Capítulo 29 Justicia Divina.
Viernes 11:00 am.
Los siguientes días corrieron con normalidad y sin contratiempos. Los chicos entrenando con Albert y el señor García apoyándolos en todo.
Los rebeldes del San Pablo durmieron juntos toda la semana. Terry cómo todos los días se levantaba temprano para irse rápido y no ser visto por las hermanas.
Pero hoy era diferente para Candy, pareciera qué no quisiera separarse de su novio esposo.
Conversaban en voz baja acostados sobre la cama entre besos y arrumacos. Besos qué en la mayoría, la pecosa no quería terminar, cómo si intentará embrujarlo y convencerlo de quedarse con ella todo el día.
-Pecosa ¿es mi imaginación o estás muy… amorosa está mañana?. Creeme qué no me molestó pasar una semana en el cuarto de castigo contigo. Pero ya debo irme.
El chico intentó ponerse de pie pero ella de inmediato se sentó sobre él a horcajadas. Algo qué no molestó para nada al rebelde.
-No, mejor dime ¿Qué castigo te dio la hermana Gray? Sólo llegas oliendo a incienso.
Terry no respondió, sólo resopló y comenzó a jugar con los listones del camisón de su pecosa.
-Para qué pregunto seguro ninguno, te tiene mucha consideración por la… competencia.
-Creeme Candy qué el castigo qué me dio, me unirá más a las hermanas y hasta a tu mamá la hermana María. Pero luego te cuento. Por cierto les encantó el arreglo.
-Terry ¿de qué hablas?
-Los narcisos que recolectaste, Annie hizo un arreglo. Te lo dije.
-Sí me lo dijiste, me alegró tanto por lo qué hizo Annie qué casi lloro.
Fue un hermoso gesto. Pero nunca me dijiste qué se lo diste a las hermanas.
-Pensaba traerte un narciso pero todos terminaron en el altar de la capilla.
-¿Por qué?
-Tengo qué quedar bien con la mamá del creador.
-Terry qué cosas dices.
-Sólo digo bésame otra vez - pidió Terry con un guiño.
Y Candy con tal de qué no se fuera aceptó cumplir el deseo de su novio esposo. Aún sentada a horcajadas sobre él, se inclinó hacia sus labios.
Candy era prudente, pero las circunstancias le aconsejaban cruzar la línea qué ella misma se había puesto. Bien dicen qué la desesperación es pésima consejera.
Se alejó de sus labios y con sus dedos temblorosos y sin mirarlo a los ojos, (pues le daba tanta pena) comenzó a desabotonar la camisa de Terry. Empezó con el primer botón, luego el segundo… y así sucesivamente.
-Candy ¿estás segura?- preguntó Terry con voz suave y bastante extrañado.
La pecosa sólo asintió, haría lo qué fuera con tal de qué él no acudiera a esa competencia.
Al quitar el último botón de su camisa, comenzó a acariciar con sus castos dedos el tórax del chico. Lo hizo delicadamente comenzando desde el cuello bajando poco a poco. Era la primera vez qué tocaba la piel desnuda de su rebelde.
Al llegar al cinturón se quedó pensativa y asustada ¿Y ahora qué sigue?
Definitivamente "Cómo seducir a un hombre para qué no vaya a una competencia de caballos" no estaba en los talleres del San Pablo.
Terry no podía creerlo ¿Candy realmente quería estar con él? Desde qué despertó no había dejado de besarlo y abrazarlo. ¡Y ahora esto!
El chico era un caballero pero también tenía dieciséis años ¡¿Qué se supone qué debía hacer?! Dejarse llevar o ¿Hacerle caso a su caballerosa conciencia?
Esa qué le estaba recordando las palabras de su madre, las amenazas del Duque y ni hablar de sus primos políticos. Palabras qué comenzaron a retumbar en su conciencia tanto que le quitaron el encanto.
Así qué se acercó a ella, la tomó en sus brazos y le preguntó, aunque ya sabía la respuesta.
-Candy ¿segura qué quieres… ser mi mujer?
-Terry… me siento incómoda… yo no debí… - respondió la chica que estaba roja de pena.
El chico entendió qué aún no estaba lista así qué le dio un beso en la mejilla para después salir de la cama.
-Supongo qué fue lo mejor porque hubiera besado cada unos de tus pecas… lo cual me llevaría todo el día.
-¡Terry!
-No grites. ¿Acaso quieres qué se de cuenta tu primito?
-Gracioso.
-Bruja esposa, me subes al cielo y en un segundo me mandas al infierno.
Semejantes palabras le valieron un almohadazo.
-No se porque te deje dormir aquí prometimos…
-Prometimos no dormir juntos en nuestras respectivas recámaras pero no mencionamos el cuarto de castigo así qué técnicamente no rompimos la promesa. Además ¿me lo dices después de una semana?
-Esta bien. Honestamente me sentí mejor contigo. Está habitación da miedo y es muy fría.
-Sí, te lo dije este edificio es bastante escabroso. Escuché pasos por la noche y alguien entrando y saliendo de una de las habitaciones.
-Terry no me asustes.
-Lo digo en serio.
-No escuché nada.
-Claro duermes cómo una piedra. Yo me levantaba pensando que era alguna de las hermanas. Pero nunca logré verla de cerca. No sé, será un gran misterio.
-En ese caso cuando te vayas tumbaré esa pared para tener cerca a Archie.
-Ni me lo menciones qué por su culpa estás aquí.
-No fue su culpa. La hermana Gray tiene razón, yo debí llevar ese pendiente a rectoría.
-Cómo sea, lo tengo en mi lista negra, junto con él o la idiota qué se robo la llave.
-Ya déjalo y mejor enfócate en…
la competencia. - dijo Candy arrepintiendose de haber mencionado la última palabra.
-Lo hago. Ya le di instrucciones a Zach para qué de con la señorita qué lo hizo perder la llave y por supuesto quien la envió. O dejará el comité.
-Eres duro.
-Nos puso en riesgo, perdimos una buena fuente de ingreso y yo terminé castigado rezando el Rosario tres meses. Es lo menos qué se merece.
-Rezar el Rosario, buena falta te hace. - soltó a reír la chica.
-No te burles.
-La hermana Gray es excelente con los castigos. Ahora entiendo lo de la hermana María. Pero conociéndote algo harás para zafarte.
-Qué bien me conoces. En fin ya se hizo tarde debo irme.
-No, mejor te beso.
-Pecosa, el cuarto de castigo te sentó muy bien. Pero no pienso dejar qué me vuelvas embrujar.
-Quedate y platicamos de nuestro paseo por el Támesis.
-No insistas por favor, tengo qué irme. Dame el beso de la buena suerte para este primer día.
La chica no respondió sólo bajo la mirada, deseaba qué no se fuera.
-Candy. ¿Qué pasa?
La pecosa intento responder, pero no pudo mas y se lanzo a sus brazos.
Se abrazo fuerte a Terry cómo nunca antes. Ya había perdido el miedo a los caballos pero fue en una cacería dónde murió Anthony así qué no podía ocultar su melancolía. Fue inevitable para ella no llorar. El chico se dio cuenta y la abrazó más fuerte.
-Candy he cabalgado desde los 6 años y he estado en muchas competencias. Teodora ha estado conmigo desde los 12 años. Nos entendemos perfectamente, créeme qué nos cuidamos mutuamente.
-Lo sé… es sólo qué… el ambiente de la competencia me trae tristes recuerdos… Pero te aseguro qué no le temo a los caballos.
Terry le levantó su barbilla para qué lo mirara.- Te prometo qué voy a ganar y no nos pasará nada. Ni a Annie, ni a Erik ni a mi ¿Has visto como lo hacen? Son excelentes rivales.
-Sí.
-Debo irme ya es tarde. Y seguro el Duque ya llego.
-Te amo.
-Te amo… bruja.
Otro pellizco se ganó lor semejante adjetivo.
-Ok dejémoslo en hechicera pecosa.
-¡Terry!
-Recuerda a tu príncipe del cerro eres más bonita cuando ríes qué cuando te enojas.
-Es príncipe de la colina.
-Es igual. No tiene sangre azul cómo yo.
Terry salió corriendo por la ventana cuidando de no ser visto. Estaba listo para cumplir con una de las exigencias de su padre, ganar la competencia.
-Mocoso engreído, ¿por qué te amo tanto?
Candy tenia un mal presentimiento, tan fuerte como el qué tuvo en el Mauretania. Las palabras de Terry no la tranquilizaron. Anthony era un buen jinete pero un accidente en el momento menos pensado lo hizo caer. Esa caida tan simple le rompio el cuello.
-Por favor Dios cuidalos y qué este mal presentimiento sólo sea producto de mis fantasmas del pasado.
Candy desganada volvio a la cama. Simplemente prefirio dormir todo el dia y sólo despertar cuando Terry volviera.
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11:00 am
El colegio no tuvo clases. Las hermanas y los chicos qué hacían su servicio social estaban enfocados en tener todo listo y servir en todo lo qué se necesitará durante la competencia.
Algunos apoyarían en los establos, otros en las pistas y otros más estarían ayudando al público en lo qué necesitaran.
Las chicas se quedarian encerradas en su cuartos y custodiadas por las hermanas.
Y por supuesto la fraternidad fungiria cómo área de descanso para los invitados y padres de familia. Una gran idea de la tía de los gemelos la Hermana Mónica. Aunque claro adivinen quien la convenció. Sí, Terry Grandchester.
Así podrían hacer las apuestas sin tanto lío, sólo tendrían qué hacerlo discretamente. Con la hermana Monica custodiando junto con los gemelos y por supuesto Zach y Bastian todo estaba saliendo cómo lo planeado.
-Aqui tiene tía, bendecido por el Arzobispo. -decían los gemelos entregándole un rosario de plata a la hermana Monica.
-Oh es hermoso. Hice mi voto de humildad pero no puedo negar qué este rosario de plata es bellísimo.
-Con todo nuestro amor y agradecimiento.
-Oh mis niños. Bueno ire a rezar un par de misterios para qué todo salga bien en la competencia. Preparense para recibir a los padres de familia. Ofrescanle algo te tomar y sean buenos anfitriónes.
-Claro hermana - dijeron Bastian y Zach
-Sí tía- respondieron los gemelos con una sonrisa.
-Permiso no tardó.
-Perfecto, con estas pulseras distinguiremos a los padres qué entrarán a las apuestas. Conforme vayan llegando les haremos la pregunta secreta. "¿Cómo amanecieron las finanzas del banco central? " Ellos deberá responder "Dios salve al Rey" y con eso los llevamos a cuarto de apuestas en el segundo piso para qué puedan ver mejor la competencia desde ahí. - dijo Zach.
-Bien, espero qué no salga un mal perdedor y nos haga un escándalo cómo el año pasado.
-Pues lo aventamos la fango cómo el año pasado.- se burlaron los gemelos.
-Aqui vienen los primeros… es papá.
-Zachary qué gusto verte, chicos, buen día. - saludaba el padre d Zach qué llegaba acompañado de su amigo el banquero y padre de Bastian.
-Buen día Marqués de Bristol.
-Vaya veo qué han mejorado el edificio. ¿No lo crees Stephen?
-Ya lo creo qué sí. Con la buena administración qué llevan definitivamente les permitire trabajar en mi banco igual qué a mí hijo Bastian ¿Les gustaría?
-Muchas gracias Sir Rotchild.- respondieron los chicos.
-Papá, ven te enseñaré el salón de apuestas. Lo subimos al segundo piso para mayor discreción y mejor visibilidad para la competencia.
-Ok Zachary vamos. De una vez me das mi boleta ya quiero apostar.
El chico antes de guiarlo al salón de apuestas hizo una pregunta aunque temeroso de la respuesta.
-Papá ¿Y mamá?
-Sabes perfectamente la respuesta.
-Pensé qué por la competencia… vendría menos por curiosidad.
-No te aflijas. Anda muéstrame el resto del edificio. Stephen ¿te quedas?
-No voy con ustedes. Bastian sirvenos algo de tomar por favor te esperamos arriba.
-Claro.- asintió el chico viéndolos dirigirse la salón. Despues comentó a los gemelos -Pobre Zach. Su madre sigue sin aparecer.
-Al menos nosotros sabemos qué nuestra madre está en el cielo. Y la tía Mónica nos quiere tanto cómo ella lo hizo una vez. Erik también perdió a su madre. Pero Zach que aún la tiene no puede estar con ella.
-Y no olvides a Terry él también perdió a su madre a hace poco.
-Y el Duque no tardó en buscarle madrastra. Y qué madrastra. - dijo uno de los gemelos con tono burlón
-Eleonor Baker. Digo la menos es lo qué se rumorea según mi mamá.- apoyo Bastian.
-Dios bendiga América -terminaron diciendo los tres al unísono.
Esos eran los amigos de Terry. Los qué hizo en un tiempo en qué aprendió a defenderse y defender a los demás.
Pues tenían mucho en común además de gustarles hacer negocios, odian las injusticias, a los idiotas cómo Neal y el hecho de tener padres estrictos y la falta de cariño de su madre.
Los gemelos y Erik habían perdido a su madre desde muy pequeños. Bastian igual qué los Cornwell tenía padres ausentes qué sólo veía en fechas importantes, y Zach sus padres eran divorciados su madre preferío tomar su libertad muy a pecho olvidándose de su hijo, así qué desde los 10 años dejó de verla.
Al tener eso en común se dedican a hacer de su fraternidad un lugar para olvidar sus penas y por supuesto divertirse y si con eso sacan dinero mucho mejor.
Desean vivir libremente en la cárcel del internado antes de salir al mundo real para comenzar a cumplir con su deber y suplir a sus padres en sus negocios.
-Zachary deberías considerar postularte para ser el presidente de la fraternidad.
-Papá Terry me quiere correr del comité.
-¿Como es eso?
-Heche a perder uno de nuestros negocios por culpa de una chica.
-¡Qué tontería! Te he dicho muchas veces qué los negocios y las mujeres no se llevan.
-Zach tu padre tiene razón. Así qué la próxima vez no busques chicas tan… libres.
-Lo sé.
Zach decepcionado se acercó a la ventana donde pudo ver qué Stear iba camino a los establos, por lo qué salió corriendo.
-Ahora vuelvo papá.
-¿A donde vas? ¿y nuestra boleta?
-Los gemelos se las darán.
Ya en los jardines alcanzó la inventor.
-¡Stear espera por favor!
-¿Qué pasa ya diste con tu novia la traidora?
-Sí y no.
-¿Cómo es eso?
-Primero hice una lista de todas las chicas con las qué salí a partir de la última vez qué recuerdo haber usado mi llave.
-¿Y cuántas son?
-10.
-Vaya casanova.
-Qué puedo decir Terry no es el único príncipe encantador.
-De esas ¿cuales usan rubis?. Y ¿con cuál te entretuviste en la puerta?, ya sabes "pláticando"
-3 chicas. Pero tengo miedo de equivocarme y si no fueron sólo las meteré en problemas.
-No te preocupes seré muy discreto. Así qué dime.
-Ok, Margot la hija del Major Harrison, Eliza Leagan…
-¿Eliza? Vaya chica. En fin. ¿Quién más?
-Renne Gibson, creo qué su padre es o era inversionista de la White Star.
-Ah sí, la pelirroja. La qué dijiste qué no salió el quinto domingo.
-Así es. Tú qué eres matemático y todo lo analizas ¿Quien pudo ser? Ya ninguna me habla así qué no puedo saber. Y no quiero perder mi lugar en el comité.
-Uff es difícil. Aunque yo hubiera jurado qué tú amiguita era Luisa, pues los rubíes eran de ella. Pero entonces Eliza es muy cercana a ella y tal vez.
-¡Se los prestó a Eliza!
-Y Luisa fingió qué se los robaron para ayudarla y de paso molestar a Candy.
-Genial. Stear tú eres su primo. Ayúdame a hablar con ella. A mi ya no me dirige la palabra.
-Zach me pones en un lío. No me imagino hablando con ella sobre el porque te sedujo para robarte la llave. Aunque es obvio, seguro para ayudar a Neal.
-Por favor Stear. No quiero qué Terry me eche del comité.
-Zach es incómodo enfrentarla por eso. Es una chica ¿Cómo podría? Pero…
-Dime.
-Estoy seguro qué Archie estará encantado de enfrentarla. Pero deberás esperar hasta mañana, porque hasta mañana en la mañana le levantarán el castigo.
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Establos.
-Gracias Albert has sido de gran ayuda. Nos has recordado el vínculo qué debemos tener con nuestro caballo.-decía Michael saliendo de las caballerizas junto con Albert y el señor García.
-Son animales muy receptivos. Saben perfectamente nuestro estado de ánimo y nuestras manías. La mayoría de las veces ya saben con antelación la instrucción qué le daremos.- decía Albert.
-Con razón Eliza batalla tanto.- señalaba Michael a la loca de Eliza qué renegaba con sus botas y el pobre caballo.
-Exacto. Ese caballo no es de ella, no se conocen. Ni ella ha hecho nada por acercarse a él.- comentó el señor García.
-Por eso me preocupa Eliza. Con el estrés de la competencia podría provocar qué su mismo caballo la tumbe o se niegue a saltar.- comentó Albert.
-Tio Albert, ya están listas las gradas.
-Gracias Neal, puedes ir a almorzar. Pero no tardes.
-Quién lo diría Neal haciendo limpieza.- se burló Michael.
-Tiene qué ganarse su herencia.-se río Albert viendo llegar a su sobrino el inventor - Stear qué bueno qué llegas ¿ya está todo listo para instalar?
-Sí Albert, justo a eso vengo. Pondre cuatro cámaras para abarcar los dos establos. El de Teodora qué es para los caballos de los participantes exteriores y el establo común qué usan los del colegio.
-Bien cuando termines, te quedas conmigo como mi asistente y… ¡Eliza ya deja en paz ese caballo. Ahh esta niña! - gritó enojado el tío abuelo no quedandole más remedio qué ir con ella.
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Mansion de Lord Hamilton.
Y mientras los concursantes tanto del colegio como los externos terminaban de prepararse.
El clan Canderry terminaba letreros para apoyar a Terry en la competencia.
La madrina de Terry hizo uno de 4 metros cuadrados con la leyenda "Terry es Esa persona: perfecta, valiente y la mejor"
-Gabrielle te quedó hermoso.
-Gracias Madeleine.
-El tuyo es muy lindo también Martha
Martha hizo uno para el tío abuelo, qué no tenía mucho sentido pues él no compite contra Terry, y aunque lo hiciera nunca le ganaria. Pero albertena al final del día.
-Por qué desperdicias las pinturas. Hasta donde sé Albert no participa.- dijo Gabrielle enojada.
-No, pero según se rumorea, ha estado entrenando a los chicos.
-Ay no se te ocurra insinuar qué si gana Terry, se lo debe a Albert.
-Pues sí, sí lo diré yo amo a Albert.
-Albertana cabeza dura.
-Lo qué digas no me importa. Albert es seguramente un buen jinete y estoy segura qué le ha dado buenos consejos a Terry.
-Pero Terry ganará por méritos propios. Sabe cabalgar desde los 6 años.
-Señoras ¿por qué pelean?
-Arthur amor ¿a qué horas entraste? -dijo Gabrielle caminando lo más rápido qué pudo para saludar a su marido.
-No quise interrumpirlas porque las vi tan entretenidas en sus carteles Pero ya es tarde tenemos qué irnos o no alcanzaremos un buen lugar.
-Sí ya estamos listas.
-Es para apoyar a Terry. ¿Verdad qué es lindo? -preguntaba Gabrielle señalando su enorme cartel.
-Sí mi amor, no lo niego, pero es demasiado grande. Tapara la vista de la mitad de las personas en las gradas.
-Eso mismo le dije pero ya la conoces.- intervino Martha
-Pero es para qué Terry lo vea.
-Pues no sólo lo verá Terry sino todo Londres - se burló Arthur
-Pues ingeniatelas para colocarlo a la vista de todos. Quiero qué Terry sepa qué aunque no pude estar ahí lo apoyó.- ordenó Gabrielle enojada.
-Esta bien no te preocupes. Ya veré cómo convenzo a la directora. Aunque creo qué viniendo de Richard seguro no se opondrá.
-Yo hice el mío para Albert.
-Y dale con Albert.
-Le quedó muy bien Martha y este si es de buen tamaño.-respondió Arthur
-Perfecto, le borramos el nombre y ponemos ¡TERRY ! - sugirió Gabrielle arrebatándole el cartel.
-Ni lo sueñes.
-Basta las dos. Gabrielle mejor haz otro de tamaño "normal" Y mañana se lo llevamos a Terry - regaño Madeleine.
-Sí amor. Ademas es una competencia de caballos no de criquet. Los carteles no son bien vistos
-Esta bien. Ya entendi - termino aceptando la indignada madrina de Terry
-Señoras Vamos.
-Hasta Luego Gabrielle.
-No te quedes encerrada. Lleva a Raphael al parque con su nana. Asi te distraeras.
-Sí lo hare. Pero cualquier cosa avisame. No he dormido bien con el miedo de qué algo le pase a Terry.
-Sí te prometo qué cualquier cosa te avisare. Pero a Terry no le pasara nada recuerda qué es un buen jinete.
-Esta bien. Hasta Luego.
-Hasta Luego.
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12:15 PM
Terry se encontraba en su habitación terminando de ponerse su traje de gala para cabalgar.
Se veía tan apuesto. Bueno siempre lo está pero ahora más todavía. Era un traje qué le hizo llegar su madrina desde Mónaco.
Se trataba de un traje de pantalón y camisa blanca. Guantes y botas negras de piel. Las espuelas eran de plata, pero Terry se las quitó pues odiaba lastimar a Teodora.
Su casaca era azul marino con cuello de ribete en terciopelo. Para adornar sus cuello optó por una corbata azul con un broche de oro del escudo de los Grandchester.
Al ser una competencia y para no perder visibilidad decidió recoger su cabello castaño en una coleta. Haciendo resaltar más sus finas facciones y hermosos ojos azul mar.
Definitivamente la guapura no tiene límites cuando se trata de Terry.
Una vez listo tomo la foto de su madre y le dio un beso. Ya tengo el beso de mi pecosa sólo faltaba el tuyo mamá.
Salió camino a los establos para preparar a Teodora, estaba tan concentrado qué no noto qué lo seguían hasta qué se topó con el tío Brower.
-¡Tio Brower qué gusto!
-Hola Terry, gracias por la invitación - dijo el capitán abrazando a Terry - ¿quien es el ?¿Tú guardaespaldas?
-¿Quien?
-Qué raro, caminaba detrás de ti sin quitarte la vista. Pero… ya no está.
-Tal vez era Marcus. Papá dijo qué lo pondría para cuidarme.
-No se parecía a Marcus… pero olvidemos eso. Mejor te doy esto qué estoy seguro qué te motivará para ganar.
El capitán saco un sobre de su saco y se lo dio en la mano.
Terry lo abrió ansíoso formándosele una enorme sonrisa cuando confirmo lo qué era. Su acta de matrimonio.
-Tio Brower es el mejor regalo.
-Quise entregártela personalmente. Y si quieres que Candy tenga su … para ya portar el apellido Grandchester ya puedes acudir la registro civil. Ya me encargue de eso también. En el listado de Londres ya aparece cómo Candice White de Grandchester.
-Gracias tío Brower. Este será mi mejor amuleto - dijo Terry guardando el sobre en la bolsa interna de su saco.
-No hay de qué y dime dónde está Candy?
-Es una larga historia le cuento mientras lo llevo a la fraternidad ahí podrá ver mejor la competencia.
Mientras tanto en los establos
-Duque de Grandchester un honor tenerlo aqui. Bienvenido.
-Señor Ardley un gusto verlo.
Ambos consuegros se dieron la mano.
-Quiero darle las gracias. La Hermana Gray me ha puesto al tanto de su labor aquí.
-No tiene nada qué agradecer. Lo hago por los chicos y los caballos.
-¿Dónde está Terry? Veo qué Teodora sigue sin ensillar.
-Ya no debe tardar.
-Tio Albert,.. perdón no quise interrumpir. Duque de Grandchester buenos días.- dijo Stear enterando
-Alistear, buen dia ¿Cómo has estado?
-Muy bien gracias. Espero qué usted tambien.
-Te agradesco.
-¿Qué pasa Stear?
-Albert. Ayúdanos Eliza no entiende. Otra vez quieres forzar la caballo.
-Ash esa niña - se quejó el tío abuelo sobándose la cien de la migraña qué le causaba su sobrina -. Disculpe Duque debo ir. Stear acompaña al Duque ya vuelvo.
-¿Alistear sabes dónde está Terry?. Ya faltan 20 minutos para qué inicie.
-La ultima vez qué lo vi estaba terminando de arreglarse. No debe tardar.
-Hum, Espero qué esa niña no lo haya entretenido - pensó. Después se dirigió la inventor. -Alistear, ya es muy tarde, ¿Me podrias ayudar ensillar a Teodora.
-Claro.
Mientras Stear abría la puerta de la caballeriza el Duque se quitó su saca y arremango las mangas de su camisa. Sorprendiendo al chico.
-No te sorprendas Alistear yo tambien ensillo a mis caballos no me afecta mi sangre azul.
-Lo que diga Duque.
Ambos se pusieron a preparar a Teodora. El Duque decidió romper el silencio.
-Brian me comento qué de los cuatro tu mostraste mucha disiplina y espiritu de servicio mientras estuvieron en Dublin.
-Es qué siempre he pensado qué puedo hacer algo más por los demás. Y… pues ver a esos chicos de mi edad ya enlistandos en el ejercito me parecio un acto muy noble y patriotico. Aunque no estamos en Guerra pero de estarlo honestamente no dudaria en servir a mi pais.
-Pues entonces América está segura con chicos cómo tu.
-Gracias Duque.
-Papá. - se escuchaba Terry entrando.
-¡¿Donde diablos estabas?! Aunque ya me imagino con Candy.
-Lo siento es que tuve un inconveniente.
-Permiso los dejo a solas.- se disculpa lo Stear saliendo del establo.
-Déjame adivinar Candy. ¡Te dije qué no quiero qué te distraigas!
-Papá no.
-Mira ya Alistear tuvo qué ayudarme con Teodora, Vamos qué esperas.
-Papá exageras. Faltan 10 minutos y yo seré el antepenúltimo.
-No te confíes. Ni te distraigas.
-No Papá.
El chico a regañadientes terminó por ensillar a su yegua mientras el Duque volvia a ponerse su saco.
-Ahora competiras con la mitad de Europa. Asi qué no sólo quiero qué ganes. Quiero qué les dejes una excelente impression. Seria humillante qué perdieras.
-En todo caso todo queda entre familia, digo con eso de qué tenemos parientes en toda Europa gracias a la bisabuela Vicky pues.
-¡Terruce toma las cosas en serio! Me costó mucho recuperar el honor de los Grandchester después de Las estupideces de tu abuelo. Así qué no nos pongas en ridículo.
-¡Basta! - grito Terry enojado. Estába tan harto de todas las exigencias qué ya poco le faltaba para salir huyendo, pero se acordó de Candy y se le pasó. Así qué recupero la compostura y se disculpo.
-Perdón Papá, pero es sólo una competencia.
-¿Tu crees? Bien. Sí no te importa ser el segundo y perder frente a todos haz lo qué quieras. Pero no se te olvide qué Axel compite contra ti.
-Lo sé. Cómo olvidar a ese principito. Me quiso poner en mal con su alteza Real en la última presentación de San Patricio. Yo nunca le he hecho nada.
-Porque él es un Príncipe, y tú sólo un Lord y aún así todo el reino ya rumora qué mi primogénito tiene mejores cualidades qué él. No tolera qué seas mejor qué él. Así qué está es su oportunidad para humillarte frente a Europa y demostrar qué los Hannover son mejores qué los ingleses. Así qué no lo permitas y demuestrales a todos que eres mejor qué cualquier príncipe de Hannover o del cerro. Pero insisto, si no te importa quedar en la historia cómo el Segundo.
A Terry le dieron orgullo. Cómo iba a permitir qué un Príncipe encantador humillara a un caballero inglés. No, definitivamente no.
-¿Y bien? No te estoy pidiendo nada del otro mundo ¿o si?
-Voy a ganar. Tendrás ese trofeo.
-Eso quería escuchar. Te veré desde la fraternidad. Permiso.
El chico dio largo suspiro de cansancio. Estaba tan cansado de tener qué ser el mejor para orgullo de su padre y de la familia Real.
-Teodora, si no fuera por Candy me hubiera ido con mi Madre hace mucho - dijo abrazándose a su yegua.
Teodora dio un relincho cabeceando un no.
-Tranquila te llevaria conmigo. Aunque ahora qué tienes a Royal King no estoy seguro de que te irías conmigo.
La yegua relincho y movió la cabeza asintiendo.
-Lo ves. En Londres están nuestros amores. Y hablando de almas gemelas, Candy te envió esto. Será nuestro amuleto de la buena suerte.
El chico saco un listón verde y lo trezo en la cabellera de Teodora.
-Se te ve muy. Vamos es hora de brillar.
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Jinetes y público ya estaban listos para qué diera inicio la competencia.
Terry y Axel no dejaban de mirarse con altivez. Y así sería hasta el final de la competencia.
Algúnos padres y madres en las gradas sentados y conversando entre ellos sobre su favorito.
Y otros padres en el salon de juegos de la fraternidad, quien lo hubiera dicho. En fin las apuestas estaban al tope. Los favoritos para ganar está primera etapa eran Terry, Axel y Michael. Los chicos al igual qué los adultos cuidaban de no ser descubiertos. Todo iba viento en popa.
El salto ecuestre era la primer disciplina, el domo seria el sabado y el domingo el cross country.
La hermana Gray dio un pequeño discurso de bienvenida, presentó al jurado y al príncipe Jorge (*1) qué venía en representación de la familia Real. Y finalmente cantaron el himno de Inglaterra.
Dando inicio a la competencia.
Los jinetes uno a uno pasaban y realizaban su rutina. Todos los ojos estában puestos en el competidor.
Excepto un par qué no le quitaba la vista a Terry esperando el momento para atentar contra él.
-Eliza, después de la Princesa de Asturias sigues tu, date prisa y sube.
La chica obedecio a su tio y subio de inmediato. Tomo tan fuerte las riendas qué lastimaba a su caballo.
-Eliza tranquila has practicado bien no necesitas ser dura con Astro.
-Albert, las mejores familias de Europa estan aqui. Debo dar una buena impression. -decía con soberbia la chica
-Eliza hazle caso a Albert.
-¡Cállate Neal!
-Una aplauso a la princesa del reino de España. - dijo el presentador
La princesa dio una reverencia y salio de la pista. Habia hecho una excelente rutina.
-Con el numero 68 viene desde America Elizabeth Legan.
Los espectadores voltearon a mirar a la chica pelirroja qué entraba a la pista. Era hermosa murmuraron. Pero le perdieron el encanto cuando entró a la pista.
Estaba enojada, cómo siempre, pero esta vez, también estába desesperada porque su caballo no parecia comodo.
Albert se le acercó lo más qué pudo a ella para darle instrucciones, pero no tenía permitido entrar así queo así tras los palos qué rodeaban la pista.
El caballo no obedecía y se negaba a caminar sólo trotaba en círculos.
-Obedece estúpido caballo. - decia enojada dandole mas latigazos en el lomo y en ocasiones encajandole las espueslas.
Los segundos pasaban y Eliza no iniciaba el circuito. La gente notaba como batallaba con su caballo.
Los cuchicheos empezaron a hacer eco en el lugar. Poniendo mas nerviosa y enojada a la chica.
-¿Qué le pasa a Eliza?- decía Terry a Erik qué estába junto a el.
-¿Una de sus crisis de locura?-respondió el chico.
-Eliza. Basta deja de golpearlo, sólo estás empeorando las cosas y lo estresas - decía Albert enojado
-Debe obedecer.
-¿Acaso tu lo haces? - insistía el tio abuelo. No sabia qué lo enojaba mas, qué su sobrina estuviera haciendo un circo o la forma en qué golpeaba al pobre animal. Seguro lo segundo.
-Muevete maldita sea.- gritó Eliza dándole un fuerte latigazo la caballo qué casi lo hace pararse en dos patas.
-Tienes qué calmarte. Si tu estas nerviosa el tambien ¡Entiendelo!.
-Albert tengo años cabalgando.
-Qué chica linda, pero parece qué se le zafó un tornillo.- comentó el príncipe Axel de Hannover.
-Americana.- dijo con desden el Marquez de Florence
Eliza ya lloraba de coraje y después de varios minutos finalmente el caballo comenzo el circuito. Pero como dijo Albert. Los caballos son muy perceptivos y como Eliza no dejaba su mala vibra pues….
-Cuidado - dijeron al unísono los presentes la ver cómo el caballo paraba en seco negandose a saltar El primer obstáculo.
Eliza lanzaba una maldición al pobre caballo. Qué bueno qué no se escuchaba si no qué vergüenza para los Ardley. Después un latigazo y de nuevo el caballo saltaba con torpeza.
Y asi durante casi todo el circuito. Pena ajena dio Eliza. Pero hay a qué reconocer qué se sostenia muy bien pues con tantas paradas en seco de su cabello nunca cayó.
-¡100 libras a qué se cae! - dijo uno de los padres en el salón de juegos.
-¡200! ya lo dijeron es de tierra yanqui y son buenos para mantenerse.- dijo otro
-¡150 a qué cae en el charco! -dijo otro mas
-Anotados - contestaron los gemelos.
-Lo ven, no debimos dejar que América se independizara - se burló otro. Haciendo qué el resto soltara a reír.
A lo qué el Duque sólo rodó los ojos. No toleraba las bromas clasistas y racistas. Además no podía olvidar qué algunos Grandchester apoyaron a George Washington. Y lo más importante su primogénito tenía sangre americana pero eso sí caballero inglés hasta su muerte.
Pobre caballo soportar semejante jinete. Si Albert tenia duda de desheredarla ya tenia la razón perfecta. Como deseaba entrar y sacarla de las orejas por semejante acto contra el pobre animal. Y de paso terminar con tan desagradable situación. Hasta qué Dios escuchó sus plegarias e hizo justicia.
En el penultimo salto el caballo paro en seco, Eliza cómo anteriormente lo hizo, retrocedio para tomar velocidad y volver a saltar.
Y así fue, el caballo saltó pero en corto, cayendo sobre las bardas y haciendo qué Eliza saliera disparada hacia adelante y aunque intentó sostenerse fue inutil. Su cuerpo cayó cómo muñeca de trapo sobre el Lago artificial qué había delante.
-¡Hermanita! - grito Neal corriendo hacia ella.
-Eso se llama justicia divina.- comentó Stear.
-Ya lo creo qué si. Señor García vaya por el caballo por favor. Hay qué revisarlo.
-Sí Albert, en enseguida.
Chillando de coraje y con ayuda de su hermano Eliza salía toda empapada y llena del fango de la pista. Sin duda dejo una gran impresión a los presentes qué nunca olvidarán.
Pero ni el fango, ni el agua ni el mal espectáculo qué hizo sería lo peor para Eliza. Uno de los jurados se acerco a ella para darle la noticia.
-Señorita Leagan, lamento informarle qué debido a qué no termino el circuito y el maltrato a su caballo. Usted queda fuera de la competencia.
Continuará…
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(1*) El Príncipe Jorge se convirtió en Rey después de qué su hermano Alberto abdicó. Es el padre de la reina Isabel II.
Para la ciada de Eliza me inspire en una pentatleta alemana Annika Schlue que le dio un trato indigno al caballo durante su presentación en los pasados juegos olímpicos de Tokio y pese a eso nunca la expulsaron. Pero como este es mi fic aquí si expulse a Eliza. Ya saben yo como Albert soy pro animal.
Gracias a todas por sus comentarios y halagos Australia77, EveStru1213, Carmen Grandchester, Palasatenea2018, Patty de Sazo, Carmen Grandchester, Mia Brower Graham de Andrew, Gladys, Gravv, Pequeña Pecosa, Dajimar, Daniel Mendoza de Grand, Edith Grandchester y todos los guest.
Respondiendo a sus preguntas y comentarios:
A tod s ustedes -El Capítulo Richard y Rex les juro qué llore a mares al escribirlo. Quienes tienen o han tenido una mascota y han aprendido a amarla me entienden. "Dime cómo tratas a los animales y te diré qué corazón tienes" Por eso puse la advertencia porque sabía que tod s mis lectores tienen un corazón noble.
EveStru1213 : Debo confesar qué planeaba dejar qué Archie aún amara a Candy pero después pensé "no, más lío para Terry y odio qué sufra" por eso decidí qué sean amigos y cómplices. Así que sólo deje qué aclare esa duda, qué creo en la historia original debió tener.
Australia77: Spoiler Time. Ok I must confess that the person who will suffer the fatal accident is someone Candy loves.
Pasen un excelente fin de semana querid s Canderrys un fuerte abrazo y buenas vibras.
