Antes que nada quería agradecer a todos quienes leen este finc y espero que sea de su agrado, se que este capítulo se demoró más pero deberán entenderme... pues... de acuerdo no se me ocurre ninguna excusa pero seamos honestos no me demore taaanto y al fin y al cabo aquí esta el nuevo capítulo no? Ustedes me entienden verdad? Verdad? Je je bueno sin mas solo me queda agradecer los reviews de las siguientes personas...
Silvergun, Sayo-Yukishiro, Monica, Mysao (¬¬), Alejandra, Yuriko-chan, Angel Nemesis, LizzStar, Kitsune Kaori... y a todos los demás que han leído la historia y han dejado algún review, para bien o para mal. Muchas gracias a todos y perdón por no contestarles a cada uno pero van a ser las una de la mañana y yo me levante muuuy temprano hoy día así que ya me está bajando la flojera - gomen pero intentare compensarlo de alguna manera...
Hay una parte en el fin en que aparece un signo así (), esto quiere decir que lo que se menciona tiene una estricta relación con algún acontecimiento de la segunda película de Inuyasha, (recuerdo que este finc esta situado en acontecimientos que ocurren tras el fin de esta película).
-
Este finc pertenece por derecho y creación a RavensFirefly. Yo solo actúo como traductora de este, por el gran gusto que le tengo a esta inusual pareja y lo bueno y divertido que es este fanfiction; espero que les guste.
Kagami to Ai
Capítulo Seis
La noche se fue, y la mañana trajo un fresco y soleado comienzo de día. La lluvia se había detenido en algún momento durante la noche, y el aire de la mañana tenía un buen y refrescante aroma. Y, no pasó mucho antes de que el grupo de cazadores de fragmentos estuvieran preparados para partir nuevamente; tras haber agradecido al jefe de la aldea, por supuesto.
Shippou saltaba feliz delante de los demás, salpicando en los charcos creados por la lluvia de la noche anterior. Los ojos del kitsune brillaban con risas mientras pateaba la arena y el agua, antes de mirar hacia atrás a sus compañeros y sonriendo infantilmente. El esperaría a que se acercaran, y luego se adelantaría para encontrar otro charco; aunque el siempre se aseguraba de no alejarse mucho del resto.
Kagome sonrió cálidamente al ver como el niño jugaba. Era reconfortante, pensar que aún que se encontraran en un aparente viaje de nunca-terminar para recolectar los fragmentos de la perla, Shippou aún podía encontrar diversión en la simplicidad de las cosas. Su sonrisa desapareció un poco al dirigir su mirada a Inuyasha. Parecía que estaba perdido en sus pensamientos desde que habían dejado la aldea. Y Sango... la miko volvió su atención hacia Shippou una vez más, pese a que sus pensamientos estaban en la taijiya. Sango estaba callada; lo cual no era muy extraño. Aunque... Kagome si había notado que Sango ocasionalmente suspiraba, sin razón aparente. Y, cuando miraba a su amiga, Sango simplemente le sonreía y movía su cabeza en señal de saludo. Y agregando eso a lo que había pasado hace un par de días atrás, casi parecía que estaba ocurriendo algo entre el hanyou y la taijiya...
Kagome agitó su cabeza, eso era una verdadera tontería! Qué posiblemente podría estar pasando entre ellos? Kagome sabía que Sango amaba a Miroku. E Inuyasha aún amaba a Kikyou... pese a cuanto Kagome odiara admitir eso, ella sabía que era la verdad. Entonces, no podría ni posiblemente estar pasando entre Inuyasha y Sango.
Mientras el grupo continuaba en silencio, Kirara repentinamente se detuvo. La gata alzó su nariz y olfateó el aire un par de veces, antes de gruñir; erizando un poco su pelo.
Sango paró de caminar, y miró hacia abajo a su fiel compañera, "Qué es lo que pasa, Kirara?"
La gata-demonio miró a su alrededor cautelosamente, aún gruñendo, pero permaneciendo en su forma normal.
"Aguarden un minuto!" La taijiya llamó a los demás, agarrando la correa de su hiraikotsu, "Hay algo a nuestro alrededor que a Kirara no le agrada."
"Sea lo que sea, ha estado siguiéndonos hace unos momentos." Dijo Inuyasha, parando y mirando hacia atrás a Sango, "Aunque no ha intentado de hacer algún movimiento, así que pienso que estaremos bien. Vamos, deberíamos seguir." Agregó, comenzando a caminar nuevamente.
Kagome miró a Inuyasha, antes de poner su mano sobre sus ojos intentando evitar la luz y mirar hacia delante a Shippou, "Shippou-chan, creo que deberías volver con nosotros." La miko miró en todas direcciones, intentando encontrar al kitsune, pero no lograba verlo por ningún sitio, "Shippou-chan? Shippou-chan!"
"Que?" Shippou preguntó curioso, sin saber el hecho de que algo parecía estarlos siguiendo. Mientras los otros se habían detenido momentáneamente, el niño había regresado a su lado; en donde se apresuró al borde de un arroyo que corría junto al camino por el que estaban pasando.
Kagome dejó salir un audible suspiro de alivio al ver a Shippou, "No me asustes de esa manera, Shippou-chan." Le dijo regañándole un poco, antes de sonreír diciendo, "Mantente cerca nuestro por un momento, de acuerdo?"
El pequeño zorro-demonio asintió, y salpicó un poco de la fresca agua en su rostro, "De acuerdo, Kagome."
Justo cuando Shippou comenzó a caminar la pequeña, y un tanto empinada distancia hasta el camino para regresar con el grupo, una siniestra sombra paso por sobre su cabeza. Y, un par de segundos después, un demonio-halcón se lanzó en picada, intentando agarrar al kitsune entre sus garras.
"Shippou, agáchate!" Gritó Sango, al momento en que vio la sombra.
Inmediatamente, Shippou se arrojó al suelo, cubriendo su cabeza con sus patas.
Las muy afiladas garras del halcón cortaron el aire a solo unos centímetros sobre la cabeza de un agachado Shippou, antes de que el demonio volara mas alto hacia el cielo y volviera, preparado para hacer otro intento de atrapar su comida.
Antes de que pudiera, una flecha se disparó a través del aire; aunque falló su objetivo por unos pocos centímetros. Kagome frunció el entrecejo, molesta por haber fallado, preparándose para lanzar otra flecha. "Shippou-chan! Ven para acá!" Le dijo, sin apartar sus ojos del halcón. Quería asegurarse de que el kitsune no fuera un blanco fácil, y la mejor forma de hacer eso, era asegurándose de que estuviera con ellos.
Shippou asintió rápidamente mientras se ponía de pie y se escurría de vuelta con ellos.
Cuando el halcón intento una vez más abalanzarse hacia él, Sango lanzó su hiraikotsu hacia él. La gran arma pasó rápidamente por el aire, conectándose con la ala izquierda del ave.
El demonio-halcón chilló al romperse su vuelo. Revoloteó descuidadamente por un momento, antes de aparentemente recobrar su equilibrio en el aire y volteándose hacia la taijiya. Dejó salir otro chillido abandonando su ataque a Shippou, y lanzándose hacia Sango instantáneamente; quien estaba sin su principal arma.
Sin embargo, Inuyasha vio esto y él alcanzó a Sango antes de que el halcón lo hiciera. La agarró, intentando quitarla del camino, pero, desafortunadamente, el demonio se movió más rápido de lo que él había asumido, y el halcón golpeó directamente a Inuyasha en la espalda con sus garras.
El repentino impacto derribó al hanyou, y debido a que estaba sosteniendo a Sango, ella fue hacia abajo con él. Los dos cayeron, siguiendo cuesta abajo antes de llegar a detenerse en el agua del arroyo. El agua en donde terminaron era de unos cuantos centímetros de profundidad, pero aun así estaba muy fría.
En el momento en que Sango e Inuyasha estaban abajo, Miroku liberó su kazaana; asegurándose de que el halcón no los molestara nuevamente. Mientras que envolvía el rosario en su brazo una vez más, sellando la maldición, miró hacia donde sus dos compañeros habían caído.
Una vez que el kazaana estuvo sellada nuevamente, Kagome corrió hacia el borde del camino, esperando a que sus amigos estuvieran bien.
Sango quiso hacer una mueca de dolor, pero en vez de eso, ahogó un grito al golpear el agua. "Qué es lo que pasa... contigo y el agua?" Preguntó, después de recuperar su aliento nuevamente ya que se había quedado sin este cuando Inuyasha terminó sobre ella.
"Si, no hay porque, Sango." Dijo sarcásticamente Inuyasha levantándose a si mismo, "Sabes, se supone que tienes que agradecerle a alguien cuando te salva." Contestó, poniéndose de pie y ofreciéndole su mano para ayudarla a pararse.
La taijiya se sentó, mirando a Inuyasha, luego mirando a su mano extendida. De veras, qué era lo que pasaba con él y el agua? Primero había quedado atrapada bajo la lluvia porque había estado pensando sobre él. Luego había salido corriendo hacia la lluvia para intentar alejarse de él. Y ahora, ambos habían caído al agua tras haberla salvado del demonio-halcón. Agitó ligeramente su cabeza; no podía molestarse con él aunque quisiera. "Gracias, Inuyasha." Le dijo, sonriendo un poco extendiendo su mano y tomando la de él.
El hanyou resopló mientras fácilmente la levantaba, "Como que pierde el significado después de que alguien te dice que lo digas." Le dijo, girando su mirada.
"Realmente tengo que decir gracias para que sepas que te estoy agradecida, Inuyasha?" Preguntó.
Él cruzó sus brazos y miró hacia el lado, "Supongo... que no." Masculló, dirigiendo de vuelta su mirada a la exterminadora.
"Entonces no suenes tan ofendido si no lo estás." Contestó ella, dándole golpecitos en la espalda un poco. Aunque su sonrisa lentamente se desvaneció mientras lo hacía. Podía sentir que la espalda del haori de Inuyasha estaba desgarrado, y mirando su mano de nuevo, vio sangre, "Inuyasha, tu espalda!"
"Huh?" Inuyasha miró por sobre su hombro, intentando ver de que estaba hablando. Viendo de vuelta a Sango, se dio cuenta de que su mano tenía sangre. "Ah, tomará mucho mas que un par de rasguños para librarse de mí." Dijo, sonriendo con arrogancia.
Sango frunció el entrecejo un poco, juntando sus cejas con preocupación, "Esto parece peor que un simple rasguño, Inuyasha... Tal vez deberíamos descansar por un momento, para que alguien revisara tu espalda."
"Keh, no soy un niño, sabes. Estoy bien, y no necesitamos detenernos solamente porque ese maldito pájaro me hizo sangrar un poco." Contestó, volteándose hacia el camino nuevamente.
"Mou, Inuyasha, no empieces a pelear con Sango-chan de nuevo." Dijo Kagome, agarrando su manga y agachándolo para que quedase sentado, "Sango-chan tiene razón, esto no es solo un rasguño. A demás, podríamos tomar un pequeño receso tras ese demonio que nos atacó."
Inuyasha, por otro lado, solo resopló.
-Un pequeño momento después-
Sango, ahora vistiendo su traje de exterminadora ya que su kimono necesitaba secarse, se frotaba un poco su hombro, antes de mover su brazo en un movimiento circular. Hizo una pequeña mueca de dolor, y luego frotó su hombro un poco más. 'Parece que me herí peor de lo que pensaba...' Cuando había caído en el agua, su hombro había golpeado una roca afilada; pero eso era mejor de lo que podría haberle pasado. Su mirada se posó en Inuyasha y Kagome por un momento. Inuyasha había recibido la mayor fuerza del ataque; lo había recibido para salvarla. Una hombro herido era mejor que la muerte. Y, por sus problemas, el hanyou había sido arañado bastante mal. Kagome estaba envolviendo vendas alrededor de su pecho, cubriendo las heridas de su espalda. Y, Sango no podía evitar sentirse un tanto celosa de ella. Ella rápidamente agitó su cabeza, pese a que su mirada seguía en el hanyou y la miko, 'Kagome-chan es la mejor cuando se trata de medicinas del futuro... es mejor para Inuyasha si ella hace esto... A demás... a demás, Inuyasha habría hecho la misma cosa por cualquiera de nosotros... Y... él ni siquiera ha tratado de hablar conmigo respecto a ese beso. Así que... tal vez solo fue una cosa por la conmoción del momento, o algo así... Tal vez no significó nada en absoluto. Ya no debería estar celosa de Kagome-chan...' Suspiró, sintiendo caer su corazón, mientras miraba hacia el suelo. Cuando finalmente alzó su mirada nuevamente, sus ojos se encontraron con unos dorados, y su corazón se agitó, al parecer desvaneciendo toda desesperación. La mirada que le estaba dirigiendo... era... era casi como una mirada de disculpa. Podría él... él realmente... era posible que el se sintiera de la misma manera en que ella se sentía por él? Ese solo pensamiento la hizo sonreír un poco. E Inuyasha, ella vio, le devolvió la sonrisa con una de las suyas; era solo una ligera, apenas reconocible, pero estaba allí.
De repente, Sango sintió una mano en su hombro y se sacudió un poco volteándose para ver quien la había sobresaltado. "Houshi-sama, no haga eso!" Dijo acusadoramente, recuperándose antes de que lo atacara puramente por la sorpresa.
"Perdóname, Sango." Le contestó el monje, alzando un poco sus brazos, preparado para defenderse. Pero, al verla relajarse de nuevo, el hizo lo mismo, "No fue mi intención asustarte. Te encuentras bien? Ese demonio no te hirió, o si?"
La taijiya agitó su cabeza ligeramente; contenta de sacar su mente de Inuyasha por un momento. No estaba segura si quería ser sorprendida sonriéndole a Inuyasha, y estaba segura que Inuyasha no apreciaría ser sorprendido sonriéndole a ella. Por lo menos... no hasta que hubiesen resuelto como y qué decirle al resto... "Mi hombro está un poco adolorido, Houshi-sama, pero Inuyasha fue quien recibió peor el golpe. Si no hubiese sido por él, estaría herida peor."
Miroku asintió, mirando hacia el hanyou, quien aún estaba siendo 'parchado', luego se dio la vuelta hacia Sango sonriendo, "Lo se. Pero solo quería asegurarme de que no estuvieses herida, Sango."
Sango sonrió un poco, "Gracias, Houshi-sama-" Estaba preparada para decir algo más, pero antes de que pudiera, unos brazos la envolvieron y se encontró a si misma en un abrazo que el monje le había dado.
En el momento la exterminadora estaba aturdida en el silencio, un gruñido se percibió en el aire. Desde donde estaba sentado en el suelo, Inuyasha gruñó cuando Inuyasha abrazó a Sango. No se había dado cuenta de que lo había hecho, hasta que se había oído. Pero algo había despertado en su interior cuando vio al monje darle un abrazo; un sentido exagerado de protección.
Pero por suerte, o quizás mala suerte, dependiendo de cómo lo veas, el gruñó mientras Kagome le aplicaba algo de crema medicinal a una de sus muchas marcas de garras en su espalda. Así que, la miko había atribuido su gruñido a la sensación punzante, "Ya, ya, Inuyasha, no duele tanto." Dijo, sonriendo al ver a Miroku y Sango.
Sango, aún estando de espaldas al hanyou, inmediatamente supo la verdadera razón por la que Inuyasha había gruñido, y no pudo evitar sentir un poco de miedo por Miroku. La única vez que Inuyasha gruñó fue por que estaban en una batalla, pero aquí... "H-Houshi-sama, déjeme ir!" Dijo ella, haciendo un esfuerzo por empujarlo.
Miroku, sin embargo, no le permitía alejarse, "Solo estoy contento de que estés bien. Estaba preocupado por ti."
"Se preocupa demasiado!" Le contestó, intentando empujarlo lejos de ella.
"Como puedo evitar no preocuparme?" Contestó Miroku, sonriendo inocentemente, pese a que mientras hablaba su mano comenzaba a descender lentamente...
Sango dejo salir un sonido, el cual solo podía ser descrito como un rechinido, (como a lo que suenan esas venitas rojas que se le ponen cuando se enoja... -) "Houshi-sama!" Finalmente se libró de su abrazo, y quiso darle una cachetada. Su mano, por otro lado, solo se encontró con aire. Ella abrió sus ojos, y miró hacia donde estaba Miroku parado segundos atrás, solo para ver a Inuyasha en frente de ella.
Al momento en que se había dado cuenta de la mano de Miroku vagando hacia donde no debía, Inuyasha había saltado, sorprendiendo a ambos Kagome y Miroku. El monje lo había visto venir e instantáneamente dejo ir a la taijiya y se movió hacia atrás.
Inuyasha permaneció en donde estaba, dándole una mirada asesina al sobresaltado monje, todos quedaron en silencio. Incluso Shippou, quien había estado jugando con Kirara, se había detenido y volteado curioso hacia la escena que se estaba desarrollando.
Finalmente, Inuyasha rompió el silencio caminado mas cerca de Miroku, sosteniendo el frente de su ropa, "Si te vuelvo a ver haciendo algo como eso de nuevo..." prácticamente dijo entre dientes, "Yo personalmente me asegurare de que nunca tengas que preocuparte por tus 'manos curiosas' nunca más." Acercó mas al monje; gruñendo su siguiente palabra, "Entendido?"
"H-hai, Inuyasha! Por supuesto!" Contestó Miroku, girando un poco su cabeza hacia el lado, dándole una mirada suplicante a Kagome. Aunque el hanyou era conocido por sus líneas de celos, Miroku nunca lo había visto haciéndolo por Sango antes. E Inuyasha nunca lo había tratado físicamente de esta manera tampoco...
"Inuyasha..." Comenzó suavemente Kagome, poniéndose de pie, "Esta bien... Miroku-sama no quiso decir nada. El estaba... solo estaba contento de que Sango-chan no estuviera herida."
"Puedo pensar en mejores maneras de demostrarlo." Contestó Inuyasha, sin soltar al monje.
"Está... está bien, Inuyasha. Houshi-sama solo estaba... está bien. Solo, déjalo." Dijo Sango, no muy segura de que hacer en la situación ocurrente. No había pensado de que él reaccionaría de esta manera, y, tampoco apreciaba que Miroku la manoseara, tampoco quería que Inuyasha lo hiriera.
Inuyasha fue soltando el agarre en sus ropas de a poco, "No está bien. Y será mejor de que o pase de nuevo." Con eso, dejo ir la tela completamente y se volteó hacia Sango. Y, sin otra palabra, la tomo por la muñeca y la llevó lejos de donde se encontraban los demás.
Una vez que estuvieron fuera de vista, Miroku dejo salir un suspiro de alivio, "Buda me ha sonreído hoy..." Dijo, sin un poco de sarcasmo en su voz.
Kagome miró en dirección hacia donde se habían ido, hacia Miroku, "Estoy segura de que Inuyasha no te habría herido realmente, Miroku-sama. Pero..." Se volteó hacia la línea de árboles, frunciendo el entrecejo ligeramente, "Por qué reaccionó de esa manera?"
En otro lugar, Inuyasha se detuvo y se volteó hacia Sango, "Estas bien?"
Sango parpadeó, pero lentamente asintió, "Por supuesto que lo estoy, Inuyasha. Houshi-sama no me atacó ni nada... pero... por qué hiciste eso?"
El hanyou dejó ir el agarre de su muñeca y miró hacía el lado; igual a como hacía siempre que estuviera avergonzado sobre algo, "Bueno... No se porque. Acaso querías que Miroku te manoseara o algo?"
"Eh? C-claro que no!" Le contestó, "Solo quiero saber porque lo amenazaste de esa manera... Tu... nunca habías hecho eso antes..."
'Nunca había sentido como si lo hiciera antes.' Pensó, mirando a Sango nuevamente, "Bueno yo... yo solo.." Él miró hacia otro lado nuevamente, "Nunca tampoco lo había visto hacer eso después de que yo te haya besado antes...""Entonces..." La taijiya parpadeó, luego una sonrisa lentamente se extendió en su rostro, "Estás celoso!"
"N-no lo estoy!" Contestó, agitando su cabeza ligeramente, "Yo solo... solo estaba intentando protegerte!"
Ella retrocedió un paso, sorprendida, "Protegerme? De Houshi-sama? Por qué intentabas protegerme? Admítelo, estabas celoso!"
"No estoy celoso!" Dijo, acercándose a ella, "Intentaba protegerte porque eso fue lo que sentí! Y porque yo... porque..."
"Porque... qué?" Le preguntó, ya que él no había respondido en el momento. Ella sonrió interiormente, dándose cuenta de cuan familiar le parecía esta conversación. Aunque, ahora era él quien contestaba con respuestas vacilantes y no ella.
Él estaba una vez más callado, antes de comenzar a hablar nuevamente, "Porque... No lo sé, Sango. Esa es la verdad. Solo ver a Miroku abrazarte - tocándote de esa manera... me... estaba enojado. Mis instintos de demonio..." Se detuvo y miró su mano, antes de volverla un puño alzando su cabeza nuevamente hasta que sus ojos se encontraron con los de Sango, "Estaba listo para pelear por ti."
"Pelear por mi?" Preguntó la taijiya, insegura de haberlo oído correctamente, "Estabas... entonces... ese beso... realmente quiso decir algo?"
El hanyou asintió lentamente, "Pues claro que si, Sango..."
Sango sonrió y se acercó más a él, envolviendo sus brazos a su alrededor apoyando su cabeza contra su hombro, "Estoy contenta..."
Él simplemente sonrió un poco, lentamente poniendo sus brazos alrededor de ella también; devolviéndole el abrazo. Si fuese alguien más, probablemente él se hubiera sonrojado. Pero con Sango... se sentía... natural. Inuyasha no estaba seguro de por cuanto tiempo se habían quedado de esa manera, pero Sango parecía separarse de él muy pronto. Aunque él mantuvo sus brazos alrededor de su cintura, asegurándose de que no se pudiera alejar completamente de él. Cuando ella lo miró de nuevo, él se dio cuenta de que se estaba sonrojando, y alzó una ceja, 'En que está pensando?'
"Inuyasha?" Preguntó ella tímidamente, casi vacilante. La taijiya paró por unos cuantos segundos, intentando reunir todo su coraje para preguntarle lo que quería preguntar. "Podrías... pues... puedo..." Se detuvo por un momento, mordiéndose el labio inferior en nerviosismo. "Puedo... besarte?" Preguntó finalmente, hablando silenciosamente.
Tan silenciosamente, de hecho, que si el no hubiese sido un perro-hanyou, Inuyasha probablemente no la hubiese oído. Él parpadeó y tartamudeó algo, antes de ponerse en orden y despejar su garganta, "Por qué... estás preguntando?"
"Bueno.. tu me besaste, pero yo no tuve la oportunidad de devolverte el beso." Contestó suavemente, aunque era mas audible que lo que había dicho antes, "Y, una de las cosas que le dijiste a Kagome-chan era que ella no debió besarte sin preguntártelo (). Así que... te lo estoy preguntando, Inuyasha, puedo besarte?"
Él sonrió un poco, 'Ella realmente recuerda todo lo que digo?' Se rió entre dientes antes de contestarle con, "Seguro, Sango."
Ella sonrió, y se sonrojo aún más. Se había querido asegurar de que no la acusara de hacer algo sin que él se lo dijera. Pero... había dicho que podía... así que... La taijiya se apoyó en los dedos de sus pies, y dudó solo un segundo, antes de presionar sus labios con los de él. Era algo que había anhelado hacer desde que él la había besado primero... ella apenas podía creer que finalmente le estaba devolviendo el beso que él le había dado solo hace un día atrás.
El hanyou sonrió internamente ante la timidez de ella. Era una feroz luchadora en el campo de batalla; pero aquí, en un distinto tipo campo, uno podría decir, que era tímida... vergonzosa... inexperta.
Pero eso no importaba. No, todo lo que importaba ahora era de que ella estaba allí, con él, besándolo. Y, dejando todos los demás pensamientos aparte, dejó que sus propios labios se movieran contra los de ella; besándola de vuelta.
Parecía que habían pasado solo unos segundos cuando un sonido los forzó a separarse; el sonido de una ramita rompiéndose.
Inuyasha se volteó, poniéndose en frente de Sango. Herido o no, él la defendería si eso era lo necesario.
-
Fin Cap.6Una última cosita... solo quiero informarles (y si es que les interesa) que a lo mejor de aquí en adelante los capítulos se demoren un poquito más ya que el 1 de marzo (es decir en 3 días..) entro al colegio ToT así que espero su comprensión... aunque seguramente le de mas importancia a esto que a las tareas... pero en fin. Era solo por precaución... ah si! Otra cosa mas, siento que es mi deber decirles que ya quedan poquitos capítulos en la historia y más adelante tendré que darles una horrible noticia T-T pero eso será más adelante y los dejo con el misterio... mua ja aja ja ja
Bueno pos Banzai! Y nos vemos en el próximo capítulo...
