Este finc pertenece por derecho y creación a RavensFirefly. Yo solo actúo como traductora de este, por el gran gusto que le tengo a esta inusual pareja y lo bueno y divertido que es este fanfiction; espero que les guste.

-------

Kagami to Ai

Capítulo Nueve

---------

La noche había llegado sin muchos otros eventos. Miroku había estado bastante silencioso el resto del día, al igual que Kagome. Aunque Kagome había mirado ocasionalmente a Inuyasha dejando salir un suspiro. Había aceptado el hecho de que Inuyasha había elegido a Sango, pero eso no quería decir que no se sintiese mal por ello...

No le tomó mucho tiempo al grupo acampar para pasar la noche. Y luego, el silencio llenó la atmósfera alrededor del campamento, mientras cada uno se disponía a dormir.

-II-

"En dónde estamos?"

"La aldea de exterminadores- - nuestro hogar."

"Hogar?"

"Así es... Aún no recuerdas nada, no es así?"

"Lo siento, Sango-sama."

"Esta bien, no te preocupes por eso." 'Aunque Naraku haya muerto... aún no eres libre... por las memorias de haber matado a nuestro padre y compañeros, no es así?'

"Ane-ue..."

"Kohaku. Acabas de- -"

"Solo está palabra ha vuelto a mí... Pero tan pronto lo ha hecho, se siente como si mi corazón se encoge."

"Esta bien, no te fuerces. Solo tómate todo el tiempo que necesites y recordaras solo las cosas."

Sango sonrió tristemente a su hermano, aún le esperaba un largo camino que recorrer y no sería fácil una vez que los recuerdos de lo que había hecho volvieran a su cabeza. Pero ella estaría allí para él, todo el tiempo.

Sentada en un lugar del piso, Kirara repentinamente saltó. Olfateó el aire un par de veces y luego gruñó e engrifó su pelaje. Sin previo aviso, salió corriendo hacia afuera, ignorando a la taijiya llamándola.

"Quédate aquí." Le dijo Sango a Kohaku, antes de salir al mismo tiempo en que afuera Kirara se transformaba. Al ver quien era, se sorprendió bastante, "Kagura!" Un ruido en la puerta de entrada atrajo su atención, y al dirigir su vista hacia atrás, vio a Kohaku allí. Se volteó nuevamente hacia la manipuladora del viento, con una mirada de determinación en su rostro, "Estás aquí para llevarte de vuelta a Kohaku?"

Kagura se rió, mirando hacia un lado dejando salir de sus labios una sonrisa divertida, "Estoy aquí por la concha del molusco absorbedor () que Kohaku trae consigo" Se volteó hacia los dos taijiya, aún con aquella sonrisa en su rostro, pese a que ya era evidente que sus intenciones no eran buenas, "Ambas somos libres de Naraku. Por qué no intentamos llevarnos bien?" Sus ojos rojos recorrieron de un solo vistazo el lugar, dirigiendo su vista hacia Kohaku, notando que éste tomaba una posición defensiva y apretando firmemente en su mano lo que parecía ser la concha. "Si la entregan sin resistencia, dejaré que ambos vivan."

Sango se volteó hacia Kohaku. Ella no estaba segura de lo era lo que Kagura buscaba, pero por el modo en que ella hablaba, sabía que la manipuladora del viento no debería obtenerlo, "Kohaku, tráeme mi hiraikotsu!"

Tan pronto como el muchacho se dio la vuelta y entró a la cabaña, Kagura abrió su abanico y dio una rápida sacudida a su brazo, "Ryuujya no Mai!"

Sango se volteó justo en el momento en que Kohaku se disponía a salir. Corrió directamente hacia él, era peligroso para él salir. Pero no consiguió a alcanzarlo a tiempo. El fuerte viento los elevo a ambos, e instintivamente ella intentó sujetar a su hermano alzando su mano. Sus dedos rozaron los de él, pero antes de que pudiese sujetarlo, la fuerza del viento de Kagura los separara. "Kohaku!" Gritó, observando como el viento lo elevaba aún más alto, mientras que ella caía al suelo. Pero antes de que alcanzara el suelo, Kirara la atrapó. La taijiya se afirmó de su pelaje y se inclinó para evitar caer, "Kirara, atrapa a Kohaku!"

Kirara obedientemente comenzó a elevarse, enfrentándose a los fuertes vientos, intentando alcanzar a Kohaku antes de que algo le llegase a ocurrir.

Se acercaron al joven taijiya y Sango comenzó a sentir como la esperanza crecía en su interior. Pero ésta desapareció rápidamente al ver que Kagura hacía un movimiento.

Kagura agitó nuevamente su brazo, y esta vez cuchillas de viento se dirigían hacia Kohaku.

"Más rápido!" Sango prácticamente gritó, esperando que fueran capaces de alcanzar a Kohaku antes de que las cuchillas lo hicieran. Pero la suerte no las acompañaba.

Las cuchillas de viento lo golpearon. Cortando sus ropas e hiriendo profundamente con cortes su cuerpo. La concha del molusco se soltó de las manos del muchacho, siendo atrapado por Kagura. "Tomaré esto con la más profunda gratitud." La manipuladora del viento sonrió con petulancia, mientras su pluma la elevaba para marcharse de la aldea de exterminadores.

Una vez que Kagura se había ido, las corrientes de viento se disiparon inmediatamente. Kohaku comenzó a caer hacia el suelo, pero una vez más Kirara estuvo allí para atraparlo antes de que se golpeara contra éste.

"Kohaku! Kohaku!" Sango repetía innumeradas veces su nombre, sosteniendo su tieso y sangriento cuerpo en sus brazos, "Kohaku di algo, di algo! Por favor!"

-II-

Inuyasha se despertó de sorpresa. Unos gemidos habían sido los responsables. Sus ojos permanecieron cerrados y sus orejas se sacudieron ante la suave brisa... No, nada se acercaba hacia ellos. Olfateó el aire... No, ningún demonio se encontraba cerca. Satisfecho conque todos se encontraban a salvo, abrió sus ojos y dio un salto llegando al suelo. Kagome era la más cercana al árbol en que él había estado descansando. Pese al hecho de que ella ya sabía acerca de él y Sango, la miko seguía siendo la que se encontraba más cerca en cual fuera el lugar en que él dormía. Ella estaba bien, dormía pacíficamente en su saco de dormir. Shippou se encontraba, por supuesto, acurrucado en sus brazos, también durmiendo.

El hanyou se acercó unos cuantos pasos a Miroku. No, Miroku no era quién hacia ese ruido. El hanyou dio un resoplido. La única persona que quedaba era Sango... Dio un par de pasos hacia ella, cuando el olor de agua salada le llegó a la nariz. Se detuvo por un momento, y olfateó el aire. No había ninguna duda, Sango estaba llorando.

"Sango" Murmuró, arrodillándose junto a la taijiya. Estaba sorprendido de ver que ella aún se encontraba dormida. 'Llorando en sus sueños?' Se preguntó a si mismo, parpadeando un par de veces. 'Con qué estará soñando?'

"Ko... Kohaku!" Murmuró Sango, casi como si estuviese respondiendo a la pregunta mental de Inuyasha. Repitió el nombre de su hermano una vez más, al mismo tiempo en que se acurrucaba.

Los ojos de Inuyasha la veían con preocupación. Cuando ella nuevamente dejo salir un gemido, él estiró su brazo y toco su hombro, "Sango. Sango, despierta!" Dijo en un tono de voz muy bajo, sacudiéndola suavemente.

Sango se despertó de golpe. Tomó unas pocos y rápidas bocanadas de aire, antes de mirar hacia todos lados frenéticamente. Una vez se había dado cuenta de que todo había sido un sueño- - una pesadilla, se sentó y miró a Inuyasha. Limpió sus lágrimas en un vano intento de ocultar el hecho de que había estado llorando, "Inuyasha... Yo..."

El hanyou hizo un gesto para que se detuviera e inclinó su cabeza hacia donde se encontraban Miroku y Kagome. Luego hizo un movimiento indicándole a Sango que lo siguiera, antes de desaparecer en una fila de árboles.

Sango tomó un gran suspiro, y se puso de pie.

Kirara abrió sus ojos y con mucho sueño observó a su ama.

La taijiya sonrió y se inclinó para acariciar las orejas de la gatita, "Esta bien, Kirara, vuelve a dormirte."

Kirara maulló y recostó. Inuyasha estaba con Sango, y Kirara sabía que él no dejaría que nada le pasara a su dueña.

Sango siguió a Inuyasha mientras él pasaba los árboles, finalmente deteniéndose una vez que se encontraban lo suficientemente lejos como para que los demás no se despertaran, "Te encuentras bien?" Le preguntó, volteándose y dándole la cara a la taijiya..

Ella asintió lentamente, envolviendo sus brazos a su al rededor en un intento de parar de temblar, "Estaba soñando con lo que pasó cuando separamos nuestros caminos... tras haber vuelto a encontrar a Kohaku."

"Pero Kohaku se encuentra con vida, Sango. Por la manera en que actuabas, parecía como si... no lo estuviera." Dijo Inuyasha, inseguro de lo que ella quería o no hablar.

Nuevamente, la taijiya asintió, "Lo sé... Kagura vino a nosotros, ella buscaba por un sello que Kohaku tenía. Lo obtuvo y se dejó nuestra villa destruida- - más de lo que estaba antes. Pero..." Se detuvo un momento y se abrazó aún más fuerte a si misma, mirando hacia un lado mientras continuaba, "Pero en mi sueño ella no dejaba a Kohaku con vida... Sé que es algo estúpido quedar tan temblorosa por un sueño, pero..."

"Vamos a traerlo de vuelta." Le contestó, acercándose a ella poniendo sus manos en sus hombros, "Te lo prometo, no dejaré que nada le pase a tu hermano."

Ella aún miraba hacia un lado, incapaz de encontrarse con su dorada mirada, "Desde cuando mis problemas se volvieron tuyos?"

"Qué?" Preguntó, soltando el agarre en ella mientras la miraba sorprendido, "Sango, como puedes preguntarme eso? Cómo tus problemas no serían también míos?" Él puso sus dedos en su mentón y tornó su cabeza hacia él nuevamente, forzándola a mirarlo, "Tu piensas que a mi no me interesa lo que le ocurra?"

Sango cerró sus ojos fuertemente, nuevas lágrimas cayeron por sus mejillas, "No lo se, Inuyasha... Es solo que... mientras más personas me dicen que todo estará bien, más parece que no será así. Todos tienen sus propios problemas y cargas con que lidiar, no quiero agregarles otra cosa más, pero parece que siempre lo hago. Nos he puesto en peligro muchas veces, y en todas ellas Kohaku estaba involucrado." Su cuerpo comenzó a temblar más, y finalmente se dio por vencida y se afirmó del frente del haori de Inuyasha, "No quiero perder a nadie más de nuevo."

Inuyasha permaneció quieto por un momento, inseguro de qué decir, "Sango... tienes razón, todos deben lidiar con sus propias cargas, pero eso no quiere decir que no queremos ayudarte con las tuyas. Kohaku es tu familia, nadie espera que tu simplemente te olvides de él; aún si eso nos pone en peligro en ciertas ocasiones."

La taijiya asintió lo mejor que pudo e inclino su cara contra el pecho de Inuyasha, sus palabras se volvieron apagadas debido al traje de las ratas del fuego, "Lo sé..."

Él dejó que sus brazos la envolvieran mientras permanecía en silencio, aún inseguro de qué decir, así que no dijo nada. En lugar de decir algo, él solo la sujetó hasta que dejó de temblar tan fuerte. Una vez que ella ya parecía encontrarse bien nuevamente, él retrocedió un poco para poder mirarla.

Antes de que pudiese alejarse, se abrazó más fuerte a él, "No... por esta noche... podrías solo abrazarme...?"

El hanyou se encontró quieto nuevamente por un momento, antes de dejar que lentamente sus brazos volvieran a rodearla, "Por supuesto." Sango era fuerte, él lo sabía. Pero aún la gente fuerte necesitaba de consuelo algunas veces. Él solo había presenciado su 'quiebre' un par de veces, pero nunca había dejado que nadie la reconfortara, nada más que lo común de 'todo estará bien'. Pero por ahora, él se quedaría a su lado... "Abrazándote" Dijo muy despacio, antes de tomarla en sus brazos y saltar a la cima de un árbol. Allí, se sentó en una rama con Sango enfrente de él. Sentados en un árbol sería más cómodo que de pie en el suelo, al menos eso era lo que había supuesto.

"Podrías darme una pequeña advertencia antes de hacer algo como eso." Dijo Sango, no siendo del todo broma, mientras se recargaba de espalda en el pecho de Inuyasha.

Inuyasha sonrió ligeramente, "Lo siento."

Ella suspiró satisfecha y cerró sus ojos. Sabiendo que él se quedaría a su lado, y dejarla dormir en sus brazos era suficiente. Se sentía segura con él allí, aún cuando corría el riesgo de caer del árbol. Ella sabía que se encontraba segura con él, y confiaba plenamente en Inuyasha.

La sonrisa del hanyou se desvaneció un poco al contemplar la noche. Él sabía que Sango había conseguido encontrar a Kohaku después de que se habían separado. Había visto al joven taijiya con su hermana en el castillo de Kaguya. No estaba seguro cuando había logrado encontrar a su hermano, pero él había estado allí cuando lo perdió nuevamente. Kohaku había recién comenzado a volver a llamar a Sango 'ane-ue', cuando Naraku se lo arrebato de su lado.

De alguna manera todo volvía a Naraku. Naraku era la razón por la que Miroku tenía su kazaana. Naraku era la razón por la cual solo permanecían con vida unos cuantos taijiya. Y Naraku, bueno, Naraku era la razón por la cual Inuyasha había permanecido sellado a ese por cincuenta años. 'Bueno... ese bastardo hizo algo que resulto en algo bueno.' Pensó al mismo tiempo en que miraba hacia abajo a Sango, volviendo a aparecer una sonrisa en sus labios. Si Naraku no hubiese intervenido hace todos esos años atrás, él nunca hubiese conocido a Sango. Y, pese a que muchas cosas habían ocurrido desde su 'despertar', sabía que al final todo había valido la pena.

"Inu..." Murmuró Sango dormida, sacando de sus pensamientos al hanyou. Ella se acurrucó en su pecho antes de decir, "De am."

El hanyou alzó una ceja y se rió entre dientes antes de descansar su mentón en la cabeza de la muchacha, "Lo que digas, Sango."

Ella sonrió y repaso las palabras que había dicho nuevamente en su mente, 'Inuyasha... Te amo' Con una satisfecha sonrisa, la taijiya se dejó dormir una vez más en la comodidad de los brazos de Inuyasha.

-----

Fin

------

De acuerdo esto será largo... lo primero es lo primero: realmente lo siento! Sé que la tardanza es algo inaceptable y esta vez realmente me excedí no? -.- Mis mas profundas y sinceras disculpas...

Segundo: No saben como me hicieron sentir todos sus reviews muchísimas gracias a cada uno de los que me enviaron uno con tan lindos mensajes que estoy segura que no me merezco.

Y lo otro, que es algo que no les gustará para nada... -.- ... aquí voy... suspiro este capitulo, damas y caballeros, es el último... sip... el último, lo que quiere decir que hasta aquí llega Kagami to Ai... -.- Lo siento pero la autora dijo que de aquí en adelante no podría sacar nada de la historia y prefería finalizarla de esta manera... Pero antes de que se me enojen déjenme decirles que tengo planeado traducir algunas otras historias de estos dos (que son mi pareja favorita de la serie -) y quien sabe... tal vez intente escribir una propia .

Así que muchas gracias por todo y espero que nos encontremos pronto...

Sayonara!