Capítulo anterior...
- Yo no maté a Sayho... – anunció sin más... dejándola estupefacta y helada... – Admito que sí acabé con esos humanos, pero jamás me di cuenta de la presencia de Sayho, hasta cuando tú la encontraste... – concluyó, mirándola a los ojos...
Ryutzuki, no podía moverse, su cuerpo simplemente no le respondía... las palabras que Sesshomaru acababa de decirle, resonaban una y otra vez en su mente "Yo no maté a Sayho... Yo no maté a Sayho... Yo no maté a Sayho", escuchaba como en un eco torturador...
Capítulo 16: Las sombras que ocultan la realidad...
Una indescriptible furia se apoderó de ella, y le dio una bofetada con todas sus fuerzas... y con todo el poder de su odio...
- Eres un infeliz!... Un maldito cobarde! – gritó totalmente descontrolada... – Acaso crees que con saber que tu veneno no era mortal para mí, lograrás hacerme creer esa mentira tan infame!...
- No seas estúpida... Entiéndelo! – gritó él a su vez, sacudiéndola con violencia... – Jamás huí de esa pelea por evitar que me mataras!... Estabas cegada por la ira y el sufrimiento, nunca hubieras escuchado de mí boca, lo que en realidad pasó... Y cuando te herí accidentalmente, no pude quedarme, no podía cometer otro error y lastimarte aún más!... – explicó enfurecido...
- Mentiroso!... Eres un maldito mentiroso! – gritó soltándose, con ayuda de la fuerza sobrenatural en su sangre de demonio, desenvainó su espada dispuesta a atacar a Sesshomaru...
- Así que aún deseas matarme... – murmuró gélido...
- No caeré nuevamente en tus engaños, Sesshomaru... – advirtió con ira... – Ahora más que nunca deseo mandarte al infierno!... – gritó atacándolo con furia...
Sesshomaru desenvainó a Toukiying, para contrarrestar los ataques de la joven, a pesar de sus palabras ahora la atacaba con igual intensidad, dando estocadas poderosas que Ryutzuki apenas y lograba contener... Segada por su furia, la youkai no lograba acertarle ningún golpe, más bien luchaba con una inusual torpeza, lo que él utilizó en su favor al desarmarla a los pocos minutos... Como muchas vez ella lo hiciera con sus enemigos, Sesshomaru la controló manteniendo el puntiagudo filo de su espada a escasos milímetros de su garganta... La miraba con dureza y frialdad, y ella con odio, luego desvió su mirada hacia el suelo...
- Qué estas esperando... Mátame! – dijo con soberbia
- No voy a matarte... – murmuró con sequedad... Ella lo miró con sorpresa
- No te atrevas a burlarte de mí Sesshomaru... Y si vas a matarme hazlo rápido, porque yo no tendré compasión contigo... – escupió las palabras con rabia
- Por qué demonios no lo entiendes! – preguntó perdiendo la calma – Jamás le hubiera hecho daño a esa niña de haber sabido que estaba allí...
- No te creo!... El anciano me dijo... el me dijo... – balbuceaba sintiendo el dolor de recordar aquella noche – Dijo que tu no perdonarías ni siquiera la vida de Sayho!
- Qué anciano..? – murmuró Sesshomaru entornando sus ojos...
- El único que logró escapar de tu matanza! – contestó con brusquedad
Sesshomaru la miró en silencio y sin expresión, repentinamente lanzó su espada contra un árbol, dejándola incrustada en su grueso tronco... Luego se quedó parado frente a ella completamente inmóvil, esperando la reacción de la joven youkai...
Ryutzuki lo miró atónita, pero reaccionó rápidamente, recogió su espada, pero no la utilizó, sino que golpeó duramente a Sesshomaru, una y otra vez, él no hacia ningún movimiento para detenerla ni para defenderse, simplemente retrocedía con cada golpe, hasta que choco contra un gran árbol...
- Te mataré... – susurró la amenaza más para sí misma que para él... Sin embargo Sesshomaru se mantuvo en silencio, esperando el ataque final, mirándola fija e intensamente... – Te mataré... – repitió alzando su espada dispuesta incrustarla en el cuerpo del youkai... – Te mataré... – volvió a decir con un ligero temblor en su voz... Lanzó un grito desgarrador mientras la espada descendía implacable sobre él, sin embargo a unos centímetros, cambió sutilmente su trayecto casi rozando el rostro de Sesshomaru, para finalmente incrustarse sobre el tronco del árbol al igual que Toukiying – Maldición... Maldición! – masculló Ryutzuki aún con la espada empuñada, ligeramente apoyada sobre el pecho de Sesshomaru...
- No planeaba lastimarlas... ni a ella... ni a ti... – dijo Sesshomaru tan cerca de su oído que casi podía sentir la calidez de su aliento... – Pero las cosas que sucedieron no estaban en mi control... – explicó – No puedo cambiar el pasado Ryutzuki... Y si piensas que acabando conmigo lo conseguiras... Hazlo... no pienso detenerte... – indicó con voz grave. Ryustzuki abrió los ojos ante la sorpresa, se irguió para verlo a los ojos, frunció el seño intensificando su mirada, como si quisiera penetrar en lo más profundo de su mente... Poco a poco sus ojos se llenaron de lágrimas...
- Deseo con toda mi alma matarte... Pero... no puedo... – musitó con voz casi inaudible, derramando aquellas lágrimas tanto tiempo retenidas... – No puedo... Y no sabes cuanto me detesto por eso... – confesó
Sesshomaru le acarició suavemente su mejilla, intentando borrar el rastro de sus lágrimas... Su mirada iba perdiendo poco a poco la frialdad, mientras la acercaba hacia él, una de sus garras dibujo con infinita delicadeza el contorno de los labios femeninos... Lo que trajo a la mente de la jove, la primera vez que él la acariciara de esa forma...
- Ryutzuki... – susurró cada vez más cerca de su boca...
Sin embargo ella no lograba reaccionar estaba confundida... Deseaba tanto sentir aquellos labios nuevamente, pero sabia lo doloroso que sería rendirse ante esos sentimientos... ante el hombre que la destruyó en el pasado, condenando todo su futuro...
- Sesshomaru... – musitó suplicante, pero no tuvo fuerzas de impedirlo...
Perdió el sentido del tiempo, todo su ser era gobernado por sus emociones, por la cálida y excitante sensación que despertaba en ella los labios del youkai... su desconcertante ternura... Toda la frialdad de Sesshomaru se esfumó al tenerla entre sus brazos, lo que ella percibió con cada fibra de su cuerpo, que temblaba producto de la delicadeza de sus caricias y la casi incontenible pasión que le transmitían sus besos... Se aferró a su cuello, hundiendo sus manos entre los cabellos plateados, necesitaba sentirlo cerca, sentir su calor... No deseaba pensar en el pasado... aunque sea sólo por unos instantes, aun cuando sea en brazos del responsable de su tragedia...
Sesshomaru la recostó lentamente sobre la fina hierba, mientras la luz de luna hacía resplandecer la miles de gotas de rocío nocturno que cosquilleaban sobre la blanca y tersa piel de la joven, bañándola, confundiéndose con el sudor de su cuerpo...
- Sesshomaru... – logró musitar en un suspiro, en medio de tantas sensaciones...
- Sshhh... – susurró él en su oído, en el instante que comenzaba un nuevo recorrido de besos sobre su piel...
"He traicionado la memoria de Sayho... y a mí misma...", pensaba Ryutzuki apoyada sobre el pecho de Sesshomaru, "Soy un monstruo... Pero no me siento arrepentida... al menos por ahora... Perdóname... querida Sayho... perdóname por no lograr arrancar de mi corazón este sentimiento..." se lamentó, una lágrima se deslizó por su mejilla, cayendo sobre el pecho desnudo del youkai, alertándolo al instante...
- Ryutzuki... – indagó en busca de una respuesta a esa pequeña lágrima... Se incorporó ligeramente, para verla a los ojos...
Sin embargo ella no respondió, desvió la mirada y se puso de pie vistiéndose en completo silencio, siendo imitada por él... No pudo continuar evitándolo y finalmente se miraron a los ojos...
- Veo que todo sigue igual... – dijo Sesshomaru volviendo a su fría actitud,
- Tienes razón Sesshomaru... ni tú... ni yo... podremos cambiar el pasado... – dijo con seriedad... recordando sus palabras – No hay nada en este mundo... capaz de recuperar todo lo que perdí... la vida de Sayho... ni tampoco... la vida... de nuestro hijo...
- Que dices...? – exclamó Sesshomaru, abriendo los ojos con sorpresa...
- Esa noche fue el comienzo de una larga agonía... que hasta hoy no he conseguido superar... – explicó lacónicamente... – Matándote... no lograré cambiar nada... Sin embargo... jamás podré perdonarte...
- Creí que lo habías hecho... – comentó mirándola con intensidad...
- No puedo... Mi corazón jamás encontraría felicidad y paz a tu lado... – contestó con dolor... – Lo que acaba de suceder fue un grave error... Aún así... no me arrepiento... – confesó acercándose a él, notando su sorpresa ante sus palabras...
- Entonces... – comenzó a decir pero fue interrumpido cuando un dedo se posó delicadamente sobre sus labios... Él frunció el seño extrañado...
- Pensemos... que sólo fue una despedida... – murmuró...
En ese instante se escucho el tenue chillido de un ave... Ryutzuki se acercó lentamente a Sesshomaru, acariciando su rostro... y lo besó, con amarga dulzura... luego sus labios viajaron hacia su oído, rozando en una suave caricia la mejilla del youkai... Sus ojos reflejaban todo el sufrimiento de su vida... y un amor que no lograba... más bien que no debía profesar...
- Adiós... – susurró... Luego se alejó de él, dando un salto cayendo sobre Dayhoros, que la esperaba en lo alto...
Sesshomaru permaneció en el mismo lugar, sin moverse, mientras veía fijamente la figura de Ryutzuki alejarse... sin mirar hacia atrás...
Inuyasha se encontraba sobre la rama de un árbol, cerca del lugar donde dormían sus amigos, completamente alerta, velando el sueño de todos... Ahome, que no lograba conciliar el sueño, se levantó y caminó hasta el pie del árbol...
- Qué sucede Ahome... Deberías estar descansando... – dijo Inuyasha con suavidad permaneciendo en su sitio...
- No puedo dormir, estoy preocupada por Ryutzuki... – contestó mirando hacia arriba... – Crees que se encuentre bien?
- Por supuesto que sí... – aseguró, luego se dejó caer junto a ella... – Quieres acompañarme? – preguntó extendiendo su mano, ella asintió y se acercó al hanyou, quien la tomó entre sus brazos saltando a la misma rama...
- Creo que me estoy acostumbrando a esto... – comentó sonriente, apoyándose sobre el pecho de Inuyasha...
- También yo... Aunque para mí es una necesidad... – añadió abrazándola, dando a entender que se refería a ella... alzó la cabeza para verlo y sonrió con ternura...
- Para mí también... – logró decir antes de que Inuyasha la acallara con un beso...
El amanecer se había presentado hacía un par de horas, Ryutzuki se acercaba a su destino, cuando vio a lo lejos la figura del ser que buscaba, parecía aguardar su llegada... por lo que apresuró a Dayhoros, quería terminar de una vez por todas con esto...
Se dejó caer desde lo alto de la grandiosa ave, a unos cuantos metros de Alastor...
- Te esperaba Ryutzuki... – dijo a modo de saludo, a pesar de no ver su rostro a causa de su capucha... la youkai supo indudablemente que esbozaba una desagradable sonrisa... – Desde hace largos años – añadió, ella entornó los ojos con enfado...
- Infeliz... – susurró con desprecio... – No hay motivos para alargar más tiempo tu miserable vida... Prepárate... Hoy... morirás...! – le anunció con rudeza
- Inuyasha espera! – gritó Ahome, cuando el hanyou corrió al percibir un aroma familiar.
- Allí esta! – indicó a la joven que venía casi sin aire, seguida de los demás...
- Es la señorita Ryutzuki.. – dijo Miroku
- Pero no esta sola... – añadió Sango indicando más lejos la presencia de Alastor...
Bajaron la colina para llegar junto a la youkai, pero ella al darse cuenta de la llegada de sus amigos alzó una mano para detenerlos...
- No se acerquen! – ordenó con severidad... – Esta pelea no les corresponde...
- Pero... – balbuceó Ahome preocupada...
- Cada uno de nosotros debe cumplir su destino... – explicó con calma – Esta misión me concierne sólo a mí... Les pido que no interfieran... no deseo que alguno de ustedes resulte lastimado...
- Vamos... – ordenó Inuyasha, caminando de regreso por donde habían venido
- Pero Inuyasha... – discutió Ahome
- No debemos interponernos... – explicó se detuvo dirigiéndose a la youkai... – De cualquier forma... si necesitas ayuda, estaré por aquí cerca... – informó con una sonrisa
- Gracias... lo recordaré... – contestó devolviendo la sonrisa... – Inuyasha... – lo llamó... – Protégelos a todos... – le pidió
- Feh!... No tienes que decírmelo... Lo haré – contestó con determinación...
Se dio la vuelta para enfrentarse a su enemigo, quien esperaba pacientemente...
- Veo que no has cambiado nada... Siempre fuiste demasiado consentidora con los seres inferiores... – comentó Alastor, luego que los chicos se habían alejado... – Híbridos y humanos, no son dignos de nuestra raza...
- Por qué hablas con esa familiaridad... como si me conocieras demasiado bien... – preguntó con brusquedad entornando los ojos con desconfianza...
- Muy simple mi querida Ryutzuki... porque te conozco... desde siempre... desde el instante en el cual decidí que algún día serías mía! – anunció... lentamente comenzó a bajar la capucha dejando al descubierto su rostro...
Ryutzuki lo miró horrorizada, retrocedió instintivamente, con los ojos abiertos por el gran impacto... Mientras él esbozaba una malévola sonrisa...
- Ryu... Ryukutzen... – balbuceó llena de confusión, completamente consternada... – No... No es posible... tu estas...
- Muerto? – concluyó la pregunta esbozando una cínica sonrisa... – Lamento decepcionarte mi querida Ryutzuki, pero estoy más vivo que nunca...
- Maldito bastardo... Entonces siempre fuiste tu! – gritó la youkai...
- Así es... Te advertí que pagarías muy caro lo que me hiciste... – contestó sobando la espantosa cicatriz que cruzaba por todo su rostro...
- Esa apariencia le viene muy bien a una basura tan repugnante como tú! – comentó con mordacidad
Frashback
Ryutzuki se encontraba sola en su cuarto, hacia apenas unos cuantos días que había recuperado en conocimiento después de su larga agonía... Miraba el paisaje, apoyada en la ventana, su rostro no mostraba más expresión que dolor y odio... Su mano se encontraba sobre su pecho, sobre la venda que ocultaba la cicatriz que dejó aquel hombre que hasta hace tan poco había amado más que a nadie...
La puerta se abrió sorpresivamente, ella se dio vuelta para reprender al atrevido individuo... Encontrándose para su desagrado con el rostro de Ryukutzen...
- Cómo te atreves a entrar en mi cuarto de esa manera! – grito mirándolo con rabia... – Fui muy clara al ordenar que no quería ser molestada por nadie... Eso te incluye especialmente a ti, debo agregar... – dijo irónica...
- Sólo vine a cerciorarme de que estuvieras recuperada... – explico sin sentirse ofendido... – Estaba muy preocupado... sabes bien que tu siempre has significado todo para mí... – agregó acerándose a ella, acariciando con su dedo la mejilla de la joven...
- No me toques! – ordenó retrocediendo ante su caricia mirándolo con repugnancia...
- Qué ocurre... Acaso sigues prefiriendo las caricias del bastardo de Sesshomaru...? – preguntó dejando ver una vez más el odio que sentía por el youkai... – Quieres que te recuerde todo lo que hizo?... cómo acabó con todos esos hombres... y en especial con tu adorada Sayho... Y que estuviste a punto de morir por su maldita culpa! – escupió siendo silenciado por una fuerte cachetada...
- Cállate! – gritó furiosa... – Lárgate, antes de que te mate!
- No me iré... Sabes que te amo Ryutzuki, que siempre te he amado... Pero preferiste a ese infeliz... que lo único que hizo fue destruirte! – dijo con desesperación, tomándola violentamente por los hombros... – Tú siempre debiste ser mía!... Mía y no de él! – gritó enloquecido, besándola a la fuerza...
Ryutzuki intentó luchar por soltarse, pero aún se encontraba demasiado debilitada... movió su cabeza de un lado a otro separando sus labios de Ryukutzen...
- Suéltame maldito!... – gritó llena de ira – Me das asco!
- No!... te haré mía!... Borraré de tu cuerpo la presencia de ese infeliz... y sólo me pertenecerás a mí... sólo a mí! – le advirtió con la mirada completamente trastornada...
La arrojó con violencia sobre el futón, dejándose caer sobre ella intentando besarla nuevamente, mientras ella luchaba con las pocas fuerzas que tenía... Desgarró sus ropas sin piedad, dejando al descubierto su pecho el cual se encontraba envuelto en vendas a causa de sus heridas... Aprisionó fuertemente los brazos de la joven, quien tuvo ganas de vomitar cuando sintió la lengua de Ryukutzen deslizarse sobre su cuello hacia sus hombros, para continuar bajando...
- No! – gritó ella con más desesperación, haciendo acopio de todas sus energías logró liberar su mano derecha esgrimiendo sus poderosas garras para luego rasgar el rostro de Ryukutzen con ellas.
- Aaahhh! – grito él, alejándose de ella y tomando su rostro ensangrentado con ambas manos...
Ella se levantó de inmediato, cubriéndose los las ropas raídas, sus ojos enrojecieron peligrosamente... se acercó al joven dispuesta a matarlo, cuando en ese instante, la puerta se abrió... La anciana Meyumi miraba la escena inmóvil, completamente horrorizada, corrió hacia Ryutzuki, dejando el acceso libre, y Ryukutzen aprovechó de escapar... no sin antes lanzar su ultima amenaza...
- Pagarás nuevamente por esto Ryutzuki... – escupió para luego salir corriendo...
Fin de Flashback
- Dijo... Ryukutzen! – comentó Inuyasha, a pesar de la distancia se lograba escuchar la conversación, claro que él con una mayor ventaja gracias a su gran oído...
- Qué?... – exclamó Ahome parpadeando confundida...
- Si mal no recuerdo... la señorita Ryutzuki nos contó que él era un pariente... que sentía un gran desagrado por su relación con Sesshomaru... – comentó Miroku..
- Así es... Pero ella dijo que él había muerto... – añadió Sango confundida...
- Alastor siempre se trató de Ryukutzen... pero... por qué?... – preguntó Ahome...
- Ryutzuki... debiste aceptar lo que te ofrecí... Te hubieras ahorrado muchos sufrimientos... – comentó con suavidad... – Sobre todo después de lo ocurrido con ese infeliz de Sesshomaru... – agregó con odio
- Siempre me causaste sólo asco – contestó con frialdad... – Si mi padre se hubiera dado cuenta desde un comienzo, la clase de escoria que eres... te habría aniquilado en ese mismo instante!
- Aahhh... Tu padre... no era más que un hombre estúpido y decrépito, no era capaz de protegerse a sí mismo, ni a los estúpidos humanos... mucho menos a su adorada hija... – comentó con burla... luego la miró con una malévola sonrisa... – Matarlo... fue mucho más sencillo de lo que imaginé...
- Qué dices? – exclamó impactada...
- Cómo lo escuchas... Me convenía más que todos pensaran que había sido el Espíritu Dragón... – contestó
- Desgraciado... Maldito seas Ryukutzen! – gritó dando un salto para atacarlo con su espada, pero el fue más rápido y logró esquivarla...
- No seas tan impaciente... mi querida Ryutzuki, aún queda mucho por saber... – comentó con burla...
- A qué te refieres miserable! – inquirió cada vez más furiosa...
Ryukutzen miró de reojo, justo en el momento que una figura aparecía entre los árboles a lo lejos... Su rostro se descompuso momentáneamente, pero rápidamente esbozó una burlona media sonrisa...
Ryutzuki siguió la dirección de su mirada y su corazón se detuvo un instante al ver aparecer a Sesshomaru... notó con preocupación la mirada de Ryukutzen... "Infeliz... más vale que no te atrevas..." pensó con odio...
- Es Sesshomaru... – dijo Inuyasha al ver llegar a su hermano, no muy lejos de donde se encontraba el grupo...
- Señor Sesshomaru.. – exclamó Rin con alegría intentando ir hacia él...
- Espera... – la detuvo Kohaku... – Es mejor que te quedes con nosotros...
- Kohaku tiene razón, Rin... – dijo Ahome inclinándose hacia la niña... – Nosotros te cuidaremos... y cuando todo esto termine irás con él... – le pidió con una dulce sonrisa...
- Esta bien... – asintió la niña
- Tú también debes quedarte junto a la pequeña Rin... – ordenó Miroku, tomando por el cuello a Jaquen que intentó alejarse en busca de su amo...
- Suéltame... Mi deber es estar junto a mi amo Sesshomaru! – dijo Jaquen luchando por soltarse...
- Dudo que a Sesshomaru le agrade que no estés protegiendo a Rin... – comentó con voz amenazante, luego se sintieron fuertes golpes... – Ya lo pensaste mejor...? – preguntó Miroku con una sonrisa demoniaca...
- Eh... sí... creo... que me quedaré... – contestó Jaquen tirado en el suelo lleno de chichones...
- Aún no lo has matado...? – inquirió Ryukutzen con una sonrisa...
- Esto a ti no te importa!... Sólo preocúpate por tu vida, porque hoy será tu último día... – amenazó...
- Me decepcionas Ryutzuki... Realmente creí que cumplirías tu promesa... – comentó...
- Mi promesa?... – inquirió extrañada... – Qué sabes tú de eso...?
- Todo Ryutzuki... Yo lo sé absolutamente todo... Incluso secretos que ni tú te imaginas... – contestó enigmático...
- Secretos..?... De qué demonios hablas! – murmuró con rabia
- Todo estaba planeado... Tú serias mi esposa... – comentó con odio – Pero ese bastardo apareció en nuestras vidas... Y el estúpido Ho-Musubi, prefirió entregar a su única hija a ese perro infeliz!... Jamás iba a permitirlo!... Sesshomaru no sería tu dueño... Eso nunca!
- Eres un pobre demente... Aún sin la existencia de Sesshomaru... Crees que yo me habría entregado a una basura como tú?
- Lo habrías hecho Ryutzuki... De una forma o de otra... te habría obligado a hacerlo... – contestó mirándola con intensidad, lo que causó un desagradable escalofrío en la joven...
- Tu poder siempre fue muy inferior... Te habría matado en un segundo de haberlo querido... Y no sabes como me arrepiento de haber perdonado tu miserable vida... – murmuró la joven con desagrado
- El poder puede medirse en muchas formas Ryutzuki... – comentó enigmático – Y yo iba a utilizar todo mi poder, para alejar a ese maldito de lo que me pertenecía!... El sólo sería la peor escoria ante tus ojos... No fue difícil encontrar cientos de monstruos dispuestos a destruir aldeas para vengarse del Clan Dragón...
- Tu?... Tu ordenaste masacrar decenas de aldeas por tus estúpidas ambiciones! – gritó furiosa
- Así es... pero las cosas van mucho más allá que sólo tenerte... También deseaba el control del Clan y de la Región, del país entero!... Y tú, tú eras la llave para obtener el control mi grandioso Imperio!...
- Maldito bastardo... – murmuró entre dientes... odiándolo cada vez más
- Todo estaba muy bien planeado... Sin embargo, la noche en que había logrado que Sesshomaru y su padre fueran a luchar lejos del palacio, hacia una grandiosa trampa planeada por mi... Lo vi... salía de tu cuarto como el detestable ladrón que era! – escupió con odio, ante la mirada estupefacta de la joven – Me vi obligado a cambiar mis planes, por otro exquisitamente diferente...
- Otro plan.., A qué te refieres... – preguntó con temor
- Hice llegar una información al castillo, de un grupo de guerrilleros y demonios que fraguaban un complot contra el castillo del Clan Dragón... InuTaisho envió a su querido hijo a investigar, al lugar equivocado por supuesto... Debía tener tiempo de completar el escenario para mi protagonista principal... Contraté algunos ladrones, simples desdichados humanos, que debían enfrentar al Gran Sesshomaru... – comento irónicamente... – También a un anciano inocente, que agitaría de angustia el corazón de mi querida Ryutzuki... – añadió mirando con satisfacción la expresión incrédula y horrorizada de la joven youkai, y a lo lejos, la de Sesshomaru, quien entornó los ojos para verlo con un odio e ira contenidos...
- Tú... Por supuesto... tú me enviaste allí... – balbuceó conmocionada recordando esa noche... – Tú planeaste tod... – abrió los ojos desmesuradamente al comprenderlo, se llevó las manos al rostro mirándolo horrorizada...
- Lo has entendido... – comento sonriendo abiertamente con mordaz deleite – Tenias que odiarlo desde lo más profundo de tu alma... y la adorable Sayho era la respuesta... Si creías que él la había matado, no importaba cuanto lo amaras... lo aniquilarías sin piedad en ese mismo instante... – concluyo soltando una perversa risa...
- No... no... no puede ser... – balbuceaba Ryutzuki, retrocediendo mientras negaba con la cabeza completamente consternada...
- Tengo que confesar que fue muy agradable acabar con esa molesta chiquilla... – comentó con implacable burla... – Luego deje su cuerpo lo bastante cerca, procurando que tu astucia te llevara a encontrarla... en el momento oportuno... y junto a ella, aquel ridículo medallón, bañado en veneno... Admito que tenia una dosis muy alta, no sabía que te causaría tal daño... pero lograste sobrevivir y lo mejor, pensando que el maldito de Sesshomaru, era el culpable de todo e incluso que había intentado matarte... Todo resultó verdaderamente perfecto!... – exclamó victorioso...
Ryutzuki cayó arrodillada con ambas manos apoyadas en la tierra... Lo que acababa de escuchar era horrible... completamente monstruoso... Todo el dolor... la perdida de Sayho y la de su hijo... no fueron causados por Sesshomaru... Durante todos estos años albergó rencor por la persona equivocada... por el hombre al que amaba...
Apretó los puños con todas sus fuerzas, levantando lentamente la cabeza, viéndolo con una mirada letal, que instantáneamente borro la estúpida sonrisa del rostro de Ryukutzen...
Se puso de pie desenfundando su espada...
- Maldito bastardo!... Hoy pagarás todo el daño que causaste... te mandaré al infierno de donde nunca debiste salir! – gritó con ira, lanzándose contra él
Ryukutzen con rapidez logró tomar su espada y detener el ataque de la youkai, su nivel había aumentado, por lo que Ryutzuki no lograba acertar un golpe certero en su enemigo...
"Ese maldito...", pensó Sesshomaru, colocando su mano sobre Toukijin, intentó dar un paso, pero fue detenido por una mano sobre su hombro, frunció el ceno al ver que se trataba de Inuyasha...
- Qué diablos quieres... Sin intentas detenerme, te mataré... – advirtió con voz grave por la furia...
- No interfieras Sesshomaru... – le dijo con suavidad... – Es su deseo...
Sesshomaru no contestó, sin embargo permaneció en su lugar, observando la pelea de Ryutzuki...
La youkai lanzó una bola de energía con su espada, pero Ryukutzen la esquivó con sorprendente habilidad, lanzando el mismo ataque contra ella... La joven contrarrestó el ataque con otro, que al chocar, provocó una gran explosión... Ryukutzen aprovecho la gran cantidad de polvo para ocultarse y atacarla... pero ella preparada para su jugada hizo aparecer un campo de energía y cual despidió una poderosa corriente eléctrica que logró herir levemente a su enemigo...
- Los años te han vuelto aún más poderosa... Me encanta! – comentó soltando una risa burlona... – Pero tu poder no es suficiente para derrotarme... No... ahora soy mucho más poderoso!...
- Eso lo veremos... – murmuró con rabia... atacándolo nuevamente...
- Tiene un fragmento de la perla... – comentó Ahome...
- Esta segura señorita Ahome...? – preguntó Miroku...
- Sí, pero apenas y logro percibir su energía... esta en su frente... es muy extraño... – comentó
- Cómo es posible que el poder de su fragmento sea más débil... – preguntó Sango sin comprender...
Ryutzuki logró acertar un ataque, haciendo que Ryukutzen chocara contra unas rocas con una fuerza increíble... Sin embargo, no pareció afectarle en nada, ya que se levantó inmediatamente riendo burlón...
- Te advertí que ahora soy mucho más fuerte... mi querida Ryutsuki... – informó riendo abiertamente... – Y te lo voy a demostrar!
De pronto, su forma comenzó a cambiar, poco a poco se transformó en un gigantesco dragón rojo... Agitó sus alas, provocando un violento ventarrón que casi lanzó por los aires a lo demás, quienes rápidamente se ocultaron tras unas rocas, Inuyasha y Sesshomaru, permanecieron en su lugar...
Ryukutzen abrió sus fauces y de él salió una gran esfera de energía, la joven dio varios saltos esquivando su ataque, que al chocar contra el suelo creo un enorme agujero...
- No te sorprende mi grandioso poder? – pregunto con voz grave... riendo con burla
- No eres más que un bufón estúpido... – contestó con dureza... – Tu poder ni siquiera es real...
Atacó al dragón con una increíble agilidad, aún así no lograba hacerle daño, la piel de los dragones podría ser asombrosamente resistente... por lo que su espada sería insuficiente para vencerlo...
- Qué ocurre Ryutzuki, pensé que deseabas matarme... y aún no haz logrado ni siquiera herirme... – preguntó... – Tal vez necesitas más incentivo para luchar! – agregó con ironía, lanzando un ataque contra Ahome y los demás...
Inuyasha y Sesshomaru corrieron para intentar evitar el ataque, desenfundando sus espadas y atacando la espera de energía de Ryukutzen... Ryutzuki les ayudó lanzando otro ataque para desviar la esfera, lográndolo con un gran esfuerzo...
- Ya fue suficiente... - murmuró con ira que ardía en sus bellos ojos verdes, los cuales repentinamente enrojecieron...
Ryutzuki enterró su espada en el suelo y avanzó unos cuantos metros, para alejarse de sus amigos... Su cuerpo comenzó a destellar una luz verde, intensificándose a un nivel asombroso, emergiendo de su interior la transformación de la joven en un impresionante dragón de color negro, aún más imponente que Ryukutzen... Sus filosos colmillos causaban temor al solo contemplarlos, y sus ojos verdes brillaban con una intensidad demoníaca... Alzó su cabeza emitiendo un feroz rugido, agitando su cabeza, mientras el suave cabello negro ondeaba a lo largo de su cabeza y media espalda... Luego miró fijamente al inmóvil Ryukutzen...
Todos permanecían enmudecidos por la sorpresa y el temor... ya que nadie podría haber imaginado que aquella hermosa mujer, pudiera convertirse en un demonio tan aterrador e inquietante...
- Jajaja... Excelente – rió Ryukutzen alzando el vuelo
Ryutzuki lo siguió y comenzaron una feroz lucha en el cielo... Volaban con total maestría, lanzando poderosos ataques el uno contra el otro... Ryukutzen aprovechó un instante para golpear violentamente a la youkai con su cola, ella cayó al suelo, pero elevó el vuelo casi de inmediato, a pesar de que sangraba en su hombro izquierdo... Esgrimió las garras de sus manos, con las cuales rasgo el pecho de su adversario , pero sin causar un daño muy importante en él...
- No lograrás vencerme! – gritó Ryukutzen... – Nunca lo haz hecho... Te lo quité todo... Siempre he ganado yo... Siempre seré el vencedor!
- No esta vez... – murmuró la youkai con un profundo rencor, haciendo que su voz se escuchara distorsionada a causa de su transformación, tan distinta a su acostumbrada suavidad...
Unió sus manos donde en su centro comenzó a generar una gran cantidad de energía, la lanzó contra él, dando directamente en el blanco, Ryukutzen cayó pesadamente al suelo, recuperando su forma humana, estaba herido por la enternecedora energía...
Ryutzuki, también recupero su forma humana, pero permaneció levitando en lo alto, extendió su mano y la espada que aún permanecía incrustada en la tierra, recibió su llamado y se movió en dirección a su dueña... La joven recibió su espada alzándola con solemnidad, ésta brillo y la joven comenzó a dibujar unos signos en el aire, tal y como lo hiciera en su lucha con Inuyasha...
Tres dragones de luz emergieron de las escrituras los cuales descendieron hacia Ryukutzen envolviéndolo, apresándolo con su poder...
- Qué demonios es esto! – exclamó consternado al verse completamente inmovilizado
- Tu castigo! – anunció la youkai, alzó nuevamente su espada...
El cielo comenzó a oscurecerse de pronto, nubes negras se formaron de la nada, trayendo consigo una poderosa energía eléctrica... Los rayos iluminaban el cielo con sus terribles estruendos... Luego comenzó a formarse un remolino de energía sobre ella, con rayos cada vez más potentes, los cuales cargaban con su poder la espada de la youkai... Otros dragones de luz emergían del remolino envolviendo a Ryukutzen, casi cubriéndolo por completo...
La espada de Ryutzuki se encontraba completamente energizada, lanzó un grito al tiempo que sacudía su espada dejando caer la energía en la tierra, un violento temblor comenzó a sacudir los alrededores...
- Qué sucede? – exclamó Ahome asustada...
- Pero qué demonios esta haciendo esa mujer? – reclamó Inuyasha intentando sostener a Ahome que estaba a punto de caer, por el violento temblor...
- Me pregunto... Porqué no utilizó todo ese poder contra Ryukutzen – dijo Miroku
- Yo tampoco lo comprendo... – añadió Sango
- Miren! – exclamó Shippo...
- La tierra... – exclamó Keiko...
Todos miraron horrorizados como la tierra comenzaba a abrirse en el lugar donde la youkai había lanzado su ataque... La fisura era tan profunda que daba la impresión de ser infinita... Un torrente de lava ardiente emergió desde su interior... explotando con fuerza hacia el cielo...
Del remolino sobre la youkai, esta vez surgieron cadenas de luz, las cuales tomaron el lugar de los dragones, quienes se encargaban de arrastrar al aterrorizado Ryukutzen hacia la grieta de lava...
- No!... Suéltenme! – gritaba enloquecido de terror... – No!...
- Pagarás todo lo que haz hecho... Por toda la eternidad... – anunció Ryutzuki... elevando nuevamente su espada – Esta es tu sentencia!... BATSU-EIEN TENJIN! – clamó con fuerza...
- NO! – gritó luchando en vano por liberarse de las cadenas... – Maldita seas Ryutzuki!... Pero te juro que no estaré solo... Tu vendrás conmigo al infiernoooo! – grito mientras era devorado por el fuego incandescente...
- Eso... ya no importa... El paco ha sido sellado... – murmuró para sí...
Una vez que Ryukutzen desapareció el cielo poco a poco, volvió a ser iluminado por los rayos de sol, la marea de fuego fue absorbida desde lo profundo, y la enorme fisura lentamente volvió a cerrarse... confinando en su interior la maldad de Ryukutzen por toda la eternidad...
Sin embargo, justo antes de que las paredes se sellaran por completo, un insecto venenoso salió de la grieta...
Inuyasha alertado por la presencia del insecto, corrió hacia él para eliminarlo, pero fue interceptado por Hakudoshi...
- Maldito enano del mal... – murmuró Inuyasha amenazante
- Inuyasha... tanto tiempo... – saludo con ironía...
- Déjame pasar!... Viento cortante! – atacó al pequeño demonio, afectando su campo de energía.. Hakudoshi lo miró con sorpresa y temor...
Pero antes de que pudiera rematarlo, Kagura con el insecto en sus manos le lanzó su ataque de cuchillas, permitiendo que Hakudoshi a duras penas, lograra escapar... luego huyo sobre su pluma a toda velocidad...
Ryutzuki, al verla intentó alcanzarla, pero se mantuvo inmóvil...
"Maldición... ya no puedo... moverme...", pensó con impotencia... la espada resbaló de su mano cayendo desde la altura para incrustarse en el suelo...
Todos miraron hacia el cielo, preguntándose que sucedía...
De pronto todo comenzó a oscurecerse... ya no pudo mantenerse en el aire, y su cuerpo comenzó a caer lentamente... Sesshomaru con su asombrosa velocidad dio un salto, logrando atraparla con su único brazo... apoyó su rodilla en el suelo sosteniéndola y apoyándola contra su pecho... Su mano acarició la helada mejilla de la joven... mientras la miraba con preocupación...
Los demás llegaron rápidamente junto a ellos, permaneciendo a corta distancia, Ahome impidió con suavidad que Keiko o Rin, se acercaran a ellos...
Ryutzuki abrió lentamente sus ojos, encontrándose lo la mirada dorada de Sesshomaru...
- Ses... sho... maru – musitó con dificultad... y sus ojos se llenaron de lágrimas... - Perdóname... Debí... darme... cuenta... – rogó... con tristeza...
- Ambos fuimos engañados... Yo siempre me creí el culpable de tu dolor... Que aún sin saberlo, te había arrebatado la vida de Sayho... Y de que... casi perdieras la vida por mi culpa... como pasó... con la de nuestro hijo... un dolor que has cargado tu sola, todos estos años... – explicó dejando ver su amargura
- Tantos años... creyéndote culpable... tantos años perdidos en un rencor... que no te pertenecía... – murmuró con un temblor en su voz... derramando las lagrimas que se agolpaban en sus bellos ojos – Pero todo... acabó... logre castigar al verdadero culpable... Pagará por siempre por todo lo que me arrebató...
- Así es... – susurró el youkai sonriendo ligeramente... La miró con ternura cuando ella levantó su mano con gran esfuerzo, para acariciar su mejilla... Cubrió la delicada mano con la suya.
- A...brá za me... Ses sho maru... – le pidió, siendo complacida en el acto... La abrazó fuertemente, como si no quisiera dejarla ir nunca... aspirando su cabello como deseando llenar todo su interior con su aroma... – Me... siento... feliz... – susurró la joven junto a su oído, derramando las lagrimas que se acumularon en sus ojos... – A pesar... todo... jamás... dejé... de... a.marte... - susurró cerrando sus ojos...
- Te amo... Ryutzuki... – murmuró Sesshomaru, se separó un poco de ella, para mirarla, dándose cuenta de que ella... ya no lo escuchaba...
Todos miraban la escena sin lograr pronunciar palabra, la tristeza era demasiado grande, las chicas lloraban en silencio y los chicos intentaban tragar el nudo que se les formó en la garganta...
Sesshomaru la dejó el cuerpo inerte de la joven sobre la hierba, con suma delicadeza... Luego desenfundó a Colmillo Sagrado, haciendo que una luz de esperanza brillara en los rostros de todos...
Entornando sus ojos, concentro su atención en ver a los mensajeros del otro mundo, que intentaban arrebatarle lo que más quería en el mundo... Agitó su espada, en busca del milagro de la vida... evaporando los seres profanos, del cuerpo de su amada...
Sin embargo, ellos continuaban apareciendo... Los eliminó una y otra y otra vez... Pero el anhelado milagro... no se manifestó...
Sesshomaru, que sólo conoció innumerables victorias... cayo de rodillas... cargando con la más dolorosa y amarga derrota...
- Por primera vez... todo mi ser anhela arrancar de la muerte... la vida más valiosa... – murmuró con un profundo sufrimiento, derramando una lágrima, la primera, en toda su vida... Después... todo permaneció en silencio...
Continuará...
TT (autora llorando a mares... ) me ha costado mucho este capitulo snif snif ..
Bueno espero les guste..
Cuento con sus comentarios... sugerencias.. reclamos... pifias... tomatazos... en fin lo que gusten.. jajaja
Gracias por sus reviews...
Un abrazo...
