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No Ahome... Esta vez no vas a huir... no te lo permitiré... – anunció con suave determinación tomándola con más fuerza, acercándola poco a poco... – Perdóname Ahome... Pero no puedo resistirlo... Ya no puedo resistirlo... – murmuró con voz grave y antes de que ella pudiera reaccionar, la beso...
La beso con lentitud... reconociendo el dulce sabor de su boca, viviendo por fin el recuerdo que lo torturaba cada vez que miraba sus labios...
Sintió una leve resistencia, la cual desvaneció al presionarla contra su pecho, rodeando con fuerza su fino cuerpo, intensificando la caricia de sus labios...
Ahome consintió su derrota al emitir un suave suspiro, y rodear con sus brazos el cuello del hanyou. Abrió poco a poco sus labios, permitiéndole explorar, sentir más intensamente aquel maravilloso contacto... aquel tan anhelado beso...
Qué importaba arrepentirse después... ya que no sería la primera y quizás tampoco la última?... Qué importaba mandar al diablo su determinación de dejarlo ir... Qué importaba Kikyo?... Tenerlo entre sus brazos y sentir su calor era lo único importante...
Capítulo 15: El secuestro y el inesperado rescate ... El tercer demonio...
Dime que no me has olvidado Ahome... Dime que aún estoy en tu corazón... – la urgió, sin separar sus labios de los de Ahome...
Inuyasha... no... yo... por favor... – balbuceaba sin que se le ocurriera alguna palabra coherente para responder... Su mente estaba nublada por su cercanía, por la intensidad de sus besos...
Dime que aún me amas, Ahome... Dilo! – le pidió casi como una orden...
Te amo... Nunca he dejado de amarte... Jamás podría... Inuyasha... – contestó. Siendo atacada por una nueva oleada de apasionados besos...
Fue transportada a otro mundo... donde sólo existían ellos dos... y la revelación de tantas nuevas sensaciones, no podían dejar de abrazarse, besarse... de sentirse...
La necesidad más profunda, aquel primitivo instinto de consumar aquellas desbordantes emociones, y tan inmenso amor, se acrecentaba cada vez más, volviéndose incontenible, casi palpable entre ellos...
Inuyasha abandonó un instante los labios, para comenzar a recorrer el rostro de Ahome, hasta llegar a su cuello, tan cera de su oído que ella podía escuchar claramente la acelerada respiración del joven... Abrió abruptamente los ojos al darse cuenta que el haori se deslizaba lentamente por sus hombros... Y se horrorizó al ver que la camisa que se suponía cubría a Inuyasha, prácticamente ya no cumplía esa función... sino que se encontraba completamente abierta dejando al descubierto su fornido pecho...
Aquello la hizo volver violentamente a la realidad... Haciendo que el arrepentimiento llegara más pronto de lo que imaginó...
Puso sus manos en pecho de Inuyasha, intentando apartarlo un poco...
Inuyasha... no... – susurró con voz casi inaudible... Sin embargo, Inuyasha se detuvo al instante... Se separó un poco de ella mirándola con extrañeza... Ahome pudo notar que a pesar de ello, sus doradas pupilas aún brillaban con deseo...
Qué pasa Ahome? – preguntó con voz más ronca de lo normal...
Inuyasha... esto no es correcto... Además el que hallas logrado que confesara que aún te amo... no cambiará las cosas – le explicó intentando recuperar el control...
Ahome... yo pensé que tu... – murmuró él confundido...
No malentiendas las cosas Inuyasha... – dijo con gravedad... – El que me dejara llevar por mis sentimientos, ya te dije que no hará cambiar nada!
Maldita sea, Ahome!... Porqué demonios, eres tan terca! – gritó con frustración...
No es terquedad!... Por qué no terminas de entender Inuyasha? – preguntó con dolor... – Lo que intento es dar tiempo para que analices tus sentimientos... Pero también intento protegerme a mí misma...
Protegerte?... De mí! – exclamó el hanyou
Sí... de ti... – aceptó con amargura... – No logro evitar que mi amor por ti crezca día con día... No puedo negarlo... Pero qué pasará después... cuando un día me digas... "Sabes Ahome... perdóname, pero no logro olvidarme de Kikyo..."... Dime que pasará con todo lo que siento... qué haré yo con todo este amor... Inuyasha...
Ya te he dicho que Kikyo...
No lo digas... No ahora... – interrumpió... – Sea cual sea el camino que escojas... Cuando llegue el momento adecuado, las palabras no serán necesarias... Sólo esperemos ese momento Inuyasha...
Comprendo... – aceptó resignado... – Pero... por favor Ahome... No vuelvas con esa tontería de que debemos separarnos... – comenzó a reclamar con frustración... – Tú misma dijiste que tu deseo era verme feliz... – dijo de pronto... mirándola con los ojos entrecerrados... y al verla asentir... sonrió descaradamente – Entonces no podrás separarte de mí... Claro... si no quieres hacerme sentir infeliz... Tu deber es amarme Ahome... – lo ordenó con total desfachatez.
Ahome lo miró estupefacta, luego entrecerró los ojos molesta, se dio media vuelta apretando los puños con fuerza...
I n u y a s h a... Abajo! – ordenó molesta... – Eres un cabeza dura... Nunca entiendes nada!... Además cómo se te ocurre ordenarme algo así!... No tie.. – reclamaba, deteniéndose bruscamente, al ser tomada por sorpresa por las poderosas manos y luego ser besada con pasión...
Sólo tu me haces feliz Ahome... – confesó luego de abandonar sus labios, mirándola con ternura – Déjame continuar siendo feliz... contigo... – suplicó abrazándola con fuerza...
Ya no estoy tan segura de que el separarnos... sea una buena... o una mala idea... Inuyasha – confesó Ahome con un suspiro... – Sólo sé, que único que me importa, es tu felicidad... – añadió correspondiendo su abrazo... – Dejaremos las cosas así... Que sea el destino quien escoja al final... – dijo Ahome... – Y sea cual sea ese final... te juro de que siempre me sentiré feliz de haberte amado y de haber viajado a tu lado...
No seas tonta Ahome... el final de este viaje... apenas y será el comienzo... – sentenció Inuyasha...
Sí... – aceptó la joven con alegría... "Y sea cual sea tu decisión al final... Tendré recuerdos maravillosos y llenos de felicidad en mi memoria...", pensó con la mirada levemente ensombrecida por la tristeza...
Ven... vamos a dormir juntos... – le pidió llevándola rumbo al futón...
Qué! – exclamó desconcertada separándose de él – Pe.. pe.. pero Inuyasha...
Ahome no seas mal pensada! – reclamó rojo de vergüenza – Lo que quiero decir es que quiero dormir, contigo entre mis brazos... – explicó mirándola dulcemente... Ahome soltó una risilla traviesa, lanzándote a sus brazos...
Ahome e Inuyasha, se encontraban agotados por los últimos acontecimientos, por lo que aún después de haber amanecido, ellos continuaban pacíficamente dormidos. Inuyasha estaba apoyado contra la pared, manteniendo a Ahome entre sus brazos... Mientras que ella descansaba su cabeza contra el pecho del hanyou...
Creo que llegamos en mal momento... – comentó Ryutzuki, entrando en la cabaña, seguida por Sango, Miroku y los demás...
Ahome! – exclamó Sango sonrojada...
Vaya... Vaya!... Me parece que nuestro querido Inuyasha ha conseguido por fin la absolución... – comentó Miroku en tono burlón...
Humm... Pues ya veremos cuanto le dura... – comentó Shippo con desconfianza cruzándose de brazos...
Que romántico... – suspiró Keiko... – Se ven muy bonitos...
No creo que debamos molestarlos... – comentó Kohaku apenado... con Kirara sobre su hombro, que lanzo un alegre maullido...
Debido a los poco disimulados comentarios por parte de sus amigos... Ahome e Inuyasha despertaron sobresaltados, enrojecieron de vergüenza al encontrarse con miradas que variaban entro lo comprensivas, libidinosas, reprobatorias... Se pusieron de pie tan rápido como pudieron, y no ayudo mucho a cambiar la errónea impresión, de aquello que parecía tan evidente, el que Ahome continuara vistiendo el haori de Inuyasha...
Este... nosotros... bueno... es que yo... – balbuceaba Ahome con la cara roja
En qué demonios piensan! – reclamó Inuyasha con nerviosismo y con el mismo tono colorado en las mejillas...
Nosotros?... Pues nada en especial... – contestó Miroku – No es que sea "taaan"... evidente lo que sucedió entre ustedes... Es solo que nos sentimos mal por interrumpirlos tan pronto... – añadió con mordacidad, burlándose descaradamente de ellos...
Será mejor que salgamos... – interrumpió Sango... – Usted también Excelencia! – añadió sacándolo de una oreja... Todos salieron menos Ryutzuki...
Lo siento... – dijo con sinceridad... – Al dar con el rastro que dejaron, lo más lógico para todos fue venir a buscarlos... Lamento haber arruinado un hermoso momento...
No tienes que disculparte... No arruinaste nada... Ya que lo que están pensando es un error... Nada pasó entre nosotros de verdad... – contestó Ahome...
No es necesario que me des explicaciones... Me alegra ver que las cosas entre ustedes se hayan solucionado... – dijo la youkai con una sonrisa y luego salió de la cabaña...
El ambiente era muy alegre a la hora del almuerzo, el jabalí que cazara Inuyasha, estaba asándose en la fogata... Mientras todos reían y se hacían bromas, la mayoría dirigidas al pobre Inuyasha... Shippo ya se había ganado unos cuantos coscorrones... Y Miroku un par de cachetadas cuando se pasaba de listo con Sango...
Ahome sonrió al verlos... olvidase por unos momentos la pelea contra Naraku, los tres demonio, o hasta de Kikyo, era una terapia renovadora... Y les permitía recordar cuan grato era sentirse contento y disfrutar en la compañía de los amigos... Se alejó un poco del grupo... y camino hacia el río deteniéndose bajo un árbol, cuyas ramas estaban casi desnudas por el cercano invierno... se sentó sobre en una gran raíz, lanzando un largo suspiro...
Qué te sucede Ahome...? – preguntó Ryutzuki, que se encontraba cerca de ella... Al parecer la youkai ya se encontraba en aquel lugar desde mucho antes...
Nada... No pasa nada... – contestó con nerviosismo... Pero al ver la expresión comprensiva de la youkai... lanzó otro largo suspiro... – Últimamente no estoy segura de que las decisiones que tomo sean las correctas... No sé si esté bien continuar por el camino que me da felicidad, si no estoy segura de que esa felicidad es también para Inuyasha...
Tal vez debas dejar esa decisión en manos del propio Inuyasha... – contestó la youkai
Lo sé... pero siento la confusión en su corazón... Tengo miedo que al quedarse conmigo... de pronto descubra que no es feliz a mi lado... Y que pasará si la elige a ella?... No sé si logre reponerme... si pierdo a Inuyasha la mitad de mí morirá... – añadió con un leve sollozo – He intentado alejarlo de mí para que tome una decisión sin confusiones, sin miedo de lastimar a alguien... sino que lo haga con plena libertad pensando solamente en su felicidad...
Pero?... – indagó Ryutzuki...
Pero él se niega a entenderlo... insiste en permanecer a mi lado... Y te confieso que eso me llena de felicidad y de esperanza...
Comprendo que sientas temor de ser lastimada Ahome... O que creas ser un obstáculo para que Inuyasha tome la decisión correcta que defina sus sentimientos... – dijo la youkai, poniendo una mano en el hombro de la joven... – Pero no creo que alejarlo de ti sea una solución... Pienso que lo mejor es que vivas ese sentimiento con plenitud... Para que jamás tengas que arrepentirte de no haberlo expresado... Ámalo!... Lucha por ser la única dueña de su corazón... Demuéstrale que no esta equivocado al querer estar a tu lado... Esta en tus manos conseguirlo... – aconsejó con vehemencia... – Alejarlo sólo limita un poco tus posibilidades de éxito... No crees?... – añadió guiñándole un ojo...
Creo que tienes razón... muchas gracias... necesitaba escuchar eso... – contestó sonriente...
El almuerzo transcurrió tranquilamente, todos estaban satisfechos y contentos... Ahome se veía más relajada y disfrutaba junto a sus amigos... Sin embargo, el momento no duró lo que todos hubieran deseado...
Ryutzuki se levantó bruscamente, seguida por Inuyasha...
Qué les pasa? – preguntó Shippo...
Un demonio... creo que se trata de... – contestó el hanyou
El tercer demonio?... – preguntó Miroku...
Así es, pero no esta solo... – contestó Ryutzuki, alejándose a gran velocidad, seguida por los chicos...
Se sorprendieron al encontrar a Sesshomaru luchando contra el tercer demonio... miró de reojo a Ryutzuki, sin descuidar a su oponente...
"Sesshomaru... tú otra vez...", pensó la youkai...
Sin embargo el demonio no estaba solo, en los alrededores se encontraban miles de monstruos esperando atacar a quien sea... Ryutzuki eliminaba uno tras otro acercándose a donde se encontraba Sesshomaru...
No intervengas Ryutzuki! – ordenó Sesshomaru...
Lo siento... Sesshomaru... pero esta presa no es tuya! – le gritó atacándolo, para evitar que elimine al demonio...
Pero... qué demonios está haciendo esa mujer! – preguntó Inuyasha confundido, mirando a Ryutzuki...
Intenta despejarte el camino para que luches contra el demonio... – explicó Miroku
Miren!... El tercer demonio es una mujer... – exclamó Ahome...
Si... Y muy hermosa por cierto... – comentó Miroku, sintiendo el hiraigotzu de Sango golpear contra su cabeza...
Este no es el momento para sus tonterías... – lo reprendió la exterminadora...
Dejen de perder el tiempo!... – gruño Inuyasha... – Ustedes desháganse de esas basuras insignificantes y yo me encargare de ese demonio... – ordenó corriendo hacia ella...
Ahí vienen! – exclamó Ahome... lanzando una flecha, acabando con una gran cantidad de monstruos...
Kirara... lleva a Keiko y a Shippo a un lugar más seguro... – ordeno Sango... – Kohaku.. ve con ellos – ordeno al ver a su hermano seguirla
No hermana, yo también quiero ayudarles.. – objeto con decisión
Kohaku... – murmuró con orgullo... – Hiraitgotzu! – lanzó su boomerang cubriendo la huida de los niños...
Son interminables! – exclamó Miroku
Excelencia tenga cuidado! – grito Sango, mostrándole una gran cantidad de insectos venenosos que se encontraban cerca del monje...
Inuyasha llegó cerca de la mujer demonio... listo para enfrentarla, ella al parecer lo esperaba... ya que se mantuvo en su sitio hasta que el hanyou estuvo frente a ella...
Tenia un rostro muy bonito, pero estaba distorsionado por el odio y la maldad... Su cabello era largo de color azul oscuro, atado en un moño en lo alto de la cabeza... Sus ojos también eran azules... Llevaba una armadura sobre su ropa, que al parecer era china... En lugar de una espada poseía una enorme hoz...
Inuyasha... al fin nos conocemos... – comentó la youkai... – Mi nombre es Kiorome – añadió – No puedo decir que me hablaran muy bien de ti... Pero al menos eres un joven muy guapo... me dará mucho gusto acabar contigo, para después devorarte! – dijo la mujer soltando una risa grotesca...
Me doy cuenta de que tu apariencia es menos repugnante que tu personalidad... – comentó Inuyasha con asco...
Qué agradable cumplido – exclamó con burla
Ya basta de tonterías y pelea! – gritó corriendo hacia ella...
Qué pretendes Ryutzuki... – indagó Sesshomaru con frialdad...
Que no intervengas en la pelea de Inuyasha – contestó en el mismo tono...
Un grupo de monstruos se dirigió hacia ellos, pero Ryutzuki y Sesshomaru fueron más rápidos, acabando con ellos en segundos... Ambos se movían con elegancia e increíble velocidad... El poder de sus espadas era letal para el que se acercara a ellos... A pesar de los sentimientos de odio que había entre ellos, peleaban en total sincronía...
Un grito infantil llamó la atención de los dos... y corrieron velozmente hacia el lugar de donde provenía...
Varios demonios intentaban atacar a la pequeña Rin, que se encontraba oculta tras unas rocas no muy lejos del lugar de la batalla... Yaquen junto con Ha y Uhn intentaban protegerla, pero era demasiado para ellos... Sesshomaru acabó con los monstruos, ayudado por la youkai... Rin gritó de alegría abrazando a Ryutzuki...
Tenia que ser esta mujer... – murmuró Yaquen, antes de quedar pegado al suelo, después que Ryutzuki pasara sobre él...
Se acercan más de esas basuras... – murmuró la youkai... "Creo que Naraku intenta mantenernos muy ocupados...", pensó
Viento Cortante! – gritó Inuyasha
El ataque resulto completamente ineficaz, Kiotome dio unos expertos giros con su hoz para lanzar un ataque tan o más poderoso que el viento cortante, desintegrándolo...
Bueno... Ahora es mi turno de atacar... – anunció la mujer demonio... – Serás testigo de mi grandioso poder... Es una lástima... pero no lograrás vivir para contarlo – se burlo con una desagradable risa...
Su arma se cubrieron con una poderosa energía maligna... la alzó concentrándose en extraer aquella esencia que comenzaba a emanar con mayor fuerza... Extendió los brazos e hizo unos rápidos movimientos, justo en ese instante una esfera de luz salió de la cuchilla, dirigiéndose hacia el hanyou...
Inuyasha la esquivo sin mucho esfuerzo, pero se desconcertó al ver que la esfera no se desintegró a estrellarse contra el suelo o contra las rocas... más bien cambiaba su curso persiguiéndolo, acorralándolo.. Repentinamente se dividieron en dos complicando las cosas, hasta que una de ellas que logró alcanzarlo estallando en su pecho, inmediatamente después lo impactó la segunda... Inuyasha cayó al suelo, sangrando en varias partes del cuerpo...
Inuyasha! – exclamó Ahome...
Esa mujer es muy hábil... – murmuró Miroku
Si continúa lastimándolo de esa manera, le costará cada vez más esquivar esas esferas... – añadió Sango igualmente preocupada...
Esas esferas... son como una especie de misil... – musitó Ahome
Misil?... Qué es eso señorita Ahome? – preguntó Miroku
Es como una bomba... son lanzados hacia un sujeto específico... y aunque este se desvíe, ellos cambian su curso... sólo se detienen hasta alcanzar su objetivo... – explicó con voz temblorosa...
"Maldición... no importa hacia donde corra... su ataque va a seguirme...", pensaba Inuyasha, poniéndose de pie con dificultad...
Ya te rindes Inuyasha? – preguntó Kiorome mordaz
Maldita... Eso nunca! – gritó Inuyasha, agitando a colmillo
Que estúpido eres! – se burló, Su hoz se dividió quedando con una en cada mano, realizó los mismos movimientos anteriores, sólo que esta vez cuatros esferas salieron de sus cuchillas...
Bakuryuja! – grito Inuyasha... pero su ataque fue inútil, ya que las esferas esquivaron la energía del Bakuryuja... Una de ellas se dirigió directamente hacia Ahome y los demás.. – Demonios!... Ahome! – gritó Inuyasha
Ahome lanzó una flecha a la esfera, consiguiendo desvanecerla... Vio que otra se dirigía hacia Kirara y los niños... lanzó otra flecha, pero la esfera iba demasiado rápido y no logró darle...
Sin embargo, Ryutzuki llegó justo a tiempo, y con un movimiento de su espada logró desintegrar la energía...
Sesshomaru permaneció cerca de Rin, y continuaba luchando contra los demonios de Naraku...
"Qué harás ahora Inuyasha?... Cuál es tu siguiente plan...", pensó Ruytzuki, mirando con ojos entrecerrados al hanyou...
"Maldita sea, Cómo puedo esquivar esas esferas y llegar hasta ella!... Tengo que pensar en algo..", pensaba Inuyasha con rabia...
Debo decir que no posees un poder tan impresionante... Realmente creí que podrías sorprenderme... – comentó la mujer
Kiorome creó una nueva ola de esferas... todas intentaban chocar contra Inuyasha, quien con gran esfuerzo a causa de sus heridas, difícilmente lograba esquivar... Dos de ellas consiguieron golpearlo...
"Maldición, si tan solo...", pensaba Inuyasha... cuando de pronto abrió los ojos al encontrar la respuesta... Rió de buena gana, viendo la extrañada expresión de su oponente...
Qué te causa tanta gracia?... – preguntó Kiorome, sin poder evitar el tono de nerviosismo...
Nada en especial... – contestó enigmático...
"Muy bien!... Necesito concentrarme... Ya casi puedo olerlo...", pensó con determinación...
Al concentrarse en crear su nuevo poder, una luz escarlata lo rodeó por completo... creando un campo de energía a su alrededor... Otras dos esferas se dirigieron hacia él, pero se desintegraron al chocar contra el campo de energía...
"Bien Inuyasha!... El máximo poder, no sólo depende de un poderoso ataque... Sino también de una poderosa defensa!...", pensó Ryutzuki con satisfacción...
Pero que diablos es eso! – murmuró Kiorome asustada... "Naraku no me advirtió acerca de ese poder!; pensó con rabia...
Envió una cantidad impresionante de esferas... Sin embargo, ninguna de ellas logró traspasar el poderoso campo de energía que protegía a Inuyasha... Corrió en dirección a la mujer demonio, esgrimiendo en lo alto a colmillo de acero...
Ahora sí me las pagarás!... Viento Cortante! – descargó el poderoso ataque sobre la mujer, que no logró reaccionar ante la rápida acción del hanyou... No alcanzó a emitir sonido alguno cuando las gigantescas garras de luz, desgarraron su cuerpo por completo, pulverizándola...
Inuyasha! – gritó Ahome contenta con la victoria de su querido hanyou, y corrió hacia él, seguida por Miroku y Sango... Shippo, Keiko y Kirara, que permanecían bajo la protección de Ryutzuki, corrieron también hacia el hanyou...
Buen trabajo Inuyasha! – exclamó Miroku, dándole una palmada...
Un campo de energía... Bien pensado! – dijo Sango
Algo bueno tenía que aprender del maldito de Naraku... – comentó con ironía... – Ese idiota no se imagina que me dio una grandiosa idea...
Inuyasha... Mira eso! – un insecto venenoso sigilosamente se llevaba el fragmento que estaba incrustado en Kiorome...
Maldición, me olvide completamente de ese insecto! – reclamó Inuyasha, intentando alcanzar en vano al insecto...
"Ese insecto escapó nuevamente... Imagino que este es un triunfo más para Naraku...", pensó Ryutzuki preocupada, al avanzar hacia los demás, se detuvo abruptamente al sentir un leve piquete en su cuello, al inspeccionar de que trataba, se encontró con una fina espina incrustada en su piel... Se la quitó de inmediato, mirándola con extrañeza...
La desconocida espina se le escapó de las manos, cuando su vista se nubló repentinamente... Sus piernas se doblaron, intentó llamar la atención del grupo que permanecía lejos de ella, pero no podía hablar, finalmente cayó pesadamente al suelo y perdió la conciencia...
Una oscura figura emergió tras ella, levantando en brazos a Ryutzuki... Soltó una repulsiva risa...
Te advertí que algún día serías mía... Lady Ryutzuki... Y ya no puedo esperar... – murmuró el sujeto encapuchado...
Señorita Ryutzuki! – gritó Keiko, llamando la atención de todos... quienes miraron en la dirección que señalaba la niña...
Ryutzuki! – exclamó Ahome aterrada al ver que la joven youkai era prisionera de un extraño ser encapuchado...
Déjala Maldito! – gritó Inuyasha corriendo hacia ella. Pero una figura lo sobrepasó a toda velocidad... "Sesshomaru...", pensó con sorpresa...
Pero ni el mismo Sesshomaru logró alcanzarlos, el desconocido desapareció llevándose consigo a Ryutzuki...
Jajaja... Simples basuras como ustedes no lograrán detenerme... – dijo una voz que parecía provenir de todos lados... – Ryutzuki me pertenece... Ella es mía! – dijo con repugnancia...
Quién demonios era ese sujeto! – preguntó Inuyasha enojado...
No estoy segura... Pero creo que se trataba del Dragón Alastor... – contestó Ahome consternada...
Tenemos que buscarla – dijo Miroku
Pero dónde podría haberla llevado Excelencia? – preguntó Sango tan preocupada como los demás
Señorita Ryutzuki – sollozaba Keiko... Shippo se acercó para consolarla
No te preocupes... ya verás que la encontraremos... – la tranquilizó el zorrito
Señor Sesshomaru... – musitó Rin con voz temblorosa... Sus ojos estaban llenos de lágrimas... Pero Sesshomaru, ni siquiera la miró...
Maldito... – murmuró Sesshomaru con voz grave y amenazante... Sus ojos enrojecieron ante la furia... Se elevó del suelo y se marchó del lugar...
Amo Sesshomaru! – gritó Yaquen desde el suelo, pero no fue escuchado...
Creen que haya ido a rescatarla? – preguntó Ahome esperanzada...
Sesshomaru!... Y por qué piensas que él haría algo así! – preguntó Inuyasha con incredulidad
Yo pienso lo mismo que la señorita Ahome... – dijo Miroku
Tal vez ella no le sea tan indiferente después de todo... – comentó Sango...
Ryutzuki abrió lentamente sus ojos, se sentía muy mareada y con dificultad lograba enfocar algo... Se encontraba apoyada en una pared de roca, sus brazos estaban estirados hacia los costados, intentó moverse pero no lo consiguió, tenía las manos y los pies atados, se encontraba completamente inmovilizada...
Al parecer se encontraba en una especie de cueva, alumbrada sólo por algunas antorchas...
Intentó zafarse de las cadenas, pero estaba muy debilitada, con esfuerzo y conseguía mantenerse consciente...
Es inútil que lo intentes... – advirtió una conocida voz... antes de que apareciera frente a ella la figura de Alastor...
In...fe.liz!... Qué... pretendes!... – logró articular con furia
Qué que pretendo? – murmuró burlón... – La verdad, no estoy seguro... Pero por lo pronto, me agrada mucho la idea de tenerte así... Completamente a mi merced... – añadió de forma asquerosa...
Bastardo!... Voy a matarte... – advirtió la youkai con mayor fuerza...
Ah!. Veo que estás recuperando tus fuerzas rápidamente... Y eso no nos conviene verdad! – dijo Alastor, sacando de su manto una delgada espina, incrustándola en el cuello de la joven – Así esta mejor... Me gustan más las mujeres dóciles – agregó con una risa mordaz
Maldito cobarde! – murmuró Ryutzuki sintiendo que sus fuerzas la abandonaban de nuevo...
Ryutzuki... eres tan hermosa... – murmuró con repugnancia acariciando el rostro de la joven...
No... me... to.. ques.. infe.. liz – balbuceaba cada vez más debilitada, impotente de evitar, el asco que le provocaba el ser tocada por Alastor...
No tocarte?... pero si eso es lo que más deseo querida mía... – susurró con voz grave muy cerca del oído de la joven... Su mano descendió por sus mejillas, pasando por lo largo de su cuello, siguió descendiendo para posarse sobre el pecho de la joven, que era protegido por su armadura... – Uhmm... esto nos estorba... – susurró con mayor repulsión...
No... – musitó...
Sí... siii... Ryutzuki... – murmuró. Luchando por despojarla de su armadura... desgarró parte de sus ropas...
Un ensordecedor estruendo se escuchó tras Alastor, quien se dio vuelta para identificar al responsable de la inoportuna visita... Quedó paralizado al encontrarse con la dorada mirada de Sesshomaru, cuyos ojos centelleaban con una incontenible ira y odio...
Ryutzuki abrió los ojos con dificultad intentando ver quien había llegado...
"Sesshomaru... tú!", pensó sorprendida y aliviada...
No la toques!... – ordenó con furia, dando un enorme salto hacia Alastor, para atacarlo con su espada Toukijin, sin embargo, Alastor fue más rápido, ya que antes de recibir el golpe de la espada desapareció...
Maldito seas!... Muy pronto me las pagarás... Sesshomaru... – advirtió una voz de Alastor...
Imbécil – murmuró el youkai entrecerrando los ojos.
Sesshomaru se acercó a Ryutzuki, apretó los labios al verla en aquel estado... Con su espada cortó las cadenas de sus pies, y luego la de sus manos, alcanzando a tomar su cuerpo desvanecido... Se agachó y lentamente la depositó en el suelo sujetándola con su brazo, apoyándola contra su pierna derecha y su pecho... Inspeccionó, en busca de alguna herida visible, luego concentró su atención en sus ropas desgarradas, mirando la profunda cicatriz sobre su pecho...
"Esto es... Ya veo... Fue hace mucho tiempo...", pensó Sesshomaru
Se.. sho.. maru... – murmuró la youkai con voz débil... – Tú... por qué...? – indagó, abriendo pausadamente sus ojos, para mirarlo con una absurda mezcla de emoción y enojo...
Pero no recibió respuesta, simplemente él la alzó, con increíble facilidad a pesar de sólo contar con un brazo... Su estola le ayudaba en la tarea de trasladarla.. luego la sacó de aquel desagradable lugar...
Sesshomaru se detuvo a orillas de un río, al notar que la youkai no reaccionaba, toco su frente notando que tenía mucha fiebre, y no recuperaba el conocimiento... Le dio un poco de agua y refrescó su rostro y cuello con el vital líquido... lo que finalmente la hizo reaccionar...
No tienes por qué hacer esto – murmuró esquivando la mirada
Es verdad... – contestó con fría indiferencia
Entonces por qué no me dejas aquí? – preguntó mirándolo a los ojos, como si quisiera encontrar en ellos una respuesta diferente, especial...
Simplemente, porque no me da la gana... – contesto sin más
Esto no cambiará el hecho de que... tarde o temprano voy a matarte... – advirtió Ryutzuki
Eso ya lo veremos... De cualquier forma... para cumplir tu amenaza, primero debes sobrevivir... – añadió Sesshomaru fríamente...
No creas que moriré tan fácilmente... Sesshomaru... – contestó molesta, intentando sin éxito ponerse de pie... Sesshomaru la sostuvo con mayor firmeza – Quieres dejarme en paz de una buena vez... Te lo agradezco... pero ya estoy bien! – dijo con rabia...
Ni siquiera puedes mantenerte en pie – contradijo con dureza, al notar que perdía el equilibrio... la alzó nuevamente ignorando sus protestas...
Maldición! – masculló enojada... antes de perder el sentido
Cuando Ryutzuki abrió los ojos, se encontraba en compañía de Ahome y los demás... quienes lanzaron expresiones de alegría al verla recuperarse...
Cómo te sientes? – preguntó Ahome con una dulce sonrisa
Señorita Ryutzuki! – gritaron Rin y Keiko al unísono
Bien... gracias – contestó incorporándose... – Cómo fue que... – se detuvo desviando la mirada
Sesshomaru te trajo... – contestó Ahome con cautela... – Cuando fuiste capturada por Alastor, salió tras de ti, y al regresar venías inconsciente... Te di algunas medicinas y hiervas para contrarrestar el veneno...
Veneno... – susurro algo confundida... recordando la espina que le enterró en el cuello...
Es un veneno sumamente poderoso... – comentó Sango, mostrando la filosa lancilla que contenía al veneno...
Lo conoces?... – preguntó Ryutzuki...
Sí... Es una clase de veneno muy particular – respondió Sango – Cuando era pequeña mi padre y los demás exterminadores, fuimos llamados para eliminar un maligno Dragón de Agua que atacaba una aldea en una región cercana... Mi padre me enseñó a preparar este veneno con una hierba muy especial y difícil de conseguir, sólo se da en lugares prácticamente inaccesibles, a casi cualquier ser humano o monstruo... Y sólo tiene efecto en la raza de los dragones...
Sólo en dragones? – preguntó Miroku...
Así es... Los dragones se caracterizan por tener pieles muy resistentes y grandes poderes, pero son vulnerables contra este veneno.. – explicó
Contra ese veneno?... – murmuró pensativa... Luego se puso de pie ayudada por Ahome...
Pero que demonios haces? – preguntó Inuyasha al verla levantarse...
No creo que debas moverte aún... – recomendó Ahome
No se preocupen... – contestó tranquilizándolos... – Estaré bien.. solo es algo que... debo que hacer... – añadió
Pero no... – balbuceó Inuyasha, siendo detenido con delicadeza por una delicada mano sobre su brazo... Miro interrogante a Ahome...
Creo que debe hacer algo de mucha importancia... – le explicó
Eh?... pero qué? – pregunto mirándola extrañado...
Aahhy... no tiene caso que te lo explique Inuyasha... – contestó suspirando
Amo Sesshomaru!... En donde esta...! – gritaba Yaquen – Por qué siempre me deja solito Amo Bonito... – se lamentaba, mientras vagaba por el bosque buscándolo...
Sesshomaru... – dijo a modo de saludo Kagura, saltando frente a él desde su pluma...
Espero que hayas venido a decirme en donde está el maldito de Naraku... Sino puedes largarte antes de que te mate... – murmuró amenazante
Siempre tan impaciente... Aún no te he perdonado el que intentaras matarme la última vez... – añadió con burla y un dejo de amargura...
No creas que siempre quedará sólo en un intento... – contestó con dureza
Pero que desagradable actitud... Y yo que siempre te ofrezco mi ayuda... – reclamó
Cuando me digas en donde esta Naraku... consideraré el dejarte con vida...
Ya te dije que no lo se – afirmó Kagura – Sin embargo... tengo la impresión que se encuentra oculto en la Montaña Gisei–Oujou
En la Montaña Gisei-Oujou?... – murmuró entornando los ojos...
Así es... De cualquier forma es sólo una suposición... Kanna, es incapaz de traicionar a Naraku para revelarme su localización... – comentó...
Seshomaru... – lo llamó una conocida voz tras él. El youkai, miró de soslayo, pero sin darse la vuelta a enfrentarla – Odio interrumpir, pero he venido a hablar contigo...
Lady Ryutzuki... Pero que mala educación – dijo Kagura con ironía y enojo... – Sesshomaru y yo, estamos en medio de una conversación importante...
Conversación que acaba de concluir... – señaló Ryutzuki, mirándola como a un insecto...
Insolente! – gritó Kagura atacándola con su abanico... Pero fue inútil, no logró causar el menor daño a Ryutzuki, quien con gran velocidad sacó su espada devolviéndole el ataque sin poder destructivo
Esa es sólo una advertencia... No tengo la intención, ni tiempo que perder con un ser tan insignificante como tu... – murmuró con voz gélida
Maldita! – murmuró Kagura con la clara idea de continuar su ataque...
Ya basta!... – advirtió Sesshomaru interviniendo por primera vez... – Si eso era todo lo que tenías que decir Kagura... ya puedes largarte... – ordenó mirándola fríamente...
Jah!... Como quieras! – accedió con furia... – Pero te advierto que no olvidaré esta humillación! – amenazó dirigiéndose a Ryutzuki con la mirada cargada de rencor... pero fue completamente ignorada por ella... se elevó en su pluma desapareciendo del lugar...
Sesshomaru se dio la vuelta, mirando inexpresivo la atractiva figura de Ryutzuki acercarse hacia él...
Qué es lo que quieres? – pregunto con frialdad
He venido a confirmar algo... – contestó entrecerrando los ojos – No creí llegar en tal mal momento – añadió irónica
Celosa? – preguntó Sesshomaru sin expresión...
No digas estupideces Sesshomaru... Es imposible sentir celos por alguien que detestas – contestó con rudeza... Él entrecerró los ojos sin decir palabra, al parecer el comentario no le agradó del todo...
Aún no has dicho el motivo de tu llegada... – comentó a modo de pregunta, sin ser nada cordial...
Ryutzuki avanzó hacia él deteniéndose a escasos centímetros del youkai, lo miró intensamente y elevó su brazo derecho...
Quiero que entierres en mi carne tus garras venenosas... – dijo con total tranquilidad
Qué demonios te pasa, te has vuelto loca? – preguntó Sesshomaru sin poder ocultar su sorpresa ante tal petición
Por supuesto que no... Sólo haz lo que te digo – contestó inmutable
Sabes que mi veneno puede quitarte la vida... y aún así me pides que te hiera... – comentó... – Qué pretendes..?
No vine a que me cuestionaras Sesshomaru... Te pedí que me hirieras con tus garras venenosas... No es una petición que no puedas cumplir... Al menos la ultima vez no tuviste problemas en hacerlo... – dijo con amargo sarcasmo... – No me hagas obligarte... – añadió amenazante, al tiempo que esgrimía sus garras a escasos milímetros de la garganta del youkai... Sesshomaru en un acto reflejo tomó con firmeza el brazo de Ryutzuki, pero sin llegar a lastimarla con sus garras...
Cuál es tu idea de hacer todo esto... – indagó haciendo presión con su mano sobre el brazo de ella...
Sólo hazlo... Sesshomaru... – le pidió con más suavidad de la esperada...
Esta bien... como tu quieras... – accedió incrustando en la suave y blanca piel sus garras de veneno verdoso, vio impasible la ligera expresión de dolor de la joven, sin embargo la soltó rápidamente...
Ryutzuki se alejó un poco de él y le dio la espalda, miró su brazo herido por el poderoso veneno de Sesshomaru... Su mano se posó sobre su pecho, donde existía aquella cicatriz que le recordaba día con día aquel horrible pasado...
Es imposible!... – exclamó Ryutzuki repentinamente, alertando al youkai...
De qué hablas?... – indagó mirándola intrigado
Tu veneno Sesshomaru... No me ha causado en mínimo efecto... – contestó girando sobre si, para mirarlo llena de confusión...
Qué estas diciendo..? - exclamó el youkai, acercó a ella tomándole sin mucha delicadeza el brazo para examinarlo... – Qué demonios significa esto... Se supone que mi veneno es mortal para ti!... – dijo intentando comprender la situación...
Crees acaso que eso no lo tengo más que claro! – exclamó molesta... "No puede ser.. no puede ser... Qué esta pasando?...", pensaba con desesperación... "El veneno que incrustó en mi pecho aquella vez, casi acaba con mi vida y mató la criatura que llevaba en mi vientre!... Por qué?... No lo entiendo!"
Adónde vas? – preguntó al ver su intención de marcharse
Debo averiguar lo que sucede.. – contestó con increíble calma, a pesar de que por dentro su mente era un remolino...
Y cómo piensas hacerlo – indagó Sesshomaru con la misma aparente calma
Ese no es tu asunto... – contestó caminando mirándolo de soslayo
Te informo que también es mi asunto... – aseguró deteniéndola al tomar su brazo con firmeza – Además... aún tenemos cosas de qué hablar...
Cosas de que hablar?... Tú y yo?... No lo creo Sesshomaru... – dijo molesta... frunciendo el ceño, intentando soltarse...
Yo no maté a Sayho... – anunció sin más... dejándola estupefacta y helada... – Admito que sí acabé con esos humanos, pero jamás me di cuenta de la presencia de Sayho, hasta cuando tú la encontraste... – concluyó, mirándola a los ojos...
Ryutzuki, no podía moverse, su cuerpo simplemente no le respondía... las palabras que Sesshomaru acababa de decirle, resonaban una y otra vez en su mente "Yo no maté a Sayho... Yo no maté a Sayho... Yo no maté a Sayho", escuchaba como en un eco torturador...
Continuará...
Holas! Qué les pareció este capitulo? Jejejeje... pues las cosas se están poniendo buenas!... (((al menos esa es la opinión de la autora... o sea yo jajajaja)))... Este no demoro tanto ... el proximo espero que tampoco .
Bueno Gracias Gracias Gracias! Por sus comentarios... me alegra que a pesar de la demora estén interesadas en leer cada capitulo...
Un abrazo y un besote...
Byes! .
