueno, aunque desgraciadamente eso era lo normal, no tuvo ningún otro percance de camino a casa.

Tras guardar la moto en el garaje y quitarse todas las protecciones, dejándolas sobre una mesa supletoria que tenía ahí, sacó la mochila de la caja, se cercioró que la puerta de la calle estuviera bien cerrada, y cuando abrió la que daba al pasillo de casa…

—¡Miau!

Cleo le recibió con maullidos desesperados, seguramente para que fuera a echarle ya de comer.

—Hola, bonita —se agachó para acariciarla por el lomo.

No pudo evitar que una suave risa se le escapara cuando la gata comenzó a restregarse contra su mano, yendo de un lado a otro para que siguiera con los mimos.

—Ven, vamos que te echo de comer —dijo al tiempo que se puso en pie.

Con la gata yendo a trote por delante de él, se dirigió a la cocina, dejando la mochila en una silla a su paso por el salón. Tenía la impresión de que nunca dejaría de hacerle gracia la forma en la que el bicho se alzaba sobre sus patas traseras, apoyando las delanteras en su pierna y dándole golpecitos como para darle prisa en atender sus órdenes y que terminara de una vez de ponerle la comida.

—Eres una dictadora —le dijo al tiempo que se agachó, poniendo el cuenco en el suelo.

Y aunque, de nuevo, se paseó un par de veces por delante de Sasuke para que volviera a acariciarla, enseguida se olvidó de él, toda su atención en la comida como si no hubiera probado bocado en semanas.

Viendo que ya no requería su atención —de momento—, regresó al salón para hacerse con su móvil, y se tumbó en el sofá para descansar un poco.

El rubor le subió sin remedio al ver que tenía unos cuantos mensajes por leer.

De Naruto.

wwwwwwwwwwwwwwwwwwwww

Holaaaa 09:39

Que tal has dormido? 09:41

Hoy el curro se me esta haciendo pesado… 09:41

Salgo a las 5 y tengo que ir a por Menma a la guardería… 09:43

Te importa si quedamos en el parque mientras juega? 09:47

wwwwwwwwwwwwwwwwwwwww

No pudo evitar fijarse en la hora a la que le había escrito al tiempo que se mordía el labio, sintiéndose dividido.

Claro que quería quedar con él. Pero el niño…

Suspiró profundamente volviendo a pensar en ello. ¿Estaba dispuesto a tener un bicho de esos dando vueltas a su alrededor continuamente? A pesar de que siempre había pensado que se haría viejo sin tener ningún crío con nadie, la respuesta le vino a la mente rápido.

Sí. Era un sacrificio que estaba dispuesto a hacer para estar con Naruto. Sentía que se le encogiera el estómago con tan sólo pensar, aunque fuera de pasada, que no pudiera volver a verle más.

wwwwwwwwwwwwwwwwwwwww

Lo siento, no había visto los mensajes hasta ahora 14:26✓✓

Mándame la ubicación y me acerco luego 14:26✓✓

wwwwwwwwwwwwwwwwwwwww

Sasuke estuvo esperando un poco para ver si Naruto se ponía en línea y le contestaba. Pero pasaban los segundos y no parecía haberle leído aún. ¿Quizá no era la hora de comer todavía en su trabajo?

Con un largo suspiro, bloqueó la pantalla y dejó el teléfono a un lado, rascándose el abdomen con la mirada perdida en el techo.

Ya desde buena mañana, Naruto había estado pensando en quedar para verse. Le hacía sentir incluso más emocionado —si es que podía ser posible— al pensar que, realmente, se estaba forjando algo parecido a una relación entre ellos.

Esperaba, por los dioses, poder ser capaz de manejar al niño…


Naruto

Sentía que se le fuera a salir el corazón por la boca.

Sí.

Hacía un rato que Sasuke le había dicho que salía de casa para venir al parque, y aunque tenía la sensación de que se le fuera a cortar la respiración por los nervios, no podía dejar de sonreír igualmente.

Si Sasuke era capaz de aceptar a Menma…

Alzó la vista para ver en qué andaba el niño. Aquél no paraba de corretear de aquí para allá, metiéndose entre los vagones del trenecito que había en el centro de la zona de juegos. Parecía estar jugando al escondite con los demás.

Tranquilo de que todo parecía estar en orden, estiró los brazos por encima de la cabeza y tensó todo el cuerpo para desentumecerse. Hoy había sido especialmente agotador en la oficina, si bien no quería darle vueltas a lo subnormal que era el chaval que estaba a cargo de los materiales del almacén. Aquel parecía tener una inquina personal contra Sakura que no era ni medio normal, y le había tocado pararle los pies dos veces hoy. Era irritante lo misógino que podía llegar a ser y le costaba comprender cómo no le habían despedido ya.

Pero no quería pensar en ello.

Igualmente su atención se esparció cuando escuchó el motor de una motocicleta rugir bastante cerca, y se giró a mirar. Y, wow, era bastante chula. Como las que salían en las carreras de la tele, pero con un cajón detrás. No pudo evitar pensar de qué manera era en la que se encontró evaluando al conductor de dicha motocicleta, apreciando el contorno que dibujaba sobre su figura la chaqueta, los pantalones, las botas de motorista… Y se giró a mirar hacia los niños de nuevo cuando aquél comenzó a acercarse, y Naruto se dio cuenta de que debía de haberse quedado mirando como gilipollas.

Podía escuchar perfectamente los pasos de aquel acercarse. Y con cada paso que daba, sentía que el corazón le palpitaba con más fuerza. ¿Y si le había molestado que le mirase? ¿No buscaría pelea, ahí, en medio de un parque lleno de críos… verdad?

—Hey —escuchó que le llamó la atención.

Justo se giró cuando se estaba quitando el casco…

Y se quedó con la boca abierta al ver que no era otro más que Sasuke.

—¿Qué? —preguntó con una risa burlona.

—No me habías dicho que tuvieras moto.

—Bueno —se encogió de hombros—, ahora ya lo sabes.

No pudo evitar volver a quedarse mirándole mientras se quitaba los guantes y se desabrochaba la chaqueta.

¿Se podía ser más guay?


Sasuke

—¿Qué tal? —le preguntó al tiempo que se sentaba a su lado.

Pero aquel parecía seguir en algún tipo de trance. Estaba acostumbrado a causar ese tipo de efecto cada vez que acudía a alguna cita con la moto. Así que le dio un leve apretón en el muslo para sacarlo de su estupor, riendo burlón.

—Bien. Aquí.

Aquel se dejó escurrir un poco, sin apartarle la mirada de encima. Tenía ojeras, y los párpados le caían levemente. Su voz tampoco sonaba tan enérgica como el día anterior…

—Pareces cansado —le dijo en un murmullo.

Y se inclinó un tanto para llegar a estirarle un poco el pelo, intentando que quedaran en su sitio un par de mechoncitos rebeldes.

—Unn... —asintió mirando al frente. —Hay uno en el trabajo que me agota.

—¿Y eso?

—Porque es un machista de mierda —dijo en voz baja. —No para de contradecir cualquier cosa que le diga Sakura. Y no es que lo diga ella, simplemente le informa de lo que le han dicho a ella por email que hay que hacer. Pero es un idiota, y no para de gritarle y ¡argh! —gruñó con exasperación. —Que hostia tiene, te lo juro.

Sin poder hacer nada al respecto, Sasuke suspiró profundamente al tiempo que pasaba el brazo por detrás, y le dio un leve apretón en el hombro.

Lo que le sorprendió —y por un momento se quedó congelado—, fue que Naruto se dejó caer hacia su lado, apoyando la cabeza en su hombro. Y aunque no se esperó que tuviera un gesto así, ahí, con otros padres delante que muy seguramente debía conocer… No quiso cuestionarle, y le acarició por el brazo.

Empezaba a darse cuenta de que Naruto, por muy "machito" que quisiera aparentar ser, parecía buscar que le dieran más mimos de lo que era consciente. Al menos parecía disfrutar del contacto, fuera intencional o no.

De cualquier modo, dio un profundo suspiro, relajándose ahí, y se giró a mirar a los críos que había por ahí dando vueltas. Uno muy en concreto llamó su atención, pues dejó de correr, mirando en su dirección. Y no pasaron ni tres segundos cuando echó a correr hacia ellos.

No le quedaron dudas de que ese bicho rubio era el sobrino de Naruto cuando empezó a reír, encaramándose a Naruto por las piernas.

—¿No quieres jugar más con tus amigos? —le preguntó Naruto al crío, sujetándolo con un brazo contra sí.

Parecían brillar ambos. A pesar de lo cansado que le había parecido hacía un momento… Con toda su atención puesta en el niño, los ojos de Naruto brillaban de una manera intensa, al tanto que le restregaba el pulgar por la mejilla para quitarle una mancha. Lo mismo que el niño, que no paraba de sonreír, sus ojos igual de brillantes que los de Naruto.

—Tito —puso una mano sobre el hombro de Naruto para alzarse un poco más. —¿Éste es tu novio?

Y se quedó congelado otra vez, apretando la mano sobre el banco en lugar de su hombro. ¿Sería posible que el niño fuera tan perceptivo? ¿O es que había escuchado a Naruto decir algo en casa…?

Sin querer sacar ninguna conclusión, y sintiendo que le subiera el rubor, se giró a mirar a Naruto arqueando una ceja.

"Venga, dilo. ¿Qué es lo que somos?", le retó con la mirada.

A pesar de que pareció pillarle por sorpresa la pregunta, y le costó un poco reaccionar, Naruto comenzó a reír con una sonrisa pícara de oreja a oreja.

Pero lo que hizo no se lo esperó.

En lugar de contestar a la pregunta para que le oyera, se acercó al crío con la mano tapándose la boca, y le susurró algo al oído que le hizo que Menma riese carcajadas. Tras eso, Naruto lo rodeó con ambos brazos, provocando que riera incluso más fuerte haciéndole cosquillas. El niño aún se estaba riendo cuando volvió a salir corriendo hacia donde estaban los otros.

—¿Qué es tan gracioso? —le preguntó cuando no pudo más con la intriga.

—Nada —dijo escueto, apretando los labios para aguantar la risa.

Y poniéndose como un tomate. Hasta las orejas las tenía rojas.

—¿Qué le has dicho? —preguntó en un murmullo, inclinándose un poco más hacia él.

No lo creía posible, pero su rubor se intensificó un tono más cuando le miró directamente a los ojos. ¿Y el adorable era el niño?

—Que sí, que eres mi novio —dijo mal conteniendo una sonrisa. —Pero que a él le quiero más.

—Pues vaya… —dijo con fingida decepción. —¿Eso significa que no podemos cenar juntos?

De nuevo, Naruto pareció quedar sin palabras, mordiéndose levemente el labio. ¿De verdad había creído que iba a venir a verle… y se marcharía enseguida?

—Podemos cenar los tres —concluyó Naruto finalmente.

Y si ya antes había sentido como si se fuera a derretir… Un calor agradable le recorrió el pecho al ver la radiante sonrisa que le dedicó.

Podía llegar a acostumbrarse a esto.

.

.

.

Continuará


20/11/22

Uolas! ^w^)/

Os dejo otro capítulo por aquí =)

Espero que os guste! Y gracias LilaNegra por todo tu apoyo n_n!