Capítulo 9: Reencuentro y un juramento de muerte: Ryutzuki y Sesshomaru
El día estaba algo frío y el cielo cubierto de nubes grises, un indudable recordatorio de que el invierno se encontraba cerca... Inuyasha y los demás, continuaban su camino hacia la aldea de la pequeña Keiko, prioridad en ese momento, ya que no podían involucrarla en los enfrentamientos con antiguos o nuevos enemigos. Repentinamente, Ahome se sobresaltó al percibir una conocida presencia...
Inuyasha... un fragmento de la perla se encuentra muy cerca de aquí... – informó
Un fragmento?... En qué dirección está... – preguntó
Hacia allá... – indicó a su costado derecho... Inuyasha corrió en la dirección sin esperar a sus amigos...
Inuyasha espéranos! – gritó Miroku corriendo tras él... seguido por los demás...
Sango... se trata de un solo fragmento... creo que se trata de... – dijo, insegura de la reacción de su amiga...
Kohaku... – concluyó Sango conteniendo su emoción – Kirara, démonos prisa...
Pero peligrosamente cerca de ellos, alguien más, se percató de la presencia del pequeño hermano de Sango...
"Ese olor... pertenece a ese repugnante niño..."
Sucede algo, Amo Bonito? – indagó Yaquen con cautela
Ustedes permanezcan aquí... Yaquen cuida a Rin... - ordenó con frialdad
Percibió alguna presencia, Amo Sesshomaru?... Su fiel sirviente puede ayudarle amo...
Señor Yaquen, deje de hablar solo, que parece loco... el Amo Sesshomaru ya se marchó... – dijo Rin
Qué dices, niña?... – preguntó mirando a su alrededor... – Amo Sesshomaru!. Por qué me ignora... Amo Sesshomaru! – grita con impotencia
Creo que sí se volvió loco... – comentó Rin ignorándolo y se fue con el dragón de dos cabezas...
Esa niña insolente... Por qué el Amo Sesshomaru... me pide quedarme, para cuidar de esta desagradable niña! – murmuraba molesto mientras seguía a la pequeña...
Es Kohaku... – dijo Inuyasha con sorpresa, al encontrarse frente a frente con el niño... Éste, al verlo, se puso alerta y tomo su cuchilla, dispuesto a luchar con el hanyou
Kohaku, que buena suerte haberlo encontrarlo solo... – dijo Miroku
Kohaku! – grita Sango llegando junto a sus amigos – Kohaku... – susurró con emoción y tristeza
"Es esa joven de nuevo... no se por qué, pero me da mucha alegría verla", pensó el pequeño niño con una mezcla de melancolía y felicidad.
Inuyasha... llegaste primero... – comentó una fría voz cerca de ellos...
Sesshomaru... maldito... Que haces aquí? – preguntó el hanyou
Siempre haciendo preguntas estúpidas, hermano – comentó con burla – Qué acaso no es obvio?... He venido por ese niño...
Qué? – exclamó con temor – Estás loco si piensas que permitiré que te lo lleves!... Primero tendrás que acabar conmigo, Sesshomaru! – gritó sacando su maligna espada Toukijin.
Como quieras... – accedió con burla, imitando la acción y desenvainando a Tetsasuiga – No mala idea, acabar contigo primero! – gritó lanzándose en un feroz ataque contra Inuyasha...
Sango, aprovechó la distracción de los hermanos, para llegar hasta Kohaku, pero éste al ver su intención se alejó de ella, dando un salto hacia atrás, luego la atacó con su cuchilla, la exterminadora, interpuso su boomerang para cubrirse del ataque, oportunidad que aprovecho el pequeño para huir. Sango corrió tras él, pero fue interceptada por algunos monstruos que llegaron como señuelo, y darle oportunidad al niño de escapar.
Miroku corrió hacia ella para ayudarle a eliminar los monstruos, y en cuestión de instantes acabaron con todos ellos. Sin embargo, aún había uno oculto, el cual se lanzó a espaldas de la exterminadora, Ahome logró darse cuenta y lanzó una flecha al demonio pulverizándolo en el acto.
Increíble! – exclamó Keiko... que se encontraba junta a ella, montada en Kirara y acompañada de Shippo.
Verdad que Ahome es muy poderosa? – preguntó Shippo mirando a su amiga lleno de orgullo.
Sí que lo es! – contestó ella
El que me preocupa es Inuyasha... – se lamentó el zorrito volviendo la atención a la batalla que mantenían los hermanos.
Quién es ese señor? – preguntó confundida
Es el hermano de Inuyasha... su nombre es Sesshomaru... – respondió el zorrito
Su hermano! – exclamó incredula...
Inuyasha... Por tu culpa ese niño logró escapar... – dijo con voz amenazadora – Lo pagarás con tu vida – advirtió, reanudando el feroz ataque.
Feh!... Pues no sabes cuanto me alegro que huyera de tus sucias garras... – se mofó el hanyou, intentando detener los fuertes golpes que le propinaba su hermano. Sesshomaru dio un certero golpe, provocando que colmillo de acero volara por el aire, cayendo a varios metros de su dueño.
Inuyasha... tu manera de pelear sigue siendo tan patética como siempre... – se mofó, apuntando con Toukijin la garganta de su hermano... Inuyasha tragó en seco, la filosa punta de la espada amenazaba con incrustarse en su garganta al menor movimiento de su amo.
Inuyasha... – susurró Ahome con la mirada llena de terror...
Sesshomaru sonrió peligrosamente, lo que le dio a entender a Inuyasha que esta vez no se detendría hasta matarlo.
Muere... hermano... – murmuró con voz gélida. Sin embargo, algo detuvo su acción. "Esa presencia... esa presencia es de... no puede ser...", pensó impactado, entrecerrando los ojos. Inuyasha lo miró extrañado...
Sesshomaru se irguió, quitando la espada de la garganta de su hermano, al sentir aquella conocida presencia extremadamente cerca. De pronto, dio media vuelta, elevando la mirada a lo alto del risco, para encontrarse con unos fríos ojos verdes.
"No puede ser...", pensó conmocionado, pero sin delatar su reacción.
Ryutzuki se encontraba en lo alto del risco, había sentido una extraña presencia, pero no estaba preparada para encontrarse con él...
"Sesshomaru...", pensó al verlo, numerosas imágenes llegaron a su mente, pero rápidamente se deshizo de ellas.
Inuyasha y los demás, no entendían lo que estaba ocurriendo, la extraña reacción de Sesshomaru los extraño, siguieron la dirección de su mirada y vieron que la bella Ryutzuki se encontraba en lo alto.
"Qué le sucede?... Acaso Sesshomaru, conoce a esa mujer, pensó Inuyasha, mientras se ponía de pie, Ahome corrió junto a él, seguida por el resto del grupo. Todos permanecieron en silencio, algo les decía que lo mejor era no hacer preguntas...
Ryutzuki dio un espectacular salto desde lo alto del risco, cayendo con la elegancia y la gracia habituales en ella, lentamente se acercó a ellos. Sesshomaru se encontraba unos pasos más adelante. Ambos se miraban fijamente, con la misma frialdad... y la misma carencia de expresión, nada que pudiera delatar alguna emoción. Finalmente se detuvo a un par de metros del youkai
Lord Sesshomaru... Ha pasado largo tiempo, aunque no el suficiente... – comentó a modo de saludo con una voz que bien podría congelar el infierno.
Qué haces aquí... – fue la respuesta de Sesshomaru, hecha en el mismo tono.
Dudo que eso sea asunto tuyo... – contestó
No me digas... que sólo has venido a terminar nuestro asunto pendiente... – dijo con un pequeño tono de burla. Ocasionando una pequeña risa divertida en la joven...
Sesshomaru, no seas engreído... – dijo burlona – Por ahora, mis propósitos son mucho más importantes y urgentes... Sin embargo, puedo asegurarte que una vez que los concluya... regresaré para eliminarte... – sentenció con odio, provocando un leve destello en los ojos de Sesshomaru...
Y estas segura de que vas a lograrlo...? – cuestionó con helada ironía... – Si mal no recuerdo, la última vez que nos vimos, no tuviste mucho éxito...
Por supuesto que no... huiste como un cobarde – contestó con ira contenida...
Los chicos, que eran completamente ignorados por los youkais, en aquel intercambio de hielo, sólo se miraron llenos de confusión y con muchas interrogantes, aún así no
La dorada mirada del youkai brilló por la ira, y ella sonrió satisfecha de haber hecho una pequeña grieta en su frío autocontrol...
Huí?... Te equivocas... Simplemente me retiré al darme cuenta de que no podías continuar nuestra batalla... Deberías estarme agradecida... – dijo con insolencia... logrando que en esta ocasión sea ella la que perdiera un poco la compostura...
Eres un imbécil... – susurró con ira contenida,
Sabes qué?... Esta conversación ya se me hizo aburrida –anunció el youkai con pereza – Además, llegaste en el momento menos indicado... – añadió mirando de soslayo a Inuyasha.
Estoy listo cuando quieras Sesshomaru... – accedió el hanyou, desenfundando su espada al comprender la indirecta...
Así que planeas eliminar a tu hermano... – dijo la joven youkai – Algo muy predecible para un ser tan cobarde y maligno como tu... – añadió asqueada...
Este no es asusto tuyo... – advirtió amenazador. Ambos se miraron fijamente
No es posible!... – exclamó una aguda voz, desde el hombro de Inuyasha – No pensé que el joven Sesshomaru y Lady Ryutzuki que encontraran tan pronto... – añadió aterrado...
Anciano Mioga... – exclamó el hanyou, ante la repentina aparición, mirando sobre su hombro
Qué quiso decir con eso, anciano Mioga...? – preguntó Miroku
Usted sabe, qué esta sucediendo entre ellos? – preguntó a su vez Ahome, llena de curiosidad...
Por supuesto...– contestó haciendo un largo silencio antes de continuar – Ambos se odian a muerte... – informó con seriedad... Y todos lo miraron con cara de molestia...
De eso ya nos dimos cuenta... anciano Mioga!... – dijo Shippo enfadado...
Aayy!. Habla más claro, pulga del demonio! – lo reprendió Inuyasha.
Lo que queremos saber... es el motivo de ese odio... – dijo Sango
Bueno... eso... sucedió hace muchísimo tiempo... – murmuró cruzado de brazos, con los ojos cerrados, evocando esa época...
Siento contradecirte Sesshomaru... Pero ya se ha convertido en mi asunto... – advirtió la joven youkai...
Piensas defender a ese híbrido! – preguntó muy molesto
Él también es hijo de InuTaisho... No voy a permitir que hagas algo en su contra – respondió...
Ese idiota... es un insignificante hombre mitad bestia... y una vergüenza para mi familia! – dijo comenzando a perder la paciencia...
Y eso a mí... qué me importa!.– gritó furiosa – Yo me encargaré de impedir que lo lastimes – añadió
Oigan, Ya dejen de hablar de mí como si no estuviera presente! – intervino Inuyasha perdiendo la paciencia... – Además yo sé cuidarme solo y no necesito que me protejan...
Silencio! – gritaron Sesshomaru y Ryutzuki al unísono sin mirarlo. Inuyasha se ocultó tras Ahome, amedrentado por la furia de los youkais...
Inuyasha... Ahora son dos, los que te tratan como niño chiquito... – comentó Shippo
Tú cállate zorro del demonio! – gritó Inuyasha dándole un coscorrón, haciendo que comience a llorar...
Dejen de hacer tonterias, ustedes dos, esta situación es muy seria! – los regaño Ahome...
Ryutzuki se percató por primera vez, la ausencia del brazo izquierdo de Sesshomaru, quien se dio cuenta de la mirada de la mujer, haciendo que su expresión se vuelva inescrutable...
Quien fue el responsable de tal hazaña... y tuvo la osadía de quebrantar la impecable defensa del orgulloso Sesshomaru... – cuestionó con un insolente tono de burla y satisfacción. Él le dirigió una irritada mirada de advertencia...
Fui yo! – anunció Inuyasha. Ryutzuki abrió los ojos ante la sorpresa y luego soltó una divertida carcajada... haciendo empeorar el peligroso estado de ánimo del youkai, que permanecía en silencio...
Discúlpame Sesshomaru, sólo fue una reacción lógica, ante el asombro... – dijo mordaz...
Acaso, sólo estas intentando provocarme? – pregunto con voz peligrosa
Provocarte?... – dijo fingiendo una expresión pensativa... – NO... Por el momento – contestó, añadiendo lo ultimo en un inconfundible tono de advertencia y nuevamente se quedaron viendo con odio, en tenso silencio...
Un gruñido, proveniente del bosque, llamó la atención de todos, indicándoles que algo se estaba acercando... Dirigieron su atención al lugar, en alerta por si se trataba de algún monstruo. Pero cuando vieron salir a un dragón de dos cabezas, dejaron el asunto.
Sin embargo, Ryutzuki quedó petrificada, abriendo desmesuradamente sus verdes ojos, cuando vio al animal, y el frío dominio de sus emociones se quebrantó. Pasó junto a Sesshomaru y continuó caminando al encuentro del singular dragón, que también parecía dirigirse hacia ella, ante la extrañeza de todos, acarició una cabeza y luego la otra, con una conmovedora ternura y luego las abrazó... Sesshomaru se dio la vuelta para verla, pero permaneció en el mismo sitio.
Ha – Uhn, que alegría volver a verlos... – susurró con un emocionado temblor en la voz, el dragón refregaba sus cabezas contra ella, era evidente que también parecían contentarse de estar junto a ella. Fue inevitable para Ryutzuki... y quizás, también para Sesshomaru... recordar aquel momento...
Flashback
Sesshomaru!... Sesshomaru! – llamaba la hermosa joven, que corría al encuentro del apuesto joven youkai, que la esperaba a mitad del pequeño puente de piedra.
Era primavera, los días comenzaban a ser cálidos y el paisaje se llenaba con los alegres colores y los suaves perfumes que regalaban las cientos de flores que rodeaban los jardines del palacio. Los arboles de Cerezo, se engalanaban con sus bellos capullos color rosa, que poco a poco dejaban caer, como suave lluvia, sobre la verde hierva y el cristalino lago.
Sesshomaru vio venir a la hermosa joven, observándola inmóvil, parecía memorizar cada rasgo de su perfecto rostro ovalado, cuya blancura hacia destacar sus grandes ojos, verde oscuro de brillo intenso, que parecían embrujar si alguien se quedaba mirándolos fijamente... Sus labios carnosos y de suave tono rosa, estaban curvados en una alegre sonrisa, mientras que su largo cabello, tan negro como la misma noche, se balanceaba como un oscuro velo de seda, accidentalmente adornado con pequeñas flores de cerezo, que se dejaban caer sobre él, a medida que corría bajo los floridos follajes de la hilera de árboles; Su rostro estaba arrebolado producto de su larga carrera y el esfuerzo que hacia para moverse con aquel elaborado kimono, que delineaba las delicadas y perfectas curvas de su graciosa figura.
Sesshomaru... – exclamó al llegar junto a él, intentando recuperar el aire – Te he buscado por todas partes... – logró balbucear entre jadeos, regalándole una dulce sonrisa y un tibio brillo de sus verdes ojos.
Si mal no recuerdo, fui muy claro al decirte que te esperaría en este lugar... – explicó seriamente – Llevo dos horas esperándote... – recalcó con un toque de reproche
Y yo dos horas buscándote... – murmuró en un lamento... – Lo olvide completamente... Por favor discúlpame... – rogó con una expresión de angustia que aminoró el brillo de sus bellos ojos, lo que irremediablemente logró conmover el corazón del serio y frío youkai.
No tienes que preocuparte por eso... Ya estas aquí... y eso es lo único importante – afirmó con seriedad y un leve brillo de ternura surco sus dorados ojos. Lo cual automáticamente devolvió la sonrisa al bello rostro de la joven.
Sesshomaru era un joven extremadamente formal, resultaba imposible determinar lo que pasaba por su mente, su fría y excesiva reserva, comúnmente se le atribuía a una absoluta carencia de sentimientos y emociones. Incluso en un principio, ella misma estaba convencida de ello, es más, su desagrado hacia él era evidente pero más pronto de lo que imaginó, el mismo Sesshomaru, inconscientemente, la hizo darse cuenta de su gran error. No quería decir que él hubiera cambiado y se convirtiera en alguien expresivo, y abierto en sus emociones, sino que había logrado descubrir en él, pequeños y sutiles detalles, como una mirada cálida y tierna, aún si era fugaz... Un gesto amable y bondadoso, aún si lo intentaba disimular y creara un efecto contrario. De todas maneras, se sentía feliz de tener mucho tiempo por delante, para llegar a descubrir más y más, día tras día.
No me has dicho el motivo, por el que me buscabas tan desesperadamente... – dijo a modo de pregunta. Ella pareció recordarlo de pronto y su sonrisa se agrandó, sin pensar, o tomó de la mano y lo haló, el contacto de su pequeña mano inevitablemente causó un gran efecto al joven youkai, claro que se esforzó en no dar muestra de ello, pero no pudo evitar la reacción de apretar suavemente esa frágil mano con la suya. Caminaron de ese modo por la arboleda de cerezos, quienes aumentaron, como un mudo cómplice, la lluvia de pequeñas flores, dejándolas caer sobre los jóvenes.
Ryutzuki lo guió hasta una gran construcción estilo chino, ubicada en un claro, junto a un pequeño bosque, fueron a la parte trasera de la gran casa, donde había un hermoso jardín lleno de cientos de exóticas flores y en el centro una pequeña laguna.
Quiero darte un obsequio... – anunció la joven alegre
Un obsequio?... – preguntó extrañado
Así es... – asintió mirándolo con ternura... – Es algo muy especial e importante para mí, que deseo conserves y protejas... – dijo se dio la vuelta – Ha – Uhn! vengan – llamó, Sesshomaru frunció el ceño, extrañado al ver salir tras unas matas, un pequeño dragón con dos cabezas
Me quieres regalar, un dragón? – preguntó con incomodidad
Ha y Uhn no es un simple dragón, Sesshomaru – explicó acariciando las cabezas del animal – Su madre murió cuando ellos nacieron, estaban muy débiles, y todos aseguraron que no lograrían sobrevivir, por la falta de su madre y el mal estado en el que estaban. Pero yo logré que ellos se fortalecieran, los alimenté día y noche; los cobijé con mis manos para darles calor; pase noches enteras velando por ellos, cuando su debilidad me hacía temer, que no lograrían llegar con vida al amanecer... Les ayude a ser fuertes... y ponerse de pie... – confió sin despegar la vista de las cabezas del dragón, como si recordara en imágenes, cada minuto de su lucha por inyectarles vida...
Sesshomaru, por unos segundos, se quitó máscaras y disimulos, para dejar que sus dorados ojos la observaran con plena admiración y ternura, pero esa sincera mirada se esfumo cuando que ella se volvió para verlo.
Ellos son muy importantes para mí, los amo tanto, que no te lo podría describir con palabras... – continuó emocionada
Entonces no entiendo tu intención de que yo lo conserve... – dijo algo confundido – Si son tan importantes para ti, lo más lógico es que desees tenerlos siempre a tu lado...
No lo comprendes... – interrumpió con una tierna sonrisa – Tú también eres muy especial para mí Sesshomaru... Es por eso, que quiero poner en tus manos, una de mis posesiones más amada... – concluyo con un ligero temblor de voz, lo que le dio a entender lo difícil que era para ella, desprenderse de aquella criatura...
Sesshomaru quedó desconcertado, ella quería confiarle algo que era parte importante en su vida. Entregar algo que amaba... para alguien a quien amaba... Una pequeña lágrima descendía por la pálida mejilla de la joven, causándole un extraño y desconocido escalofrío que se deslizó a lo largo de su cuerpo, un impulso lo hizo acercarse lentamente a ella, quién levantó la mirada llorosa, que a pesar de las lagrimas, se iluminó con un amoroso destello...
La estrechó con fuerza contra su cuerpo, necesitaba sentirla junto a él, necesitaba su calor, su dulzura, todo aquello que lograba despertar, hasta ahora, desconocidas y cálidas emociones en su interior, y que sólo esa mujer, había logrado desenterrar desde lo más profundo de su alma, la cual, siempre creyó, se encontraba rodeada por una inquebrantable coraza de reserva y frialdad, que lo mantenía despojado de toda expresión y sentimientos. Le disgustaba aceptar que ella había sido mucho más fuerte.
Ryutzuki, se sobrepuso a la sorpresa, y cerró los ojos llena de felicidad, para luego devolver, con todo su amor, aquel abrazo... Sesshomaru poco a poco se acerco a su tentadora boca, con la necesidad de volver a sentir la dulzura de ese contacto, que ella correspondió con todo el amor que guardaba sólo para él. Al separarse de miraron con intensidad... luego ella dejó descansar su cabeza en el pecho del youkai, sonriendo y exhalando un delicado suspiro, al sentir como su interior se inundaba con una mezcla de emociones y una profunda felicidad...
Fin del Flashback
"Que estúpida fui...", pensó con llena de resentimiento y dolor.
Han crecido mucho... Puedo ver que se han convertido en unas criaturas muy fuertes... – susurró con algunas lágrimas que amenazaban con escapar de sus ojos... Volvió a dar una amorosa caricia a las cabezas del dragón... Intentó recuperar el control de sus emociones, antes de dar la vuela y enfrentar la inescrutable mirada de Sesshomaru...
Los conservaste... Lo más lógico era eliminarlos... – declaró con amarga serenidad... – Por qué... Por qué no lo hiciste...?
No existe una razón en especial... – contestó fríamente – Simplemente poseen habilidades que me son de utilidad... De lo contrario ya los habría eliminado... – añadió con la clara intensión de lastimarla.
Entiendo... – murmuró con amargura y un fugaz brillo de dolor cruzo por sus ojos. Sin embargo, Sesshomaru no pareció jactarse de su pequeña victoria...
Inuyasha y los demás miraban a uno y luego al otro, totalmente perdidos en el inexplicable curso que había adquirido la discusión. Se preguntaban, que importancia podía tener aquel dragón de dos cabezas, que siempre acompañaba a Sesshomaru... y la pelea con Ryutzuki...
Sigo sin entender lo que pasa... – comentó Sango en voz baja...
Aparentemente ese dragón, es muy importante para la señorita Ryutzuki... – concluye el monje
Pero eso es ridículo... – objeta Inuyasha
No lo es amo Inuyasha... – interviene Mioga seriamente – Ha y Uhn, fue un regalo que Lady Ryutzuki dio al joven Sesshomaru... – explicó
Queeeé! – exclamaron todos sin levantar la voz...
Qué relación existió entre ellos, anciano Mioga?... – preguntó Ahome con astucia, captando la atención del grupo.
Bueno... pues... ellos... estuvieron comprometidos... – confió la pulga con dificultad.
Esta vez todos estaban demasiado estufectactos, para emitir algún sonido, y simplemente dirigieron su atención a los youkais... quienes continuaban mirándose fijamente...
Amo Sesshomaru!... Amo Sesshomaru! – gritaba Yaquen, al salir por el mismo lugar del que provenía el dragón. Corrió emocionado hacia su amo, sin percatarse de la tensión en el ambiente... – Perdón por venir hasta aquí Amo Bonito, pero Ha y Uhn, de pronto se volvió loco y no obedeció mis ordenes, empeñándose en llegar hasta este lugar amo...
Espéreme Señor Yaquen... – gritó una aguda voz infantil, llegando tras el pequeño demonio...
Al verla, la expresión de Ryutzuki se descompuso dramáticamente, palideció, mirando a pequeña con ojos desorbitados por el horror...
Sa... s a y h o... – logró balbucear sin sobreponerse a la impresión... Rin se detuvo al escucharla y la miró con curiosidad.
Buenas tardes señora... – saludo Rin con una tierna sonrisa... – Creo que me esta confundiendo... mi nombre es Rin... – aclaró con inocencia, soltó una risita y fue con Sesshomaru...
Qué clase de juego es este Sesshomaru...? – preguntó llena de ira...
De qué estas hablando...? – preguntó a su vez, simulando no comprenderla...
No intentes burlarte de mi, Sesshomaru! – gritó con furia... – Quién es esa niña humana?... Qué pretendes hacer con ella?
No tengo por qué darte explicaciones... – contestó sin perder la calma
Maldito seas Sesshomaru!... No tienes idea de cuanto te detesto! – gritó con una furia descontrolada, sus ojos verdes parecían arder en llamas... – No permitiré que vuelvas a salirte con la tuya... Ni que lastimes a un inocente!
Tus palabras me tienen sin cuidado... – dijo con dureza – Tú no eres nadie... para impedirle algo, al gran Sesshomaru... – agregó con arrogancia
Infeliz... – murmuró entrecerrando los ojos – Juro que mataré... – amenazó empuñando con fuerza su mano derecha – Desgarraré tu pecho y arrancaré tu repugnante corazón, para arrojarlo como carroña a los buitres... – condenó con voz grave cargada de odio.
Un estremecimiento recorrió a todos los presentes, ante aquella terrible sentencia... Sesshomaru, sin asomo de turbación, se dio la vuelta, y comenzó a caminar lentamente...
Será como tú quieras... Nuestra batalla quedará postergada... Esperaré el momento en que decidas retomarla... – declaró con voz grave e inexpresiva, sin darse la vuelta, ante la incrédula mirada de los singulares espectadores, quienes no entendían por qué el cruel y orgulloso Sesshomaru, se sometía a las decisiones de su oponente
Que así sea... Sesshomaru... – accedió en el mismo tono.
Rin... Es hora de irnos... – ordeno alejándose, seguido de la pequeña que miraba asustada a Ryutzuki, por Yaquen, que aún iba con la boca abierta y finalmente Ha y Uhn, que se detuvo junto a la youkai para recibir una corta caricia...
Ryutzuki se mantuvo inmóvil por largo rato, hasta que las cuatro siluetas se perdieron en el horizonte. Muchos recuerdos se agolpaban en su mente, desde aquellos que la hicieron tan feliz, hasta llegar a los que convirtieron su vida en un infierno de dolor y muerte...
"Sesshomaru... cómo pude ser tan estúpida... y dejar mi corazón en manos de un ser tan despreciable...", pensó, sintiendo como se fortalecía aquella sombra dolor, que aún se alimentaba de su alma...
Pobrecita... debe ser muy duro para ella... – murmuró Ahome con pesar
De qué hablas? – preguntó Inuyasha sin entender su expresión y su comentario.
Debió haber estado muy enamorada de Sesshomaru... Pero al parecer, él traicionó gravemente el amor de Ryutzuki... – explicó con un nudo en la garganta.
Es verdad... – concordó Sango – En anciano Mioga, nos contó que ella le obsequió ese dragón a Sesshomaru... Y por como se emocionó al verlo, es claro que su amor era muy grande...
Por qué crees eso Sango...? – preguntó Shippo sin comprender la relación
Está muy claro Shippo... – contestó Ahome – Es obvio que ella siente mucho afecto por ese dragón, y para habérselo dado a Sesshomaru, sólo pudo deberse a que lo amaba profundamente... Comprendes?
Ah, ya entiendo... Sí tienen razón...
Sus conclusiones son acertadas... – asintió el anciano Mioga
Y también, es probable que Sesshomaru, también haya sentido un gran amor por Lady Ryutzuki – añadió Miroku, recibiendo como respuesta, unas miradas llenas de duda... – Si lo piensan con detenimiento, verán que no es una idea tan descabellada... – se defendió con plena seguridad – Conocemos bien el carácter de Sesshomaru... Creen que si otro demonio le hubiera hablado, en la forma en que ella lo hizo, habría quedado con vida? – preguntó razonable
En eso tienes razón... Sesshomaru, no es un sujeto que acostumbre ignorar un insulto o provocación... Además, jamás se sometería ante un oponente... – comentó Inuyasha, quien era bien conocedor del carácter cruel de su medio hermano.
Uhmm... – exclamó Mioga pensativo – Si mal no recuerdo... en esos años... escuché un comentario de que el joven Sesshomaru, no se oponía en lo absoluto al compromiso.
Entonces... qué habrá sucedido entre ellos, para que llegaran a odiarse de esta forma...? – preguntó Ahome con tristeza...
De eso no tengo idea... Cuando el compromiso fue deshecho... el Amo InuTaisho y yo, nos encontrábamos muy lejos. Y al enterarnos, ya era muy tarde para poder aclararlo... – confió la pulga...
Guardaron silencio al ver que Ryutzuki, se acercaba a ellos. Aparentemente, la joven ya había recuperado el control de sus sentimientos, aún así una sombra de dolor nublaba su semblante.
Déjenme decirles que es demasiado evidente, lo que se están preguntando y lo que están pensando... – comentó la youkai con seriedad, causando terror colectivo
No... Para nada... Bueno... Pues... Nosotros... No... Veras... Es un error... Creemos... No queremos... – balbuceaban todos por su lado, Ryutzuki, levantó una ceja, mirando a uno y al otro... luego rió divertida y los chicos la miraron sin comprender...
No se preocupen... No voy a liquidarlos por tener curiosidad sobre lo que paso... – aseguró sonriendo.
Era de noche, Keiko dormía cobijada por Kirara. Los demás estaban reunidos junto a una pequeña fogata, acompañados por Ryutzuki.
Imagino que el anciano Mioga, les adelanto algo de información – intuyó calmada
Disculpe usted... Lady Ryutzuki... no quise ser indiscreto... sólo que...- se disculpaba con nerviosismo
Descuida... no estoy molesta... – interrumpió con amabilidad...
Mioga nos dijo que tú y Sesshomaru, iban a casarse – dijo Inuyasha, sin tacto
Inuyasha! – lo reprendió Ahome, mirándolo enojada
Es un tonto... – murmuró Shippo
Así es... – confirmó seria. Todos guardaron silencio, escuchando atentamente, las palabras de la youkai, que traía con sumo esfuerzo, al presente, un pasado lleno de amor, traición y odio que aún lastimaba su alma, un pasado que jamás llegaría a olvidar...
