Cuando en un país, un recurso primordial escasea, uno de los procesos a llevar a cabo es importar dicho producto o recurso desde otro país. Lo mismo suele pasar con la mano de obra, ya que por lo general es más barata que la local. Fue por esta clase de procedimientos, que sucedía el tipo de cosas que estaba viendo ahora mismo, supongo.
Mis sentidos fueron rápidos en ponerme al tanto del grupo de personas a unos cuantos metros más adelante. ¿Cómo supe que no eran locales? No tenia tanto que ver con la apariencia de estos, más bien con su modus operandi, que se basa en lanzar calzado con los cordones amarrados al sistema de cableado eléctrico. Esto, por supuesto, no funcionaría en este país, dada la rigurosa limpieza de las calles, pero ellos parecían no conocer ese dato. Supe que llegamos en un mal momento, y me puse el casco inmediatamente. Lo mejor era no mostrar tu apariencia a estas personas, en especial si esta ruta es cercana a tu casa, por lo que susurré a Yuu que hiciera lo mismo.
La lámpara a nuestro costado parpadeaba, lo que parece haber llamado la atención de uno de los maleantes que informó a sus compinches y comenzaron a avanzar hacia nosotros. Arrebaté el casco de las manos de Yuu, lo que la sorprendió, pero sin perder el tiempo, lo coloqué en su cabeza, y en consecuencia, mi mano fue abofeteada luego de esto. Yo podía entender que fui muy rudo al hacer eso, pero era un pequeño precio a pagar que aceptaría gustoso.
— ¿Qué tenemos aquí?— habló uno de los sujetos al estar a unos 30 metros de nosotros, por lo que Yuu giró ligeramente su vista a ellos, erizándose al entender la situación.
¿Por qué no simplemente correr en la dirección opuesta? Bueno, tengo bastante experiencia en las calles, y este tipo de situación. Yo esperaba, en cualquier segundo, a otro de los aliados de estos tipos, llegando de detrás de nosotros. Es algo que siempre, e invariablemente, sucedía, y no estoy seguro si es porque es algo que aprenden en sus clases de maleante 01, o el mundo mismo empuja a este tipo de situaciones.
Ignorando a los que se acercan de frente a nosotros, vi por encima de mis hombros, y para mi sorpresa, no había nadie. Esto, que debería ser lo absolutamente normal, ¡solo podría atribuirlo a mi suerte! ¡Podría salir de esta sin revelar nada delicado de mí! Volví mi mirada al frente, y ellos estaban ahora a 15 metros.
—Yuu, escúchame. — Susurré. Yuu caminó a mi lado, colocándose ligeramente detrás de mí.
—Corre, ve a casa de Kominato-san, yo los distraeré un momento. —
—Pero ellos...— intentó replicar.
—Ninguno de ellos es un atleta con un tiempo como el mío en la pista. Los dejaré atrás, pero me será difícil si sigues aquí, por favor, vete. — 5 metros.
Ella miró entre mí y los tipos, 7 sujetos que comenzaban a desplegarse a los lados, con la intención de rodearnos, cuando ella asintió. Dudó un segundo, pero salió disparada en la dirección por la que vinimos.
El más cercano intentó correr en su dirección, pero en esta calle estrecha, solo tuve que dar un paso a mi costado, y su ruta se cortó efectivamente, haciendo que me lanzara una mirada furiosa.
— ¡Quítate del camino, Capullo!— gruñó en español, mientras sacaba una navaja. Entonces, abofeteé la navaja con la palma de mi mano, arrancándola de su agarre, y luego abofeteé al tipo con el dorso de la misma, haciéndolo caer al suelo.
—Jajajaja, ¿es una broma? ¿En serio, Brayan?— dijo uno de los extranjeros, también en español. Noté algunos de ellos burlándose entre ellos en ingles del tipo en el suelo, por lo que, la importación de mano de obra, es bastante variada.
Fantástico, ¿Estaban importando Brayans ahora?
— ¡No digas mi nombre idiota!— dijo el Brayan levantándose, mientras frotaba su mentón.
—Mierda, creo que este es el tipo del que nos contaron. — Maldijo el que parecía el líder.
El grupo completo dejó de intentar rodearme y se puso a observarme con precaución. Algunos retrocedieron un poco, otros sacaron sus puñales.
El silencio bañó la zona, mientras la tensión crecía.
Bien, ya habían pasado unos 15 segundos sólidos desde que Yuu se fue, y creo que son más que suficientes para hacer distancia, así que, les daría una oportunidad a estos chicos para que sepan en qué se están metiendo.
Yo pensaba esperar a que la luz de la lámpara parpadeara nuevamente, y acelerar, de esa manera parecería que simplemente desaparecí en el aire, dándole así un susto de muerte a todos ellos.
Tensé mis músculos esperando ese momento, y justo cuando pensé que todo iba como se planea, supe que todo mi esfuerzo se fue por la cañería, cuando escuché pasos detrás de mí.
Mis hombros cayeron y mi mirada ya se estaba volviendo plana, cuando giré ligeramente mi cabeza, solo para confirmar lo que ya temía.
Inicialmente, pensé que ese maleante que siempre, siempre aparece detrás para evitar los escapes, era una situación invariable en cada una de las ocasiones, así que me alegré cuando, al fin, eso parecía cambiar. Sin embargo, me sentí muy decepcionado al estar en lo correcto, ya que no me equivocaba, simplemente, el tiempo de llegada de dicho maleante fue mucho más lento.
Allí estaba uno de ellos, con bastantes cicatrices visibles en su cara, sujetando a Yuu, con una llave de un brazo, reteniéndola desde su mano izquierda, la cual estaba doblada en su espalda, mientras con su otra mano, sostenía una navaja en su cuello.
El chico se burlaba, aunque no pude comprender completamente lo que decía, pero no fue necesario, ya que él daba sus intensiones a conocer, cuando pasó su lengua por el costado del casco de Yuu, la cual se crispó. El tipo tras notar su reacción solo se carcajeó. En serio, ¿estos tipos eran fabricados en masa en algún lugar?
Al estar a unos 5 pasos de mí, fue cuando parecía notarme y se detuvo. Sus ojos comenzaron a ampliarse grandemente por la sorpresa, pero luego parecía darse cuenta que este traje, no era exactamente el que usaba ahora.
Viendo detrás de mí, él pudo notar a todo su grupo, el cual aún estaba en una pieza, por lo que posiblemente dedujo, que yo no era nada de qué preocuparse, por lo que su sonrisa volvió.
—Eh chicos, parece que todos encontramos hoy algo con que divertirnos. — Su sonrisa se ampliaba de manera presumida.
Mi humor anterior se esfumó bastante rápido, y si soy honesto, me estaba irritando a una velocidad mayor a la que creí posible. Quizás se deba a que, fue gracias a su tardanza, que sucedió este problema.
—Pero yo tengo el premio mayor. — Completó lo que estaba diciendo, mientras remecía a Yuu de un lado a otro sin soltarla, para que sus pechos se movieran y rebotaran de manera que lo hizo babear. Ese punto fue claro al verlo fijamente.
—Ahora terminamos con este tipo y luego todos nos divertimos un rato, no seas tan egoísta hombre. — Respondió uno de los secuaces del otro lado.
Es como si la tensión que los carcomía antes se hubiese evaporado con la llegada de este tipo. Quizás porque era el verdadero líder, o porque tenía a Yuu de rehén, pero a ellos parece haberles crecido una espina dorsal.
—Bien, entonces encárguense de él, mientras tanto, yo iré disfrutando de mi premio. — Mencionó mientras presionaba el cuchillo más cerca del cuello de Yuu, haciendo que esta se congelara. Él soltó su brazo, pero por la proximidad del cuchillo, le era imposible escurrirse.
Luego el brazo libre se posó en el estómago de Yuu, y comenzó a subir lentamente, disfrutando de cada segundo. Yo ni siquiera hice caso a los que se acercaban detrás de mí, en ese momento mi mirada bajo el casco, era tan fría como el ártico.
Pude ver en el reflejo del cuchillo de este sujeto, como uno de sus compañeros levantaba el puñal detrás de mí, y al mismo tiempo, este tipo despegó la mano del estómago de Yuu, y simplemente dirigió su mano para tomar uno de sus pechos en sus palmas.
Este fue el punto de ruptura para mí.
Aceleré, y quizás porque el mundo decidió tirarme un hueso, o quizás simplemente porque mi suerte actuó, la luz de la lámpara a nuestro costado se apagó por un segundo, el cual fue más que suficiente para mi, para llegar frente al tipo y agarrar la navaja por la hoja, y su mano por la muñeca, antes de que tocara el pecho de Yuu.
Para los maleantes, simplemente desaparecí de un lugar y aparecí en otro, pero dado ese segundo de oscuridad, les sería difícil de deducir lo que pasó.
Yuu tenía la cabeza medio inclinada y no reaccionó a la escena, lo que me hace pensar que tiene los ojos cerrados, esperando el momento desagradable.
— ¡Q-qué carajos!— gruñó el maleante en mis manos, mientras dejaba escapar algunos quejidos de dolor. Quizás apreté con más fuerza de la necesaria, pero no pude evitarlo, mis manos temblaban por una mescla de indignación e ira, pero luchando con fuerza conmigo mismo para no aplastar a este tipo. Sin embargo, parece ser el quejido lo que hizo que Yuu abriera los ojos, o eso mostró, ya que se sobresaltó, y luego de lanzarme lo que pensé fue una mirada de unos segundos, se apartó del tipo, al escurrirse a la derecha de este.
Cuando ella estuvo libre, y fuera del camino, simplemente hice una llave de judo, arrojando al tipo sobre la mayoría de sus compañeros. Fue cuando tomé la mano de Yuu, y tirando ligeramente de ella, salimos corriendo del lugar, dejando atrás a un grupo quejándose por el impacto de un cuerpo contra ellos.
Como me gustaría darles ahora mismo una paliza, pero mantener mi identidad en secreto, era también algo que debía hacer, y Yuu estaba aquí. Si me revelaba, ellos podrían considerar a Yuu como mi compinche o mi robín, por decirlo así, una que pueden vencer, y buscar las pistas de la Ranger amarilla, la cual, con seguridad, no sería muy difícil de encontrar si tienes las fuentes correctas.
La autopista no estaba muy lejos, por lo que estaríamos seguros al llegar allí, ya que difícilmente ellos nos seguirían a un lugar tan transitado.
Yuu gozaba de una muy buena condición física, por el hecho de que apenas mostró cansancio con el ritmo rápido que llevábamos, el cual, era una velocidad cercana a la que yo usaba en el club de atletismo.
Giré mi cabeza ligeramente para ver si nos seguían, y efectivamente, a unos 40 metros de nosotros, tres de ellos aún nos daban persecución, posiblemente los demás no se recuperaron tan rápido. Se mantenían en silencio, usando todas sus fuerzas para darnos alcance, y como se espera de este tipo de personas, sus piernas eran su punto fuerte, por lo que increíblemente nos mantenían el paso, y no creo poder presionar más a Yuu, la cual corría desesperada.
Sin embargo, afortunadamente no fue necesario que yo hiciera nada más. Un poco más adelante, saliendo de una de las calles rurales laterales, una pareja de policías montados, es decir, de esos que patrullan en bicicleta, se mostraban. Fueron tomados por sorpresa por el sonido de la carrera, y primero vieron confundidos en nuestra dirección, a una persona vestida como el vigilante local, y otra de un Ranger, correr hacia ellos, aunque la confusión no fue de larga duración.
— ¡Ayuda! — Gritó Yuu al percibir a los oficiales, los cuales pudieron notar a la pandilla detrás de nosotros. En este mundo, ciertamente podrías juzgar a las personas por las apariencias, en cuestión de criminalidad. Quiero decir, es como si tuvieran su propia diseñadora y estilista. Al menos en ese punto, el crimen era ciertamente organizado.
Uno de los oficiales desenfundo el arma de fuego rápidamente, mientras el otro colocó una mano en la radio en el cuello de su camisa, y pidió refuerzos rápidamente.
Tras notar al oficial, evidentemente armado con una pistola, de la cual ellos carecían, prácticamente derraparon para poder detenerse. En Japón, las armas de fuego no son algo que un civil pueda cargar legalmente, ni conseguir fácilmente, por lo que la mayoría de maleantes solo tendrán cuchillos y navajas.
—¡Alto allí, todos al suelo, ahora! — esa fue una orden que, por supuesto, fue ignorada en pos de correr en la dirección contraria. Dada su cantidad, era posible que uno o dos de ellos podrían ser detenidos, pero no todos, y no se equivocaban allí, especialmente tomando en cuenta, que esa era solo una pequeña fraccion de su grupo, ya que los demas se quedaron atrás.
El oficial salió en persecución de estos, y el segundo fue a apoyar a su compañero, al notar que las personas que pidieron ayuda no detuvieron su escape.
Al llegar a la avenida, inmediatamente cruzamos al otro lado, para tener una vista clara en caso de aun ser perseguidos por alguno de ellos. Es cierto, allí estaba la policía, pero había tantas intercepciones en esa zona rural, que podrían salir por cualquier lado.
Suspiré aliviado, ya que parece que lo que sucedió fue suficiente para perderlos de momento, a lo que Yuu, cayó de rodillas, aun sujetada de mi mano.
— ¿Te encuentras bien?— pregunté, con preocupación, de que aquel tipo hubiera hecho algo con ella antes de encontrarnos, incluso si el tiempo fue realmente corto.
Ella se quitó el casco para permitirse respirar aire fresco, mientras yo vigilaba que no apareciera uno de esos sujetos. Fue allí cuando vi a mi costado un salón de Karaoke.
Actualmente, no podría llevarla a la casa de Hinako, ya que, si uno de ellos la ve, eso podría ser un desastre en el futuro. Tampoco podía llevarla a su casa por la misma razón, y ni mencionemos llevarla a mi casa. Así que el salón de Karaoke simplemente funcionaria.
Este tipo de establecimientos habría las 24 horas, por lo que, al alquilar una de las habitaciones, podríamos relajarnos allí, no al cantar, sino al saber que nadie más nos verá, lo que es el punto importante en estos momentos. Tiré ligeramente de Yuu, ella podría descansar en este salón, y así podría planear más tranquilamente el siguiente movimiento a realizar.
Fueron unos 1000 yenes para ingresar y cubriría un buen par de horas, si tardábamos más, se cobraría a la salida. El precio era más alto de lo normal, pero eso era debido a que era fin de semana, pero no me importó. Yuu me seguía sin quejarse, viendo hacia atrás, aun temiendo ser perseguida. Me sentí realmente mal por ella.
Al entrar a la habitación pude relajarme. Las luces bajas, la música suave, y los cómodos asientos realmente ayudaron, los cuales no dudamos en usar. Entonces, con mi mano libre me quité el casco, mientras ella se había envuelto en mi brazo derecho por unos minutos. Traté con fuerza de ignorar el hecho de que mi brazo estaba entre su abundante pecho, solo separados por una pieza de spandex. Por suerte, pude centrar mi concentración en lo que se debería de hacer ahora, en lugar de en mis locas hormonas adolescentes.
Ella aún se veía afectada por todo lo sucedido, por lo que yo simplemente acaricié su cabeza suavemente para tratar de darle algo de comodidad.
Los minutos pasaron y sus temblores fueron disminuyendo. Realmente no sabía qué decir, ya que hubo un momento donde incluso vi lo que estoy seguro fue una lágrima deslizándose por mi chaqueta. Eso realmente mató cualquier otro sentimiento que no fuera la preocupación por ella.
Simplemente, me quedé allí, hasta que ella finalmente se calmara, por lo que luego de haber pasado unos 30 minutos y sus manos comenzaron a deslizarse hacia abajo, pensé que ya se había tranquilizado, por lo que suspiré aliviado.
—Te sientes mejor, Yuu?— sin respuesta. Fue cuando al fijarme con más detalle, ella parecía haberse quedado dormida. Todo lo ocurrido debe haberla drenado. Ella no parece del tipo de persona que se ve demasiado acostumbrada a situaciones como esta, y, sin embargo, cada vez que nos encontramos, pareciera atraerlas... o quizás soy yo quien atrae las situaciones, ya que en la serie, ella parecía tener una vida bastante pacifica, con excepción de un único evento.
Bien, no esperaba que se durmiera, pero tampoco podría culparla. Cada persona reacciona diferente a las presiones, lo que me sorprende es la confianza que tuvo en mí para quedarse dormida. La idea calentó mi pecho.
Con mi mano libre busqué mi celular. Parece que hoy no volvería a casa, así que daría la escusa de quedarme en casa de Kohta. Dada la hora, no recibí ningún tipo de pregunta, y solo se me deseo buenas noches. Mamá era realmente dulce, aunque desde el punto de vista de alguien más, posiblemente sea percibida como alguien permisiva.
En mi revisión, observé que tenía dos mensajes, y varias llamadas perdidas, pero claro, el sonido estaba apagado, ya que estuve en el cine.
Las llamadas perdidas eran de Oriha, unas 4 de ellas. Comenzaría a preocuparme de que algo sucediera fuera de mi conocimiento, pero entonces noté un mensaje de esta.
"¡Yahoo!~
¡Aki-kun! Sigo pensando que deberías ser un ídolo, pero seguro tendrás razones para no hacerlo... ¡ENTONCES! ¡Te daré una razón para serlo!
¡Hay un evento mañana donde varios ídolos darán un espectáculo, y yo debutare en una serie de televisión!
¡Te invito a que vayas y descubras lo genial que es! Para entrar, solo ve a la parte trasera y dile al guardia de seguridad lo siguiente."
Al leer las palabras que seguían, terminé con la lectura de ese mensaje, no quería continuar. Ahora bien, sé del evento del que ella está hablando, y es uno al que debo asistir, pero esto... era demasiado vergonzoso. Hice una mueca, debía ir. Incluso si Oriha lo hizo algo incómodo, había vidas en riesgo, si este evento sucedía como en la serie.
Volví mi atención al celular y noté que el otro mensaje sin leer era... oh, el mensaje era de Saya. Aparentemente, ella pudo hablar con Takashi, el cual confirmó que es poco probable que yo le pegara, ya que yo iba en una dirección de la cual él nunca perdió de vista, mientras el golpe fue por la espalda.
Bueno, esta era una buena noticia. Parece que Takashi saldría del hospital en pocos días. Sí, es como pensé, esto se resolvería pronto, y honestamente tenía algo de curiosidad sobre la persona responsable.
Envié un mensaje de vuelta, agradeciendo que me dejara saber, y deseándole dulces sueños. Quizás mis palabras elegidas en el mensaje fueron un poco demasiado endulzadas, pero al recordar su sonrisa de ese día, el buen humor volvió a mí poco a poco.
Supongo que solo me quedaba tomarme un descanso. Me aseguré de ponerle seguro a la puerta, así que no seriamos molestados, y por lo que veo, mañana sería un día realmente ajetreado, por lo que lo mejor sería descansar un poco. No era la manera más cómoda de dormir, pero cualquiera que haya logrado dormir mientras viaja en autobús, puede hacerlo en estos sillones que son sin duda más cómodos.
/-/
*Brrrrr Brrrrr*
El celular sobre un elegante, pero simple escritorio vibraba tras recibir un mensaje, y aunque la habitación en donde se encontraba parecía vacía, tras el sonido, una cabeza con pelo rosa se asomó desde el baño con bastante rapidez, mientras aún tenía en la boca un cepillo de dientes.
Los ojos de Saya se ampliaron y se apresuró hacia su teléfono, esperando alguna respuesta del mensaje que había enviado hace un par de horas.
Ella recibía pocos mensajes, ya que no tenía muchos amigos. Uno de ellos estaba en el hospital, y la otra, bueno, preferiría no pensar en esa idiota. Eso solo dejaría a sus padres, lo que se descarta, al no tener sentido, puesto que están en la misma casa, y deja a la persona que ella esperaba. Al ver la pantalla del celular, pudo confirmar su deducción.
Una sonrisa soñadora se escapó de sus labios. Si cualquiera de las personas que le conocen la vieran en este momento, no podrían reconocerla luego de tantos años con un ceño fruncido y una mecha corta para enojarse.
Esta semana estuvo repleta de tantas emociones, contradictorias entre sí, que no tendría problemas en compararla con una montaña rusa, pero de seguro, una con un final satisfactorio. Bueno, si ella era realista, el final aún no se mostraba, pero ella tenía cierta seguridad de su final feliz.
Es bastante impresionante la forma en que solo unos pocos hechos, pueden sacudirte tanto, en tan poco tiempo.
Su expresión volvió a una seria, y colocó el celular en el escritorio nuevamente, y posando una mano en su mentón, se dirigió al barcón de su habitación, sin importarle que estuviera actualmente en un pijama que se podría describir como ligero. Su pijama constaba de un pantalón corto rosa, así como una pequeña blusa blanca, ambas hechas de satín.
Al llegar al barcón, ella miró al frente, pero no se concentró en nada de lo que veía, estando inmersa en sus pensamientos.
Había algo mal aquí. En un solo día, ella pudo reunir lo suficiente para saber, que esto no era como lo querían pintar.
En la escuela, parecía haber un rumor sobre que Akihiko, como ella ya lo llamaba en sus pensamientos, tenía la cara desfigurada por un incendio hace años. No fue sorprendente para ella que, los que propagaban ese rumor era la mayoría del estudiantado masculino, y para ella la respuesta fue simple, envidia y celos. Estos solo serian algunos pocos ejemplos de las razones que moverían a los humanos a actuar.
Entonces, básicamente era alejado de los demás compañeros a base de rumores, manteniéndolo como un paria entre la mayoría, excepto su amigo, Kohta Hirano, y algunos del club de atletismo. Sí, ella investigó bastante el día anterior, cuando pensó que lo conocería.
Entonces, inicialmente intimidación, y ahora inculparlo de violencia. Alguien lo quería fuera, y las razones son las mismas deducidas anteriormente, ella estaba segura.
La razón del uso de una máscara no fue algo que ella considerara raro, ya que ella sabía lo que se ocultaba debajo, por lo que, pensó que era para evitar el acoso de otras chicas o chicos. Entonces Hirano Kohta derribó parte de esa teoría a la salida de su casa ese mismo día. Él simplemente dijo:
—Cuando él era niño, hubo un incidente con un pervertido que lo acosó por 2 años, y terminó realmente mal. No estoy en posición para dar a conocer sus secretos sin su permiso, por lo que perdonarás que sea tan vago al respecto. Es esa la razón del uso de su máscara, y el porqué te pedí que un extraño no ingresara a su casa. —
Un trauma lo suficientemente intenso como para llevarlo a rastra por años. Ella se estremeció al pensar en lo que debía acontecer para que eso sucediera.
Y, sin embargo, él ha demostrado ser increíblemente paciente, no solo por su pequeña rabieta en la mañana, sino también por... lo que Rei hizo. El ceño fruncido de Saya se hizo más pronunciado. No quería pensar en ella, o su proceso de pensamiento se detendría en solo maldiciones y reprimendas internas.
El mismo Akihiko confirmó que la máscara era de uso terapéutico en ese momento, por lo que más claro no podría estar. Aunque al salir sin la máscara, es posible que el tratamiento terminara, y él se encontraba mejor, lo que ella esperaba, pero también estaba el otro lado que era aún más posible. Él mencionó que fue expulsado del hospital donde laboraba, lo que, podría extenderse a perder sus beneficios médicos.
Un poco más tarde, cuando al fin pudo encontrarse con Takashi, parecía en una buena condición, si se compara con la manera en que ingresó, y simplemente con un yeso en el brazo. Él se notaba triste al no ver en ningún lado a Rei, y en menor medida a su otro amigo Hisashi Igo.
No solo por cortesía, sino también por respeto a su amistad, ella por supuesto comenzó la conversación preguntando por cómo se sentía. Luego de una corta charla, la cual parecía señalar a una pronta recuperación, era momento de las preguntas que ella tenía en mente.
—Entonces, ¿recuerdas lo que pasó?—
La mirada de ella se volvió indiferente, mientras arqueaba una ceja. Basado en el testimonio de Akihiko, ella supo que Takashi usó la información que ella había descubierto el día anterior, cuando ella dijo que había visto al príncipe en la escuela, para extorsionarlo, con un segmento de información que Saya no recordaba o no se había fijado en aquel momento, y usarla para alejarlo de Rei. Este último punto realmente no le molestaba, pero básicamente, él simplemente no pensó en sus sentimientos, y solo la usó, a pesar de que él conocía sus sentimientos por el príncipe, así como ella conocía sus sentimientos por Rei.
El parecía buscar las palabras, quizás no tan inconsciente como lo esperaba Saya. Mientras su mirada escapaba de Saya con una expresión contemplativa, abría y cerraba la palma de las manos entre la sábana, no sabiendo donde comenzar, posiblemente buscando que Saya dejara ir el asunto, o que preguntara algo más.
—No recuerdo mucho. — empezó.
—Descuida, simplemente rellenaré los espacios en blanco con la versión que él me contó. — Dijo, su voz, con un toque de sarcasmo, lo que hizo que Takashi la mirara con sorpresa.
— ¿Tú, fuiste a verlo?—
—Mi amigo de la infancia fue apaleado, y es quien fue acusado de eso, claro que iría a encararlo. — Replicó Saya sin perder el ritmo. Él la observó por unos largos segundos, donde al inicio parecía sentirse tocado por el sentimiento, luego la vergüenza comenzó a reflejarse en sus ojos.
—Saya, yo...—
—Tú me dirás todo lo que sucedió, ¿no?— interrumpió esta.
Saya sabía que este era un buen movimiento para que su amigo hablara, un tanto manipulador, ya que aludía a su camaradería, pero buen movimiento, no obstante. Takashi desvió la mirada de Saya, y bajando la cabeza avergonzada, él asintió. Fue así como el conto su versión de las cosas, en la que añadió, que ese tipo, como él lo llamaba, intentó intimidarlo.
— ¿Te refieres a cuando insultaste a su madre?— preguntó Saya con una ceja alzada. Mientras el ceño fruncido de Takashi se mostro, al sentirse atacado.
— ¡Oye, no sabía que estaba muerta, bien!— Gritó.
Los ojos de Saya se agrandaron y sus Cejas se levantaron por la sorpresa. Akihiko solo había mencionado que Takashi había insultado el buen nombre de su madre, pero, no esto. Su mente ágil, inmediatamente hizo la conexión entre esta nueva información, y la superficial proporcionada por Hirano Kohta.
Ahí ella pudo deducir al menos uno de los resultados del acoso del pervertido que lo seguía. La muerte de su madre biológica debido a un acosador que lo buscaba. Entonces, la mujer que fue a la escuela no es su madre, lo que indica adopción, lo cual explicaría por qué no tiene similitudes con su mencionada hermana.
Ella frunció los labios con desagrado por lo mal que parecían las cosas, pero entonces otro fragmento de información llegó a su mente, uno antiguo que ella pensó real hasta ahora.
Su propia madre siempre le decía que el príncipe había vuelto con su familia, pero parecía que, o su madre le mintió para ocultar este dato, o ella misma no tenía toda la información.
Takashi estaba describiendo como se separaron, y fue allí donde ella volvió a poner atención. Ella decidió meditar en la información más tarde, y reunir más ahora.
—Entonces, ¿él se fue adelante, y luego de un minuto tú lo seguiste, no?— repitió saya, lo que había mencionado Takashi, para confirmar. Este asintió.
—Por lo tanto, no es probable que él fuera el mismo que te atacó, ya que fue un ataque que provino a tu espalda, ¿no?— en este punto, Saya estaba guiándolo a la respuesta que ella quería, basándose en la lógica.
—Supongo. — Respondió, frotándose la nuca, pensativo.
Pero parecía recordar algo y su mirada se llenó de sospecha.
—Pero él parece que sabe algún tipo de arte marcial y tiene la fuerza para hacerlo.—
—Tener la fuerza para algo, no significa que lo hagas. Tu mismo acabas de admitir que él fue delante. — Takashi desvió la mirada, pareciendo haber mordido un limón.
—Supongo que no lo sabes, él fue expulsado de la escuela, ya que es el único sospechoso, dado que fue el último que habló contigo. — Takashi volvió su mirada a esta, y se veía genuinamente sorprendido.
—Por lo que espero hagas lo correcto, y repares tu error. — Se puso de pie, lista para marcharse, viendo el ceño fruncido que había vuelto a la cara de Takashi.
—Bien. — Simplemente respondió. Eso era suficiente para ella.
Suspiró tras la remembranza de lo sucedido.
Takashi era un idiota, pero al menos tenía palabra, así que ella confiaba en que él limpiaría el nombre de Akihiko en la escuela al volver.
Solo había un punto más que la molestaba en esta situación, su padre.
Él nunca había mostrado interés por Takashi antes, a diferencia de su madre, por lo que Saya esperaba que fuera su madre la que fuera al hospital central a investigar, pero fue su padre que, de hecho, insistió en ir. Ella sospechaba que fue su padre el que pudo conseguir que Akihiko no solo fuera expulsado de la escuela, sino también del hospital, ya que los padres de Rei y Takashi, no tienen tanta influencia.
Esto era demasiado sospechoso, y ella investigaría sutilmente, hasta descubrir lo que se ocultaba aquí.
Con eso en mente se dirigió a su cama para un merecido descanso.
/-/
Lo primero que llamó su atención, fue la sensación del frescor de un aire acondicionado en su piel. Ella no poseía tal artefacto en su casa, pero su mente apenas consiente, solo intentó recordar si en la casa de Hinako había uno, y si ella había dormido allí.
Abrió lentamente sus ojos, pero el letargo aún permanecía. Trató de reconocer el lugar en donde se encontraba, pero no recordaba mucho de cómo terminó aquí.
Su mente intentaba reconocer el lugar, o lo que sucedió ayer, pero antes de que sus sentidos despertaran lo suficiente como para entregar dicha información, sintió que su almohada se movía ligeramente.
¿Un pequeño temblor? Fue lo que pasó por su mente, hasta que buscó una posición más cómoda, por lo que se colocó boca arriba.
Fue cuando vio a un chico imposiblemente atractivo revisando su celular, parpadear un par de veces y luego mirar en su dirección... desde una posición superior. Fue cuando se dio cuenta de que ella tenía su cabeza recostada sobre sus muslos.
—Ah, esto es un poco incómodo. — Dijo el chico con una sonrisa tensa.
Ella saltó de inmediato de esa posición, despertando completamente, como si un jarro de agua le fuera lanzado. Luego se quedó paralizada en una pose parecida a la de rendición con los brazos hasta la altura del pecho.
Fue con ese pequeño susto, que ella estaba lo suficientemente consiente como para recordar que lugar era este, el chico frente a ella, y más importante aún, las circunstancias que los trajeron aquí. El ambiente de un Karaoke contaba siempre con la misma iluminación, por lo que ella no pudo deducir que tanto tiempo estuvo fuera, pero dado que Akihiko tenía su celular, es posible que él estuviera llamando a la policía, por lo que ella piensa que solo pasaría como mucho unos 15 minutos.
— ¡Ah, lo siento, no sé que me pasó!— Comenzó está con un toque de nerviosismo.
—No te preocupes por eso. — Interrumpió este. — ¿Cómo te sientes? ¿Mejor?— Prosiguió cuando esta relajó la pose y tomó una larga inhalación de aire.
—Sí, estoy mejor. — respondió Yuu, para luego concentrarse en lo próximo a hacer.
— ¿Qué hacemos ahora? Comunicarnos con la policía, ¿no?— Comentó al sentarse al lado de Akihiko.
—En realidad, me comunicaba con Arashi. — Ella parpadeó un par de veces ante la respuesta.
— ¿Qué, porque? ¿No deberíamos prepararnos para ir con los policías y dar nuestro testimonio?— Akihiko solo se quedó mirándola por unos largos segundos.
—Esa, no es una buena idea. —
Antes de que ella pudiera preguntar, él simplemente continúa.
—Sería una mala idea que, incluso por casualidad, ellos vieran nuestros rostros. Estoy bastante seguro de que varios de ellos escaparon, tomando en cuenta que solo eran dos policías, y 8 de ellos. — Estas palabras cerraron la boca de Yuu, la cual estaba lista para dar un contra argumento.
Yuu frunció el ceño viéndose pensativa, ella podría considerarlo un poco paranoico... pero era bastante posible, Por lo que dejó escapar un suspiro.
—Bien, entonces. ¿Pero por qué llamabas a Arashi?—
—Oh, simple. Para que me trajera un cambio de ropa, lo que deberías pedirle a Kominato. —
Yuu levantó una ceja con la pregunta claramente escrita en su cara.
—No querrás ir a tu casa con lo que llevas puesto, ¿no? Eso te haría muy reconocible para cualquier camarada de esa gente. — Dijo Akihiko con naturalidad, como si esto fuera común.
—Oh. — Yuu simplemente dejó escapar.
— ¿Pero no es demasiado tarde en la noche para llamarlo?— Akihiko solo pestañó ante su respuesta.
—Uh, en realidad son las 7:20 de la mañana.— respondió, lo que dejó con la boca abierta a Yuu, la cual se sonrojó al darse cuenta de que durmió toda la noche usándolo como almohada, lo cual fue terriblemente vergonzoso para ella.
Unos minutos más tarde, después de que ella se recompusiera con unas bromas malas, y una llamada a Hinako, se sentaron en silencio esperando la llegada de su cambio de vestimenta, aunque el silencio no fue muy largo.
— ¿Puedo preguntarte algo?— Dijo Yuu, con curiosidad y expectativa en su mirada.
—Eh, claro, ¿de qué se trata?—
— ¿Cómo sabias que esos tipos eran...— Ella hizo algunos gestos circulares con la mano derecha. —personas peligrosas?— Dijo para completar la oración.
Si a eso se refería, era fácil para Akihiko, el cual ya tenía una respuesta para ello.
—Los vi lanzar unos tenis con los cordones atados al tendido eléctrico. — Ella arrugó la cara en confusión.
Por supuesto, en Japón no sabrían nada de eso, ya que no era el modus operandi de los criminales locales.
—Bueno, eso quiere decir, que están colocando un punto de venta de drogas allí. — Sus ojos se abrieron como platos por la sorpresa.
— ¡Que! ¿¡En serio!? Como ¿Cómo sabes eso?— ella no fue acusadora. Honestamente, parecía confundida y curiosa con esa pregunta.
—Veo muchos programas sobre criminalidad en el extranjero, y este es uno de los puntos que más se muestran, así que, sabía que debíamos irnos. — Mencionó encogiéndose de hombros. —Me estoy acostumbrando tanto al idioma, que incluso si leo palabras en inglés, suelo recordarlo en japonés, jaja. —
Eso último, él lo dejó tan casualmente, que Yuu tardó un poco en encajarlo con el momento de la noche anterior, donde ella pensó que, al fin, había conocido al héroe que la había salvado hace tanto tiempo.
Es verdad que él podría estar mintiendo, tratando de confundirla, pero también es cierto que las posibilidades de que él diga la verdad, son infinitamente más grandes, que la posibilidad de que ella encontrara al vigilante callejero, y que solo era un miembro de un club, para nada relacionado con la lucha.
Ella suspiró. Quizás no era el héroe que ella esperaba, pero sin duda fue un héroe la noche pasada. Ella podía recordar ese momento, cuando ella aun estaba en poder de ese tipo, vio claramente que sus brazos temblaban cuando sujetó al que la tenía como rehén, y aun con miedo, siguió adelante, arriesgándose para salvarla. Arashi tenía razón, quien lo conoce, sabría que él es inocente de lo que se le acusa en la escuela.
—Por cierto. — Comenzó Yuu
— ¿Sí?— respondió Akihiko mirándola con curiosidad.
—Gracias. — Dijo Yuu con una sonrisa en su rostro.
—Ni lo menciones. — Respondió mientras frotaba sus manos un poco ansiosas.
—la llave de Judo normalmente es para librarme de los pervertidos que me molestan. Nunca pensé que lo usaría para el pervertido de otra persona. — Ante las palabras Yuu solo se carcajeó.
Ella claramente no vio que Akihiko agarro la cuchilla con sus manos, o ella podría tener un hilo de pensamientos diferentes al actual.
— ¡Te debo una enorme, así que lo daré todo para limpiar tu nombre en la escuela!— exclamó golpeando el hombro de Akihiko con el puño en un movimiento amistoso.
—Gracias. — Hizo una pausa. —Por cierto, hay 2 cosas de lo que necesitamos hablar.—
La seriedad con que él lo dijo, la hizo mirar en su dirección con expectativas y un poco de nerviosismo.
—Q-que, ¿Qué es?— preguntó, viendo la seriedad del tema.
—Tu traje de Ranger amarilla. ¿Saliste de casa con el puesto, o te lo colocaste en el cine?—
Yuu parpadeo ante la rara pregunta, esperando algo relacionado con lo sucedido hace unas horas, pero ella respondería, solo para saber a donde quería llegar.
—Yo, me cambié en el trabajo, estoy empleada en un café de cosplay. ¿Por qué?— transmitió su duda ante la pregunta, mientras Akihiko suspiraba un poco más tranquilo.
—Bueno, si saliste de tu casa con el traje, esos tipos podrían haberte encontrado. Ya sabes, interrogando a alguno de tus vecinos y tal. Después de todo, íbamos camino a tu casa, y ellos lo pueden suponer, ya que nos encontramos en ese lugar, en dirección a los domicilios cercanos. Me siento más tranquilo ahora. —
Ella no había pensado en eso.
—Y lo que sería lo más importante si lo demás dejó de ser un problema. —
Yuu tragó en seco, y esperó al borde de su asiento.
—Creo que no tengo suficiente dinero como para pagar toda la noche en el Karaoke...— dijo con una sonrisa de disculpa. Con esas palabras, Yuu se calló de su asiento.
Más tarde, tanto Arashi como Hinako llegaron con el cambio de ropa, y pudieron retirarse luego de una corta historia sobre la noche pasada a sus amigos, y un pago compartido al Karaoke.
/-/
El día siguiente había pasado rápidamente, mientras volvían a ensayar la presentación de esa noche. Todo fue rigurosamente practicado, y llegado ese día, todos podían realizar su papel tal como debían.
Oriha se encontraba en su camerino y estaba emocionada, ya que sus expectativas para esa noche estaban por las nubes. Debutaría como la reina de los detectives en una nueva serie, de la cual, ella estaba segura, sería un éxito.
Su rival y amiga, Aya Sugihara, estaba aquí y se enfrentarían en el escenario, dando lo mejor de ellas, y verían quien ganó esta ronda al final de la noche.
Ella levantó la mirada hacia arriba y una sonrisa melancólica, poco característica, se presentó en su expresión.
La madre de Oriha había muerto en el hospital, para que ella pudiera vivir. Su madre era una superestrella que alegraba a las personas con solo su presencia, y eso era a lo que ella aspiraba, que las personas no solo sonrieran con sus canciones, actos o presencia, sino que fueran genuinamente felices, era su mayor sueño.
En cierta forma fue la razón por la que terminó trabajando con Black Label. Era imposible que las personas fueran felices, pues la ciudad donde Vivian, era un lugar tan peligroso, tan contaminado de maldad, que podías ver como drenaba la felicidad de todos los habitantes.
Entonces, apareció Akihiko. Una variante en la ecuación que nadie hubiera esperado, pero fue ciertamente bien recibida. La mayor parte del grupo solo había escuchado de él, gracias a Sayo y Yuuko, quienes lo habían conocido desde pequeño. Dada la mentalidad que este poseía de no matar, no fue invitado a unirse a Black label, pero no por falta de ganas, ya que el grupo amaría que él estuviera con ellos, pero querían respetar, al menos mientras fuera posible, su elección.
Oriha solo lo había visto en fotos o grabaciones de las cámaras del hospital, nunca en persona, bueno, no hasta el inicio de esa semana.
Aunque era algo que no era de conocimiento público, Oriha era una de las mejores hackers que podrías encontrar en la actualidad. Como tal, la manipulación de las cámaras esparcidas por toda la ciudad era algo simple. Es así como se enteraban de una gran cantidad de sucesos, como el secuestro de la familia Fujino. No fue difícil descubrir al culpable, Taisei, el hijo corrupto del antiguo presidente igualmente podrido, y ahora dueño de la constructora por herencia.
En el viaje hacia el lugar, el plan fue discutido por el trió que participaría, los cuales serian, Arashi, Mikoto y ella.
Los dos primeros buscarían un punto donde pudieran ingresar al lugar, haciendo uso del factor sorpresa, mientras ella eliminaba las formas de escape, aunque no salió como estaba planeado.
Cuando ella se dirigía al vehículo del que ella pensó era del blanco, lista para llenarlo de explosivos, fue la primera vez que se vieron en persona.
Ella escuchó el sonido de un chasquido y se giró, pensando que fue descubierta por secuaces aleatorios, pero no. Allí estaba Akihiko disfrazado de su alter-ego, Powered Akira. Ella iba a saludarlo hasta que recordó que se supone que no debía dejarse ver por él. Entró en pánico por unos segundos cuando vio que él señaló el vehículo al que se dirigía y negó con el dedo. ¡Qué suerte! Él parecía haberla confundido con una simple ladrona de vehículos. Era suerte... ¿Verdad? Ella simplemente asintió y se alejó. Luego de unos pasos más, intentó cerciorarse si aún estaba siendo vigilada, pero ya no estaba allí. Él no estaba muy lejos, ya que ella pudo ver como miraba por las ventanas, donde el blanco se encontraba, y en unos pocos segundos, él simplemente aceleró y atravesó las ventanas.
Y como cada vez que Akihiko se involucraba en una misión, todo fue más fácil. Arashi y Mikoto plantaron sus explosivos, luego de disparar en el cráneo al blanco, solo para asegurar la muerte. Entonces, ella lo activó y salieron de allí. En el camino de regreso, ella pudo ver como Mikoto mostraba su celular a Arashi, el cual se veía concentrado viendo su contenido.
Fue cuando la curiosidad de Oriha estalló y se colocó justo detrás de Arashi, intentando ver lo que este observaba con tanto interés. Cuando este la notó, rebobinó la grabación, la cual se trataba de lo que Akihiko había hecho antes.
Ellos ya sabían que Akihiko era hábil, mucho más que cualquiera de ellos, pero también era increíblemente eficiente. Oriha miraba con gran atención, pero oscuros pensamientos que ella intentaba alejar, llegaron.
El poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente.
Ella estaba contenta de que él estaba de su lado, pero eso no era algo que pudiera asegurar, se mantendría así para siempre. Akihiko era peligroso, más que cualquier miembro de Black label o persona conocida. Se consideró que la única forma que podrían hacerle frente, era si toda la organización peleaba, incluyendo al maestro de Arashi, un hombre llamado Shinichiro Inunaki, un hombre cuya precisión con un arma superaba a cualquier máquina, pudiendo disparar con gran precisión a una mosca en movimiento a varios cientos de metros de él.
Había, había un plan más, donde ella misma se vio involucrada, y que hacía que su conciencia no la dejara en paz, día tras día. En las hombreras del traje de Akihiko, esas gruesas y Huecas hombreras con puntas metálicas... Bien, no estaban tan huecas, ya que estaban rellenas de un poderoso explosivo plástico, del que ella tenía el detonador.
Ella rogaba, que nunca tuviese que usarlo, porque si lo hiciera, ella no estaba segura de tener la fuerza o el estado de ánimo, para volver a sonreír.
Volviendo a la grabación reproducida en el celular, La actuación de Akihiko le hizo sentir como si viera una película de superhéroes, en este caso, de la vida real. Ella rogaba porque él nunca se volviera en contra de ellos, ya que lo apreciaban enormemente.
Akihiko había traído alegría a mucha gente, lo que era su sueño, pero lo había hecho en un camino diferente. Al ver su rostro por primera vez, ella solamente pensó que él podría ser como su madre y traer felicidad a la gente de esta forma también. Estaba siendo egoísta, pero cuando se trata de ese sueño, ella no podría evitar querer que se cumpla.
Ella ahora mismo esperaba impaciente la llegada de Akihiko. Ella rio como un niño que hizo la mayor broma, y le pidió al guardia de seguridad que lo grabará con el celular, esto sería oro puro.
/-/
¿Era tarde para simplemente volverme un villano y comenzar a repartir golpes sin que me importe el mañana? Hmmm... Sí, posiblemente sí, pero era tan tentador en este momento.
Estaba detenido en la entrada trasera del gran edificio de la televisora llamada NEO TV, en el área de acceso para el personal, y frente a mí, un guardia de seguridad, que podrías comparar con un gorila por su complexión física, estaba deteniendo mi entrada, mientras vestía un traje de motociclista, pero no cualquier traje de motociclista, sino la primera marca que usé. Entonces, sí, parecía obviamente un fan, pero yo lo negaré con vehemencia.
Él estaba con una sonrisa burlona mientras parecía revisar algo en el celular, el cual nunca despegó de su cara.
—No puedo dejarte pasar incluso si me dices que eres amigo de Oriha. ¿Tienes idea de cuantos usan esa escusa?— resopló.
Maldición, yo podía imaginar eso, y fue doloroso darle la razón por ese simple motivo.
—Entonces, si de verdad eres su amigo, confírmalo con la contraseña.—
Incluso si él intentaba esconder su sonrisa tras su celular, yo podía verlo. ¡El bastardo lo estaba disfrutando! Respiré profundo varias veces para calmarme, vamos, solo termina con esto. Me convencí a mí mismo y mirando a ambos lados, cerciorándome que nadie viera en mi dirección, me acerqué ligeramente al guardia.
—Mo- moe kyun. — Deje escapar de mis labios, lo que apenas fue un susurro, sintiendo repugnancia en cada palabra. Mi cara roja oculta por lo que es el típico disfraz japonés para cubrir tu rostro sin verte demasiado sospechoso. Lentes de sol y una mascarilla desechable.
El guardia simplemente colocó su dedo meñique en su oído y lo hizo girar un par de veces de ida y vuelta, como limpiando la suciedad allí.
— ¿Dijiste algo?— mencionó, claramente fingiendo.
Esto era tan vergonzoso. Sé que Oriha normalmente se comporta inmadura a pesar de ser un genio, pero esto es demasiado.
—Además, ¿crees que dejaría entrar a alguien que ni siquiera muestra su cara a un evento tan importante?— dijo mientras arqueaba una ceja, y miraba el bulto de herramientas que cargaba en mis hombros.
Me contuve de chasquear la lengua, él tenía razón, otra vez. Volví a tomar una respiración profunda. Tomaría este trago amargo y seguiría adelante.
Con un dedo moví mi máscara hacia abajo, luego con mi otra mano retiré los gruesos lentes.
—Moe moe kyun. — Desprecié cada palabra que salió de mi boca en ese momento, quizás por un sentido de orgullo nacido de que, ¡ENCARNO LITERALMENTE UN JODIDO HEROE DE LEYENDAS!
Esperaba que esto fuera suficiente para el guardia, pero entonces lo vi paralizado y comenzando a sonrojarse. Nop, no, no, no, ¡ya era suficiente! Aproveché el hecho de su parcial parálisis y coloqué mis lentes nuevamente, así como la mascarilla y pasé a su lado, abriendo la entrada que él protegía sin ninguna queja.
Cuando estuve del otro lado, solo cerré detrás de mí, y me apoyé contra la puerta. Mi cara aun roja por el momento más vergonzoso que he pasado en esta vida. Suspiré cansado, esto había tenido un inicio horrible.
Mire al pasillo donde me encontraba, y como recordaba de la serie, había cámaras, al igual que abrían en cada pasillo, con excepción de los camerinos.
Comencé a caminar, antes de parecer alguien sospechoso. El primer problema es que Oriha no me dijo en que número de camerinos estaba, pero eso no sería un inconveniente muy grave. Después de todo, preguntando, se llega a roma.
Comencé a moverme entre camerinos, y estaba bastante lleno de personas disfrazadas como osos de peluche gigante. Simplemente, los ignoré, a pesar de saber, que la mayoría de ellos, o todos, serian cómplices de lo que estaba por suceder.
Unos pasillos más adelante, vi un grupo que pude reconocer, no tanto por mis recuerdos, sino por la investigación que hice este día, de los grupos participantes. Este grupo de ídolos se llamaba Cell. Conté a 6 chicas vestidas con unas chaquetas realmente bien diseñadas, y faldas cortas de color blanco, pero faltaba una integrante, y si debo adivinar, estaba en el camerino que ellas abandonaron.
Mi vergüenza anterior fue olvidada por el momento, ya que esta podría ser mi oportunidad. Pensaba que solo podría hacer esto en el momento cuando la situación estaba caliente, pero, este podría ser una oportunidad que no debería desperdiciar. Esperé que las chicas se alejaran lo suficiente, y cuando estuvieron fuera de vista, toqué la puerta. No podía entrar de inmediato, ya que, dada la gran cantidad de cámaras colocadas en todos los pasillos, alguien vendría a averiguar, porque el chico que cubre su rostro entró en uno de los camerinos sin ningún tipo de invitación.
— ¿Eh, Quien es?— escuché una suave voz, casi avergonzada.
No necesitaba una invitación, ya las cámaras me habían visto tocar, y dudo mucho, que con la lejanía de dicho dispositivo, pudieran captar lo que la chica en el interior dijera, sea invitación o no, así que ingresé antes de que nadie más pudiera verme, e interrogarme.
— ¿¡Q-QUE, QUIEN ERES, QUE HACES AQUÍ!? —Su voz se había elevado a gritos en este punto, y yo estaba seguro de que era una forma de llamar la atención de cualquier guardia afuera. Podía ver un miedo bastante real en su rostro, por lo que esta podría no ser una situación única para ella.
Lo mejor era actuar rápido, así que me quité la mascarilla para mostrar un poco más de mi rostro, reduciendo así, la idea de ser alguien que intenta hacer algo poco ético, ocultando su cara.
—Oh, lo siento. — Dije y levanté mis manos en señal de rendición.
—Honestamente, pensé que este era el camerino de mi amiga Oriha. — Traté de transmitir tranquilidad con una sonrisa relajada a pesar de sus gritos anteriormente.
— ¿A-amigo de Oriha-chan? Respondió luego de unos pocos segundos.
—Sí, hace poco nos conocimos, y ella me invitó para tratar de convencerme de ser un ídolo, jajaja. — Bueno, al menos eso no era mentira, y fue una buena escusa y bastante convincente si conocías la personalidad de Oriha.
Pude ver como sus hombros se relajaban, pero solo ligeramente. Claro, ella me creería, aunque sea un poco, ya que ella era la rival y amiga de Oriha, por lo que ya conocía su lado infantil.
—Ya- ya veo. — Respondió esta, sin duda, más calmada de lo que estaba hace unos segundos, y, sin embargo, no lo suficiente.
Ella solo se quedó mirando en mi dirección, frotando uno de sus brazos de manera incómoda.
Por supuesto, Fue muy ingenuo de mi parte pensar que solo saldría todo como se planea. De por sí, este momento no estaba en los planes, así que no idee ningún diálogo elaborado ni nada por el estilo.
Pude ver sus manos temblar, prueba de que no solamente no confiaba en mí, sino que tenía miedo. Quien sabe cuántas veces un fanático demasiado Emocionado y quizás con no muy buenas intenciones se ha colado en su camerino. Si era así, vaya, qué horrible equipo el que ella tenía.
Por tal pensamiento me incliné como disculpa.
—Lo siento, no deseaba asustarte. — Dije, mi cabeza aún inclinada como forma de mostrar mi sinceridad. Era mejor darme prisa y utilizar eso, para ahorrarme los dolores de cabeza más adelante, por lo que volví a una posición erguida, y listo para colocar mis dedos en una de las patas de los lentes, para poder retirarlos.
Fue entonces cuando se escuchó un simple toque a la puerta, y luego un rápido traqueteo para abrirla.
—Sugihara-san, ¿se encuentra bien?—
Inicialmente, pensé que fui lo suficientemente rápido como para no parecer sospechoso, pero parece que me equivoqué, y alguien fue enviado.
Dejé de inclinarme y suspiré, es por eso que dicen, que los planes no sobreviven al contacto con el enemigo.
— ¡QUIETO AHI, IDENTIFÍCATE!— escuché al que supongo era el guardia de seguridad detrás de mí, y un sonido que pude reconocer, como cuando alguien coloca su mano sobre el gatillo de su arma.
La única razón por la que yo podría pensar tan calmadamente, es porque sé que el arma que usan este tipo de agentes, son de bastante bajo calibre.
Bien, supongo que debía retirarme por ahora. Entonces, comencé a girarme casualmente y coloqué mis dedos a un costado de mi rostro, para así retirar los lentes de sol, lo cual hice al enfrentar cara a cara a este agente de seguridad.
—Buenas noches. — Dije, cuando noté que los ojos del guardia se abrieron por la sorpresa al ver mi rostro, eh inmediatamente quitó la mano del arma.
—Oh, disculpe, señor, ¿es usted uno de los Ídolos que participará esta noche?
Esta era quizás una suposición apresurada para un guardia de seguridad en otro lugar, pero este hombre trabaja en una televisora, y posiblemente tenga entrenamiento para tratar con posibles celebridades, aunque no las haya visto antes. Bueno, aunque no soy una celebridad, no lo voy a corregir.
—Parece que me he perdido en mi búsqueda al camerino de Oriha Nashida, ¿sería tan amable de mostrarme el camino?— No afirmé ni negué nada.
También, hablar de una manera incluso más educada de lo normal, ayuda a las apariencias en esta circunstancia.
—En ese caso, por favor sígame. — Asentí al guardia luego de escuchar eso, y contuve mi maldición, de que este momento fuera interrumpido.
—Mucha suerte en su presentación, Sugihara-san. — Me giré ligeramente hacia ella en despedida, a lo que ella comenzó a imitar a un pez.
Coloqué mis lentes y mascarillas nuevamente, antes de salir de la habitación, recordando las cámaras en cada pasillo. Al final, cerré la puerta y seguí al guardia, al cual culpé sin fin por arruinar mi oportunidad de hacer todo más fácil.
Unos 7 minutos después llegamos al frente de la habitación de Oriha. El guardia, a pesar de especular que soy una posible celebridad, no me ha descuidado ni un minuto, por lo que su profesionalidad, al menos, era digna de elogio.
Nos acercábamos a uno de los camerinos que hacía más ruido, y yo sospechaba que Oriha estaría allí, aunque uno de los sujetos disfrazados de oso estaba cubriendo la puerta.
No pasó mucho para escuchar un pequeño chillido desde el interior, y una chica echando a un lado a dicho oso, alejándose un tanto molesta y quejándose del susto que acababa de llevarse tras toparse con esa espeluznante mascota.
Lo sé porque pasaron a nuestro lado, viéndome con algo de sospecha, ya que cubría mi rostro, y era guiado por un guardia. Pero claro, eso no fue suficiente para detener su paso, y se fueron del lugar.
El oso que cubría la puerta se alejó, y pudimos pasar sin ningún problema, a lo que el guardia procedió a informar la situación, posiblemente para confirmar rápidamente mi coartada.
—Señorita Oriha, tiene un visitante.— Dijo el guardia lo suficientemente fuerte como para llamar la atención de el Ídolo dentro de la habitación, la cual ignoró al hombre vestido elegantemente frente a ella y se giró para mirar la llamada de su nombre. Fue entonces cuando lanzó una sonrisa amplia al verme.
— ¿Quién?— preguntó el elegante hombre en el camerino, que mostró ser alguien que, al igual que yo, estaba usando lentes de sol, aunque en su caso, no creo que la meta fuera ocultar su identidad, más posiblemente sus cicatrices, pero vi una fuera de estos, por lo que no hacia un buen trabajo.
— ¡Aki, Llegas tarde, pasa!— tras la confirmación verbal de mi invitación, por parte de una de las estrellas principales de la noche, el guardia de seguridad simplemente hizo una reverencia y se alejó de allí.
— ¡Este es Akihiko, Jefe, el chico que trato de convencer de que sea un Ídolo!— el susodicho jefe hizo algunas muecas con los labios mientras me veía de arriba abajo.
—Pues no parece tener mucha confianza en sí mismo. — mencionó mientras bajaba ligeramente sus lentes de sol, sus palabras haciendo posible alusión a que yo cubría mi rostro, aunque él equivocaba la razón de esto.
— ¡Te estás haciendo viejo, por eso no lo ves!— protestó Oriha mientras comenzó a empujarlo por la espalda, hasta sacarlo del camerino e inflando las mejillas cerró la puerta.
— ¿¡Oye, el Show empezará pronto, que crees que haces!?— Grito mientras golpeaba la puerta con el puño.
— ¡Saldré en un momento, puedes ir delante y dejarme en paz!— Gritó de vuelta Oriha.
— ¡Abre ahora mismo, no puedes solo quedarte en una habitación sola con un tipo cualquiera al azar, eres un Ídolo y debes cuidar tu imagen!— respondió mientras seguía golpeando la puerta.
Solo vi a Oriha de espalda, pero ella se había congelado, y luego colocó la mano en la manija de la puerta y abrió la misma.
— ¿Eh?— fue lo único que salió de la boca del jefe, cuando miró a Oriha a los ojos, y se estremeció. No estoy seguro de que rostro puso, pero el jefe se disculpó varias veces inclinándose y luego se retiró.
Uh, no sabía de esta faceta de Oriha, aunque también podría ser algo poco común. En Japón, los ídolos, por lo habitual, se mantienen sin parejas, o al menos de manera pública, ya que los fans pueden ser, un poco, celosos.
Ella solo resopló y giró hacia mí, luego de cerrar la puerta con fuerza.
—Ignóralo, es un tonto a veces, pero es un buen tonto. — Solo dijo, con algo de indignación.
—Está bien, supongo que es tu manager, ¿no?— ella asintió, y se quedó viendo mi bulto para herramientas.
— ¿Qué tienes allí?— preguntó Oriha claramente curiosa.
—Ah, ¿esto? Puedes ignorarlo, simplemente pasé por la lavandería antes de venir aquí.— Dije lo más casualmente que pude.
—Oh. —Ella simplemente inclinó tiernamente su cabeza.
—Por cierto, — comencé para alejar la atención de mi equipaje. —Felicidades por tu papel protagónico en la nueva serie. — Dije mientras acariciaba su cabeza.
—Jejeje. — Ella no dijo una sola palabra más que sonreír orgullosa. Y cuando parecía estar a punto de decir algo, una pequeña alarma comenzó a sonar a nuestro costado.
— ¡Oh, no! ¡Se hace tarde, el show está por comenzar!— exclamó algo exaltada, luego se dirigió a una pequeña habitación, la cual al abrirse, mostró ser un pequeño baño, y dentro de este, una chaqueta, la cual fue cuidadosamente colgada en una base de la pared.
—Espera un poco, me cambiaré muy rápido, y te guiaré cerca del escenario para que puedas disfrutar del show, y veas, ¡lo genial que es ser un ídolo!
Asentí un par de veces a eso. Tenía mi boca cubierta, por lo que una sonrisa no sería visible. Luego ella cerró la puerta. Respiré profundamente para intentar tranquilizarme. No tenía miedo por mí, pero estar en una situación donde vidas dependen de que tan bien lo haga, siempre me pone un poco nervioso, no importa cómo se vea desde otra perspectiva.
Tampoco estaba completamente seguro de que pasaría. Puede ser que los villanos en turno simplemente decidan no aparecer de manera pública, ya que un vigilante estaba alrededor.
Solo dentro de una hora, veré si sucede o no este incidente que quedó quemado en mi mente, este acontecimiento, fue el que hizo que la serie completa nunca se olvidara, todo por mi sentimiento de impotencia al ver la escena relacionada con este evento en específico.
Esta vez, haría todo lo posible para que eso no sucediera. No si yo puedo evitarlo.
/-/
En el interior de dicho baño, Oriha tenía una mirada seria y sacó su celular. Ella comenzó a escribir un mensaje a Yuuko, de lo que ella pensó podría ser importante.
Normalmente, cuando vas a este tipo de eventos y solo eres una persona al azar, o invitada, no te arriesgarías a traer un bulto sospechoso, incluso si lo que traes es simplemente ropa.
También, Akihiko parecía querer desviar su atención de dicho paquete tan rápido como pudo. Si fuera otra persona, sospecharía que trajo armas a un lugar como este, y estaría asustada de los planes que conllevarían dicha acción. En este caso, ella podría estar asustada por el significado detrás de sus actos, pues ella solo podría pensar que él estaba diciendo solo la mitad de la verdad, ya que, sí, era ropa, pero no una que fue a buscar a la lavandería.
Ella solo podía deducir que en aquel bulto estaba su traje de Powered Akira. Eso le dio una pausa y colocando una mano a su espalda mientras él acariciaba su cabeza, con un pequeño control, envió una señal a su alarma personal para sonar y tener este momento privado.
Eso la puso nerviosa por otras razones. Una de las cosas que hicieron famoso a su alter ego, fue la aparente capacidad de saber donde estaban pasando los crímenes o donde ocurrirían, ya que él podría resolver varios en una noche, y en lugares tan separados entre sí, que solo se explicaría su presencia allí con el conocimiento previo de que dichos actos sucederían.
Con el tiempo, entre algunos actos y otros, y cálculos matemáticos, incluso con una moto, él tendría que saber donde sucederían los crímenes para lograr llegar a tiempo. Eso o moverse a una velocidad tan loca que, podría barrer largos segmentos de la ciudad en poco tiempo. Pero la velocidad necesaria para hacerlo era tan ridícula que fue descartado de inmediato.
Las cámaras de la ciudad estaban, por supuesto, enfocadas en las calles, por lo que solo vieron cuando él llegaba a uno de los callejones por el techo. Sí, él viajaba de techo en techo, haciendo imposible rastrearlo con los dispositivos de vigilancia normales.
Ellos no sabían cómo, pero sospechaban que Akihiko tenía informantes, los cuales hacían el trabajo de inteligencia por él, eso o los instintos de Akihiko eran tan buenos como los de un detective. Que Akihiko trajera su traje, solo auguraba problemas. Bueno, problemas que él lucharía por resolver, pero problemas de todos modos. Por lo que, es posible que, un poco de ayuda extra sea enviada o permanezca en vigilancia tras su mensaje a Yuuko, el cual simplemente decía.
(Akihiko está aquí, y trajo su uniforme oculto en un bulto.)
Ella estaba segura de que Yuuko lo entendería. Ahora ella solo podría cambiarse y estar atenta a lo que podría pasar.
/-/
Unos 5 minutos después, Oriha estuvo lista y nos dirigimos al escenario, donde ella me envió con alguien del personal, y le señaló que yo sea colocado en la primera fila, cerca de la tarima.
Estaba bastante lleno, lo que supuse es normal en un espectáculo con estos ídolos con tanto carisma, lindos rostros, y bueno, con los cuerpos agraciados que este mundo crea.
Las luces comenzaron a atenuarse, y los reflectores brillantes y coloridos comenzaron a hacer a las luces bailar por el escenario, lo que trajo a la presentadora. Una mujer con un cuerpo, un paso más desarrollado que las demás voluptuosas artistas de la noche. Tenía un lunar debajo del labio y orejas de oso sobre su cabeza, obviamente falsas, mientras usaba una falda corta rosada, y una especie de blusa, que era 50% escote, mostrando sus activos superiores, y una pequeña capa emulando a la de una reina sobre sus hombros.
Luego de una animada introducción, las luces bajaron y cambiaron de tono, bañando todo de un azul oscuro y música suave de un piano en el fondo. Entonces, de repente, una explosión de humo color rosa estalló en el centro del escenario, y de su interior, dos chicas aparecieron siendo jóvenes de estatura similar, y por sus similitudes faciales, se podría asumir acertadamente que eran hermanas. Una de ellas tenía el pelo corto de color púrpura y rostro que transmitía tranquilidad, mientras la otra una cola lateral de color azul oscuro y expresión más salvaje, ambas vistiendo faldas bastante cortas, y blusas igual de pequeñas y ajustadas, con detalles de sus respectivos colores de pelo.
La conductora las presentó como —dos divas de cristal que combinan fuerza con flexibilidad, ¡Asymmetry!— este último siendo el nombre de su dúo. Ambas posan, y el público estalla en aplausos, mostrando la popularidad de ambas.
Los dos ídolos se preparaban para cantar cuando fueron interrumpidas por una voz muy familiar.
— ¡Alto ahí!— gritaba Oriha imperiosa sobre una cámara que se encontraba enfocando desde arriba.
¿No era esto peligroso? ¿Más bien, como llegó allí arriba sin que la notara?
— ¡No importa lo fuerte que sea este cristal, no se compara con la envestida de una pirata espacial!— prosiguió esta.
Uh, no entendí nada de lo que sucedía basado en el diálogo entre ellas... es como si los escritores del guion le preguntaron a Oriha, ¿Qué tan aleatorio quiere que sea la presentación? Y ella dijo, Sí.
Entonces, Oriha salta, y puedo ver el fino cable que la sostiene, cayendo sin problemas al lado de ambas y presentando el nuevo título de su canción, colaborada entre ellas tres, pero ignoré eso y me preparé, en los próximos 5 segundos sabría si este evento se mantendría o no.
4...
3...
2...
1...
Arrugué mis ojos esperando el corte de luz. Pasó un minuto, no solo eso, la canción había comenzado, cosa que fue interrumpida en el anime antes de que nadie pudiera decir una letra. Esto, ¿esto significaba que el evento nefasto no sucedería?
Quizás debería estar agradecido. Si el evento hubiera ocurrido, la posibilidad de la muerte de Aya Sugihara, la amiga y rival de Oriha, una chica que solo cantaba para cumplir sus sueños, sería atada en el suelo, y luego fusilada con un arma a quemarropa, por la lamentable escusa de un ser humano que se hace llamar cazador.
Me relajé, y por alguna razón, Oriha parecía sonreír más naturalmente cuando me vio. Supongo que le alegraba que le pusiera atención, después de todo ella trataba de convencerme para ser un ídolo.
Suspiré y cerré mis ojos, sintiendo un peso de responsabilidad escurrirse de mí. Esto era bueno, y disfrutaría del momento.
Cuando estaba seguro de que nada sucedería, fue cuando escuché gritos de sorpresa. Al abrir mis ojos, las luces se habían ido y todo estaba oscuro, mis ojos estaban ligeramente adaptados tras haber estado cerrados, eso y los lentes de sol, supongo.
Maldije por lo bajo, hora de ir por mi traje. Pensé escurrirme entre la multitud, pero entonces las luces volvieron. Me detuve inmediatamente. En la serie, el apagón duraba al menos unos 2 minutos, lo que le dio tiempo a los 3 ídolos en el escenario a retirarse, porque una de ellas quería ir al baño, pero le daba miedo la oscuridad... era la de la coleta de pelo azul, si recuerdo correctamente.
Hmmm, ahora que lo pienso, este fue un corte eléctrico muy breve, dando la posibilidad de que sea simplemente una avería técnica, ya que parece que todo está bien. Me detuve unos momentos a pensar, y decidí que no me arriesgaría.
En los camerinos, al menos en el de Oriha, había una pantalla, conectada a la señal de la televisora, por lo que podría ir por el traje y revisar que las transmisiones siguieran arriba. Si las transmisiones muestran estar caídas, es posible que el jefe de seguridad, que es parte del grupo de villanos, haya comenzado la operación.
— ¡Hay que reiniciar la transmisión!— vi al director de cámaras gritar, junto con otras indicaciones, pero no era tiempo para concentrarme en ello.
Comencé a moverme entre la multitud, para salir de aquí. Al llegar a un costado me doy cuenta de que todos los espectadores estamos detrás de una especie de reja baja para evitar que salgamos por los costados o para el frente. No me di cuenta anteriormente, ya que estaba bastante lleno cuando me trajeron por la parte trasera. Supongo que es un mecanismo para tener controlada a la multitud. Hice una mueca, puesto que cada segundo importa. Empecé a movilizarme nuevamente hasta el fondo, y la razón por la que no iba tan rápido como quería, era el miedo de lastimar a alguien con un movimiento equivocado, al ir con demasiada prisa.
Cuando estaba a punto de llegar al final, las puertas de salida al fondo se abren, y 3 sujetos con apariencia sumamente sospechosa se mostraron. Dos de ellos simplemente encapuchados y con mascarillas, y en el centro, uno con una capucha y debajo de esta, una máscara realista de lobo. Me detuve inmediatamente al reconocerlos. Estos eran los tipos que esperaba, pero vinieron demasiado rápido. Quiero decir, Oriha aún estaba en el escenario, apenas bajando para el cambio de grupos, para poder reiniciar la transmisión.
—No será necesario. — Dijo quien tenía la máscara de lobo con una voz profunda.
— ¿Qué?— respondió el director, mientras todos volteaban a las puertas notando la llegada de estos intrusos.
—El canario ya no cantará. Nunca más. — Terminó su siniestra sentencia, que podrías decir fue su carta de presentación.
— ¿Qué?— ¡Sáquenlos de aquí!— grito el director, y un miembro del personal, un joven con lentes de apariencia común, se acerca a los invasores, pero es fácilmente sacudido cuando el líder, con cabeza de lobo, saca de su chaqueta una escopeta y dispara al chico, el disparo impactó en el muslo cerca de la entrepierna, a lo que el chico cae al suelo sujetando su herida con dolor evidente.
Los Ídolos en el escenario gritaron, y el público entró en pánico y corrieron hacia un rincón, lejos de los delincuentes armados y peligrosos. Entonces el líder devolvió la escopeta a su abrigo, y de allí sacó una metralleta de apariencia pesada, y disparó al aire varias ráfagas, haciendo que todos allí se encogieran en una esquina, con el miedo y la preocupación en sus caras.
—No se muevan, el estudio está bajo nuestro control. — Dirigió su mirada al chico herido. —No nos hagan desperdiciar munición. —
Hice una mueca. Yo podría actuar en este momento e intentar detenerlos, protegiendo mi rostro con los lentes de sol, mascarilla y capucha, pero entonces, había demasiada gente aquí, por lo que, si ellos comenzaban a disparar, era casi seguro de que el resultado serian varios muertos por balas perdidas.
Me quedé entre la multitud, intentando no llamar la atención, pero apretaba mis puños. ¿¡Es que ningún plan puede ir como se espera, al menos una vez!?
Por la puerta lateral al escenario, otro pequeño grupo armado de personas encapuchadas ingresaron, bloqueando así la salida.
Esto no se presentó en el anime, pero supongo que es lógico bloquear todas las rutas de escape, si no deseas un montón de gente corriendo de manera aleatoria.
Ellos comenzaron a mover a la multitud en grupo, donde pude ocultarme en medio de ellos, mientras los ídolos eran dirigidos por otro grupo de maleantes a otro lugar. Vi entre ellas a Oriha lanzarme una mirada que no pude descifrar, antes de que el mayor grupo de ídolos fuera sacado. Y antes que los espectadores fueran alejados de allí también, pude ver como el único ídolo que se quedaba allí era, Aya Sugihara. Cualquiera que conozca la serie pensaría, ¿Por qué no se quedaron con Oriha? Es una protagonista, así que debería ser la más popular y, por lo tanto, la que más llamaría la atención entre todos los ídolos, ¿correcto? La respuesta a esa hipótesis era un rotundo, no.
De hecho, Oriha era la menos popular entre todos los ídolos invitados, y la razón era simple. Cuando te gusta este tipo de espectáculo, de una manera u otra, terminarás viendo a la agencia con el mayor número de ídolos por una simple razón. Mientras más integrantes haya, existía una mayor posibilidad de que encontrarás a tu ídolo ideal, tanto en apariencia como en personalidad, y aquí no había un grupo mayor que el llamado Cell, y su líder, Aya Sugihara, la rival de Oriha, la cual era en realidad más conocida. Esto no era aleatorio, esto fue pensado para causar el mayor impacto con el primer movimiento.
Y así fuimos alejados del lugar y encerrados en el salón de al lado, el cual parecía ser una especie de estudio más pequeño que el anterior. Lo que supongo fue la confianza en ellos mismos fue lo que evitó que ninguno de ellos se quedará aquí dentro con nosotros. Todavía había algo que me molestaba de todo esto.
En la serie, el apagón tardó al menos un minuto o dos, dando el tiempo para que el trío de ídolos se alejara del escenario, estando lo suficientemente lejos, como para no escuchar los disparos dentro del salón principal. Aquí, el apagón fue resuelto casi al instante, tomando solo unos 5 o 10 segundos. ¿Qué cambió? ¿Fue mi culpa?
Sacudí mi cabeza, poco importaba la respuesta en este momento. La mayor cantidad de rehenes estaba encerrada aquí, así que, podría pelear con menos miedo de que alguna bala perdida golpee a alguien inocente. En este salón vi un montón de indumentarias y algunos trajes, aunque ninguno similar al mío, el propósito original fue posiblemente para programas de comedia, dada sus particulares formas. Utensilios básicos como marcadores, y sillas, muchas, muchas sillas. Aparentemente, no se realizó la limpieza de este salón, lo que me daba herramientas para usar. Tomé algunos marcadores, por su dureza y forma, podría usarlos como armas arrojadizas, con la fuerza de un Servant podrían serlo fácilmente.
Ahora debía buscar una salida que no fuera la principal... ¿O simplemente podría? Quiero decir, nadie ha visto mi rostro hasta ahora. Para complementar mis lentes de sol y mascarillas, subí mi capucha, y tire de los cordones, estrechándola, así como se vería Kenny de South Park. Si hubiera sabido que no podría usar mi traje, hubiera traído puesto algo más intimidante, pero solo tengo una chaqueta con capucha de manga larga, de color blanco con azul, unos pantalones negros y tenis blanco con azul de una marca genérica. Era más que suficiente para ocultar mi identidad, supuse.
Mire a los alrededores, y estaba la típica ventilación, sin embargo, yo sabía que no eran tan resistentes como las películas lo hacían parecer. A mi costado, vi al agente de Oriha escurrirse al fondo del estudio, sin que nadie más lo notara, y se escabullo detrás de unas cortinas.
Espera, ¿él escapaba por su cuenta en el anime? No recuerdo eso. En lo que me acercaba, unos 30 segundos pasaron, en los que intenté no ser visto, para no llamar la atención. Me acerqué, y pude ver una angosta puerta, que fue mantenida abierta, por la que miré discretamente y allí...
El agente estaba desvistiendo a uno de los maleantes, el cual estaba inconsciente y portaba una especie de traje parecido al de kamen rider. En realidad estoy impresionado de que noqueara a uno de esos tipos de manera tan eficiente, pero cambiarse en medio del pasillo es demasiado arriesgado si me preguntas. Bueno, al menos lo ató con su corbata y cinturón. Él parecía saber lo que hacía, así que simplemente me deslicé por la salida, me dirigí a la entrada principal del estudio donde estaba hace un momento, y note al echar un vistazo mientras me ocultaba en una esquina, que había un guardia allí.
Hice bien en simplemente no seguir de largo, este guardia posiblemente podría tomar rehenes a gusto si algo salía mal, bueno, hasta ahora. Aceleré más rápido de lo que los ojos pueden rastrear, y lo noquee con un golpe simple en el plexo solar, lo que lo dejó sin aire de inmediato. Luego tome al tipo y lo ate con sus propias prendas tan rápido como pude, lo cual fue bastante rápido si lo digo yo mismo. Hice una pausa tras un pensamiento rápido, y le quité los guantes, y me los coloqué, eso ayudaría a no dejar huellas dactilares, en caso de que toque algo descuidadamente.
En seguida lo arrojé dentro del salón, lo que asustó a las personas allí.
—Traben las puertas, hasta que la policía llegue. — Dije fingiendo una voz profunda, y el arma de fuego del maleante, la lancé al único guardia de seguridad que vi allí. Di una despedida con dos dedos en la frente, lo que hizo que una de las personas allí jadeara de sorpresa, pero antes de saber nada más, cerré las puertas, no había más tiempo que perder.
/-/
Todo iba como se planeó, no, incluso mejoraron su tiempo de acción, todo gracias al posicionamiento afortunado de uno de los guardias principales encargados de la seguridad, el cual debía estar en el área de cámaras, pero por una razón u otra, acabó estando en un lugar más cercano al área del estacionamiento subterráneo.
— ¿Terminaste?— mencionó el lobuno cabecilla a uno de sus lacayos.
—Sí, jefe. — Respondió este. —Encerramos a la audiencia en el estudio de al lado. —
—También capturamos a todo el personal. — Continúo otro de sus secuaces.
—Empecemos con la siguiente fase. — Ordenó con su profunda voz.
— ¡Sí!— respondieron sin rechistar, volteando ambos hacia los miembros del equipo allí, los cuales estaban arrodillados y atados de manos y pies, y apuntaron con sus escopetas.
— ¡Prepárense para transmitir, rápido!— exigió uno de los secuaces, a lo que el director hizo una mueca.
Era un equipo eficiente, al menos. En un corto periodo de tiempo, lograron preparar todos los dispositivos para transmitir su mensaje. Tomaron a la chica que habían investigado con anterioridad, la amordazaron, y atándola de manos y pies, la lanzaron al centro del escenario. Fue cuando se colocaron todos en posición.
Cada uno de los secuaces al lado de un miembro del personal allí. Uno del lado izquierdo, apuntando al camarógrafo y otro a la derecha, apuntando al encargado del micrófono, mientras el director estaba en el centro, sin posibilidades de escape.
Viéndose forzado a obedecer, el director dio la señal, y la cámara comenzó a trabajar, encendiendo una luz roja. Uno de los bandidos tenía una pequeña televisión de bolsillo con él, y pudo dar la señal a su líder de que, efectivamente, estaban al aire, por lo que inició así su discurso.
—Fuerzas de la ley, hemos capturado NEO TV. Sugiero que no intenten nada violento, tenemos muchos rehenes. Pero esto que hacemos no es dirigido a ustedes, sino para aquellos que buscan la justicia sin arriesgarse a morir. Deben conocer su lugar. —
En una oficina lejos de allí, el doctor Masamune Mochizuki, junto a su mano derecha, Fiona Ran Winchester, observaban la transmisión en una pantalla holográfica.
—Deberían saber por qué estamos aquí. Ustedes enviaron a nuestro compañero a las llamas. — Prosiguió el enmascarado.
— ¿Son compañeros de Makoto Ogawa?— Dedujo el doctor, recordando a uno de los pirómanos que atacaban recientemente.
—Vean lo que sucede, cuando buscan pelea con nosotros. —
Aya Sugihara trataba desesperadamente de liberarse de sus ataduras, mientras las lágrimas caían como cascadas desde sus ojos. La expresión de desesperación en su rostro, revelaba que ella ya conocía su destino, e intentaba luchar contra este, aunque no veía una posibilidad frente a ella. Se esforzó para gritar palabras que no pudieron comprenderse gracias a la cinta sobre su boca, y tampoco podía huir, ya que sus pies estaban tan inmovilizados como sus manos.
—Yo soy Wild Hunt, soy el comandante de un grupo de cazadores, que saca a flote a la bestia de la humanidad. —
Apuntó con su metralleta a la chica en el suelo, sin ninguna duda en sus movimientos.
—Derramaré sangre, en el área de caza. — La joven comenzó a moverse de manera más frenética que antes, anticipando su muerte, que estaba solo a un gatillo de distancia.
— ¡Urk!—
— ¡Gah!—
Se escuchó desde el área de cámara, lo que lo hizo girar ligeramente para ver lo que sucedía. Lo que, en consecuencia, hizo que desviara el arma del pecho de la joven a sus pies, al ver la escena a su costado.
Al lado izquierdo, uno de sus hombres estaba desparramado, espuma saliendo por su boca, a la derecha, el otro de igual manera, pero siendo sujetado del cuello de la chaqueta por una figura con ropa casual, pero ocultando su rostro con una mascarilla, lentes de sol y capucha. Si no hubiera noqueado a sus hombres, tendría que dar un segundo vistazo para poder diferenciarlo de la vestimenta de sus camaradas.
Wild Hunt inspeccionó al sujeto, y no encontró armas de fuego en él, tampoco vio cortes por puñaladas en sus hombres, por lo que, incluso si la apariencia era diferente, llegó a la conclusión de que era esa persona. No es difícil de llegar a la Realización, cuando vez el acto que acaba de realizar, y la tranquilidad que proyecta, ningún civil normal estaría tan tranquilo frente a personas armadas. Esta era una de las posibilidades a pasar, en lugar de atraer a Black Label, atrajeron un pez igual o más grande, pero separado de su misión, o ¿quizás no?
Tomó su comunicador de manera fluida, como si sacara una carta de su manga, y comenzó a jugar con el botón de comunicación, presionándolo de una manera que parecía aleatoria.
—Vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí?— fue cuando todos lo notaron. Esto es un punto que Wild Hunt remarco. Ni siquiera el director o su equipo habían visto a este tipo llegar. Parece haber atacado por detrás, lo que aprovecharía el punto siego de uno de sus hombres, ¿pero ambos?
Recordando los quejidos anteriores, se dio cuenta de que fueron casi simultáneos, lo que le hizo fruncir el ceño. Ambos estaban casi a 6 metros de distancia, por lo que golpear a alguien lo suficientemente fuerte como para noquearlo a ese nivel...
Vio la espuma salir de la boca, eso implicaba una posible falta de oxígeno, al nivel de que el cuerpo requería una entrada mayor para poder mantener las funciones vitales, por lo que usaba la boca.
Moverse a esa distancia, sin llamar la atención de soldados entrenados, era una Azaña que muy pocos podrían lograr, pero nuevamente, el tiempo entre ataques no tenía sentido, a menos que él ciertamente estuviera armado con un tipo de objeto contundente con acción a distancia.
El cuerpo de su lacayo fue dejado caer al suelo, donde se estrelló sin ninguna gracia. En su posición actual, la audiencia no sabía a quién le hablaba, ya que dicho intruso estaba a un costado de la cámara, no delante.
Ambos, a pesar de ocultar sus rostros, no pudieron esconder el hecho de analizarse con detalle y gran atención, no solo a la apariencia, sino a sus respectivas posiciones, y a los posibles movimientos a realizar. Entonces, la puerta de la salida fue abierta bruscamente.
Wild Hunt levantó ligeramente la mirada y el invitado, no invitado, solo giró ligeramente el rostro. Allí ambos pudieron apreciar al director, devolverles la mirada con miedo por el ruido realizado, pero no se detuvo y prosiguió con su escape junto a su compañero de trabajo, con pánico evidente.
—Entonces, parece que me has interrumpido en un momento importante. Permíteme terminar y me encargaré de ti. — Dijo apuntando su arma a la frente de la chica, la cual cerró los ojos, por el miedo al impacto letal que venía.
—Yo no haría eso si fuera tú. —
Esta fue la primera vez registrada, en que se había oído su voz, la cual era profunda, con una fuerza similar a la de un general. Sin embargo, Wild Hunt pudo encontrar indicios en la voz, de que estaba forzando ligeramente sus cuerdas vocales, de manera deliberada. Wild Hunt lo sabría más que nadie, ya que podría cambiar su voz a voluntad, sin mencionar que tenía un oído que superaba con creces a los que cualquier humano tenía derecho a poseer. De hecho, a la distancia de unos 15 metros, podría escuchar los tranquilos latidos de su corazón, y los de sus hombres, confirmando que aún estaban vivos.
Wild Hunt casi resopla ante la pobre y velada amenaza, cuando el chico con una sola mano atraviesa el plástico duro y grueso de la cámara a su costado, y destruye su cableado con facilidad.
—Después de todo, ella es tu seguro de vida. — Dijo y aplastó en sus manos desnudas, la maquinaria extraída de la cámara, haciendo que la transmisión se corte, al menos la transmisión visual, ya que, sin el conocimiento de ambos, el sonido aún seguía funcionando de alguna manera.
—Ya veo. — Dijo Wild Hunt luego de una pausa, alejando el arma de la cabeza de la chica, y descansando su mira en su pecho. —Así que eres un Jet Injector, eso explicaría muchas de las hazañas que he escuchado de ti. — Sin mencionar que explicaría la proeza que había realizado hace solo unos segundos.
Los denominados Jet Injector, eran sujetos de prueba que fueron sometidos a cierto experimento de mejora física, en el cual, el virus D99 era el ingrediente principal en la mezcla.
En su grupo, de hecho, todos los miembros en su organización, gozaban del estatus de Jet Injector, pero había algo que saber sobre esto.
El virus reaccionaba diferente con cada persona, si se colocaba sin una preparación específica. Por ejemplo, Wild Hunt tenía habilidades sobre humanas sobre sus oídos y cuerdas vocales.
Sus oídos podrían captar sonidos de una manera que se creería imposible, lo que le ayudaban sin fin, con sus tácticas y su habilidad para manipular sus cuerdas vocales, pudiendo reproducir cualquier voz que desee. Había otro miembro, cuyo efecto del virus fue hacerlo inmune al dolor, y en otros, los cuales eran la vanguardia, el Virus los dotó de otra manera, ayudándoles a superar con creces la fuerza que cualquier humano soñaría con tener. Uno, en especial, tenía las habilidades de batalla y entrenamiento táctico, como para replicar las hazañas de la persona frente a este, pero con resultados más letales.
Pero fue precisamente eso que hizo que Wild Hunt estuviera en alerta. Si fuera similar a ese miembro de su grupo, sería una fuerza a tener en cuenta, que posiblemente sería mejor eliminar en este momento.
¡Bang! ¡Bang! ¡Bang!
Tres disparos se escucharon desde la salida principal, por donde el personal había escapado, fue cuando pasos apresurados se escucharon dirigiéndose hasta la ubicación donde la transmisión aún permanecía.
No pasó mucho tiempo para que la habitación comenzara a llenarse de personas encapuchadas, o vestidas de osos de peluche, la mayoría armados con armas de fuego de un calibre alto, así como machetes en caso de los que estaban disfrazados de mascotas. Todos apuntando a la única persona desarmada en el estudio.
—Supongo que, careces de conocimiento sobre tácticas con la clave Morse, ¿no?— dijo Wild Hunt mientras mostraba su pequeño transmisor, el cual apagó y volvió a meter en uno de los bolsillos de la chaqueta.
Wild Hunt pudo notar que su invitado se tensaba, lo que era una buena señal, pero su ritmo cardiaco seguía igual, lo cual era confuso, basándose en la situación actual.
— ¡Es muy diferente enfrentarte a viles bichos callejeros, que a profesionales entrenados!— gritó uno de los encapuchados, el cual poseía una radio en su mano izquierda, mientras en la derecha apuntaba con un revólver.
Desde su posición alta en el escenario, Wild Hunt apuntó con su metralleta al intruso. —Entonces, ¿qué tal si muestras tu cara antes de que sea irreconocible?—
Esto era la pura curiosidad que no solo estaba en los ciudadanos decentes, sino en el lado opuesto, un premio final, antes de reclamar la victoria. El intruso solo suspiró, y dejó caer los hombros, como si supiera que era inútil nadar contra la corriente.
—Aya Sugihara. — Dijo el intruso, —asegúrate de verme. — Completó su sentencia. Era algo que, el autoproclamado cazador en su magnanimidad, podía permitir, luego del logro de capturar esta gran presa, así que con la punta de su arma, movió físicamente el rostro de la chica, para que lo viera en su último momento.
Luego él levantó su mirada hacia el líder en el escenario.
— ¿Estás tan ansioso por ver mi verdadera apariencia?— comenzó este.
Podría ser la imaginación de Wild Hunt, pero podría haber jurado que algo en el ambiente se movió, cuando él pronunció esa oración, pero no supo señalar qué. Y así, el que consideraban un futuro cadáver, se quitó la mascarilla, revelando una piel blanca sin ninguna mancha bajo esta, y labios finos inesperadamente atractivos.
—Muy bien. He aquí mi rostro maldito. —
Siguió con la declaración mientras quitaba su capucha, mostrando un pelo blanco con toques plateados que ondulaban con un viento inexistente. Un escalofrío subió por la columna vertebral de los presentes, convenciendo a Wild Hunt, de que el sentimiento anterior, era real.
— ¡Seguiré cantando hasta que mi cuerpo se disperse en el viento!—
Concluyo de esa manera su declaración, quitando los amplios lentes de sol, demostrando un rostro tan hermoso, que de ninguna manera podría ser humano.
Por alguna razón inexplicable, tanto Wild Hunt como sus hombres, sintieron un desprecio inmediato, al ver ese rostro.
Si tan solo eso hubiera sido todo. . .
Es como si un peso bastante perceptible callera sobre cada uno de ellos, y sus manos en conjunto se desviaron ligeramente de su objetivo. Wild Hunt no sabía qué estaba pasando, y comenzaba a entrar ligeramente en pánico al notar que, las armas que apuntaban a un punto vital, se desviaban. Incluso el arma que apuntaba a la cien del rehén, se desviaba a una mejilla, como si alguien sujetara su arma, para que no golpee un punto crítico.
Había algo más, algo que solo podía sentir como un sentimiento amplificado… se sentía, vulnerable.
—Tú... ¿¡qué hiciste!?— preguntó uno de sus hombres frente al intruso, mientras su voz demostraba que ya estaba entrando en pánico.
— ¿Quién eres? No, ¿¡Qué eres!?— preguntó otro aterrado.
—Esta es la primera vez que iré con todo. — Simplemente dijo. —Por favor, intenten no morir. — declaró y luego, él simplemente desapareció.
El pánico comenzó entre el grupo de los 15 sujetos allí, pero no fue algo que tardó, ya que lo que supieron era una criatura disfrazada de humano, se detuvo por un segundo frente a uno de los hombres de Wild Hunt, el que estaba con el traje de mascota, y lanzó un puñetazo que lo envió a varios metros de distancia, chocando con la parte superior de la entrada y cayendo inconsciente con sangre fluyendo de su boca.
Antes de que ninguno pudiera reaccionar o mucho menos halar del gatillo, él simplemente desapareció y repitió el proceso un par de veces con una precisión aterradora. Los soldados allí, simplemente empezaron a gritar con terror, al no encontrar a su enemigo, y comenzaron a disparar aleatoriamente en cualquier lugar donde vieran el borrón, en este punto, ya no les importaba si impactaban contra un aliado con tal de salvar sus vidas, de la criatura con la que estaban encerrados.
No era humano, era imposible que lo fuera. Esto estaba más allá de la humanidad, más allá de los Jet Injector, que Wild Hunt pensó era la cúspide de poder en este mundo. Los crujidos de huesos al romperse se reproducían de manera ininterrumpida.
—AAAaaaAAAhhHHH—
—N-¡No es humano!—
— ¡Un monstruo, monstruo!—
— ¡Ayudaaaaaa!—
Esos eran gritos de terror y agonía en hombres adultos entrenados para la batalla. Su líder no podría pensar en un sonido más aterrador que ese, ya que más que nadie podía sentir, vívidamente, el sentimiento de miedo absoluto que podía salir de sus gargantas.
La cámara había caído abatida por la lluvia de disparos aleatorios, junto con las luces bajas que oscurecieron aún más todo el lugar. Solo una de las luces salió ilesa, y era la que estaba enfocada en el escenario, dejando al líder de los supuestos cazadores, solo ver un mar de oscuridad y gritos aterrados, junto a disparos, salir de allí.
Y así como todo comenzó, el silencio inundó el área, un silencio que solo era profundo para la única rehén allí, mientras Wild Hunt escuchaba quejidos de dolor, incluso sollozos de ese lugar. Era lo más cercano al lamento de los condenados en el infierno, que él jamás habría escuchado.
Desde el costado del escenario, pudo escuchar pasos medidos y calmados acercarse. Fue cuando él surgió, como si la oscuridad no deseara dejar de abrazarlo, pero se vio forzada a hacerlo por la pálida luz que le dio la bienvenida al escenario. Se detuvo a unos 5 metros, de los cuales, Wild Hunt sabía ahora que era solo un parpadeo de los ojos para esa criatura.
— ¿Qué eres?— pudo forzarse a decir. Sin importar si Wild Hunt era un Jet Injector, seguía siendo humano. Esta cosa, estaba tan alejada de él, de la humanidad, que por primera vez en años, el cazador se sintió como presa.
—Solo un aliado de la justicia. — Tras decir esto, Wild Hunt pudo escuchar a esta corta distancia el chirrido de sus calzados por la presión que él ejercía. Era seguro que se lanzaría hasta su lugar y se uniría a sus hombres agónicos. Entonces, si el caería, no lo haría solo, por lo que incluso si no podía apuntar al corazón de la chica, era lo suficientemente cerca como para darle en un pulmón, y terminar con su vida.
Un único disparo fue expedido por su arma, el disparo que cobraría la vida del rehén, que, aunque no mucho ante sus ojos, sería mejor que nada. Entonces, para sus ojos entrenados e incrédulos, la bala impactó contra el pecho de la chica, y no penetró su carne. Una especie de aura azulada, casi imperceptible, bailó en el lugar de impacto. No era una ilusión, porque incluso la chica, tan atada como estaba, mostraba en sus expresivos ojos la mayor de las sorpresas.
Pero antes de que Wild Hunt pudiera siquiera pensar en lo que acababa de ocurrir, la oscuridad lo reclamó.
/-/
La primera vez que iré con todo... Si claro. Si fuese así, cada uno de mis golpes seria uno de muerte instantánea. Sin embargo, es cierto que usé más de mis habilidades en este suceso, que en cualquier otro.
Hombre, realmente merezco un premio al autocontrol, ya que ante la pregunta anterior, estuve a punto de responder -¡Soy Batman!—resoplé ante el pensamiento.
Me aseguré de atar al furró en sus propias prendas, es fácil de confundirle con su voz profunda y masculina, pero al final, era una mujer bajo la máscara de lobo. Este es un miembro de la organización responsable del virus que llevaría el mundo al fin. Nombre clave, Siren, o Sirena, por su habilidad para manipular sus cuerdas vocales.
No es que yo crea que vaya a escapar con las lesiones provocadas, pero con mi suerte, últimamente, mejor cerciorarme, por lo que me aseguré de colocar las ataduras firmemente. Es posible que sea llevada al hospital, o la policía, y cuando trate de escapar o sea buscada por sus otros camaradas, en ese momento la seguiré a su base principal, allí encontraré a todos los demás miembros de su grupo. Y es cierto, yo no mato, pero también es cierto que si convierto su organización en una malvada organización parapléjica, no llegarán muy lejos sin ser atrapados.
Luego de revisar los alrededores y notarlo seguro, me acerqué a la chica en el suelo, la cual, parecía más desconcertada que cualquier otra cosa, y no la culpo.
En este momento Aya Sugihara era como un ciervo en las luces, mirándome fijamente como reteniendo la respiración. Luego de esta experiencia traumática, no puedo imaginar lo que debe estar sintiendo, por lo que debería asegurarle primero su seguridad. Procedí a levantar mis manos frente a mí, a la altura de mi pecho, mostrando que no tengo interés en hacerle daño.
—Estás a salvo ahora, no te haré daño, ¿está bien?— le tomo unos segundos salir de una especie de trance, pero asintió a mis palabras. Tomé uno de los extremos de la cinta que cubría su boca y la retiré lo más suavemente que pude, a lo que ella aprovechó para tomar una gran bocanada de aire.
—G-gracias. — Declaró, su voz aun un poco quebrada.
Mientras ella intentaba regular sus emociones, noté las cuerdas con las que estaba atada, y decidí tomar prestado el cuchillo de combate de la líder, para hacerlo más fácil.
—Cortaré las cuerdas, ¿está bien?— Ella miró en mi dirección, y con un poco más de decisión en su mirada, asintió a mí.
Suavemente, coloqué el cuchillo contra las cuerdas y con un movimiento de la muñeca, sus amarras fueron cortadas, luego repetí el mismo acto en las cuerdas de sus manos, las cuales frotó por el dolor aparente en la zona.
Me coloqué de pie mientras ella frotaba el área afectada, yo dirigí mi mirada hacia la salida, el lugar por el cual el equipo de grabación corrió y fruncí el ceño.
—Tú eres...— comenzó esta.
—Vuelvo en un segundo. — dije, y salté a la oscuridad del salón.
—Q-¿Qué?— antes de que ella dijera nada más, yo estaba llegando al otro extremo del estudio, mis movimientos cubiertos por la falta de luces, y abrí un poco la puerta, y miré por los pasillos, encontrando lo que buscaba, pero desafortunadamente, no como yo deseaba.
No muy lejos vi los cuerpos del equipo de grabación, y mostraban un disparo certero en la cabeza. Fruncí el ceño. Esto no debía suceder, yo quería salvar a Aya, dado el sentimiento de impotencia que me transmitió hace mucho tiempo viendo el programa, pero, tres vidas más se perdieron. Esto fue un fracaso de mi parte, y lo único que podría hacer ahora, es intentar que no mueran más de las víctimas.
Di la vuelta, y mientras volvía al escenario, coloqué mis lentes y mascarillas que había guardado en los bolsillos exteriores de mi chaqueta, y cubrí mi rostro nuevamente.
Salté al escenario frente a una Aya la cual dio un pequeño salto de sorpresa, y dejó escapar un pequeño, — ¡Kya!—
—Oh, lo siento. — Dije con algo de pena por asustarla. Ella había colocado su mano en su pecho por la sorpresa y luego de un rápido reconocimiento bajó la mano y negó con la cabeza.
—N-no, está bien. —
Yo debía ir al piso superior, la dirección por la que vi llevaron a las demás chicas junto a Oriha, pero sí dejo a esta chica sola, podría capturarla cualquier maleante al azar que quede en este piso. Lo mejor sería buscar un lugar donde esconderse. Mientras ella mira con ansiedad los alrededores, decidí no perder más tiempo.
—Necesito que busques un lugar para esconderte mientras ayudó a las demás. — Ella me miró con pánico y se sujetó a mi brazo.
—P-¡por favor, no me dejes sola!— Dijo con su voz, casi rompiendo en llanto, pero derramando algunas lágrimas.
Ahora, eso no era justo. Quería decirle lo peligroso que sería, que posiblemente ella sería un inconveniente para mi rápida acción, pero... Ella usaba el arma que ningún hombre podría pasar por alto sin, al menos dudar un poco, el llanto de una mujer.
Fruncí el ceño. En todo este tiempo aquí, y en mi labor de héroe, nunca me sentí tan desarmado, este es el poder de las lágrimas femeninas.
Con algo de duda, asentí, y agachándome le di la espalda. —Sube, es mejor no perder más tiempo. —
Ella no parece haber dudado, y envolvió sus brazos al rededor de mi cuello en un abrazo tembloroso, demostrando que ella aún no había superado lo sucedido. Me levanté y sujeté sus piernas, pero un pensamiento pasó por mi mente.
—Sé que no es muy femenino, pero ¿crees que podrías envolver tus piernas en mi cintura para poder quedarte por tu cuenta? Necesito tener mis manos libres en caso de que algo más suceda.
—S-¡sí!— sumisamente respondió, y se aferró a mí, como coala en rama. —
Luego de asegurarme de que no se caería, salí del escenario por la misma puerta que vi llevaban a las demás rehenes. Mi velocidad era bastante similar a la que uso en el club de atletismo. Podría ir más rápido, pero no sabía específicamente el lugar donde estaban, más que saber que era en el piso sobre el actual.
Al llegar al piso superior, me encontré con que había varias puertas, cada una teniendo la posibilidad de encontrar lo que buscaba, la pregunta era ¿cuál de todas?
Miré a la gran cantidad de posibilidades, y para mi sorpresa, una delicada mano se extendió desde mi espalda.
—Es la puerta 340. — Indicó Aya desde detrás. —Ellos dijeron que las colocarían en el estudio con mayor vista al exterior. —
—Gracias. — Susurré, ya que eso fue realmente de ayuda. Mis pasos fueron silenciosos y al estar cerca del salón, vi un pequeño cuarto de limpieza, lo que funcionaba perfectamente para mí, y me detuve.
—Escóndete aquí un momento, puede ser demasiado peligroso si te llevo allí, puesto que si hay más de ellos, estarán armados. Ella parecía dudar, pero al final, la sentí dar un asentimiento y bajó de mi espalda. Lo más silenciosamente que pude, abrí la puerta y esperé que ella ingresará.
Cuando ella se encontraba nerviosamente en el interior de la pequeña habitación, hablé.
— ¿Puedo pedirte algo? — Ella comprensiblemente no parecía esperar que dijera nada, por lo que se vio un tanto exaltada.
—Te pido que, no reveles mi apariencia. — Ella parecía procesar lo que dije, su rostro pasando por diferentes expresiones. Sus ojos inicialmente mostraron sorpresa, luego meditativa y al final, mostró una cara resuelta.
—Lo prometo. — Dijo. Y yo no podía pedir nada más.
—Gracias. —contesté, y cerré la puerta. Esperaba que ella fuera de confianza, al ser amiga de Oriha, de otra manera, bueno, tendría que desaparecer, y posiblemente con mi familia a cuestas, por mi error.
Entonces, simplemente aceleré hasta estar frente a la puerta numerada como 340. Tomé con mi mano izquierda alguno de los marcadores recogidos previamente, con la intención de lanzarlos, y con mi derecha giré suavemente el pomo de la puerta. El interior estaba oscuro, solo iluminado por la luna, pero noté la silueta de alguien más adelante.
Allí estaba Oriha y las demás, pero a diferencia de la serie, Estaban atadas y amordazadas. Al abrir la puerta lo suficiente, la atención de Oriha fue llamada, sus ojos abiertos grandemente por la sorpresa, y comenzó a negar frenéticamente a lo que solo pude fruncir el ceño, hasta que vi a alguien acercarse a ella con su arma en mano.
Entonces, pensando que ella no me había visto, sino al tipo con el arma, avancé y noté que Oriha como las demás estaban en ropa interior, lo que me hizo tambalearme en mis pasos, pero entonces...
Bang!
Fue lo que escuché, y sentí algo similar a la patada de un niño de 5 años al costado de mi cabeza, pero con el desliz anterior, logró hacerme caer al suelo, haciéndome moverme a unos metros del impacto. Lo que indica la fuerza del mismo. Con el rabillo del ojo, noté que había uno de esos tipos con una escopeta.
¡Joder! ¿Cómo se supone que voy a explicar el sobrevivir a un disparo de escopeta en la cabeza? Aunque, bueno, estoy agradecido de estar vivo. Al menos sé ahora, que incluso las armas de fuego de gran impacto tampoco me hacen un daño real.
Hmmm... ¿quizás debería hacerme el muerto un rato para que bajen la guardia?
El plan no sonaba mal, pero, mientras estaba boca abajo, escuché más pasos acercándose, dando burlas y maldiciones. Entonces, luego de que en conjunto sacaran sus armas, todos procedieron a disparar a mi cuerpo inerte.
Hijos de p...
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Cuando los sujetos armados llegaron, Oriha comprobó su pensamiento anterior, y se alegró de compartirlo con Yuuko. Mientras se la llevaban junto a las demás chicas, excepto Aya-chan, ella se puso nerviosa, pero lanzando una mirada al grupo de terroristas en el rincón, sus nervios se redujeron al ver a Akihiko allí. Él haría algo, o eso ella esperaba. Entonces, ella recordó que su traje estaba aún en su camerino, y solo pudo maldecir por lo bajo.
Fueron llevadas a un Salón con vista al exterior y allí fueron obligadas a desvestirse, hasta quedar en ropa interior. Esto sería posiblemente para descartar la posibilidad de un arma oculta. Ellos no eran como los maleantes promedio, el hecho de no coquetear o lanzar palabras sucias al azar como la mayoría de delincuentes, los marcaban como profesionales. Esto fue algo que quedó sellado cuando ella pudo escuchar y traducir un mensaje enviado por código Morse, a la radio, en las manos de uno de ellos.
El mensaje decía:
-El invitado de negro ha llegado. Equipo alpha y delta aquí, gama, proceda con el plan de respaldo.-
Luego del mensaje, ellos procedieron a atar y amordazar a todas las chicas y colocarlas a varios metros frente a la única entrada al salón, rompiendo el cristal detrás de ellas que funcionaba tanto de pared como ventana, apagaron todas las luces, y una parte de ellos esperó al costado de la puerta, mientras los otros a un costado de todas ellas.
Una emboscada con ellas como carnada, es lo que parecía. Era algo simple, pero podría resultar eficiente, dado que hasta ahora, Akihiko solo ha enfrentado a bandidos comunes, y matones con dinero.
Eso la puso nerviosa, pero ella confiaba en que Akihiko lograría salvarlos. Además, su traje era resistente a las balas, por lo que, la emboscada fallará, al menos ella lo esperaba.
Fue así, como luego de unos pocos minutos después, vio como la perilla de la puerta giraba silenciosamente, y tras abrirse la puerta, notó a Akihiko, para su terror, él llevaba la misma vestimenta con la que llegó al evento, simplemente usando una capucha para ocultar su más su rostro.
Ella lo recordaba siendo guiado por otro grupo de secuestradores, y parece que Akihiko no pudo llegar a su traje, por lo que opto simplemente por esta forma más mundana de ocultar la identidad. Al ver lo que estaba por suceder, Oriha intentó prevenirle, sus ojos mostrando el miedo de lo que podría pasar si él seguía sin notar la emboscada.
Mientras ella negaba con la cabeza, uno de los hombres a su costado se dirigió a su posición con pasos pesados, con la intención obvia de llamar la atención de Akihiko, lo que logró. Tras verle, Akihiko no parecía pensar demasiado en los alrededores y solo por su bienestar, cuando salió por la puerta.
Para ella lo siguiente fue en cámara lenta. El sujeto oculto al costado de la puerta, haló del gatillo de la escopeta, a quemarropa del costado de la cabeza de Akihiko. Sus lentes se destrozaron, su mascarilla perdió una gran parte del costado, aunque de alguna manera se mantenía, y una parte de su capucha fue destruida, mostrando algunos mechones de pelo, y así, su color al mundo. Por solo el impacto fue lanzado contra el muro y cayó al suelo boca abajo sin moverse.
Las chicas, allí, incluso amordazadas, gritaron, sus voces claramente amortiguadas, pero transmitiendo correctamente el terror que sentían. Los ojos de Oriha estaban incrédulos de la escena frente a ella, sus lágrimas comenzando a escapar de sus ojos. Y lo que ya era una escena horrible, se volvió aún peor cuando los demás miembros de la banda, excepto uno que estaba a su lado, rodearon su cuerpo y comenzaron a descargar sus armas de fuego contra él.
Las demás ídolos simplemente cerraron los ojos y miraron hacia otro lado, rehuyendo de la terrible escena frente a ellas, pero Oriha no podría. Ella miró todo, incluso si cada disparo lo sentía en lo más profundo de su corazón, sintiendo más dolor del que ella creía posible.
Es cierto que ellos no habían conversado mucho, es cierto que él no la conocía realmente, pero ella sí, ella lo conoció incluso antes de ser un héroe, por las historias y anécdotas que Yuuko y Sayo le contaban, lo conoció aún más cuando comenzó a traer felicidad a las personas de esta ciudad, así como lo hizo... su madre.
Ella no pudo ni intentó retener sus lágrimas. Cuando las armas se quedaron sin munición, y el polvo se asentaba, el cuerpo de Akihiko estaba allí, su ropa destrozada por la lluvia de disparos. Mientras varios de estos tipos reían y otro usaba el comunicador para contactar al líder, Oriha pudo notar algo esencial, algo que le dio esperanzas. A pesar de todo el daño aparente, de su ropa, casi en harapos a su espalda, ¡no había sangre! Ella no sabía cómo y no le importaría, ¡siempre y cuando él siga con vida, siempre y cuando él se levante! Y así fue.
Mientras los maleantes celebraban, Akihiko simplemente colocó las manos en el suelo y levantó su cuerpo, lanzando una patada giratoria que impactó con cada uno de los que los rodeaba, lanzándolos al suelo, inconscientes o al menos bastante lastimados por esa patada sorpresa.
Luego metió sus manos en el interior de su capucha, y lanzó algunos objetos como armas arrojadizas a los maleantes, lastimando y desarmando a los que no cayeron ante la patada. En una segunda mirada, los proyectiles eran, ¿marcadores permanentes?
Uno de ellos cayó de espaldas, su nuca aterrizando en un muy mal lugar, asegurándole a Oriha su posible muerte. Akihiko no parecía notarlo o no le dio importancia, posiblemente la primera, y solo se abalanzó al hombre armado al costado de Oriha, el cual, en su pánico y sorpresa, simplemente agarró a Oriha del brazo y la lanzó por el cristal roto detrás de ellos.
Las demás ídolos habían vuelto la mirada luego que los disparos se detuvieron y fueron testigos de cómo una de ellas fue lanzada al vacío. Entonces, quien había dejado fuera de combate a los demás, golpeó a este último en el rostro, y no se detuvo, saltando por la ventana tras Oriha. Solo unos segundos después, una granada de humo es enviada al interior de ese salón, para que luego una docena de agentes de policía fuertemente equipados ingresaron apresurados, siendo testigos de un escenario diferente al que imaginaban.
Unos segundos antes, Oriha caía atada de pies y manos hacia su muerte, o ese era el único resultado tras descender a una velocidad vertiginosa, desde lo alto de un piso número 25. Lo último que ella pudo ver antes de caer, era a Akihiko corriendo en su dirección, pero ya era tarde, no había forma de capturarla. Pero entonces, apenas un segundo después de perderlo de vista, lo vio claramente lanzarse hacia ella.
Ella podría haber pensado muchas cosas. Que él se había precipitado con demasiada velocidad y ahora ambos morirían, que incluso si él pudiera sobrevivir de alguna manera, ella moriría y él terminaría gravemente herido. Pero lo primero que ella vio, fue la determinación y seguridad en sus ojos expuestos. ¿Por qué dudaría ella? ¿No acababa de ser testigo de un milagro hace poco? Por lo que ella simplemente decidió creer, e intentó estirar sus manos atadas hacia él, Akihiko caía en posición vertical a diferencia de ella, dándole alcance rápidamente y logrando sujetar sus manos, las cuales colocó alrededor de su cuello, y con su mano izquierda sostuvo sus piernas.
Con su mano derecha buscó rápidamente algo en sus bolsillos que Oriha no pudo ver, pero que sin dudar usó para impactar en el edificio a su costado.
Lo siguiente podría describirse como turbulencia, pero incluso si de a poco, Oriha pudo notar un descenso en la velocidad de caída. Su curiosidad la superó, y mirando hacia arriba, vio las chispas salir, en el choque entre la arquitectura y un cuchillo de combate, que ella no sabía de dónde sacó.
Un destello molestó sus ojos y se dio cuenta de que un helicóptero les seguía con una luz enfocada en ellos. Los segundos pasaron y al mirar hacia abajo, notó que solo quedaban unos 7 pisos y la velocidad, aunque reducida, sería suficiente para hacerles daño.
Akihiko simplemente se impulsó usando la estructura y lanzándose con Oriha en brazos hasta unos arbustos cercanos, donde comenzó a sostenerse de ramas que cedían casi al instante, pero al final logró sujetar una larga y flexible que les ayudó a negar casi todo él impulsó de la caída restante. Al final, con un piso de distancia antes de llegar a tierra, Akihiko se soltó de la rama, y se aseguró aún más a Oriha colocando una mano en su espalda, cargándola al estilo princesa y cayendo con sus pies algo separados, adsorbiendo el resto del impacto de la caída.
Cuando todo había terminado, Oriha no pudo evitar mirar hacia arriba, y ver la altura desde donde estaba aquel cristal roto, desde donde ella había sido lanzada. Ella pensaba que los miembros de Black Label eran su familia y amaba a cada uno de ellos, pero honestamente nunca pensó que tendría otro miembro de la familia en Akihiko, no tan temprano, al menos. Pero ella no vio dudas en sus acciones tras lanzarse al vacío para salvarla. Eso hizo que lágrimas llegaran a sus ojos, por una razón completamente diferente a lo que se esperaría de alguien que ha pasado por un suceso, como el que acaba de acontecer.
Ella derramó lágrimas de felicidad, y con sus brazos aún alrededor del cuello de Akihiko, ella se acercó para un abrazo, en el cual él trató de reconfortarla acariciando su espalda.
Ella se recuperó rápido, y tenía tantas preguntas, pero también era consciente de que no quedaba mucho tiempo para que Akihiko pudiera irse, si el helicóptero que intentaba buscarlos a través del forraje de árboles era una indicación.
—Gracias. — Sencillamente dijo, y rompió el abrazo. Akihiko saco el cuchillo ahora roto, pero con un poco de la hoja en él, y desató a Oriha, luego tiró el arma ahora rota.
—Vete, la policía llegará en cualquier momento. — Dijo Oriha rápidamente, a lo que él dudó. Ella sonrió.
— ¡Tengo muchas preguntas para ti después!— Dijo tocando juguetonamente la nariz apenas cubierta de Akihiko con un dedo.
—Pero pueden esperar, ¡ve!— él asintió, pero antes de irse, se quitó la chaqueta, lo que Oriha no esperaba y lo puso sobre ella. Oriha apenas recordaba su estado actual y se sintió tocada por el acto, luego alzó la mirada para agradecerle, pero Akihiko ya no estaba allí.
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¡Casi se me sale el corazón! Y no precisamente por la linda y voluptuosa chica semidesnuda agarrándose a mí, sino por lo que casi sucede. Si Oriha moría, solo podía pensar que otro tipo de apocalipsis comenzaría, uno de vengadores. Aunque no es la razón por la que salté para salvarla, sino que ella es genuinamente una buena persona, incluso con sus acciones en Black Label.
En estos momentos corría hacia su camerino, en búsqueda de mi traje, no era algo que podría dejar, además, mi máscara improvisada apenas se sostiene. Con la velocidad que mantuve, fue rápida mi llegada a ese lugar, en el cual entre y cerré la puerta detrás de mí, procediendo a cambiarme enseguida. No perdí más de un minuto en el cambio de vestimenta, con lo apresurado que estaba. Aún no podía irme, faltaba uno de los líderes de esta operación, y era el jefe de seguridad, el cual facilitó la entrada de estos supuestos cazadores en primer lugar.
Abrí apresuradamente la puerta y...
¡Tunk!
Un ruido sordo se escuchó, eh hice una mueca. ¡Oh mierda!
Lentamente, me asomé para ver los daños y observé a una persona delgada, con pelo castaño peinado a un costado, y camiseta manga larga de color rosado y pantalones marrones, así como unos lentes rotos a su costado, que estaba en el suelo con una nariz sangrante y una marca roja en la cara por el impacto de la puerta. Al verlo fijamente tenía todas las características del personaje que recuerdo como el segundo líder, y por si aún tenía dudas, hombres vestidos de negro con anteojos del mismo color, estaban acompañándole y desenfundaron sus armas. Eso me hizo suspirar de alivio, ya que no golpee a un inocente, y por primera vez en un tiempo, agradecí a mi suerte.
Ellos dispararon, pero las balas rebotaron de mi traje como era costumbre. Me lancé a ellos para no darles más oportunidad, siendo una victoria rápida, donde me moví de manera apresurada para atarlos en sus propias prendas. Este es uno de mis métodos habituales, así que la policía al menos se los llevaría, eh interrogará.
Por fin, podría irme. Si estás personas terminan en el hospital central, lo cual es bastante posible, Black Label logrará tener toda la información, lo que podría hacerles derrotar al grupo enemigo con más facilidad. Al menos estarían más preparados. Con esto en mente me levanté erguido luego de atar a estos tipos, pero entonces vi un arma de fuego apuntar entre mis ojos.
No temía al disparo en sí, ya que no atravesaría la defensa del cristal, sino que, actualmente, estaba rodeado de un tipo de personas armadas a los que no podría golpear para abrirme paso. Estaba rodeado de policías.
— ¡Vigilante!— Comenzó el oficial al mando, sin dignarse a reconocerme por mi nombre elegido. —Queda arrestado por el cargo de vigilantismo, uso excesivo de la violencia, daños y perjuicios a miles de personas, así como el asesinato de más de 15 personas.—
En ese último me detuve en seco, dándole al líder de escuadrón, la posibilidad de esposarme sin ninguna resistencia. Fue el sonido de cierre de las esposas el cual me hizo espabilar.
—Yo no he matado a nadie. — Dije, mi voz intencionalmente profunda.
—Eso lo veremos en la jefatura. — dijo tomándome del brazo sin delicadeza.
Las manos de otro oficial dirigiéndose a mi casco.
—Si me intentan desenmascarar, simplemente me escaparé. — Mencioné, dirigiendo mi mirada al supuesto jefe, el cual no parecía creer mi advertencia. Por lo que simplemente atrapé la mano del oficial que se acercaba demasiado a mi casco, y parecería un acto de rebelión tonto por parte de alguien siendo arrestado, si no fuera por el hecho de romper las esposas fácilmente en el proceso.
Eso los puso nerviosos, pareciendo recordar a quien arrestaban y sus hazañas de varios años. Todos parecían alterados y apuntaron de manera más intensa, atentos a cualquier movimiento, hasta que el líder levantó la mano.
—De acuerdo. — dijo, y esta vez usó 5 juegos de esposas para estar más seguro de que no repetiría el mismo acto.
Podría escapar fácilmente, pero la acusación de muerte era algo que no podía dejar pasar, así que les seguiría el juego, por ahora.
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A las afueras de la televisora, los reporteros habían llegado y transmitían para sus propias cadenas de noticias, cayendo sobre este suceso, como palomas tras migajas de pan.
—Nos encontramos en las afueras de NEO TV, donde un ataque terrorista se llevó a cabo. Como pueden ver, las autoridades han sacado a los rehenes del lugar de manera segura. —
Mencionó la reportera, mientras un grupo de ídolos salía cubriendo sus cuerpos con mantas.
—Sin embargo, todos sabemos por la transmisión de audio y las imágenes mostradas por nuestra cámara aérea, ¡Que el rápido despido de esta fuerza armada, no es trabajo de la policía!— exclama la reportera sujetando el micrófono con ambas manos.
— ¿Será la suerte, o el destino? Esta reportera intuye que nuestro héroe local, estaba disfrutando del espectáculo, pero por mala suerte para estos maleantes, ¡no fueron rival para Powered Akira!—
En sus hogares, al lateral de sus pantallas, algunos aún podían ver la repetición de la última hazaña.
—creo que estarán de acuerdo conmigo que luego de esta proeza, el título de héroe se queda corto, y ¡sé ha elevado a superhéroe!
Entonces una de las puertas se abrió y varios policías rodeaban la zona, intentando cubrir la vista de los reporteros, pero los camarógrafos con algo de experiencia ya sabían cómo pasar por encima de tácticas tan básicas. Literalmente por encima, ya que lo que hacían era levantar las cámaras por sobre sus cabezas. Con la fuerza de los brazos ganada por años cargando dicho artilugio, lograron captar en vivo a la persona que la policía intentó cubrir.
Los que estaban allí no los vieron, pero en sus respectivos centros de noticias les dijeron lo que veían, para que pudieran dar un seguimiento profesional a lo que se mostraba en cámara.
—No puedo creer lo que mis ojos ven damas y caballeros, la policía acaba de arrestar al héroe local. — solo las palabras hicieron que los demás reporteros en áreas cercanas corrieran al sitio.
—Vean sus manos, la policía ha colocado una cantidad de esposas exageradas. Solo escuchamos transmisiones de voz, y vimos el acto heroico de una persona que Se lanzó del piso 25 para salvar la vida de Oriha Nashida, y con esto confirmamos la identidad del héroe que lo hizo, y, sin embargo, la policía lo lleva como si de un criminal se tratara.—
La reportera intentó inyectar la mayor cantidad de emoción a su voz, no por un sentido de respeto al héroe, sino porque este tipo de noticias, con las palabras adecuadas, pueden lanzarte al estrellato.
Los policías Escoltaron al apresado a un camión blindado, el cual fue conducido fuera de ese lugar.
—Este es un día oscuro para la ciudad de Mochizuki. — Dijo la reportera limpiando lágrimas falsas que logró sacar de sus ojos. —Eso es lo que pasa en las afueras de NEO TV, de vuelta al estudio. —
Al mostrar a los reporteros en el estudio, la joven allí se veía irritada, casi furiosa, y no tardó en demostrarlo, dando un golpe con el costado de su puño en la mesa que utilizaba en ese momento.
— ¿Y-Yuri-san?— Respondió el otro presentador, luego de dar un pequeño salto de sorpresa.
—Habitantes de Mochizuki, han pasado 3 años desde que el héroe local apareció en nuestra ciudad, en nuestras vidas. — Comenzó esta, su voz llena de motivación.
—Ustedes han sido testigos, de como la criminalidad de nuestra ciudad, que antes no era más que un nido de ratas, ha mejorado, más de lo que muchos soñamos. — Ella volvió a dar otro golpe a la mesa.
—Ustedes fueron testigos solo hace unos minutos, de como él salta sin pensarlo dos veces para salvar la vida de los ciudadanos honestos. — Ella se levantó de su asiento, se podría sentir su fuego, su fuerza, en cada palabra.
—Y estoy segura, que ustedes o un familiar, pasó por algo similar, y su vida, o su honor, en algunos casos, fue salvado.
—Pueblo de Mochizuki. ¡ES NUESTRO TURNO DE SALVARLO A Él!
La señal del canal fue interrumpida, pero ya era tarde. Las palabras fueron dichas, y un fuego se encendió en la población de esa ciudad, y no podría apagarse tan fácilmente.
Nota del autor:
Y ese es el final del capítulo, espero lo hayan disfrutado.
Sobre el Noble Phantasm, esa sería mi traducción a la realidad en la reducción de daño crítico y reducción de defensa. Más adelante, se notara un efecto más, que en este caso paso desapercibido para el grupo enemigo.
MairoGleon: Me alegra que te gustara, y gracias por la reseñ vuelto atrás y eh visto a lo que te referías, y eh intentado mejorarlo. Ya el cambio fue realizado.
Velvet Owl : Gracias, lo mantendré así entonces. También, seguiré tu consejo con el renglón. Supongo que estaba demasiado acostumbrado a la forma en que se hace en ingles, jaja. Sobre la relación del personaje, lo mantendré oculto de momento, ya que yo mismo podría cambiar de parecer al final, pero que personas se vean interesadas en el, creo que sería normal, tomando en cuenta como sucede, pero aprecio saber la perspectiva que tienes del personaje.
Akutzu Pentaghast: me alegra ver nuevamente tus comentarios y que hayas disfrutado. Si, intentare que esa sea la longitud de cada capítulo, para que se muestre una mayor cantidad de sucesos. Je, agradezco que me lo dejes saber, tengo en realidad dos formas de avanzar pensadas, sea harem o no, y que no afectarían demasiado lo que seguirá, bueno, no mucho, jaja.
SonicVinilf: ¡Gracias, me alegra que te guste! Sin querer dar demasiados spoilers, pero no te preocupes, pase lo que pase, pretendo que Saya este allí.
Guest: Me alegra que lo estés disfrutando, y espero te haya gustado el capitulo actual.
Tobias07: ¡muchas gracias por tu reseña detallada! Sí, me alegra saber que la historia de Saya con el personaje es tan bien recibida. Sobre Yuu, bueno, es una de los amigos cercanos de Arashi en la escuela, así que solo me pareció apropiado. ¡Me alegra que lo pienses! Y luego de leer el manga, estoy cada vez más seguro de mi teoría. ¡Espero hayas disfrutado el capitulo!
Les agradezco a todos cada uno que se tome la molestia por dejar un comentario, al igual que cada consejo y observación, lo aprecio. Espero la lectura sea más sencilla de la manera actual, pero si no es así, me dejan saber.
Dicho esto, ¡hasta la próxima, y tengan un buen resto del día!
