Capítulo 11: El cristal carmesí... el nuevo y último error?...

Inuyasha, Ahome, Sango, Miroku y Shippo, escuchaban su relato horrorizados y dolidos, no podían tan sólo imaginar, el cruel padecimiento que sufrió la joven youkai, a manos del hombre que amaba, el cruel Sesshomaru...

El veneno me afectó más de lo que nadie habría podido imaginar... – continuó la joven... – Por imposible que pareciera, el veneno me dejó al borde de la muerte... Agonicé por varias semanas, nadie mantenía muchas esperanzas de que lograra sobrevivir... Sin embargo, pude salir adelante, estoy segura que el infinito poder de mi odio y deseo de venganza, lograron darme la fuerza necesaria para no dejarme vencer...

Es terrible... – murmuró Ahome consternada... – Me es difícil imaginar tu sufrimiento...

Así es... aceptar la pérdida de la pequeña y la traición de Sesshomaru – comentó Sango con la misma tristeza...

Ese infeliz!... – murmuró Inuyasha con furia...

Es extraño imaginar la crueldad de Sesshomaru, al verlo con aquella niña llamada Rin – comentó Miroku pensativo...

Rin... Esa pequeña... se parece tanto a Sayho... – susurró Ryutzuki con amargura... – No sé que planee hacer Sesshomaru, con ella, pero no voy a permitir que le cause el mismo daño... No se lo permitiré... – murmuró con ira, poniéndose de pie con las manos empuñadas...

Es una extraña casualidad que todos nosotros... Tengamos un pasado tan trágico... – comentó Shippo pensativo... – Como si el destino, nos hubiera querido unir a causa de eso...

Todos quedaron pensativos ante esas palabras... Y lo verdaderas que éstas eran...

Tienes razón Shippo... – dijo Ahome – Aunque mi vida no ha sido tan difícil como la de ustedes... Al sentir una amistad y un cariño tan grande por cada uno, me hace comprender con mayor precisión el sufrimiento de todos han padecido...

Ryutzuki, también sintió pesar y rabia, al escuchar la trágica suerte que les había tocado vivir, a cada uno de sus nuevos amigos, los engaños, maldiciones y muertes, a los que habían sido condenados, y todos, casualmente por un mismo demonio de nombre Naraku...

Naraku... – murmuró enigmática...

Lo conoces? – preguntó Inuyasha

No... pero puede tener relación con alguien, a quien he estado buscando... – contestó...

Ryutzuki, porqué no buscaste a Sesshomaru, después de recuperarte de aquella herida... – preguntó Miroku con suavidad...

Muchas cosas sucedieron después de lo ocurrido con Sesshomaru... – explicó seriamente... – Se inició un largo período de violentas guerras, entre demonios y humanos, y nosotros, el Clan Dragón, luchamos incansablemente, durante ese tiempo, para restituir la paz... Estabamos tan absortos en nuestra misión, que no logramos sospechar, la conspiración que se organizaba en contra de los pocos sobrevivientes del Clan, por algunos de nuestros propios hermanos, liderados por el Espíritu Dragón... Engañaron a los humanos que protegíamos, con atentados y crueles matanzas, atribuyendo la responsabilidad a nuestro Clan. También utilizaron a humanos para llegar hasta nosotros, y derrotarnos... Como antes les contara, lograron sellarnos durante mucho tiempo en Las Grutas de Enma-Ho, cuando finalmente fuimos liberados, gracias a tu padre Inuyasha... Nos dividimos en tres grupos, algunos de nuestros hermanos acompañaron al General InuTaisho, para derrotar al Espíritu Dragón, otros fueron en contra de quien se hacía llamar Dragón Alastor, cómplice y mano derecha del Espíritu Dragón, y otros nos encargamos de los monstruos restantes, entre ellos los Tres Demonios, que habíamos sellado en una Gruta, pero que fueron liberados recientemente... – concluyó ante la sorpresa de todos...

Quieres decir que fuiste tu quien los selló – preguntó Miroku incrédulo...

Sí, mis compañeros murieron, y yo fui la única que sobrevivió, mis poderes se encontraban muy debilitados, pero una sacerdotisa llamada Sukiomi, utilizó sus poderes para sellarlos...

Sukiomi? – preguntó Ahome sorprendida... Recordando a la gran sacerdotisa, que se enamoró de un youkai Hoshiomi... y murió por liberar a su amado del poder maligno de la alabarda Keng – Kong... Era extraño darse cuenta de cómo las vidas de todos, pasado o presente, estaban enlazadas...

El maldito de Naraku, está detrás de eso... – dijo Inuyasha molesto

Así que Naraku... – murmuró la youkai pensativa... – Es posible que ese tal Naraku, también sea responsable de la liberación del Dragón Alastor... – anunció...

Queeeeé?

Esa es una de mis principales misiones... – explicó... – Al enterarnos que ese traidor, que se encontraba sellado en la Caverna del Fuego, en castigo por su traición, había sido liberado, por un demonio desconocido, se me encomendó exterminarlo...

Y sabes dónde encontrarlo?... – preguntó Inuyasha... – Ya que es seguro, que donde este ese Dragón, estará Naraku...

No... no he logrado dar con él... Tengo entendido que es muy poderoso, y muy hábil... Así que dudo encontrarlo fácilmente...

No sabes de quién se trata?... – preguntó Ahome

No, jamás luche contra él, y temo que nunca nadie vio su rostro... – contestó sintiendo rabia... – Al parecer era sólo un cobarde traidor...

Y tu sola, has venido a enfrentarlo? – preguntó Ahome preocupada

Es verdad, tu padre o alguno de tus compañeros, no te ayudarán a derrotarlo? – preguntó Sango

No... yo seré la única en enfrentarlo y enviarlo a donde pertenece – contestó seria y un tono de dolor en la voz... – Mi padre perdió la vida a manos del Espíritu Dragón... Es por eso que siempre estaré agradecida de tu padre por haberlo sellado... – dijo mirando a Inuyasha... – Y aún más de ti, por haber acabado definitivamente con él...

Es lo mínimo que se merecía una basura como esa... – dijo el hanyou sonrojado...

Y el resto de tu familia?... Qué fue de Ryukutzen, El que te contó lo que planeaba hacer Sesshomaru... – preguntó Miroku, mirando extrañado el rostro de odio que apareció en los ojo de la youkai...

Ese lagarto venenoso, me contaron que murió durante un enfrentamiento, en la guerra con los demonios... Imagino que como el cobarde que era... – contestó llena de rencor y repugnancia... Poniéndose de pie para encaminarse a la orilla del río, ante la extrañeza de todos...

Pobrecita... Se ve que a pesar del tiempo, el dolor que nació producto de esa cruel traición, ha vivido intacto dentro de ella... Quitándole cualquier posibilidad de ser feliz nuevamente... – murmuró Ahome mirando con tristeza a la youkai...

Así es... además de estar condenada a seguir luchando... – añadió Miroku

Ese también es nuestro objetivo... seguir luchando hasta acabar con los repugnantes seres que infectan el mundo con su maldad... – dijo Inuyasha - Y eso no es tan malo... Estoy seguro de que ella lo sabe... – concluyó mirándola con una sonrisa llena de determinación...

Los chicos continuaron hablando acerca de los planes de Naraku y la forma de detener a los tres demonios, mientras que Ahome, preocupada por el alejamiento de Ryutzuki, fue hacia ella en un intento por consolarla o al menos acompañarla haciéndola sentir menos sola...

"Debe sentirse muy triste, luego de recordar su doloroso pasado y compartirlo con nosotros..." pensó...

La joven youkai, estaba sentada en una roca, mirando hacia el infinito... su rostro reflejaba el dolor que Ahome presentía le aquejaba...

Ryutzuki, te encuentras bien?... – preguntó con suavidad, sentándose junto a ella... – Lamento que te obligáramos a recordarlo... – añadió acongojada por su silencio...

Descuida... – contestó finalmente – Olvidar a sido algo imposible, por lo que no resulta tan difícil hablar de ello... – dijo con irónica amargura...

Entiendo... – murmuró, dándose cuenta, de que no tenía palabras con las cuales consolarla...

No se sientas mal, por no poder decir algo que logre hacerme sentir mejor, Ahome – dijo con amabilidad, Ahome la miró boquiabierta... – No es complicado adivinar tu intensión... Puedo darme cuenta, de que eres una jovencita bondadosa y sensible... – le explicó al verla tan confundida...

Es que todo fue tan terrible... – murmuró Ahome – Cómo lograste... reunir las fuerzas suficientes para continuar... Yo no podría hacerlo...

Tal vez tu no lo superarías a mi manera Ahome, eres muy buena para eso... En mi caso, mis fuerzas logré reunirlas gracias al rencor...– contestó con voz helada... – Al infinito odio que inundó mi alma...

Lo amaste mucho, verdad? – preguntó sin pensar, arrepintiéndose de su error... – Lo siento, no debí preguntar eso...

No te preocupes... – murmuró la youkai, alzando la vista al cielo... – Pero tienes razón... Lo amé profundamente, más de lo que pudieras imaginar... Y llegué a creer que él sentía lo mismo por mí... Fui tan estúpida... – se reprendió molesta y herida...

Quizás... Sesshomaru, también llegó a sentir algo por ti... – dijo insegura... y se asustó al ver la mirada furiosa que ella le dirigió.

Ese infeliz nunca ha conocido tal sentimiento!. Es sólo un maldito mentiroso que jugó de la manera más vil, con mis sentimientos... Haciendo que me entregara al él llena de amor... mientras traicionaba mi confianza de la forma mas despreciable... – dijo con rencor y furia... Deteniéndose abruptamente, al darse cuenta de lo que había confesado...

Quieres decir que tú y Sesshomaru... – murmuró incrédula...

Sí... – susurró resignada... – Una noche antes... de su traición... – murmuró llevando su mano hacia la parte superior de su pecho izquierdo...

Que terrible... – logró articular la sacerdotisa...

Hay algo, que jamás conté a nadie... – dijo con un temblor en la voz... – Y no sé por qué, pero hay algo en ti... que me dice que confíe... – murmuró mirándola con curiosidad... Luego comenzó a relatarle un suceso de gran importancia, que afectó aún más su vida...

Flashback

Luego de agonizar por varias semanas, Ryutzuki se encontraba descansando al pie del gran árbol, de su jardín favorito, le había costado un gran esfuerzo regresar allí, pero debía hacerlo, debía terminar con los recuerdos del fantasma de Sesshomaru, y preparar su venganza...

Ryutzuki... – la llamó Meyumi, acercándose a ella con preocupación... – No debiste levantarte y venir hasta aquí... Aún no te has recuperado del todo, mi niña

No te preocupes Meyumi, ya me siento bien... – contestó con una débil y forzada sonrisa...

Me duele tanto, verte sufrir de esa manera... Mi niña... – murmuró a punto de derramar las lágrimas que amenazaban con salir...

Descuida... la tristeza se irá querida Meyumi, y sólo quedará el odio... – contestó con una dura mirada...

Estás tan afectada, que no debería decirte nada... – murmuró insegura y alterada...

Qué sucede...? – preguntó preocupada por la actitud de la anciana... – Di lo que tengas que decirme, Meyumi... No te atrevas a ocultarme nada... – ordenó

Mi niña... Te entregaste a Sesshomaru... no es así? – afirmó ante la cara de impacto de Ryutzuki...

A qué viene esa pregunta... – logró articular con enojo... poniéndose de pie con dificultad y dándole la espalda para ocultar las angustia y dolor que reflejaba su rostro al recordar...

Tienes que ser muy fuerte, Ryutzuki... – suplicó con seriedad, asustando a la youkai, ya que pocas veces la llamaba por su nombre...

Qué ocurre...? – preguntó, mirándola de soslayo

Durante su larga agonía... Me di cuenta... que... estabas... embarazada... – dijo la anciana, mirando como el rostro perdía todo su color y sus ojos se dilataban ante sus palabras...

Embarazada?... – musitó... pero algo la hizo preguntar... – E s t a b a...?

Así es... La terrible fiebre y el poderoso veneno, que se introdujo en tu cuerpo... Hicieron... que perdieras a la criatura...

La youkai perdió la fortaleza y como en cámara lenta cayo arrodillada, frente a la impotencia de Meyumi... Las lágrimas, que creyó agotadas, volvieron a inundar sus ojos y comenzaron a caer una tras otra, mientras ella permanecía en el suelo, inmóvil y con la mirada perdida...

Ryutzuki... mi niña... – musitó la anciana, afligida por la reacción de la joven

Sesshomaru... Sólo llegó a mi vida para destruirlo todo... Acabó con mi querida Sayho... con mi felicidad... y también con la vida de nuestro hijo... Nunca perdonaré a ese infeliz... Nunca!...

Fin de Flashback

Le pedí a la anciana Meyumi, que jamás mencionara a alguien lo ocurrido...

También tuviste que soportar la pérdida de tu bebe... – logró decir Ahome, con profundo pesar...

Es por todo eso... que no puedo perdonar a Sesshomaru... Tendrá que pagar con sangre, todo el daño que me hizo...

Era un nuevo día, y todos se prepararon para continuar el viaje a la aldea de Keiko. Todos menos Ryutzuki, la cual se marchó en la madrugada sin que nadie se percatara... Ahome, prefirió callar la terrible revelación que le hiciera la youkai, confiaba en sus amigos, sin embargo, debía respetar el grave y doloroso secreto que Ryutzuki, mantuviera tantos años...

Ryutzuki caminaba por un rocoso sendero, había detectado una extraña y poderosa presencia durante la noche, pero no quiso involucrar a Inuyasha y los demás, necesitaba cerciorarse que esa presencia era del Dragón Alastor o del tal Naraku...

Un insecto volaba no muy lejos de ella, transmitiendo lo que veía al espejo de Kanna, que lo sostenía frente a Naraku...

Así que esa mujer es la poderosa Ryutzuki... – comentó con satisfacción... – Creo que me dará mucho gusto conocerla... – añadió con risa desagradable...

Yo no creo lo mismo... – dijo una voz tras él... – Ryutzuki no estará dentro de tus planes Naraku... Ella forma parte de la familia del Dragón, mis antiguos enemigos... – dijo con amenaza – Por lo tanto te advierto, que esa mujer es Mía! – dijo riendo grotescamente, apareciendo junto a Naraku, cubierto con una gran capa con capucha que ocultaba perfectamente su rostro...

Como diga... – aceptó con tranquilidad... – Se hará como tú quieras...

Una enorme ave giraba sobre las cabezas de Inuyasha y el grupo. El hanyou desenfundó a colmillo de acero, dispuesto a atacarla...

Parece que es un halcón enorme... – dijo Sango...

Sí, pero sólo da vueltas sobre nosotros... Es como si su intensión no fuera atacarnos... - dice Miroku

Tonterías lo acabaré antes de que lo intente!... – gritó Inuyasha

Espera un poco Inuyasha... – le pidió Ahome... – Siento una presencia que se acerca...

Yo no huelo nada... – negó Inuyasha...

Miren! – gritó Shippo

Es la señorita Ryutzuki... – dijo Keiko contenta al verla...

Se escuchó un suave silbido, a lo que el ave respondió lanzando un agudo chillido, para luego descender a tierra y esperar la llegada de su ama. Ryutzuki llegó junto al enorme halcón, acariciándola levemente... Al tiempo que Inuyasha y los demás llegaron junto a ella...

Ese halcón es tuyo?... – preguntó Inuyasha...

No... Dayhoros es libre... Más bien es mi compañero... – respondió la youkai. A lo que el halcón respondió con un nuevo chillido...

Por qué te fuiste sin decirnos...? – preguntó Inuyasha

Tenía que investigar una extraña presencia que sentí durante la noche...

Y qué era... – preguntó Ahome...

Aún no estoy segura... – contestó seriamente... luego se dirigió al hanyou... – De cualquier modo, sólo volví para hablar contigo Inuyasha... – anunció ante la extrañeza de todos...

De qué...? – preguntó el hanyou...

Dayhoros vio al primero de tus enemigos, no muy lejos de aquí... – dijo seriamente... – Muy pronto comenzará tu batalla Inuyasha... Y antes de que eso ocurra, debo entregarte un presente enviado por mi Gran Señor... El Espíritu Supremo del Clan del Dragón Adalid...

Qué?... – exclamó sorprendido... al igual que el resto... – Y por qué tendría que enviarme algo ese sujeto... – comentó, ganándose un merecido codaso, cortesía de Ahome-

Por tu ayuda... Derrotaste al Espíritu Dragón, el traidor que le dio muerte a mi padre... – contestó con tristeza... – Además, no fue posible agradecer a tu padre su ayuda, ya que él también se marchó de este mundo... – extendió su mano y en ella se encontraba un cristal de color rojo... – Esta joya posee un extraordinario poder... debes fusionarla con tu espada... Colmillo de Acero...

Y qué poder le dará a mi colmillo de acero... – preguntó desconfiado...

Ninguno si no eres merecedor de ellos... – respondió...

Y qué se supone, significa eso... – preguntó algo molesto...

Esta joya tiene tres niveles de energía... El primer nivel, incrementará el poder natural de tu espada. Es decir, hará que el Viento Cortante y el Bakuryuuja, sean más poderosos... – explicó la youkai

Valla!... Eso es fantástico... – exclamó Shippo

Y cuales son los poderes de los niveles restantes... – preguntó Ahome

Los poderes, deberán ser dictaminados por el mismo Inuyasha... – contestó enigmática...

Qué demonios quieres decir con eso... – preguntó el hanyou

Los niveles de energía no se activarán así como así... Inuyasha... Cada uno de ellos se fusionará contigo, siempre y cuando, tu propio nivel de ataque aumente...

Quieres decir que a medida que la fuerza interior de Inuyasha se incremente, una parte de ese cristal lo fortalecerá aún más... – comentó Miroku

Así es... Como dije, cuando tu energía este al máximo, el primer nivel del cristal sólo incrementará los ataques originales de Colmillo de Acero... Los otros dos, Inuyasha deberá encontrarlos y controlarlos... Claro, siempre y cuando tu fuerza y valor, te haga merecedor de ellos... – concluyó, con un velado reto en su mirada, dirigida al hanyou...

Así que yo deberé encontrar esos poderes... – murmuró mirando la resplandeciente joya carmesí...

Imagino que no te agradaría obtener esos poderes... con una deshonrosa facilidad... o me equivoco?– comentó con burla...

Feh!. Por supuesto que no... – contestó con determinación – Es más divertido luchar por conseguir cada uno de ellos... Ella sonrió asintiendo...

Entonces eres un guerrero digno de luchar por ellos... – depositó la joya en la mano del hanyou...

Inuyasha tomó la joya, mirándola con una satisfactoria sonrisa, luego desenvainó a Colmillo de Acero y al juntarla con su espada, la piedra se iluminó fusionándose con colmillo, que resplandeció con una luz roja encegueció a los chicos, cuando todo regresó a la normalidad. Ryutzuki se alejaba lentamente...

Espera!. Y ahora adónde demonios vas?... – preguntó Inuyasha...

Tengo otras cosas que hacer... – contestó enigmática, apenas volteando la cabeza para verlos... – Pero descuida, siempre me mantendré cerca de ustedes... – dijo, emitió un suave silbido, con lo cual el halcón levantó el vuelo alejándose en la misma dirección...

Es una mujer muy extraña... – comentó Shippo

Es posible... pero es una persona muy bondadosa... – dijo Ahome

Así es, conserva su bondad, a pesar de todo lo que ha padecido... – comentó Miroku

Además, le ha regalado una oportunidad increíble a Inuyasha, de aumentar sus poderes... – señaló Sango... Todos miraron al hanyou, quien a su vez miraba fijamente su espada...

Sucede algo malo? – preguntó Ahome

No lo sé... – contestó algo confundido... – Es como si yo también absorbiera, parte de la energía de esa joya, al igual que colmillo...

Uhm... pienso que eso es algo normal... – comentó Miroku con su acostumbrada sabiduría... – Ya que Colmillo de Acero y tú, están conectados, y si aumenta el poder de uno, aumentará el poder del otro...

Creo que a Inuyasha, no le vendría mal que uno de esos nuevos poderes, sea algo de

inteligencia... – comentó Shippo pensativo...

Qué dijiste? – exclamó el hanyou furioso, persiguiendo al zorrito - Ven acá chaparro del demonio!

Ahome!. Ayudame! – gritaba mientras intentaba esquivar al enojado Inuyasha

Lo siento Shippo, pero esta vez tú te lo buscaste... – dijo Ahome con los ojos cerrados

Es verdad... – dijeron, Sango, Miroku y Keiko al unísono, asintiendo con la cabeza...

Lejos de los conflictos de los muchachos, Kikyo caminaba bajo la penumbra de un espeso bosque, acompañada como de costumbre por sus serpientes caza-almas... Sintió una conocida presencia, lo que la hizo detenerse, sintiendo un gran temor, que no dejó ver en aquel frío y severo rostro...

Sé que estás ahí... – murmuró con voz dura... – Es imposible que logres ocultar tu maldad...

Mi querida Kikyo... Tan astuta como siempre... – contesto la burlona voz del demonio Naraku, que se apareció frente a ella...

Qué es lo que quieres?... – preguntó con molestia – Acaso vienes a matarme?...

Que mal pensada eres Kikyo... – contestó sin dejar de burlarse... – No... no he venido a matarte... Sólo quería hacerte una corta visita. Hace mucho tiempo que no nos vemos...

Deja de hablar estupideces Naraku... Y contesta, qué es lo que quieres... – ordenó con furia...

Si tanto insistes...

Naraku, alargó un brazo tomando violentamente a Kikyo por el cuello, quien no tuvo tiempo de evitarlo, la levantó del suelo ahorcándola, mientras la miraba con odio...

Como dije, no es mi intensión eliminarte... Aún... – le informó con una amenazadora risa -Sólo he venido para advertirte Kikyo... No intentes meterte en mis planes... – advirtió con seriedad presionando el cuello de la sacerdotisa, que lo miraba con una mezcla de rabia y temor... – La muerte... no es el peor de los castigos... mi estimada Kikyo... – finalizó soltándola bruscamente y desapareciendo del lugar...

Maldito! – murmuró llena de furia y rencor... mientras tocaba su cuello, lastimado por la quemadura del veneno que emanaba de la mano del demonio... "No me importan tus estúpidas amenazas, al final seré yo quien te envíe al infierno...", pensó

Ryutzuki, seguía nuevamente el rastro de una poderosa energía maligna, cuando su concentración se vio afectada por un conocido olor, lo que la sorprendió mucho, pero finalmente, cambió el curso y se dirigió hacia la persona que lo emitía...

Mientras, Sesshomaru se encontraba en la cima de un risco, buscando pistas que lo llevaran con Naraku, o al menos con el niño que trabajaba para el demonio... Sintió una conocida presencia, por lo que espero a que se acercara y le informara el motivo de su visita... Una fuerte ventisca azotó contra él, haciendo volar sus ropas y su plateado cabello, lo que no pareció inmutarle...

Kagura, la manipuladora de los vientos... – murmuró con frialdad – Qué es lo que quieres?

Sesshomaru, siempre tan inteligente... – comentó la youkai, saltado de su pluma, junto a Sesshomaru... – Sólo he venido para avisarte que Naraku, esta planeando algo, y sus planes incluyen a esa mujer llamada Ryutzuki...

Y eso qué puede importarme...? – preguntó con seriedad y molestia

Eso yo no lo sé... Según me contaron es una antigua conocida tuya... – comentó burlona... – Y pensé que esa información podría interesarte...

Pues no me interesa perder el tiempo escuchando estupideces... – contestó frío e indiferente, marchándose del lugar...

Eso ya lo veremos... – murmuró Kagura burlona, para sí misma... luego sacó su pluma y se alejó sobre ella...

Ryutzuki, logró dar con la dueña del olor que había llamado su atención, por lo que aprovechando la ausencia de Sesshomaru, decidió hablar con la pequeña de nombre Rin... quien se encontraba jugando en compañía de Ha y Uhn... Ryutzuki caminaba hacia ella, pero una fea figura verde se interpuso en su camino...

Tú eres la mujer que quiere matar a mi Amo Sesshomaru... – afirmó Yaquen... en actitud amenazadora... – No permitiré que te acerques a la pequeña Rin...

Tu?... – preguntó la youkai elevando una ceja... – No me digas... – murmuró, luego se escucharon varios golpes y algunas quejas...

Rin... huye de aquí... – logró articular Yaquen, que estaba en el suelo, provisto de muchos chichones en su verde cabeza... "Esa mujer pega más duro que el Amo Sesshomaru...", pensó con amargura...

No tienes que huir de mí, pequeña... – dijo la youkai con suavidad, al ver a la niña asustada... – Mi intensión no es lastimarte...

Pero sí quiere lastimar al amo Sesshomaru... Verdad? – preguntó preocupada... Ha y Uhn se acercó a la youkai, quien los recibió con una cariñosa caricia, para cada una de sus cabezas...

No he venido hablar de eso... – contestó agachándose para quedar a la altura de la niña... – Sólo quiero hablar contigo... y conocerte... Rin, ese es tu nombre, verdad?

Sí... – contestó más confiada, al ver la tierna sonrisa en el rostro de la youkai...

Mi nombre es Ryutzuki...

Es un bonito nombre... – comentó, sonriéndole...

Gracias... Cuéntame Rin, siempre viajas en compañía de Sesshomaru...

Sí, el Amo Sesshomaru nos lleva a todas partes...

Dónde están tus padres...? – preguntó, viendo la tristeza aparecer en el pequeño rostro...

Ellos y mi hermano murieron, hace mucho tiempo...

Y cómo fue que llegaste junto a Sesshomaru?

El señor Sesshomaru, me salvó de unos lobos que me mataron, desde entonces él me protege... – explicó, mostrando el gran cariño que sentía por él...

Te mataron?... – preguntó extrañada... luego pareció entender... – Así que Sesshomaru, es el dueño de Colmillo Sagrado...

Cómo es que una mujer demonio como tú, sabe de la existencia del Colmillo Sagrado, de mi Amo Bonito... – preguntó Yaquen, recibiendo una nueva lluvia de golpes...

Es mejor que comiences a respetarme... enano verde... – amenazo Ryutzuki, viendo la cara de miedo del Yaquen... – Además ese no es tu asunto...

Enano verde?... Para tu información mi nombre es Yaquen y estoy al servicio del Señor Sesshomaru, desde hace mucho tiempo – dijo con mucha indignación... pero para su mala suerte recibió otra lluvia de golpes... – Ahí! – musitó antes de desmayarse...

Es hora de irme... – anunció a Rin, acariciando al Dragón... – Espero, volvamos a conversar nuevamente, pequeña Rin... – dijo acariciando con suavidad el rostro de la niña...

Sí... hasta pronto señorita Ryutzuki... – se despidió haciendo una seña con su mano y una gran sonrisa, a medida de que la youkai se alejaba... Unos instantes después, apareció Sesshomaru, quien de inmediato sintió la reciente presencia de la youkai...

Rin, Alguien ha venido a verte...? – preguntó sin expresión...

Sí, Amo Sesshomaru... – contestó alegre... – La señorita Ryutzuki estuvo aquí, se fue hace unos minutos, justo antes de que usted llegara...

Y te dijo a qué vino? – preguntó sin demostrar interés

Sí, me dijo que venía a verme y también a Ha y Uhn... No creo que al Señor Yaquen, ya que fue grosero con ella...

No te metas en esto niña entrometida! – regaño el aun golpeado Yaquen... – Amo Bonito, esa mujer sólo vino a interrogar a esa tonta de Rin... Yo creo que su inten... - no logró concluir su oración, ya que Sesshomaru pasó por encima de él, siguiendo el camino de Ryutzuki...

Ryutzuki caminaba de regreso, al lugar donde seguía el maligno rastro, cuando una nueva presencia, llamó su atención, estaba presente, por lo que se detuvo...

Si tienes algo que decirme... – dijo con voz helada y rostro inexpresivo... – Sería mejor para ti, hacer acto de presencia. No tengo intenciones de eliminar enemigos sin antes verles el rostro...

Una mujer muy astuta... – comentó el demonio apareciendo frente a ella, bien resguardado por su campo de protección – Me habían dicho el gran poder que poseía, Lady Ryutzuki, y acaba de comprobarlo...

Y tú, quien se supone que eres...? – preguntó sin hacer caso de sus comentarios...

Mi nombre es Naraku... Lady Ryutzuki... – contestó con solemnidad

Así que... tú eres Naraku... – comentó sin expresión

Acaso le han hablado de mí...?

Es posible... Según sé, eres un demonio poderoso... – contestó sin dar mayor información...

Los enemigos que aún lo logran derrotarme, tienen esa impresión... – comentó arrogante...

Ya veo... Pero dudo que te presentaras ante mí, sólo para charlar de la grandeza de nuestros poderes, Naraku... Qué es lo que quieres...? – preguntó sin interés...

Me agradan las personas directas... – comentó con diversión... – Lo que quiero, es proponerle un trato muy conveniente, Lady Ryutzuki...

Un trato?... Qué clase de trato... – preguntó más interesada...

Pero se percató de la distracción de Naraku, que miraba por sobre su hombro... la llegada de alguien más...

Sesshomaru... que inoportuna casualidad... – saluda irónico...

Naraku... Maldito... – murmura Sesshomaru, que llegó junto a Ryutzuki... – Muere! – gritó furioso, lanzándose con su espada contra Naraku... Soltó una burlona risa, y se dirigió a la youkai...

Me temo que nuestra conversación quedará pendiente, Lady Ryutzuki... – anunció, mientras desaparecía riendo, ante la furiosa mirada de Sesshomaru... – Hasta muy pronto...

Es un maldito cobarde... – murmuró Sesshomaru, con furia...

Así parece... – contestó ella... – Al menos, ya me quedó claro que tú y ese tal Naraku... tienen algo en común... – agregó con mordacidad... viendo como Sesshomaru le dirigía una mirada de furia contenida... – Y como acabas de arruinar la posibilidad de un estupendo trato... me retiro... – anunció, pasando juntó a él para continuar su camino... Sin embargo es detenida por una poderosa mano, que se adhiere a su brazo con una fuerza brutal...

No vuelvas a compararme con esa basura repugnante! – amenazó con una furia que hacía relucir sus dorados ojos...

Y tu no vuelvas a ponerme tus sucias manos encima!... – gritó Ryutzuki, haciendo emerger una poderosa energía en su otra mano, la cual golpeó el pecho de Sesshomaru, haciéndolo retroceder escasamente... – Tómalo como una advertencia... – añadió, sintiendo rabia, ya que no imaginó que él resistiera esa energía, con tanta simpleza. Sin embargo, él caminó nuevamente hacia ella, hasta quedar a unos cuantos centímetros, se miraron con rencor...

Sabes que no me agradan las amenazas... – murmuró con voz grave...

Me tiene sin cuidado... Además, lo mío no es ninguna amenaza, sabes bien que se trata de un juramento... – murmuró ella a su vez con la misma peligrosidad... Luego se alejó de él...

Temes estar cerca de mí...? – preguntó burlonamente. Ella se detuvo en seco...

Jamás te he tenido miendo... Una rata como tú, jamás podría inspirarme el menor temor... – gritó furiosa...

Entonces porqué huyes de mí...? – preguntó, acercándose nuevamente, tan cerca que podían sentir la respiración del otro. La miró como retándola a alejarse... Ella tragó en seco... como odiaba a ese hombre... no podía soportar su cercanía...

No tengo suficiente tiempo, como para perderlo jugando contigo, Sesshomaru – con voz gélida y áspera... Se dio la vuelta y continuó caminando, no sin antes escuchar la burlona risa de Sesshomaru...

Era de noche, y todos dormían, menos Inuyasha, que se encontraba apoyado en un árbol, con los ojos cerrados, pero completamente alerta. Los tres demonios se encontraban cerca, según lo que les contara Ryutzuki, así que no quería arriesgarse a un ataque sorpresa... Se puso de pie al sentir un conocido y desagradable aroma, se alejó de los demás, cuando una brisa lo rodeo, para luego tener frente a él, a su detestable enemiga...

Qué demonios quieres aquí, Kagura? – preguntó desenfundando su espada...

Inuyasha, tú siempre tan agresivo... – comentó burlona... – Sólo vine a informarte de la visita que hizo Naraku, a tu linda Kikyo...

Qué estás diciendo?... – preguntó sintiendo temor... – Qué le hizo ese maldito!

Nada... todavía... Sólo fue una visita de advertencia... – contestó con una maligna sonrisa... luego se elevó en su pluma, lanzándole sus venenosas palabras... – Al menos... eso creo...

Inuyasha!... A qué vino Kagura...? – preguntó Miroku, llegando junto al hanyou agitado por la carrera...

Naraku, sabe dónde esta Kikyo, y fue a verla... – le contó asustado... – No estoy seguro de qué le hizo ese maldito infeliz!... Mejor voy a buscarla...

Espera Inuyasha! – lo detuvo el monje... – Primero deberías hablar con la señorita Ahome...

Hablar?... No hay tiempo para eso Miroku, primero debo saber cómo se encuentra Kikyo. Estoy seguro de que Ahome comprenderá... – dijo y salió a toda prisa...

Ya no estoy tan seguro de eso... Inuyasha... – murmuró con pesar el monje.

Excelencia, que sucedió?. A dónde fue Inuyasha? – preguntó Sango preocupada al verlo volver solo...

Kagura estuvo aquí, le dijo a Inuyasha que el demonio Naraku, le hizo una visita a Kikyo... – contestó... mirándola preocupado...

Y él se fue a verla... – concluyó Sango al ver la expresión del monje... – Pero es un inconsciente... Cómo puede hacerle eso a nuestra amiga Ahome...? – preguntó indignada...

Inuyasha siempre pierde el control... – contestó con pesar... – Es mejor dejar que la Señorita Ahome, siga dormida. Con un poco de suerte, es posible que Inuyasha logre volver antes de que despierte...

Tiene razón, será mejor evitarle este mal momento... – accedió Sango

Les agradezco, el que intenten protegerme... – interrumpió una amarga voz detrás de ellos... – Pero prefiero afrontar la verdad, por más dolorosa que sea... En vez de aparentar tontamente, que todo esta bien...

Ahome... no te sientas mal... verás que regresa en un par de horas... – intentó excusarlo Sango...

Señorita Ahome, Naraku encontró a la sacerdotisa Kikyo, e Inuyasha quiso asegurarse de que no salió lastimada, de aquel encuentro... – explicó Miroku

No es necesario detallarlo... Después de todo, siempre, es por el mismo motivo... Nunca puede evitar sus deseos de verla... – interrumpió Ahome con amarga seriedad, dejándolos solos...

Pobre Ahome... Es muy duro verla sufrir así... – murmuró Sango...

Tengo un terrible presentimiento, acerca de esto... Sango... – comentó Miroku con preocupante seriedad...

A qué se refiere, Excelencia...

Temo que la señorita Ahome, ha llegado al límite... Y espero que Inuysha sepa cómo afrontar las consecuencias... – sentenció el monje...

Ahome regresó a su saco de dormir, junto a unos dormidos Shippo, Keiko y Kirara... se sentía tan cansada de todo...

"Qué importan ya los motivos... si su necesidad es más que evidente... Y mucho más fuerte que el sentimiento que lo pueda unir a mí... Sea cual sea...", pensó con amargura... "Inuyasha me necesita, eso lo se bien, necesita sentirse acompañado y querido... Pero eso no quiere decir que me ame, tal vez me quiera un poco. Sin embargo, su corazón jamás se ha alejado de Kikyo... Es mejor aceptarlo de una buena vez... Ya no me quedan fuerzas para justificar y encontrar razones, que me hagan sentir menos herida... Ya no tengo fuerzas para continuar con esto... ya no..."

Acaso no es esta una triste y solitaria noche...? – preguntó una irónica voz, haciendo que Ahome se incorpore asustada

Quién eres tu...? – preguntó la joven sacerdotisa

Un antiguo y cercano amigo... Me decepciona el que no me recuerdes, querida Ahome... – dijo con una risa desagradable apareciendo frente a ella...

Tu eres...

Mi nombre es Hakudoshi... – interrumpió... – Aún recuerdo lo cerca que estuvimos el uno del otro...

Tu eres bebe maligno, creado por Naraku! – exclamó Ahome... haciendo que todos se despertaran y corrieran junto a ella... – Qué haces aquí... Qué es lo que quieres..?

Nada en especial... Sólo recordarte lo sola que estas... – dijo con dura mofa... – Te das cuenta... que siempre tuve a razón...?

Cállate!. No voy a caer en tus sucios juegos nuevamente... – gritó Ahome, tomando su arco y una flecha apuntando al niño albino...

Este no es un juego... Además, no es el mismo Inuyasha, quien me da la razón?... – añadió, con una desagradable risa y desapareciendo... – Por ahora, te dejo algo de compañía, para que no extrañes demás a tu querido Inuyasha...

Ahome, logró percibir una gran presencia maligna que se acercaba hacia ellos. Corrió hacia lo alto, y vio horrorizada que una enorme cantidad de demonios y monstruos, se dirigían a atacarlos... Sango y Miroku se le unieron...

En otro lugar, Inuyasha corría por el bosque, tras el rastro de Kikyo... para su sorpresa logró dar con ella, más pronto de lo que imagino...

Inuyasha... – susurró la sacerdotisa, que se encontraba a la orilla de un riachuelo...

Kikyo... Me dijeron que Naraku, había logrado encontrarte... – dijo preocupado...

Así es... Ese maldito sólo vino para amenazarme... – contó con frialdad

Te hizo daño?

No... Pero imagino que algo esta planeando en mi contra... – murmuró con odio

No te preocupes Kikyo, tú sabes que cuentas con mi ayuda... Yo voy a protegerte... – dijo Inuyasha con determinación...

Esa no es tu responsabilidad Inuyasha... – dijo con dureza, sorprendiendo al hanyou – Ya te he dicho, que mi objetivo no tiene porqué ser igual al tuyo...

No entiendo a qué te refieres con eso...

Debo confesarte... que en ocasiones me siento confundida... Con la misión que debo cumplir en este mundo y mis verdaderos deseos... – comentó enigmática

Tu misión y tus deseos?... De qué estas hablando... – preguntó aún mas confundido...

No importa... Algún día, tu también tendrás clara tu verdadera misión... – contestó alejándose del hanyou... – Inuyasha... como consecuencias de tus impulsos... tus amigos ahora son vulnerables... Permitirás que el maldito de Naraku los lastime? – le preguntó...

Qué dices?... – exclamó con los ojos muy abiertos por el temor... – Acaso esto era una trampa...

Todo... siempre, es una trampa... Inuyasha... Ya deberías saberlo... – contestó con frialdad desapareciendo del lugar...

Al parecer, todo se trató de una trampa... Aprovecharon muy bien la ausencia de Inuyasha... – analizó Miroku...

El que Inuyasha esté o no, ahora es lo que menos importa! – dijo Ahome con una mirada llena de determinación y valor... – Sango... encárgate de proteger a Keiko y a Shippo...

Sí... como digas Ahome... – accedió con un poco de sorpresa, por la actitud de la joven... – Kirara! – llamó y la gata llegó junto a ella lista para luchar...

Ahome corrió al encuentro de los demonios, seguida por Miroku y más atrás Sango, que permanecía cerca de los niños... La sacerdotisa preparó su flecha y su cuerpo se rodeó por una impresionante energía espiritual...

Les demostraré que no soy una mujer débil... Y que puedo defenderme YO sola... – murmuró Ahome con decisión y un leve toque de rencor...

Señorita Ahome... – murmuró Miroku, sorprendido tanto por su actitud como su gran poder...

Acabaré con todos ellos! – gritó Ahome, lanzando la flecha, que se rodeo con un poder espiritual grandioso, acabando con una gran cantidad de demonios en unos segundos...

Luego lanzó otra, con el mismo resultado, y luego varias más... Miroku no tuvo que hacer mayor esfuerzo para ayudarla, y sólo absorbía a unos cuantos, Sango, prácticamente permaneció inmóvil...

Un monstruo más grande que los demás, llegó para atacarlos, pero Ahome, sin sentirse intimidada lo enfrentó...

No creas que tu tamaño va a asustarme! – le gritó lanzándole una flecha... – A él!

Increíble... – murmuró Miroku, al ver que el enorme monstruo desapareció sin dejar rastro... – Creo que ese era el último...

Sí... – contestó Ahome volviendo con los demás... – Están todos bien?...

Ahome!. Estuviste grandiosa! – gritó Shippo, corriendo hacia sus brazos...

Shippo tienes razón... Ahome, fue increíble... – dijo Sango...

Eres muy fuerte... Cuando sea grande, me gustaría ser como tú y la Señorita Ryutzuki... – comentó Keiko, mirándola con admiración

Muchas gracias... No fue para tanto... – balbuceó Ahome, apenada por los halagos

Ahome!. Miroku, Sango! – gritaba Inuyasha... al llegar vio que todos estaban bien, y se sintió aliviado... – Pensé que algo malo estaba ocurriendo...

Lo malo, ya ocurrió, perro tonto! – informó Shippo muy enojado

Así es... fuimos atacados por una gran cantidad de monstruos, enviados por Naraku... – le dijo Sango, con una evidente mirada de reproche...

Pero la señorita Ahome, es muy poderosa, y gracias a ella estamos bien... – comentó Keiko, mirándola con adoración...

Gracias al poder de Ahome?... – preguntó el hanyou, mirando a la sacerdotisa, que no le dirigía ni la mirada, ni la palabra...

Sí, ella luchó de una manera formidable, y acabó rápidamente, con el ejercito de monstruos... – contestó Miroku...

Ahome... – murmuró el hanyou, sintiéndose contento y orgulloso...

No tienes de qué preocuparte Inuyasha, tu ausencia ya no significa un peligro para mí... – dijo Ahome, con voz fría y dura, luego se dirigió rumbo a su saco de dormir y sus cosas, seguida por Shippo y Keiko. Estaba amaneciendo así que optó por guardarlo todo, además, difícilmente podría conciliar el sueño...

Qué le ocurre? – preguntó Inuyasha...

Que, qué le ocurre?... – repitió Sango indignada... – Y todavía tienes el descaro de preguntarlo?

Esta molesta porque fui a ver a Kikyo, pero si sólo quería asegurarme que el infeliz de Naraku no la hubiera lastimado! – se defendió

Eso no es lo importante Inuyasha... – dijo Miroku con seriedad... – Ahome, de alguna forma es tu compañera, pero siempre actúas como si sus opiniones y sentimientos, carecieran de total importancia para ti... – lo reprendió

Pero qué demonios estas diciendo!. Sabes bien que Ahome es muy importante para mí... – objetó enojado...

Pues no lo parece!... – dijo Sango también muy enojada...

Qué pasaría, si una noche llegara un lobo, para llevarse a la señorita Ahome con él, con motivo de que Kouga esta herido, y ella fuera sin decirte una palabra... Multiplícalo por una docena de veces... – añadió con ironía - Cómo te sentirías Inuyasha..? – preguntó el monje... – Responde! – ordenó al verlo permanecer en silencio...

Eso es absurdo... Una cosa no tiene que ver con la otra... – respondió evadiendo el punto de la pregunta... – Además, no dejaría que Ahome se fuera sola a ver a ese lobo rabioso, ni siquiera una vez!. No tendría porqué hacer algo así y mucho menos sin... – añadió perdiendo el control por sus celos... pero se detuvo al comprender lo que estaba diciendo...

Bueno... al menos has entendido la idea... – comentó Miroku – Sólo espero, por tu bien, Inuyasha, que no sea demasiado tarde... – añadió, marchándose con Sango y dejándolo solo...

Continuará...

Bueno amigos... espero les agradara este capítulo...

Kykio88: Agradezco de todo corazón tu review... realmente me sentí muy feliz de saber que pude captar tu atención y que te gustara lo que escribo... De verdad te lo digo... me diste mucho mucho animo... un beso y espero continúes leyendo...

SayuriChanInu... : te agradezco el review atrasado . y me alegra que hicieras tu propia cuenta... se vio bastante extraño que me autodejara un review... ¡ igual me alegra que te guste el fic primis... jajajaja...