Amor en tiempos de Guerra.

Capítulo 24.- "En la guerra y en la paz".

Capítulo final.

"Un soldado feliz no adquiere ningún derecho para mandar a su patria. No es el árbitro de las leyes ni del gobierno. Es defensor de su libertad." Simón Bolívar.

Lady Silver Moon.

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-¡FELIZ CUMPLEAÑOS A TI, FELIZ CUMPLEAÑOS A TI, FELIZ CUMPLEAÑOS QUERIDO AOSHI, FELIZ CUMPLEAÑOS A TI!

En toda la mansión retumbaba la canción en felicitación del festejado, el cual apagaba las velitas de un pastel blanco hecho por Katsumi Kirobe; la cual sonrojada había confirmado a él que ella misma lo había hecho sin ayuda de nadie. ¡Su cumpleaños había pasado ya muchos meses! Pero aun así le festejaban, en un momento de calma para todos. Pese a la falta de tanto Shaoran Li y Eriol Hiraguizawa, parte de aquel deseo de celebrar su cumpleaños era para subirles los ánimos a las esposas de los ausentes.

Tomoyo y Sakura miraban con alegría a la pareja que parecía incluso más unida. Y entendían a la perfección sus razones, Sakura sonrió ante el recuerdo de su noche de bodas... después de esa noche... le costaba inmenso trabajo ver lejos a Shaoran, estaban felices por ellos, el estado de Tomoyo seguía su proceso, faltaba solo un mes para el alumbramiento, pero la tristeza de la embarazada no cambiaba por nada... muchas veces ella le había tratado de animar... ¡y el resultado era el mismo!

Pero con todo el problema de no saber nada de Eriol Hiraguizawa ni Shaoran Li, y también el hecho de que, la ciudad había sido tomada por las tropas de Corben, no ayudaban a su humor, en esos seis meses y dos semanas había conseguido tejer todo un guarda ropa para el bebé con su ayuda, sin duda.

Su prima seguía con esas pesadillas en la que se veía a ella misma en un cementerio, velando una tumba... lo que tanto temía al igual que ella...

-Será mejor que subas a descansar ya es un poco tarde para ti.-sonrió Sakura tomando con delicadeza la mano de Tomoyo, sin duda alguna Sakura se había vuelto una mujer aun más hermosa, además de madura, había sabido llevar la casa a la perfección desde el momento en que su tristeza había pasado a resignación y luego a una pura esperanza. Después del incidente con la salida a escondidas de su casa, no había vuelto a salir ni al jardín, y se había curado del todo de aquel malestar en la espalda.- te hará bien, no lo dudes...

-Sakura tiene razón-apoyó Sonomi Daidouji, agregada a la mansión gracias a Aoshi, meses atrás para gran alivio de Tomoyo, la cual comenzaba a ponerse nerviosa, su embarazo pronto finalizaría- también el bebé descansará, aunque no lo creas- Sakura no lo dudaba, Sonomi debía tener aunque fuese una leve experiencia. Había sido madre de Tomoyo y más de una vez, de ella también.

Tomoyo solo hizo un gesto pero la obedeció, su madre besó su mejilla y la señora Daidouji se despidió, quedándose en la planta baja y con lentitud subieron las escaleras, todos las admiraron con algo de remordimiento, sobre todo Katsumi y Aoshi, la primera le habló a su amado.- a veces... pierdo las esperanzas... se me hace tan lejano el día en que tu hermano, y mi señor regresen...-Aoshi le abrazó con cariño comprendiendo su sentir- hay días en que pienso que, ya han fallecido... pero que nosotros no nos hemos enterado por la situación... y que en cualquier momento ese Melko llegará... y nunca más podremos salir de esta casa... y que todo, por todo lo que hemos pasado, sea una terrible consecuencia de una aun, mas horrible verdad... temo día con día por sus vidas... ¿y si no regresasen? Y si...están...- no queriendo terminar aquella frase.

-no digas eso.-sonrió Aoshi,- si ellos estuvieran muertos, ellas lo sentirían, sobre todo Tomoyo, que está conectada plenamente a mi hermano por el bebé de ambos, yo mismo siento que no pueden ser verdad tus palabras... ¡se que es difícil creer después de tanto tiempo... pero...!-suspiró jugando con sus manos, los que les rodeaban se habían olvidado de las mujeres y seguían animadamente en la pequeña fiesta.- ¡sé que por lo menos mi hermano está vivo... lo sé!-casi gimió por sus palabras, como si él mismo no las creyera.

Guardaron silencio mirando por donde ambas mujeres habían desaparecido. Katsumi agregó:- yo no sé que haría en su lugar...

-Jamás estarás en su lugar...-murmuró él besando sutilmente su mano.

En tanto en la habitación de invitados, donde dormitaba ya Tomoyo, Sakura le arropaba, mientras la señora soñolienta comenzaba a quedarse dormida.

-será mejor que descanses lo mejor posible-sonrió de nuevo Sakura acomodando mejor a su amiga- tal vez el destino te prepare una jugada emocionante, y mañana por la mañana en está casa esté lo que tanto esperas... y todo después, sea placentero, para todos.

-no lo creo tan posible como tú-sonrió con algo de dolor Tomoyo, más por saber que el esfuerzo de Sakura por hacerla sentir bien, no servía de nada.- pero... por otro lado tienes razón... todo puede ser...

Sakura salió en silencio de la habitación que ocupaba su prima, para bajar luego a la pequeña reunión, solo para despedirse y avisar que Tomoyo ya estaba recostada, por tal también pediría que no hicieran mucho ruido.

En la pequeña reunión estaban la misma guardia que siempre desde que la guerra había comenzado, les habían cuidado, además de Katsumi y Aoshi, los cuales estaban rebosantes con una sonrisita que se dirigían el uno al otro, algunos de los sirvientes, y varias mujeres que iban y regresaban de las cocinas con deliciosos platillos y bebidas para los que las pedían, una de ellas se acercó a la señora Li y le ofreció un poco de té, que llevaba en varias tacitas, ella negó con una sonrisa y habló con Katsumi, la chica solo se alegró de pedirle que descasara muy bien, y que seguro algo bueno les esperaba el día de mañana...

Aunque eran las palabras de todos los días... le gustaba pensar que así debía ser... y que así sería...

Entró a su habitación con la misma lentitud con la que había subido antes las escaleras, el fin del invierno había llegado aunque oficialmente hacía dos meses, ¡estaban en pleno Mayo! Miró por la ventana: Todo estaba rebosante de belleza, no había muchos árboles aun de pie, pero ya las calles se veían despejadas, y una radiante luna iluminaba la ciudad, por donde transitaban los soldados que reconocía como soldados de Corben que iban ebrios con mujeres de oficio entre sus brazos, igual o más ebrias que ellos. Su habitación, la cual en otro tiempo compartió con Shaoran Li estaba más fría que cualquier lado de la mansión y no entendía la razón, si aquella había sido donde más sonrojada había estado y donde se había sentido sofocada por las tiernas caricias y besos de su esposo. Ella siempre estaba en la habitación de su prima amada, pues se encargaba de sus cuidados, y Tomoyo siempre le pedía ayuda para tejer o hacer algo así. Si no estaba con ella, se encontraba en las cocinas supervisando que atendieran a la guardia del general, o simplemente estaba en el salón principal, en esos momentos, la verdad era que, no gustaba de su habitación, la cual le traía los más cálidos y hermosos recuerdos, cuando estuvo a lado de su amado esposo, pero parecía que esa época no quisiera regresar, y con ello tampoco regresara la calma a su corazón angustiado, que lloraba por las noches aún.

Ante su recuerdo...

Si bien, no se sentía desafortunada por haber vivido todo lo poco que había habitado aquella casa, a lado de su esposo, tampoco se sentía la más dichosa... ¡y pensar que lo había engañado! ...y como se arrepentía ahora... él había sabido, como enamorarla, y lo había conseguido de una manera tal, que hubo un momento en el que ese sentimiento dejó desconcertada a la joven, mucho más por el tiempo en que se dio cuenta de eso... ¡él ya estaba bastante lejos de ella, para repetirle una y otra vez lo mucho que lo amaba!

Nunca se aventuró a preguntarle sobre alguna otra novia, pero... no le importaba mucho, por que ahora ella era su esposa, y él siempre le repetía cuanto le amaba... no era tan celosa, nunca lo había demostrado, excepto una vez... con una chica... de la que tenía vagos recuerdos, entre los más significativos... ¡que llevaba un vestido demasiado provocativo!. Pero ella no le había reconocido como la chica que le había pedido "ayuda" para esconderse de un hombre que le acusaba de ladrona, pero que en verdad se le había acercado para copiar su personalidad, que con solo unas palabras de la joven pudo comprender y descifrar – ¡en tanto, muchos hombres se quebraban la cabeza!- tampoco la había reconocido como la que le había salvado del hombre de Corben que le había interceptado en el camino de la oficina de correos a su casa. Para el caso, solo esperaba...

Poder volver a verlo..

Aunque fuera una sola vez...

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-maldita sea...-susurró. las ruinas estaban en peor estado cada vez, las ruinas eran parecidas a una ciudadela, protegida por una alta muralla de roca rojiza, de estilo medieval, pero los cañones, ya fueran de Azzarello o Corben, habían derrumbado varias paredes, y los edificios más grandes estaban a medias, y de maneras asimétricas. En cada cañonazo, se levantaba la tierra y nunca dejaba de haber fuego, había sido una desgracia que no nevara, y el frío que hacía, no ayudaba a que las llamas se extinguieran pero esas llamas, si hacía que los soldados de ambos países se mantuvieran calientes cuando había sido invierno, ahora había un sol radiante a diario. Y ahora las llamas que la guerra traía consigo, batalla tras batalla, solo les ayudaba a sofocarse aun más.

Cada lado de las ruinas había sido tomado, y en la mayoría de las noches cuando ambos ejércitos estaban agotados o no podían ver claramente en la oscuridad, y se daban tregua, dormían dentro de los edificios, eran demasiados los hombres y todos estaban esparcidos, entre heridos, muertos de aquel día (para ser enterrados al final de aquel día en fosas comunes), y sanos. Al centro de la pequeña ciudadela que tenía forma circular, había una fuente enorme, que hacía muchos años no daba agua, era una suerte que la roca pintada no se hubiera deshecho por el tiempo y las condiciones de la zona y luego por los cañonazos, con el simple sonido debería estar destruida. Ahí, en las faldas de la fuente se encontraban amontonados más cadáveres de ambos lados, y que la rodeaban en su totalidad. Además de los que se encontraban dentro de ella.

En ese preciso momento había tregua.

-bébalo-sonrió Yamazaki al hombre que estaba cubierto con una manta rota, que parecía más un conjunto de harapos del mismo color, todos cocidos, la manta había sido hecha una y otra vez pero había llegado el momento en que, ya no se podía hacer más por ella. Takashi le ofreció una taza que tenía té curativo, Eriol Hiraguizawa ardía en fiebre, mientras su pierna derecha estaba vendada con varios trapos de varios colores. Su rostro sudoroso hacía ver la agonía de estar cubierto y el calor del encerrado lugar, además de la pequeña hoguera que ahí había.

¡Jamás se esperaron semejante situación!

Eriol había estado luchando esa noche, desde que el sol desapareció hasta que volvió a salir, pero cuando por fin se retiraba, Melko le había salido por detrás, y entre el humo le había hecho una pequeña herida insignificativa en el hombro, así fue que Hiraguizawa se dio cuenta de que estaba cerca de él. Oía sus movimientos, pero no le veía, además de su respirar algo agitado, había emprendido una carrera para alcanzarlo. Oyó el movimiento de la espada y de la tela de la gabardina que el general de Corben llevaba sobre sus hombros, se hizo para atrás pero cayó sobre su espalda y aquel hombre siguió en su intento de asesinato. Le había esquivado con gran dificultad en el suelo, pero en un momento Melko le engañó, haciéndole pensar que le atacaría por un lado, cuando en verdad fue por otro, a penas se dio cuenta trató de esquivarlo, pero el hombre le dio en la pierna, por un poco más y se la hubiera cortado. Había aullado del dolor, y en cuanto su voz se hizo presente para los que avanzaban en retroceso, se acercaron con velocidad, para intentar defender a su hombre e incluso llegar a matar al general enemigo, pero este se apresuró y desapareció entre los edificios dejando su tarea a un lado, y sin terminar.

Shaoran Li y Takashi Yamazaki, preocupados le habían cargado y llevado con el médico militar, el cual atendía lo más rápido que podía a los hombres que iban llegando, en ese momento solo cocía la piel de un soldado que recibió una ligera estocada. El médico se apresuró y revisó al general, dando las buenas noticias de que el golpe no había dado con nada fundamental, solo su carne, no había atravesado hueso ni había dañado severamente los nervios, pero si hubiera acertado... si hubiera dado el golpe con un poco más de fuerza... mientras le atendían, Eriol cerró con fuerza los ojos y una lágrima escapó por el dolor de los medicamentos que sobre la herida se colocaron, y a falta de vendas, habían tenido que utilizar pedazos de abrigos y camisas limpios para que terminara de curar... pero parecía ser que una infección había atrapado la zanja en su pierna y ahora tenía fiebres y delirios constantes, en los que llamaba a su esposa.

Shaoran estaba desesperado por la situación del general, se había hecho cargo de las tropas de Eriol y las suyas propias. En tanto Yue quedaba siempre con las que él mismo había llevado al campo de batalla. En ese momento estaban entre las rocas caídas, custodiando el lugar de descanso y curación de Eriol. Ambos con rifles, y el infernal calor no les ayudaba, no era muy raro, después de todo; estaban en Mayo..., pero el clima no les había dado tregua, por un lado Syaoran llevaba la mitad de los botones abiertos, con las mangas dobladas hasta un poco arriba de sus codos, sus manos sudaban como locas, al igual que el resto de su cuerpo y traían botas altas que no le ayudaban más que a desesperarse, sus pantalones llenos de polvo; sucios como la camisa, después de esos seis meses se acostumbró a no llevar el saco (excepto en invierno), sentía su frente húmeda y como cabellos mechones también húmedos que vagaban por su rostro se adherían a ella. Li tenía sueño y el calor lo tenía somnoliento, no había dormido dos días seguidos, y de esos dos días, esa era la primera tregua. Yue vigilaba con más perseverancia, en esos momentos, pues había podido descansar en un momento que no se necesitaron tanto sus servicios, y ahora ayudaba un poco a Li, aunque no significara que le comenzara a simpatizar.

El puesto que ahora el hombre ocupaba, debía ser suyo... tenía más tiempo en la milicia que él, y de la nada lo habían ascendido, pero en esos meses de pelea se había percatado de la valentía que lo acompañaba a cada batalla, y como sacrificaba sus pequeños tiempos de descanso para ayudar a un amigo caído, como lo era el general. Eso sí, siempre le admiraría eso.

Shaoran tenía el ceño fruncido y los brazos cruzados para luego colocarlos con desesperación a su costado, con sus ojos levemente cerrados, y de vez en cuando cabeceaba, si seguía así tendría un resfriado, ya esperaba con ansía regresar a su casa o que el invierno se apresurara, y si para entonces la guerrilla que se llevaba ahí no terminaba, las condiciones serían mucho mejores, y sería más fácil derrotarlos. Sus mejillas se veían un poco sonrosadas, era tan leve el efecto que con esfuerzo lo detectó y en su rostro como se arrastraban las gotas del sudor pero a pesar de eso y de las constantes asoleadas que se daban sus manos se veían más blancas al igual que su cara, cada día se veía más pálido... Yue comenzaba a pensar que era por la tristeza...

Y por cierta parte tenía razón, extrañaba con todo su ser a su esposa, y que las batallas no cesaran comenzaba a hacerse cansado, no se había dejado crecer barba ni bigote ¡no le agradaban! Y cuando tenía que asearse aprovechaba para quitarse el grueso vello que comenzaba a salir, del mismo color que su cabello, marrón.

-sería mejor que entrara-opinó Tsukishiro abrigando sus manos en los bolsillos del saco que llevaba puesto- no protegerá a nadie así, y terminarán por matarlo, sino es así, se morirá enfermo...

Li abrió despacio los ojos cansados, y solo asintió, no iba a discutirle, y que él dijera eso significaba que lo supliría. Agradecía suavemente, con una voz que apenas y se escuchaba y entró, donde pudo apreciar como Yamazaki quitaba y ponía telas húmedas, para bajar la fiebre, ese espacio estaba menos cálido e iluminado, por lo tanto era más fresco; Yamazaki había apagado la hoguera. Hiraguizawa tenía los ojos cerrados, y en una mesita improvisada estaba la taza ya vacía

-no se ve bien, señor- dijo Yamazaki pasándole un plato de comida, él no reprochó nada y de inmediato comenzó a engullirla con velocidad, luego le pasó una copa de vino rojo y eso terminó por adormilarlo, Takashi se apresuró y colocó una manta diferente sobre el cuerpo del muchacho, el cual ya dormía, sentado a los pies del general. En el apuesto rostro de Li, se notaban las ojeras ¡estaba tan cansado y se notaba, en ese momento entró Yue que miró por un momento a Li- pensé que jamás se rendiría... le agradezco que le haya mandado para acá...

-sirve más vivo, que muerto, eso si lo puedo asegurar -dijo con frialdad mientras se servía vino y luego lo tomaba.- ¿que tal el general, hay mejora?

Takashi solo negó.- sigue igual... aunque la fiebre ha disminuido un poco, tenemos que evitar que disparen sus cañones hacia acá, podrían derribar este edificio sobre ellos... espero que mi general se cure pronto...

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-éstas son las nuevas leyes-dijo de mal humor Touya mientras se sentaba en una de las sillas del comedor, donde estaban reunidas personas amadas por él, Kaho comía con elegancia mientras Fujitaka hacía lo mismo, en cuanto su hijo llegó le saludó con su sonrisa imborrable pero ante sus noticias... fue lo primero que hizo.- no te equivocaste, padre... ¡Corben ha tomado la ciudad!

-teníamos la esperanza de que... los reportes fueran equivocados-habló con cierta seriedad, Kaho dejó de lado su cuchara y miró como su esposo se derrumbaba en la silla en la que estaba sentado- confiemos en que todo esto termine...

-es verdad, Touya-sonrió tratando de animarlo- ya has oído muchas veces a Yukito; esto terminará el día que menos lo pensemos...

-¡YA ME HE CANSADO DE ESCUCHARLES DECIR LO MISMO!-gritó poniéndose de pie, para gran sorpresa de Kaho y Fujitaka.- ¡ESE MALDITO DE MELKO TIENE TODO PLANEADO, EN CUALQUIER MOMENTO LLEGARÁ A ESTA CIUDAD Y ENTONCES SI VEREMOS LO QUE SON LOS MALOS TIEMPOS!

-estos son los malos tiempos-intervino la señora Kinomoto tratando de calmarlo, pensaba que su esposo se pondría histérico de un momento a otro, saldría incluso a buscar hasta el fin del mundo al sujeto que había comenzado todo eso- tenemos que confiar en...

Pero Touya le interrumpió saliendo de esa estancia, pero fue seguido por Kaho que no dejaría hasta ahí la discusión. Tampoco estaba muy dispuesta a aceptar que le dejara hablando sola.

Con un portazo, Kinomoto se encerró por cinco minutos en su estudio golpeando todo lo que estuviera a su paso, pero su soledad terminó cuando de manera un poco más delicada, ella entró. Miraba con algo de tristeza al hombre que amaba, y como abatido por la situación se dejaba caer en su silla... de nuevo.

-mi amor... tenemos que...

Touya recordó lo que había estado diciendo y respondió, volviéndole a interrumpir

-¡EXPLÍCAME EN QUIEN QUIERES QUE CONFÍE Y LO HARÉ!-daba fuertes puñetazos a la pared más cercana, cuando de nuevo el enojo se apoderó de él y se levantó- ¡¿EN EL MOCOSO! ¡¿EN TU AMIGO HIRAGUIZAWA! ¡¡ELLOS YA HAN DE ESTAR MUERTOS Y ENTERRADOS!

-¡¡ENTONCES EXPLÍCAME POR QUE LOS DE CORBEN NO HAN LLEGADO!-Kaho

había explotado como nunca, colocándose al "tú por tú" con Touya; ambos demasiado molestos que incluso Fujitaka se interpuso entre ellos, cuando pudo llegar al estudio de su hijo; con la intención de cuidar un poco más de la seguridad de Kaho y más por su estado.- ¡¡ESTOY SEGURA QUE GRACIAS A ELLOS ESTAMOS AUN A SALVO!

-¡¡QUIERO VER A ESOS HÉROES TUYOS!-respondió dándole la espalda y comenzando a caminar con rapidez hacia fuera del estudio de la mansión.

Kaho le miró incrédula, pero frunció el ceño, con intención de seguirle para poder terminar con él, dio cinco pasos más, con los puños cerrados que incluso le dolían, cuando intentó dar el sexto paso, se detuvo.

Fujitaka se acercó con prisa a Kaho, la cual cerraba con fuerza sus ojos y tocaba con rudeza su vientre abultado, un dolor le asaltaba por completo, nacido en su vientre y replegándose en ese lugar, hasta hacerle sentir incluso escalofrío por toda la columna vertebral.- tranquila Kaho, sabes como es Touya... ¿estás bien?

-no... No lo creo...-respiraba alteradamente tratando de alcanzar un sofá que estaba colocado junto a otro, y entre esos dos una mesita de té que cayó al suelo por la fuerza con la que la que era Mizuki se aferró para poderse sentar.- es... ho... ho... –trataba de tomar aire pero parecía que se le escapaba en el intento, hasta un grito llenó los oídos de Fujitaka.- ¡¡HORRIBLEEE!-seguía respirando rápido, incluso más si era posible.- ¡AHH...! ¡A..A..AHH...! ¡¡¡¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!

Fujitaka sabiendo lo que significaba, le ayudó a colocarse mejor en el sofá- por favor Kaho-habló con dulzura acariciando sus cabellos, que comenzaron a humedecerse por un sudor frío y su respiración o intento de respiración, no mejoraba.- llamaré al doctor Motosuwa

Kitori Motosuwa, era el médico que había sido trasladado a la mansión de Kinomoto hijo, para atender a su esposa, y parecía ser que el momento que estaban esperando para que el hombre pusiera en marcha sus funciones había llegado. En un leve momento en el que dejó de doler, la esposa de Touya dijo- gra...cias... ¡¡AHHH...!

Fujitaka Kinomoto salió del estudio lo más rápido que pudo.

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-¡TODOS A SUS PUESTOS!

Eso fue lo que escuchó y lo que hizo que abriera sus ojos color avellana, sentía que había dormido días, cuando solo habían sido horas, no le costó acostumbrarse a la oscuridad del lugar y se puso de pie rápidamente, ya no sentía tanto calor, debía ser la tarde ya entrada, y seguro el sol se estaba metiendo ya.

Se acomodó el uniforme y vio entrar Yue Tsukishiro que cargaba con pólvora el arma rápidamente- la tregua ha terminado.-explicó sin más pasándole el rifle y tomando otra arma, más pequeña para también cargarla con la misma habilidad y también se la pasó, en su cinto notaba como él ya portaba las suyas.- empiezan a reagruparse de nuevo-dijo secamente caminando en dirección a Eriol Hiraguizawa que aun dormía- Yamazaki y yo hemos pensado que, el enemigo no sabe donde está el general-Shaoran le miró con seriedad mientras acomodaba sus armas, la pistola al cinto y el rifle; por la cintilla que tenía lo podía cruzar por detrás de su espalda o colgado a su brazo. Había preferido lo segundo, también la espada, de la cual no se alejaba por nada. Li colocó de nuevo su saco y lo abotonó con rapidez y luego su gorra donde podía lucir su grado y por tanto su importancia.

-eso quiere decir, que tenemos que alejar la batalla de aquí...-comentó Shaoran levemente serio, pasando su vista un instante por el que aún descansaba, las mejillas del hombre ambarino se notaban un poco rosadas pues la fiebre no desaparecía por completo, todavía. Pero respiraba serenamente inspirando incluso tranquilidad en el ambiente.

-Li, tienes que pensar que puede ser una trampa-respondió Yue sin esperar, con la profundidad de sus ojos violáceos le miró- el General no se ha visto en varios días; y tal vez lo han notado, pero también puede ser que no... Como el siguiente al mando te toca a ti elegir que harán nuestros soldados...

Shaoran miró un momento a Eriol, su rostro parecía más relajado e incluso sudaba menos. Pronto se pondría bien.

-sabes bien que no puedo hacerlo totalmente solo-dijo molesto por el tono que estaba usando... tratando de culparlo antes de tiempo por una posible decisión, cualquiera que fuera.- más de la mitad de las tropas están bajo tus ordenes...

-pero aquí mandas tú, por ahora-dijo desafiándole con la mirada- ¿que haremos?

-¡elige tú!-esa mirada no lo ponía nervioso, lo hacía dudar de si mismo. Y que se sintiera el peor ser del mundo. Salió del refugio con rapidez para evitar que el hombre siguiera discutiendo por algo que no haría.

Yue Tsukishiro escogió distraer al enemigo, pero claro, dejando una leve guardia; apenas perceptible para cualquier persona, mientras Shaoran fuera del resguardo de las frescas rocas se abanicó el rostro y encontró a sus tropas formadas de nuevo, ocultando débilmente el lugar pero sin dar sospechas de lo que ahí había.

-espero que ya se encuentre mejor-sonrió Takashi acercándose a él, pero Shaoran miraba pensativo al frente, donde las tropas de Corben se concentraban; y como siempre mal alineadas.

-si, estoy bien. Gracias... ¿han hecho algún movimiento raro?-inquirió pareciendo distraído.

-no hasta el momento-respondió también mirando hacia donde el superior lo hacía. Se notaba la figura de Melko Kogako, a pesar de la lejanía. Montado en un caballo negro, con elegantes montaduras. Y con esa capa que le hacía parecer el héroe de algún cuento de hadas, lo que arruinaba la visión era quizás esa maléfica y ruin expresión, que tenía la facultad de inspirar respeto pero también temor. Shaoran Li no le había visto a los ojos nunca, con ese temor... acobardarse en el último momento.- se les ha acabado la pólvora-dijo después de un silencio; y como si eso fuera un alivio para el corazón de Li, este le miró entre sorprendido y agradecido por tal acontecimiento como si él hubiera sido el que robara el suministro de los de Corben- el capitán Tsukishiro piensa que, con eso de nuestro lado... la victoria está a minutos de nuestras manos...

-y tal vez tenga razón.-afirmó con una sonrisa que había inspirado confianza al joven soldado, si su oficial aseguraba que podía ser verdad, lo más probable era que así fuese. Shaoran se alejó para acercarse a Yue, quien salió momentos después del refugio de Hiraguizawa, Takashi acercó junto con otro muchacho; buenos caballos, el marrón que tanto amaba al Coronel Li y el blanco más querido por Tsukishiro. Con movimientos similares y una ejecución casi simultanea, subieron a los animales, uno cabalgó a la derecha y el otro a la izquierda. Shaoran Li con sus tropas y las de Eriol Hiraguizawa, en tanto Yue con las que había llegado.

Las tropas de Yue eran quizás las más afectadas; y Li no entendía por que. Cada vez que había una nueva cuantificación de los soldados, había por uno o dos menos, pero al fin y al cabo menos y calculaban que la de Corben era mayor por seis o siete hombres. Ahora entendía lo bien entrenadas que estaban sus tropas y las del general, y agradecía por segunda vez en el día, por eso.

Una imagen se atravesó por su mente y su alma cuando levantó el rostro hacia el cielo, buscando alguna pista de lluvia o algo que refrescara la noche que se avecinaba, el rostro de su esposa. De nuevo. Como tantas en esa travesía había sucedido, comenzaba a acostumbrarse y hacerse a la idea de que, tardaría mucho más en regresar a su lado... no quería romper sus promesas a la mujer que amaba y que le amaba... pero no lo conseguía... no lo podía lograr... ¡¿por que demonios no terminaba!

Frunció su ceño aun mirando al cielo, de pronto recordó que tenía algo de ella un leve recuerdo de su belleza, de su nombre...

Metió distraídamente una de sus manos a al bolsillo derecho que tenía el saco, a la altura del pecho y sacó con delicadeza esa pequeña flor seca pero conservada, misma que su esposa le había cedido ese día gris, tan parecido al día que vivía actualmente. Su vista en ese momento regresó a su mano después de admirar pensativo el cielo. Suspiró con algo de pesadumbre, siendo custodiado por los más cercanos a él. Colocó la plantita rosada en su antiguo lugar y revisó sus filas de nuevo- sé muy bien señores... están cansados. Yo también lo estoy, pero todavía hay una esperanza-su voz no era tan exigente y potente como otras veces, y todos los soldados comunes lo entendieron, pues se sentían igual. Y fue cuando le encontraron sentido a sus palabras. Todos estaban ya cansados, seis meses de lucha intensiva no era lo ideal.- tenemos que dar nuestro último esfuerzo, con esto no les digo que será esta, y específicamente ésta será nuestra última batalla, para muchos tal vez lo sea, si así lo prefieren me incluyo, pero los que seguirán adelante... esta no será la última; ese día pronto llegará: no sé cuando... ¡pero tenemos que resistir! ¡Solo lo suficiente para poder regresar a casa!

Tal vez para algunos fue un discurso conmovedor, para otros tantos quizás puras patrañas de un oficial que quería terminar pronto su trabajo "tratando de ser optimista" y tal vez por un lado tenían razón... lo que más deseaba era terminar pronto con todo aquello, no solo para poder ver de nuevo a toda su parentela; sino para intentar vivir de nuevo tranquilo. Al transcurso de la guerra no había sufrido "trauma" alguno como muchos otros que habían tenido que caer en eso; por cosas del destino.

Ahora con Eriol Hiraguizawa convaleciente, sus esperanzas se iban haciendo más pequeñas. La mayoría estaban desalentados por aquello.

-¡muy bien! ¡Ya es hora!-escuchó la lejana voz de Yue, que le hablaba a sus tropas, parecía que también había dado un discurso, aunque con lo poco que le conocía podía casi jurar que se trataba de una reprimenda. Shaoran se adelantó a sus tropas, listo para comandar en tanto los hombres de Corben les daban la cara sin orden alguno.

Sin tener tiempo de reaccionar todos oyeron el sonido seco de un disparo, a su lado Shaoran pudo ver como uno de sus hombres caía del caballo, muerto. Miró al frente y otro sonido se escuchó, a su otro lado cayó su compañero; con velocidad se movió de ahí para evitar ser el siguiente. Con un movimiento indicó a Yue que le miraba, que diera la orden de fuego y así lo hizo. De un momento a otro todos se correspondían los balazos, Shaoran no perdió el tiempo y se unió disparando a más de un oficial sin localizar a Melko.

Li miró de nuevo a Yue que se encontraba más delante, el último volteó y solo asintió, con un movimiento a alguno de sus allegados, avisó el siguiente movimiento. Pronto las filas de Tsukishiro se movilizaron, marchando hacia delante y forzando al enemigo a retroceder y que saliera de la ciudadela. Las tropas de Li le siguieron reforzando a los de adelante. Lo que ninguno de los dos notó, fue como algunos se quedaban y Melko estaba cerca de ahí, bien escondido entre las murallas de piedra deshecha. Pronto no solo los que estaban fuera eran los de Corben, sino también los de Azzarello.

Kogako dio una señal y avanzaron en silencio montados en sus caballos, hasta el lugar donde estaba oculto Eriol Hiraguizawa.

Desmontó el general con velocidad, y entró encontrándose con el bulto que era en ese momento el cuerpo de su enemigo, que aun dormía, con el movimiento de dos de sus dedos llamó a dos sujetos, de complexión robusta, parecía que incluso sus caballos les quedaban pequeños. Con un rudo movimiento tumbaron a Eriol, el cual solo gimió mientras se despertaba, intentó sentarse pero cuando menos lo esperó se encontraba encogiéndose de dolor por los fuertes golpes que los pies de aquellos dos soldados proporcionaban en su estómago, pecho, espalda e incluso rostro. Hiraguizawa tenía la vista nublada, no solo por que no portara sus gafas sino por el dolor que le hundía. Pudo probar en sus labios el sabor de la sangre que salía de la comisura de sus labios y su nariz, incluso pudo adivinar que tenía un ojo morado y no dudó que alguna otra parte de su cuerpo estuviera marcado ya. La escasa visibilidad que tenía, se perdió cuando cubrieron sus ojos con algún trapo viejo.

De pronto y como si se tratara de un costal de papa, le llevaban sobre el hombro de alguno de los dos hombres fornidos, y luego sintió el olor del caballo cerca de su nariz, y también sintió como su nívea piel rozaba con el pelaje del animal. Pudo percatarse del momento en el que el hombre subió de nuevo a su bestia y como aun en silencio comenzaban a avanzar, desde que había sido levantado escuchaba sonidos de una batalla, y no estaba seguro si era su imaginación o se estaba llevando acabo una.

Después del té que Yamazaki le había dado se había sentido un poco mejor, y sentía que su pierna estaba más recuperada después de aquellos terribles días en que sufría como un loco, tanto así que incluso deliraba. Pero ahora dudaba que su progreso con la herida le sirviera de algo.

-nos han visto.-escuchó la voz grave de alguien a quien no pudo identificar pero que sin duda no era Melko Kogako, sintió como el viento golpeaba con violencia su rostro maltratado y el sonido del galope del caballo le daba a entender la velocidad a la que iban, escuchó más disparos e incluso como alguna bala cortaba el viento a su lado, alguien trataba de derribar a sus secuestradores. Ya no solo olía el pelaje del animal sino también que el polvo se le mezclaba le hacía toser, por lo que se ganaba un nuevo puñetazo en cualquier parte de su cuerpo para hacerle guardar silencio.

-¿no pudiste procurar dejar una guardia?-inquirió sumamente molesto Shaoran regresando después de haber intentado dar alcance a aquellos hombres que llevaban el cuerpo de Eriol consigo.- ¡¡maldición, Yue...!-el puñetazo que recibió Tsukishiro no fue mal recibido, y es que el familiar de Yukito se sentía culpable, se había olvidado por completo de la guardia. Shaoran también se sentía aturdido por no pensar en la posibilidad de quedarse ahí pero no se sentía tan culpable como Yue

-lo encontraremos, eso te lo aseguro-dijo con seguridad el capitán cabalgando de regreso a la batalla, ningún otro soldado se había percatado si quiera de que su comandante principal había sido raptado...

OoOoOoOoOoO

Caminaba por un camino de piedra. Eso veía al notar su sombra delante de ella. Llevaba un velo negro sobre su cabeza y las personas a su lado lloraban. Llegó a un lugar. Parecía un cementerio. Vio a su izquierda a Sakura portando un vestido negro y a su derecha, cerca de ella, estaba Ran, sujetándole la mano a ella y a Katsumi. Vio a su madre que le sonreía sutilmente desde el otro lado, parecía que dándole fuerzas, pero no evitando verse triste y su rostro embargado por las lagrimas.

Temió mirar adelante. No quería mirar adelante a la tumba. Y era porque lloraban a alguien. Alguien a quien extrañarían mucho.

Pero observó a ambos lados y notó que nadie podría sufrir como ella sufría. Miró sus manos y las notó rojas. Rojo vino mas intenso que jamás habría visto.

¡Era sangre!

-¿Pero... que...

No pudo hacer la pregunta. En ese instante el sacristán decía.- Ahora lloraremos en silencio por el alma de nuestro hermano... Eriol...

-¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!- gritó ella despertando con un sudor intenso entremezclado con sus lagrimas. Notó la oscuridad que se filtraba por la ventana. Era de noche ya. Respiraba agitado y hasta hipaba. De seguro lloró en sus sueños. En poco segundos, su madre (quien tenía una habitación justo al lado de la suya), ingresó con la ropa de dormir, un sombrerito de dormir y un candil en la mano.

-¿Tomoyo?- preguntó su progenitora alarmada acercándose a ella y notando la palidez de su rostro y como su abultado cuerpo por lo poco que quedaba para que naciera su hijo, le miraba con los ojos llenos de lagrimas.- ¿hija, que te pasa?

Tomoyo negó con su cabeza, solo dignándose a abrazarle. Lloraba por fin abiertamente, ante la posibilidad que todo aquello terminase en desgracia. Su madre le consolaba acariciando sus cabellos mojados por el sudor de las pesadillas y comprensivamente, aguardó en silencio hasta que ella sintiera las fuerzas de hablar.

-Temo perderlo- murmuró la señora Hiraguizawa finalmente a su madre- Quiero ser fuerte... para todos... aparento tener esperanzas, pero los sueños me lo roban... y temo, temo que, lo haya perdido...

- Escúchame bien – dijo Sonomi con voz de mando.- No puedo decirte que no lo perderás porque esta guerra, cualquier guerra es cruel- levantando su mirada para que le observara.- Pero tienes que ser fuerte Tomoyo. No por ti... por tu bebé. Todos tienen esperanza en nuestra armada y mi yerno, no llegó a ese cargo de Coronel por su linda cara... lo hizo por méritos. Méritos que le ganaron ser lo que es. Pero piensa que, si él en algún momento, te dejara sola en este mundo, no quisiera que, algo te pasara a ti, o a su hijo... ¿has entendido? Él tal vez libre una batalla con armas, pero tu libras otra día con día y eso es, que el bebé de ambos esté sano y salvo. Como él quisiera...

Tomoyo asintió escuchando los sabios consejos de su madre. Era cierto. No tenía esperanzas tan legibles como las de Sakura. Esta siempre decía que "Todo saldría bien", pero ella lo llegó a dudar con el paso del tiempo y sin tener ninguna información del paradero de su esposo. Y aquellos sueños no le ayudaban en nada.

En los brazos de su madre, y sintiendo sus manos pasearse por sus cabellos, comenzó a quedarse dormida, sintiéndose por primera vez en mucho tiempo, tranquila. Muy a pesar de las circunstancias que les rodeaban y esperando que, en efecto todo estuviera bien.

OoOoOoOoOoO

-tranquila Kaho...-Fujitaka limpiaba el sudor de la frente de su nuera, la cual apretaba por acto reflejo a su dolor las sábanas de fina seda con la que la habían cubierto en el sillón, en el estudio de su esposo, el cual ante su enojo había salido de la mansión. –Solo trata de respirar y todo terminará pronto...

Todo el piso estaba también cubierto por mantas, mientras el doctor Motosuwa atendía a la mujer, pidiéndole apoyo.

En tanto Kaho no podía creer que Touya no estuviera en esos momentos con ella, algo que quizás no estuviera dispuesta a perdonarle, pero por un lado le comprendía, parecía ser que él era el más afectado en esa mansión, por un lado la preocupación por su familia en su propia mansión, y la otra donde habitaba su hermana Sakura, junto con su prima y su tía. Tal vez Touya se sentía responsable por cualquier cosa que pudiese sucederle a algún miembro de ambas casas... su cabeza le contradecía en ese momento, en el que sentía el más infernal dolor.

Sentía calor en toda la habitación, la sofocaba, pero también sentía ese sudor frío que empapaba la ropa que llevaba puesta y sus cabellos castaños. Tenía sus ojos cerrados con impresionante fuerza que incluso le dolían, y eso le mareaba.

-por favor señora, un último esfuerzo-suplicó el médico mientras miraba como la que sería madre intentaba respirar por la nariz y la boca a la vez, pero por la velocidad con la que lo hacía y lo necesitaba, era imposible. Sacó el aire por su boca, mientras echaba la cabeza hacia atrás, y juntaba todas sus fuerzas para arquear su espalda, el dolor ya era insoportable, lo único que quería era que su bebé saliera pronto sano y salvo para que dejara de doler.- ¡¡¡¡¡¡¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!

Motosuwa negó con la cabeza y miró a la mujer, que ya estaba agotada, luego dirigió su mirada algo angustiada a Fujitaka el cual entendía todo... ese niño tenía que salir ya.

-aun no se ve ni su cabeza.-dijo el doctor refunfuñando- ya está dilatada, no lo entiendo.- Kaho había abierto los ojos los cuales le punzaban, una desesperación la invadió a ella.

-¡sáquelo!-suplicó moviéndose rudamente en el asiento, a pesar del dolor.- no sabe respirar...

-necesito que aumente su fuerza, señora-dijo con seriedad el hombre, poniéndose de nuevo en su lugar, en tanto Kaho se preparaba y con un nuevo grito hizo los movimientos de antes.-

-¡¡¡¡¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH! ¡¡NO...NOO... AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!-sentía como si algo se desprendiera de ella, y tal vez era verdad, el bebé estaba saliendo todo cubierto de sangre. Se escuchó un golpecito y pronto el llanto de un bebé.

-es varón, señora-Kaho estaba desecha sobre el sofá, todo a su alrededor estaba cubierto de sangre y ese era el mismo olor que invadía a la habitación, Motosuwa acercó al niño a los brazos de Kaho que solo atinó a sonreír aliviada de que su niño estuviera ahí y que ya no le doliera.

Acarició con delicadeza su cabeza sin ningún cabello, sus ojos estaban cerrados con fuerza mientras lágrimas corrían por sus mejillas manchadas por la sangre, aun así Kaho le besó con ternura, mientras le oprimía con mayor fuerza pero con cuidado contra su pecho.

-por lo menos tu padre y yo ya habíamos elegido un nombre para ti...-dijo tomando una de las manitas de su hijo.- lamento mucho que hayas tenido que nacer en estas condiciones... y por un motivo tan tonto... lo siento mi amor...-besó de nuevo su cabecita- mi pequeño Akio...

Fujitaka sonrió orgulloso de ver a su nieto, Kaho le hizo una señal para que se acercara a conocerlo.- es increíble el parecido que tiene con Touya cuando a penas mi hijo nació.-musitó Kinomoto padre mirando al pequeño ser que no paraba de llorar, por tanto Kaho intentaba arrullarle con suaves movimientos.- es como si estuviera viendo a Nadeshiko con Touya en brazos... pero eso fue hace mucho tiempo...-Kaho solo sonrió.

OoOoOoOoO

-Avancen en silencio...-la voz femenina era la que les comandaba mientras se escabullían por las sombras, en un último intento por recuperar lo que era suyo. Había probado ser la mejor, y con el derecho suficiente como para dirigirlos, y eso que era una mujer. Pero sus habilidades y haberle salvado la vida a más de un hombre de su escuadrón, le había ganado el derecho absoluto de dirigirles en los peligros que le acechaban en las sombras de la guerra-

Habían avisado a todas las concentraciones que al principio habían tenido como objetivo apoyar al ejército de Azzarello, pero ni así la ciudad había estado a salvo, y quizás esos actos solo trajeron más desgracias a los participantes que otros muchos prefirieron hacerse a un lado. Lo único que quedaba en la ciudad de tropas civiles, se concentraba cerca de las oficinas principales donde ahora mandaba el régimen de Corben.

Kodashi se quedó fuera, junto con la tropa que le correspondía, y entonces vieron como otros se acercaban al mismo lugar. Soichiro alarmada, y pensando que podían ser enemigos tomó el arma y apuntó a quien montaba en un caballo, alguien que visiblemente comandaba a esa tropilla; dejó que se acercara lo suficiente para ver su rostro y le dejó sin habla...

...Después de tanto tiempo...

No solo le sorprendió ver a Ran Azurite ahí, no... Eso no era lo que le sorprendía, sino que su rostro normalmente gentil... ahora era duro, se atrevió a compararlo con el de Shaoran Li cuando estaba molesto y le encontró gran semejanza.

Con el mismo desafío con el que le había mirado aquella noche, le miró en el presente. Ran también la identificó, esos rizos rubios y sus ojos negros. Soichiro con altanería se acercó hasta él seguida de unos cuantos que eran sus fieles servidores... y admiradores.

-Es muy raro verte de nuevo.-habló Kodashi mientras se cruzaba de brazos, tenía un par de pistolas a la cintura y ya era muy normal verle siempre con su gabardina castaña, su cabello siempre bien peinado y su rostro de vez en cuando sudado.

-¿eres la encargada de esta tropa?-preguntó ignorando por completo el comentario anterior de su antigua prometida.- traigo las órdenes que se han mandado. Tendrás que entrar por el oeste.-Soichiro también identificó el tono de su voz, duro. Que demostraba su madurez.

-¿tu tropa por donde entrará?-inquirió Soichiro sin poder quitarle la vista, a pesar de esos meses sin saber nada de él... le seguía amando incluso con mayor fuerza, pues durante todo ese tiempo su único anhelo era verle otra vez, aunque fuese para recibir reclamos.

-junto con la tuya-respondió secamente y bajó del caballo, al cual amarró de una reja que cubría una ventana, Soichiro solo asintió y comenzó a caminar hacia la que era la puerta trasera de ese edificio, silenciosamente la abrió y ella junto con sus hombres comenzaron a andar; seguidos por Ran y los suyos.

De un momento a otro se vieron interceptados por hombres de Corben, Soichiro hábilmente les había disparado en sus pechos, los que iban detrás de ella se apresuraron a ayudarle propinando fuertes golpes para desarmar a los que no estaban dispuestos a morir tan fácilmente.

De pronto muchas tropas de Corben llegaron, los habían descubierto en su intento por atacar al nuevo mandatario. Y es que con ese escándalo sería muy raro sino hubiera sucedido. Llegaron los espadachines hasta ellos... Soichiro no sabía manejar espada; quizás los más hábiles fueron aquellos hombres, pues se movían ágilmente y casi ninguno cayó ante los disparos que propinó Kodashi para evitar su avance, un hombre grande se acercó hasta ella dándole un fuerte golpe en la mejilla que la derrumbó, pero fue lo suficientemente veloz como para levantarse aunque fuese solo para recibir el golpe que le rompió el labio. Pero no había nadie que le ayudara, todos estaban ocupados defendiendo su propia vida, si bien creyó que su vida terminaría en manos de ese gigante, se equivocó pues un disparo fue a dar en la espalda de ese sujeto, que automáticamente cayó pesadamente al suelo.

-¿estás bien?-la voz de Ran llegó hasta sus tímpanos haciéndole sentir estúpida, se levantó con algo de dificultad y no pudo evitar caminar hacia él, con esa mirada de molestia y ese carácter tan de ella, que salía a flote.

-solo fue un descuido-dijo con sequedad pasando por un lado sin mirarle-no te necesitaba...

Ran gruñó sin voltear a ver a la chica, y a su espalda escuchó como comenzaba de nuevo a disparar; estando un poco consternado y rabioso por sus palabras le imitó ¿así que no valía la pena intentarlo de nuevo?

¿Y que más daba si a ella no le importaba?

Tal vez por que él no le comprendió en el momento en que debió hacerlo... le tomó la mayor parte de esos meses para afrontar la idea, y aceptarla, pero sobre todo, amarla de esa manera. Por que no lo podía negar, la seguía amando y aun más que antes. Pero todos esos sentimientos no evitaron que se hiciera una persona diferente... que ya no soñaba despierto y que comenzaba a desconfiar de la gente... pensó que podría ser la posibilidad de la soledad que constantemente le rodeaba; pero no era eso... solo estaba madurando... cuando tenía que reír lo hacía y de buena gana, cuando tenía que tomar su lugar como comandante era uno digno de respetar, pero esa nueva actitud... había crecido a él como si se tratara de alguna flor, y todo había sido gracias a Soichiro Kodashi.

Quizás la que le abrió los ojos al mundo...

Bien, no era exactamente como tenía planeado hacer las cosas pero se acercó a Soichiro estando ella de espaldas a él. La muchacha tiraba con destreza a sus enemigos, otros se encargaban de los espadachines mientras ella se encargaba de que no se acercaran los que apenas venían, Ran le tomó fuertemente por un brazo haciendo que casi cayera. Pero Ran siguió avanzando e hizo que ambos se alejaran de la batalla.

¡Si algo le pasaba a ella, jamás se lo perdonaría!

OoOoOoOoOoO

Touya ingresó a su casa, muy tarde. Era ya de por si, peligroso andar en la calle a deshoras y con todo lo ocurrido en Azzarello se arriesgó demasiado. Había pasado por la casa de Sakura haber como estaban todos (preguntándoles a los guardias empotrados en las puertas) y era que sentía rabia. ¿Cómo había permitido en primer lugar que tanto Sakura como Tomoyo se casaran con militares? ¿Qué le había cruzado por la cabeza?

Nada, pensó al sentarse delante de la chimenea que aun estaba prendida y suspirar pesadamente. No debió de discutir con Kaho por esa tontería. No era culpa de su esposa que su prima y su hermana, estuvieran sin noticias de sus esposos y que posiblemente la ciudad, estaría en peores condiciones a la mañana siguiente o cualquier día de esos. Escuchó unos pasos secos aproximarse, de las escaleras y volteó para ver a su padre que se aproximaba a él, pero lo que llamó la atención del hombre un segundo después, fue el bulto envuelto en mantas que su progenitor cargaba entre sus brazos.

-Eso es...-poniéndose de pie aturdido de la sorpresa e impactado por la emoción.

-No teníamos como localizarte- declaró Fujitaka llevando al recién nacido Akio a los brazos de su padre quien tembloroso, temía dejarlo caer y Fujitaka tuvo que guiar sus manos para que lo aferrara con fuerza y ternura.- Tienes un varoncito... y Kaho...- dijo Fujitaka emocionado.- Se portó como una triunfadora Touya... a pesar que le estaba dando problemas...

-Un hijo...- murmuró él aun viendo su rostro pequeño y mejillas sonrosadas, adormecido en sus brazos. Ahí observando a su padre- ¿Y Kaho?

-Descansando.-declaró Fujitaka.- Ahora mismo una de las sirvientas le atiende y el doctor ha salido por algunos medicamentos. Antes ha revisado a ambos y dijo que todo está bien. Regresará lo más pronto posible para poder verificar una vez más la salud de tu hijo.

Touya se mordió el labio. ¡Que tonto había sido! Ya con su hijo en brazos, notó que ahora, tenía que ocuparse de uno más. Del más importante de todos junto a su esposa y su padre. Así como Kaho le había aceptado en matrimonio sin forzarla nadie, así aceptaron Eriol Hiraguizawa y Tomoyo. Shaoran Li y su hermana Sakura, tenía que comprender que las cosas, no mejorarían por sus explosiones de rabia ante la impotencia de no tener un mañana certero, de que su hermana fuera una viuda tan joven o que su prima, tuviera que criar un bebé sola si acaso la desgracia caía en sus cabezas.

Tendría al menos un poquito de fe, tanto como Sakura, Tomoyo y la misma Kaho demostraban.

¿Por que no? no parecía tan difícil...

Miró una vez más a la personita que estaba entre sus brazos y que parecía intentar despertar.

Tenía que intentarlo...

OoOoOoOoO

Abrió los ojos con pereza, estaba recostada en el lecho con solo una sábana cubriéndola, y estaba sola. Seguro que cuando pudo conciliar el sueño su madre salió de la habitación para dejarla descansar más cómoda.

Se levantó ya con energías y con una sonrisa adornando su hermoso rostro pálido; no se arregló demasiado y se encaminó hacia el comedor donde en algunos minutos todos se reunirían. Bajó las escaleras cuidando sus pasos para no tropezar hasta que llegó a la planta baja, notó que había algo de alboroto pues sirvientes iba y venían; en tanto Sakura con otra sonrisa comandaba los movimientos.

-muy buenos días-saludó su prima al verla llegar.- veo que has amanecido de mejor humor.

-buenos días a ti también, Sakura-rió Tomoyo acariciando su abultado vientre por acto reflejo; miró con atención como algunos llevaban costales.-¿que es lo que sucede?

Sakura sonrió aun más e incluso parecía emocionada. – de la hacienda de Aoshi nos han mandado generosas provisiones y también la hacienda de mi hermano y la que cuida papá que está a mi nombre-su voz para Tomoyo fue más bien risueña, como si Sakura sintiera que todos sus problemas en mucho tiempo estaban completamente resueltos.- después irán a abastecer a la casa de Touya.

-me alegra mucho.-respondió, Sakura se alejó inspeccionando que llevaba uno de los costales, entonces la esposa de Eriol se dirigió a las cocinas donde encontró a Katsumi atareada como siempre.

-¡será mejor que guardemos eso en esta alacena!-también estaba sonriente mientras abría las puertas de dicho mueble de madera, que era mucho más grande que ella. Entraron muchos sacos llenos de alimentos ahí.- buenos días señora Tomoyo.

-solo dime Tomoyo. Después de todo, somos casi parientes ¿no?-insistió la señora Hiraguizawa observando la labor de todos esos hombres que le regalaron una reverencia para después retirarse para ayudar un poco más.- el día de hoy veo que todos estamos felices.

-¡por supuesto que lo estamos!-apoyó Katsumi mientras cerraba las pesadas puertas sin dificultad ya por la experiencia.- ¡nuestras provisiones se estaban acabando; además estamos ansiosos por que ya pronto nacerá su bebé!-miraba con ilusión la enorme barriga de Tomoyo la cual rió.- espero que algún día me permita cargarlo...

-¡no lo dudaría, Katsumi!-dijo jocosa mientras caminaba a su lado- como eres la prometida de su tío tienes todo el derecho, y además cuentas con mi estima.

Las mejillas de Katsumi ardieron leves minutos hasta que Aoshi campante, llegó al encuentro de ambas mujeres; besó a su novia en los labios, y a la esposa de su hermano en la mano.- me alegra que hayas amanecido bien, hermana.-Tomoyo volvió a reír; uno de esos días en que Aoshi intentaba animar a Tomoyo se le ocurrió llamarle hermana... y a ella no le desagradó. ¿después de todo lo eran, no?- ¡deberíamos organizar una gran cena y...!

Pero fue interrumpido por Katsumi.- ¡ni lo pienses Aoshi Hiraguizawa! – con voz sancionadora.- Con mucho esfuerzo las demás sirvientas y yo hemos podido limpiar todos los trastes que usamos ayer en la noche; además de asear la sala y el comedor ¡mientras, tú de inmediato te fuiste a dormir!

-¡tenía sueño! Tuve que ir en la tarde a muchos encargos y además a enterarme por Azurite de algunas cosas-reclamó con un puchero- además, ya era tarde... lo hubieran hecho hoy en la mañana... además, te aseguro que no me hubiera quedado dormido si hubieras subido después... no tan tarde... estaba esperándote y bueno, me quedé dormido.– dijo con cierta malicia.

La muchacha detectó la doble intención en su voz, y se puso roja de la vergüenza y tosió para controlarse (a pesar de la sonrisa de su prometido: ¡Le fascinaba salirle con aquellas cosas a su ingenua prometida!)

-¿y que llegara todo esto sorpresivamente como ha sucedido y con el desorden?-preguntó sorprendida una vez recuperó el habla; si había alguien que no soportaba el desorden esa era Katsumi Kirobe, tal vez por esa razón gustaba de su trabajo.- ¡olvídalo!

Siguieron discutiendo la mayor parte de la mañana pero todos entendían que a ambos les gustaba aquello de educar al otro acerca de los deberes, responsabilidades y costumbres (pareciendo mas bien que a Aoshi le gustaba aquello para mantener siempre cerca de su prometida, aunque fuera discutiendo nimiedades); hasta que Aoshi anunció que iría a ver a Touya Kinomoto, Sakura mandó con él saludos para su hermano, su padre y su hermana política.

Ya por la tarde, se dedicaban a tejer un poco entre Tomoyo, Sakura y Sonomi la cual les contaba anécdotas vividas con el padre de la esposa de Eriol. Aoshi no tardó nada mientras parecía saltar de un lado a otro de alegría; y no tardó en acercarse a Sakura.- ¡el hijo de tu hermano ha nacido!

-¡por favor, llévame con ellos!-suplicó Sakura poniéndose de pie y dejando todo aun lado, de pronto su corazón saltaba de alegría; no tardó en subir por una chalina y un gorro sencillo, Tomoyo también pidió que la llevaran pero por su estado, la dejaron cuidada por su madre.

En silencio Aoshi y Sakura se encaminaron; entre callejones que ya conocía Aoshi precisamente para una situación similar; en que no hubiera más remedio que salir. Pues Sakura no permitiría ir después. La mansión de Touya era enorme, heredada por el abuelo de ambos, padre de Nadeshiko; y estaba bastante alejada de la ciudad, suficiente para pensar que estaba abandonada, que no tenía nada de valor o que estaba encantada.

Hiraguizawa tocó la puerta tres veces de manera poco casual e incluso juguetona; fue entonces cuando un mayordomo que antes trabajaba en la casa de Fujitaka les reconoció- ¡adelante! Es un gusto verla de nuevo, señora Sakura.

La casa estaba cálida; contaba con varias chimeneas y aunque era peligroso por que cualquiera que pasara podía notar que alguien habitaba la casa, todas estaban encendidas. Sakura no reparó en anuncios ni nada por el estilo, subió las escaleras ya conociendo cual era el cuarto que compartía su hermano con Kaho, y la vio tendida ahí mientras le daba de comer a su bebé.

Sakura quedó impactada con la escena... conmovida y con un hilito de voz llamó a Kaho que no se había percatado (la habitación era enorme) de que ella estaba ahí- ho... hola...

La esposa de su hermano sonrió al verla ahí, petrificada. Era demasiado su asombro... ¡ver ahí tan claro el milagro de ser mamá!

-bienvenida Sakura-respondió Kaho no imaginando todas las cosas maravillosas y elogios a los cielos que proclamaba la cabeza de la esposa de Shaoran al ver a un criaturita tan pequeña e indefensa, pero tan hermosa y llena de vida Acércate a conocer a tu primer sobrinito...

Pero Sakura, estaba tan impactada. El solo ver aquella cosita, pequeña... tan diminuta.

Una nueva vida...

-¿ya has visto a Touya?-preguntó pero parecía que Sakura no le escuchaba; entonces Kaho comprendió e insistió ante la sorpresa de Sakura.- ¿por que no te acercas? Creo que a Akio le encantará conocer a su tía; cuando venga su tío Shaoran también se pondrá contento de conocerlo...

Sakura asintió y pudo sentarse a un lado de ella en la cama.- ¿Akio? ¿Se llama Akio?-preguntó con emoción contenida en su voz, el bebé dejó de comer y comenzó a jugar con el camisón de su madre. Kaho tan solo rió mientras asentía y Sakura contemplaba a su sobrino.

-¿no deseas cargar al hijo de tu hermano?-la pregunta llenó de júbilo a Sakura, la cual no tardó en decir que si; el bebé no lloró por el cambio de brazos; incluso parecía cómodo en los brazos su tía.

-¡es tan hermoso!-chilló abrazando más al bebé. Sentía una gran ternura al verlo; tenía muy poquito cabello y tenía unos muy bonitos ojos castaños idénticos a los de Kaho. Le miraba con atención como si alguna vez le hubiera visto, aunque no fuera posible ¡en cuanto regresara Shaoran le reclamaría un bebé como ese! Akio reclamó con bufidos el regreso a su madre y Sakura no tardó en complacerle satisfecha de que no hubiera llorado.- ¿y como has estado? ¿Te ha dolido el parto?

-como a cualquier mujer-sonrió la nueva madre arrullando con cariño al bebé.- ahora solo sufro de algunas incomodidades pero supongo que es para regularme emocionalmente de nuevo; sin este monstruo dentro... pero físicamente no he tenido ningún malestar.-Sakura sonrió por la respuesta de Kaho... de la cual su rostro mostraba plenitud; como si ahora su vida (y seguramente que la de su hermano también) ya estuviera completa.

-¿nació ayer o por la mañana?-preguntó su hermana política sin poderse quitar esa emoción de los labios.

-ayer por la noche... ¡es un milagro caído del cielo!-acarició una vez más a su hijo mientras lo arropaba un poco más, con temor de que pudiera enfermar o que se sintiera incómodo.- llegó en el momento justo...

-¿por que dices eso?-preguntó con un gran signo de interrogación sobre su cabeza

a Kaho no le dio tiempo de responder; pues alguien más había entrado. La mirada que se lanzaron Touya y su esposa fue suficiente para que Sakura comprendiera que ya era hora de que bajara y dejara descansar a Kaho. Y estaba por demás que; esos dos tenían algo que hablar.

-pensé que jamás vendrías-musitó Kaho cuando Sakura salió con una sonrisa; dispuesta a tomar té en la sala de la mansión, la esposa de Kinomoto se encontraba seria mientras su bebé se agitaba un poco por la presencia de su padre. Touya se emocionó por eso... con algo de dificultad Kaho se levantó para llevarlo a su cuna que estaba adornada con suaves sedas de colores tenues y una almohadita para que la cabecita de Akio descansara. Touya se apresuró a auxiliar a su esposa; le tomó por la cintura dirigiendo sus pasos hasta que ambos llegaron al lecho de su primogénito, la madre del bebé le depositó con ternura, el niño de inmediato cerró sus ojitos.- se nota que será un niño que no causará problemas... con Sakura se ha portado muy bien...

-me alegro...-susurró Touya mirando con algo de culpabilidad al bebé- Kaho...-su esposa le miró con una sonrisa; sabía lo orgulloso que era él (esperaba que Akio no hubiera heredado eso) y que lo que le diría aunque no fuera tan difícil (por ser para ella) si sería un golpe leve a su orgullo.- yo... sabes que lo siento...

-lo sé-rió ella

-¡no te rías!-se quejó un poco sonrojado mirando hacia otro lado; Kaho intentó seguir su orden aunque le costaba trabajo; Touya se aclaró la garganta y continuó.- lamento mucho... todo lo que dije... por que... tal vez si tengas un poco de razón... –agachó la mirada una vez más pero Kaho levantó su rostro por el mentón- disculpame... creo que me estoy volviendo algo loco...

Kaho rió -¡ya lo creo!-y con eso besó sus labios.

OoOoOoOoOoOoO

Sentía el fuerte olor a tierra mojada bajo su nariz; combinado con el de la sangre fresca. Se sentía todo adolorido y no enfocaba bien; además la nueva oscuridad no le ayudaba en nada.

La mayor parte del día había estado sobre el caballo de su captor, sin poder conciliar el sueño gracias a ellos. Pues en cada oportunidad le propinaban un nuevo golpe. Cuando lo habían bajado de la bestia pudo mantenerse de pie; con su pierna sana, y la otra aunque estaba fortalecida le dolía un poco.

Tenía pocos minutos de haber llegado a aquel lugar que no conocía por su ceguera temporal gracias al trapo en sus ojos y cuando menos lo pensó estaba en el suelo siendo golpeado; una vez más...

Se preguntaba donde estaba Li o Yamasaki o Yue ¡cualquiera de los tres! Tal vez estaban luchando, toda una trampa se estaba llevando a acabo ¿pero para que? ¿No daba lo mismo si un comandante moría? Li ascendería a general y cuando faltara Li; lo haría Yue hasta se acabaran los soldados de altos y medios rangos; cuando solo quedaran comunes entonces se vendría un gran problema.

Pero no ahora...

Sus manos fueron atadas como si se tratara del peor criminal y sus ojos aun sin libertad para mirar; le incapacitaban aun más. Escuchó unos pasos que se dirigían hacia donde estaba él. Y su herida le dolía mas y mas.

-¿con que general, no?-esa voz; tan grave pero tan chocante y vulgar a la vez no podía ser ni más ni menos que de Melko Kogako. Eriol no colocó ninguna mueca en su rostro, incluso parecía que quería ignorarlo.- la última vez que nos vimos eras un patético soldado... aunque eso no ha cambiado mucho...

-tiene muy mala memoria, señor-sonrió Eriol como si mirara al suelo, estaban en una celda oscura y demasiado húmeda... ¿donde demonios estaban?- era yo un coronel; esa vez que nos enfrentamos...

Un puñetazo obtuvo por primera respuesta. Que sacó nueva sangre de su boca- idiota ¡en ese enfrentamiento en que tú y tu amiguito osaron en burlarse de mí!-gritó dando un golpe a su estómago, con el que Hiraguizawa cayó de lado encogiéndose para aliviar un poco el dolor- y lo pagarás...

-¡debería estar agradecido!-se quejó Eriol con voz ronca, intentando incorporarse- esa vez, le salvé la vida...

-¡maldito estúpido, engreído. Aunque hubiera muerto regresaría por ti desde el mismo infierno para llevarte conmigo!-se abalanzó sobre él y le propinó nuevos golpes que incluso dejaron rojos los puños del hombre de Corben.- ¡eres un incrédulo, un inocente! ¡Confiar en mí fue el peor error de tu vida!- Eriol no podía ni hablar, le faltaba el aire y se sentía desfallecer. ¿Él, inocente? ¿Incrédulo? ¿Era malo confiar en las personas...? parecía que si... ¿no era más claro el ejemplo?

-por... ¿p...or que... no.oo... me ha... matado... aun...?-su voz entrecortada con esa denotación de tristeza hicieron que Kogako se calmara un momento pero luego su ira volvió como una ola destructora de todo sentimiento ¿tenía corazón? Era claro que no- si...-recargó su cuerpo contra una pared.- tan... ofendido está... ¿por que... no lo ha... h...he...echo...?- ¿por que seguir haciendo su vida tan imposible y la muerte tan dolorosa? Tal vez ese era su objetivo... ¿¡pero no veía cuanto sufría? ¡Ya sin una esperanza de volver a ver a Tomoyo...! ¡podía asegurar que no la volvería a ver después de eso! Ahora solo en su pensamiento quedaba la única esperanza de que los demás si regresaran a volver a ver lo que más querían. Lo que sentía no era tanto un dolor físico...

...era un dolor del alma...

¿Que podría ocurrir ahora para salvarlo? ¿Que un ángel bajara del cielo y lo rescatara? ¿Que pudiera desatarse e intentar huir cuando en todo ese rato había estado vigilado? ¿Usar un arma en su contra cuando no tenía una?

¿¡Que más podía hacer que no fuera pensar en su deceso y en lo mucho que extrañaría a los suyos?

En su hijo... ¿por que todo iba a terminar así? ¿Merecía morir? Él solo quería ayudar... ¿era necesario tanto sufrimiento para pagar tanta felicidad? ¿Era justo? ¿Estar desamparado en las manos de ese hombre sin aparente corazón, Y sufrir las agonías de una tortura improvisada y primitiva...? ¿Que más daba intentar salvar su vida si sabía que no lo lograría?

¿Que más daba cuando sentía que ya nada estaba a su favor? ¿Que más daba pensar en la felicidad si estaba fuera de su alcance? ¿Como poner la mente en blanco cuando tantas cosas malas sucedían a su alrededor? ¡Demonios! Lo habían mandado ahí por sus grandes habilidades y ahora era una persona incapaz de defenderse siquiera con palabras ¿estaba perdiendo su valía? ¿Su honor? ¿O era mera resignación?

-mañana por la mañana te mataré-su voz helada fulminó el corazón de Eriol, ahora si se sentaría a contar las horas y comenzaría a despedirse mentalmente de cada persona que ocupaba un lugarcito en su alma; por que él no era simple corazón...

Hiraguizawa escuchó como de la misma manera como se había acercado a él, se alejó; ya nadie regresó con la determinación de golpearlo...

-mi muerte...-no podía dejar de imaginar a Tomoyo totalmente vestida de negro... cada vez que veía la imagen en su cabeza sentía como si cayera lentamente en un pozo; dolorosamente. Su hermano no lo recordaría como un cobarde... y cuidaría de su hijo como uno propio.

¿Y así llegaba su travesía al final? Tantos planes, estrategias y sueños ¿para que todo terminara así?

De pronto Eriol cayó en un profundo sueño... ya mañana sería... ¿otro día? No solo eso; sería su último día...

OoOoOoOoOoOoO

-¡te quedarás a comandar a tus tropas!-gritó Shaoran después de una nueva protesta de Yue, que se encontraba sentado sin levantar la cabeza, mientras apretaba sus puños con fuerza. Impotente por la situación.- ya veremos que sucede después... sabemos que, Melko no tardará en matarlo... – gruñó .- Es demasiado orgulloso para haberlo matado con un disparo... no... Melko tratará de hacerlo públicamente para demostrar su poderío delante de sus hombres...

-¿que hará si logra encontrarlo?-inquirió Tsukishiro mientras Shaoran se cruzaba de brazos; y suspiraba para después pasarse una mano por su cabello revuelto, llevaban unas horas sin luchar y notaban tranquilidad en los hombres de Corben, lo que les aseguraba que Melko no estaba ahí.

-le regresaré sus tropas al general... después volveré a este lugar...-Yue levantó una ceja sin comprender.- aunque lograra asesinar a Melko, alguien más quedará al mando... será mejor que el general Hiraguizawa regrese a Ghibli para su recuperación.

-¿por que no regresa usted?

-eres demasiado estúpido-dijo con sequedad sentándose con pesadez en el lecho donde se había estado descansando Eriol- y tenemos que terminar definitivamente con las tropas de acá; podrían dirigirse a la ciudad y no creo que tengamos grandes concentraciones de soldados allá... quizás las del general sean más útiles en la ciudad...

-pensé que lo que más quería era regresar...-dijo ofendido por las palabras del hombre que estaba frente a él ¿pero como defenderse? Haber descuidado la protección del general había sido una total idiotez- no me salga ahora con que quiere hacerla de héroe...

-no quiero ser héroe... –dijo con honestidad pero si molesto por lo que salió de la boca de Yue-quiero terminar esto por mi propia seguridad e incluso la de usted; aunque haya cometido esa tontería...

-ya no son tantas tropas de Corben como al principio, tal vez las mías podrían solas.-insistió.

-¿quiere que me vaya de aquí?-inquirió levantando una ceja.

Yue se levantó rabiando para caminar con paso firme hacia la entrada de aquel lugar; y antes de salir pudo susurrar; con esa voz gélida que volvía a su garganta.- haga lo que quiera...

Shaoran miró la dirección por la que el hombre había desaparecido.- eso haré...

Habían salido de la ciudadela en gran silencio, esperando que nadie los detectara, las tropas de Yue lograron camuflar a sus compañeros. Los que se encaminaron a la travesía no tardaron en decir que no, no hubo ni uno solo que quisiera quedarse ¿que más daba? Como podía morir en la ciudadela al fuego de una nueva batalla, como también podría resultar en un enfrenamiento más allá. Yue les había despedido en silencio mirando a todas las tropas que se movían. La mayoría les había deseado suerte pero más que nada para que encontraran al general vivo.

Lo que todos querían, lo que todos esperaban...

Ahora la esperanza de tantos hombres caía en el coronel Li... como antes había caído en Eriol.

La cabalgata duró varias horas; y la noche además del frío no les ayudaba en mucho, pero no quería perder el tiempo, tal vez incluso en ese minuto ya fuera demasiado tarde para el general.

No quería pensar en eso... ¡él se estaba encaminando para salvarlo! ¡no podía suceder eso!

Fue fácil localizar sus huellas; pero lo que le sorprendía era que en medio de la nada había arbustos ¿un oasis? Pero las huellas seguían por ahí; fue cuando decidió entrar a la maleza.

-¿está seguro?-inquirió Yamazaki que portaba en una mano una pistola y en la otra las riendas de su caballo.- se ve espeso... no dudo que más de uno se desoriente y se pierda...

-confiemos en que no será así.-respondió Shaoran sin mirarlo, con la misma posición que él, mientras comenzaba a avanzar.- parecen ser pocos así que será fácil vencerles... miró sobre su hombro.- ¡vamos por el general!

OoOoOoOoO

-¡¡AHHHH!-gritó llena de furia mientras era vigilada por los serios ojos de Ran.- ¿¡PARA QUE DEMONIOS ME TRAJISTE AQUÍ?-Azurite se la había llevado a su casa, la cual estaba resguardada por hábiles hombres que él mismo había elegido. Soichiro se cruzó de brazos mientras inspeccionaba la habitación que sería por esos días exclusivamente de ella y que luego ocuparía otra persona. Estaba oscura por las cortinas pesadas de un intenso color azul; mientras que la cama tenía un sencillo edredón. Había algunos cuadros con paisajes bonitos y un pequeño tocador. La muchacha seguía dando vueltas por la habitación desesperada. ¡¿Cómo estarían sus hombres sin quien los comandara!

-Traeré algo para que cenes-dijo sin darle importancia a sus reclamos, pero la mano en su hombro que le volteó con violencia lo detuvo.- ¿que pasa?

Soichiro le miró con fijeza y rencor.- quiero que me lleves de regreso en este mismo instante...-su voz amenazadora hizo que Ran frunciera el ceño.

-olvídalo.

-¿crees que no soy lo suficientemente capaz? ¿Acaso porque soy mujer? ¡Ay de ti si respondes que si!-preguntó ofendida mirándolo con más rabia si era posible- ¿ya se te olvidó quien soy?

-sería imposible olvidarlo-respondió con sequedad, mientras miraba embobado los ojos negros de Kodashi.

-sabes que es peligroso.-el siseo que era su voz podía advertirle que en cualquier momento podría atacarlo, y no se salvaría.- ¡llévame de regreso!

-¡te he dicho que no!-dijo levantando la voz, mientras Kodashi impactada por el cambio enmudecía; pero aun así no dejó su altanería.

-¿por que demonios no?-preguntó con voz irritada- ¡dame una buena razón!- ya sus voces discutiendo traspasaban los muros de aquella habitación.- ¡Sino, regrésame con mi gente! ¡Me necesitan!

-¡no tengo por que explicarte algo!-dijo enojándose también.

-¡eres un maldito que quiere llevarse la gloria!

-¡puedes ofenderme las veces que quieras, aun así, no irás!

-eres un pesado arrogante y estúpido-dijo poniéndose de puntitas para gritar más fuerte- ¡¡¡DEJAME IR!- dijo a centímetros de su cara.

-¡¡QUE NO!

-¡¡QUE DEMONIOS, DEJAME EN PAZ!-la bofetada que recibió Azurite no fue del todo efectiva pues Ran ni se inmutó. Ella comenzó a golpear su pecho con sus puños tratando de lastimarlo, pero Ran trató de controlarla sujetándole.- ¡¡MALDITO INFELIZ, PAPANATAS! ¿¡¡NO TIENES LAS SUFICIENTES AGALLAS PARA PELEAR CONTRA UNA MUJER?-guardó silencio un momento-¿¡por que no me dejas ir?- apretó con fuerza los puños mientras baja la cabeza, con impotencia ¿por que había cambiado tanto? No era el mismo: el dulce, cariñoso, comprensivo y soñador muchacho del que estaba enamorada se había desvanecido en el viento. Las manos de Ran se colocaron en sus pequeños hombros, como los de toda mujer. Su frente quedó sobre la de Soichiro.

-porque no quiero perderte...-dijo en un susurro que apenas y ella escuchó. Soichiro levantó los ojos hacia él con estupefacción, pero no pudo agregar nada más por que los milímetros de diferencias entre sus labios, desaparecieron por completo; Ran la estaba besando... de nuevo...- a mi no me interesa si eres una asesina internacional, si eres la más ruda de la ciudad... tú eres mi Soichiro... y eso nadie lo puede cambiar... ni tú ni yo...-un nuevo beso selló los labios de Kodashi que aun no reaccionaba- por que yo te amo.. y es lo único que a mi me importa... ¡jamás, escúchame con atención!-Soichiro parpadeó mientras asentía torpemente.- ¡jamás dejaré que te apartes de mi lado; mucho menos que vayas a batallas sin sentido... yo no dejaré que mueras!- sin previo aviso Soichiro se lanzó a sus brazos para besarlo otra vez.-¡No se que haría si te perdiera! ¿Acaso si puedes entender eso?

-no me iré...-sonrió abrazándolo de nuevo.- ya no...- No pudiendo evitar el dulcificar su voz pese a segundos atrás, tenía ganas de matarlo gracias a sus acciones.

OoOoOoO

Campanas resonaban por toda la ciudad, anunciando un nuevo día en Ghibli. En la casa Li fue lo que despertó a muchos; como Katsumi y Aoshi, y algunos como Sakura y Tomoyo no pudieron ni abrir los ojos. Sonomi velaba el sueño de su hija en la habitación de esta, pues sudaba un poco, al parecer tenía fiebre. De la nada, se escucharon fuertes disparos que alertaron a la señora Daidouji, se asomó por la ventana y pudo admirar a revolucionarios y a hombres de Corben luchar una vez más...

-¿por que no se rinden?-preguntó con aflicción la mujer llevando una de sus manos a su frente, cansada de ver eso... eran pocos los días que tenían una alegría y pronto llegaría una inmensa ¿por que no los dejaban descansar?

-por que ellos tienen fe en que todo saldrá bien, mamá-respondió una voz detrás de ella; su hija estaba recostada entre almohadones suaves mientras miraba perdida por la ventana... Sonomi notó como tenía las mejillas húmedas... estaba llorando...

Otra vez...

OoOoOoO

Todas las noches en mi sueño yo te veo, yo te siento

Es como yo sé que tú sigues

Lejos por la distancia y espacios entre nosotros

Tú has venido a mostrarme que sigues

OoOoOoOoO

-Tomoyo, descansa un poco más - rogó la mujer acercándose a ella, mientras la muchacha bajaba la cabeza y limpiaba nuevas lágrimas...

-lo voy a perder madre...

De pronto Sonomi sintió una furia grande.- ¡estoy cansada de esas palabras, Tomoyo!-recriminó la señora mientras su hija lloraba con más potencia.

-lo siento aquí, madre-oprimió su camisón con fuerza en la ubicación exacta de su corazón.- él ya no lucha..., él se rindió... tal vez ya está...-sus lágrimas aumentaron y no tardó en abrazarse a si misma mientras su madre le contemplaba ¿que más podía hacer por ella? Parecía que regaños y palabras alentadoras ya no eran suficientes...

OoOoOoO

Cerca, lejos, donde quiera que tú estés

Yo creo que el corazón sigue

Una vez, más, tú abres la puerta

Y tú estás aquí en mi corazón.

Y mi corazón irá sin parar

OoOoOoO

Se sentía extraño. No sabía porque tenía aquella impresión a pesar de su inminente muerte, que el día traía sorpresas. Era aquel presentimiento, con el que amaneció.

Pensó en Tomoyo: ¡Solo su recuerdo le daba fuerzas desde su marcha de la Ciudad! ¿Cómo estaría ella en aquellos momentos?

Escuchó unos pasos provenir de la distancia y detenerse delante de la celda que lo contenía.- Es hora Hiraguizawa...- escuchó una voz fría y violenta – esperamos que te hayas confesado...- abriendo la celda y dirigiéndose a él.

Trató de no pensar en lo que le esperaba momentos después. Por algo se sentía en paz. Era como un vacío y una pesadez que fue alzada de sus hombros. –"Tomoyo..."- Pensó en lo avanzado que debía estar su embarazo y que, estaría y se vería mas hermosa que nunca. Entonces, recordó algo.

Antes de ser capturado, tuvo un sueño con su esposa. Estaba ella sentada en el salón de la casa de Li y charlaba animadamente con Sakura, Aoshi y Katsumi. Se volteaba a verle y se ponía de pie, corriendo a sus brazos.

Fue un hermoso sueño. Eran aquellos sueños con los que se alimentaba de las fuerzas necesarias para superar el día con día. El ver una nueva mañana.

Y pensar, que tal vez, no la volvería a ver.

Confiaba en su hermano: él la protegería y la ampararía siempre. Pero no era el hecho de que estuviera desamparada lo que le preocupaba.

Era el solo hecho de no verla mas.

Pero una voz en su cabeza, le dijo con alegría- "volverás a su lado... confía... la verás de nuevo".

Con aquello irguió su caminada hacia lo que se imaginaba le esperaba su muerte. Pero no moriría como cobarde.

Moriría como un hombre orgulloso de su labor. Y de quien era.

OoOoOooO

-yo entraré por el general, vigilen los movimientos de Melko...-dijo en voz baja mientras corría y trepaba con agilidad por el techo de aquellas ruinas que jamás había visto ni había oído hablar de ellas, pero las cuales parecían antiguas. El día estaba especialmente nublado; amenazando con comenzar a llover.

No tardó en adivinar los pasillos de la construcción por su estructura exterior; y se encaminó dispuesto a tener suerte. Cuando se preparó para saltar hacia el pequeño jardín pudo notar como aquellos gorilones casi arrastraban al general Eriol Hiraguizawa, que no se resistió, llevaba sus ojos vendados y la cabeza en alto. Con impotencia Shaoran retrocedió y con una señal Yamazaki entendió que debía hacer que las tropas entraran al lugar.

Colocaron a Eriol sentado (gracias a su herida en su pierna, no podía estar de pie). sobre un poco de paja, con sus manos atadas por detrás, liberaron sus ojos. Y aquellos sujetos prepararon sus armas, entonces Li entendió que tenía que sacarlo de ahí, pues se llevaría acabo un fusilamiento.

-¿Un último deseo?- interrogó uno de los de los soldados con una sonrisa que mostraba sus dientes amarillos. Eriol se quedó mirándole con profundo odio y una sonrisa irónica se dibujó en el rostro del general. El soldado preguntó.- ¿De que se ríe? ¡Está a punto de morir!

El corazón de Eriol le gritaba aun.- "no. No morirás. Ten fe. Fe en tus hombres..."- Eriol quiso creer aquel presentimiento de que todo estaría bien. Pero su cabeza contradecía a su corazón. ¿como podía ser posible que no muriera? ¿Que todo saldría bien? Pero en momentos como esos lo alentaban más sus sentimientos que sus pensamientos razonables... ¿por que no seguir teniendo esperanza? ¿Por que no tener fe?

Mientras, Shaoran, Apretó la mandíbula dirigiendo con rapidez desde el techo a las tropas para que pudieran entrar, los otros dos sujetos apuntaron sin percatarse del testigo; que les apunto a ellos. Disparó a uno dándole en el hombro, la bala atravesó su brazo, aquel tipo lanzó un grito aterrador que le dio a su compañero la pauta para localizar a Shaoran, el ruido seco de los disparos acompañaron a la caída que tuvo Shaoran para no ser herido, ya pecho en tierra intentó apuntar pero le era imposible.

De pronto escuchó trompetas; y notó que no solo eran tropas de Azzarello sino también de Corben; que seguro venían a presenciar la muerte de Eriol intentando no ser percibidos por sus enemigos, aunque parecía no había funcionado su plan. Presenciar el fusilamiento; y dejar a los de Azzarello esperándolos, mientras ellos pasaban de largo a la ciudad capital.

Eriol sintió como palpitaba su corazón de nuevo; por lo menos con mayor fuerza. Escuchar esa multitud, los sonidos secos de las armas, y los pasos veloces lo hicieron sentir de nuevo vivo...

No tardó mucho cuando sin importarle al otro sujeto que su compañero estuviera herido, le volviera a apuntar a Eriol. Pero de vez en cuando regresaba su vista hacia donde Shaoran se ocultaba.

-¿que sucede aquí?-preguntó la voz de Kogako que salía distraídamente de la construcción. Uno de sus guardias había ido a avisarle que, Hiraguizawa sería fusilado y cuando escuchó los disparos, apresuró el paso.

-señor, hay un hombre de Azzarello oculto en el techo.-informó el hombre, mientras Eriol levantaba el rostro dispuesto a informarse más, en tanto Melko gruñía y tomaba su arma de su cintura; mandó disparos al tanteo pero no le dio.

OoOoOoOoO

El amor puede tocar un tiempo y para la vida

Y nunca permitiré que se vaya, hasta que nosotros nos hayamos ido.

El amor era cuando yo te amé, un verdadero tiempo que yo sostengo,

En mi vida nosotros seguiremos siempre

OoOoOoOoOoO

-¡Dios mío!-gimió Tomoyo sin quitar su mano de su pecho.- ¡como te amo!- sus ojos estaban cerrados con fuerza, lo volvía a sentir... él; tenía esperanza.

Una vez más.

Sonomi había salido de la habitación para llamar a Sakura. La esposa de Eriol miró al techo mientras sus ojos brillaban llenos de alegría. ¿por que no lo había sentido así antes? ¿Por su bebé?

Por que Eriol la necesitaba más que nunca...

OoOoOoOoO

Cerca, lejos, dondequiera que tú estés

Yo creo que el corazón sigue

Una vez más, tú abres la puerta

Y tú estás aquí en mi corazón

Y mi corazón irá sin parar

OoOoOoOoO

Las grandes masas de soldados siguieron luchando, ajenas a lo que sucedía dentro de la edificación. Mientras las tropas de Eriol y Shaoran comenzaban a ingresar al lugar por órdenes del superior Li.

Shaoran disparó varias veces a Melko pero al igual que él, tampoco lograba darle. De un momento a otro, más disparos se escucharon dando a los gorilones; muchos soldados se entretuvieron matando al sano, el herido en el hombro cayó de inmediato.

Del edificio salieron más, que antes habían esperado al general. Y que comenzaron a luchar contra los de Azzarello, pero no tardaron en dominar la batalla.

Yamazaki inmediatamente se acercó a Eriol para defenderle de aquel hombre que quedaba; Melko fue rodeado por una gran masa de personas, todas con el mismo objetivo.

Terminar con él. Por esos meses de sufrimiento, de cansancio, de dolor...

Fueron varios disparos los que su cuerpo recibió, pero que no lograron acabar con él, simples roces y uno que otro que dio a una pierna o un brazo. Ese hombre era resistente y capaz, a varios les dio con su arma a pesar del angosto espacio para poder siquiera moverse, entre el bullicio acabó con la vida de cuatro más.

La distancia del suelo al techo no era mucha, por lo que Shaoran se atrevió a lanzarse y caer de pie después de haberle disparado, por la inmovilidad al verse rodeado. Le abrieron paso hasta llegar al cuerpo del hombre que aun tenía vida y estaba de pie defendiéndose. Fue tanto el espacio que Melko vio la oportunidad de escapar, en su intento le fue cerrada su ruta por los cuerpos de otros más. Fue entonces cuando volvió su rostro a Shaoran y desenfundó su espada, al igual que su contrincante.

-¡vamos Li!-gritaron algunos, en tanto Shaoran permanecía impasible, como si no le preocupara el enfrentamiento, como si diera por ganada la batalla antes de comenzarla.

Melko se abalanzó contra Shaoran, este le esquivó pero pudo rasgar la ropa que llevaba sobre el pecho. El otro solo frunció el ceño mientras intentaba darle aunque fuese una vez, Shaoran dio en su espalda como lo había hecho en su pecho. En un movimiento brusco Kogako dio una vuelta que casi le costó la cabeza al coronel, este solo se tiró y cayó sentado en la tierra, el de Corben buscando más ventaja intentó golpearlo con la espada una vez más. Este rodó por el suelo pero fue lo suficientemente hábil como para hacer tropezar al otro. Una vez en el suelo Melko, Shaoran se puso de pie; rasgó su pierna ya herida por anteriores intentos.

Kogako sacó la pistola de donde la había guardado, Shaoran se quedó inmóvil ante la amenaza de no tener cargada su arma. Melko apuntó. El silencio y las miradas desafiantes fueron suficientes para ambos; no hubo necesidad de decirse lo mucho que se odiaban.

Melko tiró del gatillo, pero no hubo ninguna denotación. Lo volvió a intentar...

No había balas.

Entonces Li sonrió con ironía a su enemigo; y fue su turno para poner la espada en su lugar, cargar con calma la pistola y apuntar. Melko se puso trabajosamente de pie por sus piernas ligeramente doloridas, intentaba como al principio hacerse paso pero no lo consiguió. Ya sabía lo que le deparaba en manos de Shaoran.

El muchacho atrajo su atención con un silencio perceptible; la multitud de los soldados contrarios, contuvo el aliento y el silencio. Aquel silencio le reveló a Melko que el final era, inevitable. Haría las paces con Dios. Cuando el hombre volteó fue que Shaoran habló:

-por Sakura-disparando en su pecho tres veces. El cuerpo del hombre cayó pesada e instantáneamente. La cabeza del hombre se rindió en darle vueltas a cualquier asunto y cuando menos lo esperó su alma, se separaba de su cuerpo. Li se acercó hasta Eriol que era ayudado por Yamazaki para ponerse de pie. Pero por alguna razón Eriol se había negado, negado en ver el cuerpo inerte de Melko, tal vez por su falta de visión o por su pierna herida. Los soldados de Azzarello estallaron en gritos de victoria hacía sus comandantes.

OoOoOoOoOoO

Tú estás aquí, no hay nada que yo tema

Y yo sé que mi corazón seguirá

Nosotros nos quedaremos de esta manera para siempre

Tú estás seguro en mi corazón

Y mi corazón irá sin parar

OoOoOoOoOoO

-¡Tomoyo!-llamó Sakura sentándose a su lado en la cama; mientras la mujer le abrazaba eufórica.

-¡Eriol está vivo, Sakura!-gimió la mujer sin soltarle a lágrima suelta, pero con una enorme sonrisa en su rostro.- ¡lo sé, estoy completamente segura!

Sakura se quedó en silencio poniendo su cabeza sobre la de su amiga, y cerraba los ojos.- "me encantaría estar tan segura como ella... Tomoyo es una persona genial, y por lo que veo tiene una gran conexión con el coronel..."-Sakura besó sus mejillas mientras sonreía como su prima.- me alegra... que tu esposo esté vivo...

Volvió a recostar a Tomoyo, para que descansara, su respiración volvía a ser normal y en su rostro se notaba la tranquilidad que se había ausentado de la mujer, hacía mucho tiempo atrás ya.

Sonomi admiraba a su hija desde el umbral de la puerta; mientras Sakura se disponía a salir de la habitación, cuando ambas estuvieron en el pasillo Sonomi se atrevió a suspirar.- siento... que cada día mi hija está... peor...-sus lágrimas se dispararon por sus mejillas, Sakura solo le abrazó a manera de consuelo-

-ella tiene fe, tía-sonrió la muchacha- la mayor fe que halla en esta casa

OoOoOoOoOoOoO

Katsumi en aquellos momentos, observaba por la ventana del salón y Aoshi quien segundos antes sintió aquella misma sensación de júbilo que Tomoyo pudo sentir (pero de manera fraternal), abrazó a su prometida por la espalda y se notaba aliviado. Katsumi sintió aquello sin voltearse y colocó sus manos sobre las de Aoshi diciendo.- ¿Qué pasa?

-Lo que había que pasar y de lo que estaba inseguro en estos últimos días.- Katsumi se volteó a ver su rostro: tenía una sonrisa diferente a los días anteriores y se notaba en efecto mas tranquilo. Besó sus labios y declaró. –Mi hermano, Eriol, está vivo...- ella le miraba algo aturdida.- Lo siento aquí.- señalando su propio pecho.- En mi corazón...- no evitando emocionarse.- Hace un tiempo, que tenía la impresión que lo perdería... pero ahora, - suspiró sonriendo.- ¡está Vivo Katsumi!- no evitando abrazarle.- ¡está vivo!

-Es que no lo dudaba nunca. El Señor Li y el señor Eriol, volverán a nosotros... tiene que ser así Aoshi.

El hombre asintió mientras aun tenía en sus brazos a su prometida. Por un largo rato, solo se conformaron con abrazarse.

-Ya esto, terminará... terminará muy pronto.

-confío en que así será-cerró sus ojos mientras su cabeza quedaba recargada en el fuerte y confiable pecho de él- que Dios escuche tus plegarias...

-no puedo esperar para ver a mi hermano de nuevo...-la voz soñadora de su novio la hizo suspirar; mientras se preguntaba que tan certeros podían ser los instintos del muchacho. Estaba segura de que Aoshi amaba y admiraba mucho a su hermano mayor- a lo mejor está aquí para cuando el bebé nazca...

Katsumi no dijo ya nada, queriendo sentir la misma alegría y aunque sabía que ella no podía sentir como él al coronel o al capitán, tendría que contagiarse con toda la felicidad que emanaba del muchacho, sin tener otra opción.

OoOoOoOoO

-¡VIVA AZZARELLO!-gritaba Yamazaki mientras cabalgaba de un lugar a otro siendo acompañado por otros más que celebraban la victoria.

En unos cuantos minutos; habían dominado por completo a las tropas de Corben, que se descontrolaron totalmente al enterarse de la muerte de Melko, desubicados fue más sencillo controlarlos, unos murieron por no querer rendirse, y los que lo hicieron quedaron como prisioneros de guerra. Sin oportunidad de recuperar su libertad.

Shaoran se acercó hasta Eriol que seguía sentado entre la paja, había sido protegido todo ese rato por el mismo Shaoran, el coronel le regresó sus gafas al superior.- creo que le pertenecen...

Hiraguizawa no tardó en tomarlas, Shaoran le ofreció una mano para que se levantara.- te lo agradezco mucho, Shaoran-dijo ofreciéndole una mano para estrecharla, el coronel la aceptó pero cuando menos lo pensó, estaba compartiendo un abrazo amigable con el otro hombre, Eriol dio unas palmadas fuertes en su espalda, como si fuera un padre abrazando a su hijo que había logrado algo importante. El general miró a su alrededor y luego miró el cielo, notando el atardecer.- mañana por la mañana comenzaremos nuestra marcha a Ghibli-anunció en voz alta para que todos los que estuvieran cerca escucharan. Los vítores se lanzaron de nuevo pero ahora con el nombre de Eriol.- ¡les agradezco su ayuda y saben que pueden contar conmigo para lo que sea! ¡Tengo una deuda con todos ustedes!-Shaoran solo sonrió un momento, para luego notar como Yue se acercaba mientras Eriol seguía hablando.- ¡deberíamos emprender el camino ahora mismo!- más gritos en su honor se escucharon. Yue llegó hasta el general y le regaló una reverencia.

-señor... vengo a disculparme... por...-pero Hiraguizawa solo estaba sonriente, feliz por que, no estaba muerto.

-cualquier cosa que hayas hecho Yue, no hay resentimiento-dijo alegremente mientras le hacía un gesto a Shaoran para que le ayudara.- lo mejor será que regreses a tu hogar como lo haremos nosotros- su mirada profunda y hasta sabia hizo sonreír de Yue, aunque solo fueron unos escasos segundos.- tus tropas también lo merecen...

-entonces supongo que hasta aquí quedamos-dijo con cierto toque de ironía, Shaoran.-

-también me alegro de dejarte de ver-respondió Yue, mirándole con fastidio.

-¡se ve que son buenos amigos!-rió Eriol con una gota sobre la cabeza.- Tengo suerte que hayan confraternizado tan bien durante mi ausencia.- Syaoran puso los ojos en blanco, en tanto Yue no agregó nada más que un gruñido débil.

-¿doy alguna orden, señor?-Yamazaki se había acercado hasta Shaoran, el hombre solo vio asentir a Eriol, entonces Li respondió a su soldado

-si, que se separen... nos vamos a Ghibli

-muy buena decisión.-dijo Yamazaki mientras se alejaba a dar las nuevas indicaciones.-

-entonces tal vez, tengamos el gusto de vernos en otra ocasión, muy diferente a esta.-le decía Eriol a Yue, mientras este permanecía serio.

-veremos.-dijo con simpleza para luego alejarse y dirigir a sus tropas en el camino de regreso a casa.

-¿y bien Li?-dijo con suspicacia, al parecer aquel atentado en su contra no lo había afectado en nada. Ni su sentido del humor ni su alegría habitual.- ¿estamos ansiosos por volver a casa?

Shaoran solo se sonrojó, mientras Yamazaki le acercaba su caballo, que de inmediato se quedó quieto al reconocerlo para que subiera.- es lo que tanto deseaba-dijo sin mentir- y lo que sigo deseando.

Eriol miró con una sonrisa de nuevo hacia las nubes.- si nos apresuramos y no nos detenemos a descansar, llegaremos mañana por la noche...

OoOoOoOoO

-¿has notado algo extraño en mi hermana?-preguntó Aoshi a Katsumi mientras tomaban un poco de té, Tomoyo había pasado por ahí cantando y de paso les había tomado una galletita de su plato y luego se había retirado de la misma manera

-se nota, feliz-sonrió Katsumi mientras Sakura que seguía a su prima (o eso intentaba) se detenía a hablarles. Se preguntaba como era posible que una mujer en su estado pudiera caminar, brincar y bailar al mismo y en tan poco tiempo

-¿han visto a Tomoyo?-la pareja señaló hacia la dirección por la que había salido la esposa de Eriol.- muchas gracias.

Por la nuca de Katsumi resbaló una gotita, mientras Aoshi bebía de su taza con naturalidad

-debes estar tranquila por ellas.-rió mirando por encima de la taza- es una buena señal...

-tal vez tengas razón...

OoOoOoOoO

-pensé que jamás vendríamos-dijo Soichiro mientras avanzaba en su caballo, en tanto Ran y el suyo iban a su lado. Esa noche darían un nuevo golpe...

El definitivo...

-yo pensé que finalmente dejarías de insistir.-suspiró Ran mientras admiraba a la muchacha que miraba al frente mientras sonreía, plenamente. Ahora Kodashi se sentí finalmente completa, realizada, amada... saber que Ran la quería, tal cual significaba más que cualquier tesoro que le hubieran ofrecido; por que ella también lo amaba.- O que al menos no llegarías a convencerme...- murmuró por lo bajo.

-los dos estamos en esto-respondió la muchacha sin prestar mucha atención a los reclamos de su novio.- yo no iba a dejar que estuvieras aquí solo, sin mi auxilio...

-lo dices como si pensaras que soy malo para esto.-dijo frunciendo el ceño, con mal humor y fingiendo estar ofendido.

-claro que no pienso eso... pero, nunca está de más-levantó su rostro graciosamente y con orgullo.- además, tenía que reportarme... ¡los chicos se preocuparían demasiado! No puedo hacerles eso...

-como quieras.-dijo encogiéndose en hombros ¿por que contra ella no podía luchar? Ni siquiera con palabras. Aunque le rogó todo el día, esta finalmente le acompañó.

Ahora la noche los cobijaba en su camino; las tropas deberían estar formadas en algún lugar conocido por ellos, y tal como lo predijo Soichiro estaban entre callejuelas angostas, donde era imposible detectarlos, no eran tan pocos, pero estaban distribuidos de tal manera que no era posible sospechar algo.

-no sufras, todo va a estar bien-dijo con confianza; Ran solo asintió no tan seguro. Esa era su última oportunidad, las últimas fuerzas de combate...- ¡hola muchachos!-dijo con un gesto animado que nadie reconoció en ella.- ¿estamos listos?-hubo murmullos afirmativos por todos lados, la muchacha solo hizo una ademán para que bajaran la voz.- muy bien, entonces ¡vamos!

Con sigilo extremo se dispersaron por la ciudad, para no levantar sospechas nuevas entre los soldados que vigilaban las calles, que al verlos como ciudadanos comunes y corrientes los ignoraban completamente, por lo menos ya no atacaban a la primera persona que veían.

Por diferentes caminos llegaron hasta donde se concentraba el nuevo régimen. Ran y Soichiro que iban juntos, pasando ante los ojos de los de Corben como una pareja que no tenía nada mejor que hacer, caminaron para poder llegar por detrás de la construcción.

La puerta por la que entraron no emitió sonido alguno al abrirse o al cerrarse, los suaves pasos de la joven le permitieron ir con más libertad, que el muchacho, que incluso iba de puntitas para que la madera del piso no rechinara tanto. Lo que les extrañaba era que no había vigilancia, tal vez daban a los rebeldes de Azzarello como perdidos y acabados.

Escucharon como alguien iba detrás de ellos, Ran se dio la vuelta con su espada para cerciorarse de quien era, reconoció aun rebelde y permitió que continuara a su lado, minutos después escucharon como llegaban más. La casa del gobierno era grande y espaciosa, llegaron pronto a los pasillos principales, y ahí fue cuando escucharon música, no característica del país.

Soichiro se atrevió a mirar a escondidas, sin que nadie se percatara y la escena la perturbó ¿cómo querían que Corben progresara con semejantes gobernantes?

Mujeres extrañas bailaban seductoramente a hombres barrigones, mientras la música sonaba, en tanto los guardias que se suponían debían estar vigilando los pasillos por donde ellos habían entrado, miraban todo ansioso, esperando a que sus jefes se quedaran dormidos y aprovechar la visita de las damas.

-les daré su merecido.-susurró preparando su arma, y apuntando al primero que estaba cerca de ella

-no cometas una locura-dijo bajando con una mano el arma de ella.- todavía no somos suficientes.

Soichiro asintió no del todo convencida, esperaron unos minutos más, hasta que reconocieron a todos sus aliados, que les confirmaron que esas personas eran las únicas que había en el edificio. Los otros eran de Azzarello encargados del aseo, y que les habían dejado entrar por ventanas y puertas que daban en habitaciones no utilizadas. De nueva cuenta apuntó, ahora Ran no la detuvo, todos los suyos se apresuraron a imitar sus movimientos. Un disparo hizo que los músicos callaran y las bailarinas quedaran sin aliento en tanto los soldados, intentaban reaccionar y despertar de sus fantasías para poder pelear, los rebeldes uno tras otro dispararon, dándole de inmediato a los mandatarios que ni siquiera se movieron para resguardarse, y todo por la sorpresa. Del exterior del edificio entraron más soldados.

Soichiro siendo tan valiente como lo era atinó al pecho de más de cinco, a otros solo los rozó. Se lanzó contra ellos para dar puñetazos en sus rostros, y uno que otro disparo se le escapaba. Ran hacía algo parecido, pero no solo acompañado de golpes y pistola, sino de la espada con la que era aun más hábil.

Nadie del exterior supuso lo que sucedía, y parecía una noche más en las manos de los de Corben. Pero en cuanto el sol salió y la batalla terminó, vítores se lanzaron, soldados que deambulaban por ahí se acercaron molestos por el escándalo. Pero con unos cuantos disparos abandonaron el mundo y pasaron al siguiente.

-¡te amo!-sonrió Soichiro lanzándose a sus brazos, mientras festejaban junto con los demás.

-y yo a ti...

OoOoOoOoOoO

-díganle a mi hermana que he venido a visitarla.-la voz de Touya Kinomoto invadió los oídos del superior al mando de la tropa mandada por el general. No tardó mucho cuando Sakura ya lo seguía con una sonrisa.

-¡Touya!-el hombre no tardó en abrazarle, y Sakura pensó que le habían cambiado de hermano... entonces se lo agradeció mentalmente a Kaho y a us bebé, el bebé de ambos.- ¿a que debo tu visita?

Con una reverencia el soldado se retiró para dejarles privacidad.- vengo a informarte-Sakura levantó una ceja sin comprender a lo que se refería Touya.- esta mañana los rebeldes han tomado la ciudad... somos de nuevo y oficialmente Azzarello...

-¡eso es increíble!-dijo fascinada, pero de pronto emocionada...

Eso significaba que...

¡Shaoran estaría de regreso! No sabía cuanto tiempo tardaría, pero él ya regresaría...

-vengo por Tomoyo, Hiraguizawa y la tía Sonomi.-la información le cayó como balde de agua fría... Touya descifró su mirada de inmediato.- Sakura, ellos tienen que regresar a su casa; cada quien tiene su vida y su espacio... y es hora de que lo tuyo quede despejado... ya no hay ningún peligro, por lo menos no ahora-ambos guardaron silencio y Kinomoto siguió.- esperemos que si algo sucede sea para cuando tu esposo ya esté aquí.

-¡buenas tardes, Kinomoto!-sonrió Aoshi que pasaba por ahí- es raro verte por esta casa...

-será mejor que empaques... –Aoshi levantó una ceja sin comprender- esta guerra se acabó...

Los ojos de Hiraguizawa brillaron, y sin decir nada subió a dar las buenas noticias...

-también, será mejor que esos soldados se vayan de una buena vez-dijo caminando hacia el salón donde acostumbraban tomar té por las tardes, Tomoyo, Katsumi, Sonomi y ella.- agradecería más que solo te quedaras con el mayordomo de tu esposo... pero como tienes más criados que viven aquí...

-¡señora Sakura!-la voz de Katsumi interrumpió la conversación, bajaba las escaleras con prisa, pero habilidad.- lo que me ha dicho Aoshi...-tomaba aire a grandes bocados.- ¿es verdad?

-si-sonrió Sakura.- es lo que estábamos esperando... supongo que partirás con el joven Aoshi-la sonrisa de Sakura se quebró al sentir como su ama de llaves le abrazaba.

-¡no quiero dejarla, mi señora!-la risa suave de Sakura le hizo mirarla.

-tienes que ir con tu prometido... está bien, no sucederá nada malo...-su cariñosa voz hizo dudar a Kirobe de sus verdaderos deseos.- o puedes ir, y luego regresar... siempre serás bienvenida, Katsumi...

-¡muchas gracias señora!-de nuevo la abrazó,- Volveré diario de ser necesario y hasta el anochecer no me separaré de usted hasta que el Señor Li vuelva.- y subió a la habitación que compartía con el hermano de Eriol, para informarle que se quedaría en casa de los Li. Pero que ese día partiría con él.

-solo tengo una objeción, hermano-dijo la esposa de Shaoran mientras Wei llegaba con una bandeja de té para ofrecerles.- el estado de Tomoyo... no creo que sea el más conveniente...

-lo mejor será que espere a su esposo en su casa...-dijo sin darle importancia.- así como ella tendrá asuntos que atender con el coronel, tú los tendrás con ese mocoso... ¿o no?

Sakura solo se sonrojó, pero asintió. Pasó al menos una hora, cuando Aoshi ayudaba a bajar a Tomoyo al igual que Katsumi y Sonomi llevaba una maletita.

-muchas gracias por todo...-sonrió Tomoyo mientras Sakura le abrazaba con cariño.- no sé que hubiera hecho todo este tiempo sin ti...

-no tienes nada que agradecer...-sonrió su prima- iré pronto a visitarte...

-te esperaré-Aoshi también agradeció sus atenciones; en tanto Katsumi prometió regresar hasta que el coronel estuviera de vuelta en su casa, para ayudar a Tomoyo con todo lo necesario, y sin poder negarlo, para estar cerca de Aoshi. Su tía besó sus mejillas y salió para ir también a casa de su hija.

Cuando menos lo esperó, su casa estaba vacía... completamente. Su hermano se despidió prometiendo llevar pronto a Fujitaka. Los soldados sacados por orden de Touya y los sirvientes habían pedido permiso para ir festejar como los demás.

¿Con que derecho se los negaba? Después de todos esos meses de desesperación e incluso claustrofobia.

-y volvemos al comienzo.-sonrió Sakura mientras miraba por una de las ventanas que había en la sala; podía apreciar a las personas festejando la victoria repentina.

-¿se le ofrece algo más, señora?-la voz de Wei le hizo recordar que aun alguien estaba con ella

-no se preocupe...-su sonrisa hizo que aquel hombre se tranquilizara- iré a descansar a mi habitación, tal vez debería hacer lo mismo, ahora que hay calma...-Wei tan solo asintió y de un momento a otro esa sala estaba vacía.

En tanto ella subió las escaleras

Nee, aishitara
dare mo ga konna kodoku
ni naru no?

Dime, ¿cómo al amar
se puede llegar a sentir
semejante soledad?

Cubrió su frente con delicadeza, tratando de pensar y calcular el tiempo que su esposo tardaría en llegar... por que regresaría. Él se lo había prometido, pero ahora entendía que no necesitaba que le hiciera promesas con un regreso próximo, por que él la amaba y haría lo que fuese por estar a su lado, tanto como ella misma lo haría por él. Eso ahora lo alcanzaba a comprender y cuando se dio cuenta incluso le pareció una bobería suya.

No escuchó cuando Wei se retiró a descansar; ni los jinetes que entraban a la ciudad con total libertad, dispuestos a ver a su familia. Se sentó cansada en el mullido colchón de su habitación, y se pudo acurrucar en un pedazo de la cama. Abrazando con fuerza alguna almohada que tenía cerca.

Nee, kurayami yori mo
fukai kurushimi
dakishimeteru no?

Dime, ¿cómo se puede abrazar
un sufrimiento más profundo
que la oscuridad?

-te extraño...-susurró ya sin aguantar. ¿Hacía cuanto que no lloraba así? Intentando sostener la fortaleza de Tomoyo se había nutrido la suya, por lo menos hasta ahora... ¿por que tenía que declinarse? ¿Por que no se sentía segura de sus sentimientos? Confiaba en él... ¿por que su mente no quería confiar si su corazón si lo hacía?-¿Cuánto tardarás en volver a casa mi Querido Shaoran?

Tal vez por que lo necesitaba para vivir, por que sin él moriría. El temor de verse sola y sin su amor protector le perforaba el alma. Su mayor temor, quedarse sola... sin él y su amor.

Lo necesitaba a su lado, para respirar, para sentirse completa.

No quería, no necesitaba vivir en esa casa sin él, y menos con su recuerdo impregnado en el lugar. ¿Cómo enfrentar un pasado tan anhelado queriendo convertirlo en presente? ¿En futuro?

Nani mo ka mo ga futari
kagayaku tame
kitto

Todo está ahí, para que los dos
podamos ser felices.
Lo sé...

Necesitaba su mirada, para sentir su corazón palpitar. Tanto como él la necesitaba a ella. ¿Cómo había resistido tanto tiempo su ausencia? Estaba distraída, lo admitía. Y aunque lo extrañó, en la última faceta de su espera no podía resistirse...

¡Santo Dios, como lo amaba!

Sentía un fuerte impulso de gritar, de hacer algún puchero para reclamar su vuelta. ¡Sentía como si su corazón fuera a estallar en cualquier momento, impulsado por la desesperación! Incomprendido por las circunstancias y el maleficio que se había vuelto el amar.

La imagen de Shaoran Li invadió su mente por completo, y sus ojos cerrados solo derramaron una lágrima. Deseaba con todo el corazón verlo, pero no así... no muerta de tristeza. Si ya no estaba en ese mundo... lo llenaría de tristeza desde los cielos; y si estaba vivo... intentaría llenarlo de su mismo júbilo. Por su encuentro.

Amores cumplidos e a la vez insatisfechos... ella lo amaba después de ese tiempo, ¿y por que había sucedido todo eso? ¿Por que la ambición de aquel hombre de Corben los había alejado? ¿Por que ella no había comprendido las cosas desde el principio?

Tal vez el destino le había puesto ese obstáculo para medir sus sentimientos. Y cada vez que pensaba eso, se alegraba de darse cuenta lo mucho que lo amaba. Ni aunque estuviera muerto dejaría de amarlo. Por que ya no había otro hombre que no fuera él en su vida.

Ya no.

Kimi wo kimi wo
aishiteru
kokoro de mitsumete iru
kimi wo kimi wo
shinjiteru
samui yoru mo

Es a ti, es a ti
a quien amo,
mirándote fijamente con
mi corazón.
Es en ti, es en ti
en quien creo,
incluso en la fría noche.

Ella no quería la luna, ni las estrellas, ni nada. Ella lo quería a él, ella solo quería mirarlo a él. Ella quería pertenecerle una vez más. Solo quería sentir sus manos, su rostro, su cabello, sentir su mirada sobre ella. ¿Era tan difícil? ¿Tan imposible?

De un momento a otro se encontró perdida en el mundo extraño de los sueños, donde nada es imposible. Soñando con su retorno, y en la felicidad de verle de nuevo; y así ella misma comprendía lo ilusionada que estaba con la espera.

No sintió cuando los rayos del sol se filtraron por las cortinas, lo único de lo que estaba consciente fue que sintió el tiempo volar mientras dormía.

Se movió un poco y sintió como su cabello se movió ligeramente. Sus ojos cerrados se suavizaron al sentir la caricia del viento sobre su mejilla. Abrió los ojos y sin notar nada extraño, se levantó hasta la ventana. No estaba abierta.

Parpadeó extrañada.

Nee, koishite mo
dare ni mo itsuka
owari ga kuruno

Dime, incluso estando enamorados,
¿puede llegar algún día
el final para nosotros?

Pudo dar vuelta y encontrar un espejismo sentado en la cama.

Se quedó muda, con el uniforme roído, sus preciosos ojos castaños la miraban atentamente, esperando su reacción, pero sin borrar la sonrisa del apuesto rostro. Había añorado por mucho tiempo a esa mujer. Había entrado sin dificultad a su casa, gracias al siempre fiel Wei, y con el mismo silencio había abierto la puerta mientras ella dormía, descansó a su lado haciendo el menor ruido y movimiento posible para no perturbarla y entre ratos despertaba para vigilar su reposo.

Ella volvió a parpadear.

-Sha...-la garganta se le secó, sus brazos a sus costados se elevaron hasta su boca y con sus manos intentó silenciar el grito de sorpresa que dio.

El muchacho se puso de pie, llevó una mano hasta uno de sus bolsillos, y con la misma delicadeza con la que la había introducido, sacó la florecita seca... Sakura volvió a parpadear recordando su regalo.- tenía que entregártela... – una vez la flor estuvo en sus manos la examinó con cuidado, quizás no creyendo que era la misma, o tal vez no creyendo que estaba de nuevo en sus manos. Levantó su mirada y sintió la fijeza de él en su rostro, el silencio dominó unos minutos, como si de pronto no tuvieran nada de que hablar. Era como si la mente de Sakura no quisiera reaccionar. De pronto la flor cayó a un lado, como si a su dueña realmente no le importara, y no le importaba, por lo menos no en ese momento.

-¡¡Shaoran!- fue un grito de alegría el que ahora dio y de un momento a otro corrió a sus brazos, sin importarle su vestido de amplia falda; Shaoran estuvo dispuesto a recibirla como lo hizo. El hombre no tardó en besar sus labios mientras acariciaba su espalda y su cabello. Sakura rodeó su cuello con sus delgados brazos mientras se ponía de puntitas para alcanzarlo y besarlo con más ahínco.

Nee, aozora yori mo,
sunda tokimeki sutete
shimau no?

Dime, ¿un corazón que late más libre
que el cielo azul,
puede ser abandonado por completo?

Kisetsu kawaru no kaze
michi wo hashiru
zutto

Corriendo por el camino del viento
a través de las cambiantes estaciones.
Para siempre.

Mientras sus pulmones reclamaban oxígeno, Shaoran besó sus mejillas rosadas, como ella lo hizo con las de él.- Sakura...-suspiró mientras le abrazaba por la cintura, para acercarle más. Mi Sakura- no evitando sentirse acongojado de que la espera había terminado. Ya las largas horas susurrando su nombre, recordando sus ojos, su voz, sus labios... su sonrisa.

Sakura acarició su rostro, fascinada por lo que veía. Él estaba ahí, a su lado... de nuevo.- ¡Shaoran... no sabes como...!-pero fue callada por los labios ansiosos de él. Que la contagiaron con su emoción ¡no había necesidad de decir algo más! Él quería besarla, y entender que de verdad estaba ahí, que no era un simple sueño como tantos que había tenido, de un momento a otro, comenzaban a jugar entre ellos.

-yo también te extrañé-gimió mientras, ambos y sin vergüenzas caían sobre el lecho matrimonial. Él la recostaba y acariciaba como si fuera la primera vez que lo hacía, y tal vez tenía razón... tanto tiempo sin estar con ella...

Sakura se sentó y luego se puso de pie.- ¡tomarás una baño de agua caliente y...!-pero Shaoran a la misma velocidad se había puesto de pie para retenerla.

Dispuesto a seguir cualquier orden que ella le diera.

-te necesito...-acarició su cuello, quitando los delgados cabellos que ahí descansaban, sus labios fueron a parar ahí, en tanto Sakura solo gimió con debilidad, expuesta a rendirse y servirlo.- te necesito ahora...-dijo sobre su piel.

-tienes que descansar...-susurró sonrojada guiándole al baño.- alístate, yo iré a preparar todo...

Mientras iba y venía; localizó la florecilla en el suelo.- gracias... lo regresaste a mi lado-dio un suave beso a los pétalos y luego con la misma delicadeza que la caracterizaba la colocó en su lugar inicial. Entre las hojas de un viejo libro romántico, que su padre le había regalado hacía años.

Shaoran sintió la gloria cuando tomó el baño caliente, su cabello brillo con la intensidad que Sakura conocía. Cambió su vestidura de seis meses por su ropa de cama, Sakura no se cambió de ropa hasta que lo dejó dormitando bajo las cobijas, después de haber cenado.

Cuando terminó de atenderlo, se recostó a su lado ya cambiada, y abrazándole por el pecho pensando que dormía... aun no era ni medio día y ya estaba recostada con la ropa de cama, lista para dormir en cualquier momento.

Estaba ahí.

Sakura parpadeó como si de un momento a otro su esposo fuera a desaparecer de su lado. De pronto sintió los labios masculinos sobre su garganta blanca.- te adoro...-suspiró Shaoran abrazándole con delicadeza, como si pensara que al tocarla se quebraría- te amo... te necesito... mi Sakura... mía...-besó su cabello y sus orejas

Kimi wo kimi wo aishiteru
kokoro de mitsumete iru
kimi wo kimi wo shinjiteru
samui yoru mo

Es a ti, es a ti
a quien amo,
mirándote fijamente con
mi corazón.
Es en ti, es en ti
en quien creo,
incluso en la fría noche.

-yo también, te necesito...-dijo moviendo su cabeza, de pronto volvía a sentir mucho calor. Rió mientras lo abrazaba emocionada, y él se atrevía a besar sus labios una vez más, entre las risas de ella.

Li no tardó en dominarla en el lecho que compartían.- te dije que volvería... ¿dudaste?-acarició el contorno de su rostro mientras las manos de ella acariciaban su pecho sobre su ropa.

El brillo de los ojos verdes le dieron la respuesta.- te veía tan distante,... al principio... no... ¡pero ahora!-se abalanzó sobre él, totalmente emocionada. Estando sobre él, este no le soltó y sus caricias se volvieron más intensas, hasta que Sakura tuvo que quedar por necesidad debajo de él.

Tatoe ashita nakushite mo
anata wo ushinatte mo
dekiru kagiri no egao de
kagayakitai

Incluso si lo pierdo todo mañana
y te pierdo a ti también,
sólo quiero ver tu cara sonriente
durante tanto tiempo como pueda.

Namida de ima yobikakeru
yakusoku nado iranai
kimi ga kureta taisetsu na
tsuyosa dakara

Ahora, con mis lágrimas,
te lo pido,
no necesito ninguna promesa,
porque tú ya me has dado
valiosa fuerza.

Cuando menos lo esperó, estaba siendo de nuevo su mujer. Entre las caricias y los besos que se repartieron, suspiraron y fueron felices mientras se amaban. Cuando su capacidad humana no les permitió seguirse amando físicamente, Shaoran pudo abrazarle y jugar con su cabello castaño, en tanto ella se aferraba a su pecho desnudo.- supongo que debió ser horrible, ver fallecer a tanta gente.- comentó en un momento en que conversaban. Era al menos medio día; y con seguridad planeaban quedarse ahí todo el día.

-si, en eso tienes razón.-murmuró el hombre acariciando su cara.- pero creedme que me dolió aun más no estar a tu lado.-los ojos de Sakura brillaron por sus palabras mientras Shaoran se dispuso a explicar.- es verdad que estimo a cada uno de mis subordinados, aunque no falta algún desordenado...-rió recordando a algunos hombres, cuyos expedientes no le resultaban complicados, sino más bien divertidos.- es verdad que muchos murieron... pero el sentimiento que tengo por ti... no se compara con nada, Sakura. Con nada.

Su esposa volvió a besar su boca con gesto soñador, mientras se cobijaba a su lado. Y este le recibió gustoso.

-será mejor que descanses...- con la suave yema de sus dedos, acarició su rostro, pronto el muchacho se adormeció.- te amo...-besó su mejilla, y después acurrucó su cabeza bajo la de él. Los brazos del hombre la rodearon por completo, de un momento a otro sintió como Sakura ya dormía y como él pronto también.

Sus ojos se iban cerrando lentamente; hasta que un último pensamiento se generó en su mente...

Hitomi de ima yobikakeru
yakusoku nado iranai
hitomi de ima te wo nobasu
samui yoru mo

Ahora, con mis ojos,
te lo pido,
no necesito ninguna promesa.
Ahora, con mis ojos,
te tiendo mi mano,
incluso en la fría noche.

-yo también te amo...

OoOoOoOoO Canción: Yakusoku wa iranai de Tenkuu no Escaflowne.

Aquella noche en su hogar de nuevo, se sentía extraño. Había cenado en compañía de su madre, su cuñado y Katsumi (quien se ofreció a pesar de los reclamos de Tomoyo y Aoshi), ha hacer la cena y se sentía extraño el no estar en casa de Sakura que por tanto tiempo, fue también su hogar.

Ahora la casa Hiraguizawa se sentía vacía. Pensaba en Sakura: de seguro se sentía igual que ella: sola. Después de todo, se había marchado incluso con Katsumi quien se había convertido en la compañía de la joven aunque la prometida de Aoshi prometió ir a la casa temprano en la mañana, cumpliendo con sus labores de Ama de llaves (se cansaban todos de decirles que era mas que eso, pero la joven dijo que solo renunciaría cuando el señor Li- quien era quien la contrató- decidiera prescindir de sus servicios).

Bajó los escalones no soportando quedarse mas en su cama. Encendió la chimenea a puro esfuerzo dado su estado avanzado y con el avanzar del reloj del salón (el cual escuchaba) , se sentó en el sillón favorito de su esposo cubriéndose con una manta.

No sabía cuanto tiempo estuvo así. Fue entonces cuando escuchó los pasos de corceles que avanzaban a toda prisa por la calle. No procuró escucharles mas volviendo su mirada a la chimenea y consolarse con los recuerdos de los días al lado de su esposo. Fue cuando sintió un movimiento en su vientre y sonrió.

-¿Estás tan inquieto como yo? – preguntó acariciando su vientre y no evitando sentirse nostálgica. tomando un largo silencio sintió de nuevo aquel movimiento y dijo.- ¿qué tal si te canto algo? ¿Te irás a dormir?

El crispar de los leños en la chimenea fueron los que, interrumpían su melódica voz al iniciar aquella canción.

tasogare utsuri yuku koro machijuu ni kirameita

ikusen no TOPAAZU ga kyou mo sabishi gari o yonderu

When the city catches the rays of the twilight sun,

it shines.

Thousands of topaz

are calling out loneliness once again...

Su caballo se detuvo frente de la residencia. No se veían luces encendidas, mas allá de una tenue luz que provenía del salón. Pero la veía a duras penas a través del cortinaje. Fue ayudado a descender por un cabo que le preguntó.- ¿quiere que le ayude a ingresar General?

-No gracias- dijo con una alegría que no podía ocultar. ¡ya no podía esperar a ver a su esposa! -¿Todo bien Yamazaki? – preguntó a su subalterno que permaneció en su corcel.

-Si mi General- declaró el sujeto sonriéndole sutilmente.- Iré al cuartel y de ahí me marcharé a casa...- dijo en un suspiro.- Finalmente...- viendo detrás la residencia del hombre de mirada azulada.- ¿estará contento de estar en casa?

Eriol agarró la vara de un árbol que le ayudaba a sostenerse por sus heridas. Asintió y dijo sonriendo.- Ve a casa Yamazaki...

-Buenas noches mi General.- se despidió y el Cabo también marchándose en la oscuridad. Su caballo fue atado en el enrejado y lentamente cojeando, se dirigió a la puerta de su residencia con mirada soñadora y deseos mas que nunca de vivir.

dare ka soba ni inai to kokoro ga kiete shimau kara

zawameki ni toke kon de ai o sagashiteta

With noone beside me,

my heart would disappear,

so I dissolve into the noise of the city,

searching for love.

Con lentitud, abrió la puerta y una voz melancólica llegó a sus oídos a la par que ingresaba. Buscaba el origen de aquella voz tan conocida para él.

waiting for YOU anata ni deaete

suteki na nukumori shitta

hageshiku toki ni ha yuru yakana toiki no RIZUMU

I'll be waiting for YOU I need your love everyday

kawaita karada no naka de atsuku ugoki dashita kodou ni

yasuragi sae mo kanjiteru yo

Baby waiting for YOU When I met you,

I felt a wonderful warmth.

Intensely, with sighs

sometimes coming in a calm rhythm...

I'll be waiting for YOU I need your love everyday

In this impassioned beat that's begun to throb

within my parched body,

I can feel peace.

Se dirigió al salón mientras trataba de no interrumpir aquella canción de su amada esposa. Vio la figura (cubierta por la cabecera del mueble) que delante de la chimenea que con su hermosa voz recorría toda la casa. Aun no lograba verle. Pero quería disfrutar de su hermosa interpretación.

Lejos de lo que ocurría en el salón, Katsumi abrazada de Aoshi despertó ante la hermosa voz que viajaba a los rincones mas pequeños de la residencia. Con un movimiento suave, se separó un instante de Aoshi y este se despertó murmurando entre sueños (luego de lanzar un gemido de incomodidad)- ¿qué, que pasa? Vuelve aquí...- al notar que Katsumi se alejó de él y encendió un candil a pasos de su lecho.

-Escucha Aoshi...-declaró ella con un dejo de voz y el joven rezongando aun, prestaba atención a lo que le decía la muchacha.- ¿No es la señora Tomoyo?

yoru o yure ai nagara subete o kasane ai nagara

genshoku ni kawatte yuku omoi ha tomaranai

These feelings that turn into primary colors

while shaking the night

and making everything overlap

can't be stopped.

-No es "la señora Tomoyo" – dijo incorporándose igual que la joven. – Es Tomoyo... y parece que canta... ¿Adonde vas? – viéndole y colocando un gesto de incomodidad, ella colocarse una bata sobre su ropa de dormir.

-Tiene que irse a dormir. –declaró.- Está bien que se sienta inquieta pero es malo para el bebé.- Aoshi comprendió lo que su amada decía y se incorporaba para acompañarle.

Ella le miró extrañada y él replicó.- Mientras mas pronto podamos llevarla a dormir, mas pronto estaremos nosotros dormiditos uno al lado del otro...- sonrió. Ella agradeció sus intenciones.

waiting for YOU kotoba ni naranai

hajimari no yokan no naka

yasashiku fure au kuchibiru ni ai ga afureteku

I'll be waiting for YOU I need your love everyday

hitomi o tojireba wakaru kono mune ni mo kono suhada ni mo

subete o tsutsumu anata ga iru

Baby waiting for YOU As I'm gripped by the strange feeling

that something is beginning, yet can't put it in words,

love overflows

from our gently touching lips.

I'll be waiting for YOU I need your love everyday.

When I close my eyes, I understand.

In my heart, and on my bare skin,

you are there, enfolding everything.

Ella se encontraba con sus ojos cerrados disfrutando del significado de aquella canción y recordaba los momentos al lado de su esposo y su actual ausencia. Hacía tanto tiempo que, no había recibido los ánimos de cantar. Pensando que, ya era suficiente por aquella noche, (y sintiéndose tranquila) se puso de pie dejándose ver en la silueta iluminada por la hoguera su ensanchado vientre.

Desde la oscuridad, Eriol se quedó perplejo. ¿En verdad había pasado tanto tiempo sin su presencia? Sin verle... en todos aquellos meses, se había vuelto tan hermosa. Se quedó hipnotizado en la oscuridad viéndole y de repente, todo tenía una razón verídica: había sobrevivido por ella. Por aquel momento. Por verle allí.

Tomoyo sintió aquella figura que le observaba y en un instante pensó que era Aoshi. Declaró sonriendo sutilmente.- Lo siento... no pensé que cantaba tan alto... ¿los desperté? – fue entonces cuando, escuchó un ruido sordo detrás de los pasos que avanzaban para dejarse ver a la luz. Eriol no se sorprendió que le confundiera con Aoshi. De todas maneras, no se imaginaba su regreso. - ¿Aoshi desde cuando usas bastón? – preguntó no imaginándose que una vez la persona se aproximó lo bastante para que ella le reconociera, toda su alegría fue total, precedidas por un nerviosismo y sorpresa que reflejó en sus ojos.

Delante de ella a menos de dos pasos, se erguía la figura de su esposo. Venía con el cabello descuidado. Tenía una sombra de barba en su rostro, se notaba muy delgado, muy harapiento. No le importó porque era él a pesar que estaba algo descuidado y harapiento. pero lo que le identificó fueron aquellos ojos añiles que le miraban con todo el amor que siempre expresaron para ella.

-...Eriol...- dijo ella en un murmullo con los ojos embargados de lagrimas. El se abrazó a ella soltando el bastón que cayó con un ruido sordo en el suelo. Fue besada una y otra vez en su rostro en sus mejillas y en sus labios, no evitando sentir un estremecimiento al verse rodeada por los brazos masculinos de su esposo.- ¡Finalmente estás aquí!- dijo en conclusión sollozando ella. No era la única: Eriol gimió de alegría y finalmente de paz.

-¡te extrañé! – dijo el hombre creyendo alucinar. Pero era tan real: el aroma de su esposa, su calidez sus brazos... sus besos.- Te amo... ¡Dios como te extrañé!

A Eriol le costaba trabajo pues el ensanchado estómago de Tomoyo no le permitía aferrarse totalmente a ella. Fue entonces cuando miró abajó y tocó con sus manos el vientre de su esposa y lo besó, arrodillándose aun abrazándole y con su cabeza pegada en su vientre. Ella lloró ahora con mas ganas y acarició sus cabellos maltratados por el sol, la intemperie y las inclemencias de las estaciones que habían pasado en el desierto y otros lugares.

Aoshi no creía la imagen que se desplegaba delante de él. habían bajado a convencer a su cuñada que fuera a dormir y ahora, veía allí la representación mas clara del amor sin condición. Katsumi apretó su mano en señal de apoyo y mirando los ojos de Aoshi estaba igual que ella: emocionada.

Unos momentos pasaron y cuando Eriol se incorporó notó la presencia de ambos jóvenes. Hizo una señal con la cabeza a su hermano y este librándose del abrazo con Katsumi y lanzándose a los brazos de su hermano.

¡Por fin la espera había concluido!

Liberándose del abrazo de Aoshi. Observó a Tomoyo y acarició su mejilla. Entonces, miró atrás: observó la fiel doncella de Shaoran Li que con lagrimas en sus ojos le veía con inmensa alegría. La alegría que compartía con su hermano.

-Familia... ya estoy en casa. – haciéndole una señal que se acercara y le abrazó con afecto fraternal.

Canción " Waiting for you" de Sudou Akira

Meses después...

-creo que es buen momento para celebrar.-sonrió Eriol mientras tenía una copa levantada; a la cabeza de la mesa larga y que tenía un mantel blanco. Los platos estaban ya servidos y las copas estaban llenas, en tanto todos la tenían también levantadas imitándolo.- han pasado dos meses desde que Corben fue derrotado... y ahora, podemos vivir con calma los más gloriosos días de Azzarello.- todos los presentes sonrieron dándole la razón por completo.- ¡¡brindo por nuestra felicidad! ¡Y que los días por venir sean tan maravillosos como este! ¡un brindis por la vida!- todos chocaron sus copas contra la de los demás, para luego beber con elegancia, los músicos comenzaron a tocar. El sol resplandecía a más no poder, pero a pesar de eso no tenían calor; la comida al aire libre se llevaba en completa armonía, festejando la completa restauración de Ghibli y Azzarello.

Cuando la comida terminó, comenzaron los bailes, la mayoría de la gente era militar con diferentes rangos; pero todos se unían para celebrar aquella felicidad. El anfitrión era ni más ni menos que Eriol Hiraguizawa que celebraba un evento en especial...

El nacimiento de su bebé, hacía dos meses...

Admiró a Tomoyo que llevaba su cabello oscuro recogido en un moño alto, con un collar adornando su garganta, y su esbelta figura había regresado como si nunca hubiera estado embarazada. Arrullaba a una bebé que intentaba dormir, sus ojos amatistas, idénticos a los de su madre, miraban con atención el rostro de la mujer, mientras ella decía cariños.- es encantadora...

Tomoyo sonrió cuando su esposo estuvo a su lado, sentado. La bebé buscó el rostro de su padre, reconocía a la perfección su voz clara y firme, pero a la vez cariñosa.

-¿te estás divirtiendo?-preguntó su esposa cuando le abrazó por los hombros, y ella recargó su cabeza en su pecho.

-Bastante, y me alegra que nuestros amigos también lo hagan.- miró a un lado admirando a Shaoran conversar y bailar con Sakura, en tanto ella reía. Fujitaka cuidaba de Akio mientras hablaba animadamente con Wei recordando viejas épocas, más lejos estaban Touya y Kaho disfrutando de la música y de ser por momentos una pareja; ya que el bebé les robaba la mayor parte del tiempo...- Aunque, no puedo dejar de extrañar a mi hermano.- comentó.

-Sabes que, Katsumi y Aoshi aun no regresan de su viaje de bodas...- sonrió ella.- Se casaron no hace un mes, pero Aoshi aseguró en su última carta que estarían de vuelta ya, para la próxima semana.

-¡A con ese hermano mío!- murmuró Eriol sonriendo a la nena que su esposa aun tenía a su pequeña en brazos. – Ahora que hay paz, ha decidido sacar a Katsumi a conocer parte del mundo. Después se dirigirían a la hacienda y allí durarían unos días mas, antes de volver aquí. Aunque lo comprendo.- Tomoyo le sonrió.- Estar al lado de quien uno mas ama, es irremplazable. Quiere que cada minuto cuente para siempre.

-Si pero tengo que admitir que te tomó de sorpresa el hecho que Katsumi viviera con tu hermano.

-¡De Aoshi no lo esperaba! ¡Tampoco de ella! Es decir, se que lo tomé un poco difícil al principio, pero...

-¿un poco Difícil? – sonrió ella al lanzar aquella pregunta.- ¡Apenas a los dos días de estar en casa, fue que te diste cuenta! Y cuando te diste cuenta, preguntaste e hiciste un drama de que, según tu, Aoshi se casó sin tu presencia. Después esos comentarios de tu parte... – le sancionó.

-Estaba en reposo y estaba aburrido. Recuerda que me dieron licencia de descanso. Tenía que, entretenerme en algo... y además, si me cayó de sorpresa. No era que caminaba toda la casa... para enterarme que Katsumi vivía con nosotros- sonrió él.- Además fue bromeando.

-Pero Katsumi por poco se moría de la vergüenza con tales comentarios, aunque sabía que, no lo decías por mal. Hasta Sakura, lo aceptó sin muchos aspavientos. Pero a ti te complació ver a ambos en tal apuro tratando de explicarte porque las cosas se dieron con ellos de esa manera. ¡Pobre Aoshi! Pensaba que, se moriría ahí mismo.

Una voz femenina los interrumpió diciendo.- ¿Pero que esperan para bailar? – era Sonomi sonriente a ambos padres- Denme a mi nietecita.- tomándole de brazos de su hija y declaró.- Y vayan a bailar. –Eriol le agradeció con una cabezadita y dirigió a su esposa a bailar.

-Es cierto.- declaró el General con aire soñador.- Me gustaba molestarlos con tales comentarios... se me tendrá que ocurrir algo nuevo para inquietarlos y ver aquellos apuradas miradas de ambos.- rió. Haciendo sonreír a su esposa. Y observando a su hija en brazos de Sonomi declaró con mirada brillándole.- ¡Ya se! ¿qué te parecería un nuevo sobrino?

Tomoyo pensó que si Eriol comenzaba a inquietar a su hermano y a su cuñada, desde que regresasen de su viaje, los siguientes meses en efecto, serían inolvidables. En verdad, ver a Eriol ya totalmente recuperado y tan animado como antes, era la muestra que la era de paz venidera traería mucha felicidad a su alrededor.

Dirigió su mirada a su prima de ojos verdes que en aquellos momentos bailaba muy cerca de su esposo. Entonces sintió que ya nada podía estar mejor, regresó su atención a su esposo que se movía animadamente.- yo también estoy feliz por ellos...

Los ojos castaños del hombre conocido como el Coronel Li, admiraron toda la panorámica desde su posición.- ¿te preocupa algo?-inquirió su esposa mientras estaba en sus brazos, bailando lentamente.

Shaoran negó con la cabeza y sonrió, ella le devolvió el gesto.- me alegra estar aquí...- Sakura recargó su cabeza en su hombro, mientras el hombre acarició secretamente su vientre.- y que nuestro bebé esté en camino.- la señora Li se sonrojó pero igual asintió dando un fuerte suspiro.

-Tal vez las cosas ya no sean como antes.-dijo cuando la música cesó, y tomada de su brazo se encaminaron ambos a sentarse, en tanto el sol se ponía para dar paso a la noche llena de estrellas.

-¿por que lo dices?-preguntó Li, nunca llegaron a la mesa. En cambio, abrazados como estaban pudieron ver como el sol se ocultaba lentamente, las manos de Li no se retiraban del vientre de su esposa, tal vez protegiendo a su hijo inconscientemente.

Sakura sonrió mientras levantaba levemente su rostro, y podía mirarlo a los ojos. Los cuales centellearon al mismo tiempo y cuando sus miradas se conectaron.- siento... que seremos aun más felices de lo que somos ahora.-sus ojos esmeraldas miraron como la oscuridad comenzaba a predominar en los jardines- Con nuestro bebé y nuestros amigos... ¿lo seremos, cierto?

Shaoran besó sus cabellos casi con devoción.- eso no lo dudes... nunca lo dudes...

FIN...

-¿eso es todo?-inquirió la pequeña mientras se levantaba, un tanto fastidiada. Aunque al final lo pensó mejor.- no pensé que esa fuera la historia de nuestros antepasados.

-ya ves que tuvieron que pasar muchas cosas para que estuviéramos aquí.- sonrió la anciana, poniéndole un suéter rosado a su nieta, en tanto la niña solo pensaba- ¿y al final te gustó, Yumi?

-no me quejo-dijo encogiéndose de hombros, si, le había gustado pero admitir ese tipo de cosas no era su virtud.- ha habido mejores pero si, estuvo bien.

-me alegra-dijo entre risas la mujer mayor abotonando la prenda.

-vamos Yumi, es hora de irnos.-sonrió la mujer de ojos castaños y mirada suave que cargaba a un bebé varón a cobijado y que miraba con simpatía todo a su alrededor con sus ojitos castaños, en tanto su marido de ojos verdes y cabello marrón sonreía.- muchas gracias por cuidar de nuestra pequeña esta tarde, señora Li.

-sabes que es un placer cuidarla.- sonrió mientras la niña era tomada en brazos por el hombre.- hijo recuerda que hay reunión de los Li dentro de un mes.

-no lo olvidaré, madre.-sonrió el de ojos verdes, en tanto se dirigían a la puerta seguidos por la amable ancianita.- te vendremos a ver otro día.

-¡adiós abuelita!

Sábado 30-Abril- 2005. 9:07 p.m.

Versión definitiva: viernes 12-Julio-2005, 10:12p.m.

Hola hola hola!

Y aquí estoy de nuevo, después de tanto tiempo pero lo juro he andado con el tiempo corto, tanto que casi no pude arreglar los últimos detalles, verán, empecé las vacaciones desde hace un mes y me he apurado lo más posible, pero también estaba la cosa de que he estado viajando cada semana ida y vuelta a diferentes partes y eso no cambiará hasta dentro de otro mes, que regreso a clases. Lo que tengo de mi parte, o tenía es que esto ya estaba terminado, solo era mejorarlo, perfeccionarlo y hacer los ajustes necesarios.

¡No tienen idea de lo que he sufrido para escribir las últimas escenas! Y es ahí donde entra mi beta durante todos estos meses: Crystal ¡gracias amiga por tu apoyo incondicional, hasta el último momento ya sabes que este fic va para ti! Ella me apoyó con la idea, de hecho quería que ella la escribiera y me animó para hacerlo y no tienen idea de como le agradezco eso, sino fuera por ella quizás no conocería a la mayoría de las personas que ahora conozco.

También tengo que mencionar que, no he contestado reviews puesto que me he enterado que han quitado historias por esto, pero igual les agradezco a todos, espero que no suceda nada malo. Kary, Rowe and Danny, Hope Li Gabby, ire yamichii, angel violeta, Undine, Celina Sosa, fion (respondiendo tu pregunta, que cuando la leí quedé igual de preocupada por cometer ese tipo de error, pero quizás no sucedió nada jeje la que tiene cuatro meses es Kaho :P y la que tiene tres es Tomoyo, disculpa si logré una confusión.) Aneth, chii, anonimoos, serenity princess, SachielitaX, y claro que Gaba X3 no se me olvida.

Creo que al final vimos como terminó todo, sabes kary? Yo también pensaba en dejar a Sakura en cinta, pero me pareció que mejor no, ya eran demasiadas chicas embarazadas así que pensé: ¿por que no esperar un poco más? Así aprovechaba para agregar la última escena en la que salen solos de SyS jajajajajaja 3:)

Pero de algo que me percaté es que me pedían que no muriera Eriol, ¿me creen tan villana:P quizás un poco ¡pero no es para tanto:S aunque siendo sincera en un borrador si me atrevía a matarlo, 3:) casi morí en garras de Crystal jajajajaja

Bueno pues, muchas gracias por su apoyo! No saben como lo agradezco no creí que esto fuera tan aceptado pensé al principio que solo ganaría la mitad de los reviews que actualmente están en la bandeja pero gracias a Dios todo salió bien.

Y no pierdan la pista por que el epilogo puede salir al aire en cualquier momento! De nuevo muchas gracias!

Los quiere,

Lady.

p.d. antes de que se me olvide, la canción que utilicé para la escena SS es de "la visión de Escaflowne" es el tema de entrada, está muy lindo ".." está tan lindo! En la escena de la conexión de Eriol y Tomoyo fue una mala traducción al español de la canción principal de la peli: "Titanic" y la última fue brindada por Crystal, nunca la he oído pero si a ella le gusta debe ser algo lindo.

Entonces ahora si me despido.

Por ahora... muajajajajajajajaja!