Antes de ir con este capítulo, quiero pedir disculpas por mi larga ausencia... He tenido algunos contratiempos, además de vacaciones, pero en ellas aproveche de escribirles muchísimo... Ahora les dejo la continuación del capitulo, con el final de la batalla,

En el próximo capitulo ( 9 ) y poco a poco los llevaré en un desvío de la historia...

El 10... tratará será como una historia extra dentro de este fic.. donde los protagonistas... pues... bueno.. luego se darán cuenta de quieres son jejejeje.. Será un solo episodio, un poco más largo... de regalo por la demora jajaja..

Bueno acá les dejo el Capítulo 8

Y recuerde que Inuyasha, es creación de Rumiko T... mi idola.. jajaja

Capítulo Anterior:

Vio con horror como el gigantesco dragón de luz descendía sobre él, con sus monstruosas fauces abiertas con ferocidad... dispuesto a tragarlo...

"Te mostraré el verdadero terror... de contemplar a la Muerte descender sobre ti..."... Inuyasha recordó aquellas palabras... comprendiendo demasiado tarde... su verdadero significado...

Ya es suficiente... – murmuró la youkai – Este juego... llegó a su final... – anunció elevando su espada... apuntando hacia Inuyasha...

Capítulo 8: Un pasado que continúa latente en nuestro corazón

Inuyasha! – grito Ahome desesperada, no se atrevía a lanzar otra flecha, el dragón de luz estaba muy cerca del él y su poder espiritual podría alcanzar al hanyou causándole un mayor daño...

"Esa cosa va a tragarme..." pensó Inuyasha con horror... casi inconsciente, a causa del daño que le provocaban las descargas de energía...

Ahome... – susurró Inuyasha, casi vencido...

Bien Inuyasha... – dijo la youkai... – Acabemos con esto... – añadió elevando su espada y realizando con ella extraños movimientos, creando numerosas estelas de luz que formaron un desconocido símbolo, muy similar a la escritura China...

Qué esta haciendo? – preguntó Shippo

Creo que algún tipo de... conjuro – contestó Miroku inseguro...

Parece estar escribiendo algo... – comentó Sango

Es una técnica milenaria, utilizada sólo por el Clan Dragón – informó Mioga...

Pero qué significa... – preguntó Ahome con voz temblorosa...

La youkai concluyó su escritura y elevó su espada en lo alto, cerrando los ojos, y pronunciando palabras en un desconocido idioma... Una brillante luz verdosa, rodeó nuevamente a la espada...

De pronto, el gran dragón de luz que estaba sobre Inuyasha, desapareció repentinamente, sin dejar rastro alguno de su presencia...

Inuyasha cayó al suelo boca abajo, inconsciente y completamente agotado por la batalla...

Inuyasha... – murmuró Ahome al verlo caer y corrió hacia él... – Inuyasha... Inuyasha... – llamó, dándole la vuelta y abrazándolo, escuchó que emitía un leve quejido y le acomodó la cabeza sobre sus piernas... "Esta vivo..." pensó con alivio...

Porqué le perdonaste la vida... – preguntó Miroku a la youkai

Yo no le perdoné nada... – contestó con calma... – Su vida jamás estuvo en peligro...

Cómo dices eso... si no hubiera lanzado aquella flecha, Inuyasha ahora estaría muerto! – reclamó Ahome con lagrimas y sin temor alguno ante la mujer demonio...

Estás segura de eso? – indagó mirándola con fijeza

Qué quieres decir... – preguntó confundida

Si realmente hubiera sido mi intención acabar con su vida... ni cien flechas tuyas, habrían sido suficientes para impedirlo... – explicó

Ella dice la verdad Ahome... – dijo Mioga saltando sobre el pecho de Inuyasha – El amo Inuyasha se encuentra a salvo, sólo esta agotado por las energías que le absorbió el dragón de luz...

Dices, que el dragón únicamente, le absorbió sus energías? – preguntó Sango

Exacto!. Si Lady Ryutzuki, hubiera querido matar al amo Inuyasha, él ya estaría muerto...

Entonces... realmente sólo querías comprobar su poder? – preguntó Miroku

Así es... Lo dije desde un comienzo... – respondió

Yo sabía que ella no era malvada – comentó Keiko con alegría, quien se encontraba montando a Kirara, la Youkai la miro devolviéndole la sonrisa.

Inuyasha... – susurró Ahome, al percatarse de que el hanyou comenzaba a reaccionar...

Qué sucedió... – indagó confundido... – Creí que ese dragón había acabado conmigo...

Fue muy interesante luchar contigo Inuyasha... Pude darme cuenta que tu poder es grandioso... Imagino que por ello eres el dueño de Tetsasuiga... – declaró la youkai... – No obstante, debes continuar creciendo, para llegar a ser un guerrero legendario... Como lo fue tu padre... – todos la miraron con incredulidad...

Acaso ahora pretendes burlarte de mí?... – preguntó Inuyasha molesto

Claro que no – respondió con una sonrisa divertida – Me doy cuenta de que no tienes seguridad en ti mismo...

Uhm... en eso ella tiene razón... – comentó Shippo pensativo, recibiendo un coscorrón... – Todavía no terminas de recuperarte, y ya me estas golpeando animal!

Callate!... – le gritó a Shippo, para luego dirigirse a la youkai – No me interesa lo que pienses... Pero quiero que sepas que detesto que me compadezcan! – murmuró con furia

No acostumbro a compadecerme de mis adversarios... Cuando lucho con mis enemigos no siento compasión, odio, y mucho menos remordimientos, simplemente lucho con el único objetivo de aniquilarlo... – dijo con severidad – Las emociones jamás deben interferir en una batalla Inuyasha... ellas sólo debilitan, haciéndote vulnerable... Es imprescindible que tu mente, tu cuerpo, tu poder y todo lo que te rodea, estén en perfecta armonía, concentrados en derrotar a tu adversario... – explicó con severidad...

Entonces porque no me mataste... – preguntó

Tú no eres mi enemigo... y sólo deseaba tener un encuentro con el hijo de un antiguo amigo de mi padre... – contestó acercándose a él – Y cuando te dije que combatías bien, era por esto... – indicó una pequeña rasgadura en su manga izquierda... Inuyasha se puso de pie...

Y eso que...? – pregunto algo enojado, sin comprenderla

Es usted muy hábil Amo... – comentó Mioga

Pero que demonios dices... si apenas y rasgue su ropa – le gritó

Amo Inuyasha... durante la época en que conocí a Lady Ryutzuki, ninguno de sus enemigos logró causarle ni un rasguño... – explicó la pulga

Qué! – dijeron todos al unísono

El anciano Mioga tiene razón, mis oponentes no tuvieron éxito al intentar dañarme... Todos... menos uno... – añadió casi para sí misma... – Ahora ya son dos... – concluyó sonriendo, ante la mirada llena de confusión del hanyou... – Bueno... Es hora de irme... – anunció, cuando ya se alejaba con tranquilidad...

Espera!... Pero adonde vas? – preguntó Inuyasha

Aún tengo asuntos que resolver... Pero te aseguro que volveremos a vernos muy pronto Inuyasha... – dijo sin voltear, y continuó su camino...

No sé que piensen, pero todo esto fue muy extraño – comentó Sango...

Sí, tienes razón... – concordó Miroku rascándose la cabeza...

Inuyasha, ya te sientes mejor? – preguntó Ahome preocupada

Sí Ahome, es muy extraño pero... siento como si nada hubiera pasado

A que te refieres...

Mientras luchaba, sentía como mi cuerpo era herido por el poder de Ryutzuki, pero estoy intacto, no tengo ni un rasguño y he recuperado toda mi energía... Que significa eso Mioga?... – preguntó... sin recibir respuesta – Mioga?... AY! Esa pulga cobarde ya se largó! – gruñó

La señorita Ryutzuki es muy linda, buena, y es muy fuerte... – comentó Keiko con admiración, mirando en la dirección donde la youkai se había marchado...

Sí... tenias razón Keiko... es muy bonita – dijo Shippo – Me sorprende que Miroku no le haya pedido tener un hijo...

Uhmm estas en lo cierto... Todo pasó tan rápido que no me dio tiempo de preguntárselo – se lamentó el monje cabizbajo – Pero aseguró que volveríamos a verla... Cuando llegue ese afortunado momento, no perderé la oportunidad – dijo con determinación, pero recibiendo de inmediato un fuerte golpe en la cabeza

Ni se le ocurra hacer semejando tontería... Monje descarado... – dijo Sango, arrastrando las palabras con furia...

Maldición, Sólo hemos perdido el tiempo... Ya vámonos – ordenó Inuyasha reanudando el viaje, seguido por los demás... Ahome se detuvo un instante, al sentir un extraño escalofrío recorrer su espina... "Es una presencia maligna... me parece conocida... pero..." – Ahome date prisa!

Sí... ahí voy... – contestó corriendo hacia ellos... "Sólo es mi imaginación..."

Conque... Lady Ryutzuki... Creo que esto va a ser mucho más divertido de lo que pensé... – murmuró un niño albino de sonrisa malévola, que se encontraba oculto en un campo de energía no muy lejos del grupo...

La solitaria silueta de un niño se desplazaba por un espeso y oscuro bosque, algunos insectos venenosos volaban cerca de él...

Kohaku... esta todo listo? – preguntó una voz tras el niño,

Sí, Señor Hakudoshi... – respondió inexpresivo – El Señor Naraku, me indicó donde se encontraba La Gruta de los Tres Demonios.

Muy bien... Démonos prisa...

Salieron del bosque, encontrándose frente a la entrada de una enorme cueva, la cual se encontraba protegida con numerosos sellos espirituales, Hakudoshi se acercó y movió su mano con rapidez, cortando ninguna dificultad los poderosos sellos...

Que protección más absurda... los humanos son muy ingenuos... – comentó burlón – Muy bien... ahora prepararé una espléndida recepción para nuestro querido Inuyasha y sus amigos... – indicó con una desagradable sonrisa. Kohaku sólo lo miro fríamente, con un casi imperceptible destello de odio... – No te agrada la idea Kohaku? – preguntó divertido, sin mirarlo.

Mi opinión no interesa Señor, yo sólo estoy para obedecer ordenes... – contestó inexpresivo.

Una astuta respuesta... Entonces continuemos... – ordenó y ambos entraron a la cueva.

Otra solitaria y triste silueta femenina, deambulaba por el oscuro bosque, mientras que numerosos espectros con forma de serpientes, volaban a su alrededor, llevando consigo las vitales almas que introducían en su falso cuerpo... creado con barro y huesos... único medio que le permitía continuar con su mortal misión en este mundo...

La sacerdotisa se detuvo, sus fríos ojos se abrieron con horror, dio media vuelta mirando hacia un indeterminado lugar...

Imposible!... El sello sagrado se ha roto – murmuró con incredulidad y temor

Rato después llegó a la entrada de la enorme cueva, se agachó para recoger un trozo de papel que contenía unas escrituras, pero éste se incendió en su mano, evaporándose en segundos.

Pero, quien habrá hecho esto?... – preguntó en voz alta

Me doy cuenta, de que realmente posees un gran poder... – comentó una voz a su espalda – Pudiste percatarte de la desaparición de ese inútil sello...

Fuiste tú?... – preguntó con frialdad mirándolo de reojo – Tú quitaste el sello para liberar a los tres demonios?... Responde! – exigió dándose la vuelta para mirarlo cara a cara.

Así es Kikyo... – contestó el niño albino, sin inmutarse ante la sacerdotisa

Quién eres y qué pretendes...? – preguntó en voz baja – Puedo darme cuenta, de que eres un ser creado por Naraku... Acaso pretende utilizar esos demonios, para intentar eliminar a Inuyasha? – preguntó con voz amenazante

Eres muy astuta... Y sobre todo un obstáculo para Naraku... es una lástima que no lograra matarte... – comentó con una sonrisa – Mi nombre es Hakudoshi, y soy el hijo ilegítimo de Naraku... Con respecto a mis planes... es posible que éstos incluyan a tu querido Inuyasha, aunque de nada te serviría saberlo...

Kikyo lo miró con odio, tomó una de sus flechas apuntando al niño, el que sólo sonrió más abiertamente. La sacerdotisa entrecerró los ojos y sin dudarlo lanzó la flecha contra él, sin embargo no logró dar en el blanco, ya que Hakudoshi desapareció antes de ser alcanzando por su ataque.

No te impacientes Kikyo... Ahora que tenemos la seguridad, de que aún sigues con vida, con gusto formarás parte en nuestros planes – informó la voz del maligno niño, dejando escuchar una desagradable y burlona risa.

La fría e inexpresiva mirada retornaron al bello rostro de Kikyo, dio media vuelta, alejándose con lentitud, de aquel lugar.

Esto es el colmo!... Apenas y hemos caminado unas cuantas horas y ya quieren descansar. De esta forma jamás llegaremos a la aldea de esta chiquilla! – alegaba Inuyasha, malhumorado como de costumbre. Pero todos estaban ocupados en sus propias labores, por lo que no le prestaban la menor atención, eso lo enfureció aún más – Demonios!... Nadie me están escuchando!... Cómo detesto que me ignoren! – reclamaba

Abajo! – gritó Ahome, que llegaba cargada con algunas botellas de agua fresca

Maldición... Deja de hacer eso Ahome! – gritó

Y tú deja de comportarte como un niño malcriado – lo regaño enojada – No haces nada útil, y has estado hablando tonterías, mientras nosotros hacemos todo el trabajo! – concluyó. Inuyasha sólo la miró asustado

Feh! – exclamó, sentándose cruzado de brazos y volteando la cara para ocultar su enrojecimiento.

Es un tonto – murmuró Shippo, que venia cargando algunos leños acompañado de Keiko y Kirara que sólo emitió un pequeño maullido...

Siempre están peleando... – comentó Keiko – Pero no pueden ocultar que se quieren mucho – agregó sonriente. Shippo le dirigió una sorprendida mirada

Para ser una niña tan pequeña, eres muy lista Keiko – dijo

Gracias Shippo... – contestó sonriéndole con ternura, lo que sonrojo al zorrito.

Todos estaban sentados alrededor de una pequeña fogata, comiendo los pescados asados que un muy servicial Inuyasha, había salido a cazar. Ahome buscaba algo en su mochila, poniendo cara de pesar al no encontrarlo.

Se me acabó la medicina para Keiko... – dijo mortificada – Tendré que buscar en los alrededores algunas hierbas que me sirvan para reemplazarla

Vamos... yo te acompaño – anunció Inuyasha con seriedad, poniéndose de pie.

Sí – contestó casi como un susurro, imitando su acción.

Ahome no pudo evitar el tímido rubor que cubrió sus mejillas, al pensar que estaría a solas con Inuyasha. Desde que llegaron de su época, no habían tenido oportunidad de estar solos, por lo que no pudo evitar la sensación de nerviosismo, extrañaba los brazos protectores de Inuyasha y sobretodo de la calidez de sus besos.

Apenas y se habían alejado una corta distancia, cuando Inuyasha se detuvo olfateando el aire, al costado aparecieron, como de la nada, un par de serpientes cazadoras de almas. Inuyasha se volteó hacia ellas, no sin que Ahome alcanzara a notar su expresión de nerviosismo y ansiedad.

"Es Kikyo... algo debe estar sucediendo... " – pensó Inuyasha.

"Kikyo... No puedes disimular tu deseo por verla... no es así Inuyasha?... Tus ojos son demasiado claros e inocentes para ocultar tus sentimientos..." – pensó Ahome, mirando con tristeza la espalda de Inuyasha.

Ve con ella... – susurró. Al escucharla Inuyasha se dio la vuelta y la miro boquiabierto por sus palabras

Qué? – preguntó, para asegurarse de no haber escuchado mal.

Que sigas a las serpientes caza – almas, Kikyo debe tener algo importante que decirte – explicó con sorprendente calma

Ahome... estás segura? – preguntó, escudriñando el rostro de la chica en busca de enojo o tristeza...

Por supuesto... Confío en ti Inuyasha – contestó con una tierna sonrisa

Esta bien... Volveré enseguida – dijo devolviéndole la sonrisa, para luego seguir a las serpientes.

La sonrisa de Ahome poco a poco fue desapareciendo... mientras que una profunda tristeza, opaco sus lindos ojos, que continuaban mirando el lugar por donde Inuyasha se había ido...

"No entiendo porque me siento tan triste... Después de lo que ha sucedido entre nosotros, no debería sentirme así... pero... Inuyasha... tu mirada..."

Ahome!. Qué ocurrió, a donde fue Inuyasha? – preguntó Sango, sacándola bruscamente de sus pensamientos, la vio al llegar junto a ella seguida por los demás.

Me pareció ver a las serpientes de la señorita Kikyo... – comentó Miroku con cautela

Así es... ellas vinieron en busca de Inuyasha – contestó con voz neutral

Queeé? – exclamaron Sango y Shippo

Ese perro es un idiota!... Cómo se le ocurre ir a ver a esa mujer, y dejar sola a nuestra Ahome! – dijo Shippo con furia.

Y permitiste que se fuera Ahome? – preguntó Sango con enfado

Sí, es posible que Kikyo tenga algo urgente que decirle, o esté en problemas y necesite su ayuda – explicó con demasiada calma

De todas maneras, me sorprende que le permitas ir a verla... como si nada... – comentó su amiga

La situación entre Inuyasha y la señorita Ahome está aclarada... Por ello pienso que no hay de qué preocuparse. Y como bien dice Ahome, tal vez la sacerdotisa Kikyo tenga algo importante que informar a Inuyasha... – comentó Miroku con tranquilidad

De todas formas Excelencia, y sea por el motivo que sea, no apruebo su acción – dijo

Yo tampoco – añadió el zorrito

Señorita Ahome... se encuentra bien? – preguntó extrañado por su silencio

Sí – contestó con seguridad

Bueno... Al parecer, has tomado tranquilamente la situación – comentó Sango más calmada

Como bien dijeron, todo esta aclarado entre Inuyasha y yo... – dijo aún sin moverse un centímetro y viendo en la misma dirección – Pero, aún siendo así, no soy quién para gobernar su vida, o impedir las decisiones de Inuyasha... – aclaró perdiendo un poco su firmeza, ya no tenía fuerzas para disimular el tono amargo y triste de su voz...

La movilidad pareció retornar al fin a su cuerpo, sin ver a sus amigos, continuó caminando por el sendero, más por la necesidad de alejarse de ellos, que por buscar de las hierbas que necesitaba. No quería que se preocuparan por su estado de ánimo.

Todos la miraron con tristeza, permanecieron en silencio, sin intentar detenerla, comprendiendo que a pesar de su aparente calma, Sí estaba afectada por lo ocurrido.

Voy con ella... – anunció Shippo, pero es detenido por una mano en su hombro

No es buena idea pequeño Shippo – le pidió Miroku – La señorita Ahome necesita estar sola. Esta situación debe ser muy penosa para ella.

Inuyasha corría velozmente tras la serpiente, la cual se internaba cada vez más en lo profundo del bosque, la luminosidad del día iba desapareciendo a medida que avanzaba, debido a la enorme altura y espesor de los árboles. La serpiente disminuyó la velocidad, eso le dio a entender que Kikyo estaba cerca, pero luego desapareció. Inuyasha se detuvo confundido, no entendía lo que ocurría y no tenía idea qué camino seguir. En ese momento la sacerdotisa se materializó en la rama baja de un gran árbol, a unos metros más adelante. El hanyou se acercó a ella, contento de que se encontrara a salvo.

Inuyasha... Me alegra que vinieras – dijo la joven con suavidad

Cuando vi a tus serpientes, pensé que algo te había ocurrido y vine para asegurarme de que estés bien – comentó – Me alegra que te encuentres a salvo Kikyo.

Inuyasha debo contarte que Naraku, está al tanto que aún sigo con vida. – informó

Es por eso que debes tener mucho cuidado Kikyo, estoy seguro de que ese infeliz intentará matarte nuevamente – dijo con rabia

No sólo a mí Inuyasha... También está planeando acabar con todos ustedes – informó, ante la sorprendida mirada del joven hanyou.

Qué quieres decir?

Un ser creado por Naraku, llamado Hakudoshi, ha roto el sello sagrado de la Gruta de los Tres Demonios.

Qué?. La gruta de los Tres Demonios?

Estoy completamente segura que Naraku, los ha puesto en libertad con el objetivo de acabar con todos sus enemigos – explicó – Debes tener mucho cuidado Inuyasha, esos demonios pueden atacarlos en cualquier momento.

Ja!. No debes preocuparte Kikyo, acabaré con esos demonios, antes de lo que imaginas – dijo con determinación

No te confíes Inuyasha, esos, no son demonios ordinarios – advirtió con gravedad

A qué te refieres?

Esos demonios poseían una maldad y poderes increíbles – explicó – Muchas vidas se sacrificaron, antes de que fueran sellados en aquella gruta. Lamentablemente no poseo información, que pudiera servir para derrotarlos.

Descuida Kikyo, intentaré averiguar quienes son – dijo con tranquilidad – Te agradezco, que me contaras todo esto.

No voy a permitir que el demonio Naraku, se salga con la suya – respondió con rabia – Y mucho menos que logre hacerte daño Inuyasha.

Kikyo... – susurró mirándola fijamente

No permitas que nadie te arrebate la vida, Inuyasha... sea quien sea... – le advirtió con suavidad, mientras su imagen desaparecía - Tu vida... es únicamente mía...

Kikyo... espera... que... – se detuvo, ella ya se había marchado.

Lejos de aquel lugar, la femenina y elegante figura de Lady Ryutzuki, se desplazaba a través de un interminable camino de piedra, tan increíblemente angosto, que sólo uno de sus pequeños pies consumía el espacio, pero la youkai caminaba con gracia e inmutable tranquilidad, sin siquiera mirar en lugar que debía pisar. En ambos costados del extraño sendero, a varios metros, se distinguía un impenetrable muro de granito. Sobre él, muy arriba, una tenue luz se filtraba por las rocas, la que apenas y permitía ver el sendero, bajo este todo era de absoluta oscuridad, dado que la profundidad era incalculable.

Al llegar al final del camino, una enorme puerta de acero impedía el paso, en ella sobresalían las figuras de dos grandes dragones, se miraban frente a frente. Ambos, sostenían con sus garras delanteras una gran roca escarlata, que parecía ser una joya.

Ryutzuki desenfundó su espada, y la sostuvo en alto, lentamente se elevó del suelo rocoso, hasta quedar a la altura de la joya, la cual tenía una pequeña rendija en su centro, la youkai introdujo su espada en la abertura, activando un mecanismo que iluminó la joya, hasta hacerla casi cegadora, pero sin causar el menor efecto en ella. Quitó su espada y la enorme estructura comenzó a crujir, separando la joya a la mitad, a medida que las puertas se iban abriendo.

De nuevo en el suelo, la youkai continuó su camino, ingresando en una amplia habitación, bellamente iluminada. El techo era un gigantesco vitral, con docenas de imágenes de dragones guerreros y humanos, tanto soldados, como sacerdotisas y monjes. Esto significaba que el vitral contenía la leyenda del pacto, hecho entre aquella milenaria raza de Dragones Adalid y los humanos. Desde el ventanal, descendían cientos de suaves estelas con todo tipo de colores, brindándole un toque mágico a ese gran salón sagrado.

En ambos costados del pasillo, se podían ver muchas esculturas hechas de mármol, de los ancestros de Ryutzuki, los más grandiosos dragones. Cada uno de ellos, poseía una joya, de distinto tipo, adornando sus frentes. Habían además, muchos pergaminos con escritos casi tan antiguos como la vida, grandiosos tesoros y una innumerable cantidad de todo tipo de armas, especialmente espadas. La youkai caminó hasta el fondo de la habitación, donde pronto se hizo visible la imponente figura de un colosal dragón, al verlo era claro que se trataba del patriarca, su poder y sabiduría parecían casi tangibles, a pesar de ser una escultura. La joven hizo una ceremonial reverencia, para después arrodillarse frente a la imagen.

Mi Gran Señor, he venido a pedir humildemente, me concedas tu venia y tu poder... para infligir al Dragón Alastor, cómplice de quebrantar nuestro Sagrado Pacto - declaró con respeto y solemnidad – La Condena Eterna, debe ser su castigo... – enfatizó con firmeza.

La joya escarlata, que poseía sobre su frente, la gran estatua del Dragón, comenzó a brillar, lanzando una estela de luz, la que envolvió a Ryutzuki.

Lady Ryutzuki... – murmuró una voz grave y serena, que parecía provenir de la gran estatua – Posees la seguridad y sabiduría, para imponer una justa condena?

Sí, mi Gran Señor – contestó – Su traición fue padecida por todo nuestro Clan, al ser condenados al encierro en Las Grutas de Enma-Ho, por su propia mano y la del Espíritu Dragón Ryuukossei, quien hace poco fuera eliminado por un ser híbrido, llamado Inuyasha.

Un ser híbrido? – preguntó con enojo – Es indigno que un Dragón pierda la vida a manos de una raza inferior. Lady Ryutzuki, ese híbrido debe ser eliminado... – ordenó ante la sorpresa de la youkai.

Te pido me perdones mi Gran Señor, pero no puedo cumplir vuestra orden – negó con cautela y respeto – Ese ser híbrido, es el segundo hijo del gran General InuTaisho.

Hijo de InuTaisho?... Uhm... Entiendo... – dijo luego de un largo silencio – Nuestro honor impide que le hagamos daño...

Así es mi Gran Señor, sin embargo he tenido una batalla con él... – informó – A pesar de su condición inferior, es un oponente digno y poderoso... un bravo guerrero. El General InuTaisho, estaría muy orgulloso.

Me complace que así sea – dijo en dragón – Lady Ryutzuki... En cuanto a tu pretensión... La alta jerarquía, el gran poder y la pureza de tu corazón, son suficientes para depositar en ti, el poder sagrado, para castigar la traición a nuestro Clan – proclamó

Agradezco vuestra confianza mi Gran Señor – dijo haciendo una reverencia

Toma esto pequeña... – dijo al tiempo que un diminuto brillo verdoso, aparecía en su pecho, el cual se convirtió en una pequeña esmeralda – Incrusta este dije en tu frente y fusiónalo con tu esencia.

La joven se puso de pie y tomó la joya con ambas manos, la acercó a su frente y esta poco a poco fue introduciéndose en su interior, fue rodeada por una intensa luz, que posteriormente se desvaneció.

Muchas gracias mi Gran Señor. Prometo hacer cumplir con honor, el castigo sobre el Dragón traidor, Alastor, con la más implacable justicia – añadió con dureza y mirada fría.

Que así sea.

Me marcho ahora, mi Gran Señor – anunció haciendo otra solemne reverencia.

Espera un momento... – dijo el dragón – Eres digna de toda mi confianza, y es por ello que a tu poder y sabiduría, le conferiré una valiosa misión.

Me honra la fe que deposita en mí, Gran Señor... – dijo conmovida

Lady Ryutzuki, hace cientos de años nuestro Clan, protegió a la guerrera que poseía un grandioso poder sagrado, con él, luchaba contra toda clase de demonios y seres malignos, su nombre era Midoriko – contó la voz del dragón – Su esencia... ha renacido... la cual se encuentra dormida en el interior de un alma humana y tu misión es proteger a ese humano, hasta que el poder sagrado este preparado para enfrentar su destino.

Su destino?... Qué destino es ese... Gran Señor?

La maldad se ha fortalecido y se expande en este mundo... Terribles acontecimientos puedo ver en un cercano futuro... Su retorno, es un obstáculo para esa maldad, la que impedirá por cualquier medio que ella le extermine... aún sacrificando su propia existencia... Ese es su destino... – explicó

Comprendo... Mi Gran Señor, Juro proteger a ese Ser sagrado, no me importa si como él, debo sacrificar mi propia vida... Por mi honor... te juro... nadie le hará daño... – dijo la youkai

Qué así sea... – dijo. Una nueva luz iluminó su pecho, donde fue creado un nuevo cristal... de un intenso carmesí, y después el dragón sentenció- Lady Ryutzuki, serás la mensajera de esta valiosa joya... Ella tiene su propia misión...

Ya estaba anocheciendo, los chicos se encontraban sentados cerca de la fogata, donde mantenían un entretenido juego de cartas. Ahome había tenido tiempo de pensar y tranquilizarse, tomó la determinación de no malinterpretar o leer entre líneas sobre lo ocurrido y esperar, confiada, el regreso de Inuyasha.

Miroku, Sango y Shippo, sonrieron, sintiéndose aliviados de que Ahome, recuperara su buen ánimo.

Gané... – anunció Keiko cubriendo el montículo de cartas.

Queeeeeé? – exclamaron todos al unísono

No puede ser... – se lamentó Miroku agachando la cabeza con pesar.

Pues... sí, perdimos nuevamente... – dijo Sango decepcionada

Aprendiste rápidamente... ya eres una experta – gimoteo Ahome

Ya sabía que Keiko, era una niña muy lista – dijo Shippo con alegría

Jejeje... la verdad no es muy difícil... – comentó sonriente... – Juguemos otra vez!

Queeeé? Otra vez! – volvieron a exclamar al unísono... y luego cada uno comenzó a parlotear por su cuenta.

Hola! – saludó Inuyasha llegando junto a ellos, todos guardaron silencio de inmediato y lo miraron con una mezcla de sorpresa y reproche, menos Ahome quién bajo la mirada – Qué les pasa? – preguntó extrañado

Y todavía lo pregunta... – murmuró Miroku

Es un descarado... – reprochó Sango

Sin mencionar lo torpe... – asintió Shippo

Queeé! – exclamó enojado

No sigan chicos... – intervino Ahome con tranquilidad – Que sucedió Inuyasha...?. Viste a Kikyo? – preguntó con seriedad mirándolo directamente a los ojos.

Ahome... – murmuró con timidez – Sí... la vi – contestó algo avergonzado

Ya veo... – comentó con una punzada de tristeza – Y... de que hablaron?

De Naraku... Al parecer ese infeliz esta planeando algo... – explicó captando la atención del grupo...

Y ella logró averiguar lo que planea? – preguntó Miroku

No exactamente... Me contó que hace un par de días, el sello de un lugar llamado La Gruta de los Tres Demonios se había roto...

Qué?... Pero eso es imposible! – exclamó alarmado el joven monje

Qué es ese lugar Excelencia? – preguntó Sango

Sólo puedo decirte que en esa cueva... permanecían sellados los espíritus de tres terribles demonios... Hace cientos de años, ellos fueron culpables de causar terribles desgracias, pero un poderoso demonio y un humano se unieron y lograron sellar sus poderes malignos en aquella gruta... – contó Miroku

Esa historia me da escalofrío – murmuró Shippo...

Y sabes quienes fueron...? – preguntó Ahome

No existen muchos antecedentes al respecto, ya que según he escuchado los rollos que narraban todo ocurrido, desaparecieron... Ellos contenían toda la información, con detalles y nombres de quienes participaron en la captura, al parecer, se trataba de personas muy importantes.

No interesa quienes hayan sido, lo importante es que alguien dejó en libertad a esos demonios... Y el nombre de ese maldito es Hakudoshi... una nueva creación del infeliz de Naraku! – agregó con furia...

Y lógicamente, uno de sus objetivos será utilizarlos... para deshacerse de nosotros... – añadió Sango con gravedad...

Sí... – contestó el hanyou preocupado

Shippo... Quién es Naraku? – preguntó Keiko

Naraku?... Bueno... verás... él es un demonio mitad humano...

Cómo el joven Inuyasha? – interrumpió

Sí... pero Naraku es un ser despiadado... hace mucho tiempo él... – Shippo, comenzó a narrar a la pequeña la historia del demonio Naraku y los motivos que cada uno de sus amigos tenía para odiarlo y de luchar unidos con el fin de acabar con su maldad...

Ahome... estás molesta conmigo? – preguntó el hanyou con temor. Ambos se encontraban sentados a orillas del río, sobre una gran roca, alejados del resto del grupo...

No... porque habría de estarlo... – contestó mirando el cielo

Entonces dime, por qué no me has visto a la cara desde que regresé?... – exigió molesto

Ah si?... Discúlpame... no me había dado cuenta... – contestó con naturalidad, sin poder evitar el sutil tono irónico, y sin apartar la vista del cielo.

Maldición! – exclamó tomándola por los hombros – Quieres verme a los ojos de una buena vez? – exigió, pero guardó silencio al ver la mirada triste de la joven – Ahome... estaba seguro que sólo fingías estar bien...

Pues te equivocas... estoy muy bien... Inuyasha – contradijo intentando soltarse con suavidad – Inuyasha... es mejor que me sueltes... los chicos se encuentran cerca y podrían vernos...

Y a mí que demonios me importa que ellos nos estén viendo! – interrumpió con molestia, impidiendo que se alejara – Dime la verdad Ahome... sí estás molesta verdad?

No... no lo estoy... – contestó con sinceridad – Admito que me sentí algo triste... Pero no estoy molesta contigo Inuyasha... – dijo con suavidad. Era cierto... nunca se sintió furiosa, simplemente la hirió aquella expresión en los ojos de Inuyasha, al ver las serpientes de Kikyo.

No quiero que te sientas triste Ahome... – pidió con ternura, acariciando el rostro de la joven – No soporto que te sientas triste... – añadió abrazándola. Ahome abrió los ojos con sorpresa ante la inesperada acción, pero se relajó y rodeó con sus brazos al hanyou, dejando descansar su cabeza en el pecho del joven...

Los demás, que supuestamente se encontraban concentrados en sus propios asuntos, tenían un mayor interés en no perder detalles de lo que hacían Ahome e Inuyasha en aquella roca...

Se puede saber que demonios están mirando! – les gritó Inuyasha a lo lejos...

Eh?... Pues... nosotros... nada... yo... bueno... Sango has visto mi báculo?... Está en su mano Excelencia... Kirara, pero dónde estará Kirara?... Shippo, pero si está sobre tu cabeza!

Muy graciosos... muy graciosos... – murmuró el hanyou malhumorado... Mientras que Ahome reía de buena gana...

"Ya no debo preocuparme... Inuyasha esta a mi lado..." pensó la joven mirando con amor, a su querido Inuyasha...

Continuará...

Ese ha sido el capítulo 8... Espero les haya gustado... el nueve esta listo, así antes de lo imaginan estará online...

Deseo que mis antiguas y fieles lectoras, me perdonen y continúen leyendo mis capítulos...

Un beso para ustedes... y espero sus comentarios...

Bye