Amor en tiempos de Guerra.
Cap 23.- La toma de la ciudad
LadySilvermoon
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-se nota que está muy lastimada-observó el hombre llevado por Touya Kinomoto, el cual había sido informado al momento de la situación de su hermana. Aunque no le habían explicado con la verdad lo que había causado que Sakura estuviera tan lastimada, le habían mentido con toda la intención, diciendo que había caído de los últimos escalones de las escaleras de la mansión. Ella había sido la que había decidido, engañar a su hermano. Tomoyo le apoyó, al igual que los demás, Touya podía ser muy peligroso, cuando se enojaba. Y aunque se había enojado, por el "descuido" de su hermana, no había sido tanto... suponía que había sido más un accidente.
Sakura Li estaba recostada boca abajo, mientras se notaba el enorme moretón que abarcaba casi toda su espalda. Tenía algunas toallas húmedas sobre este, ella estaba rodeada de almohadas. Tenía a todos los de la casa, preocupados por ella. La condición en que fue encontrada daba miedo en verdad. Ni siquiera pudo ponerse de pie sola.
-tendrá que tomar esto-dijo mientras escribía algunos medicamentos, con rapidez, y se la pasaba a su hermano mayor, el cual solo tenía el ceño fruncido.- y que no se levante... no puedo detectar en este momento si hubo alguna herida interna... –se dirigió a Sakura la cual escuchaba atentamente lo que hablaba el hombre, y se preguntaba como le había hecho aquel médico y además su hermano, para cruzar toda la ciudad, sin que nadie les atacara, o sin haber sido vistos...- vendré a verle en tres días, esperemos que para ese momento este cardenal se haya desvanecido... y entonces dictaminaremos si hay algo más... por ahora no puedo hacer nada más por usted, señora...
La señora tan solo asintió con debilidad. Entonces Touya escoltó al médico hasta la puerta principal, Tomoyo esperaba fuera de la puerta de la habitación de Sakura. Y entró cuando el hermano de la joven salió.
-por favor, ayúdame Tomoyo...-suplicó estando incómoda en esa posición, la de ojos amatistas, buscó dentro del armario, algún camisón.- no puedo quedarme así.
-es que no puedo creerlo, Sakura-decía con seriedad la mujer que estaba encinta- no entiendo por que saliste... ¡mira en que peligro te expusiste! ¡Nos tienes a todos preocupados!
-Lo lamento. Lamento haberlos preocupado, pero ya te lo expliqué.-respondió la otra sin emoción- lo había prometido...
Tomoyo suspiró, sacando uno que parecía cálido y suave, además estaba lindo- piensa solo un momento... si esa chica que dices no hubiera llegado...-ayudaba a su amiga a vestirse, pero antes a sentarse delicadamente sobre el lecho.- ¡estarías ahora muerta! ¡Imagínate que nos dijeran que algo te habría pasado! ¿Qué hubiera sido de tu padre? ¿De tu hermano? ¿O de nosotros?
-oh por favor...-pidió Sakura en un gemido, sintiendo un pequeño dolor- no digas eso...
-es que solo imagínatelo... que Li regresara y te encontrara más que muerta...-regañó Tomoyo mientras Sakura palidecía por sus palabras- ¡solo imagínalo! ¡Piensa más en lo que haces! No creo que si él se imaginaba en el peligro que te expusiste, jamás, te hubiera dejado aquella encomienda. ¿¡Que le hubiéramos dicho en su retorno?
-no digas eso, Tomoyo-insistió mientras ella le ayudaba a colocarse sobre las almohadas, para que no se lastimara, después de haber acomodado entre la piel de la joven y el camisón las toallas.- sabes que no lo hice con mala intención... –suspiró- cierto que me confié ¡pero fue al final, cuando estaba tan cerca de casa! El camino de ida, no estuvo tan difícil.
La esposa de Eriol se colocó cerca de la puerta, que estaba entreabierta para poder vigilar el regreso de Touya.- eso no tiene nada que ver... ¿sabías que por algo como eso, muchas mujeres no tienen hijos? Un golpe como el que recibiste... Pero lo peor del caso, es que ¡te pudieron haber hecho algo! ¡Pudieron haber aprovechado tu encuentro para divertirse y luego asesinarte como a tantas otras que han sufrido el mismo destino! Recuerda que la ciudad, tiene protección de nuestros soldados, pero estaban enfrentando un convoy de Corben que ingresó. No les importaría lastimar a mujeres como nosotras.
Lo que intentaba Tomoyo, era que su amiga viera que ella tenía razón, por que de alguna manera la tenía, lo que había hecho era por demás arriesgado, nunca había conocido a alguien a la que le hubiera sucedido eso... ¡pero casi estaba segura de que podría suceder! ¡Tenía que hacerla entrar en razón!
-¿¡cómo que no tiene hijos?-preguntó moviéndose rudamente, lastimándose, más preocupada por la primera amenaza de su amiga, pero fue su rostro el único que demostró ese dolor-...Tomoyo... yo... quiero hijos...
-no quiere decir que no puedas. Solo que tienes que cuidarte. Las mujeres somos más delicadas que los hombres porque podemos traer vida, Sakura. Nuestros cuerpos son más susceptibles, aunque no quiere decir que seamos débiles. -sonrió ante el efecto de sus palabras- pero para la próxima que pienses hacer algo imprudente ¿podrías pensarlo dos veces? O por lo menos, pensar en nosotros.
-lo haré-dijo aliviada colocando sus manos sobre su estómago, cerrando sus preciosos ojos...- lo prometo... por lo menos ahora no tengo ninguna otra promesa que cumplir... bueno si, esta... pero es más sencilla... no volveré a hacer promesas como esas... no lo pensé cuando lo dije-abrió los ojos, acomodando algunas almohadas cercanas.
-¿promesa, de que hablan?-preguntó la masculina voz de Touya, mientras entraba a la habitación interrumpiéndoles.
Tomoyo tosió disimuladamente.
-me ha prometido que, no me tentará a comer chocolate... creo que soy algo alérgica-dijo de inmediato la esposa de Eriol, sonaba bastante raro, incluso Touya dudó de la palabra de su prima, y lo demostró alzando una ceja- si... tal vez sea el bebé que no le gustan-acarició su barriga la cual comenzaba a crecer- iré a ver que subirán a Sakura para cenar...
Dejó a ambos hermanos solos...
-es muy raro que Tomoyo haya resultado alérgica... las fiestas pasadas le regalé una caja de chocolates y no le sucedió nada...-dijo recordando- ¿te sientes bien?-preguntó Touya acercándose hasta sentarse a los pies de su hermana.
-si... solo es el dolor del golpe-sonrió la chica acariciando el edredón, con delicadeza.- no es nada serio...
-papá se preocupó mucho-añadió el varón- también Kaho, ambos te mandan sus saludos y buenos deseos. Y prometen visitarte cuando la seguridad aquí se supere. Verdaderamente, la ciudad está muy peligrosa.
-se los agradezco...-dijo con tranquilidad.
Por alguna extraña razón había tensión en el ambiente... Touya por un lado sentía extraña la actitud de su hermana, y Sakura que trataba de ocultar a toda costa la verdad. Que sin pensar en las consecuencias, había ido a la oficina de correos a dejar una carta para que partiera lo más rápido posible a su destino.
-buenas tardes-sonrió Katsumi entrando descuidadamente a la habitación, llevaba en sus manos una bandeja con té- he traído algo para que beban... y me parece que le hará mucho bien...
Sakura solo asintió y aceptó la tacita de la cual bebió un sorbo pausadamente siendo observada por su hermano y la ama de llaves...-¿sucede algo?-preguntó dejando la tacita en la mesita de noche, estaba recostada en el lugar, que ocupaba siempre Li.
-nada...-Touya la contempló un momento- regresaré a mi casa, y ya estate atenta, monstruo...o no te muevas tanto aquí. La próxima vez te caerás del techo de la casa...
-¡¡HERMANO!
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-¡muy bien, a sus puestos!-gritó el general, montado en su caballo, trataban de crear un "muralla humana" para proteger el palacio del Señor Imperial. No habían descansado desde que los extranjeros habían entrado en el territorio de Azzarello. Lo que les mantenía en pie, era la esperanza de ver a las tropas que habían marchado y que pudieran hacer algo para resolver toda la situación.
Al frente estaban los cañones, que servirían para proteger a fondo esa zona de la ciudad.
Los de Corben estaban por todos lados, no estaban formados, y mataban a quien veían a su paso, no importando si eran o no de su bando.
Dispararon llevándose a muchos con el golpe de las pesadas balas, y así comenzaban a quemarse de nuevo lo árboles más cercanos, los estallidos eran tales que los mismos soldados acostumbrados al sonido, no podían dejar de estremecerse. Los ecos sonoros resonaban con fuerza, que asustó a más de uno estando en su hogar.
Pronto se escuchó algo parecido al sonido de un cuerno, que escucharon todos los de Corben y obedecieron al llamado, dejando de lado sus batallas, o simplemente terminando con la vida de sus oponentes, o que ellos terminaran con las de ellos.
-muy bien-dijo el general encargado de Azzarello, disparen cuando todos estén concentrados en un solo lugar... no lo duden...
-de acuerdo-asintió el soldado cargando de pólvora y de balas el cañón.
No tuvo que esperar mucho para lograr deshacerse de miles que estaban ahí, con un solo disparo, y luego de otros en el segundo, tercero y cuarto.
Pero aunque fueran muchos a los que había exterminado, parecía que nunca se acababan... ¡necesitaban de un milagro! O algo por el estilo...
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Tenía que hablar con la joven, toda la mañana se había negado a dirigirle la palabra, y cuando él tomaba el valor suficiente para hacerlo, esta simplemente lo ignoraba con cualquier excusa, una de ellas... la que más lo ponía celoso...
Pero se había encerrado en el estudio. No encontrando que hacer allí, salió con disimulo notando los dos soldados que prestaban turno en ese momento en el exterior de la casa, y frunció su rostro. Subió las escaleras y pasando frente a la habitación de la Señora Li, escuchó la voz de Katsumi rogándole a su señora que se terminara todo el té. Podía notar la aflicción en el tono de su voz. Tentó para entrar a hablar con ella, pero se arrepintió.
No se percató cuando llegó a la habitación pues, estaba ensimismado en los pensamientos de los eventos de más temprano aquel día...
Flash back OoOoOoOoOoO
-¡oh vamos Katsumi, no pasó nada grave!-gimió mientras le seguía, ella iba y venía con ingredientes, o cucharones. Era posiblemente la enésima vez que usaba aquella oración.
Se negó a responderle, mientras cocinaba algo, dirigía a las otras mujeres que servían en la casa de Li. Las damas y los hombres que servían allí, ya sabían de lo que se cocinaba entre la preciosa ama de llaves y el hermano del Coronel. Se notaba en verdad que el joven estaba enamorado de ella y viceversa.
Sea cual fuere la razón del enojo de la ama de llaves Kirobe, era algo que parecía que, no se resolvería muy pronto. Se notaba distraída. Que no valían explicaciones por parte del joven.
Pero todos aunque prestaban atención entre el drama, lo simulaban muy bien.
Por su lado, Katsumi, parecía pensativa y también se notaba que seguía molesta. Por lo ocurrido por la noche, su llegada tarde y todo lo demás...- si me dejara de interrumpir, Hiraguizawa, podría cumplir mi trabajo más rápidamente... se lo suplico... tiene que dejarme trabajar.. tengo el tiempo encima y hay mas bocas que alimentar...
Suspiró pesadamente y sintió la necesidad de dar con su cabeza en la pared. Odiaba que hiciera eso. Otra vez ese nombre... su mismo nombre... ¡Hiraguizawa!... ella sabía como le desagradaba que ELLA le llamara de esa manera. Estrujó su cabeza con sus manos, su cabello oscuro se notaba revuelto, y disparado por todos lados. Ella ni siquiera se preocupó en mirarle. ¡Es que lo volvía loco! Y con esa actitud que nunca había conocido en ella... siempre tan amable y comprensiva, tan tímida de decir las cosas en ocasiones ¡como extrañaba a la vieja Katsumi Kirobe! Y solo llevaba un día... y su enojo parecía que duraría varias semanas...
-¡es que no entiendes!-protestó dando vueltas sin que ella si quiera le mirara. Toda la cocina estaba pendiente en la trifulca de ellos. Katsumi solo probaba la sazón y picaba más espárragos. - ¡tenía que hablar con Ran sobre ese concilio tan extraño!-su cabello se volvió blanco de sus manos ante su desesperación, (estrujándolo de nuevo) misma que se notaba en los profundos ojos azules- ¡lo hago por nosotros! ¡Por nuestro futuro!
-¡Señor Hiraguizawa!-Aoshi notaba como la situación comenzaba a tornarse peligrosa, para toda relación que hubiera construido con ella en tan poco tiempo. ¡Todo lo que había soñado...! lo intuía porque... ya comenzaba a hablarle por eso de "señor" y ella parecía que iba a explotar. Ya los que estaban trabajando en la cocina, no simulaban la "atención" que ponían en la trifulca de la pareja.- - ¡¿que futuro puedo esperar si usted no está! ¡¿De que me servirá tener el fin de la guerra, tener un futuro brillante, sino está usted en él! ¡A mi no me sirve de nada que usted luche... si al final lo pierdo...! ¡¿De que serviría entonces!
Un par allí que pelaba patatas asintió vivazmente.
porque yo no lucharé-dijo con seriedad- mi señora, yo solo daré recursos... ¡nada más! Solo apoyo a un amigo que también lucha por un futuro a lado de una mujer, al igual que mi hermano, al igual que Li-hablaba atropelladamente, también se había comenzado a molestar- ¡yo quiero hacer lo mismo protegiendo a la mujer que amo! ¿Cuál es la parte que no entiendes?
Todos esperaban ya sin disimulo la respuesta de ella las miradas curiosas de todos los presentes estaban sobre la mujer. Pero el enojo de ambos, evitaba que observaran que eran el blanco de observación de todos los sirvientes, mismos que murmuraban entre ellos, dándole la razón a la chica sin saber nada o dándole la razón al caballero, también desconociendo lo que sucedía ahí. Lo importante es que se notaba que tenía ese sentimiento de responsabilidad hacia los que amaba ¡pero que hombre se había encontrado! El que deja su orgullo de lado para estar con un ser amado.. el que deja su orgullo de guerrero botado, por cuidar de alguien a quien ama.
-la de poner su vida en peligro-siguió ella- ¿por que arriesgarse tanto? Si tanto ama a esa mujer... debería saber que esa mujer sufriría con su partida ¡no importa que usted no luche! Se involucra... con solo salir de aquí... ¡usted no puede saber si un soldado de Corben lo ve mientras dobla una esquina y entonces decide seguirlo, y lo mata por la espalda...!
-eso no es de honor...-susurró el muchacho.
-¡¿y a ellos que más les da el honor! ¿¡Quien se los recriminará? ¡Nadie!-ahora era ella la que daba vueltas por la cocina, horrorizada ante las imágenes que en su cabeza se formaban...-¡imagínese entonces, que algo le pase. Una sin saber nada. Esperando noticias suyas. Sin tomar en consideración que solo tiene un arma para defenderse! Pero, usted anda solo en la calle. ¡y mas con lo peligrosa que está en estos momentos!
-¡no seas una histérica Katsumi!-se quejó de nuevo- ¡sé defenderme!- exclamó apoyando sus manos en la mesa donde ella picaba espárragos. –y deja de tratarme de "Usted"- gruñó.
-¿¡histérica?-dijo con ironía- ¡sí, tiene razón señor, soy una histérica! ¡De nada vale la pena que me preocupe...! ¡Por que ha final de cuentas... usted siempre será igual... – a la mujer que echaba las patatas en otro caldero no se percataba que la patata en su mano, ya estaba pelada.- nunca se detendrá a pensar en el mal que me hace eso...!-su rostro estaba rojo, tanto como sus orejas, tenía los puños cerrados con fuerza, pudo asegurar que si tan solo la hubiera provocado un poco más, pudo haber sangrado por sus uñas enterradas en sus puños- ¡pero haga lo que quiera, no me importa!
No digas que no te importa, cuando no lo sientes así.- se justificó el muchacho de mirada añil.
Se dio la vuelta y añadió- además, quiero que se retire de mi lugar de trabajo... –pero Aoshi no se movió ni un centímetro- ¡tengo que atender a esos soldados!-dijo con desesperación, pero el hombre ni se inmutó, al contrario se acercó más a ella- ¡ellos que si son gente preparada, que tienen más cordura! ¡Más que usted, debo añadir! ¡Y analizan lo que perderán cuando ponen su vida en peligro! ¡Está entre sus deberes y una lo entiende!
-no me compares con alguien más-respondió ante el comentario, mismo que ella había dicho para que se alejara- porque soy el único que te ama como te ama, y al que más amas ¡me lo has demostrado! Me lo has dicho... ¡lo único que se interpone entre nuestra felicidad, es esta maldita guerra y por ahora esta maldita actitud tuya!
Katsumi guardó silencio mientras seguía trabajando afanosamente... sabía que había que hacer para picar los celos dormidos del muchacho...solo cuando él sabía que ella le gustaba Eriol Hiraguizawa, mostraba sus celos sutiles con la situación, ahora la oportunidad se presentó en el umbral de la puerta de la cocina.
-buenas tardes, señor Niji-dijo avanzando hacía el hombre que sin saber de la situación que se daba en las cocinas, había entrado. Solo sonrió agradeciendo el saludo- dígame... ¿en que le puedo ayudar? ¿Se le ofrece algo?
Aoshi solo se cruzó de brazos sin agregar nada, no había volteado ni nada. Seguía en el mismo lugar, en cambio Katsumi se había acercado al soldado, que tenía cierto atractivo...
Las mujeres de la cocina, habían entendido en segundos lo que la criada pretendía. Además, tenían la certeza que Katsumi no necesitaría ser más de lo que usualmente era con los soldados. Siempre había sido muy agradable con todos.
Eso, sabían que era lo que mas había cautivado la mirada y el corazón del hermano del Coronel.
-oh pues... solo venía a buscar algo de tomar... me ha tocado guardia por la noche y no he tomado nada...-no se había dado cuenta de Aoshi, que estaba más oculto entre las sombras. O tampoco sabía la relación que había entre el par.
-¡con gusto serviré!-sonrió tomando una tetera- es té de limón...- sirvió en una tacita y la pasó al hombre- espero que esto calme su sed. Siéntese si lo desea- señalando una mesa donde el servicio comía.
-pues se lo agradezco...-entonces el otro hombre salió con su semblante furioso de entre las sombras- ¡ah, señor Hiraguizawa, muy buenas tardes a usted!
El muchacho no respondió ni dijo nada y lo pasó de largo, daba grandes zancadas hasta la puerta donde Katsumi le miró con el mismo desafío... el soldado solo pudo notar la mirada enojada del sujeto y los demás allí como al salir el hombre por la puerta, volvían mecánicamente a sus afanes.
Fin de Flashback OoOoOoOoOoO
-¡pero que demonios!-casi gritó cuando estuvo encerrado en su habitación temporal, asignada por la misma señora Li- ¡sabe que me hace enfadar! Su actitud, y su testarudez... y entonces... ¡ponerse así con ese soldado! -volvió a gemir- ¡si me pudiera contener como Eriol...!-hundió su cabeza en la suave almohada, mirando atentamente el techo- si tan solo ella entendiera...
Sacó de su bolsillo una nota que encontró entre sus cosas, cuando ocupaba la habitación de la casa Li. Su hermano ya se había marchado con la armada. Se leía.-"espero que esto te ayude a empezar una nueva vida. Pero no olvides tu promesa. Eriol"- mostrando en fina letra una dirección a pocas casas de la de su hermano. Por conversación con Touya Kinomoto aquella tarde, supo que era una vieja pero hermosa mansión que en esos momentos, estaba desocupada y disponible el titulo de compra en el banco.
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Volvían a asentar el campamento, después de la larga caminata desde un poco mas allá del amanecer, pensaba que a ese paso tardarían todo un año en llegar hasta su destino. El atardecer anunciaba que la noche llegaría en cualquier momento. El clima por esos rumbos estaba de lo más raro... por la mañana hubo una niebla fastidiosa, y tardaron varias horas en localizarse en el punto de algún mapa, y tardaron aun más en avanzar sin perder la orientación. Y ahora hacía un calor del mismo infierno, incluso no traía la parte superior del traje, y estaba desfajado, el hecho de que no se hubiera rasurado el rostro, y que una barba marrón comenzara a surcar su mandíbula, dándole una aspecto de ebrio. Alborotó su cabello, sentía algo extraño, pero no creía que tuviera que ver con algo de esos campos o de la situación que vivía... era Sakura... tal vez era la sola nostalgia de pensar en ella, y rememorar los momentos en que estaban juntos... y la espera ansiosa de volver a su lado... pero aun así... se sentía extraño... no le dolía nada, solo esa extraña corazonada... por un momento una preocupación lo embargó, no pensó en ese instante en Sakura sino hasta mucho después, cansado de tanto comparar, pensar... reflexionar... y fue entonces cuando el precioso rostro de ella vino a su mente... pero lo había descartado (por un momento) pues confiaba en que ella estaba segura...
Sentía el aire espeso... y cargado de aroma silvestre... lo segundo no le molestaba, lo primero lo abochornaba y ponía de malas... y con ese sentimiento tan cercano a la preocupación no mejoraba la situación.
Todos habían notado su "cambio de animo" pero no se atrevieron a preguntar, y el único que lo hizo, Eriol Hiraguizawa, había obtenido por respuesta un simple "no me sucede nada".
Pero Hiraguizawa sabía que de alguna manera mentía.
Ahora estaban a orillas de la montaña Haku... pronto llegarían a las ruinas, la voz de Eriol volvió a interrumpir sus pensamientos, mientras admiraba aquel hermoso paisaje, donde todavía los estragos del frío no eran notorios. Las flores de invierno de color blanco dominaban por todo el pequeño valle, y el césped estaba verde. El tono del cielo, entre anaranjado y rosado daba un toque casi mágico al lugar, algún día iría ahí con Sakura, y le contaría que en cuanto estuvo en ese punto la había recordado a ella, y entonces ahí la besaría, y jugaría con ella entre esas flores. Y ella reiría y entonces él no pararía de besarle... suspiró...
-¿que sucede?-preguntó poniéndose de pie, después de estar admirando el paisaje por un rato.
Eriol le miraba con una sonrisa algo burlona, de la cual no se percató hasta después, Yamazaki estaba junto a él, también esperando a que se apresurara hasta ellos.
-¡ya han llegado!-anunció Takashi emocionado repentinamente, mientras Hiraguizawa asentía ante las palabras de su compañero, Shaoran abrió los ojos y entonces se dispuso a avanzar con grandes zancadas, incluso rebasando a Eriol, el cual notaba con gran alegría que también Li estaba emocionado con la llegada de Yue Tsukishiro y sus tropas.
-Yue Tsukishiro-fue un saludo militar de lo más riguroso, y más viniendo de alguien tan serio, su expresión era gélida, su piel tan blanca contrastaba con sus ojos que tenían al igual que su cabello una extraña tonalidad plateada, aunque fuesen de un color cercano al púrpura, realmente un hombre apuesto. Este no iba desaliñado como sus superiores, o en este caso Eriol, se notaba que las tropas de Ghibli estaban algo agotadas. Y la vida al campamento regresó a la llegada de sus huéspedes del este, oeste y del norte.- un placer saludarles-terminó dando una reverencia- Capitán de infantería a cargo de las tropas del Norte XVII y IX, del Este XV y XXI y del Oeste I y III, que son las más grandes en su región... respectivamente.
-Shaoran Li-hizo lo mismo con una expresión seria, pero que era pálida a comparación de la de Yue- Coronel de Infantería a cargo de las tropas XVI, XVII y XVIII
-Eriol Hiraguizawa-sonrió con confianza- aunque ya nos conocíamos... ¡fue divertido conocerte en el colegio militar! Pero bueno, ejem.-trató de recobrar la postura, hacía años que no veía al hombre, y parecía que en efecto este no le recordaba.- General de Infantería, a cargo de la misión contra las fuerza principales de Melko Kogako, a cargo de las tropas IX, X, XI, XII y XX, estos saludos sin duda tienen demasiado protocolo, si quiere puede llamarme Eriol ¡no hay problema!- el desenfado del hombre era tal que incluso sorprendió a Shaoran...
-muy bien-dijo Yue sin hacer mucho caso- pienso que lo mejor es avanzar... no lograremos nada aquí estancados... y seguro que el enemigo ya penetró...
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Yue Tsukishiro no estaba nada desubicado, en ese momento atravesaban el paso del Infierno... para entrar por completo al país que dominarían.
-¡esto es una victoria más!-la sonrisa torcida de Melko salió a la luz, mientras algunos terminaban de instalar el campamento, ya a orillas de las montañas celestiales, de lado de Azzarello. Algunos estaban con un gran tarro de espumosa cerveza dorada, habían llevado consigo barriles enteros llenos del líquido amado por todos ellos. ¡Eran unos borrachos de corazón!- ¡por fin mis hermanos, hemos logrado entrar a nuestras tierras!
Sus palabras fueron vitoreadas una y otra vez, mientras este reía, estaba ya algo bebido- ¡lo sé, lo sé mis hermanos! ¡No hemos podido escoger mejor!-volvió a reír y luego hipó- ¡tenemos la guerra en nuestras manos! ¡Y lo mejor es que no pueden hacer nada!-entonces todos rieron junto con él, saboreando la victoria antes de tenerla en sus manos...- ¡no nos podemos quejar! ¡¡Tendremos grandes producciones! ¡¡Hermosos paisajes! ¡Y preciosa y agradable compañía!-rió pervertidamente.- ¡dejaremos atrás a nuestras horrorosas mujeres! ¡¡Y entonces mejoraremos a los herederos que vienen! ¡¡¡Someteremos a todo un pueblo de infelices! ¡Los haremos cantar nuestro himno! ¡¡Haremos que sigan nuestras reglas! ¡¡Seremos sus dueños!
Todos volvieron a vociferar y si no hubieran asegurado que estaban lejos de todo poblado, podrían también jurar que alguien los oiría.
-¡¡QUE VIVA CORBENNN!
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-¡tened cuidado!-gritó mientras cabalgaba lo más rápido que podía, entre cadáveres y algunos que intentaban tumbarlo- ¡van para la biblioteca! ¡Oh estos malditos bastardos!
-mira que querer destruir nuestro patrimonio-respondió otro que estaba a su lado, intentando lo mismo, matar al mayor número de soldados de Corben a su paso- ¡malditos, que se queden con todo! ¡¿Pero destruir una biblioteca!
Ran solo suspiró, pero parpadeó repentinamente, pues le había parecido ver la preciosa figura de Soichiro disparar hábilmente por donde giraba, dando en todos sus blancos de Corben y quitándoles un poco de carga a los otros, era también atacada pero se libraba de ellos con facilidad. Y ayudaba a los demás de Azzarello- ¡por favor, adelántate, tengo algo que investigar!
-¡claro amigo! ¡Tendré el honor de salvar a la biblioteca!-sonriendo, parecía que era un intelectual que nada tenía que estar haciendo en una batalla, pero había supuesto y sin equivocarse que atacarían ese lugar que tanto amaba... ¡y lo defendería hasta la muerte!
Azurite cabalgó con la misma agilidad quedando a lado de Soichiro y dando algunos golpes con el caballo.- ¿¡que demonios haces aquí?-preguntó cuando la muchacha con horror, se había dado cuenta de que le hablaba a ella.- ¿por qué no estás en tu casa, resguardándote?
-¡Ran!-trató de fingir sorpresa- ¡que curioso verte por aquí!- ni siquiera intentando guardar sus armas. Con horror el sujeto se percató que en el traje de Soichiro, se notaban gotas de sangre y su rostro estaba algo sucio y sudado.
-tenemos que hablar- la seriedad que empleó incluso asustó un poco a la joven... nunca le había hablado así, desmontó y tomó el brazo de la chica, el caballo alocado seguía golpeando al azar a aquellos que trataban de domarlo. Ran llevó a una parte más alejada a su novia, su rostro denotaba cansancio de más, y había algunas marcas leves también, pero parecía muy estricto... Soichiro se encontró acorralada entre él y la pared de un callejón, donde nadie los veía.- ¡tienes que explicarme que demonios haces aquí!
A pesar de que estaba oscuro veía con claridad todo.
-¡no me hables así! Lo único que no permito es que me hablen como si fuera una niña. O con que te creas en propiedad de gritarme. -se quejó molesta mientras se cruzaba de brazos, la pañoleta con la que había ayudado a la señora Li, había desaparecido en algún sitio en el suelo, de tanto batallar, aun con sus brazos cruzados tenía las pistolas en mano, parecía alguna mujer del oeste, con esa expresión despreocupada, ante el regaño de su prometido. – he venido a cuidarte, eso es todo...
-¡no tienes nada que hacer aquí!-dijo con exasperación- ¡es que Soichiro, no entiendes nada de nada! ¡Lucho para protegerte y tú, vienes aquí como si fuera lo más normal! ¿qué demonios haces en la calle? ¿no sabes que hay unos hombres ruines que lastiman a mujeres como tu? – ella alzó una ceja. Si había matado a más de tres aquel día, era todo menos una mujer indefensa y frágil.
-sé manejar un arma, por si no te has dado cuenta-dijo tranquila.- se cuidarme SO-LA, sola-puso énfasis en la última palabra señalando su pecho continuó- en cambio tú, estuvieron a dos veces de matarte y ni en cuenta te percataste... ¡gracias a mi sigues vivo!
-¡pues en todo caso te lo agradezco, pero no quiero que estés aquí!-tomó sus brazos y la zarandeó- ¡creo que es muy peligroso para ti!
-yo no lo creo...-insistió ella con desafío.- hasta ahora he podido bien defenderme.
Azurite mantuvo su pensamiento y duda en algo... algo que de la nada había surgido...-¿y como se supone que sabes manejar armas? ¿Te enseñaron eso o que? No se de ningún lugar que enseñen a damas a manejar armas.
Notó como el rostro de Kodashi palideció de pronto, y miró hacia un lado, como diciéndole que se negaría a contestar- si no me lo dices tú, yo lo averiguaré... y más te vale que seas honesta, Soichiro...
-¿que quieres que te diga?-preguntó mirando sus ojos mieles, con fuerza digna de ella. Una de las más grandes... ahí no podía escapar. Era mejor decirlo todo de una buena vez, y eso haría en aquellos momentos. - ¿que soy una asesina?-ambos guardaron silencio un momento, sin que Ran sospechara la respuesta- Pues sí... lo fui y ahora no me arrepiento-Los ojos se Ran se abrieron sin disimulo, y le soltó, completamente desconcertado e incluso algo desilusionado, retrocedió dos pasos.- por que si fuera una debilucha como las demás... ¡oh, más de una persona estaría muerta! ¿Ejemplos? Tú y la señora del Capitán Li.
-¿te refieres a Sakura?-inquirió extrañado- ¿como es que la iban a matar? ¿Cómo lo sabes?
-creo que la pregunta es ¿cómo es que no sabías que yo era una asesina?-sus ojos denotaron cierta tristeza, al darse cuenta de que Ran no se había esforzado en los tiempos de paz, por investigar algo más sobre ella... que parecía que, no mostraba tanto interés...
-¡oh Soichiro no me salgas con eso!-gimió, cualquiera pudo haber notado la desesperación en su tono de voz y en su alma que ahora estaba perturbada.- ¡si no había hecho nada al respecto contigo es por que te tuve la confianza suficiente!... – sorprendiéndole grandemente. Ella nunca había experimentado eso: confianza en ella que no fuera mas que en el arte de matar- pero ahora... ¡¿quien lo diría!-su voz seguía algo desesperada- ¡comprometido con una asesina! ¡Espero que por lo menos seas buena!- declaró con ironía.
-la mejor que ha habido en este país y pensé que eso había quedado claro con dos hombres atrás. Estaban por matarte pero no llegaron a apuntarte bien cuando estaban en el suelo..-dijo con sequedad- fui yo la que mató a las prometidas de Touya Kinomoto, por órdenes de su madrastra. Fui yo la que fue contratada por Suu Tsuki para engatusarte y que te salieras de la vida de la esposa de Li- ahí el chico le miró sorprendido, aun más- fui yo la que le dio muerte a Tsuki, me vi involucrada en la muerte de Sato ¡y en la de tanta gente que no conoces! ...sin duda la mejor que hay... la lista sigue y sigue.
-¿como que engatusarme?-preguntó mientras un escalofrío recorría su espalda- ¡¡ ¿pero como te atreviste! ¿Siguiendo ordenes de la mujer que era la pareja del padre de Sakura? ¿¡¡Por que?
-¿nunca has recibido un salario?-preguntó, sentía un extraño dolor en su corazón, nunca se había imaginado confesar todo... así sin más...- ¡pero gracias a esto estás vivito y coleando, amigo!
Entrecerrándole entre su cuerpo y el edificio agregó.-¡pero no tenías por que hacer todas esas atrocidades!-espetó el muchacho- ¡nunca has tenido mala vida! ¡Tú misma me lo has dicho... claro a menos que también me hayas mentido!
-¡oh, claro que en eso no lo he hecho!-sonrió bajando la mirada- ¡no he sido más honesta con nadie mas que contigo. Nadie me ha conocido en verdad, como lo has hecho tu! Claro... quería mi independencia... era yo apenas una chiquilla de catorce años cuando comencé... influenciada por Sato, quien fue la mejor antes de que yo llegara al negocio... ¡yo solo quería ganar un poco de dinero para mis cosas! ...luego se volvió un pasatiempo... y el dinero me siguió encantando...-notaba la mirada reprochadora del que seguro ya no era su novio... no después de eso...- ¡soy humana! ¿Qué quieres que te diga?-Ran notó las lágrimas que brotaban de los ojos de aquella exuberante belleza, pero su sonrisa de tristeza no desaparecía- ¡¡tengo derecho a equivocarme y levantarme de nuevo! Juré después que Sato murió y luego Tsuki que, jamás levantaría un arma. Que esa vida, la enterraría por nosotros. Pero las ideas cambian. Y las prioridades también.- limpiando sus lagrimas.- ¿O tú no pensaste en matar alguna vez a Shaoran Li para quedarte con la que era Sakura Kinomoto? ¿Nunca te tentó aquella idea? – Acercándose él.- darle muerte...y quedarte con la hermosa, ingenua, pura de tu Sakurita...
-yo...-de pronto se puso nervioso... porque eso si había pasado por su mente...
-¡es lo que te digo! ¡eres tan humano como yo!-hizo un mohín y se liberó, al estar presa entre el edificio y su mirada acusadora- ¡y quieras o no, voy a luchar! ¡No te voy a dejar morir, por que eres lo único que de verdad he amado! ¡Acéptame luchando a tu lado o dime adiós! ¡Tú decides, pero no voy a dejar de cuidar tus espaldas cuando puedo y tengo la preparación para hacerlo! ¡Está en tu decisión!
Salió del callejón dejando a un asombrado y estupefacto Azurite. Nunca se imaginó...
No... ya no seguiría con ella... después de eso... ¿cómo podría lograrlo? Pensando que "el amor de Soichiro" era un simple juego por dinero... y aunque Tsuki ya no existía... ahora no dejaba de dudar...
OoOoOoOoOoOoOoO
-espero que el baño sea de su agrado-sonrió tranquilamente Katsumi mientras le ayudaba a levantarse, después de haber vaciado del recipiente, el agua caliente, en la tina fina que había en la habitación de baño, localizada en la misma habitación de Sakura.- tenemos que cuidar de usted en los próximos días.
-eres muy amable-rió la dueña de la casa, moviéndose con cuidado cuando estuvo de pie.- realmente te extrañaré cuando te vayas de la casa y puedas ser feliz entonces con Aoshi... cuando todas estas cosas terminen...has sido un gran apoyo. Y además, una buena amiga.
-bueno, pues entonces para usted, tengo buenas noticias- declaró con tristeza- creo que eso no sucederá lo de ser feliz con él.-sonrió con algo de nostalgia, ayudándole a quitarse el cálido batín que llevaba y que cubría con facilidad el camisón femenino...- menos después de una riña como la que hemos tenido.- suspiró.- creo que de esta, no saldremos..
-¿no?-preguntó extrañada- oh...-exclamó simplemente, la muchacha guardaba silencio...- Katsumi yo no he querido que te pongas triste... es solo que...
-¡pero el tiene la culpa!-se quejó sintiendo como esa tristeza de pronto la amenazaba de tal manera que pensaba dejarse caer a sus pies, e ir a pedir disculpas a Aoshi, aunque fuese lo último que deseara... ¡pero lo amaba tanto!- ¿por que siempre se empeña en hacer las cosas contrarias? ¿Poner su vida en peligro sin considerar los sentimientos de los demás?
-¿cosas contrarias?-entonces Sakura notó como ella comenzaba a llorar- ¡oh Katsumi...!-gimió dirigiéndola con sus manos para se sentara a su lado en el lecho- tienes que tranquilizarte.
-¡si solo pensara en el daño que me hace!-volvió a sollozar, escondiéndose en los brazos de su señora, la cual la recibió con tranquilidad y dispuesta a consolarla cuando fuese necesario
-si me explicaras, Katsumi...
-él salió... y llegó hasta muy tarde...-hipó- yo se lo he reprochado... por que no solo es el que corre peligro, sino todos los que de forma permanente y temporal habitan la casa... ¡es a veces tan egoísta! Dice que lo hace por mi... pero ¡no quiero que lo haga! ¿cómo se lo hago entender? Trata de justificarse. Pero no le vale... me duele tanto...
-el amor es así...-sonrió- te quiere proteger y eso es de entenderse... además no ha sucedido nada malo-trató de defender al hermanito de Eriol- no importa que para protegerte tenga que enfrentar a mil soldados de esos... con tal de que estés bien... ten eso por seguro... por que con esa noche que te angustió... te lo está demostrando... es casi como si fueras Tomoyo o yo misma... nuestros esposos han ido a la guerra por que quieren protegernos...-suspiró- y por más que les rogamos que se quedaran... viste lo que sucedió... se han ido, y ahora nuestros corazones aguardan por su regreso próximo...
-¡yo amo demasiado a Aoshi!-gimió- ¡me da miedo! ¡me atemoriza tanto que lo pierda!
-no eres la única-rió de nuevo- nosotros no solo tememos por nuestro esposos, sino también por todos los que los acompañan, por tu enamorado, para que sepa aguardar por su hermano, a quien tanto ama... simplemente por tener un día más para vivir, con la esperanza de ver de nuevo a los que amamos... a todos... porque el miedo es algo natural... y está bien que te preocupes por él... pero tienes que darle la oportunidad que quiere para demostrarte con "acciones" lo mucho que te ama... por que estoy segura de que te ama tanto como tú a él...
Katsumi solo respondió mientras movía lentamente su cabeza, en forma afirmativa, tal vez ella tenía razón, Aoshi era hábil e inteligente, siempre salía de situaciones difíciles, o por lo menos no recordaba ninguna en la que hubiera caído. ¿Se atrevería a defraudarla? ¿A dejarla sola?
-"no... Él no es así... la señora Sakura tiene razón... si me ama entonces encontrará la forma de regresar a mi lado..."
-¿entonces, crees que encontrarás la manera de perdonarlo?
Creo que si- limpiando sus lagrimas.- pero... mañana... – sonrió.- ya es muy tarde y él ni siquiera se presentó a cenar. Solo cenamos la señora Tomoyo y yo en el comedor. Además, está su cumpleaños... ... fue hace ya mucho tiempo... pero no se ha presentado la posibilidad...
-¡su cumpleaños! – Exclamó.- excelente... mandaré a preparar un pastel para la ocasión a Wei.
-no se moleste...-sonrió con algo de vergüenza la muchacha, mientras ayudaba de nuevo a su joven ama, con alegría inusitada salida de su corazón emocionado. El cumpleaños de Aoshi era la mejor ocasión para pedirle disculpas, y decirle que: fuera cual fuera su decisión de hacer o deshacer en esa guerra, sería solo de él... aunque siempre le suplicaría que no arriesgara tanto su vida. No importando la situación, que no lo hiciera...
Aunque había algo que la preocupaba... y el mismo Aoshi había mencionado algo al respecto: matar por la espalda no era de honor... el honor de Aoshi... como el caballero que se suponía que era (y de acuerdo a la época) seguramente no era algo que le importaba tanto... si participaba directamente en esa guerra, en una batalla dejaría de matar a miles por su "honor" y entonces, sí se arrepentiría de haber pedido disculpas. Por que ninguno de Corben dejaría de atacarlo por "honor"...
-"tengo que confiar en él..."-pensó mientras cerraba la puerta del baño, donde dentro Sakura se encontraba aseándose ya.- nunca me ha lastimado... y siempre ha buscado mi felicidad y bienestar... si... no tiene por que suceder nada malo..."
Salió de la habitación con una sonrisa... ¡que bien se sentía estar enamorada!
OoOoOoOoOoO
-¡es que no tiene caso!-casi gritó, muy molesto. Los tres estaban sentados alrededor de una mesita improvisada, con un pequeño mantel que apenas cubría el mueble. Un pergamino estaba extendido en su totalidad, y objetos pesados hacían que el pergamino no volviera a enrollarse, mientras con algunas agujas, estaban marcados puntos del mapa que se apreciaba, y estaba dibujado en el papel- ¡¿para que esperar tanto tiempo!
Yue permanecía cruzado de brazos, y su rostro gélido no tenía expresión tampoco (ni cuando llegó la tenía), frente a él estaba Eriol, el cual miraba con algo de frustración el mismo mapa que Li y agregó- es que Li tiene razón, no tiene caso esperarlos aquí... podría implicar muchas cosas, y muy peligrosas por cierto...
-entiendo a la perfección que normalmente...-miró con frialdad a uno como a otro- nunca toman en cuenta las sugerencias de alguien más, pero, piensen en la posibilidad ¿para que nos movemos? Sería mejor esperarlos...
-es que tiene sus repercusiones, así como las ventajas de las que usted me habla-respondió Hiraguizawa mientras Shaoran daba vueltas desesperado por la "casita" que fue levantada para ellos tres. Tanto para su organización como para su descanso- dejaremos que el enemigo tenga un buen trazo ya avanzado, y eso tiene muchos más riesgos, y aunque sabemos que somos buenos en nuestra especialidad... siempre hay algún inconveniente... no podemos confiarnos en que ganaremos al instante, sería imposible, por lo menos la batalla durará algunos días... y en caso de que...
Pero Li le interrumpió.
-¡si perdemos, no habrá tiempo suficiente como para mandar a avisar, estarían a orillas de la capital!-dijo casi como un reclamo- somos muchos... pero no sabemos cuantos puedan ser ellos, y que traigan consigo... pueden traer desde las armas más primitivas, hasta las más modernas... nosotros contamos con todo el armamento de reserva y además del correspondiente de Ghibli, así como sus ejércitos. – Refiriéndose a los de Yue.- tienen las reservas y correspondientes del norte, este y oeste... y esperemos que todo eso sea suficiente...-mantuvo silencio.- además, por razones personales: quiero terminar con esto lo más pronto posible
-como todos aquí-dijo desafiante el de menor rango- pero creo que primero está el deber ¿o no Li?
-sabemos perfectamente que así tiene que ser-intervino Eriol antes de que Shaoran pudiera responderle de mala manera, por que por su rostro parecía que así sería. Y es que Yue Tsukishiro estaba con un carácter petulante ante él, y se notaba la diferencia más que nada cuando trataba a Eriol, pero ante su trato, Li ya estaba un porco harto... ¡lo trataba como si fuera un soldado más! ¡Como si tuviera un rango mayor al de él...! no era que se creyera más pero... ¡por lo menos le debía un poco de respeto!- pero... la verdad es que Li tiene razón, muy independientemente de todo lo que en la ciudad nos aguarda... o en su hogar lo hace...-se refirió al de Yue- pero no queremos correr riesgos tan grandes, pero para que todos quedemos contentos, tengo una idea...
-espero que sea buena-bufó Shaoran cruzándose de brazos y sentándose pesadamente donde era su lugar, entre ellos dos.
-avanzaremos hasta, un poco más delante de las famosas ruinas de Azzarello... las ruinas del antiguo regimiento del este... –habló más bien para Li que parecía ser el más molesto por aquello de las decisiones, se notaba su mal humor desde hacía algún rato, cuando Yue extrañamente había comenzado sus ironías en contra de él.- y luego ahí nos instalaremos hasta que ellos lleguen a nosotros ¿están ambos de acuerdo?
Shaoran solo se encogió en hombros, mientras parecía que Yue iba a protestar, pero Eriol siguió antes de que añadiera algo.- muy bien, ahora por favor Yue ¿puedes ir a supervisar a tus tropas? Y por favor encárgate de que nuestro cocinero les de comer a tus hombres...-Yue solo asintió, miró a Shaoran sin ninguna expresión y luego salió de la casita.
-como fastidia...-susurró para si, mientras Eriol no podía evitar soltar una risotada.- ...me pregunto que le sucede... no me conocía antes... no puedo caerle tan mal en cinco minutos...
-¿no lo entiende?-preguntó cuando se calmó, y limpiaba una lagrimilla que por la risa había salido- está celoso...
-¿celoso?-inquirió cruzándose de brazos, no le entendía.- no conoce a Sakura y...
Pero Hiraguizawa le volvió a interrumpir.
-no es sobre cosas del corazón-sonrió levantándose y dirigiéndose hacia su cama, que fue postrada ahí- podría pensarse que ese hombre no tiene corazón, pero aunque lo tenga no creo que tenga algo que ver...
-es que no comprendo...-añadió
-muy fácil: el puesto que tiene usted, debería estar en las manos de él-añadió recostándose- usted por sus méritos, ha subido de puesto, y ni siquiera se consideraron a los demás que eran capitanes, para tomar su puesto actual... ¿me entiende ahora? ¡El gobierno ni siquiera lo pensó cuando lo nombró! Solo saben que es el mejor en su rango... así como a ningún otro coronel lo tomaron en cuenta, por que creyeron que yo era el mejor para subir a cargo de general... –guardaron silencio mientras Shaoran analizaba su información
-pero ese ya no es nuestro problema-dijo con seriedad- puede quedarse con el puesto ¡se lo regalo! Si así pudiera estar con Sakura... debe estar asustada, si ya han atacado la ciudad...
-todos...-respondió mientras se cubría con una frazada, el frío extremo volvía a esa zona- yo tengo miedo de que algo malo le pueda suceder a Tomoyo... o a Aoshi... o a cualquiera de mis seres amados, cuando no estoy... ¿que podría hacer yo hasta acá? ¿hasta cuando me enteraría?... hasta mi posible regreso...-bostezó largamente y dejó sobre la mesita cercana los anteojos, luego frotó uno de sus ojos y se volvió a acomodar.- pero... confío en que todo saldrá bien allá y también por estos rumbos...
-esperemos-Shaoran cruzó la pierna mientras tomaba el mapa entre sus manos, y lo inspeccionaba- ese tipo está loco...
-¡buenas noches, Li!-de un momento le dio la espalda aun cubierto totalmente por la frazada.
-por lo menos él puede descansar...- suspiró compadeciendo a su amigo. Cierto que había pasado malos días al principio, pero no pudo evitar también sentir envidia. A los pocos momentos de caer en su catre, Eriol sería vencido por el cansancio y dormir placidamente hasta que fuera hora de irse nuevamente. Pero no él. Cuando tomaba la decisión de descansar no hacía otra cosa que pensar en los suyos, y el peligro que corrían si Corben decidía atacar la ciudad.
De pronto se escuchó por todo el lugar como caballos pasaban por el lugar, con rapidez y pensando en las tropas de Corben; tomó su rifle y salió con velocidad del lugar que se había instalado. Suspiró al notar como era una simple carreta sin gran adorno, de simple madera roída y gastada. Las ruedas un poco deformes que pasaban sobre las piedras duras y la fuerza de los caballos para sacar el artefacto de la arena. Shaoran se llevó una gran decepción al notar que eran.-...que bah, simples gitanos... o tal vez simples viajeros...
Varios hombres, con barbas blancas y cicatrices de alguna batalla. Desaliñados y sucios, otros jóvenes que se veían bonachones y valientes, acompañados de mujeres coquetas, de vestidos atrevidos y extravagantes, que miraban divertidas a los soldados que se reunían alrededor, tal vez interesados en ellas. Shaoran podía pensar que eran alguna especie de circo ambulante.
Encontró con la mirada, la fastidiada de Yue que se alejó de inmediato.
-¡será mejor que se vayan!-la voz de conocida para todos los de sus tropas, y aunque no para las de Yue. Retumbó en los oídos de los jóvenes soldados, un ejército joven al igual que el país. Donde la juventud reinaba, por ahora y cuando aquellos crecieran sería el país de los viejos y los jóvenes, por las generaciones que vendrían.- ¡ahora no hay tiempo para diversiones como éstas!-las miradas insolentes de las muchachas fueron a dar a su gallardo cuerpo, que lucía demasiado bien en el uniforme.
-¿y usted quien es?-el viejo que dirigía a los animales que arrastraban la carreta, fue el que habló- ¿tiene la autoridad suficiente...?-su pregunta quedó en el aire pues Shaoran respondió de inmediato.
-¡claro que la tengo!-dijo molesto, pero más bien; ofendido.- ¡soy el coronel Li, y vamos hacia la guerra. Los soldados no pueden distraerse con cosas como éstas!
-las mujeres son la mejor manera de olvidar los pesares de los hombres-rió jocoso- no es que me interese, pero supongo que ha estado con alguna mujer... ¡estoy seguro de que su memoria no funcionó!-Shaoran gruñó un poco ¡jamás le faltaría a Sakura! ¡¡NUNCA! Aunque ese hombre en cierta manera tenía razón... pero... con tan solo mirarla, hacía que su mundo se transformara y que olvidara incluso quien era.
-¡ya les he dicho que se vayan, al amanecer partiremos!-al final parecía que les hablaba a los soldados, los cuales solo movieron la cabeza pero parecía que no le daban la suficiente importancia.
Entró de nueva cuenta a su dormitorio junto a Hiraguizawa, pero aun así no pudo conciliar el sueño. Supuso que los "visitantes" se retiraron pues escuchó de nueva cuenta la carreta, y los suspiros quejumbrosos de los más jóvenes que quizás nunca habían estado con una mujer, y otros que seguro pedían una última vez antes de ir a la guerra. Li no pensaba en una última vez, le había prometido a su esposa... regresar... le había prometido un hijo... y lo cumpliría.
OoOoOoOoO
-¡te está quedando de lo más lindo!-gimió Sakura emocionada después de entrar a la habitación de Tomoyo, que estaba tejiendo, se encontraba ella sola sentada en un sillón frente a la ventana. La esposa de Hiraguizawa solo sonrió en forma de bienvenida, y siguió con su labor, después de indicarle con un gesto que se sentara en el sillón frente a ella.
-muchas gracias y me alegro ver que ya puedes moverte. -respondió ella, manejando con habilidad las agujas y el estambre amarillo pastel.
Sakura la miraba en silencio tratando de recordar los movimientos que hacía la joven mujer con sus dedos, y como pasaba la hebra del estambre por delante y por detrás. Para luego darle vuelta por otro lado, la esposa de Shaoran miró hacia la ventana, y miró con horror como los fuegos entre calles y calles aumentaba, el humo no dejaba ver como algunos soldados, de ambos bandos, corrían, unos tras otros y como luchaban hasta llevar a la muerte a su contrincante. -¿Tomoyo?- haciendo que su amiga le prestara atención- algo está pasando en la Ciudad.- su prima se puso al lado de ella con lo tejido , se percataron de la conmoción. Notaron como algunos hombres, reían a grandes carcajadas, la ciudad había sido tomada...
De pronto escucharon un gran golpe en la planta baja, notaban como golpeaban la puerta con fuerza, agrediendo la propiedad privada de los Li. Escucharon como algunos cristales se rompían y de repente un tiroteo comenzó a sonar. Sakura perturbada por todos esos sonidos se acercó a la puerta con algo de miedo, Tomoyo en tanto había tirado por el susto y la sorpresa de ese pequeño ataque, la ropita que tejía para su bebé de cuatro meses de gestación había terminado en el piso.- por los dioses, Sakura ¿que hacemos?...-la voz de Tomoyo sonaba angustiada mientras se colocaba a un lado de su prima, y una mano cubría su fina boca para evitar que ella misma gritara por el miedo que sentía.
-guardaremos silencio-susurró Sakura, ambas escuchaban aun el tiroteo que iba disminuyendo, pero algo las sorprendió de sobre manera, tiroteos se escuchan más cerca- Tomoyo, ocúltate en el baño de esta habitación, yo intentaré hacer que no sospechen que estás aquí...-su voz por primera vez sonaba dura.
-pero... ¿y tú Sakura? ¡no pienses que te dejaré enfrentarte a un hombre de Corben!-gimió ante la idea- ¡además sigues lastimada! ¡es más: ha sido una locura que hayas venido a mi habitación!- un sollozo desesperado había escapado en su voz y las lagrimas salían de sus ojos y Sakura le había abrazando levemente por los hombros a su amiga.
-si no hubiera venido, no podríamos enfrentar esto juntas.-sonrió levemente, pero no avanzaron más cuando Sakura se había dispuesto a "arrastrar" a Tomoyo hasta el baño, la puerta se abrió con fuerza para cerrarse de inmediato. Tanto la señora Li como la señora Hiraguizawa se sintieron desfallecer, pero un gran alivio rescató a sus corazones atemorizados, al notar a Aoshi con un arma de fuego era quien había entrado, y miraba con preocupación a ambas mujeres, sobre todo a Tomoyo.
Comenzó a hablar el muchacho, atropelladamente.- algunos de Corben han entrado... pero la guardia de militares estaban extrañamente preparados... ¿estás bien, Tomoyo?-preguntó preocupado acercándose a la esposa de su hermano- tranquila que no ha sido nada, con algo de suerte, seguro que ningún soldado de los de Corben se han dado cuenta...- mirando al exterior por la ventana.- pero por precaución será mejor que cierren con llave. Y no se dejen ver desde el exterior. – mirando alrededor de la habitación.
-será mejor que te recuestes-observó Sakura al notar el gesto doloroso del rostro de su amiga y prima, entonces notó la decisión en la mirada de Aoshi que se apresuró a la puerta por donde había entrado.- ¿a donde vas?
-necesito ver a Katsumi... – notándose en verdad preocupado.- pensé que estaría con ustedes...
Sakura y Tomoyo se llevaron una mano cada una a sus labios.
OoOoOoOoOoOoO
-¡aléjese!-gritó Katsumi entre el ruido del tiroteo que se daba en salones más alejados a las cocinas, uno de los soldados enemigos se habían acercado lo suficiente a las cocinas, las cocineras miraban con horror al hombre que tenía un rostro compulsivo y horroroso.
Que miraba a toda mujer delante de él con cierta maldad. Katsumi Kirobe había tomado uno de los trastes de forma amenazadora- ¡no se atreva a acercarse!- sabía que nadie en la mansión podía oírla, con dificultad se escuchaba ella misma, aunque eran muchas más mujeres, ese hombre tenía un arma de fuego.
El cuerpo del sujeto era grande pero delgado, y se notaba muy fuerte a pesar de esa delgadez excesiva. El hombre había tirado del gatillo, apuntando hacia el techo, del cual cayeron algunos pedazos del mismo. Y atemorizó más a las mujeres, con astucia Katsumi había logrado escabullirse y llamar al mismo tiempo la atención del sujeto, y salió por la puerta que daba al jardín trasero, pensó que, una vez afuera alguna de las otras mujeres podría ir a dar aviso a alguien.
Ya afuera seguía con el mismo traste y la sonrisa del hombre se hizo presente, tan asquerosa... se acercó más a la chica la cual dio un grito ahogado, y golpeó a su oponente en un brazo con la tabla en sus manos, luego el otro pero parecía no causar dolor en él, de un momento a otro el soldado tomó la tabla con fuerza y la arrojó al otro lado, sin quitar esa sonrisa de la cara fea y con violencia le arrojó al suelo, y este le arrastró hasta un rincón entre muchas hiervas.- ¡déjeme!-gritó horrorizada y pataleando, cuando el hombre comenzó a desabotonar su sencillo vestido.- ¡déjeme en paz!-recordaba como alguna vez se había encontrado en una situación similar, aunque aquel hombre que había huido no había hecho gran cosa en ella más que, agitarla y menearla de un lado para otro, hasta que apareció él...
Pero ahora los labios de ese sujeto rondaron su cuello, tal vez sediento por tanto tiempo en esas penosas batallas, ella se había esforzado por gritar pero aquel soldado había colocado una mano sobre su boca, mordió su mano y el sujeto gritó pero abofeteó su rostro logrando inmovilizarla de manos y piernas y siguió como si nada, hasta que, para el susto de Katsumi se escuchó un disparo... el hombre que atentaba contra ella, cayó desplomado sobre su cuerpo frágil y la sangre del mismo se embarró en su vestido de doméstica, las lágrimas seguían en sus ojos por el susto.
Era notable el temblor que se apoderaba de ella. Aun miraba el sujeto que cayó abatido.
Y entonces miró más allá, donde Aoshi Hiraguizawa miraba con enojo el cadáver, sobre su figura, se acercó a grandes zancadas hasta ella, y de un empujón quitó al muerto de encima. Hubo un momento de silencio entre ambos, mientras él parecía analizar arrodillado lo que había sucedido, y ella seguía llorando por lo que le pudo haber sucedido. De un momento a otro, la estrechó en sus brazos protectores, amables, tiernos amorosos y dulces.
-tranquila amor mío...-susurró a su oído mientras ella, que había enroscado su cuello con sus brazos, se escondía entre el espacio del cuello y el hombro del hombre, por el acto del muerto cuando estuvo vivo, ella tenía los hombros desnudos, pero el vestido se había desistido a caer, así como su dueña se había esforzado por que este no cayera ante ese hombre que acaba de fallecer- fue una mala jugada...
-¡Aoshi...!-gimió aun asustada ocultando su rostro en su pecho y este le tomó en brazos, ella seguía llorando.
Decidió no moverse. Solo la escuchaba sollozar y su corazón al sentir alivio de poder haber detenido aquello a tiempo, sentía un odio renacer. Aquel asqueroso hombre se atrevió a tocarla con sus asquerosas manos y por la condición del vestido y como los encontró supo lo que intentaba hacerle el sujeto.
A los pocos momentos, que escuchó a los soldados de Azzarello decirle desde el umbral de la casa- Tenemos el control de la propiedad Señor Aoshi, - este asintió en silencio. Dejó que la muchacha se desahogara en sus brazos.
A los pocos minutos escuchó una voz llamarle desde la puerta.
-¡Aoshi! Uno de las mujeres nos avisó y ...- observando la escena.- ¿le sucedió algo malo?-preguntó Sakura cuando bajó, los soldados de Corben estaban tumbados en el suelo, manchándolo de sangre, eso había asustado un poco a la joven dueña de la casa pero se alarmó más al ver el estado lloroso y espantado de su ama de llaves, además de la posición de sus prendas y la sangre en ella.
Se acercó a verificar el bello rostro de la doméstica. Aoshi solo le sonrió tranquilamente y dijo:
-yo me encargaré de ella... es mi deber.-fue un susurro cálido, pero amistoso. Subió las escaleras hasta pasar por la que era su habitación, llevando a la chica en sus brazos...
OoOoOoOoOoOoO
-estas son las ruinas del este- dijo Eriol, su nariz estaba roja a causa del horrible frío que hacía en la región, llevaba sobre el elegante uniforme una gabardina negra, al igual que Li temblaba por el clima, y el segundo mencionado también llevaba un capa negra sobre sus hombros.- solo tenemos que avanzar un poco más y estaremos en posición...-de un momento a otro guardó silencio Shaoran agudizó el oído-vamos señores, guarden silencio- todos callaron y detuvieron sus pasos entonces los escucharon...
¡Eran tambores!
Pero el sonido no siguió, como si supieran que los habían escuchado...-veo que llegamos a tiempo.-sonrió Hiraguizawa con la ironía pintada en el rostro apuesto.
-¡Yamazaki!-gritó Li quitándose la gabardina, y lanzándola al suelo dejando al descubierto el pulcro uniforme. Eriol no sabía que iba a hacer, pero el soldado que fue llamado, llegó y Shaoran le dio rápidamente instrucciones.
-¿que haces Li?-preguntó Hiraguizawa un tanto extrañado, pero sabiendo que, había mandado a Yamazaki a investigar que eran esos tambores. De un momento a otro Takashi llegó corriendo y gritando a sus superiores:
-¡son los de Corben!-todos los soldados comenzaron a mirarse unos a otros; no con temor... ni con entusiasmo tampoco, pero parecía que se habían preparado todo el viaje para cuando el momento llegara, Shaoran miró por su hombro a Yue el cual se notaba también molesto, Eriol se percató de que Tsukishiro también le estaba mirando, eran miradas amenazadoras entre el Coronel y el capitán.
-supongo que en ciudad Ame, no suceden cosas como estas-susurró despectivamente el coronel, comenzando a cargar el arma, y Yue le miraba desafiantemente, Eriol solo contuvo un suspiro.- realmente es una lástima que no todos tengan la misma experiencia ¿no?-con satisfacción escuchó a Yue gruñir.
-¡muy bien: es hora de formar a las filas!-gritó Eriol comenzando a dar instrucciones, todos los soldados un tanto nerviosos por lo que vendría, la noche ya había caído ahí, y se notaba como el vaho salía por sus labios, una pequeña brizna apenas palpable, les hacía temblar por la humedad, por que poco a poco comenzaban a quedar empapados. Tan leve era esa pequeña llovizna que pudo parecer sudor si otras fueran las circunstancias.- ¡los que vienen con el señor Yue desde el este, oeste y norte, vayan con él! ¡las tropas del sur con sus correspondientes!-notaba como nadie quería obedecer, hacía un frío de los mil demonios, cuando salieron del último campamento había comenzado a bajar drásticamente la temperatura, no dudaban que más de uno tuviera entumidas las manos.- ¡VAMOS SEÑORES, NO PODEMOS PERDER EL TIEMPO!
De un momento a otro las filas estaban hechas y desde los cielos se notaban los bloques de personas divididas, y como un gran tumulto, perteneciente a Corben se acercaba todos desordenados, ese era un punto a su favor.- los cañones al frente-ordenó Eriol tan silencioso como pudo y así se hizo- muy bien mi amigos... ya llegó la hora... la que tanto esperábamos y la que aun no vivimos... ¡dejadme decirles que, fueron las mejores personas con las que jamás pude convivir! Unos... mis más allegados... –miró a Shaoran el cual estaba a la cabeza de su escuadrón-otros mis simples soldados... ¡hoy no caeremos...!-miró otro bloque en especial, los hombres reunidos en él que eran pocos, tenían unos un tambor y otros una trompeta dorada- ¡A LA MARCHA MIS SEÑORES!
En tanto los de Corben sintieron como el suelo comenzaba a temblar, por la marcha dura y las pisadas que daban sus oponentes contra el lodo. Entonces, escucharon los tambores y las trompetas.
-están aquí...-gruñó Melko, sorprendido y enfadado- ¿¡cómo demonios saben que entraríamos por aquí?-miró exasperado a sus cercanos los cuales, asustados, negaron saber algo- ¡malditos sean! Seguro que fueron los idiotas de Akuma y Mujo...-de pronto su sonrisa torcida, tan característica en él se asomó en su rostro de adulto- ¡será mejor responderles su bienvenida! ¡Muy bien señores, como están...!-aunque realmente no iban formados- ¡la banda, que responda al canto de nuestros vecinos!- y así se hizo, Shaoran solo gruñó ante la burla para Eriol, el cual solo sonrió con un poco más de entusiasmo.
-otra razón más para matarlos-había oído Shaoran, que susurraba Eriol. Con su porte caballeresco, la gabardina que no se quitaba por que el frío era tan insoportable le daba también ese aire de príncipe de sueños, desenfundó la espada, el frío se hacía cada vez peor, la lluvia ya no solo era una pequeña llovizna, comenzaba a hacerse tormenta mientras algunos rayos comenzaban a caer.- aunque... esto ha resultado mucho más ambiental... ¡mire que el clima no está de nuestro lado!- hablaba solo a Li y los que estaban más cerca de él, pues Yue estaba hasta el otro extremo de las tropas. Y miraba con seriedad al frente.
Li tan solo negó con algo de resignación, el otro militar tenía razón y subió a su caballo, al igual que el General y el capitán del oeste. Los otros dos también habían desenvainado la espada sin alzarla.
Entraron ordenadamente a las ruinas, en un espacio amplio, la antigua construcción, parecía hecha de ladrillos, Shaoran pensó que se trataba de una ciudadela y así era. Pero se veía que al estar en medio de un lugar totalmente abandonado en el país el polvo estaba presente, con el tiempo esa zona del país se había convertido en una especie de desierto. Con la diferencia de que había plantas y uno que otro río cruzaba por ahí. Esas ruinas eran espaciosas, se decía que ahí se habían ido a refugiar antiguos reyes, por eso su estilo medieval y tosco. Del otro lado también había una amplia entrada, idéntica por donde habían pasado ellos. Y vieron entre la lluvia y los truenos como las tropas contrarias también entraban.
Eriol alzó la espada al aire, como lo hizo a su tiempo Kogako, como si se estuvieran saludando viejos amigos, pero los malignos ojos del hombre, destellaron al reconocer el joven rostro que era adornado por las elegantes gafas... el mismo que le había retado desde hacía tiempo... ¡cuando se habían reído él y su compañero en su propia cara!
-¡muy bien señores!-gritó Kogako con una sonrisa, ahora sería su turno de burlarse de él.- ¡es hora de que, peleen por el que será nuestro territorio!
-¡jamás será suyo!-había respondido Hiraguizawa levantando aun más la espada- ¡¡FUEGO!
Los cañones se escucharon, pero los de Corben no se habían dado cuenta si quiera que los cañones estuvieran ahí. En tan solo dos disparos muchas filas de Corben se perdieron. - ¡¡MÁTENLOS!-gruñó Melko comenzando a cabalgar en dirección a Eriol, -en cuanto esa orden se dio, todos los de Corben se dispersaron y corrieron con rapidez hacia los de Azzarello- el cual combatía con algunos soldados que estaba a los pies de su caballo, el animal un tanto asustado daba a algunos unas patadas y los mataba con esto, en tanto otros que no corrían el mismo peligro combatían a espada con el General. Melko tomó más velocidad, aplastando incluso en su carrera a soldados de su bando, pero de un fuerte empujón por su parte al pasar junto a él, hizo caer a Hiraguizawa del caballo, y lo perdió por un momento de vista, en tanto el joven general trataba de incorporarse. Algunos soldados de Corben al ver su situación, se abalanzaron contra él. Con tanto movimiento se revolvió con la gabardina, y optó por dejarla a un lado aunque después le diera una neumonía o algo por el estilo.
Shaoran se dio cuenta, y trató de acercarse, pero no le dejaban si quiera dar dos pasos. Su espada fue el arma que hirió en muchos pechos y estómagos. Hasta que un hombre se acercó a él y con ágiles movimientos había hecho que la espada saliera volando, el hombre que había hecho que perdiera su espada era de especto tosco y malévolo, se atrevió a pensar que era uno de los mejores soldados de Corben y no se equivocó. Era uno de los más fuertes.
Tomándolo desapercibido, Sacó su arma de fuego y disparó en el pecho de aquel, el cual murió al instante, disparó a más personas hasta que llegó el momento de volver a cargar el arma, pero tenía que hacerlo teniendo una espada para defenderse, pero... no la tenía... trató de cargarla lo más rápido que pudo, muchos más trataron de matarle en ese momento, pero intentaba moverse con agilidad entre los demás y evitar las espadas al mismo tiempo, entonces sigilosamente alguien se acercó hasta él, hizo un corte en su brazo, que hizo que tirara la pistola, de un momento a otro notó como Yue le daba por la espalda. Y le pasaba su arma que si estaba cargada...- será mejor que no haga eso para la próxima... no estaré para cuidarle siempre las espaldas...
-¿ha visto al general?-preguntó un tanto avergonzado por su distracción y tomando de buena gana el arma, cogió también una espada cercana. Yue se reincorporó a la lucha al igual que él sin obtener respuesta.- ¡General!- le llamó pero no recibía respuesta.- "maldita sea... ¿donde está?... solo espero que no esté muerto..."-pensó dando golpes y disparando a los más fuertes y grandes que él.
Entonces escuchó:- ¡¡¡LI!
Se apresuró a seguir el sonido de la voz de Eriol, matando a todo de Azzarello y Corben que se interpusiera, Melko había retirado a Eriol de la batalla, y le había despojado de toda arma, en tanto el General de Azzarello retrocedía a cada estocada que intentaba dar el de Corben. Shaoran se colocó entre ambos y comenzó a combatir...-"maldita sea... como me duele el brazo... el mismo que me hirieron hace meses..."-pensó con algo de congoja no evitando recordar los tiernos cuidados de Sakura.
OoOoOoOoOoO
Ni Sakura ni Tomoyo se preguntaron que había sido de ambos jóvenes por la noche, pues Aoshi solo les había asegurado que estaba más calmada y que velaría por ella, después de haber bajado por unas galletas y leche para su amada. Después ya no le volvieron a ver ni a él ni a ella...
Tomoyo no se preocupó por ellos, dado a que sabía que Aoshi la cuidaría mas aun, cuando se enteró de las circunstancias que se desarrollaron en el jardín trasero y como ese hombre, si Aoshi no hubiera llegado, hubiera ultrajado a la joven de ojos azules.
OoOoOoOoOoO
No podía negarlo, la noche pasada había sido la más maravillosa de su vida, a pesar de las circunstancias de aquel día anterior, después del ataque, en la que su enamorado la había consolado, y refugiado en su cálido abrazo. Ella abrumada por el miedo, no había hecho más que temblar en sus brazos cariñosos, y este le había besado con amor y comprensión, jurándole que jamás le sucedería nada malo, mientras estuviera junto a ella.
Y una cosa... había llevado a la otra...
Katsumi Kirobe, entregó su cuerpo y su corazón, a Aoshi Hiraguizawa, no lo había hecho con ningún otro hombre... y se alegró de pensar que Aoshi siempre sería el primero y el único que estuviera con ella...
Flashback OoOoOoOoOoOoO
Recordaba que cinco minutos atrás, le dijo que volvería, no separándose de ella, nada más que por cortos momentos. Sabía que era, asegurándose que la casa estaba todo bien, como le comentaba a su retorno cada media hora. Pero en esos intervalos el solo se conformaba con mirarle mientras resguardaba sus ánimos. Aun ella no se atrevía a moverse de su lugar. Aun temblaba. Sus lágrimas resbalaban silenciosas por sus mejillas y de vez en cuando rompía el silencio con un hipo de su parte.
Recordó que no importaba cuantas veces le dio a ese hombre, este no retrocedió. Ni siquiera borraba su cínica sonrisa de su rostro.
Si Aoshi no hubiera llegado...
Pensó que cruel fue con él día atrás. Era cierto: los de Corben no tenían honor. Ni siquiera para respetar a una joven. Entonces, pensó que, él se arriesgó aquel día. Ahora como siempre que lo necesitaba, estaba a su lado.
Escuchó la puerta abrirse y nuevamente cerrarse. - ¿te sientes mejor?- escuchó preguntar de Aoshi. Ella negó sutilmente con su cabeza. –a mi siempre me hace sentir mejor la comida.- mostrándole delante de ella, una bandeja con unas galletas y leche. No pudo evitar sonreír. Nerviosa, pero sonrió. Él tomó una y se la colocó delante y para su gusto ella la tomó.
Un momento de silencio mientras ella consumía aquella galleta había pasado. Después dijo. – Siempre que te necesito... apareces...- declaró para alivio del muchacho-. Algo parecido sucedió hace tiempo ya... y también me protegiste
-¿cómo no debía de ser así?- preguntó dejando la bandeja a un lado. Ambos se encontraban solos en habitación de Aoshi en el segundo piso lo que era mas seguro para ambos..- no tienes porque temer. Los guardias ahora, sacaron los cuerpos de esos sujetos...- viendo sus ojos afligirse nuevamente.- y nadie entrará ya a hacerte daño. A ti o a las demás.
-¿cómo lo sabes?- preguntó ella mirando a sus ojos.
-porque no lo permitiré. Aunque tenga que hacer guardia con Niji, lo haré. – provocando con eso que ella sollozara- ¿qué pasa? – preocupándose al ver que comenzaba nuevamente a llorar.
-Lamento todo lo que te dije ayer... pero era como me sentía.- él no pudo mas que abrazarla.- Lamento también lo de Niji. Se que lo hice a propósito para desquitarme contigo... estuvo mal y lo siento, Aoshi... lo siento... pero el pensar que te perdería... me hizo perder el control.
Besó sus cabellos con instinto amoroso y le aferró en sus brazos. Era como una niña indefensa y pequeña que necesitaba consuelo. Después de todo, iban a mancillarla de la manera más déspota y asquerosa que pudo imaginarse. Si él, no hubiera tomado la decisión de bajar dejando a Tomoyo y a Sakura ¿qué sería de su amada ahora?
Agradecía que sus sentimientos por uno y otro, sean tan fuertes que no se limitó a esperar y salió a buscarla. –escúchame: jamás... pero jamás nadie te hará daño mientras yo esté a tu lado.- haciendo que ella le observara. Sus rostros estaban a milímetros del otro. Y en un instinto, él besó sus labios con ternura y sinceridad.- Lo prometo.-
¡Como se veía su discusión del día anterior a años luz de ellos!
Ella se sintió feliz a su lado. Era cierto. Nadie le haría daño nunca mientras estuviera a su lado. Estaba consciente de ello y le hacía sentir completa por primera vez en su vida. Recordó en esos instantes el día que entró a la taberna. Con solo entrar, había cambiado el resto de su vida.
-Siempre estaré a tu lado... jamás te dejaré. ¿Entiendes?- declaró una vez se separó de sus labios, y ella estaba sonrojada.- Siempre estaremos juntos... no importa que...
-No importa que.- repitió ella. La aferró con más intensidad contra su cuerpo y la muchacha tembló. Sus besos se volvieron más intensos y pasionales. La verdad estaban besándose de una manera nueva y como jamás hubo demostración alguna anterior a aquellos instantes y sus manos se deslizaban por su figura con una delicadeza únicas, temblando ante su contacto con la piel de la chica pero al cabo de un rato, se deslizaban seguras. Sus labios murmuraron a su oído.- Te amo Aoshi.
- siempre estaremos juntos,- dijo acurrucando a la chica en sus brazos.- Siempre... y siempre te he amado, desde el momento que te vi.- antes de fundirse en un nuevo beso, que desencadenaron los eventos que cambiaron el rumbo de sus vidas separadas y su relación para siempre.
La muchacha en sus brazos, se convirtió en su mujer, en aquella inolvidable noche para ambos.
Fin de Flashback OoOoOoOoOoOoO
Ahora no sabía como daría la cara a Sakura Li o Tomoyo Hiraguizawa... ni siquiera estaban casados. Cosa que solo pensarlo le ponía casi morada y falta de aire. ¿Cómo darles la cara a tan respetables señoras? Pero tampoco sabía como se vería cara a cara con Aoshi, el cual sonriente al amanecer y después de separarse de ella (cosa que no navegó sus mentes la noche anterior), besó sus labios, sacándole por un momento de sus sueños, lo vio vestido y él le dijo que le amaba, respondiéndole ella por igual y no dejando de sonreír, ante su mirada, había desaparecido por el umbral de su misma habitación, donde había dejado a Katsumi dormir, asegurando una mayor seguridad, que en su habitación del servicio.
En tanto las damas se habían dormido juntas, Sakura estaba un tanto preocupada por la nueva actitud de su prima, se le veía atemorizada desde el ataque a la mansión, pero también por la media noche, comenzó a sudar frío y llamar a su esposo en sueños. Eso había terminado por despertarla, y por tanto tener mucho sueño por la mañana...
Pero en Tomoyo se seguía sintiendo la angustia, como si sintiera algo... como si su estado le ayudara a percibir algo que le preocupara.
-debes descansar-había sonreído Sakura tomándole de las manos, su amiga estaba recostada en su cama de invitada, y cobijada, su vientre cada día se notaba más y más.- le hará daño a tu bebé... ¿que te dirá entonces el Coronel? ¡Debemos ser fuertes!
Tomoyo asintió pero para alivio de Sakura, se notaba mas calmada. Mas aun cuando a media mañana, sentadas ambas en el salón, Aoshi ingresó proveniente de la calle.- ¡vaya! Bienvenido...- Aoshi saludó a las mujeres.- No te vimos salir, ni tampoco llegar... ¿dónde andabas?
La mirada de Tomoyo era demasiada inquisidora. Incluso al hombre le puso nervioso. ¡Era la misma mirada que su hermano usaba con él cuando sabía que algo había pasado!
Pero ¿cómo podía ella saberlo? Su mente viajó a los recuerdos de la noche anterior y no pudo evitar el sonrojarse.
-Tuve que ir al banco.-declaró saliendo de su ensimismamiento.- También a la oficina de telégrafos para enviar mensajes a los sirvientes en la hacienda.- sentándose. Sakura prestaba atención- Todo parece mas calmado el día de hoy...
-Por suerte no hay incidentes- declaró la mujer de Ojos verdes.- y los soldados han estado pendiente de todos... solo espero pronto noticias de mi padre y mi hermano.
-Creo que estarán bien...-dijo Tomoyo con simpatía.- ánimos Sakura.
-ehhh ¿han visto a Katsumi?- preguntó observando a su alrededor.
Tomoyo lo observó con complicidad y declaró.- La vi mas temprano el día de hoy...- no evitando sonreír.- estaba en tu habitación...
Sakura miraba a ambos mientras Aoshi se ponía aun más rojo. Murmuró con torpeza- bueno si, estaba anoche tan nerviosa y asustada y yo... bueno, consideré que...- rascando detrás de su cuello.- Que era mejor que, bueno, se sintiera mejor, más tranquila ¿no?
-Si supongo que si.- declaró.- pero las circunstancias han cambiado... y es preciso...
-La amo.- le cortó su cuñado.- y es todo lo que me importa. Y tengo que cumplir con mis responsabilidades que desde anoche se hicieron más grandes.
Tomoyo no podía evitar el sonreír. Mientras Sakura declaró. –Ah pero que considerado eres Aoshi. Estoy segura que Katsumi debió de sentirse mejor... pero... ¿dormiste acaso en el suelo? No recuerdo que tuviera algún sofá esa habitación...
Tomoyo pensó ¡que despistada eres Sakura! mirando a su prima un instante.
Y es que Tomoyo, cuando fue temprano a la alcoba de su cuñado se sorprendió mucho en un principio, al ver a Katsumi.
--------flash back----------
-¡Señora Tomoyo!- exclamó la chica con sorpresa al verle entrar- ¿qué... que hace aquí?
Se notaba que la chica salió unos instantes del baño pues aun sus cabellos estaban húmedos. Iba envuelta en una bata de baño del hombre.
Observó un instante el lecho del hombre quien era su cuñado y observó que la cama estaba hecha ya, no había que ser científico para descubrir lo que había pasado-Bueno, venía a hablar con Aoshi y a preguntar por ti. Bajé a las cocinas y me dijeron que no te habían visto desde ayer.
-Señora Tomoyo...- dijo ella con torpeza y roja de la vergüenza no se atrevía a mirarle a los ojos.- Se que... las cosas... es decir... no debió de pasar pero...es decir...- declaraba atropelladamente.- bueno... yo y él... y nosotros...- mirando con vergüenza el lecho del muchacho.-¡le aseguro que esto, no volverá a pasar!
Tomoyo para su sorpresa, rió. Katsumi le observó asombrada y la cuñada de Aoshi declaró.- bueno, está muy difícil que Aoshi te deje ir de su lado, y más aun después de esto, tan fácil. Después de todo, es el hermano de Eriol. Creedme si hago algo para separarlos, me matará. Pero esa no es mi intención, porque me agradas para él y mucho y a Eriol también. – Tocando su mejilla.- Tal vez las cosas no debieron de darse de esta forma. Pero él actuó como un hombre enamorado y tu como su amada... ¿qué hay de arrepentirse?- hablando con firmeza, declaró.- nadie los juzgará por esto. Será mejor que, para tranquilidad de ambos, mudes tus cosas aquí a su habitación. – Sorprendiéndole.- nos aseguraremos que, tan pronto todo este lío termine, se casen como debe de ser...
-Eso es lo que mas deseo señora Tomoyo.- sonrió la muchacha.- Amo a Aoshi...
-Y él te ama a ti.- murmuró ella.- ¿el ha sido el único hombre en tu vida, cierto?- la muchacha asintió sonrojada.- bien. Ahora será mejor que nos sentemos a charlar de mujer a mujer. No quiero que, haya consecuencias... de todo este asunto...
-¿Consecuencias?
-Claro. Quisiera que hasta que no estén casados, no tengan hijos Katsumi. Eso es posible... pero te haré unas preguntas y seguirás mis indicaciones...
---------- fin del flash back. ------
-¡Ah Katsumi!- dijo Tomoyo sonriendo y observando detrás de Aoshi. Ahí estaba la muchacha y Aoshi la observó para ver delante de si, la mujer más hermosa de todo el mundo. No pudo evitar sonreírle.- Aoshi, ahora que estás aquí, tengo para informarte que, tomé la decisión de dadas las circunstancias y los eventos, que Katsumi debe de ir a partir de ahora a tu recamara...- el muchacho no se vio sorprendido ante aquello.- Y traté de convencerla que no será ya mas ama de llaves, cosa que aun seguimos discutiendo... ¡es una mujer muy trabajadora!- rió para tranquilidad del muchacho.
Sakura no entendía nada.
-Precisamente eso venía a pedirle a Sakura- declaró el muchacho sorprendiendo aun mas a Katsumi y a Sakura – Que de ahora en adelante, Katsumi estará conmigo en mi habitación hasta que nos casemos...- mirando ahora a la muchacha- porque quiero estar contigo el resto de mi vida...
-¡Oh Aoshi!- declaró Katsumi abrazándole.
-Un momento... ¿por qué ellos estarán juntos Tomoyo?- observando a todos allí.- aun no están casados... pero...- mirando a los involucrados y el sonrojo de Katsumi fue demasiado revelador.-¡Oh!
-Espero que no le moleste Señora Sakura- declaró Katsumi en verdad nerviosa. Aoshi Tomó su mano en señal de apoyo.- pero si tiene inconveniente, podré marcharme hoy mismo de la casa...
-¡Eso si que no Katsumi!- declaró la Señora de Li negando con su cabeza- ni lo pienses por un momento.- sonrió.- y si ustedes son felices y se aman ¿qué impedimentos pondría yo ante esto? Ustedes, son perfectos el uno al otro y eso es definitivo.
Los involucrados se abrazaron ante las sonrisas de los presentes.
A partir de ese día, Katsumi pertenecía de corazón a los Hiraguizawas.
OoOoOoOoOoOoOoOoO
Seis meses y medio pasaron, en tanto los de Corben y los de Azzarello seguían luchando en el Este, en tanto en Ghibli las batallas habían terminado después de esas diez semanas, las tropas de Corben tomaron la ciudad capital... el señor Imperial fue encarcelado, y en tanto mientras Melko Kogako hacía acto de presencia, otro general tomó el cargo de señor Imperial.
Azzarello por esos meses cayó en manos de Corben... formándose una nación mucho más grande... al instante se instalaron las reglas de Corben, principalmente las de la capital que ya no era Gainax, sino Ghibli por su buena posición.
Los soldados de Corben había aprovechado su "buena posición" para saquear las casas que se notaban abandonadas, más de uno había muerto en la mansión Li, gracias a la guardia. Pero casas como la de Fujitaka Kinomoto habían quedado parcialmente vacías, en el caso de la casa Kinomoto, de no ser por que el dueño y su hijo habían llevado cosas de la madre de Touya y también de Fujitaka a su casa quizás la hubieran saqueado completamente, sin dejar un solo recuerdo para el sueño de la mansión.
Los intrusos aprovechaban de los "servicios" que daban las mujeres de las calles, a quienes no parecía preocuparles la situación y el peligro al que se enfrentaban, y también, más de una murió en manos de estos, por la violencia o por que al final del "servicio" simplemente las mataban.
Tomoyo Hiraguizawa seguía teniendo las mismas pesadillas que tanto le hacían delirar por las noches, la muerte de su amado esposo, en tanto Sakura Li trataba de no perder las esperanzas y trataba también de calmar a su prima, pero cada vez era más difícil, el estado de su amiga comenzaba a terminar, le faltaba un mes y medio y eso le angustiaba mucho más: que la guerra no terminara a tiempo para que el coronel Hiraguizawa regresara a lado de Tomoyo. Seguía pensando recuerdos adorados de Shaoran Li, al igual que este lo hacía cuando había tregua entre batalla y batalla.
La familia Kinomoto, que por el momento habitaba en la mansión de Touya Kinomoto se encontraba igual de arraigada que Sakura y Tomoyo, no se atrevían a salir, tanto por miedo a que les asaltaran, arrestaran o mataran por intentarlo, y también por el estado de Kaho, la cual por el miedo que le causaban las batallas, estuvo más de una vez expuesta a perder al bebé que esperaba. Ya estaba cerca la fecha en que diera a luz, faltaban solo dos semanas.
Un médico había sido contratado para vivir en el mismo techo que ellos, para que estuviera al pendiente, era un hombre viudo que nada tenía que perder por vivir ahí un leve tiempo, en lo que la guerra terminaba, y también estaba dispuesto a asistir a cualquier inconveniente que se diera en la casa Li.
Fujitaka Kinomoto no había podido convencer a su hijo de que le llevara con Sakura y con Tomoyo, así igual, Touya tampoco podía salir, aunque ese era su deseo. Gracias a los dioses, antes de que la ciudad fuera atacada por primera vez, había abastecido ambas casas con sus propias cosechas, y también había comprado mucha más, así que por la comida no estaban realmente preocupados, eso comenzaría cuando comenzara a escasear.
Las tropas dadas por el General Bakonetsu siguieron ahí, aunque ya no se presentó ningún otro ataque a la mansión Li como del que Sakura tenía un horrible recuerdo, de temor y angustia, al pensar no solo que su vida estaba en peligro, sino también de los que vivían a su lado.
En tanto Katsumi Kirobe había quedado aliviada al darse cuenta que no había quedado encinta, aunque ante esto Aoshi Hiraguizawa había renegado. Luego, Katsumi le hizo ver, el bien de la situación, que podrían tener un bebé cuando decidieran casarse, si es que se decidían... ambos aun habitaban la casa de Li para tranquilidad de Sakura, y Aoshi salía de vez en cuando para enterarse de la condición de la ciudad y para mantener enterados a los Kinomoto de cualquier situación que se presentaba en la casa de Li. Tomoyo para su tranquilidad, semanas antes, Sonomi su madre, fue llevada a la casa por Aoshi y dormía en una de las habitaciones de las hermanas de Li.
Ran Azurite y Soichiro Kodashi no se vieron más en todos esos meses... pero el varón, le extrañó y se arrepintió de haberle reprochado algo... en tanto Soichiro tan orgullosa como era, se había dedicado al oficio de la guerra, aunque al perder el control de la capital no le había quedado más opción que refugiarse con otra gente...
En tanto, en el este la cosa iba de mal en peor, Eriol Hiraguizawa había sido herido de gravedad, Shaoran Li y Yue Tsukishiro cuidaban de él, pero no podían dejar de dirigir a las tropas, Melko Kogako había sido el encargado de que la pierna del General estuviera tan malherida. Y Shaoran en todos esos meses había estado buscando la manera de matarle.
Se habían registrado grandes bajas para el ejercito de Corben, y aunque llevaban la ventaja no era demasiada, en cualquier descuido... la guerra
sería finalmente para Azzarello...
Continuará OoOoOoOoOoOoO
Hola hola hola! (jajaja al más puro estilo de Kero-chan) P bueno, estamos una vez más aquí viendo como las cosas se van solucionando, TT este capi en definitiva no fue mi favorito, pero igual lo queremos :P lo que me da risa es mi "gran" manera de acortar los problemas para terminar ya la historia, ¿pensaron que daría más suspenso? No están equivocados, ciertamente me gusta mucho pero... ufff... estoy cansada. Esta historia me ha robado tiempo aunque igual me ha devuelto enormes satisfacciones, pero igual es cansado desvelarse por que en el momento menos oportuno te llega la inspiración. Pero por fin logré terminar el último capi y estoy terminando el epílogo, aunque ese si se va a tardar más, por que no sé si terminarlo de un solo tajo o sacar uno nuevo TT... pero ya veremos.
¿Cómo ven? ¿creían a Katsumi capaz? Jajajaja la verdad yo tampoco hasta que me ocurrió la brillante idea ¡! Que sinceridad ¿no? pero dejándonos de juegos es importante, por que da paso a una escena que me gusta mucho y que ya tendrán la oportunidad de ver algún día (o eso espero) este capi parece muy repetitivo al anterior y lo es, pero no se puede hacer gran cosa teniendo a los personajes tan dispersos y con otras tareas. Espero me entiendan.
Muchas gracias a todos los que dejaron su review, creáme que fueron semanas de alegría sin fin :P llegamos a los 150, día sin fin :P llegamos a los 150, y aunque no es la gran cosa me siento muy orgullosa de haber logrado algo.
Entonces... ya nos veremos en el próximo capi que marca el final de finales jajajajaja aunque la verdad también me quedó muy fofomofofo, pero en fin, me gustó además de todo y pues ya ni modo.
Nos veremos pronto!
Los quiere,
Lady.
