Amor en tiempos de Guerra.

Cap 22.- "El puesto de Eriol"

Lady Silvermoon14

con que la montaña Haku...-decía Eriol sentado junto a Li frente a una fogata, revisaban un pergamino que al parecer era un mapa.

Los demás soldados estaban en otras fogatas, de las varias que se habían encargado de prender, algunos charlaban animadamente mientras bromeaban, y comían lo que se cocinaba en las llamas. Pues no habían olvidado las provisiones.

no queda a más de medio día de aquí-continuó Shaoran trazando algunas líneas finas, llegaremos a más tardas mañana al medio día, si es que nos vamos temprano de aquí...

¿no cree que sería forzarlos demasiado, Capitán?-preguntó Hiraguizawa mirándolo con seriedad- es muy cierto que tenemos que llegar antes que ellos, pero... –inspeccionó la calma del campamento que habían formado- cuando lleguemos al campo de batalla estarán exhaustos...

descansarán en la montaña Haku...-respondió el otro sin mirarle.- seguro también ya habrán llegado los del norte, este y el oeste... luego iremos hasta las ruinas del antiguo regimiento del este...

¿se refiere al regimiento que cayó hace años, no?-preguntó extrañamente emocionado- ¡he oído hablar bastante de ese lugar!

luego marcharemos hacía le paso del infierno...-continuó ignorando su comentario- y ahí les esperaremos... no hay por donde más pasar en la ruta de las Montañas Celestiales...

cierto...-dijo pensativo mientras le examinaba con la mirada- veo que incluso tiene ya calculados los días que nos tomará resolver todo este conflicto...

solo intento estar en el paso del Infierno lo más pronto posible... aunque también puede darse el caso de que ya hayan penetrado y ahora mismo vengan por el camino...

no creo-dijo confiado Hiraguizawa- Gainax está mucho más remoto... y a muchos más días... aunque si lo pensamos bien...- reflexionó más- me pregunto desde cuando habrán partido para acá...

han de tener tiempo ya...-añadió el muchacho Li doblando la hoja para luego tomar un trago de lo que le había servido uno soldado-¿como estará la situación en la ciudad...?

muy bien¡no rompan filas!-exclamaba el sujeto montado en el caballo, los soldados de Corben no los dejaban retroceder lo suficiente como para regresar a Azzarello, y la situación estaba cada vez peor.

Se le tenía que agregar el clima no les estaba ayudando mucho. La lluvia no los dejaba apreciar a quienes atacaban, e incluso más de una vez un soldado asesinó a un compañero sin querer...

¡transmisiones!-pidió el General mientras con la espada le daba a otro hombre que estaba tratando de herirle, uno de los soldados más cercanos se acercó hasta él con dificultad, entre los miles de hombres que se enfrentaban y los cadáveres de los que ya habían caído.- mande un mensaje a Azzarello-dijo en un susurro que escuchó el hombre- que tengan preparados a los ejércitos de reservas, también que informen a Hiraguizawa... el Señor Imperial sabrá que hacer... mejor dile que lo nombre de inmediato... que no espere por noticias mías. Y que tampoco pierda el tiempo.

Luego llegó otro... a su llamado sin haberse dado cuenta que ya alguien le atendía

¿les digo que vengan señor?-preguntó el soldado que tenía su rostro serio manchado de sangre con sudor, además de que su semblante parecía cansado.

no... que solo estén preparados para la llegada de estos malditos...-con gran esfuerzo bajó de su caballo para pasárselo a él- ve lo más rápido que puedas...

como usted diga, mi General-saludó con su mano en su frente y partió al principio lento para que nadie lo notase mucho, y luego a gran velocidad.

tú-llamó al otro sujeto que ya se retiraba al notar que sus servicios no eran requeridos- también ve a Azzarello y deja ordenes de parte mía... necesito que una escolta vigile la casa de Li...– fue detenido de nuevo por él que pensaba que era todo el mensaje- para protección de las señoras... que no sea tan grande... para que no llame la atención. La de Hiraguizawa está también allí. Y que sea pronto...

El que era solo un muchacho manchado de sangre por todo el rostro como su compañero que ya se había marchado, asintió avanzando con gran velocidad hacía uno de sus compañeros para que le prestase su caballo.

El hombre que era General no solo fue rodeado por un mayor número de los de Corben, sino también estaba el hecho que los de Azzarello trataban de sacárselos de encima pero no lo lograban en cuanto acaban con uno llegaba otro...

En cambio uno de Azzarello que caía no era tan fácil de sustituir...

ya ríndete-sonrió el General de Corben (montado en su caballo negro) cuando la batalla le dio una tregua para respirar, pero ese hombre se había acercado demasiado, y el General Bokunetsu sabía que no era con la simple intención de charlar- pero por lo que veo...-rió con esa malvada y grave voz- ni caballo tienes...nunca pensé que los de Azzarello no tuvieran ni para un caballo...

no necesito darle ni una sola explicación- añadió frío y cortante- y si no tengo caballo mis razones tendré...- con su espada alzada al sujeto.

no sea insolente, General-sonrió torcidamente.- sabe que su ejercito va para la derrota ¿o no?...-el hombre no dijo nada, solo miraba su rostro burlón- entonces ya le he dado el gusto de mencionárselo... ni ese Li, ni ese Hiraguizawa pudieron hacer algo, seguro ahora mismo han de estar retorciéndose en el infierno...

tal vez...-añadió simplemente el General con enojo contenido- y tal vez ellos sean la diferencia... cualquiera de mis soldados es tan bueno... pero tu ejército es enorme... cualquiera de mis soldados puede ser la diferencia... y te aseguro que esta guerra es para Azzarello...

El otro volvió a reír- entonces no resultaron tan buenos como se presumía... "los mejores soldados de Azzarello" ¡ja! Ni una sola batalla duraron... es verdad que mi ejercito es grandioso a comparación...-no podía contener su diversión, de verlo ahí, tan desprotegido y con él con la oportunidad de darle muerte- no creo que tu amado país dure... ya verás que cuando menos lo esperes Melko Kogako estará gobernando...

no todo ha salido como lo he planeado-rió también pero de forma forzada- aunque si tu Señor Imperial se apropia de Azzarello... entonces caerá la gran potencia que somos... por que...-sonrió gustoso, mientras el otro solo gruñía, sabía lo que diría y tenía razón- sabes perfectamente que lo somos, que Azzarello supera por más a Corben ¿o no? y que es por eso que... tu Señor, se quiere adueñar de mi país... para tener todas sus riquezas y que todo el mundo sepa... que él gobierna a la que fue la mayor nación de este continente y que para este entonces fue, por que la hará decaer... que Corben es tan insignificante a comparación... que... quiere más...-pudo notar con satisfacción que sus palabras habían dado en alguna parte del orgullo del hombre, pero sabía lo que podía costar eso-ahora si vas a matarme hazlo de una buena vez que me cansé ya de hablar... por que adivino que a eso te acercaste ¿no es así?

que come que adivina...-sonrió recordando lo que tanto anhelaba, matar a uno de los más importantes militares de la potencia, y con mayor gusto lo haría, después de esas verdades... alzó la espada que tenía en mano- fue un "honor" luchar contra usted...

Bokunetsu solo sintió como ese filo se clavaba en su hombro izquierdo, luego en su pecho para rematarlo con un segundo golpe y no hizo nada para impedirlo. Su espada manchada con sangre cayó al costado y pronto el General, cayó en silencio mientras la lucha continuaba a su alrededor.

¡General!-uno que notó todo alertó a los demás- ¡mataron al General!

Fue entonces, cuando el rencor de Azzarello creció, Bokunetsu no solo era uno de los mejores militares, también era muy amado por el pueblo y por los que pertenecían a su tropa... ahora no solo vengarían los ataques que se dieron a Ghibli y a las demás ciudades del país, sino también por la pérdida de un hombre tan valioso como aquel...

traje unas cuantas cosas-sonrió Touya mientras notaba como su hermanita ponía la gran mesa de comedor para que se sentaran a comer, pero era ya muy tarde- Sakura, no nos podemos quedar a cenar...-añadió mientras esta le miraba interrogativa.

¿no¿por que?-preguntó sin entender sus motivos.

lo mejor será que no andemos tan tarde en las calles, además papá debe estar ya cansado- añadió dejando algunos costales cerca- se quedará con Kaho y conmigo...

entiendo-dijo bajando su rostro- ¿que es eso?-inquirió señalando el costal

harina-comentó volviendo a levantarlo- será mejor que no salgan por nada... no hagan nada que llame la atención... como si estuviera desocupada... trajimos varias cosas además para evitar que salgan a cualquier cosa... ¿Te quedó claro? Ni siquiera mandes a las sirvientas...

esta bien-dijo recogiendo los cubiertos- cuídate tu también y por favor cuida mucho a papá...

sabes que lo haré-sonrió mientras ya en la cocina que estaba a una puerta de ahí- vendremos luego a verlas...

Sakura solo asintió dejando sobre la mesa lo que ya había recogido, había dejado el lugar de Tomoyo, Aoshi, Katsumi que seguro le gustaría cenar con él y el de ella misma por si luego le daban ganas de bajar a cenar algo- será mejor que me vaya a dormir-sonrió besando a su hermano en la mejilla- nos veremos luego.

Touya solo asintió notando que su hermana ya no estaba tan angustiada pero una voz lo interrumpió.

creo que ya esta entendiendo más las cosas-comentó Yukito trayendo otro costal sobre su hombro mientras otros hombres le seguían con diferentes especias.

debe ser así ¿no?-comentó con sequedad, ya no quería hablar de eso, tenía que concentrarse en proteger a su familiar, fuese como fuese.-

ya tiene más esperanza.-siguió Tsukishiro comentando- por cierto... mi hermano me ha mandado una carta...

¿te refieres a Yue?-preguntó Kinomoto hijo extrañado cruzándose de brazos- ¿que ha pasado con él¿está bien?

muy bien-dijo con seriedad acomodando sus gafas- pero... también ha sido llamado para marchar hasta las montañas celestiales...

¿me estás diciendo que se encontrará con el esposo de Sakura?-preguntó Touya captando la idea

eso mismo...-dijo meditando- mi hermano esperaba ya esto desde hacía tiempo...

Yue siempre ha sido muy misterioso...-opinó Touya acomodando los costales que iban llegando- además de serio... no es nada parecido a ti... es más, el Coronel Hiraguizawa se parece más a ti...

somos familia lejana, lo descubrimos en un momento en el que conversábamos-añadió Yukito ayudándole mientras recordaba- la verdad es que por un momento me sorprendí bastante, aunque él siendo como es... –cortó sus palabras dándole a entender a Touya que el militar solo había reído- pero hemos quedado en tratarnos como si no supiéramos nada, para no sentir ninguna obligación de lazos o algo por el estilo

quien lo iba a imaginar...-susurró con ironía- pero que pequeño es el mundo...

demasiado-rió ante el tono de su amigo.- aunque él ni yo sabíamos nada. Nuestras familias no son tan cercanas, realmente fue una coincidencia que nos conociéramos... y que sus cercanos terminaran siendo esos familiares tan, pero tan lejanos... casi podría decirse que el rastro de la misma sangre esta desaparecido.

pero tal vez no sea coincidencia-murmuró Touya en un momento después que meditó las palabras de su amigo.- ¿no has pensado en la posibilidad de que el coronel haya escuchado algo sobre ti y sobre Yue aunque no sabía quienes eran? Solo como el "primo lejano de Azzarello" y si eso no hubiera sucedido quizás Hiraguizawa jamás hubiera puesto sus ojos en Azzarello... por lo tanto no hubiera venido, y como consecuencia...

Tomoyo y él no estarían casados-interrumpió con su amable sonrisa- tal vez tengas razón... hay cosas que tienen sus motivos de ser... tal vez esta guerra sea una de ellas...

no lo sé, Yuki-respondió Kinomoto con la misma seriedad- pero esperemos que no afecte a nuestro país, ni a nuestras familias, entonces que suceda lo que tenga que suceder...

Fue cuando Yukito se puso pensativo ¿cómo irán las cosas allá?... pensaba que tal vez algunos estuvieran luchando y muriendo en ese mismo instante, ya fuese en la frontera sur o en la del este...

Llamó la atención de los dos hombres, que tocaron la puerta de la entrada.

Ambos se dirigieron hacia el vestíbulo, parecía que alguien había abierto ya la puerta. Sakura miraba hacia afuera con sorpresa. Parecía que se había detenido por algo camino a su habitación y que cuando tocaron la puerta ella seguía en la planta baja.

Touya se asomó... mientras Yukito miraba al igual que Sakura a toda esa tropilla de soldados... todos vestían de una forma similar a la de Shaoran Li y Eriol Hiraguizawa

¿que se les ofrece?-preguntó Kinomoto jalando con su brazo a Sakura la cual accedió y se colocó a un lado de Yukito cerca de la puerta, pero detrás de Touya.

somos enviados del General Bokunetsu-habló con seriedad el que estaba al mando o parecía estarlo, además de que estaba al frente de todos ellos.- somos la escolta asignada para la familia Hiraguizawa y Li...

un gusto, señor Azurite-sonrió uno de los tantos hombres que ahí estaban reunidos, la mayoría eran terratenientes, y sus trabajadores más cercanos, para que al tomar cualquier decisión tuvieran en cuenta a alguien más.

Algunos que no llevaban a nadie pensaban que hacían eso por cobardía, pero otros pensaban que no tenía la suficiente capacidad para tomar una decisión por si mismos, por que en cuanto se aliaran a la causa seguramente su hacienda en algo tendría que contribuir...

el placer es mío-respondió el joven- este es Aoshi Hiraguizawa, dueño y administrador de tierras.

espero que se sienta bien en la reunión-añadió el hombre señalándoles algún lugar en la mesa.

Aoshi solo asintió, estaba extrañamente retraído, tampoco era que hablase mucho pero siempre comentaba algo oportuno, incluso el mismo Ran se extrañó.

Estaban ahí reunidos algunos de los más importantes hombres, exceptuando a los Kinomoto, mismos de los que solo había sido invitado Touya Kinomoto pero se había negado rotundamente a tener algo que ver, y negó la visita a su padre. Fujitaka Kinomoto.

sería imposible poder defenderla por completo-habló uno de ellos, una vez que todos ya se encontraban sentados en una larga mesa rectangular de madera. Había por lo menos veinte en cada lado de la mesa, la cual era bastante grande.

Todos los presentes miraban con atención a la cabeza de esa mesa, donde se encontraba la persona de mayor edad, mismo que había comenzado el dialogo.

pero no podemos dejarla a su merced- continuó refiriéndose a los de Corben.- tendremos que organizarnos lo mejor posible, y contribuir con lo más que se pueda... algunos tendrán que poner el alimento y la bebida, otros los hombres.

yo no cuento con muchos.- dijo Azurite que estaba cerca de él- pero puedo contribuir con el alimento...

¡yo lo haré con la bebida!-hablaron tres con decisión

¡cuenten con mis trabajadores!-gritó de lo lejos del superior, otro-

¡también con los míos!

¡y los míos!

¡lo mismo digo!

¡yo también daré alimento!

¡pondré más hombres!

De pronto se habían emocionado. Tal vez la guerra no fuera tan dura como se imaginaban, ya parecía que se habían organizado bien desde el principio.- contaremos con mil hombres-dijo el viejo- que serán repartidos en el norte, sur, este y oeste de la ciudad. Los alimentos llegarán cada tres días- miró a Azurite el cual solo asintió con decisión- así mismo será con la bebida.

entonces las provisiones serán generosas-rió otro tontamente

El hombre puso los ojos en blanco:- ¡idiota claro que lo serán! Ejem ejem.- chasqueó un momento para luego seguir- cada una de las unidades, tendrán que tener a alguien en el mando.

Miró un momento hacia Ran el cual hablaba con otro hombre en voz baja- disculpe, y ¿usted quien es?-preguntó al hermano de Eriol

Aoshi Hiraguizawa-habló con seriedad, se mantuvo callado un momento, no quería agregar nada más pero parecía que el líder quería que dijera algo con respecto a aquello como todos los demás, y por tanto contribuyera con algo- yo conozco a un grupo que nos puede servir de mucho, me parece que fueron soldados o algo por el estilo, pues saben mucho sobre armas y como manejarlas-miraba directamente los ojos del anciano- ellos me han ayudado a cuidar un poco las haciendas, y han sido de mucha ayuda en realidad, se han evitado más asaltos.

incluso fue herido en uno de los enfrentamientos.-intervino Ran, pues notó la mirada penetrante del sujeto sobre su amigo- pero mi amigo solo está aquí por que yo lo he invitado, no creo que tenga obligación alguna con nosotros. Será la decisión de él si...-pero aquel lo interrumpió.

y está vivo...-susurró con notable sorpresa-no hay duda que es el hermano de Hiraguizawa... el Coronel ¿o me equivoco?- notándole negar, el hombre sonrió.- Entonces es de aquellos que son madera dura de roer. – volviendo al tema que los reunía.- todos saben que los de Corben son sanguinarios... pareciera que les gusta matar, pero ese no es el caso, si usted me ayudara a contactar a esos hombres que menciona...-Aoshi simplemente asintió, todos los demás oían su débil conversación- sería una gran ayuda, además si usted me informara la manera de contactarlos... no se vería en nada relacionado...

lo pensaré-simplemente contestó. Pero más que nada... si participaba sería por la seguridad de las que estaban bajo su protección

bien¿en que me quedé? Sobre los mandos...al norte estará, Cheng Pei- el mencionado alzó la mano en aprobación.- al sur Xi Ye- el gesto fue el mismo- al oeste estará Hiroko Kaitani, y al este estará Ran Azurite.

El chico miró con incomprensión al hombre pero aun así levanto la mano. No entendía como aquel, si ni siquiera le conocía ni nada por el estilo, le dejaba una responsabilidad tan grande en sus manos, mucho menos iba a saber por que lo había elegido a él como el que protegiera la frontera más peligrosa de Ghibli.

La zona este estaba directamente conectada con Corben no así con Gainax. Por lo que se hacia un punto por donde seguramente entrarían las tropas del enemigo en cualquier momento, en caso de no ser vencido por los ejércitos que ya estaban en territorios más bajos y aun más adentrados a la nación vecina.

espero que ninguno de ustedes me defrauden-sonrió a los reunidos- sobre los alimentos, bueno: supongo que no tengo que decir indicaciones, tendrán que mandar las provisiones a su unidad más cercana, lo mismo con la bebida.

tengo una duda, señor-habló una vez más Azurite llamado la atención del mayor.- ¿de donde conseguiremos armas?

El líder Xue Sei lo meditó un momento, el ejército no les permitiría las armas, eran muy rigurosos en ese aspecto, además de que seguro que la mejor tecnología se iría al paso del infierno junto con los que se habían marchado. Entonces habló:- no creo que ninguno de nosotros, no tengamos ni una sola arma...

los trabajadores no las tienen-añadió otro que estaba sentado más lejos

entonces tendremos que conseguirlas por otros lados...-dijo pensativo

"esto se va a volver negro..."-pensó un momento Aoshi reflexionando- "si yo no compro nada... no tengo por que verme relacionado... ¿verdad?"

¿escolta?-preguntó extrañada Sakura cuando sus ojos se abrieron como platos. –

así es mi señora-dijo serio y sin mirarla pero dando una reverencia hacia ella a modo de saludo misma que correspondió algo aturdida.- me parece que nuestro General al mando se había comprometido con su protección, o algo similar-añadió mirando a Touya que tenía el mismo rostro de incomprensión.- más una promesa de honor entre Shaoran Li, Eriol Hiraguizawa y mi señor Bokunetsu mismo que en este momento se encuentra luchando en la batalla de la frontera este.

hostilidades ya comenzaron... pensaba que sería eso hasta dentro de unos días más...-suspiró- pero creo que es ahora cuando más se necesite esta guardia...tal vez el mocoso no te dejó tan desprotegida...-susurró Touya mirando de reojo a su hermana la cual miraba algún lugar de la calle. Pero parecía que no prestaba mucha atención y que pensaba en su persona especial...-muchas gracias, serán de una gran ayuda...- respondió a nombre de su hermana.

Sakura escuchó la voz de su hermano y reaccionó para sonreír con amabilidad- por favor pasen a la cocina para que tomen algo...

Yukito sonrió con aprobación dándoles el paso, Touya asintió haciendo lo mismos.

Todos los hombres entraron en silencio y caminando a un mismo paso, ordenadamente y con tanta perfección que deslumbró a Sakura, la cual se contenía y se conformaba con el lucido recuerdo de su amado esposo.

¿señora?

Sakura miró hacia aun lado, llegando Katsumi miraba a todos aquellos sujetos que eran ahora guiados por Touya y Yukito el cual iba detrás de ellos. También la ama de llaves miraba con admiración su orden, pero más le asombraba el simple hecho de que estuvieran ahí..

tranquila, Katsumi-sonrió Sakura con confianza- están aquí para nuestra seguridad... ¿podrías ayudar a las demás a servirles lo que se les ofrezca...?

¡claro que si!-sonrió ante la tranquilidad que ya se notaba en su joven señora, su rostro se veía más pacífico, pero siempre parecía distraída. También sus movimientos, se habían vuelto lentos, más calmados... cosa que la hacía ver aun más gentil a la mirada.

Kirobe se retiró hacia las cocinas casi saltando, para apresurarse a llegar a dar instrucciones en las cocinas.

Sakura la notaba más contenta ¡y como no viviendo su pretendiente tan cerca de ella!

Tomoyo dormía en uno de los cuartos de los huéspedes, al igual que Aoshi Hiraguizawa. Shaoran al tener cuatro hermanas tenía cuartos de visita de más, pues a veces las visitas no solo las incluía a ellas y su suegra, según algún día le había comentado él. Sino que llegaba con todo y los niños... los cuales, aseguraba eran unos pequeños diablillos...

Shaoran...

Pero Aoshi, se había disculpado dijo ir a una diligencia y prometió estar en casa antes del toque de queda. Bueno, habría oportunidad de explicarle cuando llegase. Cuando volteó notó que Kaho avanzaba escoltada por Fujitaka quienes se acercaban a despedirse y Touya venía más atrás con Yukito a su lado también con ese propósito.

Pensó en un momento que cuando se sentara a cenar, sola y sin ninguno de sus familiares (a excepción de Tomoyo), extrañaría no tener a Shaoran a su lado en la mesa.

¡señor, un mensaje del General Bokunetsu!-llegó el soldado enviado desde hacía largas horas. Su uniforme empapado y su rostro seguían manchados por la sangre, además de que estaba sucio por el lodo y sudado.

El regimiento estaba conformado por varios edificios de belleza arquitectónica que era parte de la historia del país. En los mismos edificios había pasillos exteriores que daban a los jardines bien cuidados, por ahí caminaban unos cuantos comandantes los cuales revisaban varios papeles una y otra vez verificando toneladas de información.

Uno de ellos, el que parecía de mayor edad le prestó atención por su aspecto, apartándose de los demás los cuales le dieron también importancia pero que eran de meno rango que el otro

¿Bokunetsu?-preguntó extrañado después de que el soldado le saludara con su mano extendida horizontal sobre su frente.- ¿le sucedió algo malo?

no lo sé, señor-dijo con respeto, respiraba agitadamente, parecía que al llegar había corrido mientras buscaba a alguien.- pero me mandó a dar unas instrucciones

¿cuales?-preguntó con mayor seriedad y más alarmado, no solo por el aspecto agotado del muchacho sino también por lo que sucedía en la batalla

que se informe al señor imperial, que nombrara a mi Coronel Hiraguizawa...-respiraba entrecortadamente- no sé a que se refería, pero se le tiene que avisar al Señor Hiraguizawa... que sea lo antes posible... que no esperen más noticias de él...

Pero el hombre si entendió.

será mejor ir lo más pronto posible con el Señor Imperial-dijo hablándoles a los otros- y tú hijo, ve a descansar...

OoOoOoOoOoOoOoOoO

bienvenido-sonrió Ran cuando el mayordomo encargado de abrir la puerta de su hogar, le anunció que Aoshi Hiraguizawa estaba ahí.- me alegra verte de nuevo por aquí ¿en que te puedo ayudar?

al contrario-sonrió Aoshi después de un abrazo en forma de saludo- creo que si me aliaré con tu grupo...

¿y eso por que?-preguntó invitándole a pasar a la sala de estar, misma donde ambos tomaron asiento uno frente a otro.- me parecía que te escuchaba decir, cuando salimos que de ninguna manera lo harías.

tal vez por que lo he pensado mejor-se burló mientras sonreía- pero la verdad es que... la ciudad si podría ser atacada con una fuerza indescriptible... y aquellos hombres...-lo pensó un momento- son bastante buenos.

buenos ¿en que término?-preguntó alzando una ceja- ¿buenos sentimientos? O ¿buenos para matar?

sobre los sentimientos no es algo que te pueda decir-respondió con otra sonrisa- pero de que son buenos para el combate, son buenos. Podría ser una gran ventaja para nosotros...

por ese lado tienes razón-dijo mirando al techo.

solo venía a informarte eso-añadió el chico levantándose del sofá- tengo que llegar a casa de los Li antes del toque de queda...

como prefieras-respondió- cuando necesites quedarte aquí, siempre tendrás algún lugar para dormir.

te lo agradezco...-sonrió agradecido- nos veremos luego-se despidió con una mano, ya estaban ambos en el vestíbulo cuando se dijeron lo último, así Hiraguizawa simplemente con un gesto de su mano se despidió para luego salir.

OoOoOoOoOoOoOoO

buenas noches señor-saludó con una reverencia uno de los tantos generales de la armada de Azzarello.

La oficina era iluminada por varios candiles dorados, además que las paredes estaban tapizadas en un tono parecido al del vino tinto con detalles dorados, de alfombra del mismo color de las paredes, lo que dominaba la más importante oficina del país, era un escritorio elegante pero sencillo, y la silla que estaba detrás de este. Misma donde se encontraba alguien leyendo y firmando.

Pero que se levantó para poder saludar al recién llegado.- un placer verle, general.- sonrió el nuevo Seños Imperial de Azzarello. Mo Ti, quien había sido ayudado por el General Bokunetsu para llegar hasta el poder. Había sido aquel hombre que estaba en el campo de batalla el que le había insistido en que fuera él el que subiera al poder.- dígame en que le puedo ayudar-hizo un ademán para que tomara asiento.

...nuestro general Bokunetsu... tememos que algo le haya sucedido...-añadió el hombre llegado, mientras el joven Señor Imperial ya estaba sentado- pues nos ha mandado ordenes, con uno de los soldados. Supongo que usted sabía los planes de él para uno de sus protegidos...-el muchacho asintió- Eriol Hiraguizawa...

entiendo-respondió sin más- haré lo que esté mi alcance... para que se lleve acabo... será mejor que nos apresuremos, todavía no deben estar lejos...

OoOoOoOoOoOoO

Entró despacio... ya era bastante tarde... incluso pasó el toque de queda e incluso así, no había llegado a tiempo, sabía lo peligroso que podía ser, pero aun no quiso quedarse en casa de Azurite, la señora Sakura le había facilitado una de las llaves para poder entrar y salir de su casa cuando gustase, y él agradecía su confianza..

Ante todo aquello lo que mas le sorprendió fueron aquellos dos soldados empotrados en la entrada de la residencia. Le observaron en un principio con duda. Pero después, le miraron como fantasma. Gritaron incluso "Coronel Hiraguizawa", evitando reírse a carcajadas dijo que era el hermano del Coronel y que iba a entrar en la casa. Ellos, se lo permitieron no saliendo aun de su asombro.

¡Eran muy parecidos!

Uno de ellos le informó que la guardia fue predispuesta por el general como favor al Capitán Li y al Coronel Hiraguizawa, su hermano.

A salvo- dijo ingresando y dejando su abrigo a un lado. En un instante recordó los días que, se escapaba con Eriol al campo sin que sus padres se percataran. ¡y nunca lo hacían! Pero ahora, no estaba en el campo. Estaba en medio de una guerra.

¿alguien habría notado su ausencia? Se preguntó cuando avanzaba por el pasillo desolado a tan altas horas de la noche.

¿donde estabas?- resonó una voz que le hizo voltearse. Miró sus ojos azules como el mar mirarle con preocupación. Preocupación en un principio, después, se notaba enojada. Katsumi, preguntó con los brazos cruzados, su normalmente dulce voz se oía seria.- Estábamos muy preocupados por ti. ¿Sabes que horas son?

Aoshi sudó mirando a Katsumi con el ceño fruncido:- solo se me ha hecho un poco tarde... fui a ver a Ran Azurite... pero cuando venía dieron el toque... y tuve que venir aun más despacio... para que no me descubrieran.

me preocupaste demasiado.-susurró. El notó el tono de su voz afligida a la par que su mirada se suavizaba. - pensé que te había sucedido algo malo. La señora Tomoyo también me preguntó por ti al ver la hora, la señora Sakura desde hace rato está durmiendo por eso no se ha dado cuenta ¿sabes lo peligroso que puede ser no solo para ti, sino también para mis señoras?

pero...

nada de peros Aoshi-regañó- tienes que acatar las reglas... podrías habernos dado un susto de muerte... sobre todo a mi. Estaba demasiado inquieta. Y la señora Tomoyo: Será mejor que cuando subas vayas a su recamara, para que pueda descansar tranquila. ¡Piensa por lo menos en el bebé! Es tu sobrino...ella no puede tener sobresaltos de este tipo. No le hacen nada bien.

Hiraguizawa solo asintió pero aun así se acercó hasta la joven la cual le había dado la espalda para poder retirarse a su habitación.

¿no me desearás las buenas noches?-inquirió con una sonrisilla, mientras Katsumi ya iba por le pasillo de la servidumbre.

buenas noches- dijo sin detenerse, realmente ese chico le había preocupado. Y por un momento se molestó tanto... así que ahora estaría "castigado".- Joven Hiraguizawa...- dándole donde mas le dolía. Escuchó sus pasos ligeros que se retiraban finalmente a descansar.

Aoshi solo suspiró mientras se recargaba con desgana en una de las paredes.- buenas noches...-susurró.

No pudo agregar más, pues Katsumi ya había desaparecido por la puerta de su habitación.

Ella cuando llegó a su habitación, y cerrando la puerta, se inclinó de ella. Pasó sus manos por su rostro y finalmente cayó de rodillas sollozando.

Él no sabía. No tenía la mas mínima idea del susto que había pasado aquella noche. Al principio, estaba contenta, emocionada. Recordaba cuando la señora Tomoyo le invitó a sentarse con ellos en la cena.

-Pero...- decía la muchacha muy nerviosa.- no puedo... tengo que servirles la cena.

-Wei puede hacerlo—sonrió Tomoyo.- anda siéntate. Sakura me dijo que no tenía hambre y que bajaría luego... además- agregó.- Estás al lado de Aoshi...

-¿eh?

-Aoshi vendrá a cenar por supuesto...- indicándole la silla. Ya Wei había tomado la bandeja que la muchacha tenía para colocar en la mesa.- creo que, aunque trabajes para Sakura, deberías comportarte un poco mas como dama de esta casa...- sonrojándole – eres la novia de Aoshi Hiraguizawa y es actualmente "el hombre de la casa".

-No lo se...

-Bueno, si no lo haces por mi, hazlo por él.- colocando mirada de desilusión- ¡El pobre Aoshi! Se sentirá muy incomodo si ve a su novia sirviéndole...

Katsumi se rindió. Conocía a la señora Tomoyo: Siempre teniendo una justificación para todo. Con una sutil sonrisa se quitó el mandil y pasándoselo a Wei quien le sonrió sutilmente, ocupó su puesto en la mesa.

-¿ves que no es tan difícil?- preguntó. Mirando a Wei indagó.- ¿Cree que habría problemas si de ahora en adelante sirviera todas las comidas?- sorprendiendo a Katsumi.- Ella comerá con nosotros de ahora en adelante...

-No Señora Hiragizawa. – replicó el fiel sirviente de Shaoran Li.

-pues así será. Informaré a Sakura de nuestro acuerdo.- siendo servida por Wei.- tu comerás con nosotros siempre y ...- mirándole de reojo.- será mejor que comiences a usar los vestidos que te compramos a la hora de la cena... ¿De acuerdo? Y claro, tus días libres...

Katsumi asintió apenadísima. Mirando el puesto inmediatamente a su lado se sonrojó. ¡Claro que le fascinaba la idea, con tal de estar con Aoshi!

Ahora, había pasado toda su ausencia muerta de la mortificación por él. Que tal vez, le había pasado algo como aquel día en la hacienda Kinomoto.

Retiró las lagrimas de su rostro. Ya no había porque preocuparse. Estaba en casa. Pero no sabía como conducirse con él, al día siguiente. Sabía también que, por su mirada, no había en él, intención alguna en preocuparles. Se sentía mal, era claro eso... pero ¿Qué andaría haciendo a tan tardes horas y con tanto peligro? A pesar de aun estar convaleciente, insistió en salir ¡Justo aquella tarde¿Adonde andaría?

No eran esas las horas ni el lugar de averiguarlo. Ya lo sabría en la mañana.

Un nuevo día... habían acampado en un lugar templado, no había sentido tanto frío, pero sabía que más adelante, si pasaría.

Salió de la casa de campaña que había levantado, mientras se estiraba. Entonces notó la niebla que envolvía todo el lugar, no había nadie más ahí, solo él...

Limpió sus gafas las cuales estaban algo sucias, para poder ver con mayor claridad. Notó también que aun el sol no salía... parecía que fuese de noche, y con aquella espesa niebla, incluso pensó que era un truco para que los ejércitos de Corben pasaran sin ser notados. Pero luego reflexionó. Era imposible... ya alguien se lo había explicado...

Flash back

Había ido a visitarla, no tenía idea de por que, pero ella le atraía de una manera tan extraña, una que jamás sintió, las bellas señoritas de Azzarello, como lo era ella en ese momento se habían rendido siempre a sus pies, pero no así él. Ahora era todo lo contrario... él era el que siempre trataba de verle el mayor número de veces que fuese posible.

Notaba en la joven Tomoyo Daidouji que, no era embustera... y que no le importaba por nada que él fuera uno de los militares más importantes del país.

-siempre es un placer pasear con usted, señorita- había sonreído galantemente. Era una tarde linda, en uno de esos días que tenía libres, por algo festivo, ambos caminaban por el parque que en esa época tenía todos sus árboles verdes, y con coloridas y bellas flores. A pesar de que, pronto llegaría el otoño.

-lo mismo digo-había reído Tomoyo que caminaba con su coqueta sombrilla de encaje, para evitar un poco los rayos del sol.- me agrada bastante, que me invite a salir.

-más me alegra que usted acepte-pero ambos se detuvieron al ver como el sol débilmente comenzaba a desaparecer por las nubes que se acumulaban, parecía que llovería, por las espesas nubes que venían- tan hermoso día... tal vez alguien quiere que no paseemos...

-es la simple naturaleza-razonó Daidouji- nadie puede controlarla de esa manera, por lo menos yo nunca me he enterado de nadie que lo haga... siempre pasan estas cosas por algo... aunque pareciera algo apropósito.

-alguna vez, pensé que usted creía en el misticismo... o algo por el estilo-confesó el muchacho que aun era soltero.

-creo en muchas cosas-sonrió cerrando su sombrilla, la cual con esas nubes ya no era necesaria.- el amor es una de ellas...

-el amor no es algo mágico-explicó Eriol- parece mágico, pero es tan real... lo mágico es imaginario...

-¿y como puedes tú saber eso?-preguntó tan astuta como era.

Fue la primera vez que alguien pudo contradecir a Eriol Hiraguizawa, y en la que él, se quedaba callado sin saber que contestar.

-pues... por que el amor se siente... por eso no puede ser mágico... por que no es imaginario... siempre se piensa que la magia es imaginaria...

-¿y por eso imaginaria?-inquirió de nuevo- no toda la magia es como todos creen, cuando te auguran un hermoso futuro o haces algún "conjuro", los mismos sentimientos pueden ser algo mágico, por el simple hecho de que existan, más bien por lo que te hacen sentir... todas las personas cuando se enamoran cambian de alguna manera... pero esa es la magia del amor... y es algo real... porque la sentimos en la piel, en el corazón y en el alma misma. Nadie ha visto un alma, pero sabemos que existe ¿o no? Aunque nadie ha podido comprobado su existencia.

-veo que tu filosofía la tenía ya planeada.-sonrió Eriol- tal vez, pienses que los sentimientos son mágicos, tal vez piense que otras cosas no lo son, pero tiene usted, señorita, un excelente don de la observación...

-gracias...-se sonrojó, pero notó como Eriol se acercó lentamente a ella, enrolló en uno de sus dedos algún mechón de su cabello mirando al suelo con nerviosismo.

-no creo que usted sea tan tímida, como me lo está mostrando-colocó un dedo bajo su barbilla levantando su rostro con delicadeza...

Ella pudo sentir los cálidos labios de él sobre los suyos... ese era su primer beso... y del que vendrían muchos más...

fin de flash back

Suspiró una vez más mientras se abotonaba el saco, había vuelto a su cálida casa de campaña, se había colocado de nuevo su uniforme. No había dormido del todo bien, había estado con un mapa toda la noche, tratando de trazar una estrategia lo suficientemente buena, como para que Li la aprobara y la llevara a cabo.

Pero se sorprendió al escuchar los cascos de un caballo.

Cuando volvió a salir, ya vestido. Pudo ver como varios salían de sus casas y unos que también ya estaban fuera, también al escuchar como él al recién llegado. Li miraba todo con seriedad de pie desde la entrada de su casa, y miró hacía él.

Ambos se acercaron hasta el hombre que bajaba del caballo, vestía como ellos y tenía en su mano una carta.

buenos días-saludó con su mano, mientras ambos respondían el saludo de la misma forma.- esta es una carta de mi Señor Imperial, mismas que fueron ordenes del General Bokunetsu

¿sabe algo de él?-preguntó Li mientras Eriol quien había sido el que tomó el sobre, se disponía a abrirlo.

aun no-respondió el hombre.- pero de lo que estamos seguros es que se ha registrado una baja inclinada hacia Azzarello en la batalla del este...

Shaoran miró con asombro al soldado y aquel siguió.- el que llevó el mensaje del General llegó a duras penas, es atendido por un médico, al parecer tiene varias heridas graves, y aquella gravedad aumentó en el trayecto... están en estos momentos tratando de salvarle la vida...

ya veo-susurró Shaoran no sabiendo que más decir por el joven.

esto es una sorpresa-habló por fin Eriol después de leer la carta- pero no sé si sea agradable o problemática... aunque pienso que es un gran honor.

¿que sucede?-inquirió Li, él y el soldado recién llegado miraron a Hiraguizawa. Igual algunos curiosos que se quedaron mirándoles.

soy nombrado General- no sabía si sonreír o ponerse serio.- ¿entiende, Coronel?

Shaoran pestañeó sin comprender...-¿co...coronel?

me tengo que retirar... se está esperando el ataque a la ciudad, según nuestras fuentes esta noche han llegado a las orillas de ella. Puede suceder en cualquier momento – sorprendiéndoles.

¡Azzarello estaba en mas peligro aun! Tanto Shaoran como Eriol pensaron lo mismo: las personas que eran ahora sus familias, estaban en peligro.

Li miró hacia el suelo, aunque él no muriera en la guerra, ella también estaba en peligro, podría ser que ella fuese la que muriera... no, ella no moriría... por que por ella estaba peleando... pero sabía que Touya Kinomoto y Aoshi Hiraguizawa la protegerían... y tal vez también ese sujeto al que había amado alguna vez.

Aquel soldado montó de nuevo en su caballo, saludó y cabalgó rápidamente en dirección contraria.

con que General Hiraguizawa ¿eh?-sonrió Shaoran dándole una palmada en el hombro derecho- no se si están acorde a la situación pero felicidades señor.

me gustaría que este ascenso se hubiera dado en otras circunstancias... y esta alegría compartirla con Tomoyo-estrujó el papel en sus manos- esto también quiere decir que algo le sucedió a Bokunetsu... o que él estaba seguro de que algo le sucedería...

Un silencio ensordecedor se presentó a su alrededor. Otros que escucharon las buenas nuevas, también escucharon lo dicho por Eriol. Significaba que el antiguo General, ya no existía.

tenemos que estar tranquilos-habló Shaoran con seriedad.- lo mejor será que nos movamos... ¡MUY BIEN SEÑORES, ES HORA DE LEVANTAR TODO!

Shaoran se apresuró mientras Eriol admiraba todo pensativo... ahora sería él el que tuviera que dirigir a esas dos tropas y a Li como el comandante que ahora era... y esa era una carga aun mayor...

¡MUY BIEN, OBEDEZCAN AL CORONEL LI!

Shaoran le miró avergonzado, mientras los demás le miraban entre sorprendidos y confundidos.- ¡ya oyeron al General!

Eriol rió entre dientes... - ¡vamos al monte Haku!

bienvenidos a Ghibli, señores-sonrió el general que estaba montado en el caballo negro- capital de Azzarello-

los demás rieron y se escuchó aquel sonido en el que reían al unísono. Pero no pudieron hacer más... pues una marcha se escuchó de entre las calles, haciendo un eco misterioso.

Al parecer estaban rodeados por las nuevas tropas que ahí se acercaban y las que ahí les esperaban. Se escuchó el sonido del relinche de los caballos... había niebla, y todavía el sol no salía. De los hocicos de los corceles se notaba su aliento, y no solo el de ellos sino también el de los jinetes.

nosotros no lo hubiéramos dicho mejor de lo que lo han hecho ustedes-habló el general al mando- bienvenidos sean ustedes, y esperamos tengan una próspera visita... por que de aquí no podrán salir... por lo menos no vivos...- aquel general de Azzarello miró asombrado las tropas de los de Corben que aun no terminaban de entrar a la ciudad y los que ya estaban dentro era miles. Pero ellos también era muchos... seguro podrían aunque fuese rebajar las tropas para cuando regresaran las que habían marchado.

cañones al frente...-susurró con una sonrisa a su teniente- necesito que sean cautelosos... en cuanto alce la espada será fuego...

como ordene señor.

El General Okinu, encargado de las fuerzas militares de la ciudad de Ghibli. Notó algo extraño, como aquel general daba las instrucciones, entonces puso mayor atención, movían los cañones...

los cañones al frente-susurró- no se tiene que notar... háganlo lo mejor posible...

como ordene señor...

se movieron lo más rápido y hábilmente posible, pero el general Yoshihiro no puso atención, nadie se dio cuenta... y más aun por que las primeras filas se colocaron enfrente muy discretamente. Cuando finalizaron ellos se retiraron

bien...-dijo cuando terminaron de acomodar- en cuanto hable o vean que hace algún movimiento, abran el fuego... no esperen a que diga la primera palabra completa, no esperen a que termine de hacer sus movimientos, informales a todos los tiradores... que si alguno nota que hará un movimiento no lo dude... dispare...

de acuerdo-dijo alejándose para dar las instrucciones.

Yoshihiro sonrió mirando hacia atrás para dar la señal y justo cuando empuñaba la espada y la sacaba con lentitud para que no sospecharan, fue cuando uno de los soldados se percató... con aquello desaparecía la calma de la madrugada pero era necesario...

Los de alrededor le miraron asombrados, y una pequeña parte de los soldados enemigos que estaban frente al cañón, fueron los que salieron disparados. Hacía atrás por lo que también hubo heridos en las filas posteriores.

Después de ese salieron más de lado de Azzarello, mientras el general de Corben gruñía molesto:- ¡FUEGO!

¿que fue eso?-se preguntó a si misma mientras se sentaba en el lecho, el gran sonido la había despertado. Mientras su alma asustada se estremecía al igual que su delgado cuerpo.- Ay por los dioses...-se levantó y caminó tan rápido pudo, hasta la ventana que estaba al frente de la cama matrimonial.

Pudo notar el fuego que parecía desplegarse frente a su casa, pero pudo notar que provenían de la misma entrada de la ciudad, que no era muy lejos de allí. Con estupefacción notó que, parecía desplegarse frente a su residencia ya, y no solo fuera de la ciudad, y mientras varios peleaban, y los cañonazos que fueron a dar hasta la otra calle, el fuego estaba por toda esa calle y varios cadáveres estaban ya frente a la puerta principal de la reja que marcaba los límites del terreno de su hogar. Miró horrorizada todo aquello. Notaba de entre la oscuridad como luces se apagaban y encendían en formas de chispazos, con el sonido del cañón, para que después se escuchara el sonido de la bala de cañón aterrizar, sobre edificios, árboles y personas.

Miró su cama, como le gustaría que Shaoran estuviera ahí para protegerla... pero ahora no había tiempo para eso, tenía que ir a ver a Tomoyo, seguro estaba tan asustada como ella, y con su embarazo seguramente se asustaría más, nunca se imaginó un ataque tan pronto a la ciudad, eso quería decir que Azzarello había sido derrotado en la frontera...

Respiró profundo, buscó con la mirada su bata y la encontró... a un lado de una verde... la tomó ágilmente y se la puso con cuidado, mientras hacía un nudo torpe con las cintas, dejó la habitación casi corriendo.

Caminó con precaución por el oscuro corredor, hasta llegar puertas más allá. Tocó despacio hasta escuchar un tartamudeo.

¡Tomoyo¿estás bien?-inquirió Sakura entrando mientras la señora Hiraguizawa estaba sentada al borde de la cama, ella lloraba asustada...-tranquila Tomoyo, todo va a estar bien... tranquila...-susurró mientras la abrazaba y cerraba los ojos- tenemos que ver como están los demás. Vamos Tomoyo...

Notaba como el cuerpo aun pequeño de Tomoyo temblaba pero aun así se levantó, Sakura le ayudó a colocarse la batita y ambas avanzaron de nuevo por el pasillo, bajando por las largas escaleras, entonces fue cuando notaron a una Katsumi nerviosa que estaba a un lado de Aoshi (quien la tenía abrazada sutilmente pues la pobre chica estaba demasiado pálida. Notó su bata sobre la ropa de dormir y sus cabellos estaban inusualmente sueltos), el hombre daba unas cuantas instrucciones a aquellos hombres que el ejército había enviado como escolta de la esposa de su hermano y la señora Sakura, Wei también estaba ahí. Los pocos sirvientes que se quedaron al lado de los Li, estaban allí preocupados y asustados. Algunos de los soldados se colocaron detrás de la puerta principal, otros fueron hacia las cocinas, otros hacia la puerta del jardín, hacía la puerta trasera, estaban a los costados de las ventanas principales.

no enciendan ni una sola luz-ordenó el que estaba a cargo de ellos- que a nadie se le ocurra hacer eso... parece que no tienen interés en saber quienes viven en las casas... solo quieren adueñarse de la casa...

Sakura guardó silencio mientras se abrazaba a si misma, Aoshi había ido con Tomoyo para ver por que lloraba, y trataba de consolarla. Las sentó a ella y a Katsumi en el sofá. Pero Sakura, ella no encontraba lugar.

¿está bien, señora?-preguntó Wei acercándose con una bandeja plateada donde estaban colocadas unas tacitas- té, para que controle sus nervios...

gracias-a penas sonrió tomando una de ellas y bebiendo un poco.

El sol tenía una extraña tonalidad anaranjada... parecía más roja... entonces lo recordó...

la carta para la madre de Shaoran... no la había ido a dejar al correo... no estaba segura de que con aquello el servicio siguiera, pero tenía que intentarlo. No podía defraudarlo.

No avisó a nadie, y tampoco nadie lo notó, subió despacio las escaleras, una vez en su habitación se colocó el vestido más sencillo que encontró, pero aun así se veía muy elegante.

Bajó de nuevo, nadie volvió a notar su presencia, esperaba que Katsumi no se diera cuanta, pero tenía que hacerlo...

¡no puedes ir!-gritaba desesperada mientras el sujeto se colocaba el cinturón con municiones y su pistola estaba en su funda, además de la espada.

por favor Soichiro-suplicó una vez más, después de haberle dado la espalda todo ese rato- tengo que ir, ya te he explicado que me han encargado el este... por favor no llores-susurró besando sus labios mientras tenía atrapado su rostro- regresaré más tarde... en cuanto nos den tregua...

¿y tú... me puedes asegurar cuando será eso?-inquirió con el ceño fruncido mientras era abrazada con dulzura tratando de tranquilizar ese temperamento.

no... no lo sé, pero lo haré-sonrió confiado- ahora tengo que irme, por favor no salgas... no hagas ninguna tontería.

lo dices como si lo hiciera seguido-dijo por lo bajo besando su mejilla- que regreses pronto.-

sabía que comprenderías.

Salió de la habitación y se despidió con su mano.

Entonces Soichiro enserió su rostro, sacando una sonrisa. No permitiría que le pasara nada... siendo ella como era... no tardó en ir a la oficina de Ran, todo lo hacía con pasos delicados. Los sirvientes ya se habían acostumbrado a su presencia constante en la casa, y sabían que tenía libertad para ir y venir dentro de la mansión Azurite. Entró al despacho cerrando la puerta sin sonido alguno.

Se acercó hasta el escritorio y fue abriendo cada cajón, buscando, cuando iba en el tercero lo hacía ya desesperada hasta que llegó al último...

Una pistola...

Ahora sonrió mientras la guardaba entre sus ropas... ella lo protegería...

no sabía donde estaba con exactitud, pues todo estaba lleno de polvo, caminaba con dificultad y sin que nadie la notase entre todos los que luchaban. Suponía que no debía estar muy lejos, y por lo que recordaba no lo estaba.

tranquila Sakura-se decía a si misma, iba entre casas y trataba de confundirse entre los elementos de la ciudad, no tardó en llegar al parque, mismo del que se quemaban varios árboles, otros estaban destrozados, y los troncos estaban sobre los bancos tirados, a la vez que se las llamas lo consumían.

No pudo evitar sentir tristeza, era un lugar especial... ahí había recibido su primer beso... el primer beso que le dio Shaoran... aunque aquella vez estaba tímida...

Escuchó como disparos se oían por doquier y mirando hacia delante enfocó su casa... su antigua casa. La cual estaba intacta, parecía que a las construcciones no hacían nada... pero seguro que si se adueñaban del país... saquearían...

Se dio la vuelta y entonces localizó el edificio de correos.

Caminó entre los escasos árboles que aun estaban de pie intactos, el vestido café de mangas largas le hacía perderse entre ellos, y con ayuda del polvo que se adhirió a la prenda desde que había salido de su hogar fue mayor el efecto. Llevaba su cabello sujetado en un moño, y sobre este estaba la pañoleta que le ayudaba a cubrir un poco su rostro, era una pañoleta algo grande. Llevaba entre sus ropas la carta de Li para su madre, Ieran.

Estuvo a la puerta y entró con rapidez sin que nadie volviera a notarla a pesar de que había varios hombres de los dos bandos ahí.

¿que hace aquí?-preguntó alarmado un anciano que trabajaba ahí, parecía también asustado. Todos los de Azzarello tenían miedo, sobre todo por que nunca se habían enfrentado a un guerra... o por lo menos no desde hacía muchos siglos.

por favor, necesito que se envíe esta carta... es urgente-habló con velocidad Sakura bajando la pañoleta apreciándose su rostro- por favor se lo suplico...

pero es que no hay servicio... ¿no ve como está la situación?-preguntó algo molesto- tenemos aquí a nuestros mensajeros... pero no creo que sea conveniente.

por favor...-volvió a pedir.

aquel hombre miró los ojos asustadizos, seguro aquella pequeña había tenido que cuidarse mucho para poder llegar hasta ahí, dio un suspiro- ¿y quien es usted?

Sakura Li-se apresuró- Señora Li...

esposa de Shaoran Li ¿no? de verdad lo lamento...-dijo recibiendo el sobre mientras Sakura comprendía a que se refería.

gr... gracias-sonrió acomodando de nuevo el pañuelo sobre su cabeza- me tengo que ir...

vaya con cuidado, señora.

Sakura salió igual de precavida, y recorrió el mismo camino, pero cuando pasó el parque...

pero... ¿que tenemos aquí?-fue azotada en una pared, su espalda le dolió. Pero eso no importó ante el miedo de ver a aquel hombre, de aspecto decrépito... pero ahora que lo pensaba, el único que había conocido de Corben se parecía a aquel... entonces buscó con su mirada verdosa a otro y notó lo mismo...- pero que belleza...- las manos huesudas de aquel hombre bajaron hasta su cintura con la intención de bajar.

¡déjeme!-gritó, pero aún así parecía que nadie había escuchado- ¡LE DIGO QUE ME SUELTE!

cállate-ordenó, jaló su cabeza desde su cabello, ya había quitado la pañoleta para ver su bello rostro, deshizo el moño ante el tirón, acercó un poco su cabeza para oler el cuello de su prisionera.- sonrió con un brillo endemoniado en su mirada. Acarició su rostro que ella trató de alejar pero le resultaba imposible.

simplemente hermosa...- dijo atrayendo con violencia su rostro y pasando su mano con desenfreno en su cuerpo.

Sakura trató de gritar pero él agarre del hombre le hizo mas que todo temer.

creo que dijo que la soltara-dijo una voz detrás del de Corben, pero él no volteó de inmediato o en todo caso desistía. Ante aquello, el desconocido declaró.- como guste...

se escuchó el disparo y Sakura miró horrorizada al hombre caer, pero su salvador no era lo que esperaba, por que era... salvadora...

una chica, con pantalones... con un saco y gabardina. A partir de su nariz, su rostro era cubierto por una pañoleta y su cabello rizado estaba en una coleta. Los ojos negros le miraron penetrantemente. Colocó su pistola en su estuche.

con que Sakura Li...-pero guardó silencio al ver como la mujer se resbalaba por la pared- hey ¿que le sucede?

me ha golpeado-dijo en un quejido- me ha lanzado contra la pared... y ... y... – notándose como le costaba respirar.

Soichiro se apresuró desabrochando los botones de la espalda (el vestido tenía los botones por detrás, desde el cuello hasta el comienzo de la falda) y notó en la blanca espalda como se estaba formando un moretón- lo mejor será que la atiendan en su casa... esperemos que no le haya roto nada...-se dio la vuelta sacando rápidamente la pistola y disparando a uno de Corben que se acercaba- ¡vamos, le ayudo!

Sakura solo asintió mientras la chica volvía a abotonar su vestido, y colocaba su pañoleta, para luego ayudarle a levantarse, pero el golpe había sido demasiado duro:- demonios... tenemos que pedir ayuda... yo no puedo cargarla...-miró a su alrededor, pero no encontró a nadie conocido- vamos señora, no fue tan duro. Saque sus fuerzas e impúlsese para caminar... su vida corre peligro.- mirando a todas partes.

Li se levantó a duras penas y fue Soichiro la que le ayudó a caminar mientras con pistola en mano vigilaba su camino.

¿por donde entramos?-preguntó notando que ya estaban frente a su casa.

por detrás-dijo con debilidad-...por la puerta trasera...-sentía como si el aire se le escapara de los pulmones con una mayor gravedad de lo normal

Gracias a Soichiro fue que Sakura llegó viva hasta la puerta de atrás, mató a más de dos personas que se habían interpuesto, y que no les habían dañado por el hecho de ser mujeres que luego podrían usar para divertirse, pero lo que no sabían era que una de ellas era un peligrosa asesina, experta...

Sakura tocó débilmente la puerta

señora Li-susurró el soldado al mando, le ayudó a pasar- ¿dónde estaba? Mandamos a dos de nuestros hombres a buscarla... ¿sabe lo peligroso que fue esto? Aquí todos están muy preocupados por usted...

será mejor que la vea un doctor. Está lastimada- observando al soldado. Dirigiéndose a Sakura declaró pero sin mirarla.- me tengo que ir, podrían sospechar-luego miró a Sakura directamente- ya no haga estupideces...

¡Señora Sakura!-exclamó Katsumi sorprendida. Ahí iba ella a auxiliarla mientras detrás avanzaban mas personas.

Sakura solo asintió mientras Tomoyo alarmada se acercaba a ayudarle.- ¿que te sucedió?... ¡Sakura no debes hacer eso¡Podrían haberte matado!-lloraba descontrolada

casi lo logran...-susurró tocando su espalda- si no hubiera sido por ella...

¿estás bien?-preguntó ya más calmada pero sin dejar de llorar, notaba como su amiga tocaba su espalda adolorida- vamos a revisarte y me cuentas que pasó y adonde fuiste...

tenía que mandar la carta a la madre de Shaoran...-Tomoyo al escuchar aquello solo suspiró- tenía que hacerlo, Tomoyo... se lo prometí.- no evitando gemir de dolor.

ya no discutamos... vamos a ver que te ha pasado...

continuará 000000

holaaa! y faltan dos capitulos para el final! TT espero que todo pase biem, disculpen si estos capis son aburridos y tediosos - al fin y al cabo el final. P les prometo tratar de mejorar las cosas para tener un buen final final y el epilogo que ya casi termino. Ando emocionada por que me enteré de que la película de Tsubasa ya se anda promocionando! O yo la quero ver Tsubasa Chronicle: The princess of Birdcage o algo así :P prometo investigarlo para otra ocasión.

Muchas gracias a todas aquellas personas que se molestaron dejar un review y también a las que me mandaron saludos por mi cumpleaños - gracias por acordarse de esta atolondrada autora!

bien, los dejo por que tengo aun cosas que hacer para la escuela.

los quiere,

lady.