NOTA: La imagen de portada no es mía.


Capítulo 6

Los siguientes días, después de que Kakashi-sensei los aceptara como su primer equipo genin de la historia, significaron el inicio de su carrera como ninja. Misiones tipo D.

—Bueno equipo. ¡Vayamos a por nuestra primera misión! —les dijo Kakashi-sensei el primer día con una sonrisa—. ¡Seguro que será excitante!

—Seguro… —masculló Naruto, que sabía bien qué tipo de misiones les esperaba durante bastante tiempo.

—Equipo 7 presentándose para su primera misión —informó el jonin al Hokage y al chunin que le acompañaba.

—¿Oh? ¿Seguro que estáis preparados para vuestra primera misión? —les preguntó bromeando, claramente contento de verlos—. Que no se hable más. Daikoku.

El chunin asintió y empezó a hojear sus registros. Sacó una hoja y se la entregó a Kakashi-sensei.

—Aquí tenéis. Una misión tipo D para limpiar el río de basura. La paga es 50.000 ryo por persona.

Naruto gimió al escucharlo, pero no dijo nada. Kakashi-sensei aceptó la misión y salieron de la torre del Hokage.

—¿Cuándo vamos a empezar a entrenar contigo? —le preguntó Seina, que sabía que las misiones de tipo D no iba a ayudarlos en absoluto a mejorar en nada salvo a coordinarse como equipo.

Kakashi-sensei le echó un vistazo.

—Maa… Podríamos ir al campo de entrenamiento más tarde si queréis.

Ellos asintieron más contentos de escucharlo.

—Imagino que os han enseñado en la academia como hacer un informe, ¿no es así? —ellos volvieron a asentir—. Genial. A partir de ahora haréis vosotros 3 los informes de todas las misiones.

Seina suspiró. Debió haberlo visto venir. Igualmente, no era gran trabajo hacer un informe de una misión de rango D y, con que hicieran uno por equipo, sería más que suficiente por el momento. Miró la aldea con algo de pereza y caminó con su equipo hasta la zona más próxima al nacimiento del río.

—Bien. Ya estamos aquí. Iremos limpiando siguiendo la dirección del agua. Podéis organizaros como queráis, pero antes de pasar al siguiente tramo de río tiene que estar limpio, ¿entendido?

—Lo que quieres decir es que nosotros limpiaremos y tú te pondrás a leer tu libro porno, ¿no? —le preguntó ella, exasperada.

—¡Seina! —enrojeció Kakashi-sensei, sin poder tragarse un gemido de vergüenza—. Esas cosas no se dicen.

—¡Pero si eres tú el que está leyendo una novela erótica en público! —la defendió su hermano a la vez que recriminaba los malos hábitos de Kakashi-sensei.

—¡Hasta luego! ¡Ganbatte! —Kakashi-sensei le ignoró completamente.

Al unísono gimieron de frustración al verlo desaparecer. Seina escuchó como realmente se había sentado en una rama del árbol más cercano, en lugar de haberlos abandonados. Realmente le sorprendía gratamente darse cuenta de que, para ser un jonin de élite, le avergonzaba que le hablaran de sus novelas eróticas.

—¿Cómo lo hacemos? —suspiró Sasuke y miró el río con ojos desconfiados.

—Os propongo un trato —dijo ella—. Naruto y yo usaremos clones de sombra para limpiar el río de arriba abajo. Con una docena cada uno tardaremos muy poco en limpiarlo entero. A cambio, tú harás todos los informes de las próximas 10 misiones.

—De las próximas 5 misiones —regateó sin pensarlo Sasuke.

—8 misiones.

—6 misiones.

—7 misiones.

—Trato hecho —aceptó Sasuke y Naruto asintió.

¡Kage bunshin no jutsu!

De una nube blanca aparecieron una treintena de clones, suyos y de Naruto, y se pusieron a limpiar tal y como ellos ordenaron. Seina, Sasuke y Naruto se tumbaron en la hierba, pero solo 15 minutos más tarde esa porción de río fue limpiada y tuvieron que levantarse. Dieron un repaso al río antes de caminar más abajo, viendo como los clones iban limpiando a medida que se movían. Al final, la misión consistió en pasear lentamente en la orilla del río mientras sus clones lo limpiaban y se llevaban las bolsas al punto de destrucción. En menos de 3 horas habían acabado.

En cuanto recuperó las memorias de sus clones se estremeció al recordar la de mierda que había en algunas zonas del río, sobre todo en las más aisladas donde la gente se sentía más valiente de tirar basura sin que nadie los viera. Sasuke hizo el informe tal y como acordaron, sentados en el estante de ramen, y se lo entregó a Kakashi-sensei.

—¿Habéis acabado ya? —pregunto Daikoku, mirando la hora—. Estoy impresionado.

—Afirmativo. Aquí tienes el informe —le entregó Kakashi-sensei.

El chunin lo revisó y lo aceptó como correcto. Les firmó un cheque con su paga a cada uno y salieron de allí sin más.

—¿Cómo se siente vuestra primera misión?

—Mojada —se quejó Naruto que, como ella, recordaba las horas que había estado zambullido en el agua.

Vio los labios de Kakashi-sensei rizarse en una sonrisa, suspirando. No podía creer que su primera misión hubiera sido justamente de las que más pagaban y, posiblemente, la peor de todas. Bueno, al menos habían recuperado gran parte de sus ahorros.

—Como todavía son las 4 de la tarde podemos ir un par de horas a entrenar. Mi idea es intercalar un día de misión con un día de entrenamiento. Así, mensualmente haréis unas 15 misiones de media, como mínimo.

—¿Y qué vas a enseñarnos? —preguntó Sasuke.

—Creo que empezaremos por saber cuál es vuestro nivel individual. Como imagino que os habréis dado cuenta, el equipo 7 está pensado para ser un equipo de combate. Otros equipos como, por ejemplo, el equipo 8, se especializará en el rastreo.

—¿Y el equipo de Shikamaru y los demás? —preguntó Naruto.

—¿Captura e interrogación? —preguntó ella, pensando en las habilidades de sus amigos.

—Así es.

Cuando llegaron a su campo de entrenamiento preestablecido, el 33, se sentaron en la hierba para seguir hablando de las expectativas del equipo.

—Como os iba diciendo. Este equipo es un equipo de combate. Eso significa buen taijutsu, buen ninjutsu, buen genjutsu. Mejorar vuestro taijutsu será lo más fácil. Por lo que sé de vosotros, los 3 sois bastante buenos en ese aspecto. Os enseñaré distintos tipos de lucha que no se ven en la escuela y mejoraremos vuestras cualidades físicas —les aseguró Kakashi-sensei—. Respecto al ninjutsu… me gustaría que me dijerais qué jutsus sabéis hasta la fecha. Mañana traeré un papel especial que me permitirá saber vuestras principales naturalezas de chakra, si es que tenéis más de una, y buscaré ninjutsus para que podáis practicar. En cuanto al genjutsu, mediré vuestra resistencia y luego ya hablaremos.

—¿En serio? —sonrió excitado Naruto y Kakashi-sensei asintió—. Está bien. Vale… ¿qué jutsus sé? Los de la academia, obviamente, el kage bunshin y el kanashibari. También es estoy a punto de aprender el shunshin.

Kakashi-sensei y Sasuke miraron a Naruto con sorpresa. El jonin se recuperó rápidamente, pero Sasuke parecía estar preguntándose cómo había aprendido Naruto todo eso si a veces se comportaba como un payaso en clase. Era fácil olvidar que su hermano había quedado el cuarto del curso. Kakashi-sensei la miró a ella con un ademán de cabeza.

—Yo he conseguido usar el shunshin, al contrario que Naruto. Además de las técnicas que ha mencionado Naruto también sé un par de genjutsu: magen narakumi y magen kokoni arazu.

—¿Sasuke?

—Yo sé usar los jutsus de la academia y jutsus de fuego.

—Genial. Por curiosidad, ¿alguno de vosotros sabe subir por las paredes usando chakra en los pies?

Naruto y ella asintieron, para estupefacción de Sasuke. Kakashi-sensei no parecía sorprendido después de todo lo que había escuchado.

—¿Y caminar sobre el agua?

—Hasta ahí no hemos llegado.

—Está bien. Ahora os pondré bajo gentjutsu. Cronometraré cuánto tardáis en deshaceros de él.

Seina esperó y esperó y esperó, pero no pasó nada. Notó la presencia de un chakra ajeno chocar contra sus barreras mentales y, evitando mostrar sorpresa, se dio cuenta de que no estaba atrapada en una ilusión porque el chakra de Kakashi-sensei no podía penetrar en su mente. Miró a su hermano de reojo y parecía haberse zafado rápidamente del genjutsu, al igual que Sasuke.

¿Qué ha sido eso? —preguntó Naruto mentalmente—. He caído en su genjutsu, pero sabía que estaba en una ilusión desde el principio.

Las barreras mentales impiden que el chakra llegue al cerebro. No ha logrado ponerme bajo el genjutsu debido a eso —le contestó ella—. No tienes magia activa para repeler su ataque, pero tus barreras te permiten percibirlo.

—Curioso —cortó su conversación Kakashi-sensei, alternando miradas entre Naruto y ella—. Naruto, has salido del genjutsu casi al instante al igual que Sasuke. Y Seina… He sido incapaz de ponerte bajo mi genjutsu. De Sasuke me lo esperaba, siendo un Uchiha, pero vosotros, ¿cómo lo habéis hecho?

Naruto y ella intercambiaron miradas.

¿Qué le decimos? —preguntó su hermano, algo nervioso.

Nada —le contestó ella—. No lo sé. Sabía que Naruto tiene cierta inmunidad ya que practiqué con él las ilusiones, pero como Naruto no sabe todavía usar genjutsu contra mí no tenía ni idea de que yo…

—¿De qué pareces ser inmune? —acabó su frase Kakashi-sensei—. ¿Te importa si uso un genjutsu más poderoso, Seina?

Ella asintió. No era la única que sentía curiosidad de lo que acaba de descubrir. Vio como Kakashi-sensei intentaba ponerla bajo su genjutsu una vez más. Esta vez notó una presión mayor contra sus barreras, pero no fue suficiente para penetrar su mente ni para tener que defenderse activamente. Kakashi-sensei cesó su intento y luego volvió a probar con otro genjutsu más poderoso todavía. Sucedía exactamente lo mismo. A medida que aumentaba la complejidad y poder del genjutsu, más presión sentía contra sus barreras mentales pero el chakra no podía penetrar sus protecciones mágicas.

En realidad, ahora que lo pensaba tenía mucho sentido. Por lo que sabía del genjutsu, el chakra de su enemigo intentaba atacar su sistema nervioso central que, justamente, se encontraba en su cerebro donde se encontraba su mente y donde tenía las barreras mentales construidas. Por lo tanto, su cerebro estaba a rebosar de magia, al igual que, en menor medida, su cuerpo. Si el chakra ajeno no podía llegar a su cerebro, no había ilusión. No se había dado cuenta de ello hasta ahora.

—Eres inmune —le confirmó Kakashi-sensei—. He usado genjutsus de rang ni has pestañeado.

—Podía sentirte intentando entrar en mi cabeza —le informó ella y Kakashi-sensei frunció el ceño.

—Es decir, que además de ser inmune puedes percibir el genjutsu. Eso te será muy útil, a ti y a tus camaradas —sonrió el jonin y luego se giró a mirar a Naruto—. ¿Y tú? ¿Cómo lo has hecho?

—Creo que tengo parte de la protección contra el genjutsu que tiene Seina. Podía notar tu chakra en mi cabeza, pero no ha sido suficiente para no caer en la ilusión.

—Ya veo. Percibir ese chakra extraño en tu cerebro ha sido suficiente para que te dieras cuenta de que estabas en un genjutsu y pudieras salir de él rápidamente —asintió el jonin—. Está bien. Sasuke y tú entrenaréis para mejorar vuestro tiempo de respuesta contra un genjutsu. Cuando menos lo esperéis os pondré bajo genjutsu y tendréis que salir de él.

Para finalizar, ordenó que usaran sus armas para acertar varias dianas y les hizo luchar solo con taijutsu contra él. Cuando acabaron, Seina estaba deseando darse un baño en la diminuta bañera de su piso al que pronto dirían adiós.

—¿Cuándo pondrás la casa bajo el fidelus? —le preguntó Naruto mientras cenaban en pijama.

—Mañana después del entrenamiento. Oficialmente, la casa es nuestra así que podemos hacer lo que nos dé la gana con ella.

—Aquí ya no queda nada —musitó Naruto mientras miraba las pocas cosas que tenían en el piso—. Podríamos entrar a vivir mañana mismo.

—Si es lo que quieres —asintió ella. No pasaba nada por irse 10 días antes de que se acabara su contrato de alquiler—. Normalmente solo tendríamos que hablar con el casero, pero teniendo en cuenta cómo conseguimos el piso será mejor ir directamente al Hokage. Después de eso, pondré la casa bajo el fidelus.

Como todos los muebles del piso eran del casero, lo único que tenían para mudarse era la ropa, algún utensilio de cocina que habían comprado, el baúl de materiales para construir y el cofre con sus ahorros y los pergaminos copiados. Todo había cabido en su riñonera así que el piso estaba tal cual lo encontraron al entrar a vivir hacía más de 5 años.

—En cuanto nos vayamos de aquí recuérdame que quite todas las protecciones.

—Podríamos dejarle un regalo al viejo —le sonrió maliciosamente Naruto—. ¿Qué tal un encantamiento para atraer a bichos en este piso?

—Nah —le dijo ella—. El piso no tiene la culpa ni los próximos inquilinos, pero tengo una idea.

Al día siguiente, se encaminaron de vuelta al campo de entrenamiento. Pasaron la mañana entrenando taijutsu y luego Kakashi-sensei les dio unos papeles especiales para saber su naturaleza de chakra.

—Rayo —dijo Sasuke, mirando su papel como si le hubiera traicionado.

—Viento —sonrió Naruto, recordando lo que habían leído de su padre.

—Y agua —acabó ella, viendo su papel mojado.

—Interesante —musitó en voz alta su profesor—. A pesar de que el viento y el rayo no suelen combinarse, ambos elementos pueden combinarse con el agua. Por ejemplo, si combináis el agua y el rayo, no solamente el rayo tendrá más alcance, sino que el agua se volverá paralizante según la potencia del rayo. Algo similar sucede con el viento y el agua, al combinarse es posible crear un tifón.

—¡Sugoi! —exclamó Naruto y luego intercambiaron miradas entre los 3.

Seina y Naruto fueron esa misma tarde, después de pasar todo el día en el campo de entrenamiento, a hablar con el Hokage. Por fortuna, pudieron pasar a verle sin que tuvieran que concertar una cita.

—Ah, Seina, Naruto. ¿Cómo os va con vuestro nuevo equipo?

—¡Genial! Kakashi-sensei nos va a enseñar nuevos jutsus y a caminar sobre el agua.

—Pensaba que, por su reputación, iba a costar más convencerle de enseñarnos, pero al final no ha sido para tanto —dijo ella, que sabía bien lo que pensaban de Kakashi-sensei algunos.

—Me alegro. Kakashi es un gran ninja. Aprenderéis mucho de él.

—¡Hai!

—¿Y bien? ¿En qué puedo ayudaros?

—Queremos terminar con el contrato de alquiler del piso —informó ella y vio como el Hokage no parecía sorprendido en absoluto.

—Ya me lo imaginaba. Vi que comprasteis una casa en la periferia. No está nada mal. Debió ser duro ahorrar todo ese dinero —sonrió con un atisbo de orgullo el Hokage—. ¿Esperaréis a que se acabe el contrato o queréis entregar ya la llave?

—Tenemos que coger un par de cosas más, pero mañana mismo podemos dejar el piso.

—Está bien. Le notificaré del cambio a vuestro casero. Solo tendréis que dejar la llave en su despacho y ya estaría.

—¡Muchas gracias jiji! —le dijo Naruto y Seina bufó una risa ante el mote.

—Adiós jiji —se despidió ella con una sonrisa traviesa al ver el rostro exasperado del Hokage.

Tal cual se cerró la puerta escuchó silencio y supo que tenía algún tipo de fuinjutsu a modo de barrera. Sabía, puesto que no era la primera barrera con la que se topaba al espiar, que si quería podría perforar con su magia las protecciones sin que se dieran cuenta. La magia, en este caso, actuaba como unas gafas de rayos X. Aun así, prefirió no hacerlo con el Hokage.

—¿Por qué le has dicho que tenemos algo que recoger? —le preguntó Naruto cuando se adentraron por la aldea hasta el piso.

—¿No te acuerdas de nuestro pequeño plan? —le recordó mentalmente—. Cuando acabe con él, nuestro querido casero no tendrá una ducha en condiciones nunca más. Cada vez que quiera agua a una temperatura le saldrá a la temperatura contraria. Lo gracioso será que el muy idiota creerá que es el calentador, y no la ducha en sí.

Naruto estalló en carcajadas y algunos le miraron con una sonrisa, algo insólito, y otros con indiferencia. Esa noche, mientras todos dormían, se adentró en el apartamento del casero en la primera planta. Estaba tan desprotegido que cualquiera podría haberle matado.

Civiles… —pensó al verlo dormir y roncar a los cuatro vientos.

Hechizó la ducha tal y como le había prometido a Naruto y luego, pensándoselo mejor, encantó el piso para que se ensuciara más de lo habitual. Además, usó una maldición en el casero para que se quedara calvo de por vida.

—¿Lo has conseguido? —preguntó Naruto, quien estaba esperándole en la cama.

Ella asintió. Le explicó lo que había añadido de más y Naruto tuvo que morderse el puño para no aullar de la risa. Se fueron a dormir con una sonrisa en la cara.

La semana pasó rápida entre la novedad de hacer misiones, entrenar con un jonin y mudarse a su propia casa.

—Parecéis más cansados de lo normal —les dijo Kakashi-sensei a Naruto y a ella.

—Nos estamos mudando —le contestó Naruto— y haciendo reformas en la nueva casa.

Kakashi-sensei alzó una ceja, pero no preguntó más.

—Bueno, quizás os anime saber que hoy tenemos una misión muy especial —les sonrió el jonin y todos ellos gimieron al escucharle. Kakashi-sensei pareció suprimir una risa—. Es una tradición en la aldea.

La misión especial resultó ser capturar a la mascota de una noble al borde del histerismo. Sinceramente, a Seina no le extrañaba que el gato hubiera huido con la cola entre las patas. Por fortuna, era algo fácil de llevar a cabo y encima les pagarían 20.000 ryo.

—¿Y bien? ¿Cómo lo hacemos? —dijo Naruto y vieron como Kakashi-sensei sacaba su libro porno y procedía a pretender que estaba ignorándolos.

—Déjamelo a mí.

Usó un hechizo localizador modificado y vio como aparecía ante sus ojos un hilo dorado. Echó a caminar y Sasuke y Naruto la siguieron, confundidos pero dispuestos a seguirle la corriente. Tardó solo 10 minutos en encontrar a Tora subido a un árbol.

—Ahí está —les dijo, señalándolo—. ¿Algún plan?

Sasuke y Naruto intercambiaron miradas.

—Podemos rodearlo con vuestros clones y usar un poco de comida para atraerlo hasta donde queramos.

—¿Se puede usar genjutsu en los animales? —preguntó ella de repente.

Sasuke y Naruto la observaron fijamente. Ella desvió su mirada hacia Kakashi-sensei, pero le vio apostado contra una pared, leyendo su libro sin tan siquiera devolverle la mirada. Sabía que lo estaba haciendo intencionadamente.

—¿Por qué lo preguntas? —preguntó Sasuke.

—Podríamos usar genjutsu para hacerle creer que hay comida y luego cogerlo sin más —se encogió de hombros—. Así no sabría que estamos a punto de capturarlo.

—Inténtalo —asintió Naruto y ella hizo los sellos manuales necesarios.

Se centró en el gato y le hizo creer que la comida más deliciosa del mundo estaba en la base del árbol y que no había nadie más allí. Vieron como Tora se quedaba quieto, mirando a la nada, y Sasuke le dio un codazo a Naruto.

—Cógelo, dobe.

—Cógelo tú, teme.

—¡Queréis coger al gato de una vez! —cortó ella con exasperación.

Al final lo cogió Naruto. Mantuvo al gato bajo la ilusión hasta que llegaron al punto de encuentro, en la torre Hokage. Kakashi-sensei, que no había abierto la boca hasta el momento, les lanzó una mirada contemplativa. Seina desactivó el genjutsu. Vio como Tora parecía confundido, manso en los brazos de su hermano, hasta que se dio cuenta de que no estaba en su árbol. Intentó huir, siseando y aullando, pero no le sirvió de nada. En cuanto le escuchó, su dueña vino corriendo como una exhalación.

—¡Mi querido Tora-chan! ¿¡Dónde has estado!? ¿¡Por qué has escapado, querido!?

—Buen trabajo equipo —les susurró Kakashi-sensei cuando recibieron las gracias de la cliente y ésta se fue con el gato en brazos.

—¿Ya estáis aquí? —preguntó otro chunin, mirando la hora—. ¡Y ni siquiera parecéis heridos! ¡No está mal!

Seina se cuestionó la eficacia de los otros equipos si no eran capaces de capturar a un animal doméstico en menos de una hora. Se preguntó si realmente estaría poniendo las cosas demasiado fáciles para su equipo pero, ¿por qué no iba a usar sus poderes si eran útiles y podía usarlos sin que nadie se diera cuenta? Sabía que tarde o temprano alguien se daría cuenta de que, además del chakra, tenía algún tipo de kekkei genkai como Sasuke. Era muy probable que alguna misión se torciera, quizás poniendo sus vidas en peligro. En ese supuesto, ¿elegiría mantener su secreto a costa de una vida? Sabía que era imposible.

Lo único que podía hacer, tal y como le había aconsejado Kurama, era mantener el secreto de su reencarnación, así como el hecho de que seguía teniendo magia, e ir soltando poco a poco pedazos de información. Las runas podía hacerlas pasar por un tipo de fuinjutsu inventado por ella, así como las pociones y pomadas. Después de todo, los ninjas inventaban continuamente técnicas y medicinas nuevas. El problema eran algunos de sus hechizos, maldiciones y conjuros. Estaba claro que debería escoger muy bien qué habilidades guardar en secreto, y cuáles no.

Además, para alguien experto como Kakashi-sensei, darse cuenta de algunas inconsistencias era normal. Estaba claro que, si no lo había hecho ya, pronto se daría cuenta de que sus riñoneras y bolsillos no eran normales. Cómo su ropa parecía ser indestructible, cómo sus armas reaparecían en sus manos cuando no habían ido a recogerlas, cómo parecían tener un oído sobrenatural, cómo hablaban entre ellos mentalmente…

—Ha sido una buena idea, usar genjutsu contra Tora —les apremió Kakashi-sensei—. Ningún equipo antes ha pensado en ello, que yo sepa.

—¿Por qué no? —preguntó Naruto—. Realmente era la opción más efectiva.

—Pocos genin piensan fríamente con la cabeza en sus primeras misiones —sonrió Kakashi-sensei— y mucho menos tienen conocimientos suficientes de genjutsu para hacer algo así. Bueno, equipo. Como hemos acabado muy rápido esa misión tenemos tiempo para entrenar.

Caminaron hacia una zona lejana del río. Kakashi-sensei explicó cómo subir a los árboles con chakra y cómo caminar sobre el agua. Seina, frunció el ceño y lo intentó sin mucho éxito. Su hermano parecía más perdido aún.

—Imagina que estás subida en unos zancos, sumergidos en el agua —le dijo Kakashi-sensei, acercándose a su lado—, pero en lugar de madera están hechos de chakra. Poco a poco, este zanco se va reduciendo hasta que llega un punto donde no es necesario usarlo. ¿Me explico?

Seina le miró, sorprendida, y luego asintió. Tenía más sentido que lo que había estado probando. Visualizando justamente unas chanclas transparentes de chakra, puedo lograrlo a la primera.

—¡Yatta! —rió ella y Naruto se cayó de nuevo al río—. Mira esto Naru.

Le envió una imagen mental de lo que había funcionado para ella y vio como Naruto lo conseguía acto seguido. Escuchó el sonido pensativo, ronco, de una garganta a su lado y cuando se dio la vuelta vio que Kakashi-sensei la estaba mirando con una ceja alzada.

—Curioso —sacudió la cabeza—. Pruébalo de nuevo sin usar tanto chakra.

Tardó solo media hora en aprender el truco para caminar fácilmente por el agua. Su hermano, pudiendo ver sus memorias, tardó apenas 5 minutos más. En ese tiempo Sasuke había logrado subir el tronco de un árbol corriendo antes de lanzarse de nuevo al suelo. Por lo que podía ver, estaba segura de que lo conseguiría en un par de horas. Además, estaba segura de que continuaría practicando a solas cuando nadie pudiera verle.

De repente, Kakashi-sensei usó un genjutsu y Naruto cayó al agua por enésima vez y Sasuke se tropezó contra el árbol, cayendo de cara a la hierba. Pocos segundos después, su hermano reapareció gritando improperios.

—¡Podrías haberte esperado, Kaka-sensei! ¡Podría haberme ahogado! —gritó su hermano, totalmente irritado.

—Pero no lo has hecho —sonrió con el ojo el mencionado—. Veo que Sasuke ha conseguido aprender el truco para caminar por los árboles con chakra. Mientras él practica y luego empieza a aprender las bases para caminar por el agua vosotros 2 haréis algo distinto.

Sacó un par de pergaminos pequeños y les lanzó uno a cada uno. Seina lo abrió y vio que eran instrucciones de jutsus de agua.

—¿De dónde has sacado esto? ¡Busqué en la biblioteca y no encontré ni uno! —exclamó con sorpresa y excitación.

—Son de cosecha personal —les dijo y Seina le miró impresionada—. Son los más fáciles. A medida que vayáis aprendiendo os iré enseñando otros más difíciles.

Seina sonrió de oreja a oreja y luego miró a su hermano. —¿Clones?

—¡Clones, dattebayo!

—¿Clones? —preguntaron Sasuke y Kakashi-sensei a la vez—. ¿Estáis usando los clones para aprender?

Kakashi-sensei parecía atónito. En los pocos días que lo conocía nunca lo había visto tan visiblemente sorprendido como en ese momento. Sasuke, mientras tanto, parecía confundido sobre porqué iban a usar clones para aprender un jutsu.

—Los clones que ellos usan no son los típicos de la academia —le informó Kakashi-sensei—. Son capaces de luchar y aguantar ciertos golpes y, cuando explotan, las memorias regresan al yo original.

—Lo que quiere decir que pueden usarlo para acortar el tiempo aprendiendo cualquier cosa —terminó Sasuke, asombrado—. Seina. ¿Podrías enseñarme esta técnica?

—¡Un momento, vaquero! Si no se enseña en la academia es por algo —intercedió el jonin—. El consumo de chakra de esta técnica es elevadísimo. Incluso yo solo puedo crear unos 20 a la vez, teniendo bastante reserva de chakra. Al contrario que ellos dos que parecen haber invocado a 50 por cabeza como si nada.

—¿Qué? —exclamó Sasuke y luego se giró a mirarlos con ojos como platos—. ¿Cómo es posible?

—Es posible por 2 motivos: somos Uzumaki y los jinchuriki del Kyubi —le contestó Seina, cuando vio que Kakashi-sensei no pensaba contestarle.

Se hizo un silencio mientras Sasuke interiorizaba sus palabras. Los observó con sus ojos negros pero, finalmente, pareció concluir que no era algo relevante salvo por el hecho de que él no podría usar esa técnica igual que Naruto y que ella hasta que no hubiera agrandado sus reservas de chakra con entrenamiento.

—¿Cómo es posible que ambos tengáis el Kyubi? —preguntó, frunciendo el ceño.

Naruto y ella intercambiaron miradas. Si le explicaban cómo era posible tendrían que explicar también cómo lo sabían. Seina tendría que reconocer que se acordaba de todo, incluso de que fue su propio padre el que selló el demonio en su interior.

Tarde o temprano tendrás que empezar a confiar alguno de tus secretos a tus compañeros. De lo contrario, ¿qué clase de equipo seréis? —le habló Kurama, intentando ayudarla—. Además, si les cuentas lo que pasó, de que puedes recordar lo que viste, podrás informarles sobre el desconocido. Ese falso Madara.

—Naruto tiene la mitad yang del Kyubi y yo la mitad yin —le dijo.

—¿Cómo lo sabes? —le preguntó totalmente serio Kakashi-sensei—. Esa información es confidencial.

—Lo recuerdo todo.

Kakashi-sensei palideció al escucharla. Parecía más afectado de lo normal y se preguntó por qué. Naruto y Sasuke observaron a su jonin sensei, quien se sentó en la hierba casi derrotado.

—Tú… ¿te acuerdas de aquel día? —le preguntó casi temeroso. Ella asintió—. Entonces, ¿lo sabes?

—¿Sé el qué? ¿Qué nuestra madre era Kushina Uzumaki, la esposa del Cuarto Hokage? ¿Qué Minato Namikaze era nuestro padre? —lanzó ella—. Los escuché morir.

Sasuke parecía totalmente fuera de lugar, algo incómodo ante la conversación, pero incapaz de marcharse. Naruto, por otro lado, estaba más serio que nunca mientras escuchaba sus palabras. Ya lo había oído, y visto, antes así que no era nada nuevo para él. Eso no significaba que no fuera duro revivirlo. Kakashi-sensei, curiosamente, parecía el más afectado de todos. Ni siquiera había recuperado el color de piel.

—¿Por qué estás tan afectado? —preguntó Naruto intuyendo sus pensamientos.

—Vuestro padre… era mi sensei —les confesó—. Solo tenía 14 años recién cumplidos cuando murió el último integrante de mi equipo.

Durante unos segundos, nadie movió un dedo. Luego, viendo su pesar, Seina acabó abrazándole despacio como si fuera un animal salvaje herido. Notó como se quedó paralizado entre sus brazos y luego se relajó, estrechándola entre sus brazos. Enterró su rostro en el hombro de su sensei, quién ahora resultó ser el protegido de su padre, abandonado a su suerte. Sabía, puesto que había investigado sobre el jonin, que su propio padre se suicidó y que su madre murió incluso antes que su padre. Ni siquiera había pensado que el equipo genin de Kakashi-sensei pudiera estar muerto al completo. No podía imaginar por lo que habría pasado, todos esos años sin nadie de confianza a su lado. Sin familia.

Volvió en sí cuando notó una de las manos acariciarle el cabello mientras seguía apretada fuertemente contra él. Sintió la presencia de Naruto a su lado, su mano puesta en el hombro contrario de Kakashi-sensei, dándole apoyo a ambos. El jonin carraspeó la garganta y Seina se apartó, sentándose a su lado en la hierba.

—Kakashi-sensei… —susurró ella al darse cuenta de que podría descubrir todo el pastel si se equivocaba confiando en él—. Aquella noche… había alguien más.

Su profesor le alzó la barbilla para que le mirara a los ojos y ella se limpió el par de lágrimas que se habían escapado a su control. Había recuperado su color de piel habitual y parecía serio.

—¿A qué te refieres? ¿Alguien más aparte de tus padres y de los ninjas que ayudaron a tu madre con su parto?

Está aquí Sasuke, nee-chan. Quizás sea mejor no mencionar a Madara Uchiha en su presencia.

¡Mierda! Ni había pensado en eso. Miró a Naruto y luego a Kakashi-sensei y, sorprendentemente, a pesar de no haber dicho nada, el jonin entendió su mirada.

—Ven. Buscaremos algo de comer y beber —le tendió la mano y ella se levantó—. Vosotros dos, seguid practicando caminar sobre el agua. Regresaremos en unos minutos.

—Eso ha sido una mala excusa —le dijo ella cuando estuvieron lejos de ser escuchados—. Creo que Sasuke sabe que siempre llevo comida encima.

—¡Maa! Pero yo no tenía por qué saberlo —le sonrió Kakashi-sensei y le guiñó un ojo antes de ponerse serio—. ¿Qué es lo que no has querido decirme delante de él?

—Aquella noche, alguien haciéndose llamar Madara Uchiha atacó a mis padres y le sacó el bijuu a mi madre.

Kakashi-sensei paró en seco y se giró a mirarla. —¿Estás segura de eso?

Si le dices que sí te preguntará cómo lo sabes. Peor aún si le dices que no era el verdadero Madara Uchiha.

¿Entonces qué hago? ¡Ahora ya he descubierto el pastel! —frunció el ceño ella, algo nerviosa por no habérselo pensado mejor.

—¿Seina? —preguntó Kakashi-sensei y vio que la estaba observando de cerca, como si estuviera descifrando un código bomba.

Ella gimió de frustración y suspiró. —Me van a meter en una celda por esto… ¡Está bien! Puedo hablar con mi mitad del Kyubi.

—…¿Qué? —preguntó, atónito, su sensei y luego sacudió la cabeza—. Pues claro. Por qué no. Y, por lo que he visto, también puedes hablar con tu hermano gemelo, ¿no es así?

Seina suspiró de nuevo y eso fue suficiente para que lo aceptara como cierto.

—Creo que vamos a tener una larga charla, Seina —le dijo Kakashi, más calmado de lo esperado—, pero no aquí. En un lugar más seguro.