- ¡¿Dónde está?!- Pregunto el soldado, abriendo la puerta con toda la fuerza que su dolido cuerpo le permitía.
- ¡Por Dios, Steve!- Grito Natasha corriendo a su lado.
Contra las quejas de Steve, la pelirroja paso el fuerte brazo por sus hombros, ayudándole a caminar y sentandolo en la silla más cercana, en la sala de juntas estaban solo los dos espías, el director Fury, María y Alexander Pierce, había un mapa detrás del moreno.
Todos miraron con expresiones raras al Capitán, el hombre solo tenía puestos los pantalones del ala médica, su pecho estaba cubierto con vendas que también se extendían a su brazo izquierdo, y una más en su cabeza.
- Deberías estar acostado, necesitas descansar.- Dijo la rusa.
- No, no es así, necesito saber dónde está.- Contesto molesto, peor viendo la manera como los otros cuatro se miraban entre si.- ¿Qué?
- Lo estamos buscando.- Respondió Fury.
- ¿Cómo que lo están buscando? ¿Lo abandonaron?- La furia se notaba en su voz.
- Tu y Stark fueron atacados se sorpresa, creemos que Los Diez Anillos los querían a ambos, pero Thor alcanzo a tomarte a ti, antes de que cientos de hombres armados aparecieran, no tuvo más opción que solo huir contigo. - Explicó Hill.
Rogers soltó un puñetazo a la mesa, pero una ola de dolor hizo punzar su cabeza, la apollo en sus manos con los codos sobre la mesa, la información le había caído mal, muy mal.
- ¿Cuánto tiempo..?- Empezó.
- Solo tres días, sufrió un daño muy fuerte capitán, debe reponerse, le aseguro que estamos buscando al Señor Stark.- Contesto el moreno.
- Tenía el escudo... ¿Cómo es posible?- Hizo otra pregunta, pero parecía más para si mismo.
- No les dispararon con un arma normal, Capitán, fue algún tipo de energía, era muy potente, y cuando entró en contacto con el escudo, fue como recibir una descarga eléctrica, su brazo y pecho recibieron la mayor parte, pero el reactor de Tony fue un atrayente también.- Volvió a hablar Maria.
Su cara se hundió más tras sus manos, jalo sus cabellos, respiro más fuerte, estaba haciendo todo, y no podia calmarse, dentro de sí estaba sintiendo una ira que jamás pensó sentir.
- Debieron volver por él...- Murmuró tras sus manos.
- Steve, estábamos sobre pasados, no había manera...- Quiso explicar Clint, pero fue interrumpido.
- ¡Entonces lo hubieran tomado a él!- Gritó poniéndose de pie y golpeando la mesa de nuevo, no importandole el dolor.- Quiero que dupliquen los esfuerzos.
- Lo estamos buscando, capitán.- Hablo por fin Pierce, sonando molesto.
- No me quieras ver la cara, Pierce... Ese mapa,- Señaló tras el moreno.- es de Siberia, no de Tailandia, no lo estás buscando.- Se podía sentir el odio en sus palabras.
Confirmo sus palabras cuando los otros cuatro desviaron sus miradas de la discusión.
- Estamos buscando al Señor Stark, pero la verdad es que no sabemos si está vivo, y S.H.I.E.L.D. tiene más responsabilidades y personas que salvar, que solo su amante, señor Rogers.- Explicó con frialdad, haciendo que los ojos de Steve se abrieran en horror.
- Lo van a abandonar...- Murmuró, y sintió que sus piernas flaqueaban, fue sostenido por Natasha y Clint.- No van a ayudarlo...
- No, Steve...- Quiso hablar la pelirroja.
- ¡Él confía en ustedes! ¡No pueden solo botarlo por qué se equivocó! ¡También es tu culpa!
Steve gritaba mil cosas al aire, culpando sobre todo a Pierce y Fury, estaba desesperado, ninguno de ellos se imaginaba lo que estaba sintiendo en esos momentos, un vacío en su pecho, frío más cortante que el del hielo donde calló, odio.
Él no sabía lo que era el odio, jamás lo había sentido, a sus bravucones les tenía lástima, debían de tener vidas más miserables que la suya para burlarse de él, por los Nazis no había sentido nada, era más bien sentido de protección a los suyos, un tiempo le tuvo rencor a la vida por la jugada que le había hecho, pero... Bueno, había conocido a Tony, así que dejó de sentirla.
No, jamás había odiado, pero en ese momento, ningún otro sentimiento podía explicar lo que sentía.
Odio para Los Diez Anillos por lastimar y llevarse a Tony, odio para sus compañeros por no ayudarlo, odio para Fury por no hacer nada, odio para si mismo por permitir que ocurriera.
Gritaba, sentía que su garganta se iba a romper, su cabeza dolía tanto que no podía pensar, y María estaba segura que golpearía al director en cualquier momento. Y entonces, un piquete en su cuello, giro a su derecha y vio a Natasha con una jeringuilla y cara de pena.
- Lo siento, debes descansar.- Se disculpó.
Él solo la miro con ajos abiertos y asustados, sintiendo como su cuerpo se iba durmiendo, se sintió apoyando por ella y Barton, que lo sostenían suavemente mientras iba cayendo en la inconciencia.
Abrió los ojos lentamente y con pesar, le estaba costando tanto o más que la vez anterior, pero hoy no estaba solo, cuando pudo enfocar su mirada, vio a la pelirroja junto a él, mirando por la ventana.
- Hey...- Llamo con voz ronca, le dolía la garganta.
- Hey, ¿Cómo estás?- Preguntó, acercándose y acariciando su cabello.
- Cómo si un auto me hubiera atropellado...
- No recuerdo que estuvieras tan mal cuando ese auto te atropelló.
Ambos sonrieron al recuerdo de una de sus misiones, era verdad, Steve había rodado encima del carro, y al caer, se había levantado y continuado como si nada.
- Lo siento, me altere...- Dijo el rubio después de un momento.
- Esta bien, te entendemos, estas preocupado por Tony, y no estás acostumbrado a sentir dolor, debe ser difícil para ti.
- ¿Ahora cuánto dormí?
- Solo unas horas, tenía que calmarte.- Tomo su mano y sonrió dulcemente.- Recupérate, e iremos por él.
Le tomo una semana poderse mover cómodamente, la herida en su pecho parecía negarse a sanar, una red de líneas subían desde su mano, surcando todo su brazo y hombro, marcado la mitad de su torso, tanto por el pecho como por la espalda, la doctora Cho las había llamado figuras de Lichtenberg.
- Es extraño, el suero no debería permitir algo como esto.- Hablo la mujer, limpiando la herida y tomando pequeñas muestras para analizarlas.
- La tecnología de Los Diez Anillos dio un salto considerable.- Se limito a decir, mirando la pared.
Le importaba poco o nada si su cuerpo quedaba con marcas o no, solo podía pensar en que si eso le había pasado a él, siendo un super soldado, Tony debía estar peor, tal vez con peores quemaduras, tal vez aún inconsciente, y eso no le permitía estar tranquilo.
- ¿No han tenido noticias?- Pregunto la doctora, viendo el rostro preocupado de Steve.
- No, al parecer la base que atacamos era un señuelo, no había nada de valor ahí, se trasladaron a una parte del sur de china, pero es todo lo que sabemos.
Helen lo miro con duda antes sus palabras, pero el seguía perdido en la pared, así que no lo noto.
- ¿Hicieron todo eso para llevarse al señor Stark?
- Wenwu ha estado detrás de la tecnología de Stark desde hace varias décadas, está convencido de que la tecnología es el camino para la utopía, y Tony tiene la más avanzada en el mundo... Al menos lo mantendrá con vida.
Ella asintió mientras terminaba de ponerle el vendaje nuevo al capitán, por el tono de sus palabras, este parecía aferrarse a ese pensamiento para seguir adelante, Steve no aceptaría tan fácil la posibilidad de que el millonario estuviera muerto.
Puso una sonrisa cálida para el soldado, y este respondió con su mejor intento de una, aunque termino siendo una mueca, y salió del ala médica, Helen suponía que iría al cuarto donde organizaban la búsqueda de Tony.
Comenzó a limpiar las cosas que había usado en el capitán, etiquetando las muestras para el análisis, pero algo la dejó pensando, Steve había dicho que buscaban a Tony al sur de China por qué ahí se ubicaban Los Diez Anillos.
Pero los agentes que habían hablado con ella en las consultas, habían dicho que sabían de buena fuente, que estaban en Islandia.
