Capítulo 2

Tsukasa Domyoji paseaba por aquellas calles transitables de Tokio en dirección a la casa del hermano de su adorada Tsukushi. También es que no tenía otra opción. O dejaba de lado su maldito orgullo o esa noche la pasaba con los perros. Sonrió al recordar como hace tiempo su querida Makino le había dicho que era como un perro.

-.-.-.-.-

Allí estaba la casa. Todo en orden como desde la última vez que la visitó con su familia. Que recuerdos tan bonitos aquellos. Había hecho su vida junto a ella. Algo que no se hubiera imaginado cuando la conoció por primera vez. También reconocía que en aquel tiempo él era todo un macarra y sin remedio que dejaba en el hospital a cualquiera. Y ese cambio había sido gracias a ella.

-"por favor, que yo el gran y famoso Tsukasa Domyoji tenga que llegar a estos extremos por culpa de una mujer... ¿qué dices¿Cómo puedes decir eso¿Es qué ya has olvidado lo buena que te ha sido la vida gracias a ella? Chorradas... –dijo un pequeño Tsukasa vestido de demonio color rojo, su mala conciencia, frente a un Tsukasa pequeño color blanco vestido de ángel- dime¿qué es lo bueno qué le sucedió? Porque más bien fue al contrario, por culpa de un chico, ese tal Jumpei, casi estuvo en peligro de muerte... eso es porque si fuera más blando y más comprensivo, y sobre todo más claro con sus sentimientos, Jumpei no les habría engañado... tonterías... oh vamos, el amor que sientes hacia Tsukushi te ha hecho otra persona mejor Tsukasa... te han dado cinco hijos maravillosos... que podías haberlo conseguido con otra mujer, con Sakurako o incluso con Shigeru... pero él no las amaba no me fastidies hombrecito de bata blanca, la estirpe Domyoji nunca se ha casado por amor, y los padres nunca están en casa y nunca están juntos pero el caso de Tsukasa es distinto. Él se ha enamorado desde el principio de Tsukushi solo porque le recordaba a su hermana. Quería tener a alguien para siempre a su lado para poder pelearse y enfadarse. Solo se interesó por ella por eso, simplemente... mentira, eso es masoquismo, y Tsukasa por muy gilipollas que sea no lo es en este caso... pues amigo es la verdad... no lo es... sí... no... sí... no... sí... no..." ¡BASTA YA! –gritó el hombre casi fuera de control- ¡fuera de mi mente!

Ya estaba harto de escuchar aquella conversación de su conciencia. Él y solo él tomaría la decisión acertada como siempre lo había hecho en los negocios y que le habían llevado al éxito.

Decidido y lleno de confianza tocó la puerta de aquella casa.

Y fue ella misma quien abrió la puerta quedándose totalmente sorprendida. Mirándose directamente a los ojos durante unos minutos, viéndose el uno en el reflejo del otro.

Tsukushi estaba tan sorprendida de verle allí. Pensaba que era un espejismo. No podía ser él. Era imposible. Ella no quería verle nunca más. Aquella había sido la decisión que hace tiempo había tomado. Así que asomó su cara dura frente a él.

-lo siento... pero creo que se ha equivocado de puerta... –decidida a cerrarle la puerta en las narices tratándole como un desconocido cualquiera, sin embargo el hombre detuvo a tiempo aquella acción- déjame en paz, maldito desgraciado... la casa de Sakurako está al otro lado de la ciudad.

-¡maldita sea Tsukushi! –golpeando la puerta con fuerza por sus palabras- Sabes muy bien que no la estoy buscando... que vine a por ti...

-Domyoji... ¿acaso has olvidado que para ti soy Makino? Así que no vuelvas a llamarme Tsukushi nunca jamás...

-no sé si lo has olvidado pero... por si no recuerdas ya no eres Makino, eres Tsukushi Domyoji, mujer de Tsukasa Domyoji... –eso hizo que la mujer se contrajera un poco y el hombre sonrió con satisfacción al ver que sus palabras hicieron efecto en ella- no puedes negarlo... sigues siendo mi mujer con todos los derechos...

-no por mucho tiempo... –cortándole fríamente. Sacó algo del recibidor de su casa. Un sobre grande y grueso de color marrón, tendiéndoselo- quiero que lo hagas de inmediato... ya te aviso que no quiero ni un yen tuyo... y los niños se quedaran contigo... no quiero tener ya nada tuyo, absolutamente nada... –con lágrimas. Iba a cerrar nuevamente la puerta, y Tsukasa volvió a interceptar esa acción, lo que era más, había entrado en la vivienda y la había cerrado de un golpe seco- Domyoji... –viendo como sus ojos volvían a ser asesinos- por favor vete... no quiero verte más... por favor déjame respirar de una vez...

-es un acta de divorcio¿no? –preguntándole directamente totalmente rabioso- pues no pienso firmar nada... –y acto seguido rompió en dos aquel sobre tirándolo con violencia- no permitiré que te alejen de mí... nadie te alejará de mí y menos unos insignificantes papeles... ¡TÚ ERES MÍA!

-por favor... –suplicándole intentando aguantar las lágrimas que eran inevitables- Domyoji... ya no puedo más... vete de mi lado... deja rehacer mi vida...

-¡NUNCA! –gritándole encolerizadamente- he tenido que luchar mucho, sacrificar muchas cosas para poder tenerte y casarme contigo... ahora no permitiré que por culpa de un asunto de faldas equívoco, nadie, absolutamente "nadie" te llevará de mi lado... de lo contrario, lo mataré... lo perseguiré hasta el fin del mundo si hace falta y lo despellejaré... y sabes que soy capaz de hacerlo... aunque sea Rui...

La mujer empezó a asomar pequeñas lágrimas cayendo libremente por su tez ligeramente bronceada.

Eso bastó para que Tsukasa se ablandara un poco mirándola con tristeza. Aquellas lágrimas siempre habían tenido un efecto instantáneo sobre él.

-por favor, no llores... ya sabes que no me gusta verte llorar...

-nunca he dado indicios para llorar Domyoji... siempre que lloraba de tristeza... "siempre" era por tu culpa... ¡POR TU CULPA SIENTO ESTA PENA QUE ME MATA! –mirándole angustiadamente con más y más lágrimas.

Eso noqueó definitivamente al hombre que dio un paso para atrás involuntario y lleno de tristeza abandonó la casa dejándola sola y con su pena.

Tsukasa dio un último vistazo a la casa y volteó su mirada hacia el centro cerrando los ojos tristemente pensando y recordando, aunque no los momentos felices sino los momentos dolorosos por los que Tsukushi tuvo que afrontar y que como ella había dicho todos y cada uno de ellos estaban relacionados con él. Ya fuera de una forma u otra, él siempre estaba inmiscuido.

o.o.o.o.o.o.o.o.o.o

Llegó a la puerta de su enorme casa de color marfil donde la veía fría y solitaria a pesar de que en esos momentos había gente.

¿Por qué sería ese sentimiento¿Por qué la calidez de su Tsukushi se había ido para siempre?

La puerta principal se abrió y un niño rubio muy pequeñito corrió a recibirle, echándose a sus brazos, el cual Tsukasa cargó.

-hola papito... ¿qué tal? –preguntó inocentemente el niño, inocente como su madre solía ser en su juventud, pensó Tsukasa- ¿y mamá? –mirando a su alrededor- tía Tsubaki dijo que la traerías... ¡ah¿Sabes? Me hizo okonomiyaki. –siguió hablando el niño como si nada.

En la puerta se encontraban una mujer hermosa con un adolescente igual al pequeño. Ambos miraban escena de padre a hijo.

-Takeru, ven... –pidió Yamato- la tía quiere hablar de algo muy importante con papá...

El niño abandonó los brazos de su padre, como niño buen obediente cogiendo de la mano que su hermano tenía.

-vamos... –le dijo.

-Yamato hijo... –llamó Tsukasa desde las penumbras con un rostro inexpresivo.

-sí, padre...

-quiero que... de ahora en adelante, como mi heredero, te encargues del negocio durante una temporada.

Yamato se sorprendió y a la vez tembló de miedo por el cargo que le había dado su padre, pues nunca había trabajado en la empresa. Ni siquiera sabía como funcionaba aquello (no me extraña, porque yo tampoco lo sé :P) pero si su padre se lo pedía así, significaba que las cosas estaban peor de lo que pensaba. Que su madre había dejado las cosas bien claras. Así que asintió.

Echó una mirada a su tía que miraba muy seriamente a su padre que seguía inexpresivo.

-por favor tía... no seas severa con él... –pidió el joven hijo de Tsukasa y desapareció de allí con su hermano pequeño.

Tsubaki miraba con los ojos entrecerrados. La expresión de su hermano lo decía todo. Además que había venido solo.

-me odia... –empezó Domyoji- me odia con todas sus fuerzas... –con voz quebradiza- no me lo dijo, pero parecía... hasta pidió un acta de divorcio... ¿por qué hermana? –mirándola y entonces la mujer vio por primera vez en su hermano lágrimas de amargura- yo la quiero... la quiero mucho... y ella me ha rechazado como... como una vil rata...

A pesar de ser como era, y ser quien era, era humano después de todo, por lo que empezó a llorar como lo había hecho antes "su" Tsukushi. Era tan terrible recordar que por culpa de una chica, por algo que ocurrió sin querer perdiese algo tan valioso. Eso demostraba que Tsukushi era más sensible de lo que creía. Que tras la fortaleza que ella aparentaba tener, se encontraba un corazón tierno y delicado que podría romperse en cualquier momento.

Entonces, repentinamente Tsukasa se sorprendió al sentir algo cálido y lleno de confort dándole cariño y ternura, pero sobre todo apoyo. Levantó la vista y se encontró a su hermana que le abrazaba como siendo que era. Su hermanito pequeño que había cuidado durante años.

-llora... llora si lo necesitas... siempre te apoyaré hermanito... siempre estaré a tu lado para ayudarte en lo que sea...

o.o.o.o.o.o.o.o.o.o

A la mañana siguiente:

-señora... –dijo uno de los criados a Tsubaki- el señor no ha querido levantarse... no responde a nuestros llamados...

-dejadle... dejad que esté solo... –y antes de tomar el café observó a sus cinco sobrinos, todos deprimidos y angustiados. Ellos ya se habían enterado de todo, y alguno que otro estaba confundido, como el pequeño de los cinco- venga chicos, debéis animaros... –dijo su tía con una media sonrisa- ¿acaso queréis recibir así a Rui, Soujiro y a Akira?

-la verdad es que no tengo ganas de ver a nadie –dijo un deprimido Kouji.

-venga no digáis eso... eh... Narumi pon la tele, a ver si estos chicos se alegran un poco... –la doncella hizo lo pedido donde echaban los típicos programas infantiles de la mañana que consiguió atraer especial atención de inmediato del pequeño Takeru, y los otros poco a poco iban tomando atención, sobre todo cuando el programa de entretenimiento infantil finalizaba para dar una serie manga como la que estaban echando (¿y cuál? A vuestro gusto)

Tsubaki suspiró aliviada. La televisión había conseguido que se olvidaran del problema y de todo. Lo malo es que ahora no sabía como hacer para que dejaran de estar hipnotizados ante la serie manga y siguieran desayunando para ir a clase. Ese era el problema en ese momento.

-"noticia exclusiva... –dijo un hombre interrumpiendo que el programa continuara dando un avance de noticias- se ha dado a la luz de que la mujer del presidente del consorcio financiero, Tsukushi Domyoji, ha sido vista con otro hombre varias veces, incluso noches en un hotel... –todos se sorprendieron sin excepción- al parecer la señora Domyoji vive en el antiguo apartamento de su hermano... ¿acaso será un indicio de que el matrimonio Domyoji esté separado¿O quizás la señora Tsukushi Domyoji tenga un amante que su marido ignora?" –Tsubaki apagó la tele de inmediato jadeando ante lo oído. Y lo que era peor, aquello no era una broma, pues se habían visto vídeos e imágenes donde Tsukushi estaba muy feliz y alegre, pero lo que le sorprendía era el otro... pues lo conocía muy bien. Miró a sus sobrinos que estaban boquiabiertos. Nunca se podrían haber imaginado a su madre con otro.

-señora... –apareciendo una criada por la puerta respirando con fuerza como si hubiera corrido como una loca- ahí fuera hay un montón de gente de la prensa y dicen querer hablar con el señor...

-¡dios mío! –exclamó la mujer al ver que aquellos buitres no habían perdido el tiempo.

-¿QUÉ SIGNIFICA ESTO! –apareciendo Tsukasa al otro lado de la puerta con los ojos echando chispas, el cual su hijo pequeño se asustó y corrió a alguno de sus hermanos más cercano- ¿QUÉ HACE TSUKUSHI CON JUMPEI¡¡LO MATARÉ!

Nubes negras surcaron por todo Japón convirtiendo aquel día de primavera en uno gris y oscuro donde algo horrible podría suceder en cualquier momento.

CONTINUARÁ...

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Notas de la autora:

Por fin he subido el segundo capítulo y eso que lo tenía hecho y listo desde hace tiempo. Dependiendo de los reviews que me dejéis subiré el siguiente de inmediato que también lo tengo preparado.

Agradezco de todo corazón a las personas que me dejaron un review. Muchísimas gracias.

'Atori'