N/A: Bien, el segundo capi, espero que lo disfruten,
Querida Prima: Segundo capítulo: Los celos descubren a Kagura.
Cuando todos hubieron recuperado el conocimiento, Kagura comenzó a explicarles, ante la duda de todos, y en especial de cierto youkai de fuego, que se impacientaba.
-Mi nombre es Kagura, y en primer lugar soy la prima de Hiei-san. Como deben de saber, Hiei es hijo de una koorime, pero Hiei no sólo tenía una madre, si no un padre, el hermano de mi padre en cuestión, que ahora está muerto. El padre de Hiei, al igual que todos los de nuestra familia, puede controlar cierto tipo de fuego, y anhelaba poder conseguir utilizar, algún día, el kokuryuja, pero como les he dicho, él ha muerto.
La cuestión, es que mi padre también tubo una hija, una única hija, a quien había prometido en matrimonio a el hijo que tendría el padre de Hiei. No pueden imaginarse su decepción cuando se enteró de que las koorime habían condenado al pobre niño a la muerte.
Todos sabíamos que iba a morir, pero yo aún estaba segura de que seguía con vida.
Así que al llegar a la edad que ahora poseo, abandoné a mi clan, aún sabiendo que yo era la única heredera de las riquezas y tesoros que mi familia guarda desde tiempos antiguos.
Busqué por todo el Makai, pero nunca pude encontrarlo, tuve que vivir meses escondida en las sombras, matando y robando para poder sobrevivir, pero decidí que para finalmente encontrar a Hiei, debería implantarme un jagan.
Y el día en que lo decidí, la suerte me sonrió al descubrir que Hiei vivía en el ningenkai y que trabajaba para el Reikai, así que decidí pedirle al príncipe Koenma, hijo de Enma, que me uniera a su equipo de detectives espirituales, ellos aceptaron de inmediato, así que aquí estoy.-
Kagura concluyó, sintiéndose verdaderamente aliviada de haber concluido su relato.
Kuwabara se inclinó para verla mejor, ¡era muy linda!.
Kagura retrocedió con impresión, ya que hace unos segundos que Kuwabara tenía esa expresión embobada en el rostro.
Yusuke se dio cuenta y le dio un fuerte codazo.
-¡Auch! ¡¡¿Pero qué haces Urameshi?!! ¡¡¿Acaso ahora te dedicas a golpearme?!!-
Yusuke lo ignoró y adelantándose se dirigió a Kagura con una expresión preocupada en el rostro.
-Un momento, ¿dijiste que todos en tu familia utilizan fuego?¿Cómo es qué el tuyo es diferente que el de Hiei?-
Hiei emitió un gruñido.
Kagura emitió una risita un tanto divertida por las ocurrencias del ningen.
Era vago y ocioso suponer que todos en su familia poseían los mismos poderes.
-Pues no, no todos nosotros tenemos los mismos poderes, el mío sirve para curar y para matar, son cosas muy opuestas, pero es muy útil. El único problema es que para utilizar el fuego azul tengo que utilizarlo en algo, por ejemplo mis dagas y cuchillos, porque me mataría si lo uso directamente a través de mi. Los cuchillos y las dagas son muy útiles para mis propósitos porque pueden matar desde cierta distancia y aunque no tienen mucho alcance y no sirven en un combate directo.-
La chica concluyó a la vez que les mostraba su larga colección de dagas y cuchillos.
Hiei la observó callado, no le gustaba la idea de que aquella chica estuviese comprometida con él, ¿quién había sido el estúpido que había arreglado todo eso?.
Kurama frunció el ceño y preguntó:
-¿Cómo es qué pudiste vencer a ese youkai?-
Kagura adquirió una expresión de seriedad en el rostro que la hizo ver más madura.
-Siempre resulta difícil vencer a youkais como estos, porque distraen a sus oponentes con esa especie de marionetas para distraer a parte de sus oponentes, cuando son muchos, mientras que él lucha con uno sólo, concentrándose en debilitar su poder y sus ataques. Yo nada más puede vencerlo, porque no sabía que estaba ahí, no podía concentrarse en debilitar mis ataques si no sabía que iba a atacarlo.-
Kagura volvió a sonreír y miró a Hiei sintiéndose verdaderamente orgullosa.
-Me alegra por fin haberte encontrado primo-
Y sin más se abalanzó hacía Hiei y lo abrazó con fuerza.
Kurama, Yusuke y Kuwabara parecían estar conteniendo la risa al ver a Hiei con esa expresión desconcertada en el rostro, que ahora había tomado un color rojizo.
-....Quítate.....Kagura...-
Kagura obedeció a su primo y le sonrió con dulzura.
-¿Sabes que te quiero Hiei?-
-Hn-
-Pues te quiero mucho, Hiei-san...-
Kagura volvió a abrazar a Hiei, lo quería, ¿podría Hiei imaginarse cuánto había estado buscando para encontrarlo?
Su familia se podría muy contenta de que Hiei estuviese vivo, es más, en cuanto lo supieran, todos estarían pensando en el compromiso que se habían prometido ambos al nacer.
-¡¡Ya te dije que te quites!!-
Kagura se quitó como quien no quiere la cosa. ((N/A: mmm, no se, expresión muy mía, pero no se usa mucho, es como decir q....no quiere la cosa!! Jeje ¬¬U))
Kagura, Kurama, Kuwabara volvieron al ningenkai con un Hiei muy enojado.
Simplemente no podía creer que tendría que luchar al lado de esa entrometida que para mal de males, era su prima.
Al llegar al ningenkai, Kuwabara se despidió de todos porque tenía que ir a ver a Yukina para arreglar el casamiento que se haría el próximo mes. ((N/A: pobre Yukina! T.T, yo desearía q nunca!))
Entre tanto Yusuke se despidió para arreglar una cuestión, según él, muy importante con Kaiko, ya que habían tenido una discusión muy mala la anterior semana.
Así que a Hiei y a Kagura no les quedó más que quedarse con Kurama en la ausencia de Shiori, que en ese momento se encontraba de viaje.
Kagura tomó a Hiei del brazo con aire inocente y alegre.
Una chica que allí pasaba se rió, se adelantó hasta donde estaba Kurama, y le preguntó con aire divertido.
-Hola Shuichi, ¿quiénes son tus amigos? Hacen buena pareja.-
La chica rió y Hiei sintió deseos de matarla.
Kurama sonrió, y le dijo muy bajito para que Hiei no lo escuchase.
-Pues si que Tienes razón...-
-¡¡¡Kurama que acabas de decir!!-
Kurama negó con la cabeza y agitó sus manos nerviosamente.
-¡Nada Hiei!-
Hiei volvió a guardar la katana, y Kagura sonrió ante el comentario.
¡¡Qué chica tan agradable!!
Cuando llegaron ya era muy tarde y se dispusieron a dormir, y Kurama agradeció tener siempre dos sacos de dormir en su casa, por si acaso...
A la mañana siguiente Hiei se despertó, y sin avisar a nadie, salió por la ventana abierta mientras todos dormían.
Hiei estaba preocupado por su hermana.
¿¿Cómo podía casarse con un idiota como Kuwabara??
-Buenos días Hiei-san.-
Hiei se sobresaltó, porque no era su hermana, si no su prima, y sin embargo por un momento creyó que era Yukina quien le hablaba.
-¿Qué haces?-
-Pues te ayudo, los primos deben ayudarse unos a otros...-
-Bueno, yo no quiero que me ayuden...-
En eso, Yukina parece, y los mira confundida, pero luego oculta una risita.
Hiei se cruza de brazos con una expresión casi fastidiada.
-Buenos días Hiei-san.- Yukina les sonrió a ambos- ¿Y tú eres?-
-Su prima...-
Kagura contestó con una frialdad que no era propia de ella.
¿Qué le sucedía?
¿Tenía....eso que los ningens le dicen celos?
¿Y además quién era la chica, la tal Yukina?
-¿Cuál es tu nombre?-
-Mi nombre, es Kagura, y si prefieren lo dejo sólos, para que hablen con más libertad acerca de cosas que yo no debería saber...-
Dijo arrugando la nariz, y apretando los puños.
Se alejó hacía la casa de Yusuke.
El chico le agradaba, y necesitaba que alguien la escuchase, probablemente Kurama estuviese en ese instituto al que los ningens asisten para estudiar, pero Urameshi tenía fama de escaparse a clases.
Se alejó apretando los dientes, ¿cómo podía ser qué Hiei hablase con esa chica después de que ella le dijese que lo quería?
Luego se detuvo a pensar.
¿O era qué Hiei no le quería?.
No, tenía que volver, no podía dejar a Hiei así.
Así que volvió.
-Hermano, se que no quieres que me case, pero yo lo quiero...-
-Hn...-
Kagura se detuvo, saboreó el momento, ¿sus oídos habían escuchado bien? ¿le había llamado hermano? ¿se casaría pronto?.
Se veía a la legua que Hiei no la quería de la manera que había pensado, nunca se había imagina aquello.
Eso no cambiaría que la chica le agradase más, porque era una koorime, las koorime eran las que habían condenado a un miembro de su familia a la muerte, y eso no lo perdonaría jamás.
Pero enterarse de una noticia tan suculenta de boca de la pequeña koorime era magnífico.
Así que apareció por detrás de los arbustos con una sonrisa triunfal.
-Hola de nuevo, ¿hablaron?, disculpa Hiei, pero me gustaría hablar unos segundos a solas con Yukina-san.-
Hiei se encogió de hombros.
-Por favor Hiei-san....-suplicó Yukina, Hiei se alejó gruñendo y bajo protesta y Kagura se dirigió al templo con Yukina con una sonrisa triunfal en el rostro.
Al día siguiente todos se extrañaron de la sonrisa de Kagura, inmensa, triunfal, mientras que Yukina, parecía estar muy, temerosa por así decirlo.
¿Qué habría echo Kagura?.
Todos se habían reunido, porque Yukina estaba en peligro, ya que pensaban que unos youkais enemigos de Hiei planeaban secuestrarla.
Pero Kagura no parecía importarle, así que cuando todos después de discutirlo se hubieran ido, Kurama miró a Kagura con seriedad y le preguntó.
-¿Qué le hiciste?-
-¡Es verdad! ¡¿qué le has hecho?!-
Hiei gritó con fuerza, ¿qué rayos le había pasado a su hermana?
Pero aún así, Kagura sonrió y negó con la cabeza, pronto lo sabrían.
N/A: bien, espero que les haya gustado este capi, a mi me gustó muchio escribirlo y poner celosa a Kagura, para todas las que dijeron que Kagura se enamoraba de Hiei tenían razón!!
Bueno, este es el segundo capi, que espero que les haya gustado.
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Nasaki
